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ESPACIO Y TIEMPO EN EL PENSAMIENTO COSMOGONICO MAYA

Según el pensamiento maya, el sol constituye un astro de primera magnitud, no sólo en


los aspectos espirituales, cosmográficos, astronómicos, ideológicos, etc, sino que es
punto de vital importancia en sus elaboraciones matemáticas y geométricas, resultado de
los aparentes movimientos del sol, por el giro anual de la Tierra a su alrededor.
Equinoccios y Solsticios marcan además de las cuatro estaciones, los cuatro rincones del
mundo o los cuatro puntos cardinales que, según David Vela en su trabajo La Plástica
Maya, llevó a esta cultura a entender idealmente el universo como un cubo, figura
geométrica perfecta. De esa cuenta al dividir el espacio, los mayas concebían dos niveles
principales, el vertical a su vez subdividido en supra mundo (twitz Kyaj), el mundo (twitz
tx’oxtx´) y el inframundo (twitz tjaq’ tx’otx’).

Así es como el libro mito histórico Pop Wuj relata de manera poética “... como se acabo
de formar todo el cielo y la tierra, como fue formado y repartido en cuatro partes, como fue
señalado y el cielo fue debido y se trajo la cuerda de medir y fue extendida en el cielo y en
la tierra, en los cuatro ángulos, en los cuatro rincones.” (Recinos, 1,991 )
Aquí tenemos los planos vertical: Supra mundo e inframundo y en el horizontal las cuatro
esquinas y el centro.

Figura 1. Las cuatro “esquinas del cielo” en los solsticios y el punto central al pasar el sol
por el cenit, basado en Villa Rojas.

Justamente, el libro de los acontecimientos viene a confirmar una de las características


mas sobresalientes del pensamiento maya “ unidad entre tiempo y espacio. El cosmos
tuvo su origen cuando nació el sol y comenzó a moverse, y en este movimiento creó a su
vez un orden en la sucesión del tiempo y un orden en la configuración del espacio”
(Florescano, 1,992) Es indudable que este tipo de concepción de tiempo y espacio
constituye el principio rector de la sociedad maya principalmente en el denominado
período clásico (300-900. d. c.). Abundantes testimonios podemos encontrarlos en las
grandes ciudades convertidas ahora en centros arqueológicos.

Como ha quedado demostrado, en la gráfica anterior, junto a la visión horizontal del


mundo, los mayas también concibieron una visión vertical, representada por tres niveles
fundamentales: supra mundo regido por trece niveles o deidades, seis que administraban
el lado oriental y seis el lado occidental; el cenit gobernaba la parte más alta que el sol
asumía en el día. El inframundo estaba representado por nueve niveles al igual que el
supra mundo, cuatro hacia el occidente y cuatro al oriente y el punto más bajo que era el
quinto peldaño, representaba la parte más interna o profunda del inframundo, parte desde
la cual el sol iniciaba de nuevo su recorrido.
Así, en el pensamiento maya cada día representa un nacer y un morir del sol, equivale en
el sentido simbólico a vencer día a día a los señores de Xibalbá, cuya residencia se
encuentra en el inframundo. Puede entenderse como el nivel de conciencia más
elemental, caldo de cultivo del odio, rencor, ambición, envidia, que todos llevamos en el
fondo; ese nivel latente que puede superarse solamente con el esfuerzo cotidiano de
acceder a niveles superiores de conciencia como mitológicamente lo hizo Hun ajpú e
Ixbalanqué, que vencieron a los Señores de Xibalbá logrando que cada día alumbrara el
mundo un nuevo horizonte civilizatorio, que pudiera trasmitir vida y calor a los seres
humanos.

Figura No. 2. El camino del sol y los tres niveles; Supra mundo, Mundo y Inframundo,
tierra y espacio celeste (basado en Villa Rojas)

En las ciudades mayas de la época Clásica se puede apreciar el extraordinario esfuerzo


que se hacia por tratar de recrear a nivel del mundo social, político y arquitectónico la
armonía y ritmo del cosmos. En la actualidad sabemos por estudios e investigaciones
científicas que las ciudades mayas se construyeron bajo la visión de rehacer en sus
trazos el orden cósmico, cotidianamente trazado por el Sol.

