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NIG: 28.079.00.3-2019/0011075
Procedimiento Electoral 213/2019 D
Demandante/s: D./Dña. CARLES PUIGDEMONT CASAMAJO y D./Dña. CLARA
PONSATI OBIOLS
PROCURADOR D./Dña. CARLOS RICARDO ESTEVEZ SANZ
Demandado/s: JUNTA ELECTORAL CENTRAL
SENTENCIA Nº 144/2019
Vistos por mí, Ilmo. Sr. D. Tomás Cobo Olvera, Magistrado-Juez del Juzgado de lo
Contencioso-Administrativo nº 9 de los de Madrid, los presentes autos de procedimiento
electoral con el número 213/2019 en los que figura como parte demandante DON
CARLES PUIGDEMONT I CASAMAJO Y DOÑA CLARA PONSATI I OBIOLS y como
demandada la JUNTA ELECTORAL CENTRAL, cuyo objeto es la impugnación del
Acuerdo de la Junta Electoral Central de fecha 28/04/2019 y 30/04/2019 por la que acuerda:
“1°) Estimar parcialmente las reclamaciones formuladas por los representantes de los
2°) Excluir a Carles Puigdemont Casamajó, Antoni Comín Oliveres y Clara Ponsatí
Obiols como candidatos de la coalición electoral Lliures per Europa (JUNTS) en las
elecciones para el Parlamento Europeo de 2019.
ANTECEDENTES DE HECHO
FUNDAMENTOS DE DERECHO
“1°) Estimar parcialmente las reclamaciones formuladas por los representantes de los
partidos políticos Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía y Partido Popular en relación con la
candidatura presentada por la coalición electoral Lliures per Europa (JUNTS) para las
elecciones del Parlamento Europeo 2019 y que fue publicada en el Boletín Oficial del Estado
del pasado día 24 de abril de 2019.
2°) Excluir a Carles Puigdemont Casamajó, Antoni Comín Oliveres y Clara Ponsatí
Obiols como candidatos de la coalición electoral Lliures per Europa (JUNTS) en las
elecciones para el Parlamento Europeo de 2019.
3°) Teniendo en cuenta que en el día de hoy debe procederse a la proclamación de
candidaturas de elecciones al Parlamento Europeo y que la exclusión de esos candidatos
implica que se incumpla el requisito de composición equilibrada de mujeres y hombres
b) El ejercicio del derecho de sufragio activo, que según el artículo 2.2 de esa norma
orgánica electoral exige la inscripción en el censo electoral vigente, precepto que ha de ser
puesto en relación con el artículo 31 de la LOREG y que dispone que "El censo electoral
contiene la inscripción de quienes reúnen los requisitos para ser elector y no se hallen
privados, definitiva o temporalmente, del derecho de sufragio".
Además, tratándose de un proceso electoral al Parlamento Europeo, es preciso
atender a la previsión que contiene el artículo 201 bis de la LOREG: "1. Sin perjuicio de lo
dispuesto en el capítulo 1 del Título 1 de esta Ley, son elegibles en las elecciones al
Parlamento Europeo todas las personas residentes en España que ..." .
Finalmente, también hay que traer a colación que el artículo 7.2 de la LOREG nos
dice: "No obstante lo dispuesto en el párrafo primero del artículo anterior, los que aspiren a
ser proclamados candidatos y no figuren incluidos en las listas del censo electoral, podrán
serlo, siempre que con la solicitud acrediten de modo fehaciente que reúnen todas las
condiciones exigidas para ello.". Es decir, puede que no se esté inscrito en el censo electoral
para aspirar a ser proclamado electo, pero lo que es indispensable es que quien solicite ser
proclamado electo ha de acreditar, de modo fehaciente, que reúne las condiciones exigidas
para ello.
Obsérvese que el rigor es mayor, naturalmente, respecto del sufragio activo (artículo
2.2), que respecto del pasivo que permite esa acreditación posterior (artículo 7.2). Es cierto
que esta Junta viene declarando, respecto del citado artículo 7.2, que la inscripción en el
Pues bien, el Tribunal Supremo, aunque como él dice no tiene competencia para
resolver sobre esta cuestión, al mismo tiempo ha determinado que este juzgado resuelva con
arreglo a los razonamientos del auto referido. Es decir, que en relación con la supuesta causa
de inegibilidad que pudiera afectar a los recurrentes, por el hecho de encontrarse en
rebeldía, no impide que puedan ser candidatos, ya que el alto Tribunal ha determinado que
esta situación de rebeldía no es causa de inegibilidad.
