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AMPARO 1

INTRODUCCION A LA HISTORIA CONSTITUCIONAL


El Poder Ejecutivo se depositó por la Constitución de 24 en el Presidente de la
República, cuyas faltas temporales debían ser suplidas durante su ejercicio por un
vicepresidente. Se estableció la Cámara de Diputados y la Secretaría de Senadores.
El Poder Judicial se depositó en la Suprema Corte, en los Tribunales de Circuito y
Jueces del Departamento.

Descuidó la Constitución de 1824 la consagración de derechos fundamentales pero


esto fue porque sus creadores tenían como fundamental preocupación lo de
organizar políticamente a México. Sin embargo, desarticuladamente encontramos
algunas garantías individuales, más fuera de ahí nada. Tampoco se implantó ningún
tema de tutela de la Constitución.

Sin embargo, parece que los constituyentes tuvieron una idea vaga de tutela de la
Constitución por órgano político, diciendo que todos los actos que se opusieran a la
Constitución serían declarados nulos por la Suprema Corte de Justicia pero no
estableció ningún procedimiento conforme al cual pudiera declarar de nulidad la
Corte sino que se remitía a la Ley Secundaria que por cierto nunca se llegó a dictar.

La Constitución implantó la Vicepresidente que a su postre vino a destruir a la Propia


Constitución.

En 1833, la Presidencia recae en Don. Antonio López de Santa Anna quien fue
partidario de Iturbide cuando Pío Marcha, luego le volvió la espalda y apoyó al
Congreso cuando se le juzgo traidor, etc. Pues bien, la Vicepresidencia recayó en
Don Valentín Gómez Farías.

Don Antonio López de Santa Anna seguidamente se retiraba a descansar a su


Hacienda de “Manga de Clavo” en Veracruz, pero principalmente cuando había
algún problema difícil en la Capital; es así como la presidencia estuvo en manos de
Gómez Farías. En sus memorias, el propio Santa Anna declara que en 1833 aún no
tenía la edad exigida por la ley para ser Presidente.

Una vez que la presidencia estuvo en manos de Don Valentín Gómez Farías,
expidió una serie de Decretos; desde luego abolió la Real y Pontificada Universidad
de México, para quitar de manos del clero la enseñanza, suprimió la coacción civil
para el pago de diezmos y primicias a favor del clero, porque antes, cuando una
persona se negaba a pagar los respectivos “impuestos” al clero, este podía
demandarlos en los tribunales. Estos Decretos provocaron claro es un
levantamiento en las clases afectadas, principalmente en el clero y es así como se
levanta el movimiento al grito de “Religión y Fueros”, con lo que el clero hacía creer
que con aquellas medidas se atacaba la religión católica y que los autores de ellas
eran herejes.

Pero necesitaban un personaje de renombre que encabezara esta revuelta; con esa
idea se dirigen a Santa Anna que se encontraba en su Hacienda pero que no por
ello acepta ir al frente del ejército y en contra de su propio gobierno y naturalmente
que en esas circunstancias la era fácil vencer como fue a Gómez Farías que estaba
en la Presidencia supliendo la falta de Santa Anna.

Es en 1836 cuando se expide por Santa Anna la Constitución Centralista que según
él vendría a resolver todos los problemas existentes y que él pensaba derivaban de
la Constitución de 1824.

En esta Constitución Centralista se sigue el sistema de separación de Poderes,


llamándosele ahora a los Estados Departamentos.
El Poder Legislativo se deposita sólo en la Cámara de Diputados; el Poder Judicial
sólo en la Suprema Corte de Justicia y en las autoridades judiciales de los
Departamentos.

Pero lo que es curioso es que se crea un cuarto Poder, “El Supremo Poder
Conservador” integrado por cinco miembros que se cambiaban cada 2 años;
Constituyó este Poder una oligarquía por las facultades omnímodas que tenía:
Podía declarar la nulidad de una ley expedida por la Cámara de Diputados que fuese
contraria a la Constitución; Sometía de esta forma bajo su férula al Poder
Legislativo;; Podía además declarar nulo cualquier acto del Presidente que
estuviera en contra de la Constitución así, también estaba por debajo de él el Poder
Ejecutivo pero también podía declarar nula cualquier resolución de la Corte cuando
considerara que ésta contrariaba a la Constitución. Había más, Podía declarar cuál
era la voluntad del pueblo mexicano para que una persona lo gobernase.

Estos integrantes del Supremo Poder Conservador, no daban cuenta de su


actuación más que a Dios y a la Opinión Pública que no existía en realidad.

Tratábamos de la Constitución de 1824 y dijimos que en lo que toca a garantías


individuales, dicha Constitución no contenía ningún capítulo de ellas; aisladamente
encontramos algunas garantías de seguridad jurídica; garantías del procesado en
causas penales. Fuera de ellas no encontramos la consagración de los derechos
del gobernado porque la preocupación fundamental de los constituyentes de 24 era
organizar políticamente a México.
Es Obvio que si en la Constitución de 24 no encontramos un capítulo de garantías
individuales, tampoco encontramos un medio de tutelas la Constitución. Sin
embargo, encontramos un medio señalado en la propia Constitución, consistente en
que la Suprema Corte de Justicia podía declarar nulo cualquier acto o ley que se
opusiese a la Constitución, por medio de un procedimiento cuyo señalamiento
dejaba a una ley secundaria que por cierto nunca llegó a existir.
En 1836, se expide la constitución Central llamada “Las siete leyes
Constitucionales”; esta constitución convierte a los Estados en Departamentos; se
suprime también el Senado y sólo queda la Cámara de Diputados; los
Gobernadores eran nombrados por el Presidente de la República; el Poder Judicial
se encarga a la Suprema Corte de Justicia y a los Tribunales de los Departamentos;
se sigue al sistema de Separación de Poderes, pero con la salvedad de que es
quebrantado ya que se crea un cuarto Poder, un nuevo Poder; el “Supremo Poder
Conservador”, que era un órgano político de Control.

Este Supremo Poder tenía facultades para declarar nulo cualquier acto o ley de los
otros poderes cuando considerara que se oponían a la Constitución; la petición para
que se declarara inconstitucional el acto de uno de los Poderes, la hacía cualquiera
de ellos; Ejemplo: El Presidente podía pedir al Supremo Poder que aclara una ley
dictada por el Poder Legislativo.

Parece ser que los Constituyentes de 36 se inspiraron para crear éste Supremo
Poder en el Senado Conservador.

La declaración de inconstitucionalidad del Supremo Poder Conservador no se


contraían sus declaraciones al caso concreto.

