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PREVENTIVO
DEFENSA POLICIAL Y ACONDICIONAMIENTO
FÍSICO
1. Acondicionamiento físico
1.1. Conceptos básicos: entrenamiento, educación física y deporte
Entrenamiento: Es un proceso psicopedagógico y planificado, basado en el conocimiento
científico y empírico, que busca crear condiciones favorables para el progreso del atleta
mediante el uso de los ejercicios corporales, la preparación mental y la educación del atleta
en aspectos técnicos y tácticos.
Desarrollo histórico.
La primera mitad del siglo XX se caracterizó por el uso de cargas de entrenamiento bajas y
pocas competencias. Las técnicas de entrenamiento no tenían fundamento científico, el
trabajo se organizaba solamente a partir de las experiencias prácticas, no se consideraba
necesario el entrenamiento diario y este se iniciaba tan solo unas semanas antes de la
competencia. Durante esta etapa la Unión Soviética y los otros países del bloque socialista
trasladaron al campo del deporte los principios filosóficos de su modelo político, entre ellos
la importancia de la planificación en la ejecución de los programas de trabajo. Al final del
periodo se habían establecido las bases de la organización de la temporada deportiva, la
sistematización de los métodos de entrenamiento y se reconoció la importancia de la
preparación general del deportista.
A mediados del siglo XX el deporte comienza a llamar la atención de disciplinas como la
psicología, la medicina y la fisiología entre otras. Es durante esta época que el
entrenamiento deportivo adquiere sustento científico gracias a los trabajos del ruso L. P.
Matveiev, que proponía un proceso objetivo de planificación del entrenamiento, y a los
avances en la comprensión del funcionamiento interno del cuerpo humano. Al final de esta
época se concreta la profesionalización del deporte y se incorporan profesiones
especializadas al proceso de entrenamiento.
La introducción y masificación de nuevas tecnologías, durante los últimos 20 años del siglo
XX y los primeros años del siglo XXI, extendieron la profesionalización del deporte a
estratos sociales para los cuales era previamente inaccesible. Durante este periodo
aumentan la competividad, las demandas por un mejor desempeño y la cantidad de
entrenadores dedicados a esta actividad a tiempo completo. Las ciencias del deporte se
especializan, evolucionan y adoptan una perspectiva integrada que considera al deportista
como una unidad compleja compuesta de múltiples sistemas, complejos e interrelacionados.
Los entrenadores deben considerar los principios fundamentales del entrenamiento, las
múltiples facetas del proceso (físicas, técnicas, tácticas y mentales), considerar los
diferentes métodos y medios disponibles para desencadenar las adaptaciones deseadas,
elaborar planes detallados para lograr el rendimiento óptimo en los momentos precisos y
evaluar los resultados obtenidos para ajustar los programas en las siguientes temporadas y a
lo largo de la carrera del atleta.
Combate el sedentarismo,
Impulsa a una vida activa,
Enseña a aprovechar el tiempo libre,
Mejora la autoestima,
Estimula el trabajo en equipo,
Aumenta la creatividad y la capacidad afectiva,
Disminuye la ansiedad, el estrés, la agresividad y la depresión.
Además, enseña a desarrollar algunos valores de suma importancia en el día a día del ser
humano como, como la tolerancia, el respeto, la comprensión y la responsabilidad.
Deporte: Es una actividad reglamentada, normalmente de carácter competitivo, que puede
mejorar la condición física de quien lo practica, y además tiene propiedades que lo
diferencian del juego.
La Real Academia Española, en su Diccionario de la lengua española, define deporte
como «una actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone
entrenamiento y sujeción a normas»; también, en una segunda acepción, más amplia,
como «recreación, pasatiempo, placer o ejercicio físico, por lo común al aire libre».
Por otra parte, la Carta Europea del deporte lo define como: «Todas las formas de
actividades físicas que mediante una participación organizada o no, tienen como
objetivo la expresión o la mejora de la condición física y psíquica, el desarrollo de las
relaciones sociales o la obtención de resultados en competición de todos los niveles».
Institucionalmente, para que una actividad sea considerada deporte, debe estar avalada por
estructuras administrativas y de control que se encargan de reglamentarlo (las
organizaciones deportivas). El hecho de que alguna actividad no esté reconocida
institucionalmente como deporte, no impide que pueda estarlo popularmente, como ocurre
con el deporte rural o con los deportes alternativos.
La mayoría de las definiciones de deporte lo definen como «actividad física», pero existen
actividades de bajo o nulo ejercicio físico que son consideradas como deportes por
asociaciones como el COI, por ejemplo el ajedrez, o el tiro deportivo, por pensarse que la
concentración y habilidades mentales necesarias para destacar en ellas requieren una buena
forma física. Por el contrario, existen actividades físicas extenuantes que no son un deporte,
por no cumplir con otros elementos de la definición.
Así mismo, de acuerdo con el Comité Olímpico Internacional, la práctica del deporte es un
derecho humano, y uno de los principios fundamentales del Olimpismo es que «toda
persona debe tener la posibilidad de practicar deporte sin discriminación de ningún tipo y
dentro del espíritu olímpico, que exige comprensión mutua, solidaridad y espíritu de
amistad y de juego limpio».
Ejercicios de calentamiento:
Nuestro calentamiento sugerido dura unos 10 minutos. Gracias a este ejercicio, la
probabilidad de padecer una lesión durante el ejercicio es significativamente bajo, y tus
posibilidades durante la tracción serán muchos mejores. Los músculos calentados son más
eficientes.
Posición inicial:
Posición inicial:
Nos tumbamos sobre la espalda, elevamos las piernas a unos 15 cm del suelo.
Ejercicio:
Posición inicial:
Desprender simultáneamente los brazos y las piernas del suelo y los aguantamos
arriba por 1 segundo.
Repetimos 20 veces.
6. Rotación de brazos
Posición inicial:
Posición inicial:
Posición como el anterior ejercicio, los brazos levantados a la altura del hombro.
Ejercicio:
Posición inicial:
Los medios del entrenamiento deportivo –ejercicios físicos– pueden ser convencionalmente
divididos en cuatro grupos: de preparación general, auxiliares, de preparación especial y de
competición.
Los ejercicios de preparación general sirven para el desarrollo funcional universal de todo
el organismo del deportista. Pueden tanto corresponder a las peculiaridades del deporte
escogido, como estar en una determinada contradicción con éstas (durante la educación
física armónica y plurifacética).
Los ejercicios auxiliares (semiespeciales) presuponen unas acciones motrices que crean un
fundamento especial para el posterior perfeccionamiento en tal o cual actividad deportiva.
Los ejercicios de preparación especial ocupan un lugar principal en el sistema de
entrenamiento de los deportistas cualificados y abarcan el círculo de medios que incluyen
elementos de la actividad competitiva y acciones cercanas a ésta en su forma, estructura y
también en el carácter de las cualidades manifestadas y la actividad de los sistemas
funcionales del organismo.
