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En una sociedad que continúa valorando la delgadez, aun cuando las personas en los Estados
Unidos están más gordas que nunca, casi todos se preocupan por su peso por lo menos
ocasionalmente. Las personas con trastornos en la alimentación llevan estas preocupaciones a
extremos, desarrollando así hábitos alimenticios anormales que ponen en riesgo su bienestar e
incluso sus vidas. Esta hoja informativa de preguntas y respuestas explica cómo la psicoterapia
puede ayudar a personas a recuperarse de estos trastornos cada vez más comunes.
Las personas con anorexia nerviosa tienen una imagen distorsionada del cuerpo que hace que
se vean gordas incluso cuando están peligrosamente delgadas. A menudo se niegan a comer,
hacen ejercicio compulsivamente y desarrollan hábitos inusuales como rehusar a comer
delante de los demás, pierden mucho peso y pueden incluso morirse de hambre. Las personas
con bulimia nerviosa comen excesiva cantidad de alimentos, luego purgan sus cuerpos de los
alimentos y las calorías que tanto temen usando laxantes, enemas o diuréticos, vomitando y/o
haciendo ejercicio. A menudo actúan en secreto, se sienten asqueados y avergonzados cuando
comen en gran cantidad, pero también aliviados de la tensión y las emociones negativas una
vez que sus estómagos están nuevamente vacíos. Al igual que las personas con bulimia,
aquellas con el trastorno de comer compulsivamente experimentan episodios frecuentes de
comer fuera de control.
La diferencia es que los comedores compulsivos no purgan sus cuerpos del exceso de calorías.
Según el Instituto Nacional de la Salud Mental, las mujeres adolescentes y jóvenes representan
el 90 por ciento de los casos. Sin embargo, los trastornos en la alimentación no son sólo un
problema para las mujeres adolescentes tan a menudo descritas en los medios de
comunicación. Mujeres y los hombres mayores, asi como los niños también pueden desarrollar
estos trastornos. Un creciente número de minorías étnicas están siendo afectadas por estas
enfermedades devastadoras.
Las personas a veces tienen trastornos en la alimentación sin que sus familias o amigos
sospechen que tienen un problema. Conscientes de que su conducta no es normal, las
personas con trastornos en la alimentación pueden retraerse del contacto social, ocultar su
conducta y negar que sus patrones de alimentación son problemáticos. Hacer un diagnóstico
preciso exige la participación de un psicólogo autorizado para ejercer, u otro experto adecuado
de salud mental.
¿Qué provoca los trastornos en la alimentación?
Hay características específicas vinculadas con cada uno de los trastornos. Por ejemplo, las
personas con anorexia tienden a ser perfeccionistas, mientras que las personas con bulimia
son a menudo impulsivas. Los factores físicos como la genética también desempeñan un papel
importante en poner en peligro a las personas.
Una vez que las personas comienzan a tener conductas de alimentación anormales, el
problema puede perpetuarse. Comer compulsivamente puede establecer un círculo vicioso
activo. Algunas personas se purgan para eliminar el exceso de calorías y dolor psíquico, luego
comen compulsivamente otra vez para escapar de los problemas cotidianos.
Las investigaciones indican que los trastornos en la alimentación son uno de los problemas
psicológicos que tienen menos probabilidades de ser tratados. Los trastornos en la
alimentación con frecuencia no desaparecen por sí solos, y dejarlos sin tratamiento puede
acarrear consecuencias graves. De hecho, el Instituto Nacional de la Salud Mental estima que
uno de cada diez casos de anorexia termina en muerte por hambre, suicidio o complicaciones
médicas como ataques al corazón o insuficiencia renal.
Los trastornos en la alimentación pueden aniquilar al cuerpo. Los problemas físicos asociados
con trastornos de la alimentación incluyen anemia, palpitaciones, pérdida del cabello y masa
ósea, caries, esofagitis e interrupción de la menstruación. Las personas con el trastorno de
comer compulsivamente pueden desarrollar presión arterial elevada, diabetes y otros
problemas asociados con la obesidad.