Descubrimos los tres principios que caracterizan a la tutela constitucional por vía y
órgano político:

a).- El principio impulsión por la parte agraviada no existe, sino que al pide la
declaración de inconstitucionalidad es un órgano del Estado.
b).- En los sistemas en que se tutela la Constitución por vía y por órgano político,
no existe ninguna controversia. El S. Poder cotejaba el acto o ley con la Constitución
y decidía si era o no constitucional.
c).- La declaraciones de inconstitucionalidad no se contraen al caso concreto en que
se ha planteado el problema sino que esa declaración es erga omnes.
Pero además de estas facultades, el Supremo Poder tenía dotes de virtud de que la
propia Constitución lo facultaba para decidir cuál era la voluntad del pueblo en
cualquier conflicto que se presentara.

A pesar de lo que se diga en contra, podamos decir que el Supremo Poder tuvo un
rasgo de valor civil: El Presidente de la República, expidió un Decreto por medio del
cual ordenaba que los ladrones y asaltantes fueran juzgados por los Tribunales
Militares La Suprema Corte de Justicia excitó al Supremo Poder Conservador para
que declarase inconstitucional éste Derecho; este, así lo declaró y entonces la
Suprema Corte de Justicia giró órdenes a todos los jueces y Juzgados de la
República. Sin embargo, el Presidente se dirigió a la Cámara de Diputados, misma
que lo apoyó en su resolución y entonces, se cumplió el citado Decreto Presidencial.
Naturalmente que el ejército estaba en manos del Presidente y por esa razón, a
regañadientes los jueces tuvieron que aplicar el Decreto.
La Suprema Corte de Justicia, bajo el sistema empleado o implementado en la
Constitución Centralista de 36 era la última instancia, pero además estaba facultada
para conocer de los “reclamos”, que eran recursos que tenían los particulares contra
los decretos expropiatorios cuando estos no estuvieran fundados en una causa de
utilidad pública. Este reclamo, de ninguna forma puede servir de antecedente de
nuestro juicio de amparo. Pero sí, en la Constitución de 36 hay un anhelo de tutelar
la Constitución; aunque este sistema no tuvo los resultados apetecidos.

En 1842, se convoca a un nuevo Congreso Constituyente.

La Constitución de 36 había cambiado el régimen federal por el Central y esto fue


el pretexto de Texas para sublevarse, logrando su independencia.

Yucatán, que había sido celoso reafirmado del Federalismo, proclama también su
independencia porque consideraba un sobajamiento el quedar convertido en
Departamento, después de haber vivido doce años como Estado.

Manuel Crescencio Rajón viene a la Capital y declara que Yucatán no se esperaba


definitivamente del resto de la República sino que solo mientras estuviera imperante
el régimen centralista. Rajón vuelve a su tierra natal y cuando se dicta la
Constitución yucateca (1840, en vigor en 1841), él, plasma el JUICIO DE AMPARO.

Rajón era un hombre muy preparado a pesar de no ser Abogado; era un admirador
del sistema constitucional de los EE.UU. tenía una impresión de la finalidad de
impartir justicia de los jueces americanos. El Poder Judicial – Decía Rajón- además
de dirimir controversias, tiene otra misión que lo diferencia de los otros dos Poderes
y El Poder Judicial debe preservar a la Constitución contra los actos o leyes que
tienden a violarla. Esta es la concepción que tenía Rajón del Poder Judicial, el
Gobierno de los Jueces de que habló Marshall. Por esto a Rajón se le debe
considerar como el creador, no el precursor (Como se ha dicho) del amparo.

Conforme a la Constitución Yucateca, correspondía a la Suprema Corte de Justicias


Yucateca amparar a cualquier particular cuando uno de los Poderes realizara actos
o dictara leyes que fuesen contrarias a la Constitución. Vemos pues, que el juicio
de amparo plasmado en la Constitución Yucateca contiene los principios que
diferencian actualmente a nuestro juicio de Amparo:
a).- Principio de iniciativa privada.
b).- Los efectos de la sentencia eran relativos y se contrarían al habitante yucateco
que solicitaba el Amparo; (Principio de relatividad) de las sentencias.
c).- Ante la Suprema Corte de Justicia de Yucatán, el Gobernador o la autoridad que
hubiese dictado el acto o ley impugnados, podía defender la legalidad del mismo.
(Principio de la prosecución judicial del amparo)

Este es un sistema de tutela Constitucional por órgano y por vía judicial.


Este amparo es aparentemente superior al amparo declarado en la Constitución de
1857 y en la de 1917, ya que el amparo de Rajón tutelaba toda la Constitución (Parte
orgánica y parte dogmática); en las Constituciones de 57 y de 17, no se protege
aparentemente toda la Constitución, sino únicamente los preceptos que consagran
la garantías individuales. Hemos insistido en la palabra APARENTEMENTE, porque
ya veremos que nuestro actual Juicio de Amparo no sólo protege a la Constitución
sino que protege a todo el sistema judicial nacional.

Rajón se inspiró en el régimen de tutela constitucional Norte Americano, pero lo


superó; fue el primero que habló de la Amparo en la forma en que lo conocemos.
Naturalmente que la Amparo entonces era local ya que se reducía al Estado de
Yucatán.

El amparo se impartía por la Suprema Corte de Justicia Yucateca para el particular;


los actos impugnables eran las leyes expedidas por el Poder Legislativo, cualquier
acto del Ejecutivo. Ahora, cuando el acto contravenlas de la Constitución no
provenía del Legislativo o del Ejecutivo, conocían del amparo los Juzgados de
Primera Instancia y contra los actos de estos juicios conocían los superiores
jerárquicos. Además en la Constitución Yucateca del encontramos ya un catálogo
de Derechos del Gobernado.

En 1642, en la Capital es convoca a un nuevo Congreso Constituyente, sus


miembros estaban desorientados por lo que me refiere al sistema que iban a seguir:
Federalismo o Centralismo. Se nombró en el seno del Congreso una Comisión para
que se dictara el proyecto de Constitución, pero ésta se dividió formándose así el
“Grupo Mayoritario” y el “Grupo Monetario”. Como no se pusieron de acuerdos
ambos grupos, cada uno ciertos proyectos de la Constitución; ambos proyectos
habían adoptado el Federalismo, en el de la mayoría se siguió llamando a los
Estados Departamentos, más bien para no herir la susceptibilidad de los
Centralistas; se daba a los Departamentos una autarquía; podía elegir a sus
gobernadores, a su Poder Legislativo, etc.

