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Investigación 1987
Histórica
PUBLICACION D.ELSEMINARIO «CISNEROS»
DE LA FUNDACION UNIVERSITARIA ESPAÑOLA
SUMARIO
ARTICULOS
LA REPARACION DE CAMINOS Y PUENTES EN LA PROVINCIA DE LEON
ACTUAL, DESDE EL REINADO DE LOS REYES CATOLICOS A FINES
DEL SIGLO XVI, por Adela González Vega. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
ALGUNOS ASPECTOS TRATADOS EN LOS CLAUSTROS DE LA UNIVER-
SIDAD DE VALLADOLID EN EL SIGLO XVI, por!vfl Jesús Urquijo y!vfl
Carmen Fernández. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
TRES CUESTIONES JURIDICAS VINCULADAS A MACANAZ, por Isabel
de los Mozos Touya , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
LA CRISIS DE LAS RENTAS ECLESIASTICAS EN ESPAÑA. EL EJEMPLO
DEL VOTO DE SANTIAGO, por Ofelia Rey Castelao . . . . . . . . . . . . . . . . 53
EL ESTANCO DEL TABACO EN VENEZUELA DURANTE LA ETAPA DE
DON ESTEBAN FERNANDEZ DE LEON, 1779-1803, por Juan Andreo
García. . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
APROXIMACION AL CLERO URBANO OVETENSE (1751-1790), por Roberto
J. López . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
UNA FAMILIA DE LA "NUEVA CLASE" POLITICA DEL SIGLO XVIII: LOS
ROBLES VIVES, por Juan Hernández Franco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
EL SANTO OFICIO DURANTE LA GUERRA DE SUCESION, por Juan C.
Galende Díaz ,... ..... ... .... .. ... ........ 153
PARA UNA HISTORIA DE LAS ENCICLOPEDIAS EN EL SIGLO XX, por
Jorge Ipas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . 163
UNA MEDIDA INNOVADORA EN EL MADRID DE FERNANDO VI: EL GO-
BERNADOR POLITICO Y MILITAR (1746-1747), por Ana!vfl Fernández
Hidalgo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
LAS FUNDACIONES DE SANTA TERESA, por Julio Escribano Hernández . . . 201
LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA Y OTROS TEMAS ESPAÑOLES EN
LAS MEMORIAS DEL CARDENAL BARTOLOME PACCA, SECRETARIO
DE ESTADO DE PIO VII, por Pedro Olea. . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . 231
CONFERENCIAS
EL INCENDIO DEL MONASTERIO DE EL ESCORIAL EN 1671 Y SUS CON-
SECUENCIAS EN LAS ARTES Y LAS LETRAS, por Gregario de Andrés. . . 247
CANTABRIA-CASTILLA-ESPAÑA, por Claudia Sánchez Albornoz. . . . . . . . . 265
RESE1\íAS 275
EL SANTO OFICIO DURANTE LA GUERRA DE SUCESION
Sin duda, el tema del Santo Oficio es uno de los más atractivos cuando
estudiamos la historia de España. Por ello, en los últimos tiempos ha tenido
un auge inusitado el análisis de esta Institución. Muchos son los libros y re-
vistas especializados que han aparecido, pero ninguno de ellos se centra
detenidamente en el estudio de la Inquisición durante el conflicto bélico sur-
gido a principios del siglo XVIII. Por este motivo, nuestra intención en este
breve trabajo es acercarnos a este tema ya que existen una serie de interro-
gantes que todavía no están desvelados definitivamente. Así por ejemplo
preguntas tales como: ¿a cuál de los dos pretendientes apoyó el Santo Ofi-
cio durante la Guerra de Sucesión?, ¿se quedaría al margen de los aconte-
cimientos?, ¿continuó actuando normalmente durante este período?, son las
que intentaremos responder en nuestro análisis.
Como simple aproximación al tema digamos que la Guerra de Sucesión
tuvo dos vertientes: una de carácter internacional y otra nacional. Esta se-
gunda adquirió en nuestro país la naturaleza de contienda civil entre regio-
nes y hombres. Aunque en el plano internacional la guerra había comenza-
do en 1701, en España el conflicto empezó en el verano de 1705,cinco años
después de que Felipe V se asentara en el trono. La ruptura de la situación se
llevó a efecto a dos planos: a nivel territorial, sublevación de los países ara-
goneses, y a nivel estamental, dado que los privilegiados temían por su situa-
ción, especialmente en Castilla, ante las reformas que pudiese emprender la
nueva dinastía I •
Los pretendientes a la Corona eran el archiduque Carlos, por parte aus-
tríaca, y Felipe de Anjou, barbón. Los acontecimientos bélicos se sucedie-
ron desde 1705 hasta el 13 de septiembre de 1713, fecha en que los austra-
cistas capitularon ante la aplastante superioridad del contrario.
