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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO

FACULTAD DE INGENIERIA ECONOMICA

ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERIA ECONOMICA

TEMA: DESARROLLO ECONOMICO DE JAPÓN EN


EL SIGLO XXI
CURSO: DESARROLLO ECONOMICO

DOCENTE: ING. FELIX OLAGUIVEL LOZA

PRESENTADO POR:
 LUJANO SUAÑA, Yunior.
 GUEVARA MAQUERA, Yeny Luisa

SEMESTRE: VIII
Puno- Perú
2018
Resumen
En la década de los años 50, muchos empresarios, ingenieros e intelectuales japoneses iban
a Estados Unidos para aprender de las técnicas de fabricación americana. Ya en la década
de los años 60 se invirtió este proceso y eran los norteamericanos que iban a Japón a
aprender de las técnicas de fabricación y administración de los japoneses. Japón se ha
convertido en el país de los robots. La robótica es uno de los campos en los que Japón tiene
ventajas tecnológicas. El desarrollo tan espectacular de esta rama es explicado por la
productividad interna de Japón que es el principal consumidor de robots y también por la
expectativas que ofrece el mercado norteamericano, pues Estados Unidos importa de Japón
el 80% de esta tecnología.
Palabras claves: Japón, desarrollo, reformas, tecnología, robot, crecimiento económico.
El desarrollo histórico de Japón de Pos- Guerra
En los primeros años después de la guerra, debido a la escasez de materiales, las fábricas
producían muy poco y para vender lo producido, el entorno, externo e interno, era muy
competitivo tanto en precio como en calidad”. Las empresas que no conseguían recortar
costos se encontraban sin clientes. Esta presión causó una verdadera revolución en la
planificación de las empresas. El Ministerio de Industria y Comercio Internacional (MITI)
creó el Departamento de Empresas, con el objetivo de flexibilizar los caminos de la empresa
japonesa hacia la competitividad nacional e internacional.
El carácter selectivo para el crecimiento acelerado 1955-1990 se manifestó en las políticas
básicas siguientes:
1. Políticas industriales proteccionistas de competencia inducida.
 Política tributaria para promover ahorro e inversión.
 Aislamiento del mercado interno de la influencia extranjera.
 Política de estructura financiera (créditos preferenciales, etcétera).
En general, el MITI y su Departamento de Empresa desempeñaron un papel relevante en la
creación de un entorno interno muy competitivo, que “entrenase” a la empresa nacional
para la competencia internacional. Por eso, puede identificarse como competencia inducida
esta forma de protección estatal.
Las características de ese entorno interno fueron:
 Un Estado protector exigente.
 Las condiciones de la concurrencia no eran resultado del laissez faire; el riesgo se
reducía para el capital con mayor concurrencia.
 Una concentración en determinadas empresas para lograr una reestructuración
industrial, facilitar la transferencia tecnológica, garantizar el largo plazo como
criterio y atender las prioridades internas y las amenazas externas.
Un aspecto externo importante que benefició directamente al crecimiento económico de
Japón, fue la guerra de Corea que se inició en 1950 ya que mientras los Estados Unidos
combatían, lógicamente demandaban diferentes recursos para el sostenimiento de sus
tropas y las de los aliados en el conflicto.
Crisis y reformas en los años 90. El colapso de la burbuja y sus consecuencias.
En la década de los noventa, la economía japonesa entró en una fase de estancamiento. El
Producto Interno Bruto mostró una tasa de crecimiento promedio anual de 1.1%, mientras
que el ingreso por persona aumentaba apenas 0.8%. En 1992 las entidades financieras
empezaron a mostrar los primeros síntomas de la dolencia que las aquejaría hasta la
actualidad. Fue en julio de ese año, cuando se dio a conocer en un periódico nacional que las
jusen habían acumulado cerca de 4.5 trillones de yenes en su cartera vencida. Sin embargo,
la mayor relevancia la alcanzó la noticia que siguió: sus “bancos madres” (botaiko) no
podían respaldarlas. Como consecuencia de la fragilidad financiera de las instituciones
bancarias, se aplicaron las primeras medidas correctivas en 1992. Estas, en esencia,
consistieron en una aceleración de la liberalización y desreglamentación de las tasas de los
depósitos bancarios. Estas medidas liberalizadoras incluyeron la creación de una agencia
de supervisión de las operaciones bursátiles, en las casas de bolsas.
