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ARC 1N1EGAS TE e A AL DE l\ N A DE e O LO ~1 B 1 A
5794
LO IRR~M~DIAQL~
TEATRO 95
N.0 95 POR
.
LORE NZO M \RROQ:J IN Y ] OSE M ARIA RIVAS GROOT
BOGOTA
BOITORIAL MINERVA, S .A.
1936
/ LO IRR~M~DI AQLY
POR
LITERATURA COLOMBIANA
PUBLICACIONES DEL
LORENZO MARROQUIN
ESCENA I
DOÑA DOLORES
(Después de un silencio)
GONZALO
DOÑA DOLORES
No te interrumpo, hijo .... ¿Se te va la ins-
piración, como cuando hacías versos?
GONZALO
(! nterrumpiéndose)
Al contrario, madre. . . . Esta prosa, estas
arideces de la estadística. la sequedad de las
finanzas necesitan de tu compañía; me hace
falta el aroma de tu cariño. . . . (sigue escri-
biendo).
DOÑA DOLORES
Se hace justicia a mi Gonzalo (lee)· « ues-
tro ministro de finanzas, don Gonzalo Avila, el
conocido literato que en el ministerio de la edu-
cación nacional desarrolló un plan universita-
rio que ha merecido la unánime aprobación de
las cámaras, ha planteado ahora un sistema de
armonía y progreso en el ministerio de finan-
zas. Sólo hace un mes que tiene esa cartera, y
su plan, fundado en los principios de la ciencia
económica, está dando los más benéficos re-
sultados ».... (interrumpiéndose). Pero, escú-
cha, hijo, escúcha.
GONZALO
(D esde su mesa)
Exageraciones. . . . benevolencia. . . . Martí-
GONZALO
(Volviendo la cabeza)
DOÑA DOLORES
DOÑA DOLORES
GONZALO
DOÑA DOLORES
GONZALO
DOÑA DOLORES
GONZALO
(Arrojándo se en sus brazos)
DOÑA DOLORES
DOÑA DOLORES
(Tras una pausa)
r Las sierpes de la envidia ......
GONZALO
DOÑA DOLORES
GO ZALO
DOÑA DOLORES
GONZALO
DOÑA DOLORES
GONZALO
DOÑA DOLORES
GONZALO
DOÑA DOLORES
GONZALO
DOÑA DOLORES
DOÑA DOLORES
Míra : el sobre de palacio.
GONZALO
(Leyendo )
Es del presiden te. Acepta m1 proyecto . . ..
Se salvará el crédito de la nación . . . . El cré-
dito es riqueza . . . (pone la carta sobre el escri-
torio). . . . Hemos logrado llevar en absoluta
reserva este asunto. Sólo lo sabe el presiden te,
tan deferente conmigo , tan noble, tan preocu-
pado en el engrande cimiento de este país ....
Ahora lo importan te es llamar al represen tante
de los tenedore s de bonos de la deuda exte-
rior, para que comuniq ue inmediat amente la
la noticia al comité de Viena, sin que algún
tercero compre los bonos y se aprovech e del
esfuerzo del gobierno . Sólo los acreedor es de-
ben ser los beneficiados .... ¡Pedro! (al criado) ...
Lléva esta tarjeta al señor Jacobsen. . . . Ya
sabes dónde . . . Otra cosa · mañana tempran o
vas a casa de la florista y le dices que dentro
de ocho dí~ . además del ramo de novia , nece-
sito todas las flores del jardín . . . . todas . . ..
(sale el criado) .
ESCENA 11
DICHOS, CARLOS ALBERTO Y AMALIA
(Se saludan afectuosamente)
GO ZALO
Tardaba n ustedes. . . . Todo lo bueno se ha-
ce desear.
AMALIA
Culpa mía . . . . no . . . . Carlos Alberto ....
ya saben ustedes . las grandes ocupaciones : los
amigos, el Automóvil-club ....
