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¿Fue iniciado Francisco Morazán en “los augustos misterios” de la masonería?

26 ENE, 2019 - 12:46 AM

Por Jesús Evelio Inestroza Manzanares

La supuesta pertenencia de Morazán a la Masonería es relacionada con la llegada del español


Miguel José Echarri al Estado de Honduras a mediados de 1826. Sobre este tema se puede
inferir que la documentación existente en el Archivo Nacional de Honduras y otras referencias
acreditadas, confirman la fundación Triángulos o logias masónicas en Cartago, Costa Rica;
León, en Nicaragua; y Tegucigalpa, en el Estado de Honduras, centros urbanos importantes
que en el antiguo reino de Guatemala fueron junto a ciudad Guatemala, epicentros de la
ilustración. Llama la atención, que las autoridades costarricenses menciones la fundación de
Logias en San José y Heredia.

Miguel Cálix Suazo afirma que “ni Morazán, ni escritores contemporáneos de él, incluso sus
enemigos, ni tampoco sus primeros biógrafos, algunos de ellos masones, dijeron que Morazán
perteneció a la masonería”. Eso es incuestionable mientras no se encuentren las referencias que
lo niegue o lo confirme, pero de momento debemos analizar algunos indicios reveladores que
además de intrigantes pueden servirnos para establecer puntos de aproximación al análisis; para
el caso, la acusación del Provisor Irías de que Dionisio de Herrera era “hereje, Masón y
enemigo de la iglesia”, 1 hecha en el momento mismo en que Echarri había sostenido reuniones
secretas en Tegucigalpa con “10 hombres blancos cercanos al Jefe de Estado” de quienes se
decía, escribían con tres puntos. Era acusado Herrera por el Provisor, de querer destruir la
religión con la ayuda de los francmasones. 2
Los hombres cercanos al jefe Herrera eran muy conocidos y reconocidos, entre ellos se
encontraban: José Francisco Morazán, Francisco Antonio Márquez, Remigio Díaz, José María
Gutiérrez y Joaquín Rivera. Morazán fue su ministro general del Estado y en el tiempo que
ocurrieron los hechos que nos ocupan, se desempeñaba como presidente del Consejo
Representativo del Estado, ¡esto lo convertía en el más cercano de todos los notables
mencionados!

Probablemente por informes obtenidos de algún ciudadano o por secretos de confesión el


provisor Irías se enteró que Herrera y algunos de sus principales colaboradores habían sido
iniciados en la masonería por José Miguel Echarri. El Provisor José Nicolás Irías, quien según
las leyes eclesiásticas era juez diocesano nombrado por el obispo, constituyó un tribunal,
excomulgó al jefe de Estado Dionisio de Herrera por ser “hereje, masón y enemigo de la
iglesia” y “para honra y gloria de Dios”.3 Frailes y sacerdotes recorrieron las calles pidiendo a
la población desobediencia a la autoridad constituida, desembocando el conflicto con un
atentado contra el Jefe de Estado el 3 de noviembre de 1826. 4 En Tegucigalpa, una multitud
de exaltados instigada por los clericales, que llamaban a destruir “libros herejes”, quemó la rica
biblioteca de Herrera. 5

Evidentemente existió una crisis entre la Iglesia y el Estado, pero la excomunión de Herrera
tenía repercusiones personales considerables que trascendía a la creencia y la conciencia de la
grey católica. 6 Es reveladora la información sobre el juicio contra José María Bolio en junio
de 1826 llevado a cabo por el Tribunal Delegado de la Fe en Cartago, quien confesó que se
había iniciado en la Logia fundada en aquella ciudad, pues nos ofrece detalles de grados y
liturgias entregadas. Además, la evidencia de la actuación de una “Junta de Fe” o Tribunal
especial, encargadas de “la aclaración de la doctrina verdadera, condenación de errores y
castigo de herejes y cismáticos” donde era considerada hereje la persona que se apartara de la
fe católica de los cristianos. 7

El rigor académico de una investigación formal requiere por lo general la evidencia del
documento. En el caso de la iniciación de Morazán o Herrera, debe ser confirmada con el Acta
o trazado de la Logia que registra el acto, pero ¿es eso posible? A todo esto, debemos agregar
que la sobrevivencia de los documentos ha sido crítica por la situación de los archivos que
sucumbieron por el descuido o la destrucción.

