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Lector ludi No.

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“El pensador y La Mujer sentada” dos cerámicas, procedentes de Cernavodă, Cultura Hamangia, 5000-
4600 AC National History Museum of Romania.

Por Iván Rodrigo García Palacios

De qué hablamos cuando hablamos de familia

Antes de decir algo acerca de la familia y de la crianza, es necesario decir que decir
algo sobre la familia parece una paradoja y una broma cruel cuando mucho más de la
mitad de los niños (y niñas para seguir las imposiciones del lenguaje inclusivo) que
nacen en el mundo carecen de las más mínimas condiciones, suficientes y necesarias,
para una crianza adecuada, pues su infancia y casi todo el resto de sus vidas están
condenadas a soportar y padecer hambre, necesidades, violencia, dolor, miedo,
precisamente aquello contra lo que la selección natural ha desarrollado como crianza y
que la evolución cultural ha establecido como familia 1.
1 Jordi Agustí, Enric Bufill y Marina Mosquera, El precio de la inteligencia. La evolución de la
mente y sus consecuencias, Crítica, Barcelona, 2012, p. 187. "Entorno social, flexibilidad
conductual y plasticidad cerebral: "Lo que todos los investigadores sí parecen apoyar es que
prácticamente no hay aprendizaje si no hay entorno social, y que el incremento de aquel está en
función directa del incremento de este. De hecho, la explicación de ello podría estar en cierta
particularidad que presentan todos los mamíferos, especialmente intensificada en el caso humano:
que gran parte de su desarrollo se lleva a cabo mientras el individuo ya está interactuando con el
entorno, ya que existe un largo periodo de desarrollo extrauterino entre su nacimiento y su total
desarrollo o madurez.
Este periodo es muy largo en los primates y excepcional en el ser humano, único género que
parece presentar una fase de "niñez" en su ontogenia. Todos los demás géneros y especies
parecen pasar de la infancia a la madurez, pasando por la pubertad. En el caso humano, el periodo
En una historia de la familia y de la crianza, habría que empezar por distinguir los
modelos de familia y de crianza en un ámbito matricial y en un ámbito patricial. Un
ámbito matricial es aquel en el que predomina una visión de sí mismo, de los otros y del
mundo, a partir de considerar a la Naturaleza y a sus leyes desde la metáfora de la Gran
Madre Tierra. Por su parte, un ámbito patricial es aquel en el que predomina una visión
de sí mismo, de los otros y del mundo a partir de la consideración de que la Naturaleza y
todo lo existente y lo no-existente son creaciones de un dios o dioses masculinos, nacidos
ellos mismos de ninguna madre, o sea, de dioses sin madre.
Es muy probable que en el ámbito matricial el modelo de familia y crianza fuera
colectivo y solidario, en contraposición al modelo trinitario heterosexual -padre, madre,
hijo, eso que llaman familia nuclear- del ámbito patricial que es el que ha estado vigente
desde la invención de los dioses masculinos y en los miles de años de historia conocida y
documentada, muchas veces explorada y explicada a partir de prejuicios y
discriminación, es decir, los científicos parten del supuesto de que la historia de la
humanidad ha sido determinada en un ámbito patricial.
También hay que decir que, junto con el modelo de familia trinitario heterosexual, es
necesario considerar los nuevos modelos de las familias constituidas por parejas del
mismo sexo que si bien conservan la característica trinitaria, los miembros de la pareja
no son heterosexuales, pero los hijos e hijas bien pueden serlo o no. También se
presentan casos de familias monoparentales o familias mixtas, o sea, aquellas en las que
se crían los hijos de uno o de ambos miembros de la pareja, pero habidos con otra pareja