Los trastornos en la alimentación también están asociados con otros trastornos mentales
como la depresión. Los investigadores todavía no saben si los trastornos en la alimentación son
síntomas de dichos problemas o si los problemas se desarrollan debido al aislamiento, estigma
y cambios fisiológicos causados por los trastornos en la alimentación en sí. Lo que queda claro
es que las personas con trastornos de la alimentación tienen mayores índices de tener otros
trastornos mentales, que incluyen depresión, trastornos en ansiedad y abuso de sustancias,
que otras personas.
Una vez que el psicólogo ha identificado problemas importantes que requieren atención, y
desarrollado un plan de tratamiento, ayuda al paciente a reemplazar pensamientos y
conductas destructivos por otros más positivos. Por ejemplo, el psicólogo y paciente pueden
trabajar juntos para concentrarse en la salud en lugar del peso. El paciente puede llevar un
diario de comidas con el fin de crear más conciencia de los tipos de situaciones que
desencadenan el comer compulsivamente.
Algunos pacientes, en especial aquellos con bulimia, pueden beneficiarse con la medicación.
Sin embargo, es importante recordar que la medicación debe usarse en combinación con
psicoterapia, no para reemplazarla. Los pacientes a quienes se les aconseja tomar medicación
deben conocer los posibles efectos colaterales y la necesidad de una supervisión directa del
médico.
Sí. La mayoría de los casos de trastornos en la alimentación pueden ser tratados exitosamente
por profesionales de la atención médica de salud mental y de salud adecuadamente
capacitados. Hay que tener en cuenta, que los tratamientos no dan resultados en un corto
plazo. Para muchos pacientes, el tratamiento puede ser a largo plazo.
Los artículos y textos del Centro de Apoyo pueden ser reproducidos íntegramente, siempre y
cuando se acredite que provienen de la Asociación Americana de Psicología. No se pueden
reproducir las imágenes. Cualquier excepción a esto, incluyendo frases o citas de Centro de
Apoyo o APA Help Center, deberá ser presentada por escrito a Help Center y será considerada
caso por caso. Estas autorizaciones serán dadas una sola vez por cada caso y tendrán que ser
solicitadas para cada uso adicional del documento.
http://www.apa.org/centrodeapoyo/alimentacion.aspx
MALNUTRICIÓN EN LA ADOLESCENCIA
Una buena alimentación es uno de los pilares básicos para desarrollar y mantener una buena
salud; sin embargo, en algunas etapas de la vida cobra aún más importancia. Según el informe
de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención
Primaria (Sepeap), Pediatría Integral, la adolescencia conlleva un incremento de las
necesidades energéticas, proteicas y de micronutrientes que supera cualquier otra época de la
vida. Durante la pubertad, se adquiere el 25 por ciento de la talla adulta, se aumenta un 50 por
ciento la masa esquelética, se duplica la masa muscular (sobre todo en el sexo masculino) y se
produce un aumento del volumen sanguíneo y de los órganos internos. Todos estos cambios,
tan importantes para el desarrollo y la correcta formación de una persona adulta, condicionan
un aumento de las necesidades nutricionales.
Además de mantener la salud en buen estado y ser necesaria para garantizar un correcto
desarrollo físico y psicológico, la alimentación durante la adolescencia puede ayudar al
establecimiento de hábitos alimentarios saludables que permitan prevenir algunos problemas
de salud de la edad adulta. El informe destaca que, además de ser un periodo de intensos
cambios, la adolescencia es una etapa de gran riesgo nutricional, ya que aumentan mucho las
necesidades, se producen cambios alimentarios importantes y pueden aparecer situaciones de
riesgo; esto es debido, según el informe, a varios factores, como al sentimiento de autonomía
e independencia desarrollado durante esta etapa, a las diferentes situaciones familiares, a la
mayor influencia de entornos externos a la familia (como los amigos o los medios de
comunicación) o a la importancia que adquiere para el adolescente el peso. Los principales
hábitos alimentarios y comportamientos de riesgo que pueden desarrollar los adolescentes
son:
Abuso de las comidas rápidas: Aunque este tipo de alimentos destaquen por ser
atractivos y baratos, contienen un exceso de grasas saturadas
y carbohidratos refinados, y tienen un escaso aporte de fibra, vitaminas y minerales.