Como bien nos señala Carlos Seco Serrano, la guerra se planteó "a la
española". El enemigo es el "hereje". Los frailes se alistan en el bando de
Felipe V, que ya es el Rey Católico. Luchan contra los aliados del archidu-
que, -holandeses, alemanes e ingleses-, que han saqueado iglesias y violado
monjas en el Puerto de Santa María". Para Castilla la contienda tomó el ma-
tiz de cruzada, advirtiéndose por ejemplo en las exageraciones, casi idolátri-
cas, de los predicadores madrileños en el púlpito ' .
Conviene indicar que los partidarios de Felipe V, y muy especialmente
154 CUADERNOS DE INVESTIGACION HISTORICA
parte de los penitentes, y así por ejemplo fue denunciado frey Miguel de
Ayuso en 1711 por aconsejar a Victoria Domingo, mientras la confesaba,
que fuese partidaria del archiduque Carlos. Desgraciadamente esta causa
se encuentra incompleta 14 , pero es de suponer que en caso de culpabilidad
fuera castigado. Esta actitud de algunos confesores, recomendando desobe-
diencia y liberando de la obligación del juramento de lealtad, fue considera-
da como un abuso manifiesto del sacramento, y como era atribución del San-
to Oficio mantener la pureza de la fe, se ordenó a los penitentes así doctri-
nados denunciarlos.
En la zona catalana, y siguiendo las investigaciones realizadas por Teó-
fanes Egida, se intentó la naturalización de inquisidores y otros ministros
en personas catalanas. Esta propuesta partió de la Generalidad en 1705, fe-
cha en que las Cortes del archiduque elaboraron un memorial 1 s . El perso-
nal de la Inquisición barcelonesa se vino a la zona borbónica, mientras que
los que se quedaron allí, puestos por el Archiduque, subsistieron peno-
samente l " .
En cuanto al tema de que si la Inquisición siguió actuando durante el
conflicto, la respuesta es positiva. El Santo Oficio continuó ejerciendo sus
funciones, pero su intervención fue más reducida que en los años anteriores
y posteriores a la guerra. Así, el número de penitenciados en autos de fe de-
cayó ostensiblemente con respecto a fechas cercanas, como queda demostra-
do en el cuadro siguiente 1 7 :
Como se puede observar, durante los años que duró la guerra y en los
inmediatos, el número de penitenciados es inferior a fechas próximas en el
tiempo. Posteriormente, en especial durante los primeros años en que el In-
quisidor General Juan de Camargo ostentó este cargo, las cifras alcanzaron
unas cotas que ya nunca se repetirían hasta la extinción definitiva de esta
Institución.
EL SANTO OFICIO DURANTE LA GUERRA DE SUCESION 157
Por este motivo contin úan toman do dispos iciones para aplaca
r el proble -
ma, y así en enero de 1708 y por carta acorda da, se decide que
de los bie-
nes de los reos se paguen todos los gastos que ocasio nen, incluso
lo que cos-
tara el traslad o de papele s que se tenga que realiza r entre los
diferen tes
Tribun ales'l ". Poster iormen te se alterar ía esta determ inació n,
ya que con
fecha del 4 de noviem bre de 1721 se recalca que no se toque
nada de los
bienes ' de ningún preso hasta que se emita la senten cia final de
la causa que
se haya abierto contra él, y que hasta llegado ese mome nto no
se pague a
los posible s acreed ores que tengaf " .
La falta de medios propic ia que el 16 de noviem bre de 1709 el
Consej o
160 CUADERNOS DE INVESTIGACION HISTORICA
Supremo dicte otra resolución por la que a partir de entonces tanto los ali-
mentos como el resto de gastos ocasionados por los religiosos que fueren en-
carcelados, tendrían que satisfacerlos el convento al que pertenecieran't ".
Esta determinación nos permite vislumbrar en cierto modo el acuciante pro-
blema económico que tiene esta Institución, y que el conflicto bélico, que
se está desarrollando en estos momentos, contribuye a agravarlo. No resul-
ta extraño comprobar que en plena lucha el Consejo de la Suprema incida
en "la común necesidad del Santo 06.cio,,4 6 •
Terminada la guerra no se alivió la penuria. Aún en una fecha tan leja-
na de la contienda como 1726 comprobamos que el problema no sólo no
se solucionaba, sino que se acrecentaba. Los problemas económicos fueron
consustanciales al Santo Oficio hasta su extinción.
