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Sin embargo, este proceso se revierte en la edad adulta, por lo que la generación de huesos
es menor que su descomposición. Esto provoca un debilitamiento de la estructura ósea,
porque se hace cada vez más frágil y ligera.
Como habíamos mencionado anteriormente, este fenómeno se llama osteoporosis, y afecta
principalmente a las mujeres de raza blanca en edad adulta. Los huesos afectados se vuelven
más porosos y se fracturan con más facilidad que el hueso normal. Con frecuencia se
producen fracturas de muñeca, vértebras y cadera, aunque puede suceder en cualquier
hueso.
Otros factores de riesgo son la falta de calcio, poca actividad física, ciertos medicamentos o
antecedentes familiares de osteoporosis.
Los huesos lo ayudan a moverse, le dan forma y apoyan a su cuerpo. Son tejidos vivos que se
regeneran constantemente durante su vida. Durante la infancia y la adolescencia, el cuerpo
agrega huesos nuevos más rápido de lo que elimina los antiguos. Después de los 20 años de
edad, puede perder huesos más rápido de los que produce. Para tener huesos fuertes cuando
se es joven, y prevenir la pérdida ósea en edades avanzadas, debe consumir
suficiente calcio y vitamina D, así como ejercitarse. Además debe evitar fumar y tomar mucho
alcohol.
Las enfermedades de los huesos pueden facilitar las fracturas. Estas enfermedades incluyen:
 Baja densidad ósea y osteoporosis: Debilita los huesos y aumenta las probabilidades de fracturas
 Osteogénesis imperfecta: Hace que sus huesos sean frágiles y quebradizos
 Enfermedad de Paget en el hueso: Debilita los huesos
 Los huesos también pueden desarrollar cáncer e infecciones
 Otras enfermedades de los huesos: Producidas por una mala nutrición, factores genéticos o problemas
con la velocidad de crecimiento o regeneración ósea

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. A continuación, se exponen 6 consejos que pueden ayudar a mantener los huesos


fuertes y sanos:

1. Practicar ejercicio regularmente.


Es importante realizar ejercicios variados y de manera regular. Concretamente,
los ejercicios dirigidos a cargar peso moderado y a mejorar la resistencia ayudan
a mantener los huesos fuertes. Prácticas como el yoga, el tai chi y el pilates
también pueden ser recomendables para las personas con EM, con el objetivo
de aumentar la fuerza, ya que son actividades de bajo impacto que se basan
principalmente en la técnica. Por otra parte, los ejercicios dirigidos a trabajar el
equilibrio y la coordinación pueden ser muy útiles y recomendables con el fin de
evitar caídas, que pueden ser contraproducentes en el caso de sufrir
osteoporosis. En cualquier caso, es muy importante consultar con un
fisioterapeuta para que evalúe las prácticas más adecuadas para cada caso
concreto.

2. Una alimentación saludable y rica en calcio.


El calcio es indispensable para mantener la densidad ósea. Además, también
repercute en la fortaleza de los dientes y el correcto funcionamiento de los
músculos y los nervios. Por lo tanto, seguir una dieta con una ingesta adecuada
de calcio es vital, especialmente para las personas con EM con una mayor
propensión a padecer problemas de huesos. La cantidad diaria de calcio
recomendada para los adultos es de 700 mg, que en la mayoría de los casos se
extrae de los alimentos. Las principales fuentes de calcio son, por ejemplo:
productos lácteos como el queso, los yogures y la leche baja en grasa, vegetales
de hojas verdes como el brócoli o la col, soja y tofu, nueces y semillas, pan, etc.
3. Sol y vitamina D.
La vitamina D es indispensable para la regulación del calcio en el organismo y,
por tanto, también es muy importante para mantener los huesos fuertes. La
mayor fuente de producción de esta vitamina es la piel, gracias a la exposición a
los rayos solares. Por tanto, una breve exposición diaria al sol, hecha con
cuidado para evitar los problemas cutáneos, puede ayudar a mejorar el estado
de los huesos. También algunos alimentos contienen pequeñas cantidades de
esta vitamina. Recientemente, se ha descrito que la vitamina D podría jugar un
papel en el sistema inmunológico. Para una información completa, se puede
consultar este artículo: La vitamina D y la esclerosis múltiple.

4. No fumar.
El tabaco está asociado a un mayor riesgo de desarrollar osteoporosis que,
sumado a los otros factores de riesgo que pueden darse en las personas con EM
(mujeres post-menopáusicas, vida sedentaria, etc.) puede agravar la afectación
ósea. Por lo tanto, dejar de fumar en este caso es prioritario.

5. Reducir el consumo de alcohol.


La ingesta de alcohol reduce la capacidad del cuerpo de producir nuevo material
óseo. Además, debido al efecto que tiene sobre el equilibrio, el estado de
embriaguez incrementa el riesgo de sufrir caídas. Por lo tanto, para una mejor
salud ósea, así como para evitar fracturas patológicas, es recomendable evitar el
consumo de grandes cantidades de alcohol.

6. Evitar las caídas.


En cualquier momento a lo largo de la enfermedad, es muy importante prevenir
las caídas. Esto es especialmente relevante para las personas con un alto riesgo
de padecer osteoporosis. En el caso de las personas con EM que presentan
algunos síntomas que pueden aumentar el riesgo de caídas (como la fatiga, la
falta de equilibrio, los problemas visuales, etc.), es importante adaptar el
entorno familiar y laboral para evitar accidentes.

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