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Primera Meditación:
Puesto que lo que se fundamenta sobre principios tan mal asegurados (falsas
opiniones) es dudoso e incierto, por lo tanto, para adquirir un conocimiento verdadero
e irrefutable tenemos que reconstruir unos principios bien asegurados para poder
luego fundamentar algo no dudoso ni incierto (en las ciencias).
Pero para negar la existencia de Dios, y, sin embargo, poder reconstruir una ciencia
fundamentada en lo no dudoso e incierto, y llegar a ese conocimiento de la verdad
irrefutable, Descartes tiene que considerar a dios como un genio maligno que ha
empleado toda su destreza en engañarlo, pues de las consideraciones resultantes
construye los fundamentos de las ciencias, y es, por tanto, que puede recrear toda la
argumentación de las meditaciones.
Es, pues, conocer las cosas que percibimos de, o por lo sentidos, es decir la naturaleza
de las cosas corporales, y además, las imágenes de las cosas que residen en nuestro
pensamiento, por sus elementos más simples y más universales, que son verdaderos y
existentes, puesto que de la mezcla de estas se generan las representaciones de
Sirenas y Sátiros que los pintores generan mediante formas bizarras y extraordinarias,
sin embargo, no les pueden atribuir formas y naturalezas por completo novedosas,
sino que hacen una cierta mezcla y composición de los miembros de diversos animales
(Descartes, 2011, p.167), a modo de que estos animales tendrían que ser las cosas
verdaderas y reales de las cuales imagina su obra. Por tanto, consideraríamos que las
ciencias que tratan de cosas muy simples y muy generales, como lo Aritmética y la
geometría, contienen algo cierto e indudable.
Segunda Meditación:
Le es facultad propia del cuerpo el poder recibir impresiones mediante el tacto, la vista,
el oído y el gusto, está también está ligada a la facultad de sentir, como, por ejemplo, a
través del gusto se puede experimentar placer lo cual significa que es agradable al
sujeto, de la misma forma se puede experimentar la sensación de dolor a través de los
demás sentidos. Otras capacidades que posee el cuerpo son la de nutrirse para su
equilibrio y desarrollo, además la capacidad del movimiento que le permite
desplazarse de un lugar a otro y de igual forma ser movido por un agente externo.
3) ¿Cuál es la estrategia que utiliza Descartes para referirse a un Dios, o algún otro
poder que nos pone en el espíritu pensamientos falsos?
Ser una cosa pensante implica (en palabras de Descartes), ser una cosa que duda,
afirma, niega, entiende, medita, quiere, imagina, siente; y esta vendría siendo la
esencia del yo, esto es, una cosa que existe. Ser una cosa que piensa, quiere decir
en otras palabras, una cosa que tiene ser, es decir, esencia, siendo el pensamiento
según Descartes, la esencia de la cosa. Para llegar a esta conclusión, Descartes
utiliza el argumento de la noción de la luz natural, como facultad de la razón, que
permite la intelección. De esta manera, es esta luz natural la herramienta que
permite el reconocimiento del entendimiento, y así, el reconocimiento de la
esencia del yo, y de esta forma, la intelección de la esencia de la cosa y de la
existencia de la misma. Con lo anterior, se fundamenta la siguiente respuesta a la
pregunta: Ser una cosa pensante implica ser una cosa que existe.
3) ¿Cuáles son los tipos de ideas que plantea Descartes en la tercera meditación?
Según Descartes, hay tres tipos de ideas a las cuales puede acceder el espíritu, a
saber, las ideas naturales que están impresas en la razón, las ideas adventicias que
vienen por medio de los sentidos, y las ideas compuestas que surgen a partir del
libre juego de la imaginación. Por su naturaleza, según Descartes, las únicas ideas
que tienen contenido real, son las ideas que están impresas en la razón, y sobre las
cuales se debe sentar la región de lo que se considera como conocimiento.
Cuarta Meditación:
1) ¿Qué entiende Descartes por libre albedrio:
Para Descartes, la facultad de elección o de libre albedrío es un atributo
otorgado por Dios y que tiene como finalidad contemplarse como criterio para
discernir entre lo verdadero y lo falso. El libre albedrío debería ser apuntado -
Por lo menos para el autor- como una elección mediada entre la facultad del
intelecto y de la voluntad, el querer y el entender.
Quinta Meditación:
Sexta Meditación
Preguntas hechas por: Laura Valentina Suarez, John Fredy Moreno, Kevin Andrey Serrato Díaz.