En el Proyecto de la Minoría, se declaró abiertamente el Federalismo; a los


Departamentos de antes se les llama ahora Estados, débaseles su soberanía
interior. En ambos proyectos, se consagran capítulos en que se consagran
garantías individuales, pero en el proyecto de la Minoría se establece un medio para
preservar esas garantías individuales; a éste medio Otero le llamó “Reclamo”; este
reclamo, debía proceder contra cualquier acto o ley que violara garantías
individuales. Pero junto con este sistema, de cuya resolución se iban a encargar los
Tribunales, Otero establece un sistema de tutela Constitucional por órgano y por vía
política, a cuyo sistema nos vamos a referir la clase próxima.

Para Otero, los Tribunales de la Federación deberían de conocer de los reclamos


contra cualquier ley o acto de autoridad que violara las garantías constitucionales.
Pero además, siempre concibió la idea de que aparte del reclamo, debería existir
otro medio para proteger a la Constitución y las legislaturas de los Estados cunado
fuera una ley federal, cambiará así el sistema jurisdiccional (reclamo) y al sistema
político. El sistema de Rajón era unitario y eminentemente jurisdiccional tenía una
visión cabal de cómo debería lograrse la preservación Constitucional; en cambio, el
sistema de Otero era parcial, y así, combinó el sistema de control por órgano
político, el cual tiene grandes diferencias y origina pugnes, conflictos entre las
mismas autoridades de los órganos del Estado, como sucedió con el Supremo
Poder Conservador. Ambos Proyectos, el de la Mayoría y el de la Minoría, eran de
carácter general, y el primero lo hizo sin denominar a las autoridades federativas
“Estados” sino Departamentos. El Congreso Constituyente de 1842, urgía la
presentación del Proyecto Constitucional y la Comisión hizo un proyecto. Santa
Anna lo conocía y pretextando que la libertad de prensa exaltada producía el caos,
se pronunció en su contra, nombrando la Junta de Notables. En 1843, entraron en
vigor las bases de Organización Política de la República Mexicana, y en ellas se
suprimió el Supremo Poder Conservador; La Constitución quedó por esto, sin
protección. Todos los males que aquejaban al país eran achacados al sistema
Central. Los Estados, reducidos a simples Departamentos, siempre fueron
enemigos de la Constitución del Centralismo de 1836.

En plena guerra contra los Estados Unidos, Otero introdujo actas de Reformas, que
pone en vigor nuevamente a la Constitución de 1824 (estas actas entran en vigor
en 1847). Se reimplanta el Federalismo y en él, Otero siguió reafirmando los
preceptos del proyecto Minutario de 1842; conforma a esta acta, se implantan los
dos sistemas de Control Constitucionales: Por vías y órganos jurisdiccionales y
políticos. Las autoridades judiciales, deberían de conocer de los Amparos que se
promoviesen por cualquier individuo, contra leyes o actos de las autoridades
federales o locales, que violasen las garantías del gobernado; procedió el amparo
en contra de cualquier ley o acto de las autoridades federales o locales que violasen
las garantías individuales. Pero se establece además el sistema de protección
constitucional por vía y órgano político: competía al Congreso de la Unión, conocer
de cualquier ley local que violara la Constitución, a petición de cualquier órgano del
Estado (El sistema Político) y las legislaturas de los Estados conocían de
violaciones provenientes de leyes federales.

En el Art. 5º se declara que las autoridades de los Estados debes garantizar las
garantías de libertad, igualdad, seguridad jurídica, de propiedad, pero no consagró
esas garantías. Esta acta, era inferior a la Constitución de 1840 (Yucateca) pues en
ésta se consagro un capítulo de garantías individuales; instituyó el sistema de
amparo no solo contra las leyes o actos que violaran las garantías individuales sino
contra leyes o actos que violaran cualquier precepto constitucional. En el Acta no
se consagran las Garantías Individuales; el sistema político únicamente preservaba
el precepto que no se refieran a garantías individuales, los cuales eran protegidos
por el sistema jurisdiccional. Esta Acta, sólo estuvo vigente teóricamente; pues
Santa Anna gobernaba a su voluntad y constituyó una aristocracia. Abolió el sistema
federal y expidió, Decretos anulando leyes de las legislaturas de los Estados que él
llamaba Departamentos. Dicho gobierno era grotesco y ridículo, suprimió los
juzgados del Distrito, estableció inicuos impuestos; ningún gobernante en ningún
país del mundo gozaba un Poder omnímodo como el de Santa Anna; se formó,
además una de Ayutla contra ésta dictadura, que había conculcado la libertad
humana y así, un grupo de patriotas guerrerenses, proclaman aquel Plan.

Una vez que el movimiento obtuviera el triunfo, se debería nombrar a un Congreso


constituyente y mientras se hacía la Constitución, se debería nombra un Presidente
Provisional decía el Plan; el Primer Presidente provisional fue Don Juan Álvarez, al
cual prosiguió Comonfort. En 1856, o mejor dicho a fines de 1855, se lanza la
convocatoria para un Congreso Constituyente, que se inaugure en febrero de 1856
y termina sus labores el 31 de enero de 1857.

México se salva en la historia por éste congreso. En él no imperó ningún


partidarismo e inclusive, la adopción del régimen federal no fue pero el Plan de
Ayutla sino por espontaneidad del Congreso. En las discusiones, se estuvo a punto
de volver a la vigencia de la Constitución de 24, pero ello fue rechazando y se siguió
la elaboración de Proyecto.

El fin del estado Mexicano debería ser el respeto a los derechos del hombre dice el
Proyecto (Iusnaturalismo), las bases de las Instituciones Sociales son los derechos
del Hombre, se asume una actitud liberal y el Estado solo debería intervenir en las
relaciones entre los particulares cuando su desarrollo pudiera violar la paz o
seguridad. Se consagró la igualdad de todos los hombres, y esto significó el
nacimiento de un ambiente Jacobino. Se trató en forma igual a los desiguales y no
igual a los iguales y desigual a los desiguales, sistema de igualdad Aristotélico.

La Constitución se olvidó de las masas desvalidas y se olvidó del problema agrario,


su principal preocupación fue preservar los derechos del hombre, pisoteados por la
Dictadura. Don Ignacio Ramírez, al discutirse el Art. 1º preguntó: Cuáles son esos
derechos del hombre; pidió que se hiciera un catálogo de esos derechos; se le
contestó (P. Arraiga) que los derechos del hombre eran los que tenía el por el hecho
de serlo, y para garantizar esos derechos, se habían implantado garantías
individuales.

Los derechos del hombre son anteriores y superiores a toda sociedad; pueden ser
vulnerados, pero para protegerlos, precisamente y para obligar a las autoridades a
respetarlos, se crean las garantías individuales. Estos son los preceptos de
observancia obligatoria para todas las autoridades del país, a fin de preservar las
garantías individuales. Veamos aquí, la influencia de la revolución francesa, de la
declaración de los derechos del hombre. Para asegurar el cumplimiento de los
derechos del hombre por las autoridades, se implantan las garantías individuales
que preservan a aquellos.

