You are on page 1of 35

•'

Ulf Hannerz
Exploración de la ciudad
SF.CCIÓN DE OBRAS DE ANTROPOLOGÍA

EXPLORACióN DE LA CIUDAD
ULF HANNERZ
Traducción de
IsABEL VERICAT Y PALOMA VILLEGAS

,
EXPLORACION
DE LA CIUDAD
Hacia una antropología urbana

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


Mf:XI<:<>-AR<a::'I.'TI:\'A-BRASilA:Hil.E-(:OLOMBIA-ESPA:\:A
ESTAllOS L':\'IDOS DE AMF.RICA-PERL'-VE:\'EZL'EIA
Primera edición en inglés, 1980
Primera edición en español, 1986
Primera reimpresión (F.C.ErESPAÑA), 1993

RECONOCIMIENTOS

Las notas de gratitud --que inician un libro, pero que suelen ser la parte
que se escribe al final- son testimonio de la única parte de una red personal
y de algunas fases de la carrera de alguna persona. Pueden documentar la
travesía por muchos ambientes, una serie de experiencias importantes y varie-
dad de diálogos, en marcha o discontinuos.
Hacia el final del capítulo introductorio, esbozo algunos de los factores
personales que han influido en que Exp!oración de la_ ciudad sea el tipo de
libro que es, y menciono allí tres experiencias de campo: en \Vashing-
tcn, D. C., en Kafanchan, Nigeria, y en las Islas Caimán. Parece adecuado
expresar primero lo que aprendí en estos lugares acerca de lo que es urbano
y lo que no lo es, y luego agradecer a los amigos, conocidos e informantes,
colectivamente, por cuanto hicieron para aumentar mi comprensión del tema.
En algunos casos he podido distinguir individualmente a quienes más me
ayudaron, o lo haré en el futuro, en otras publicaciones. Pero algunos, en
virtud de la ética del trabajo de campo y la publicación, permanecerán
anónimos. Es muy probable, desde luego, que para muchos de ellos resulte
dificil ver los vínculos que hay entre las situaciones concretas que v1v1mos
juntos y algunas de las nociones más abstractas de las páginas siguientes.
De todas formas, las conexiones existen.
En cuanto a la vida académica, es con más frecuencia posible distinguir
la influencia directa de compañeros particulares de red sobre lo que cons-
tituye este libro, aunque en algunos casos es inevitable hacer referencia
a otras colectividades. La más diversa y extensa de ellas comprende a los
colegas y estudiantes que han respondido a mis puntos de vista sobre la
antropología urbana en muchos seminarios y conferencias en Estados Unidos,
Canadá, Inglaterra y Escandinavia, y que me han permitido compartir los
suyos. Quienes constituyen un grupo más compacto, aunque ahora puede
Título original: muy bien estar igualmente disperso, fueron los participantes de un seminario
Exploring the City. Inquines Toward an Urban Anthropology de antropología urbana en el Departamento de Antropología de la Univer-
© 1980, Columbia University Press, Nueva York
ISBN 0-231-03982-4 sidad de Pittsburgh, donde fui miembro visitante de la facultad en 1971-1972.
Aunque entonces todavía no había pensado seriamente en escribir un libro
DR © 1986, FoNDO DE CuLTURA EcoN?~ICA, S. A. DE C. V.
Avda. Picacho Ajusco, 227. 14200 MexiCo D. F. _ sobre el tema, este seminario me ayudó a empezar a ordenar mis ideas.
FoNDO DE CuLTURA EcoNóMICA, su el!~ PARA _EsPANA • Leonard Plotnicov y Keith Brown, con quienes di el seminario, estaban igual-
Vía de los Poblados (Edif. Indubmldmg-GOico, 4-15), 28033 Madnd
mente interesados en analizar lo que consideraban característico de Ja vida
I.S.B.N .: 84-375-0369-8 y la antropología urbanas, dentro y fuera de la sala del seminario, y co-
Depósito Legal: M-647-1993 laboraron mucho para que aquél fuera un año memorable. Espero que
.Impreso en España reconocerán en este libro muchos problemas que se expusieron por primera

7
·r

8 RECONOCIMIENTOS RECONOCIMIENTOS
9
vez en nuestras conversaciones de Pittsburgh, ya fueran planteados por uno Y v, Jeremy Boissevain y Alvin W. Wolfe en el capítulo v E · Goff
el , u1 ' y rvmg man
de ellos o por mí: debo confesar que no siempre puedo recordarlo bien. ~: capit. o VI •• Un. lector anónimo que leyó el manuscrito completo para
En una etapa más tardía del desarrollo de este libro hubo otra excui-sión . Columbia, Umverst~ Press hizo varias sugerencias útiles, de las cuales
universitaria. Durante la primavera de 1976, fui becario de Investigación fmalmente solo he podido seguir algunas. y John D Moore d 1 ·
C 0 J b' U . . . ' e a mlSIIla
Simon Senior en el Departamento de Antropología Social de la Universidad ~ Ia mverstty Press, ha sido un editor muy amable, aunque la termi-
de Manchester. Dado que esto me dio la poco frecuente oportunidad de naciOn del manuscrito se retrasó repetidamente.
pasar un periodo más largo leyendo, pensando y escribiendo sin mayores Tal com~ ahora se presenta al lector, Exploración de la ciudad es un libro
distracciones y en un medio estimulante, agradezco sobremanera a mis colegas un tanto diferente del que en principio pensaba escribir cuando empecé el
de entonces en Manchester el que me hayan recibido. John Comaroff, Chris proyecto de organizar mi concepto de la antropología u~bana. Esto se debe
Fuller y Keith Hart fueron especialmente útiles como interlocutores. Puesto en parte a ~ue me di cuenta, ya después, de que el tiempo en que podía
que el papel del departamento de Manchester ha sido tan importante en el espe~ ternu?ar un volumen con el amplísimo alcance originalmente pre-
desarrollo de los estudios urbanos antropológicos, las ventajas de aquel periodo t~~d~do parecta c,ada v~ más lejano, como un espejismo. Y, de todos modos,
se relacionaron con cosas tan concretas como las bibliotecas especializadas d~~tcrlmente ~abna cabido entre dos cubiertas: aun como aparece, Explora-
o con otras menos tangibles, pero que conformaban la sensación real de un eran de la czudad no es una obra de reducido volumen. Es posible que
ambiente propicio a mis preocupaciones. encuentz:e otras oportunidades de ocuparme de asuntos y materiales que ahora
Sin embargo, como es natural, ha sido en mi departamento permanente debo d~Jar de lado. Pero, por supuesto, otra raz6n por la que el libro se ha
de la Universidad de Estocolmo donde he tenido las mayores oportuni- expandido un poco aquí, y contraído otro poco allá y ha p ........ :¿ 1
d'1 · , cwu o en a gunas
dades de ensayar diversas ideas a lo largo de los años en que este libro z:cciOnes que yo no había previsto inicialmente, es la continua influencia de
ha estado en progreso -no siempre uniforme-, y donde esta obra ha amigos Y colegas. No será, espero, el producto final de mis diálogos con
tomado forma en otros sentidos. Los seminarios sobre Antropología urbana, ellos, ya que deseo tener a muchos de ellos en mi red personal cuando pase
Información personal en las relaciones sociales, Análisis de carreras y Aná- a otros aspectos del estudio antropológico de las ciudades.
lisis cultural, entre 1970 y 1978, han sido especialmente fructiferos en este Creo, .por lo tant~, que, sea cual fuere el mérito que este libro tenga, debo
sentido; sus participantes constituyen otro grupo estrechamente unido, al compartir!~ con ~Uienes ayudaron y me estimularon en la empresa. No obs-
que debo dar colectivamente las gracias. Stefan Molund, Kristina Bohman :a~te, a diferen.cra de al~nos autores recientes, pienso que sería injusto de
y Tomas Gerholm han leído en distintos momentos borradores de diversos nt parte sugenr que qutenes me han ofrecido tal apoyo también deben
capítulos y a menudo me han ayudado con sus críticas a clarificar mis pre- prepararse para compartir la culpa por las diversas faltas. Acepto la opinión
supuestos y afinar mis argumentos, y también han llamado mi atención ~e que esta carga debe ser llevada por el autor solo. Después de todo si
sobre iluminadoras referencias etnográficas y de otros tipos. Un grupo de este fuera ,un l'bI ro con e 1 que m1s
· amtgos
· y colegas quisieran asociarse ' de
colegas, alumnos y ex alumnos de posgrado del mismo departamento ~tre todo corazon, ¿por qué no lo habrían escrito ellos mismos?
T b'' .
ellos los tres antes mencionados-, tienen también mi gratitud por haber am ten en otros sentidos la escritura suele ser una empresa solitaria
actuado como los mejores guías que puede tener un antropólogo urbano La soledad necesaria la he encontrado las más de las veces durante period~
cuando los he visitado durante las investigaciones de campo, en ciudades de e? que estuve lej?s d; los enredos de la vida urbana, en una casa veraniega
tres continentes. Y cuatro concienzudos auxiliares del departamento, Kentin a~s~ada, con un Jardm lleno de malas hierbas y viejos frutales, con gatos
Lagergren, Ulla Forsberg Froman, Gunnel Nordstrom y Lena Haddad, han :I~I~tes Y .un erizo residente, al sur de Suecia. Aquí, perversamente, se
prestado cuidadosa atención a la mecanografía de partes y versiones del IniCIO .este hbro sobre antropología urbana, y es aquí donde llega ahora
manuscrito, lo que les agradezco mucho. a su fm.. Incluso ~~ra un urbícola devoto, debe reconocerse al final que el
Además de los grupos de redes personales de Pittsburgh, Manchester y campo tiene su ut.Ihdad.
Estocolmo, debo agradecer a algunas personas más el interés que se han ULF HANNERZ
tomado por este libro. A través de conversaciones o correspondencia, me Utviilinge~ abril de 1980.
han favorecido con sus puntos de vista Gerald D. Berreman respecto al
capítulo 1, A. L. Epstein y J. Clyde Mitchell en relación con los capítulos IV
l. LA EDUCACióN DE UN ANTROPóLOGO URBANO

HACE poco más de una década apenas existía una antropología urbana.
La preocupación por el urbanismo como parte de la civilización y el interés
por definir sus propiedades transculturalmente ya habían llevado a un puñado
de estudiosos a Tombuctú* y otros lugares lejanos. Pero todavía a princi-
pios de los años sesenta un estudiante de urbanismo comparativo podía decir
que los antropólogos eran ''una gente notoriamente agoráfoba, antiurbana por
definición" ( Benet, 1963a, p. 212) . Sólo en esa década la tendencia de los
antropólogos a ir a las ciudades (o simplemente a permanecer en ellas) se
hizo realmente pronunciada. Hubo varias razones para ello. En las sociedades
exóticas, a las que los antropólogos habitualmente prestaban su mayor aten-
ción -y que ahora aprendían a describir como "el Tercer Mundo"-, la
gente dejaba cada vez más los pueblos para trasladarse a centros urbanos
nuevos, que crecían a gran docidad; y quienes estudiaban su manera de
vivir difícilmente podían pasar por alto este hecho. En los Estados U nidos,
muchos antropólogos se vieron más directamente conmovidos por los desa-
rrollos que estaban teniendo lugar allí mismo. En los años cincuenta, la
autoimagen norteamericana era la de una sociedad de masas próspera y ho-
mogeneizada: los intelectuales se quejaban de un exceso de conformismo
mediocre. En los años sesenta, se redescubrieron la etnicidad y la pobreza,
que generalmente se definían como "problemas urbanos". Al mismo tiempo,
en Europa la migración internacional del trabajo y, en menor medida, la
influencia de los refugiados de las convulsiones políticas estaban cambiando
el carácter de muchas ciudades. Había una búsqueda de explicaciones nuevas,
y los antropólogos pensaban que podían participar en ella. Se habían espe-
cializado en "otras culturas", pero las habían buscado le jos; ahora las
encontraban en los barrios socialmente inferiores. 1
De la presencia de los antropólogos en las ciudades al surgimiento de una
antropología urbana hay, sin embargo, todavía un paso más. La identificación
colectiva de la nueva especialidad académica y el uso normal de la etiqueta
de antropología urbana han sido más bien cosa de los años setenta que de

* En francés Tombou.ctou; en inglés, Timb!lktu. [T.]


t Ciertamente tampoco ha sido insignificante el hecho de que en un número cada
vez mayor de países del Tercer Mundo dejaran de ser especialmente bienvenidos Jos
investigadores cxtranjerm. Además, parece cada vez más difícil conseguir financia-
miento para hacer trabajo de campo en el extranjero, en especial quizás a los jóvenes
antropólogos norteamericanos. La antropología urbana en el propio país puede ser,
pues, una salida.