Los ejercicios de competición presuponen la ejecución de un complejo de acciones
motrices que son el objeto de la especialización deportiva de acuerdo con las reglas
existentes de las competiciones. Los ejercicios de competición se caracterizan por una serie
de parámetros. En primer lugar, durante su ejecución se logran resultados altos y récords; se
determina el nivel máximo de las posibilidades adaptativas del organismo del deportista
que se logra como resultado de la utilización en su preparación de ejercicios de preparación
general, auxiliares y de preparación especial. En segundo lugar, los propiamente dichos
ejercicios competitivos pueden ser considerados como modelos más cómodos y objetivos
de las posibilidades de reserva del deportista (Laputin, 1986).
¿Qué es la preparación física?
La preparación física prepara al deportista para la disciplina que practica. Son ejercicios
que desarrollan las cualidades físicas y, gracias a ello, optimizan el rendimiento.
Además, contribuye a prevenir lesiones y a la recuperación.
La preparación física se clasifica en 2 grandes tipos:
Importante: Coloque una carga correspondiente a una cuarta parte de su peso (1/2 en
hombres). Por ejemplo, si pesa 60 kg, puede levantar 15 kg. Atención, esta indicación es
orientativa, ajuste la carga en función de su condición física y su estado de forma.
Opción 2: Dominada en barra fija
Agarra la barra en supinación (con las palmas de las manos hacia arriba), eleva el cuerpo
acercando el mentón a la barra. Mantén el cuerpo en posición firme para proteger las
lumbares (procure no arquearse).
Todos los deportistas necesitan desarrollar su fuerza física, incluso cuando se trata de
deportes en los que no existe el contacto físico, como el atletismo de velocidad: en ese caso,
es importante potenciar la fuerza física de las piernas.
Los ejercicios de fuerza son necesarios tanto para los deportistas como las personas que
quieren mantener su nivel de salud, o bien mejorarlo en el caso de sufrir alguna
enfermedad, herida o lesión: la obesidad, por ejemplo, se previene y se trata con esta clase
de ejercicios, junto con ejercicios cardiovasculares.
A las personas que están convalecientes, luego de haber atravesado alguna clase de
operación o de enfermedad, habitualmente se les recomienda que ganen fuerza por medio
de los ejercicios de este tipo, los cuales deben empezar desde una carga muy baja, incluso
mínima o nula. Cuando se trata de niños o de jóvenes, que todavía están desarrollando sus
músculos, es muy importante que la carga del ejercicio no sea lo suficientemente grande
como para que el cuerpo se sobrecargue y se modifique el normal desarrollo del cuerpo.
El desarrollo de la flexibilidad articular, el desarrollo de la fuerza de los tendones y del
tronco, el desarrollo de los músculos estabilizadores, y el desarrollo multiarticular son las
búsquedas que se hacen por medio de los ejercicios de fuerza y de resistencia.
Ejemplos de ejercicios de fuerza:
1. Curl con barra: levantar una barra desde la altura de la cintura hasta el pecho, con los
brazos flexionados.
2. Sentadilla: Se separan las piernas y se baja, flexionando la rodilla mientras se estiran los
brazos hasta que la cadera queda a la altura de las rodillas.
3. Elevación lateral: Igual a la sentadilla, pero al subir se levanta una pierna estirada hacia
un lado.
4. Extensiones de tríceps con polea: Por medio de los tríceps, se lleva la barra hasta que
toca la parte frontal de los muslos, y hasta que los brazos están completamente extendidos.
5. Press de banca: Acostado en el banco plano, con los pies apoyados sobre el suelo, se
sujeta la barra y se la lleva hasta tocar el pecho.
7. Peso muerto: Se toma la barra desde el piso, y se la lleva a la altura de los muslos. Es
decir que el peso se encuentra en el suelo en la posición inicial.
8. Desplante: Se separan las piernas, y se baja flexionando ambas rodillas para luego
regresar.
9. Press sentado con mancuernas: Se sostiene una mancuerna en cada mano, y se elevan
hasta que se topan por arriba de la cabeza.
10. Dominadas para pectorales: Colocar las manos en las barras preparadas, y descender
por medio de la flexión hasta el menor nivel posible.
11. Press sentado para pectorales: Sentado en una máquina, se empuja hacia delante
ejercitando los pectorales.
12. Fondos: Con las manos apoyadas en un plano, y el cuerpo sostenido en el aire,
flexionar los brazos para descender el cuerpo.
13. Ovalo con mancuernas: Acostado en una banca plana, se realiza un movimiento en
óvalo con las mancuernas, para ejercitar los hombros.
14. Extensión posterior para bíceps: Sostener dos mancuernas y extender los brazos hacia
atrás, moviendo exclusivamente los antebrazos.
15. Dominadas para bíceps: Elevar el cuerpo sostenido a una barra horizontal alta.
1.3.3. Ejercicios de resistencia.
Los ejercicios de resistencia son aquellos que estimulan la capacidad de aguante físico
del cuerpo ante un esfuerzo sostenido, a través tanto de esfuerzos aeróbicos o
anaeróbicos, como de esfuerzos locales (focalizados) o generales (de cuerpo entero).
Se llama resistencia aeróbica a la que maximiza los ritmos de respiración y oxigenación
del cuerpo permitiendo realizar esfuerzos físicos durante largo tiempo. A través de su
ejercitación, se agrandan las capacidades del aparato respiratorio y cardiovascular.
En cambio, la resistencia anaeróbica ocurre en ausencia de suministro de oxígeno al tejido
muscular, a través de esfuerzos de alta intensidad que no deben durar más de tres minutos,
y que potencian la capacidad de respuesta muscular, ralentizando la fatiga. Esta resistencia
puede ser a su vez de dos tipos:
Aláctica. Se ejercita a través de esfuerzos intensos de baja duración (de 0 a 16
segundos) y con presencia casi nula de oxígeno, por lo que la energía se obtiene a
través de otros sustratos energéticos que no generan sustancias de desecho.
Láctica. Se ejercita mediante esfuerzos medios de baja intensidad (de 15 segundos
a 2 minutos), durante los cuales se acude a reservas de energía que producen
sustancias de desecho (ácido láctico) que inducen a una fatiga mucho más rápida.
Algunos ejercicios de resistencia son:
3. Pesas libres. Un ejercicio muy común que se realiza con mancuernas o pesas pequeñas,
barras o mazas, o incluso la combinación de todas ellas. Se obliga a los músculos a lidiar
con el peso extra para incrementar su resistencia y también su potencia (fuerza).
