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Índice
1Otras tradiciones
2Rechazo
3Precedentes
4Impresionismo y vanguardias
5Estados Unidos
6La muerte del arte y el fin de lo moderno
7Véase también
8Referencias
o 8.1Bibliografía
o 8.2Notas
9Enlaces externos
Otras tradiciones[editar]
En su origen, dada su naturaleza reactiva, el arte moderno es un fenómeno
exclusivamente europeo, aunque en algunas ocasiones se planteaba la necesidad de
búsqueda de tradiciones alternativas fuera del arte occidental (en el arte africano -
cubismo-, o en el arte japonés -impresionismo-) o fuera de las fases más clasicistas de la
propia tradición occidental (prerrafaelismo).
Rechazo[editar]
El rechazo al arte moderno fue muy fuerte desde que comenzó a acuñarse el concepto, no
sólo en los ambientes sociales y conservadores que los artistas modernos
buscaban epatar,7 sino entre intelectuales que se ocuparon muy seriamente de su análisis,
como fueron los casos, en España, de Eugenio d'Ors, autor de la lapidaria frase: Todo lo
que no es tradición, es plagio; o José Ortega y Gasset, que tituló una de sus obras: La
deshumanización del arte.
El comunismo soviético y el fascismo italiano, que desde su origen y durante los años
1920 estuvieron estrechamente vinculados a las vanguardias (constructivismo, futurismo),
comprobaron a partir de los años 1930 la necesidad de encauzar su manipulación
propagandística en el terreno de la estética a través de un arte mucho más fácilmente
digerible por las masas. Encontraron soluciones casi idénticas en lo que se conoció
como realismo socialista o arte fascista. En el caso del nazismo, identificó el arte moderno
con lo que denominó arte degenerado de los dementes y de las razas inferiores, por
contraposición a los valores de una pretendida estética aria o arte ario. No obstante, la
persecución a los judíos y la ocupación alemana de Europa durante la Segunda Guerra
Mundial dio oportunidad para el expolio más o menos disimulado de muchas piezas de
arte moderno por parte de los dirigentes nazis (que no lo destruían, sino que se lo
apropiaban).
Simultáneamente, el capitalismo estadounidense, en cambio, asumió con gran dinamismo
el arte moderno, implicándolo en el proceso productivo y aprovechando sus grandes
posibilidades para el mercado.8
Precedentes[editar]
Precedentes de las ideas artísticas modernas ya pueden verse en la obra de los grandes
maestros barrocos (Velázquez o Rembrandt); de autores de finales del siglo XVIII y
comienzos del XIX más o menos cercanos
al romanticismo (Goya, David, Delacroix, Gericault, Friedrich, Turner, William Blake); y de
autores de mediados del siglo XIX más o menos cercanos
al realismo (Corot, Millet, Courbet, escuela de Barbizon, William Morris). Para esas fechas
empieza a ser usual la percepción del artista moderno como un incomprendido social,
ajeno a las instituciones; aunque paradójicamente termine creando su propia
institucionalidad alternativa (Salon des Refusés, 1863 -salón de los rechazados-). Crucial
fue el papel de prestigiosos intelectuales que ejercieron de críticos de arte,
como Rimbaud.9
Impresionismo y vanguardias[editar]
El impresionismo y el posimpresionismo significaron ya un arte decidido a experimentar
con nuevos modos de representación de la luz y el espacio a través del color y la pintura, y
de la vibración de la materia en escultura (Rodin). En los años previos a la Primera Guerra
Mundial, una explosión de creatividad tuvo lugar con
el fovismo, cubismo, expresionismo y futurismo.
La Primera Guerra Mundial trajo consigo el fin de esta fase, pero indicó el inicio de una
serie de movimientos antiartísticos, como el dada y el trabajo de Marcel Duchamp y
el surrealismo. También grupos como de Stijl y Bauhaus acababan de comenzar a
desarrollar nuevas ideas sobre la interrelación de las artes, arquitectura, diseño y
educación artística.
Estados Unidos[editar]
El concepto vanguardista de arte moderno fue introducido en Estados Unidos en el Armory
Show de 1913, y sobre todo con la llegada de artistas que huyeron de Europa a causa de
la Primera Guerra Mundial, como Francis Picabia. No obstante, París siguió siendo la
capital del arte durante todo el periodo de entreguerras, condición que no alcanzó Nueva
York hasta la Segunda Guerra Mundial. En los años cincuenta, sesenta y setenta
aparecieron, por primera vez en la historia del arte, estilos surgidos en los Estados Unidos
(expresionismo abstracto, op art, pop art, minimalismo, happening, Fluxus, land
art, performance art, arte conceptual, fotorrealismo, etc.)