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con esa manera demiúrgica de José Tiquet

Poetas Jóvenes de Tabasco decir las cosas.


Lee después Manuel a Pablo
José Tiquet es un poeta ne-
tamente tropical. En su libro
Neruda y comienza esa primera
Nuestra voz, publicado a me-
POR TOMAS DIAZ BARTLETT fase de su poesía, dentro de la
diados del año, ya se paladeaba
que se encuentran verdaderos
un timbre personal lleno de una
Desde que Carlos Pellicer per- Una gran angustia sobre las aciertos.
gran frescura; hay un son de
fora el plano poético abriéndole líneas de una gran poesía, como Allí está su plaqueta Cro- madera labrada saludablemente,
un agujero continental, se han una trágica sombra que se pasea quis, publicada con poemas de una frescura tierna de viento de
sucedido en Tabasco, con el mo- en un rayo de luna. esa época y con la que el poeta agua; sí, de esa brisa recién na-
vimiento uniformemente acele- Galguera escribe desde su acusa su sensibilidad: hay en cida que anuncia el chubasco, y
rado de lo que está naciendo, adolescencia y no fué sino has- "el ojo único del parque un cis- que nos sacude ansiosamente la
otros brotes poéticos; que si, en ta a mediados del presente año ne angustiado que hace pregun- espera, para ver si la siembra de
verdad, en su mayoría acusan cuando se decidió a reunir trein- tas a los árboles, mientras un sus cordones de agua correspon-
un tronco común, es también ta y tres poemas en un libro, coro de palomas acuchillaba la den a la expectación propagada.
su primero, que lleva el modesto tarde"; esto sucede en un peque- De su libro, los poemas pe-
cierto que todos denuncian un
título de Examen de primer ño poema llamado "Acuarela" núltimo y antepenúltimo son
cauce personalmente definido.
grado. . .. Porque Manuel R. Mora den unciadores de las alturas a
En toda esta poesía joven
lleva el paisaje tabasqueño ta- que puede aspirar Tiquet, por
campea esa frescura de viento de Manuel R. Mora tuado en el rojo de la sangre. esa senda de sencillez y verdade-
agua que nace quizá del verde
Esta poesía es también bien ra poesía.
de la hoja y que alivia más al Me contaba Manuel que por
cuidada, pesada, pero iluminada En los demás, hay estrofas,
espíritu que al cuerpo. Hay clo- el año de 1934 llegó Galguera
con colores disueltos en el agua. párrafos, renglones que anun-
rofila en todas ellas y un dejo Noverola a Tabasco con dos
libros de Carlos Pellicer, se los En sus últimos poemas, ya cian esa manera personal de de-
hidráulico que las hermana; sin
enseñó, y los releyeron ante un cercanos a la madurez, se sabe cir las cosas bellamente y que
embargo, hay también profun- de una acendrada preocupación Tiquet debe aprovechar. Él tie-
asombro mutuo, comenzando
das diferencias personales, sobre de la forma. ne la ma teria prima y conoce
ese tímido desbrozamiento de
todo en una de ellas, en la que de sobra el camino a seguir para
iniciado, en una novedosa sen- Manuel atesora, además de su
un largo sabor de asfalto y de una purificación. .. él será el
da, tan ignorada antes como sensibilidad exquisita, un pro-
cemento, de gentes hacinadas, único responsable de su satisfac-
resueltamente amada después. fun~o conocimiento de la poesía
nos da la tónica de una angustia Carlos Pellicer laboraba lejos y en general. Es además un pro- ción o su culpa.
metropolitana. Esta es la poesía Galguera inoculaba a su tierra, sista elegante y fácil.
de: Alicia Delaval
Tras de este afrancesado seu-
Ramón Galguera N overola
dónimo se esconde en una bella
Galguera Noverola no es un personita una inquietud y una
desconocido en la poesía mexi- iensibilidad extraordinarias.
cana; significado ya como uno Hay en ella una pureza de
de los grandes valores de la poe- pájaro provinciano que "bebe
sía joven, se ha obstinado en la el agua sin mancharla". .. de
quietud provinciana, esquivan- confiada ave que aún no cono-
do el boato, ladeando toda mix- ce el estallido de la pólvora y
tificación, aun en 10 cotidiano. que baja hasta posarse en la pal-
Su poesía, aún fresca a pesar del ma de una mano. Ahí, toda esa
gran esmero con que la cuida, ingenuidad, ese candor con sus
la pesa, la mide, nos lleva hasta bellezas y sus inconvenientes.
aquellos acertadísimos y pavo- Alicia es tabasqueña y lleva
rosos versos del gran poeta co- un sol en cada glóbulo rojo.
lombiano Germán Pardo Gar- En su poesía hay renglones
cía: "La lluvia cae sobre sí mis- que gritan una destilada sensi-
ma, como una inmensa angustia bilidad:
sobre un gran desamparo." Sí, Yo era el agua,
Ramón riega angustia sobre la en la hora de sexta,

angustia misma ... Ingenieros cada golpe de plomo derretido


mi secular inercia se alargaba . ..
ti por cada cayuco se me abría
Él llega a la rosa, y al mor-
derla, la halla de trapo; no la Civiles una herida de remos en la espalda.

concibe sin la espina, y se queja, y un momento de loros, en el cielo,

pero la admite y la quiere. Hay


Asociados signaban la humedaci de la palabra.

en su poesía rostros ametralla-


dos, manos que acarician vísce-
S. A. de C. V. No es una temeridad afirmar
que el intercambio de ideas, y
ras, rutas desoladas, callejones el estudio afanoso, unido a 10
qbscuros, espaldas heridas, et- que ya posee, le llevarán al cli-
cétera. ma de una muy buena poesía.

24 *. UNIVERSIDAD DE MEXICO

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