La recesión tocó fondo en el último trimestre de 1993. Las empresas japonesas se vieron
obligadas a avanzar en la reasignación de recursos administrativos, impulsando la
reestructuración para reconstruir la estructura de negocios.
El estallido de la burbuja en el 90 significó, un colapso para la economía nipona, que se
reflejó sobre todo en la caída del PIB y la producción industrial, hubo además múltiples
quiebras bancarias, empresariales y el índice de desempleo se incrementó
considerablemente. Es evidente, que el modelo económico nipón sufrió un cambio muy
profundo en los años 90, con una pérdida relativa de control por parte del Estado, que
conllevó a que Japón no lograra mantener los ritmos de crecimiento que existían antes del
colapso de la burbuja.
Es muy significativo e interesante que a pesar de los cambios sufridos en el modelo, en
ambos períodos (antes y después de 1990), se mantuvo como instrumento común la deuda
pública como método fundamental para financiar el gasto público. Diferente a lo que ocurre
en otros países donde la mayoría de sus deudas son externas, los japoneses se endeudan
fundamentalmente con ellos mismos, lo que les ofrece una mayor flexibilidad para enfrentar
problemas monetarios financieros. Sin embargo, las políticas fiscales keynesianas
(incremento del gasto público, reducción de impuestos, incremento de deuda pública)
aplicadas en un momento en que la situación fiscal no era buena y la deuda pública era
elevada, no resultaron eficaces.
Los cambios que se realizaron en la economía japonesa a partir de los años 90, fueron
afianzando poco a poco el modelo neoliberal aplicado posteriormente para dar solución a
los problemas creados por el colapso de la burbuja. Hay que tener en cuenta, además, cómo
el alto grado de dependencia de Japón respecto a Estados Unidos en el plano político y
económico, ha influido en el carácter neoliberal de las medidas hacia las que ha ido
transitando el modelo económico japonés, que responden a los intereses de las grandes
compañías niponas en detrimento de los de las pequeñas y medianas empresas japonesas y
del pueblo japonés. Estados Unidos tiene gran interés en seguir invirtiendo en Japón y para
ello necesita un mercado más desregulado y con poca protección estatal para poder
penetrar con mayor facilidad y obtener ganancias. Al gobierno nipón, por su parte, le
conviene conservar la relación con Estados Unidos, manteniendo un mercado seguro de
exportación con su mejor aliado y su seguridad nacional.
El Big Bang fue la reforma que marcó de manera más evidente el inicio de la etapa neoliberal
en Japón. Las medidas desreguladoras aplicadas tuvieron gran impacto en el sector
financiero. Una de las más significativas es que se eliminaron las barreras que limitaban la
actividad de las instituciones de los diferentes segmentos del mercado financiero; por
ejemplo, se dio posibilidad a las instituciones no bancarias de realizar operaciones de
intermediación financiera, lo que trajo como resultado un incremento de los beneficios de
los inversionistas y de los fondos públicos del país. No obstante, el Big Bang no fue
suficiente, pues no se llegó a sanear en su totalidad el sistema financiero, al no lograr
resolver el problema de los créditos irrecuperables de los bancos.
En general, puede decirse que las políticas económicas aplicadas en el período 1990 - 1999
no resolvieron los problemas que aquejaban al país al no estar dirigidas eficazmente a los
cinco factores claves del deterioro de la economía japonesa. Las autoridades japonesas, en
su desespero por salir de la crisis, tomaron diversas medidas fiscales y monetarias que lejos
de solucionar los problemas los agudizaron.
Las Reformas de Koizumi (2001-2006)
Las reformas llevadas a cabo en la economía japonesa en el período 2001-2006, resolvieron
algunos, pero no todos los problemas que originó la burbuja financiera de los años 90. Las
medidas de Koizumi no se dirigieron con efectividad a las principales causas de la crisis y a
la desaceleración de la economía japonesa. En general, el ritmo de la reforma en algunas
áreas fue lento y no produjo resultados significativos. Con excepción de la mejoría en el
crecimiento del crédito bancario a partir de febrero del 2006, el total de préstamos
bancarios disminuyó en el período (2001-2006) a tasas anuales de alrededor del 2%. La
situación de los bancos regionales, que financiaron sobre todo a las pequeñas y medianas
empresas fue delicada, manteniéndose baja la rentabilidad bancaria en esta etapa, debido a
que los bajos beneficios de las empresas dificultaban pagar las deudas a los bancos. Otro
aspecto negativo es que la deflación persistió, aunque se observó una moderación de sus
niveles. La política del Banco de Japón para combatirla, disminuyendo primero la tasa de
interés de corto plazo hasta el nivel cero y luego inyectando liquidez al sistema financiero,
no fue del todo efectiva. La deflación más moderada de 2003 y 2004, respondió a factores
externos, como el alza de los precios del petróleo, más que a una reversión definitiva del
proceso a partir del fortalecimiento de la demanda japonesa.