9. Entrenamiento TRX. Se llama así a los ejercicios de suspensión llevados a cabo con
cintas y agarraderas, para emplear el propio peso como carga y fortalecer la resistencia y la
fuerza al mismo tiempo. Requieren sin embargo de un equipo y entrenamiento especial y
no suelen hacerse fuera del gimnasio.
10. Gimnasia artística. Ejercicio anaeróbico de cuerpo entero que exige una buena
resistencia y un buen equilibrio para conservar el ritmo y el balance en medio de las
secuencias de piruetas.
11. Fútbol. Considerado a la vez ejercicio aeróbico y anaeróbico, ya que alterna períodos
de mucha intensidad con el trote sostenido, es quizá uno de los deportes más exigentes en
cuanto a resistencia física que hay. Además, requiere de un número de coparticipantes y
está muy bien valorado culturalmente hoy en día.
12. Tenis. El llamado “deporte blanco” también combina períodos de resistencia aeróbica,
en plena secuencia de desplazamiento, con otras anaeróbicas de intensidad (al golpear la
pelota) que conducen al incremento de la fuerza.
13. Circuitos de ejercicio. Los circuitos son un conjunto de carreras breves y de baja
intensidad, combinadas con flexiones y otro tipo de ejercicios, para crear un ciclo de
respuesta rápida que debe realizarse de manera repetitiva. Son ejercicios sumamente
demandantes desde el punto de vista aeróbico y fomentan la resistencia cardíaca.
14. Yoga. Desdeñado por muchos deportistas de alto impacto, el yoga es una forma
apacible de ejercitar la resistencia y a la vez estirar la musculatura. Dado que emplea
respiraciones frecuentes y lentas en medio de posiciones altamente demandantes, se le
puede considerar un excelente promotor de la resistencia aeróbica y anaeróbica a la vez.
Tipos de flexibilidad
Flexibilidad estática. La persona realiza un estiramiento de músculos y tendones
por sí mismo sin movimiento, en posición fija. Cada elongación debe durar al
menos 20 segundos.
Flexibilidad dinámica. Son ejercicios en movimiento que precisan de un número
mínimo de repeticiones y que van incrementando la fuerza y la intensidad. Se llama
también flexibilidad activa.
Flexibilidad pasiva o asistida, que se utiliza en recuperación tras cirugías o
parálisis, de forma que una persona o máquina sea la que imprima la fuerza desde
fuera.
¿Cuáles son las claves para mantenerse flexible?
La forma preferible de mejorar la flexibilidad es realizar estiramientos específicos
para trabajar y extender el arco de movimiento articular en cada parte del cuerpo.
Los ejercicios de estiramiento funcionan por medio de conseguir que los principales
grupos musculares se relajen de tal manera que puedan ser elongados hasta el
máximo.
Deben realizarse un mínimo de 2 a 3 veces por semana.
Hay que ejecutarlos de una manera conveniente, sin prisas, ya que los movimientos
rápidos son potencialmente perjudiciales, pudiendo producir tirones musculares o
calambres.
Los ejercicios de flexibilidad (stretching) pueden incorporarse a las fases de
calentamiento y/o enfriamiento de las sesiones de ejercicio, o realizarse de forma
independiente en cualquier momento (después del baño, cuando los músculos están
relajados).
¿Cuáles son los beneficios que obtenemos con los estiramientos?
Prevenir las lesiones a través de la coordinación de las diferentes estructuras que
intervienen en el movimiento.
Disminuir el dolor originado por las agujetas del entrenamiento.
Relajar los músculos rígidos y tensos.
Mejorar las técnicas de algunas actividades deportivas.
La flexibilidad se pierde bastante rápido si no se trabaja de forma continua, por eso se
recomienda realizar los ejercicios anteriormente mencionados durante todo el año. Es
importante saber que una disminución de la flexibilidad puede aumentar el riesgo de lesión
durante la práctica deportiva.
Relájese.
Alcance y aguante de 20 a 30 segundos la posición de máxima tensión sin dolor.
Relaje.
1. Cabeza y cuello. Son buenos para gente que trabaja con un ordenador o máquina de
escribir, y pueden realizarse varias veces al día en el mismo lugar de trabajo. Mueva
la cabeza lentamente de lado a lado, y de atrás a adelante evitando las rotaciones o
giros completos.
2. Hombros. Levante uno por uno los brazos hacia el techo.
3. Pecho. Mantenga los brazos rectos y realice pequeños círculos a partir del hombro.
4. Muslos y caderas. Sobre una sola pierna levante el otro pie y sujételo por detrás
con la rodilla flexionada, tirando suavemente con la mano del mismo lado. Repita
con la otra pierna. Probablemente necesite sujetarse en la pared o en una silla con la
otra mano.
5. Gemelos y tobillos. Ponerse de pie a 45-60 cm de frente a una pared, con un pie
delante del otro. Coloque las 2 manos contra la pared y apoye su peso contra la
pared hasta que note tensión en la parte posterior de la pierna trasera. Repetir con la
otra pierna.
6. Lumbares. Acuéstese sobre la espalda con las piernas estiradas. Levante una pierna
con la rodilla flexionada y tire de ella hacia el pecho, la pierna estirada no debe
levantarse del suelo. Repita con la otra pierna.
7. Torsión de espalda. Sentado en el suelo. Pierna derecha estirada. Dobla la
izquierda y pásala por encima de la derecha. Coloca el brazo izquierdo por encima
de la rodilla flexionada y presiona con el codo para hacer una torsión de espalda.
Siente el estiramiento. Repite al otro lado.
8. Sentado. Estira la pierna derecha y flexiona la izquierda llevando el pie hacia la
ingle. Mantén el equilibrio. Inclina el cuerpo hacia delante para intentar tocar los
dedos de los pies. Cambie de pierna.
9. Abductores. Sentado en el suelo. Abre las piernas estiradas lo más que puedas e
inclina el torso hacia delante, sin doblar las rodillas. Estira los brazos e intenta bajar
un poco más.
10. Zancada en sofá. Una pierna se adelanta, como en las zancadas normales, con la
rodilla en 90 grados y la otra está estirada hacia atrás, pero apoyada en un sofá o en
una silla, mantenga el equilibrio y aguante. Cambie de pierna.
11. El puente. Es una postura de yoga y estira columna, pecho, cuello y hombros. Boca
arriba en el suelo con las rodillas flexionadas. Levanta la pelvis y el torso hasta los
hombros. Estira los hombros hacia abajo para que queden bien apoyados en el
suelo. Mirada al techo y brazos estirados y apoyados en el suelo.
12. Isquiotibiales. De pie con una pierna delante de la otra, con las manos en la rodilla
delantera. Extienda por completo la rodilla trasera hasta que sienta tensión en la
musculatura isquiotibial (parte posterior del muslo) de la pierna trasera. Repita con
la otra pierna delante. De pie con una pierna delante de la otra, flexione las rodillas
y coloque ambas manos en la rodilla delantera. Échese suavemente hacia adelante
colocando el peso en la rodilla delantera. Repita con la otra pierna adelante.