11
12 LA EDUCACióN DE UN ANTROPóLOGO URBANO LA EDUCACióN DE UN ANTROPóLOGO URBANO 13

la década precedente. El primer libro que llevaba el título de A.ntropologia por la lucha racial, instituciones defectuosas y el crecimiento de barrios de
urbana apareció en 1968. Desde 1973, autores y editores lo han usado (de barracas ( shantytowns), a menudo dedicaron poco tiempo a ponderar qué
un modo más bien poco imaginativo) para otros cinco volúmenes. 2 La re- es urbano en la antropología urbana y qué es antropológico en ella. No hubo
vista Urban Anthropology empezó a publicarse en 1972. Obviamente hoy sino la más simple y menos autoconsciente de las transferencias posibles de
día los antropólogos urbanos empiezan a formar una comunidad. Solicitan sus la antropología básica al nuevo contexto. Las especialidades de la antropolo-
propios puestos como especialistas en los departamentos de antropología, se gía que se daban por supuestas eran una sansibilidad a la diversidad cultural,
reúnen en sus propios congresos y escriben, en no escasa medida, unos para la proximidad a la vida diaria continua que se relaciona con la observación
otros, cuando no preparan libros de texto para instruir a los alumnos en lo participante como método principal de investigación, y una disponibilidad
concerniente a las ciudades. para definir los problemas de un modo amplio, "holísticamente", más · que
Las reacciones a estos desarrollos han sido de varios tipos. La antropo- de una forma estrecha. Tales características de método y perspectiva tendían
logía urbana como ahora existe puede atribuirse ciertos logros; también a llevar al antropólogo, en Estados U nidos no menos que en otros sitios, al
confronta varios problemas no resueltos, y no hay ningún acuerdo general enclave étnico, al gueto, que tuviera las características culturales y de orga-
acerca de sus perspectivas. Un practicante sugiere que la "ailtropología nización con que él pudiera -a su curiosa manera propia- sentirse cómodo.
urbana puede convertirse en el nuevo centro creativo de la moderna antro- Pero lo que a menudo influía más en llevarlo allí era, por supuesto, que
pología social comparativa" (Gutkind, 1968, p. 77); otro considera que la ese tipo de comunidad enfrenta con frecuencia problemas sociales. Así, la
delimitación de tal campo es "espuria y retrógrada, dado que tiende a servir antropología urbana norteamericana, en particular, se ha convertido, según
de excusa para mantener un asunto dentro de una disciplina que no puede palabras de Taylor, en "una ciencia de reformadores". Se ha aplicado a cues-
y no debe manejarlo" (Leeds, 1972, p. 4). Para algunos, los recursos teóri- tiones de salud y beneficencia públicas, ley y justicia, escuelas y empleos, el
cos y metodológicos de la tradición antropológica parecen insuficientes para ambiente físico y sus cambios.
la investigación urbana; para otros, el problema es precisamente que los . Ciertamente no hay por qué lamentar esto. La preocupación por las
nuevos urbanólogos no prestan suficiente atención a las ideas desarrolladas buenas obras sin duda seguirá siendo una parte de la antropología urbana,
por los antropólogos en otros contextos sociales. Quienes conocen un tanto a la cual podemos considerar muy útil en tales campos. También sería
lo que ocurre en la disciplina hermana, la sociología, pueden haberse dado inexcusable que un antropólogo procedente de una sociedad mucho más
cuenta de que allí las bases para una especialidad urbana, teórica o sustan- homogénea sugiriera que los antropólogos urbanos norteamericanos debieran
tiva, han estado hasta cierto punto en duda. Otros han llegado independien- dejar de prestar atención a los sectores étnicos de sus ciudades. Obviamente
temente, y tal vez con más lentitud, a una incertidumbre similar. Lo que la etnicidad sigue siendo una fuerza viva en la sociedad estadounidense.
para unos es una cuestión de pertinencia, para otros puede ser mero oportu- Sin embargo, el resultado de esto es una antropología del sentido común,
nismo: una "lucha indigna por encontrar salvajes sustitutos en los barrios cuya cualidad tiende a medirse más por su· importancia práctica y sus resul-
bajos", según palabras de Robín Fox (1973, p. 20). tados que por su pura valía intelectual. Aunque de ese trabajo pueden
Puede por tanto parecer que la antropología urbana no tiene pasado y sí resultar contribuciones teóricas, es probable que sean subproductos no pre-
tiene motivos para preocuparse por su futuro. Sin embargo este libro es en vistos.
buena medida retrospectivo: un intento por rastrear algunos de los pasos Otro resultado de las mismas realidades de la investigación es que el
hasta el presente. ¿Qué motivos hay para acometer tal empresa? campo de la antropología urbana ha sido definido muy ampliamente. Lo más
En buena parte, debo admitir que se enc~entran en la forma en que los frecuente es que se suponga que incluye todos los estudios en que la ciudad
antropólogos entraron en la ciudad. No fueron tanto- sus propias reflexiones es el escenario más que el foco de atención. 8 La etnicidad y la pobreza, por
acerca de la naturaleza y el estado de su disciplina lo que los llevó allí, sino ejemplo, pueden presentarse en la ciudad, pero no son por definición fenó-
hechos externos que exigían atención. Al precipitarse en un campo definido menos típicos de la ciudad. El uso eufemístico de "problemas urbanos" en
la retórica política no es una guía confiable al respecto. Las investigaciones
2 El primer volumen con este título es el de Eddy (1968); los otros son el de sobre la vida familiar urbana, o las actividades de las pandillas juveniles,
Southall (1973a), Gutkind (1974), Uzzell y Provencher (1976), Fox (1977) y
Bashman (1978). Bastante semejantes son los libros de Weaver y White (1972), Foster a Este planteamiento se lo debo a Henning Siverts, en un seminario en el Departa-
y Kemper ( 1974) , y E ames y Goode ( 1977) . mento de Antropologia Social de la Universidad de Bergen, el año 1971.
LA EDUCACióN DE UN ANTROPóLOGO URBANO 15
14 LA EDUCACióN DE UN ANTROPóLOGO URBANO
siderar su trabajo no están totalmente desvinculadas, sino que sugieren énfasis
o las culturas ocupacionales, tampoco tienen que ocuparse de ninguna carac- diferentes. Creo que la mayor parte de la antropología urbana reciente se
terística intrínsecamente urbana. Esta generosa inclusión de todo tipo de presta principalmente a la primera definición; y ha surgido el siguiente in-
intereses, ideas y hallazgos, junto con una relativa falta de preocupación terrogante: "¿Cuál es la contribución de la ·antropología a los estudios urba-
· por lo que podría ser su común denominador, también contribuye a dar nos?" El interrogante complementario sería: "¿Cuál es la contribución de
la imagen de un antropólogo urbano que parece carecer de una estructura los estudios urbanos a la antropología?" Las dos preguntas merecen ser
de ideas coherente y unificadora. planteadas una y otra vez para ver si sus respuestas han estado desarrollán-
En este libro trataremos de clasificar algunos de los elementos de tal dose. Pero si hasta ahora para el primer interrogante ha habido sobre todo
estructura. Es probable que inevitablemente esto nos lleve a buscar ante respuestas normales referentes a las características de la antropología, el
todo una antropología urbana concebida de manera más estricta, en que la segundo acaso sea más teóricamente provocativo y puede tal vez asegurar
atención se dirija al urbanismo mismo, sea lo que fuere que esta frase quiera que la comunicación entre la antropología general comparativa y su rama
decir al final. En gran medida, dejaremos de lado lo que parece ser simple- en la ciudad se vuelva un flujo de dos direcciones.
mente la práctica rutinaria de la antropología dentro de los límites de la Para cumplir con su pretensión de ser "la ciencia de la humanidad", la
ciudad. Pero esto no tiene que significar que hay que empezar de nuevo antropología tiene que ser reconstruida para incluir el estudio de la vida
desde cero. Podemos tener un panorama más claro del territorio que se ha urbana. No puede dedicarse solamente a investigar comunidades pequeilas
de explorar si aprovechamos las oportunidades que se nos presenten para y poco complicadas, principalmente en las partes no occidentales del mundo.
observarlo desde los hombros de gigantes o, ip.cluso, a veces desde la altura La contribución especial de la parte urbana af conjunto de la antropología
de personas pequeñas como nosotros. En otras palabras, trataremos de reunir consiste en el conocimiento de una gama de fenómenos sociales y culturales,
algunos componentes de un pasado útil para la antropología urbana que que en otros sitios se encuentran con menor frecuencia o nunca, y que han
tenemos en mente. La antropología urbana necesita su propia historia de de obser\'arse teniendo en cuenta el ambiente de la variación humana en
las ideas, una conciencia colectiva del crecimiento de los conocimientos rela- general. •
tivos a les elementos básicos de la ciudad y de la vida en la ciudad. Algunos Desde este punto de Yista, hemos de añadir, la acumulación de antropó-
de estos conocimientos pueden tener ya una edad venerable; otros son logos urbanos en los encla\'es étnicos de nuestras ciudades puede parecer una
productos de un pasado muy reciente, que incluso se funde con el presente. evasión. Son los lugares más parecidos a las sedes tradicionales de investi-
Han aparecido en diversas circunstancias, y puede ser a menudo útil (o por gación antropológica que se pueden encontrar en la ciudad: "pueblos urba-
lo menes intelectualmente agradable) examinarlos primero dentro de dichas ncs" en términos de Gans ( 1962a) . En el caso ideal, una ~ran proporción
circunstancias. Otros, por supuesto, se han presentado repetidamente bajo de las relaciones sociales de la población están contenidas dentro del enclave.
disfraces levemente distintos ei.l muchos tiempos y lugares. Aún falta por Los compatriotas del pueblerino urbano conforman un equipo en el que
hacer mucho del trabajo de trazar sus interconexiones y de combinarlas en encuentra no sólo a sus vecinos sino también a sus amigos y parientes, y él
un diseño. interactúa con ellos en esas funciones sobre todo dentro del territorio del
Sin embargo, describir lo que sigue como una historia parcial del pensa- pueblo. Cuanto más pequeña sea la población, más probable será que forme
miento antropológico urbano sólo sería correcto hasta cierto punto, y hasta una densa red de relaciones en que uno pueda partir de una persona, tra-
cierto punto crearía malentendidos. Ante todo implicaría una autonomía zar ·unos cuantos vínculos y volver por un camino circular a la misma per-
excesiva de tal campo. Mucho de lo que constituye un pasado útil para la sona; y se puede hacer esto por varios camines diferentes. Como lo expresa
antropología urbana de hoy se originó al otro lado de las fronteras académi- Gans, es posible que no todos conozcan a todos los demás, pero sí saben
cas, aunque ahora las ideas en cuestión parezcan afines a una perspectiva algo de todos los demás. Además, puede haber considerable continuidad
antropológica. Deben ser expropiadas, por ejemplo, de la historia, la socio- de estas relaciones en el tiempo, ya que los pueblerinos se ven unos a otros
logía y la geografía. También está la cuestión de la relación entre la rama día tras día y no es frecuente que experimenten en sus vidas cambios tales
urbana y la antropología en su conjunto. que puedan romper sus \'Ínculos. Los niños que han crecido juntos pueden
Uno puede considerar a los antropólogos urb mos bien como urbanólogos muy bien, al llegar a adultos, ser amigcs, vecinos y tal vez parientes por
con un conjunto particular de instrumentos o como antropólogos que es- afinidad.
tudian un tipo particular de ordenamiento soci: l. Estas dos formas de con-
16 LA EDUCACióN DE UN ANTROPóLOOO URBANO LA EDUCACióN DE UN ANTROPóLOOO URBANO 17
No todos los barrios étnicos son así. Para hacer una mayor contribución campes~nas o nómadas. Nadie sugiere que el estudio antropológico de los
al panorama etnográfico, que es uno de los mayores recursos de la antro-- ~pesmos se haya divorciado de la antropología propiamente dicha; nadie
pología, los antropólogos de la ciudad deben tal vez prestar gran parte de mega que ésta se ha beneficiado con el crecimiento de los estudios campesi-
su atención precisamente a lo opuesto del pueblo urbano. Tendemos a pen- nos, que no hace mucho también constituían un interés recién surgido. Sin
sar en la ciudad más bien como un lugar donde las personas no se conocen embargo, se reconoce al mismo tiempo que el estudio de las sociedades
bastante bien (al menos inicialmente), donde las amistades mutuas se des- campesinas implica un conjunto de conceptos e ideas para los que es práctico
cubren más que se dan por supuestas, y donde se pueden hacer rápidos tener una designación común. Ni más ni menos, creo que debe reclamarse
traslados a través de la estructura social. Contra esto puede decirse que para la antropología urbana: es una especialización reconocible, pero sin
tales fenómenos no son en realidad más típicos de la ciudad que del pueblo que deje de ser parte integrante de la antropología.
urbano. Esto puede ser cierto en un sentido, pero carece de importancia en Por otro lado, la preocupación por la contribución intelectual de los es-
otro. Hay un sentido en que probablemente estaremos de acuerdo en que tudios urbanos a la antropología puede parecer un mero academicismo, el
son "más urbanos" que el pueblo urbano: es más probable encontrarlos en abandono de toda pertinencia. Se puede responder a esta objeción, ante todo,
la ciudad que fuera de ella. Si somos fieles a nuestra herencia antropo- que hay lugar para más de una antropología urbana. Por lo menos en esta
lógica, nos interesarán más las variaciones de forma que los promedios; en etapa temprana, ciertamente debemos estar dispuestos a dejar crecer mil
este sentido son importantes manifestaciones del urbanismo. flores y esperar que encuentren la forma de florecer en el ambiente concreto.
A lo largo de este libro, nuestras inquisiciones estarán por lo tanto diri- Además, se puede responder que el antropólogo cuyo campo es Boston o
gidas a identificar los discernimientos particulares que el estudio de la vida Berlín debe tener tanta o tan poca licencia -según se quiera- para cul-
urbana puede ofrecer a la antropología. Al mismo tiempo, hay que entender tivar su curiosidad por la curiosidad misma corno el que va a vivir entre
que nuestra propia manera de seleccionar y conceptualizar los fenómenos • los bongo-bongos. Pensar de otra manera tendría mucho de etnocentrisrno
puede ser en sí misma una contribución de la antropología a los estudios así fuera bien intencionado. Es cierto que si Boston o Berlín resultan ser'
urbanos. El pensamiento urbano antropológico es fundamentalmente pensa- parte de nuestra propia sociedad nativa, uno puede ser más capaz de desem-
miento antropológico. Tanto lo que pueda tener de original como lo que peñar el papel activo de antropólogo-abogado que en los lugares donde s6lo
tomará prestado de otras fuentes (y que después posiblemente transforme) está "de visita". Sin embargo, parece haber en principio escasa diferencia
está determinado por la confrontación de la mente antropológica con las entre rechazar ese papel mientras está uno en casa y evitarlo yéndose a
realidades urbanas. Esto tal vez resulte un experimento un tanto paradójico Bongo-Bongo.
sobre la adaptabilidad del análisis antropológico. Tras décadas de trabajo Naturalmente también es dable esperar que una atención más crítica a la
para construir un aparato conceptual que permita comprender sociedades teoría y la conceptualización en los puntos de reunión de la antropología
tradicionales distantes, temiendo constantemente la cautividad moral e inte- Y el urbanismo pueda llevar a una aplicación práctica, más poderosa y
lectual que es el etnocentrismo, encaramos ahora la prueba de dicho aparato calibrada con más precisión, de la antropología a los asuntos urbanos. Ade-
en nuestras propias ciudades. Sus efectos, espero, incluirían el desarrollo de más, no debemos caer en la trampa de considerar sólo el traba jo estricta-
ideas que podrían resultar valiosas también en otros campos de la antropo- mente académico y la dedicación, definida de un modo también estrecho a la
logía, aunque la naturaleza de la vida urbana bien puede mostrar la utilidad ingeniería social poco sistemática como únicos recursos de los antropóiogos.
de tales ideas en forma particularmente notable. La importancia de la antropología reside también en su potencial, no siem-
Espero que la perspectiva esbozada aquí satisfaga a aquellos antropólogos pre realizado, de hacer reflexionar a la gente acerca de la variabilidad de la
que critican la noción de una antropología urbana porque sienten que di- condición humana y acerca de su propia situación particular.
ferenciarla con una etiqueta propia es marcar su secesión de la disciplina Podría extenderme un poco en torno a este poder de la antropología.
madre. Les preocupa que el establecimiento de una identidad aparte lleve En 1935, Charles Duff, satírico inglés, publicó un Informe antropológico
a un rechazo del método y la teoría antropológicos por considerárselos inade- sobre un suburbio de Londres, en que parodiaba lo que podría decir un
cuados para los estudios urbanos. Obviamente, ésta no es mi concepción antropólogo de esa época si prestara atención a su propia sociedad.' Esto
de esta disciplina. Como rama de la antropología, la antropología urbana ' Este volumen, al que se le ha prestado escasa atenci6n, se ha presentado con
no está más separada que los estudios de, por ejemplo, las sociedades mayor amplitud en otra ocasi6n (Hannerz, 1973).
18 LA EDUCACióN DE UN ANTROPóLOGO URBANO
LA EDUCACióN DE UN ANTROPóLOGO URBANO 19
dice el profesor Vladimir Chernichewski, ficticio "científico eminente" a
antropológica, para ser después utilizada como guía de la futura producción
cuyo nombre escribía Duff:
de etnografía. Este complejo de industria intelectual puede no parecer muy
La ciencia de la antropología no se ocupa solamente del desnudo salvaje, sino eficaz. Algunos observadores pensarán que una parte demasiado grande de ]a
del hombre 0 la mujer en vestido informal o traje de ceremoni~. Para el ver- etnografía queda convertida en escoria. Sin embargo, uno desde luego ten-
dadero hombre de ciencia poco importa si se trata de un suburbio o una selva, dría que considerar esto en el contexto del natural interés del antropólogo
el baile de jazz. moderno o una orgía sexual de salvajes, la magia de los bosques por el descubrimiento. En virtud de que es su tradición explorar terrenos
0 el deísmo antropomórfico de un verdulero suburbano, las curas Y encant~­ sociales y culturales desconocidos, quiere extremar su sensibilidad a lo ines-
mientos del curandero bantú o el trabajo de un miembro del Real Colegio perado: hechos nuevos, nuevas relaciones entre los hechos. Es fácil entender
de Médicos. La diferencia entre nosotros y los salvajes es a menudo más el hincapié en la observación participante y el "holismo", al menos parcial-
aparente que real: el traje de calle puede esconder a un bruto, y la capa de mente motivado por el carácter exploratorio de la empresa. Aquí también
pintura puede descubrir a un tierno corazón [Duff, 1935, p. 12]. cabe el uso de la imaginación antropológica, por el cual incluso escenas
familiares se pueden tornar extrañas y por tanto susceptibles de proporcio-
Hasta cierto punto el antropólogo urbano de hoy ~uede ~oncordar. con nar descubrimientos nuevos.
el relativismo del profesor Chernichewski. Pero Chermchewski usa su hcen- Pero en este punto particular nos pueden interesar menos los procedi-
cia para hacer que el suburbícola y el salvaje parezcan igualmente cómicos, mientos de campo antropológicos y más el pensamiento antropológico, la
y se ridiculiza a sí mismo apareciendo como incapaz de entender de cerca a estructura conceptual que forma también parte de una actitud antropológica
ninguno de los dos. La táctica que podríamos prefer~r es 1~ de que. la antro- frente a la realidad. La perspectiva que desarrollo aquí es la de un antro-
pología, gracias a la atención que presta a cualqmer estilo de vtda ~m.o pólogo social, y me sugiere una manera de trazar el contraste entre yo mismo
uno más entre un número casi infinito de posibilidades, pueda contribuir y una especie de sociólogo arquetípico. Esto es tal vez útil, ya que los
a la exotización de lo que nos es familiar; su extrañeza recién adquirida antropólogos urbanos parecen padecer a menudo de una angustia crónica
puede posibilitar un pensamiento fresco e incisivo. No sólo la perspectiva por no ser suficientemente diferentes de los sociólogos urbanos, especialmente
básica de la antropología hacia las interrelaciones de la vida soc~al se. ha. ?e de los primeros sociólogos urbanos. Hace muchos años, Beals ( 1951, p. 4)
prestar bien para lo que C. Wright Milis ( 1961, p. 5) llamab~ la ~m~~maCI~n citó el argumento de un soc.iólogo, según el cual si los antropólogos conti-
sociolócrica,
0
que permite a su poseedor "entender el escenario htstonco mas nuaban como habían empezado el estudio de la cultura moderna, en, algún
amplio en términos de su significado para la vida interna y la carrera ex- momento reinventarían la sociología, sólo que por lo menos con cincuenta
terior de una variedad de individuos". Hay también una imaginación pecu- años de retraso respecto del resto del campo. Más recientemente, Shack
liarmente antropológica, que entraña una agudización de la comprensión ( 1972, p. 6) se lamentaba de que gran parte de la antropología urbana
mediante comparaciones implícitas o explícitas con la vida bajo otros orde- parece ser sólo "el retorno a la sociología de los años cuarenta". En cambio,
namientos sociales y culturales. Descansa en la posibilidad de comprenderse propone, la antropología urbana debe recurrir a la tradición antropológica
a uno mismo comprendiendo a otros. Esto es también una contribución de de análisis comparativo del comportamiento institucional; como ejemplos,
la antropología a los estudi~s urbanos: la antropología urbana es un instru- sugiere que el principio de la oposición complementaria o el análisis de
mento gracias al cual los habitantes de la ciudad pueden pensar de una los ciclos de desarrollo en los grupos domésticos pueden ser valiosos en los.
forma nueva acerca de lo que les rodea. estudios urbanos.
Puede ser útil desarrollar aquí un poco más mi concepto de la naturaleza No tengo objeción a estos ejemplos, y la extensi6n de conceptos antro-
de la antropología, ya que continuará matizando tod? .lo que sigue. Tal ":z pológicos generales al campo urbano está ciertamente de acuerdo con mi
el producto más característico del traba jo antropolog1co s~a la etnograha, concepto de la antropología urbana como parte integrante de una visión
explicaciones sobre todo cualitativas y ricamente contextuahz:~as del pe~sa­ comparativa general de la sociedad humana. Pero esto no debe degenerar
miento y la acción humanos. De manera un poco esqucmat1ca es postble en un escolasticismo, en pasar por alto las formas en que la vida urbana
concebir tal etnografía, por una parte, como algo íntimamente relacionado tiene sus propias características peculiares, cuya comprensión puede ayudar
con la forma en que el trabajador de campo antropológico se aproxima en sí misma a desarrollar ideas para la antropología general. Por taJes
a la realidad; por otra, como la fuente de la que se extrae y refina la teoría razones, uno puede en rontrar que incluso ''el análisis comparativo del com-
20 LA EDUCACióN DE UN ANTROPóLOGO URBANO LA EDUCACION DE UN ANTROPOLOGQ URBANO 21
portamiento institucional" es una definición demasiado restringida de la 1ogta
, urbana " que como antropólogos nos es más añn es, en realidad de
antropología, pues una de las áreas en que la antropología de las sociedades acuerdo c~n este crit~rio, "antropología urbana". Con un poco de arro~cia,
complejas ha hecho importantes contribuciones es precisamente la del com- podemos mcluso sentir algunas veces que su análisis se podría haber llevado
portamiento no-institucionalizado: el espíritu de empresa, la manipulación más lejos si nos hubiéramos percatado de esto. Por otra parte, el hecho de
de redes, etcétera. que la definición de la frontera entre sociología y antropología sea un tanto
En mi opinión, la diferencia entre la antropología y la sociología urbanas vaga no tiene por qué ser preocupante. El imperativo territorial no debe
se entiende mejor de otra manera. La distinción a que me refiero la expresa ser intelectualmente respetable; además, las visitas mutuas entre la antro-
muy claramente Leach ( 1967) en sus comentarios a un estudio social sobre 1Jología y la sociología han sido a menudo beneficiosas, cuando se han dado.
el Ceilán rural: el sociólogo, con su orientación estadística, sugiere Leach, En no escasa medida, la borrosa línea divisoria que tenemos es un accidente
parte de la premisa de que el campo de observación consiste en "unidades de la historia. En este libro no seremos muy respetuosos con ella.
de población", "individuos"; en cambio, el antropólogo social piensa en sus Quienes no sean tan decididamente antropólogos sociales pueden sorpren-
• datos como si estuvieran constituidos por "sistemas de relaciones". Es decir, derse de que haya elegido el punto de vista relacional, más que el concepto
la imagen antropológica de la sociedad es más específicamente la de episodios de cultura, como marca distintiva de la antropología. En los medios aca-
de interacción y de más duraderas interdependencias entre las personas. Los démicos norteamericanos, en particular, se encuentra a menudo la noción, un
individuos, tal como se ocupa de ellos el antropólogo social, mantienen tanto peregrina, de que "los sociólogos estudian la sociedad mientras que
contactos con los demás; son entidades construidas por los papeles que los ~trop?logos estudian la cultura". Uno piensa que difíciÍmente podrían
desempeñan al participar en estas variadas situaciones. Los sociólogos más estudiar nmguna de las dos sin estudiar en cierta medida ambas. Sin em-
a menudo intentan hacer frente a la paradoja de separar a las personas bargo, la idea ciertamente contiene algo de verdad: hay algunos an~
de la verdadera diversidad de sus vínculos existentes, descontextualizándolas~ logos que se ocupan de las cogniciones sin desarrollar un concepto amplio
pero definiéndolas de alguna manera como animales sociales. Esta diferencia de la estructura social; y los sociólogos, en sus descripciones de la sociedad,
de tendencias es lo fundamental. La mayor facilidad con que se pueden a veces prestan muy escasa atención a cosas como ideas conocimiento creen-
emplear los números para tratar a los individuos en comparación con los . - ' '
ctas o valores. Creo que también en la antropología urbana la idea de cultura
datos relacionales es secundaria, aunque sea notable como síntoma. será mucho más central de lo que ha sido normalmente en la sociología
Así pues, subrayamos aquí la perspectiva relacional sobre las situaciones urbana. Mis motivos para dar primacía a la idea relacional de la sociedad
sociales, sobre la parte que toca de ellas a cada persona y sobre las formas pueden tener cierto parecido con la famosa frase de Fortes (1953, p. 21)
en· que una vida social compleja puede estar constituida por ellas. Admito de que la estructura social puede verse como "la cultura entera de un
que esto no basta para distinguir estrictamente a la antropología urbana ~ueblo determi~?o, tratada dentro de un marco teórico especial", pero
de todo lo que pasa por sociología urbana, ni a la antropología de la socio- ttenP.n una relac10n más directa con nuestra manera de entender el urba-
logía. A veces los antropólogos tienen razones para contar a los individuos, nismo. Es mucho más probable que este último se defina en términos socia-
y encontraremos sociólogos que piensan en términos relacionales tanto como les más que culturales; tendemos a generalizar acerca del urbanismo ante
cualquier antropólogo. En el campo urbano, esto último está eje!Dplificado todo como un tipo característico de sistema de relaciones sociales, y s61o
tanto por los clásicos como por algunos estudiosos con una afiliación pro- sec~daria y derivativamente como un conjunto de ideas que comparten los
fesional sociológica que se han convertido recientemente en tranquilos etnó- urbtcolas. La cultura urbana, en consecuencia, puede ser más fácilmente
grafos de salones de strip-tease, clubes de descanso y centros de masaje. 5
Con todo, podemos discernir que, tal como han evolucionado, la antropología
conceptualizada cuando la descripción de la estructura social está ya muy
avanzada.

