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ENSAYO SOBRE LA DISLEXIA

ESCRITO POR:

BETSY LILIANA LORA BARRIOS

ESTUDIANTE DE FONOAUDIOLOGIA

(COMUNICACIÓN II)

UNIVERSIDAD DE SUCRE

FACULTAD CIENCIAS DE LA SALUD

PROGRAMA DE FONOAUDIOLOGIA

SINCELEJO-SUCRE

3/MAYO/2017
LA DISLEXIA
Diariamente nos enfrentamos en el aula a problemas que tienen que ver con la
lectoescritura, pudiendo ser causa de estos, la dislexia, dislalia, descalcaría, entre
otras. Lo verdaderamente importante es que se pueda realizar un diagnóstico
precoz. Es aquí que nuestro rol como nexo entre el alumno y los especialistas, es
clave.
Etimológicamente la palabra dislexia significa “dificultades del lenguaje”. En la
acepción actual se refiere a problemas de lectura, más específicamente, trastornos
en la adquisición de la misma. Trastorno neuropsicológico que se manifiesta
clínicamente por un disturbio en la adquisición y manejo del código escrito, de
carácter persistente.
Denominada la “enfermedad del siglo” pues afecta a más del 10% de niños; razón
que lleva a una permanente actualización ya que la investigación científica es
continua y aún inacabada. La discusión sobre el origen de este trastorno no se ha
cerrado. Esta investigación comienza ya en el siglo XX, cuando un neurólogo
francés Jules Dejerine comienza a investigar pacientes que habían sufrido
accidentes y esto los llevó a la incapacidad de leer y escribir, síndrome que se
denominaba alexia-agrafia.
Antes de que este trastorno biológico se definiera como tal con sus características
particulares; a quienes padecían dificultad en la escritura y lectura, se los catalogaba
de “burros”, “inquietos”, “inmaduros” repercutiendo esto directamente en su
rendimiento académico y como consecuencia en su autoestima, pues la más de las
veces debían repetir el curso.
El destino de los niños que son portadores de esta dificultad depende en gran
medida de que sean comprendidos y apoyados a tiempo. Para ello es necesario
que padres y docentes estén atentos y abiertos cuando las cosas empiezan a no
funcionar como se espera.
Luego de variados estudios se llegó a la conclusión de que ya sea la dislexia
adquirida o genética conlleva una lesión en el hemisferio izquierdo del cerebro,
especializado en el procesamiento lingüístico analítico secuencial o serial de la
información. Consiste en una estructuración inusual de las neuronas.
Citando a Natalia Trenchi 3, quienes son disléxicos tienen una configuración
anatomofuncional singular del cerebro que condiciona alteraciones en la función, y
son estas las que provocan las dificultades para reconocer la correspondencia entre
los sonidos y las letras.
Varios autores coinciden en definir la dislexia como una condición heredada; por lo
que es frecuente encontrar varios disléxicos en una familia. Hoy en día se podría
decir que la dislexia es una dificultad funcional de alguna parte del cerebro que
interviene en el proceso de aprendizaje y ejecución de la lectoescritura, que va
generalmente acompañada de disfunciones colaterales (orientación espacial y
temporal, lateralidad, psicomotricidad gruesa y fina, esquema corporal) y es posible
encontrar manifestaciones desde muy leves a muy severas. La gravedad dependerá
de la situación personal de partida, de la interacción con su entorno familiar, escolar
y psicopedagógico

¿CÓMO DARNOS CUENTA SI ESTAMOS FRENTE A UN DISLÉXICO?