Por ejemplo la orientación de las construcciones de las escalinatas de los principales


monumentos históricos y arquitectónicos de Tikal, Yucatán, Uxmal, Abaj Tajalik, etc, se
encuentran ubicadas con orientación que demuestra el camino del sol: el nacimiento y
muerte en función de recrear la armonía que generan el orden cósmico en sus
combinaciones unidad-diversidad-unidad “La planeación de estos conjuntos urbanos, y la
distribución y orientación de sus edificios, quiso reproducir la división cuatripartita del
cosmos, convertir el centro sagrado de la ciudad en una replica del ombligo del mundo
que le daba sustento al universo, hacer de cada templo y edificio un indicador de los
desplazamientos del sol por la orbita celeste, de manera que la ciudad terrena tuviera las
mismas anclas axiales que sustentaban la armonía del cosmos.” (Florescano, 1,992).

Como sin duda se ha podido ir apreciando, los conceptos mayas contienen en privilegio la
relación de macro cosmos y micro cosmos en vinculación directa, a partir de que en sus
construcciones implican la representación de pequeños universos conectados a sistemas
más grandes: las ciudades y el conjunto reelaboraba la armonía cósmica hasta lograr una
visión tetradimensional: Espacio-tiempo-tiempo-espacio, que en el los primeros 25 años
del siglo pasado Albert Einstein lograra para su fundamentación científica de la teoría de
la relatividad.
Ciclos Mayas

Los mayas emplean tres calendarios, todos organizados como jerarquías de ciclos de
días de varias longitudes. La cuenta larga es el calendario principal para propósitos
históricos. El Haab' se usa como el calendario civil, mientras que el Tzolkín es el
calendario religioso. Todos los calendarios mayas se basan en el recuento en serie de
días sin medios para sincronizar el calendario con el Sol o la Luna, aunque los
calendarios de Cuenta Larga y Haab' contienen ciclos de 360 y 365 días,
respectivamente, que son más o menos comparables con el año solar. Basado
únicamente en los días de recuento, la cuenta larga se asemeja más que otros
calendarios ideados en la antigüedad al sistema de días julianos y las representaciones
de computadora de fecha y hora contemporáneas. También de apariencia claramente
moderna es el hecho que los días y ciclos cuentan desde cero, no uno como en la
mayoría de otros calendarios antiguos. Esto simplifica el cálculo de las fechas. Además,
todos los ciclos usan números en lugar de nombres.

Ciclo Compuesto de Total de días Años (aprox.)


kin 1
uinal 20 kin 20
tun 18 uinal 360 0.986
katún 20 tun 7200 19.7
baktún 20 katún 144,000 394.3
pictún 20 baktún 2,880,000 7,885
calabtún 20 piktún 57,600,000 157,704
kinchiltún 20 calabtún 1,152,000,000 3,154,071
alautún 20 kinchiltún 23,040,000,000 63,081,429

El calendario de cuenta larga está organizado en la jerarquía de ciclos que se muestra a


la derecha. Cada uno de los ciclos se compone de 20 del siguiente ciclo más corto, con la
excepción del tun, que consiste en 18 uinal de 20 días cada uno. Esto da como resultado
una duración de 360 días, que mantiene una alineación aproximada con el año solar en
intervalos modestos, pues el calendario se desalinea del Sol 5 días por cada tun.

Los mayas creían que al final de cada ciclo pictórico de aproximadamente 7,885 años, el
universo se destruye y se recrea. Aquellos con inclinaciones apocalípticas se sentirán
aliviados al observar que el ciclo actual no terminará hasta el 12 de octubre de 4,772 en el
calendario gregoriano. Hablando de eventos apocalípticos, es divertido observar que el
ciclo más largo del calendario maya, el alautun, suma unos 63 millones de años,
comparables a los 65 millones de años desde el impacto del asteroide que acabó con los
dinosaurios, un impacto que ocurrió cerca de la península de Yucatán donde, casi un
alautún más tarde, floreció la civilización maya. Si el universo va a ser destruido y el final
del pictún actual, no tiene sentido escribir fechas usando los ciclos más largos, por lo que
prescindimos de ellos aquí.

Por convención, las fechas en el calendario de la cuenta larga se escriben así:

baktun.katun.tun.uinal.kin
¡y así se parecen a las direcciones IP de Internet actuales!

