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Contribución al Conocimiento de la Realidad 1

Juan Antonio Vilar

Advertencia introductoria.

Este texto, tiene el propósito de aportar, sintéticamente, elementos fundamentales, que


sirvan para una comprensión de la realidad de la Argentina de hoy, a los alumnos
ingresantes de las carreras de Comunicación Social y de Ciencias de la Educación de la
Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos.
Creemos que el estudio del proceso histórico nacional (un complejo y conflictivo
entramado de cuestiones políticas, sociales, económicas, culturales e ideológicas), dentro
del contexto mundial en que se desenvolvió, es una herramienta necesaria y útil, para
alcanzar aquel objetivo.
La brevedad del curso nos obliga a seleccionar los elementos centrales básicos (sin poder
profundizarlos, pero hecho con fundamento y rigurosidad), que den cuenta de la evolución
histórica de la Argentina Contemporánea, que tiene ya, más de 120 años.
Los estudiantes deben tener muy en cuenta, que esta ficha responde a un determinado
criterio de interpretación del pasado y del presente. Sus planteos y deducciones, deben ser
analizados críticamente. Los abundantes datos que se aportan, sirven para fundamentar las
afirmaciones y conclusiones (siempre sujetas a correcciones). Que es imprescindible la
consulta bibliográfica recomendada (y también de otra), para que cada estudiante pueda dar
razones de su propia interpretación y visión de la realidad.
Para ordenar y facilitar el estudio, haremos una periodización, que es siempre
convencional y producto de un criterio metodológico.
Buscamos un hilo conductor integrador, que nos permita caracterizar a cada etapa. Nos
encontramos entonces, frente a un problema teórico difícil y discutible, pero más allá de los
cuestionamientos válidos, nos basaremos en la categoría de “Modelo social de
Acumulación”.
Necesitamos pues, comenzar a tratar algunas cuestiones y conceptos previos.

La Argentina y toda la América Latina y del Caribe, son países de “3er. Mundo”,
capitalistas dependientes, con distinto grado de desarrollo, sobre quienes pesa, como un
lastre, no sólo el pasado colonial español, sino también, la hegemonía británica y
norteamericana, que sometieron a este vasto continente, al saqueo de sus riquezas naturales
y a la explotación de sus habitantes.
La Argentina, luego de un largísimo período de producción primaria extractiva, de atraso y
estancamiento, tuvo un desarrollo desigual, con adelantos en el sector agropecuario y
atrasos en el industrial y tecnológico, que le impidió transitar por un equilibrado desarrollo
autónomo y autosostenido. Sus clases dirigentes y distintos gobernantes, han prometido,
reiteradamente, “un progreso indefinido”, “un destino de grandeza”, “una Argentina
Potencia”, o “entrar al Primer Mundo”, pero todo ha sido fantasía incumplida.
Comenzaremos dando algunas nociones preliminares de conceptos básicos:
El Capitalismo. “El término designa al sistema socioeconómico caracterizado
fundamentalmente, por la propiedad privada de los principales medios de producción y la
libertad reconocida a los individuos para realizar contratos que regulen sus propios
intereses. Históricamente el capitalismo surgió en Europa occidental, como sistema basado
en la organización del trabajo libre asalariado, diferenciándose de otros sistemas fundados
en la utilización de mano de obra esclava o servil (esclavismo, feudalismo).
Desde el punto de vista jurídico, el capitalismo descansa, pues, sobre dos instituciones
esenciales: el derecho de propiedad privada y la libertad de contrato, incluida… la
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contratación del trabajo personal. En general, la actividad económica está orientada hacia la
rentabilidad u obtención de beneficios por las empresas privadas, en un régimen de libre
concurrencia, en el cual, al menos en principio, el Estado no interviene.”1
En sus 5 siglos de existencia, atravesó distintas etapas: mercantil, manufacturera, industrial
y monopólica, con sus caracteres propios. En su desarrollo histórico, el capitalismo presenta
tendencias hacia la internacionalización del capital, la centralización y la concentración.
Sus defensores, los liberales, sostienen la supremacía del Mercado (como factor
fundamental para el desarrollo económico y la multiplicación de la riqueza) sobre el
Estado. Sin embargo, han apelado al Estado para salvar al sistema. El Estado es un actor
económico relevante. Muy tempranamente, Adam Smith, ha definido el papel de un
gobierno capitalista-burgués: “El gobierno civil, en la medida en que está instituido para
defender la propiedad, en realidad está instituido para defender al rico contra el pobre, o a
los que tienen alguna propiedad, contra los que no tienen ninguna.”
En la práctica, el capitalismo inevitablemente genera una enorme desigualdad económica y
social (clases burguesa, media y trabajadora) y también, entre pueblos y naciones. Sus
intereses contradictorios, originan pugnas que se manifiestan con variada intensidad,
aunque a veces, estén encubiertas.
Tiene una capacidad de crecimiento notable que no es lineal e ininterrumpido, sino cíclico,
“donde se suceden ondas alcistas y ondas recesivas, que desembocan eventualmente en una
crisis.”

Modelo social de Acumulación.


“En este sentido, puede considerarse a cada etapa expansiva, como un Modelo de
Acumulación, donde la estructura económica presenta características propias, que van a
identificar la etapa.. . . se caracteriza, según Samir Amín, por una forma particular de
acumulación de capitales: un tipo de industrias motoras, una determinada forma de
competencia en el mercado, una determinada etapa de expansión geográfica del sistema,
una determinada distribución del ingreso, una particular distribución de funciones entre el
centro y la periferia, una determinada forma de intervención del Estado en el sistema
económico.” 2

¿Desarrollo genuino o sucesión de ·burbujas·?


El investigador Hugo Nochteff sostiene una hipótesis conceptual –que toma del
economista J. A. Schumpeter en “Teoría del desenvolvimiento económico”- que es útil para
entender las causas de la debilidad de la estructura económica argentina. Dice:
“. . . el capital acelerado propio de las grandes expansiones capitalistas” se da “a través
de un proceso de generación endógena de innovaciones … si la economía crece por
adaptación a impulsos exógenos, no existe desarrollo económico.”
Por lo tanto, el desarrollo económico se produce cuando las elites económicas generan in-
novaciones tecnológicas que involucran a toda la sociedad “en forma de sistemas
nacionales de innovación”. Este fenómeno impulsa las etapas de crecimiento acelerado de
impulso endógeno.
“La economía argentina, y las latinoamericanas en general, han sido economías de
adaptación (tardía desde el punto de vista tecnológico), cuyo comportamiento ha sido el
ajuste a las oportunidades creadas por otras economías.”
“… este comportamiento (la obtención de ·opciones blandas·) no lleva a un proceso de
etapas o ciclos de desarrollo, sino a una serie de ·booms· o ·burbujas· que, cuando se

1
DI TELLA, TORCUATO, GAJARDO, PAZ, GAMBA, SUSANA, CHUMBITA, HUGO, Diccionario de
Ciencias Sociales y Políticas, pp. 64 á 66, Buenos Aires, Puntosur, 1989.
2
LAFFERRIERE, LUIS, Capitalismo y ‘Modelos de Acumulación’, Mimeo, Paraná, 1985.
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terminan, dejan sólo algunas gotas aisladas de capacidades sobre las que pueda generarse
otro ciclo de desarrollo.”
“En las economías de desarrollo, las cuestiones de la ciencia, de la tecnología, de la
inversión y de la industrialización, y las políticas gubernamentales correspondientes, están
en el centro de la agenda del Estado y de la elite económica, y los esfuerzos científicos-
tecnológicos están estrechamente vinculados (por impulsos de la demanda de la misma
elite) al perfil del producto, de la inversión y del comercio exterior.” En cambio, “en las
economías de adaptación … esas cuestiones y políticas están ausentes (o casi ausentes)…”
“En la economía de adaptación argentina (y en la mayoría de las latinoamericanas) la
primera ·opción blanda· habría sido el ciclo de expansión, o mas estrictamente, la
“burbuja” impulsada por la exportación primaria” y la expansión de la frontera
agropecuaria.3 “La combinación de las ventajas comparativas ·naturales· con los cambios
tecnológicos y económicos de las economías europeas.” La capacidad de adaptación de la
elite económica, “es la contracara de un bajo perfil en materia de inversión, innovación
tecnológica, eficiencia productiva y especialización.”
“El estilo de industrialización argentino, especialmente a partir de los años 30 que
terminó con la primera gran burbuja, resultó en gran medida, del comportamiento y de las
actitudes de la elite económica tradicional, la que, especialmente después de los años 40,
se incorporaron las empresas transnacionales industriales, dando lugar a la
industrialización sustitutiva de las importaciones lideradas por estas empresas. . . . Fue la
segunda ·opción blanda·, que acentuó sus características de adaptación y de imitación
tardía, y creó nuevas restricciones al desarrollo.”
A partir del ·Proceso· militar “… la elite económica forzó otro período de opciones fáciles
y de obtención de cuasi rentas de privilegio.” El factor que lo lideró, fue el endeudamiento
externo, la ·gran burbuja·. Tiene 3 etapas: la primera, entre 1977 y 81, se aprovechó del
aumento de la liquidez y la baja de las tasas de interés en el mundo (pero muy altas en la
Argentina); la segunda fase (1982-90), obtuvo transferencias de ingresos masivos a través
de subsidios (·promoción industrial·) y la tercera, a partir de 1991, “… la combinación del
endeudamiento externo con las privatizaciones, la desregulación y la liberalización
comercial, contribuyó a que pudieran obtenerse cuasi rentas no tecnológicas.” 4

Una sintética introducción política.


El Estado “es la nación jurídicamente organizada y políticamente libre.” Sus elementos
fundamentales son una Población (la sociedad civil), un Territorio propio, una estructura
jurídica (constitución, leyes, derecho), una Autoridad suprema (gobierno con poder y
continuidad) y una Soberanía con independencia de otro poder externo.

¿Desde cuándo existe Estado Nacional en la Argentina?


Desde mayo de 1810 ó julio de 1816 hubo un Estado en gestación.
Eliminada la dominación española, durante 50 años se produjo una guerra interna entre
porteños y provincianos por la renta aduanera, disputándose el Poder y el sistema que se
daría al Estado. Los Gobiernos eran fugaces, las constituciones, desconocidas.
Rosas creó un régimen autoritario más duradero –la Confederación Argentina-, que
sostuvo por la fuerza los intereses de la oligarquía de Buenos Aires –el monopolio aduanero
porteño- reiterándose la resistencia armada del Interior.
A su derrocamiento, el intento provinciano liderado por Justo J. de Urquiza, de organizar
el país, provocó la secesión de Buenos Aires, que pretendió constituir un Estado separado.

3
ASPIAZU, DANIEL y NOCHTEFF, HUGO, El desarrollo ausente, Buenos Aires, FLACSO/Norma, 1994.
4
NOCHTEFF, HUGO, La experiencia argentina: ¿desarrollo o sucesión de burbujas?, en Revista de la
CEPAL Nº 59, agosto de 1996.
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La lucha continuó y sólo finalizó, cuando esta provincia rebelde absorbió a la


Confederación Argentina. Con la deserción de Urquiza, la Nación fue derrotada y anexada
por Buenos Aires.
Bajo el liderazgo de Bartolomé Mitre, fue reconocida la Constitución de 1853, con sus
Reformas de 1860 y 1866, que declaraba la nacionalización de las rentas aduaneras. Por lo
tanto, dichas rentas, seguirían siendo manejadas por la oligarquía porteña (producto de una
nueva alianza entre unitarios y rosistas).

I- LA ETAPA LIBERAL. (1861 – 1880)


Después de Pavón, comenzó una etapa crucial de nuestro pasado. La oligarquía porteña
puso en marcha una política de transformación del país, sentándola sobre bases sólidas.
Pero necesitaba eliminar todos los obstáculos que se le oponían. Creó las condiciones de un
Estado capitalista, liberal, agropecuario y dependiente, de larga duración, que recién se
consolidó, en la etapa siguiente, con la “generación del 80”. Tuvo un proyecto definido de
país. Dio los primeros pasos, impulsando el progreso, con suficiente poder para iniciar los
cambios.
El fundamento del crecimiento material, debía ser el desarrollo agropecuario. Argentina
debía aprovechar las “ventajas comparativas” de sus tierras fértiles, clima templado y
lluvias suficientes. Necesitaba de ‘mano de obra’ para trabajarlas y de capitales para montar
una infraestructura de transporte y puertos, que facilitara las exportaciones.
Para atraer a inmigrantes y capitales europeos, la primera y principal condición, era la
pacificación del país. Dos décadas necesitó la oligarquía porteña para eliminar los
obstáculos que se oponían a la ‘paz’, el ‘progreso’ y la ‘libertad’. Fue eficiente. No
importaron los medios: al cabo de 20 años, el camino quedó despejado. Estaba en marcha
“una nueva y gloriosa Nación”.

Los escollos a superar, eran:


1- La resistencia de los federales del Litoral y del Interior.
2- La dictadura paraguaya (que era un “mal ejemplo”).
3- La “amenaza” de los indios.
4- La “cuestión capital”.
1- El comienzo fue la liquidación de la “barbarie” y nada era más efectivo, que
exterminar a los bárbaros. Después de Pavón, los ejércitos “pacificadores” de
Buenos Aires se lanzaron contra el Interior y, en nombre de la civilización,
sometieron a las Provincias Federales “a sangre y fuego”, derrocando a casi todos
los Gobernadores y degollando al gauchaje federal. Luego, los levantamientos
populares encabezados por el Chacho Peñaloza, Felipe Varela y Ricardo López
Jordán, también fueron sofocados sangrientamente, quedando, de esta manera,
definitivamente derrotado el Federalismo, que sólo existe en la letra de la
Constitución.
2- Le siguió la destrucción del Paraguay, peligroso ejemplo del desarrollo de un país,
bajo la rígida conducción del Estado y cerrado a las inversiones extranjeras. El
Paraguay, era el país más adelantado de América Latina y, por lo tanto, una
“amenaza” para los vecinos liberales (y un freno para los negocios británicos).
En 1865, los liberales argentinos, los esclavistas brasileños y los colorados
uruguayos firmaron la “Triple Alianza” para derrocar al ‘dictador’ Francisco Solano
López y llevar la “libertad” a los paraguayos. El Gobierno de Su Graciosa Majestad
Británica fue generoso en la concesión de créditos y armas.
El Paraguay quedó arrasado y aniquilado en la guerra más criminal y devastadora
que haya conocido este continente. Fue un terrible genocidio: casi todos los varones
mayores, cayeron muertos defendiendo su país. La población, el pueblo guaraní, se
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redujo a la mitad. Luego, la industria fue prolijamente destruida y fue despojado de


parte de su territorio.
El gobierno británico pudo brindar: el nuevo gobierno paraguayo (impuesto por el
Brasil), gestionó un empréstito y abrió las puertas al libre comercio. Desde entonces,
el Paraguay es uno de los países más pobres del continente.
3- Le continuó, la “conquista del desierto”. Alrededor de la mitad del territorio
argentino actual, era tierra del indio, poco poblada: la Pampa, la Patagonia y el
Chaco.
La rápida expansión agropecuaria, demandaba nuevas tierras fértiles, sobre todo, la
extensa “Pampa húmeda”.
En 1878, el Congreso nacional, sancionó una Ley, disponiendo la ocupación del ‘de-
sierto’, es decir, del territorio comprendido desde la ·frontera· bonaerense, hasta el
Río Negro y la cordillera. El general Julio Argentino Roca planificó la campaña y la
condujo el año siguiente.
El territorio debía ser ·vaciado· de indios. Estos fueron muertos, o apresados para
ser
luego confinados o repartidos como sirvientes, entre familias distinguidas de Buenos
Aires, o empujados al sur o a la cordillera.
Otro genocidio. La “civilización” avanzaba. El Gobierno Nacional incorporaba a su
autoridad, 24.000 leguas cuadradas, entre ellas, millones de hectáreas de las tierras
más fértiles del mundo, para ser repartidas –regaladas o vendidas a precio vil- entre
terratenientes, comerciantes y militares porteños . . . y británicos.
Simultáneamente, se iniciaba la ocupación de la región chaqueña, y años más
tarde, toda la Patagonia.
4- Quedaba por resolver, una cuestión institucional importante: la Capital de la Repú -
blica.
En 1880, el Congreso –en minoría- declaró a la ciudad de Buenos Aires, capital de
la Nación, federalizándola.
Era el corolario de la victoria de la oligarquía porteña. Buenos Aires, sería una capi-
tal poderosa, rica y pujante, en un país raquítico, desequilibrado, con un Interior
empobrecido. La capital miraría al exterior, dando la espalda al país. La capital era
–y lo sería mucho más en el futuro-, un centro de operaciones del capital financiero
internacional y de sus socios nativos. Buenos Aires era un ejemplo de “colonialismo
interno”, que absorbía las riquezas del Interior.

En la década de los 80, la Autoridad Nacional, ejercía plena soberanía sobre todo el
territorio que hoy reconocemos como la Argentina.
La República Liberal comprende las presidencias de Bartolomé Mitre, Domingo F.
Sarmiento y Nicolás Avellaneda. El liberalismo económico, sirvió de base de la política.
Mitre fue su abanderado. Su devoción por las inversiones inglesas, fue constante. Buscó
atraerlas. Al inaugurar el Ferrocarril del Sud de Buenos Aires, en 186l, expresó:
“¿Cuál es la fuerza que impulsa este progreso?
Señores, es el capital inglés.”
“La respuesta que recibió la política del general Mitre de alentar las inversiones
extranjeras, fue casi instantánea. Al cabo de 3 años, hombres de negocios e ingenieros
británicos habían establecido bancos y compañías ferroviarias y tranviarias en la Argentina;
a éstas, siguieron poco después, obras de utilidad pública como las de gas, aguas corrientes
y sistema de cloacas.” 5

5
M.G. MULHALL, The English in South América, cit. por FERNS, H.S., Gran Bretaña y Argentina en el
siglo XIX, p. 327 / 328, Buenos Aires, Solar / Hachette, 1966.
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El ferrocarril, se extendió incesantemente. La mayor parte de ellos, eran ingleses, pero


también los había argentinos y franceses. Al terminar el período, la red ya alcanzaba los
2.300 kilómetros de longitud.
Las colonias agrícolas se multiplicaron en Santa Fe; en menor cantidad, en Entre Ríos,
Córdoba y Corrientes. La producción cerealera, empezó a tener importancia. Santa Fe, se
convirtió en la gran provincia triguera. En 1876, se exportó trigo, maíz, lino y forraje. Las
cantidades, eran modestas, pero precursoras del destino agroexportador.
Entramos en el “ciclo lanero” (décadas de los 60 y 70 aunque después, siguió siendo
importante). Por primera vez en siglos, la lana es el principal producto de exportación,
superando al cuero.
Un hecho significativo fue que en 1866, los grandes ganaderos de Buenos Aires, fundaran
la Sociedad Rural y que su primer presidente se llamara José Martínez de Hoz.
La inmigración europea, era cada vez mayor. En 20 años, llegaron al país, 420.000 inmi-
grantes, de los cuales, el 60 % se radicaron en el Litoral.

Durante la presidencia de Sarmiento, en 1869, se realizó el Primer Censo Nacional. La


población total, alcanzó a 1.737.000 habitantes, de los cuales, alrededor del 85 % eran
analfabetos.
Una de las principales preocupaciones de Sarmiento, fue la de “educar al soberano”. Era
urgente formar maestros. Como eran muy escasos los educadores argentinos, contrató
extranjeros. En 1871, inauguró la primera Escuela Normal en Paraná para la formación de
Maestros primarios, a cargo del pedagogo norteamericano, George Stearn.
También se fundaron numerosas Bibliotecas Populares, así como la Academia de
Ciencias y el Observatorio Astronómico en Córdoba, el Colegio Militar y la Escuela Naval.

Con sólo 36 años, el tucumano N. Avellaneda, ocupó la presidencia.


La crisis económico-financiera de los países centrales, tuvo repercusión en la Argentina.
Avellaneda adoptó diversas medidas para enfrentar la emergencia y manifestó su criterio
principal, en su Mensaje a Congreso en 1876 en este concepto:
“Hay dos millones de argentinos que ahorrarán hasta su hambre y sobre su
sed, para responder, en una situación extrema, a los compromisos de nuestra fe
pública en los mercados extranjeros.”
Lamentablemente, esta ha sido la conducta permanente de casi todos nuestros gobiernos,
de dar prioridad a los compromisos extranjeros, por sobre las urgencias del Pueblo
argentino.
Las dificultades que provocó la crisis en la Argentina, originó la aparición de propuestas
de nacionalismo económico, que limitaran el libre comercio. Hubo un debate interesante y
de alto vuelo. Entre los defensores del proteccionismo y del fomento industrial,
sobresalieron Vicente Fidel López, Eduardo Olivera, Carlos Pellegrini y el Club Industrial.
Una vez superada la crisis, estos planteos dejaron de hacerse.
Las inversiones británicas en la Argentina, para 1876, eran significativas, así como
también a qué sectores iban destinadas:
Empréstitos al Gobierno . . . . . . . . . . . . 12.970.000 Libras Esterlinas.
Ferrocarriles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6.610.000 “ “
Bancos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.600.000 “ “
Tranvías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 800.000 “ “
Saladeros, Minas, Gas, Telégrafo . . . . . . 1.080.000 “ “
------------------------------------
T o t a l . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23.060.000 “ “ 6

6
FERNS, H. S., Gran Bretaña… etc., op. cit., pp. 329.
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En 1875 la Argentina estableció comunicación por cable con Europa, y la red telegráfica,
se extendía por alrededor de 8.000 km.
En 1876 fue sancionada la Ley de Colonización e Inmigración. Por ella, el Estado
promovió la inmigración europea, otorgándole numerosos beneficios (pasajes, alojamiento,
protección al arribo y facilidades para lograr empleo).
Si bien, la fundación de colonias continuó a ritmo acelerado en el Litoral, esta ley fue
clave para que la inmigración se convirtiera en masiva y espontánea en el período siguiente

BIBLIOGRAFIA

DEPARTAMENTO DE HISTORIA DEL CENTRO EDITOR DE AMERICA LATINA,


Historia Integral Argentina, t. 2, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1980.
FERNS, H.S., Gran Bretaña y Argentina en el siglo XIX, Buenos Aires, Solar/Hachette,
1966.
FERRER, ALDO, La Economía Argentina, Buenos Aires, Fondo de Cultura
Económica1983.
ROFMAN, ALEJANDRO y ROMERO, LUIS A., Sistema socioeconómico y estructura
regional en la Argentina, Buenos Aires, Amorrortu, 1973.
VAZQUEZ-PRESEDO, VICENTE, El caso argentino, Buenos Aires, EUDEBA. Editorial
Universitaria de Buenos Aires, 1971.
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II- MODELO AGROEXPORTADOR (1880 – 1930).

Síntesis esquemática.

II - 1. Condiciones internas. Programa.


Podemos hablar de un verdadero Estado Nacional Argentino, a partir de1880. Estaba
asegurada la paz y el orden en todo el territorio, y estaba en condiciones de consolidar la
modernización del país y de asegurar el crecimiento material y económico, continuando la
política iniciada por la ‘Generación liberal’, pero ya, sin obstáculos.
La burguesía terrateniente porteña, con sus aliados del Litoral y del Interior, había
impuesto su hegemonía en todo el país. Estaba convencida que, la Argentina, lanzada por la
senda del progreso, lograría ser tan adelantada como los principales países de Europa
occidental o los Estados Unidos, sus modelos.
Tuvo un programa definido muy coherente –aunque no explícito- que era el siguiente:
a) Aplicación de una política de adhesión a los principios del liberalismo
económico.
b) Desarrollo agropecuario aprovechando las “ventajas comparativas”
c) Población del ·desierto· con inmigrantes europeos.
d) Fomento de las inversiones extranjeras, garantizándoles protección y
beneficios. Contratación de empréstitos.
e) Instalación de una infraestructura de exportación (ferrocarriles, puertos,
frigoríficos).

II - 2. Contexto internacional.
Durante la 2da. mitad del siglo XIX, en Europa, Estados Unidos y Japón, se produjo un
fantástico desarrollo técnico-científico, que dio origen a la Segunda Revolución Industrial.
Surgieron nuevas industrias: siderúrgica, químicas, de máquinas-herramientas, motores a
explosión, electricidad, hidrocarburos, y comunicaciones, que requirieron gran cantidad de
materias primas y mercados consumidores. Los países adelantados, se dedicaron
especialmente, a la producción industrial –que reportaba rentas superiores- y buscaron las
materias primas, alimentos y nuevos mercados, en otros continentes: América Latina, Asia,
Africa y Oceanía.
Se constituye en plenitud, el “Mercado Mundial”; todos los países y pueblos lo integran,
pues todos, tienen algo para vender y algo para comprar, y lo hacen de una manera
permanente y creciente. Tiene características bien definidas: los países ´adelantados` produ
-cen y venden su producción fabril (artículos, insumos o máquinas), y compran materias
primas, mientras que los ·atrasados·, producen materia prima y compran manufacturas. A
esto, se lo denomina “División internacional del trabajo”.
El sistema capitalista adquirió dimensión mundial.
Europa fomentó la producción de materias primas en los países “periféricos”, con una
demanda creciente, y con inversiones de capital significativos. Simultáneamente, solucionó
el problema del exceso de su población, alentando la emigración hacia esos países, donde
producirán alimentos y materia prima que necesitaban.

II - 3. Actores sociales
La burguesía terrateniente porteña (las familias `tradicionales´) y del Litoral,
constituyeron la “clase alta”. Era la ´elite` dueña del poder político y económico, derivado
de la propiedad de la tierra, sobre todo, de la pampa húmeda.
Sus intereses coincidían y se articulaban con los intereses del gran capital británico,
reforzando una sociedad de hecho, que existía desde hacía mucho tiempo.
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Otros sectores privilegiados, fueron los inversores extranjeros; la mayoría, ingleses: eran
banqueros, importadores-exportadores, grandes comerciantes, grandes propietarios, altos
funcionarios de los ferrocarriles, servicios públicos, frigoríficos, etc.
Unos cuantos colonos y chacareros, a costa de mucho trabajo y sacrificio, lograron
prosperar y acceder a la pequeña y mediana propiedad en el Litoral.
Numerosos inmigrantes y criollos campesinos, debieron trabajar las tierras de los
latifundistas, como arrendatarios o peones.
Muchos inmigrantes se quedaron en las ciudades para trabajar, principalmente en Buenos
Aires y Rosario. Encontraron trabajo en la construcción, en el puerto, en el ferrocarril,
frigoríficos, servicios públicos, fábricas o talleres, comercios, o como artesanos y
vendedores ambulantes. Vivieron en las típicas casas de inquilinatos: los conventillos.
Originaron dos clases sociales nuevas: la clase media y la clase obrera.
Estos trabajadores formaron los primeros gremios en la Argentina, de tendencias
socialista, anarquista y sindicalista, que predominaban en la Europa de la época.
Quienes lograron algún ascenso económico (comerciantes, empleados), formaron la clase
media. En muchos casos, los inmigrantes se sacrificaban para asegurar el futuro de sus hijos
y un ascenso social, especialmente, a través de un título universitario.

II - 4. Factor dinámico.
Le daba dinamismo al modelo, el sector externo. Toda la actividad económica, giraba
alrededor de un eje: producir excedentes agrícolas y ganaderas, para ser exportados.
No se pretendía satisfacer el mercado interno, sino de aprovechar la “renta agraria”. De allí
las denominaciones dadas al modelo: `agroexportador`, `de crecimiento hacia fuera`, o de
`economía primaria exportadora`.
La estructura económica, los mayores esfuerzos de la sociedad y el Estado, estaban
dirigidos a crear excedentes agropecuarios. Para la industria, no existían estímulos; sin
embargo, necesariamente, hubo alguna actividad fabril.
Durante medio siglo, el modelo funcionó exitosamente. En ningún otro momento
histórico, la Argentina creció tanto. Pero ¿estaba asegurado el “progreso indefinido” como
afirmaba la clase dirigente?
El Estado, a través de los impuestos aduaneros, obtenía abundantes recursos (para la
época), con los cuales, amortizaba la deuda externa, cubría los gastos de la administración
pública –siempre crecientes-, y financiaba numerosas obras.
Con las divisas obtenidas por las exportaciones, se pagaban las importaciones, y se
enriquecían los terratenientes e inversores.

II - 5. Acumulación y destino de las ganancias.


Los grandes beneficiarios, fueron la burguesía terrateniente y comercial y los inversores
extranjeros.
La gran burguesía argentina, obtuvo ganancias cuantiosas, que alegremente derrochaban
en viajes anuales a Europa, principalmente a París. Gastaron fortunas en objetos suntuarios
(obras de arte, esculturas, tapices, cristalería, alfombras, etc.), causando admiración en
muchos europeos, mientras sus peones, trabajaban todo el año, de sol a sol.
Sus inversiones fueron escasas, para el mejoramiento de sus campos (alambrado, molino,
tanque de agua, casco, galpones, máquinas y refinamiento del ganado), construcciones en la
ciudad (verdaderos palacios para vivir, como el de Anchorena o el de Unzué y conventillos
para los obreros).
Los inversores extranjeros, remitieron las enormes ganancias a sus países de origen.
Por lo tanto, la mayor parte de la riqueza creada en el país, se fugó, no hubo acumulación
interna, ni diversificación de la producción. La Argentina no se capitalizó de acuerdo con
sus posibilidades.
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II - 6. Caracteres generales de su economía.


El crecimiento material, demográfico, educativo y cultural, fue impresionante, como lo
demuestran casi todos los indicadores económico-sociales.
Un elemento fundamental de ese crecimiento, fue el ferrocarril. Para 19l4, la red se
extendía por 32.000 km.; al finalizar el modelo, alcanzó casi su máxima extensión: 38.500
km. Unió a todas las ciudades importantes. A su vera, se erigieron cientos de ciudades,
pueblos y aldeas. Hizo posible el transporte de grandes cantidades de granos y carnes,
acercándolos rápidamente a los puertos principales: Buenos Aires, Rosario, Bahía Blanca y
otros.
La producción rural y sus exportaciones fueron tan grandes, que Argentina mereció el
título -muy exagerado- de “granero del mundo”. El lugar ocupado por la Argentina como
país agroexportador, a mediados de los años 20, era el siguiente:
“Argentina abasteció el 66 % de la exportación mundial de maíz, el 72 % de lino, el
32 % de avena, el 20 % de trigo y harina de trigo y más del 50 % de carnes”. 7
La invención del frigorífico, revolucionó la ganadería argentina. En la década de los 80,
las exportaciones de carnes congeladas, ovinas y bovinas, empiezan a tener importancia,
mientras van disminuyendo las del tasajo y del ganado en pié. Pero recién en 1904, la
matanza de los frigoríficos, supera la de los saladeros.
Simultáneamente, se introdujeron nuevas razas bovinas: shorthorn, heresford, aberdeen
angus, productoras de carnes de superior calidad (también holando, raza lechera) que
desplazaron al ganado criollo.
El apogeo de las exportaciones cárneas, comenzó con la instalación de los modernos
frigoríficos norteamericanos e ingleses en 1907 / 8. Elaboraron carnes `enfriadas` para
satisfacer los delicados paladares londinenses.
El Estado Nacional, estimuló algunas producciones del Interior, buscando paliar los
agudos desequilibrios regionales. Así, protegió a la industria azucarera de Tucumán y del
Noroeste y la vitivinícola de Cuyo.
Desde fines del siglo XIX se aprovechó la madera de la región chaqueña (leña,
durmientes).
Se instalaron grandes compañías explotadoras del quebracho colorado, para producir
tanino y extracto de quebracho. Fue otro negocio fabuloso para los ingleses. Se
denominaron `forestales´ cuando en realidad, hicieron exactamente lo contrario: donde
existía la selva de quebracho más grande del mundo (Chaco, Santiago del Estero, norte
santafesino), dejaron un desierto. Hasta cambió el microclima. La empresa “La Forestal”,
estableció un verdadero `feudo` inglés donde, de hecho, no entraban autoridades argentinas.
Tenía su propia policía, su cuerpo armado (los “cardenales”) su propia moneda. . .
Al estallar la 1ra. Guerra mundial, se había completado la ocupación de las llanuras
fértiles templadas. Posteriormente, se aprovechan las tierras `marginales`. Allí, se
introdujeron cultivos industriales: algodón en el Chaco, tabaco en Corrientes, arroz en Entre
Ríos y Corrientes, maní en Córdoba y Santa Fe, yerbamate en Misiones.

El desarrollo industrial, fue escaso. Las únicas industrias modernas, estaban las destinadas
a la exportación, como la frigorífica; también la molinera.
La industria destinada al mercado interno, fue modesta: textil, alimenticia (principalmente,
láctea), de la construcción, numerosos talleres (metalúrgicos, ferroviarios), la imprenta, etc.
Recién en 1887 se fundó la Unión Industrial Argentina (UIA); por varias décadas, la
actividad industrial no tuvo incentivos, ni protección y careció de peso político.

7
DI TELLA, TORCUATO, GERMANI, GINO, GRACIARENA, JORGE y colaboradores, Argentina,
sociedad de masas, Buenos Aires, Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1966.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 11
Juan Antonio Vilar

Al comenzar la Gran Guerra, los británicos dejaron de realizar nuevas inversiones, que
habían realizado en el sector `servicios` (sector terciario). Se convirtieron en `rentistas`.
En la década del 20, capitalistas norteamericanos y alemanes, iniciaron una nueva
estrategia de inversiones, en el sector secundario (industrias). Así, instalaron empresas
químicas, eléctricas, metalúrgicas, alimenticias, textiles y del caucho.

II - 7. Vulnerabilidad y límites.
Pese al crecimiento logrado, la estructura económica-productiva era sumamente
vulnerable: dependía totalmente de la demanda externa. El país había progresado en función
de las necesidades europeas, principalmente, del Reino Unido. Era “monoproductor” de
materias primas; no hubo diversificación de su economía, ni un desarrollo tecnológico que
la impulsara. ¿Fue sólo una `burbuja` de crecimiento?
El ciclo expansivo fue impulsado por factores exógenos, que imponían las condiciones:
precios, volúmenes, calidad.
En el apogeo del ciclo -1910, año del Centenario- había abundantes capitales, pero ni a la
clase terrateniente, ni al Estado, se les ocurrió realizar (o fomentar) grandes inversiones en
otras actividades económicas. No tuvo relevancia la industria liviana –mucho menos la
pesada-, ni integración económica, ni desarrollo científico-tecnológico que permitiera cierta
autonomía a la economía argentina.
La burguesía argentina, admiraba e imitaba a los europeos, menos en lo que era
fundamental: las inversiones de riesgo para el desarrollo científico-tecnológico e industrial.

II - 8. Causas del agotamiento y fin.


La crisis económica de 1929 –el `crack` de la Bolsa de Valores de Nueva York fue
la detonante- sacudió y hundió a todo el sistema capitalista mundial. Todos los sectores
productivos quedaron afectados, con graves consecuencias sociales (millones de
norteamericanos perdieron su trabajo, sus ahorros o se fundieron) Los precios, cayeron en
picada. Le siguió una Gran Depresión.
La crisis afectó a Europa –con similares resultados-. En consecuencia, sus compras a la
Argentina, disminuyeron bruscamente y los precios bajaron a casi la mitad.
Las escasas divisas de la `renta agraria` disponibles a partir de ese momento, no podrían
mantener el funcionamiento exitoso del modelo, de 50 años de duración. La ilusión del
`progreso indefinido` chocó con la realidad. La `burbuja´ había reventado.

II – 9 – Aspectos relevantes del proceso histórico.

II – 9 a. Consolidación del Estado Nacional. La Argentina Moderna.


A partir del año 1880, la Argentina entró en una etapa decisiva de modernización, que
significó el cambio más profundo producido en el país, desde la llegada de los
conquistadores españoles. En sólo 3 décadas, la Argentina `criolla`, tradicional, cambió
completamente, tanto en orden político, como social, económico, cultural, demográfico o
territorial.
Se conformó la Argentina moderna, “de economía primaria exportadora” que tuvo larga
duración.
Los territorios de la Pampa, la Patagonia y del Chaco, quedaron incorporados a la
jurisdicción nacional, adquiriendo el país, su configuración espacial actual.
La estructura institucional, tiene como base a la Constitución de 1853 con sus reformas. El
Derecho fundamental, se completa con los Códigos Civil, Penal, Comercial, de Minería, de
Procedimientos, la Ley de Federalización de Buenos Aires y su ordenamiento municipal, la
organización de los territorios nacionales y las constituciones provinciales.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 12
Juan Antonio Vilar

En la década de los 80, fueron sancionadas una serie importante de “leyes liberales”, como
la Nº 1420, de Educación Común, gradual, gratuita, obligatoria (y laica); la de creación del
Registro Civil y del Matrimonio Civil. Todas ellas, así como la secularización de los
cementerios, dieron lugar a una enconada reacción de la Iglesia Católica, que se
consideraba despojada de sus funciones propias y que lo son de todo Estado moderno.
En 1881 quedaron suprimidas las `Guardias Nacionales`; desde entonces, hubo un único
Ejército Nacional. En ese mismo año, la Ley Nº 1130, dispuso la unificación de la moneda,
en un primer intento de poner fin a la anarquía monetaria (circulaban monedas de distintas
provincias y de países extranjeros).
En síntesis: desde entonces, existe un Gobierno Nacional con Autoridad en todo el país,
con Poder suficiente, como para hacerse obedecer y respetar. Quedaba así, asegurada una
continuidad constitucional durante 5 décadas.
Un renovado elenco de hombres públicos, formó la `clase dirigente`: estadistas,
militares, legisladores, juristas (y también terratenientes). Fue llamada “Generación del 80”,
integrada también por hombres de ciencias, de letras y de la cultura.
Las figuras políticas más representativas, fueron: Julio Argentino Roca, Carlos Pellegrini,
Miguel Juárez Celman, Eduardo Wilde, Dardo Rocha, Lucio V. Mansilla, Torcuato de
Alvear, Eduardo Racedo, etc. Eran positivistas-liberales y estaban convencidos de la
filosofía del “progreso indefinido”. Su optimismo era desbordante. El presidente Roca llegó
a `profetizar` en su Mensaje dado a Congreso en 1880, lo siguiente:
“Felices aquellos que puedan contemplar a la República Argentina dentro de 50
años con 50 millones de almas, después de medio siglo de paz no interrumpido, en
el apogeo de su gloria y poderío”.
Constituyeron un grupo homogéneo y coherente. Lograron un consenso social, superando
los conflictos y monopolizando el poder.

II – 9 b. - Papel del Estado.


Esta clase dirigente, dedicó todos sus esfuerzos, en impulsar el desarrollo agropecuario,
convencida que era lo más conveniente para el país.
Favoreció la actividad privada, fomentó las inversiones extranjeras y dejó en sus manos,
los principales resortes de la actividad productiva, generadora de riquezas.
El papel cumplido por el Estado, fue decisivo en la `privatización` de la expansión
económica. Sin su extrema liberalidad, la empresa privada no hubiera tenido semejante
crecimiento, ni hubiera podido acumular tantas ganancias.
El papel cumplido por el Estado, puede sintetizarse así:
1. Incorporación de las tierras fértiles, con expulsión de los indios.
2. Transferencia de las tierras fiscales, a particulares.
3. Protección armada de la propiedad privada.
4. Introducción de inmigrantes.
5. Instalación de Ferrocarriles nacionales y garantías a los ferrocarriles extranjeros, con
cesión gratuita de tierras y exención de gravámenes e impuestos.
6. Construcción de puertos, obras urbanas, de salubridad, de instrucción pública, etc.
7. Información básica: relevamientos estadísticos, confección de planos topográficos,
etc. 8
Por lo tanto, el Estado Nacional efectuó grandes inversiones a favor de la actividad
privada; el Estado liberal, se puso al servicio de la empresa privada.

II – 9 c.- La Oligarquía.

8
VILA, DANIEL, La nacionalidad de la inversión, en Polémica… etc., op. cit., Nº 66, p. 160.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 13
Juan Antonio Vilar

La burguesía terrateniente, detentó el poder. Es la oligarquía porque gobierna en su propio


beneficio. Sus intereses, coinciden con los del Estado. Mientras éste, estuvo
permanentemente endeudado, aquella se enriqueció fabulosamente. El fundamento de su
poder, estaba en la propiedad de la tierra (que le había regalado el Estado).
Surgida en época de Rosas, se fortaleció con el mitrismo y se consolidó con Roca y sus
sucesores, cuando le transfirió las tierras fiscales de la pampa húmeda.
Rosas convirtió a los `enfiteutas` en propietarios. Entre 1837 y 1840 , Rosas distribuyó
3.426 leguas cuadradas (8.565.000 hectáreas) entre 293 titulares. Entre ellos, figuraban –
¿casual- mente?- sus parientes, colaboradores o partidarios: Tomás y Nicolás Anchorena,
Félix de Alzaga, Juan Miguens, Felipe Arana, Juan Terrero, Pedro Trápani, Eustaquio Díaz
Vélez, Juan Pablo Sáenz Valiente, Simón Pereyra y otros, entre los que no faltaban,
ingleses.
En el período liberal, en 1864, se ponen en venta 2.171.000 hectáreas de tierras
disponibles, dentro de la línea de frontera; en 1871, fuera de ésta: en total se venden
3.807.852 ha. entre 3.438 personas. Además hay donaciones y premios a militares.
Con la denominada “conquista del desierto”, se hizo una formidable distribución de la
tierra pública. Martínez de Hoz y Cía. adquirió 2.500.000 de ha.; Saturnino Unzué e hijos,
500.000 ha.; Eduardo Casey: 270.000 ha., Belisario Hueyo y Cía., 250.000 ha., Marcelino
Ugarte: 177.000 ha., Tomás Drysdale: 122.500 ha., Antonio Cambaceres: 120.000 ha.,
Francisco Pradere: 95.000 ha., Victorino de la Plaza: 47.500 ha., Rudecindo Roca: 42.000
ha, etc.9
En 1885 el Estado cedió 4.750.471 ha. entre 541 personas.
Las tierras fiscales, fueron cedidas en grandes latifundios a personas privadas. En la
pampa húmeda, no hubo nada parecido al Homestead norteamericano, que disponía la
entrega de tierras en pequeña y mediana propiedad, para afincar al campesino.
El presidente Roca, manifestó en su Mensaje de 1904, que el Estado había vendido o
donado desde la época de Rosas, 32.447.045 hectáreas. Seguramente, fueron mucho más.
“…por leyes especiales del Congreso, se otorgan recompensas a los
expedicionarios según su jerarquía; como es de imaginar, Roca es el más beneficiado; en
toda la historia de la entrega de tierras, los militares, indistintos momentos, han recibido
20 millones de ha., sobre un total de 32 millones donadas.” 10
El 2do. Censo Nacional de 1895, destacó el “hecho notable de que casi la 3ra. parte de
los terratenientes, habían nacido en países extranjeros.” 11
Pocos grandes propietarios trabajaron sus tierras; prefirieron arrendarlas (tendencia que
aún hoy subsiste, aunque hayan cambiado las condiciones).
Por ejemplo: en 1910/11, de 29.100 explotaciones cerealeras de la Provincia de Buenos
Aires, sólo 9.100 (el 32 %) eran trabajadas por sus dueños, 16.800 (el 58 %) por
arrendatarios y 3.000 (el 10 %) por medieros.
En el Litoral, sucedía algo parecido. En Santa Fe, sobre un total de 14.200 explotaciones,
son trabajadas por sus dueños, 5.500, por arrendatarios: 7.300 y por medieros: 1.300.
Los contratos de arrendamiento, eran `leoninos`, de corto plazo, pues duraban de 3 á 5
años. En la primera época, los arrendatarios debían desmontar, estaban obligados a rotar sus
cultivos con trigo, lino y maíz, pagar el arriendo y al finalizar su contrato, debían dejar el
campo alfalfado.12

9
SAENZ QUESADA, MARIA, Los estancieros, p. 231, Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 1980.
10
JITRIK, NOE, El mundo del Ochenta, p. 40, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1982.
11
VAZQUEZ-PRESEDO, VICENTE, El caso argentino, Buenos Aires, Editorial Universitaria de Buenos
Aires, 197l.
12
GRELA, PLACIDO, El Grito de Alcorta, pp. 72/74, Rosario, Ed. Tierra Nuestra, 1958.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 14
Juan Antonio Vilar

O sea: el propietario, después de recibir regalada la tierra, arrendaba el campo virgen, para
ser labrada por primera vez, es decir, desmontada, limpiada y arada; cobraba la renta y
recibía finalmente el campo con alfalfa para que pudiera pastar su ganado.
Esta inicua explotación de los arrendatarios, sumada a la de los acopiadores –y la baja del
precio de los granos- originó un gran levantamiento de colonos agricultores y chacareros
del sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires en 1912, que recibió el nombre de Grito de
Alcorta. Entonces fundaron la Federación Agraria Argentina –F.A.A.- que defiende los
intereses de los pequeños y medianos productores rurales.

II – 9 ch. - Cambios demográficos y Sociales.