Además, estas comidas pueden tener un alto contenido en yodo, produciendo un
excesivo aumento del acné y disfunción tiroidea. El abuso de comidas rápidas pueden
provocar el desarrollo de enfermedades como la obesidad.
Ingesta entre comidas: Consumir alimentos entre las comidas produce una
disminución del apetito y puede trastocar los hábitos dietéticos. En algunos casos, los
alimentos que se consumen entre las comidas habituales tienen un alto contenido
calórico y un bajo nivel nutritivo (bollería, dulces, snacks, refrescos, etcétera).
Fumar: Según el informe, las personas que fuman necesitan más del doble de vitamina
C, betacarotenos, vitamina E y ácido fólico que el resto, ya que el tabaco interfiere en
la absorción de estos nutrientes.
Obesidad
Los factores que desencadenan sobrepeso y obesidad están directamente relacionados con las
dietas hipercalóricas y con poco valor nutricional, el desarrollo de malos hábitos alimentarios y
el abandono de los saludables (como hacer deporte). Las consecuencias para la salud de sufrir
obesidad son muy perjudiciales: desarrollo de enfermedades cardiovasculares, problemas
óseos, hipertensión, cáncer de colon, síndrome de ovario poliquístico, etcétera.
Esta denominación engloba a varias enfermedades que tienen rasgos comunes y que suelen
ser bastante recurrentes durante la adolescencia (anorexia, bulimia y vigorexia). Según el
informe, el motivo de que los trastornos de conducta alimentaria se desarrollen durante la
etapa adolescente responde, entre otras cosas, al riesgo de desarrollar malos hábitos
alimentarios y a la preocupación excesiva por la imagen corporal propia que puede llevar a la
propia distorsión y alteración de la misma. Los cambios de peso y las conductas obsesivas que
se desarrollan a causa de los trastornos pueden producir consecuencias muy graves para el
organismo.
Carbohidratos: El informe de la Sepeap asegura que la mitad del aporte energético del
adolescente debe provenir de los hidratos de carbono y recomienda consumir
alimentos que contengan carbohidratos complejos, ya que tardan más en
metabolizarse y proporcionan un aporte energético durante más tiempo. Entre los
alimentos más ricos en hidratos de carbono están los vegetales, cereales, pasta, arroz
y pan.
El informe establece unan serie de pautas recomendables para llevar a cabo una dieta variada
y equilibrada que sirva para establecer buenos hábitos alimentarios, evite carencias de
nutrientes necesarios para un correcto desarrollo y pueda prevenir enfermedades y trastornos
de la conducta alimentaria.
https://cuidateplus.marca.com/familia/adolescencia/diccionario/malnutricion-
adolescencia.html
21 noviembre, 2016
Una de cada cinco personas en el mundo, es decir, 1200 millones de personas, son
adolescentes. La idea general es que los adolescentes son sanos. Han sobrevivido a las
enfermedades de la primera infancia, y sus problemas de salud asociados con el
envejecimiento están todavía muy lejos.
Es durante la adolescencia cuando, (al igual que en la infancia) se establecen los cimientos de
la edad adulta y de la vejez. Los adolescentes tienen necesidades básicas de supervivencia
como lo son la calidez y una alimentación adecuada.
*INFLUENCIA PUBLICITARIA:
*INFLUENCIA SOCIAL:
*INFLUENCIA FAMILIAR:
Los factores que influyen directamente sobre la alimentación son: disponibilidad de alimentos
y hábitos alimentarios, como primordiales. Las empresas alimentarías conocen estos
elementos y dirigen sus campañas publicitarias a influir sobre hábitos y prestigio social,
ignorando conocimientos nutricionales.
Orientación negativa para un futuro como madres o padres, por la falta de calcio y energía en
el cuerpo
Repercusión psicológica para el desarrollo de un futuro, en los diferentes ámbitos
Los horarios tampoco cuentan, el impulso manda. No perder el ritmo acelerado, de ahí nace el
término “universal fast food”.