y la sociología tienen distintos centros de gravedad, no sólo en la elección
Parece muy posible, al mismo tiempo, que los estudios urbanos pudieran
del tema sino también analíticamente. La antropología, al trasladarse a la ayudar a que los antropólogos se formen un concepto de los procesos y la
ciudad, no tiene que hacerse totalmente indistinguible de la sociología, y
organización culturales mucho más complejo del que suelen tener. La cu1- .
en un momento de reflexión podemos tal vez darnos cuenta de que la "socio-
tura, como se ha dicho, es un asunto de tránsito de significados. La imagen
1 Un 6rgano oficioso de esta última tendencia es la publicaci6n Urban Life, que es especialmente buena para nuestros propósitos, pues de inmediato se ve
empez6 a aparecer en 1972. que los patrones de tránsito urbano tienen ciertas peculiaridades y que
LA EDUCACióN DE UN ANTROPóLOGO URBANO 23
22 LA EDUCACióN DE UN ANTROPóLOGO URBANO
Aunque mi interés por él no ha sido particularmente sistemático, ciertamente
algunos vehículos pueden ser más adecuados para ellos que otros: El sistema desempeña un papel en las páginas que siguen. Sin embargo, ahora veo una
social urbano puede promover cierto tipo de ideas o dar on~en a pro- afinidad bastante grande entre él y la antropología simbólica que más recien-
blemas particulares de la organización de la cultura. Puede haber 1deas acerca temente se ha convertido en un componente importante de la antropología
de cómo manejar los contactos con forasteros, si hay ~uchos en. el am- en Estados U nidos.
biente en cuestión. O si, como resulta probable en un s1stema soc~~ com- Mi interés por la historia social sólo se hará evidente de un modo más
plejo, por lo menos algunos individuos se pu~den. considerar partlcipantes disperso. Sí creo, sin embargo, que los antropólogos urbanos harían bien
de varias culturas, la forma de tratar esta diversidad puede ser un pro- en acercarse más a los estudios históricos, especialmente cuando inician es-
blema de análisis. N os ocuparemos de estas cuestiones, aunque no mucho tudios comparativos más sistemáticos sobre el urbanismo. Espero poder decir
más en este volumen. algo más sobre esto en una obra posterior.
-r'al es pues en los términos más generales posibles, mi idea de la visión Posiblemente esta síntesis personal, elaborada de modo incompleto tal vez,
antropolÓgica de la sociedad, las bases de mi interpretación de las di~ersas tiene algo que ver con mi propia experiencia académica. He tenido la opor-
maneras de describir y analizar la vida urbana en los capítulos que siguen. tunidad de hacer alguna observación participante con antropólogos tanto
Podría referirme a continuación, de un modo similarmente sinóptico, a lo norteamericanos como ingleses; y dado que la antropología urbana se ha
que supongo que son las realidades del urbanismo, la otra parte de la ecua- desarrollado con mucho mayor ímpetu en los Estados Unidos que en ninguna
ción en el encuentro del antropólogo con la ciudad. Pero dejaré que esta:; otra parte, me encuentro sosteniendo una especie de diálogo especialmente
concepciones se desplieguen gradualmente en lo que sigue. En cambio añadir{~ con dichos desarrollos. Pero paso la mayor parte de mi tiempo en un medio
sólo unas pocas notas de índole más· personal, que pueden aclarar qué clase académico sin ninguna tradición nacional establecida en el tipo de antropo-
de libro he escrito. logía de que yo me ocupo. Tal vez esto me ha dado un poco más de libertad
Aunque creo que sería útil para los antropólogos urbanos que se _reu~ieran para seguir ideas en direcciones un tanto idiosincráticas, por sobre las fron-
por un tiempo y trabajaran en algún aparato de. conceptos d~ di':erso teras de los universos del pensamiento que en otros lugares pueden estar más
alcance y vieran hasta qué punto éstos podrían servir. para organ~zar I~~­ claramente delimitadas.
lectualmente este campo, quizá, por lo dicho, resulte obvio q~e en mi ele~c~on Pero las actividades y experiencias distintas de las originadas dentro del
personal de tales ideas ordenadoras no soy muy leal a nmguna tradición círculo de los colegas de la profesión pueden también haber tenido sus efec-
antropológica. He dicho que escribo como un antropólogo social~ es~o se tos en lo que considero que es materia de la antropología urbana. Aunque
puede entender como el carácter elegic.!o de alguien favorablemente mch?ado afirmo que todo, desde un cierto conocimiento de las ideas acerca de la
hacia la tendencia británica del pensan '.Íento antropológico. En efecto, PI~~s~ ciudad, de las obras en que estas ideas han sido expresadas y de las per-
que son admirables los esfuerzos de esta tendencia por lograr un an~lSIS sonas que están detrás de dichas obras, forma parte de la educación de un
sistemático y que abarque las relaciones sociales. Pero muchas de_ sus Idealit antropólogo urbano, también debe recurrir bastante al entrelazamiento de
centrales tienen una historia más larga, y en el transcurso de los an~s se ha? los temas urbanos con su propia biografía. Como muchos otros antropólogos,
extendido también hasta otros rincones del mundo, donde han sido redi- he pasado virtualmente toda mi vida en áreas urbanas. (Tal vez entre-
señadas. Estos desarrollos anteriores y posteriores, como probablemente se vemos aquí otra razón por la cual la disciplina se haya dedicado cada vez
verá, han tenido para mí un interés tan grande como los del ·centro esta- más a los estudios en las ciudades: muchos de nosotros no sabemos gran
blecido. . cosa sobre las prácticas agrícolas, la cría de animales domésticos y otros
Además, el concepto de antropología urbana que se pn;senta a~uí ha reci- aspectos de una vida más cercana a la naturaleza y estamos, en este sentido,
bido la influencia de un par de otras predilecciones mias. Qmero prestar mal preparados para aprender acerca de las formas de vida rurales.) Además,
detenida atención a la formación y el tratamiento del significad? en las me gustan las ciudades; uso otros hábitat casi siempre brevemente para
interacciones, con lo que busco un análisis cultural lo bastante flexible para observar contrastes. En mis días libres, es más posible que busque calles
que se adapte al análisis social de estructuras complejas, hasta a~ora ~ucho remotas que no las montañas o la playa. He sido habitante ordinario durante
más desarrollado. Para ello, me , ·i atraído bastante pronto hacia el mter- periodos bastante largos de ciudades suecas, norteamericanas e inglesas; y,
accionismo simbólico, tendencia dt:l pensamiento social norte~ericanc; ~un­ más brevemente, he podido hacer algo de turismo antropológico en comu-
que en su mayor parte un tan :o exterior a su antropologJ.a academ1ca .
24 LA EDUCACION DE UN ANTROPóLOGO URBANO LA EDUCACION DE UN ANTROPóLOGO URBANO
nidades urbanas de África, Asia, Australia, Oceanía, América Latina y el cias entre la vida en un gueto negro de Washington y de otras ciudades,
Caribe, así como en otros lugares de Europa. Esto me ha proporcionado como Newark o Detroit: ¿en qué medida la naturaleza de la comunidad
la oportunidad de reflexionar sobre lo que es diferente y lo que es de entera afecta a la comunidad étnica anidada dentro de ella?, si se ha visto
alguna manera igual entre· poblaciones pequeñas y ciudades grandes de dis- un gueto, ¿realmente se han visto todos?
tintos sitios. Además, tres experiencias de trabajo de campo antropológico Mi segunda experiencia de campo, en 1970 (de la que doy cuenta en
han influido también en mi manera de pensar acerca de la vida urbana: una Hannerz, 1974a), fue un estudio más bien breve de la política local en las
de ellas más indirectamente, otras dos muy directamente. Islas Caimán, del Caribe, y sus relaciones con la antropología urbana están
A finales de los sesenta, pasé dos años en Washington, D. C., haciendo lejos de ser obvias. Estuvo precisamente basado en la capital -llamada
lo que ahora consideraría (de acuerdo con lo que se ha dicho hasta aquí) Georgetown, como tantos otros lugares de lo que fue alguna vez parte del
antropología en la ciudad; pero, en su mayor parte, no antropología urbana Imperio Británico--, pero era poco más que el pueblo más importante de un
en estricto sentido. En otras palabras, el foco de mi interés no era especí- territorio muy pequeño. En realidad, la importancia de esa experiencia para
ficamente el carácter urbano de los estilos de vida en que participé, aunque mi comprensión del urbanismo radica en que me proporcionó considerable
de modo gradual me hice más consciente de esa línea de investigación y me contraste. La sociedad caimaniana es lo más cerca que he llegado, como
interesé más en ella. Era un estudio centrado en un barrio negro de bajos etnógrafo practicante, de una estructura social en pequeña escala, y esto
ingresos, realizado casi totalmente mediante la observación participante para no era menos evidente en su política. El mecanismo formal de gobierno
que mi papel de investigador fuera mínimamente ambiguo en una atmós- estaba basado en ideas importadas de una sociedad de masas, con papeles
fera más bien tensa. El libro que resultó de ello (Hannerz, 1969) trata sobre sumamente diferenciados y procedimientos impersonales. Las relaciones entre
la interacción de la confinación étnica y las oportunidades económicas limi- los caimanianos, por otra parte, eran a veces demasiado próximas para ser
tadas en la configuración de una gama de adaptaciones colectivas: una cómodas, y más o menos toda su personalidad tendía a estar implicada en
cultura compleja arraigada tanto en el pasado como en el presente. Entre las interacciones. Ésta era también la forma en que preferían llevar a cabo
los temas específicos estaban la dinámica de los papeles sexuales del gueto, su hacer político, y así su choque con las buenas maneras del gobierno tenía
el conocimiento compartido que servía de fuente para la identidad común algunos momentos dramáticos. A mí me era útil para preguntarme qué
entre los habitantes del gueto y la relación entre sus pensamientos y acciones función desempeña la información personal en las variables construcciones
y la cultura preponderante norteamericana. Pero, de un modo menos evi- de las relaciones sociales.
dente, me ocupaba también, por ejemplo, de las incertidumbres que tanto Mi trabajo de campo más reciente fue en Nigeria, a mediados de los
ellos como yo enfrentábamos ante la vida de la calle. Más que antes, me di años setenta, y en este caso los objetivos de la investigación fueron en estricto
cuenta de que uno puede a veces verse forzado a considerar como pro- sentido propios de la antropología urbana. Habiendo realizado un estudio de
blemas a las personas desconocidas, en un escenario urbano. También me la vida en un enclave de una gran ciudad, quería ahora experimentar con-
hice consciente de las dificultades para elegir y delimitar una unidad de ceptual y metodológicamente con el estudio de toda una comunidad urbana.
observación en un estudio urbano. El barrio en cuestión podía ser consi- La sede de campo elegida fue Kafanchan, una ciudad que ha crecido
derado en ciertos sentidos como un pueblo urbano; pero para algunas per- a partir de un importante crucero de ferrocarril durante los últimos cincuenta
sonas no era una arena tan importante de sus vidas como para otras: si años Y que ahora presenta una gran diversidad ocupacional y étnica.6 El ''mo-
algunos individuos apenas se movían lejos de él, otros venían a casa casi saico" es una metáfora popular cuando tratamos de sintetizar el carácter
exclusivamente para dormir, y a veces tampoco hacían esto con mucha de una comunidad como ésa, y ciertamente es en cierto sentido una metá-
regularidad. Podía haber vínculos fuertes de parentesco y amistad con per- fora adecuada. Pero si algunos de los grupos que constituyen la comunidad
sonas del Sur rural, y una falta general de contactos personales fuera de la están relativamente bien unidos y sus fronteras son duras, como en un
comunidad negra. Sin embargo, como Washington tenía una población mosaico, otros se entremezclan o superponen entre sí. Además, la historia
negra tan amplia, el gueto en su conjunto bastaba para lograr relaciones de Kafanchan ha reflejado de cierta manera el volátil pasado de Nigeria
sociales que no eran ni compactas ni estáticas. Como un ejemplo más de en su conjunto, y ésta es una de las razones por las que la dimensi6n dia-
la forma en que los problemas del urbanismo se mezclaban con los de la 6
U no de los primeros infonnes sobre este proyecto, centrado en la metodología, 1e
pobreza y la etnicidad, pude notar que a veces me preguntaba por las diferen- encuentra en Hannerz (1976).
LA EDUCACióN DE UN ANTROPóLOGO URBANO 27
26 LA EDUCACióN DE UN ANTROPóLOGO URBANO
es un caso en que desatendemos la frontera entre la sociología y la antro-
crónica de su estructura social tiene una gran importancia. El mosaico pología, ya que de lo que nos ocuparemos será la '"Escuela sociológica de
se convierte en un caleidoscopio, donde la multitud de partes toman una y Chicago". Pero al final, encontramos los estilos contrastantes de conceptua-
otra vez nuevas configuraciones. lización, que confieren, después de todo, cierta importancia a dicha frontera.
Empecé en Kafanchan a captar la totalidad de los racimos de relaciones De aquí pasamos, en el capítulo 111, a una búsqueda más amplia de ideas
ordenados de acuerdo con líneas étnicas, ocupacionales, religiosas, recreacic·- sobre lo que puede ser el tema del urbanismo. Éste podría ser considerado
nales y de otros tipos. La persecución de ese objetivo lo lleva a uno a léJs el capítulo central del libro, y al mismo tiempo el que tiene contenidos más
iglesias, tribunales, mercados, bares de alcohol de palma, patios de casas diversos; toda clase de ciudades aparecen en él, y también varias disciplinas.
de vecindad y una variedad de otros escenarios. Idealmente -y el estudio En el capítulo IV, hay un enfoque más claro, semejante al que trata sobre
ciertamente no ha llegado hasta allí- se desearía una imagen de la estruc- la escuela de Chicago. Nos ocupamos aquí, de nuevo, de una forma par-
tura social urbana de arriba abajo, desde el conjunto de vínculos más inclusi- ticular de urbanismo: el de las poblaciones mineras del África central, tal
vos hasta los menos inclusivos aun si estos últimos sólo se pueden presentar como fueron estudiadas a finales de la era colonial por los antropólogos
mediante muestras. En el proceso se adquiere también una apreciación de del Instituto Rhodes-Livingstone (también identificables como miembros de
la forma en que están ordenados estos diversos componentes de la vida la "Escuela antropológica de Manchester") . Hay una relación íntima tam-
comunitaria en una coexistencia física dentro de un espacio restringido. Indu- bién entre este grupo y el tema del capítulo v: un análisis de red, pues
dablemente, esta organización espacial y visual debe de imprimirse en las éste ha desempeñado un papel prominente en el desarrollo de ese modo
mentes de los etnógraf~; urbanos en muchos escenarios. Kafanchan también de conceptualizar las relaciones sociales. Pero nos basamos aquí en una
agudizó mi percepción del hecho de que para entender una comunidad colección más variada de colaboradores al pensamiento relativo a las redes,
urbana en su conjunto, uno debe verla asimismo en su contexto más amplio. no todos pertenecientes a la antropología académica. El análisis de red,
La ciudad no hubiera ~legado a existir de no haber sido por la construcción desde luego, no se limita a la investigación urbana, pero parece importante
de un sistema nigeriano de ferrocarriles. Su sede podría ser todavía un tratarlo aquí, ya que puede ser de particular utilidad para entender aspectos
trozo de sabana, usada en parte por cultivadores de subsistencia de una aldea de la vida en la ciudad. La parte principal del capítulo VI la desempeña
cercana y atravesada ocasionalmente por pastores con sus ganados. Mas Erving Goffman, pensador brillante y un tanto controvertido que, además,
como la situación ha resultado distinta, Kafanchan se ha convertido en el se sitúa de forma que navega entre la sociología y la antropología. Con su
eje de una pequeña región, servida (o tal vez, a veces, más bien regida obra como punto de partida, consideramos el problema de definir a la per-
o explotada) por los burócratas, comerciantes, médicos, enfermeras, maestros, sona -tanto la construcción como la presentación del yo-- en circunstancias
líderes religiosos y artesanos de la ciudad. Los campesinos acuden allí para urbanas. Esto es también un retorno al punto de partida, pues Goffman
vender sus productos, pero a veces también por el placer de contemplar la pertenece a una generación posterior de la escuela de Chicago. En el último
escena urbana. Dejando de lado todas estas conexiones entre el campo capítulo, trataremos de reunir los hilos sueltos de los precedentes, para deli·
y la ciudad, uno podría obtener una imagen muy extraña de un lugar near lo que hemos concluido que es la antropología urbana.
como Kafanchan. Así pues, enrolaremos a un pequeño ejército de guías que nos ayuden
Estas impresiones de tres campos, por tanto, pueden esbozar muchas de a explorar la ciudad. Hay todavía otros que nos habrían llevado en excur·
las cuestiones planteadas en este libro, ya que han sido una parte importante stones adicionales, pero también he visto razones para dejar de lado a algunos
de mi propio traba jo en curso en antropología urbana. Y sin embargo, en las de los candidatos más obvios. Los estudios de Lloyd W arner y sus asociados,
páginas que siguen \Vashington, Georgetown y Kafanchan no están notoria- publicados en Y ankee City, con seguridad constituyen un importante cuerpo
mente presentes. Los materiales para una antropología urbana que aquí de investigación con una inspiración reconocidamente antropológica. Sin
subrayaré son los que han recibido un reconocimiento más amplio por su embargo, su influencia ha sido mayor en el campo de la estratificación
importancia en la investigación urbana, aunque la forma de reunirlos y de social que en el del urbanismo, y tal vez no es motivo de mucha sorpresa
interpretarlos puede no ser tan usual. No todos los capítulos se ocupan que los antropólogos de hoy día les presten escasa atención. Además, quizá
de trozos similares del pensamiento urbano. Primero, en el capítulo siguiente, ya se ha dicho bastante: "ha habido tantas críticas sobre Warner, que muy
nos concentramos en Chicago y el notable trabajo precursor en la etnografia bien puede ser hora de pedir una moratoria" (Bell y Newby, 1971, p. 110).
urbana realizado allí sobre todo en las décadas 1921·1930 y 1931·1940. &te
28 LA EDUCACióN DE UN ANTROPóLOGO URBANO

Se puede probablemente apelar a argumentos similares para excluir e~ es-


tudio de los Lynds sobre Middletown y -más cerca de no~tros en el tiem- 11. ETNóGRAFOS DE CHICAGO
po- la polémica sobre la "cultura de la pobreza", tan impo~tante p~ lo
que se entendía por antropología urbana en los Estados Umdos a finales
de los años sesenta. Yo participé en dicha polémica con mi estudio sob~ EL CRECIMIENTO de Chicago en el siglo XIX y principios del xx., práctica-
Washington; y parece suficientemente ejemplificado en los libros de Lewis mente de la nada hasta convertirse en una gran metrópoli, fue espectacular.
( 1966) y V alentine ( 1968) y el volumen compilado por Leacock ( 1971) · De los estados del Este y de muchos lugares de Europa, la gente acudía
Un complejo de investigaciones sobre el cual habría estado más tentado de para tomar una parte, grande o pequeña, de la riqueza creada por la
tratar es el del urbanismo latinoamericano, realizado por antrop6logos de los industria de conserva de carnes, acererías, el comercio del trigo e industrias
Estados Unidos e Inglaterra. Para empezar, habría sido complemento útil y comercios de otras clases. De vez en cuando algún forastero alcanzaba
de lo que se dice sobre pueblos y ciudades africanos en el capítu~o IV. un éxito que superaba todas las expectativas; otros se encontraban en esa
Sin embargo, los primeros trabajos dedicados sobre todo a .asentami~ntos desesperada pobreza que tan a menudo es el reverso de una sociedad que se
ilegales -o colonias de "paracaidistas"-, parecen menos neos, ~n Ideas industrializa rápidamente en condiciones de liberalismo (laissez-faire). Algu-
analíticas acerca del urbanismo; mientras que la segunda ola, teoncamente nos de los recién llegados triunfaban sólo recurriendo al crimen; pero cierta-
importante, con su preocupación por conexiones regionales, e ~~~cio~es mente éste no era un camino seguro hacia una vida cómoda para cualquiera
más amplias, es algo tan propio del presente que me ~na dificil maneJar que lo intentara. En la joven clase trabajadora, se organizaban sindicatos
su continuo desarrollo. Nos ocupamos sobre todo, repito, de recuperar el y grupos políticos para lograr acciones colectivas: el primero de mayo de 1886,
pasado útil. . la que probablemente fue la primera manifestación del Primero de Mayo
Así pues, empecemos con Chicago, tal como era en su adolescencia. en el mundo marchó por la avenida Michigan a favor de la jornada de
ocho horas. Unos días después, una reunión de protesta de los trabajadores
en la plaza de Haymarket terminó en caos cuando al intervenir la policía
para dispersarla, estalló una bomba, lo cual provocó disparos indiscrimina-
dos, que tuvieron por resultado la muerte de varios policías y manifestantes.
El "affaire de Haymarket" fue durante mucho tiempo un símbolo de los
peligros de las ideologías extranjeras, como el anarquismo y el socialismo,
para la sociedad norteamericana.
Este volátil Chicago era también un punto de entrada hacia el Oeste, de
modo que algunos for3.fteros seguían su viaje desde allí. Pero hacia finales
del siglo XIX es~ opción ya no era tan atractiva como antes. Junto con la
Feria Internacional de Chicago en 1893 -motivo de orgullo para los chica-
guenses que consideraban a su ciudad como un canto al éxito-, se realizó
aquella reunión de historiadores en que el joven Frederick Jackson Turner
señaló el final de la era fronteriza, al mismo tiempo que especulaba sobre
su importancia para la cultura norteamericana. En las décadas siguientes, la
continuada expansión de la sociedad estadounidense se concentraría todavía
más en las ciudades, y Chicago mantendría un lugar prominente.
Como muchas otras ciudades cambiantes, Chicago ha cubierto las huellas
de su primera historia. La Hull House, antigua institución de servicio social
desde la cual una pequeña banda de idealistas que, guiada por J ane Adams,
trataba de mejorar las condiciones de los barrios bajos que la rodeaban, aún
está en pie; pero ahora un tanto aislada, como pequeño museo, en las