Durante este período, hubo un notable crecimiento de la población, debido a la
inmigración masiva. Ya la Constitución de 1853 había prescripto que “El Gobierno Federal
fomentará la inmigración europea”, siguiendo en lema de Juan Bautista Alberdi de
“Gobernar es Poblar”. En un principio, la Confederación Argentina propició la fundación de
Colonias Agrícolas con familias europeas que decidieran radicarse en el país. La fundación
de Esperanza -1856- inició esta primera etapa de instalación de numerosas colonias en el
Litoral y Córdoba, que sentaron las bases de la producción agrícola en gran escala. Hacia
1910, en Santa Fe, se habían fundado unas 400 colonias, que cubrían un área de 4 millones
de ha. Fue el centro de la `pampa gringa`. La colonia podía ser oficial o privada.
Comunmente, para establecer una colonia, debía cumplirse algunos requisitos y pasos: un
particular –contratista- convenía con el Gobierno Nacional o Provincial, traer de Europa, un
número determinado de familias (por ejemplo, 150 ó 200). Recibía una extensión de tierras
fiscales y viajaba a Europa, para buscar los voluntarios. Una vez llegados al país e
instalados en el campo, el gobierno les cedía útiles de labranza, animales, semillas y los
eximía de impuestos. Los colonos pagaban al contratista con sus cosechas y producción.
Finalmente, si la experiencia tenía éxito, adquirían la tierra que trabajaban.
La Ley de Inmigración y Colonización, abrió el camino de la inmigración masiva.
En Europa, estaba en pleno desarrollo la 2da. Revolución Industrial y expulsaba a la
población `sobrante’-desocupados- para evitar o atenuar las tensiones sociales. Fomentaba
la emigración a otros continentes, para que produjeran allí, lo que los europeos necesitaban:
alimentos y materia prima.
La clase dirigente, necesitaba poblar el `desierto argentino`, principalmente con europeos
del norte (anglos y sajones), por ser más enérgicos emprendedores e industriosos (según lo
preferían Alberdi y Sarmiento). Pero esto no sucedió: desde 1880 comenzó la etapa de la
inmigración masiva y espontánea, procedente del sur, latinos, la mayoría italianos (el 43 %)
y españoles (34 %), y el resto franceses, suizos, alemanes, polacos, judíos (de Rusia) y otros
no europeos: árabes (siriolibaneses), que en la Argentina erróneamente llamamos turcos. . .
Los primeros Censos Nacionales de Población de 1869 (1.737.100 habitantes), 1895
(3.954.900 habitantes) y 1914 (7.885.200 habitantes), muestran un gran aumento
demográfico, que se duplicaba cada 20 años. Con la Gran Guerra, el flujo inmigratorio
decreció, para volver a aumentar después. Al terminar el período en 1930, la población del
territorio, se estima en 11.500.000 habitantes.
Entre 1856 y 1930, los inmigrantes sumaron unos 6.200.000, de los cuales, se radicaron
aproximadamente, unos 3.400.000, que representa un 55 %. El porcentaje es pequeño, aún
teniendo en cuenta la “inmigración golondrina” (aquella que venía a `levantar la cosecha`).
Venían atraídos por la posibilidad de “hacerse la América”, para regresar ricos a Europa o,
al menos, mejorar sus condiciones de vida. No sucedió lo primero, por eso, muchos
volvieron desilusionados. No tenemos registros de porqué lo hicieron, pero suponemos que
la razón principal, fue la escasa posibilidad de acceder a la propiedad de la tierra.
Los agentes argentinos en Europa, había hecho una falaz propaganda de las oportunidades
que brindaba las enorme llanura pampeana. Cuando los inmigrantes llegaron, se
Contribución al Conocimiento de la Realidad 15
Juan Antonio Vilar

encontraron que estas tierras ya tenían dueños. Deberían trabajar la tierra como peones o
arrendatarios en beneficio del propietario y no en su provecho.
La mayoría de los que llegaron, eran varones jóvenes, solteros, en edad de trabajar:
campesinos, obreros, jornaleros (trabajadores no calificados).
El impacto que produjo en la población nativa, fue enorme. Rápidamente –y por varias
décadas- constituyeron la 3ra. parte de la población y en Buenos Aires, más de la mitad.
Fueron portadores de otras lenguas, costumbres, prácticas, ideas, gustos y cultura, que
influyeron en la sociedad criolla.
El 80 % se radicó en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, que
con Mendoza y Tucumán, tuvieron mayor crecimiento, en detrimento de las demás.
También se inició un proceso de concentración urbana: en 1869 era del 27 % y en 1914,
del 53 %. La Capital Federal, creció explosivamente; también, Rosario.
La `elite` social, estaba formada por 400 familias tradicionales de grandes propietarios de
Buenos Aires, vinculadas entre sí por intereses comunes, lazos familiares, lugar de
residencia, clubes selectos (Jockey Club, del Progreso) y asociaciones privadas (Sociedad
Rural).
Arrendatarios prósperos, colonos y pequeños propietarios, constituyeron una clase media
rural. En las ciudades, medianos y pequeños empresarios, comerciantes, trabajadores de
“cuello blanco”: profesionales, técnicos, docentes, funcionarios de menor jerarquía y
empleados del sector público y privado, conformaron una nueva y creciente clase media.
Los estratos medios crecieron del 11 % en 1869, al 26 % en 1895 y al 30 % en 1914.
Los sectores populares lo integraron los peones rurales, los artesanos, los obreros fabriles
y de talleres manufactureros y el mundo de la economía informal, los `desheredados´, y
hasta los de la `mala vida`. Generalmente vivían en los “conventillos”, casas de inquilinato
de muchas piezas, donde se hacinaban las familias numerosas, una en cada habitación. En
1907 se produjo una gran “huelga de inquilinos” de más de 100.000 personas, en reclamo
de la rebaja de los alquileres.
El gaucho, pasó a ser expresión típica de épocas pasadas. El alambrado de los campos,
fueron como barrotes de cárceles para él. Ahora debió convertirse en peón, conservando
costumbres y tradiciones gauchas. El “Martín Fierro” de José Hernández, es una pintura del
gaucho que había sido.
En las ciudades, aparecieron nuevos personajes típicos: los vendedores ambulantes
(cambalacheros), los orilleros, los compadritos, los linyeras, los atorrantes . . .
En ambientes `non santos` (cercanos al delito) fueron apareciendo nuevas expresiones
culturales como el lunfardo y el tango.
La clase dirigente, admira y pretende imitar a Europa, principalmente a París. Se preocupó
por establecer una escuela pública de buen nivel, con el propósito de alfabetizar a los niños
y de inculcarle sentimientos patrióticos de clase (sobre todo, a través de una ”historia
oficial”),con la veneración de los símbolos patrios y de los ‘próceres’ Además sería el
principal instrumento para `argentinizar` rápidamente, al hijo del inmigrante.
El desarrollo cultural y artístico, fue intenso. Circularon abundantes diarios (los más
prestigiosos fueron La Nación y La Prensa), periódicos partidarios y obreros, revistas
satíricas como “El Mosquito” y otras como “Caras y Caretas”, que abarcaron toda una
época, libros y revistas especializadas argentinos y extranjeros.
Argentina contó con un número importante de destacados intelectuales, científicos,
escritores, músicos y artistas, que la ubican a la vanguardia de América Latina.

II – 9 d. - Los comienzos del movimiento obrero.


En 1878 los tipógrafos de Buenos Aires, realizaron la primera huelga en demanda de
una jornada de 10 horas.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 16
Juan Antonio Vilar

Por esos años, se formaron las primeras sociedades de resistencia, asociaciones mutuales y
de socorros mutuos, de inmigrantes provenientes de distintos países europeos.
Carpinteros, herreros, panaderos, albañiles, ferroviarios, yeseros, zapateros, ebanistas,
dependientes de comercio, etc., organizaron sus respectivos gremios, casi siempre, por parte
de inmigrantes. Muchos de ellos, arribaban a estas tierras, expulsados de sus países,
perseguidos por su activismo social. Así llegaron y permanecieron en la Argentina, destaca-
dos dirigentes, como los anarquistas Enrique Malatesta (italiano), Juan Creaghe (médico
irlandés), Gregorio Inglan Lafarga (catalán), Pietro Gori (italiano), los socialistas Adrián
Patroni (italiano), Germán Ave Lallemant (alemán, difusor del marxismo) y otros.
En 1889 la Asociación Internacional del Trabajo (la 2da. Internacional Socialista), dispuso
conmemorar los días Primero de Mayo, como jornada de lucha en homenaje de “los
mártires de Chicago”.
En Buenos Aires, varios gremios formaron un Comité Obrero Internacional, que resolvió
adherir con un acto el 1º de Mayo de 1890, crear una federación obrera, editar un periódico
y peticionar al Congreso, la sanción de leyes obreras.
El acto se efectuó, se editó “El Obrero” dirigido por Lallemant, se fundó la primera
Federación de Trabajadores que tuvo corta vida, igual que otros intentos realizados en la
década. Las diferencias entre anarquistas y socialistas, sus enfrentamientos teóricos eran
durísimos y obstaculizaban concretar la unidad organizativa, pero no impedían la unión en
la acción.
Las protestas y las huelgas fueron en aumento, en reclamo de la jornada de 8 horas (se
extendía entre 10 y 16 horas) y de aumento de salarios. La respuesta de la patronal era
siempre negativa y del Gobierno, la represión (palazos y balazos).
Las tendencias predominantes en el movimiento obrero, eran 3 como en Europa:
- Los anarquistas luchaban por lograr la transformación total de la sociedad, a través
de la acción emancipadora revolucionaria de la clase obrera: pretendían la
desaparición del Estado y de toda forma de opresión del hombre.
- Los socialistas consideraban al sindicalismo, una herramienta útil para la toma de
conciencia proletaria, con el propósito de su participación política; a través del voto
y la acción parlamentaria, la clase trabajadora lograría sus derechos.
- Los sindicalistas sostenían que la emancipación del proletariado, se lograría a través
de la lucha gremial (al margen de la actividad política, en la que eran neutrales). Al
principio, sostuvieron enérgicamente la lucha de clases pero, al correr de los años, se
tornaron conciliadores.
Publicaron numerosos periódicos, algunos de corta vida, pero muy combativos. Merecen
ser mencionados, “El Perseguido” y “La Protesta” –anarquistas- y “La Vanguardia” –
socialista-.
Los intentos de unidad, prosiguieron. En 1901 se constituyó la Federación Obrera
Argentina (FOA), con mayoría de gremios anarquistas; pronto la abandonaron los
socialistas. En 1904 se transformó en Federación Obrera Regional Argentina (FORA) que
en su V Congreso, proclamó su adhesión a los principios del `comunismo anárquico`.
En 1902 los gremios socialistas formaron la Unión General de Trabajadores (UGT). Dos
años después, los sindicalistas lograron la mayoría y en 1909, la transformaron en
Confederación Obrera Regional Argentina (CORA).
Los reclamos y luchas, aumentaron. En 1902, una huelga de estibadores del puerto de
Buenos aires, recibió la adhesión de otros gremios, transformándose en una `huelga
general`. Reclamaban la disminución del peso de las bolsas que cargaban al hombro, que
pesaban 100 ó 120 kilogramos, a 65 ó 70 kg.
El gobierno declaró el `estado de sitio`, allanó locales sindicales y detuvo a centenares de
obreros. El Congreso sancionó un proyecto de ley del Ministro Miguel Cané; fue la Ley Nº
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Juan Antonio Vilar

4144 “de Residencia” que dispuso la expulsión de extranjeros perturbadores del orden
público, norma que contradecía abiertamente la letra y el espíritu de la Constitución.
Los trabajadores no cejaron en sus reclamos: supresión del trabajo nocturno,
reglamentación del trabajo de mujeres y menores, anulación de la ley 4144. La represión
creció, lo mismo que el número de víctimas obreras.
En 1904, el presidente Roca, encargó al eminente médico e ingeniero catalán Juan Bialet
Massé, el estudio sobre las condiciones de trabajo en el país. Su resultado fue el “Informe
sobre el estado de las clases obreras argentinas”, una completísima investigación.
En 1907 se creó el Departamento Nacional del Trabajo.
El 1 / 5 / 1909 un gigantesco acto obrero en Plaza Lorea, fue atacado a balazos por el Jefe
de Policía, coronel Ramón Falcón, dejando un saldo de 8 muertos y centenares de heridos.
Meses después, un joven anarquista, Simón Radowitzky, arrojó una bomba sobre el coche
de Falcón, causándole la muerte.
En mayo de 1910, los trabajadores prepararon las Jornadas de Protesta del Centenario. El
gobierno las impidió, desencadenando una feroz represión preventiva. Detuvo, deportó y
confinó a centenares de dirigentes obreros. Bandas `patrióticas` integradas por jóvenes
pertenecientes a familias tradicionales, al amparo de la policía, recorrieron la ciudad, para
asaltar y destruir locales gremiales, incendiar sus bibliotecas, empastelar sus imprentas y
golpear y vejar a los obreros. El `terror blanco` también se hizo sentir en barrios `judíos`.
El Congreso sancionó la Ley 7029 de “Defensa Social”, que dispuso la aplicación de
severísimas penas a los anarquistas y personas que preconizaran ataques a las instituciones
públicas y promovieran actos violentos.
La clase trabajadora, tardó años en recuperarse de estos golpes.
Y fue el Gobierno Radical que desencadenó la represión más feroz aún: durante la
“Semana Trágica” de enero de1919 y durante las huelgas patagónicas protagonizadas por
los peones de Santa Cruz en 1921. Un Regimiento del Ejército Argentino, al mando del
teniente coronel Héctor Benigno Varela, secundado por el capitán Elbio C. Anaya, fusiló –
ilegalmente, sin juicio ni proceso previo- a miles de trabajadores. Estos crímenes quedaron
impunes, pues ni siquiera hubo una investigación oficial.
También en los años 1919 / 21, se produjeron huelgas en “La Forestal”, que fue reprimida
por la `gendarmería volante`, fuerza propia de la empresa inglesa, ante la total pasividad de
las Autoridades.
El anarco-sindicalismo no pudo recuperarse de estos golpes y entró en una lenta y
progresiva decadencia.
Las principales características del movimiento obrero en la Argentina, de esta primera
etapa, fueron las siguientes:
- Los inmigrantes europeos fundaron e integraron la mayoría de los Gremios, de tendencia
anarquista, socialista y sindicalista.
- Alta combatividad obrera en defensa de sus intereses y, a pesar de los enfrentamientos
ideológicos, existía una gran solidaridad de acción.
- Nunca existió una Central que representara a todos o a la mayoría de los gremios.
- No existía la afiliación obligatoria ni era masiva, salvo en los ferroviarios.
- Los sindicatos se sostenían a través de los `cotizantes` voluntarios
- Los sindicatos tenían sus propias publicaciones, imprentas y bibliotecas.
- Los dirigentes eran, casi siempre, los propios trabajadores, luchadores, militantes
honestos y desinteresados, dispuestos a sacrificarse por la causa obrera.

II – 9 e. - Caracteres políticos del ‘Régimen’.


El general Roca dominó la política argentina durante un cuarto de siglo, desde el inicio de
su primera presidencia, hasta el fin de su segunda (1880-1904). Extraordinariamente hábil,
Contribución al Conocimiento de la Realidad 18
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llegó al poder con el apoyo de la `Liga de los Gobernadores`, pero el verdadero sustento, se
lo daba la burguesía latifundista y el Ejército.
Su lema fue: `Paz y Administración` (aunque Sarmiento, acérrimo enemigo del latifundio,
inventó otro: `Empréstitos y Rémington`). Fundó un régimen liberal-conservador, que tuvo
expresión extrema en su sucesor Miguel Juárez Celman. De ideología ultraliberal, siendo
presidente, afirmó: “El monopolio del Estado es, no sólo ilegítimo, sino mucho menos
tolerable que el monopolio particular, por el hecho de no haber recursos contra él”.
“La experiencia no ha señalado un solo hecho en que, la mejor de las administraciones
públicas, sea siquiera igual a las que ocupan un segundo rango en las de orden privado…”
“Por lo tanto, lo que conviene a la Nación, según mi juicio, es entregar a la industria
privada la construcción y explotación de las obras públicas que por su índole, no sean
inherentes a la soberanía, reservándose el Gobierno la construcción de aquellas que no
puedan ser verificadas por el capital particular…” 13 (Por lo visto, Menem tuvo grandes
precursores…).
La oligarquía logró mantenerse en el gobierno hasta 1916, apelando a variados recursos:
consenso, fraude, violencia.
Realizaba elecciones periódicas, viciadas de nulidad, en la que siempre ganaba el oficialis-
mo. Para votar, los ciudadanos –varones- debían inscribirse en un Registro Cívico, que era
manipulado por los funcionarios, para que figuraran sus partidarios y no los opositores.
En caso que los resultados pudieran ser adversos, la policía o los matones del gobierno, se
apoderaban por la fuerza de las urnas para cambiar los votos; o se compraban las libretas de
los votantes o, directamente se proscribía al partido opositor.
El oficialista Partido Autonomista Nacional –el PAN-, nunca fue un partido `nacional`,
sino una alianza de partidos conservadores provinciales o, mejor dicho, una alianza entre las
`elites` que gobernaban las Provincias y la Nación.
La notable expansión económica, daba oportunidad de ascenso económico y social.
Existía movilidad social pero no política: las funciones de gobierno estaban reservadas a los
miembros de las familias tradicionales. Los inmigrantes, la nueva generación argentina de
profesionales, sectores medios, obreros y campesinos, estaban excluidos del poder político.
Los nuevos Partidos políticos. Después de una década de atonía política, resurgió la
oposición. En 1890 protagonizó la Revolución cívico-militar del Parque, germen del primer
partido orgánico nacional. Al año siguiente, se formó la Unión Cívica Radical –UCR- con
la conducción intransigente de Leandro Alem, el primer caudillo de masas moderno. Sus
bande-ras eran: la vigencia de la constitución, la honradez administrativa y la pureza del
sufragio.
A su muerte, le sucedió como jefe del partido, su sobrino Hipólito Yrigoyen, quien acentuó
la intransigencia de la `Causa` contra el `Régimen`. Su estrategia política, consistió en la
“abstención revolucionaria”, es decir, se lanzaría a la `revolución` mientras hubiera fraude
electoral. Cuando `el Régimen` garantizó el sufragio ciudadano, en las elecciones
presidenciales de 1916, la UCR. triunfó con la fórmula H. Yrigoyen-Pelagio Luna.
En 1896 se fundó el Partido Socialista. Desde hacía dos años, se publicaba La Vanguardia,
que fue el órgano del partido.
Su figura principal, fue el Dr. Juan B. Justo. Muchos jóvenes intelectuales, militaron en el
socialismo de entonces: José Ingenieros, Enrique del Valle Iberlucea, Alfredo Palacios,
Nicolás Repetto, Adrián Patroni, Manuel Ugarte, Roberto Payró, etc.
Aunque Justo leyó y hasta tradujo escritos de Carlos Marx, el socialismo argentino fue
reformista (socialdemócrata), librecambista, racista y hasta pro-imperialista. Despreciaba la
´política criolla` y pretendía ser el “el partido de la clase trabajadora” que siempre les dio la
espalda.

13
Cit. por SOMMI, LUIS V, La Revolución del 90, pp. 28/31, Buenos Aires, Ed. Pueblos de América, 1957.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 19
Juan Antonio Vilar

La Revolución Rusa provocó una escisión en el partido, formándose el Partido Socialista


Internacional, luego Partido Comunista.
El Partido Demócrata Progresista: la promesa de comicios limpios en 1916, dio lugar a la
formación de un partido liberal avanzado, que se llamó Demócrata Progresista. Su figura
máxima, fue el político santafesino Lisandro de la Torre. El oficialismo organizó este
partido con personalidades prestigiosas, para enfrentar al radicalismo yrigoyenista. Pero no
representaba cabalmente al conservadurismo tradicional que predominaba en la oligarquía.
El Nacionalismo. Desde 1910 empezó a manifestarse, esporádicamente al principio, una
nueva tendencia ideológica: el nacionalismo. En 1919 se fundó la `Liga Patriótica
Argentina` (conducida por Manuel Carlés) que fue el primer grupo organizado, de los
numerosos que aparecieron después. Constituyeron círculos pequeños (nunca un partido
político) pero fueron muy combativos y, cada vez más influyentes en la oficialidad de las
Fuerzas Armadas.
Pertenecían a la `clase alta`, de propietarios que defendían `la Patria` amenazada por la
turba de inmigrantes, que atentaban contra los valores tradicionales, esos obreros que
invadieron la Argentina, portadores de `ideologías extrañas`, que levantan `banderas rojas`,
provocaban huelgas violentas y hacían reclamos absurdos (tener derechos laborales,
mejorar su salario), en vez de trabajar sumisamente y obedecer al patrón.
Son elitistas, xenófobos, militaristas, católicos y anticomunistas. Los asquea la `chusma`
ra- dical. Adhieren a las doctrinas del ideólogo francés, el monárquico Charles Maurrás y al
corporativismo fascista. Sus figuras más destacadas fueron: Carlos Ibarguren, Juan E.
Carulla, los hermanos Julio y Rodolfo Irazusta, Alfonso de Laferrere, Manuel Gálvez,
Leopoldo Lugones, Matías Sánchez Sorondo, etc.

II – 9 f - Apogeo y fin del régimen.


El apogeo de la Argentina agropecuaria, coincide con el Centenario de la Revolución de
Mayo. La oligarquía decidió celebrarla dignamente, invitando a personalidades destacadas
de la época.
Los festejos del Centenario, consistieron en numerosos y variados actos públicos,
culturales y artísticos, veladas de gala, recepciones, conferencias, discursos, etc. Argentina
mostraba al mundo, su progreso, su riqueza.
Las celebraciones fueron tranquilas porque, pocos días antes, el gobierno de José Figueroa
Alcorta, había desatado una violenta represión preventiva contra los trabajadores, que
pretendieron mostrar la otra cara de la Argentina oficial: la del trabajo y de la explotación.
Desde principios del siglo, los obreros agudizaron la conflictividad social, con reclamos
laborales y salariales, con huelgas y manifestaciones, que encontraban una sola respuesta
por parte del Estado: la represión. No obstante, la `cuestión social` se iba tornando cada vez,
mas incontrolable.
Además, la clase dirigente sufría el desgaste del poder. El poderoso binomio Roca-
Pellegrini se había fracturado. La sociedad estaba harta de roquismo y reclamaba derechos
electorales. No pocos intelectuales y políticos del sistema, consideraban llegada la hora de
reconocer los derechos políticos a los ciudadanos.
El presidente Roque Sáenz Peña se comprometió a realizar las reformas necesarias. Contó
con la eficaz colaboración de su Ministro del Interior, el Dr. Indalecio Gómez, en la ardua
tarea de convencer a los legisladores fraudulentos, de votar leyes democráticas.
Previa sanción de 2 importantes leyes, las del Enrolamiento militar y del Padrón electoral
a cargo de la Justicia, en 1912 fue sancionada la Ley Nº 8871 del voto universal (para
varones), secreto, obligatorio para ciudadanos mayores de 18 años (con algunas
exclusiones) y por lista incompleta: 2/3 de los cargos para el ganador y 1/3 para el segundo.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 20
Juan Antonio Vilar

La Ley Sáenz Peña disponía normas para realizar comicios libres, pero no era milagrosa.
Para instituir la Democracia en la Argentina, era necesaria la voluntad política del
oficialismo, de garantizar la verdad del sufragio.
Sáenz Peña falleció en ejercicio de sus funciones. Su sucesor, Victorino de la Plaza,
aseguró el fiel cumplimiento de la ley, el juego limpio y, por primera vez, la ciudadanía
argentina pudo votar libremente en las Elecciones Generales de 1916.

II – 9 g. - Los Gobiernos Radicales (1916-1930).


Los radicales llegaban al gobierno legalmente, aceptando el orden creado por los
conservadores que, por otra parte, retenían importantes fragmentos del poder: la mayoría en
el Senado, toda la Justicia, la Administración pública, muchas Gobernaciones provinciales,
el Ejército y la Armada. Además, la prensa era liberal y los gremios, opositores.
Yrigoyen consideraba a la `Causa` radical, opuesta al ´Régimen´ oligárquico. Por eso
practicó la `abstención revolucionaria`. Pero más allá de las dificultades políticas, que
fueron muchas, el radicalismo no concretó ninguna revolución, porque era reformista. Era
la expresión de los sectores medios y contaba con un amplio apoyo popular.
No se modificaron las bases de la Argentina agroexportadora y, sobretodo, no se tocó el
fundamento del poder oligárquico: la propiedad de la tierra.
Hubo cambios no estructurales: fue sancionada una ley de arrendamientos, que mejoraba
las condiciones del arrendatario; las movilizaciones estudiantiles cordobesas en contra de
una universidad anquilosada, originaron la Reforma Universitaria (gobierno tripartito,
provisión de cátedras por concursos abiertos, libertad de cátedra, etc.) que fue posible, por
la existencia de un gobierno democrático; la posición honrosa del país en materia de política
internacional: la neutralidad durante la Primera Guerra Mundial y el reconocimiento de la
igualdad de los pueblos al crearse la Sociedad de las Naciones. La posición del gobierno
frente a los conflictos obreros, fue la de actuar como árbitro a favor de los trabajadores;
pero cuando se agudizaron, desencadenó la más brutal de las represiones, como la
consumada en “la Semana Trágica” de 1919, o los fusilamientos de obreros ovejeros de
Santa Cruz, en 1921.
Por decreto de junio de1922, creó la Dirección General de Yacimientos Petrolíferos
Fiscales.
Yrigoyen abusó del derecho de intervención en las Provincias, enardeciendo a la
oposición.
Cuando Marcelo T. de Alvear lo sucedió en la presidencia, la oposición conservadora
desapareció. Es que Alvear, pertenecía a una encumbrada familia `patricia` y para la
oligarquía, era toda una garantía.
Una de sus obras más trascendentes, fue de nombrar al frente de Y.P.F. al general Enrique
Mosconi, defensor del petróleo nacional y del monopolio por parte del Estado.
El radicalismo, era un partido muy heterogéneo: lo integraban sectores sociales, políticos e
ideológicos, diversos. En la oposición, pudieron convivir, pero no, cuando fueron gobierno.
Los sectores `aristocráticos` (apodados `galeritas` o `azules`) produjeron una escisión
partida- ria y formaron la Unión Cívica Radical Antipersonalista (eran furiosos anti-
yrigoyenistas).
Mientras tanto, Yrigoyen iba adoptando una posición cada vez más popular y antiimperia-
lista, definida en favor de la nacionalización del petróleo y el monopolio del Estado.
En 1928 triunfó abrumadoramente en las elecciones generales y asumió por 2da. vez la
presidencia. La oligarquía conspiró desde un principio: se dio cuenta que no podría
reconquistar el poder político por vías legales. La crisis del 29, hizo el resto. Entonces,
aparecieron por primera vez en el siglo “los Salvadores de la Patria” para derrocar a un
gobierno legítimo y popular de la Argentina.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 21
Juan Antonio Vilar

BIBLIOGRAFIA

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constitucional y su crisis, Buenos Aires, Paidós, 1972.
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Emecé, 1983.
TREBER, SALVADOR, La economía argentina. Análisis, diagnóstico y alternativas,
Buenos
Aires, Macchi, 1977.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 22
Juan Antonio Vilar

III - MODELO DE SUSTITUCION DE IMPORTACIONES (1930-1954)

Síntesis esquemática.

III - 1. Contexto Internacional.


La crisis económico-financiera de 1929, conmocionó al sistema capitalista –a todo el
mundo excepto a la Unión Soviética- y desarticuló el mercado mundial.
El crack de la Bolsa de Valores de Nueva York (el Wall Street) fue devastador: afectó a
todos los sectores económicos: industria, finanzas, comercio, agricultura, ganadería,
minería, y a toda la sociedad.
En los Estados Unidos, decenas de miles de empresas y bancos, quebraron, 16 millones de
trabajadores quedaron desocupados; la producción tuvo una caída vertical.
La crisis golpeó con la misma fuerza a Europa, donde tuvo un efecto adicional: la libra
esterlina no pudo mantener la `convertibilidad`, se la declaró `inconvertible` abandonándose
el patrón oro. A la postre, la libra esterlina perdió su liderazgo como moneda internacional
(divisa) y, tiempo después, fue reemplazada por el dólar.
La crisis se trasladó a los países periféricos.
El mundo capitalista cayó en una Gran Depresión.
Para superarla, se apeló a cambios substanciales en el sistema. Fueron aplicadas las ideas y
propuestas del economista británico, John M. Keynes. En los EE.UU. el presidente Franklin
D. Roosevelt, impuso el “New Deal” (Nuevo Trato), introduciendo reformas `estatistas`. El
Estado pasó a ocupar un lugar central en la planificación y conducción de la economía.
Surgió así, el dirigismo e intervencionismo estatal. Mediante la protección de la producción
interna, el control del cambio, el manejo del crédito y la realización de grandes obras
públicas, el Estado `keynesiano` salvó al sistema capitalista. El nacionalismo económico,
tuvo una época de auge. Al cabo de 5 largos años, las economías de los países
industrializados, comenzaron a recuperarse vigorosamente.
En 1917 se había producido la Revolución Rusa, de carácter socialista que condujera
Lenín. A su muerte, le sucedió Stalin, quien organizó una economía centralmente
planificada, bajo formas socialistas y a través de un Estado totalitario (la Unión Soviética).
En las décadas siguientes, surgieron Estados totalitarios de derecha, con el Fascismo en
Italia, el Nazismo en Alemania, el Falangismo en España (en Portugal, Hungría y otros).
Las `Democracias` occidentales, mantenían su dominación colonial, en más de medio
mundo (Africa, Asia, Oceanía). América Latina, seguía postrada en una situación semi-
colonial, dependiente del Reino Unido o de los EE.UU.
Entre 1939 y 1945 se produjo la 2da. Guerra Mundial entre los países del Eje (Alemania,
Italia y Japón) y los Aliados (Unión Soviética, Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos).
Finalizó con el triunfo de la Unión Soviética y los Aliados. Un nuevo mapa político se
conformó, con la aparición de un “Mundo Socialista” y su consecuencia fue el comienzo de
la “Guerra Fría” (el enfrentamiento entre el sistema capitalista y el sistema socialista).

III - 2. - Condiciones internas.


La crisis mundial agravó las serias deficiencias de la conducción gubernativa de H. Yri-
goyen y le sirvió de pretexto a la oposición para acusarlo de inepto y justificar su
derrocamiento.
La clase dominante tradicional, mediante el primer golpe de Estado del siglo, retomó el
poder político, en los críticos momentos en que la “renta agraria” se reducía drásticamente.
Había disminuido la demanda y caído los precios internacionales. Las escasas divisas, eran
insuficientes para mantener el nivel de las importaciones. Además, se interrumpieron las
inversiones y los préstamos externos.
Así se evaporaron las ilusiones del “progreso indefinido”.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 23
Juan Antonio Vilar

Con gran pragmatismo, los liberales argentinos en el poder, echaron por la borda sus
“principios” liberales y fundaron el Estado `dirigista` y regulador; establecieron el
proteccionismo, el control de las divisas, de la producción, de las exportaciones e
importaciones.
Como los medios de pago habían disminuido dramáticamente, el Estado, en la práctica,
propició “sustituir importaciones”, es decir, favoreció la producción en el país, de las
mercaderías y bienes, que pudieran fabricarse y que antes se importaban. Indirectamente,
estimuló el desarrollo de la industria liviana y manufacturera. Así, fue creciendo una
industria vegetativa, utilizando una maquinaria atrasada y el empleo de mucha mano de
obra, para cubrir la demanda interna. La clase dominante, se amoldó a las prácticas
internacionales y si propició un desarrollo industrial, lo tomó como un recurso
circunstancial, convencida que, superadas las dificultades, se normalizaría el mercado
mundial y la Argentina volvería a ser una `potencia agroexportadora`. Pero diversos
factores lo frustraron:
- Los cambios fueron profundos en el sistema capitalista.
- La crisis y la depresión fueron prolongadas -1929 / 1935- y poco tiempo después,
estalló la 2da. Guerra Mundial, que estableció una `economía de guerra´ y las
relaciones comerciales se vieron muy alteradas.
- En 1943 la clase dirigente tradicional argentina, fue desalojada del gobierno por
militares nacionalistas quienes, como su continuador, el Peronismo, tuvieron el
propósito de industrializar el país, como política para lograr su desarrollo.
El golpe militar de 1943, dividió esta etapa, en 2 momentos políticos muy diferentes:
1) Los Gobiernos Conservadores, oligárquicos y fraudulentos, que fundaron el Estado
`dirigista` y estimularon la industria como recurso circunstancial, con la pretensión
de volver a la Argentina agropecuaria.
2) El Gobierno Peronista, popular, nacionalista y de origen legítimo: fundador del
“Estado de Bienestar”14, intervencionista y distribucionista. Fomentó la industria
liviana, como política de Estado.

III - 3. - Actores Sociales.


La burguesía terrateniente mantuvo su condición de “clase alta”. En 1930 recuperó el
poder político y lo perdió en 1943. En este caso, perdió definitivamente el monopolio del
Poder. Desde el encumbramiento de Perón, no tuvo el poder de decisión, aunque mantuvo
intacto, el fundamento de su poder económico dado por la propiedad de la tierra.
Sin embargo, se vio perjudicada por el estatismo peronista, que utilizó las divisas
generadas por el campo, para beneficiar a la industria.
El sector industrial, fue el más beneficiado. Surgieron numerosas fábricas pequeñas y
medianas y se expandieron otras, amparadas por toda clase de beneficios dados por el
Estado: divisas preferenciales, protección, `mercados cautivos`, créditos, exención
impositiva, etc.
En el apogeo del modelo, ya existía una burguesía industrial `nacional` que producía bienes
para satisfacer el mercado interno. Desde los años 40, los “empresarios nacionales”
constitu-yeron una fuerza social importante, con peso económico y político. Se nuclearon
en la Confederación General Económica –CGE.- mientras que los empresarios

14
Nota: El Estado de Bienestar o Estado Benefactor, es la clase de estado capitalista que, mediante expresas
políticas públicas, se preocupa por brindar los beneficios de la seguridad social, de manera integral, a la mayor
parte de la población, satisfaciendo sus necesidades básicas.
Tiene como fundamento, el trabajo, el pleno empleo, mediante el cual, se puede acceder a la cobertura de
salud, educación, jubilación, así como a la alimentación adecuada, vivienda digna, indumentaria, descanso y
servicios públicos accesibles.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 24
Juan Antonio Vilar

´transnacionales`, integraban la Unión Industrial Argentina –UIA.- (esto, no debe ser


tomado en sentido estricto).
La expansión del comercio interno, favoreció el crecimiento de la burguesía comercial, de
grandes y medianos comerciantes.
La recesión de los años 30, provocó un éxodo rural hacia los centros urbanos en busca de
trabajo. Esta migración interna fue importante y tuvo un doble sentido: se dirigió del campo
a las ciudades y del Interior a Buenos Aires.
En los alrededores de esta ciudad –conurbano bonaerense-, se asentaron en viviendas
precarias y sin servicios. Formaron las “villas miserias” en las proximidades de las fábricas
y talleres. Llamados “cabecitas negras” fueron protagonistas destacados del nuevo proceso
político-social.
La inmigración europea, declinó entrando en su última fase. Después de la 2da. Guerra,
arribaron nuevos contingentes –en menor cantidad-, muchos de ellos, nazis fugitivos.
En cambio, aumentó la radicación en Argentina, de emigrantes de países vecinos,
principalmente paraguayos, bolivianos y chilenos.
Durante este modelo, la población argentina tuvo un crecimiento lento. En 1947 se realizó
el 4º Censo Nacional de Población, que dio como resultado, 15.893.800 habitantes.

III - 4. - Factor dinámico.


La actividad productiva persiguió el objetivo de satisfacer la demanda del mercado
interno, que ocupó un lugar central en la organización económico-social.
Se tiende a un nacionalismo económico, que los liberales denominan, exageradamente, de
“economía cerrada”, se mantiene el intercambio comercial.
Los excedentes agropecuarios continuaron generando las divisas, pero ahora, en función
del mercado interno. Hay un `crecimiento hacia adentro`.
La industria es tecnológicamente atrasada y sólo puede satisfacer un `mercado cautivo`.
La política económico-social del Peronismo, permitió la incorporación masiva de los
trabajadores al mercado de consumo, cuyos bienes, ellos mismos producían.

III - 5 - Acumulación y destino de las ganancias.


La era de los grandes negocios de la burguesía latifundista, había terminado. Con el
campo en crisis, los principales ganaderos de Buenos Aires –los invernadores- ligados a los
frigorífi-
cos exportadores, lograron mantener sus beneficios por algunos años, que no se extendió a
los “criadores”.
En la década del 30, hubo algunas cosechas récord, pero con precios muy caídos.
La época peronista, no le fue favorable. Por ello, las inversiones en el campo fueron
escasas.
La renta agraria mermó, pero siguió generando ganancias a los grandes propietarios y
exportadores.
Durante la guerra y el gobierno peronista, el campo generó importantes recursos fiscales.
Al asumir Perón a la presidencia, las reservas del Banco Central ascendían a U$S.
l.600.000.-
El Estado peronista utilizó estos recursos –mas las Libras Esterlinas bloqueadas en
Londres- para comprar empresas de servicios públicos en manos extranjeras (ferrocarriles,
teléfonos, electricidad, gas), rescatar la deuda externa, realizar obras públicas y financiar la
acción social. También realizó inversiones en empresas industriales. En menos de 4 años se
agotaron las reservas y los superávit comerciales, y comenzaron las dificultades
económicas.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 25
Juan Antonio Vilar

En síntesis: hubo escasa inversión extranjera y, por el contrario, los británicos rescataron
sus viejas inversiones. Sólo hubo reinversiones de las empresas ya instaladas. No fueron de
magnitud, los empréstitos, ni las inversiones privadas nacionales.
Las inversiones del Estado en empresas de servicios públicos (al borde de su vida útil) y
en industrias poco dinámicas, fueron insuficientes para impulsar un desarrollo
autosostenido.

III - 6 - Caracteres generales; su evolución.


La estructura del comercio exterior, varió muy poco; los principales productos de
exportación, fueron los agrícola-ganaderos.
En 1946 el gobierno creó el IAPI –Instituto Argentino de Promoción del Intercambio-,
organismo encargado del comercio exterior y de las divisas. En los primeros años, obtuvo
importantes ganancias, producto de la diferencia entre los costos internos de los granos y
los precios de venta en el mercado internacional. Pero en los últimos años, sucedió
exactamente al revés, quedando el IAPI con fuertes déficits.
El sector secundario, resultó muy favorecido. Dispuso de divisas preferenciales y por
primera vez, de créditos abundantes.
En 1940, todavía la clase dominante era rehacia a la industria. Uno de sus funcionarios
más lúcidos, el Ministro Federico Pinedo, elaboró un Plan de Reactivación Industrial –que
perseguía adecuarse a los nuevos tiempos, reemplazando la vieja sociedad con la decadente
Inglaterra, por otra liderada por los Estados Unidos. Fue rechazado tanto por el oficialismo
conservador, como por la oposición radical.
La industria liviana de consumo directo, logró una considerable expansión (textil,
alimenticia, láctea, vitivinícola, azucarera), al igual que las instaladas antes de la crisis –casi
todas de productos durables- (química, medicinal, eléctrica, metalúrgica, del caucho).
En la etapa peronista, se montó una variada industria de artefactos para el hogar y
electrodoméstica (planchas, radios, ventiladores, heladeras, cocinas, lavarropas, etc.).
La idea de los militares nacionalistas (y de su continuador, el peronismo), de instalar la
industria pesada, quedaron a mitad de camino, o resultaron frustrados. El complejo metal-
mecánico instalado en Córdoba, denominado IAME (Industrias Aeronáuticas y Mecánicas
del Estado) y luego IME (Industrias Mecánicas del Estado), fue importante pero tuvo escaso
desarrollo. Fabricó automóviles, utilitarios y aviones, en cantidades insignificantes, que ni
siquiera pudo abastecer la demanda interna.
En 1947 el Congreso votó la “Ley Savio” (un plan siderúrgico), que demoró más de 10
años en ponerse en funcionamiento.
El Estado creó Altos Hornos Zapla (que produjo arrabio), la DINIE (Dirección Nacional
de Industrias del Estado) que reunió a las empresas “enemigas” confiscadas durante la
guerra, amplió Fabricaciones Militares, y vio evaporarse el proyecto
nuclear de la isla Huemul, fruto de una escandalosa estafa científica y económica, del
físico austríaco Ronald Richter.
Perón postergó la instalación de la industria pesada (que, por ciento, tenía enormes
dificultades), a favor de la industria liviana, que respondía mejor a sus objetivos generales:
generar pleno empleo, mejorar los salarios, permitir una mejor distribución de la riqueza,
expandir el consumo, etc.). La industria pesada hubiera requerido grandes inversiones a
largo plazo (superar el problema de la transferencia de tecnología), que hubiera obligado a
postergar las aspiraciones populares.
El crecimiento de la industria argentina, fue rápido. A fines de los años 30, el PBI
Industrial (Producto Bruto Industrial), había igualado y luego superado al PBI
Agropecuario, según estudios publicados por el Banco Central de la República Argentina.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 26
Juan Antonio Vilar

La industria argentina, era tecnológicamente atrasada –con abundante utilización de mano


de obra-, no integrada ni competitiva a nivel internacional, necesitada de protección estatal.
El fomento de industrias vegetativas y el nacionalismo populista del peronismo, no
alcanzaron para convertir en realidad, la pretendida “Independencia Económica” que
solemnemente sancionara en 1947.
Cuando los abundantes recursos fiscales se agotaron, coincidiendo con la recuperación de
Europa, en la Argentina se agudizaron los gravísimos déficits de infraestructura
(comunicaciones, transporte, energía, industria pesada), con una industria liviana
insuficiente, falta de insumos estratégicos, un campo estancado y de un pobre desarrollo
científico y técnico, que remachaban la dependencia.

III – 7 - Vulnerabilidad y límites.


Hacia 1950 la industria liviana se había expandido limitadamente, sin el sustento de los
bienes intermedios ni de la industria de base. Careció de un desarrollo integrado y
dinámico. Su tecnología atrasada, la colocaba en desventaja en el mercado mundial. No
pudo generar divisas de alguna relevancia, ni capitalizarse y renovarse. Necesitó importar
bienes de capital (maquinarias), productos intermedios y aún, de materia prima
(hidrocarburos).
En 1950 el gobierno contrató un nuevo empréstito por 125 millones de dólares, con el
Export Import Bank (Eximbank).
La dependencia económica, lejos de desaparecer, cambió de signo: antes, se dependía de
las importaciones de manufacturas; ahora, de maquinarias, insumos y combustibles.
El estancamiento se hizo evidente; en 1952 Perón lanzó un Plan Económico y luego, un
2do. Plan Quinquenal que carecía de sustento. El modelo había llegado a su límite.

III - 8 - Agotamiento y fin.


La producción industrial había declinado, por el envejecimiento de la maquinaria, la falta
de tecnología propia y de reinversiones, la saturación del mercado interno y de una
infraestructura de servicios, obsoleta.
Perón y sus colaboradores, advirtieron el estancamiento y de la necesidad de impulsar la
industria pesada. Pero el Estado se había descapitalizado y la burguesía argentina –
parasitaria y prebendaria-, no estaba dispuesta a realizar inversiones de riesgo a largo plazo.
Perón hizo un giro de 180º en su política económica: abandonó el `nacionalismo
económico` y su condena al imperialismo` (yanqui), ponderó la iniciativa privada, estimuló
las inversiones norteamericanas en la industria pesada y volvió a contraer empréstitos
externos.
Apenas hubo dado los primeros pasos firmes, cuando fue derrocado.

..................................................

III – 9 - Desarrollo de aspectos relevantes.

III – 9 a. - La época del ”fraude patriótico”. Cuartelazo y dictadura de Uriburu.


En su `Discurso de Ayacucho` en 1924, el poeta y político nacionalista Leopoldo
Lugones, admirador de las virtudes militares, había anunciado, eufórico:
“Ha sonado otra vez, para bien del mundo, la hora de la espada. . . . El pacifismo
no es más que el culto del miedo, o una añagaza de la conquista roja. . .”
El 6 de septiembre de 1930, un pequeño grupo de militares sediciosos, encabezados por el
general José Félix Uriburu, apoyado por numerosos y entusiastas civiles, se alzó en armas,
contra del Gobierno de Yrigoyen.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 27
Juan Antonio Vilar

Por primera vez en 70 años se quebró la continuidad constitucional. Finalmente, las


Fuerzas Armadas, por acción u omisión, convalidaron el golpe militar, que significó el
derrocamiento de casi todas las Autoridades nacionales, provinciales y municipales, para
restaurar el orden oligárquico.
La oficialidad del Ejército se dividía en dos tendencias político-ideológicas: la
nacionalista –encabezada por el general Uriburu- y la liberal – por el general Agustín
P. Justo-. Ambas tendencias, se unieron para realizar el golpe de Estado. Intentaron
justificarse, a través de una Proclama –redactada por Lugones y corregida por el
teniente coronel José M. Sarobe- que decía:“ . . . hemos asistido atónitos al proceso
de desquiciamiento que ha sufrido el país en los últimos años. . . . . . La inercia y la
corrupción administrativa, la ausencia de justicia, la anarquía universitaria, la
improvisación y el despilfarro en materia económica y financiera, el favoritismo
deprimente como sistema burocrático, la politiquería como tarea principal de
gobierno, la acción destructora y denigrante en el Ejército y en la Armada, el
descrédito internacional . . . . el abuso, el atropello, el fraude, el latrocinio y el
crimen, son apenas un pálido reflejo de lo que ha tenido que soportar el país.”15
Uriburu asumió el gobierno, declaró la “ley marcial” y desencadenó una persecución
política, comenzando con el fusilamiento de algunos anarquistas.
Pocos días después, la Suprema Corte de Justicia, sancionó una Acordada de
trascendencia: reconoció al “gobierno de facto” y legalizó sus actos. Era insólito que el
máximo órgano, encargado de velar por el cumplimiento de la Constitución, legitimara su
violación.
Los partidos políticos opositores, la prensa grande, el gran capital (como las empresas
petroleras extranjeras), aplaudieron el `cuartelazo`. En la sociedad argentina, no estaba
arraigada una conciencia democrática, ni el respeto de las instituciones.
Pronto comenzó la puja en el gobierno, entre nacionalistas y liberales. Uriburu y sus
colaboradores, querían reformar la Constitución, establecer un Estado Corporativo y
derogar la Ley Sáenz Peña. Estaban convencidos de tener el apoyo de la población. Hasta
crearon una fuerza paramilitar, por decreto del 8/ 5/1931, llamada Legión Cívica Argentina
(similar a las bandas fascistas de Mussolini), que desfilaban marcialmente por las calles de
Buenos Aires.
Las autoritarias fantasías de Uriburu, se esfumaron cuando en una elección `piloto` en la
Provincia de Buenos Aires, el oficialismo fue derrotado por el partido recién derrocado, la
UCR. y, por lo tanto, las elecciones fueron anuladas.
Este fracaso, daban la `razón´ a los liberales; era necesario mantener una legalidad ficticia
para impedir el triunfo de la `chusma` yrigoyenista. En 1931 se realizaron las elecciones
generales. La fórmula radical fue vetada (lo que significaba su proscripción). Se preparó un
gigantesco fraude para imponer la fórmula de la “Concordancia” –integrada por los partidos
conservadores, el Radicalismo Antipersonalista y el Socialismo “Independiente”- cuyos
candidatos eran: el general Agustín P. Justo y el Dr. Julio Argentino Roca (hijo).
La oposición había formado la Alianza Civil, con los partidos Demócrata Progresista y
Socialista y su fórmula fue: Lisandro de la Torre, Nicolás Repetto.