Otro grupo de menor edad y poder adquisitivo (ambos padres salen a trabajar) sólo atina a
calentar salchichas y comerlas sentado en el sillón de la sala viendo televisión, desde la que
promueven la salida del malestar mediante objetos externos o sustancias salvadoras (cerveza,
cigarrillos, automóviles) o transgresiones alimentarías para luego tomar un energizante y
sentirse mejor, o la bebida de cola que siempre le hará disfrutar.
Existe otro mundo de alimentos en el que se puede descubrir riquezas de aromas, texturas y
sabores. Recuperar sensaciones gustativas olvidadas en ambientes más apacibles, más
saludables, con menos velocidad.
La realidad actual nos lleva a recuperar el hábito de cocinar y comer en el hogar como una
necesidad económica imperiosa: la revalorización de las comidas caseras, con productos
locales y de estación en recetas culinarias típicas. Esto acrecienta la identidad y rasgos
culturales propios, recupera la biodiversidad.
Muchos jóvenes resuelven rápido y fácil sus almuerzos o cenas: llaman a algunos de los
números telefónicos de imanes que ofrecen comida, los cuales están pegados en la puerta del
refrigerador. A los pocos minutos, otro adolescente que, montado en su moto, esquivó autos,
peatones y semáforos, les entregará una pizza, una hamburguesa con papas fritas, soda o un
jugo artificial para saciar su estómago. No les importa demasiado de qué manera les llegue el
alimento, ni tampoco cómo lo coman: sin cubiertos ni servilletas, sin mantel y tomando
directamente de la latita.
En los Estados Unidos, las principales causas de morbilidad y mortalidad están relacionadas
con la mala alimentación y el estilo de vida sedentario. Algunas enfermedades específicas
vinculadas con la mala alimentación y la inactividad física incluyen la enfermedad
cardiovascular, la diabetes tipo 2, la hipertensión, la osteoporosis y ciertos tipos de cáncer.
Además, la mala alimentación y la inactividad física, que tienen como resultado un
desequilibrio energético (se consumen más calorías de las que se gastan), son los factores más
importantes que contribuyen al aumento de la población con sobrepeso y obesidad en este
país. Una dieta que no aporte un exceso de calorías, siguiendo las recomendaciones de este
documento, combinada con la actividad física, debería mejorar la salud de la mayoría de las
personas.
En España por ejemplo cada vez hay más adolescentes que acuden a los institutos sin
desayunar, cuando la primera comida del día es la más importante para el organismo, y hay
otros, por ejemplo, que, para engañar al estómago, se comen «una bolsa de fritos a primera
hora de la mañana». Con esta fuente de energía, son muchos los jóvenes que afrontan la
jornada.
Los malos hábitos alimentarios ya no son algo exclusivo de los americanos o de la cultura de la
comida rápida.
Algunas soluciones que se dan: Se deben proponer otros caminos en la alimentación para
beneficio de los hoy adolescentes y futuros dirigentes, que tienen el hábito de ingerir aceites
vegetales hidrogenados y ácidos grasos abundantes. Esto, más fumar, beber y sedentarismo
producen la enfermedad del siglo: sobrepeso, obesidad, hipertensión, que son las bases para
aumentar las posibilidades de accidentes cardiovasculares en jóvenes adultos. Una sana
alimentación asegura la calidad de vida.
La obesidad que sufren algunas personas es genética, aunque gran parte de ellas son debidas a
una mala alimentación y al sedentarismo.
Mil millones de adultos tienen sobrepeso. Si no se actúa, esta cifra superará los 1500
millones en 2015
En 2014, el 39% de las personas adultas de 18 o más años tenían sobrepeso, y el 13%
eran obesas.
3-ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES
Según la OMS:
La realización de actividad física durante al menos 30 minutos todos los días de la semana
ayuda a prevenir los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares.
Comer al menos cinco raciones de frutas y hortalizas al día y limitar el consumo de sal a menos
de una cucharilla al día también ayuda a prevenir los infartos de miocardio y los accidentes
cerebrovasculares.
4-DEPRESIÓN
Está demostrado que el exceso de peso se asocia con un mayor riesgo de sufrir cuadros
depresivos.
5-DIABETES
Treinta minutos de actividad física de intensidad moderada casi todos los días y una dieta
saludable pueden reducir drásticamente el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. La diabetes
tipo 1 no puede prevenirse.