El gran déficit público permaneció como uno de los principales problemas económicos y a
pesar de las medidas de ajuste del gobierno, las perspectivas para su solución no son nada
optimistas. Esto responde a que, aunque la economía mostró algunas señales de
recuperación, se mantuvo débil. Una de las razones que contribuyó a la disminución o bajo
crecimiento de los ingresos fiscales, fueron los bajos beneficios empresariales en esa etapa.
Por otra parte, se mantuvo el saneamiento del sector financiero con los recursos del
presupuesto, lo que afectó los gastos destinados al sistema de pensiones, que de hecho
necesitaba más recursos por el envejecimiento de la población. Para 2050, por cada persona
con más de 65 años, habrá sólo 1,5 personas en edad laboral. Las exportaciones e
inversiones (sobre todo de empresas dedicadas a la exportación) que constituían los
principales impulsores de la relativa reanimación en esa etapa, se empezaron a ver
afectadas. Si a ello se le agrega, que el ritmo de crecimiento económico continuó siendo bajo
y que persistían las debilidades internas a las que se ha hecho referencia, se puede
considerar que, a pesar de las mejores condiciones en diversos aspectos, la situación
económica era en esencia frágil. La débil reanimación no respondió a las medidas de
desregulación y apertura impulsadas por el gobierno, sino a factores externos muy
favorables como la mayor demanda global y el fuerte crecimiento de China, entre otras. En
general, las propuestas gubernamentales basadas en el reforzamiento de los mecanismos
de funcionamiento del mercado agudizaron la debilidad de la demanda, reforzaron la
deflación y crearon condiciones para que se prolongara la situación de estancamiento
económico.
Su política se centró básicamente, en el manejo de la esfera de la circulación a través de
políticas monetarias y fiscales. En particular, la política monetaria repitió errores que ya se
habían cometido en años anteriores al colapso de la burbuja, como la reducción de la tasa
de interés y la expansión del crédito, con la diferencia.
La economía japonesa de 2007 - 2010. Repercusión de la reformas de Koizumi.
En la etapa comprendida entre 2007-2010 las autoridades del gobierno y del Banco de
Japón trataron de continuar la aplicación de las reformas estructurales planificadas desde
el Gobierno de Koizumi, para sacar al país adelante, aunque aún en la actualidad algunas de
esas reformas no se han materializado y otras se han quedado a medias por diferentes
razones, entre ellas, que no todos los gobiernos que se han sucedido después de Koizumi,
han estado de acuerdo con ellas en su totalidad. La inestabilidad política ha hecho que exista
una gran incertidumbre sobre el futuro. Después del mandato de Koizumi, el 26 de
septiembre de 2006 fue elegido como primer ministro de Japón Shinzo Abe, de 52 años de
edad, llegando al poder como presidente del Partido Liberal Demócrata. Fue el primer jefe
del gobierno nacido después de la Segunda Guerra Mundial y el más joven de todo el período
posbélico. Abe representaba una generación ajena a las vivencias directas de la guerra y,
por otro lado, a la maduración de un proceso de derechización del sistema político nipón y
de tendencias nacionalistas.
Recibió el apoyo de su predecesor Junichiro Koizumi y aunque se declaró continuador de la
agenda de reforma estructural iniciada por éste, su política se diferenció en algunos
aspectos, sobre todo buscó corregir las consecuencias sociales de las medidas de Koizumi.
Un ejemplo de ello fue su muy publicitado proyecto, de establecer un sistema que canalizaba
la concesión de una "segunda oportunidad" a quienes habían fracasado en un empleo
determinado o al frente de una empresa. En su discurso inaugural el 29 de septiembre del
2006, en el Parlamento, Abe expuso las prioridades fundamentales en las que su gobierno
se concentraría:
1. Otorgar alta prioridad al recorte de los gastos públicos para reconstruir las finanzas
estatales antes de considerar alzas de impuestos.