III – 9 b. - Presidencia de Agustín P. Justo (1932- 1938).


Justo debió hacer frente a la recesión, dando prioridad a las relaciones con Gran Bretaña,
cuando ésta, en decadencia, ya no podía ofrecer las ventajas de otros tiempos mejores.
La depresión obligó al Imperio a redefinir sus relaciones con sus Dominios. En 1932 se
firmó el Tratado de Ottawa, por el que el Reino Unido daba preferencia a sus posesiones y
resolvía aumentar las importaciones de carnes procedentes de Australia y Nueva Zelandia.

15
VERBITSKY, HORACIO, Medio siglo de proclamas militares, pp. 43/ 44, Buenos Aires, Editora/12, 1987.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 28
Juan Antonio Vilar

Esta medida, afectaba directamente a los intereses de los ganaderos argentinos, por lo cual
el gobierno dispuso el envío a Londres, de una Comisión negociadora de alto nivel. Estuvo
integrada por personalidades que gozaban de la mayor confianza de Su Graciosa Majestad:
el vicepresidente Roca, el Dr. Miguel Angel Cárcano, el Dr. “Sir William” Leguizamón, el
joven economista Raúl Prebish y otros. El objetivo era asegurar el mantenimiento de las
compras de carnes de la Argentina.
El gobierno británico se negaba a negociar. Para conseguirlo, la delegación argentina
recurrió a múltiples concesiones, halagos y manifestaciones de sumisión política,
degradantes, indignas de un Estado `Soberano`, que llegó a su culminación, cuando Roca,
declaró:
“. . . que la Argentina, por su interdependencia recíproca, es, desde el punto de
vista económico, una parte integrante del Imperio Británico.”
En 1933 se firmó el “Pacto Roca-Runciman”. Por él, el gobierno británico
manifestaba su disposición a seguir importando carnes de Argentina, fijándose
condiciones de exportación. Se otorgaba una cuota del 85 % para los frigoríficos
británicos y norteamericanos y del 15 % para los frigoríficos argentinos, siempre
que éstos “no persiguieran beneficio privado”.
En cambio, la Argentina debía mantener libres de derechos la importación de carbón y
otras mercaderías inglesas, a “destinar a compras en Gran Bretaña la totalidad de las divisas
provenientes de compras inglesas en Argentina”, a descongelar los importes de las
ganancias de las empresas británicas, bloqueadas por el control de cambios y dispensarle
“un tratamiento benévolo” y una “legítima protección” de sus intereses.
Los ganaderos porteños habían logrado sus objetivos, a un precio demasiado alto. Nunca
se había mostrado más claramente la situación `semicolonial` de Argentina.
A continuación, el Congreso Nacional sancionó una serie de leyes trascendentes: la
creación del Banco Central de la República Argentina -según el proyecto de Otto Niemeyer
y que aseguraba su manejo por parte de la banca inglesa-, la creación de la Dirección
General Impositiva –que debía recaudar los nuevos impuestos internos-, la creación del
Instituto Movilizador de Inversiones Bancarias –por el que el Estado se hacía cargo de las
deudas incobrables de los bancos- y la formación de numerosas Juntas Reguladoras – de
granos, del vino, de la yerbamate, de carnes (la Corporación Argentina de Productores de
Carnes), del transporte (Corporación del Transporte de la Ciudad de Buenos Aires), etc.,
para proteger los intereses de los grandes productores y del capital británico.
El formidable y turbio comercio de las carnes, dio lugar a una de las mejores
investigaciones que se haya hecho en el Congreso de la Nación. El senador santafesino
Lisandro de la Torre, demostró la magnitud del negociado que realizaban los frigoríficos
extranjeros en complicidad con el Gobierno Nacional. El oficialismo sólo pudo acallar las
irrefutables denuncias, a través de un crimen, cometido en pleno recinto del Senado.
Toda esta década conservadora se caracterizó por negociados escandalosos, como el de la
renovación de las concesiones eléctricas de la ciudad de Buenos Aires en favor de la CADE
(Compañía Argentina de Electricidad que era extranjera) y de la CIADE (Compañía Italo
Argentina de Electricidad, que también lo era); el de la compra de las tierras del Palomar, o
el de los “niños cantores”.
Fue toda una época de miseria, desocupación, corrupción, llamada “Década Infame”.

III – 9 c. - Gobiernos de Roberto M. Ortiz y de Ramón S. Castillo (1938-1943).


Fraude mediante, los conservadores triunfaron en las elecciones generales con la fórmula
Ortiz-Castillo. La breve presidencia del Dr. Ortiz, se vio afectada por el estallido de la 2da.
Guerra Mundial. El gobierno, declaró su neutralidad, igual que en el conflicto anterior y que
era lo que correspondía.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 29
Juan Antonio Vilar

Ortiz era un radical antipersonalista y, a pesar de su origen fraudulento, se propuso


restaurar el sistema democrático. Chocó con los sectores más reaccionarios del Partido
Conservador, a cuyo frente, se encontraba el vicepresidente, Castillo. Pero Ortiz se
encontraba enfermo (era diabético) y sufrió una terrible presión para que dejara el mando.
Desde 1940 Castillo asumió el gobierno. Mantuvo la neutralidad declarada por su
antecesor, pero dio marcha atrás en la restauración democrática. Precisamente, en el día en
que iba a ser proclamado su sucesor, el magnate conservador salteño Robustiano Patrón
Costas, se produjo un nuevo golpe militar que lo derrocó.

III – 9 ch. - El golpe militar del 4 de junio de 1943.


Un grupo de coroneles nacionalistas, se alzó en armas contra el Gobierno, provocando su
caída. Otra vez, los militares sienten la obligación de “salir en defensa de los sagrados
intereses de la Patria”. Nuevamente proclaman que se “… impone en esta hora de caos
internacional y de corrupción interna, salvar las instituciones del Estado y propender a la
grandeza moral y material de la Nación “, sobretodo, si “el Comunismo amenaza sentar
sus reales en un país pletórico de posibilidades, por ausencia de previsiones sociales.” 16
Simultáneamente, los coroneles golpistas, fundaron el GOU. (Grupo Obra de Unificación),
una logia militar que dominó el gobierno durante los primeros 8 meses.
La oficialidad del Ejército, estaba muy preocupada por los efectos del conflicto mundial.
Brasil se había alineado rápidamente detrás de los Estados Unidos –que ya había entrado en
la guerra-, siendo favorecido con armamento moderno y apoyo a su industria pesada. Así -
interpretaban- se rompía el `equilibrio` entre los dos principales países rivales
sudamericanos.
El Ejército defendía la neutralidad –que convirtieron en símbolo de la `soberanía`- y
muchos militares abrigaban la esperanza del triunfo de las potencias del Eje, para inclinar la
balanza a favor de la Argentina.
En el Ejército argentino, existía una fuerte tendencia germanófila. En sus comienzos, había
tomado como modelo al ejército prusiano. Así era su estructura organizativa, tácticas,
armamento, uniforme, etc. Numerosos oficiales alemanes vinieron como instructores y
capacitaban a los oficiales argentinos y muchos de éstos, sobretodo los nacionalistas,
terminaban adhiriendo a la ideología nazi o fascista.
Otros, eran `aliadófilos`. Por su parte, la Marina, rendía tributo de admiración a Gran
Bretaña.
En ese contexto, el general Arturo Rawson encabezó la “Revolución de los Coroneles”,
pero no llegó a asumir por su simpatía por la causa Aliada. Sí lo hizo en cambio, el general
entrerriano Pedro Pablo Ramírez.
Pocas semanas después, se libró la batalla decisiva de la guerra entre alemanes y
soviéticos en el Kursk. Los vencedores rusos, contraatacaron y su contraofensiva, culminó
un año y medio después, con la toma de Berlín y el fin de la guerra.
Los militares nacionalistas, habían apostado a una causa perdida. Y sufrían, cada vez más,
la presión norteamericana, que acusaba al gobierno argentino de pro- nazi.
El gobierno no pudo soportar más esta presión y en enero de 1944 rompió relaciones con
Alemania y Japón. Este acto, le costó el mando a Ramírez, quien fue reemplazado por el
general Edelmiro J. Farrell. En marzo de 1945, Argentina le declaró la guerra al Eje.
Sin embargo, el hostigamiento norteamericano a la dictadura militar, continuó.
La política educativa del gobierno militar, fue particularmente reaccionaria desde un
principio. Quedó en manos nacionalistas como el general Elbio Anaya –el genocida de la
patagonia-, el nazi Alberto Baldrich, los fascistas como el escritor Gustavo Martínez
Zuviría (Hugo Wast), Carlos Obligado, Ignacio Olmedo, y el ideólogo nazi Giordano Bruno

16
Ibídem, pp.47/4 9.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 30
Juan Antonio Vilar

Genta. Su propósito era terminar con una educación liberal y laica y reemplazarla por los
ideales “ de la cruz y de la espada”. A nivel universitario, la `cruzada` para liquidar la
Universidad reformista, provocó una gran oposición en docentes y estudiantes. Esta política
culminó con el establecimiento de la enseñanza religiosa (católica) en todas las escuelas
públicas, primarias y secundarias (Decreto del 31 / 12 / 1943).
La dictadura `juniana` hubiera fracasado, de no haber sido por el rumbo exitoso que le
imprimió su integrante más lúcido: el coronel Juan Domingo Perón. Desde fines de 1943, se
hizo cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión, desde donde, en contacto directo con
obreros y gremialistas, gestó una legislación laboral inédita en la Argentina. Los viejos
reclamos de los trabajadores, fueron atendidos por Perón y se convirtieron en leyes:
jornadas de 8 horas, jubilación, descanso semanal para todos, indemnización por despido,
cajas de seguridad social, estatutos profesionales, fuero laboral, aumento de salarios,
aguinaldo, etc.
También hizo sancionar el Estatuto del Peón de Campo.
Así, Perón se fue ganando la confianza y el apoyo de los trabajadores, que se convertiría en
adhesión “incondicional” y sería perdurable. El obrero se sintió dignificado.
Paralelamente, los sectores empresariales se alarmaron por la política obrerista de Perón.
Para calmarlos, éste pronunció un discurso definitorio en la Bolsa de Comercio de Buenos
Aires, el 25 / 8 / 1944 que decía:
“Las masas obreras que no han sido organizadas, presentan un panorama
peligroso, porque la masa más peligrosa sin duda, es la inorgánica. ¿Cuál es el problema
que a la República Argentina debe preocuparle sobre todas las cosas? Un cataclismo
social en la República Argentina haría inútil cualquier posesión de bien, porque sabemos –
y la experiencia de España es bien concluyente y gráfica este respecto- que con ese
cataclismo social los valores se pierden totalmente. . . . Dentro de este objetivo
fundamental e inmediato que la Secretaría de Trabajo y Previsión persigue, radica en la
posibilidad de evitar el cataclismo social que es probable, no imposible. . .
Nosotros tenemos en este momento -¡Dios sea loado que ello ocurra por muchos años!-
industriales que pueden ganar hasta el 1.000 %. En España se explicó la guerra civil. ¿Qué
no se explicaría aquí si nuestras masas de criollos no fuesen todo lo buenas, obedientes y
sufridas que son?
Se ha dicho señores, que soy enemigo de los capitales, y si ustedes observan lo que les
acabo de decir, no encontrarán ningún defensor, diríamos más decidido que yo, porque sé
que la defensa de los intereses de los hombres de negocios, de los industriales, de los
comerciantes, es la defensa misma del Estado. . . .
. . . Para que los soldados sean más eficaces, han de ser manejados con el corazón.
También los obreros pueden ser dirigidos así. Sólo es necesario que los hombres que tienen
obreros a sus órdenes, lleguen hasta ellos por esas vías, para dominarlos, para hacerlos
verdaderos colaboradores y cooperadores.”17
La influencia de Perón en el gobierno fue aumentando, hasta convertirse en el verdadero
conductor. Desde 1944 acumuló simultáneamente los cargos de Vicepresidente, Ministro de
Guerra, Secretario de Trabajo y Previsión y Presidente del Consejo Nacional de Posguerra.
La política de Perón, también provocaba una fuerte oposición entre los ciudadanos
“aliadófilos”, los partidos políticos tradicionales, los grandes empresarios de la UIA., la
burguesía latifundista y los sectores universitarios y educativos.
También había intereses y rivalidades entre oficiales de las Fuerzas Armadas.
El año 1945 fue muy conflictivo. A la oposición interna, se sumó el embajador de los
Estados Unidos, Spruille Braden, quien, violando las más elementales normas diplomáticas,
se entrometía en asuntos internos y manifestaba su propósito de derrocar a Perón.

17
PEÑA, MILCIADES, Masas, Caudillos y Elites, Buenos Aires, Fichas, 1971.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 31
Juan Antonio Vilar

La ofensiva contra Perón tuvo su pico máximo, el 19 / 9 / 45 con la imponente “Marcha de


la Constitución y de la Libertad”. Perón fue destituido y enviado a Martín García.
Le siguió, la contraofensiva obrera. El 17 de Octubre, miles de trabajadores marcharon
hasta la Plaza de Mayo de la Capital, para reclamar la libertad de su “Líder”. Fue una
jornada histórica, de enorme significación: el acceso de la clase trabajadora (los `cabecitas
negras`) a la política del país. Desde entonces, se convirtió en protagonista fundamental de
la política argentina, tanto durante los gobiernos democráticos, los semi-democráticos o las
dictaduras militares.

III – 9 d. - Presidencias de Juan Domingo Perón: 1946/52 y 1952/55.


En febrero de 1946 se realizaron las elecciones generales. La fórmula oficialista: J.D.
Perón-J. Hortensio Quijano fue presentada por el Partido Laborista (creado recientemente
por los trabajadores), aliado con la UCR. Junta Renovadora, mientras que la opositora de
Tamborini-Mosca, constituían la Unión Democrática (alianza entre radicales, socialistas,
comunistas y demo-progresistas).Fueron las primeras elecciones limpias en 16 años, donde
triunfó el oficialismo. Se legitimaba así, la gestión de Perón con un mandato constitucional,
que se reiteraría con su reelección, hasta su derrocamiento. Fueron en total, 12 años de
gobierno.
El Peronismo es el fenómeno político más importante de la argentina, de los últimos 60
años. Sus repetidos triunfos electorales –muchas veces en forma abrumadora, a pesar de las
persecuciones y proscripciones- demuestran su gran arraigo popular. Caló muy hondo en
los argentinos, produciendo una enconada división entre peronistas y antiperonistas.
En los primeros tiempos, el peronismo se definía como un movimiento “humanista y
cristiano” que perseguía “la justicia social, la independencia económica y la soberanía
política.” Reivindicó una “3ra. Posición, tan distante del capitalismo como del
comunismo.” Era nacionalista, estatista y distribucionista. Y, sobretodo, pragmático; de allí
sus cambios tan pronunciados a través de los tiempos.
Perón impuso una fuerte hegemonía, fruto de una alianza de clases entre los trabajadores y
el `empresariado nacional`, con apoyo fundamental, de las Fuerzas Armadas y la Iglesia.
El movimiento peronista se presentó como una alianza entre los sectores
mas nuevos y pujantes de la burguesía industrial y la clase obrera, organizada y
garantizada por el Estado; . . . procuró armonizar las necesidades del desarrollo
del sector más dinámico de la industria, con la presión del movimiento obrero, que
buscaba una mayor participación en los ingresos. El Estado asumió el papel de
árbitro . . . y de enfrentamiento formal y verbal con la vieja oligarquía. . . . Nunca
hubo intento alguno de afectar seriamente el fundamento del poder de los grandes
terratenientes: expropiación de la tierra, etc.” 18
No obstante, Perón siguió repitiendo la consigna “la tierra, para el que la trabaja”.
Sometió a su fuerte liderazgo al Congreso de la Nación y al Poder Judicial, que se
esforzaron encostrarse incondicionales. El movimiento obrero y el sindicalismo que lo llevó
a la cima del Poder, perdió su autonomía convirtiéndose en un mero aparato del Estado
peronista. En 1950 la CGT. adoptó como filosofía sindical, la Doctrina Peronista. Perón no
admitía la menor disidencia: todo debía estar sometido a su voluntad.
Estableció un régimen `semitotalitario`, que no reconocía las libertades públicas a la
oposición (Uno de sus lemas, era: “Al enemigo, ni justicia”).
En 1951 declaró el “estado de guerra interno”, una aberración jurídica, por el que
suspendía las garantías constitucionales.

18
ROFMAN, ALEJANDRO B. y ROMERO, LUIS ALBERTO, Sistema socioeconómico y estructura
regional en la Argentina, p. 150, Buenos Aires, Amorrortu, 1973.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 32
Juan Antonio Vilar

Los medios de comunicación, estuvieron estrictamente controlados. El más masivo de la


época era la radio, que estaba monopolizado por el Estado y sus servidores, que transmitían
a través de “la cadena de radiodifusión”.Durante una década, no se escuchó ninguna voz
opositora, ni la menor crítica: todo eran alabanzas y elogios persistentes y desmedidos.
(“Perón cumple, Evita dignifica”, “Perón apoya al deporte”, un día luminoso era “Un
verdadero día peronista”, etc.)
Adquirió triste fama el Subsecretario de Informaciones de la Presidencia, Raúl A. Apold,
encargado de censurar los medios de comunicación. Una de las formas de control, consistía
en la distribución del papel. “La Prensa” de la familia Gainza Paz, fue confiscada y
entregada a la CGT –Confederación General del Trabajo-.
El régimen peronista, premiaba el servilismo y la obsecuencia. Así ascendían los
mediocres y eliminaba a los más capaces. No existía ciudad o pueblo, que no tuviera el
nombre de Juan Perón o de Eva Perón una calle o una plaza. La ciudad de La Plata, cambió
de nombre y se llamó Eva Perón. La provincia del Chaco se llamó Presidente Perón y la de
La Pampa: Eva Perón.
El gobierno peronista tuvo dos etapas distintas:
La 1ra. (1946-49) se caracterizó por la abundancia de recursos fiscales, que permitió la
`nacionalización` de servicios públicos, el rescate de la deuda externa, la realización de
numerosas obras públicas y la redistribución del ingreso a favor de los asalariados.
“En 1946 se estimaron que las mismas /reservas de oro y divisas / llegaron a 1682
millones de dólares y el balance comercial de los años inmediatos a la posguerra
(1945-49) arrojó un saldo promedio anual favorable de 394 millones de dólares. . . .
Son particularmente favorables los años 1946 y 1947, los cuales permiten realizar
importaciones de bienes de capital en el bienio 1947-48 del orden de los 924
millones de dólares y amortizar la deuda externa en otros 1066 millones, durante el
período 1946-48.”19
Al cabo de 3 años de gestión del “Mago de las finanzas” don Miguel Miranda
(Presidente del Banco Central), los abundantes recursos del Estado, se habían
agotado.
En 1949 se reformó la Constitución de 1953, notoriamente inspirada en modelos liberales.
Las nuevas tendencias del `constitucionalismo social` están manifiestas en la Constitución
Peronista de 1949, que destaca “la función social de la propiedad”. El convencional, Dr.
Arturo Sampay proyectó las reformas más trascendentes, como el Artículo Nº 40 que decía:
“. . . los minerales, las caídas de agua, los yacimiento de petróleo, de carbón y de
gas y demás fuentes naturales de energía, con excepción de los vegetales, son
propiedades imprescriptibles e inalienables de la Nación, con la corriente
participación en su producto, que se convendrá con las provincias.
Los servicios públicos pertenecen originariamente al Estado y bajo ningún
concepto podrán ser enajenados o concedidos para su explotación.”
De enorme importancia fue la labor llevada a cabo por Evita en la Fundación Eva Perón, a
favor de los sectores más necesitados.
En la 2da. etapa, por la escasez de recursos fiscales, comenzaron las restricciones, con el
Plan Económico de 1952 y la búsqueda de soluciones mediante la contratación de
empréstitos (con el Eximbank) o de las inversiones extranjeras. En 1953 se sancionó la Ley
Nº 14.222 de Inversiones Extranjeras, que asegura trato excepcionalmente favorable al
capital internacional. No obstante esta situación, la participación de los trabajadores en el
PBI. seguía siendo alto, de casi el 50 %.

19
TREBER, SALVADOR, La economía argentina. Análisis, diagnóstico y alternativas, p. 56, Buenos Aires,
Ed. Macchi, 1977.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 33
Juan Antonio Vilar

Perón dio un viraje en su nacionalismo económico. Buscó un acercamiento con los


Estados Unidos. Envió una misión encabezada por el Ministro de Hacienda, Ramón A.
Cereijo, en procura de captar inversiones. Para esta ocasión, el Ministro escribió una obra,
reafirmando la nueva orientación del gobierno, donde afirmaba:
“Algunos han creído ver en esas dos expresiones de la política económica
argentina /las nacionalizaciones y el artículo 40 de la Constitución de 1949/, un
repudio hacia las inversiones extranjeras. Tal interpretación es totalmente errónea
y no representan en manera alguna el sentir del gobierno ni del pueblo.”20
Algunos logros fueron la radicación de la primera fábrica automotriz: IKA. Industrias
Kaiser Argentina y la firma de los contratos petroleros con la empresa Standard Oil de
California, por los que se le concedía 50.000 km. cuadrados en Santa Cruz, para la
extracción y explotación del petróleo. La oposición, lo consideró una verdadera entrega del
petróleo
Con el pasar de los años, se fueron acentuando los rasgos totalitarios del régimen. Perón
pretendía encuadrar a toda la sociedad y sus instituciones, bajo su autoridad absoluta,
imponiendo la “doctrina peronista”. El intento de `peronizar’ al Ejército` tuvo efectos
negativos.
El sistema educativo, se fue degradando. En los distintos niveles de enseñanza, se
estudiaba la Doctrina Peronista, el 2do. Plan Quinquenal y se leía –sólo para elogiarlo- “La
Razón de mi vida” de Eva Perón. Los niños aprendían a leer, con nuevas palabras
generadoras, que eran Perón, Evita, etc.( por ejemplo, leían “ Evita me ama, yo amo a
Evita”).
La Iglesia (hasta entonces, puntal del peronismo), se alarmó ante el peligro de ser
desplazada en el “adoctrinamiento” de los argentinos. Posiblemente, ese fue el origen de la
ruptura con Perón, que se tornó en un fuerte conflicto, muy violento. Seguramente, tuvo
mucha influencia en la oficialidad de las Fuerzas Armadas, la que, por otra parte, vio con
mucha preocupación, el cambio de rumbo económico.
El año 1955 fue dramático. El conflicto Perón-Iglesia se agudizó. Perón derogó todas las
normas que beneficiaban a la Iglesia: la enseñanza religiosa en las escuelas, las
subvenciones a los colegios católicos, e hizo sancionar las leyes de divorcio y de profilaxis.
En junio, la profesión de “Corpus Christi” constituyó una clara manifestación opositora.
Al día siguiente, el gobierno mostró una bandera argentina quemada por los manifestantes
(una investigación posterior, concluyó que fue una acción del mismo gobierno).
Acto seguido, el 16 / 6 / 55, se produjo un criminal alzamiento de la aviación naval. Se
proponía dar muerte a Perón y bombardearon la Casa Rosada, así como la Plaza de Mayo,
donde murieron cientos de ciudadanos.
Sofocado el movimiento, por la noche la curia metropolitana y una decena de iglesias
ardieron en Buenos Aires, ante la total indiferencia de las fuerzas del orden.
Perón propuso una pacificación, que nadie creyó. El 31 / 8 / 55 pronunció un discurso
amenazador, que incitaba a la violencia. Dijo:
“La consigna para todo peronista, esté aislado o dentro de una organización, es
contestar a una acción violenta con otra más violenta. Y cuando uno de los nuestros
caiga, caerán cinco de ellos.”
El 16 de septiembre, estalló un nuevo movimiento militar, que derrocó a Perón.

20
CAFASSO, JOSE, Balance de una década, en Polémica …etc., o. cit., Nº 90, p. 272.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 34
Juan Antonio Vilar

BIBLIOGRAFIA

CIRIA, ALBERTO, Partidos y Poder en la Argentina Moderna (1930-1946), Buenos Aires,


Hyspamérica, 1986.
GAMBINI, HUGO, Historia del Peronismo, Buenos Aires, Planeta, 1999.
DEPARTAMENTO DE HISTORIA DEL CENTRO EDITOR DE AMERICA LATINA,
Historia Integral Argentina, t. 4, Buenos Aires, CEAL., 1980.
PAGE, JOSEPH, Perón. Una biografía, Buenos Aires, Javier Vergara, 1984.
PUIGGROS, RODOLFO, El Peronismo. Las causas, Buenos Aires, Jorge Alvarez, 1969.
RAPOPORT, MARIO, Historia económica, política y social de la Argentina (1880-2000),
Buenos Aires, Ediciones Macchi, 2000.
TORRE, JUAN CARLOS, (Director), Los años peronistas (1943-1955), en Nueva Historia
Argentina, t. 8, Buenos Aires, Sudamericana, 2002.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 35
Juan Antonio Vilar

IV - MODELO DESARROLLISTA o
2da. ETAPA DE SUSTITUCION DE IMPORTACIONES (1958-1975).

Síntesis esquemática.

IV – 1 - Contexto internacional.
Concluida la 2da. Guerra, el Poder Mundial se organizó con una estructura bipolar: el
capitalismo liderado por los Estados Unidos y el Socialismo, por la Unión Soviética. Fueron
sistemas antagónicos que pugnaron en una “guerra fría” por más de 4 décadas. Hubo un
permanente enfrentamiento en todos los aspectos (que era indirecto en los conflictos bélicos
que se producían), paralelo a una aterradora carrera armamentística (nuclear) que
amenazaba la existencia de la humanidad.
Europa occidental y Japón, recuperados de la destrucción de la guerra, volvieron a ser
potencias científicas, económicas e industriales.
El mundo capitalista adelantado, atravesó un largo ciclo de gran expansión económica,
interrumpido por una crisis estructural de 1973, que produjo cambos profundos en el
sistema productivo.
Simultáneamente, se produjo “el despertar de los pueblos”, es decir, un proceso de
descolonización de Africa, Asia y Oceanía, y los “movimientos de liberación nacional” en
Latinoamérica, que pretendió sacudir su situación semi-colonial. El mundo parecía avanzar
decididamente en ese sentido, con los triunfos de la Revolución China (encabezada por
Mao-tse-Tung, en 1949), de la Revolución Cubana (por Fidel Castro, 1959) y luego el
triunfo de los vietnamitas sobre el imperialismo norteamericano.

IV – 2 - Teoría del Desarrollo.


Esta nueva relación de fuerzas, favoreció la idea de un nuevo proyecto estratégico
diseñado por los EE.UU. como potencia hegemónica, que se propuso cooptar los
movimientos de liberación nacional de la periferia, bajo una política de modernización,
superador del modelo socialista. El presidente Kennedy lo proyectó con la “Alianza para el
Progreso”.
Sociólogos funcionalistas norteamericanos, elaboraron la Teoría del Desarrollo, que
sostiene como clave, la modernización, la industrialización.
Las sociedades de los países atrasados, para modernizarse, debían adoptar las pautas de
comportamiento y consumo de los países adelantados de occidente.
Desde una perspectiva evolucionista, se afirma que el progreso se lograría en un proceso
irreversible, superando etapas (W. Rostov: “Las etapas del desarrollo económico”).
Los principales obstáculos que sumergen a los países atrasados en el subdesarrollo, son su
herencia cultural (resistencia de las sociedades tradicionales al cambio), su falta de
desarrollo científico y técnico, su estructura económica primaria exportadora y su carencia
de industrias básicas. Estos países sufren la falta de capitales, de recursos humanos
altamente capacitados, de escaso crecimiento del PBI y de un crónico déficit en la balanza
de pagos.
Resulta imperioso superar esa etapa y alcanzar los niveles de los países adelantados, por
medio de la instalación de industrias básicas –o pesadas- (siderurgia, energía, metal-
mecánica, petroquímica, química).
Este enfoque, constituyó la guía teórica para la creación de la carrera de Sociología de la
Universidad Nacional de Buenos Aires, influyendo en pensadores como Gino Germani en
Contribución al Conocimiento de la Realidad 36
Juan Antonio Vilar

la Argentina y en organismos latinoamericanos como la CEPAL. (Comisión Económica


para la América Latina).
Para los desarrollistas argentinos, la falta de capitales nacionales no era un inconveniente
insoluble: se debía recurrir a las inversiones extranjeras que pueden tener un efecto
“liberador” si existe un Estado Nacional fuerte, que controle y oriente las inversiones hacia
los sectores productivos útiles para el desarrollo del país. Esta industria básica, tendría un
efecto multiplicador a través de las reinversiones y permitiría la integración vertical con la
industria liviana.
En estas concepciones estratégicas, se articulaban los proyectos desarrollistas en distintos
países del continente: Juscelino Kubischek en Brasil, Arturo Frondizi en la Argentina,
Eduardo Frei en Chile.

IV – 3 - Teoría de la Dependencia.
El fracaso de las políticas de desarrollo y el estancamiento de los países periféricos en la
década de los 60, puso en crisis las propias nociones de desarrollo y subdesarrollo y de su
teoría. La realidad mostraba que la brecha entre los países desarrollados y subdesarrollados,
se iba ensanchando y que los países del 3er. Mundo, eran cada vez más subdesarrollados.
Frente a este fracaso, distintos pensadores comenzaron a plantear la tesis de que la
especificidad histórica de la situación de subdesarrollo, nace precisamente de la relación
entre las sociedades periféricas y centrales. Surge así, el concepto de la Dependencia como
posible factor explicativo de la realidad.
Es necesario pues, plantear el atraso en términos de dependencia. Surge así, la Teoría de la
Dependencia con André Gunder Frank, Theotonio Dos Santos, Osvaldo Sunkel, Pedro Paz,
Fernando E. Cardoso y otros en América, Samir Amín en Egipto, etc. que hace explícito los
motivos del fracaso del desarrollo y desnuda los supuestos ideológicos de la
Modernización.
Entre las sociedades desarrolladas y las subdesarrolladas, no existe una simple diferencia
de etapa, sino de posición dentro de una estructura económica mundial, formulada en
términos de dominación, de hegemonía. El desarrollo de los países centrales, fue el
resultado de la formación, expansión y consolidación del sistema capitalista a nivel
mundial.
Desarrollo y subdesarrollo están en mutua dependencia, son dos caras de un mismo
proceso. Para que algunos países se desarrollen, otros deben sumirse en el subdesarrollo, el
atraso, la miseria. La dependencia supone una relación de subordinación de una comunidad
nacional respecto de otras, colocándolas en una situación de desventaja.
Theotonio Dos Santos, define la dependencia, como una situación condicionante, en la
que un cierto grupo de países, tiene condicionada su posibilidad de desarrollo, por la
expansión de otros. Esa situación condicionante, determina límites y posibilidades.
Los desarrollistas afirmaban que los países subdesarrollados padecen una división en
sociedades duales: una moderna, urbana e integrada; la otra, rural, atrasada y aislada que
constituye un obstáculo para la modernización.
La situación real es la contraria. Estas áreas rurales no han estado aisladas desde los
comienzos de la era mercantil-capitalista. Las regiones más atrasadas son, precisamente las
que han mantenido en el pasado los más estrechos lazos con las metrópolis, como por
ejemplo, Haití, los ex distritos mineros de Minas Gerais en Brasil o de México
(Guanajuato, Zacatecas), el altiplano peruano-boliviano, o las áreas de explotación agrícola
comercial para la exportación (Nordeste brasileño, países de América central).
Contribución al Conocimiento de la Realidad 37
Juan Antonio Vilar

IV – 4 - Condiciones internas.
Después de una década de populismo `estatista`, los sectores burgueses más encumbrados,
ligados al capital foráneo, buscaron retomar el control del Estado, restaurar las libertades
económicas a fin de lograr un genuino crecimiento del país.
Chocaron contra una fuerte oposición de las mayorías populares, perjudicadas con tales
políticas, dando lugar a un período de gran conflictividad político-social.
Las Fuerzas Armadas asumieron reiteradamente el control del Estado, por medio de golpes
militares, o indirectamente, presionando sobre el poder civil. Su propósito era contener a las
masas populares –peronistas-, defender el “Ser nacional” amenazado por el marxismo y
mantener a la Argentina en el “mundo occidental y cristiano”.
Predominaron los oficiales industrialistas, que adhirieron al desarrollismo.
La concepción del desarrollo, fue diferente en los gobiernos que existieron en este modelo.
Se manifestaron en dos etapas discontinuas:
a) Desarrollismo liberal: Gobiernos de Frondizi y de la “Revolución Argentina”.
El primero, fue el momento más típico del desarrollismo, que se apoyaba en las inversiones
extranjeras. Rápidamente se instalaron fábricas automotrices, petroquímicas y empresas
extractoras de petróleo.
Durante la `Revolución Argentina` numerosas empresas nacionales fueron vendidas a
capitalistas extranjeros, que acentuaron su predominio, en las principales ramas industriales
y financieras.
b) Desarrollismo dirigista: Gobiernos de Illia y peronistas.
Los radicales concebían el desarrollo, conducido por el Estado, en base a inversiones
generadas por el ahorro interno. El Estado proteccionista, debía reservarse el manejo de
algunos resortes considerados estratégicos de la economía: el petróleo y la energía atómica.
El peronismo, confiaba en los `empresarios nacionales` para romper con la dependencia,
pero éstos eran débiles o ya estaban ligados a las empresas multinacionales.

IV – 5 - Actores sociales.
El nuevo proceso industrializador argentino y las tendencias hegemónicas mundiales,
generaron cambios: un nuevo bloque de clases dominantes encuentra en la cúspide, a los
sectores industriales y financieros del capital multinacional, mientras que la burguesía
nacional, disminuye su importancia relativa.
Se da una interrelación entre los sectores industriales, financieros, comerciales y
agropecuarios, pero la hegemonía la detentan los dos primeros, sobretodo, los más
modernos y dinámicos, los más ligados con el capital monopólico transnacional.
El `empresariado nacional` sigue dependiendo de las prebendas del Estado, aunque
progresivamente va cediendo a las estrategias del capital multinacional, asociándose en
formas diversas: uso de licencias y patentes, `royalties` con pago de regalías.
Empiezan a tener alguna importancia, sectores `terciarios` de la sociedad: los ejecutivos,
administradores, técnicos, profesionales de las empresas.
También irrumpen vigorosamente en la escena, los sectores juveniles y la mujer.
A fines del modelo, se advierte una fuerte caída de la clase media.
La clase obrera, sufrió un paulatino retroceso en su salario, pero siguió siendo un actor
político de relevancia. Simultáneamente, surgió una nueva dirigencia gremial, fortalecida
por el crecimiento industrial, que se alió al desarrollismo. Estos dirigentes –los nuevos ricos
de la Argentina-, trabaron buenas relaciones con el Poder (el gran capital nacional y
transnacional, las Fuerzas Armadas y la Iglesia), priorizando la defensa de sus intereses
sectoriales, políticos y personales, por los de los trabajadores que representaban.
Es indudable que la democracia burguesa en la Argentina, no funcionó, por lo menos,
durante un siglo. Y menos aún, en esta etapa. La ausencia o debilidad extrema de los
órganos representativos constitucionales, contrastó con la fuerte presencia política y
Contribución al Conocimiento de la Realidad 38
Juan Antonio Vilar

económica de las corporaciones. Se las denominó “factores de poder” –expresión de los


intereses sectoriales, corporativos- y tuvieron gran influencia en las decisiones del Estado.
Las más importantes fueron: las Fuerzas Armadas, la Iglesia, la UIA., y la CGE., la
Sociedad Rural, los proveedores y contratistas del Estado y el Sindicalismo peronista.
La mayor parte de la sociedad argentina, sufrió restricciones políticas, sociales y laborales
(proscripción del peronismo durante 18 años, anulación de elecciones, cercenamiento de
derechos laborales, caída de los salarios, limitación de las libertades públicas y de las
garantías individuales, etc.). Pese a lo cual, el “Estado de bienestar” siguió funcionando.
Existe casi pleno empleo. Los obreros calificados cobran buenos salarios.
Se da el fenómeno que algunos investigadores denominan “el empate social”, porque
ningún sector o alianza logra sostenerse en el poder o imponer su proyecto político, porque
termina siendo derrotado por la oposición.
Ante la falta de libertades, cobra vigor la resistencia civil, una oposición creciente y, a
veces, violenta, que se tradujo en paros, huelgas, manifestaciones, actos callejeros, etc.
Vastos sectores de la sociedad (principalmente juveniles) se tornó rebelde, contestatario e
indisciplinado. Su utopía, era la “liberación nacional y social”; estimulados por el ejemplo
de la Revolución Cubana, se fortalecieron en la lucha contra las oligarquías nativas y la
dominación imperialista. No sólo en la Argentina, la sociedad latinoamericana se
“radicalizó”, principalmente los sectores populares y medios.
En Argentina, el activismo social imaginó posible “un cambio de estructuras” y los más
decididos, formaron grupos armados, la “guerrilla”, que emplearon la violencia para
combatir tanta injusticia y a la violencia “de arriba”.

IV – 6 - Factor dinámico.
El modelo desarrollista, tiene como eje, el mercado interno. Si durante la 1ra. etapa
sustitutiva de importaciones, la industria liviana cubrió la demanda interna de productos de
consumo directo y masivo, en la 2da. etapa, son las industrias “de base” que satisfacen las
demandas de productos durables, más sofisticados, destinados a los sectores altos y medio
altos de la sociedad. El producto más típico, es el automóvil; también el televisor, el
radiogravador, etc.
Las empresas multinacionales, tienen una fuerte presencia. Sus actividades industriales y
financieras, fueron dominando el circuito económico más rentable.

IV – 7 - Acumulación y destino de las ganancias.


El gran capital industrial y financiero multinacional y sus socios nativos, fueron los
beneficiarios del desarrollismo.
Hubo una inversión externa inicial significativa (cerca de U$S. 1.000 millones); luego,
disminuyó muchísimo; tampoco fueron importantes las reinversiones de ganancias, porque
las giraron a los países de origen del capital. Los inversores extranjeros, recuperaron
rápidamente el capital invertido, sin generar divisas (sus exportaciones fueron
insignificantes), sino por el contrario, descapitalizaron al país, porque transfirieron divisas
al exterior.
La burguesía nativa hizo pocas inversiones. Prefirió asegurar sus ganancias depositándolas
en bancos extranjeros (norteamericanos o suizos).
El Estado realizó numerosas obras de infraestructura con créditos externos, aumentando su
dependencia de los organismos financieros internacionales (principalmente, el FMI, Fondo
Monetario Internacional).

IV – 8 - Caracteres generales; su evolución.


Los desarrollistas estaban convencidos que serían capaces de orientar las inversiones
extranjeras, hacia las industrias básicas que necesitaba el país, dando comienzo al
Contribución al Conocimiento de la Realidad 39
Juan Antonio Vilar

`despegue` del crecimiento argentino. Las ganancias reinvertidas, tendrían un efecto


multiplicador de la actividad económica.
Sería estimulada la investigación científica aplicada y el desarrollo tecnológico, dando
fundamento al crecimiento, hasta alcanzar la meta del desarrollo como el de los países
adelantados.
Los resultados prácticos fueron distintos, por no decir, opuestos.
Aprovechando las ventajas que brindaban las Leyes Nº 14.780 de fomento de las
inversiones extranjeras y la Nº 14.781 de promoción de las industrias básicas, llegaron
rápidamente, las inversiones. Se instalaron plantas automotrices: Kaiser, Ford, General
Motors, (norteamericanas), Fiat (italiana), Peugeot, Citroen (francesas), D.K.W. (alemana)
y otras, hasta totalizar 22; empresas petroleras, petroquímicas y electrónicas. Disponían de
un `mercado cautivo´ que les aseguraba ganancias sin riesgos.
Los capitalistas extranjeros, principalmente en la rama automotriz, instalaron simples
filiales de sus empresas, con tecnología atrasada –la que estaba en desuso en los países
centrales-, destinada a captar el mercado interno, sin intención ni posibilidad de expandirse
al mercado externo (por falta de competitividad).
También se instalaron nuevos bancos y financieras, que se fueron adueñando del mercado.
En la década del 60, capitales extranjeros absorbieron bancos y empresas nacionales, como
las del sector autopartes y del tabaco.
El Estado, completó y puso en marcha, el primer complejo siderúrgico argentino:
SOMISA, algunas empresas petroquímicas y realizó grandes obras de infraestructura como
aeropuertos, rutas asfaltadas, el túnel subfluvial Paraná-Santa Fe, el complejo vial Zárate-
Brazo Largo, las plantas hidroeléctricas del Chocón-Cerros Colorados, de Salto Grande, las
centrales atómicas de Atucha y de Río Tercero, la estación de telecomunicaciones de
Balcarce y otras.
Con beneficios del Estado, se instaló la empresa privada de ALUAR, Aluminios
Argentinos.
Estas obras, fueron financiadas con empréstitos extranjeros, quedando la Argentina cada
vez más sujeta a los “condicionamientos” de los acreedores financieros internacionales
como el FMI., el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo –BID- y el Club
de París.
Pese a los cambios producidos en la estructura productiva, el país sigue dependiendo de
las divisas generadas por las exportaciones agropecuarias.
Luego de un cuarto de siglo de estancamiento del campo, tuvo una notable recuperación;
favorecido por políticas estatales y la creación de organismos como el INTA –Instituto
Nacional de Tecnología Agropecuaria-, el campo se moderniza y tecnifica.
Los suelos reciben, cada vez más, un tratamiento científico (control de la erosión,
fertilizantes, herbicidas, riego artificial), se incorporan las semillas híbridas, se generaliza la
inseminación artificial y se incorporan nuevas razas; se utiliza alimento balanceado en los
criaderos de aves, nueva maquinaria de alta tecnología, se construyen numerosos silos y
elevadores de granos, etc.

IV - 9 - Vulnerabilidad y límites.
Ni la tecnificación de las actividades rurales, ni la instalación de las nuevas industrias
básicas, alcanzaron para asegurar un crecimiento sostenido. El problema fundamental del
país, seguía siendo su estructura económico-productiva “altamente desequilibrada”, que
ahora se agravaba por una dependencia cada vez, mayor.
Los recursos fiscales eran siempre escasos y los déficits se cubrían apelando a un mayor
endeudamiento externo.
La debilidad del sector externo, era crónica: la balanza comercial arrojaba generalmente,
saldos negativos; más deficitaria era aún, la balanza de pagos.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 40
Juan Antonio Vilar

El Estado no pudo orientar las inversiones, ni hubo efecto multiplicador, ni se produjo la


integración horizontal y vertical de la industrial.
Las empresas transnacionales colocaron al país, en una extrema dependencia industrial,
tecnológica y financiera. “La dependencia no pasa ahora por el sistema político, sino que se
instala en la propia estructura productiva.”
Gran parte del aparato productivo del país –el más dinámico- está sujeto a decisiones que
se toman en el exterior. El `drenaje de divisas` provocado por el pago de utilidades,
licencias, patentes, intereses, supera las inversiones.

IV – 10 - Agotamiento y fin.
El capital transnacional aprovechó una oportunidad de inversión sin riesgos y rápidas
ganancias y provocó una “burbuja” de crecimiento. Explotó cuando estalló la crisis
energética de 1973, y con ella, la crisis del modelo “fondista-keynesiano” en los países
adelantados.

………………………………………………………………

IV – 11 - Desarrollo de aspectos relevantes.

IV – 11 a. - La “Revolución Libertadora” . 1955-1958.