CARLOS ALBERTO
A1ea culpa . . . . Pero, díganme ustedes . ¿po-
día yo faltar? Figúrense : me elegían esta noche
presidente del Auto .... (a Gonzalo) . ¿Me de-
cías que acabas de recibir el retrato de Amalia,
que habías encargado a París.,
GONZALO
Sí un gran retrato . . . . pintado por Bastlen-
Lepage, una obra de a rte (mirando a Amalia) .
inferior al modelo, es verdad . . . Tú, que eres
un experto y un diletante, gozarás con la fac-
tura ¡qué nobleza en la actitud, qué expresión
tan dulce · tan intensa en la mirada! Una ar-
monía de colores en que descansa la vista y re-
posa el alma.
CARLOS ALBERTO
GONZALO
CARLOS ALBERTO
DOÑA DOLORES
¿Y hoy? . ...
A MALlA
DOÑA DOLORES
AMALlA
DOÑA DOLORES
CARLOS ALBERTO
DOÑA DOLORES
AMALlA
(Con sorpresa)
GO ZALO
CARLOS ALBERTO
(A Gonzalo, tocándole el hombro)
GO ZALO
GO ZALO
(A Carlos Alberto)
ESCENA IV
GONZALO
(Entrando)
CARLOS ALBERTO
GONZALO
¿Para los dos?
CARLOS ALBERTO
Una gran falta . . . . no sé cómo decirte ... .
GONZALO
Es que yo no sé si perdonaría . . . . no : yo no
perdonaría al que me hubiera derrochado mi
fortuna. . . . ¡La fortuna! . . . . el dinero. . . . es
decir, todo ; el dinero es todo en esta vida .. . .
GONZALO
(Levantándose)
CARlOS ALBERTO
(Con resolución)
GO ZALO
Sagrado ....
CARLOS ALBERTO
GO ZALO
GO ZALO
Después de eso . . . .
CARLOS ALBERTO
GONZALO
CARLOS ALBERTO
(Sobresaltado)
¿Una exigencia? Te lo he dicho a tiempo ...
ocho días antes del matrimonio.
GONZALO
CARLOS ALBERTO
(Levantándose)
GONZALO
CARLOS ALBERTO
GONZALO
CARLOS ALBERTO
GONZALO
DICHOS Y AMALIA
A MALlA
GONZALO
FRANK
t. El señor ministro? .. ..
CARLOS ALBERTO
CARLOS ALBERTO
CARLOS ALBERTO
¿Seguridad? Completa.
FRANK
CARLOS ALBERTO
FRANK
Un momento ....
CARLOS ALBERTO
FRANK
CARLOS ALBERTO
(Impaciente)
FRANK
CARLOS ALBERTO
FRANK
(Decidiéndose)
Acepto.
CARLOS ALBERTO
JACOBSEN
JACOBSEN
FRANK
JACOBSEN
FRANK
¿Definitiva?
JACOBSEN
JACOBSEN
Negocio concluído.
FRANK
Negocio concluído.
JACOBSEN
GONZALO
(Por puerta lateral entra, saluda)
CARLOS ALBERTO
(Aparte, alarmado)
GO ZALO
(Solo)
CARLOS ALBERTO
(Entrando)
CARLOS ALBERTO
CARLOS ALBERTO
CARLOS ALBERTO
ESCENA IX
TAPIA
(Que es sordo)
Señor ministro, hemos querido venir con
Aura a saludarlo a usted y a mi señora Dolo-
res . Ustedes saben, he comprado el periódico
la Honradez Acrisolada . Yo haré escribir al-
gún elogio.
GONZALO
(Adelantán dose)
¡Cuánto gusto!. . . . (a doña Aura la saluda
y la conduce por puerta lateral) . Señora ....
¡cuánto honor! En aquella sala encontrará us-
ted a mi madre (sale doña Aura) .
LOBO
(Entra , receloso, por el foro)
Señores . . ..
CARLOS ALBERTO
(Yendo a su encuentro)
Y usted, señor don Francisco, una grata im-
presión, una grata sorpresa . . . . Pero siga us-
ted . . . . siéntese usted . . . . ¿Antiguos adver-
sarios? o haga usted mención de eso.
TAPIA
DOÑA AURA
(Entrando)
Sí, vamos ; mi esposo tiene preparada una
sorpresa.