29
350 CONCLUSióN: LA CONSTRUCCióN DE LAS CIUDADES

mismo. En antropología, puede que haya habido más apertura de este tipo
en los últimos años de la que solía haber. Puede parecer que Gluckman
haya escrito dentro del contexto de una disciplina más consolidada y clara- APÉNDICE: CONCEPTOS ANALíTICOS EN
mente demarcada que la que tenemos ahora. Por otra parte, no es sencillo EXPLORACI6N DE LA CIUDAD
el trabajo real conjunto entre especialistas a través de los límites de las disci-
plinas. El trabajo interdisciplinario de equipo se celebra a veces como una
panacea de todos los problemas intelectualmente complejos; recetado muchas U N LECTOR del manuscrito de este libro sugirió que a algunos les podría
\'eces, con poca frecuencia resulta en realidad ser una fructífera cura. ser útil disponer de un sumario del aparato analítico básico que se aplica
Sea como fuere, los problemas de los vínculos interdisciplinarios no nos en él, de preferencia a modo de diagrama, ya que los conceptos se intro-
atañen en realidad ahora, ni conceptual ni metodológicamente. Sin embargo, ducen en una especie de flujo constante a través de muchos capítulos. Lo que
a menos que tengamos una comprensión del urbanismo que sea reconocible- sigue es~ pues, un intento de visualizar, de modo relativamente poco com-
mente antropológica, nuestra aportación a esta colaboración dentro de este plejo, la comprensión de cómo se construye la sociedad urbana, en función
campo es leve. En las páginas anteriores hemos intentado dar algunos pasos de papeles (roles) y relaciones, tema que se ha ido definiendo con más
hacia un entendimiento de este tipo. Parece que lo que hemos planteado rodeos en el texto.
también tiene algunas implicaciones en el modo en que el antropólogo urbano La Yida social consiste, vista en una forma quizá más concreta, en situa-
podría manejar en la práctica su campo, en cierta manera diferente al tra- ciones. La gente participa en ellas a través de modos relativamente unifor-
bajo de campo tradicional. Podría decirse mucho más al respecto, pero, por mz:dos de comportamiento deliberado (y también con partes de su con-
otra parte, las continuidades son probablemente más importantes. El antro- ciencia y recursos materiales) que denominarnos papeles. La serie total de
pólogo en la ciudad puede convertirse en un miembro de equipo consciente tales modos de comportamiento conocidos dentro de alguna unidad social
del tiempo (a veces), pero no deja de ser un participante y un observador importante, como es la comunidad urbana, se podría describir con el término
al adoptar puntos de vista instrumentales y eclécticos sobre las formas com- inventario de papeles. La serie concreta de modos de comportamiento en
plementarias de encontrar datos. Tanto en método corno en conceptos, bien que participa un individuo es un repertorio de papeles. Resulta práctico
puede haber algo claramente antropológico en la antropología urbana. considerar ambos tipos de colecciones de papeles divididos en dominios
o ámbitos (doméstico y de parentesco; de aprovisionamiento; de recreación;
de vecindad; de tránsito), los cuales contienen un número mayor o menor de
papeles. (Estos conceptos se analizan en las pp. 118-123.)
Los individuos son reclutados a situaciones, y, dentro de ellas, a papeles
específicos, en no pequeña medida en base a lo que denominarnos atributos
discriminatorios de papeles, características culturalrnente definidas de los
individuos que existen aparte de sus situaciones particulares. Estos importan-
tes atributos son sexo, edad y (en las unidades sociales que son heterogéneas
al respecto) etnicidad o raza. (La noción de atributos de discriminación de
papeles se analiza en las pp. 172-179.) Podríamos decir que se cuentan entre
los factores que determinan el acceso a los papeles (véase p. 173).
En la gráfica 5 vemos, de manera muy simplificada, cómo se ensambla un
repertorio de papeles en estos términos, en una comunidad étnicamente hetero-
génea con una diferenciación de dominios más o menos completa. Una mujer
adulta morena, en comparación, digamos, con un hombre anciano azul (los
colores representan en este caso cualquier tipo de designación étnica), enca-
jaría dentro de la comunidad en ciertos pápeles del inventario, pero no en
otros. (Lo que influye en este acceso es, obviamente, una combinación de a tri-

351
352 AP~NDICE: CONCEPTOS ANALITICOS APtNDICE: CONCEPTOS ANALITICOS 353

ATRIBUTOS INVENTARIO DE PAPELES REPERTORIO DE PAPELES bu tos de discriminación de papeles, no uno solo de ellos.) Con papeles to-
DISCRIMINATORIOS (por dominios) davía accesibles, se anna un repertorio, como lo indican las flechas que unen
DE PAPELES las columnas del inventario con las del repertorio. Pero aquí pueden inter-
venir otros problemas respecto al acceso a los papeles; la inclusión de papeles
doméstico y de parentesco
específicos en el repertorio puede tener una influencia determinante sobre
qué otros papeles puede asumir el individuo o no, simultáneamente o en
algún momento posterior. En esta gráfica se indica que el papel doméstico
sexo:
y de parentesco D2 ha sido importante en el reclutamiento de esta persona
para el papel de aprovisionamiento A 7 • A su vez, el estar en este papel le ha
femenino permitido entrar en el papel doméstico y de parentesco D 17, los papeles
aprovisionamiento recreativos R, y R 9 y papel de vecindad V 2 , de los cuales de otro modo
hubiera sido excluida. Respecto a otros de sus papeles, por ejemplo Da, Rs
y T 2, parece que sus atributos discriminatorios de papeles y el resto de su
repertorio, en la medida en que los demás los conocen, no la han descali-
ficado de ellos. U no de los papeles de su repertorio, An+ 1 , está incluido
edad:
de un modo algo misterioso ahí, pero no forma parte del inventario de
niño(a)
papeles. Esto nos podría servir probablemente como una manera de denotar
joven
acceso algún modo básicamente nuevo de comportamiento, en este caso en el
adulto .J variable dominio del aprovisionamiento: ejemplo de "construcción de papeles", que
anciano( a)
a los pa-
recreación se analiza en las pp. 308-312. Pero, por supuesto, en cuanto aparece por
primera vez en el repertorio de papeles de un individuo, se puede ver también
peles del
cómo se va abriendo camino hacia el inventario más amplio.
ilventario
Habría que añadir, quizá, que el número de papeles que se enumera
en el repertorio de este diagrama es muy limitado por razones de conve-
niencia; aunque probablemente las proporciones aproximadas del repertorio
que caen en los diferentes dominios tal vez no sean tan irreales. Al respecto,
etnicidad,
véase el análisis de las páginas 124-126.
raza:
En la gráfica 6, hemos dado un paso adelante para mostrar cómo una
negro(a) vecindad
parte de la red personal está constituida para la persona (ego) con el reper-
blanco( a)
torio de papeles que se muestra en la gráfica 5. Se señalan sus relaciones
moreno(aN
con 13 alter; a tres de ellos (11, 12 y 13), la mujer se conecta sólo mínima-
rojo(a) me;nte a través de relaciones de tránsito, por lo cual, como los análisis de
azul
tránsito red no incluyen por regla general estos vínculos, se marcan con líneas
interrumpidas. Pero obsérvese que de ellos, el número 11 está vinculado a
través de una relación más tangible con el número 10; de suerte que la re-
lación de tránsito del ego con ella puede tener una importancia ulterior.
GRÁFICA 5. Construcci6n de un repertorio de papeles en la sociedad urbana. Véase el análisis de estas conexiones en las pp. 264-265.
En lo que respecta a las relaciones del ego con 1-10, este esbozo se puede
relacionar con los conceptos de red analizados en el capítulo v y compararse
con el tipo de diagramas de red más habituales que se ejemplifican en las
gráficas 3 y 4, pp. 204-205. En estos dia¡ramas, claro, todos los repertorios
APÉNDICE: CONCEPTOS ANALlTICOS 355
alters
01 03 A2, A49 R2s R31 R34 R41 hombre
ADP adulto 1 <le papeles caen en puntos únicos. Si se quiere mostrar cómo se reúnen las
Da Og v3 Aso T1 T2 T11 T12 - - moreno redes personales, puesto que cada papel implica su propia relación, parece
necesario utilizar el modo de representación de la gráfica 6. Puede tener
\ 03 016 A3, R15 R2s R2a R34 hombre la virtud de mostrar, al menos, la rapidez con que se ramifican las redes.
ADP joven 2

--
/ Dg v4 T1 T2 Ts T1í R43

/D, 010 0,4 R22 R39


Rs3 R61 Vs Ta Tg
moreno

mujer
ADP niña
morena
3
Dentro del segmento de red compuesto por el ego y los alter 1-3 (que puede
·estar formado por el ego, su marido y dos hijos) se muestran también rela-
·ciones laterales. Es decir, este segmento tiene la cualidad de una "zona de
primer orden" (véanse pp. 203-204). En el resto del diagrama, no se han
incluido relaciones entre alter (excepto la ya mencionada entre 10 y 11),
07 02 04 0,7 Ass Ra R13 mujer .así como tampoco entre alter y otras personas; esta parte del diagrama
ADP adulta 4
ego RH R24 V? T1 T2 T,3 T14 - - morena -es, pues, una "estrella de primer orden" (véase p. 204). Pero a través
de cada papel mostrado en sus repertorios, estos alter tendrán por lo menos
o,
l
1 04
02.
1---
03 Da Og D2o R2s R31 R4o ADP
A3 R4s v10 v13 T, T2 r11 T1a
--
hombre
adulto
azul
5
•una relación, y a menudo muchas más, de manera que es de esperar que la
~'estrella de segundo orden" sea muy grande. Hemos mostrado únicamente

V
¡ 1---
¡ .a través de los vínculos del ego con 6 y 7, que un individuo se puede vincu-
06
g¡ 1 - - - o, 03 Da Og R12 R,6 R2s Rzs hombre
ADP adulto
lar a través de un papel tanto o más de un individuo como a más de un
o 6
o 017 ~ Aa V3 T, T2 T1, T,s R2s R4o -- rojo papel (papel Ar a As y R26). Entre el ego y 7 señalamos también una no-
E IA7 relación: la que existe entre R 4 y otro R 4 • Es un ejemplo de falta de acceso
ca 1---s:nac 1 1
hombre
Os VIO ví3 R2 relacional (véase p. 173) ; aunque el ego puede asumir el papel R 4 , se ve
4
-·~ ADP adulto 7
- - azul
l~ -contreñido a no desempeñarlo frente a alguien como 7. Es de sospechar que
1---
Ra R4 R3, R34 T, T2 T,, T~2 T,s
l Q) 1--- ·se considera inadecuado que una mujer morena y un hombre azul tengan
R
lE 9
~~
02 04 Ds 0,7 A? R,7 mujer una relación de papel recreativo de este tipo. Por otra parte, no hay pro-
l¡L·V; R4 Vg T, T2 T3 Ti1
ADP adulta
-- 8
blema en que esta relación se tenga con una mujer roja (número 8). Y en
lo <{ ~
T,
~\
0
'-'1!
~ 1!
roja

mujer
todas las demás relaciones que se muestran, una persona de características
del ego tiene obviamente acceso relacional a través de los papeles implicados
T ' ~ó.- Ds 010 0,41 A,s A3, R,2! R,s R23 1 ADP j::)Ven
/~o-
9
1 'T
,_____!_ ' '
' ' R R3a R4c
7 v4
T, T2 T13 T14 negra
-con personas como estos alter. Con la número 10, el ego tiene relaciones

'3 \
'\, \ G Rg R13 R21 A31 A? T1 T2 mujer
a través de dos pares distintos de papeles: el uno recreacional y el otro
<le vecindad: es una relación multíplice. Véanse análisis de esto en pági-
\\ ' ADP
- - adulta 10 nas 209-210 y 283-284.

--
\
\
\ \ \ v2 02 04 06 07 T13 T,s blanca
\ \ \
Por último, en la gráfica 7 nos centramos en una de las relaciones inclui-
'\ ' l T2
\ \ \
02 04 06 017 026 029 030
--
mujer
ADP adulta 11
-das en la gráfica 6: la que existe entre el ego y el alter número 8, a la cual
ambas mujeres han entrado a través de sus respectivos papeles R 4 • Lo que
\
\
\
\
~ T,3 Vg Ra R,3 R,7 R24 R3s blanca
nos importa es qué rige la conducta de esta relación. Hemos defendido
\ \ -que algunas relaciones están su jetas a un control normativo mayor que
\ \ 03 Og 0,6 · As4 R,2l R, 6 R2s R2s hombre
ADP joven 12 otras, de manera que es muy poco importante quiénes son ego y alter, aparte
\
\
\
T2 T, T6 T,, V4J R3, R32 R4o azul
de los papeles en que se encuentren por el momento: las normas de com-
\
mujer portamiento son relativamente precisas (véanse las pp. 172-173 y 281-282).
\ 04 1010 0,7 026 A6s As R,J ADP anciana
\ 13
\._
- T3 1 v16 R,3 Rz4 R30 ~1 Rss -- negra
Hay otras relaciones en las que el ego y el alter prestan mayor atención en
-sus contactos a la información personal sobre otros atributos y participaciones.
De este modo, éstos y éstas pueden influir no sólo en el acceso a los papeles
GRÁPICA 6. Parte de la red personal. y a las relaciones, como hemos dicho antes, sino también en la conductiJ
AftNDICE: CONCEPI'OS ANALlTICOS 357

ADP: ADP: relacional (véase la p. 173) . En la gráfica 7, vemos que la relación


R, - - R,, una relación recreacional, está bastante influida por la información
mujer __ - - _ \ 1 ---- mujer
personal; las flechas de línea interrumpida, que parten tanto de los atributos
adulta ~- - 1 \ / ,.- - - -r adulta discriminatorios de papeles como de otros papeles, muestran que la conducta
morena -t-\ \ \
¡ \ \ \
1
1
'
1
r -T
1
roja
de la relación está moldeada en parte por las consideraciones al respecto.
Conviene ahora señalar que no todos los atributos y papeles afectan nece-
F=====~, \ \ \ / 1 1 l==:====:::i sariamente cualquier relación concreta, aun cuando sea tan permeable a las