6-CÁNCER
Más del 30% de los cánceres se podrían prevenir, principalmente evitando el tabaco, tomando
alimentos sanos, realizando alguna actividad física y moderando el consumo de alcohol.
Las dietas ricas en vitaminas B,C,D y E y ácidos omega-3 se recomiendan para un buen
funcionamiento cerebral, mientras que las altas en grasas trans, aceleran el envejecimiento
cerebral, empeorando por tanto su correcto funcionamiento.
Especialmente, las dietas altas en azúcar son altamente tóxicas; disminuyen el nivel de
vitamina E en sangre, pueden provocar somnolencia, irritabilidad o incapacidad de
concentrarse.
8-ENVEJECIMIENTO ACELERADO
Comer en exceso y alimentos inadecuados produce una aceleración del envejecimiento celular.
Alimentos con alto contenido en azúcar, la bollería, carnes rojas y cualquiera que este
excesivamente frito pueden acelerar el envejecimiento. Los alimentos con un alto nivel de
antioxidantes, como el maní o el té verde, protegen a las células de los radicales libres y
previenen el envejecimiento prematuro.
9-PROBLEMAS DE SUEÑO
Tanto con irse a la cama con apetito como irse habiendo comido demasiado, se pueden tener
problemas de sueño.
Además de comer en exceso, se debe evitar también los alimentos muy picantes, los altos en
grasas y los que puedan producir gases o indigestión.
10-MENOR AUTOESTIMA
Un buen físico ayuda a una autoestima positiva, al igual que tener sobrepeso la puede
disminuir.
Por otra parte, comer en exceso puede provocar sentimientos de depresión, culpa o vergüenza
e interferir con los niveles de azúcar en sangre, lo cual altera los estados de ánimo positivos.
11-PROBLEMAS DE INDIGESTIÓN
La indigestión, la sensación incómoda que se da en la parte superior del abdomen tras comer,
puede producirse por comer alimentos altos en grasas, bebidas con gas, alcohol o cafeína.
https://salud657.wordpress.com/2016/11/21/causas-de-la-mala-alimentacion-en-jovenes/
CONSECUENCIAS DE UNA MALA ALIMENTACIÓN EN LOS ADOLESCENTES
Una buena nutrición (una dieta suficiente y equilibrada combinada con el ejercicio físico
regular) es un elemento fundamental de la buena salud”. El término nutrición se refiere a los
nutrientes consumidos en una dieta balanceada, que son pequeñas sustancias que le dan al
organismo la energía necesaria para desarrollar las diferentes actividades diarias. Como ya es
sabido, existen cinco clases de nutrientes que son los carbohidratos, los lípidos, las proteínas,
las vitaminas y los minerales. (John Baynes, 2005, p.305)
Por otro lado, cuando una persona no las consume se dice que no tiene una buena
alimentación. “La mala nutrición es la condición que se debe al hecho de que las células del
cuerpo no obtienen suficiente cantidad de los nutrientes que se necesitan para crecer y
mantenerse saludables”. (Marin Rodriguez, Zoila Rosa, 1998, p. 116).
Por lo que se puede apreciar en las últimas citas ya mencionadas, la mayoría de personas
padecen esta condición porque comen alimentos que no están constituidos en lo que se
conoce como una dieta balanceada.
Requejo y Ortega (2003) indican que “El peso corporal es una preocupación para un elevado
porcentaje de la población adolescente y joven, pero en lugar de aumentar la actividad física y
modificar la alimentación en una dirección saludable, las medidas que suelen tomarse no
tienen fundamento científico (…)” Gabriel Galdó (2008) afirma que “Un alto porcentaje de
adolescentes, especialmente del sexo femenino, realizan dietas y comportamientos
restrictivos, influenciados por el ideal de belleza actual basado en la delgadez”. Estas dos
últimas citas, demuestran que la mala nutrición genera no solo consecuencias ‘visibles’, sino
también ‘subjetivas’.
La nutricionista Amelia de la Zota, del Centro Nacional de Alimentación (Cenan) del Instituto
Nacional de Salud (INS), advirtió que la anemia es una enfermedad que no distingue de
edades; sin embargo, sus efectos son más agresivos e irreversibles en la infancia y durante los
primeros años de vida.