que dista entre la infancia y la pubertad se ha hecho extremadamente longevo, y a eso que
llamamos niñez. Este periodo, como el de la infancia, es extraordinariamente rico en estímulos
para el individuo; ambos juntos supen, por tanto, una "ganancia" exponencial en el potencial de
aprendizaje. Por tanto, cuanto más largo sea el periodo de desarrollo extrauterino en un ámbito
social, más se incrementará el potencial de aprendizaje del individuo. Los datos obtenidos del
estudio de un cráneo de Australopithecus afarensis de tres años de edad hallado recientemente en
Etiopía, sugiere que en esta especie se había iniciado ya el alargamiento de la niñez, aunque solo
con la emergencia del género Homo se produjo un aumento significativo del periodo de
dependencia y la aparición de la infancia. El que la complejidad cognitiva esté relacionada con el
tiempo de desarrollo ontogenético y con el desarrollo cerebral parece demostrarse por el hecho de
que el cerebro de los niños superdotados crece durante más tiempo, siendo, además, un cerebro
más moldeable o flexible que de que el de los demás niños (Shaw et al., 2006).
La desventaja adaptativa de este largo periodo de inmadurez es que requiere de un constante
cuidado y alimentación, pero la ventaja está en que permite al organismo en desarrollo la
incorporación de una gran cantidad de conocimientos, el desarrollo de su cognición, sintonizada
con el medio ambiente social y natural circundante. Esta ventaja es especialmente adaptativa para
los humanos, género notablemente flexible a escala ecológica, ya que somos capaces de
adaptarnos a hábitats muy diferentes o que varían con cierta rapidez.
Una vida larga implica enfrentarse a un mayor número de situaciones imprevistas y experimentar
un mayor número de riesgos y fluctuaciones ambientales, lo que requiere a su vez una mayor
dependencia del aprendizaje para sobrevivir. La larga infancia de los miembros del género Homo
hizo que dicho aprendizaje tuviera lugar mientra los jóvenes se encontraban bajo la protección
familiar. El periodo que conocemos como adolescencia permitió un alargamiento adicional del
periodo de desarrollo cerebral y más tiempo para el aprendizaje de las habilidades necesarias para
un adulto. La adolescencia parece haber aparecido relativamente tarde en la evolución humana".
en otra relación familiar y la familia extensa o extendida, esa de toda la parentela.
En cuanto a la crianza, sus modelos estarán determinados tanto por los anteriores
modelos de familia como por otras características propias de los sistemas sociales y
jurídicos, tal el caso de la adopción o, en el peor de los casos, pero no tampoco menos
escasos, el de aquellos niños abandonados y criados por extraños.

Los estilos de familia

En cuanto a las familias trinitarias heterosexuales o no, podría ser que esos modelos
de familia y crianza se encuadren en aquellos "marcos" que George Lakoff describe en su
libro No pienses en un elefante:
"[...] dos estilos diferentes de familia: la familia del padre estricto y la familia de
los padres protectores (Nurturant)" (1).
(1) En el original, nurturant parent family. Nurturant, neologismo acuñado por
Lakoff. Derivado del verbo nurture, alimentar, amamantar, criar, cuidar, cultivar,
educar, nutrir, y, como nombre, alimento, crianza, educación... En lo sucesivo, y
al igual que en este contexto, utilizaré principalmente «proteger», «protección» y
sus derivados porque, hasta cierto punto, son los que más se aproximan en
castellano a los significados y a la dimensión metafórica que confiere Lakoff a un
término ya de por sí tan polisémico como nurturant, y, por otra parte, «raro» en
inglés. Ahora bien, en determinadas ocasiones, y cuando el contexto lo exija,
utilizaré, como veremos, algunos de los otros significados que acabo de
mencionar, emparentados con aquel término, e indicándolo en nota. (N. de la T.)
(George Lakoff, No pienses en un elefante, p. 8).
Yo preferiría llamar a estos modelos de familia y de padre: "padre egoísta" 2 y "padre
solidario" 3. Me explico. Se es estricto porque se tiene una visión de sí mismo, de los
otros y del mundo, única e indiscutible, mejor dicho, egoísta. Y, por supuesto, se es
solidario porque se tiene una visión de sí mismo, de los otros y del mundo compartida y
comunitaria, mejor dicho, la celebre frase de los tres mosqueteros de Alexander Dumas:
"Uno para todos y todos para uno".
Otra cosa. Prefiero traducir nurturant, el término y neologismo en inglés que utiliza
George Lakoff, como solidaridad, en lugar de protector que explica la traductora, pues
en español, protector se refiere sólo a una de las cualidades que debe tener un padre
según el término nurture del que se deriva el neologismo nurturant. Además, vale la
pena anotar que estos términos latinos tienen una larga historia filológica y filosófica:
natura naturans, lo que hace nacer, engendrar, “lo que surge”, “lo que nace”, “lo que
engendra” y natura naturata, lo que ha nacido, naturaleza generada, engendrada. O
lo que en términos comunes se usa para implicar natura y cultura. Por mi parte, prefiero