Se suscitó un problema sobre los derechos del hombre en el Congreso y se planteó


esta cuestión si el Amparo se estableció para hacer efectivos los derechos del
hombre que son otorgados por el Creador a todo ser humano, las Personas Morales
no son titulares de los derechos del hombre?.... Vallarta distinguió entre los
derechos del hombre y las garantías individuales.-
En la constitución de 1857 veíamos la Amparo a grandes rasgos. Dijimos que el
Proyecto Constitucional que fue acogido por el Constituyente consideró al Amparo
como una institución de tutela parcial de la Constitución. Procedía y procede contra
cualquier acto o ley de autoridad que viola garantías individuales. Así, el Amparo
protege los 29 primeros artículos de la Constitución; así, se consideró al Amparo en
el Proyecto elaborado por la Comisión presidida por Ponciano Arraiga.

Además, proteger a la Constitución en lo que se refiere a distribución de


competencias entre las autoridades federales y las locales fue otra tarea que se
encomendó al Amparo pro la Comisión de Constitución. Esto protege al gobernado
cuando una autoridad local o federal quiere hacerlo objeto de un acto de autoridad,
sin tener competencia. Esto equivale a nuestro artículo 103 actual.

En cuanto al primer objetivo del Amparo, es decir, anular actos o leyes que
contravengan a la Constitución, se acogió la idea de Don Mariano Otero, pero para
evitar que las autoridades federales se convirtieran en autoridades centrales, se dio
al Amparo el segundo objetivo, es decir, proteger a la Constitución en lo que toca a
distribución de competencias.

Del proyecto del 56 se elimina el sistema de tutela constitucional por órgano político
como lo establecía la Carta de 47.

Si estudiáramos el Amparo en la Constitución de 57, no haríamos más que ver todo


el curso ya que el amparo en la actualidad es casi igual al que establecía la
Constitución de 1857.

En cuanto a las garantías individuales, podemos decir que los Constituyentes de 16


y 17 casi aceptaron el sistema de la Constitución de 57 (Recordamos que el primer
Jefe del Ejército Constitucionalista lo que quería era hacer una reforma a la
Constitución de 57). En la Constitución de 17 se acepta el sistema preceptivo de la
Constitución de 57.

La Constitución de 57 tropezó con muchas dificultades; originó la guerra de 3 años


o guerra de Reforma. Las clases privilegiadas (Clero, Milicia) se levantaron contra
la constitución y la Iglesia lanzó anatemas o excomuniones a las que siguieran a la
Constitución de 57, pero la Historia siempre se desenlaza en favor de las causas
justas y triunfa el liberalismo que culmina con la muerte de Maximiliano el 12 de
junio de 1867. El conservadorismo desaparece definitivamente del campo histórico
de México.

La filosofía Jurídico-Constitucional establece que un constitución es legitima no solo


porque haya salido de una asamblea de diputados electos por el pueblo, sino que
es legítima cuando se observa regularmente pro gobernantes y gobernados a pesar
de que la Asamblea no sea auténtica. La Constitución de 57 se legitimó porque
normó la vida del país sin ninguna oposición cruenta o violenta de gobernantes o
gobernados.

De aquí en adelante, todos los movimientos eran en nombre de la Constitución de


57 y el mismo Carranza, no tuvo la intención de que se elaborara una nueva
Constitución recordemos que el Plan de Guadalupe (Carranza) tuvo como fin el
restablecimiento del orden constitucional (huerta).

Pero, ¿Cómo se legitimó la Constitución de 57?... ¿Cómo se sometieron a sus


mandatos los Conservadores?...
El Art. 13 de la Constitución de 57 que equivale al Art. 13 de la Constitución actual,
establecía como garantía la de que nadie puede ser juzgado por leyes privativas; el
gobierno de Juárez, después de restaurada la Republica, expandió un Decreto o ley
que imponía a los Directores del movimiento Conservador una serie de penas, y se
señalaban específicamente a los sujetos que habían sido afectados por dicha pena;
los sujetos estos, invocaron en su defensa la Constitución de 57 contra la cual
habían luchado antes con las armas en la mano; solicitan Amparo y se les concede;
esto significa de la legitación de la constitución de 57; podríamos narrar otros
muchos casos en que se legitima por sus propios detractores la constitución de 57.

COMO SE GESTO EL AMPARO EN LA CONSTITUCIÓN DE 57. Los


Constituyentes tuvieron como antecedente el Acta de Reforma de 47; se elimina el
sistema de tutela Constitucional por órgano político del Acta de 47. Se da al Amparo
el segundo objetivo que ya vimos (Distribución de competencias) pero en cuanto a
competencia para interponer el Amparo, se dijo que serían los Tribunales de la
Federación los que conocieran de él, previo VEREDICTO DE UN JURADO
POPULAR, para saber si un acto o una ley eran contrarios a la Constitución.

En la última sesión del Congreso se aprueba el Proyecto Constitucional, en el


sentido que decimos (El previo veredicto del Jurado Popular Integrado por vecinos)
este fue un error, del proyecto Constitucional, porque el Jurado Popular no está
capacitado para examinar cuestiones constitucionales.

De haber funcionado al Jurado Popular, hubiera fracasado nuestro Amparo, pero no


fue así, sino que se eliminó al Jurado Popular por virtud de un fraude parlamentario.
El asunto estuvo así: El proyecto aprobado debía incorporarse a la constitución; se
nombró una comisión de Estilo en la que figuró León Guzmán que era el Vice-
Presidente del Congreso en funciones de Presidente ya que Don Valentín Gómez
Farías se encontraba enfermo. León Guzmán tenía la función de corregir
literariamente el proyecto aprobado en la sesión; León guzmán tenía que hacer
literariamente a la Constitución, de acuerdo con los antecedentes parlamentarios.
León Guzmán redactó la constitución como miembro de la Comisión de Estilo;
entonces, presentó la Constitución; se dio lectura en el Congreso y nadie se dio
cuenta de que se había suprimido el Jurado Popular, estableciéndose la primacía a
los tribunales.

Así se juró por el Presidente Valentín G. Farías y se expide y se publica.