En consecuencia, en relación con, quizá la cuestión más polémica del asunto, este
órgano judicial no puede entrar a decidir, ya que la ha decidido el Tribunal Supremo.
Es cierto que el juez está sometido únicamente al imperio de la ley (art. 117.1 de la
CE), es independiente respecto de cualquier órgano jurisdiccional al momento de decidir
(art. 1 LOPJ) y debe resolver de acuerdo con el sistema de fuentes establecido (art. 1.7
C.Civil). Y en este sentido la STS de 5-3-1991 dice: “se alega en este motivo infracción de
la doctrina de esta Sala acerca del concepto de jurisprudencia contenida en las sentencias que
cita; entiende la recurrente cometida tal infracción por apoyarse la sentencia recurrida su
fundamento de derecho 37.º en una sola sentencia, sería inadmisible ya que el Juzgador de
instancia sólo viene obligado a fundamentar sus resoluciones en la Ley, pudiendo o no
acoger la doctrina de esta Sala ya se haya manifestado en una o varias resoluciones”. Y las
siguientes 20-10-1988, 3-3-1989, 3-1-1990, 19-4-1991, 12-6-1991.
Por su parte la STC 160/1993, de 17 de mayo señala: “Frente a ello se aduce la
QUINTO.- Por tanto, procede estimar el recurso en los términos que se indicarán en
el fallo, sin que proceda imposición de costas, ya que no existen motivos para ello.
FALLO
Así por esta Sentencia de la que se llevará testimonio a los autos, lo pronuncio,
mando y firmo.
La difusión del texto de esta resolución a partes no interesadas en el proceso en el que ha sido dictada sólo
podrá llevarse a cabo previa disociación de los datos de carácter personal que los mismos contuvieran y con
pleno respeto al derecho a la intimidad, a los derechos de las personas que requieran un especial deber de tutela
o a la garantía del anonimato de las víctimas o perjudicados, cuando proceda.
Los datos personales incluidos en esta resolución no podrán ser cedidos, ni comunicados con fines contrarios a
NIG: 28.079.00.3-2019/0011075
Procedimiento Electoral 213/2019 D
Demandante/s: D./Dña. CARLES PUIGDEMONT CASAMAJO y D./Dña. CLARA
PONSATI OBIOLS
PROCURADOR D./Dña. CARLOS RICARDO ESTEVEZ SANZ
Demandado/s: JUNTA ELECTORAL CENTRAL
SENTENCIA Nº 144/2019
Vistos por mí, Ilmo. Sr. D. Tomás Cobo Olvera, Magistrado-Juez del Juzgado de lo
Contencioso-Administrativo nº 9 de los de Madrid, los presentes autos de procedimiento
electoral con el número 213/2019 en los que figura como parte demandante DON
CARLES PUIGDEMONT I CASAMAJO Y DOÑA CLARA PONSATI I OBIOLS y como
demandada la JUNTA ELECTORAL CENTRAL, cuyo objeto es la impugnación del
Acuerdo de la Junta Electoral Central de fecha 28/04/2019 y 30/04/2019 por la que acuerda:
“1°) Estimar parcialmente las reclamaciones formuladas por los representantes de los
2°) Excluir a Carles Puigdemont Casamajó, Antoni Comín Oliveres y Clara Ponsatí
Obiols como candidatos de la coalición electoral Lliures per Europa (JUNTS) en las
elecciones para el Parlamento Europeo de 2019.
ANTECEDENTES DE HECHO
FUNDAMENTOS DE DERECHO
“1°) Estimar parcialmente las reclamaciones formuladas por los representantes de los
partidos políticos Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía y Partido Popular en relación con la
candidatura presentada por la coalición electoral Lliures per Europa (JUNTS) para las
elecciones del Parlamento Europeo 2019 y que fue publicada en el Boletín Oficial del Estado
del pasado día 24 de abril de 2019.