2 Egoísmo: Excesivo aprecio que tiene una persona por sí misma, y que le hace atender
desmedidamente a su propio interés, sin preocuparse del de los demás (RAE).
3 Solidaridad: es la unión voluntaria de las fuerzas individuales de los miembros de un grupo o
comunidad para enfrentar, unidos, al miedo y al peligro y así satisfacer, con equidad, las
necesidades, físicas y anímicas, individuales y colectivas, de todos y cada uno. La solidaridad
puede estar acompañada por la fraternidad.
referir estos asuntos y términos a Spinoza 4.

Padre egoísta y padre solidario

Hechas las anteriores aclaraciones, estos son los estilos de familia descritos por George
Lakoff:

1. Familia de padre estricto (egoísta):


El padre estricto de James Dobson, según el análisis de George Lakoff en No pienses
en un elefante, pp. 9-10:
"El modelo del padre estricto parte de esta serie de supuestos:
El mundo es un lugar peligroso, y siempre lo será, porque el mal está presente
en él. Además, el mundo es difícil porque es competitivo. Siempre habrá
ganadores y perdedores. Hay un bien absoluto y un mal absoluto. Los niños
nacen malos, en el sentido de que sólo quieren hacer lo que les gusta, no lo que
es bueno. Por tanto, hay que conseguir que sean buenos.
Lo que se necesita en un mundo como éste es un padre fuerte, estricto, que
pueda:
• proteger a la familia en un mundo peligroso
• sostenerla en un mundo difícil
• enseñar a los niños la diferencia entre el bien y el mal.
Al niño se le pide obediencia, porque el padre estricto es una autoridad moral
que distingue el bien del mal. Después se asume que el único modo de enseñar
a los niños a obedecer —es decir, el bien del mal— es el castigo, un castigo
doloroso, cuando se comportan mal. Esto incluye pegarles, y algunos autores de