~\
influencias exteriores como ésta. Por lo que se refiere al ego, no se "incor-
\ \ \ / / / 1 poran" a esta relación un par de sus papeles domésticos y de parentesco,
+------11 \ \ \ \ 1 1 1 1 ~---r un papel de recreación y dos de tránsito. Podemos también señalar que no
04 1\ \ \ 1 1
1 1
1
1 1
1 tiene por qué haber simetría en lo que las partes de una relación incorporan
a ella respecto a otras participaciones. El ego puede hacer revelaciones acerca
1------i \
\\\\\
\\ \ \ \
';/ 1
~~~--~
1
de su papel de vecindad (V2 ) , pero este alter no hace notar su papel V e en
Ds 1
\ \ \ \ \ 1 1 1 1 D6 la relación.
\ \ \ \ \ 1 1 1 11 1 tste es, pues, un intento de conceptualización, verbal y mediante un dia-
\\\\\ 1 1¡ 11
\\\\ 11111
grama, de cómo una estructura social compleja se aglutina a medida que
\\\\\ 1 /¡ 11 los individuos combinan papeles y se combinan en relaciones. No cabe duda
\ \\\\ 1 I/ /1 de que se puede desarrollar aún más, ni de que esta simplicidad relativa del

+------1
~ -- - - ... ~ ' 1 ~ t ; ,- 1 1J _ - ...- -
\ r--------..;___:__~~- .....
A· 7 marco de referencia teórico no elude cierta ambigüedad. Pero nos puede
proporcionar cierta idea de cómo tratar sistemáticamente la vida urbana

-- conducta
relacional
..... _
...
tanto en sus partes esenciales como en su gran variabilidad.

--
-- _....:
'----~---------'
/,ji ~
- --~ R 17
/
/
/
/
''
/
//
1
1
''
//
/
/
/
''
/ / ''
/
/
''
/
/
''

ego altera
BIBLIOGRAFIA 359

Barth, Fredrik. 1975. Ritual and Knowledge Among the Baktaman of New Guinea.
New Haven, Connecticut: Vale University Press.
Bascom, William R. 1955. "Urbanization among the Yoruba". American ]ournal
BIBLIOGRAFÍA of Sociology, 60, pp. 446-454.
- - - 1958. "Yoruba Urbanism: A Summary". 1\.fan, 58, pp. 190-191.
- - - 1959. "Urbanism as a Traditional African Pattern". Sociological Review,
Adams, Roben McC. 1966. The Evolution of Urban Society. Chicago: Aldine. 7, pp. 29-43.
- - - 1974. "Anthropological Perspectives on Ancient Trade". Current Anthro- - - - 1962. "Sorne Aspects of Yoruba Urbanism". American Anthropologist, 64,
pology, 15, pp. 239-249. pp. 699-709.
Adelman, William J. 1976. Haymarket Revisited. Chicago: Illinois Labor History Basham, Richard. 1978. Urban Anthropology. Palo Alto, California: Mayfield.
Society. Beals, Ralph L. 1951. "Urbanism, Urbanization, and Acculturation". American
Anderson, Neis. 1961. The Hobo. Chicago: University of Chicago Press. (Publicado Anthropologist, 53, pp. 1-10.
originalmente en 1923.) Becker, Howard S. 1963. Outsiders. Nueva York: Free. Press.
Anónimo. 1956/1959. "The Battle Hymn of the Research Experts". Northern - - - 1966. "Introduction", en Clifford R. Shaw: The ]ack-Roller. Chicago:
Rhodesia ]ournal, 3, p. 472. University of Chicago Press.
Arnold, David O. 1970a. "Subculture Marginality", en David O. Arnold, com- Beckford, George L. 1972. Persistent Poverty. Nueva York: Oxford University
pilador: The Sociology of Subcultures. Berkeley, California: Glendessary Press_ Press.
- - - 1970b. "A Process Model of Subcultures", en David O. Arnold, compila- Bell, Collin. 1968. Middle Class Families. Londres: Routledge and Kegan Paul.
dor: The Sociology of Subcultures. Berkeley, California: Glendessary Press. Bell, Collin, y Howard Newby. 1971. Community Studies. Londres: Allen &: Unwin.
Aronoff, Joel. 1973. "Review of Relations in Public". Sociological Quarterly,. Bendix, Reinhard. 1954. "Social Theory and Social Action in the Sociology of
14, pp. 142-143. Louis Wirth". American ]ournal of Sociology, 59, pp. 523-529.
Aronson, Dan R., compilador. 1970. "Social Networks". Canadian Revicw of - - - 1960. Max Weber. Garden City, Nueva York: Doubleday. (Traducción al
Sociology and Anthropology, 7(4a). español: R. Bendix, Max Weber; Amorrortu Editores, Buenos Aires.)
Bailey, F. G. 1965. "Decisions by Consensus in Councils and Committees". en Benet, Francisco. 1963a. "The Ideo1ogy of Islamic Urbanization". lntemational
Michael Banton, compilador: Política[ Systems and the Distribution of Power ]ournal of Comparative Sociology, 4, pp. 211-226.
(ASA 2). Londres: Tavistock. - - - 1963b. "Sociology Uncertain: The Ideology of the Rural-Urban Con-
Baker, Paul J. 1973. "The Life Histories of W. I. Thomas and Robert E. Park"~ tinuum". Comparative Studies in Society and History, 6, pp. 1-23.
American ]ournal of Sociology, 79, pp. 243-260. Bensman, Joseph, y Robert Lilienfeld. 1973. Craft and Consciousness. Nueva
Banton, Michael. 1965. Roles. Londres: Tavistock. York: Wiley.
- - - 1973. "Urbanization and Role Analysis", en Aidan Southall, compilador:- Berger, Bennet M. 1966. "Suburbs, Subcultures, and the Urban Future", en Sam
Urban Anthropology. Nueva York: Oxford University Press. Bass Warner, Jr., compilador: Planning for a Nation of Cities. Cambridge,
Barnes, J. A. 1954. "Class and Committees in a Norwegian Island Parish". Human Massachusetts: MIT Press.
Relations, 7, pp. 39-58. - - 1973. "A Fan Letter on Erving Goffman". Dissent, 20, pp. 353-361.
- - - 1969. "Networks and Political Process". en J. Clyde Mitchell. compilador:- Berger, Peter L. 1965. "Toward a Sociological Understanding of Psychoanalysis".
Social Networks in Urban Situations. Manchester: Manchester University Press- Social Research, 32, pp. 26-41.
- - - 1972. Social Networks. Reading, Massachusetts: Adison-Wesley. - - - 1970. "On the Obsolescence of the Concept of Honor". Archives Euro-
Bartell, Gilbert D. 1971. Group Sex. Nueva York: Signet. péennes de Sociologie, 11, pp. 339-347.
Barth, Fredrik. 1969. "Introduction", en Fredrik Barth, compilador: Ethnic - - - 1973. "Sincerity and Authenticity in Modern Society". The Public Interest,
Groups and Boundaries. Bergen y Oslo: Universitetsforlaget. (Traducción al 31, pp. 81-90.
español: F. Barth, Los grupos étnicos y sus fronteras; Fondo de Cultura Eco- Berger, Peter L., Brigitte Berger y Hansfried Kellner. 1973. The Homeless Mind.
nómica, México.) Nueva York: Random House.
- - - 1971. "Role Dilemmas and Father-Son Dominance in Middle Eastern Berger, Peter L., y Hansfried Kellner. 1964. "Marriage and the Construction
Kinship Systems", en Francis L. K. Hsu, compilador: Kinslzip and Culture- of Reality". Diogenes, 46, pp. 1-24.
Chica'~•J: Aldine. Berger, Peter L., y Thomas Luckmann. 1966. The Social Construction of Reality.
- - - 1972. "Analytical Dimensions in the Comparison of Social Organizations··. Garden City, Nueva York: Doubleday. (Traducción al español: P. L. Berger,
American Anthropology, 74, pp. 207-220.

358
360 BIBLIOGRAFIA BIBLIOGRAFIA 361
y T. Luckmann, La construcción social de la realidad; Amorrortu Editores. Postcivilization", en Osear Handlin y John Burchard, compiladores: The
Buenos Aires.) Historian and the City. Cambridge. Massachusetts: M.I.T. Press.
Berghe, Pierre L. van den. 1970. "Pluralism and Conflict Situations in Africa: Braudel, Fernand. 1974. Capitalism and Material Life 1400-1800. Londres: Fon-
A Reply to B. Magubane". African Social Research~ 9, pp. 681-689. tanaJCollins.
Berlin, Isaiah. 1978. Russian Thinkers. Nueva· York: Viking. (Traducción al es- - - - 1977. Afterthoughts on Material Civilization and Capitalism. Baltimore:
pañol: l. Berlín, Pensadores rusos; Fondo de Cultura Económica [Breviarios], Johns Hopkins University Press.
México.) Brown, Richard. 1973. "Anthropology and Colonial Rule: Godfrey Wilson and
Berman, Marshall. 1972. "Weird but Brilliant Light on the Way We Live Now: the Rhodes-Livingstone Institute, Northern Rhodesia", en Talal Asad, com-
Relations in Public". New York Times Review, febrero 27, pp. 10-18. pilador: Anthropology and the Colonial Encounter. Londres: Ithaca Press.
Berstein, Basil. 1971. "A Sociolinguistic Approach to Socialization: With sorne Bryce-Laporte, Roy Simon. 1971. "Slaves as Inmates, Slaves as Men: A Socio-
Reference to Educability", en Dell Hymes y John J. Gumperz, compiladores: logical Discussion of Elkins' Thesis", en Ann J. Lane, compiladora: The Debate
Directions in Sociolinguistics. Nueva York: Holt, Rinehart and Winston. over Slavery. Urbana: University of Illinois Press.
Berreman, Gerald D. 1960. "Cultural Variability and Drift in the Himalayan Bulmer, Martin, compilador. 1975. Working-Class Images ·a¡ Society. Londres:
Hills". American Anthropologist, 62, pp. 774-794. Routledge and Kegan Paul.
- - - 1972. "Social Categories and Social Interaction in Urban India". American Burgess, Ernest W., y Donald J. Bogue. 1967. "Research in Urban Society: A Long
Anthropologist, 74, pp. 567-586. View", en Ernest W. Burgess y Donald J. Bogue, compiladores: Urban Socio-
- - 1978. "Scale and Social Relations". Current Anthropology, 19, pp. 225-245. logy, Chicago: University of Chicago Press.
Berry, Brian J. L. 1967. Geography of Market Centers and Retail Distribution. Burke, Peter. 1975. "Some Reflections on the Pre-lndustrial City", en H. J. Dyos.
Englewood Cliffs, Nueva Jersey: Prentice-Hall. compilador: Urban History Yearboolt 1975. Leicester: Leicester University Press.
Berry, Brian J. L., y Chauncy D. Harris. 1968. "Central Place". Intemational Burnet, Jean. 1964. "Robert E. Park and the Chicago School of Sociology:
Encyclopedia of the Social Sciences. Nueva York: Macmillan and Free Press. A Centennial Tribute". Canadian Review of Sociology and Anthropology, 1.
Birenbaum, Arnold, y Edward Sagarin. 1973. "Introduction: Understanding the pp. 156-164.
Familiar", en Arno1d Birenbaum y Edward Sagarin, compiladores: People in Butterworth, Douglas. 1974. "Gras-Roots Política! Organization in Cuba: A Case
Places. Nueva York: Praeger. of the Committees for the Defense of the Revolution", en Wayne A. Cornelius
Bittner, Egon. 1963. "Radicalism and the Organization of Radical Movements". Y Felicity M. Trueblood, compiladores: Anthropological Perspectives on Latín
American Sociological Review, 20, pp. 928-940. America Urbanization, Latín America Urban Research, vol. 4. Beverly Hills,
- - - 1967. "The Police on Sk.id-Row: A Study of Peace Keeping". American California: Sage.
Sociological Review, 32, pp. 699-715. Carey, James T. 1975. Sociology and Public Affairs: The Chicago School. Beverly
Blanton, Richard E. 1976. "Anthropological Studies of Cities". Annual Review Hills, California: Sage.
of Anthropology, núm. 5. Palo Alto, California: Annual Reviews. Carneiro, Roben L. 1970. "A Theory of the Origin of the State". Science, 169,
Blumer, Herbert. 1939. Critiques of Research in the -social Sciences: l . .A.n pp. 783-738..
Appraisal of Thomas and Znaniecki's The Polish Peasant in Europe and Caro Baroja, Julio. 1963. "The City and the Country: Reflexions on Sorne An-
America. Nueva York: Social Science Research Council. cient Commonplaces", en Jnlian Pitt-Rivers, compilador: Mediterraean Country-
- - 1972. "Action vs. Interaction". Society, 9(6), pp. 50-53. men. La Haya: Mouton.
Bogan,. Robert W. 1977. "Critique of Existential Sociology". Social Research. Carter, Harold. 1972. The Study of Urban Geography. Londres: Edward Amold.
44, pp. 502-528. Castells, Manuel. 1976. "Theory and Ideology in Urban Sociology", en C. G.
Boissevain, Jeremy. 1974. Friends of Friends. Oxford: Black.well. Pickvance, compilador: Urban Sociology. Londres: Tavistock.
Boissevain, Jeremy, y J. Clyde Mitchell, 'compiladores. 1973. Network Analysis. - - - 1977. The Urban Question. Londres: Edward Amold.
La Haya: Mouton. Cavan, Sherri. 1972. Hippies of the Haight. San Luis, Missouri: New Critics Press.
Boltanski, Luc. 1973. "Erving Goffman et le temps du soupt¡;:on". Social Science Clarke, John, Stuart Hall, Tony jefferson y Brian Roberts. 1975. "Subcultures,
lnformation, 12{3), pp. 127-147. Cultures and Class: A Theoretical Overview". Working Papers in Cultural
Bott, Elizabeth. 1957. Family and Social Network. Londres: Tavistock. Studies, 7 f8, pp. 9-74.
- - - 1971. "Reconsiderations", en Family and Social Network, 2a. ed. Londres: Cobb, Richard. 1975. A Sense of Place. Londres: Duckworth.
Tavistock. Cohen, Abner. 1969. Custom and Politics in Urban Africa. Londres: Routledge
Boulding, Kenneth E. 1968. "The Death of the City: A Frightened Look at and Kegan Paul.
362 BIBLIOGRAFIA
BIBLIOGRAFlA 363
Cohen, Albert K. 1955. Delinquent Boys. Glencoe, Illinois: Free Press.
Dewey, Richard. 1960. "The Rural-Urban Continuum: Real but Relatively
Collins, Randall. 1973. "Review of Relations in Public'.'. Sociological Quarterly_..
Unimportant". American ]ournal of Sociology, 66, pp. 60-66.
14, pp. 137-142.
Dike, K. Onwuka. 1956. Trade and Politics in the Niger Delta 1830-J885.
- - - 1975. Conflict Sociology. Nueva York: Academic Press.
Londres: Oxford University Prcss.
Colson, Elizabeth. 1977a. "The Institute under Max Gluckman 1942-1947".
Domhoff, G. William. 1970. Tlze Higher Circles. Nueva York: Random House.
African Social Research, 24, pp. 285-295. '
- - - 1974. The Bohemian Grove and Other Retreats. Nueva York: Harper
- - - 1977b. "From Livingstone to Lusaka, 1948-1951". African Social Rest:arch ..
& Row.
24, pp. 297-307.
Dore, R. P. 1958. City Life in ]apan. Berkeley y Los Angeles: University of
Comelius, Wayne A., y Felicity M. TruebÍood, compiladores. 1975. Urbanization
California Press.
and Inequality. Latin American Urban Research, vol. 5. Beverly Hills, Cali-
Douglas, Mary. 1970. Natuml Symbols. Nueva York: Pantheon.
fornia: Sage.
- - - 1978. Cultural Bias. Londres: Royal Anthropological Institute.
Coser, Lewis A. 1970. 1\fen of Ideas. Nueva York: Free Press. (Traducción al
Duff, Charles. 1935. Anthropological Report on a London Suburb. Londres:
español: Lewis Alfred Coser: Hombres de ideas; Fondo de Cultura Económica ..
Grayson & Grayson.
México.)
Duncan, Otis D. 1957. "Community Size and the Rural-Urban Continuum", en
- - - 1974. Greedy Institutions. Nueva York: Free Press. (Traducción al es-
Paul K. Hatt y Albert J. Reiss, Jr., compiladores: Cities and Society. Nueva
pañol: Lewis Alfred Coser: Las instituciones voraces; Fondo de Cultura Eco-
York: Free Press.
nómica, México.)
Durkheim, Emile. 1961. The Elementary Forms of the Religious Life. Nueva
Cox, Oliver C. 1969. "The Preindustrial City Reconsidered", en Pau1 Meadows.
York: Collier Books.
y Ephraim H. Mizruchi, compiladores: Urbanism, Urbanization, and Change.
Eames, Edwin, y Judith G. Goode. 1977. Anthropology of the City. Englewood
Reading, Massachusetts: Addison-Wesley.
Cliffs, Nueva Jersey: Prentice-Hall. ·
Craven, Paul, y Barry Wellman. 1974. "The Network City", en Marcia Pelly
Eddy, Elizabeth M., compiladora. 1968. Urban Anthropology. Athens, Georgia:
Effrat, compiladora: The Community. Nueva York: Free Press.
Southern Anthropological Society.
Cressey, Paul G. 1969. The Taxi-Dance Hall. Montclair, Nueva Jersey: Patterson
Elias, Norbert. 1978. The Civilizing Process. Nueva York: Urizen Books.
S~ith. (Publicado originalmente por la University of Chicago Press en 1932.)
Elkins, Stanley M. 1959. Slavery. Chicago: University of Chicago Press.
Cub1~t, T~ssa. 1973. "Nen~ork Density. among Urban Families", en Jeremy
Engels, Friedrich. 1969. The Condition of the Working Class in England. Lon-
B01ssevam y J. Clyde Mitchell, compiladores: Network Analysis. La Haya;
dres: Panther Books. (La primera edición de esta obra, en alemán, se realizó
Mouton.
en Leipzig, 1845; en inglés, Nueva York, 1887. [Editor.] Traducción al español:
Christaller, Walter. 1966. Central Places in Southern Germany. Englewood Cliffs ..
La situación de la clase obrera en Inglaterra, en Federico Engels: Escritos de
Nueva Jersey: Prentice-Hall.
juventud; Fondo de Cultura Económica, México.)
Chudacoff, Howard P. 1972. ;.\fobile Americans. Nueva York: Oxford University
Epstein, A. L. 1953. The Administration of ]ustice and the Urban African.
Press.
Londres: HMSO.
Dalton, George. 1960. "A Note of Clarification on Economic Surplus". American
- - - 1958. Politics in an Urban African Community. Manchester: Manchester
Anthropologist, 62, pp. 483-490.
University Press.
Davis, Murray S. 1975. "Review of Frame Analysis". Contemporary Sociology, 4r
- - - 1959. "Linguistic Innovation and Culture on the Copperbelt, Northern
pp. 599-603.
Rhodesia". Southwestern ]ournal of Anthropology, 15, pp. 235-253.
Dawe, Alan. 1973. "The Underworld-view of Erving Goffman". British ]ournal
- - - 1961. "The Network and Urban Social Organization". Human Problems
of Sociology, 24, pp. 246-253.
Dennis, N. 1958. "The Popularity of the Neighborhood Community Idea". in British Central Africa, 29, p"p. 29-62.
Sociological Review, 6, pp. 191-206. - - - 1964. "Urban Communities in Africa", en Max Gluckman, compilador:
Denzin, Norman K. 1970a. "Symbolic Interactionism and Ethnomethodology", en Closed Systems and Open Minds. Edimburgo y Londres: Oliver & Boyd.
Jack. D. Douglas, compilador: Understanding Everyday Life. Chicago: Aldine. - - - 1967. "Urbanization and Social Change in Africa". Current Anthropology,
1970b. The Research Act. Chicago: Aldine. 8, pp. 275-284.
Devons, Ely, y Max Gluckman. 1964. "Conclusion: Modes and Consequences of - - - 1969. "Gossip, Norms and Social Networks", en J. Clyde Mitchell, com-
Limiting a Field of Study", en Max Gluckman, compilador: Closed Systems pilador: Social Networks in Urban Situations. Manchester: Manchester Uni-
and Open M inds. Edimburgo y Londres: Oliver & Boyd. versity Press.
- - - 1978. Ethos and Identity. Londres: Tavistock..
BIBLIOORAFIA BIBLIOORAFIA 365
Etzioni, Amitai. 1959. "The Ghetto - A Re-evaluation". Social Forces, S7, Friedmann, John. 1961. "Cities in Social Transformation". Comparative Studie.J
pp. 255-262. in Society and History, 4, pp. 86-103.
Faris, Robert E. L. 1970. Chicago Sociology 1920-1932. Chicago: University of Gamson, Williain A. 1975. "Review of Frame Analysis". Contemporary Sociology,
Chicago Press. 4, pp. 603-607.
Fav~. Sylvia F. 1966. "Recent Books in the Urban Field - An Essay Review". Gans, Herbert J. 1962a. The Urban Villagers. Nueva York: Free Press.
Social Problems, 14, pp. 93-104. - - - 1962b. "Urbanism and Suburbanism as Ways of Life: A Re-evaluation
Festinger, Leon, Stanley Schachter y Kurt Back. 1950. Social Pressure in Informal of Definitions", en Arnold M. Rose, compilador: Human Behavior and Social
Groups. Nueva York: Harper. Processes. Boston: Houghton Mifflin.