2°) Excluir a Carles Puigdemont Casamajó, Antoni Comín Oliveres y Clara Ponsatí
Obiols como candidatos de la coalición electoral Lliures per Europa (JUNTS) en las
elecciones para el Parlamento Europeo de 2019.
3°) Teniendo en cuenta que en el día de hoy debe procederse a la proclamación de
candidaturas de elecciones al Parlamento Europeo y que la exclusión de esos candidatos
implica que se incumpla el requisito de composición equilibrada de mujeres y hombres
b) El ejercicio del derecho de sufragio activo, que según el artículo 2.2 de esa norma
orgánica electoral exige la inscripción en el censo electoral vigente, precepto que ha de ser
puesto en relación con el artículo 31 de la LOREG y que dispone que "El censo electoral
contiene la inscripción de quienes reúnen los requisitos para ser elector y no se hallen
privados, definitiva o temporalmente, del derecho de sufragio".
Además, tratándose de un proceso electoral al Parlamento Europeo, es preciso
atender a la previsión que contiene el artículo 201 bis de la LOREG: "1. Sin perjuicio de lo
dispuesto en el capítulo 1 del Título 1 de esta Ley, son elegibles en las elecciones al
Parlamento Europeo todas las personas residentes en España que ..." .
Finalmente, también hay que traer a colación que el artículo 7.2 de la LOREG nos
dice: "No obstante lo dispuesto en el párrafo primero del artículo anterior, los que aspiren a
ser proclamados candidatos y no figuren incluidos en las listas del censo electoral, podrán
serlo, siempre que con la solicitud acrediten de modo fehaciente que reúnen todas las
condiciones exigidas para ello.". Es decir, puede que no se esté inscrito en el censo electoral
para aspirar a ser proclamado electo, pero lo que es indispensable es que quien solicite ser
proclamado electo ha de acreditar, de modo fehaciente, que reúne las condiciones exigidas
para ello.
Obsérvese que el rigor es mayor, naturalmente, respecto del sufragio activo (artículo
2.2), que respecto del pasivo que permite esa acreditación posterior (artículo 7.2). Es cierto
que esta Junta viene declarando, respecto del citado artículo 7.2, que la inscripción en el
Pues bien, el Tribunal Supremo, aunque como él dice no tiene competencia para
resolver sobre esta cuestión, al mismo tiempo ha determinado que este juzgado resuelva con
arreglo a los razonamientos del auto referido. Es decir, que en relación con la supuesta causa
de inegibilidad que pudiera afectar a los recurrentes, por el hecho de encontrarse en
rebeldía, no impide que puedan ser candidatos, ya que el alto Tribunal ha determinado que
esta situación de rebeldía no es causa de inegibilidad.
En consecuencia, en relación con, quizá la cuestión más polémica del asunto, este
órgano judicial no puede entrar a decidir, ya que la ha decidido el Tribunal Supremo.
Es cierto que el juez está sometido únicamente al imperio de la ley (art. 117.1 de la
CE), es independiente respecto de cualquier órgano jurisdiccional al momento de decidir
(art. 1 LOPJ) y debe resolver de acuerdo con el sistema de fuentes establecido (art. 1.7
C.Civil). Y en este sentido la STS de 5-3-1991 dice: “se alega en este motivo infracción de
la doctrina de esta Sala acerca del concepto de jurisprudencia contenida en las sentencias que
cita; entiende la recurrente cometida tal infracción por apoyarse la sentencia recurrida su
fundamento de derecho 37.º en una sola sentencia, sería inadmisible ya que el Juzgador de
instancia sólo viene obligado a fundamentar sus resoluciones en la Ley, pudiendo o no
acoger la doctrina de esta Sala ya se haya manifestado en una o varias resoluciones”. Y las
siguientes 20-10-1988, 3-3-1989, 3-1-1990, 19-4-1991, 12-6-1991.
Por su parte la STC 160/1993, de 17 de mayo señala: “Frente a ello se aduce la
QUINTO.- Por tanto, procede estimar el recurso en los términos que se indicarán en
el fallo, sin que proceda imposición de costas, ya que no existen motivos para ello.
