uno de los grandes problemas que preocupan al personaje, es el encantamiento de Dulcinea.
Recordemos que Don Quijote ve a Dulcinea encantada en tres ocasiones: en las afueras del Toboso, cuando Sancho le convence de que la labradora que se acerca es Dulcinea acompañada de dos de sus damas; en la visión de la cueva de Montesinos, cuando Dulcinea le pide dinero por medio de una de sus Doncellas; y en la representación burlesca ideada en el Palacio ducal.