El régimen peronista produjo una enconada división en la sociedad argentina. Perón tenía
un enorme apoyo popular, que le permitía ganar las elecciones con los 2/3 de los sufragios;
pero existía una oposición irreductible (del tercio restante) formada principalmente por la
`clase alta` y los sectores medios.
En septiembre de 1955, oficiales nacionalistas y liberales de las Fuerzas Armadas, se
unieron para derrocar a Perón. Por 3ra. vez, quebrantaban el orden constitucional.
Asumió la presidencia, el Jefe del movimiento triunfante, el general Eduardo Lonardi,
quien anunció su intención de gobernar “sin vencedores ni vencidos”, reconciliando a los
argentinos y amparando a los derrotados. En realidad, era una imposibilidad en sí misma.
Lonardi y sus colaboradores nacionalistas, intentaron nuevamente concretar el sueño de la
“Revolución Nacional”, tantas veces proclamada, pero que carecía de una verdadera base de
sustentación. Pretendía hacer “un peronismo sin Perón”, con apoyo obrero, conservando
sus conquistas sociales. Tales supuestos, no podían ser aceptados ni por peronistas, ni por
los antiperonistas. Estos, exigían el castigo de todos los responsables de la `dictadura` -a
quienes se los consideraba culpables- y la eliminación de todo el aparato político y gremial
peronista, en una indisimulada actitud revanchista. Sostenían esta posición, los liberales, los
partidos políticos tradicionales y la Marina, encabezada por el vicepresidente, el
contraalmirante Isaac F. Rojas.
La disputa entre liberales y nacionalistas, se resolvió el 13 de noviembre, con la
destitución de Lonardi y su reemplazo por el general Pedro Eugenio Aramburu.
Entonces comenzó una política de “desperonización” del país: el partido Peronista fue
disuelto y proscripto; la CGT. y numerosos sindicatos, fueron intervenidos; gran cantidad
de dirigentes políticos y gremiales, fueron perseguidos, encarcelados, confinados o
inhabilitados; funcionaron “Comisiones Especiales Investigadoras” para encontrar delitos.
Los funcionarios del “régimen depuesto”, no podían ocupar cargos públicos o electivos.
Esta ofensiva persecutoria, fue hasta grotesca, pues se dictó el Decreto Nº 4161 /56, que
prohibía los símbolos peronistas, cantar su marcha y hasta vitorear a Perón o Evita.
El 7/12/1955 se aprobó una Declaración de Objetivos Básicos, comprometiéndose a
suprimir todo vestigio de totalitarismo y crear las condiciones para restaurar el gobierno
constitucional “democráticamente” elegido.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 41
Juan Antonio Vilar

Los defensores del gobierno, se consideraban “democráticos” por ser contrarios a la


“tiranía” peronista. Reivindicaron la línea “Mayo-Caseros-Revolución Libertadora”,
opuesta a la línea “Reconquista-Vuelta de Obligado-17 de octubre”. Estaban convencidos
que la mayoría de los trabajadores, habían sido engañados por la “demagogia” de Perón y
que una buena tarea educativa de exaltación de los valores de la democracia y la libertad,
terminaría por sacarlos de su “error”. Comenzó una intensa campaña condenatoria de las
lacras y vicios de las dictaduras y de exaltación del sistema democrático por los medios de
comunicación, en organismos públicos y privados y en la enseñanza. La contradicción no
podía ser más flagrante: Se defendía una democracia teórica, porque en la práctica se
proscribía al partido mayoritario.
El resultado fue contraproducente. Los peronistas, que pasivamente presenciaron el
derrocamiento de su gobierno, se fortalecieron en la adversidad: la violación de los
derechos laborales, la caída del salario real, las persecuciones políticas y gremiales,
renovaron su espíritu de lucha para combatir a la dictadura “gorila”. Comenzaba así, la
“Resistencia peronista” por parte de simples obreros y militantes peronistas –los dirigentes
de 1ra. y 2da. línea que no eran sido perseguidos, se habían borrado-, en las fábricas y
lugares de trabajo, con huelgas, paros, panfletos, pintadas callejeras, atentados y actos de
sabotaje.
El 9 de junio de 1956 estalló una rebelión armada peronista. Mal organizada, fue
sangrientamente reprimida. Se aplicó ilegalmente, la pena de muerte a 38 militares y civiles,
entre ellos, fueron fusilados el Jefe del motín, general Juan José Valle y varios civiles en los
basurales de José León Suárez.
El Gobierno Provisional, encargó al economista Raúl Prebish, secretario de la CEPAL
(Comisión Económica para la América Latina), un diagnóstico y propuestas de la situación
económica. Presentó 3 informes que sirvieron de base a un plan económico. Atribuía a la
inflación –producto de los altos salarios y del dirigismo estatal- como el principal factor de
perturbación económica; proponía la liberalización de la economía, una distribución del
ingreso que permitiera el ahorro para financiar un fuerte desarrollo industrial y
agropecuario.
Atendiendo a sus consejos, Argentina ingresó al FMI., al BIRF (Banco Mundial), al Club
de París y al multilateralismo.
El peso fue devaluado –achicando los salarios-, los depósitos bancarios,
desnacionalizados, las exportaciones agropecuarias, estimuladas, pero la caída de los
precios internacionales, frustró los resultados esperados. Y la inflación, no se detuvo: por el
contrario.
El estrechamiento de las relaciones económicas con “el mundo occidental” tuvo su
correlato político –y militar-, alineándose detrás del liderazgo norteamericano, al ratificarse
la Carta de la OEA: (Organización de Estados Americanos).
Este nuevo alineamiento, se inició con la `democratización` del Ejército, denunciándose la
influencia totalitaria prusiana y estrechando lazos con el ejército norteamericano –máximo
defensor del “mundo libre” y única garantía de contención del comunismo-. Se multiplicó el
intercambio entre ambos ejércitos, las visitas recíprocas (la llegada de instructores yanquis
y el envío de oficiales argentinos a la Escuela de las Américas en Panamá), el uso de armas,
maquinaria bélica, tácticas y uniformes norteamericanos, y escritos de estrategas yanquis
que publicaban revistas militares argentinas.
La dictadura militar derogó por decreto a la Constitución de 1949. En 1957 convocó a
elecciones para reformar la Constitución. Seguramente se buscaba conocer el estado de la
ciudadanía y los efectos reales de su campaña desperonizadora.
Proscripto el peronismo, triunfó el voto en blanco. Al aplicarse el sistema D´Hondt, el
voto se dispersó muchísimo. El Radicalismo del Pueblo obtuvo la mayor cantidad de votos
positivos.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 42
Juan Antonio Vilar

La Convención Reformadora reunida en Santa Fe, ratificó la nulidad de la Constitución del


`49, reconoció la vigencia de la Constitución del `53 con sus reformas, y sancionó el
artículo 14 bis que incorporaba los derechos sociales y laborales.
Sin el peronismo, aparecieron nuevos partidos políticos –y renacieron otros muy antiguos
en varias provincias- y se dividieron los tradicionales. El Radicalismo, considerado el
“heredero de la Revolución Libertadora”, redividió en 2: La UCRP (Unión Cívica Radical
del Pueblo) que era oficialista y estaba liderado por Ricardo Balbín –candidato a presidente-
, y la UCRI (Unión Cívica Radical Intransigente), liderada por Arturo Frondizi, pertinaz
opositor.
El gobierno convocó a elecciones generales en 1958. Para impedir el `continuismo` Perón
en el exilio, firmó un Pacto con Frondizi. Ordenaría votar por la UCRI, a cambio del
levantamiento de toda legislación contraria al peronismo. El voto peronista, disciplinado y
masivo a favor de la UCRI, consagró el triunfo de la fórmula A. Frondizi-Alejandro
Gómez.

IV 11 b. - Gobierno de Arturo Frondizi (1958-1962).


En plena campaña electoral, sin debate ni anuncio público, Frondizi y la UCRI cambiaron
su programa ´intransigente` (el Programa de Avellaneda de 1945, de carácter nacionalista y
antiimperialista), por el `desarrollista`.
El 1 / 5 / 58 las Fuerzas Armadas le entregaron el Gobierno, pero se reservaron el derecho
de vigilarlo, para evitar que incurriese en alguna desviación a los `postulados de la
Revolución Libertadora` (en 4 años, le hicieron 32 planteos militares).
En su Mensaje al Congreso, al asumir el mando, Frondizi prometió defender un “Estado de
Derecho”, impulsando la `integración` y el `desarrollo`. Hizo un llamado a la reconciliación
de los argentinos, para superar el estancamiento. Pretendía lograr un consenso entre la
burguesía industrial y la clase obrera, conformando el `Frente Nacional y Popular` bajo su
conducción.
La `eminencia gris` del gobierno, era Rogelio Frigerio, Secretario de Relaciones
Económico-Sociales, que encabezó un grupo de “hombres de negocios, jóvenes empresarios
y técnicos modernistas”, dispuestos a impulsar el crecimiento del país, mediante el estímulo
a la libre empresa, con capitales y tecnología extranjeras.
La UCRI había ganado todas las gobernaciones provinciales y tenía una abrumadora
mayoría en el Congreso. En Agosto sancionó la Ley de Asociaciones Profesionales, -fue lo
único que cumplió Frondizi de su pacto con Perón-, sobre las bases del sindicalismo
peronista (sindicato único por cada rama de la producción, etc.). Antes había dispuesto un
aumento general de salarios del 60 % (respecto de febrero de 1956) para conformar a la
masa peronista que lo había votado.
También anunció una medida muy irritativa: la intención de poner en vigencia un decreto
que reconocería la validez de los títulos a expedirse por universidades privadas.
Inmediatamente, se alzó una ola de protesta del estudiantado, la docencia y parte de la
ciudadanía, en defensa de la escuela pública y de la universidad nacional. Durante semanas,
grandes manifestaciones a favor de la “enseñanza laica” o de la “enseñanza libre”, se
enfrentaron en calles y plazas del país. El Congreso dirimió la cuestión, al tratar y sancionar
la “Ley Domingorena” que habilitaba las universidades privadas y que tanto interesaba a la
Iglesia Católica. Fue patético comprobar cómo viejos defensores de la Reforma
Universitaria de 1918 de la UCRI, ahora votaban en favor de la Universidad Privada.
En realidad, este enfrentamiento fue una `cortina de humo` provocada por el gobierno,
para ocultar negociaciones secretas que realizaba con empresas petroleras norteamericanas.
Durante toda su vida, Frondizi –y los radicales intransigentes-, había defendido con énfasis,
el monopolio de YPF. en la explotación del petróleo argentino. En su libro titulado
Contribución al Conocimiento de la Realidad 43
Juan Antonio Vilar

“Petróleo y Política”, aportó numerosos fundamentos a favor de YPF y del accionar


altamente dañino para los pueblos, de los pulpos petroleros multinacionales.
En julio del `58, anunció la “batalla del petróleo”, consistente en la concesión directa, sin
sanción del Congreso, de extensas zonas petroleras a compañías norteamericanas.
Inmediatamente llegaron estas empresas y operaron sin ningún control del Estado. El
autoabastecimiento de petróleo, fue considerado uno de los logros del gobierno. De una
extracción anual de 5 millones de metros cúbicos, se pasó a 15 millones en 1962.
En 1961 se puso en funcionamiento SOMISA; dos años después, producía casi un millón
de toneladas de acero.
En 1963 la producción de automóviles, alcanzó a 130.000 vehículos.
“El tipo de industrialización seguido a partir de 1958, basado en la radicación de
empresas extranjeras en sectores clave de la economía como ser automotores,
petróleo y caucho, no solamente llevó a un aumento de la concentración industrial,
sino también produjo un creciente control de la economía argentina por el capital
extranjero. De las primeras 25 empresas, 16 eran nacionales en 1957. En 1966 la
proporción se invirtió y de las primeras 25 empresas, sólo 8 eran nacionales y 17
extranjeras.”. 21
La liquidación de la DINIE y su traspaso a la actividad privada, los acuerdos con la
CADE para formar SEGBA, Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires, y con el grupo
Bemberg, la privatización del “ Frigorífico Nacional Lisandro de la Torre”, la Ley de
Energía, la “batalla del riel”, definen la política económica liberal del gobierno y el peso
creciente de las `recomendaciones` del FMI.
El incremento salarial de 1958 fue rápidamente absorbido por el aumento de los precios,
porque se dio una elevada inflación del 113 % en un año. La política de privatizaciones y la
caída del salario –la participación de los asalariados en 1959 /60, alcanzó al 35,3 % del
PBI, o sea el más bajo desde 1935-, hizo recrudecer la resistencia obrera peronista. Los
conflictos se multiplicaron y se tornaron violentos. Antes de finalizar el año `58,
ferroviarios y bancarios habían sido `movilizados`, es decir, colocados bajo jurisdicción
militar. Le siguieron los obreros de YPF y transportistas de Capital Federal. Una huelga de
petroleros de Mendoza, dio lugar a la declaración del `Estado de sitio` en todo el país.
Los obreros del frigorífico Lisandro de la Torre, se declararon en huelga y tomaron las
instalaciones para impedir su privatización. El gobierno consideró a la huelga
`insurreccional` y utilizó los tanques del Ejército para retomarlas.
Fueron declaradas `zonas militares`, Dock Sud, La Plata, Berisso y Ensenada.
A mediados de 1959 Perón denunció el incumplimiento del pacto por parte de Frondizi.
Alvaro Alsogaray asumió el Ministerio de Economía y Trabajo.
Los ferroviarios efectuaron una huelga que duró 49 días y fueron movilizados.
En marzo de 1960, el gobierno puso en vigencia el Plan CONINTES (Conmoción Interna
del Estado), aquel engendro peronista (Ley Nº 13.234 /48), que permitía la participación de
las Fuerzas Armadas en la represión interna. Las fuerzas policiales provinciales quedaban
subordinadas a las Fuerzas Armadas y se crearon Tribunales militares para juzgar a civiles,
acusados de promover actos subversivos.
¡Ese fue el Estado de Derecho frondizista!
A principio de 1959 triunfaba la Revolución Cubana conducida por Fidel Castro, que
poco después se proclamó marxista y organizó un Estado Socialista. Su repercusión fue
enorme en toda América, por la adhesión que recibió, así como el pánico que provocó en las
clases dominantes.

21
ACUÑA, MARCELO LUIS, De Frondizi a Alfonsín: la tradición política del Radicalismo, t. 1, p. 120,
Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1984.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 44
Juan Antonio Vilar

Las Fuerzas Armadas de Argentina, se convencieron que el “monstruo comunista” se


había instalado en América y que la próxima víctima, sería la Argentina.
Hubo un fuerte avance electoral de los partidos de izquierda. El Partido Comunista duplicó
sus votos en Mendoza. En Capital Federal triunfó Alfredo Palacios mediante una campaña
abiertamente pro-castrista. Los militares quedaron espantados y desencadenaron una
desenfrenada ola “maccarthista”. El Decreto 4965 / 59 prohibió las actividades del Partido
Comunista. Locales comunistas y peronistas, fueron destruidos y muchos de sus dirigentes,
detenidos. Para muchos oficiales, todos los ´totalitarismos` eran iguales. Y equiparaban al
Peronismo con el Comunismo o, al menos, temían que el peronismo fuera la antesala del
comunismo.
El Comandante en Jefe del Ejército, General Carlos Severo Toranzo Montero, afirmaba
que el peronismo, era “un conglomerado de delincuentes”.
El presidente de EE.UU. John Kennedy propuso dos estrategias de contención del
comunismo: la Alianza para el Progreso y la acción armada de los ejércitos americanos en
la lucha antisubversiva.
En 1961 Frondizi inauguró el Curso de guerra contrarrevolucionaria en la Escuela
Superior de Guerra. Arribaron entonces, militares norteamericanos y franceses para instruir
técnica e ideológicamente a los oficiales argentinos; además, muchos de éstos, hacían los
cursos de perfeccionamiento en escuelas militares norteamericanas, especialmente en la
Escuela de las Américas, en la Zona norteamericana del canal de Panamá, donde miles de
oficiales argentinos pasaron por ella.
Pero nada de esto alcanzó. Ni siquiera los más altos funcionarios quedaron libres de las
sospechas militares. Frigerio había sido comunista. Frondizi tenía lejanos antecedentes
izquierdistas y no fueron suficientes para aventar los recelos militares, sus reiteradas
manifestaciones de ser “occidental y cristiano” (expresión acuñada por Frondizi), ni su
gestión gubernativa, tan favorable a la Iglesia y a los EE.UU.
Su política exterior, pretendidamente ` independiente`: la firma del Tratado de Uruguayana
con el Presidente de Brasil, Janio Quadros, su encuentro sigiloso con el Che Guevara en
Buenos Aires, el voto negativo para la expulsión de Cuba de la OEA, en la reunión de Punta
del Este, eran suficientes `pruebas` que demostraban fehacientemente que Frondizi “era un
solapado y `maquiavélico` agente comunista”.
En 1962 debía votarse en 14 Provincias para elegir Gobernadores y Diputados Nacionales.
Las Fuerzas Armadas – FF.AA.- querían impedir la participación de un partido
`neoperonista` llamado Unión Popular, pero el Presidente y su Ministro del Interior, Roque
Vítolo, aseguraron que la UCRI estaba en condiciones de derrotarlo en elecciones limpias.
Efectuadas éstas el 18 / 3 / 62, el peronismo venció contundentemente en 10 Provincias,
especialmente en la Provincia de Buenos Aires. Fue el fin de Frondizi. Las Fuerzas
Armadas lo derrocaron 11 días después, en el 4to. Golpe Militar exitoso del siglo.

IV – 11 c. - Interinato Presidencial de José María Guido (1962-1963).


De acuerdo con la Ley de Acefalía, el senador José M. Guido, se apresuró a prestar
juramento como Presidente interino, antes que lo hicieran los militares. Fue un gobernante
sin autoridad, careciendo hasta de dignidad personal, mero instrumento de las FF.AA.
Se produjo una recesión económica, fuga de capitales e interrupción de la corriente
inversora. El peso fue devaluado en un 65 %, afectando gravemente a los asalariados.
La represión contra los civiles, continuó. Las fuerzas de seguridad, abrieron una nueva
lista de sus operativos: la de los desaparecidos. En agosto de 1962, el obrero metalúrgico
Felipe Vallese fue detenido por la policía de Buenos Aires y nunca más apareció.
La prepotencia militar llegó al límite: pisoteaba las instituciones, juzgaba y condenaba a
los civiles y ponía en riesgo a los habitantes, con sus enfrentamientos internos.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 45
Juan Antonio Vilar

“Esta autonomización relativa del ejército, coincide con la reformulación de sus


funciones. La mutación estratégica que se produjo entre fines de la década del 50 y
principios de la del 60, correspondió a la nueva coyuntura continental, a la
redefinición de las `amenazas` hechas por el Pentágono. La coordinación de los
ejércitos continentales en la lucha contrarrevolucionaria se efectuaba, en efecto,
impulsada por Washington y bajo su égida. El ejército `politizado` de la República
Argentina, adhirió sin reservas a las nuevas hipótesis de guerra que legitimaban
profesionalmente sus prácticas francamente extramilitares . . . La lucha contra el
comunismo y la solidaridad con la potencia `líder del mundo libre` se antepusieron
a la defensa de la independencia nacional y la preocupación por industrialismo.”22
Se desencadenó una lucha de facciones militares por la conducción del Ejército (y por
ende, del Gobierno). Muchos oficiales –nacionalistas- decían condenar la excesiva
intromisión de las FF.AA. en asuntos políticos. Se proclamaban `profesionalistas`,
`apolíticos`. Sostenían que el Ejército debía volver “a sus funciones específicas”. Recelaban
también, de la fuerte influencia de la Marina (liberal) en el ejército.
En septiembre de 1962 se levantaron en armas –no contra el Presidente, sino contra la
conducción del ejército de los generales Lorio y Labayru-, encabezados por el General Juan
Carlos Onganía. Se identificaron con el color Azul y asignaron el Colorado a sus oponentes.
Casi sin encontrar resistencia, se impusieron. Emitieron el Comunicado Nº 150 –verdadero
parte de victoria, redactado por el abogado Mariano Grondona- donde se comprometían a
“la realización de elecciones mediante un régimen que asegure a todos los sectores la
participación en la vida nacional . . . que asegure la imposibilidad del retorno a épocas ya
superadas.”
Peronistas, nacionalistas y frondizistas, aplaudieron con entusiasmo este triunfo Azul
sobre los `gorilas colorados`.
En abril del `63 se reprodujo el enfrentamiento. Esta vez, fue muy violento, con
derramamiento de sangre y destrucción material. Los colorados, bajo la jefatura del anciano
General Benjamín Menéndez, apoyados por la Marina, conducida por el almirante Rojas,
fueron definitivamente derrotados.
Los `apolíticos` azules, asumieron el control del Ejército y del Gobierno… Generales
reaccionarios como Enrique Rauch y Osiris Villegas, ocuparon el Ministerio del Interior,
mientras los liberales Alvaro Alsogaray y José Alfredo Martínez de Hoz, el de Economía.
Se convocó a elecciones generales para julio del 63. Peronistas, frondizistas, nacionalistas
y democristianos, formaron el “Frente Nacional y Popular”. Pero las listas de sus
candidatos, fueron reiteradamente rechazadas por la Justicia. Finalmente, fueron proscriptos
todos los candidatos peronistas, por lo que se resolvió la abstención.
Con la participación de más del 85 % del electorado y numerosos votos en blanco, se
impuso la UCRP. con el 25 % de los votos. La fórmula vencedora estaba integrada por
Arturo Umberto Illia-Carlos Humberto Perette.

IV 11 ch. - Presidencia de Arturo U. Illia (1963-1966).


El Radicalismo llegó al Gobierno, con escaso apoyo político, social y económico. Sólo la
cuarta parte de la ciudadanía lo había votado; ganó en 13 Provincias y perdió en 10; no
tenía mayoría propia en la Cámara de Diputados, porque se había aplicado el sistema
D`Hondt, de representación proporcional. No buscó aliados en otros partidos políticos para
gobernar. Quiso gobernar sólo y rápidamente quedó aislado, frente a una oposición
generalizada y poderosa.

22
ROUQUIE, ALAIN, Poder militar y Sociedad política en la Argentina, t. II. 1943-1973, p. 120, Buenos
Aires, Emecé, 1982.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 46
Juan Antonio Vilar

El gobierno de Illia, respondió a la tradición radical: fue democrático, respetuoso de las


instituciones y de las libertades públicas y dirigista. Levantó el estado de sitio y derogó la
legislación represiva y proscripciones políticas del frondizismo. Cumplió -¡cosa rara!- con
los principales compromisos electorales. A pesar de las presiones norteamericanas y de la
gran burguesía, el 15 / 11 / 63 sancionó un decreto que disponía: “Decláranse nulos de
nulidad absoluta, por vicios de ilegitimidad y ser dañosos a los derechos e intereses de la
Nación, los contratos relativos a la exploración y explotación de petróleo . . .” suscritos por
Frondizi.
Impuso un `intervencionismo` y un `nacionalismo económico` que provocó el más
enérgico rechazo por parte del capital multinacional y de sus aliados nativos. Estableció el
control de cambios y declaró la `emergencia económica` para controlar las maniobras
especulativas. Fueron sancionadas las leyes de “Salario mínimo, vital y móvil”, de
abastecimiento y la llamada “Ley Oñativia” (para regular y controlar los medicamentos,
“considerados bienes esenciales al servicio de la Salud Pública”).
Se superó la aguda recesión del bienio anterior; los principales indicadores económico-
sociales, mejoraron: la producción industrial (a pesar de los reiterados paros), creció el
18,7 % en 1964 y el 13,8 % en 1965; también aumentó la producción agrícola: hubo
grandes cosechas de trigo y maíz y buenas exportaciones. La balanza comercial, negativa
desde 1959, fue favorable entre 1963 y 1966. Hubo un notable crecimiento del PBI.
La deuda externa en 1963, era de U$S. 2.600 millones.
El desempleo bajó del 8,8 % en 1963 al 5,2 % en 1966. La participación de los salarios en
el PBI, pasó del 36,5 % en 1963 al 41,1 % en 1966.
Pero desde el primer momento, se desencadenó una sistemática y feroz oposición de parte
de los sectores de poder: el gran capital multinacional y nacional, el gremialismo peronista,
la gran prensa y las FF.AA El objetivo era evidente: crear las condiciones propicias para un
golpe militar.
Las organizaciones empresariales más importantes: la Sociedad Rural, la UIA., la CGE.,
ACIEL (Acción Coordinadora de Instituciones Empresarias Libres), condenaron “todo
dirigismo económico”, en múltiples declaraciones y solicitadas. Endurecieron sus
posiciones y hasta llegaron a resistir el pago de impuestos. Declaraciones como las del
Presidente de la Sociedad Rural, Faustino Fano: “Estamos contra el sistema dirigista e
intervencionista, al que atribuimos todos los males que padece nuestra economía” eran
persistentes. Para los peronistas, los radicales –los ´gorilas`- eran sus enemigos y no le
dieron tregua. La línea dura del gremialismo peronista, encabezó una violenta oposición.
La CGT. había sido normalizada el 16 / 3 / 62. La conducción quedó a cargo de una
Comisión Mixta de 20 miembros: 10 de sindicatos peronistas y 10 de gremios
independientes de distinto signo. Para 1964 preparó un “Plan de lucha”, consistente en
paros y acciones de agitación, que debían culminar con la ocupación por los trabajadores,
de “todos los centros de producción (agropecuarios, industriales y/o comerciales)” por 24
horas, en todo el país.
Varios gremios independientes lo rechazaron y acusaron a las “62 Organizaciones”
gremiales peronistas, de “crear un clima de caos y violencia que facilite un eventual golpe.”
El Plan de lucha se cumplió estrictamente, con paros, movilizaciones y toma de fábricas.
Los empresarios responsabilizaron al Gobierno, por permitir estos atentados contra la
propiedad, calificándolos de “verdaderos delitos contra la seguridad de la nación.”
Además, abundaron los atentados; el más grave, fue la explosión de un edificio de la calle
Posadas, ocurrido el 21 / 7 / 64 que dejó 12 muertos. Las Fuerzas de Seguridad desbarataron
numerosas “células terroristas” de tendencia “castro-comunista” y peronista. Aparecieron
los llamados “extremistas” de distinto signo, como el grupo “Tacuara”, la “Guardia
Restauradora Nacionalista” (ambas de derecha), el “Ejército Guerrillero del Pueblo” (de
izquierda), etc.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 47
Juan Antonio Vilar

Fue demoledora la campaña de la prensa contra el gobierno. Se crearon algunas


publicaciones cuyo único fin, era deslegitimar al gobierno y propiciar el golpe de estado.
Las revistas “Primera Plana” de Jacobo Timermann y “Confirmado”, lanzaron una
orquestada campaña contra la ineficiencia de Illia (simbolizado por una tortuga), afirmando
que las FF.AA. “última reserva moral de la Patria” no podían permanecer indiferentes ante
tal desgobierno. Y el Ejército tenía un “genio” que era el general Onganía.
Este, era el Comandante en Jefe del Ejército. El 6 / 8 / 64, pronunció un discurso en la 5ª.
Conferencia de Ejércitos Americanos realizada en West Point, originando la “doctrina
Onganía”. Sostuvo la autonomía de las Fuerzas Armadas frente al gobierno, que la
obediencia “cesa si se produce al amparo de ideologías exóticas, un desborde de
autoridad”; que los objetivos de las FF.AA. son “preservar los valores morales y
espirituales de la civilización occidental y cristiana.”23
Poco después, en Brasil -gobernado por una dictadura militar- acordó con su Ministro de
Guerra que “nuestro enemigo (el comunismo) está en todas partes; podrá vencernos si
actuamos aisladamente, pero no pasará si actuamos unidos” y actuando conjuntamente
contra “todo extremismo”.
El presidente Illia no sancionó esta gravísima violación al orden constitucional.
La política exterior de Illia (la venta de granos a China Popular y la negativa de enviar
tropas a la República Dominicana, para colaborar con la invasión de los “marines” yanquis,
enfureció a los militares.
Las universidades nacionales eran otros focos de agitación, aunque por motivos muy
distintos: se defendía la autonomía universitaria, amenazada por los enemigos con la
acusación de la “infiltración marxista”, se condenaba la penetración de capitales
transnacionales y la prepotencia militar.
En 1965 se realizaron elecciones para renovar la mitad de la Cámara de Diputados. El
peronismo, con el partido Unión Popular ganó en 5 Provincias y obtuvo 36 bancas, mientras
que el radicalismo, venció en 6 Provincias y logró 35 bancas; otros partidos provinciales,
triunfaron en 9 Provincias.
Las FF.AA. seguían firmemente empeñadas en impedir el retorno peronista al gobierno.
Por lo tanto, no iba a permitir que el gobierno continuara con esta línea política.
Consideraron que en el país, estaban dadas las condiciones para dar el 5to. Golpe militar.

IV – 11 d. - La “Revolución Argentina”. (1966-73).


El 28 de junio de 1966 los Comandantes de las FF.AA.: el General Pascual Pistarini, el
Almirante Benigno Varela y el Brigadier Teodoro Alvarez, constituyeron una Junta
Revolucionaria para destituir a todas las autoridades legales existentes.
Emitieron varios documentos justificativos. En un Mensaje expresaron: “Debe verse en
este acto revolucionario, el único y auténtico fin de salvar a la República y encauzarla
definitivamente por el camino de su grandeza. . . la modernización del país es
impostergable.”
En un Acta, señalaron: “… la dramática y peligrosa emergencia que vive la República …
la pésima conducción de los negocios públicos … la quiebra del principio de autoridad y
una ausencia de orden y disciplina que se traducen en hondas perturbaciones sociales …
Todo ello ha creado condiciones propicias para una sutil y agresiva penetración marxista
en todos los campos de la vida nacional, y suscitando un clima que es favorable a los
desbordes extremistas y que pone a la Nación en peligro de caer ante el avance del
totalitarismo colectivista.”

23
GARCIA, ALICIA S. y RODRIGUEZ MOLAS, RICARDO, Textos y documentos. El autoritarismo y los
argentinos. La horade la espada y del balcón/5, (1946-1964), pp. 530-543, Buenos Aires, Centro Editor de
América Latina, 1989.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 48
Juan Antonio Vilar

En sus Objetivos, prometieron “Asumir con decisión irrevocable, por propia y libre
determinación, conforme a sus orígenes y destino, el compromiso de participar en la
defensa del mundo libre occidental y cristiano.”24
La Junta se atribuyó “la representación de todo el pueblo de la República”, plenas
facultades políticas, legislativas y constituyentes. La Constitución Nacional, quedó
subordinada a los “Fines” y “Estatuto” revolucionarios.
El golpe militar, tuvo un amplio consenso. Lo apoyaron con entusiasmo el peronismo, el
nacionalismo, el frondizismo, la banca extranjera, la UIA., la CGE., la Sociedad Rural, el
capital multinacional, el sindicalismo peronista, la Iglesia, la `prensa grande`, y…hasta
Perón desde Madrid y Braden desde los EE.UU.

IV – 11 d. 1 - Dictadura del general Juan Carlos Onganía (1966-70).


La Junta militar designó presidente al general Onganía, invistiéndole de plenos poderes. No
se fijó límites a su mandato: la `Revolución` tenía objetivos, no plazos. Onganía destacó
que ejercía el poder total y que las Fuerzas Armadas “no gobernaban ni cogobernaban”.
Efectivamente, su gobierno fue una dictadura totalitaria, clerical y represiva, con
veleidades corporativas, que desconoció los más elementales derechos civiles y sociales.
Llenó las cárceles de presos políticos, sociales, gremiales y estudiantiles, los que fueron
sistemáticamente torturados.
La primera medida importante que adoptó, fue la eliminación de la “autonomía
universitaria” -`nido de comunistas`-. La mayoría docente y estudiantil, la resistió. El 29 de
julio, varias Facultades fueron asaltadas por las fuerzas de seguridad, con extrema violencia
–“la noche de los bastones largos”- apaleando, deteniendo y vejando a estudiantes, docentes
e investigadores, sin discriminación.
Así, abruptamente concluyó el período más brillante de la Universidad Argentina. Miles
de académicos e investigadores fueron cesanteados (2.000 en un año), originando “una fuga
de cerebros”, porque muchos de ellos, fueron contratados en los EE.UU. o en Europa.
Onganía se rodeó de colaboradores provenientes de la ultraderecha católica, integristas y
nacionalistas (salidos de los “Cursillos de la Cristiandad”, del Ateneo de la República, o de
la ´Ciudad Católica’) y de tecnócratas obsesivos de planificaciones y organigramas.
La conducción económica quedó a cargo de liberales-desarrollistas, vinculados a empresas
multinacionales como Adalbert Krieger Vasena, Luis María Gotelli, César Bunge, Antonio
Lanusse y otros.
Su Ministro de Economía más influyente, fue Krieger Vasena, que restauró la ortodoxia
liberal de Frondizi. Buscó nivelar el presupuesto, estabilizar la moneda, mejorar la
eficiencia industrial a través de la libre concurrencia y de inversiones extranjeras. Devaluó
el peso en un 40 % -fijando retenciones a la exportación-, liberó el mercado de cambios y
congeló los salarios por 20 meses. Obtuvo rápidamente créditos externos por U$S. 400
millones y después, otros más, que destinó a la financiación de obras de infraestructura.
Aprovechando la devaluación del peso, inversores extranjeros compraron empresas
argentinas, provocando su `desnacionalización` (sector autopartista, del cigarrillo, bancos).
En poco tiempo, las empresas multinacionales industriales y financieras, lograron un
completo control de los sectores clave de la economía argentina.
La producción aumentó, la inflación fue congelada, la tasa de desocupación era baja y el
salario real, cayó.

IV – 11 d. 2 - El movimiento obrero.
El sindicalismo peronista apoyó fervorosamente el golpe militar, confiando que le sería
favorable y atendería sus reclamos. Pronto advirtieron su engaño. La conducción

24
VERBITSKY, HORACIO, Op. cit., pp. 98-110.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 49
Juan Antonio Vilar

económico-social, perjudicaba a los trabajadores (se llegó a suprimir el derecho de huelga y


el `sábado inglés` en 1969). Estallaron conflictos laborales, que fueron enérgicamente
reprimidos. Se aplicó la Ley de Servicio Civil de Defensa (de movilización de los obreros).
Un largo paro de portuarios, fue reprimido, su secretario gremial Eustaquio Tolosa,
detenido, procesado y condenado a 5 años de prisión e inhabilitación.
En 1967, el gremialismo hegemónico era liderado por augusto Timoteo Vandor; quiso
demostrar su fuerza con un Plan de Acción, para hacer retroceder al gobierno en su política
laboral, en un paro de 48 horas.
Onganía respondió rápidamente, con la suspensión de la personería gremial y el
congelamiento de los fondos de los gremios díscolos (UOM –Unión Obrera Metalúrgica-,
Textiles, FOTIA –industria azucarera-, FOETRA –telefónicos-, Químicos, Unión
Ferroviaria, La Fraternidad). El movimiento fracasó. El `vandorismo` fue derrotado y se
sometió. Recuperó sus gremios, sus fondos y pasó a negociar con la dictadura.
Desde la década del `60, el sindicalismo peronista adquirió las características esenciales
que aún conserva (con sólo algunas variantes).
Los gremios se fortalecieron con el desarrollismo. Las nuevas industrias y el incremento
de la actividad, engrosó la cantidad de afiliados. Surgieron gremios poderosos, como los
metalúrgicos, mecánicos, petroleros y de la construcción. Recaudaban grandes sumas de
dinero por aportes obligatorios de los afiliados y con el manejo de las obras sociales
(beneficio otorgado por Onganía). Mantienen hoteles, camping, sanatorios, bancos, etc.
Los gremios quedaron en poder de un aparato burocrático, peronista, verticalista y
antidemocrático, funcional al sistema. Mantienen fluidas relaciones con el Poder
(económico, militar o religioso). Son `visceralmente` anticomunistas.
Al principio, sus dirigentes, habían llegado al gobierno del gremio por sus méritos y
habilidad. Después, se perpetuaron en el mando, por medio de la violencia (con su aparato
de matones) y del fraude `legal` más perfecto conocido: generalmente, en los gremios
grandes, sólo puede presentarse a elecciones, una sola lista: la oficialista.
Estos dirigentes sindicales, se han enriquecido escandalosamente, son verdaderos
magnates que viven a todo lujo, dándose esta paradoja: dirigentes ricos, obreros pobres.
Invocan su condición de “trabajadores”, identificándose como “Nosotros, los trabajadores”
cuando dejaron de serlo hace muchos años (algunos, nunca lo fueron). Son dirigentes ‘de
escritorio’, burócratas, cuya máxima ‘virtud’, en negociar.
Todo lo discuten, negocian y resuelven, a nivel de superestructura. El sistema legal
sindical, da un enorme poder a la cúpula gremial, ya sean sindicatos, federaciones o a la
CGT., por ejemplo, con el derecho de intervención. No existe ningún verdadero control ni
límite de sus gastos (ni de sus elecciones).
Coyunturalmente, sus tácticas, varían. Frente a la “Revolución Argentina”, adoptaron tres:
1) Los Participacionistas. Eran oficialistas que apoyaron abiertamente la dictadura de
Onganía. Presentaban como alternativa, la de “participar y colaborar” o caer en “tácticas
subversivas”.
En 1968 constituyeron el nucleamiento “Nueva Corriente de Opinión”.
Sus principales dirigentes fueron: José Alonso, secretario de la CGT, del gremio del
vestido, Juan José Taccone, de Luz y Fuerza, Rogelio Coria de UOCRA –construcción-,
Adolfo Cavalli de SUPE –petroleros- y Angel Peralta –vitivinícola-.
2) Los Dialoguistas (vandoristas). Constituyen la expresión más acabada de la burocracia
sindical peronista. Su arma, es la negociación. Su táctica, es endurecerse para negociar
mejor (“golpear y negociar”). Suelen utilizar un discurso revolucionario para conformar a
sus representados –los obreros-, que se transforma en una vergonzante sumisión frente a la
patronal.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 50
Juan Antonio Vilar

Su principal dirigente, fue AugustoTimoteo Vandor (y otros dirigentes de la UOM: Paulino


Niembro, José Rucci y Lorenzo Miguel), Vicente Roqué –molineros-, Antonio Baldassini –
correos-.
3) Los Combativos. Sindicalismo de línea dura, opositor a la dictadura, encabezado por
Amado Olmos –sanidad-, Julio Guillán de FOETRA – telefónicos-, la CGT de Córdoba
(con Elpidio Torres y Atilio López).
En marzo de 1968 se realizó un Congreso Normalizador de la CGT. Los burócratas
Vandor y Alonso, lo impugnaron. Surgió un nuevo Secretariado con dirigentes honestos y
combativos, encabezado por Raimundo Ongaro (Gráficos)25 e integrado por Antonio
Scipione (Unión Ferroviaria), J. Guillán, Benito Romano (FOTIA –azucareros-); pronto se
incorporó Agustín Tosco –Luz y Fuerza de Córdoba-. Tuvo que identificarse como CGT de
los Argentinos, porque ni el gobierno, ni los burócratas la reconocieron.
Estos últimos, formaron la CGT. Azopardo (la calle de su sede).
La CGTA. enfrentó tenazmente al onganiato. En esa lucha, se sumaron numerosos
gremios chicos (empleados de farmacias, químicos, periodistas) y del interior del país.

IV – 11 d. 3 - La respuesta social.
La dictadura se empeñó en imponer un orden moral católico reaccionario, en momentos
de cambios, por la irrupción de la juventud como un actor destacado, que rompe con los
moldes antiguos y de la mujer, que avanza en su lucha por la igualdad. Hay censura oficial
en las distintas manifestaciones de la cultura. Lo nuevo, es sospechoso y censurado: el pelo
largo y la barba en los varones, la minifalda o el pantalón en las mujeres, el beso en lugares
públicos, la mayor libertad sexual, etc.
La juventud se politiza como nunca y ocupa un lugar destacado en la lucha contra un
régimen opresor y sometido al capital extranjero. Pero también gruesos sectores de la
sociedad se radicaliza políticamente y se torna rebelde. No es sólo la lucha contra la
dictadura o por reivindicaciones laborales, sino que es política: el objetivo de máxima, es
derrotar a “la oligarquía y el imperialismo”, lograr “un cambio de estructuras” y por “la
liberación nacional y social”. Esta lucha, se superpone con otra que tiene como objetivo
lograr el “retorno de Perón” y que le da un ancho apoyo popular.
Gran parte de la sociedad, venciendo el temor a la feroz represión, se lanzó a combatir en
las calles, lugares de trabajo y de estudio, o a través de la palabra y la pluma.
Tres vertientes ideológico-políticas confluyeron y bregaron unidos en la práctica:
a) El peronismo combativo, encabezado por la CGT de los Argentinos y la CGT de
Córdoba.
b) El cristianismo revolucionario.
c) La izquierda independiente.

IV – 11 d. 4 - La Iglesia renovada.
El Papa Juan XXIII inició la renovación de la Iglesia, alejándola de su tradicional alianza
con los sectores privilegiados y poderosos, para inclinarla en “la opción por los pobres”.
Sancionó la Encíclica Mater et Magistra en 1961, que buscaba orientar “la cuestión social
en forma más en consonancia con nuestro tiempo”.
Reunió el Concilio Vaticano II, donde los obispos conservadores, fueron superados por los
renovadores, numerosos en el 3er. Mundo.

25
Raimundo Ongaro, era un peronista social-cristiano, de gran honestidad y valentía. En marzo de 1969,
declaró: “La clase trabajadora tiene como misión histórica, la destrucción, hasta sus cimientos, del sistema
capitalista de producción y distribución de bienes”.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 51
Juan Antonio Vilar

Su sucesor, Paulo VI, continuó esa línea. Sancionó la Encíclica Popolorum Progressio en
1968, donde clamaba contra las injusticias sociales, los abusos de los poderosos y “el
imperialismo del dinero”.
Muchos obispos, sacerdotes y laicos de Latinoamérica, adhirieron al llamado de la Iglesia.
Un jalón inicial, fue la Conferencia Episcopal Latinoamericana de Medellín –CELAM- de
1968. Figura relevante fue el obispo de Recife (Brasil) Helder Cámara.
En Argentina, pocos pero muy destacados obispos adhirieron a la renovación, comenzando
con Jerónimo Podestá –que dejó los hábitos-, y los obispos de Goya: Alberto Devoto, de
Sáenz Peña: Italo Di Stéfano, de Neuquén: Jaime de Nevares, de Viedma: Miguel Hesayne
y de La Rioja: Enrique Angelelli.
En mayo de 1968, 21 sacerdotes se reunieron en Córdoba originando el Movimiento de
Sacerdotes para el Tercer Mundo. El compromiso social de este Movimiento, fue creciendo
rápidamente, lo mismo que el número de sacerdotes y la adhesión de los laicos. Sus
pronunciamientos fueron claros. Entre ellos, asumieron su posición en relación a un tema
candente: la violencia. Advirtieron:
“. . . se evite por todos los medios equiparar o confundir la violencia injusta
de los opresores que sostienen este nefasto sistema, con la justa violencia de los
oprimidos, que se ven obligados a recurrir a ella, para lograr su liberación.”26
En el 2do. Congreso del año siguiente, 80 sacerdotes reconocieron la raigambre popular
del peronismo, rechazaron al sistema capitalista, el imperialismo económico, político y
cultural y se pronunciaron a favor de un cambio radical de estructuras, por el socialismo,
mediante la socialización de los medios de producción.
Una importante expresión de esta tendencia, fue la revista “Cristianismo y Revolución”
dirigida por Juan García Elorrio.

IV - 11 d. 5 - La Izquierda.
El principal objetivo de la dictadura de Onganía, fue eliminar “la infiltración marxista” y
defender al mundo occidental y cristiano. En 1969 el déspota consagró a la Argentina, “al
Corazón Inmaculado de María”.
El 25 / 8 / 67 dictó la Ley 17.401, que imponía severas penas a personas que “con
indudable motivación ideológica comunista”, realizaren actividades proselitistas,
perturbadoras del orden público, tengan centros de adoctrinamiento y propaganda; los
excluye de ocupar empleos en el Estado, ejercer la docencia, tener emisoras de radio y
televisión, imprentas o editoriales, prohibiendo las publicaciones “consideradas
comunistas”.
La `cruzada` contra el comunismo, había comenzado con `la noche de los bastones
largos`.Pero el activismo radicalizado estudiantil, no decreció, cobrándose una víctima
temprana con Santiago Pampillón en Córdoba. Esta ciudad, fue el centro de oposición más
radicalizado obrero-estudiantil, del país.
Desde posiciones socialistas y marxistas, se sumaron a la lucha social, estudiantes,
docentes, profesionales, intelectuales, artistas y trabajadores (Luz y Fuerza, SMATA. y el
sindicalismo clasista de SITRAC. y SITRAM., todos de Córdoba).
En 1969 el descontento social era incontenible: paros, actos, manifestaciones, refriegas
con muertos, heridos y detenidos se multiplicaron en casi todo el país. Y explotó con furia
el 29 de mayo en el Cordobazo, gigantesca manifestación de repudio a la autocracia militar
(saldo: 14 muertos, 100 heridos y muchísimos detenidos). Fue el estallido social más
importante de la época, de obreros y estudiantes, con gran apoyo de la clase media. El
onganiato quedó herido de muerte.

26
DEPARTAMENTO DE HISTORIA DEL CENTRO EDITOR DE AMERICA LATINA, Diez años de
Polémica. 1962-1972: los hechos, los hombres, Nº 13, p. 77, Buenos Aires, CEAL, 1972.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 52
Juan Antonio Vilar

El gobierno decidió nombrar interventor de la CGT Azopardo a Valentín Suárez con el


propósito de “normalizarla”, mientras asaltó violentamente la sede de la CGT de los
Argentinos y de algunos de sus sindicatos adheridos, deteniendo algunos de sus dirigentes.
Esta ofensiva arrojó como resultado, una lenta agonía de esa central sindical, que para 1970
termina por desaparecer.
Inmediatamente, se repitieron los estallidos sociales multitudinarios, que se llamaron
Rosariazos, Chipoletazos, Tucumanazos, Mendozazos y otros (menos en Buenos Aires).
Onganía declaró el `estado de sitio`, aumentó la represión, pero había perdido el control
del país: era incapaz de imponer “el orden” tan caro a los militares.

IV – 11 d. 6 - La Guerrilla.
Desde el gobierno de Frondizi, habían aparecido, de manera aislada, pequeños grupos
guerrilleros, que fueron rápidamente desarticulados. Durante el onganiato se multiplicaron y
su accionar recrudeció, mediante atentados a símbolos del poder económico, secuestros
extorsivos, eliminación de represores y de ´traidores´, detención de camiones cargados de
mercaderías y su inmediato reparto en las villas, etc.
Se organizaron células guerrilleras; las más importantes fueron las Fuerzas Armadas
Rebeldes (FAR., guevaristas), las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), Montoneros
(peronista que terminaría absorbiendo a las demás) y el Ejército Revolucionario del Pueblo
(ERP, trotzkista).
En septiembre del ´68 surgió una guerrilla rural en Taco Ralo, organizada por Envar El
Kadri. Inmediatamente llegaron a Tucumán para reprimirla, los “boinas verdes” (cuerpo de
lucha antiguerrillera de los Estados Unidos).
En junio del año siguiente, explotaron bombas sincronizadamente, en 13 supermercados
Mínimax (propiedad de los Rockefeller) quedando destruidos. En ese mes, Vandor murió
víctima de un audaz atentado hecho por desconocidos, en plena sede sindical.
El 25 / 5 / 70, el general Aramburu fue secuestrado por un grupo de jóvenes: era el primer
núcleo de Montoneros, que lo `juzgaron`, condenaron y ejecutaron.
Fue el final del autócrata (posiblemente cómplice de ese asesinato). La Junta Militar
reasumió el mando el 8 de junio; designó nuevo presidente al General Roberto M.
Levingston, quien asumió diez días después.

IV – 11 – d. 7 – Gobierno del general Roberto Marcelo Levingston (1970-71)


El nuevo presidente, ‘nacionalista’, prometió “profundizar la Revolución”. Sólo
profundizará la división entre los argentinos. Prosiguió la agitación popular y la violencia
represiva, con presos políticos y sociales torturados y crímenes nunca aclarados. Grupos
supuestamente parapoliciales secuestraron al abogado Martins y su cliente Zenteno,
quienes nunca más volvieron a aparecer.
En agosto murió en un atentado guerrillero, el sindicalista José Alonso.
El nuevo Ministro de Economía, Aldo Ferrer, se propuso “argentinizar la economía”
lanzando el “compre argentino”, que tuvo escaso efecto; pero la nota saliente de su gestión,
fue el `vaciamiento` de empresas.
En noviembre del `70 renació la actividad política (los partidos políticos habían sido
disueltos en 1966). El delegado de Perón, Jorge Paladino reunió a dirigentes de los partidos
Radical del Pueblo, Justicialista, Socialista Argentino, Conservador Popular, Demócrata
Progresista y de la UCR. Bloquista, quienes anunciaron una coincidencia para formar “La
Hora del Pueblo” y reclamar elecciones generales.
Acosado desde distintos frentes y defendido sólo por Oscar Alende y su partido, la UCR
Intransigente, el general Levingston no podía sostenerse por mucho tiempo.
El 17 / 3 / 71 un nuevo `paro activo’ en Córdoba se convirtió en el “Viborazo”, en desafío
por las amenazas del gobernador fascista Uriburu. Ese día, el gobierno incorporaba al
Contribución al Conocimiento de la Realidad 53
Juan Antonio Vilar

Código Penal, la pena de muerte. El `clasismo’ gremial (SITRAC – SITRAM) estuvo a la


cabeza de la movilización.
5 Días después, el Jefe del Ejército –y el más influyente- el General Alejandro A. Lanusse,
destituyó a Levingston y asumió el mando.