FALLO
Así por esta Sentencia de la que se llevará testimonio a los autos, lo pronuncio,
mando y firmo.
La difusión del texto de esta resolución a partes no interesadas en el proceso en el que ha sido dictada sólo
podrá llevarse a cabo previa disociación de los datos de carácter personal que los mismos contuvieran y con
pleno respeto al derecho a la intimidad, a los derechos de las personas que requieran un especial deber de tutela
o a la garantía del anonimato de las víctimas o perjudicados, cuando proceda.
Los datos personales incluidos en esta resolución no podrán ser cedidos, ni comunicados con fines contrarios a
1
ALEGACIONES
i) En primer lugar, conviene recordar que, sin perjuicio del carácter, dicho
sea con todos los respetos, desmedido, “sobreactuado” e irrespetuoso de la demanda
interpuesta, que califica de “extravagante” y movido por la “mala fe” el acuerdo recurrido
y, dicho sea de paso, atribuye al órgano recurrido un “desconocimiento absolutamente
inconcebible del Derecho de la Unión Europea”, que, a juicio de los recurrentes, produce
tal “sonrojo” que, en sí mismo, “debería bastar para estimar el presente recurso”, lo
cierto es que nos encontramos ante un acto administrativo emitido por la más alta
autoridad electoral de nuestro país, nada menos que la Junta Electoral Central, que,
además de merecer -conviene reseñarlo- cierto respeto, está dotado tanto de la
legitimidad que le otorga su función legalmente prevista como de la autoridad que
su trayectoria, su composición y su impagable servicio a nuestra Democracia a lo
largo de las pasadas décadas le confieren.
2
A este respecto, conviene señalar que resulta indiferente, por lo demás,
la existencia de votos particulares en la resolución, en la medida en que ello es
precisamente permitido y previsto por el régimen jurídico del órgano en cuestión,
de naturaleza y funcionamiento colegiado.
ii) Adicionalmente, no puede esta parte sino destacar, dicho sea con todos
los respetos, la sorpresa y estupor con que mi mandante ha recibido el escrito presentado
de contrario. Y ello en la medida en que resulta particularmente llamativo que la
candidatura liderada por el Sr. Puigdemont, persona que (1) inició un proceso de
ruptura de la legalidad constitucional, que (2) se encuentra sustraída a la acción de
la Jurisdicción Penal española, (3) que se considera sí mismo un exiliado político y a
nuestro país un régimen antidemocrático en que se vulneran de modo sistemático
los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos, proceda ahora a
reivindicar la Constitución española en sus derechos fundamentales de sufragio
pasivo y activo (art. 23 CE) y su valor superior de pluralismo político (art. 1.1 CE),
así como la tutela de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa -no así, como es
notorio, de la Jurisdicción Penal- e incluso, a mayor abundamiento, su nacionalidad
española y los derechos que la misma le otorga.
iv) Finalmente, no puede sino advertirse que el carácter fugaz del plazo
existente -por lo demás necesario-, impone una contestación, si se permite, casi
“telegráfica” del extenso escrito de demanda interpuesto, a cuyo fin, y en aras de un
ordenado tratamiento de las cuestiones relevantes, esta parte somete dos concretas
alegaciones a la consideración del Juzgado:
v) A todo lo anterior es preciso añadir que esta parte tiene que alegar
la indefensión que supone tener que comparecer y alegar en menos de
dos horas sobre centenares de páginas que se le han remitido con toda
urgencia.
5
Atendiendo a los motivos que no sólo permiten sino que precisamente
imponían la exclusión de los Sres. Puigdemont Casamajó, Comín Oliveres y Ponsatí
Obiols, acordada por la Junta Electoral Central, de la candidatura número 28 -
“COALICIÓN ELECTORAL “JUNTS”- a las elecciones a diputados del Parlamento
Europeo (convocadas por Real Decreto 206/2019, de 1 de abril), es preciso sentar
inicialmente los hechos a los que se aplica el Derecho, y que se corresponden con el
siguiente sencillo y notorio relato fáctico -por lo demás, público y notorio- no rebatido
por los demandantes en su escrito de demanda:
6
(II) El fraude de ley en que se incurriría de permitir a los excluidos evitar
por sus propios actos la eventual aplicación de las cláusulas de
inelegibilidad previstas, cuya interpretación sistemática y teleológica
permite consecuentemente su exclusión.