Llama nuestra atención que José Echarri, aunque existió una orden de su expulsión del territorio
nacional en el mes de agosto de 1826, por fundar una logia, haya permanecido en la ciudad
hasta el mes de septiembre al obtener nuevos plazos, uno de ellos autorizado por el jefe Político
Supremo. No cabe duda que este personaje tenía influencia en el Poder Político del Estado,
igual como sucedió en Nicaragua. 8
En el Archivo Nacional de Honduras existen documentos en libros copiadores del Consejo
Representativo del Estado a cargo del ciudadano Francisco Morazán, donde, ante la acusación,
este contestaba al provisor Irías que la religión del jefe de Estado y de sus principales
funcionarios no era una religión de destrucción y de sangre, que era, más bien, una credo de
paz, concordia y humanidad, que los independistas siempre fueron tratados de herejes y
francmasones, que del mismo modo lo fueron los constitucionales de España, que después lo
fueron, los que establecieron los principios de la igualdad, libertad y fraternidad. En esta
declaración no hay una negación abierta de pertenecer a la orden o de haberse iniciado en la
masonería, por el contrario, se utilizó un discurso que seguía el estilo de las liturgias de
iniciación en la masonería.

Argumenta Cálix Suazo que Morazán no pudo ser iniciado formalmente dentro de una logia
masónica en Centroamérica, ya que para la fecha en que estas se iniciaron en dicha región, él
tenía 23 años de haber muerto fusilado en Costa Rica. Eso es cierto en la perspectiva de la
Constitución de una institución masónica dentro de los formulismos legales, pero existe una
instancia conocida como “El triángulo”, que es la expresión primaria de la organización
masónica, que está compuesta por un mínimo de tres masones de los que al menos uno tiene el
grado de maestro. Creemos que a falta de una instancia administrativa masónica en
Centroamérica que otorgara la respectiva Carta Patente, Echarri trabajó con un Triángulo en
Honduras.

La tradición masónica centroamericana registra la iniciación del general José Trinidad Cabañas
en un triángulo masónico fundado en El Salvador, junto a Morazán y Nicolás Raoul. Esta
información es cuestionada también por Cálix Suazo, argumentando que Morazán se
encontraba en Guatemala, pero ese no era un obstáculo para pertenecer a una entidad masónica
en un país de cercana vecindad, con “caminos reales” y facilidades para el tránsito regular; por
otra parte, un triángulo masónico no requería de la permanencia permanente de sus integrantes
en la ciudad sede.

En el testamento que Francisco Morazán redactó en San José, Costa Rica en las horas postreras,
encabeza una leyenda inquietante que cerraba el drama de su vida y que insinuaba su
pertenencia a la masonería Universal: “En nombre del Autor del universo en cuya religión
muero”. Esta frase se aparta dramáticamente del lenguaje invariable y formalista que era propio
de los documentos solemnes de la época. Autor del universo y arquitecto del universo es Dios
en el protocolo de la masonería. En iguales términos encabezó su testamento el masón San
Martín. 9
La mayoría de los próceres de la independencia y constructores del Estado en América, fueron
masones iniciados: Jorge Washington, Benjamín Franklin, José Hidalgo y Costilla, José María
Morelos, Francisco de Miranda, José de San Martín y Bolívar, entre otros. La corriente de
pensamiento vigente en Francia era la ilustración, cuyos principios se basaban en la razón, la
igualdad y la libertad. La Ilustración había servido de impulso a las trece colonias
norteamericanas, y a los próceres de América del Sur y el antiguo Reino de Guatemala en el
proceso de independencia; la Revolución Burguesa de Francia difundió por el mundo los
ideales de libertad y fraternidad, así como el de la soberanía popular; y divulgó,
primordialmente el conocimiento de los derechos fundamentales del hombre y del ciudadano.
Estas condiciones y legados fueron asimilados por nuestros próceres, quienes veían en la
Masonería una representación libertaria y filosófica que valoraba al hombre en una dimensión
nueva. No puede producir duda y extrañeza que Herrera y Morazán simpatizaran con la
masonería.

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