2. Establecer un límite a la emisión de bonos del gobierno de no más de 30 billones de yenes
para el año fiscal 2007.
3. Instrumentar planes para revitalizar las economías locales y proveer con "segundas
oportunidades" a personas en desventajas, con el objetivo de minimizar la brecha entre
ricos y pobres.
4. Lograr la aprobación de una reforma educativa que permita la enseñanza del
"patriotismo" en las escuelas.
5. Revivir las virtudes tradicionales de Japón y los valores familiares.
6. Hacer de Japón una "nación bella", llena de confianza y orgullo.
7. Mejorar las relaciones con China y Corea del Sur.
8. Incrementar el gasto del presupuesto en un 30,5% para inversiones de tecnología de
misiles.
Sin embargo, muchas de estas reformas no se pudieron materializar pues su mandato duró
solamente un año, debido a su renuncia el 12 de septiembre de 2007, después de que
perdiera popularidad por escándalos y corrupción en su gobierno. Por estos mismos
factores negativos el sistema político nipón ha mostrado al mundo una fragilidad no vista
en muchos años. Posteriormente a Shinzo Abe en muy breve periodo de tiempo, estuvieron
en el poder los siguientes primeros ministros: Yasuo Fukuda (2007-2008), y Taro Aso
(2008-2009), del PLD. Yukio Hatoyama (2009-2010), Naoto Kan (2010-2011) y Yoshihido
Noda (Agosto 2011), del PDJ.
La Revolución tecnológica nipona.
Uno de los factores que han caracterizado la transformación de la economía e industria de
Japón es el mejoramiento del nivel tecnológico llevado a cabo por medio de la rápida
innovación en la tecnología y los diversos esfuerzos del sector industrial en su conjunto.
Japón, gracias a lo expresado con anterioridad, de importador de tecnología se está
convirtiendo en un exportador tecnológico, está exportando tecnología a los países
desarrollados.
El Gran Salto Tecnológico: Las cuatro ramas tecnológicas más destacadas en Japón son:
 La Automotriz
 La Informática (Computadoras)
 La Electrónica
 La Robótica
Las corporaciones principales de estas ramas o industrias tecnológicas son la Toyota,
Fujitsu, Matsushita y la Fanuc Estas corporaciones se han venido desarrollando sobre todo
a partir de la década de los 60. Los automóviles son uno de los productos japoneses mejor
conocidos. Es uno de los países que produce más automóviles, buses y camiones en el
mundo. La industria automotriz de Japón ha sido llamada la industria básica del país. Se dice
que la industria automovilística es un barómetro que muestra la fuerza industrial general
de un país puesto que para fabricar automóviles se necesitan componentes y partes
suministradas por casi todos las ramas industriales, tales como productos siderúrgicos,
plásticos, electrónicos, etc.
En cuanto a la informática y la electrónica el gobierno el gobierno japonés está aplicando
su Estrategia de Tecnología de la Información y las Comunicaciones “e-Japan”. Con esta
estrategia Japón ha logrado un gran salto tecnológico a nivel mundial. Conseguir este
objetivo exige el cumplimiento de 4 planes principales:
1. Mejorar el hardware de la Tecnología de la Información, mediante la instalación de
una red de fibra óptica, que proporcione conexiones de red a velocidad ultra-rápida.
2. Facilitar el comercio electrónico para que cualquier persona o entidad pueda
participar en este campo de actividad.
3. El desarrollo de un Gobierno virtual o Gobierno electrónico. Esta estrategia no
significa la desaparición del modelo tradicional de gobierno, sino el
aprovechamiento de las ventajas de las nuevas tecnologías para racionalizar los
procedimientos administrativos, mejorar los servicios para los residentes,
desarrollar las diferentes regiones del país y paliar las diferencias en cuanto al uso
de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en las mismas.
4. Fomentar el desarrollo de recursos humanos de alta calidad, procurando que todos
los ciudadanos tengan los conocimientos prácticos sobre información para que
puedan utilizar estas tecnologías.