TAPIA
No dice nada . . ..
TAPIA
Bien, muy bien, eso es muy tierno ....
OSVALDO
TAPIA
(Con la trompetilla)
¿Versos? . . . Escuchemos. Y o nunca he po-
dido hacerlo~ . ... Me dicen que me falta oído ...
CARLOS ALBERTO
Los de esta nueva escuela usted podría ha-
cerlos: no se requiere oído.
DOÑA AURA
Le rogamos, don Osvaldo ....
AMALIA
Sí, le suplicamos.
OSVALDO
«Rimas dionisíacas ».- De mi libro, Helenos.
P ara el señor ministro de finanzas .
Estaba el griego Pajos sentado frente a P ajos,
cuando unos verdes grifos de las islas de Grafos
emergieron de pronto del ático H lesponto . . . .
y con vuelo hierático como del A k eronto . .. .
TAPIA
(Con afán, soplando la trompetilla)
Esto está dañado. . . . Oigo las palabras. Oi-
go, pero no entiendo .. . .
OSVALDO
LOBO
FRANK
JACOBSEN
¡Ah ! señor .. . . ¡Cuánto agradezco! (Con iro-
nía). Es mucha delicadeza la suya, mucha hon-
radez la del gobierno. . . . Pero ¿sólo usted lo
sabe? ....
TAPIA
(A Lobo)
Todo un ministro, la honradez en persona.
(Forma grupo aparte con Lobo, Osvaldo y Melén-
dez, y continúan conversando con cierto misterio)
LOBO
(En voz baja)
Un mm1stro . . . . un poco fatuo.... ¿La
honradez? . . . . Démos!e tiempo al tiempo . .
Herradura que suena . . . .
OSVALDO
(En voz baja)
!\Jo discuto su honradez . . . . Pero sus ver-
sos. . . . ¡Bah! versos claros, que se entienden
a primera lectura ; no sugieren nada . . . . Y se
mofa de la nueva escuela . . . . Es un pedante .. .
1ARTJ EZ
LOBO
(En reserva, a Tapia, Osvaldo y Meléndez)
¡Ah! si ustedes supieran qué pequeños nos
ve, cómo nos desprecia. . . . ¿No lo observaron
ustedes? .. . . Recibe nuestros homenajes co-
mo un tributo. . . . En (m, esperemos .· El co-
loso se derrumbará. . . . ¿Coloso? No, no vale
nada. . . . Por eso siempre lo he fustigado por
la prensa . (Entra doña Dolores y observa con re-
celo el grupo en que habla Lobo)
GONZALO
GONZALO
(A doña Dolores)
Míra, madre, todo esto es para ti . . . . (En
voz baja) . Ya lo ves . . . . tus temores . ... ¡Si
estos hombres son buenos! La humanida d es
buena . . . . (Se oyen por el balcón algunas acla-
maciones que se van acercando)
LOBO
(Al oído de Tapia)
¿Pero no oye usted la revelación de .J acob-
sen? ¡Ah, una infamia ; un escándalo! ....
MARTJNEZ
(Jdem)
Un negociado de estafa.
OSVALDO
(Id .)
Una mancha gris en la conciencia .. . .
TAPIA
(Escuchand o)
Sí, ya oigo: este país está perdido ... .
LOBO
(A Tapia)
Un abuso de confianza .
MARTINEZ
(/dem)
Un robo en despoblado.
OSVALDO
(ldem)
,
El eclipse de una pureza . ... La agoma de
lo blanco ..
TAPIA
¿Y el periódico?
TAPlA
Es verdad . . . . Usted sabe que no escribo :
pero pagaré bien un artículo de tres colum-
nas ....
OSVALDO
Le romperemos los pies de barro a la estatua
de Nabucod onosor . . . . Entre paréntesis : no
se dice ya Nabucodonosor, sino Nabucad ana-
sar.
TAPlA
(Con horror)
¡Navegamos en el cráter de un volcán!
LOBO
(Aparte)
¡Lo tengo!. . . . Son las primeras chispas, la
primera llamarad a. ¡Voy a acumula r tal com-
bustible, que sea imposible contener el incen·
dio!
