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Federico el grande

Federico II de Prusia, también conocido como Federico II el Grande (en alemán: Friedrich
der Große; Berlín, 24 de enero de 1712- Potsdam, 17 de agosto de 1786), fue el tercer rey
de Prusiaa (1740-1786). Perteneciente a la Casa de Hohenzollern, hijo de Federico Guillermo
I y Sofía Dorotea de Hannover, fue uno de los máximos representantes del despotismo
ilustrado del siglo XVIII. Se le conoce por sus victorias militares y por su reorganización del
ejército prusiano, sus tácticas y maniobras innovadoras, y por el éxito que obtiene en
la Guerra de los Siete Años, pese a su situación casi desesperada, por lo que se le conoce ya
en su época como Federico el Grande.
En su juventud, Federico está más interesado en la música y en la filosofía que en el arte de la
guerra, lo que le enfrenta con su propio padre, Federico Guillermo I, al que se le conoce por su
carácter autoritario, por lo que intenta escapar junto con su amigo, muy cercano, Hans
Hermann von Katte. A ambos se les captura y juzga por el rey bajo la acusación de deserción,
con tal resultado que Federico es obligado a presenciar la ejecución de su apreciado amigo
Hans. Tras acceder al trono prusiano, Federico ataca Austria y se anexiona Silesia en las
llamadas Guerras de Silesia. Al final de su reinado, Federico logra interconectar físicamente la
totalidad de su reino, que anteriormente se hallaba dividido, mediante la conquista de
territorios del Reino de Polonia, después de la primera partición de Polonia.
Como exponente del despotismo ilustrado, a Federico se le conoce por modernizar la
burocracia y la administración pública prusiana, y por llevar a cabo diversas políticas de
carácter religioso, que abarcan desde la tolerancia hasta la opresión, en función de las
circunstancias.1 Reforma el sistema judicial y hace posible que los hombres de origen no
aristocrático puedan llegar a la judicatura o a los principales puestos burocráticos. Algunos
críticos, sin embargo, recalcan que sus medidas son opresivas contra sus súbditos polacos
conquistados.23 Apoya las artes y la filosofía, aunque al mismo tiempo emite diversas leyes de
censura a la prensa.
Federico II muere sin descendencia y le sucede en el trono su sobrino Federico Guillermo II,
hijo de su hermano menor. Es enterrado en su residencia favorita, el Palacio de Sanssouci,
en Potsdam.
Federico II es conocido por varios apodos, tales como el rey filósofo , el rey músico (pues fue
un compositor y flautista nato), el rey masón o el viejo Fritz (en alemán: der Alte Fritz), siendo
la última palabra el acortamiento de su propio nombre. Fue llamado El Grande tras sus
grandes hazañas militares (sobre todo durante la Guerra de los siete años de 1756 a 1763);
conflicto que convierte a Prusia en una máquina de guerra, con lo que se duplican los
territorios del reino.
Casi todos los historiadores alemanes del siglo XIX consideran a Federico el Grande como el
modelo romántico de guerrero al que se le debe dar gloria, ya que se le alaba su liderazgo, su
eficiencia administrativa, su devoción al deber de gobierno y su éxito en construir
una Prusia capaz de asumir un papel principal en Europa.4 Se mantiene como una figura
admirada e histórica después de la derrota del Imperio alemán en la Primera Guerra Mundial;
así, el nazismo le glorifica como el líder alemán que precede a la figura de Hitler. Sin embargo,
su reputación se vuelve mucho más desfavorable tras la caída del régimen nazi, tanto en la
Alemania Oriental como en la Occidental.5

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