Er poder de (ealuar
Wilkis, A. (2015). Las sospecas del dinero, Buenos Aires, Paidés.
Zeliver,V. (2009). La negaciacin dela intima. i
Zaias . ao09. La gi timidad. Buenos Aires, Fondo de Cul-
168
Capitulo 8
,CUANTO VALE CONOCER
EL PRECIO DEL ARTE?
Valuaciones monetarias y jerarquias estéticas
en publicaciones periddicas argentinas
de los afios sesenta
por Juan Cruz Andrada
x.Introduccién
El 8 deagosto de 1960 el diario Glarén publicé una encuesta realizada a los
directores de las principales galerias de arte de Buenos Aires. En ella se les
hacia dos preguntas concretas:*;Cusles han sido Tos artistas que mis se han
destacado en su galeria este aio; Cues son los pintores argentinos que mis
venden y cémo se cotizan?”. Este articulo es uno de varios ejemplos similares
{que fueron publicados a lo largo de la década de los sesenta en la prensa pe~
ridaiea de Buenos Aites. En ellos no solo se hacfa eco de la disputasestétcas
sobre el arte “viejo” y ‘nuevo", cl éxito de los artistas argentinos en el exterior
y la cantidad de exposiciones que se sucediian mes a mes, sino que también
€s posible observar un intenso interés por asociar estos acontecimientos con
‘su dimensin econémica y monetaria. Durante este periodo, en las piginas
Ue diasios y revistas se sucedian entrevistas a galeristas y artistas donde, junto
‘sus elecciones estéticas, anuunciaban los precios que pedian por las obras,
el éxito de ventas y sus proyecciones a fururo para el mercado, De la misina
‘manera algunos semanarios, como la revista Primera Plana, acompafiaban so
clisica guia semanal de exposiciones con los precios promedios de las obras
cen exhibicién. Incluso las ventas en subastas se llegaron a relatar con tono
pico si durante el evento se batia alggin récord o si se lograba comprar para
colecciones pablicas, alguna obra considerada emblemética, Mis allé de las
diferencias de extensién, formato y tono, lo que todos estos articulos tenian en.
comin es que, de una w otra manera, siempre buscaban responder a la misma
pregunta: cuanto vale of buen arte?
169El poder de (evalua
Resulta interesante esta presencia tan fuerte del dinero enmarcando dis~
tintos eventos, problemas y juicios artisticos volcados en la prensa; sobre todo
Si se tiene en cuenta que, dentro del campo del arte, hablar de precios, no
cs algo que suceda de forma abierta y espontinea (Bourdieu, 2010; Mouli
2015 Velthuis, 20053 Grav, 2013). Por lo general, muchos artistas s¢ sienten
incémodos cuando se les pregunta por el mercado de su obi
Ja critica y la academia, 2 menos que se h
al astnto, Tales la “denegacion” del interés
mientras que
le con un especialista, le escapan
econsmico (Bourdieu, 2010: 153-
4155) que incluso los galeristas se reservan el tema para momentos y lugares
especificos (Velthuis, 2005: 1-6), Encontrar en la actualidad referencias a los
precios del arte expuesto en galerias, en especial si son espacios con un presti~
Bio establecido, resulta extremadamente dificil. Por ejemplo, para acceder a los
precios de as galerias de arte més importantes del mundo se requiere pasae por
una serie de iniciaciones en las que, tanto el galerista como el eompradon se
evaliian mutuamente (Velthuis, 2005: 41-45). Esta opacidad contrasta con Ia
omnipresencia de los precios del are formados en subastas, de earicter pabico,
alos cuales se puede acceder desde miltiples dispositivos, ya sea desde el ea”
tilogo mismo del evento, el sitio web de la casa de subasta,o por las diferentes
bases de datos anus se mulplican en In web. En est sentido en la actual,
pareciera ser que los tinicos precios del arte legitimos de ser reproducidos
¥ dimdides son aque igs al meres de bases ne ek
acuerdos de precios dentro de Ins gulerias quedan confinados a espacios y ci
ccuitos mucho mis reservados." Olav Velthuis (zor 1) atribuyé esta diferencia
en Ia formacién y uso piblico de los precios a la necesidad de los galeriste,
formadores de valor econémico y estético en el mercado de arte primario, de
crear espacios de exelusividad y distineidn que ayuden a sostener, en el plano
simbélico, la jerarquias por ellos establecidas.
Sila reserva y el secretismo en los precios del mercado primatio es funcional
‘tla construcci6n de valor de las obras, zpor que en la Buenos Aires de la década
de los sesenta surgi esta necesicad generalizada de hablar de los precios del arte
incluso por parte de los galeristas? Si consideramos que los meseados presentan
igada a contingencia de valor de sus produc
tos y que achicar esta inccrtidumbre es clave para que cl intercambio mercantil
sea exitoso (Beckert y Asper, 2011: 5) es posible ver en estas publicaciones una
suet de hoje de rt" que besten onsite nica al piblico en exc
rade un campo y un mercado que en los iltimos veinteafios habia erecido
diene fora vertginnt (Dame, ttt) Ente comer ae
Pan aris
spruce do nites os dts cass do subst yay impacto ef
‘madion de precios, ver en este mismo iso toro de Haidasarey Garmin
170
Capeulo 8 {Ousinto velo conocer el precio del ate?
indagados por la prensa, los galeristas se vieron ance la necesidad de realizar de
forma publica una prdetica que suele estar reservada al Ambito privado de wna
sgileria: convertir y construir jerarquias de orden estético en valores monetarios
y viceversa. Asi, es posible observar eémo las fronteras entre las evaluaciones ar~
tisticas y hs valoraciones monctaras son Fundidas para justficarse mutuamente
y-con ello propones, eristalizar y legitimar jerarquias artisticas que no tequieren
‘mayor explicacién que Ia enunefacién misma por parte de una figura de autori-
dad, el galerista,
De manera similar al caso de los salarios militares, estudiado por Miximo
‘Badaré en este mismo libro, a utilizacién de valores monetarios como principio
de evaluacién, en nuestro caso, artistic, ‘no anula ni subordina a tos ctiterios
de valuacién, sino que muchas veces promueve las condiciones (...) para que
‘estos critcrios adquieran mayor difusién y legitimiciad en Ia sociedad”, Por este
‘motivo, en este capitulo intentaremos mostrar cémo los precios del arte publi-
cados en la prensa periédiea de los alos sesenta fueron clave como herramienta