Pasó el tiempo, en algunos periódicos se criticó el proceder de León Guzmán ya


que su misión había sido depurar la Constitución y que por propia iniciativa había
alterado algunos preceptos y entre ellos el 101 y 102 que se referían al Jurado
Popular. León Guzmán explicó: “Si realmente se suprimió el Jurado Popular, esa
supresión no sólo se debió a mí sino también al Congreso Constitucional que
tampoco advirtió mi error”; prosiguió: “Durante tres noches trabajé sobre el Estilo de
la Constitución, cotejando las Actas con el texto del Proyecto constitucional;
entonces en la última sesión llevé a dos secretarios, uno de los cuales daba lectura
el precepto original y el otro leía el precepto arreglado ya por mí, tal como se
presentó ante el Congreso”; se leyó el proyecto original, las votaciones referentes
al Amparo y el 101 y el 102 relativos al Jurado popular. Se aprobó así lo hecho por
León Guzmán y se juró la Constitución. Así, -decía León Guzmán- el culpable del
fraude parlamentario no sólo soy ya sino todo el Congreso.

La Constitución de 57 en lo que toca al Juicio de Amparo requirió de diferentes leyes


reglamentarías; la primera ley reglamentaria de los artículos 101 y 102 (referentes
al amparo) fue la de 1862 que fue sustituida por la Ley de Amparo y el Rigth of
Habeas Corpus”; esta Ley de 69 fue declarada inconstitucional porque conforme al
artículo 101 procedía el Amparo contra cualquier acto de autoridad qué violase
garantías individuales; entonces, si la Ley de 69 restringió la procedencia
constitucional del Amparo a los actos de autoridades judiciales, estaba en contra
del texto constitucional.

En la Ley de 82 se suprimió esta causa de improcedencia y se dejó la puerta abierta


para combatir actos de autoridades judiciales.

En la Ley de 69 se vislumbra la Institución de Suspensión del Acto Reclamado; ésta


ley daba facultades discrecionales al Juez de Distrito Para que ordenara la
suspensión del acto reclamado cuando éste ocasionara perjuicios irreparables al
quejoso. En la ley de 82, se reglamenta la suspensión, aunque no perfectamente y
se distingue entre la suspensión provisional y la definitiva.

El Código de Procedimientos Federales de 97 siguió a la Ley de 82; en 97 se realiza


una compilación de todos los ordenamientos Federales y es así como en este
Código se incluyó un capítulo para el Juicio de Amparo; este Código estuvo en vigor
hasta 1908 en que surgió el código de Procedimientos civiles, en el cual se regulaba
como procedimiento civil al Juicio de Amparo; esta fue la última Ley Reglamentaria
de los artículos 101 y 108.

Bajo la vigencia de la Constitución de 17 han surgido dos leyes; la de 1919 y la de


enero de 1936.

Con esto damos por terminado el aspecto histórico de nuestro curso y la vez próxima
entraremos al estudio del artículo 13 Constitucional. Les advierto que dada la
premura del tiempo sólo veremos el artículo 13, el 14 y la primera parte del 16 y
luego entraremos al estudio del Juicio de Amparo.

Vamos en esta clase a estudiar el artículo 13 de nuestra Constitución, después de


haber hecho un recorrido histórico a cerca de la situación del individuo como
gobernado en los diferentes regímenes de algunos Estados.
El Art. 13 consagra varias garantías de igualdad, la primera de ellas consiste en que
nadie puede ser juzgado por leyes privativas no por tribunales especiales; nadie
puede gozar de fuero a título de privilegio y que subsiste el güero de guerra para los
delitos militares prohibiéndose a los fueros castrenses que sujeten a proceso a una
persona que no sea militar.

Examinemos; NADIE PUEDE SER JUZGADO POR LEYES PRIVATIVAS:- Las


garantías individuales son relaciones jurídicas de Supra o Subordinación, y
entendemos por estas, aquellas que denotan vínculos jurídicos que se entablan
entre dos sujetos en diferente plano, entre uno que desempeña actos de soberanía,
de autoridad y otro que es un particular con carácter de gobernado; son relaciones
de desigualdad; bien, el término NADIE, implica ningún gobernado, entendiéndose
pro gobernado toda persona física o moral, cuya esfera de acción jurídica, es
susceptible de constituir la materia de un acto de autoridad; Acto de autoridad es un
acto unilateral, iterativo, coercitivo, realizado o realizable pro un órgano del Estado.
Así, ninguna persona física o moral puede ser juzgada por leyes privativas.

El concepto central que no sirva para interpretar esta primera parte del artículo 13
constitucional es el de “Ley Privativa”; ¿Qué debemos entender pro ley privativa?...
¿En qué se distingue de la Ley especial?...

Veremos primero el concepto jurídico de ley:- La Ley es un Acto Jurídico.- Este es


un género próximo y ¿Qué es un acto jurídico?... ¿En qué se diferencia un acto
jurídico de un hecho jurídico?... El hecho Jurídico es un acontecimiento que tiene
como objetivo inmediato producir consecuencias de derecho; en esto es
precisamente en lo que se diferencia del hecho material que no produce efectos
jurídicos.

Ahora, en el hecho jurídico, el que lo realiza no desea que se produzcan las


consecuencias jurídicas de él, en cambio, el acto jurídico es intencional, ya que el
que lo realiza quiere que ese acto produzca las consecuencias del derecho. Todo
acto jurídico es un hecho jurídico lato sensu, ya que ambos producen consecuencias
de derecho. La ley es un acto jurídico ya que el Legislador quiere que nazca; la ley
es pues un acto jurídico; ahora bien, la ley es un acto jurídico público porque se
realiza por órganos del Estado y no por particulares, atribuidas esta facultad a los
órganos del Estado que él mismo señala (Poder Legislativo).

Tanto los actos jurídicos como los actos administrativos y la Ley son actos de
autoridad, Imperativos, unilaterales y coercibles y la esfera jurídica del particular
puede ser susceptible de ser afectada por un acto de autoridad. Debemos distinguir
entonces el concepto Ley como acto jurídico, de la función jurisdiccional y de la
administrativa. La ley es un acto jurídico público, cuyas características son la
GENERALIDAD, la ABSTRACCION y la IMPERSONALIDAD, en cambio, los actos
jurisdiccionales tienen las características contrarias: Concreción, individualidad y
particularidad.

Qué se entiende por abstracción?- La norma jurídica, sólo toma en cuenta un ente
abstracto para establecer, con base en él una regulación, es decir, un ente abstracto
para establecer, con base en él una regulación, es decir, un ente abstracto, toma la
ley siempre un ente abstracto (verbigracia el concepto de comerciante, de hombre,
el concepto de inmueble, etc.) un concepto que no se agota en los entes
individuales, numéricamente contados o limitados, sino que se da en ellos y en
todos los demás.