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En definitiva, el artículo 2 configura una realidad dual del concepto del
derecho de sufragio activo, que se compone de dos elementos indisociables que, en
conjunto, determinan la condición de “elector”:
Pues bien, a este respecto, constando que los Sres. Puigdemont, Comín y
Ponsatí NO figuran inscritos en el CERA (Censo Electoral de Residentes Ausentes) lo
que, en su caso, habría procedido, resultaba por lo demás imposible en Derecho que
figuren inscritos en el Censo Electoral, por la siguiente sucesión de argumentos:
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(1) El Censo Electoral se conforma y actualiza, por exigencia del
artículo 35 de la LOREG, por el Padrón Municipal, que es remitido a las
Delegaciones Provinciales de la Oficina del Censo Electoral por las
corporaciones locales, que tienen una obligación positiva de control y
actualización del mismo.
Dicha excepción, que configura una “vía extraordinaria” para suplir la falta
de inscripción en el censo del que tenía derecho a ello, resulta naturalmente inaplicable
a nuestro caso, por dos motivos:
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a. Dicho artículo es aplicable a quienes no figuren en el censo
correspondiente pero pudieren haber figurado en el mismo, reuniendo
todos los requisitos para ello que son acreditados mediante la
solicitud. Nada tiene que ver con el presente caso en que los mismos,
por desidia o voluntad, figuran inscritos (si bien ilegalmente, en
contravención del artículo 54 del Real Decreto 1690/1986) en el censo
ordinario, en la medida en que no reúnen los requisitos para ello (de
modo notorio, la residencia en el Municipio que proceda), no habiéndose
en cambio inscrito en el CERA -y habiendo podido hacerlo en su día.
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En este sentido, resulta conveniente recordar el artículo 3 del Código Civil,
que nos recuerda que “[l]as normas se interpretarán según el sentido propio de sus
palabras, en relación con el contexto, los antecedentes históricos y legislativos, y la
realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas, atendiendo fundamentalmente al
espíritu y finalidad de aquellas”. El Ordenamiento jurídico no se compone, en definitiva,
de un conjunto invertebrado y desordenado de normas “individualmente consideradas”,
sino de un universo jurídico único y coherente, en que toda norma que forma parte del
mismo debe interpretarse en relación con el propio sistema jurídico en el que se inserta,
presidido por Constitución española y sus principios informadores (interpretación
sistemática). Por otro lado, resulta imperativo atender al espíritu y finalidad de las normas
(interpretación teleológica) de modo que las mismas no se vean desnaturalizadas por una
aplicación rigorista y desconectada de la función, finalidad y espíritu de la norma a
aplicar.
2. Por otro lado, no puede obviarse que una interpretación sistemática del
precepto, esto es, en conjunción con lo dispuesto en el artículo 68.5 CE (aplicable a todos
los cargos representativos), impide precisamente considerar a los Sres. Puigdemont,
Comín y Ponsatí como electores y elegibles. En este sentido, como dispone el referido
precepto:
“Son electores y elegibles todos los españoles que estén en pleno
uso de sus derechos políticos.”
Pues bien, es de todo punto claro que no pueden considerarse “en pleno
uso de sus derechos políticos” aquellas personas que, como consecuencia de su
situación de rebeldía procesal penal, se encuentran absolutamente impedidas para
el ejercicio de cualquier cargo representativo o responsabilidad política con motivo
de las evidentes limitaciones inherentes a dicha condición, especialmente en cuanto
a la libre deambulación por el territorio nacional, y sus naturales derivaciones, se
refiere. A este respecto, la lógica inexistencia de una situación de “pleno uso” de sus
derechos políticos no resulta meramente teórica, sino confirmada por la propia realidad
de los hechos; en este sentido, debe recordarse que el Sr. Puigdemont fue propuesto para
la investidura en el Parlamento de Cataluña (sin haber llegado nunca a adquirir la plena
condición de diputado, por no haber tomado posesión de su escaño), siendo suspendida
la Resolución del Presidente del Parlamento de Cataluña por la que se propone la
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investidura de don Carles Puigdemont i Casamajó como candidato a Presidente del
Gobierno de la Generalitat de Cataluña por el Auto nº 49/2018, de 26 de abril, del
Tribunal Constitucional, como fruto precisamente de la impugnación correspondiente
derivada de su situación de rebeldía procesal penal, pudiendo difícilmente obviarse la
realidad: los candidatos propuestos no se encuentran, en modo alguno, en plenitud “de
uso” de sus derechos políticos como consecuencia de su situación de rebeldía procesal
penal.