1.3.5. Ejercicios de velocidad.
La velocidad es la capacidad de realizar acciones motrices con máxima intensidad en el
menor tiempo posible.
Los ejercicios de velocidad son aquellos que maximizan la capacidad de respuesta
explosiva del cuerpo (aceleración), en especial de las extremidades inferiores, de cara a
un esfuerzo inmediato y sostenido (velocidad) como pueden ser la carrera o el trote.
El incremento de la rapidez es un cometido común entre los atletas, sobre todo los
corredores profesionales, que se proponen recorrer una cantidad cada vez mayor de
distancia en un período menor de tiempo transcurrido.
Esto es particularmente cierto para las artes marciales, además, donde la velocidad va de la
mano con la agilidad general y el balance.
Por esta razón se recomienda siempre, antes de proceder a ejercitar la velocidad, realizar
una rutina completa de calentamiento que ponga a tono el organismo antes de exigirle su
máximo rendimiento.
Lo más conveniente es que hagas un plan a corto plazo y que vayas logrando metas
concretas con pasos firmes. Ya sea que te inscribas en un gimnasio, o que decidas hacer una
rutina de ejercicios en casa, lo más importante es que identifiques las partes de tu cuerpo
que quieres mejorar y tonificar y le dedique el tiempo a cada una de esas zonas.
Ejemplos de rutinas:
Para pectorales.
Esta rutina de entrenamiento es útil si tú estás queriendo desarrollar el área de tu pecho.
Trabaja los músculos pectorales superiores, inferiores, internos y externos.
Para hombros
Utiliza esta rutina de entrenamiento si estás buscando ensanchar tus hombros. Trabaja los
músculos deltoides frontales, externos y posteriores.
El ejercicio con mancuernas Vuelos para Deltoides Posteriores trabajará tus músculos
deltoides posteriores mientras que los Vuelos Frontales trabajarán tus músculos deltoides
frontales.
Para brazos
La utilización de esta rutina de entrenamiento te ayudará a fortalecer los músculos de tus
brazos. La rutina trabaja los bíceps, tríceps y los músculos de los antebrazos.
El ejercicio con mancuernas Flexiones de Bíceps Alternadas trabajará tus bíceps mientras
que las Patadas de Burro de Tríceps son buenas para aislar tus tríceps. Las Flexiones de
Muñeca, Palmas Hacia Arriba trabajarán tus antebrazos internos y las Flexiones de
Muñeca, Palmas Hacia Abajo harán lo propio sobre tus antebrazos externos.
– Flexiones de bíceps alternadas, 3 x 8 repeticiones – Patada de burro
de tríceps, 3 x 8 repeticiones
2 x 15 repeticiones 2 x 15 repeticiones
Para abdominales
Utiliza esta rutina de entrenamiento para fortalecer tus músculos abdominales. Trabajará los
músculos abdominales inferiores y superiores, así como también los oblicuos.
Para espalda
Utiliza esta rutina de entrenamiento para fortalecer los músculos de tu espalda. Trabaja la
parte superior de tu espalda, tus lumbares, así como también los dorsales.
Para piernas
Esta rutina será de utilidad si necesitas ejercitar los músculos de tus piernas. Trabajará los
músculos superiores, inferiores e internos de tus muslos, así como tus gemelos.
El ejercicio con mancuernas Estocadas Laterales trabajará tus muslos internos, mientras
que el de Elevación de Punta del Pie trabaja tus músculos gemelos.
Para glúteos
Utiliza esta rutina de entrenamiento para fortalecer tus glúteos.
Agresión y ofensa
La agresión y la ofensa o provocación, son conceptos con elementos comunes pero que
difieren en su esencia y naturaleza. La agresión es una conducta voluntaria, que lesiona o
pone en peligro un bien jurídico, en el cual lo fundamental es la existencia de un riesgo o
peligro de daño o mayor daño o de continuación de daño. La provocación u ofensa es un
acto que por su significado individual o social genera agravio a la persona, pero que en todo
caso es un hecho consumado. La defensa es el escudo que se opone a la injusta agresión.
En el aspecto de los objetos de la agresión tenemos que “así como la agresión puede atacar
cualquier bien lícito, la defensa puede ejercer respecto de todo interés jurídicamente
protegido, sea material o inmaterial, con tal que la defensa sea proporcionada a la magnitud
de la agresión. Pero ha de tratarse de intereses lícitos, esto es, jurídicamente tutelados y no
solo penalmente protegidos; no es aceptable la defensa legítima de intereses ilícitos o
prohibidos por el orden jurídico de una nación.
Racionalidad del medio empleado: Este requisito implica que el medio que se ha
utilizado en la defensa era proporcional al peligro creado por la agresión ilegítima.
No significa que el bien que se dañe haya de ser proporcional al bien que se proteja,
pues tal requisito sólo será necesario en el estado de necesidad. En cambio, en la
legítima defensa, no debe existir proporcionalidad de bienes, pero sí,
proporcionalidad de medios. De esta manera, el medio utilizado para evitar o repeler
la agresión ha de ser proporcional con respecto al medio utilizado para tal agresión.
Además, debe de ser un medio proporcionado “ex ante”, es decir, un medio
previsiblemente eficaz de antemano para detener la agresión.
– Caso del sujeto A, que procede a golpear el coche del sujeto B, y éste último saca un
arma de fuego y le mata. Se trataría de un medio no proporcional, con lo que habría
eximente incompleta.
– Caso del sujeto C, que intenta atracar la farmacia del sujeto D con un arma de fuego, y el
sujeto D, poseedor también de una pistola, mata al atracador C. Entonces, descubre que el
arma que portaba el atracador era una imitación de plástico. Se trataría de un medio
adecuado, debido a que la valoración “ex ante” indicaba que la pistola era de verdad,
aunque “ex post” haya resultado falsa.
Nosotros como profesionales de la seguridad debemos tener muy claro cómo, cuándo y de
qué forma debemos de emplearla.
2.- La fuerza se usará solo en los casos estrictamente necesarios, siempre bajo fines lícitos
marcados por la ley y de forma proporcional. (Uso de la Defensa personal Policial).
3.- Se dispondrá de una gama amplia de medios para que se pueda hacer un uso
diferenciado de la fuerza (Armas no Letales).
4.- Se debe recibir adiestramiento continuado tanto en defensa personal policial, manejo o
uso de armas no letales como de armas letales, entre otros…
Como todos sabemos, casi siempre fallan los puntos 3 y 4, es decir, No se dispone de una
gama amplia de Armas no Letales, que hay muchas y muy apropiadas para usarlas en
intervenciones donde por carecer de ellas se ha pasado de hacer uso de medios no violentos
(Judo verbal), o de una técnica de DPP, al uso de una arma letal teniendo como resultado
un desenlace fatal, tanto para la víctima como para el policía que se ha visto obligado al uso
de la misma.