De la abstracción se derivan los otros dos elementos: Impersonalidad y generalidad;


Impersonalidad: la ley no rige para un número de personas, sino para todas las que
entren dentro de su supuesto. El capítulo del Código Civil (por ejemplo) que regula
la relación de arrendamiento no se refiere a un número de contratos de
arrendamiento limitado, sino al contrato de arrendamiento in genere, in abstracto,
rige a todos los contratos de arrendamiento que se puedan celebrar en lo futuro.

La ley es general ya que no se refiere a un ente concreto; de ahí que la ley implique
siempre un juicio lógico que tiene como sujeto a un ente abstracto, supuesto es
abstracto igualmente y el Predicado es la regulación que son torno a éste ente
presenta.

Un acto administrativo y un acto jurisdiccional no son actos abstractos, impersonales


y generales, sino que tienen como características la concreción, la personalidad y
la particularidad, ya que solo surten sus efectos en relación con las situaciones
concretamente determinadas que los hayan motivado. Los actos administrativos y
jurisdiccionales son reestructurados al acta en virtud de que no pueden surtir efectos
para los que no intervienen en ellos.

¿Entre un acto jurisdiccional y un administrativo qué diferencia encontramos?... En


el acto administrativo se aplica la ley a un caso concreto; si yo reúno los requisitos
necesarios para que se me otorgue una concesión minera, el Poder administrativo
tiene que dictar una resolución en ese sentido. La aplicación legal en el acto
jurisdiccional es indudablemente la misma, solo que en éste, la aplicación de la ley
es necesariamente en virtud de una controversia, cosa que no sucede en un acto
administrativo. En el acto jurisdiccional debe existir siempre un conflicto jurídico
previo.

Pues bien, una ley privativa no es una ley, vamos a dar otras explicaciones antes
de seguir adelante.
Comenzábamos a ver la competencia en materia de amparo. Dijimos que los
Tribunales de la Federación, ejercen dos especies de función judicial: La función
Judicial propiamente, y la función jurídico constitucional. En la primera, los
Tribunales de la Federación no se erigen en órganos tutelares de la Constitución, la
finalidad de esta función es resolver los conflictos jurídicos del orden federal; en
cambio, al ejecutar la función jurídico constitucional, que se ejercita siempre por
medio del amparo, si se está tutelando la constitución. Se le llama jurídica a la
función precisamente porque se está tutelando a la Constitución, y se le llama
política porque se está realizando una relación de poder a poder.

Nos referimos a la competencia entre los órganos judiciales comunes, es decir,


cuando no se trata de amparo.

Tratándose de la función judicial propiamente dicha, prevista en los artículos 104,


105 y 106 constitucionales, se ejercita en primera instancia por los Jueces de
Distrito. El Art. 104 Constitucional en su Frac. I, establece la concurrencia de
jurisdicción entre los Tribunales de los Estados y los de la Federación. Cuando la
controversia afecte intereses sociales, será competente un Juez de Distrito, un Juez
Federal. Cuando en un juicio intervenga una autoridad Federal (Pensiones v. gr.) y
esté conociendo un Juez local cesará su jurisdicción y conocerá del asunto una
autoridad federal porque la jurisdicción federal es atrayente. Así se explica que un
juicio Eje. Merc. Puede entablarse indistintamente ante un Juez de Distrito o ante
un Juez Común.

De acuerdo con el Art. 104 Constitucional los Jueces de Distrito son competencias
para conocer en Primera Instancia y en la Segunda Instancia conocerán los
Tribunales Unitarios de Circuito. Aquí termina la tramitación del Juicio Federal. Así,
por ejemplo, se dicta una sentencia por un Juez de Distrito en un juicio Ord. Merc.,
(Primera Instancia), el afectado, puede recurrir esa sentencia en Segunda Instancia
atención del juicio federal. En síntesis, el Tribunal de Segunda Instancia en los
Juicios federales que se tramitan en Primera Instancia ante los Jueces de Distrito,
es el Tribunal Unitario de Circuito.

Pues bien, los Tribunales Unitarios de Circuito No son Tribunales de Amparo. Son
Tribunales de Segunda Instancia para conocer los recursos que se den contra las
resoluciones que dicten los Jueces de Distrito.

Las sentencias de los Tribunales Unitarios de Circuito son impugnables en amparo


directo ante el Tribunal Colegiado de Circuito o ante la S.C.J.

Por lo dicho, los jueces de Distrito conocerán en Primera Instancia de juicios


federales en los casos a que se refiere el Art. 104 Constitucional.
LA COMPETENCIA DE LA S.C.J. EN CASOS DIFERENTES AL AMPARO.-
En estos casos la S.C.J., conocerá en UNICA INSTANCIA, y solo de los casos
señalados en los Arts. 105 y 106 constitucionales. Fuera de estos casos, los demás
a que se refiere el 104 constitucional corresponden a la competencia de los otros
tribunales federales.

Vamos a referirnos al tema que nos intereses, o sea, la competencia para conocer
del juicio de amparo. Desde luego, los órganos competentes para conocer del
amparo son tres: Los jueces de Distrito, los Tribunales Colegiados de Circuito y la
Suprema Corte de J. Los Tribunales Unitarios de Circuito NO ejercitan la función
político constitucional, y en correspondencia, los Tribunales Colegiados de Circuito
NO ejercitan la función judicial propiamente dicha.

Para tratar el tema de competencia vamos a poner varias hipótesis competenciales:

PRIMERA HIPÓTESIS.- Competencia para conocer del amparo entre Los jueces
de Distrito por un lado y los Tribunales Colegiados de Circuito y la Suprema Corte
de Justicia por el otro. ¿Cuándo conocen del amparo los Jueces de Distrito y cuándo
los Tribunales Colegiados o la Suprema Corte de Justicia?...

Conocen del amparo los Jueces de Distrito cuando el acto reclamado no sea una
sentencia definitiva civil o penal o un laudo arbitral definitivo.

Este principio delimita la competencia del Juez de Distrito por una parte y la de los
Tribunales Colegiados de Circuito y la S.C.J. por otras.

Pero además, señalan los casos de procedencia del amparo directo o uní instancial
y del amparo indirecto o biinstancial. Veamos el principio anterior a contrario sensu:
cuando se trate de una sentencia definitiva civil o penal, o de un laudo arbitral
definitiva, conocerán del amparo los Tribunales Colegiados de Circuito o la Suprema
Corte de Justicia. El principio expuesto se desarrolla en los Arts. 107 y 104
constitucional en relación con el 158 y 158 bis de la ley de Amparo.