IV – 11 d. 8 – Gobierno del general Alejandro Agustín Lanusse (1971-73).


Las FF.AA. habían fracasado en su propósito de “encarrilar” a la sociedad argentina.
Decidieron iniciar una apertura política, a través del “Gran Acuerdo Nacional”, para
encontrar un camino digno de retorno de los militares, a los cuarteles. Pretendían lograr un
acuerdo con todos los partidos políticos, para consensuar un Gobierno de transición, que
condujera a la restauración democrática, sin proscripciones.
El Acuerdo no podía realizarse sin Perón. Este, exiliado en Madrid, recuperaba así el
centro del escenario político. Las FF.AA. quisieron demostrarle su buena disposición y su
“juego limpio”, devolviéndole el cadáver de Evita, su grado de general y los sueldos caídos.
En realidad, ese gobierno de transición, tendría un Congreso elegido democráticamente,
con un Presidente militar (¿Lanusse?).
Perón aprovechó la debilidad política de las FF.AA., pero sin entrar en el juego del
Acuerdo. Siguió alentando a todos los sectores del peronismo contra la dictadura militar,
principalmente a la guerrilla peronista (a las que consideraba “formaciones especiales”
dentro del Movimiento peronista), contradiciendo a las FF.AA. que exigían la condena de
`la violencia’.
La guerrilla multiplicó su accionar: fueron resonantes el secuestro del empresario de la
FIAT, Oberdan Salustro y la ejecución del Jefe del II Cuerpo de Ejército, general Juan
Carlos Sánchez en Rosario.
El 22 de agosto de 1972 las FF.AA. respondieron con el primer acto de “terrorismo de
Estado”, con el asesinato de 16 guerrilleros presos en Trelew (3 sobrevivieron).
La agitación social se volvió incontrolable y dramática la situación económica (inflación,
déficit fiscal, debilidad del sector externo, firma de un acuerdo con el FMI en “términos
duros”). Los militares advirtieron al sistema amenazado. Resultaba imprescindible
salvaguardarlo. Convencidos de la naturaleza “reformista” del peronismo, decidieron
`integrarlo’, legalizándolo y así, quitarle fundamento a `la subversión`. Las FF.AA. que
mantuvieron proscrito a Perón, se encontraban ahora, frente a un enemigo mucho peor: la
“subversión marxista”. Era necesario confiar en él, como única posibilidad para sacar al
país, del atolladero infernal a que lo habían conducido.
En noviembre de 1972, Perón regresó a la Argentina por algunos días. Mantuvo
numerosas entrevistas con dirigentes políticos y gremiales, mientras frente a su residencia,
multitud de partidarios esperaban el saludo del Líder. Sorpresivamente, se entrevistó con su
viejo enemigo, el dirigente radical Ricardo Balbín, con quien coincidió en trabajar por la
pacificación nacional, dentro de los marcos institucionales democráticos.
Las FF.AA. reformaron la Constitución (para establecer el sistema de 2da. vuelta si el
candidato más votado no alcanzaba la mitad más uno de los votos, el tercer senador por
distrito, etc.) y llamaron a elecciones generales sin proscripciones para el 11 / marzo / 1973.
Una argucia legal, impidió que Perón pudiera presentarse como candidato.
Los sectores juveniles de la JP –Juventud Peronista- dieron un marco radicalizado a la
campaña del FREJULI –Frente Justicialista de Liberación-. Proclamaban con entusiasmo
las consignas “liberación o dependencia”, “Cámpora al gobierno, Perón al Poder”, de
“romper las estructuras”, condenando a la `burocracia sindical`. Su fórmula integrada por
Héctor J. Cámpora y Vicente Solano Lima, triunfó en elecciones limpias, con algo menos
del 50 % de los votos. Además, el FREJULI ganó en 20 provincias sobre un total de 22.
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Juan Antonio Vilar

IV – 11 - d. 9 - 2da. etapa Peronista (1973-76). Presidencia de Héctor J. Cámpora (1973).


El día 25 de mayo, las autoridades electas, asumieron sus funciones en todo el país. Fue un
día de fiesta que culminó a la noche, cuando miles de manifestantes rodearon la cárcel de
Villa Devoto, exigiendo la liberación de todos los presos políticos. Siendo las 23 fueron
liberados y al día siguiente el Congreso votó unánimemente, la Ley de Amnistía.
Un gran estupor y completo disgusto, conmocionó a las FF.AA.
Los sindicalistas “ortodoxos” y la dirigencia política peronistas –de derecha-, vieron con
recelo la asunción de Cámpora a la presidencia. Este, era un incondicional a Perón y su
mayor ´virtud`, era su lealtad. Nada hacía sin consultarlo. Formó un gabinete equilibrado
entre los distintos sectores peronistas: el Ministro del Interior era Esteban Righi (de la JP),
el de Economía, José Ber Gelbard (de la CGE), de Trabajo, Ricardo Otero (sindicalista
ortodoxo), de Defensa, Angel Robledo (de derecha) y de Bienestar Social, José López Rega
(secretario y hombre de confianza de Perón, de ultraderecha).
Ya antes de las elecciones, Perón buscó consensuar con partidos políticos y organizaciones
gremiales, acuerdos básicos para un futuro gobierno legítimo. Así se firmó las
“Coincidencias Programáticas de Organizaciones Sociales y Partidos Políticos”.
El 30 / 5 / 73 se firmó el “Acta del Compromiso Nacional para la Reconstrucción y
Liberación Nacional y la Justicia Social”, conocido como Pacto Social, entre José Rucci (de
la CGT. como representante de los trabajadores), Julio Broner (de la CGE como
representante de los empresarios) y José B. Gelbard en representación del Gobierno.
Consistía en un compromiso de estabilizar salarios y precios por dos años, que serviría de
base del Proyecto Gelbard. El aumento de los salarios del 20 % estaba muy por debajo de
las expectativas de los trabajadores. El gobierno enviaría al Congreso un paquete de
proyectos de leyes muy importantes y diversas, como fundamento de su programa de
reformas estructurales como la nacionalización de los depósitos bancarios, la
nacionalización de las exportaciones de granos y carnes, la expropiación de algunos bancos
privados, un impuesto al capital y la riqueza, el impuesto al valor agregado (IVA).
Fueron sancionados estos proyectos, pero chocaron con dificultades en su aplicación. Las
más importantes como la Ley Agraria, nunca fue aprobada o la que disponía un impuesto a
la “renta normal potencial de la tierra”, no fue aplicada, lo mismo que la que creaba el
Sistema Nacional Integrado de Salud (por oposición de los gremios que manejan las obras
sociales).
Sobre bases tan endebles por su escaso apoyo, se anunció el “Plan Trienal”.
El objetivo central de este 2do. gobierno peronista, respondía a su tradición de restablecer
un nacionalismo económico con firme dirección del Estado, ampliar el mercado interno
impulsar a las empresas pequeñas y medianas, así como las industrias del Interior, y
sobretodo, mejorar la participación de los asalariados en el PBI.
Un funcionario peronista, ultraliberal, consideró este programa, de la siguiente manera:
“De ningún modo se podría describir su programa como izquierdista, pues
era tibiamente nacionalista y distribucionista. No se trataba de un programa
socialista . . . pero era notoriamente intervencionista, porque se basaba en la
acción estatal y demostraba en general, una fuerte desconfianza respecto de los
mecanismos del mercado.”27
Las metas eran muy ambiciosas, pero si, en buena medida, se quería repetir la experiencia
de 1945, se chocaba con condiciones internas y externas muy distintas y desfavorables.
La derecha peronista y la burocracia sindical –además del poder concentrado, nacional y
transnacional-, nunca apoyaron sinceramente al proyecto Gelbard, y apenas llegaron al
poder político con Isabel y López Rega, lo dejaron de lado.

27
DI TELLA, GUIDO, Perón – Perón. 1973-1976, p. 103, Buenos Aires, Hyspamérica, 1986.
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Juan Antonio Vilar

El antagonismo entre la ‘Tendencia revolucionaria’ del peronismo (la JP, la Juventud


Trabajadora Peronista –JTP- la Juventud Universitaria Peronista –JUP-, Montoneros, FAR-)
y la derecha del movimiento: casi toda la dirigencia política la burocracia sindical y sus
agrupaciones armadas (el Comando de Organización –C de O-, la Concentración Nacional
Universitaria –CNU-), estalló violentamente el día 20 de Junio, cuando Perón regresó
definitivamente al país.
El Comité de recepción, organizado por el Ministerio de Bienestar Social, dirigido por el
fascista Tte. Coronel Jorge Osinde e integrado por matones de la Juventud Sindical
Peronista, la UOM, UOCRA, SOEM, el C. de O. y el CNU., desencadenó una masacre
terrible contra la izquierda peronista, en medio de una gigantesca multitud que huyó
espantada del acto, que debía haber sido una fiesta.
El gobierno de Cámpora, ‘la primavera camporista’ duró apenas 49 días. El 12 de julio,
una maniobra política de la derecha –avalada por Perón- obligó a renunciar al presidente y
al vice, asumiendo el P.E. el diputado José Lastiri, por el extraordinario mérito de ser yerno
de López Rega. Se puso en marcha un nuevo proceso electoral, para legitimar el regreso de
Perón –vía electoral- al gobierno.
El nuevo gobierno dio un violento giro a la derecha, iniciando una rápida limpieza de
izquierdistas indeseables, vinculados a la JP. Se desató una fuerte campaña contra los
gobernadores de Córdoba, Buenos Aires, Salta, Mendoza, Santa Cruz y la violencia contra
el gremialismo combativo.
El ERP no había dado tregua y reiteraba sus actos de violencia.
La fórmula J.D.Perón- María Estela Martínez de Perón triunfó en las elecciones
presidenciales de septiembre, con casi el 62 % de los votos.
3 días después, fue muerto por desconocidos (¿montoneros?) José Rucci, secretario de la
CGT y máxima expresión de la burocracia sindical (jamás ganó una elección en su gremio,
con más del 7 % de los votos de sus afiliados).
Poco después, el gobierno lanza una ofensiva contra la Universidad de Buenos Aires,
desplazando a su Rector, Rodolfo Puiggrós.

IV – 11 - d. 9 a) – 3ra. Presidencia de Juan Domingo Perón (1973 – 74).


El 12 / 10 / 73 el general Perón asumió por 3ra. vez, el gobierno: “Esta vez, Perón se
presentó como un resuelto defensor del `sistema`”.28
Su retorno la presidencia, se dio en condiciones muy complejas y contradictorias. Por un
lado, los conflictos sociales y laborales y la violencia desatada entre la “derecha” y la
“izquierda” (peronista y socialista). Por otra parte, se dio una fugaz coyuntura favorable,
por excelentes cosechas y el récord de exportaciones, que arrojaron un superávit comercial
de U$S. 704 millones. El PBI creció en 1973 un 6,1 % y la inflación cayó a un 4 %.
Pero ese año es, no sólo el de la gran “Crisis del Petróleo” (el precio del crudo subió
espectacularmente), sino el fin de un largo ciclo económico favorable y del modelo de
producción y acumulación fordista-keynesiano, que conmocionó al mundo.
Entonces, las empresas industriales del 1er. Mundo, trasladaron el aumento a los bienes de
capital e insumos que producían y exportaban.
Este notable incremento de precios de los productos que importaba la Argentina, hizo
tambalear el Pacto Social. Los precios internos, subieron y comienzó el desabastecimiento y
el mercado negro. A duras penas Perón intentó mantener el equilibrio en la puja distributiva
entre obreros y empresarios, subsidiando (por un corto lapso) las importaciones, a costa de
la disminución de las reservas. En marzo se incrementaron los salarios en un 13 %, las
tarifas de los servicios públicos y también los precios en un monto que autorizaría el
Ministerio de Economía. Pero la puja va en aumento, tanto que Perón, el 12 de junio,

28
Ibídem, p. 111.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 56
Juan Antonio Vilar

recrimina “a esos irresponsables, sean empresarios o sindicalistas” por no cumplir con los
acuerdos.
El 21 / 11 / 73 se produce el 1er. atentado reconocido por la Triple AAA, contra el senador
radical y defensor de presos políticos, Hipólito Solari Yrigoyen. Comenzó el accionar de la
Alianza Anticomunista Argentina, un grupo `parapolicial` de la ultraderecha que gozó de
total impunidad, puesto que sus crímenes nunca fueron investigados ni condenados. Fue el
brazo armado del Ministro de Bienestar Social, López Rega dirigido por los Comisarios
Alberto Villar y Rodolfo Almirón, que cometió miles de crímenes horrendos de opositores
políticos en dos años. La Triple A persiguió y asesinó a personalidades de la política, la
cultura, del trabajo, de la iglesia, militantes sociales, etc.; entre ellos, el diputado Rodolfo
Ortega Peña, el padre Carlos Mugica, el ideólogo marxista Silvio Frondizi, el abogado
defensor de presos políticos Alfredo Curuchet, el gremialista y ex gobernador de Córdoba,
Atilio López, el sobreviviente de la masacre de José León Suárez, Julio Troxler y muchos
más.
La ofensiva contra los gobernadores vinculados con `la tendencia` se acrecentó. Una
insólita acusación de Perón contra el gobernador Oscar Bidegain de Buenos Aires, ocasionó
su renuncia.
El 27 / 2 / 74 se produce el “Navarrazo”. El jefe de policía de Córdoba se insubordinó
contra el gobernador Obregón Cano y el vice, Atilio López y los puso presos. El P.E.
Nacional, avaló este grave atentado institucional, enviando la Intervención a la provincia.
En el acto del 1ro. de Mayo, Perón trató de “estúpidos” e “imberbes” a los jóvenes de la
JP (un año antes, eran “la juventud maravillosa”) elogiando a la burocracia sindical.
En estas circunstancias dramáticas, murió Perón el 1 / 7 / 74.

IV – 11 - d. 9 b) – Gobierno de María Estela Martínez de Perón (1974 – 76).


Le sucedió su viuda María E. Martínez –Isabel Perón-, mujer políticamente inepta,
totalmente sometida al ‘brujo’ López Rega.
Según consigna Di Tella –sin mencionar la fuente, aunque los hechos lo corroboran-,
López Rega propuso a los jefes militares el programa del nuevo gobierno, que tenía 5
objetivos básicos, que eran los siguientes:
1) Compromiso de terminar con la “subversión” mediante diversos grupos
`paramilitares`, encargados del `trabajo sucio’.
2) Eliminación de la infiltración izquierdista en la educación y en las universidades
(“Misión Ivanisevich” y Rectorado del nazi Alberto Ottalagano en la Universidad de
Buenos Aires).
3) Vuelta a la economía liberal; economía de mercado, fomento de la actividad
privada, impulso a las inversiones extranjeras y distribución regresiva del ingreso.
4) Sometimiento de toda la dirigencia sindical.
5) Pedido a las FF.AA. de “apoyo táctico” al programa.29
En agosto, el gobierno lanzó una ofensiva contra los gremios combativos. Dispuso la
quita de personería jurídica, intervino violentamente sus sindicatos, puso presos a sus
dirigentes (Ongaro) o libra orden de captura a otros (Tosco, René Salamanca de SMATA de
Córdoba).
Esta ofensiva continuó ferozmente en Villa Constitución, donde había triunfado en
elecciones limpias de la UOM, una lista antiburocrática encabezada por Alberto Piccinini.
La violencia de doble signo –Montoneros y ERP por un lado y de la Triple A por otro-
alcanza límites aterradores. Apareció un pequeño foco guerrillero en Tucumán. El 5 / 2 / 75
Isabel firmó un Decreto secreto que disponía el “Operativo Independencia” “a efectos de
neutralizar y/o aniquilar el accionar de los elementos subversivos que actúan en la Provincia

29
Ibídem, pp. 125 – 127.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 57
Juan Antonio Vilar

de Tucumán”. El operativo se cumplió con la extraña particularidad de que todos los


guerrilleros fueron muertos. Mientras la ciudad, sufrió una persecución despiadada.
El proyecto Gelbard fue dejado de lado y la situación económica se agravó. A mediados
del ’75 debían reunirse las `paritarias’. El 2 de junio fue designado Ministro de Economía,
el ingeniero Celestino Rodrigo. En seguida, anunció sus primeras medidas: devaluación de
la tasa de cambio en un 100 %, aumento de los combustibles del 175 %, de la electricidad,
del 75 % y grandes aumentos en otros servicios públicos. Aplicando una política de
“shock”, Rodrigo intentaba con un drástico ajuste, contener la inflación, estimular la
inversión, aumentar la rentabilidad, a costa de la caída del salario real. Comenzaba el
“Rodrigazo”.
Simultáneamente, iban finalizando los nuevos acuerdos salariales de las ´paritarias’, con
incrementos que iban desde el 60 / 80 % hasta el 200 %. Isabel se negaba a avalarlos; luego
los anuló y anunció aumentos del 50 % y dos reajustes del 15 %. Hubo una semana de gran
tensión entre la clase trabajadora, encabezada –esta vez- por el secretario de la CGT,
Casildo Herreras y el secretario de las 62 Organizaciones y de la UOM, Lorenzo Miguel.
Hubo paro por 48 horas y movilización en la plaza de mayo, exigiendo la destitución de
Rodrigo y López Rega. Finalmente, éstos presentaron sus renuncias y los contratos fueron
aprobados. Pero la escalada de precios, continuó a un ritmo tan vertiginoso, que en los 12
meses posteriores a mayo de 1975, la inflación fue del 954 %. Fue la primer hiperinflación
de la Argentina.
Como saldo, quedó una distorsión de precios y salarios, que dio lugar a continuos ajustes,
indexaciones, especulación y una indefinida puja social.
El descalabro era monumental. En agosto, sectores empresariales opositores, forman la
APEGE (Asamblea Permanente de Entidades Gremiales Empresarias), constituida por la
Sociedad Rural, las Confederaciones Rurales Argentinas, la Cámara Argentina de
Comercio, la Cámara de la Construcción, sumándose otras empresas.
La incapacidad de Isabel era tal, que en septiembre la obligan a pedir una licencia. Se hizo
cargo del P.E. el senador Italo Argentino Luder. El 6 / 10 / 75 dictó el Decreto 2772 que
establecía:
“Las FF.AA. bajo el comando superior del Presidente de la Nación, que será
ejercido a través del Consejo de Defensa, procederán a ejecutar las operaciones
militares y de seguridad que sean necesarias a los efectos de aniquilar el accionar de
los elementos subversivos en todo el territorio del país.”
Esta norma represiva, fue firmada por Luder y sus ministros Antonio Cafiero y Carlos
Ruckauf, entre otros.
En octubre Isabel retomó sus funciones. El caos es generalizado. La crisis política, social y
económica, era descomunal y puede sintetizarse así:
-desabastecimiento, mercado negro, contrabando, inflación desenfrenada, especulación,
caída de la rentabilidad empresaria, caída del salario real, ausentismo laboral.
- disminución de la producción industrial y agropecuaria.
- PBI negativo, déficit fiscal.
- debilidad del sector externo, gran endeudamiento externo.
- saldos negativos de la balanza comercial y de pagos, deterioro de los términos del
intercambio.
- disminución de reservas, drenaje de divisas.
- Agitación social, atentados de grupos guerrilleros, terrorismo de la Triple A.
Las prometidas fantasías peronistas de una “Argentina Potencia” se habían desvanecido
frente a la dramática realidad de un país dependiente, sometido al poder de las empresas
transnacionales, que manejan el mundo en su beneficio, a costa de la superexplotación de
los pueblos del 3er. Mundo. Y el peronismo nada había hecho para romper esa estructura.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 58
Juan Antonio Vilar

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BIBLIOGRAFIA

DI TELLA, GUIDO, Perón-Perón. 1973-1976, Buenos Aires, Hyspamérica, 1986.


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JAMES, DANIEL (Director), Violencia, proscripción y autoritarismo (1955-1976), en
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KIMEL, EDUARDO y RUIZ, MARIA DEL CARMEN, 20 Años de Historia Política
Argentina, Buenos Aires, Raúl A. Rossini Editor, 1988.
O’DONNELL, GUILLERMO, 1966-1973. El Estado burocrático autoritario, Buenos Aires,
Editorial de Belgrano, 1982.
JOZAMI, EDUARDO, PAZ, PEDRO, VILLARREAL, JUAN, Crisis de la dictadura
argentina, 1ra. parte, Buenos Aires, Siglo veintiuno editores, 1985.
RAPOPORT, MARIO y colaboradores, Historia económica, política y social de la
Argentina (1880-2000), Buenos Aires, Ediciones Macchi, 2000.
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TORRE, JUAN CARLOS, Los sindicatos en el gobierno. 1973-1976, Buenos Aires, Centro
Editor de América Latina, 1983.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 59
Juan Antonio Vilar

V - MODELO NEOLIBERAL (1976 - . . . )

V – 1 - Situación Internacional.
La crisis energética de 1973 cerró un largo ciclo de expansión y auge de los países
capitalistas más adelantados. El Estado de Bienestar –o Estado Social-, entró en crisis.
El exitoso modelo de producción fordista-keynesiano, quedó desplazado por la
‘Revolución Tecnológica’, un nuevo y extraordinario desarrollo científico y técnico. La
electrónica, la informática, Internet, la robótica, la microfísica, la ingeniería genética, los
nuevos materiales, la comunicación satelital, -¡las armas ‘inteligentes’!- etc., originaron
nuevas formas de organización de la producción, mucho más eficiente, que ha cambiado
sensiblemente la vida y las relaciones entre los pueblos.
El hecho histórico más trascendente, fue la “implosión” del Socialismo ‘real’, producido
entre los años 1989 y 1991.
El capitalismo logró imponerse como sistema único y universal. Las economías ‘cerradas’
y planificadas del socialismo, desaparecieron barridas por la superioridad capitalista.
El MERCADO ocuparía, en forma excluyente, el centro del escenario. La defensa de la
libre empresa, la liberalización comercial y financiera y el derecho absoluto a la propiedad
privada, con la eliminación del ‘estatismo’, serían los mecanismos más idóneos para lograr
el progreso material, científico y técnico, que multiplicaría la riqueza, para beneficiar a toda
la humanidad.
En realidad, este prodigioso aumento de bienes y servicios obtenido, sólo ha beneficiado a
unos pocos países y ha enriquecido fabulosamente a unas cuantas empresas y personas.
Pero los beneficios no han llegado a la inmensa mayoría de los pueblos ni de sus habitantes.
Sin ningún adversario, el capitalismo se ha vuelto “salvaje” y de superconcentración del
capital. Las corporaciones transnacionales gigantes, que han logrado una acumulación
colosal, dominan el mundo. La brecha entre los pueblos y las personas, se agiganta. Este
capital concentrado (industrial y financiero), constituye el verdadero Poder Mundial y los
Estados, son sus instrumentos político-militares.
El Poder impone su discurso hegemónico, excluyente, sin alternativas, su “pensamiento
único”, superior, de la preeminencia de las libertades individuales, del “homo
oeconómicus” constructor de su futuro y la libertad de mercado, como valor absoluto.
Las grandes potencias, han constituido el Grupo de los 7 (EE.UU, Alemania, Japón,
Francia, Italia, Reino Unido y Canadá) y sus Jefes de Estado se reúnen para determinar las
principales cuestiones mundiales, mientras que en Davos, sus Ministros de Finanzas y
Encargados del Tesoro, analizan la marcha de la economía y resuelven sus estrategias.
Con la caída del ‘comunismo’, los EE.UU. han encontrado un nuevo enemigo mortal: el
terrorismo y el narcotráfico. Ha desencadenado una ‘guerra preventiva’ mediante un
terrorismo sin igual en la historia. Su lucha, es la del Bien (los norteamericanos) contra el
Mal (quienes no le obedecen y no se le someten). Encontraron que hay un Eje del Mal (Irak,
Irán y Corea del Norte) y le siguen en la lista negra: Cuba, Venezuela, Siria, Bolivia. . .
El objetivo de esta guerra, es imponer definitivamente la hegemonía mundial de los EE.UU
y apoderarse de los recursos naturales estratégicos: el petróleo, el agua, la tierra, la
biodiversidad . . .

V – 2 - América Latina vuelve a rebelarse.


El poder imperialista de sus bancos, empresas y especuladores, es inconmensurable. Sin
embargo, no pueden impedir la resistencia de los pueblos oprimidos. Tercamente resurge la
oposición en Latinoamérica y el Caribe. Pese a las derrotas, una y otra vez buscan su
liberación.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 60
Juan Antonio Vilar

En los últimos años, Venezuela se ha puesto al frente de un intento de integración,


heredera del proyecto de unión frustrado de Simón Bolívar y ha encontrado fuerte apoyo en
Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, pero muy tibios en Argentina y Brasil.
Se logró enterrar el ALCA (Area de libre Comercio de las Américas) proyectado por los
EE.UU., pero ni el Mercosur, ni el ALBA, ni los proyectos del Banco del Sur, o Petrosur,
logran fortalecerse y avanzar.

V – 3 - La situación interna.
Al prolongado “empate social” le pone fin el Proceso Militar. Después de 18 años de
proscripciones, de permanente inestabilidad política, de alternancia de gobiernos civiles y
militares en que ningún proyecto político-económico logra imponerse, las FF.AA. quiebran
ese empate e inclinan la balanza a favor del capital concentrado, apelando al “Terrorismo de
Estado” y que los gobiernos democráticos que le sucedieron, se encargaron de consolidar.
El Proceso Militar creó las condiciones necesarias, para que el peronismo Menemista
realizara los “cambios estructurales” de la Argentina Neoliberal.
El Proceso eliminó los obstáculos que se oponían a su objetivo: el populismo, el estatismo,
el industrialismo desarrollista, aterrorizando a la población y disciplinándola.
El fracaso del gobierno democrático que le sucedió, en su débil intento de revertir el
rumbo, desembocó en un descalabro mayúsculo –un ‘golpe de mercado’- que tuvo un efecto
más demoledor aún, de disciplinamiento social. La crisis del Estado era ‘terminal’. Su
reforma resultaba inevitable. Como en todo el mundo, a la Argentina le había llegado la
hora del ‘Mercado’.
Casi toda la sociedad y especialmente el peronismo, que durante medio siglo habían
defendido firmemente el ‘dirigismo’ estatal y las empresas públicas, ahora aceptaban la
economía libre de mercado y las privatizaciones, como la gran solución.
El peronismo, completaba su ciclo. Perón fundó el Estado de Bienestar, Menem lo
destruyó; Perón hizo sancionar los principales derechos del trabajo, Menem los anuló con la
flexibilización laboral; Perón saldó la deuda externa, Menem la aumentó a límites
insoportables.
La primera etapa de la experiencia neoliberal, culminó con un fracaso estrepitoso y los
estallidos sociales del 2001. La recuperación posterior –que estamos viviendo y obedece a
factores externos- no han cambiado la esencia del sistema.

V – 4 - El factor dinámico.
La fuerza dinámica del modelo neoliberal, lo da la valorización financiera lograda
mediante las privatizaciones de empresas públicas y la especulación.
Casi todo el patrimonio social argentino, pasó a manos de empresas privadas, generándole
grandes ganancias.
Simultáneamente, los principales negocios se han hecho –y se hacen- especulando de
diversas maneras: durante el Proceso Militar, con los ‘plazos fijos’, las mesas de dinero y la
‘estatización’ de la deuda privada; con Alfonsín, con la ‘Promoción industrial’ y los bonos
del Estado; con Menem-Cavallo, con los negociados de las privatizaciones y el colosal
endeudamiento; con De la Rúa-Cavallo, con el ‘megacanje’; con Duhalde, con la nueva
licuación de pasivos y, a la salida de la convertibilidad, una nueva transferencia de ingresos
a favor del capital; y con Kirchner, con la renegociación de la deuda y la emisión de
nuevos bonos.
En los últimos años, la locomotora de la economía mundial es la China, que viene
creciendo de una manera impresionante (también la India). China demanda gigantescas
cantidades de materia prima (y exporta bienes industrializados). Argentina ha entrado en
una nueva etapa agroexportadora donde reina la soja (también otros granos y aceites). La
rentabilidad de las semilleros que venden todo el ‘paquete’ de producción (Monsanto), de
Contribución al Conocimiento de la Realidad 61
Juan Antonio Vilar

los propietarios y de las empresas agropecuarias (los pools de siembra) y los exportadores,
es enorme y el Estado obtiene importantes recursos con las retenciones a las exportaciones.

V – 5 - Etapas del Modelo Neoliberal.


Las reformas estructurales realizadas por el Menemato, dio lugar a 2 etapas distintas:
1- Desde el Proceso (con el antecedente del Rodrigazo), hasta la crisis de diciembre de
2001. El Proceso terminó con el ‘empate’ y creó las condiciones para llevar a cabo
las transformaciones liberales (terrorismo + política económica de Martínez de
Hoz). Menem las concretó con la desregulación, la liberalización comercial y
financiera, la desindustrialización, la contratación de una monumental deuda
externa” y la transferencia de casi todo el patrimonio social, a la empresa privada.
La consecuencia fue empobrecimiento de la sociedad argentina, como nunca había
existido.
2- Desde la declaración del “default” y la salida de la Convertibilidad, hay una mayor
presencia del Estado en la conducción económica, con un tipo de cambio alto, que
ha producido una importante recuperación, en base de la gran demanda China y los
altos precios de los “commodities”. El dólar ‘alto’, ha reactivado la actividad
industrial, muy especialmente de la industria automotriz, que modernizada, tiene
una producción exportable, importante para el país. Pero la esencia del
neoliberalismo continúa: predominio del capital concentrado, de los negocios
privados por sobre los intereses generales (la explotación contaminante de la
minería a cielo abierto, el envenenamiento de las aguas y la depredación de ríos y
mares, la deforestación, etc), la especulación financiera, la renegociación con las
empresas privatizadas, la vigencia de los TBI, la desnacionalización productiva, el
reconocimiento y pago de la deuda externa ilegítima, el nuevo endeudamiento, fuga
de capitales, desempleo, trabajo informal, individualismo, etc.
Muchos intelectuales y políticos y científicos sociales, interpretan que el
neoliberalismo en Argentina, sucumbió en el 2001 y que hemos entrado en una etapa
“neodesarrollista”.

V – 6 - Acumulación y destino de las ganancias.


Este modelo ha generado gigantescas ganancias, que se ha remitido y fugado al exterior.
El desarrollo interno ha sido escaso, parcial y dependiente.
Durante la Convertibilidad, la rentabilidad de las empresas privatizadas, fue enorme.
Capitalistas argentinos volvieron a endeudarse en el exterior para especular con la
diferencia entre las tasas internacionales e internas, obteniendo una gran rentabilidad, que
fugaron al exterior.
A mediados de la década de los 90, podía sospecharse el inevitable fin de la
Convertibilidad. Antes que esto sucediera, los capitalistas argentinos que habían participado
en las privatizaciones, vendieron sus activos accionarios, obteniendo grandes ganancias.
Valorizaron sus bienes en dólares y los pusieron a buen recaudo en el exterior. Se estima
que los capitales argentinos puestos en el exterior, superan los 120.000 millones de dólares.
Como saldo tenemos, la descapitalización del país y el empobrecimiento de los argentinos.
En los últimos años, los grandes capitalistas argentinos (¡nuestra gloriosa ‘burguesía
nacional’!) está vendiendo sus empresas a inversores extranjeros, especialmente brasileños,
como Quilmes, la petrolera de Pérez Companc, Loma Negra, Acindar, etc.
Buena parte de las divisas obtenidas por el Estado, son utilizadas para atender los servicios
de la deuda externa, rescatar bonos y pagar subsidios.
En los últimos años, ha aumentado la realización de obra pública.
Se ha acumulado una cantidad considerable de reservas, con el propósito de fortalecer un
fondo anticíclico.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 62
Juan Antonio Vilar

V – 7 - La Sociedad.
A las nuevas generaciones, que sólo han conocido este mundo neoliberal globalizado, han
naturalizado sus características individualistas y de una espantosa inseguridad, les resulta
extraña la Argentina vivida por sus padres y abuelos (cuando se tenía abierta la puerta de
calle). Las seguridades y certezas que brindaba el Estado Benefactor -con sus
limitaciones y deficiencias-, han quedado en el recuerdo de los mayores.
Los tradicionales lazos de solidaridad de aquella sociedad, han sido reemplazados por un
individualismo pragmático. Hoy es importante alcanzar el éxito, la fama y el dinero,
logrado por cualquier medio. Que ese éxito sea visible; ser rico y famoso y mostrarse por
los medios de comunicación. Toda una cultura menemista de ignorancia y farandulismo.
Los otros –la gran mayoría- son unos fracasados. Hasta sobran.
Este capitalismo globalizado, es una fábrica de pobres. Y los sumergidos, tratan de
salvarse y sobrevivir. Si no lo logran a través de la política, el deporte, del arte o de un
golpe de suerte, para muchos, el camino que les queda, es el delito, la prostitución o las
drogas.
La Argentina, durante más de un siglo, fue un país algo homogéneo, con un perfil
relativamente igualitario, que tuvo el más alto nivel de vida de América Latina, con una
sociedad en ascenso, una industria y servicios aceptables, tasas bajas de desocupación, de
analfabetismo o de mortalidad infantil, un sistema educativo eficiente, así como
profesionales, técnicos e investigadores de relieve, un sistema de seguridad social
funcionando; todo eso se derrumbó en la fatídica década del 90, con una sociedad
desintegrada y empobrecida.
Se pueden señalar pruebas en contrario, por ejemplo, las fábricas recuperadas por sus
trabajadores, los primeros piquetes, o algunas organizaciones sociales y barriales, pero no
dejan de ser excepciones.
Las tasas de desocupación y pobreza, alcanzaron niveles desconocidos. A la pobreza
crónica, se le sumaron los nuevos pobres, provenientes de una clase media que se hundía y
una clase obrera que perdía su trabajo. Y mientras esto sucedía durante la “fiesta
menemista” algunos cuantos se enriquecían fabulosamente.

V – 8 - Agotamiento y fin (¿?)


Todo modelo social de acumulación, puede ser analizado en forma completa, cuando ha
cumplido todo su ciclo. Aún eso no ha sucedido.
Sin embargo, podemos señalar que, con notorias diferencias al modelo agroexportador,
este modelo es muy dependiente de factores externos y puede tratarse de una nueva burbuja.
Argentina depende del precio de los commodities, de la demanda de granos china, de la
estrategia del capital especulativo (o de la crisis que se avecina en los EE.UU), de la eterna
deuda externa, etc.

V – 9 – Síntesis histórica.

V – 9 a. - El Proceso de Reorganización Nacional. (1976-1983).


El 24 de marzo de 1976 una Junta Militar de las FF.AA., integrada por sus comandantes,
General Jorge Rafael Videla, Almirante Emilio Eduardo Massera y Brigadier Orlando
Ramón Agosti, derrocó al gobierno constitucional. Por 6ta. vez en menos de 50 años,
asaltaban el poder contando con cierta complacencia o, al menos, con la resignación de gran
parte de la sociedad, que ya no soportaba más el desgobierno isabelino.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 63
Juan Antonio Vilar

Los jefes golpistas emitieron varios documentos, donde señalaban las causas de su
levantamiento, sus objetivos básicos y las primeras medidas.
Entre sus principales objetivos, enumeraban: “2) Vigencia de los valores de la moral
cristiana, de la tradición nacional y de la dignidad del ser argentino. 3) Vigencia de la
seguridad nacional, erradicando la subversión y las causas que favorecen su existencia.”
En un Acta, disponían la caducidad de todas las autoridades ejecutivas y legislativas
nacionales, provinciales y municipales, de la Suprema Corte de Justicia, del Procurador y de
los Tribunales Superiores Provinciales.
Además, suspendieron toda actividad política y gremial.30
La Junta Militar dividió el poder en 3 partes iguales: el 33 % para cada una de las Fuerzas
y nombró Presidente por 5 años, al general Videla.

V – 9 b. – Gobierno del general Jorge R. Videla (1976 - 198l). El Terrorismo de Estado.


Inspirada en la Doctrina de la Seguridad Nacional,31 la dictadura militar violó
masivamente la Constitución y las Leyes, desconoció los derechos individuales y sociales,
prohibió la actividad política, anuló el derecho de huelga, amordazó a la prensa, censuró la
educación (cientos de estudiantes, profesores y investigadores expulsados) y la cultura
(fueron quemados más de un millón de libros del Centro Editor de América Latina, de Boris
Spivacow) y persiguió ferozmente, a los críticos del sistema, ya fueran militantes políticos,
sociales, estudiantiles, gremiales, como a profesionales, artistas, intelectuales, activistas de
fábricas o del campo, miembros de la Iglesia y civiles ‘sospechosos’.
Inmediatamente se puso en marcha la “lucha contra la subversión”, cuidadosamente
planificada. El territorio nacional fue dividido en Zonas, Subzonas y Areas, al mando de su
máxima autoridad militar (Ejército, Marina, Aeronáutica: las otras fuerzas le estaban
subordinadas), encargadas de la represión. Para las operaciones de la ‘guerra sucia’, existían
los Grupos de Tareas. ( miembros de la Triple A., fueron absorbidos por los grupos de
tareas).
Decenas de miles de personas, fueron detenidas ilegalmente (ante el total desconocimiento
de la Justicia) y alojados en Centros clandestinos de detención (se han denunciado alrededor
de 500). Es que al lado del Estado visible que gobernaba, existía un verdadero Estado
clandestino.
Los detenidos eran sistemáticamente torturados, violados y muchos, asesinados y
“desaparecidos” (arrojados al mar o quemados, o enterrados como “N.N.”).
Los bienes de las víctimas, eran “botín de guerra” de los asesinos, entre ellos, bebés nacidos
en cautiverio. Se estima que unos 500 bebés estuvieron en esas condiciones y han sido
intensamente buscados por sus familiares. 87 de ellos han recobrado su identidad, gracias a
las pruebas irrefutables de los análisis de ADN.

30
VERBITSKY, HORACIO, Op. cit., 142 á 149.
31
La ideología de la seguridad nacional, fue elaborada por el Pentágono norteamericano, para defender “al
mundo occidental y cristiano” amenazado por “la subversión marxista internacional”. Fue enseñada en la
Escuela de las Américas –ubicada en la zona norteamericana del canal de Panamá- donde se adiestraron más
de 40.000 oficiales latinoamericanos (3.676 argentinos) en los Cursos de Guerra Contrarrevolucionaria.
Muchos de estos militares participaron activamente en los golpes de estado que sufrió Latinoamérica en las
décadas de los 60 y 70.
Sostenía que el marxismo, el comunismo era el mal absoluto, que se había ‘infiltrado’ en Latinoamérica y que
era necesario destruirlo por cualquier medio. Había que levantar “las fronteras ideológicas” porque el enemigo
era interno, estaba dentro del territorio.
Tomaron las prácticas de los militares franceses –veteranos de la guerra contra vietnamitas y argelinos-, de
sospechar que todo civil era potencial enemigo, o podía saber algo de la insurrección y, por lo tanto merecía
ser torturado –sin cargo de conciencia-, hasta que confesara su ‘delito’ o diera información del enemigo.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 64
Juan Antonio Vilar

La Junta Militar dispuso la reforma del Código Penal, introduciendo la pena de muerte.
Sin embargo, nadie fue sometido a juicio sumario y fusilado; la matanza fue simulada o
clandestina. Se han identificado –con nombre y apellido- a alrededor de 11.000
desaparecidos, aunque se estiman en 30.000.
Dirigentes Montoneros afirman que sus combatientes sumaban unos 3 ó 4 mil, mientras
que las otras organizaciones guerrilleras como el ERP, ya habían sido aniquiladas.
En consecuencia, la gran mayoría de los desaparecidos no eran “terroristas subversivos”
sino militantes político-sociales, que luchaban contra las injusticias del régimen y a favor de
una liberación nacional y social. La tercera parte, eran obreros, muchos estudiantes, también
periodistas, docentes, abogados, psicólogos, religiosos, etc., casi todos jóvenes.
La sociedad –en general- adoptó una actitud pasiva, y en buena medida, fue cómplice de
esta carnicería (por acción u omisión). La Jerarquía eclesiástica, encabezada por el Capellán
General y Arzobispo de Paraná, Adolfo Servando Tortolo, estimuló el terrorismo de Estado,
bendijo las armas asesinas y tranquilizó las conciencias alteradas. Mientras tanto, eran
asesinados los obispos de La Rioja, Enrique Angelelli, de San Nicolás Carlos Ponce de
León (en cierto sentido, también el de Santa Fe, Vicente Zazpe), los curas Palotinos, las
monjas francesas y miles de laicos católicos.
En los actos de tortura, participaban médicos y sacerdotes. Para el reparto del botín de
guerra, existieron estudios jurídicos y contables que legitimaban el despojo. Alguno de
ellos, llegó a ser después, ministro de Menem.
Casi todos los golpes militares habidos en América Latina y el Caribe, fueron proyectados,
promovidos, financiados o apoyados por los EE.UU. El presidente James Carter, en 1977
introdujo cambios en su política exterior en relación con la defensa de los “derechos
humanos”. Carter presionó a los dictadores militares, suspendiéndoles la ayuda militar.
En Europa occidental tenían amplia difusión las denuncias de la matanza, por parte de los
exiliados, familiares de las víctimas y organizaciones solidarias.
Las denuncias llegaron hasta la OEA (Organización de Estados Americanos) Su Comisión
Interamericana de Derechos Humanos nombró una comisión que visitó el país en 1979, para
recabar información. Luego redactó un severo Informe sobre las múltiples violaciones a los
derechos humanos, cuya circulación en el país, fue prohibida.
En 1980 las FF.AA. sufrieron otro duro golpe, cuando le fue conferido el Premio Nóbel de
la Paz, al arquitecto Adolfo Pérez Esquivel, víctima de los dictadores y miembro del
Servicio de Paz y Justicia. Era una de las organizaciones defensoras de los derechos
humanos, junto con la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, el CELS –Centro de
Estudios Legales y Sociales-, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, los
Familiares de víctimas por Razones Políticas, y sobretodo, desde abril de 1977, las Madres
de Plaza de Mayo que reclamaron valiente y tenazmente, por la aparición con vida de sus
hijos secuestrados.

V – 9 c. - Política económica.
Entendemos que este terrorismo de Estado, tuvo como finalidad, disciplinar la sociedad
para “refundar la Nación sobre nuevas bases políticas, económicas y sociales”. Se propuso
‘erradicar la subversión’, terminar con la feroz puja distributiva eliminando las causas que
la generaban, es decir, el estatismo (que atenta contra las libertades), el populismo (de
tendencia socializante), el distribucionismo (que es inflacionario y divide a la sociedad) y el
desarrollismo (un modelo industrialista artificial e ineficiente).
La Junta Militar se ocupó de elaborar un proyecto de reforma integral, pero nunca fue
aplicado. Simultáneamente, el Programa económico de Martínez de Hoz, pese a algunas
resistencias internas, fue firmemente sostenido durante los 5 años que duró su gestión,
durante la presidencia de Videla. Por su trascendencia, creemos que la única política del
Proceso Militar, fue la política económica de Martínez de Hoz.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 65
Juan Antonio Vilar

Cabe destacar, que estas reformas económicas, tuvieron un amplio apoyo de los
organismos financieros multilaterales, puesto que rápidamente otorgaron créditos por un
total de 2.000 millones de dólares al gobierno militar (y después, muchos más).
Martínez de Hoz, pertenece a una tradicional familia de la ‘clase alta’, que gozaba de un
total respaldo del ‘establishment’ y de la confianza de los hombres de negocios y banqueros
internacionales.
En su mensaje dado el 2 /4 / 76, anunció las bases de su programa, signada por el
comienzo de una época que terminaría con el estatismo. Sus principios rectores, fueron “la
apertura de la economía”, la función subsidiaria (¿?) del Estado y el libre desenvolvimiento
de la iniciativa privada. Sus objetivos eran la modernización de la actividad productiva,
asentada sobre bases sanas, con empresas competitivas y con máximas garantías para las
inversiones extranjeras. Perseguía eliminar la inflación (y lograr una moneda sana), el
déficit fiscal (‘racionalización’ administrativa: Ley de Prescindibilidad) y de las empresas
públicas (privatizaciones); la reducción del gasto público, eliminar la distorsión de precios y
la sobrevaluación de la moneda (llegar a un tipo de cambio único y libre). Casi nada de esto
sucedió, sino todo lo contrario, pero eso no significa que haya fracasado en su objetivo de
introducir reformas liberales de fondo, que se tornaran irreversibles. También anunció la
promoción de las inversiones extranjeras y la libre contratación entre empresarios y obreros.
Sus primeras medidas fueron:
- Anulación de derechos laborales, como el de la huelga, congelamiento de sueldos y
salarios y eliminación del control de precios; producto de una elevada inflación, el salario
real cayó rápidamente un 30 %, que se mantuvo con variantes, durante todo el gobierno
militar.
- Apertura de los mercados con substancial reducción de aranceles de importación, que
arrasó con gran parte de la industria nacional.
- Sanción de la Reforma Financiera de 1977, liberando las tasas de interés, de la asignación
de créditos por las entidades financieras, garantizadas por el Estado (aún hoy, está vigente).
- Sanción de la “pauta cambiaria” en 1978 que fijaba el tipo de cambio, devaluando el peso
con relación al dólar, pero a un ritmo muy inferior a la inflación.
Con el propósito de formar un mercado de capitales, Martínez de Hoz había emitido títulos
de ‘valores ajustables’ y luego, las ‘letras de tesorería’ que alentaron una gran
especulación. Fueron el comienzo de un frenesí especulativo gigante, con los ‘plazos fijos’
que tenían altísimas tasas de interés, mientras el dólar apenas se revaluaba (pauta cambiaria)
y la inflación era galopante. Como el Estado garantizaba estas operaciones, tuvo que
endeudarse fuertemente para obtener divisas, puesto que las exportaciones estaban lejos de
cubrir con la demanda de dólares.
El dólar barato, brindó un pasajero bienestar a algunos sectores de la sociedad (clase
media y alta). Con la “plata dulce” se podían adquirir infinidad de electrodomésticos
novedosos muchos productos importados o que se traían del exterior. O también, veranear
en las playas del Brasil (o de Miami), a muy bajo costo.
El sistema entra en crisis en 1980, año en que se dispone la liquidación del Banco de
Intercambio Regional (BIR), el mayor banco privado y otros 4 bancos más. La situación se
hizo tan grave, que Martínez de Hoz, tuvo que devaluar el peso de manera acelerada. Y
dejaba a su sucesor, un peso aún sobrevaluado, un gran endeudamiento e inflación.
La apertura de los mercados, hizo desaparecer a muchísimas empresas nacionales,
principalmente de la pequeña y mediana industria. Entre 1974 y 1985 cerraron 18.000
fábricas y quedaron sin trabajo, 200.000 obreros. Quebraron también algunas empresas
grandes como los grupos Oddone, Grecco y Sasetru (haciéndose cargo el Estado de ellos,
así como del BIR).
El PBI industrial de 1983, fue inferior al de 1974. Se favoreció un proceso concentrador y
algunos sectores de producción de bienes intermedios (cemento, petroquímica, pasta
Contribución al Conocimiento de la Realidad 66
Juan Antonio Vilar

celulósica, aluminio, acero) fueron beneficiados, así como contratistas del Estado, con la
ejecución de obras públicas ‘faraónicas’ (autopistas, estadios de fútbol para el Mundial ’78).
También hubo promoción industrial para regiones poco desarrolladas; por ejemplo, Tierra
del Fuego para sus productos electrónicos.
Con los cambios introducidos, “… en el centro del proceso económico se instala un nuevo
‘bloque social’ constituido por capitales nacionales y extranjeros: los grupos económicos y
las empresas transnacionales diversificadas y/o integradas.”32
Entre los grandes grupos económicos nacionales, están: Pérez Companc, Garovaglio y
Zorraquín, Macri: SOCMA, Bulgheroni: Bridas, Fortabat: Loma Negra, Soldati: Sociedad
Comercial del Plata, Gruneisen: Astra, Blaquier: Ledesma, Celulosa Argentina, Madanes:
Aluar, Enrique M. Pescarmona: IMPSA y las transnacionales: Bunge y Born, Roca: Techint
Siemens, Brown Boveri, Renault y los grandes bancos como el Citi Bank.
La productividad mejoró sin una substancial renovación tecnológica; con menos obreros y
salarios inferiores, el “… excedente captado por el empresariado industrial en su conjunto,
se incrementó, en el decenio, en un 69 %”.33 Esto significó una formidable transferencia de
ingresos a favor del empresariado y en detrimento de los trabajadores.
Las mayores ganancias (especialmente especulativas), no se tradujeron en un aumento de
las inversiones, sino en una mayor fuga de capitales al exterior, que entre 1979 y 1981
totalizaron más de 20.000 millones de dólares.
Martínez de Hoz se trazó una política general de privatizaciones de empresas públicas,
con resultado negativo. Quiso privatizar a cualquier precio. Transfirió 120 empresas
productivas y comerciales de poca importancia. Vendió 1400 inmuebles fiscales, pero
compró la obsoleta empresa CIADE (Compañía Italo Argentina de Electricidad, en donde el
ministro, había sido funcionario). El precio pagado por la CIADE, superaba todo lo
recaudado por las ventas de empresas e inmuebles.
Otra novedad fue la venta de granos realizadas a la Unión Soviética. Con motivo del
embargo cerealero hecho por los EE.UU. contra la Unión Soviética por la invasión a
Afganistán, la Argentina no acató el embargo y le vendió millones de toneladas de granos.
Llama la atención que estos ‘cruzados’ contra el comunismo, hicieran semejantes negocios.
¡Por mucho menos, estos mismos militares condenaron a Illia por venderle granos a China!
Pese a algunos fracasos, el gobierno militar había logrado su objetivo de introducir
reformas económicas que fueran irreversibles. El liberalismo económico, no fue producto
del triunfo de un sistema superior, sino de una política impuesta por el terror.

