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HABLAMOS DE…
Y EXPERIENCIAS DE LOS PRINCIPIOS DE
El concepto de autonomía
en el desarrollo infantil temprano
Coherencia entre la teoría y la práctica
Myrtha Hebe Chokler
Los abordajes de los niños1 con trastornos del desarrollo en formas de expresión y de comunicación, de sus
la protoinfancia,2 tanto en el ámbito de la crianza como instrumentos para una adaptación activa al
en el de la educación o la terapia, están determinados por mundo que le llega en el momento exacto en el
distintos marcos teóricos, creencias, opiniones y saberes que él llega al mundo.
que consideran cómo son los procesos esenciales bio-psico- Todos los bebés utilizan su motricidad no
sociales en los que se constituye un sujeto. A partir de ello sólo para desplazarse o tomar los objetos, sino
se plantean roles y acciones necesarias de la familia, del sobre todo para expresar sus emociones, inte-
entorno y de las instituciones para promoverlos y sostener- reses y ansiedades, para pensar y aprender.
los. Los descubrimientos de Emmi Pikler sobre la génesis de La vida del bebé es su sensoriomotricidad
la motricidad en el niño pequeño y sus implicancias en la y la autonomía, aún precaria, existe y se des-
personalidad en su conjunto han ofrecido una contribución arrolla desde el inicio en la intensa vivencia de
fundamental a la psicología genética y a la pedagogía, plan- su sensoriomotricidad.
teando una necesaria redefinición de la noción de compe- Reconociendo para el bebé el indispensa-
tencia y del concepto de autonomía desde la primera edad. ble e indelegable rol del adulto como envoltu-
ra continente, como mediador y como
Palabras clave: autonomía, competencia, motricidad, iniciativa, li- introductor en el mundo social de la ley, de la
bertad de movimientos, seguridad afectiva. cultura y del lenguaje, me parece oportuno re-
flexionar acerca del concepto de autonomía –
diferenciándolo del de falsa autonomía o
Considerando el desarrollo como los cambios seudoautonomía3–, sus condiciones subjetivas
que permiten a un sujeto pasar progresivamen- y objetivas, y su relación con la práctica con-
te de estadios de mayor dependencia a otros de creta de la atención temprana.
mayor autonomía, éste se reconoce siempre de Hablar de actividad autónoma es para
manera explícita o implícita como uno de los nosotros reconocer que el bebé es un sujeto de
objetivos prioritarios de la acción del adulto acción y no sólo de reacción desde la más
respecto del niño. temprana edad. Acción que implica operación
La motricidad y la sensorialidad son la es- intencional sobre el medio externo y transfor-
tructura de base, pero a su vez constituyen la mación recíproca entre sujeto y medio.
condición esencial y tal vez única de existencia Dice Winnicott (1975): «En un estadio
del bebé, de sus relaciones con el medio, de sus primitivo de constitución de sí mismo, es la
Todos los bebés utilizan su adaptación activa al medio (a Cuando se permite a un bebé emprender
motricidad no sólo para des- su medio, que no es cualquier una actividad por su propia iniciativa y llevarla
plazarse o tomar los obje- ni todo medio) lo que permite a cabo hasta su conclusión, se pueden percibir,
tos, sino sobre todo para al bebé “existir, ser”, en lugar captar sus instrumentos, sus habilidades, sus
expresar sus emociones, solamente de reaccionar». intereses y comprender la direccionalidad, el
intereses y ansiedades, para La dialéctica y la dinámi- «sentido» y la significación de su acción.
pensar y aprender ca del desarrollo señalan que El conocimiento fino y detallado de la ac-
porciones cada vez más impor- tividad autónoma del protoinfante bajo todas
tantes de autonomía sólo pueden concretarse sus formas aporta una gran riqueza de datos
aquí y ahora a partir de la previa existencia –aún acerca de las estrategias individuales y, por lo
embrionaria y potencial en cada estadio– de es- tanto, individuantes, en las que el bebé se com-
bozos de autonomía, que, en interacción con el promete corporal y psíquicamente en cada es-
medio y por maduración funcional, se hacen más tadio de su desarrollo, para autoconstruirse en
complejas y se diferencian progresivamente. la práctica, intelectual y socialmente, acompa-
El reconocimiento de la existencia real de ñado y sostenido por la trama afectiva y cuida-
las acciones autónomas, de cómo aparecen y dosa de adultos significativos. Y si esto es
de cómo se expresan en cada momento es la esencial en el desarrollo de todo niño, resulta
condición de base para su desarrollo ulterior. indispensable en el niño con déficit o desven-
Un bebé, por ejemplo, que todavía no se tajas de cualquier tipo, que implican un sufri-
sienta por sí mismo, de manera espontánea y miento para él y para su entorno, con las
autónoma, a los 8 meses es capaz, sin embar- consecuentes dificultades de adaptación, pero
go, de rodar, de reptar y de trasladarse activa- sobre todo de reconocimiento de sus potencia-
mente a la búsqueda de objetos que le lidades, de sus deseos, de sus miedos, de sus in-
interesan, que selecciona y compara, exploran- tereses y de sus competencias como persona, a
do sus características físicas y/o sus relaciones pesar y más allá de la patología.