La anemia es producida por escasez de glóbulos rojos que son diagnosticadas por los médicos
(…). El hierro está presente en todas las células del cuerpo y es fundamental para procesos
fisiológicos básicos, como ser la producción de hemoglobina y la función de las enzimas. La
deficiencia de hierro generalmente se produce cuando su ingesta, a partir de la dieta, no logra
cubrir las necesidades de este elemento. (Camila M. Chaparro, 1999).
El hierro es importante para el crecimiento y fortalecimiento, sobre todo en las niñas que
están más propensas a infecciones (Usha Ramakrishnan, 2001, p.11). Rosario Trinidad (2009)
afirma que “los adolescentes son especialmente susceptibles de sufrir una anemia por carencia
de hierro, ya que su volumen sanguíneo y su masa muscular aumentan durante el crecimiento
y el desarrollo”. En el libro Nutritional Anemias se muestra que las formas moderadas y
severas de anemia originan una resistencia reducida; por ejemplo, los individuos se demoran
más tiempo para completar tareas (Usha Ramakrishnan,2001, p.95). Además, otros síntomas
clínicos de la anemia incluyen la anorexia, nausea, fatiga, lentitud, visión borrosa, y dolor de
cabeza. (Usha Ramakrishnan, 2000, p.99). La anemia está asociada con problemas en atención
y percepción que resultan en logros académicos pobres (Usha Ramakrishnan, 2001, p.97).
Camila Chaparro (1999) afirma que “La prevalencia de la anemia disminuye con el mayor nivel
educativo alcanzado, mientras que en los otros países (Perú y Haití), se observa un patrón
opuesto, las mujeres con mayor nivel educativo tienden a tener mayores niveles de anemia.”.
al comparar estas dos últimas citas, se puede notar que en Perú, al menos, la anemia no es un
gran problema cuando se refiere al rendimiento académico de los adolescentes.
Para conocer si una persona sufre de esta condición, la OMS nos indica que “el índice de masa
corporal (IMC) —el peso en kilogramos dividido por el cuadrado de la talla en metros
(kg/m2)— es una indicación simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza
frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad(…)”. Si este índice es mayor o igual
a 30, quiere decir que padecemos de obesidad
Cuando una persona come excesivas cantidades de calorías, más a las que el cuerpo utiliza, es
cuando sufre de obesidad (Federico Soriger, 1995). Las personas obesas son más propensas a
sufrir de cualquier enfermedad, ya sea por una sola lesión o incluso un solo accidente.(Claudia
Carvajal, John Duperly, Natan Zundel, 2004, p.102).
Los adolescentes tienden a sufrir mucho, ya que son burlados o se preocupan más por su
aspecto y como los ven los demás. (Claudia Carvajal et al, 2004, p.113).
Según especialistas, cuando un adolescente consume demasiada comida chatarra como fast
food o dulce y golosinas, se saltan las comidas o no hace una suficiente cantidad de ejercicios,
es más difícil que tenga un control eficiente de su peso. (Camila Chaparro, 1999).
Muchas consecuencias psicológicas son las que trae esta condición. Rosario Trinidad en su
libro Adolescentes: trastornos de alimentación, muestra algunas de estas consecuencias: “El
adolescente vive angustiado porque tiene problemas para vestir, usar transportes públicos y
tiende a aislarse de los demás”.
De lo visto hasta este momento, se puede notar que es perjudicial que una persona no
obtenga suficiente cantidad de alimentos. Además, cuando se consume una dieta balanceada y
en ésta falta uno de los nutrientes como carbohidratos o proteínas, se pierde rápidamente
peso, el proceso de metabolismo se reduce, así como la resistencia a otro tipo de infecciones.
Existe un problema sin responder ya que no ha habido un profundo análisis sobre esto en mis
citas y en toda la información que pude obtener. La relación entre el desempeño académico de
un adolescente y la nutrición.