Sentencia definitiva civil penal, para los efectos de la competencia en amparo.- En


Derecho Procesal Común, sentencia definitiva es la que resuelve la cuestión de
fondo, la cuestión principal y se distingue de la interlocutoria que resuelve una
cuestión incidental o accesoria que surja en un juicio. Ahora bien, para los efectos
del amparo, por sentencia los efectos del amparo, por sentencia definitiva se
entienden no solamente la sentencia que resuelva la cuestión principal, sino
además, aquella sentencia contra la cual no proceda ningún recurso ordinario.
Además se requiere que la sentencia recaiga en juicios civiles o penales, sino en
asuntos fiscales v.gr., no hacen surgir la competencia de los Tribunales Colegiados
de Circuito ni de la S.C.J. de esta forma, de las sentencias que dicta el Tribunal
Fiscal, conocerá el Juez de Distrito respectivo.

Se requiere en materia laboral, que el laudo sea definitivo, es decir, que no resuelva
cuestiones accesorias, sino que resuelva la cuestión de fondo. La Jurisprudencia ha
hecho extensiva la procedencia del amparo directo a los laudos arbítrales, siempre
y cuando sean definitivos. Conocerá de ellos la Corte o los Tribunales de Distrito.

SEGUNDA HIPOTESIS.- Competencia en materia de amparo directo entre los


Tribunales Colegiados del Circuito por una parte y la S. C. de J. por la otra.

La primera hipótesis trató de la competencia en materia de amparo en general entre


los jueces de Distrito por un lado y los Tribunales Colegiados de Circuito y la S.C.J.
por otro.

Ahora veremos la competencia entre los Tribunales Colegiados de Circuito por un


lado y la S.C.J. por otro tratándose de amparo directo.

Dijimos que de las sentencias definitivas civiles o penales o de los laudos arbítrales
definitivos conocen el Tribunal Colegiados de Circuito o la S.C.J.; pues bien,
¿Cuándo conoce la S.C.J. y cuándo el Tribunal Colegiado?...

El amparo se entablará ante el Tribunal Colegiado cuando en la demanda de


amparo se aleguen violaciones en la escuela del juicio cuando se han violado las
normas del procedimiento anteriores a la sentencia.

Se interpondrá el amparo ante la S.C.J. cuando en la demanda se aleguen


violaciones ya no en la secuela del juicio sino en la propia sentencia definitiva civil
o penal o en el laudo arbitral definitivo.

Vamos a tocar ahora la segunda hipótesis de competencia en materia de amparo.

El amparo directo procede siempre contra sentencias definitivas civiles o penales o


contra laudos arbítrales definitivos; para conocer del amparo directo son
competentes los Tribunales Colegiados de Circuito o la Suprema Corte de Justicia.
Ahora nos preguntamos ¿En qué casos conocen los Tribunales Colegiados y en
qué casos la S.C.J.?
Ante los Tribunales Colegiados de Circuito se promoverá el amparo cuando en la
demanda se aleguen violaciones cometidas durante el juicio civil, penal o laudo
arbitral en que se dictó la sentencia definitiva. Así, la competencia de los Tribunales
Colegiados de Circuito en materia de amparo se determina por la índole de las
violaciones alegadas.

En el caso de que se aleguen violaciones en la propia sentencia definitiva, el amparo


se interpondrá ante la Suprema Corte de Justicia.

Cuando dentro de un juicio civil se registren violaciones durante su tramitación, por


autos anteriores a la sentencia definitiva, el agraviado tiene que preparar el amparo
directo que vaya a interponer una vez que se dicta la sentencia definitiva; la
preparación consiste en el incidente de reparación constitucional y en la protesta
que ya veremos.

Si en la demanda de amparo se alegan violaciones al procedimiento, pero además


violaciones en la propia sentencia, se interpondrá ante el Tribunal Colegiado de
Circuito quien conocerá en amparo directo las violaciones del procedimiento si
concede amparo al quejoso, el amparo tendrá carácter restituido, responde todo
procedimiento. Si el Tribunal Colegiado de Circuito niega el amparo, se tiene que
abstener de calificar las violaciones que se aleguen en la misma demanda respecto
de la sentencia; lo que hará el Tribunal Colegiado es remitir el expediente a la
Suprema Corte para que ella conozca de esos agravios. A esto se le llama
Bifurcación Competencial del Amparo.

Ahora vamos a referirnos a la tercera hipótesis competencial. Se enuncia así:


competencia entre los Tribunales Colegiados de Circuito por una parte y la S.C.J:
por la otra parte conocer del amparo biinstancial o indirecto en Segunda Instancia.

Dijimos que el amparo ante Juez de Distrito procede cuando el acto reclamado no
sea una sentencia definitiva civil o penal o un laudo arbitral definitivo. Aquí procede
el amparo indirecto o biinstancial; pues bien, el amparo que dictan los Jueces de
Distrito tiene dos Instancias, por eso se llama biinstancial.

La Segunda Instancia de la sentencia dictada por el Juez de Distrito se llama


REVISIÓN. La revisión procede contra las sentencias dictadas en materia de
amparo por los jueces de Distrito.

¿En qué casos conocen en Segunda Instancia los Tribunales Colegiados de Circuito
de un amparo indirecto y en qué casos conoce en revisión de la sentencia dictada
por el Juez de Distrito la Suprema Corte de Justicia.

Para conocer en Segunda Instancia (Revisión) de una sentencia dictada por un Juez
de Distrito, la Regla General es que DE LA REVISION CONOCE EL TRIBUNAL
COLEGIADO DE CIRCUITO.

Conocerá la Suprema Corte de Justicia de las Revisiones:

PRIMERO: Cuando en el amparo indirecto en que se haya dictado la sentencia


recurrida, por el Juez de Distrito, se haya planteado una cuestión sobre
inconstitucionalidad de una ley.

SEGUNDA: Cuando en el amparo en que se dictó la sentencia por el Juez de


Distrito, hay versado sobre una cuestión administrativa, y se señale como autoridad
responsable una autoridad federal.

TERCERA: Cuando en el amparo promovido ante el Juez de Distrito, se aleguen


violaciones el Art. 22 constitucional exclusivamente; si se alegan violaciones,
además de al 22, a otros artículos constitucionales, no será válida la excepción y el
amparo se interpondrá ante el Tribunal Colegiado de Circuito.

CUARTA: Cuando la demanda de amparo entablada ante el Juez de Distrito se haya


basado en las fracciones II y III del Artículo 103 constitucional.

Fuera de estos casos, la Revisión procede ante el Tribunal Colegiado de Circuito.

La vez próxima repetiremos estas normas de fijación competencial entre la S.C.J. y


los Tribunales Colegiados de Circuito, en el relativo a Revisión.

Estábamos viendo en la clase pasada la tercera hipótesis competencial ¿Cuándo


conoce de la revisión de la S.C.J. y cuándo el Tribunal Colegiado de Circuito?