lógico-topológicas (la proximidad, las inclusio- Autonomía supone, entonces, que la per-
nes posibles de uno en otro, etc.). El mismo sona, en este caso el niño pequeño, durante su
bebé coaccionado a mantenerse sentado, toda- actividad espontánea:
vía apoyado o sujetado en una sillita, si no está Es capaz de actuar a partir de su propia
todavía maduro para hacerlo, con el tronco iniciativa.
crispado, en un equilibrio precario, con un ínti- Posee un equipamiento biológico, funcio-
mo sentimiento de inestabilidad e inseguridad, nal, emocional y cognitivo maduro para el
se ve obligado a quedarse fijado, rígido en esa programa de acción que se ha propuesto,
posición, alerta por temor a desmoronarse; o si por lo cual éste se hace pertinente y ade-
se cae, impotente –en un inconsciente descui- cuado.
do de sí mismo–, refuerza la dependencia del Tiene una actitud de cuestionamiento y de
adulto para cambiar de postura o para acceder sorpresa ante el descubrimiento. El desen-
al objeto. Tenso, para sostener su tronco vuelve volvimiento de la acción y las preguntas
torpe la manipulación, limita sus posibilidades que se va planteando revelan el nivel de
de exploración y de atención. maduración global y el de sus intereses.
Durante la actividad autónoma que él por sí mismo, sin el propios de adquisiciones y aprendizajes perti-
el niño se agrega al placer del adulto, no puede querer, nentes a cada estadio.
dominio del acto motor, el pla- ni puede saber, ni puede ¿Cuáles son las condiciones subjetivas
cer del dominio de la actividad poder, competencias que para la actividad autónoma?
mental, que no remite sólo a lo definen como sujeto. La seguridad afectiva, base de la confian-
apropiarse de la realidad exter- En resumen, aprende za en sí mismo y en el otro, que se cons-
na, sino, sobre todo, a su reali- que por sí mismo es in- tituye desde la calidad y la estabilidad con
dad interna: el placer de ser él competente, que solo no que se teje cotidianamente el vínculo de
mismo, autor y protagonista en puede ni sabe, y esto va apego.
su vida cotidiana no sólo en el construyendo una «meta- La libertad de movimientos asegurada por
plano motor, sino en el emocio- cognición», una imagen de el desarrollo postural autónomo, tal como
nal, cognitivo y relacional sí, reflejo también de la ha sido definido y descripto por Pikler.
imagen, del espejo que le
devuelve el adulto que no lo reconoce como ¿Cuáles son las condiciones objetivas para la
sujeto activo y presente y no confía en su au- actividad autónoma?
tonomía. Por un lado, el espacio seguro, amplio y
Lo que incumbe al adulto es entonces adecuado a sus posibilidades de desplaza-
asegurar al niño las condiciones del entorno miento, la ropa, los objetos y los juguetes
afectivo, social y material, para que pueda pertinentes, interesantes, prensibles,
apropiárselo y dominarlo con los instrumentos apropiados para este niño en particular en
y procedimientos de que ya dispone. Desde esta este momento y situación de su vida y de
concepción, para garantizarle las condiciones su actividad potencial.
para una actividad autónoma es indispensable Por otro lado, el tiempo de actividad y el
que el adulto posea un profundo conocimiento de reposo, que sólo pueden autorregular-
del desarrollo infantil en general y de ese niño se, son fuente de experiencias esenciales
en particular. y estructurantes. La alternancia entre los
Esta consideración acerca de las compe- tiempos de juego autónomo, con sus
tencias de autonomía no es obvia en la per- diversas modalidades y ritmos, y los tiem-
cepción de la mayoría de las personas que se pos de los cuidados, plenos de interacción
ocupan de la crianza, de la atención tempra- y comunicación con el adulto, se nutren
na o de la terapia de los niños, familiares o no recíprocamente.
e incluso de profesionales del ámbito de la
protoinfancia. Prueba de esto es el escaso co- Los períodos de actividad libre concretados en
nocimiento que aún tienen de las formas ge- un tiempo regular y habitual en el que el bebé
néticas, fisiológicas del desarrollo postural y va reconociendo rápidamente la sucesión de
motor descubiertas por Pikler, así como la in- gestos y actividades repetidas cotidianamente,
sistencia en la bibliografía tradicional y en los verbalizadas por el adulto, se inscriben en un
programas de estimulación precoz y temprana ritual que permite al bebé tener puntos de re-
de prácticas que distorsionan o intentan ferencia estables, con su anticipación progresi-
avanzar y/o forzar la secuencia y los ritmos va y una orientación y organización
Este artículo fue solicitado desde AULA DE INFANTIL en octubre de 2009 y aceptado en noviembre de 2009 para su publicación.