4 En cuanto a la Naturaleza, ya en el Tratado Corto (KV) establece Spinoza una clara distinción:
"Antes de pasar a otra cosa, dividiremos ahora brevemente toda la naturaleza, a saber, en
naturaleza naturante y naturaleza naturada. Por naturaleza naturante entendemos un ser que
captamos clara y distintamente por sí mismo y sin tener que acudir a algo distinto de él, como
todos los atributos que hemos descrito hasta aquí, y ese ser es Dios... La naturaleza naturada
debemos dividirla en dos: una universal y otra particular. La universal consta de todos los modos
que dependen inmediatamente de Dios (...) La naturaleza particular consta de todas las cosas
particulares que son causadas por los modos universales. De suerte que la naturaleza naturada
necesita algunas substancias [i.e, los atributos de la Ética] para ser correctamente concebida.55
(KV 1/8).
Y con total claridad se expresa Spinoza en la Ética:
Por Naturaleza naturante debemos entender lo que es en sí y se concibe por sí, o sea, los atributos
de la sustancia que expresan una esencia eterna e infinita, esto es (por el Corolario 1 de la
Proposición 14 y el Corolario 2 de la Proposición 17), Dios, en cuanto considerado como causa
libre. Por Naturaleza naturada, en cambio, entiendo todo aquello que se sigue de la necesidad de
la naturaleza de Dios, o sea, de cada uno de los atributos de Dios, esto es, todos los modos de los
atributos de Dios, en cuanto considerados como cosas que son en Dios, y que sin Dios no pueden
ser ni concebirse.56 (E, I, P19, S).
orientación educativa conservadora recomiendan que se les golpee con palos,
cinturones y zapatillas de felpa en el trasero desnudo. Algunos autores sugieren
que esto debe comenzar desde que nacen, pero Dobson es más liberal. «No hay
excusa para dar azotes a los niños menores de quince o dieciocho meses»
(Dobson, The New Dare to Discipline).
La justificación del castigo físico es ésta: Cuando los niños hacen algo mal, si
se los castiga físicamente, aprenden a no volverlo a hacer, lo que significa que
desarrollarán una disciplina interna que los librará de obrar mal, y así en el futuro
serán obedientes y actuarán moralmente bien. Sin ese castigo, el mundo se iría
al traste. Sería un mundo sin moral.
Esa disciplina interna tiene un efecto secundario. Trata de lo que se necesita
para tener éxito en un mundo difícil, competitivo. Es decir, si las personas son
disciplinadas y persiguen su propio interés en un país de oportunidades como
América, prosperarán y serán autosuficientes. Así, el modelo del padre estricto
asocia moralidad con prosperidad. La misma disciplina que se necesita para ser
moral es la que permite prosperar. El engarce entre ambas es la búsqueda del
propio interés.
La existencia de oportunidades y la disciplina en la búsqueda del propio interés
te permitirán prosperar.
Ahora bien, Dobson tiene muy clara la conexión entre la visión del mundo del
padre estricto y el capitalismo de libre mercado. El engarce lo constituye la moral
del propio interés, que es una versión de la concepción capitalista de Adam
Smith. Adam Smith sostuvo que si cada uno persigue su propio beneficio, el
beneficio de todos será maximizado por la mano invisible —es decir, por
naturaleza— de manera natural. Cuando persigues tu propio beneficio, ayudas a
todo el mundo.
Esto enlaza con una metáfora general que identifica el bienestar con la
riqueza. Por ejemplo, si yo te hago un favor, tú dices: «Te debo otro.» Hacerle
algo bueno a alguien es, metafóricamente, como darle dinero. El te «debe» algo.
Y dice: «¿Cómo podré pagarte?»
Aplicando esta metáfora a la «ley de la naturaleza» de Adam Smith, si cada
uno persigue su propio interés, entonces, a través de la mano invisible, por
naturaleza, se maximizará el interés de todos. Es decir, es moral perseguir tu
propio interés, y hay una expresión para definir a aquellos que no lo hacen. Esa
expresión es «los que van de redentores por la vida» (5). Una persona que va de
redentora por la vida es alguien que está tratando de ayudar a los demás sin que
nadie se lo pida, interfiriéndose en el camino de quienes persiguen su propio
interés. Los redentores estropean el sistema.
En este modelo hay también una definición de lo que significa llegar a ser una
buena persona. Una buena persona —una persona moral— es alguien lo
bastante disciplinado como para ser obediente, para aprender lo que es bueno,
para hacer lo que está bien y no hacer lo que está mal, y alguien que persigue su
propio interés para prosperar y llegar a ser autosuficiente. Un niño bueno se
desarrolla para llegar a ser así. Un niño malo es el que no aprende a ser
disciplinado, no funciona moralmente, no hace lo que está bien y, por tanto, no es
lo bastante disciplinado para prosperar. No sabe cuidarse a sí mismo y así se
hace dependiente.
Cuando los niños buenos se hacen mayores, o han aprendido disciplina y
pueden prosperar, o no la han aprendido. A partir de ese momento, el padre
estricto no se entrometerá más en sus vidas. Políticamente, esto se traduce en
que el gobierno tampoco se entrometerá".
(5) En el original, do-gooders; literalmente, «los que hacen el bien», en el
sentido irónico del texto. (N. de la T.) (George Lakoff, No pienses en un elefante,
pp. 9-10).