Desde el lanzamiento de la estrategia hasta la fecha, se han logrado notables avances. En el
2001 el 10,5 % de las empresas participaban del comercio electrónico ya sea a través de
Internet o a través de una red de computadoras. El sector de finanzas y seguros era el que
más uso hacía del comercio electrónico en ese año: el 13,7% de las empresas realizaban
operaciones por esta vía. Los sectores de la minería y la construcción son los de menor
participación al contar, respectivamente, con un 1,4% y un 4,6% de sus empresas
involucradas en este tipo de transacciones. En el 2001 el volumen de mercado efectuado
mediante el comercio electrónico relacionado con los bienes de consumo final creció un
96,0% con respecto al año 2000, mientras que el mercado para el comercio electrónico
relacionado con los bienes intermedios mostró un incremento del 41,5%.
En cuanto al desarrollo de un gobierno electrónico o virtual se puede señalar que en el año
2001 existían 319 915 computadoras personales disponibles en los gobiernos de las
prefecturas y 561 721 computadoras personales en los gobiernos municipales. Existían,
además, 1 310 páginas Web de entidades públicas a todos los niveles del gobierno nacional.
También se reporta una computadora personal disponible por cada 1,2 empleados en todas
las agencias del gobierno nacional, como resultado de los esfuerzos del gobierno para que
exista una computadora disponible para cada empleado público.
En la educación también se observan resultados muy positivos pues el gobierno ha estado
desarrollando la infraestructura en el sistema educativo japonés para que Internet pueda
ser utilizada en las clases de todos los grados. En marzo del 2001 se instalaron
computadoras prácticamente en todas las escuelas públicas de educación media y media
superior.
En el 2002 se lanza el Programa e-Japan 2002, programa anual que incorpora y le da
continuidad a la estrategia e -Japan precedente. La reciente explosión de un sistema de
telefonía móvil de INTERNET da muestra del potencial del país para producir innovaciones
mundiales. Aunque los europeos se ufanan de superar a Estados Unidos en la carrera de los
teléfonos celulares, Japón está por delante de ambos en INTERNET móvil. El gran éxito en
esta tecnóloga radica en que están conectados permanentemente a INTERNET, lográndose
entrar en la WEB casi al instante y sin necesidad de discar. Las pantallas de los celulares
están conectadas a 15 000 sitios de INTERNET, que ofrecen correo electrónico, juegos,
servicios bancarios, noticias y caricaturas. Estos aparatos son baratos y pequeños. Como se
sabe, los japoneses viven en casas minúsculas. Debido a esto, a los consumidores les agradan
los artefactos móviles que proporcionan información y ayudan a pasar el tiempo. Esta
irrupción tecnológica representa un buen avance para la economía japonesa. El i-mode
podría significar para las compañías niponas una gran ventaja en otras partes del mundo.
Robótica
Japón se ha convertido en el país de los robots. La robótica es uno de los campos en los que
Japón tiene ventajas tecnológicas. El desarrollo tan espectacular de esta rama es explicado
por la productividad interna de Japón que es el principal consumidor de robots y también
por la expectativas que ofrece el mercado norteamericano, pues Estados Unidos importa de
Japón el 80% de esta tecnología. La aparición de los robots industriales se remonta al año
1962 en Estados Unidos. Se introduce en Japón en los años 60 en las industrias petrolera y
petroquímica para automatizar los procesos de producción. Solo las industrias con gran
capacidad de inversión estaban podían adquirir robots industriales, pues en aquel momento
a los robots industriales les faltaba flexibilidad y computadoras para el sistema de
operación, por lo que sólo las grandes empresas que tenían sistemas de fabricación en masa
de pocos tipos de productos decidieron utilizar los robots industriales. En los 80’s
aparecieron los robots de inteligencia artificial equipados con sistemas de computadoras
que analizan el estado de las existencias en almacén y las necesidades de los clientes y dictan
fabricación por sí mismos.
Desde que los robots se unieron al personal de las fábricas en la década de 1970, el
desarrollo y la tecnología de la robótica en Japón han liderado el mundo. En la actualidad
continúan marcando el modelo para todo el planeta. A partir de la segunda mitad de los 80’s
cuando la economía se encontraba en fase de expansión, se seguía difundiendo el uso de
robots industriales hasta en las pequeñas y medianas empresas que sufrían por escasez de
mano de obra. Los robots industriales permitieron mantener la competitividad de la
economía japonesa. Muchos de los automóviles en Japón se construyen con robots, pues son
máquinas complejas diseñadas para tareas específicas. Son capaces de hacer trabajos
repetidores y aburridos, dejando a la gente libre para cosas más interesantes y complicadas.