Para fines civiles, los mayas utilizaban el calendario de Haab'. En este, el año se divide en
18 períodos con nombre, de 20 días cada uno, seguidos de cinco días Uayeb, no
considerados parte de ningún período. Las fechas en este calendario se escriben como
un número de día (de 0 a 19 para períodos regulares y de 0 a 4 para los días Uayeb)
seguido del nombre del período. Este calendario no tiene ningún concepto de números de
año, simplemente se repite al final del ciclo completo de 365 días. En consecuencia, no es
posible, dada una fecha en el calendario Haab', determinar la cuenta larga o el año en
otros calendarios. El ciclo de 365 días proporciona una mejor alineación con el año solar
que la duración de 360 días de la cuenta larga pero, al carecer de un mecanismo de año
bisiesto, el calendario de Haab' se corre un día con respecto a las estaciones cada cuatro
años.

La religión maya emplea el calendario Tzolkín, compuesto por 20 períodos nombrados, de


13 días cada uno. A diferencia del calendario Haab', en el que los números del día
aumentan hasta el final del período, momento en el que se utiliza el siguiente nombre del
período y el recuento del día se restablece a 0, los nombres y números en el calendario
Tzolkín avanzan en paralelo. En cada día sucesivo, el número del día se incrementa en 1,
se restablece a 0 al llegar a 13, y se coloca el siguiente en el ciclo de veinte nombres.
Como 13 no divide a 20 en forma pareja, hay un total de 260 combinaciones de nombres
de números y períodos antes de que se repita el calendario. Al igual que con el calendario
de Haab', los ciclos no se cuentan y, por lo tanto, no se puede convertir una fecha de
Tzolkín en una fecha única en otros calendarios. El ciclo de 260 días forma la base de los
eventos religiosos mayas y no tiene relación con el año solar o el mes lunar. Los mayas
antiguos con frecuencia especificaban fechas utilizando los calendarios Haab' y Tzolkín;
las fechas de esta forma se repiten solo cada 52 años solares.

Texto traducido y adaptado de Calendar Converter de Fourmilab, Departamento de


Matemáticas de la Universidad de Harvard. John Walker. Material disponible en el dominio
público.
El sistema de calendario

Los antiguos mayas eran expertos observadores del


cielo. Esta imagen muestra las constelaciones mayas
de animales que se encuentran en el Códice de
París. Usando su conocimiento en astronomía y
matemáticas, los antiguos mayas desarrollaron uno
de los sistemas de calendarios más exactos en la
historia de la humanidad. Los antiguos mayas tenían
una fascinación con los ciclos del tiempo. Los
calendarios mayas más conocidos son el Haab y el Tzolk’in. Además de éstos, los
mayas también desarrollaron el calendario de Cuenta Larga para dar fecha
cronológica a eventos mitológicos e históricos. El calendario de Cuenta Larga
incorpora ambos calendarios, el Haab y el Tzolk’in, entrelazados en un ciclo de 52
años. El ciclo de 13 baktún del calendario maya de Cuenta Larga dura 1.872.000
días o 5.125,366 años tropicales. Este es uno de los ciclos más largos que se
encuentran en el sistema de calendario maya. Este ciclo de 13 baktún termina en
el solsticio de invierno, el 21 de diciembre de 2012.

El ciclo del Haab es de 365 días y se aproxima al año


solar. El Haab es un calendario de diecinueve meses.
El Haab está compuesto de 18 meses, llamados
“uinal”, de 20 días, y un mes de 5 días. Este mes de 5
días se llama “Wayeb”. De este modo, 18 x 20 + 5 =
365 días. Esta imagen muestra los jeroglíficos que
corresponden a los diecinueve meses del calendario
Haab. Los mayas representaron algunos de estos meses usando más de un glifo.
A estos glifos se les conoce como “variantes”. Las variantes del mismo glifo están
enmarcadas en un fondo turquesa.

Los agricultores mayas de Yucatán llevan a cabo


ofrendas y ceremonias en los mismos meses cada
año, siguiendo el ciclo de 365 días del Haab. Estas
ceremonias se llaman Sac Ha’, Cha’a Chac y Wajikol.
Los mayas en las tierras altas de Guatemala celebran
ceremonias y rituales especiales durante el mes
Wayeb del Haab, el mes corto de cinco días.