(i) Nos encontramos ante el sencillo caso de que los excluidos, que sí
ostentarían la titularidad del derecho de sufragio activo, no ostentan la condición de
“elector” requerida por el artículo 6.1 LOREG (ni, por tanto, la condición de
elegibles), por su propia desidia o incompetencia, en la medida en que no están
conveniente y legalmente inscritos en el censo correspondiente: (i) ni en el censo
ordinario, pues es nula su inscripción en la medida en que no pueden formar parte del
mismo, al no residir en España, ni (ii) en el CERA, en que, como los mismos han
reconocido, no se encuentran inscritos.
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En definitiva, lo que resulta trascendental distinguir entre quien ha
sido privado o despojado de su derecho fundamental (que es lo que pretende hacerse
ver por los recurrentes) y quien, sencillamente, se priva a sí mismo del ejercicio del
derecho fundamental por su acción o inacción, incumpliendo los requisitos legales
previstos al efecto (en particular, la inscripción en el censo de su residencia), que es
exactamente el caso en que nos encontramos.
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decissions”), que en nuestro caso, como hemos visto, existen, siendo el único motivo de
la exclusión su patente incumplimiento.
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acreditando fehacientemente los requisitos para acceder al CERA en
la solicitud de la candidatura, acceder a la candidatura.
Nada tiene que ver, en definitiva, el presente caso con el mismo. Y ello
teniendo en cuenta, además, que las elecciones correspondientes no lo fueron al
Parlamento Europeo, pues Ucrania forma parte del Consejo de Europa pero, en ningún
caso, de la Unión Europea.
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2. Dos días después, las Juntas Electorales competentes comunican
a los representantes de las candidaturas las irregularidades,
apreciadas en ellas de oficio o denunciadas por otros
representantes. El plazo para subsanación es de cuarenta y ocho
horas.”
A este respecto, resulta fútil entrar a valorar los motivos por los cuales mi
mandante no tiene legitimación para impugnar el censo, pues no es tal lo que hace, sino,
en ejercicio de su legítimo derecho conforme al artículo 47.2 LOREG, la denuncia de las
irregularidades patentes y notorias apreciadas en la candidatura 28: la falta de condición
de “elector” de los Sres. Puigdemont, Comín y Ponsatí como consecuencia de su falta de
residencia en España y de inscripción en el CERA, todos ellos vicios perfectamente
evitables por los mismos.
Ni qué decir tiene que ningún sentido guarda dicha acusación, en particular
en la medida en que otros de los altos cargos políticos de los sucesos de los meses de
septiembre y octubre de 2017 en Cataluña, en concreto en situación de prisión preventiva,
han sido proclamados candidatos sin ningún contratiempo al residir en España y no
haberse sustraído a la acción de la Justicia.
En su virtud,
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confirmando la Resolución de 29 de abril de 2019, de la Junta Electoral Central, con
condena en costas a los recurrentes.
Obvio es decir que esta Ley, de 1998, es muy posterior a la Ley electoral,
de 1985, que atribuía la competencia a los Juzgados de lo Contencioso Administrativo.
Siendo ley posterior, es obvio decir también que prevalece sobre la ley anterior, puesto
que se está recurriendo una resolución de la Junta Electoral Central.
En su virtud,
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AL JUZGADO SUPLICO, que en virtud de las anteriores alegaciones, se
tengan por expresamente invocados los derechos a la tutela judicial efectiva sin
indefensión y al Juez ordinario predeterminado por la ley, a los efectos que procedan.
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