VOCES
(Que llegan de juera, bajo el balcón)
¡Viva! .. . . ¡Viva el ministro , el hombre in-
maculado!
GONZALO
Gracias. (Viene del balcón hacia Tapia y los
otros) Pero ¿permanecen ustedes ahí? . . . . Me
GO ZALO
¿Qué dice?. . . . Una explicación. . . . ¡La
exijo!
TAPIA
DOÑA AURA
(En el balcón)
¡Qué hermosa música! ¡Esto se debe a mi es-
poso!
TAPIA
(Con la trompetilla )
¿Qué es lo que se oye? ¡Ah! música . . . . No,
nada de música. (Corre al balcón) Chist. . .
señores . . . . (Cesa la música)
VOCES
(De juéra)
¡Viva el ministro!
TAPIA
(Grita)
No, no . . . . Retírense en orden . . ..
A.MALIA
ACTO II
Cuarto de doña Dolores . Casa de
Gonzalo .
ESCENA 1
DO:'JA DOLORES , U. CRIADO, LUEGO A~fALIA
CRIADO
(Entra cargado de papeles)
. unca habían traído tantos como ahora .
Deben de estar interesantes. Todos en la calle
se los disputan. Ahí están (los pone sobre la me-
sa) • 1i eñora , aquí los pongo.
DO: A DOLORES
DOÑA DOLORES
AMALlA
PEDRO
(En la puerta)
El señor Tapia .
DO;' A DOLORES
(Con interés)
¡Que siga!.... ¡Ah!, señor Tapia . Excuse
usted si lo he molestado .. . .
TAPIA
(Entrando)
¿Molestarme? Al contrario : si en algo podía
servir. . . . Ln hombre como ·o, siempre dis-
puesto a toda obra buena . . . . Además, el re-
glamento de la Filantropía bilateral me lo im-
pone. . . . Hablemo , señora : ustedes desea-
rán . . ..
AMALIA
DOÑA DOLORES
TAPIA
DO;- A DOLORES
ESCENA III
DICHOS , MARTI EZ Y OSVALDO
1ARTI EZ
Al llamamiento de una dama como usted,
no podía excusarme ... .
OSVALDO
yo, aunque hay horas grises ....
DO- A DOLORES
ESCE. 1A IV
DO-;A DOLORES, :-.fALlA, LOBO
DO:' A DOLORE
(Con abatimiento)
¡Era tarde' (Apoya la frente entre las manos)
¡Era tarde! . . . . Ellos mism , arrepentidos,
no pueden contener el mal que han hecho
(Levanta la cabeza). ¡Dios m1 ericordioso. Di
calumniado, apiádate de ro ntro ; in píra a
esto hombres. ház que re·pla de:ca la ino-
•, d
• 1
cenc1a .\
.. . . . , -..p1a ate d e :111.
, 1 • . • ; •o, na d a
para mí sáh·a la honra de mi hijo, y en cam-
bio, Señor, tóma mi vida! ....
LOBO
(Entrando )
eñora, el llamamiento Je u ted . . . . mi de-
eo de complacerla . . . . Ante todo, mil perdo-
nes i anoche se me escapó alguna frase ...
P ero al alir de aquí reflexioné . . . . . t arre-
pentí de lo dicho. Procuré calmar a Tapia , que
es un impul ivo ....
A~fALIA
ESCEI A V
t\ f LJ , LOBO, L EGO C RLO LBER TO
LOBO
CARLOS ALBERTO
(Con sarcasmo, atajándolo)
¿Ocupadísimo? . . . . No me sorprende .. ,
No. ¿Se va a acabar el mundo? . . . . Quédese
usted . . . . Hace horas que lo busco . . . . y al
hacerlo, he seguido sus pasos. Lo felicito ....
Usted se vuelve un hombre virtuoso : la activi-
dad en persona. Contra pereza, diligencia ...
Corre, sopla aquí, vuela allá, escribe, discute,
persuade, y hasta imprime . . . . Y no desdeña
ni la rueda de la máquina .... (Hace el ademán
de dar vuelta a la rueda).