2. Familia de padre protector (solidario):


El padre protector (Nurturant) según George Lakoff, No pienses en un elefante, pp. 12-
14:
"Pero hablemos un poco ahora de cómo conciben los progresistas su moralidad y
de su sistema moral. Este sistema procede también de un modelo de familia, el que
llamo el modelo familiar protector. La visión del mundo del padre estricto recibe este
nombre porque, de acuerdo con sus creencias, el padre es el jefe de la familia. La
visión del mundo de la familia protectora es neutral por lo que se refiere al género.
El padre y la madre son igualmente responsables de la educación de sus hijos. Se
parte del supuesto de que los niños nacen buenos y pueden hacerse mejores. El
mundo puede llegar a ser un lugar mejor y nuestra tarea es trabajar para conseguirlo.
La tarea de los padres consiste en criar a sus hijos y en educarlos para que ellos, a
su vez, puedan criar y educar a otros.
¿Qué entendemos por crianza? Dos cosas: empatía y responsabilidad. Si tienes un
hijo, tienes que saber lo que significa cada grito, tienes que saber cuándo tiene
hambre, cuándo hay que cambiarle el pañal, cuándo tiene pesadillas. Y tienes una
responsabilidad: tienes que cuidar a ese hijo. Como tú no puedes cuidar a alguien si
no te cuidas a ti, tienes que cuidarte lo bastante para poder cuidar a tu hijo.
No es nada fácil. Cualquiera que haya criado un hijo sabe que es duro. Hay que ser
fuerte. Hay que dedicarse. Hay que trabajar mucho. Hay que ser muy competente.
Hay que saber muchas cosas.
Además, de la empatía y la responsabilidad derivan inmediatamente otra serie de
valores. Piénsalo.
En primer lugar, si tienes empatía con tu hijo, le proporcionarás protección. Esto se
mezcla con la política de muchas maneras. ¿De qué proteges a tu hijo? Desde luego,
del crimen y de las drogas. Lo proteges también de los coches que no tienen
cinturones de seguridad del tabaco, de los aditivos tóxicos en la comida. Asimismo la
política progresista se centra en la protección del medio ambiente, la protección de
los trabajadores, en la protección del consumo y en la protección frente a la
enfermedad. Ésas son las cosas de que los progresistas quieren que el gobierno
proteja a los ciudadanos. Pero hay también ataques terroristas, respecto a los cuales
ni los liberales ni los progresistas se han pronunciado con mucho acierto en términos
de protección. La protección forma parte del sistema moral progresista, pero no se la
ha puesto en práctica di manera suficientemente eficaz. El 11-S los progresistas no
tuvieron gran cosa que decir. Fue desafortunado porque los padres protectores y los
progresistas si se preocupan por la protección. La protección es importante. Forma
parte de nuestro sistema moral.
En segundo lugar, si tienes empatía con tu hijo, quieres que se realice en la vida,
que sea una persona feliz. Y si tú no eres feliz y no te has realizado, no querrás que
otros sean más felices que tú. El Dalai Lama nos lo enseña muy bien. Por tanto,
tienes la responsabilidad de ser una persona feliz y realizada. Tienes esa
responsabilidad moral para contigo mismo. Además tienes la responsabilidad moral
de enseñarle a tu hijo a ser una persona feliz y realizada, que quiere que otros sean
felices y se realicen. Esto forma parte de la vida familiar protectora. Es una
precondición común para preocuparse por los otros.
Hay otros valores relacionados con la crianza y la protección:
• Si quieres que tu hijo se realice en la vida, tiene que ser lo bastante libre para
hacerlo. Por tanto, la libertad es un valor.
• No puedes tener una gran libertad sin oportunidades y sin prosperidad. Por tanto,
las oportunidades y la prosperidad son valores progresistas.
• Si realmente te preocupas por tu hijo, quieres que sea honestamente tratado por
ti y por los demás. Por tanto, la honestidad es un valor.
• Si te relacionas bien con tu hijo y tienes empatía con él, debes tener una
comunicación abierta en las dos direcciones. Una comunicación sincera. Ésta se
convierte en un valor.
• Vives en una comunidad, y esa comunidad influirá en la manera de crecer de tu
hijo. Por tanto, la construcción de una comunidad, el servicio a la comunidad y
la cooperación con una comunidad se convierten en valores.
Para que haya cooperación debes tener confianza, y para tener confianza debes
tener sinceridad y una comunicación abierta en las dos direcciones. La
confianza, la sinceridad y la comunicación abierta son valores progresistas
fundamentales, tanto en una comunidad como en una familia" (George Lakoff, No
pienses en un elefante, pp. 12-14).

A manera de conclusión
En algún sentido moral y político, que parecen ser la misma cosa, en la medida que los
modelos de familia y crianza diferentes del modelo trinitario y heterosexual imperante, se
hagan más comunes y aceptados social y jurídicamente, será posible romper el dominio de la
visión y de la conciencia unidimensional que imponen las instituciones patriciales sobre la
cultura y las personas, al mismo tiempo que se podrá sanar esa disociación y consecuente
esquizofrenia con las que, desde la leche materna, se nos alimenta en la cuna, es decir,
aquello del cuerpo y el alma, de este mundo y el "otro mundo" y eso de los premios y castigos
después de la muerte y la resurrección imposible de las almas en unos mundos
sobrenaturales.

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