Como condición previa debemos valorar con quien nos enfrentamos y en qué situación o
tipo de intervención policial nos encontramos. En la mayoría de las situaciones
culminaremos nuestra intervención, cuando sea necesario usar la fuerza, con técnicas de
Defensa Personal Policial (DPP).
Por ello debemos tener muy claro los principios fundamentales de la DPP a la hora de
intervenir.
Las y los Integrantes podrán hacer Uso de la Fuerza en los siguientes niveles:
I. Presencia policial: Es la primera forma de contacto que tienen las o los Integrantes con
la ciudadanía en general. Se manifiesta a través de:
a. El uso adecuado del uniforme;
b. El uso adecuado de equipo (acorde a las circunstancias), y
c. Actitud diligente.
II. Verbalización: Interacción, a través del uso de palabras entre la o el Integrante y la
persona o grupo de personas a intervenir, sin que éstas se resistan a las órdenes que reciben,
con la finalidad de disuadirlos o convencerlos. La verbalización se caracteriza por lo
siguiente:
a. La comunicación oral con la energía necesaria y de términos adecuados;
b. Sea realizada con habilidades de comunicación, y
c. Esté orientada a la persuasión.
La verbalización debe ser utilizada en todos los niveles del Uso de la Fuerza, en la medida
de lo posible, observando el respeto irrestricto a los derechos humanos.
III. Control de contacto: Es el nivel de Uso de la Fuerza que puede utilizar la o el
Integrante ante una resistencia pasiva. Se debe tomar en consideración cuando menos lo
siguiente:
a. Emitir órdenes directas y claras, por ejemplo: “No pase”; “deténgase”; “tire el arma”;
“salga de ahí”; “identifíquese”; “alto”, entre otras expresiones;
b. Advertir la inobservancia a la orden;
c. Enfatizar que su nivel de resistencia podría complicar su situación;
d. Implementar acciones de prevención para evitar una resistencia activa, y
e. Entablar un diálogo que permita concientizar el cumplimiento de la ley.
IV. Control físico: Es el empleo adecuado de medios, métodos, técnicas, tácticas, armas
menos letales y equipo que permitan controlar, inmovilizar y conducir a una persona o
grupo de personas causando el menor daño posible, con el fin de inhibir la resistencia
activa. Se pueden emplear técnicas, tales como:
a. Sujeción de antebrazos o brazos;
b. Presión en nervios sensoriales;
c. Formaciones para el control de multitudes;
d. Llaves de sujeción, y
e. Aquellas en las que sean capacitados.
V. Técnicas defensivas menos letales: Es el empleo de técnicas y tácticas que permitan a
la o el Integrante defenderse, controlar y/o inmovilizar en proporción a la agresión no letal,
mismas que pueden ser:
a. Defensa policial;
b. Formaciones para el control de multitudes, y
c. Aquellas en las que se encuentren capacitados.
VI. Fuerza potencialmente letal: Es la acción que puede causar daño físico severo o la
muerte y que la o el Integrante realiza o puede realizar frente a una agresión letal, en
defensa propia o de terceros, y en caso de un peligro inminente de muerte o de lesiones
graves que representen una amenaza a la vida y sólo cuando otras medidas resulten
insuficientes.
La o el Integrante puede recurrir al uso de armas de fuego solamente cuando sea
estrictamente inevitable para proteger una vida.
El Uso de la Fuerza sólo se justifica cuando la agresión es:
I. Real: Si la agresión se materializa en hechos apreciables por los sentidos, sin ser
hipotética ni imaginaria;
II. Actual: Si la agresión se presenta en el momento del hecho, no con anterioridad o
posterioridad, o
III. Inminente: Si la agresión está próxima a ocurrir y, de no realizarse una acción, ésta se
consumaría.
Las y los Integrantes deben aplicar un trato diferenciado a las personas, cuando ello tenga
por objeto proteger y garantizar el ejercicio de un derecho, dando especial atención a niñas,
niños y adolescentes u otros grupos o personas en situación de vulnerabilidad.
Esta concepción es lógicamente equivocada, dado que hasta los deportes menos activos
físicamente, tienen su programa de Preparación Física, aunque éste sea más simple y menos
intenso.
Conocimiento de técnicas.
En defensa personal, se utilizan técnicas sencillas, tratan de evitarse los movimientos
complejos. Se utilizan golpes, patadas, bloqueos, retenciones y palancas de modo de reducir
al adversario lo más rápido posible y acortando los tiempos de combate para evitar riesgos
y reducir las diferencias físicas.
Los requisitos que deben cumplir las técnicas de Defensa Personal Policial, estarán de
acorde a los requisitos establecidos en materia de Seguridad; desde este punto de vista se
aplicarán técnicas de detención al paso por delante y por detrás, inmovilizaciones, registros,
colocación de grilletes o bridas de seguridad, según las circunstancias, para conducirle
posteriormente a las dependencias policiales.
Las técnicas más utilizadas en el Sistema de Defensa Policial, son las inmovilizaciones, las
llaves de control con dolor, luxaciones, golpes de pies y manos, así como las
estrangulaciones sanguínea, que son las únicas permitidas en la Defensa Personal Policial,
las respiratorias Las estrangulaciones Respiratorias, no son de uso policial, se realizan
cuando se presiona la tráquea, sobre la nuez, puede producir la muerte.
Las estrangulaciones Sanguíneas estrangulación por las solapas, son las únicas de uso
Policial, se emplean ante atacantes muy corpulentos, vigorosos, o para aquellas personas
que están insensibilizadas por la droga, el alcohol, o por una crisis nerviosa.
3.2. Proyecciones.
Estás técnicas tienen como finalidad hacer caer al adversario manteniendo uno mismo un
equilibrio perfecto:
Barrida al pie que avanza: justo en el momento del ataque se realiza con el pie delantero a
la altura del tobillo del contrincante una barrida de exterior a interior al tiempo de que las
manos sacan de balance al oponente.
Barrida con talón: justo en el momento del ataque se realiza con el pie atrasado un
movimiento de vaivén que hará contacto contra el pie adelantado del oponente.
Derribe con la cadera: en una lucha cuerpo a cuerpo se sujeta al contrincante aplicándole
un desequilibrio y colocando la cadera a la espalda del mismo, se flexiona el tronco
doblando ligeramente las piernas y realizando un giro corporal al tiempo que los brazos
jalan fuertemente extendiendo las piernas para proyectar al contrincante hasta derribarlo.