Feuer, Lewis. 1973. "Ideology & No End: Sorne Personal History". Encounter, - - - 1967. The Levittowers. Nueva York: Pantheon.
40(4), pp. 84-87. Garbett, G. Kingsley. 1970. "The Analysis. of Social Situations". Man, 5, pp. 214-
Finley, M. l. 1977. "The Ancient City: From Fuste! de Coulanges to Max Weber 227.
. and Beyond". Comparative Studies in Society and History, 19, pp. 305-327. Garfinkel. Harold. 1967. Studies in Ethnomethodology. Englewood Cliff-s, Nueva
F1rth, Raymond. 1951. Elements of Social Organization. Londres: Watts. Jersey: Prentice-Hall.
- - - 1954. "Social Organization and Social Change". ] ournal of the Royal Gearing, Frederick O. 1970. The Face of the Fox. Chicago: Aldine.
Anthropological Institute, 84, pp. 1-20. Geertz, Clifford. 1965. The Social History of an lndonesian Town. Cambridge,
- - - 1955. "Sorne Principies of Social Organization". ]ournal of the Royal Massachusetts: MIT Press.
Anthropological Institute, 85, pp. 1-18. - - - 1967. "Po1itics Past, Politics Present: Sorne Notes on the Contribution
Firth, Raymond, Jane Hubert y Anthony Forge. 1969. Families and Their Re- of Anthropology to the Study of New States". Archives Européennes de Socio-
latives. Londres: Routledge and Kegan Paul. logie, 8, pp. 1-14.
Fischer, Claude S. 1972. "Urbanism. as a Way of Life: A Review and an Agenda". - - - 1972. "Deep Play: Notes on the Balinese Cockfight". Daedalus, 101,
Sociological Methods and Research, I, pp. 187-242. pp. 1-37.
- - - 1975. "Toward a Subcultural Theory of Urbanism". American ]ournal Gellner, Ernest. 1974. Legitimation of Belief. Londres: Cambridge University
of Sociology, 80, pp. 1319-1341. Press.
Fischer, John L. 1975. "The Individual as a Crucial Locus of Culture", en Gerholm, Tomas. 1977. Market~ Mosque~ and Mafraj. Stockholm Studies in Social
Thomas R. Williams, compilador: Socialization and Communication in Primary Anthropology, núm. 5. Estocolmo: Departamento de Antropología Social de la
Groups. La Haya: Mouton. · Universidad de Estocolmo.
Fischer, Sethard. 1962. "Coiiliil.unity-Power Studies: A Critique". Social Research, Gerlach, Luther P. 1970. "Corporate Groups and Movement Networks in Urban
- 29, pp. 449-466. America". Anthropological Quarterly, 43, pp. 123-145.
Fortes, Meyer. 1953. "The Structure of Unilineal Descent Groups". American Ger1ach, Luther P., y Virginia H. Hine. 1970a. People, Power~ Change. India-
Anthropologist, 55, pp. 17-41. nápolis: Bobbs-Merrill.
Fosbrooke, Henry. 1977. "From Lusaka to Salisbury, 1956-1960". African Social - - - 1970b. "The Social Organization of a Movement of Revolutionary Change:
Research, 24, pp. 319-325. Case Study, Black Power", en Norman E. Whitten, Jr., y John F. Szwed, com-
Foster, George M. 1953. "What is Folk Culture?" American Anthropologist, 55, piladores: Afro-American Anthropology. Nueva York: Free Press.
pp. 159-173. Gl~r, Barney G., y Anselm L. Strauss. 1964. "Awareness Contexts and Social

Fo~ter,. ~eorge M., y Robert V. Kemper, compiladores. 1974. Anthropologists Interaction". American Sociological Review, 29, pp. 669-679.
zn Cztzes. Boston: Little Brown. - - - 1967. The Discovery of Grounded Theory. Chicago: Aldine.
Fox, Richard G. 1972. "Rationale and Romance in Urban Anthropology". Urban Gluckman, Max. 1940. "Analysis of a Social Situation in Modern Zululand".
Anthropology, 1, pp. 205-233. Bantu Studies, 14, pp. 1-30, 147-174.
- - 1977. Urban Anthropology. Englewood Cliffs, Nueva Jersey: Prentice-Hall. - - - 1945. "The Seven Year Research Plan of the Rhodes-Livingstone lnsti-
Fox, Robin. 1973. Encounter with Anthropology. Nueva York: Harcourt Brace tute". Rhodes-Livingstone ]ournal, 4, pp. 1-32.
J ovanovich. - - - 1955. The judicial Process among the Barotse of Northern Rhodesia.
Frankenberg, Ronald. 1966. Communities in Britain. Harmondsworth: Penguin. Manchester: Manchester University Press.
- - 1968. "The Beginning of Anthropology: The Challenge of the New Africa - - - 1961a. "Ethnographic Data in British Social Anthropology". Sociological
to the Sociological Study of Smale-Scale Process". Proceedings of the Vlllth Review, Nueva Escocia, 9, pp. 5-17.
Congress of Anthropological and Ethrnological Sciences, 2, pp. 7!-77. - - - 196lb. "Anthropological Problems Ariaing from the African Industrial
366 BIBLIOGRAFIA BIBLIOGRAFIA 367

Revolution", en Aidan Southall, compilador: Social Change in Modern Africa. Gonos, George. 1977. "Situations versus Frame: The Interactionist and the
Londres: Oxford University Press. Structuralist Analysis of Everyday Life". American Sociological Review, 42,
- - - 1962. "Les Rites de Passage", en Max Gluck.man, compilador: Essays on pp. 854-867.
the Ritual of Social Relations. Manchester: Manchester University Press. Goodenough, Ward H. 1971. Culture, Language, and Society. Reading, Mas-
- - - l963a. Order and Rebellion in Tribal Africa. Londres: Cohen &: West. sachusetts: Addison-Wesley.
- - 1963b. "Gossip and Scandal". Current Anthropology, 4, pp. 307-316. Goody, Jack. 1977. The Domestication of the Savage Mind. Londres: Cambridge
- - - 1965. The Ideas in Barotse ]urisprudence. New Haven: Yale University University Press.
Press. Goody, Jack, e Ivor P. Watt. 1963. "The Consequences of Literacy". Comparative
- - - 1968a. "The Utility of the Equilibrium Model in the Study of Social Studies in Society and History, 5, pp. 304-345.
Change". American Anthropologist, 70, pp. 219-237. Gould, Harold A. 1965. "Lucknow Rickshawallas: The Social Organization of
- - - 1968b. "Psychological, Sociological and Anthropological Explanations of an Occupational Category". lnternational ]ournal of Comparative Sociology,
'Vitchcraft and Gossip: A Clarification". Man, 3, pp. 20-34. G, pp. 24-47.
- - - 1971. "Tribalism, Ruralism and Urbanism in South and Central Africa", Gouldncr, Alyin W. 1970. The Coming Crisis of Western Sociology. Nueva York:
en Victor Turner, compilador: Profiles of Change. Cambridge: Cambridge Basic Books.
University Press. Gramsci, Antonio. 1971. Selections from the Prison Notebooks. Londres: Law-
- - - 1974. "Report from the Field" (misiva). New York Review of Books, no- rence and Wishart.
viembre 28, pp. 43-44. Granovetter, Mark S. 1973. "The Strength of Weak Ties". American ]ournal
Goffman, Erving. 1952. "On Cooling the Mark Out: Sorne Aspects of Adaptation, of Sociology, 78, pp. 1360-1380.
to Failure". Psychiatry, 15, pp. 451-463. Gregersen, Bo., compilador. 1975. Om Goffman. Copenhague: Hans Reitzel.
- - - 1955. "On Face-Work: An Analysis of Ritual Elements in Social lnter- Grillo, Ralph. 1973. Af,·ican Railwaymen. Londres: Cambridge University Press.
actions". Psyclziatry, 18, pp. 213-231. Grunebaum, G. E. von. 1955. "The Structure of the Muslim Town". American
- - - 1956a. "The Nature of Deference and Demeanor". American Anthro- Anthropologist, 57 (2, parte 2), pp. 141-158.
pologist, 58, pp. 473-502. Gugler, Josef, y William G. Flanagan. 1977. "On the Political Economy of
- - - 1956b. "Embarrassment and Social Organization". American ]ournal t f Urbanization in the Third vVorld: The Case of West Africa". International
Sociology, 62, pp. 264-274. ]ournal of U1·ban and Regional Research, 1, pp. 272-292.
- - - 1959. The Presentation of Self in Everyday Life. Garden City, Nueva Gulick, John. 1963. "Urban Anthropology: Its Present and Future". Transactiom
York: DoubledayfAnchor Books. (La editorial Amorrortu -Buenos Aires- of the New York Academy of Sciences, ser. 11, 25, pp. 445-458.
tenía anunciada su publicación en español. Debe de estar a la venta ya.) - - - 1969. "Village and City: Cultural Continuities in Twentieth Century
[Editor.] Middle Eastern Cultures", en Ira M. Lapidus, compilador: .l'J.iddle Eastern
- - - 1961a. Asylums. Garden City, Nueva York: Doubleday /Anchor Books. Cities. Berkeley y Los Ángeles: University of California Press.
(Traducción al español: Erving Goffman: Internados; Amorrortu Editores, Gutkind, Peter C. W. 1968. "Urban Anthropology: Creative Pionner of Com-
Buenos Aires.) parative Modern Social Anthropology - The African Case"- Proceedings of
- - - 1961b. Encounters. Indianápolis: Bobbs-Merrill. the VIIIth·· Congress of Anthropological and Ethnological Sciences, 2, pági-
- - - 1963a. Stigma. Englewood Cliffs, Nueva Jersey: Prentice-Hall. (La editorial nas 77-81.
Amorrortu había anunciado su publicación en español. Debe de estar a la - - - 1969. "The Social Researcher in the Context of African National Develop-
venta ya.) [Editor.] ment: Reflections on an Encounter", en Frances Henry y Satish Saberwal,
- - - 1963b. Behavior in Public Places. Nueya York: Free Press. compiladores: Stress and Response in Fieldworh. Nueva York: Holt, Rinehart
- - - 1964. "The Neglected Situation". American Anthropologist, 66 (6, par- a nd Winston.
te 2), pp. 133-136. - · - 1974. Urban Anthropology. Assen: Van Gorcum.
1967. Interaction Ritual. Chicago: Aldine. Gutnova, Eugenia V. 1968. "Levitsky's Artisanal Theory in England", en John
- - - 1969. Strategic Interaction. Filadelfia: University of Pennsylvania Press. F. Benton, compilador: Town Origins. Lexington, Massachusetts: Heath.
- - - 1971. Relations in Public. Nueva York: Basic Books. (Traducción al es- Hall, J. A. 1977. "Sincerity and Politics: 'Existencialists' vs. Goffman and Proust".
pañol: Erving Goffman, Relaciones en público; Alianza Editorial, Madrid.) Sociological Review, 25, pp. 535-550.
Goldkind, Victor. 1970. "Anthropologists, Infonnants and the Achievement of Handelman, Don, y Bruce Kapferer. 1972. "Forms of Joking Activity: A Com-
Power in Chan Kom". Sociologus, 20, pp. 17-41. parative Approach". American Anthropologist, 74, pp. 484-517.
368 BIBLIOGRAFIA BIBLIOGRAFIA 369

Hannerz, Ulf. 1967. "Gossip, Network.s and Culture in a Black American Ghetto.". Horwarth, Ronald J. 1969. "In Search of a Theory of Urbanization: Notes on
Ethnos, 32, pp. 35-60. the Colonial City". East Lakes Geographer, 5, pp. 69-82.
- - - 1968. "The Rhetoric of Soul: Identification in Negro Society". Race, Hoselitz, Bert. F. 1955. "Generative and Parasitic Cities". Economic Develop-
9, pp. 453-465. ment and Cultural Change, 3, pp. 278-294.
- - - 1969. Soulside. Nueva York: Columbia University Press. Hughes, Everett C. 1958. Men and Their Work. Glencoe, Illinois: Free Press.
- - - 1971. "The Study of Afro-American Cultural Dynamics". Southwestern - - - 1961. Students' Culture and Perspectives. Lawrence: University of Kansas
]ournal of Anthropology, 27, pp. 181-200. Law School.
- - - 1973. "The Great Chernichewski". Current Anthropology, 14, p. 172. - - - 1969. "Robert E. Park.", en Timothy Raison, compilador: The Founding
- - - 1974a. Caymanian Politics. Stockholm Studies in Social Anthropology, l. Fathers of Social Science. Harmondsworth: Penguin.
Estocolmo: Departamento de Antropología Social, Universidad de Estocolmo. - - 1971. The Sociological Eye. Chicago: Aldine.
- - - 1974b. "Ethnicity and Opportunity in Urban America", en Abner Cohen, Humphreys, Laud. 1970. Tearoom Trade. Chicago: Aldine.
compilador: Urban Ethnicity (ASA 12). Londres: Tavistock. Hunter, Floyd. 1953. Community Power Structure. Chapel Hill: University of
- - - 1976. "Methods in an African Urban Study". Ethnos, 41, pp. 68-98. N orth Carolina Press.
- - - 1978. "Problems in the Analysis of Urban Cultural Organization", en Ibn Khaldun. (Véase Jaldún, lbn.)
Joyce Aschenbrenner y Lloyd Collins, compiladores: Processes of Urbanism.
Jackson, Brian. 1968. Working Class Community. Londres: Routledge &: Kegan
La Haya: Mouton.
Paul.
Hansen, Edward C. 1974. "From Political Association to Public Tavern: Two
Jacobs, Jane. 1961. The Death and Life of Great American Cities. Nueva York.:
Phases of Urbanization in Rural Catalonia (Spain)". Annals of the New York
Vintage Books.
Acad~my of Sciences, 220, pp. 509-521.
- - - 1969. The Economy of Cities. Nueva York: Random House.
Harries-Jones, Peter. 1975. Freedom and Labour. Oxford: Blackwell.
Jacobson, David. 1971. "Mobility, Continuity, and Urban Social Organization".
- - - 1977. "'A House Should Have a Ceiling': Unintended Consequences of
Man, 6, pp. 630-644.
Development Planning in Zambia", en Sandra Wallman, compiladora: Per-
Jaldún, lbn (lbn Khaldun. Véase la nota de la p. 103). The Muqaddimah,
ceptíons of Development. Cambridge: Cambridge University Press.
Princeton, Nueva Jersey: Princeton University Press.
Harris, Chauncy D. 1943. "A Functional Classification of Cities in the United
States". Geographical Review, 33, pp. 86-99. Jameson, Fredric. 1976. "On Goffman's Frame Analysis". Theory and Society,
Hárris, Marvin. 1956. Town and Country in Brazil. Nueva York: Columbia Uni- 3, pp. 119-133.
versi ty Press. Janowitz, Morris. 1952. The Community Press in an Urban Setting. Chicago:
- - - 1959. "The Economy Has No Surplus?" American Anthropologist, 61, University of Chicago Press.
pp. 185-199. J ayawardena, Chandra. 1968. "ldeology and Conflict in Lower Class Communi-
Harvey, David. 1973. Social ]ustice and the City. Londres: Edward Arnold. ties". Comparative Studies in Society and History, 10, pp. 413-446.
Hauser, Philip M. 1965. "Observations on the Urban-Folk and Urban-Rural Jefferson, Mark.. 1939. "The Law and the Primate City". Geographical Review,
Dichotomies as Forms of Western Ethnocentrism", en Philip M. Hauser J 29, pp. 226-232.
Leo F. Schnore, compiladores: The Study of Urbanization. Nueva York.: Wiley. Johnsen, Tim. 1970. "The Extended Case Method tek.nik.k eller teori?"
Henderson, Ian. 1975. "Early African Leadership: The Copperbelt Disturbances Tidssltrift for samfunnsforskning, 11, pp. 314-332.
of 1935 and 1940". ]ournal of Southem African Studies, 2, pp. 83-97. Johnson, E. A. J. 1970. The Organization of Space in Developing Countries.
Hepworth, Mike. 1975. Blackmail. Londres: Routledge &: Kegan Paul. Cambridge, Massachusetts: Harvard University Press.
Henkovits, Me1ville J. 1951. Man and His Works. Nueva York: Knopf. (Tra- Johnson, Sheila K. 1971. Jdle Heaven. Berkeley y Los Angeles: Univenity of
ducción al español: M. J. Herskovits: El hombre y sus obras; Fondo de Cultura California Press.
Económica, México.) Jones, G. l. 1963. The Trading States of tlíe Oil Rivers. Londres: Oxford Uni-
Holleman, J. F., y S. Biesheuvel. 1973. White Mine Workers in Northern Rho- versity Press.
desía 1959-1960. Leiden: Afrik.a-Studiecentrum. Kapferer, Bruce. 1966. The Population of a Zambian Municipal Toumship.
Hook.er, James R. 1963. "The Anthropologists' Frontier: The Last Phase of Lusaka: Institute for Social Research, Communication núm. l.
African Exploitation". ]ournal of Modem 4frican Studies, l, pp. 455-459. - - - 1969. "Norms and the Manipulation of Relationships in a Work Con-
Horton, Robin. 1967. "African Traditional Thought and Western Science". text", en J. C1yde Mitchell, compilador: Social N etworlu in Urban Situations.
Africa, 37, pp. 50-7.1, 155-187. Manchester: Manchester University Presa.
370 BTBLIOGRAFIA BIBLIOGRAFlA

Kapfercr, Brucc. 1972. Strategy and Transaction in an African Factory. Manches- logical Sodety ProE:eedings, número 2. Athens, Georgia: University of Georgia
ter: Manchester University Press. Press.
- - - 197~. "Social Network and Conjuga! Role in Urban Zambia: Towards - - - 1972. "Urban Anthropology and Urban Studies''. Urban Anthtropology
a Reformulation of the Bott Hypothesis", en Jeremy Boissevain y J. Clyde Newsletter, 1(1), pp. 4-5.
Mitchell, compiladores: Network Analysis. La Haya: Mouton. Lelyveld, Joseph. 1970. "Kishan Babu", en William Mangin, compilador: Peasants
- - - 1976. "Conflict ami Process in a Zambian Mine Community", en Myron in Cities. Boston: Houghton Mifflin.
J. Aronoff, compilador: Freedom and Constraint. Assen: Van Gorcum. Lemann, Nicholas. 1978. "Survival Networks: Staying in Washington". Washing-
Keil, Charles. 1966. Urban Blues. Chicago: University of Chicago Press. ton Monthly, 10(4), pp. 22-32.
Keiser, R. Lincoln, 1969. The Vice Lords. Nueva York: Holt, Rinehart and Lerner, Daniel. 1958. The Passing of Traditional Society. Nueva York: Free Press.
Winston. Lewis, Osear. 1951. Life in a Mexican Village. Urbana: University of Illinois
Keniston, Kenneth. 1971. Youth and Dissent. Nueva York: Harcourt Brace Jova- Press.
novich. - - - 1965. "Further Observations on the Folk-Urban Continuum and Urbaniza-
Khaldun, Ibn. (Véase Jaldún, Ibn.) tion with Special Reference to Mexico City", en Philip M. Hauser y Leo F.
King, Anthony D. 1974. "The Languagc of Colot1ial Urbanization". Sociology, 8, Schnore, compiladores: The Study of Urbanization. Nueva York: Wiley
pp. 81-IIO. - - - 1966. La Vida. Nueva York: Random House.
- - - 1976. Colonial Urban Development. Londres: Routledge & Kegan Paul. Linsky, Arnold S. 1965. "Sorne Generalizations Concerning Primate Cities".
Klockars, Carl B. 1974. The Professional Fence. Nueva York: Free Press. Annals of the Association of American Geographers, 55, pp. 506-513.
Kornblum, William. 1974. Blue Collar Community. Chicago: University of Chicago Linton, Ralph. 1936. The Study of Man. Nueva York: Appleton-Century-Crofts.
Press. (Traducción al español: R. Linton: Estudio del hombre; Fondo de Cultura
Kornhauser, William. 1962. "Social Bases of Political Commitment: A Study of Económica; México.)
Liberals and Radicals", en Arnold M. Rose, compilador: Human Behavior Little, Kenneth. 1965. West African Urbanization. Cambridge: Cambridge Uni-
and Social Processes. Bastan: Houghton Mifflin. versi ty Press.
Krapf-Askari, Eva. 1969. Yoruba Towns and Cities. Londres: Oxford University Lloyd, Peter C. 1973. "The Yoruba: An Urban People?", en Aidan Southall,
Press. compilador: Urban Anthropology. Nueva York: Oxford University Press.
Kroeber, A. L. 1948. Anthropology. Nueva York: Harcourt, Brace. Lockwood, David. 1966. "Sources of Variation in Working-Class Images of So-
Kuhn, Thomas S. 1962. The Structure of Scientific Revolutions. Chicago: Uni- ciety". Sociological Review, 14, pp. 249-267.
versity of Chicago Press. (Traducción al español: T. S. Kuhn: La estructura Lofland, John F. 1970a. "Morals Are the Message: The Work of Erving Go.ff-
de las revoluciones científicas; Fondo de Cultura Económica, México.) man". Psychiatry & Social Science Review, 4(9), pp. 17-19.