LOBO
¿Yo?
CARLOS ALBERTO
Usted, amigo, usted. . . . Tenga al menos el
valor de sus acciones. ¿Cree usted salvar el ho-
nor nacional, defender el tesoro, volver por los
sacros fueros de la justicia, etc., etc. Pues ha-
ga usted todo eso, tan hermoso, tan grande, a
la luz del día, sacando el pecho, diciendo a la
faz de todos, frente a frente de Gonzalo: ~ Yo
tengo esa gloria».
LOBO
¿Gloria? . . . . Si yo no busco gloria ....
CARLOS ALBERTO
Hablemos con franqueza, como dos hombres
LOBO
(Defendiéndose, retrocede)
La vida privada es un santuario . . . . Pero,
en fin, si usted me acosa, le abro de par en par
las puertas ....
CARLOS ALBERTO
CARLOS ALBERTO
Pretendo ....
LOBO
LOBO
(Humildemente)
Mi estimado amigo. . . . mi buen Carlos Al-
berto . . . . usted , aunque se precia de sus fal-
tas, es un hombre bueno . . . . De usted nada
digo . . . . ¡Qué diferencia con Gonzalo! . . . . Y
de él mismo, si no fuera porque hay pruebas .. .
CARLOS ALBERTO
¿Pruebas?
LOBO
CARLOS ALBERTO
CARLOS ALBERTO
(Con exaltación creciente)
¿Pormenores .... ? ¿pruebas .... ? ¿testigos ... ?
i Infames!. ... Oiga usted: yo lo sé todo, yo sé
quién es el culpable.
LOBO
¿El culpable?
LOBO
LOBO
LOBO
Pruebas.
TAPIA
¿Pruebas?
MARTINEZ
Indiscutibles .. ..
TAPIA
Maquinaciones .. ..
TAPIA
¿Maquinaciones?
MARTINEZ
Abominables ... .
TAPIA
ESCENA VII
A lALIA
(Con extrañeza)
¿Desdichado? ....
CARLOS ALBERTO
¿Y no maldecirías al miserable?
AMALIA
CARLOS ALBERTO
GONZALO
(Entrando por el foro)
¡Madre! ¡Madre!
AMALfA
(Enjugando de prisa el llanto)
Gonzalo ....
GONZALO
GONZALO
(Entrando)
¡Ah! mi madre . ... ¡Mi pobre madre! Ella
me lo había anunciado: ¡se morirá! . .. . ¿Al-
berto? .. . .
AMALIA
(Con sobresalto)
¡Alberto!. . . . ¿Qué decías?
GONZALO
AMALIA
GONZALO
AMALIA
GONZALO
¡Muera el infame!
ESCENA X
GONZALO
(En voz más alta, que oye doña Dolores)
ESCENA XI
GENDARME
Soy yo.
GENDARME
Síganos usted .
AMALIA
GONZALO
(Lanzándose hacia doña Dolores)
Madre, tengo la certidumb re del triunfo ... .
Y es indispensable que tú participes de esa
fe . ... Volveré aclamado por los mismos que
hoy piden mi martirio: esas piedras con que
quisieran lapidarme serán mi pedestal maña-
na. . . . Fe, madre; fe en Dios y en tu hijo.
DOÑA DOLORES
Tu bendición ....
DOÑA DOLORES
(Extendiendo las manos)
Mi bendición. (Sollozando le toma la cabeza,
le estrecha, le da un beso en la frente).
GONZALO
(/ rguiéndose)
Ahora me siento invencible. (A los guardias).
¡Vamos! (Se dirige a la puerta).
Si es inocente . . . . Si yo sé .. ..
GONZALO
(Extiende el brazo, impone silencio)
¡Amalia!. . . .
DOÑA DOLORES
(CAE EL TELON)
ACTO III
Casa de Gonzalo. Salón. Puerta en
el foro; a la derecha, dos puertas; a
la izquierda balcón.
ESCENA 1
AMALIA VA Y VIENE CAMINANDO PASO. DOÑA
DOLORES DORMIDA EN UN SILLON. AMALIA ARRE-
GLA LOS ALMOHADONES DE DOÑA DOLORES.