V – 9 ch.– Gobiernos de los generales Roberto E Viola y Leopoldo F. Galtieri (1981 -1982)
En marzo de 1981, el general Viola sucedió al general Videla. La sobre valuación del
peso se hizo insostenible y comenzó una acelerada devaluación. El nuevo Ministro de
Economía, Lorenzo Sigaut realizó dos grandes devaluaciones, debido a que su consejo: “El
que apuesta al dólar pierde…” fueron desoídos por los especuladores que siguieron
comprando dólares y ganaron.
Durante esta gestión, el Banco Central comenzó con los regímenes sobre “seguros de
cambios” para favorecer a los deudores privados.
Aprovechando una leve apertura política, en el mes de julio, representantes de 5 partidos
políticos (Justicialista, UCR., UCRI., MID. y Demócrata Cristiano) formaron la
Multipartidaria, que se propuso trabajar por el retorno al estado de derecho.
En diciembre de 1981, el General Leopoldo Fortunato Galtieri, logró destituir a Viola y
ocupó la presidencia.

32
AZPIAZU, DANIEL, BASUALDO, EDUARDO M. y KHAVISSE, MIGUEL, El nuevo poder económico
en la Argentina de los años 80, p., Buenos Aires, Legasa, 1987.
33
Ibídem, p. 115.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 67
Juan Antonio Vilar

Pese al clima represivo, se empezaba a manifestar la oposición política y gremial. El 30 de


marzo de 1982, se realizó un paro con manifestación que terminó reprimida.
El 2 de abril de 1982, las FF.AA., sorpresivamente, recuperaron militarmente las Islas
Malvinas, ante el alborozo generalizado de la población. Ahora la plaza de mayo se llenó,
para celebrar la hazaña militar. Los criminales se habían convertido en héroes. Es probable
que las FF.AA. hayan jugado su última carta para perpetuarse en el poder. Su irresponsable
actitud, terminó en un desastre y una tragedia (14 de junio).
Galtieri cayó repudiado por todos (un Informe Militar pedirá la pena capital). Se produjo
una crisis en las FF.AA. La Armada y la Aeronáutica, dejaron solo al Ejército.

V – 9 d. – Gobierno del general Reinaldo Benito Bignone (1982 – 1983).


El Ejército designó al último dictador, el general Reinaldo B. Bignone, quien asumió la
presidencia el 1 de Julio.
Durante su mandato, siendo ministro de Economía Jorge Wehbe, el Banco Central de la
República Argentina, bajo la presidencia de Julio González del Solar, dictó la
Comunicación “A” 251, por la que se estatiza la deuda privada, que ascendía a U$S. 10.700
millones.
En 1982 México cayó en moratoria de su deuda externa, agudizándose la crisis de los
países endeudados. El FMI. impuso duros condicionamientos para sus créditos: reducción
del gasto público, devaluación del peso, congelamiento de sueldos y salarios.
A las dificultades económicas, se sumaban los reclamos, cada vez con más fuerza, de los
familiares de los desaparecidos y de las organizaciones defensoras de los derechos
humanos. Gran parte de la sociedad y el periodismo, exigían el esclarecimiento de los
crímenes cometidos por el terrorismo de Estado.
Para eludir sus responsabilidades y a la Justicia, las FF.AA. sancionaron dos documentos
vergonzosos. El 28 de abril de 1983 dieron a conocer el “Documento Final de la Junta
Militar” sobre la lucha contra ‘la agresión terrorista’. Asignaban toda la responsabilidad de
la violencia, crímenes y desapariciones, a los subversivos. Decía que la guerra librada por
los militares, constituía “actos de servicio”. Si “se cometieron errores que, como sucede en
todo conflicto bélico, pudieron traspasar, a veces, los límites del respeto a los derechos
humanos fundamentales, y que quedan sujetos al juicio de Dios en cada conciencia y a la
comprensión de los hombres.”34
El 23 de septiembre, sancionaron la Ley Nº 22.824 de “Pacificación Nacional”. Era una
autoamnistía. Por el artículo 1º: “Decláranse extinguidas las acciones penales emergentes
de los delitos cometidos con motivación o finalidad terrorista o subversiva, desde el 2 de
mayo de 1973 hasta el 17 de junio de 1982.” Por el artículo 2º: “Quedan excluidos de los
beneficios estatuidos en el artículo precedente, los miembros de las asociaciones ilícitas,
terroristas y subversivas.”35
Estos infames documentos, fueron repudiados abiertamente en el país y en el exterior. En
cambio, el Episcopado católico, encontró que tenía “aspectos positivos que pueden
constituir un paso en el camino para la reconciliación”. Algunos Arzobispos como Antonio
Quarracino y Antonio Plaza, los elogiaron.
El desastre de Malvinas, hizo tambalear el poder militar. Su desprestigio era completo; las
dificultades económicas, mayúsculas; el endeudamiento, gigantesco y era cada vez más
difícil conseguir créditos externos; los reclamos por la vuelta a la democracia, eran
continuados. Las FF.AA. debieron convocar a elecciones generales y volver a los cuarteles.

34
ARGENTINA 1983, publicación del Centro de Investigaciones Sociales sobre el Estado y la
Administración (CISEA) y el Centro Editor de América Latina, pp. 151 á 163, Buenos Aires, 1984.
35
Ibídem, pp. 440 á 442.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 68
Juan Antonio Vilar

Nuevamente, los 2 principales partidos, se diputaron el triunfo electoral. En octubre de


1983 se realizaron las elecciones generales. Triunfó la UCR, logrando el 52 % de los votos,
con la fórmula Raúl Ricardo Alfonsín-Víctor Martínez, a la del Partido Justicialista, de
Italo A. Luder-Deolindo Bittel. Por primera vez el peronismo era derrotado en elecciones
limpias y sin proscripciones. En cambio, el peronismo ganó en 12 provincias; el
radicalismo, sólo en 7 y en las 3 restantes, triunfaron partidos provinciales. En la Cámara de
Diputados, el radicalismo tenía mayoría, pero en el Senado, la mayoría era peronista.

V – 9 e. - Presidencia de Raúl Ricardo Alfonsín (1983 – 1989).


Durante la campaña electoral, Alfonsín resaltó las virtudes del sistema democrático
(repitiendo que “con democracia se come, se cura y se educa”), atacó los intereses
corporativos que la desvirtúan, denunciando el “pacto sindical-militar”, se comprometió a
anular la ley de autoamnistía y juzgar a los violadores de los derechos humanos, prometió
revisar el origen de la deuda externa, sólo pagar “la legítima” y reactivar la actividad
productiva.
Las nuevas autoridades asumieron el 10 de diciembre, inaugurando una larga etapa de
continuidad democrática, que ya lleva un cuarto de siglo.
Los primeros momentos del nuevo gobierno, fueron de mucha fuerza y pujanza, en
procura del cumplimiento de sus compromisos. Notoriamente el optimismo de Alfonsín,
tuvo mucho de voluntarismo, porque había menospreciado las enormes dificultades que
debía superar: el ‘aparato productivo’ semi-paralizado, el salario muy rezagado, una
elevada tasa inflacionaria una deuda externa gigantesca, la hegemonía del poder
concentrado de los grandes grupos económicos nacionales y de las empresas
transnacionales, y un poder militar que no estaba dispuesto a subordinarse al orden
institucional.

V – 9 e. 1 – Política sindical.
La pretensión de terminar con los poderes corporativos, comenzó inmediatamente, cuando
el Ministro de Trabajo, Antonio Mucci, presentó un proyecto de Ley de “Reordenamiento
sindical”, por el que pretendía democratizar la vida sindical, mediante elecciones limpias
controladas por la Justicia electoral, reconociendo el derecho de representación de las
minorías en los gremios y sus comisiones internas. También buscaba separar las Obras
Sociales de los sindicatos (anulando el decreto sancionado por el dictador Onganía) y
eliminar las actividades de política partidaria de los gremios.
Diputados votó favorablemente el proyecto, pero la mayoría peronista del Senado. salió en
defensa de los privilegios del sindicalismo fraudulento y patotero y lo rechazó.
Esta fue una derrota muy temprana y dura del gobierno. Mucci renunció; lo reemplazó
Juan Manuel Casella quien inició su política de concertación, con el gremialismo. Negoció
con el “Grupo de los 15”, que integraban, entre otros, Jorge Triaca (sindicato del Plástico) y
Armando Cavalieri (sindicato de Comercio). Después, un integrante de este nucleamiento,
Carlos Alderete (sindicato de Luz y Fuerza), fue Ministro de Trabajo. Alfonsín retrocedió
en su confrontación con la corporación sindical y dispuso que las elecciones se realizaran,
aplicándose los estatutos internos. En septiembre de 1984 la CGT realizó el primer paro
general contra el gobierno y al mes siguiente, el Congreso sancionó una nueva Ley Nº
23.071 de Asociaciones Profesionales Gremiales, por la cual los sindicatos recuperaron el
manejo de las Obras Sociales.
Esta política de concertación y concesión, de nada le sirvió a Alfonsín, pues no logró
evitar que la CGT votara un nuevo “Plan de Lucha” y realizara 13 paros generales exitosos,
contra su política. El Secretario General, Saúl Ubaldini, del gremio cervecero, frente a la
parálisis del partido provocada por la inadmisible derrota, se convirtió en el máximo
Contribución al Conocimiento de la Realidad 69
Juan Antonio Vilar

conductor de la oposición peronista contra el gobierno radical. En síntesis: la concertación


con el sindicalismo, fracasó y dio a éste, más poder.

V – 9 e. 2 - Política de Derechos Humanos.


El presidente Alfonsín, anuló la ley de autoamnistía. Hizo reformar el Código de Justicia
Militar, dando competencia a la Justicia Civil en revisión de las sentencias de la Justicia
Militar. Abrió el juicio a los comandantes y jefes. Creó la CONADEP (Comisión Nacional
sobre la Desaparición de Personas), que se encargaría de recabar información sobre el
terrorismo de Estado. La Comisión, presidida por el escritor Ernesto Sábato, hizo una
dolorosa investigación, escuchando el testimonio de miles de víctimas y familiares de
desaparecidos. Finalmente, presentó un largo Informe, que se resumió en un libro titulado
“Nunca Más”, donde se denuncian más de 8.700 desapariciones, torturas y violaciones y a
1.300 personas comprometidas con la represión ilegal.
La Justicia Militar no demostró interés en investigar los delitos cometidos, ni depurar las
FF.AA. Corporativamente salió en defensa de sus pares y el gobierno dispuso su pase a la
Cámara Federal de Apelaciones de Buenos Aires. En 1985 se realizó este juicio histórico:
por primera vez los integrantes de las 3 Juntas Militares, dueños de vidas y hacienda, eran
sentados en el banquillo de los acusados, por sus delitos aberrantes. Se repitieron los
testimonios desgarradores de las víctimas sobrevivientes y familiares de desaparecidos.
Finalmente, la Cámara dictó su fallo, condenando a Videla y Massera a prisión perpetua y a
los demás, a penas menores, hasta la absolución. Este fallo, no conformó a nadie.
Los jefes militares que habían dado las órdenes de la represión ilegal, ya habían sido
juzgados. Correspondía llevar a juicio, a los autores directos de los crímenes, torturas,
violaciones, robos, sometimiento a servidumbre y desapariciones. La mayoría de esos
oficiales, se encontraban en actividad y no estaban dispuestos a someterse a la Justicia civil.
Comenzaron a presionar insistentemente a Alfonsín en ese sentido, quien empezó a ceder.
En 1986 hizo votar la “Ley de Punto Final” que ponía un límite de 60 días, para presentar
las denuncias. A pesar de tan corto tiempo, se presentaron más de mil demandas.
Cuando un juez citó a declarar a un oficial, éste se negó y buscó refugio en un regimiento,
donde fue protegido. Este fue el origen del alzamiento de Semana Santa de 1987,
encabezado por el teniente coronel Aldo Rico. Desde Campo de Mayo, reclamó la
anulación de los juicios a militares “que habían cumplido órdenes”.
Toda la civilidad reclamó, masivamente, la defensa de las instituciones y el sometimiento
de los rebeldes. Pero el presidente Alfonsín, “Jefe Supremo de la Nación” y Comandante en
Jefe de las FF.AA. no logró que ningún jefe militar reprimiera a los sediciosos.
Alfonsín cedió, estafando a toda la ciudadanía. Negoció con Rico y aceptó todas las
exigencias del amotinado. Fruto de esta capitulación, fue la “Ley de Obediencia Debida”
que exculpaba de toda responsabilidad a los militares que habían cumplido órdenes.
Envalentonado, Rico encabezó un 2do. levantamiento “carapintada” en Monte Caseros
(enero de 1988). Ahora pedía –sin resultado- la reivindicación de los militares condenados.
A fin de año, el coronel nacionalista Mohamed Alí Seineldín, condujo un nuevo
levantamiento en reclamo de una amplia amnistía para los militares. No tuvo éxito, pero la
impunidad y la prepotencia militar, siguió en pié.

V - 9 e. 3 - Las políticas económicas.


La economía del gobierno radical, tuvo dos etapas diferentes; la primera, bajo la
conducción del ministro Bernardo Grinspun, respondió a la tradición partidaria, por su
tendencia dirigista y distribucionista. Se propuso objetivos muy ambiciosos y ha sido
criticado por intentar un anacrónico ‘gradualismo de tipo neokeynesiano’, por sostener un
proyecto erróneo, sin ‘racionalidad’, con buena dosis de ingenuidad y voluntarismo, porque
desconocía los cambios en la dinámica económica operada en los últimos años, la crónica
Contribución al Conocimiento de la Realidad 70
Juan Antonio Vilar

estructura desequilibrada de la economía argentina y las condicionalidades de la deuda


externa. Sin embargo, su programa impulsó el único intento, después del fracaso del Plan
Gelbard, de reactivar la economía nacional, bajo la conducción del Estado.
Pretendió poner en marcha el aparato productivo industrial que estaba estancado, así como
impulsar la actividad económica, mediante el incremento de los salarios, del consumo y del
gasto público; controlar la elevada inflación y los precios, incrementar los ingresos con
mayores impuestos y controles, evitando la evasión, sin ajustes recesivos, mientras
negociaba, con firmeza, con los organismos financieros internacionales. (El Congreso
nombró una Comisión encargada de estudiar el origen de la deuda externa, con el propósito
de determinar su legitimidad o no).
Alfonsín fracasó en su propósito de formar un ‘Club de deudores’ entre países de América
Latina, para poder negociar con más fuerza, con la banca acreedora.
Las dificultades aparecieron muy pronto: las presiones de los grandes grupos económicos
y de la banca internacional (que exigía ajustes), los reclamos sindicales, la pobre
recaudación que mantuvo el gran déficit fiscal, la caída de los precios agropecuarios (el
deterioro de los términos del intercambio) y el alarmante aumento de los precios y la
inflación.
El resultado fue el fracaso del programa de Grinspun, que tuvo que renunciar al cabo de
14 meses. Sobre este fracaso, Mario Rapoport dice lo siguiente
“Los tres núcleos centrales del nuevo poder económico local (los grandes grupos
económicos, con vinculaciones con el sector financiero, el sector agroexportador, también
ligados a aquellos holdings, y las empresas extranjeras), al igual que la banca acreedora,
no tuvieron las actitudes esperadas respecto de la democracia naciente. Por el contrario,
cada uno operó exclusivamente en función de sus intereses concretos e inmediatos. Así, la
banca presionó por el pronto y mayor pago posible de los servicios de la deuda; las
empresas ajustaron sus precios en función de la inflación esperada; los tenedores de
divisas intentaron proteger su capital depositándolo en plazas más seguras; los países
centrales continuaron protegiendo y subsidiando sus producciones locales y los sindicatos
presionaron por un reajuste de los salarios para defender su poder adquisitivo frente a la
inflación.”36
El nuevo ministro de Economía, fue Juan Vital Sourrouille quien, al frente de un equipo
de tecnócratas, se propuso ‘reformular integralmente el funcionamiento de la economía”,
sobre bases liberales. Era la “racionalidad” económica de ‘ajustes’ dispuestos por los
organismos financieros multilaterales, que se oponía a los ‘errores conceptuales’ de la
gestión anterior y cuyos resultados fueron infinitamente peores.
En mayo de 1985 Alfonsín convocó y estafó a la ciudadanía –una vez más- para ‘defender
la democracia’; y ante una multitud estupefacta, declaró “la economía de guerra”, que
significaba imponer nuevos sacrificios a los argentinos.
En mayo, Sourrouille puso en marcha el Plan Austral: se cambió el signo monetario por el
Austral (que duró 6 años), se congelaron las tarifas públicas, los precios y los salarios, se
bajaron las tasas de interés con fórmulas desindexatorias. Pretendía ser un plan económico,
pero sólo fue un paquete de medidas para controlar la inflación, sin cambiar para nada, la
economía argentina. Los asalariados vieron mermar sus ingresos pero, en general, la
sociedad aceptó el sacrificio confiando tener un futuro mejor.
El éxito del plan Austral fue fugaz. Apenas duró 13 meses y contribuyó a asegurar un
nuevo triunfo electoral del oficialismo en 1985. Los radicales se entusiasmaron tanto
(principalmente los jóvenes de la Junta Coordinadora), que creyeron que nacía una nueva
hegemonía acaudillada por Alfonsín y lanzaron la idea del “Tercer Movimiento Histórico”.

36
RAPOPORT, MARIO, Historia económica, política y social de la Argentina (1880-2000), p. 909, Buenos
Aires, Ediciones Macchi, 2000.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 71
Juan Antonio Vilar

Un clima triunfalista ensoberbeció a Alfonsín. En diciembre, pronunció un importante


discurso en Parque Norte. Anunció una ruptura con el pasado (‘el fin del populismo’) para
ingresar en una modernización seria, de ideas avanzadas, producto de una nueva sociedad
guiada por una ‘ética de la solidaridad’.
Al año siguiente, rebrotó la inflación (superaba el 20 % mensual) y las medidas correctivas
no dieron resultado. Los reclamos obreros, se sucedían.
El peronismo lograba reorganizarse superando una profunda crisis. La ‘Renovación’ logró
desplazar a los viejos dirigentes, llamados ‘mariscales de la derrota’. En 1987 el peronismo
venció en casi todas las provincias, dejando al gobierno, a la defensiva, que respondió con
un nuevo plan de ajuste y estabilización.
Los beneficiarios de estas políticas, fueron algunos sectores empresariales, con quienes
Alfonsín concertó. Se trató del ‘Grupo María’ comúnmente llamado “capitanes de la
industria”, “integrado por conglomerados diversificados nacionales, fortalecidos y
beneficiados durante la dictadura militar, que incluían a las empresas industriales más
grandes del sector privado, entre las cuales se encontraban las que lideraban las
principales ramas de la industria, y en especial, las altamente concentradas, que podían
tener o no, una inserción importante en el sector financiero.” 37
Se renovó la Promoción Industrial destinada a estimular la actividad fabril en las
‘provincias pobres’, con grandes beneficios impositivos. No tuvo el resultado esperado,
porque las empresas se preocuparon en aprovechar las ventajas, sin hacer las inversiones
comprometidas.
Todos los proyectos fracasaron: las privatizaciones parciales, el Plan Houston (que rompía
con la tradición radical en materia de política petrolera), la reducción de la inflación y del
gasto público. La caída de los precios internacionales de los granos, no permitió disponer de
las divisas necesarias para enfrentar los pagos de los servicios de la deuda externa. Entonces
se apeló a contraer deuda interna. Se emitieron una cantidad extraordinaria de títulos
internos, con altos intereses, originando el denominado ‘festival de bonos’.
El Plan Primavera de 1988, fue el último intento del gobierno de controlar variables
económicas. Repitió recetas recesivas, reducción del gasto público (que afectó
dramáticamente a los servicios), la apertura exterior y las privatizaciones.
El nuevo Ministro de Obras y Servicios Públicos, Rodolfo Terragno, intentó una
‘privatización asociada’, mediante el mecanismo de “capitalización” de la deuda externa, de
la empresa telefónica ENTEL y de Aerolíneas Argentinas, pero fue criticada y rechazada
por la mayoría peronista en el Congreso (querían reservarse la exclusividad del negocio).

V – 9 e. 4 – Final del gobierno de Alfonsín.


El malestar social fue en aumento y se agravó en el verano, cuando se produjo un
gigantesco déficit en la provisión de energía eléctrica.
A principios de 1989 –año electoral- el descalabro del Estado era descomunal.
Sintetizamos:
- Caída del PBI y de las inversiones.
- Déficit creciente en la balanza comercial y de pagos.
- Interrupción de los pagos de la deuda externa (que alcanzaba a U$S. 62.000 millones).
- Agotamiento de las reservas del Banco Central. Fuga de divisas.
- Inflación galopante.
- Déficit fiscal: mora en el pago de contratistas y proveedores.
- Grave deterioro de la infraestructura de los servicios públicos: energía, transporte,
comunicaciones.
- Deudas del sistema provisional.

37
Ibídem, p. 887.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 72
Juan Antonio Vilar

- Caída del salario real.


- Aumento de la desocupación: 6,5 % de la población económicamente activa –PEA- y de la
desocupación, del 8,9 %.
El 6 de febrero de 1989, dio comienzo un demoledor Golpe de Mercado, asestado por el
bloque de clases dominantes. El Banco Central, sin reservas ni auxilio exterior (el Banco
Mundial se negó a remitir un crédito que ya había acordado), se retiró del mercado de
divisas y el dólar empezó a trepar inconteniblemente, acompañado por la inflación. El
Estado mostró una absoluta impotencia para frenar la escalada del dólar y el pavoroso
encarecimiento del costo de la vida, que desembocó en una hiperinflación.
En ese marco, se realizaron las elecciones generales, donde el oficialismo sufrió una
derrota categórica. Triunfó la fórmula peronista de Carlos Saúl Menem-Eduardo Duhalde,
con el 47 % de los votos, contra el 32 % de la fórmula radical.
Aún faltaba lo peor: los estallidos sociales. En numerosas ciudades del país, se produjeron
saqueos en supermercados y casas de comercio.
La situación era incontrolable, inmanejable para el presidente Alfonsín, quien abandonó el
gobierno, 5 meses antes de concluir su mandato.

V – 9 f. - Presidencia de Carlos Saúl Menem (1989 – 1999).


“Síganme, no los voy a defraudar.” Candidato Carlos Menem.
“Si hubiera dicho lo que iba a hacer en el gobierno, nadie me
hubiera votado”. Presidente Carlos Menem.
Menem recibió el gobierno, con “un país en llamas” como gustaba repetir. Y era verdad.
El Estado estaba quebrado.38 No podía continuar funcionando así, porque en realidad, no
funcionaba. El gobierno carecía de autoridad; la moneda había perdido su valor; las pugnas
sectoriales, anarquizaban al país. El colapso generalizado, creaba las condiciones ideales
para realizar las “reformas estructurales”, exigidas por el Banco Mundial, proyectadas por
Martínez de Hoz y concretadas por Menem.
El peronismo menemista, transmutado en neoliberal, se encargó de realizar los cambios
de fondo (“cirugía mayor sin anestesia”), sin oposición, sin resistencias y hasta con la
aprobación de la sociedad.
Menem pertenecía al movimiento fundado por Perón, de fuerte tendencia dirigista y
distribucionista, que levantaba las banderas de “la justicia social, la independencia
económica y la soberanía política”. En su campaña electoral, mesiánicamente pidió que le
tuvieran fe “que no los iba a defraudar” y prometió ‘salariazo’ y ‘revolución productiva’.
¿En qué momento se produjo la transformación de este ‘caudillo’ –y de todo el partido
justicialista- en ultraliberal? En el corto lapso que va desde el triunfo electoral y la asunción
a la presidencia. Entonces, Menem dejó de lado sus promesas –y la ‘doctrina peronista’- y,
con un descarnado pragmatismo, buscó el apoyo del ‘establishment’ y realizó las “reformas

38
Declaraciones hechas por el ministro Roberto Dromi, ante la Comisión Bicameral de seguimiento de la
Reforma del Estado:
“… la Argentina real, la Argentina del presente. Ustedes saben con honestidad, que todos los pliegos tienen
una cláusula no escrita, que no hemos escrito por vergüenza, por vergüenza nacional, que es el grado de
dependencia que tiene nuestro país, que no tiene ni siquiera la independencia, ni siquiera dignidad para poder
vender lo que hay que vender.
Un país que no tiene disponibilidad de sus bienes, un país que está inhibido internacionalmente. A-rro-di-lla-
do a-ver-gon-za-da-men-te, nuestro país, yo no quiero hacer historia de cuándo viene …”
“Este endeudamiento por cabeza empresaria, nos obliga a nosotros a ir consiguiendo el perdón, casi de
limosna… a nosotros nos monitorean absolutamente todo … somos sometidos a diario a una política de
extorsión.”
Versión gravada en secreto, publicada por Página/12 el 9 de septiembre de 1990, pp. 8 á 11, que fuera
negada primeramente y luego admitida oficialmente.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 73
Juan Antonio Vilar

estructurales” exigidas por los acreedores externos y recomendadas por el “Consenso de


Washington”.39
Integró su primer Gabinete con reconocidas figuras del liberalismo: el Ministerio de
Economía quedó a cargo de funcionarios de Bunge y Born (primero Miguel Roig y luego,
Néstor Rapanelli); el de Obras Públicas, Roberto Dromi; de Relaciones Exteriores,
Domingo F. Cavallo; la Secretaría de Comercio Exterior, Alberto Albamonte; como Asesor
presidencial, Alvaro Alzogaray y otros.
Todo el peronismo se ‘recicló’ siguiendo a su Jefe: su dirigencia política y sindical, los
legisladores y gobernadores, los economistas, periodistas, artistas, obreros, etc.
(Actualmente, muchos de sus críticos, que condenan su gobierno, fueron fervorosos
menemistas como Kirchner, Duhalde, Busti, Reutemann, Schiaretti, etc.)
Contó con el apoyo de ‘la comunidad de negocios’, es decir, de los grandes empresarios,
banqueros y financistas nacionales y extranjeros, terratenientes y los organismos financieros
internacionales.
La sociedad, paralizada por las frustraciones, el terror militar y económico, aceptó
pasivamente lo que siempre había rechazado: perder el valioso patrimonio nacional. La
persistente prédica liberal, que atribuía al Estado los principales males que azotaban a la
sociedad, había sido escuchada y hasta aceptada.
Menem, con la furia de un converso, se encargó de destruir ‘el Estado benefactor’, como
agente promotor del ‘bienestar general’, compensador de las desigualdades, en beneficio del
‘Mercado’.
Esta “revolución neoliberal” tuvo por base, a 2 leyes fundamentales votadas
apresuradamente en el caótico año 89, tanto por legisladores peronistas, como por radicales.
Fueron las Leyes Nº 23.696 de Reforma del Estado, y la Nº 23.697 de Emergencia
Económica. Por ellas, el Congreso delegaba facultades que le eran propias, al Poder
Ejecutivo. Según la primera, por decretos ‘de necesidad y urgencia’ a sola firma, Menem
podía disponer ilimitadamente, de todo el patrimonio del Estado, es decir, privatizar
empresas de servicios públicos, transferir bienes inmuebles, concesionar rutas terrestres y
aéreas, transportes, etc.
Según la doctrina liberal, todo bien es mercancía que se puede comprar y vender.
Por la segunda, el P.E. podía ‘racionalizar’ la administración, desregular, resolver sobre
los subsidios de la promoción industrial y sobre la compra y venta de bienes y servicios que
requería el Estado.

V – 9 f. 1 - Caracteres políticos del menemato.


Al cabo de 13 años, el peronismo recuperaba el poder político en medio de una situación
crítica. Menem asumió un fuerte liderazgo, para recomponer la alicaída autoridad
presidencial. Lo hizo con pretensiones hegemónicas y concentración del poder. Logró

39
El FMI., el Banco Mundial y representantes de la banca y de los países dominantes, elaboraron los 10
puntos del Consenso de Washington, para que los países endeudados ordenaran su economía –y pagaran la
deuda externa-; si cumplían con sus recomendaciones, recibirían ‘ayuda’ internacional. Eran:
1) Disciplina fiscal que implica la disminución drástica del déficit presupuestario.
2) Disminución y control del gasto público.
3) Mejoramiento del sistema impositivo basado en una tributación de amplia base (regresiva).
4) Liberalización del sistema financiero y de la tasa de interés.
5) Mantenimiento del tipo de cambio estable.
6) Liberalización comercial externa, mediante la reducción de las tarifas arancelarias y diferentes trabas.
7) Otorgar amplias facilidades a las inversiones externas.
8) Enérgica política de privatizaciones de empresas públicas.
9) Desregulación de las actividades estatales y amplia reforma de la función del Esta
10) Derecho a la propiedad para salvaguardar y garantizar la propiedad privada de las empresas públicas
que se privaticen.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 74
Juan Antonio Vilar

subordinar a las FF.AA. pero también a los otros poderes, eliminó a los órganos de control,
apelando a métodos violatorios de las normas legales, irregulares y tramposas.
Dispuso de mayoría en el Congreso, que le respondió incondicionalmente y le delegó
facultades propias –de hecho Menem tenía ‘facultades extraordinarias’- pero necesitaba
una Justicia servil para garantizar impunidad a su poder discrecional.
Proyectó una ley de ampliación del número de integrantes de la Suprema Corte de Justicia
de 5 á 9 miembros. La sesión respectiva de la Cámara de Diputados, fue escandalosa. Para
votar la ley se sentaron en las bancas vacías dejadas por los diputados opositores,
empleados y cafeteros del Congreso. Era, al menos, la 2da. vez que esto ocurría; en la 3ra.
oportunidad, los periodistas descubrieron a un “diputrucho”.
Después el Senado aprobó los pliegos de los jueces propuestos por el P.E., en una sesión
que duró 7 minutos, sin hacer el menor análisis de sus antecedentes. Los cargos fueron
provistos entre socios, amigos o compañeros de Menem, peronistas incondicionales. Así
surgió la “mayoría automática” de la Corte que avaló todos los atropellos, arbitrariedades y
negociados de Menem y su pandilla, porque el menemato funcionó como una verdadera
banda.40
Numerosas vacantes de la Justicia Federal, fueron cubiertas por abogados sin
antecedentes, capacidad ni idoneidad para el cargo –verdaderos ‘esperpentos’ para repetir el
calificativo de León Arslanián-, cuyo único mérito, era adherir al partido gobernante.
Años más tarde, el ministro de Economía, D.F. Cavallo contó que el ministro del Interior,
Carlos Corach le escribió en una servilleta, los nombres de los jueces que le respondían
incondicionalmente. Cavallo nunca mostró la ‘servilleta’ pero todos le creyeron.
La Justicia se ha desvirtuado: no investiga los delitos, ni condena a los culpables. Es lenta
y deja prescribir las causas urticantes. Varios jueces han sido destituidos y hasta
condenados (Nicosia, Bernasconi) y otros, están sospechados y acusados de corrupción.
Los más grandes negociados de la década menemista, nunca fueron aclarados; por ejemplo
los casos de la leche contaminada, la ‘mafia del oro’, las coimas de IBM-Banco Nación, la
llamada ‘aduana paralela’, o los ‘robos para la corona’ de José Luis Manzano, los turbios
manejos de Carlos Grosso en la Intendencia de Buenos Aires, de Victor Alderete en el
PAMI, de la polifuncionaria María Julia Alsogaray, o los hechos tenebrosos como la
explosión de la fábrica de municiones de Río Tercero en 1995, para encubrir una infame
exportación de armas a Croacia y Ecuador, etc. Menem calificó a Yaciretá de “Monumento
a la corrupción”, pero nadie fue procesado ni siquiera investigado.
La Justicia quedó totalmente desprestigiada. Un proyecto de juicio político a la Corte, fue
frenada a último momento por quien estaba a cargo del gobierno, Eduardo Duhalde, pero
durante la gestión de Néstor Kirchner, se hicieron los juicios políticos a Julio Nazareno,
Guillermo López, Adolfo Vázquez, que renunciaron para no ser condenados y a Eduardo
Moliné O’Connors y Antonio Boggiano.
Menem atropelló a la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas a cargo del
destacado abogado santafesino Ricardo Molinas, echándolo de un plumazo, a pesar de tener
el aval del Senado; también a la Procuración General de la Nación, al Tribunal de Cuentas,
a la Procuración del Tesoro y la Inspección General de Justicia, que perdieron su
independencia.
Las instituciones se degradaron, la democracia se pervirtió y los valores, desaparecieron.
La desestatización de las empresas públicas, fue una fuente de corrupción generalizada,
estructural, institucionalizada. La ausencia de órganos de control, o su premeditada
inoperancia, garantizaban la impunidad.
40
Luis Barrionuevo, figura paradigmática del sindicalismo peronista, autocalificado ‘recontraalcahuete de
Menem’, a cargo de ANSAAL (Sistema estatal de Obras Sociales), con su característica sinceridad cínica,
declaró: “Para que se arreglen las cosas en la Argentina, tenemos que dejar de robar durante dos años”.
Y también: “En la Argentina, nadie hace plata trabajando”.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 75
Juan Antonio Vilar

El menemato forjó una nueva cultura política, pragmática, elitista, individualista, en que
no importaban los valores, las conductas, los principios, la idoneidad ni la honradez. Los
delitos pasaron a denominarse ‘ilícitos’. El Estado fue ‘botín de guerra’ de políticos y
empresarios.
Se desvirtuó la democracia (vivimos una democracia ‘delegativa’) y el federalismo. Varios
actos electorales se vieron empañados por manipulaciones fraudulentas, como en Rosario,
Santa Fe, Concordia, Misiones y Tucumán. El clientelismo y el asistencialismo con
propósitos electorales, fueron una constante.
En una época dominada por la cultura de la imagen, los políticos gustaban exhibirse en los
medios de comunicación, participar en los show televisivos, donde rivalizaban en
banalidades con la farándula. Como muchos de ellos, eran impresentables, Menem buscó
candidatos entre “ricos y famosos” artistas o deportistas exitosos. Algunos, que nunca
habían soñado con ser políticos, tuvieron suerte como Ramón ‘Palito’ Ortega, Carlos
Reutemann o Daniel Scioli, pero la mayoría de ellos, fue menos afortunada (César Luis
Menotti, Antonio Tarragós Ros, el Soldado Chamamé, Elio Roca, etc.).
Esa perversión de la democracia argentina y de la ciudadanía, alcanzó una máxima
expresión, cuando personajes de reconocida trayectoria antidemocrática, llegaron al
gobierno por el voto popular, como el genocida general Antonio Bussi, el policía torturador
Luis A. Patti o el coronel golpista Aldo Rico.
Durante el menemato, los argentinos, más que ciudadanos, éramos consumidores.
Con los Pactos Fiscales, las Provincias cedieron a la Nación, buena parte de sus recursos y
su autonomía financiera. Quedaban totalmente dependientes del Gobierno Nacional.
Las desmesuradas ambiciones de Menem de perpetuarse en el poder, chocaban con la
Constitución Nacional. En consecuencia, debía ser reformada. Rápidamente encontró un
aliado, hecho a su medida: el ex-presidente Raúl Alfonsín. Ambos acordaron un “Núcleo de
coincidencias básicas” (más conocido como el Pacto de Olivos), que debía ser votado en
bloque por peronistas y radicales en la Convención Reformadora de la Constitución, que se
reunió en Santa Fe en 1994.
En 1995, Menem fue reelecto con casi el 50 % del voto popular (el llamado ‘voto cuota’),
que tenía un hondo significado: la convalidación de toda la política menemista.
En 1991, los presidentes de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, habían firmado el
Tratado de Asunción, que sentó las bases del Mercosur.

V – 9 f. 2 - Política Económica.
Era urgente reordenar toda la economía e impulsar el crecimiento. Menem se propuso
lograrlo, aplicando liberalismo económico, adaptándose a las tendencias internacionales
predominantes (precisamente, en 1989, comenzó el rápido derrumbe del socialismo).
Los primeros ministros de Economía, fueron los funcionarios de Bunge y Born, Miguel
Roig y Néstor Rapanelli. El Plan B. y B. de ajuste, devaluación, incremento de tarifas y un
acuerdo de precios y salarios, fue un fracaso.
A fines del 89 y principios del 90, hubo un nuevo pico hiperinflacionario que fue
‘solucionado’ por el nuevo ministro de Economía, Antonio Erman González, con el Plan
Bonex, que disponía el canje compulsivo de los plazos fijos (muy abundantes), por bonos de
la deuda externa a 10 años, y que en la práctica, significó la pérdida de un 40 % para los
ahorristas.
Pero la puja entre las fracciones de poder continuó, atenuada por las primeras
privatizaciones y finalizaron recién, cuando se puso en marcha el Plan de Convertibilidad
en abril de 1991. Así, el gobierno logró controlar la inflación y junto con la desregulación,
el Plan Brady, la flexibilización laboral y la apertura económica, hizo posible un nuevo
ciclo expansivo (otra fugaz ‘burbuja’).
Se produjo una masiva entrada de divisas al país.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 76
Juan Antonio Vilar

El trienio 1992 / 94 fue de espectacular crecimiento del PBI, que alcanzaría a más de
280.000 millones de dólares.41
Crecieron las exportaciones. La producción agrícola se duplicó (con 3 años consecutivos
de cosechas récord). Se produjo una verdadera revolución en el agro, con la introducción de
la ‘siembra directa’ y los granos transgénicos. La soja se convirtió en la ‘reina’ de los
granos en la Argentina.
Por primera vez, tuvieron importancia las exportaciones de petróleo, gas y automóviles.
La industria automotriz se modernizó (y robotizó), complementándose con la brasileña,
según la estrategia utilizada por las centrales automotrices extranjeras.
También se modernizaron las telecomunicaciones, colocando al país, en un nivel aceptable
en el mundo.
Las demenciales fantasías de Menem, lo llevaron a prometer la entrada de la Argentina
“en el Primer Mundo” y, en consecuencia, abandonó su integración al Movimiento de
Países No Alineados y ofreció a EE.UU. su alianza “extra OTAN” (Organización del
Tratado del Atlántico Norte). Pretendió mantener una relación privilegiada y subordinada
con EE.UU (“relaciones carnales” según el canciller Guido Di Tella). Por eso, abandonó el
Proyecto Cóndor II.
Pero la apertura económica, hizo estragos en la industria que no podía competir con los
productos importados. Las importaciones crecieron más que las exportaciones.
El gasto público siguió aumentando, ocasionando fuertes déficit fiscales entre 1994 y 98.
La balanza de pagos, fue negativa entre 1995 y 99. La fuga de capitales fue gigantesca.

V – 9 f. 3 - El Plan de Convertibilidad.
Fue el eje de la economía de Menem-Cavallo y sus efectos fueron perdurables.
Estableció una nueva moneda y paridad cambiaria: 1 peso = 1 dólar. La masa monetaria
circulante, debía respaldarse con la misma cantidad de reservas de oro y divisas del Banco
Central. Este adquirió autonomía, debía controlar el equilibrio fiscal y no realizaría más
emisiones sin respaldo. Quedaban congelados los sueldos, salarios, contratos, tarifas y
precios.
Cavallo anunció que la convertibilidad duraría 6 décadas. A los 10 años, estalló.
Se inició una época de estabilidad. La inflación cayó verticalmente hasta casi desaparecer.
Reapareció el crédito; la invasión de artículos importados baratos, colmó las ansias
consumistas de los sectores medios y asalariados.
Los capitalistas locales, volvieron a endeudarse en el exterior, para aprovechar la
diferencia de las tasas de interés internacionales (más bajas) que las internas, hacer una
espectacular diferencia y remitir las ganancias al exterior. Las divisas fugadas en la década,
superaron al endeudamiento externo.
La banca internacional, financió generosamente “la fiesta menemista”, refinanciando la
vieja deuda con el Plan Brady (reducción y cambio de los títulos por otros del tesoro de los
EE.UU. a 30 años) y otorgando nuevos créditos. Al finalizar Menem su mandato, la deuda
externa se había duplicado. En 1998 Menem fue condecorado por el FMI como el ejemplo a
seguir, “el mejor alumno”.
Entre tanto, el Estado había transferido casi todos sus activos públicos, repartidos
graciosamente entre los grandes empresarios y banqueros nacionales y extranjeros,

41
Evolución del PBI (en millones de dólares):
Año PBI Variación Año PBI Variación
1990 141.176 --- 1995 258.032 - 2,8
1991 189.440 10,6 1996 272.150 5,5
1992 226.847 9,6 1997 292.859 8,1
1993 236.505 5,7 1998 298.131 3,9
1994 257.440 5,8 1999 282.769 - 3,0
Contribución al Conocimiento de la Realidad 77
Juan Antonio Vilar

enriqueciendo a funcionarios y amigos del poder, mientras crecía pavorosamente la


desocupación, el trabajo precario, la pobreza crónica y la indigencia.
Pero la convertibilidad era insostenible en el tiempo, porque la estructura productiva
seguía siendo muy débil y vulnerable, y dependía del endeudamiento externo.
A mediados de 1999 comenzó una contracción económica, una larga recesión que
desembocó en el estallido de diciembre de 2001.