Existen una cierta cantidad de elementos propios del niño o adolescente disléxico
que es lo que nos permite reconocerlos. Aunque las condiciones de la docencia hoy
dificultan su detección temprana debido a los grupos numerosos, al bajo nivel de
exigencia, y de compromiso docente, ya que el atender estas particularidades de
forma personalizada requiere un mayor esfuerzo docente e institucional. Ahonda
aún más esta diferencia la inexistencia de especialización docente. A pesar de no
tener la preparación adecuada, los elementos antedichos nos permiten un
reconocimiento primario.
Muchas veces esconde sus debilidades con estrategias compensatorias,
ingeniosas, se frustra fácilmente. Por ejemplo hemos estado frente a alumnos que
se camuflan en una imagen desagradable, con hábitos displicentes para esconder
sus verdaderos temores. Suelen estar a la defensiva, sin razón aparente. Tienen
momentos de altibajos emocionales, momentos de alegría, tristeza pasando de un
estado a otro espontáneamente.
Tienden a ser el “payaso del salón”, niño problema, continuamente requieren la
atención de sus pares y también del docente; ya sea con actitudes graciosas o
grotescas. Se les dificulta poner atención, parecen hiperactivos o soñadores. Por
una razón u otra se hace necesario llamarles la atención. También hemos podido
constatar casos en los que aparentemente no están siguiendo la clase pero si se
los solicita reflejan un seguimiento adecuado de la misma. No son capaces de poner
claramente los pensamientos en palabras, hablan en frases entrecortados,
tartamudean cuando están estresados.
Una de las características que identifican a la dislexia y que la presentan
mayormente los que la padecen es la confusión de letras de forma semejante, como
las antitrópicas: b, d, p, q. Esta confusión los lleva a leer por ejemplo “bebo”, por
“dedo”. Confusión que es normal en niños que están aprendiendo a leer y escribir,
pero cuando esto persiste estaríamos más cerca de un diagnóstico de dislexia.
Se distinguen dos perfiles disléxicos, uno a polo predominantemente perceptivo
visual: dificultad para procesar información visual y discriminarla, ejemplo
confunden b con d. El otro a polo predominantemente audio-verbal: dificultad para
procesar estímulos que ingresan por vía auditiva por ejemplo confunden d con t.
Al leer o escribir presentan repeticiones, adiciones, transposiciones, omisiones,
sustituciones y revierte letras, números y o palabras. Suelen producir textos pobres
que no reflejan su potencial intelectual, pero si lo hacen cuando se expresan
oralmente. El proceso mecánico de la lectura les insume mayor gasto de energía,
lo que va en detrimento de la comprensión lectora. Dicha comprensión es diferente
si leen ellos mismos o si alguien les lee. Por nuestra experiencia sabemos que las
consignas presentadas en actividades áulicas deben ser re leídas individualmente
al disléxico para que pueda realizarlas de forma adecuada.
La lectura implica comprensión y decodificación, se necesita decodificar para
comprender, para el disléxico tiene más significado el color y las imágenes que las
letras. Lee y vuelve a leer sin comprensión, su ortografía es fonética e inconstante.
La ortografía como hemos referido arriba es una gran dificultad para estos niños y
se puede hablar en muchas ocasiones de disortografía. Muchos niños acaban
leyendo aceptablemente pero la ortografía es deficiente, debido a una percepción y
memorización visual deficientes, les cuesta recordarlas como un todo. En la
escritura presentan cierta torpeza en el aspecto motriz, dado el sobreesfuerzo que
le requiere la escritura se llega a dar una especie de fobia hacia ella, que dificulta el
tratamiento. Posee una extremada agudeza visual y observación, o carece de la
percepción profunda y visión periférica.
En otras materias además de la lectura, la escritura y el cálculo, se observan
dificultades que tienen que ver con la desorientación espacio-temporal. Así, en
historia les cuesta captar la sucesión temporal y la duración de los períodos.
También como recordar los hechos históricos pues no tienen significación personal.
Por ejemplo cuando en el aula se realizan las líneas de tiempo, los alumnos que
padecen esta dificultad, no logran recordar el secuenciado de las épocas,
confundiendo una etapa histórica con otra.
En geografía tiene gran dificultad para localizar y en especial para establecer las
coordenadas geográficas y los puntos cardinales. En geometría se producen
grandes dificultades por su relación directa con la estructuración espacial. Hay
autores que hablan de una “Constelación Dis”, siendo la dislexia uno de los
elementos de ésta. Tanto la dislexia como los otros trastornos, tiene en común dos
características: 1) la frecuencia de su co-ocurrencia 2) su independencia del
funcionamiento intelectual global del niño. La Dislexia, trastorno específico de la
lectura, se sitúa en el centro de esta constelación, y generalmente se mantiene
asociada a los demás

CONCLUSIONES.
La dislexia, como otros trastornos del neurodesarrollo, se suele presentar como un
conjunto de dificultades de competencia en ámbitos distintos. Las personas con
dislexia y sus familias consultan con frecuencia a sus médicos acerca de los
abordajes no convencionales para remediar las dificultades de la lectura, en general,
hay muy pocos datos fidedignos que apoyen las afirmaciones relacionadas con
estos tratamientos. Finalmente, médicos familiares deben conocer que aunque no
haya un programa mágico que remedie las dificultades de la lectura, hay una serie
de programas que siguen las pautas ofrecidas anteriormente que han demostrado
ser muy eficaces para enseñar a leer a los niños con dificultades. Con el fin de
desarrollas una lectura cualificada, fluida, a competir en igualdad con sus
compañeros que no tienen una discapacidad de la lectura, y poder así competer con
mal mismas posibilidades de éxito que sus compañeros, ya que la lectura es una
habilidad indispensable en la vida moderna.

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