Derribe por encima del hombro: en una lucha cuerpo a cuerpo se avanza hacia el
oponente quedando de espalda a él tomándolo del brazo a la altura de la axila se flexiona el
tronco y se gira el cuerpo levantándolo y derribándolo sobre el piso.
3.6. Caídas.
El propósito es condicionar al cuerpo para car sobre sí mismo, soportando su propio peso y
sin sufrir daño alguno.
3.7. Desarme.
Para pelear a puño limpio contra un asaltante armado se necesita un control sobre la
descarga de adrenalina, una comprensión del campo efectivo de un arma y una capacidad
de pasar de cero a 100% en un solo golpe. Cuando te enfrentes con un asaltante armado,
debes recordar que tendrás ventaja cuando inicies un plan de acción antes de que tu
oponente se dé cuenta que será atacado.
Normalmente, tu plan de acción debe ser “correr”. Un asaltante con un cuchillo puede
perseguirte, pero no podrá atacarte a distancia. Si estás acorralado y no tienes ninguna
manera de escapar, puedes seguir estos consejos. Sin embargo, si no estás entrenado para
desarmar a tu oponente y, aún si lo estás, tratar de desarmar a alguien tiene un “alto riesgo
de lesión o muerte”.
Consejos.
Practica lo más que puedas. Incluso las personas que han recibido un entrenamiento
de combate podrían no contar con las habilidades requeridas para desarmar a una
persona en una situación real. Antes de siquiera considerar el uso de estos
movimientos, asiste a una clase para aprender a desarmar a un oponente armado y
practica hasta poder realizar los movimientos por instinto.
Incluso si te sientes un poco inseguro, es mejor ir por lo seguro y darle al criminal
lo que te pida. Ningún objeto que poseas vale más que tu vida.
Mantén la mirada en el arma, pero no le brindes toda tu atención. El criminal puede
atacarte con otras partes del cuerpo o quizás con otras armas.
Un arma tiene más eficacia si se usa a una distancia corta. Esta distancia es una
ventaja para la persona armada. Reduce esta distancia para que se convierta en una
desventaja
Advertencias.
Es probable que tu única opción sea matar al atacante. Sin importar lo desagradable
que sea, a veces es la opción más segura. No obstante, si puedes evitarla, HAZLO.
Si la policía se encuentra allí, deja que haga su trabajo. Ellos están capacitados para
encargarse de este tipo de problemas. Si te mueves o intentas desarmar al atacante,
podrías interferir con la línea de disparo de los policías o recibir un disparo del
atacante.
Incluso en los casos extremos de defensa personal, si matas o lesionas gravemente a
una persona, esto puede meterte en problemas con la ley e incluso podrían
encarcelarte. Debes informar toda lesión que inflijas al atacante, así podrá recibir un
tratamiento médico adecuado.
Ten en cuenta que el asaltante podría contar con otras armas, además de la que ha
usado para atacarte.
¿Cómo desarmar a un criminal con pistola?
Existen muchas técnicas que puedes emplear para desarmar a un criminal; sin embargo,
todas ellas son muy peligrosas. Primero, debes analizar la situación para determinar si
existen otras maneras de reducir la amenaza.
Método 1.
Arrebatarle el arma al criminal
Ten en cuenta que tu objetivo en este tipo de situaciones es salvar tu vida. Si luchas
con el criminal, esto puede aumentar de manera considerable las probabilidades de morir.
Si no te has sometido a un entrenamiento militar, policial o a uno de artes marciales
de varias sesiones especializados en el tema de desarmar a un oponente, la manera
más segura de enfrentar a una persona armada consiste en hacer lo que te pida, salvo
que desee que ingreses a un vehículo con ella. En esta situación, tu vida estará en
riesgo, ya que no se trata de una película y, por lo general, el atacante tendrá más
experiencia que tú en este tipo de situaciones.
Ten en cuenta que, en este tipo de casos, el error más común que las posibles
víctimas cometen es tener demasiada seguridad. El exceso de seguridad es la causa
de la gran mayoría de las muertes. El segundo error más común es pelear contra el
criminal. No obstante, hay ocasiones en las que podrías determinar que tienes que
pelear. Por ejemplo, imagina que te encuentras en medio de un tiroteo en la escuela,
en el cual es evidente que el objetivo del atacante es matar a la mayor cantidad
posible de personas.
Toma su brazo sujetándolo de la muñeca. Si has determinado que tienes que desarmar al
criminal o, de lo contrario, podría dispararte, voltea el arma para alejarla de ti. Esta técnica
es muy peligrosa. No intentes realizarla si no has recibido un entrenamiento adecuado,
salvo que sea totalmente necesario.
El objetivo consiste en cerciorarte de que el arma apunte lejos de tu cuerpo cuando
la sujetes, y girarla.
Debes mantener la energía que has generado; para ello, gira el brazo con el arma
hacia la derecha y aléjate de la posición inicial en la que se encontraba el criminal.
Luego lanza a la persona armada al suelo conforme gires a la derecha sosteniendo
su brazo.
Tu mano debe permanecer en el brazo atacante y debe tomar el arma. Asimismo,
puedes aproximarte a la persona y sujetar su brazo con tu pierna.
Sujeta el arma en su mano. Gira el arma hacia abajo y lesiona el dedo del criminal cuando
lo hagas. Ten en cuenta que el dedo del criminal se encontrará en el gatillo.
Gira el arma hacia la derecha. Todas estas maniobras son peligrosas si el criminal
tiene más fuerza que tú; además, posan el riesgo de hacer que el arma dispare y
lastime a otras personas en el área.
Arrebata el arma de la mano herida del criminal. Dóblale la muñeca con la mano
izquierda e inmovilízala con tu mano derecha, luego sujeta el arma y empújala hacia
abajo. Esto es muy importante. Si no le sujetas la muñeca antes de voltear el arma
para que apunte hacia abajo, correrás el riesgo de que pueda seguir controlándola.
Desarma a una persona que te apunte por la espalda. Voltea, aproxímate por debajo de
su brazo y arrebátale el arma.
Podrías emplear alguna de las dos acciones indicadas a continuación. Puedes girar
el arma en la mano del criminal y lesionar su dedo, o tan solo podrías arrebatarle el
arma de la mano. Desplaza la mano izquierda hacia el lado en el que el atacante
tenga el arma y, al mismo tiempo, desplaza tu cuerpo hacia el lado derecho del
atacante.
Antes de hacerlo, levanta las manos como si te rindieras y dile que no dispare.
Luego de desplazar tu mano izquierda hacia el lado en el que el atacante tenga el
arma, da un paso circular hacia la derecha en sentido antihorario entre los pies del
atacante y gira el arma para que apunte hacia él.