V – 9 f. 4 - Las Privatizaciones.
“Nada que deba ser estatal, permanecerá en manos del
Estado.” Ministro Roberto M. Dromi
El Consenso de Washington reiteraba las exigencias acostumbradas de los organismos
acreedores, pero ahora traía una novedad: la privatización de empresas públicas.
Desde la moratoria incurrida por México en 1982, el gobierno norteamericano encontró la
manera para resarcir a los prestamistas, con esta fórmula: “Empresas públicas por deudas”.
Esta propuesta (o exigencia) ya figuraba en el último “Documento de Santa Fe”.
El peronismo menemista, que había reemplazado “la soberanía política” por “las
relaciones carnales” con los EE.UU., se dispuso a obedecer.
Durante décadas, ‘intelectuales orgánicos’ del capital hegemónico, como los integrantes de
FIEL (Fundación de Investigaciones Latinoamericanas), de ACIEL (Acción Coordinadora
de las Instituciones Empresarias Libres), de la ‘Fundación Mediterránea’, de la UIA, la
Sociedad Rural, de los diarios grandes como La Nación, Clarín o Ambito Financiero, los
políticos como Alvaro Alsogaray, los economistas como los hermanos Aleman, los
periodistas influyentes como Bernardo Neustadt o Mariano Grondona, etc. atacaron
insistentemente al ‘estatismo’ y defendieron la libre competencia, el libre juego de la oferta
y la demanda, la libertad de producción, comercio y contratación, el derecho ‘absoluto’ a la
propiedad privada y las inversiones extranjeras.
El menemato tomó como verdaderos estos principios liberales (“el Estado es mal
administrador”) y justificó la entrega de casi todo el patrimonio nacional, con estos
argumentos:
- La ineficiencia del Estado en contraste con la eficiencia de la empresa privada;
- El monopolio del Estado (el peor de todos) sería eliminado dando lugar a la
competencia.
- El Estado dejaría de perder muchos recursos, para destinarlos a mejorar los servicios
de salud, educación y seguridad social.
- Con lo recaudado por las ventas, se pagaría la deuda externa.
- Las empresas privadas brindarían mejores servicios y más baratos.
Ante premisas tan falsas, resultados tan opuestos.
Algunas empresas de estatales –por ejemplo Gas del Estado-, eran muy eficientes y son
centenares de empresas privadas que quiebran por año ¿será por su eficiencia?.
Afirmar que el monopolio estatal es el peor por su omnipotencia, es no tener la menor idea
del poder inconmensurable de los monopolios imperialistas.
Tampoco se libró al juego de la competencia; ejemplo: Telecom y Telefónica.
En caso de Aerolíneas Argentinas, se cambió el monopolio del Estado argentino por el del
español.
El Estado argentino siguió ‘perdiendo’, subsidiando los ferrocarriles con una cantidad aún
mayor que antes, a pesar de funcionar la cuarta parte de su red.
El financiamiento de la salud, educación y seguridad, empeoró.
La deuda externa no se pagó, sino que aumentó al doble.
En realidad, las privatizaciones costaron más al Estado, que lo que recaudó.
Los servicios se encarecieron enormemente.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 78
Juan Antonio Vilar

Salvo algunos casos excepcionales, como las telecomunicaciones, los servicios de


ferrocarriles, Aerolíneas Argentinas, obras sanitarias, empeoraron.
La mayoría de las empresas privatizadas, no cumplieron sus contratos: no hicieron las
inversiones previstas (por ejemplo: en infraestructura energética –electricidad, exploración
petrolífera, obras sanitarias-) o no pagaron el canon como Correos, aeropuertos.
El menemato vendió o concesionó indiscriminadamente, todo el patrimonio social: suelo,
subsuelo, espacio aéreo. ¿en qué quedó el artículo 40 de la Constitución peronista?
Las empresas fueron privatizadas sin pasivos y con su personal reducido (el Estado se
hizo cargo de las indemnizaciones): utilizó el mecanismo de ‘capitalización de la deuda
externa’, es decir, los títulos –muy devaluados- fueron recibidos a su valor nominal; los
bienes fueron tasados (a la mitad o menos de su valor) por expertos internacionales (que
cobraron fortunas) y los pliegos de condiciones, fueron preparados de acuerdo con las
empresas que ganarían la licitación.
Los consorcios adjudicatarios debían estar integrados por grupos locales, bancos tenedores
de títulos y empresas extranjeras con experiencia tecnológica en el ramo a licitarse.
El ministro Dromi, condujo las primeras privatizaciones (Aerolíneas Argentinas, ENTel,
radios, canales de TV) que fueron tan improvisadas como ‘desprolijas’ (eufemismo
utilizado para ocultar las operaciones turbias o negociados).
El caso de Aerolíneas Argentinas fue escandaloso (los otros, también). Los bienes de la
empresa y sus rutas, fueron subvaluadas. Algunos aviones fueron tasados a un valor
simbólico de un dólar. Una cláusula del pliego de licitación que prohibía hipotecar los
aviones, fue eliminada momentos antes de abrirse el concurso. Se presentó ante la Justicia
un recurso de amparo para trabar el proceso licitatorio, cargado de irregularidades. El
gobierno apeló a la Corte quien, mediante el recurso de ‘per saltum’, arrebató el expediente
al juez natural y sin leerlo, rechazó el amparo.
Luego Iberia, no cumplió con ninguna de sus obligaciones y así llegamos al momento
actual en que el servicio de Aerolíneas Argentinas (española) es un desastre.
La segunda etapa, la dirigió Cavallo, quien vendió o concesionó:
- ramales ferroviarios y subterráneos;
- red nacional de carreteras;
- YPF., áreas centrales y secundarias de petróleo, oleoductos, refinerías, destilerías y flota;
- Gas del Estado, yacimientos, transporte y distribución del gas natural;
- SEGBA, Hidronor, centrales térmicas e hidroeléctricas: generación, transporte y
distribución de la electricidad;
- empresas petroquímicas: Río Tercero, Carboquímica;
- flota marítima, puertos, astilleros;
- aeropuertos;
- Correo Argentino, Caja Nacional de Ahorro y Seguro;
- Mercado de Hacienda de Liniers, el predio de Palermo (que ocupa la S.R.), hipódromos y
más de 800 inmuebles;
- SOMISA;
- la mayor parte del sistema provisional, regalado a las AFJP (Administración de Fondo de
Jubilaciones y Pensiones).
Los principales beneficiados de las privatizaciones, fueron los grandes grupos económicos
argentinos, como PECOM (Pérez Companc), Compañía Comercial de Combustibles
(Soldati), SOCMA (Macri), ASTRA (Grüneisen), Loma Negra (Fortabat), Benito Roggio,
Garovaglio y Zorraquín, Eurnekian, Enrique M. Pescarmona. Entre los extranjeros, están:
el Holding CEI (Citicorp Equity Investment), Telefónica, Telecom, Repsol, Techint, British
gas, Lyonnaise de Eaux Dumez y otros. Las empresas europeas, principalmente españolas,
aventajaron a las norteamericanas.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 79
Juan Antonio Vilar

V – 9 f. 5 - La Flexibilización laboral.
La OIT. –Organización Internacional del Trabajo- considera como flexibilización laboral,
al “conjunto de modalidades que permiten a las empresas, tener mayores prerrogativas de
gestión y organización en la relación contractual con los empleados.”
El gobierno menemista la presentó, como la “Modernización Integral de las Relaciones
Laborales”, siendo una herramienta útil para mejorar la eficiencia de la economía, la
competitividad internacional, aumentar las inversiones y promover el empleo.
Así se adaptaba a las tendencias mundiales dominantes, de la globalización del poder
concentrado y darle una salida a la profunda crisis que sufría el país. Contó con el apoyo de
la dirigencia sindical peronista.
La flexibilización se concretó en la década del 90, mediante la sanción de una serie
abundante y variada, de leyes y decretos, que van desde el decreto de reglamentación del
derecho de huelga para los servicios esenciales de octubre de 1990, hasta la sanción de la
Ley Nº 25.013 de septiembre de 1998 que establece un nuevo régimen indemnizatorio y la
eliminación de los contratos promovidos.
Entre medio, se sancionaron la Ley de Empleo Nº 24.013/91, el decreto 470/93 de libre
agremiación y asociación; la Ley 25.465 de fomento del empleo con períodos de prueba y
contratos de tiempo parcial; la Ley 24.467 llamada “Estatuto Pyme” que elimina las
indemnizaciones en contratos formalizados por la ley de empleo, cambia el período de
vacaciones, flexibiliza las jornadas y los horarios, fracciona el aguinaldo en 3 cuotas y
dispone la negociación con las comisiones internas, relativas a la categorización del
personal y la disponibilidad de puestos de trabajo; los decretos de 1995 de rebaja de aportes
patronales a las obras sociales; la Ley 24.635/95 de reforma al régimen de conciliación
obligatoria y otros que tendían a la polifuncionalidad, la descentralización de las
negociaciones laborales (para hacerlas por empresa), la extensión del período de prueba, de
los contratos temporarios y las pasantías.
La enorme desocupación que provocó la política menemista con las privatizaciones y la
apertura de los mercados, precarizó mucho más el trabajo. Abundaron los llamados
“contratos basura” que dejaban en total desprotección al obrero y, además, cobrando un
sueldo de hambre; las horas extras no eran pagadas y hasta se dieron casos, de rebaja de
los salarios.
La ‘modernización’ menemista, hizo retroceder al obrero al siglo XVIII.
Simultáneamente el sector empresarial, se benefició con el aumento de la productividad, la
rebaja de los aportes patronales a las obras sociales y a las jubilaciones; con las ART –
Aseguradoras de Riesgos del Trabajo- derivó su responsabilidad por accidentes.
La participación de los asalariados en el PBI, cayó.
Así resultó “la justicia social” peronista.

V – 9 f. 6 - El movimiento sindical.
La CGT y casi todo el sindicalismo, acompañó la política menemista.
Las leyes más nefastas, fueron votadas por la numerosa bancada sindical peronista.
El secretario de la CGT, Saúl Ubaldini, que tan combativo había sido durante el gobierno
de Alfonsín, terminó sometiéndose sumisamente.
Con raras excepciones, Menem subordinó al sindicalismo burocrático, que se ‘modernizó’
y se adaptó a los nuevos tiempos neoliberales. El sindicalismo se transformó en
‘empresario’; fue un “sindicalismo de negocios” (business union).
Organizaron cursos de formación sindical, dictados por ideólogos norteamericanos o
europeos, que instruyen en una nueva concepción: el sindicato es una empresa proveedora
de servicios a sus afiliados, priorizando sus relaciones con los funcionarios y empresarios.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 80
Juan Antonio Vilar

Dirigentes gremiales viajan frecuentemente a EE.UU. para asistir a cursos de capacitación


organizados por la AFL-CIOL (American Federation of Labour – Congreso of Industrial
Organization), entidad relacionada con la CIA (Agencia Central de Inteligencia).
Armando Cavalieri –eterno secretario del gremio más numeroso de la Argentina, el de
Empleados de Comercio-, ha destacado orgullosamente que conduce su Sindicato, como
una Empresa.
En 1992, el Congreso de la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza,
conducido por Carlos Alderete (gremio de 39.000 afiliados y 55.000 trabajadores), aprobó
el último balance que arrojó una ganancia de 42, 8 millones de dólares y la constitución de
un Holding de empresas, controladas por el sindicato, que incluía bancos, aseguradora,
sistema prepago de salud, compañía de turismo nacional e internacional, pool de farmacias
y hasta una universidad. El sindicato maneja hoteles, farmacias, escuelas, participa en una
AFJP (Administración de Fondos de Jubilaciones y Pensiones) y es proveedora de
electricidad en algunas provincias.
Los gremios grandes como la UOCRA, SMATA, FATSA (Sanidad), Gastronómicos,
UOM, SUPE, Mercantiles, SUTERH (porteros), Seguro, Mineros y muchos más, participan
como accionistas o comisionistas de la AFJP. Además, administran las PPP. (Programa de
Propiedad Participada).
El SUPE (Sindicato Único Petrolero del Estado) tiene perforadoras de petróleo y una
flota de barcos con 9000 empleados.
Son muy numerosos los dirigentes sindicales peronistas que han ocupado –y ocupan-
bancas en el Congreso Nacional o en las Legislaturas provinciales. También desempeñan
funciones gubernativas o empresariales.
Antonio Cassia fue simultáneamente, Secretario de la CGT, de SUPE, director
administrativo de YPF y dirigía la empresa de perforación y la flota.
José Luis Lingieri, era Secretario del Sindicato de Obras Sanitarias, presidía el ANSSAL y
ocupaba un lugar en el directorio de Aguas Argentinas.
¿Sería ésa la polifuncionalidad menemista?
Mientras estos magnates sindicales hacían negocios y se enriquecían escandalosamente,
centenares de miles de trabajadores perdían su trabajo y a ningún burócrata se les ocurrió
defenderlos. No defendieron las empresas públicas ni las fuentes de trabajo. Es que los
gremialistas no están para esas ‘pequeñeces’, sino para transar y hacer negocios.
Al privatizarse YPF, el secretario del SUPE, Diego Ibáñez ‘dio un paso al costado’ y de
40.000 empleados que tenía la empresa, quedaron 8.000. Fueron los ex trabajadores de
General Mosconi y de Plaza Huincul, quienes organizaron los primeros piquetes contra la
política petrolera, que apoyaban los burócratas.
Será una característica de estos tiempos: los principales movimientos de resistencia (paros,
huelgas, reclamos, manifestaciones) serán realizados directamente por los obreros, muchas
veces, con la ausencia, oposición y condena de la dirigencia sindical.
Los burócratas sindicales atacaban en público la flexibilización, pero en la práctica,
firmaban cláusulas flexibilizadoras. Por ejemplo, el mismísimo Secretario General de la
CGT. Rodolfo Daer, como secretario de la Federación de Trabajadores de la Industria de la
Alimentación (FTIA), firmó para su gremio en octubre de 1994, un Convenio que reconocía
los “principios de polivalencia y flexibilización funcional para el logro de una mejor
productividad. . . cambios en las modalidades de trabajo. . . y modificaciones a los horarios
de trabajo y vacaciones, aceptando contrataciones temporarias; salarios de $ 345.= por 6
días a la semana, e inferiores para menores de 14 ó 15 años”.
En ese año, también firmaron acuerdos sectoriales SMATA y la UOM, con flexibilización
horaria y polivalencia funcional.
Los ferroviarios eran cerca de 100.000 antes de la ‘privatización’; luego quedaron menos
de 20.000; los empleados telefónicos de ENTEL fueron reducidos a 1/3; el sindicalista
Contribución al Conocimiento de la Realidad 81
Juan Antonio Vilar

Jorge Triacca, echó a 6.800 obreros de SOMISA. ¡Estos son los defensores de la clase
trabajadora!
En 1989 las Empresas Públicas tenían 302.600 empleados; en 1993 después de
privatizadas, quedaron 56.600; se reubicaron 114.400 por lo que quedaron despedidos o se
acogieron a retiro “voluntario” 103.100.
Con la desintegración del sistema ferroviario, quedaron 870 pueblos “fantasmas”.
Sólo unos pocos gremios enfrentaron las políticas neoliberales, principalmente ATE
(Asociación Trabajadores del Estado, con su secretario Víctor De Gennaro), CTERA
(Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina con Marta
Maffei, -los maestros levantaron una “Carpa blanca” frente al Congreso para reclamar a los
poderes públicos- ) y otros, constituyeron una nueva central, con características diferentes,
denominada CTA (Central de Trabajadores Argentinos) y que, hasta hoy, no ha sido
reconocida oficialmente. También Municipales de Jujuy (con el ‘perro’ Santillán),
Mecánicos de Córdoba y la CCC. (Corriente Clasista y Combativa de Juan Carlos
Alderete), libraron una lucha despareja contra el modelo.
Ya avanzado el modelo, algunos gremios burocráticos, se vuelven opositores (con tácticas
vandoristas de “golpear y negociar”) como los Camioneros de Hugo Moyano y la UTA
(Unión Transporte Automotor) de Juan Manuel Palacios, que constituyeron la MTA
(Movimiento de Trabajadores Argentinos).

V – 9 f. 7 - Balance de la década menemista.


La estabilidad lograda desde la Convertibilidad, fue sostenida por un fenomenal
endeudamiento externo. El 1 á 1 era artificial e insostenible en el tiempo.
El enorme flujo de capitales extranjeros que llegaron al país, no se destinaron a
inversiones productivas sino, principalmente a facilitar la transferencia de las empresas
públicas, quedarse con ellas.
La sociedad argentina, perdió casi todo su patrimonio, que fue transferido –a precio vil- a
la actividad privada.
Las empresas privatizadas recuperaron rápidamente sus inversiones y obtuvieron
elevadísimas ganancias, que remitieron al exterior. Los servicios, en general, empeoraron y
se encarecieron.
Con la creación de la jubilación privada, el Estado cedió graciosamente a las AFJP
(manejado por los bancos) miles de millones de dólares anuales.
Se firmaron con Estados extranjeros, 50 Tratados Bilaterales de Inversión (BTI), que
establecían la “prórroga de jurisdicción”, es decir, se renunciaba a la competencia judicial
argentina, en la resolución de conflictos con las empresas (se daba competencia al CIADI).
La Nación firmó 2 Pactos Fiscales con las Provincias (la Coparticipación Federal), por los
cuales, las Provincias cedieron a la Nación, buena parte de sus recursos, perdiendo sus
autonomías económicas. Todas las provincias quedaron con déficits presupuestario y
endeudadas. Entre 1992 y 95, por estos nuevos Pactos, las Provincias perdieron (a favor de
la Nación), 13.783,1 millones de pesos-dólares.
Por Ley 24.049/92, la Nación transfirió los servicios educativos a las Provincias, pero sin
su correspondiente financiamiento.
Los más grandes criminales que ha conocido la Argentina –los jefes militares del Proceso-
fueron indultados.
La calidad institucional se degradó. Con las facultades delegadas por el Congreso, Menem
sancionó, hasta la reforma de la Constitución de 1994, 166 Decretos de Necesidad y
Urgencia –DNU- reconocidos, pero existen identificados otros 170, que hacen un total de
336. La Suprema Corte reconoció su validez en 1990, “en la medida que se dicten frente a
situaciones de extrema gravedad que pongan en peligro la continuidad del Estado o
signifique la disgregación social”. El abuso fue inconmensurable.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 82
Juan Antonio Vilar

El equilibrio fiscal duró poco. El gasto público nacional y provincial, creció


desmesuradamente; se gastó dispendiosamente, perdiéndose en gran parte, en el ‘agujero
negro’ de una clase política corrupta. El menemato se caracterizó por sus negociados,
corrupción e impunidad.
Abundaron los personajes de oscuros antecedentes, como el saudita Ghaith Pharaón
(accionista principal del Banco de Crédito y Comercio Internacional –BCCI-), sospechado
de lavar dinero; el traficante de armas Monzer Al Kassar, también sospechoso de
narcotraficante; los funcionarios Mario Caserta y Amira Yoma, quienes junto con el
enigmático oficial sirio Ibrahim Al Ibrahim –nombrado al frente de la Aduana, sin conocer
el idioma castellano-, aparecieron involucrados en una causa de lavado de narcodólares,
llevada por el juez español, Baltasar Garzón, pero fue cerrada rápidamente por la jueza
menemista María Servini de Cubría, para que no se investigara; también los súbitos
millonarios, vaciadores de bancos como Raúl J. Moneta (Banco República y Banco
Mendoza), los hermanos Trusso (Banco de Crédito Provincial –BCP-), los procesados
hermanos José y Carlos Rohm (Banco General de Negocios), M. Gastaldi (Banco Extrader);
el “suicidado” Alfredo Yabrán, el “diputrucho”, etc.
La Cámara de Diputados, años más tarde, formó una Comisión encargada de investigar las
actividades ilícitas (de evasión y corrupción). Encontró tantas irregularidades y sospechosas
conexiones, que quien la presidía, Elisa Carrió, denunció haber hallado “la matriz del
Estado mafioso”.
La Justicia menemista cerró todas las causas, sin aclarar nada.
El Estado Benefactor quedó desmantelado. Se desfinanció el servicio de salud pública (las
obras sociales, el PAMI, los hospitales), para beneficiar la “medicina privada” (prepaga).
Con la mayoría de los habitantes sin obra social, los hospitales, colapsaron.
El Estado recortó el presupuesto a la enseñanza pública, de las universidades y la
investigación científica, para favorecer a la enseñanza privada. Con el crecimiento de la
pobreza, muchas escuelas primarias, se transformaron en “comederos”.
Algunos indicadores económicos y sociales, muestran los resultados dramáticos de la
década.
La población de Argentina en 1999, ascendía a 36.578.000 habitantes; el 46 % se
concentraba en Capital Federal y Provincia de Buenos Aires, país macrocefálico.
La desocupación era del 8,1 % en 1989 (941.000 personas) y del 14,5 % en 1999
(1.912.000 personas). Los subocupados en 1990: 8,6 % (934.000) y en 1999: 14,9 %
(1.984.000).
El 85 % de los 2.900.000 jubilados, ganaba menos de $ 250.- y se calculaba la canasta
familiar para la 3ra. edad, en $ 570.-
El trabajo “en negro” se estimaba en alrededor del 40 %.
La pobreza (es decir, las necesidades básicas insatisfechas –NBI-) fue en 1989 –en
una coyuntura de crisis e hiperinflación-, del 38,2 %; en 1991, del 21,5 % y en 1999, del
26,7 %.
La indigencia era en 1991, del 3 % y en 1999, del 6,7 %.
La participación de los asalariados en el PBI, se estimaba en un 34 %.
La desigualdad, fue en aumento: en 1999, el 10 % más pobre, obtenía el 1,3 % del total,
mientras el 10 % más rico, el 39,3 %, es decir, 23 veces más.
El PBI creció a U$S 282.769.000.= en 1998, pero comenzaba la larga recesión.
La deuda externa en 1999, ascendió a 124.000 millones de dólares y, sumando la deuda
externa privada, alcanzaba los 140.000 millones de dólares.
Los capitales argentinos en el exterior (fugados), era en 1991 de U$S. 60.416.000.= y
ascendió en 1998 a U$S. 99.231.000.=
El saldo de la cuenta corriente entre 1992 y 1998, fue negativo en U$S. 63.500.000.=
Contribución al Conocimiento de la Realidad 83
Juan Antonio Vilar

Entre 1990 y 98, las exportaciones argentinas aumentaron un 115 %, mientras que las
importaciones crecieron en un 320 %. Salvo en los años 1995 y 96, los saldos de la balanza
comercial, fueron negativos.
La inflación, que en 1989 había sido de 4.923,6 %, descendió a – 1,8 en 1999.
El menemato concluyó su década en plena recesión, con una pavorosa deuda pública y
privada, con un déficit presupuestario que superaba los 10.000 millones de dólares, con una
formidable evasión y fuga de capitales, caída de la industria y profunda crisis en el campo,
con enormes déficit provinciales y municipales, los hospitales sobrepasados por la
demanda, los servicios educativos degradados, una justicia que garantizaba la impunidad, la
desocupación crónica y miseria creciente, un alarmante aumento de la delincuencia,
millones de argentinos endeudados en dólares, pero con un poder económico cada vez más
concentrado y extranjerizado (que se adueñaron de las empresas públicas y obtenían
ganancias fabulosas) y nuevos ricos entre políticos oficialistas y aventureros amigos.

V – 9 g. - Presidencia de Fernando de la Rúa (1999 – 2001)


El hartazgo del menemato, originó la unión de la oposición para derrotarlo en las
elecciones generales de 1999. La Alianza entre la UCR. y el Frepaso, persiguió ese objetivo
y, si bien –como siempre y como todos- anunció el comienzo de “una nueva etapa”, o de
“un nuevo país”, la ambigüedad de su programa y la naturaleza de sus componentes, no
permitía abrigar demasiadas esperanzas. Se comprometió a mantener la convertibilidad,
eliminar la corrupción, pero no definía ningún plan para superar la recesión que ya
acumulaba 15 meses de duración.
La fórmula de la Alianza, integrada por F. de la Rúa - Carlos “Chacho” Álvarez, triunfó
con el 48,5 % de los votos, superando por más de 10 puntos a la peronista formada por
Eduardo Duhalde – Ramón “Palito” Ortega. Pero el peronismo retenía el gobierno en 14
provincias (entre ellas, las más importantes de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba),
controlaba el Senado y la Suprema Corte de Justicia.
El nuevo gobierno, muy pronto demostró su incapacidad y falta de ideas. Para salir de la
crisis, sólo apeló a ‘ajustes’ y más ‘ajustes’ (fueron 7 en dos años), tal como lo exigían los
organismos financieros internacionales y que no hacían más que agravar la recesión.
Comenzó en diciembre de 1999, con una Reforma Tributaria, conocida como
‘Impuestazo’ que recaía sobre la clase media y trabajadores de mayores salarios, con la
reducción del ‘mínimo no imponible’, incremento del impuesto a los bienes personales, etc.
y un recorte de gastos.
Le siguió en mayo de 2000, una rebaja de los sueldos de los empleados públicos;
después, de las jubilaciones y la desregulación de las obras sociales.
Simultáneamente, el Congreso sancionó la Ley Nº 25.250 de Reforma Laboral, que
ampliaba la flexibilización laboral realizada por Carlos Menem. Pero para lograr los votos
suficientes para aprobarla, fueron sobornados varios senadores peronistas, lo cual
demostraba “la existencia de un sistema de corrupción asociado a la sanción de las leyes”.
Se desató un escándalo de proporciones, que desembocó en la renuncia del vicepresidente
Álvarez. Esta crisis institucional, fue el comienzo del fin del gobierno de de la Rúa. La
Alianza, en realidad, nunca fue sólida; el Frepaso apenas tenía alguna presencia en el
Gabinete, dominado por economistas radicales liberales, mientras que el presidente,
además de mostrar una completa incompetencia, mantuvo distancia de su propio partido.
El gobierno nacional renegoció con Repsol –a un precio vil- la concesión del yacimiento
hidrocarburífero más importante: el de Loma de la Lata. La política de la Alianza, constituía
una perfecta continuidad del menemato: libre mercado, endeudamiento externo,
privatizaciones, convertibilidad, flexibilización laboral, corrupción.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 84
Juan Antonio Vilar

En el mes de diciembre, anunció el “Blindaje financiero”. Consistía en un préstamo


extraordinario por U$S. 13.700 millones, otorgado por el FMI., el BM., el BID. y un grupo
de países, que serviría como garantía de futuros vencimientos de la deuda externa.
Además, se congeló el gasto público nacional y provincial.
La situación económico-social siguió empeorando y el 2 de marzo de 2001, el ministro de
Economía, Machinea, renunció.
El nuevo ministro, Ricardo López Murphy (economista de FIEL), anunció un drástico
programa de ajuste que recaería principalmente en Educación y en las Provincias. Levantó
una generalizada ola de protesta social y renunció a los 16 días.

V – 9 g. 1 - Cavallo, un Ministro con “superpoderes”


Finalmente, de la Rúa, encontró al hombre ‘providencial’, al salvador que “venía a
solucionar los problemas” como repitió incesantemente: Domingo Felipe Cavallo.
La situación era tan grave, que el presidente pidió al Congreso, “poderes especiales” que,
una vez más, fueron concedidos. De hecho, Cavallo asumió su cargo con superpoderes.
La irresponsabilidad, la inconciencia y la falacia de nuestras autoridades, no tiene límites.
Mientras la Argentina caía en el abismo más profundo de su historia, el ministro Cavallo
declaraba en España el 26 / 3 / 01: la Argentina “no pedirá una ampliación de la ayuda
financiera internacional, porque no la necesita.
¡Pronto, nos van a sobrar recursos!”
Y comenzó el frenético accionar de Cavallo: la ley de “competitividad” imaginaba que
desataría un “shock” productivo (y recortes por $ 3.000 millones).
En abril anunció otro durísimo ajuste por $ 4.000 millones, a fin de lograr un ‘megacanje’.
El día 3 de junio, un Cavallo exultante, anunció el éxito del Megacanje. Por un monto de
U$S. 29.477 millones, se canjeaban bonos de deuda externa (que implicaba U$S. 16.039
millones) que tenían vencimiento hasta diciembre de 2005, prorrogando los mismos, hasta
el 2031. Las condiciones pactadas, eran usurarias, ya que la tasa de interés era del 15,29 %.
A sola firma, la deuda externa se incrementaba en U$S. 40.000 millones (mucho más de la
contraída durante 7 años por el Proceso Militar).
En julio fue sancionada la Ley de “Déficit Cero”. Establecía un recorte del 13 % de los
sueldos de los empleados estatales activos y de jubilados y que afectaba a 1.500.000 de
empleados públicos y a 533.000 jubilados.
Todas estas medidas extraordinarias y arbitrarias, eran presentadas por el gobierno, como
la gran solución de los problemas económicos y que no existían otras alternativas (según el
“pensamiento único” dominante). La verdad, era todo lo contrario, pues agravaban la
recesión, aumentaba el endeudamiento, la dependencia y la pauperización social.

V – 9 g. 2 - La fuga de divisas.
Para mediados de año, el modelo basado en la convertibilidad, estaba agotado, sin
embargo, los organismos financieros multilaterales lo siguieron sosteniendo. ¿Cómo puede
entenderse si se anunciaba un “colapso inevitable”? Si tenemos en cuenta que durante todo
el año hubo una extraordinaria fuga de divisas al exterior, podríamos deducir que
precisamente financiaron dicha fuga. Es decir, dieron tiempo para que el ‘establishment’
remitiera sus capitales líquidos al exterior y los pusieran a buen recaudo.
Ante la pérdida de capitales, la Cámara de Diputados de la Nación, designó una “Comisión
Especial Investigadora sobre Fuga de Divisas de Argentina”, que estuvo presidida por el Dr.
Eduardo Di Cola. Realizó un serio trabajo, contando con la colaboración de investigadores
de FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales) y llegó a estas conclusiones:
1- En el año 2001 los activos externos alcanzaron a U$S 127.074 millones. Durante la
convertibilidad, la suma ascendió en U$S. 73.332 millones.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 85
Juan Antonio Vilar

2- La salida de divisas, sólo del sector privado no financiero, con exclusión de las
operaciones de comercio exterior, alcanzó un total de U$S 29.913 millones
3- De ese total, correspondieron U$S 26.128 millones a 7015 empresas y a U$S 3.785
millones a 43.320 personas físicas.
Entre las principales empresas que fugaron, están: Pecom Energía (Pérez Companc),
Telefónica Argentina (privatizada española), YPF Argentina (privatizada española),
Telecom Argentina (privatizada franco-italiana), Nidera (cerealera norteamericana), Schell
(petrolera anglo-holandesa), Esso (petrolera norteamericana), Bunge Ceval (cerealera
multinacional), Molinos Río de la Plata (alimentos de Pérez Companc), IBM. (informática
norteamericana), Massalín-Particulares (cigarrillos, británica), EG3 SA., Louis Dreyfus,
Cargill, Volwagen, Edesur, Coca Cola, Ford, Renault, Quilmes, Multicanal, Cablevisión,
Aceitera General Deheza, Alto Palermo, Disco, Metrogas, y otras.
Entre las personas físicas, encontramos a: Marcelo Devoto (supermercados), Gregorio
Pérez Companc, Javier Madanes Quintanilla (Aluar), Raúl Frávega, Arturo Acevedo
(Acindar), Jorge Blanco Villegas, Roberto Paladini, Eduardo Escasany (Banco Galicia),
Carlos Spadone, Amadeo Juncadella, Eduardo Elsztain (Shopping), Eduardo Constantini,
Luis Mitre, Amalia Lacroze de Fortabat, Juan Carlos Bagó, Marcos Bobbio, Susana
Giménez Aubert, Ricardo Handley y otros.42
En esta larga pero incompleta lista, figuran muchos de los grandes beneficiarios de la
última dictadura militar, del gobierno de Alfonsín y del menemato y constituyen el núcleo
central del “establishment”.
Pero mientras los capitalistas argentinos fugaban sus ganancias, contraían enormes
deudas, sabiendo que finalmente, el Estado los salvaría. Según la Fundación Capital que
dirigía Martín Redrado, el endeudamiento privado ascendía a U$S 90.000 millones, más
9.000 millones de redescuentos.
No puede extrañar entonces, que Franco Macri, paradigma y expresión del empresariado
parasitario y prebendario, de sucios negociados con el Estado, pidiera la estatización de la
deuda en dólares contraída por las empresas.
El estafador Macri, que nunca pagó el cánon por el Correo, se presentó a convocatoria de
acreedores por una deuda de $ 740 millones. También se concursaron empresas como el
Grupo Exxel, la Sociedad Comercial del Plata, Alpargatas, Gatic, Adidas, Acindar y las
obras sociales de SMATA y de la UOM.

V – 9 g. 3. - La debacle final.
La recesión se agudizaba. El PBI había caído en 1999, un 3,4 %, en el 2000, un 0,5 % y en
el 2001, 1,5 %.
La industria nacional, agonizaba frente a los productos importados; la inversión, seguía
cayendo; la producción agropecuaria era excelente, pero de escasa rentabilidad por la caída
de los precios internacionales y el tipo de cambio (dólar barato).
La coyuntura internacional, era muy desfavorable. La especulación financiera, provocó
desde 1995, múltiples crisis en el mundo: en México, en Asia, en Rusia, en Brasil en 1999,
en Turquía en 2001.
Mientras el FMI continuaba exigiendo al gobierno argentino, más recortes al gasto fiscal,
se empezaron a escuchar voces de influyentes economistas del establishment, de la
necesidad de salir de la convertibilidad, habiéndose planteando la alternativa de devaluación
ó dolarización.

42
COMISION ESPECIAL INVESTIGADORA DE LA CAMARA DE DIPUTADOS SOBRE FUGA DE
DIVISAS DE LA ARGENTINA DURANTE EL AÑO 2001, Fuga de divisas en la Argentina, Buenos Aires,
FLACSO / Siglo XXI, 2005.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 86
Juan Antonio Vilar

En 15 provincias circulaban monedas propias, que rápidamente se desvalorizaban


aumentando las penurias de la población.
La desocupación alcanzó el 14,7 %.
La situación social se tornó explosiva. Todos los días aparecían piquetes cortando rutas y
calles en distintos lugares del país. Reclamaban ‘Planes Trabajar’, o que le pagaran salarios
atrasados o para defender su fuente de trabajo.
Los paros y manifestaciones, se sucedían. En dos años de gobierno de la Alianza, el
movimiento obrero realizó 7 paros generales (la CGT se había dividido en una ‘menemista’
encabezada por Rodolfo Daer y otra ‘disidente’ liderada por Hugo Moyano; además, no
tenía reconocimiento oficial la CTA).
El repudio de la ciudadanía a una ‘clase política’ inepta y corrupta, quedó demostrado en
octubre, cuando se realizaron elecciones nacionales legislativas.
El oficialismo perdió 5.400.000 votos en relación a 1999; el peronismo, que ganó con
5.727.000 votos, perdió 1.120.000; el voto “bronca” sumó 2.358.000 votos los cuales,
deberían sumarse a los 1.800.000 votos en blanco y a una abstención récord de 6.500.000
ciudadanos que no fueron a votar.
El peronismo quedó con una amplia mayoría en ambas Cámaras del Congreso, y empezó a
prepararse para volver al gobierno.
El hiperactivo ‘superministro’ continuaba tomando infinidad de medidas: impuesto al
cheque, la bancarización forzada (de sueldos estatales), la Ley de intangibilidad de los
depósitos. . .
Por decreto 1387, dispuso el canje de bonos de deuda desvalorizados, por Préstamos
Garantizados por un total de $ 30.000 millones, al 7 % de interés. Las AFJP. canjearon
títulos por $ 17.700 millones.
Pero la fuga de depósitos bancarios era alarmante. En el último día de mes de noviembre,
se produjo una corrida bancaria descomunal: se extrajeron depósitos por más de $ 1.000
millones.
Para salvar al sistema bancario, ese mismo día, Cavallo dispuso inmovilizar todos los
depósitos (plazos fijos, cajas de ahorro, cuentas corrientes), permitiendo sólo una extracción
semanal por $ 250.= ($ 1000.= por mes). Nació así, el llamado “corralito”.
Cavallo pretendió justificar su medida, afirmando que “no podíamos permitir que se siga
fugando el capital de la Argentina”. Es curioso, durante todo el año los más poderosos
capitalistas del país, fugaron divisas a discreción, y ahora inmoviliza los sueldos de los
empleados y los depósitos de los pequeños y medianos ahorristas.
Hubo más: por el mismo decreto, permitió pagar deudas bancarias con títulos de la deuda
(desvalorizados) a su valor nominal, dando lugar a una nueva licuación de pasivos de los
grandes deudores, por un total de U$S. 5.000 millones.
Entre la empresas beneficiadas, encontramos a los privilegiados de siempre: Pecom
Energía, YPF, Telecom, Caminos de la Sierra, Loma Negra (Fortabat), Coviares, José
Cartellone, Correo, Tecpetrol (de Techint), Cía. General de Combustible, Disco, Socma,
Arcor (Pagani), Volkswagen, Transportadora de Gas del Norte, Coto, Aguas Argentinas
(Suez), Siderar, Victorio A. Gualtieri, Industria Metalúrgica Pescarmona, Sancor, Yoma,
Acindar, Telefónica, IRSA (Soros-Elsztian), CTI., La Nación, Clarín, Américan Express,
etc., es decir, las empresas privatizadas que ganaron fortunas, las empresas transnacionales
y los grandes grupos económicos argentinos que fugaron divisas, volvieron a lograr, otra
vez, la licuación de sus deudas internas, gracias a Cavallo y de la Rúa.
Esta es una muestra palmaria del sistema capitalista, que ‘privatiza las ganancias y
socializa las pérdidas’. El interés privado dominante, por encima de todo principio,
doctrina o justicia. En situaciones límites, los dueños del poder económico y político,
desconocen el “derecho sagrado e inviolable de la propiedad privada” para acrecentar sus
fortunas.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 87
Juan Antonio Vilar

V – 9 g. 4 - El estallido social.
La situación social, era desesperante. El INDEC registraba en octubre, 9 millones de
pobres y 3 millones de indigentes en las ciudades. Informes de la ONU, ubicaba a la
Argentina entre los países de mayor desigualdad social: los ingresos del 20 % más rico, eran
un 14,6 veces mayor que los del 20 % más pobre.
A mediados de diciembre, reaparecen los saqueos de los comercios en distintos puntos del
país. Pero Cavallo no cede y envía al Congreso un proyecto de presupuesto para el año
2002, con recortes por $ 6.000 millones.
Por la noche del 19 de diciembre, estalló la furia: decenas de miles de porteños (clase
media y ahorristas en su mayoría), protestaron airadamente en plaza de mayo, haciendo
sonar sus cacerolas. Cavallo presentó su renuncia. Pero la furia no se apaciguó. Al día
siguiente, manifestaciones populares multitudinarias, en varias ciudades del país, fueron
reprimidas violentamente, provocando unos 30 muertos y muchos heridos.
Fue el último acto de gobierno de de la Rúa.

V – 9 h. - La transición peronista.
“Que se vayan todos y que no quede ni uno sólo”
El estallido social del 19 y 20 de diciembre, no sólo apuntó contra un gobierno nefasto,
sino contra toda la clase política inútil y corrupta.
Fue el resultado de la catástrofe de un cuarto de siglo de políticas neoliberales, fatales
durante la década del 90, causante de la crisis –política, social y económica- más profunda
sufrida por la Argentina en toda su historia moderna.
De la Rúa renunció el mismo día 20. Ocupó interinamente el P.E. el vicepresidente del
Senado, Ramón Puerta; el domingo 23, la Asamblea Legislativa eligió para el cargo, al
Gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá.
Apenas asumió, Rodríguez Saá declaró lo inevitable: el default (cesación del pago de la
deuda externa). Fue aplaudido jubilosamente por legisladores y gremialistas, que
desbordaban de alegría (los mismos, años más tarde, aplaudieron con idéntico fervor, al
presidente Kirchner, cuando decidió saldar la deuda con el FMI).
Pero Rodríguez Saá tenía poco peso en su partido y, abandonado por casi todos sus
compañeros gobernadores, renunció el día 30.
Finalmente, una nueva Asamblea Legislativa, designó presidente interino al senador
Eduardo A. Duhalde.
Era una reedición del Pacto de Olivos, casi con los mismos protagonistas: Alfonsín,
Barrionuevo, Nosiglia, que sellaron un acuerdo, para salvar a la corporación política más
desprestigiada de peronistas y radicales.

V – 9 h. 1 - El senador Eduardo Alberto Duhalde a/c. del PEN. (1 /1/ 2002 á 25 /5/ 2003).

“La dirigencia política es una mierda y, por


supuesto que yo me incluyo”. E.A.Duhalde.
Al asumir el gobierno, Duhalde no exageró la gravedad de la crisis: “Estamos quebrados,
estamos fundidos. . . ; prometió “terminar con el modelo agotado. . . con la alianza que
perjudicó al país, que es la alianza del poder político con el poder financiero” y “construir
una nueva alianza, la alianza de la comunidad productiva.”
Consecuente con esta idea, creó el Ministerio de la Producción, que puso al frente del
presidente de la UIA, José Ignacio De Mendiguren. Este, era un verdadero símbolo del
Contribución al Conocimiento de la Realidad 88
Juan Antonio Vilar

‘empresariado nacional’: había vendido su industria textil a un fondo de inversión


extranjero, el Exxel Group y depositado sus ganancias en el exterior; era “un industrial sin
industrias”. El ministerio fue tan inoperante, que fue suprimido al poco tiempo.
El Ministerio de Economía quedó a cargo de Jorge Remes Lenicov y el de Acción Social,
de Hilda González de Duhalde.
La crítica situación económica, hizo recrudecer la puja entre sectores de poder. El capital
norteamericano (apoyado por el FMI y el Tesoro de EE.UU.) poco beneficiado con las
privatizaciones, pugnaba por la devaluación. Los capitalistas argentinos, que ya habían
valorizado sus activos accionarios y los remitieron al exterior también pedían devaluación.
En cambio, las empresas privatizadas, en su mayoría de capitales europeos, sobretodo
españoles, pugnaban por la dolarización (cobraban las tarifas en dólares).
El 6 / 1 / 2002 el Congreso Nacional sancionó la Ley 25.561 de Emergencia Pública y
Reforma del Régimen Cambiario, que puso fin a la convertibilidad:
- Eliminó la dolarización de las tarifas de los servicios públicos;
- Pesificó los créditos bancarios de hasta 100.000 dólares;
- Impuso retenciones a las exportaciones de hidrocarburos;
- Concedió “poderes especiales” al P.E.N., con facultades para establecer el nuevo
valor del dólar y renegociar con las empresas privatizadas.
La salida de la convertibilidad, era un problema muy complejo y generó infinidad de
conflictos por los múltiples intereses afectados. Hubo demasiada improvisación, una falta
de previsión de los innumerables intereses involucrados y de sus consecuencias.
A principios de febrero, el decreto nº 71 dispuso la pesificación de los préstamos en
dólares y el congelamiento de los depósitos en dólares. Era un “corralón”.
Los depósitos en dólares se reconocieron a $ 1,40.= mientras que las deudas se pesificaban
1 á 1. O sea, que las deudas bancarias en dólares, de los grandes grupos económicos,
quedaron pesificadas 1 á 1, dando lugar a una nueva y formidable licuación de pasivos por
un valor aproximado de U$S. 2.000 millones.
Parecía un gobierno a la deriva, que daba marchas y contramarchas (Planes Bonex I y II,
creación del CER. Coeficiente de Estabilización de Referencia).
Duhalde había afirmado: “El que depositó dólares, recibirá dólares”. Pronto se arrepintió.
Sólo le preocupaba, evitar nuevos estallidos sociales, beneficiar al poder concentrado,
salvar a la banca y obedecer al FMI.
El gobierno debió soportar diariamente a los lobbys de empresarios y banqueros y a las
imposiciones del FMI, que pedía más ajustes, “un plan económico sustentable”, la
anulación de las leyes de Subversión Económica y de Quiebras.
Con la anulación de la ley de subversión económica, buscaba dar impunidad a sus socios
nativos, delincuentes de “guantes blancos”, como los banqueros hermanos Carlos y José
Rohm, Raúl Juan Moneta, Rubén Beraja, vaciadores de bancos y fugadores de divisas y a
varios más. En la Justicia, había 43 causas de subversión económica, que involucraban
además, a Pedro Pou –ex presidente del BCRA.-, Héctor Salgado, Carlos Bastos, Alfredo
Yabrán, los bancos Mayo y Los Andes, Repsol YPF, etc.
La anulación de la Ley de Quiebras, permitiría que los ‘inversores’ extranjeros se
quedaran con los activos de los deudores.
El BCRA. informó que los bancos tenían en sus carteras de activos, créditos hipotecarios
por más de $ 16.000 millones, alrededor de 53.000 inmuebles sujetos a remate, entre ellos,
campos con hipotecas en manos del Banco Nación y del Banco Provincia de Buenos Aires.
A pesar de la enorme presión externa, estos bancos no se privatizaron y salvaron a muchos
deudores y a sus campos.
El gobierno argentino estaba más sometido que nunca al FMI, en momentos en que este
organismo, era seriamente cuestionado a nivel mundial, por su comportamiento tan erróneo
en relación a las diversas crisis ocurridas en la última década.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 89
Juan Antonio Vilar

Personalidades de prestigio y experiencia como el último Premio Nóbel de Economía,


Joseph Stiglitz (ex economista jefe del BM), criticaban los perniciosos efectos de las
desregulaciones, recortes y ajustes impuestos por el FMI. Stiglitz decía: “Hay un
reconocimiento de que esas estrategias han sido nocivas para esos países”. Además, puso
en duda, la supuesta “mayor eficiencia privada sobre lo público”.
No obstante, la subordinación de Duhalde al FMI y a los EE.UU. era indignante. Dispuso
más recortes financieros, compensación a los bancos ‘por la pesificación asimétrica’, hizo
derogar aquellas dos leyes mencionadas, nombró Presidente del BCRA. a Mario Blejer que
durante 20 años había sido funcionario del FMI, recibió a ‘técnicos’ y a una Comisión de
Notables de extranjeros para que trabajaran con el gobierno en temas económicos; en la
ONU la Argentina votó contra Cuba, ‘marines’ yanquis, realizaron maniobras en Misiones
y Entre Ríos (aunque Duhalde lo negara ¿o los marines entran y salen del país, sin que se
entere el gobierno?), y apoyó el proyecto del ALCA.
El nuevo ministro de Economía, Roberto Lavagna, destacó el 13 / 6 / 02: “El único
escenario en el que hoy estamos trabajando, es el acuerdo con el FMI”. No hay Plan B.
Duhalde reconoció después: “Hemos cerrado los acuerdos técnicos. . . creemos haber
hecho todo lo que se nos solicitó”.
Esta degradante sumisión colonial, era tan notoria, que, al tratarse en el Congreso la ley de
Quiebras, la diputada Alicia Castro, pidió un sinceramiento a sus colegas y, portando una
bandera yanqui, manifestó: “. . . arríen la bandera nacional y procedan a seguir legislando
bajo esta bandera.”
A 4 meses de la devaluación, el BCRA había perdido U$S 4.000 millones de reservas.
No obstante el default, no era para todos: durante el año, se pagó esta misma cantidad, a
los Organismos Financieros Internacionales.
El gobierno, estableció el valor del dólar oficial en $ 1,40 mientras el dólar libre, se cotizó
en $ 2.-; un mes después, estaba en $ 3.- y al mes siguiente, a $ 4.-
Por su parte, los bancos perdieron $ 14.000 millones de depósitos. Por amparos judiciales,
se pagaron $ 1.924 millones.
El descalabro era generalizado. 94 empresas se declararon en default por las deudas en
dólares contraídas en el exterior. Pretendían que nuevamente el Estado las salvara con un
Seguro de Cambio. Esta vez, no lo lograron y decidieron demandar al Estado Argentino,
ante el CIADI.
.
V – 9 h. 2 - El CIADI.
Durante la década de los 90, los gobiernos argentinos firmaron 56 Tratados Bilaterales de
Promoción y Protección de las Inversiones Extranjeras (TBI).
En octubre de 1994, el PEN. promulgó la Ley Nº 24.353 que reconocía, con rango superior
a las leyes, la ‘prórroga de jurisdicción’ a favor de tribunales arbitrales internacionales, es
decir, el CIADI –Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones
entre Estado y nacionales de otros Estados-. Dependía del BM. y sus fallos eran inapelables.
El Banco Mundial fue el órgano que más había presionado a los Estados deudores, para
que hicieran las “reformas estructurales” y firme sostenedor de la economía libre de
mercado que impulsaba la OMC –Organización Mundial de Comercio-.
El CIADI se integra por 3 miembros: uno por cada parte, es decir, un representante de la
empresa demandante, uno por el Estado, más un 3ro. nombrado por el BM. Con esta
integración, quedaba garantizada la resolución del conflicto a favor de la empresa privada y
en contra del Estado.
Con la devaluación, las tarifas debían cobrarse en pesos y no en dólares –como había sido
hasta entonces- y, acto seguido, las empresas demandaron al gobierno argentino por
alrededor de 20.000 millones de dólares. Hasta el 2004, se plantearon 20 demandas.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 90
Juan Antonio Vilar

Hasta ahora, ya han salido 4 sentencias: todas a favor de las empresas y ninguna a favor
del Estado.
El Estado Argentino, ha quedado entrampado y las empresas utilizan esta ventaja, para
presionar al gobierno, al renegociarse las concesiones.
Desgraciadamente, a ninguno de los gobiernos sucesores de Menem, se les ha ocurrido
denunciar estos tratados, que siguen en vigencia.