Como resumen a este trabajo podemos dejar constancia de las respues-
tas a las preguntas que nos hacíamos al comienzo de él. En cuanto a la posi-
ción que adopta el Santo Oficio en relación a los pretendientes a la Corona
española, creemos que ha quedado demostrado su apoyo a Felipe V en de-
trimento del Austríaco. Es posible que este apoyo se haya podido deber
en cierto modo a la desconfianza y miedo anterior que tuvo el Consejo de la
Inquisición después de las disposiciones tomadas por el Barbón a su llegada a
España, ya que no nos podemos olvidar que Felipe V, por ejemplo, distituye
al Inquisidor General Baltasar de Mendoza por la causa de Froilán Díaz.
En 10 referente a la actuación inquisitorial durante la contienda béli-
ca, hemos visto como en general el Santo Oficio siguió realizando su labor:
procesos, autos de fe, etc., pero esta tarea estaba entorpecida por la marcha
de los acontecimientos, por 10 que después de finalizada la guerra intentó
recuperar el tiempo perdido, pero ya las manecillas del reloj estaban decidi-
damente en contra suya. Realmente la contienda bélica supuso un factor de
carácter negativo en la evolución del Santo Oficio.
Finalmente podemos significar que durante el conflicto bélico, la In-
quisición resultó especialmente útil en los problemas de eclesiásticos fuera
del alcance de los tribunales seculares y militares. A partir de la Guerra, el
Sant? Ofici.o. se puso al servicio del Estad? siem¡re que era requerido para
suprimir opmlOnes que eran vistas como religiosas 7.
NOTAS
(1) A. L. Cortes, "La Guerra de Sucesión y la Paz de Utrecht", en la Revista Historia 16, ex-
tra nO XX, (1981), Madrid, pág. 8.
(2) V. Bacallar, Comentarios de la guerra de España e historia de su Rey Felipe V el animo-
so; estudio preliminar de C. Seco, B.A.E., volumen 99, Madrid, 1957, folio IX.
(3) tua, folio X.
(4) A. L. Cortes, op. cit pág. 12.
¿
(6) Sobre la figura de Melchor Rafael de Macanaz, fiscal general del Consejo de Castilla, des-
tacan la obra de C. Martín, Macanaz. Otro paciente de la Inquisición, Madrid, 1975; y el estudio de
T. Egido, "Las reformas fracasadas. El significado de Macanaz", en Historia de la Inquisición en Espa-
ña y América, dirigida por J. Perez VilIanueva y B. Escanden, Madrid, 1984, págs. 1233-40.
(7) Como nos cuenta J. Pérez Villanueva, esta Institución, que los Monarcas españoles osten-
taban como herederos del primer conde siciliano Ruggiero, por concesión, a fines del siglo XI, del Pon-
tífice Urbano n, pretendía mantener jurisdicción real exenta para absolver de las censuras papales, pro-
hibir la apelación a Roma, ejercer el "placet" para los documentos de aquella procedencia y controlar
la acción de los obis¡;>os. Fue una cuestión muy debatida en varios momentos de la evolución histórica,
ya que como continua explicando J.Pérez, la cuestión de Sicilia centraba en el fondo una polémica ju-
nsdiccional en la que se discutían cuestiones de predominio y definición de las mutuas esferas de ID-
fluencia, J. Perez Villanueva, Baronio y la Inquisición española, extracto de las Actas del convenio in-
ternacional de estudios de Sora, 1979.
(11) T. Egido, "La Inquisición de una España en guerra", en Historia de la Inquisición en Es-
paña y América, pág. 1228.
(12) Archivo Histórico Nacional, sección Inquisición, libro 513.
(14) Archivo Histórico Nacional, sección Inquisición, legajo 234, expediente 19.
(23) Sobre el tema de la economía en el Santo Oficio es muy interesante la obra de J. Mart í-
(29) Archivo Histórico Nacional, sección Inquisición, libro 499 y legajo 253, expediente 1.
(31) El acto del expurgo consistía en aplicar con un pincel una capa de tinta de imprenta so-
bre k p~~bra o pasaje peca~inoso hasta dejarlo, completamente ~l~g,ible. Si <:.ste pasaje se extendía p,or
varias paginas se arrancaban estas. H. C. Lea, Historia de la In quisicián espanola, volumen III, Madrid,
1983, pág. 309.