El calendario sagrado maya se llama Tzolk’in en el


idioma maya yucateco y Chol Q’ij en el idioma maya
quiché. Este calendario no está dividido en meses. En
lugar de meses, está compuesto por una sucesión de
glifos de 20 días en combinación con los números 1 al
13, produciendo así 260 días únicos. Al multiplicar 20 x 13 obtenemos 260 días.
Esta imagen ilustra como los números 1 al 13 hacen un ciclo a través de los 20
glifos para formar fechas en el calendario Tzolk’in. Cualquiera de dichas
combinaciones, tal como 1 Imix’, se repite solo después que han pasado 260 días.
La duración del Tzolk’in concuerda con los nueve ciclos de la Luna y el período de
gestación de los seres humanos. El Tzolk’in también está relacionado con los
movimientos del Sol, el paso cenital y el ciclo de crecimiento del maíz.

Cada 260 días, los Ajq’ijab’ en las áreas de las tierras


altas de Guatemala, celebran una ceremonia de año
nuevo llamada Waxjaqib’ B’atz’, y le dan la bienvenida
a otro ciclo en el calendario sagrado maya Chol Q’ij.
Durante esta ceremonia, se inician los
nuevos contadores del tiempo del calendario. Esta
imagen muestra a Roberto Poz Pérez, quiché, un
contador del tiempo en un pueblo cerca de Quetzaltenango, Guatemala. Él ha sido
contador del tiempo por más de 30 años.

Los calendarios Tzolk’in impresos son populares en


Yucatán. El calendario Chol Q’ij impreso es usado
diariamente por muchas personas en las tierras altas
de Guatemala.

En el calendario llamado Rueda Calendárica, los


calendarios Haab y Tzolk’in están entrelazados. En
la Rueda Calendárica, cualquier combinación de un
día del Tzolk’in con un día del Haab no se repetirá
hasta que hayan pasado 52 períodos de 365 días.
Los mayas creen que cuando una persona alcanza
52 años de edad, ellos logran la sabiduría especial
de un anciano. Esta imagen muestra una
representación contemporánea de la Rueda Calendárica que entrelaza el Tzolk’in
(izquierda) con el Haab (derecha).

Cualquier evento histórico o mítico abarcando a más


de 52 años, requería que los antiguos mayas usaran
un calendario adicional, el de Cuenta Larga. El
calendario de Cuenta Larga es un sistema que consta
con 5 ciclos de tiempo. Este calendario es similar al
sistema de calendario gregoriano que cuenta días,
meses, años, siglos y milenios. El sistema maya
también lo hace, pero la diferencia está en el nombre y magnitud de los ciclos. Al
igual que la matemática maya, el sistema de calendario de Cuenta Larga cuenta
de 20 en 20. La excepción está en el tercer ciclo, porque 18 x 20, que es igual a
360, se aproxima más al ciclo Haab o el ciclo solar de 365 días, en vez de
multiplicar 20 x 20, que es igual a 400.

Además de los cinco ciclos, una fecha completa en el


calendario de Cuenta Larga incluye fechas del Haab y
Tzolk’in. Por ejemplo, enero 1 del año 2000 se escribe
12 baktún 19 katún 6 tun 15 uinal 2 k’in 11 Ik’ 10
K’ank’in usando el sistema maya o 12.19.6.15.11 Ik’
10 K’ank’in. El calendario gregoriano cuenta los días
cronológicamente, comenzando con el nacimiento de
Cristo. El calendario maya de Cuenta Larga también cuenta días en orden
cronológico, comenzando con la fecha de la creación mitológica de 13.0.0.0.0 4
Ajaw 8 Kumk’u. Esta fecha corresponde al 11 de agosto de 3114 a.C. Esta imagen
muestra la fecha de la creación dibujada en jeroglíficos como aparece en
la Estela C en Quiriguá, Guatemala. En esta fecha, el Sol estaba en el cénit al
mediodía; y la constelación maya de la Tortuga (Orión) estaba en la posición
del nadir, lo cual se considera el inframundo maya.

El ciclo actual del calendario de Cuenta Larga


alcanzará nuevamente 13.0.0.0.0 durante
el solsticio de invierno el 21 de diciembre de 2012,
cuando la fecha de la Rueda Calendárica será 4 Ajaw
3 K’ank’in. La imagen muestra tres fechas
consecutivas de Cuenta Larga. De izquierda a
derecha, estas fechas corresponden al 20 de
diciembre, 21 de diciembre y 23 de diciembre de 2012.

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