V – 9 h. 3 - El drama social.
Con la devaluación al salirse de la convertibilidad, se inició una escalada de precios,
mientras los sueldos y salarios se mantuvieron congelados. El rebrote inflacionario
‘pulverizó’ los salarios. En sólo 5 meses, cayó un 25 % y al 2003, fue del 36 %. El salario
real, cayó al nivel más bajo de los últimos 50 años.
Pero no fue igual para todos: la cúpula socio-económica, continuó enriqueciéndose. La
desigualdad social, fue en aumento. Los ingresos del 10 % más rico, fueron 29,8 veces
superiores a los ingresos del 10 % más pobre.
Duhalde pretendió atender la emergencia social, creando un Subsidio Universal de $ 150.=
para Jefes y Jefas de Hogar, que abarcó a 1.900.000 familias que carecían de ingresos y
aumentando las partidas del Programa Alimentario.
Era un paliativo insuficiente. La pobreza siguió creciendo vertiginosamente; en marzo del
2002, eran 15.345.000 (el 42,6 %) y los indigentes, 5.655.300 (15,3 %) según el INDEC; en
febrero del 2003, los pobres eran 19.678.000 (el 57,5 %, es decir más de la mitad de la
población urbana), mientras que los indigentes, sumaban 9.411.000 (27,5 %).
En julio los desocupados y subempleados, sumaban 6 millones.
En septiembre, 2.700.000 mujeres, estaban al frente del hogar.
En marzo de 2003, el 44,2 de los trabajadores, es decir 3.700.000 estaban ‘en negro’, es
decir, en un trabajo informal, no registrado, o sea que carecen de seguridad social.
1.300.000 personas mayores de 65 años, carecía de cobertura provisional (obra social,
jubilación).
Como nunca hay hambre en la Argentina. Organizaciones barriales y religiosas, crearon
comedores. Cáritas dio de comer a 600.000 personas diariamente.
Se multiplicaron los cartoneros que revisaban la basura (donde a veces, encontraban
comida), mientras los ahorristas estafados, hacían sonar sus cacerolas frente a los bancos, la
Corte Suprema, era “escrachada”, y los ‘piqueteros’, cortaban calles y rutas exigiendo
trabajo y aumentos (el gobierno destinaba alrededor de 20 millones de pesos mensuales).
Solamente en el primer semestre de 2002, se contabilizaron 11.000 actos de protesta en
todo el país.
Surgieron numerosas Asambleas Vecinales y Barriales de ciudadanos autoconvocados.
Las últimas, crearon talleres productivos para atender sus necesidades más urgentes.
La falta de circulante y la ruptura de la cadena de pagos, originó la reaparición de una
antiquísima práctica comercial: el Trueque. Llegaron a funcionar 6.000 clubes de trueque en
todo el país. Pronto desaparecieron.
Un fenómeno de enorme importancia, fue la creación de cooperativas autogestionarias.
Numerosas fábricas y talleres abandonados por sus dueños, fueron reactivados por sus
obreros. Estas “fábricas recuperadas” tropezaron –y tropiezan- con muchas dificultades
‘legales’ (cuando comenzó la reactivación industrial en el país, sus primitivos propietarios
quisieron recuperarlas y apelaron a la justicia), pero los obreros continúan defendiéndose,
frente al abandono, la indiferencia y hasta la oposición, de la burocracia sindical.
En pocos meses, habían cerrado más de 1.200 empresas. Un estudio realizado por la
Universidad de Buenos Aires, registra 107 fábricas recuperadas con 10.000 trabajadores
organizados.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 91
Juan Antonio Vilar

Entre ellas, están la fábrica Zanón de Neuquén, la metalúrgica de Avellaneda Unión y


Fuerza (ex Gip Metal), la Metalúrgica Renacer de Ushuaia, el frigorífico J.J.Gómez de Río
Negro, la Cooperativa Chilavert, el Hotel Bauen de Buenos Aires, la clínica Junín de
Córdoba, y muchas más.
Se ha constituido el Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas.
En las últimas décadas –especialmente durante las dictaduras militares-, había sido
importante, la “fuga de cerebros” de investigadores y científicos argentinos, buscados en los
países más adelantados. Ahora, se produce un fenómeno tan extraordinario como
lamentable: miles de jóvenes argentinos emigran a Europa, por no encontrar futuro en el
país.

V – 9 h. 4 - El comienzo de un nuevo ciclo.


A fines del 2002, el ministro Lavagna anunció que al cabo de 27 meses, la actividad
industrial daba indicios de recuperación, fruto principalmente del nuevo tipo de cambio, que
se estabiliza en alrededor de $ 3,40 el dólar. Disminuyen entonces las importaciones y
mejoran las condiciones para los exportadores, fundamentalmente por la suba de precios
internacionales de los granos.
Al cumplirse un año, se levanta el ‘corralito’ pero no el ‘corralón’. Los depósitos
liberados, alcanzaron a $ 27.700.000.=
Con la crisis, se estima que la economía argentina, se había achicado un 11 %.
El proceso de concentración y desnacionalización, se aceleró. Se cerraron 31.54l casas de
comercio. Almacenes y despensas se vieron especialmente afectados por la concentración
de los super e hipermercados, predominantemente extranjeros (Carrefour, Wall Mart, Disco,
Jumbo).
La protesta social, continuó sin pausas. El asesinato de Kosteki y Santillán y la feroz
represión de las fuerzas de seguridad a una movilización piquetera, convencieron a Duhalde
de la necesidad de acelerar la entrega del mando.
El total desprestigio de los políticos y la crisis de representación, produjo una gran
fragmentación de los partidos. Como no había posibilidad de acordar una fórmula
presidencial que unifique a todo el peronismo, Duhalde -con extraordinaria habilidad para
evitar el triunfo de su rival interno Carlos Menem- logró que se postularan todos los
aspirantes. Así se presentaron 3 fórmulas peronistas.
Los radicales, también quedaron divididos en 3 partes, aunque con distintos partidos.
La fragmentación excedió a la imaginación. Tucumán bate todos los récords,
presentándose en la provincia, 60.000 candidatos.
Las elecciones generales se realizaron el 27 de Abril de 2003. El peronista Menem obtuvo
el 24 % de los votos y en segundo lugar, el peronista Néstor Kirchner logró el 22 % de los
votos.
Debía realizarse una 2da. vuelta entre ellos, pero el descomunal repudio de la sociedad
argentina a Menem, expresado en todas las encuestas, hizo que éste renunciara a
presentarse.
Kirchner quedaba como legítimo vencedor, y debía asumir el poder, en condiciones
extremadamente difíciles. Por eso, nuevamente el Congreso votó la delegación de poderes,
es decir, gobernaría con ‘superpoderes’.
Pero nuevas tragedias siguieron azotando a los argentinos. En mayo, la ciudad de Santa Fe
resultó inundada por la creciente del río Salado. La 3ra. parte de la ciudad –en la mayor
catástrofe de su historia-, se vio anegada por desidia de sus gobernantes, que no habían
completado obras de defensas, los terraplenes de protección del oeste, cuya construcción se
había demorado criminalmente.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 92
Juan Antonio Vilar

V – 9 i. - Presidencia de Néstor Kirchner (25 mayo 2003 á 10 diciembre 2007).

“En nuestro proyecto ubicamos en un lugar central, la idea


de reconstruir un capitalismo nacional.” N.Kirchner.
“No pagaremos la deuda externa a costa del hambre
de millones de argentinos”. N. Kirchner.
Kirchner asumió el gobierno, 17 meses después de sufrir el país , la peor crisis económica,
política y social de toda la historia moderna, con 4 años consecutivos de caída del PBI
(1999: - 3,4 %; 2000: - 0,8 %; 2001: - 4,4 %; 2002: - 10,9 %).
La salida de la convertibilidad, era imperiosa e inevitable, pero produjo un gigantesco
descalabro. Hubo una brusca caída del salario real –una brutal transferencia de ingresos en
perjuicio de los asalariados- y una variada y gran pugna de intereses de sectores afectados
por la devaluación y la pesificación.
Además, la deuda externa en default.
La prolongada recesión de más de 3 años, llegó a su fin a mediados del 2002, pero era
urgente, impulsar la recuperación. Al presidente Kirchner, le correspondió la ardua tarea de
reconstruir los poderes del Estado, lograr un consenso, impulsar la economía y, sobretodo,
atender el drama social, que había arrojado a la miseria, a la mayoría de los habitantes.
Con Kirchner, entramos en una nueva etapa del neoliberalismo argentino, porque tiene
pronunciadas diferencias con la etapa menemista. De allí, que muchos analistas, consideren
que está en germen un neodesarrollismo.
Kirchner llegó al gobierno con el porcentaje de votos más bajo de la historia. Restableció
la autoridad presidencial, impuso un nuevo estilo hegemónico, mejoró su imagen y rescató
del total desprestigio a la clase política. Captó el apoyo popular de todo el peronismo, con
los que ganó las elecciones realizadas durante su gestión.
La clave del éxito, fue la notable recuperación económica producida por una espectacular
alza de los precios internacionales de los cereales, granos, aceites y petróleo –los
commodities-.
Sostuvo el tipo de cambio alto –el dólar en alrededor de $ 3.=-. Se beneficiaron las
exportaciones agropecuarias, de automóviles, de aluminio y productos siderúrgicos.
Además, permitió una notable reactivación industrial que abasteció el mercado interno.

V – 9 i. 1 - Política económica.
Kirchner y su ministro de Economía, Roberto Lavagna, recompusieron prudentemente las
variables macroeconómicas, aprovechando una coyuntura internacional muy favorable
(¿otra burbuja?).
Casi todos los meses se anunciaban récords de recaudación, de exportaciones, de reservas
genuinas, de producción industrial y agropecuaria y, consiguientemente, la caída del
desempleo y de la pobreza. Este “milagro” argentino, se debió, en gran medida, al tipo de
cambio alto y el alza del precio de los granos, impulsado por la nueva “locomotora”
económica del mundo que es la China.
También fue relevante, la nueva tecnología aplicada a la producción (como los granos
transgénicos, la siembra directa, los agroquímicos) que elevaron los rindes y duplicaron la
producción en una década, alcanzándose a cosechar cerca de 100 millones de toneladas de
granos y cereales.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 93
Juan Antonio Vilar

Ahora la soja reina en la pampa húmeda, transformada en un “desierto verde” (“una


agricultura sin agricultores”, al decir de la F.A.A.) porque la nueva producción a escala, es
realizada por los ‘pools de siembra’ o los fideicomisos, que requiere poca mano de obra y
mucha tecnología.
La soja avanza sobre tierras marginales (Santiago del Estero, Chaco, Salta), deforesta el
monte nativo y las últimas selvas del país (Misiones, Salta), desplaza otros cultivos y cierra
tambos.
Últimamente, el gobierno argentino ha estimulado la producción de biocombustibles
(agrocombustibles), que constituye una amenaza para la producción de alimentos básicos.
El estado K., carece de planes integrales tanto para el agro como para la industria, pero
desempeña un papel activo en materia de conducción de la economía.
Así como el dólar barato mantenido durante la última dictadura militar y el menemato,
arrasó con buena parte de la industria nacional, con el cambio alto de este gobierno, se
desalentaron las importaciones y se promovió la producción nacional.
Sin embargo, la tendencia hacia la centralización y concentración de capitales a nivel
mundial, se ha acentuado vigorosamente en las últimas décadas. En nuestro país, esa
concentración y la extranjerización de la propiedad industrial, comercial, agropecuaria y de
servicios (y también de la riqueza) es descomunal.
Un informe del INDEC del año 2005, indica que de las 500 empresas más grandes de la
Argentina, 337 son extranjeras y sólo 163, argentinas. Las extranjeras habían obtenido
ganancias por $ 37.990 millones, mientras que las argentinas, $ 2.979 millones.
Poderosas empresas brasileñas (denominadas multilatinas), están invirtiendo en el país y
ya han absorvido a muchas de las más grandes empresas argentinas. Por ejemplo: Petrobrás
adquirió PeCom Energía de Pérez Companc; AmBev –Brahma- (belga-brasileña) compró
Quilmes; Belgo Mineiro adquirió Acindar; Camargo Correa se quedó con Loma Negra y
Alpargatas; JBS., con Swift y Cepa; Marfrig, con Quinckfood.
Los hiper y supermercados, son casi todos extranjeros: Wal-Mart, Carrefour, Jumbo,
Disco, y han hecho desaparecer a miles de almacenes y despensas.
Hoy los más grandes terratenientes del país, son Luciano Benetton con más de 900.000
hectáreas, Cresud de George Soros, con 450.000 ha., Douglas Tompkins con 250.000 ha.,
pero hay también terratenientes argentinos, que en provincia de Buenos Aires, tienen:
Grupo Bemberg: 143.000 ha.,Amalia Lacroze de Fortabat: 140.000 ha., Grupo Werthein:
100.000 ha; familia Blaquier: 45.000 ha.
El multimedios Clarín (de Ernestina Herrero de Noble), publica el diario de mayor tiraje
del país y tiene canales de TV., radios, servicios de Internet y parte de Papel Prensa.
La empresa nacional que más ha crecido en las últimas décadas, es Arcor, de Fulvio
Pagani, que ha extendido sus actividades a países vecinos.
Pero las principales empresas exportadoras (Cargill, Bunge Ceval, Dreyfus), energéticas,
bancarias, automotrices, celulósicas, son predominantemente, extranjeras.
Durante los 4 años y medio del gobierno K., la economía creció un 51,1 %.
El intercambio comercial, fue muy favorable. El BCRA. pudo comprar divisas,
acumulando reservas por más de 48.000 millones de dólares, que el Estado mantiene como
un fondo anticíclico.
Mención especial, merece la industria automotriz. Se ha modernizado, automatizado y
robotizado. Su producción anual se eleva a medio millón de unidades, exportándose una
parte. Esta industria, es toda de capitales extranjeros y son verdaderas terminales de
ensamblaje, dado que la mayor parte de sus componentes, son importados.
La abundancia de recursos fiscales, permitió realizar numerosas obras públicas, algunas
muy atrasadas, porque las empresas de servicio público privatizadas, no realizaron las
inversiones a que estaban obligadas, como en materia de infraestructura energética.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 94
Juan Antonio Vilar

La falta de marcos regulatorios durante el menemato, de órganos de control –o de su total


ineficiencia-, permitió que las empresas privatizadas no cumplieran con las inversiones que
debían realizar –algunas, ni siquiera pagaron el cánon como Macri con el Correo o
Eurnekian con los aeropuertos-.
Por ejemplo: Repsol sólo se preocupó en extraer el petróleo de los yacimientos
encontrados antes por YPF sin realizar nuevas exploraciones. El resultado fue una caída
muy pronunciada en el nivel de reservas de hidrocarburos.
En consecuencia, ha faltado gasoil y el Estado se vio obligado a importar fuel oil de
Venezuela. También faltó gas.
Reiteradamente faltó gasoil para realizar las tareas del campo y GNC.
No se previó con tiempo, que la reactivación industrial y el mayor consumo familiar,
aumentaría la demanda de electricidad. El resultado fue que la población, la industria y el
comercio, han tenido que padecer de restricciones y cortes. También, que el Estado se vio
necesitado de importar electricidad de Brasil.
La empresa francesa Suez, Aguas Argentinas, incumplió con las inversiones que debía
hacer en el sistema cloacal del conurbano. Produjo numerosas tragedias familiares en
barrios enteros, cuando subieron las napas e inundaron las viviendas con aguas servidas.
Cuando las tarifas quedaron pesificadas, la empresa abandonó el servicio –se hizo cargo el
Estado- y demandó a la Argentina ante el CIADI.
Desde que Menem desguazó el sistema ferroviario, los pocos FF.CC. que funcionan con
subsidios del Estado, prestan un servicio calamitoso. Los pasajeros bonaerenses, viajan peor
que el ganado; la casi desaparición de los trenes de carga, han abarrotado las rutas de
camiones, aumentando pavorosamente los accidentes en los caminos.
Con delirios de 1er. Mundo, el gobierno K. asumió el compromiso de instalar el “tren
bala” de Buenos Aires hasta Córdoba, para que puedan viajar unos pocos potentados. Se ha
calculado un costo de 4.000 millones de dólares; con ese monto, se podría reconstruir a
nuevo, una red que comunique, con locomotoras veloces, a la mayor parte de las ciudades
y pueblos del país y transportar a bajo costo, el grueso de la carga.

V – 9 i. 2 - La inflación.
La recuperación económica, el aumento de los precios internacionales, del circulante, del
consumo y del gasto público, ha producido un aumento del costo de la vida.
El Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, es el encargado de controlar los
precios. Como es incapaz de evitar los aumentos, ha procedido de la manera más torpe:
manipular los índices del INDEC.
En enero de 2007, fue destituida la Directora del Indice de Precios al Consumidor,
Graciela Bevacqua, siendo reemplazada por una funcionaria política sin idoneidad para el
cargo, pero útil a los designios del secretario. Continuó con un conflicto con empleados y
técnicos del organismo (que veían desvirtuado su trabajo) y más destituciones (la Directora
Nacional de Estadísticas y la Directora de la Encuesta Permanente de Hogares).
A partir de entonces, la información mensual del aumento de Precios al Consumidor, es
ridículamente bajo, muy alejado del verdadero aumento del costo de la vida, así como de
los índices que informan algunas provincias (por ejemplo: Mendoza).
Desde entonces, el INDEC ha perdido prestigio y credibilidad.
Se abrió un Proceso judicial en relación a este conflicto. Los técnicos y empleados del
organismo, fueron citados a declarar y, como están obligados a decir la verdad, lo hicieron
señalando la manera grosera con que se falsifican los datos. La consecuencia ha sido su
persecución interna (muchos son afiliados a ATE) y hasta de la agresión de una patota que
funciona dentro del organismo.
El gobierno desconoce que haya inflación, y entonces manipula los índices. El interés del
gobierno de falsear los datos, obedecen, por lo menos, a 3 motivos:
Contribución al Conocimiento de la Realidad 95
Juan Antonio Vilar

l) Parte de los bonos del último canje, están en pesos ajustados al CER, y por cada punto de
inflación, la deuda aumenta en 500 millones de dólares.
2) La recomposición salarial toma como referencia, a la inflación oficial; con la
complicidad de la burocracia sindical, el gobierno muestra un techo bajo en las paritarias y
así, logra que los aumentos acordados sean inferiores al alza del costo de la vida.
3) Distorsiona gravemente los indicadores sociales, resultando una tasa de pobreza e
indigencia muy inferiores a la verdadera.

V – 9 i. 3 - La Deuda Externa. El último canje.


En 1982, en pleno Proceso, el valiente periodista y gran patriota Alejandro Olmos, inició
una demanda en relación a la deuda externa, substanciándose la Causa nº 14.467. Durante
años, fue sumando documentos y referencias probatorias, pero falleció antes de dictarse el
fallo. En el año 2000, el juez Jorge Ballesteros dictó un histórico fallo, declarando a la
deuda externa “ilegal, ilegítima y fraudulenta”. Considerándose sin facultades para dictar
sentencia porque la magnitud de la estafa requería un pronunciamiento político, transfirió
todo el expediente al Congreso de la Nación, para que resolviera. Desde entonces, “duerme
el sueño de los justos”. Esfuerzos individuales de algunos diputados como Alfredo Bravo,
Mario Cafiero o Juan Domingo Zacarías, no surtieron efecto. El Congreso, jamás trató el
caso (ni lo tratará).
Todos los gobiernos desde Alfonsín en adelante, se sometieron a los organismos
financieros internacionales, que no admitieron analizar, ni discutir el origen de la deuda;
terminaron aceptándola y pagándola tal como la reclamaban.
Kirchner también la reconoció como auténtica. Pero como estaba en default y era
impagable, decidió negociarla.
En septiembre de 2003, desde Dubai, el ministro Lavagna ofreció el canje de los bonos
defaultiados, con una quita del 75 %, ofrecimiento que modificó parcialmente, al año
siguiente.
Mientras tanto, la deuda argentina con el FMI, el BM, el BID, se seguía pagando.
Después de meses de negociaciones y forcejeos, el canje se cerró en febrero de 2005,
cuando la deuda total, ascendía a 178.795 millones de dólares. La deuda a reestructurar (o
canjear), era de 94.302 millones de dólares (el 53 % del total).
El canje se realizó mediante 3 bonos diferentes:
1) A la Par: (sin quita) en dólares, a un plazo de 35 años.
2) Cuasi-Par (quita del 30 %) en pesos ajustables al CER, a 42 años de plazo.
3) Discount (con descuento del 66 %) en pesos atados al crecimiento del PBI, a 30 años.
El gobierno anunció que el 76 % de los bonistas, se habían acogido al canje, por un total
de 62.000 millones de dólares, quedando afuera, bonos por 25.000 millones de dólares.
El 48 % del total canjeado, se hizo en pesos argentinos, ajustables al crecimiento.

V – 9 i. 4 - Pago al Fondo Monetario Internacional.


Kirchner criticó reiteradamente –y con razón- al FMI como co-responsable de la crisis
sufrida por la Argentina, por sus condicionamientos tan erróneos como funestos. Sin
embargo, en diciembre de 2005, decidió saldarle, por adelantado, el total de la deuda por
9.810 millones de dólares. Con este acto, se anunciaba que la Argentina se libraba
definitivamente del FMI, de sus presiones, monitoreos y condicionamientos nefastos.
También se sostuvo que el país iniciaba una política de “desendeudamiento”. No fue así:
ni se liberó del Fondo, y continuó endeudándose al mismo ritmo que antes, es decir,
vertiginosamente. Con frecuencia, el Estado emite nuevos bonos. Venezuela los ha
comprado por alrededor de U$S. 6.000 millones.
La deuda externa en el 2007, es de U$S 137.114 millones (aparte de los bonos no
canjeados y que siguen reclamando).
Contribución al Conocimiento de la Realidad 96
Juan Antonio Vilar

V – 9 i. 5 - La calidad institucional.
Comparado con el menemato, la calidad institucional ha mejorado, pero no lo suficiente.
Como es tradicional en las gestiones peronistas, Kirchner gobierna autoritariamente, con
superpoderes, discrecionalmente, sin ningún control.
El Congreso le delegó facultades; los gobernadores e intendentes (antes menemistas,
después, duhaldistas), se encolumnaron rápidamente detrás de K., sin ningún complejo.
Es que para los peronistas, “el que gana es jefe y el que pierde, traidor”. Hoy resulta que
los incondicionales menemistas de los 90, hoy lo desconocen o lo repudian (empezando por
el mismo Kirchner) y aún afirman que “Menem no es peronista” ¿qué dirán de K. dentro de
10 años?
La dirigencia sindical –que lucha por el control de la CGT- acató disciplinadamente a K.;
con prácticas clientelísticas, ha cooptado a varias organizaciones piqueteros, como la FTV –
Federación de Tierra y Vivienda- de Luis D’Elía, Barrios de Pié, de Jorge Ceballos, el MTV
Evita –Movimiento Trabajo y Dignidad- de Emilio Pérsico y el Frente Transversal
Nacional y Popular de Edgardo Depetri.
Ha disciplinado a los gobernadores e intendentes radicales –los Radicales K- con los
abundantes recursos de la “caja”. Y hasta sumó a dirigentes del socialismo y de la
izquierda, cuando puso énfasis en la “transversalidad” partidaria de su gestión.
Su mayor mérito, fue la eliminación, mediante juicios políticos, de la miserable Corte de la
“mayoría automática” menemista. Creó un sistema de selección de nuevos jueces, que
permitió formar una Corte Suprema, digna, competente e independiente.
Esta conquista positiva, se vio empañada por la reforma del Consejo de la Magistratura,
con la disminución del número de sus miembros, que ha dejado al oficialismo, con el poder
de veto.
Apenas asumió Duhalde en 2002, el Congreso sancionó la Ley Nº 25.56l de Emergencia
Pública; se justificaba, para poder enfrentar una crisis económica muy profunda. Pero esa
Emergencia, ha sido prorrogada todos los años, hasta hoy, a pesar de habérsela superado
largamente.
Dichas leyes, incluyen la delegación de facultades del Congreso al P.E. –los superpoderes-
que han sido extendidos al Jefe de Gabinete, otorgándole facultades para cambiar las
partidas del presupuesto.
El Presupuesto es calculado, sistemáticamente, con una recaudación menor a la verdadera,
de modo que el PE. puede disponer discrecionalmente, de enormes recursos. Con ellos, el
ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, ha formado fondos fiduciarios para
financiar obra pública, sin controles y con alto grado de corrupción, como lo demuestra el
caso Skanska.
El Congreso, con abrumadora mayoría peronista, es de total inutilidad. Sólo se ocupa de
sancionar las iniciativas presidenciales. Se dice que “el Congreso se parece a una
Escribanía, que protocoliza los mandatos del P.E.N.”
Si desde Pavón, el Federalismo ha sido una ficción, en estos tiempos ha desaparecido por
completo. Las provincias, los gobernadores son rehenes del gobierno nacional. Dependen
económicamente de una mezquina e injusta Coparticipación Federal, del envío de recursos
de Buenos Aires o de la realización de una obra nacional. La mayoría de las provincias
carecen de autonomía económica. Importantes impuestos no son coparticipables (del
cheque, retenciones); con la “caja” nacional, Kirchner ha disciplinado a gobernadores e
intendentes (todos los gobiernos radicales, son K.).
La política privatizadora de Menem, se mantiene. Casi todos los contratos que vencían,
han sido renegociados en condiciones desfavorables. Las empresas privatizadas han
Contribución al Conocimiento de la Realidad 97
Juan Antonio Vilar

utilizado como arma de chantaje, sus demandas en el CIADI, que levantaron, sólo si
lograban una nueva prórroga de la concesión –con aumento de tarifas-.
Los Tratados Bilaterales de Inversión, no han sido denunciados y siguen en vigencia.
Una muestra de arbitrariedad, fue la prórroga de la concesión a emisoras de radio a
periodistas amigos que dispuso Kirchner. (Aún se mantiene la Ley de Radiodifusión
sancionada por el Proceso Militar).
Si el Estado ha debido hacerse cargo del Correo, del espectro radioeléctrico, de Aguas
Argentinas y de algunos F.C., no se debe a una política de “reestatización” como lo han
manifestado enfáticamente, sino para cubrir las falencias ocasionadas por incumplimiento o
abandono de las empresas concesionarias.
La reciente concesión del yacimiento Cerro Dragón (en el golfo de San Jorge) es un
ejemplo de una privatización al mejor estilo Menem.
El peronismo con sus aliados, los radicales K., han vuelto a ganar categóricamente las
elecciones en casi todo el país. Sus prácticas clientelísticas se han multiplicado y también
sus maniobras fraudulentas como las hechas en Formosa, donde los indios son tomados
cautivos por punteros políticos, para llevarlos a votar (existen reiteradas filmaciones que lo
prueban).
De la gran cantidad de funcionarios corruptos del menemato, sólo fue condenada
–levemente- María Julia Alsogaray. Los demás, gozan de sus delitos.
El caso de las coimas en el Senado, con “la tarjeta Banelco”, ha acumulado testimonios
ilevantables de la comisión de delitos, pero sigue dilatando la justicia su dictamen –aunque
seguramente, todos quedarán exculpados o prescribirá la causa- porque están
comprometidos importantes funcionarios menemistas (hoy kirchneristas), como el
gobernador de San Juan, José Luis Gioja, Ramón ‘Palito’ Ortega, Augusto Alasino, Emilio
Ricardo Cantarero y otros.
La causa de la criminal explosión de la fábrica de armas de Río Tercero, sigue acumulando
pruebas, pero nada se resuelve: no habrá justicia.
La Argentina nunca ha sido un país ‘minero’. Desde el menemato, se han firmado
numerosos contratos de explotación minera, en condiciones leoninas, que han continuado
con K.
La explotación de minas a cielo abierto, es la mayor fuente de contaminación ambiental
que existe. Por otra parte, no deja ninguna ‘ganancia’ al país. Se está dinamitando la
cordillera, amenazando a los glaciares, envenenando las aguas y contaminando el aire. Eso
sí, algo deja: un paisaje lunar.
El gobierno nacional ha puesto algún orden en las deudas provinciales, ha mejorado la
administración del PAMI, las jubilaciones, especialmente desde enero de 2007, cuando dio
la opción de poder volver al “sistema de reparto”, es decir, a la jubilación estatal, a los
trabajadores que estaban cautivos en la jubilación privada.
También dio la posibilidad de acceder a los beneficios, a más de un millón y medio de
personas, aquellos que no lo tenían ni reunían todos los requisitos para jubilarse.

V - 9 i. 6 - Las Relaciones Exteriores.


Se suele calificar al gobierno K. de “centroizquierda”, principalmente por su política de
los derechos humanos y por su posición internacional.
El gobierno K. ha contribuido a sostener y ampliar el Mercosur, que sigue siendo
inoperante, sólo limitadamente comercial.
Ha estrechado los vínculos con Hugo Chávez de Venezuela y con Evo Morales de Bolivia.
La decisión más relevante, fue haber enterrado el ALCA en la IV Cumbre de las Américas
realizada en Mar del Plata, el último proyecto de dominación imperialista integral, en todo
el continente. El presidente norteamericano George W Bush fue desairado y su política,
firmemente condenada por Chávez, acompañado por Kirchner y Lula Da Silva.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 98
Juan Antonio Vilar

Las buenas relaciones con Chávez, resultan convenientes a K. Venezuela compra bonos
argentinos, recibe inversiones, aumenta las importaciones, le vende hidrocarburos y salva a
la empresa Sancor. Pero K. no se sumó al proyecto del ALBA (Alternativa Bolivariana de
las Américas).
Junto con Brasil, Argentina pone freno a exigencias comerciales imperialistas. En foros
importantes como los de Davos, condenan los subsidios agrícolas de EE.UU. y Europa, que
perjudican a países ahora llamados “emergentes”.
Además, en la ONU la Argentina ha votado en contra de la condena de Cuba, con la que
mantiene buenas relaciones.
Por otra parte, K. ha tenido gestos muy caros a los EE.UU. En septiembre de 2006,
eufóricamente abrió la jornada en el Wall Street “tocando la campana”; su esposa, la
senadora Cristina Fernández pronunció una disertación en el Consejo de las Américas (una
usina ideológica del capital concentrado); impulsó la acción judicial de atribuir la Irán,
responsabilidades por la explosión ocurrida en la AMIA, y promovió la sanción de una ley
antiterrorista, siguiendo los pasos de los EE.UU y sumamente peligrosa para las libertades
públicas.

V – 9 i. 7 - Los Derechos Humanos.


Un aspecto rescatable del gobierno K. es la política de derechos humanos con relación al
terrorismo militar.
Después de décadas de impunidad, que comenzó con Alfonsín y las Leyes de Punto Final
y de Obediencia Debida –y siguió con los indultos de Menem-, el Congreso y la Justicia,
declararon la nulidad de dichas normas y el reconocimiento de los crímenes de Estado como
de “lesa humanidad” e imprescriptibles. Entonces pudieron ser juzgados los responsables.
Los juicios –son centenares- marchan muy lentamente (como es práctica de la justicia
argentina). Sólo han concluido los de los policías Miguel Angel Etchecolatz, Julio Héctor
Simón ‘el turco Julián’ y del capellán Christian Von Wernich, quienes fueron condenados.
El empeño inclaudicable de las ‘abuelas’ y ‘madres’ y el trabajo científico del Equipo
Argentino de Antropología Forense, han permitido recobrar la identidad a 87 hijos de
desaparecidos, apropiados por los asesinos de sus padres (se calcula que son más de 500).
En dos actos de significativa trascendencia, Kirchner pidió perdón en nombre del Estado
por los crímenes y recuperó las instalaciones de la ESMA –máximo símbolo del terrorismo
de Estado- para destinarlo como Museo de la Memoria.
Además, se están sustanciando los procesos por la ‘masacre de Trelew’ ocurrida en 1972,
y de la Triple A de López Rega, por los crímenes cometidos durante el gobierno de Isabel.
No se observa el mismo esfuerzo en la defensa de los DD.HH. de hoy. Abundan los casos
de ‘gatillo fácil’, de ‘judicialización’ de la protesta social, de los malos tratos en las cárceles
y, sobretodo, de las condiciones infrahumanas en que viven millones de habitantes, del
hambre y desnutrición que padecen en un país exportador de alimentos, del despojo que
siguen sufriendo los pueblos originarios, así como los campesinos, el trabajo de los niños, el
trabajo ‘esclavo’ a que son sometidos muchos inmigrantes, principalmente bolivianos y la
mujer que aún lucha por una completa igualdad.

V – 9 i. 8 - La Sociedad.
Este es el gobierno de los subsidios. Subsidia los transportes (FC., colectivos, camiones),
los peajes, las tarifas, muchos alimentos (carne, aves, leche, harina), etc., para atenuar el
aumento de los precios. Para ‘desacoplar’ los precios internos con los internacionales, se
han establecido retenciones a las exportaciones de petróleo, gas, granos y aceites.
Con la recuperación económica, se han creado miles de nuevos puestos de trabajo; ha
disminuido el desempleo y mejorado los salarios.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 99
Juan Antonio Vilar

Paralelamente, han disminuido la pobreza y la indigencia, comparados con el año 2003,


pero aún estamos lejos de alcanzar índices satisfactorios.
Según información del INDEC, la desocupación en el 2003 era de 23,4 %, un total de
2.625.000 personas y en 2007, de 8,1 % (sin planes sociales), es decir, 1.320.000
desempleados.
La subocupación (los que trabajan menos de 35 horas semanales), en 2003, era del 17,8 %
y en 2007, de 6,7 % y afectaba a 1.105.000 personas.
El empleo informal “en negro” no baja del 40 % y sus salarios son mucho más bajos que
el de los empleados ‘en blanco’.
La pobreza disminuyó de un 50,9 % al 29,2 %, mientras que la indigencia, de un 24,1 %,
bajó al 10 %.
La brecha entre ricos (el 10 % más rico) y pobres (el 10 % más pobre) es de 30 veces (en
1997 era de 32 veces y en 2001, el peor momento de la crisis, alcanzó al 58 %)

…………………………………………………………………

BIBLIOGRAFIA
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1995.
AZPIAZU, DANIEL, Las Privatizadas I y II. Ayer, hoy y mañana, Buenos Aires, Capital
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poder económico en la Argentina de los años 80, Buenos Aires, Legasa, 1987.
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FLACSO / Siglo XXI, 2006.
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GRASSI, ESTELA, Políticas y problemas sociales en la sociedad neoliberal. La otra década
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KIMEL, EDUARDO y RUIZ, MARIA DEL CARMEN (Investigación y Redacción),
20 Años de Historia Política Argentina. 1966-1986, Buenos Aires, Editor Raúl A. Rossini,
1988.
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Argentina (1880-2000), Buenos Aires, Ediciones Macchi, 2000.
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SURIANO, JUAN (Director), Dictadura y Democracia (1976-2001), en NUEVA
HISTORIA ARGENTINA, t. 10, Buenos Aires, Sudamericana, 2005.
VERBITSKY, HORACIO, Robo para la corona, Buenos Aires, Planeta Espejo de la
Argentina, 1991.

-----------------------------------
PARANA, Mayo de 2008.
Juan Antonio Vilar
Contribución al Conocimiento de la Realidad 100
Juan Antonio Vilar

INDICE
Advertencia introductoria.……………………………………………………….….... l
El Capitalismo...……………………………………………………………………..… l
Modelo Social de Acumulación...……………………………………………...…….... 2
¿Desarrollo genuino o sucesión de burbujas?. ………………………………………... 2
Una sintética introducción política..………………………………………………..…. 3
¿Desde cuándo existe Estado Nacional en la Argentina?.................................................3
I – La Etapa Liberal (1861 – 1880)…………………………………………………..….4
Bibliografía capítulo I….……………………………………………………….........7
II – Modelo Agroexportador ( 1880 – 1930) …………………………………………....8
II – 1 – Condiciones internas. Programa………………………………………………...8
II – 2 – Contexto internacional….………………………………………………..….......8
II – 3 – Actores Sociales….………………………………………………………….…..8
II – 4 – Factor dinámico….………………………………………………………...…….9
II – 5 – Acumulación y destino de las ganancias………………………………...………9
II – 6 – Caracteres generales de su economía…………………………………..………10
II – 7 – Vulnerabilidad y límites……………………………………………..…………11
II – 8 – Causas del agotamiento y fin……………………………………….….………11
II – 9 – Aspectos relevantes del proceso histórico …………………………………....11
II – 9 – a. – Consolidación del Estado Nacional. La Argentina Moderna ………….....11
II – 9 – b. – Papel del Estado …………………………………………………….........12
II – 9 – c. – La Oligarquía.……………………………………………………………...13
II – 9 – ch.- Cambios demográficos y sociales ……………………………………..….14
II – 9 – d. - Los comienzos del movimiento obrero. …………………………….........15
II – 9 – e. – Caracteres políticos del ‘Régimen’ ………………………………………..17
II – 9 – f. – Apogeo y fin del régimen ………………………………………………….19
II – 9 – g. – Los Gobiernos Radicales (1916 – 1930) …………………………………...20
Bibliografía capítulo II …………………………………………………………....21

III – Modelo de substitución de importaciones ( 1930 – 1954) …………………………22


III – l – Contexto internacional …………………………………………………………22
III – 2 – Condiciones internas ……………………………………………………..……22
III – 3 – Actores sociales ……………………………………………………………….23
III – 4 – Factor dinámico ……………………………………………………………….24
III – 5 – Acumulación y destino de las ganancias ………………………………..…….24
III – 6 – Caracteres generales; su evolución …………………………………………....25
III – 7 – Vulnerabilidad y límites ………………………………………………….........26
III – 8 – Agotamiento y fin ……………………………………………………………..26
III – 9 – Desarrollote aspectos relevantes ………………………………………………26
III – 9 a. – La época del ‘fraude patriótico’ Cuartelazo y dictadura de Uriburu ………..26
III – 9 b. – Presidencia de Agustín P. Justo (1932 – 1938) ……………………………..27
III – 9 c. – Gobiernos de Roberto M. Ortiz y de Ramón S. Castillo (1938 – 1943) …….28
III – 9 ch – El golpe militar del 4 de junio de 1943 …………………………………….29
III – 9 d. – Presidencias de Juan Domingo Perón (1946/52 y 1952/55) ………………..31
Bibliografía capítulo III …………………………………………………………..34
Contribución al Conocimiento de la Realidad 101
Juan Antonio Vilar

IV – Modelo Desarrollista o 2da. etapa de la sustitución de importaciones (1958-75)….35


IV – l – Contexto internacional …………………………………………………………35
IV – 2 – Teoría del Desarrollo …………………………………………………………..35
IV – 3 – Teoría de la Dependencia.………………………………………………………36
IV – 4 – Condiciones internas ………………………………………………………..….37
IV – 5 – Actores sociales.…………………………………………………………….….37
I V – 6 – Factor dinámico ...………………………………………………………….….38
IV – 7 – Acumulación y destino de las ganancias. . ………………………………….…38
IV – 8 – Caracteres generales; su evolución .. ……………………………………….….38
IV – 9 – Vulnerabilidad y límites . ……………………………………………………....39
IV – 10 – Agotamiento y fin ……………………………………………………………..40
IV – 11 – Desarrollo de aspectos relevantes ………………………………..…………..40
IV – 11 a. – La ‘Revolución Libertadora’ (1955 – 1958) …………………..…………..40
IV – 11 b. – Gobierno de Arturo Frondizi (1958 – 1962) …………………..……….....42
IV - 11 c. - Interinato presidencial de Jose Maria Guido (1962-1963) ………..……..….44
IV - 11 ch.-Presidencia de Arturo Humberto Illia (1963 -1966) ………….…..……….45
IV - 11 d. – La ‘Revolución Argentina’ (1966 - 1973) …………………………....…...47
IV - 11 d. 1 - Dictadura del general Juan Carlos Onganía (1966-1970) …………...….48
IV – 11 d. 2- El movimiento obrero ………………………………………………….…48
IV – 11 d. 3 – La respuesta social ……………………………………………………....50
IV – 11 d. 4 – La Iglesia renovada ……………………………………..……………..…50
IV – 11 d. 5 – La izquierda...……………………………………………..…………..…...51
IV – 11 d. 6 – La guerrilla...………………………………………………..……….……..52
IV – 11 d. 7 – Gobierno del general Roberto Marcelo Lévington (1970-1971)…………..52
IV – 11 d. 8 – Gobierno del General Alejandro Agustín Lanusse (1971-1973)….……….53
IV – 11 d. 9 – 2da. etapa Peronista (1973-76) Presidencia de Héctor Cámpora (1973).. ...54
IV – 11 d. 9 a) – 3ra. Presidencia de Juan D. Perón (1973-74)..…………………………..55
IV – 11 d. 9 b) – Gobierno de María Estela Martínez de Perón (1974-1976)….………….56
Bibliografía capítulo IV..……………………………………………...…………58

V – Modelo Neoliberal (1976- …)………………………………………………..……….59


V – l – Situación internacional………….…………………………………………………59
V – 2 – América Latina vuelve a rebelarse ……………………………………………….59
V – 3 – La situación interna ..…………………….……………………………………….60
V – 4 – El factor dinámico...………………………………………………………………60
V – 5 – Etapas del Modelo Neoliberal ………….……………………………………….6l
V – 6 – Acumulación y destino de las ganancias...………………………………………..61
V – 7 – La sociedad.………….……………………………………………………………62
V – 8 – Agotamiento y fin (¿?).. …………………………………………………………..62
V – 9 – Síntesis histórica …………………………………………………………………62
V – 9 a. – El ‘Proceso de Reorganización Nacional’ (1976-1983) ……………………….62
V – 9 b. – Gobierno del general Jorge R. Videla (1976-81). El terrorismo de Estado ……63
V – 9 c. – Política económica …………………………………………………………….64
V – 9 ch.-Gobiernos de los generales Roberto E. Viola y Leopoldo F. Galtieri (1981-82) 66
V – 9 d. – Gobierno del general Reinaldo B. Bignone ( 1982-1983) .….…………………67
V – 9 e. – Presidencia de Raúl Ricardo Alfonsín ( 1983-1989) ………………………….68
V – 9 e. 1 – Política sindical ………………………………………………………….…..68
V – 9 e. 2 – Política de Derechos Humanos ………………………………………….…..69
V – 9 e. 3 – Las políticas económicas..……………………………………………….…...69
V – 9 e. 4 – Final del gobierno de Alfonsín ……………………….………………….…..71
V – 9 f. – Presidencia de Carlos Saúl Menem (1989-1999) ………………………..….…72
Contribución al Conocimiento de la Realidad 102
Juan Antonio Vilar

V – 9 f. 1- Caracteres políticos del menemato ……………………………………………73


V – 9 f.. 2 – Política económica …………………………………………………………..75
V – 9 f. 3 – El Plan de Convertibilidad …………………………………………..…….…76
V – 9 f. 4 – Las Privatizaciones.…………………………………………………………...77
V – 9 f. 5 – La Flexibilización laboral.….…………………………………………………79
V – 9 f. 6 – El movimiento sindical.…….…………………………………………………79
V – 9 f. 7 – Balance de la década menemista ……………………………………………..81
V – 9 g. –Presidencia de Fernando de la Rúa (1999-2001)....……………………………..83
V – 9 g. l – Cavallo, un ministro con ‘superpoderes’. …………………………………….84
V – 9 g. 2 – La fuga de divisas …………………………………………………………...84
V – 9 g. 3 – La debacle final...……………………………………………………………..85
V – 9 g. 4 – El estallido social..……………………………………………………………87
V – 9 h. – La transición peronista . …………………………………………………..……87
V – 9 h. 1 – El Senador Eduardo A. Duhalde a/c. del PEN. (1/1/2002-25/5/2003) ………87
V – 9 h. 2 – El CIADI..…………………………………………………………………….89
V – 9 h. 3 – El drama social ………………………………………………………………90
V – 9 h. 4 – El comienzo de un nuevo ciclo ………………………………………………91
V – 9 i. – Presidencia de Néstor Kirchner (25/5/2003 – 10/12/2007) . ………………..…92
V – 9 i. 1 – Política económica..…………………………………………………………...92
V – 9 i. 2 – La inflación..…………………………………………………………………..94
V – 9 i. 3 – La Deuda Externa. El último canje. ………………………………………….95
V – 9 i. 4 – Pago al Fondo Monetario Internacional ……………………………………..95
V – 9 i. 5 – La calidad institucional ………………………………………………………95
V – 9 i. 6 – Las Relaciones Exteriores ……………………………………………………97
V – 9 i. 7 – Los Derechos Humanos ……………………………….………..……………98
V – 9 i. 8 – La Sociedad …………………………………………………………………..98
Bibliografía capítulo V..……………………………………………………...………99

I n d i c e …………………………………………..………………………………….100

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