Christian Campbell

Trabajo Descripción Densa

Para el presente escrito haré referencia a una situación ocurrida durante una tocata de
música punk, la cual refleja los modos de actuar de ciertos subgrupos culturales a los
márgenes del comportamiento social “corriente”.
Los acontecimientos del presente relato se sitúan en un local de San Diego. Se
realizaría una tocata con artistas emergentes, y decidí asistir en compañía de 2 amigos
que solían frecuentar el lugar; el cuál, era un punto de reunión frecuente entre los más
asiduos seguidores de la escena de música extrema.
La gente, como de costumbre comenzó a llenar el lugar a altas horas de la madrugada,
y comenzó a formarse un ambiente casi familiar, ya que muchos asistentes se conocían
de veces anteriores. en una noche con música bastante agitada y una barra que
parecía no vaciarse en ningún momento.
Al momento de entrar al lugar del evento, los músicos se encontraban en plena
interpretación, y se podía notar la fuerte energía del público manifestada en
movimientos bruscos y danzas violentas.
La música en su contenido era todo un manifiesto político-social, expresado como un
desato de ira que aludía a los diversos problemas tanto en las estructuras del poder
como en el caos social, y si bien, la instrumentación era un tanto rudimentaria, tenía
un foco muy importante en la expresión de energía como una suerte de catarsis
condensada del contenido de las letras de cada canción.
Desde el lado de la barra, pude incluso observar como un sujeto fue empujado por
otro dentro del sector más “violento”, siendo lanzado por los aires para caer en una
silla de plástico verde que rompió en pedazos al impacto, lo que deja patente, el nivel
de enajenación que se genera como una suerte de trance colectivo.
Algo que resulta interesante, es que, al rato, el sujeto que fue arrojado se encontraba
con quien lo empujó bebiendo cerveza y riendo, lo que deja patente que el manifiesto
de violencia e incluso los ataques directos llegan a formar parte de una forma de
interacción que no tiene la intencionalidad de crear enemistad, sino que dado el
contexto, se valida como un momento de liberación y descargo colectivo en el que la
violencia es la tónica en los modos de interacción
Un empujón como tal, podría sin embargo desatar un gran conflicto si no estuviera
validado por la situación, pero dado el ambiente, los ataques físicos pasan de ser de un
acto con el fin de hacer daño, a un acto con la finalidad de ser una mera expresión de
lo que la música produce dentro del grupo de personas, y si bien, son actos en algunos
casos de alta violencia, ésta no viene cargada con rencor ni produce un resentimiento
que trascienda más allá de la situación.
Lo anterior me llevó a comprender parte de como opera el código en lugares como
éste, y como la música puede exacerbar ciertas conductas dentro de los subgrupos que
se forman a su alrededor; concretamente en este caso como un manifiesto iracundo
en un festejo de violencia y camaradería que se da como una purgación de todo el
descontento de quienes participan activamente en este tipo de eventos.