Kuper, Adam. 1973. Anthropologists and Anthropology. Londres: Allen Lane. - - - 1970b. "Interactionist Imagery and Analytic lnterruptus", en Tamotsu
Kuper, Leo. 1969. "Plural Societies: Perspectives and Problems", en Leo Kuper Shibutani, compilador: Human Nature and Collective Behavior. Englewood
y M. G. Smith, compiladores: Pluralism in Africa. Berkeley y Los Ángeles: Cliffs, Nueva Jersey: Prentice-Hall. ,
University of California Press. Lofland, Lyn H. 1973. A World of Strangers. Nueva York: Basic Books.
La Fontaine, J. S. 1970. City Politics. Londres: Cambridge University Press. London, Bruce, y William G. Flanagan. 1976. "Comparative Urban Ecology:
Lamont, Barbara. 1975. City People. Nueva York: Macmillan. A Summary of the Field", en John Walton y Louis H. Masotti, compiladores:
Leach, E. R. 1967. "An Anthropologist's Reflections on a Social Survey", en Tlze City in Comparative Perspective. Nueva York: HalstedjWiley.
D. G. Jongmans y P. C. W. Gutkind, compiladores: Anthropologists in the
Long, Norton E. 1958. "The Local Community asan Ecology of Games". American
Field. Nueva York: Humanities Press. ]ournal of Sociology, 64, pp. 251-261.
Leacock, Eleanor B., compiladora. 1971. The Culture of Poverty: A Critique.
López, Robert S. 1963. "The Crossroads within the Wall", en Osear Handlin
Nueva York: Simon and Schuster.
y John Burchard, compiladores: The Historian and the City. Cambridge,
Lee, Nancy Howell. 1969. The Search for an Abortionist. Chicago: University of
Massachusetts: MIT Press y Harvard University Press.
Chicago Press.
- - - 1976. The Commercial Revolution of the Middle Ages, 950-1350. Cam-
Leeds, Anthony. 1964. "Brazilian Careers and Social Structurc: A Case History bridge: Cambridge University Press.
and a Model". American Anthropologist, 66, pp. 1321-1347.
Luckmann, Thomas, y Peter Berger. 1964. "Social Mobility and Personal Identity".
- - - 1968. "The Anthropology of Cities: Sorne Methodological Issues", en
.Archives Européennes de Sociologie, 5, pp. ~~1-~4~.
Elizabeth M. Eddy, compilarlora: Urban Anthropology. Southern Anthropo-
372 BIBLIOGRAFIA BIBLIOGRAFlA 373
Lupri, Eugen. 1967. "The Rural-Urban Variable Reconsidered: The Cross-- J. Knox, J. W. Mann y K. A. Heard, compiladores: Problems of Transition.
Cultural Perspective". Sociología Ruralis, 7, pp. 1-20. Pietermaritzburg: University of Natal Press.
Lyman, Stanford M. 197~. "Civilization: Contents, Discontents, Malcontents'~. McGee, T. G. 1964. "The Rural-Urban Continuum Debate: The Preindustrial
Contemporary Sociology, 2, pp. ~60-~66. City ami Rural-Urban Migration". Pacific Viewpoint, 5, pp. 159-181.
Lynch, Kevin. 1960. The Image of the City. Cambridge, Massachusetts: MIT - - - 1971. The Urbanization Process in the Third World. Londres: Bell.
Press. Mclntosh, Mary. 1975. The Organization of Crime. Londres: Macmillan.
Mabogunje, Akin L. 1962. Yoruba Towns. lbadan: Ibadan University Press. McKenzie, Roderick D. 1968. On Human Ecology (edición e "Introducción" a
MacDonald, John S., y Leatrice D. MacDonald. 1962. "Urbanisation, Ethnic cargo de Amos Hawley). Chicago: University of Chicago Press.
Groups, and Social Segmentation". Social Research, 29, pp. 4~~-448. McLuhan, Marshall. 1965. Understanding Media. Nueva York: McGraw-Hill.
- - - 1964. "Chain Migration, Ethnic Neighborhood Formation, and Social Net- Mead, George H. 1967. Mind, Self, and Society. Chicago: University of Chicago
works". Millbank Memorial Fund Quarterly, 42, pp. 82-97. Press.
Madge, John. 1962. The Origins of Scientific Sociology. Nueva York: Free Press. Meillassoux, Claude. 1968. Urbanization of an African Community. Seattle: Uni-
Magubane, Bernard. 1968. "Crisis in African Sociology". East Africa ]ournal, Ycrsity of Washington Press. .
5(12), pp. 21-40. l\Ierton, Robert K. 1957. Social Theory and Social Structure. Glencoe, Illinois:
- - - 1969. "Pluralism and Conflict Situations in Africa, A New Look". African Free Press. (Traducción al español: R. K. Merton: Teoría· y estructura sociales;
Social Research, 7, pp. 529-554. Fondo de Cultura Económica, México.)
- - - 1971. "A Critica! Look at Indices Used in the Study of Social Change in 2\fcssinger, Sheldon L., Harold Sampson y Robert D. Towne, 1962. "Life as
Colonial Africa". Current Anthropology, 12, pp. 419-4~1. Theater: Sorne Notes on the Dramaturgic Approach to Social Reality". Socio-
- - - 1973. "The Xhosa in Town, Revisited Urban Social Anthropology: A metry, 25, pp. 98-110.
Failure of Method and Theory". American Anthropologist, 75, pp. 1701-1715. l\Iiddleton, John. 1966. The Effect of Economic Development on Traditional
Mannheim, Karl. 1936. Ideology and Utopia. Nueva York: Harcourt, Brace. Political Systems in Africa South of the Sahara. La Haya: Mouton.
Manning, Peter K. 1973. "Review of Relations in Public". Sociological Quarterly, :i\liles, S. W. 1958. "An Urban Type: Extended Boundary Towns". Southwestern
14, pp. 135-137. .fournal of Anthropology, 14, pp. 339-351.
- - - 1976. "The Decline of Civility: A Comment on Erving Goffman's Socio- l\Iilgram, Stanley. 1969. "Interdisciplinary Thinking and the Small World Pro-
logy". Canadian Review of Sociology and Anthropology, 13, pp. 13-25. blem", en Muzafer Sherif y Carolyn W. Sherif, compiladores: Interdisciplinary
Marx, Karl. 1973. Grundrisse. Nueva York: VintagefRandom House. (Traducción Uelationships in the Social Sciences. Chicago: Aldine.
al español: C. Marx: Grundrisse. Lineamientos fundamentales para la crítica - - - 1970. "The Experience of Living in Cities: A Psychological Analysis".
de la economía política [2 vols.]; Fondo de Cultura Económica [colección Science, 167, pp. 1461-1468.
Obras fundamentales de Marx y Engels], México.) :i\'lills, C. Wright. 1961. The Sociological Imagination. Nueva York: Grove Press.
:\Iarx, Karl, y Friedrich Engels. 1970. The German ldeology [La ideología ale- (Traducción al español: C. W. Milis: La imaginación sociológica; fondo de
mana]. Londres: Lawrence and Wishart. Cultura Econé>mica, México.)
Matthews, Fred H. 1977. Quest for an American Sociology: Robert E. Park and :\Jiner, Horace. 1952. "The Folk-Urban Continuum". American Sociological Re-
the Chicago School. Montreal: McGill-Queen's University Press. ;·•iew, 17, pp. 529-537.
Matza, David. 1969. Becoming Dcviant. Englewood Cliffs, Nueva Jersey: Prentice- - - - 1953. The Primitive City of Timbuctoo. Princeton, Nueva Jersey: Prince-
Hall. ton University Press.
Mauss, Marcel. 1967. The Gift. Nueva York: Norton. l\Iintz, Sidney W. 1953. "The Folk-Urban Continuum and the Rural Proletarian
Mayer, Adrian C. 1966. "The Significance of Quasi-Groups in the Study of Community". American ]ournal of Sociology, 59, pp. 136-143.
Complex Societies", en Michael Banton, compilador: The Social Anthropology - - - 1954. "On Redfield and Foster". American Anthropologist, 56, pp. 87-92.
of Complex Societies (ASA 4). Londres: Tavistock. '.\fitchell, J. Clyde: 1956a. The Kalela Dance. Rhodes-Livingstone Papers, núm. 27,
Mayer, Philip. 1961. Townsmen or Tribesmen. Ciudad del Cabo: Oxford Uni- l\fanchester: Manchester University Press.
versity Press. - - - 1956b. The Yao Village. Manchester: Manchester University Press.
- - - 1962. "Migrancy and the Study of Africans in Towns". American Anthro- - - - 1956c. "Urbanization, Detribalization and Stabilization in Southern Africa:
pologist, 64, pp. 576-592. A Problem of Definition and Measurement", en Social lmplications of Indus-
- - 1964. "Labour Migrancy and the Social Network", en J. F. Holleman, trialization and Urbanization in Africa South of thoe Sahara. París: Unesco.
374- BffiLIOGRAFIA BIBLIOGRAFlA 375
Mitchell, J. Clide. 1957. "Aspects of African Marriage on the Copperbelt of North- dental versus Oriental City", en Paul Meadows y Ephraim H. Mizruchi, com-
ern Rhodesia". Rhodes-Livingstone ]ournal, 22, pp. 1-30. piladores: Urbanism, Urbanization, and Change. Reading, Massachusetts: Adis-
- - - 1961. "Social Change and the Stability of African Marriage in Northern son-Wesley.
Rhodesia", en Aidan Southall, compilador: Social Change in 1vlodern Africa. Nair, Kannan K. 1972. Politics and Society in South Eastern Nigeria 1841-1906.
Londres: Oxford University Press. Londres: Cass.
- - - 1964. "Foreword", en Jaap van Velsen: Tlze Politics of Kinship. Man- 1'\akamura, H. 1968. "Urban Ward Associations in Japan", en R. E. Pahl, com-
chester: Manchester University Press. pilador: Readings in Urban Sociology. Oxford: Pergamon.
- - - 1966a. "Aspects of Occupational Prestige in a Plural Society", en P. C. Nakane, Chie. 1970. ]apanese Society. Berkeley y Los Ángeles: University of
Lloyd, compilador: The New Elites of Tropical Africa. Londres: Oxford Uni- California Press.
versity Press. Ncwton, Esther. 1972. Mother Camp. Englewood Cliffs, Nueva Jersey: Prentice-
- - - 1966b. "Theoretical Orientations in African Urban Studies", en Michael Hall. ·
Banton, compilador: The Social Anthropology of Complex Societies (ASA 4). Dliver-Smith, Anthony. 1977. "Traditional Agriculture, Central Places, and Post-
Londres: Tavistock. disaster Urban Relocation in Peru". American Ethnologist, 4, pp. 102-116.
- - - 1969a. "Urbanization, Detribalization, Stubilization and Urban Commit- Orans, l\fartin. 1966. "Surplus". Human Organization, 25, pp. 24-32.
ment in Southern Africa: 1968", en Paul Meadows y Ephraim H. Mizruchir Ottenberg, Simon. 1971. Reseña de "J. Clyde Mitchell, editor, Social Networlu
compiladores: Urbanism~ Urbanization, and Change. Reading, ~fassachusctts: in Urban Situations." American Anthropologist, 73, pp. 946-948.
Addison-\Vesley. J.>ahl, R. E. 1966. "The Rural-Urban Continuum". Sociologia Ruralis, 6, pp. 299-
- - - 1969b. "The Concept and Use of Social Networks", en J. Clyde Mitchelt 327.
compilador: Social Networks in Urban Situations. l\fanchester: Manchester - - - 1967. "The Rural-Urban Continuum. A Reply to Eugen Lupri". Socio-
University Press. logia Ruralis, 7, pp. 21-28.
- - - 1973a. "Distance, Transportation, and Urban Involvement in Zambia .. J>aine, Roberts. 1963. "Entrepreneurial Activity without its Profits", en Fredrik
en Aidan Southall, compilador: Urban Anthropology. Nueva York: Oxford Barth, compilador: The Role of the Entrepreneur in Social Change in Northr
University Press. ern Norway. Bergen y Oslo: Norwegian Universities Press.
- - - 1973b. "Networks, Norms and Institutions", en Jeremy Boissevain y 1966. "A Critique of the Methodology of Roben Redfield: 'Folk Cul-
J. Clyde Mitchell, compiladores: Networks Analysis. La Haya: Mouton. ture' and Other Concepts". Ethnos, 31, pp. 161-172.
- - - 1974a. "Perceptions of Ethnicity and Ethnic Behaviour: An Empírica} - - - 1967. "What is Gossip About? An Alternative Hypothesjs". 1\fan, :!,
Exploration", en Abner Cohen, compilador: Urban Ethnicity (ASA 12). Lon- pp. 278-285.
dres: Tavistock. - - - 1968. "Gossip and Transaction". Man, 3, pp. 305-308.
- - - 1974b. "Social Networks", en Annual Review of Anthropology, núm. 3. - - - 1969. "In Search of Friendship: An Exploratory Analysis in Middle-Class
Palo Alto, California: Annual Reviews. Culture". Man, 4, pp. 505-524.
- - - 1977. "The Shadow of Federation, 1952-1955". African Social Researclz,. - - - 1970. "Informal Communication and Information-Management". Canadian
24, pp. 309-318. Review of Sociology and Anthropology, 7, pp. 172-188.
Mitchell, J. Clyde, y A. L. Epstein. 1959. "Occupational Prestige and Social Park, Roben E. 1950. Race and Culture. Glencoe, Illinois: Free Press.
Status Among Urban Africans in Northern Rhodesia". Africa, 29, pp. 22-40. 1952. Human Communities. Glencoe, Illinois: Free Press.
Mommsen, Wolfgang J. 1977. The Age of Bureaucracy. Nueva York: Harper - - - 1955. Society. Glencoe, Illinois: Free Press.
& Row. - - - 1967. On Social Control and Collective Behavior (edición e introducción
Morris, Colin. 1973. The Discovery of the Individual: 1050-1200. Nueva York:- a cargo de Ralph H. Turner): Chicago: University of Chicago Press.
Harper & Row. - - - 1972. The Crowd and the Public and Other Essays (edición e introduc-
Morris, R. N. 1968. Urban Sociology. Londres: Allen & Unwin. ción a cargo de Henry Elsner, Jr.). Chicago: University of Chicago Press.
Mumford, Lewis. 1961. TM City in History. Nueva York: Harcourt, Brace. Park, Roben E., Ernest W. Burgess y Roderick D. McKenzie. 1967. The City.
Mungham, Geoff, y Geoff Pearson, compiladores. 1976. Working-Class Youth Chicago: University of Chicago Press. (Primera edición, 1925.)
Culture. Londres: Routledge & Kegan Paul. Parkin, Frank. 1972. Class Inequality and Political Order. Londres: Paladín.
Murphey, Rhoads. 1954. "The City as a Center of Change: Western Europe Patrick, James. 1973-. A Glasgow Gang Observed. Londres: Eyre Methuen.
and China". Annals of the Association of American Geographers, 44, pp.349-362. Pauw, B. A. 1963. The Second Gennation. Ciudad del Cabo: Oxford Univeraity
Murvar, Vatro. 1969. "Sorne Tentative Modification of Weber's Typology: Occi- Press.
BIBLIOGRAFIA BIBLIOGRAFlA 377
376
Pearson, Harry W. 1957. "The Economy Has No Surplus", en Karl Polanyi, Redfield, Robert, 1930. Tepoztlan, a Mexican Village. Chicago: University of
Conrad M. Arensberg y Harry W. Pearson, compiladores: Trade and Market Chicago Press.
in the Earley Empires. Glencoc, Illinois: Free Press. - - - 1941. The Folk Culture of Yucatan. Chicago: University of Chicago Press.
Perinbanayagam, R. S. 1974. "The Definition of the Situation: An Analysis. (Traducción al español: R. Redfield: Yucatán: una cultura de transición;
of the Ethnomethodological and Dramaturgical View". Sociological Quarterly,. Fondo de Cultura Económica, México. Agotado.)
- - 1947. "The Folk Society". American ]ournal of Sociology, 41, pp. 293-308.
15, pp. 521-541.
Perrings, Charles. 1977. "Consciousness, Conflict and Proletarization: An Assess- - - - 1953. The Primitive World and its Transformations. Ithaca, Nueva York:
ment of the 1935 ~fineworkers' Strike on the Northem Rhodesian Copperbelt". Cornell University Press. (Traducción al español: R. Redfield, El mundo
]ournal of Southern African Studies, 4, pp. 31-51. primitivo y sus transformaciones; Fondo de Cultura Económica, México.)
Pilcher, William W. 1972. The Portland Longshoremen. Nueva York: Holt,. - - - 1955. The Little Community. Chicago: University of Chicago Press.
- - - 1962. Human Nature and the Study of Society (publicado por Margaret
Rinehart, and Winston.
Park Redfield). Chicago: University of Chicago Press.
Pirenne, Henri. 1952. AJedieval Cities. Princeton, Nueva Jersey: Princeton Uni-
Redfield, Robert, y Milton Singer. 1954. "The Cultural Role of Cities". Eco-
versity Press.
nomic Development and Cultural Change, 3, pp. 5~-73.
Plath, David W. 1964. The After Hours. Berkeley y Los Ángeles: University of
Reina, Rubén E. 1973. Paraná. Austin: University of Texas Press.
California Press.
Reiss, Albert J., Jr. 1955. "An Analysis of Urban Phenomena", en Robert
Pleck, Elizabeth H. 1976. "Two Worlds in One: \York and Family". ]oumal
M. Fisher, compilador: The }.,fetropolis in Modem Life. Garden City, Nueva
of Social History, 10, pp. 178-195.
York: Doubleday.
Plotnicov, Leonard. 1964. "Nativism in Contemporary Nigeria". Anthropologtca[
Reitman, Ben L. 1975. Sister of the Road. Nueva York: Harper & Row. (Pri-
Quarterly, 37, pp. 121-137. mera edición, 1937.)
- - - 1967. Strangers to the City. Pittsburgh: University of Pittsburgh Press.
Richards, Audrey l. 1939. Land, Labour and Diet in Northern Rhodesia. Lon-
- - - 1973. "Anthropological Field Work in Modern and Locál Urbau Con-
dres: Oxford University Press.
texts". Urban Anthropology, 2, pp. 248-264. - - - 1977. "The Rhodes-Livingstone Institute: An Experiment in Research,
Pocock, David F. 1960. "Sociologies: Urban and Rural". Contributions to Indiarr 1933-38". African Social Research, 24, pp. 275-278.
Sociology, 4, pp. 63-81. Riesman, Paul. 1977. Freedom in Fulani Social Life. Chicago: University of
Polanyi, Karl. 1957a. The Great Transformation. Boston: Beacon Press. Chicago Press.
- - - 1957b. "The Economy as Instituted Process", en Karl Polanyi, Conrad Riviere, P. G. 1967. "The Honour of Sánchez". 1\lan, 2, pp. 569-583.
M. Arensberg y Harry W. Pearson, compiladores: Trade and Market in the- Roberts, Bryan R. 1973. Organizing Strangers. Austin: University of Texas Press.
Early Empires. Glencoe, Illinois: Free Press. - - - 1976. "The Provincial Urban System and thc Process of Dependency",
Portes, Alejandro, y Harley L. Browning, compiladores: 1976. Current Perspec- en Alejandro Portes y Harley L. Browning, compiladores: Current Perspectives
tives in Latin American Urban Research. Austin: Institutc of Latin American in Latin American Urban Research. Austin: Institute of Latin American
Studies, University of Texas. Studies, University of Texas.
Powdermaker, Hortense. 1962. Copper Town. Nueva York: Harper & Row. Rollwagen, Jack R. 1972. "A Comparative Framcwork for the Investigation of
- - - 1966. Stranger and Friend. Nueva York: Norton. the City-as-Context: A Discussion of the Mexican Case". Urban Anthropology,
Price, John A. 1973. "Holism Through Team Ethnography". Human Relations, 1, pp. 68-86.
26, pp. 155-170. Rollwagen, Jack R., compilador: "The City as Context: A Symposium". Urban
Raban, Jonathan. 1974. Soft City. Londres: Hamish Hamilton. Anthropology, 4, pp. 1-72.
Rainwater, Lee. 1966. "Work and Identity in the Lower Class", en Sam Bass Rorig, Fritz. 1971. The Medieval Town. Berkeley y Los Ángeles: University of
Warner, Jr., compilador: Planning for a Nation of Cities. Cambridge, Massachu- California Press.
setts: MIT Press. Rossi, Peter H. 1960. "Power and Community Structure". Midwest ]ournal of
Rakove, Milton. 1975. Don't Make No Waves, Don't Back No Losers. Blooming- Political Science, 4, pp. 390-401.
ton: Indiana University Press. Rubinstein, Jonathan. 1973. City Po/ice. Nueva York: Farrar, Straus and Giroux.
Ranger, T. O. 1975. Dance and Society in Eastern Africa. Londres: Heinemann. Saberwal, Satish. 1972. "Status, Mobility, and Networks in a Punjabi Industrial
Rayfield, J. R. 1974. "Theories of Urbanization and the Colonial City in West Town", en Satish Saberwal, compilador: Beyond thoe Village. Simia: Indian