Gracias a Camila Chaparro podemos ver una relación entre estos dos; sin embargo, se
necesitarían más análisis para obtener una teoría más confiable. Además, hay que tener
presente los gastos económicos implicados para enfrentarse a enfermedades relacionadas con
la mala nutrición como la anemia y la obesidad. Por investigación propia, una cajita de 20
pastillas llamadas ANEMINOX FERRUM para tratar la anemia cuestan $53.44; de este pequeño
ejemplo se puede inducir que los costos para tratar estas enfermedades no son módicos o
ideales como alguien esperaría. Además, el Dr. Gamaniel Raúl menciona “(…) en las dos
décadas pasadas, la cifra de obesos se triplicó, observándose así mismo un rápido crecimiento
del sobrepeso y la obesidad en niños y adolescentes”. Y, esto no es todo; Gabriel Galdó indica
en su libro Atención al adolescente “Los trastornos asociados a la obesidad representan cada
año un coste de aproximadamente dos mil millones de euros en España, equivale al 7% de
gastos del Sistema Nacional de Salud.” Esto demuestra que la situación tiende a empeorar. Por
lo tanto, esto crea una pregunta que ninguna fuente pudo responder ¿Qué hacer para dar una
solución íntegra a las enfermedades relacionadas con la mala nutrición y evitar estas
consecuencias económicas abrumadoras?
http://consecuencias-mala-nutricion.blogspot.com/
ACTUALIDAD
En la vida del ser humano es muy importante la nutrición que se tiene y más en las etapas de la
niñez y en la adolescencia, porque es cuando el cuerpo se desarrolla tanto de forma física
como mental. Sin embargo, pocas son las personas que deciden llevar a cabo una dieta estricta
en estas […]
En la vida del ser humano es muy importante la nutrición que se tiene y más en las etapas de la
niñez y en la adolescencia, porque es cuando el cuerpo se desarrolla tanto de forma física
como mental. Sin embargo, pocas son las personas que deciden llevar a cabo una dieta estricta
en estas edades; más que estricta, el verdadero término sería “dieta adecuada”.
Se podría decir que en la etapa de la niñez es en donde se consumen más frutas y verduras
porque los padres son quienes les -plantean- la dieta a sus hijos, pero en algún momento los
chicos llegan a cierta edad en la que optan por “independizarse” (en algunas cosas) de sus
padres y comienzan a abusar de alimentos que no son buenos para su organismo; la comida
chatarra, por ejemplo.
Según la UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, sus siglas en castellano), “la
prevalencia de exceso en jóvenes de entre 11 y 17 años aumentó de 17,9% a 27,8% y
específicamente la de obesidad creció de 3,2% a 6,1%”.
Por cuestiones de horarios (o no), muchos chicos en edad escolar prefieren “alimentarse”
consumiendo productos de locales de comidas rápidas. Está bien darse un gusto cada tanto,
pero hay quienes abusan de estas comidas y hasta llegan a implementar esta dieta en su rutina
diaria, consumiendo en las cuatro comidas del día dichos “alimentos”.
Lorena Allemandi, directora del área de políticas de alimentación saludable de FIC Argentina
(Fundación Interamericana del Corazón), afirmó que “además de traer graves consecuencias
para la salud física, el sobrepeso y la obesidad están asociados a problemas psicosociales e
implican una barrera para el desarrollo integral de los niños, niñas y adolescentes. Es por eso
que la problemática se debe abordar a una edad temprana con políticas públicas diseñadas
con una perspectiva integral con especial énfasis en la reducción de las brechas de inequidad
social y la protección del derecho a la salud de los grupos más vulnerables”.
Muchos adolescentes no realizan actividad física de forma independiente, es decir, sólo se
conforman con el deporte que les proponen en sus respectivas escuelas. Debido a los
videojuegos, series/ficciones de alto interés público, plataformas de internet que son una
suerte de “televisión para los chicos”; muchos jóvenes optan por quedarse en sus casas en
lugar de ir a hacer deporte o simplemente de salir a pasear con sus amigos, ya que con las
redes sociales “se encuentran” pero virtualmente mediante una videollamada o un chat. El
sedentarismo también juega un papel importante en este juego e incluso, en casos muy
extremos, puede llevar a la muerte.
http://www.isecpost.com.ar/adolescentes-sedentarismo-y-mala-alimentacion-un-fenomeno-
cada-vez-mas-comun/
Viral
23-03-2017
Virginia Zorayda Pérez Nolasco, una de las siete estudiantes de la primera generación que
concluyó esta carrera en el Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECyT) 6 “Miguel
Othón de Mendizábal” manifestó que tener la glucosa baja por falta de carbohidratos provoca
en los jóvenes desgano y falta de interés.
