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Federico D. Jankilevich
Por más que estén incluidas en el contrato correspondiente, cláusulas donde el banco
se arroga el derecho a cobrar las deudas impagas debitando de cualquiera de las
cuentas del deudor los créditos a cobrar, carecen de legitimidad. Y el argumento de la
entidad financiera “de que esta medida obedece a prevenir la mala fe del deudor” que
intentaría frustrar la cobranza de sus deudas con el resultado de la postergación de los
derechos del Banco. A la luz de las sentencias de nuestros jueces no son validas.
En estos casos, el banco está actuando por encima de los límites legales, ya que todo
acuerdo contractual debe ceder en sus estipulaciones ante el Orden Público. De
ninguna manera cláusulas incluidas en los mismos pueden importar una transgresión a
derechos irrenunciables, ya que tal proceder entrañaría un hecho de avasallamiento “de
lo que no puede ser objeto de los actos jurídicos”. (arts. 953 del Cód. Civ.).
Sobre todo, teniendo en cuenta que: “El Banco actúa como una empresa profesional,
presumiéndose una pericia especial para el desempeño de la actividad, que su conducta
no puede apreciarse con los parámetros aplicables a un neófito, sino que debe ajustarse
a un standard de responsabilidad agravada y que se trata de un comerciante profesional
con alto grado de especialización” que no puede alegar ignorancia del ordenamiento
jurídico. (art. 21 del Cód. Civ.).
Los bancos que cobran sus acreencias a través del mecanismo de sustraer la totalidad
de lo adeudado por un cliente, ni bien deposita su empleador la totalidad del sueldo,
dejándolo al deudor sin remuneración alguna; es una situación que taxativamente
procura impedir la legislación de orden público.
A modo de ejemplo citaré algunos casos ventilados ante la justicia y resueltos a favor
del deudor:
En el primero se inicia una Acción de Amparo ante la justicia laboral contra el Banco
Patagonia S.A., a fin de que le libere y restituya los fondos depositados por su
empleador, en concepto de haberes en su cuenta sueldo y que fueron imputados en el
100% al cobro de sus acreencias, por deudas con tarjetas de crédito Visa y Mastercard
y un préstamo personal otorgados por dicha entidad bancaria.
El tribunal fallo entendió que, sin una orden judicial que lo autorice al banco acreedor
no puede de Motus propio y con el solo argumento de las cláusulas contractuales
convenidas, proceder a realizarle débitos de su cuenta sueldo en el ciento por ciento de
las sumas percibidas, ya que ello es palmariamente violatorio del Orden Público
Laboral en el marco tutelar del Derecho del Trabajo, dentro del cual rige el principio
protectorio de irrenunciabilidad a favor de los derechos del trabajador (art. 12, RCT),
que entre otros le da especial protección al salario que percibe por su indiscutida
intangibilidad y estricta naturaleza y carácter alimentario que detenta, siendo que en el
común de los casos no puede verse afectado –ante una deuda contraída por el
trabajador- más allá del veinte por ciento, por disposición legal y previa orden judicial.
Otro ejemplo:
El actor en este caso interpone una demanda contra Banco Santander Río S.A., ya que
la entidad financiera había debitado el crédito de que gozaba el actor por el uso de su
tarjeta de crédito, directamente sobre su cuenta corriente. Sosteniendo que ese
proceder era contrario a lo previsto por el Decreto Nº 484/87 y por el art. 12 de la Ley
Nº 20.744.
Al contestar, el banco manifestó que el actor había pactado el pago de los gastos
realizados con su tarjeta de crédito mediante débito automático y que por consiguiente
no resultaba aplicable el Decreto Nº 484/87, ya que no había habido embargo de
haberes.
Del contrato surge que el actor acordó el pago del saldo de su tarjeta de crédito
mediante débito automático sobre fondos de su cuenta; y estaba previsto el traspaso de
cuentas de caja de ahorro -abierta para la acreditación de haberes- a la cuenta corriente
para cubrir descubiertos.
“Considero que resulta contrario con la finalidad de la normativa que habilita al ente
financiero a percibir de tal manera los créditos y, asimismo, contrario a la moral, las
buenas costumbres y la buena fe, que a través de este mecanismo se le sustraiga -ni
bien lo deposita el empleador- la totalidad del sueldo al deudor, dejándolo sin
remuneración alguna; que es la situación que precisamente procura impedir la
legislación -de orden público- que limita la embargabilidad de los haberes. Máxime si
se repara que en el caso tal exacción se llevó a cabo respecto de los sueldos de -al
menos- dos meses consecutivos y el demandado fue oportunamente anoticiado de la
situación…”.
Por ello se resolvió revocar parcialmente la sentencia recurrida, sólo haciendo lugar al
reclamo por daño patrimonial y confirmándola en todo lo demás, que decidió fue
objeto de agravios no atendidos, con costas de alzada a la parte demandada vencida.
Los bancos en su a fan del derecho al cobro, habían violentado el art 1071 del Cód.
Civ. el cual establece que “El ejercicio regular de un derecho propio o el cumplimiento
de una obligación legal no puede constituir como ilícito ningún acto. La ley no ampara
el ejercicio abusivo de los derechos. Se considerará tal al que contraríe los fines que
aquélla tuvo en mira al reconocerlos o al que exceda los límites impuestos por la buena
fe, la moral y las buenas costumbres” a ello agregamos la Ley Nº 24.240 en su articulo
3º — “Interpretación. Las disposiciones de esta ley se integran con las normas
generales y especiales aplicables a las relaciones jurídicas antes definidas, en particular
las de defensa de la competencia y de lealtad comercial. En caso de duda, se estará
siempre a la interpretación más favorable para el consumidor. Y en su artículo 37. —
Interpretación. Sin perjuicio de la validez del contrato, se tendrán por no convenidas:
a) Las cláusulas que desnaturalicen las obligaciones o limiten la responsabilidad por
daños; b) Las cláusulas que importen renuncia o restricción de los derechos del
consumidor o amplíen los derechos de la otra parte; c) Las cláusulas que contengan
cualquier precepto que imponga la inversión de la carga de la prueba en perjuicio del
consumidor. La interpretación del contrato se hará en el sentido más favorable para el
consumidor. Cuando existan dudas sobre los alcances de su obligación, se estará a la
que sea menos gravosa.En caso en que el oferente viole el deber de buena fe en la
etapa previa a la conclusión del contrato o en su celebración o transgreda el deber de
información o la legislación de defensa de la competencia o de lealtad comercial, el
consumidor tendrá derecho a demandar la nulidad del contrato o la de una o más
cláusulas. Cuando el juez declare la nulidad parcial, simultáneamente integrará el
contrato, si ello fuera necesario”.