Bloquea la mano derecha del atacante con tu muñeca y gira el arma para que apunte
a su garganta, así lo arrojarás al suelo. Cada uno de estos movimientos tiene el
objetivo de reubicar el arma antes de girarla en la mano de la persona.
Controla el arma. Debes ganar el control del arma para que el criminal no vuelva a
apuntarte con ella. Esto ocurrirá con rapidez y el criminal intentará recuperar el control del
arma.
Arremete contra el criminal. Emplea tu peso para empujar el arma hacia adentro y
hacia abajo. Debes tratar de empujar el arma hacia abajo y hacia adentro, así
reducirás la capacidad del atacante de moverla. Sin importar la reacción del
criminal, mueve los pies para seguir depositando tu peso en el arma.
Tendrás que emplear los músculos de tu cadera y tu peso corporal para torcer la
muñeca del atacante y derribarlo. Haz un solo movimiento que ejerza una gran
tensión en la muñeca del atacante, lo que lo derribará y permitirá tener un control
sólido del arma. Para quitarle el arma, puedes patearle la cabeza, la sección media
del cuerpo o la ingle.
También puedes llegar al hombro del atacante y tomar la culata del arma. Para
lograrlo, introduce tu mano derecha apuntando con el pulgar hacia el suelo. Jala el
arma con fuerza en tu dirección para reducir la ventaja del atacante y jálala un poco
hacia arriba. Luego arrebata el arma.
Método 2.
Evitar que te disparen.
Dale al atacante lo que pida. Podrías correr el menor peligro posible si haces lo que la
persona armada te pida (como darle tus cosas), si esto no pone en peligro tu vida.
Por ejemplo, si un asaltante desea tu auto, tu billetera o tu bolso, debes
entregárselos. No vale la pena arriesgar tu vida por ellos. Arroja el objeto (bolso,
llaves del auto, etc.) detrás de la persona; ella lo tomará y tú podrás escapar.
Ha habido casos en los que la persona le entregaba al atacante lo que este le pedía, y
aun así el criminal le disparaba. No existe una técnica segura para este tipo de
situaciones peligrosas y rápidas.
Cambia la dirección de la línea de disparo. El método más eficaz para protegerte consiste
en eliminar el peligro más inmediato que corras. Si te apuntan con un arma, es evidente que
esto será el peligro más inmediato que correrás.
Debes apartarte de la línea de disparo. Para ello, puedes cambiar la dirección de la
línea de disparo o puedes alejarte. Tu primer movimiento debe ser pequeño e
imperceptible. Si haces un movimiento notorio para girar o alejarte de la línea de
disparo, podrías hacer que el atacante te dispare.
Cambia la línea de disparo con la mano. Esto hará que el disparo pase cerca de
menos puntos vitales. Mueve el arma de manera lateral en la línea más corta
posible. Si te están apuntando con un arma en el pecho, muévela hacia la izquierda
o la derecha. Asimismo, podrías empujar el arma hacia arriba.
Escapa. Esta es una posible opción, pero puede ser muy peligrosa, ya que el atacante
podría dispararte.
Si vas a emplear esta técnica, arroja un objeto (como tu billetera) en una dirección y
corre hacia la otra, así harás que el atacante se distraiga. Corre en zigzag o
siguiendo otro patrón impredecible.
Cabe recalcar que este es un movimiento muy peligroso. Nuevamente, toda la
situación en sí es peligrosa. La mejor opción podría ser darle al atacante lo que
desea. Si el criminal aún no te ha visto (como en el caso de un tirador activo), lo
principal es correr y ocultarte (p. ej., detrás de una puerta), y solo debes luchar si te
encuentran.
Expresa tus intenciones. Si estás listo para hacer un movimiento, indícale a la persona
armada qué es lo que vas a hacer, antes de hacerlo.
Por ejemplo, antes de sacar tu billetera, puedes decir algo como “Voy a meter la
mano en el bolsillo para sacar mi billetera y entregártela”.
Observa los rasgos del criminal conforme te muevas. Descubre un rasgo único sobre
esta persona que permita que la policía pueda identificarla en un momento posterior.
Haz que el criminal se distraiga. Imagina que estás frente a un atacante que está decidido
a matarte. Esto quiere decir que su objetivo no es robar, sino matar, tal como se ha visto en
los tiroteos que han ocurrido anteriormente en las escuelas.
Si es posible, escapa. Aléjate del edificio o del área.
Si no puedes correr, debes ocultarte. Ocúltate detrás de una puerta y coloca tu
teléfono en modo silencioso. Antes de comunicarte con los servicios de
emergencias, debes cerciorarte de que la puerta esté fuertemente bloqueada.
Si el atacante te encuentra, lucha con él. Emplea armas improvisadas (como sillas,
laptops, libros de texto, etc.) que puedas arrojarle o con los que puedas golpearlo.
Esto es más eficaz si te encuentras en un grupo, pero también es de utilidad si estás
solo. El objetivo es derribar al criminal a como dé lugar.
Antes de hacerlo, reúnete con otras personas. Sujeta el arma del criminal y gírala
con rapidez para alejarla de tu cuerpo. Sigue sujetando el arma cuando el criminal la
jale para alejarla de ti, y deposita tu peso hacia adelante. Luego golpéalo en la cara o
la garganta con mucha fuerza. Sujeta con la mano el extremo del arma por donde no
sale la bala. Dale un rodillazo al criminal en la ingle. También puedes girar tus
manos como si acelerarás una moto, lo que lesionará el dedo del criminal que se
encuentre en el protector del gatillo.
Método 3.
Despistar al criminal.
Levanta las manos y actúa como una persona aterrada y pasiva. Si no desafías al
atacante, existe la probabilidad de que no te lastime. Si planeas desarmarlo, también tendrás
que comportarte de manera pasiva y complaciente al inicio, así lo despistarás.
Lo ideal es que solo hagas todo lo que te pida, sin intentar hacer algo peligroso.
Actúa de manera cooperativa y pasiva en la medida de lo posible. Di algo como
“Hey, no te preocupes, no quiero tener problemas. ¿Qué es lo que buscas?”. Haz
que el atacante tenga la impresión de que no eres peligroso.
Levanta los brazos a una altura mayor a la del arma, y no los mantengas quietos.
Muévelos de un lado a otro de manera reiterada, así calmarás la visión periférica del
atacante y ocultarás el movimiento defensivo. También debes mover las manos
hacia adelante, así ocultarás el movimiento que vayas a hacer.
Acércate para que el arma esté al alcance de tu brazo. Emplea un movimiento rápido
para primero desplazar tu cabeza y luego sujetar el arma.
Aleja el arma de tu cuerpo. Gira la muñeca del criminal hacia adentro. Distráelo con
un golpe, una patada o ambos movimientos.