Analistas opinan que Japón posee más robots industriales que todos los países
desarrollados en su conjunto
Japón en los últimos años
Como es sabido Japón viene llevando a cabo diferentes medidas para mejorar su economía
que está agudamente desequilibrada desde los años 90. Es por ello que el nuevo primer
ministro japonés Shinzo Abe continua aplicando en este año, fuertes instrumentos
económicos y sociales para avanzar más rápido hacia el crecimiento económico. Pero
tendrán que pasar años para que estas políticas económicas den prosperidad a Japón, pues
por el momento estas medidas solamente tendrán un efecto ligero sobre la economía. El
ambicioso plan económico de Abe, es criticado por muchos economistas que no tienen fe en
el alcance de los objetivos de los mismos, porque ven estos planes muy frágiles y con muchos
riesgos. También alegan los críticos que es un plan tan amplio que tiene 230 propuestas
difíciles y muy diferentes, pudiéndose no llegar a las metas propuestas. Como se ha visto en
reflexiones anteriores estas medidas no son más que lo que se le llama en español
"Abeconomía", caracterizada por complejas y arriesgadas reformas. Las primeras medidas
que Abe llevó a cabo fue una inyección de estímulo monetario por parte del Banco de Japón
y un gran aumento del gasto público en obras públicas dando los efectos deseados. Por
supuesto estas medidas estaban diseñadas para estimular el crecimiento de corto plazo, sin
embargo lo que ahora exige Abe es un crecimiento potencial. El Banco de Japón estima que
el crecimiento potencial anual del Producto Interno Bruto del país ha disminuido de manera
estable a menos de 0,5% en la actualidad desde 4% en los años 80.
Algunos Indicadores Económicos del Banco Mundial.
Lo irónico de todo esto es que mientras Japón era el líder de las economías avanzadas del
mundo después de Estados Unidos, ahora su tasa de crecimiento potencial está por detrás
de las demás naciones desarrolladas. Como se muestra en el gráfico se calcula que para el
año 2015, Japón crezca solamente un 1.0%. No obstante Abe busca estimular el crecimiento
económico mediante tres factores fundamentales:
 Elevar la cantidad de empleados
 Potenciar la cantidad de equipos de capital
 Incrementar la productividad
Algo positivo desde el punto de vista social y económico es que Abe quiere llevar a cabo una
serie de propuestas para aumentar la contratación de más mujeres e inmigrantes en las
empresas niponas. Otra medida positiva es que piensa reducir el impuesto corporativo de
un 35% a menos de 30% para incentivar el gasto de capital.
Conclusiones
Con independencia de los logros científicos, tecnológicos y de gerencia avanzada de la
economía japonesa, el crecimiento acelerado y sostenido de Japón tras la Segunda Guerra
Mundial se debió mucho, a las bajas tasas de cambio que pudo mantener el yen con respecto
al dólar. Era la época en que amparados por el interés de los EE.UU. en mantener un Japón
fuerte en el contexto de la guerra fría, los productos japoneses lograron una alta
competitividad en el mercado internacional y ello contribuyó a que el peso fundamental del
crecimiento económico de Japón fuera impulsado por las exportaciones. Es cierto, que ello
tenía como contrapartida el encarecimiento de las importaciones.
El gran desarrollo económico de Japón posterior a la II Guerra Mundial y hasta finales de los
años 80s, se debió fundamentalmente a que su modelo económico se basaba en un papel
protagónico del Estado para dirigir la economía y en los mecanismos de armónica
coordinación entre el gobierno, la empresa privada y los trabajadores.
El colapso de la burbuja en el 90 hizo que la economía nipona sufriera un cambio brusco en
cuanto a sus principales indicadores económicos sociales. El modelo económico nipón tuvo
una trasformación negativa con una perdida relativa del control por parte del Estado, que
impidió que este país siguiera manteniendo el gran dinamismo económico que existía antes
del estallido de la crisis.
Las autoridades japonesas se enfrentan hoy a un gran reto: combinar convenientemente
políticas económicas que le permitan impulsar el crecimiento y evitar un mayor deterioro
de los altos niveles de vida, todo ello, en un contexto caracterizado por las limitaciones de
la política fiscal como instrumento anti recesivo, por la esperada disminución de la
población en edad laboral y por el envejecimiento de la sociedad nipona. Podemos apreciar
que falta mucho por hacer en la economía nipona y su triunfo dependerá de la habilidad de
las autoridades políticas y económicas del país, en el transcurso del tiempo.
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