LUEGO UN CRIADO.
A MALlA
(Acercá ndose a la silla)
Por fin, duerme .... (La observa). Su sueño,
tranquilo. . . . al cabo de ocho días de agita-
ción, de insomnio, de fiebre. . . . Duerme: el
médico, que acaba de salir, es lo que ha pres-
crito : esperanza y sueño.
DOÑA DOLORES
(Soñando)
Gonzalo ....
AMALIA
Señorita .. . .
AMALIA
Estas flores . . ..
AMALIA
AMALIA
(Volviendo a doña Dolores)
CARLOS ALBERTO
(Entra por el foro)
Tengo fiebre .... Se va a jugar la última
partida.
DOÑA DOLORES
(En sueños)
AMALIA
AMALlA
Esperemos.... Vea usted, yo espero, yo
confío .... ¡Valor!
DOÑA DOLORES
Valor no me ha faltado . .. . pero falta esto .. .
la vida. . . . quiero verlo, oírlo, abrazarlo . .. .
la última vez. . . . (Amalia y doña Dolores se
abrazan llorando).
DOÑA DOLORES
Esperemos, sí, esperemos. . . . Espéra tú.
Amalia. La vida todavía se extiende ante tus
pasos . . . . (Viendo el ramo). ¿Estas flores? ....
Las tuyas . . . . Mañana las pondrás sobre tu
pecho. . . . y después irás con él a regarlas so-
bre mi sepultura . . . .
AMALIA
(Angustiada)
Delira usted, señora . . . . si está usted me-
jor. Conserve la esperanza que le dejó Gonza-
lo . . . . Es preciso que cuando él venga la en-
cuentre animosa, llena de valor y de alegría ...
CARLOS ALBERTO
(Aparte)
Esto es horrible, no puedo verlo. . . . ¡Este
es mi castigo!
OSVALDO
(Ent rando)
Alberto. . . . perdónenos ....
ALBERTO Y AMALIA
OSVALDO
ESCEN A IV
D ICHOS Y MARTINEZ MELENDEZ, QUE ENTRA,
DESCONCERTADO Y VAC ILANTE
MARTINEZ
(Entrando)
Jamás pensé; (a Osvaldo) escúcha ....
AMALIA
¿Condenado?
MARTINEZ
(Vacilando)
DOÑA DOLORES
(Desfalleciente)
Mi perdón. . . . como cristiana . . . . Pero
cuánto mal nos ha hecho. . . . ¡Ah! esto es lo
irreparable .... Reciba usted .. . . (cayendo en
los cojines) reciba el perdón de un alma que
ya . . . . se aleja de este mundo ....
CARLOS ALBERTO
(Después de ver a doña Dolores)
Los momentos valen siglos. . . . (A Martí-
nez, en voz baja) . Van a dictar el fallo .... Lo
temo todo: escuche usted. (Lo lleva aparte; sa-
ca una carta). Lleve usted esto al tribunal. . ..
Reparar el mal. . . . Si están encerrados, pene-
tre, rompa las puertas.... ¡Vuele!
MARTINEZ Y OSVALDO
CARLOS ALBERTO
(Aparte)
AMALIA
DOÑA DOLORES
AMALlA
ESCENA VI
DICHOS Y LOBO
LOBO
(Se presenta en la puerta)
Señoras . . . . (Una pausa; Carlos Alberto y
Amalia se lanzan hacia él) .
CARLOS ALBERT O
LOBO
(Adelantándose)
Es la verdad.
LOBO
Ya viene libre.... ¡. h! ¡ ué
C. RLO ALBERT
(Aparte, a Lobo)
ESCENA VII
CARLOS ALBERTO
(Una pausa . Carlos Alberto, ·vacilante, se acerca
a doña Dolores)
ESCENA VI II
GONZALO
(En la puerta del fondo, mira hacia afuera)
GONZALO
¡Qué triunfo!
MARTINEZ
(Avanzando)
¡Qué elocuencia!
TAPIA
GONZALO
(Se dirige hacia doña Dolores, rodeada ya de
var íos que han entrado)
Págs .