Acércate por debajo del arma. Para ello, coloca tu mano libre en el percutor y
conoce la dirección en la que el cañón apunta en todo momento. Sujeta el arma con
ambas manos cuando patees, pisotees o le des un rodillazo al criminal. Para
arrebatar el arma, sujétala con firmeza empleando ambas manos y tuerce la muñeca
del criminal. Ahora tendrás el arma.
Da unos pasos hacia atrás cuando tengas el arma. Cuando tengas el arma, lo mejor que
podría ocurrir es que puedas irte sin tener que disparar.
Escapa con el arma. Si el criminal sigue atacándote, es probable que no tengas más
opción que dispararle. Para ello, debes revisar el arma con las manos y darle un
pequeño golpe al fondo del cargador, así te cerciorarás de que esté colocado.
Grita, haz ruido e intenta llamar su atención. Con suerte, el criminal huirá.
Nuevamente, el objetivo es no tener que disparar. Conoce las leyes de defensa
personal. En muchos casos, si corres un riesgo inmediato de morir o de sufrir
lesiones corporales graves, tienes derecho a defenderte.
Mantén la calma. No debes demostrar que sientes pánico, ya que esto podría hacer que la
persona armada también entre en pánico, lo cual es muy peligroso.
Debes conservar la ventaja psicológica. Haz contacto visual con la persona armada.
Esto la obligará a considerarte un ser humano y podría hacer que tenga más
dificultades para dispararte. No obstante, no lo mires de manera intimidante o
desafiante.
Analiza el contexto. ¿Cuál es el motivo por el que la persona te apunta con un
arma? Si se debe a que quiere robarte, es probable que no quiera matarte. Si te
apuntan en un tiroteo masivo en el que la persona armada tiene como objetivo matar
a la mayor cantidad posible de personas, este será un caso muy diferente. Si no
sabes con certeza si el motivo es matarte, el criminal podría perdonarte la vida y
quizás no tengas que quitarle el arma.
Mantén tu distancia. La mejor manera de evitar una agresión con cuchillo es manteniendo
tu distancia. Con una distancia adecuada, dar un golpe bajo a la rodilla, ingle o estómago es
una forma muy efectiva de contraatacar y reducir el riesgo.
Para contrarrestar un ataque al nivel del vientre o pecho, desvía el arma de la línea
de simetría del rival; esto te ayudará a exponer su espalda. Ahora que puedes
agarrar mejor su brazo, quítale el arma mientras le agarras el cuello con tu otra
mano. Una vez que le hayas quitado el arma, debes retroceder para prevenir que tu
oponente se lance contra ti. Patea la parte de atrás de sus rodillas, pisa sus tobillos y
patea sus talones para que tu oponente se caiga. Alternativamente, también puedes
hacerle una llave al cuello.
Consejos
“Debes” llevar un entrenamiento adecuado para desarmar efectivamente a un
oponente. Es muy difícil que lo aprendas por tu cuenta.
La adrenalina te repotenciará de energía. Úsala a tu favor. Normalmente, tienes
unos 10 segundos para que te den los temblores musculares y escalofríos. Trata de
comenzar a atacar antes de que esto ocurra.
Recuerda siempre las distancias efectivas. Los cuchillos son mortales de cerca. Las
armas son letales en ataques a distancia.
La velocidad es muy importante. Actúa antes de que tu oponente pueda pensar y
reaccionar.
No te enfoques en el arma. En lugar de eso, mira fijamente al pecho de tu oponente.
Debes ver en qué dirección se mueve tu oponente y qué hacen sus brazos.
No lo mire a los ojos. Es muy difícil de saber lo que tu oponente va a hacer con solo
ver su mirada. Además, estos movimientos son fáciles de simular.
Siempre recuerda que tu oponente tiene que “pensar” antes de reaccionar. Esto
significa que él debe estar consciente de que tú atacarás antes de que él sepa qué
hacer. A diferencia de ti, él no tiene tiempo para hacer un plan.
4.2. Puntos de presión
Estas Técnicas de control, consisten en ejercer presión en determinados nervios sensoriales,
causando el menor maltrato físico a los fines de controlar la resistencia pasiva de las
ciudadanas, ciudadanos o grupos de estos.
Son técnicas utilizadas para controlar la resistencia defensiva de los ciudadanos, afectando
algunos nervios motores y/o evitando la circulación normal sanguínea al cerebro y por ende
el paso de oxígeno, que sin causar lesiones graves contrarresta cualquier tipo de acción
hostil. Es una técnica que consiste en la aplicación de dolor que sobre estimula nervios
motores causando disfunción temporal.
Hay 3 formas de aplicación en los cuales los puntos de presión son usados como control a
la resistencia.
1.- Tocar
2.-Penetración rápida.
3.- impacto.
Reglas de Uso:
– El golpe debe ser contra puntos de nervios motores.
– Debe usarse rotación total del cuerpo para lograr la mayor efectividad del golpe al
momento del impacto.
– Sub-Lingual.
– Doble sublingual
– Garra de Tigre
– Supraorbital (Nasal).
– Al cuello.
– Braquial frontal.
– Supra external.
4.3. Bloqueos básicos
Defensa y ataque con manos: las manos son el arma natural más evidente y en teoría la más
fácil de usar ya que instintivamente y por reflejo podemos servirnos de ellas:
Alto
Defensa alta: a partir de la posición de guardia el ejecutante efectuara con cualquiera de
sus manos en forma de escuadra un movimiento de abajo hacia arriba con el fin de
bloquear ataques rectos o descendentes.
Medio
Defensa media: a partir de la posición de guardia el ejecutante efectuara con cualquiera de
sus manos un movimiento de forma horizontal el cual puede ser interior a exterior o
viceversa con el fin de desviar ataques a la parte media de su cuerpo.
Bajo
Defensa baja: a partir de la posición de guardia el ejecutante hará un movimiento
descendente ya sea interior o exterior con cualquiera de sus manos con el fin de desviar
ataques a la parte baja del cuerpo.
FUENTES DE CONSULTA
Sistema de Desarrollo Policial. Curso Competencias Básicas de la Función
Policial. Noviembre 2016, Policía Federal.
Platonov, Vladimir. La preparación física. Ed. Paidotribo. Barcelona España. 2016.
Vargas, René. Teoría del entrenamiento diccionario de conceptos, Edit. UNAM,
México D.F. 1998.
Protocolo de actuación de la policía federal sobre el uso de la fuerza.
https://es.wikiversity.org/wiki/Entrenamiento_deportivo/%C2%BFQu%C3%A9_es
_el_entrenamiento_deportivo%3F
http://www.ejercicios-con-mancuernas.com/rutinas-de-entrenamiento/index.html#1
https://misabogados.com.mx/blog/que-es-la-legitima-defensa/
https://es.wikihow.com/desarmar-a-tu-oponente
https://es.wikihow.com/desarmar-a-un-criminal-con-pistola
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