Lourdes Cárcamo Munguía y Hebe Alejandra García González comentaron que si los
adolescentes se alimentan mal, el personal administrativo y profesores lo hacen peor, por lo
que han tenido que trabajar sobre la concientización de los malos hábitos de comida y luchar
contra la idea errónea de que “dieta” es igual a matarse de hambre cuando se trata sólo de
cuidar las raciones.
Las estudiantes plantean la idea de establecer la educación nutricional desde el nivel básico
para que los niños aprendan que es mejor comer una manzana a una bolsa de papas y que en
el comedor debe haber agua natural en lugar de refresco. “Es una tarea titánica porque
estamos rodeados de bombardeo publicitario, pero valdría la pena para disminuir los altos
niveles deobesidad que existen en el país”, indicaron.
Debido al alto promedio que obtuvieron durante la carrera, las cuatro estudiantes podrán
titularse con la acreditación de una última unidad de aprendizaje, luego de concluir su servicio
social que efectúan en el plantel, lo que las llena de orgullo y satisfacción, ya que son personas
adultas que decidieron tomar la oportunidad que les brindó el Politécnico para cursar una
carrera técnica a distancia.
Por otra parte, Guillermo García Corona, jefe de la Unidad de Tecnología Educativa y Campus
Virtual (UTEyCV), subrayó que la modalidad a distancia que ofrece el IPN se ha convertido en
una valiosa herramienta para poder cursar una carrera con las competencias requeridas por el
sector productivo.
Sobrepeso.
Lo que se traduce a cansancio y menor capacidad de trabajar. En algunos casos la
obesidad es producto a la genética, la mayoría por una mala alimentación y producto
del sedentarismo.
Enfermedades Cardiovasculares.
Llevar a cabo actividad física durante al menos 30 minutos diariamente los sietes días
a la semana ayuda a prevenir los infartos y los accidentes cardiovasculares. Ingerir
frutas, hortalizas diariamente, muy importante limitar el consumo de sal.
Depresión.
El exceso de peso se asocia con un mayor riesgo de sufrir depresión, aunque no se
perciba la depresión afecta a mas de 350 millones de personas en el mundo.
Diabetes.
Treinta minutos de actividad física con una intensidad moderada diariamente, mas
una dieta saludable, reduce significativamente el riesgo de desarrollar la diabetes
tipo 2. La tipo 1 no se puede prevenir.
Las dietas con alto niveles de azúcar son toxicas. Ya que disminuye el nivel de
vitamina E en sangre, provoca somnolencia, irritabilidad o incapacidad de
concentrarse.
Una correcta alimentación por su parte aunado a los ejercicios mejora la circulación
de sangre hacia el cerebro, y por ende su funcionamiento.
Problemas de sueño.
Ir a dormir con apetito o con el estomago demasiado lleno puede acarrear problemas
de sueño.
Problemas de indigestión.
La indigestión, la sensación incómoda que se da en la parte superior del abdomen
tras comer, puede producirse por comer alimentos altos en grasas, bebidas con gas,
alcohol o cafeína.
https://www.sanidad.es/consecuencias-de-una-mala-alimentacion/
Los trastornos alimenticios son condiciones serias que potencialmente ponen la vida en peligro
y afectan la salud física y emocional de la persona.
Los trastornos alimenticios no son solamente una “moda” o una “fase”. La gente no “pesca” un
trastorno alimenticio por un periodo de tiempo. Son condiciones reales, complejas y
devastadoras que pueden tener consecuencias en la salud, productividad y relaciones.
Desbalance electrolítico que puede llevar a latidos cardíacos irregulares y posible falla
cardíaca y muerte.
Caries dentales y destrucción de los dientes debido al contacto con los ácidos
estomacales durante el vómito frecuente.