Aírica". Africa, 44, pp. 163-185. Institute of Advanced Studies.
BIBLIOGRAFIA 379
378 BIBLIOGRAFIA
Sjoberg, Gideon. 1960. The Preindustrial City. Nueva York: Free Presa.
Salaman, Graeme. 1971. "Two Occupational Communities: Examples of a Re- - - - 1964. "The Rural-Urban Dimension in Preindustrial, Transitional, and
markable Convergence of Work and Non-Work". Sociological Review, 19. Industrial Societies", en Robert E. L. Faris, compilador; Handbook of Modern
pp. 389-407. Sociology. Chicago: Rand McNally.
- - - 1974. Community and Occupation. Londres: Cambridge University Press. - - - 1965. "Theory and Research in Urban Sociology", en Philip M. Hauser
Sanders, Ed. 1972. The Family. Nueva York: Avon. y Leo Schnore, compiladores: The Study of Urbanization. Nueva York: Wiley.
Sapir, Edward. 1924. "Culture, Genuine and Spurious". American ]ournal of Skinner, William G. 1964-1965. "Marketing and Social Structure in Rural Chica".
Sociology, 29, pp. ·101-429. ]ournal of Asian Studies, 24, pp. 3-43, 195-228, 363-399.
Scheff, Thomas J. 1967. "Toward a Sociological Model of Consensus". American Smigel, Erwin 0., compilador. 1963. Work and Leisure. New Haven, Connecticut:
Sociological Review, 32, pp. 32-46. College and University Press.
Schneider, Peter, Jane Schneider y Edward Hansen. 1972. ":Modernization and Smith, Carol A. 1974. "Economics of Marketing Systems: Models from Economic
Development: The Role of Regional Elites and Noncorporate Groups in the Geograp:1.y". Annual Review of Anthropology, núm. 3. Palo Alto, California:
European Mediterranean". Comparative Studies in Society and History, 14, Annual Reviews.
pp. 328-350. - - - 1975. "Examining Stratification Systems through Peasant Marketing Arran-
Schnore, Leo F. 1965. "On the Spatial Structure of Cities in the Two Americas", gements; An Application of Sorne Models from Economic Geography". Man,
en Philip M. Hauser y Leo F. Schnore, compiladores: The Study of Urbaniza- 10, pp. 95-112.
tion. Nueva York: Wiley. Smith, Carol A., compiladora. 1976. Regional Analysis (vol. 1: "Economic Sys-
Schwab, William B., y Stanford M. Lyman. 1968. "Accounts". American Socio-
tems"; vol. II: "Social Systems"). Nueva York: Academic Press.
logical Review, 33, pp. 46-62.
Smith, Raymond T. 1967. "Social Stratification. Cultural Pluralism, and Integra-
Seabrook, Jeremy. 1967. Th.e Unprivileged. Londres: Longmans.
tion in West Indian Societies", en Sybil Lewis y Thomas G. Mathews, com-
Sennett, Richard, compilador. 1969. Classic Essays on the Culture of Cities.
piladores: Caribbean Integration. Río Pedras, Puerto Rico: Institute of Carib-
Englewood Cliffs, Nueva Jersey: Prentice-Hall.
bean Studies.
Sennett, Richard. 1977. The Fall of Public Man. Nueva York: Knopf.
Smith, Robert H. T. 1965. "Method and Purpose in Functional Town Classifi-
Service, Elman R. 1975. Origins of the State and Civilization. Nueva York:
cation". Annals of the Association of American Geographers, 55, pp. 539-548.
Norton.
Smith, Robert J. 1973. "Town and City in Pre-Modern Japan: Small Families,
Shack, William A. 1972. "Urban Anthropology and the Study of Complex So-
cieties". Urban Anthropology Newsletter, 1(1), pp. 5-6. Small Households, and Residential Instability", en Aidan Southall, compila-
Shaw, Clifford R. 1930. The ]ack-Roller. Chicago: University of Chicago Press. dor; Urban Anthoropology. Nueva York: Oxford University Press.
Shils, Edward. 1975. Center and Periphery. Chicago: University of Chicago Press. Southall, Aidan. 1959. "An Operational Theory of Role". Human Relations, 12,
Short, James F., Jr., compilador. 1971. The Social Fabric of the ~Metropolis. pp. 17-34.
Chicago: University of Chicago Press. - - - 1961. "Introductory Summary", en Aidan Southall, compilador: Social
Short, James F., Jr., y Fred L. Strodbeck. 1965. Group Process and Gang Delin- Change in Modern Africa. Londres: Oxford University Prcss.
quency. Chicago: University of Chicago Press. Southall, Aidan, compilador. 1973a. Urban Anthropology. Nueva York: Oxford
Silverman, Sydel F. 1966. "An Ethnographic Approach to Social Stratification: U niversi :y Press.
Prestige in a Central Italian Community". American Anthropologist, 68, - - - 197~\b. "The Density of Role-Relationships as a Universal Index of Urba-
pp. 899-921. nintion", en Urban Anthropology.
- - - 1975. Three Bells of Civilization. Nueva York: Columbia University Press. Spearpoint, F. 1937. "The African Native and the Rhodesian Copper Mines".
.Simmel, Georg. 1950. "The Metropolis and Mental Life", en Kurt H. Wolff, ]ournal of the Royal African Society, 36(154), "Supplement", 1-58.
compilador: The Sociology of Georg Simmel. Glencoe, Illinois: Free Press. Spradley, James P. 1970. You Owe Yourself a Drunk. Boston: Little, Brown.
- - - 1955. Conflict & The JVeb of Group-Affiliations. Glencoe, Illinois: Free - - - 1972. "Adaptive Strategies of Urban Nomads: The Ethnoscience of Tramp
Press. Culture", en Thomas Weaver y Douglas \.Yhite, compiladores: The Anthro-
Sjoberg, Gideon. 1952. "Folk and Feudal Societies". American ]ournal of Socio- pology of Urban Environments. The Society for Applied Anthropology Mono-
logy, 58, pp. 231-239. graph Series, núm. 11.
- - - 1959. "Comparative Urban Sociology", en Robert K. Merton, Leonard Spradley, James P., y Brenda J. Mann. 1975. The Cocktail Waitress. Nueva York:
Broom y Leonard S. Cotrrell, compiladores; Sociology Today. Nueva York: \Viley.
Easic Books.
380 BIBLIOGRAFIA BIBtiOGRAFIA 381

Stein, Maurice R. 1960. The Eclipse of Community. Princeton: Princeton Uni- Travers, Jeffrey, y Stanley Milgram. 1969. "An Experimental Study of the Small
versity Press. World Problem". Sociometry, 32, pp. 425-443.
Steward, Julian H. 1950. Area Research. Nueva York: Social Science Research Trigger, Bruce. 1972. "Determinants of Urban Growth in Preindustrial Societies",
Council. en Peter J. Ucko, Ruth Tringham y G. W. Dimbleby, compiladores: Man,
Steward, Charles T., Jr. 1958. "The Urban-Rural Dichotomy: Concepts and Settlement and Urbanism. Londres: Duckworth.
Uses". American ]ournal of Sociology, 64, pp. 152-158. Trilling, Lionel. 1972. Sincerity and Authenticity. Cambridge, Massachusetts:
Stone, Gregory P. 1954. "City Shoppers and Urban ldentification: Observations Harvard University Press.
on the Social Psychology of City Life". American ]ournal of Sociology, 60~ Tsuru, Shigeto. 1963. "The Economic Significance of Cities", en Osear Handlin
pp. 3645. y John Buchard, compiladores: The Historian and the City. Cambridge, :\Ias-
Strauss, Anselm L. 1961. Images of the American City. Nueva York: Free Press. sachusetts: MIT Press.
Suttles, Gerald D. 1968. The Social Order of the Slum. Chicago: Uni\·crsity of Turner, Bryan S. 1974. Weber and Islam. Londres: Routledge & Kegan Paul.
Chicago Press. Turner, Víctor W. 1957. Schism and Continuity in an African Society. Man-
- - - 1970. "Friendship as a Social Institution", en Gcorge J. McCall, compi- chester: Manchester University Press.
lador: Social Relationships. Chicago: Aldine. - - - 1969. The Ritual Process. Chicago: Aldine.
- - - 1976. "Urban Ethnography: Situational and Normative Accounts", en Uzzell, J. Douglas, y Ronald Provencher. 1976. Urban Anthropology. Dubuque,
Annual Review of Sociology, núm. 2. Palo Alto, California: Annual Review~. Iowa: Wm. C. Brown.
Symmons-Symonolewicz, Konstantin. 1968. "The Polish Peasant in Europe and Valentine, Charles A. 1968. Culture and Poverty. Chicago: University of Chicago
America: Its First Half-a-Century of Intellectual History (1918-1968)". Polish Press.
Review, 13(2), pp. 14-27. Vatuk, Sylvia. 1972. Kinship and Urbanization. Berkcley y Los Ángeles: Uni-
Tax, Sol. 1939. "Culture and Civilization in Guatemalan Societies". Scientific versity of California Press.
Monthly, 48, pp. 463467. Velsen, J. van. 1961. "Labour l\Iigration as a Positive Factor in the Continuity
- - - 1941. "World View and Social Relations in Guatemala". American Anthro- of Tonga Tribal Society", en Aidan Southall, compilador: Social Change in
pologist, 43, pp. 27-42. Modern Africa. Londres: Oxford University Press.
Taylor, Laurie. 1968. "Erving Goffman". New Society, 12, pp. 835-837. - - - 1964. The Politics of Kinship. Manchester: Manchester University Press.
Teeffelen, T. van. 1978. "The Manchester School in Africa anq Israel: A Cri- - - - 1967. "The Extended-Case M ethod and Situational Analysis", en A. L.
tiqtJe". Dialectical Anthrropology, 3, pp. 67-83. Epstein, compilador: The Craft of Social Anthropology. Londres: Tavistock.
Tenbruck, F. H. 1965. "Formal Sociology", en Lewis A Coser, compilador: - - - 1975. "Urban Squatters: Problem or Solution", en David Parkin, com-
Georg Simmel. Englewood Cliffs, Nueva Jersey: Prentice-Hall. pilador: Town and Country in Central and Eastern Africa. Londres: Oxford
Thernstrom, Stephan. 1965. "Yankee City Revisited: The Perils of Historical University Press.
Naiveté". American Sociological Review, 30, pp. 234-242. Vincent, Joan. 1974. "The Changing Role of Small Towns in the Agrarian
- - - 1973. The Other Bostonians. Cambridge, Massachusetts: Harvard Uni- Structure of East Africa". ]ournal of Commonwealth and Comparative Politics,
versity Press. 12, pp. 261-275.
Thomas, William l. 1909. Sottrce Book for Social Origins. Chicago: University Volkart, Edmund H., compilador. 1951. Social Behavior and Personality. Nueva
of Chicago Press. York; Social Science Research Council.
- - - 1937. Primitive Behavior. Nueva York: McGraw-Hill. Wallace, Anthony F. C. 1961. Culture and Personality. Nueva York: Random
- - - 1966. On Social Organization and Social Personality (edición e intro- House. (Traducción al español: A. F. C. Wallace: Cultura y personalidad;
ducción a cargo de Morris Janowitz). Chicago: University of Chicago Press. Editorial Paidós [Biblioteca del Hombre Contemporáneo, 90], Buenos Aires.)
Thomas, William 1., y Florian Znaniecki. 1918-1920. Tlze Polish Pcasant itt Walton, John. 1976a. "Political Economy of World Urban Systems: Directions
Europe and America. for Comparative Research", en John Walton y Louis H. Massotti, compila-
Thrasher, Frederic M. 1963. The Gang. Chicago: University of Chicago Pres'5, dores: The City in Comparative Perspective. Nueva York: John Wiley.
(Primera edición, 1927.) - - - 1976b. "Community Power and the Retreat from Politics: Full Circle
Thrupp, Sylvia L. 1961. "The Creativity of Cities". Comparative Studies in after Twenty Years?" Social Problems, 23, pp. 292-303.
Society and History, 4, pp. 53-64. Watson, Jeanne, y Robert J. Potter. 1962. "An Análytic Unit for the Study of
Toffler, Alvin. 1970. Future Shock. Nueva York: Random House. Interaction". Human Relations, 15, pp. 245-263.
382 BIBLIOGRAFIA BIBLIOGRAFlA 383

\Vatson, William. 1958. Tribal Cohesion in a Money Economy. Manchester: Wilson, Godfrey y Monica. 1945. The Analysis of Social Change. Cambridge:
Manchester UniYersity Press. Cambridge University Press.
1960. "The Managerial Spiralist". Twentieth Century, 7, pp. 413-418. Wilson, Monica. 1977. "The First Three Years, 1938-41". African Social Researclt,
- - - 1964. "Social Mobility and Social Class in Industrial Communities", en 24, pp. 279-283.
Wirth, Louis. 1938. "Urbanism as a Way of Life". American ]ournal of Socio-
:\Iax Gluckman, compilador: Closed Systems and Open M inds. Edimburgo y
logy, 44, pp. 1-21.
Londrc<;: Oliver & Boyd.
1956. The Ghetto. Chicago: University of Chicago Press. (Primera edi-
\\reaver, Thomas, y Douglas Vv'hite, compiladores. 1972. The Anthropology of
ción, 1928.)
Urban Environments. Washington, D. C.: Society for Applied Anthropology.
- - - 1964a. On Cities and Social Life (edición e introducción a cargo de
\rebber, Melviu M. 1964. "The Urban Place and the Nonplace Urban Realm",
Albert J. Reiss, Jr.). Chicago: University of Chicago Press.
en Melvin M. v\'cbber, compilador: Explorations into Urban Structure. Fila-
- - - 1964b. "Rural-Urban Differences", en Albert J. Reiss, Jr., compilador:
delfia: University of Pennsylvania Press.
Louis Wirth on Cities and Social Life. Chicago: University of Chicago Press.
\\'cber, Max. 1958. The City. Nueva York: Free Press.
Wolf, Eric R. 1966. "Kinship, Friendship, and Patron-Client Relations in Com-
\\'heatley, Paul. 1963. "What the Greatness of a City Is Said To Be". Pacific plex Socicties", en Michael Banton, compilador: The Social Anthropology of
Viewpoint, 4, pp. 163-188. Complex Societies (ASA 4). Londres: Tavistock.
- - - 1970. "The Significance of Traditional Yoruba Urhanism". Comparative Wolfe, Alvin \V. 1963. "The African Mineral Industry: Evolution of a Supra-
Studies in Society and History, 12, pp . .393-423. national Level of Integration". Social Problems, 11, pp. 153-164.
- - - 1971. The Pivot of the Four Quarters. Edimburgo: Edinburgh Univer- - - - 1978. "The Rise of Network Thinking in Anthropology". Social ¡..:et-
sity Press. works, 1, pp. 53-64. ,
- - - 1972. "The Concept of Urbanism", en Peter J. Ucko, Ruth Tringham Wolfe, Tom. 1970. Radical Chic & Mau-Mauing the Flak Catchers. Nneva York:
y G. \V. Bimbleby, compiladores: Man, Settlement and Urbanism. Londres: Farrar, Straus & Giroux. (Traducción al español: T. Wolfe: La izquierda
Duckworth. exquisita y maumayando al parachoques; Editorial Anagrama, Barcelona.)
\Vhite, C. M. N. 1977. "Interregna 1955-56 and 1960-62". African Social Research, - - - 1976. A1auve Gloves & Madmen, Clutter & Vine. Nueva York: Farrar,
24, pp. 327-329. Straus & Giroux.
\Vhite, Morton y Lucia. 1962. The Intellectual versus the City. Cambridge, Massa- Wright, Rolland H. 1971. "The Stranger Mentality and the Culture of Poverty",
chusetts: Harvard University Press. en Eleanor Burke Leacock, compiladora: The Culture of Poverty: A Critique.
\Vhitten, Norman E., Jr. 1970. "Network Analysis and Processes of Adaptation Nueva York: Simon & Schuster.
among Ecuatorian and Nova Scotian Negroes", en Morris Freilich, compiladOl': Young, Kimball. 1962-1963. "Contributions of \Villiam Issac Thomas to Socio-
!1Jarginal Natives. Nueva York: H2.rper & Row. logy". Sociology and Social Research, 47, pp. 3-24, 123-137.
\Vhitten, Norman E., Jr., y Alvin W. Wolfe. 1973. "Network Analysis", en Young, T. R. 1971. "The Politics of Sociology: Gouldner, Goffman, and Gar-
John J. Honigmann, compilador: Handbook of Social and Cultural Anthro- finkel". American Sociologist, 6, pp. 276-281.
pology. Chicago: Rand McNally. Zorbaugh, Harvey W. 1929. The Gold Coast and the Slum. Chicago: University
\Vhyte, \Villiam F. 1943. Street Corner Society. Chicago: University of Chicago of Chicago Press.
Press.
· \Vhyte, William H., Jr. 1957. The Organization Man. Garden City, Nueva York.:
Anchor Books. (Traducción al español: W. H. Whyte: El hombre organiza-
ción; Fondo de Cultura Económica, México.)
\Villiamson, Henry. 1965. Hustler! (edición a cargo de R. Lincoln Keiser). Garden
City, Nueva York: Doubleday.
\Vilson, Godfrey. 1941. An Essay on the Economics of Detribalization in Northem
Rhodesia, Part J. Rhodes-Livingstone Papers, núm. 5. Livingstone: Rhodes--
Livingstone Institute.
- - - 1942. An Essay on the Economics of Detribalization in Northem Rho-
desia, Parte II. Rhodes-Livingstone Papers, núm. 6. Livingstone: Rhodes-Living-
stone Institute.
lNDICE

Reconocimientos 7

l. La educación de un antropólogo urbano 11


II. Etnógrafos de Chicago . 29
El principio: Thomas y Park . 31
U na visión del urbanismo . 34
Como las plantas: el orden espacial de la ciudad 38
Los estudios de Chicago como antropología 41
Los "hoboes" y la "hobohemia" 43
Las 1 313 pandillas . 48
El barrio judío en Europa y en Estados Unidos 53
Panorama del Lower North Side . 57
Bailar para comer 63
La escuela de Chicago en retrospectiva 67
III. En busca de la ciudad . 73
El dominio de la dicotomía 78
El urbanismo de Wirth. Rasgos, presupuestos, puntos débiles 80
Etnocentrismo, tradiciones culturales y unidad del urbanismo 88
Las ciudades en la sociedad. Perspectivas históricas . 92
Lugares centrales y lugares especiales: perspectivas geográficas 107
Diversidad y accesibilidad . 115
IV. Perspectiva desde el Copperbelt . 138
Destribualización en Broken Hill . 144
Max Gluckman y la escuela de Manchester 149
Estudios de casos ampliados, análisis situacional y la danza kalela 152
Veinticinco años de política en Luanshya . 157
"Un urbícola africano es un urbícola ... " 162
Conceptualización de las relaciones y las situaciones 163
Determinantes externos y los límites de la ingenuidad 166
El vínculo entre la ciudad y el campo 169
Información personal y normas públicas. Reconsideración de las
relaciones 171
Etnicidad, atributos discriminatorios de papeles y vida urbana 174
Los antropólogos del Rhodes-Livingstone y la situación colonial 179
V. Pensar en redes . 188
Los inicios en Bremnes . 188

385
386 lNDICE

La red y el matrimonio según Bott 190


Rojos y escuelas . 193
Conseguir votos . 195
El análisis de red, las estructuras complejas y las nuevas perspec-
ti vas 197
Variables en el análisis de red 201
U sos y limitaciones . 206
El rumor: chisme y red 212
Mau-mauando al parachoques 216
Accesibilidad, pequeños mundos y conciencia de red 218
Redes de poder . 223
La ciudad : red de redes 227 Se terminó de imprimir este libro el día
VI. La ciudad como teatro: cuentos de Goffman 229 10 de diciembre de 1993 en los talleres de
La perspectiva dramatúrgica . 231 Gráficas Ortega, Avda. Valdelaparra, 35
Poi. Ind. de Alcobendas, Madrid.
Sociologías de sinceridad y engaño 236
Instituciones totales . 242 Se tiraron 2.000 ejemplares
Mezcla: normalidad y alarma 245
Goffman, urbanismo y el yo . 249
Segmentalidad y autopresentación 260
VII. Conclusión: la construcción de las ciudades y las vidas urbanas 272
Antropología de los dominios, la ciudad blanda y modos de existen-
cia urbana . 276
Un ejemplo: la etnografía de la vecindad 292
Fluidez de la vida urbana . 300
Creación de papeles . 308
Organización social del significado 312
Las ciudades como conjuntos . 330
Reflexiones: traba jo de campo en la . ciudad 342

Apéndice: Conceptos analíticos en exploración de la ciudad 351

Bibliografía . 358
FONDO DE CULTURA.ECONOMICA

Vía de los Poblados, s/n.


Edificio lndubuilding, 4-15
28033 MADRID

You might also like