Contra las sentencias dictadas en la Audiencia Constitucional por los Jueces de


Distrito, concediendo, negando o sobreseyendo el amparo, procede la revisión, de
que la conocen los Tribunales Colegiados de Circuito (Esta es la regla general) sin
embargo existen casos de excepción en los que conoce la Suprema Corte de la
revisión; estos casos son los siguientes:
1.- Cuando el juicio en que se dictó la sentencia por el Juez de Distrito, se haya
tratado una cuestión de inconstitucionalidad de una ley.
2.-Cuando en un amparo que verse sobre materia administrativa, la autoridad
responsable sea federal (La Suprema Corte de Justicia considera a las autoridades
del Depto. Del D.F. como Federales).
3.- Cuando en un amparo penal, únicamente se reclaman violaciones al artículo 22
constitucional (es el precepto que prohíbe las penas inusitadas, azoteas, palos, etc.)
si se reclaman además de violaciones al artículo citado, violaciones a otros artículos
constitucionales, del amparo conocerá el Tribunal Colegiado. En realidad es raro el
caso en que se señale el artículo 22 violado, porque casi siempre al violarse este
artículo se violan algunos otros como el 14 o el 16 v.gr.
4.- Cuando el amparo se haya fundado en las fracciones II o III del artículo 103 de
la constitución que establecen la procedencia del amparo por invasión
competencial.
Fuera de estos casos, las sentencias dictadas por los jueces de Distrito son
revísales por el Tribunal Colegiado correspondiente. Estas son las reglas para fijar
la competencia en esta tercera hipótesis entre el Tribunal Colegiado de Circuito y la
Suprema Corte de Justicia en amparo indirecto de segunda instancia.

CUARTA HIPÓTESIS.- Competencia entre las diferentes salas de la Suprema


Corte, para conocer, tanto el amparo directo como de la revisión.

LA Corte tiene cuatro salas cuya competencia se determina por la materia, así, si el
amparo directo es contra laudos arbítrales dictados por las juntas o por el Tribunal
de arbitraje conocerá la Cuarta Sala que es la de trabajo; si se trata de un amparo
penal, conocerá la Sala Primera que es la Penal, si es sentencia administrativa se
surte la competencia a favor de la Segunda Sala que es la Sala Administrativa; si
por último la sentencia es civil, conocerá la Tercera Sala de la Corte.

Estrictamente no hay amparo directo en materia administrativa porque el amparo


directo procede contra sentencias definitivas civiles, penales o laudos arbítrales
definitivos; la ley no habla de sentencia definitiva administrativa. Realmente no
procede al amparo directo en materia administrativa. Sin embargo, puede haber un
caso, contrario desde luego a la ley, pero que en la realidad hace surgir la
competencia de la Sala Administrativa para conocer de él; los jueces del Distrito
conocen, además de los juicios de amparo, de los juicios ordinario federales, cuando
se trate de anular procedimiento seguido ante una autoridad administrativa. La
sentencia del Juez de Distrito, es recurrible ante el Tribunal unitario de Circuito, y la
sentencia de este es impugnable en amparo directo; como la materia se
administrativa conocerá del amparo la Suprema Corte de Justicia por medio de su
Sala respectiva.
Tratándose de la revisión, operan las mismas reglas para fijar la competencia de las
Salas de la Corte.

QUINTA HIPOTESIS.- Competencia para conocer del amparo directo entre los
diferentes Tribunales Colegiados de la República. La regla se basa en el territorio.
Cada Tribunal Colegiado tiene una circunscripción territorial y esta se integra por la
jurisdicción territorial de los diferentes Jueces de Distrito; entonces, es competente
en Tribunal Colegiado para conocer del amparo directo, cuando la autoridad
responsable esté ubicada dentro de la jurisdicción del Tribunal Colegiado de
Circuito. Es la residencia de la autoridad responsable lo que determina la
competencia de los Tribunales Colegiados de Circuito que son 6: 2 en el D.F., uno
en Veracruz, uno en Puebla, uno en Monterrey y otro en Guadalajara.

SEXTA HIPOTESIS.- Competencia entre los diferentes Jueces de Distrito de la


República 40 en total. ¿Cuándo es competente un Juez de Distrito para conocer de
un amparo indirecto?... Esta hipótesis es muy importante y en ella encontramos
reglas diferentes. La fundamental, que está consignada en el 2º párrafo del artículo
36 de la Ley de Amparo, se enuncia así: es competente un Juez de Distrito para
conocer del amparo indirecto o biinstancial, cuando dentro de su jurisdicción se
ejecuta la o trata de ejecutarse el acto reclamado. Esta regla se basa en el territorio
y es la regla básica. Ejemplo: Juan Pérez sabe que un Juez de lo Penal de
Guadalajara ha librado una orden de aprehensión en contra de él, Juan Pérez radica
en México, por ello el lugar en donde se le va a detener, a aprehender es México;
en estas circunstancias no es competente para conocer del amparo el Juez de
Distrito de Guadalajara sino alguno de los Jueces de Distrito del D.F., porque es
aquí donde se va a ejecutar el acto reclamado. Esta regla la ha aclarado la
jurisprudencia de la Corte diciendo que si entre los diferentes actos reclamados hay
algunos que ameritan ejecución material y otros no, es competente para conocer
del amparo el Juez de Distrito del lugar en que vayan a ejecutar materialmente los
actos reclamados.

2ª Regla.- También es regla territorial. Cuando los actos reclamados por su


naturaleza ejecutiva se puedan realizar en diferentes lugares correspondientes a
diferentes jurisdicciones en que radiquen Jueces de Distrito, será competente el del
lugar que primero hay prevenido. (Párrafo II Art. 16 Ley de Amparo), es decir, es
competente cualquiera de los Jueces dentro de cuya jurisdicción se vaya a realizar
el acto reclamado; el particular puede elegir el Juez que quiere que conozca del
asunto.

3ª Regla.- Es Juez de Distrito competente aquél de cuya jurisdiccional resida la


autoridad responsable cuando el acto reclamado no sea por su naturaleza
ejecutable, que no amerita ejecución material (Art. 36 párrafo III Ley de Amparo).
4ª Regla.- Cuando se trate de resoluciones que por su propio dictado sean
violatorias de garantías, sean o no ejecutables, es Juez de Distrito competente aquél
donde resida la autoridad que la hubiera emitido, siempre que esa resolución no
hubiere empezado a ejecutarse, en cuyo caso conocerá el Juez de Distrito del lugar
en que se ejecuten o vayan a ejecutarse los actos reclamados. Una resolución es
violatoria de garantías por sí misma cuando la dicte una autoridad que no esté
facultada para hacerlo (Sent. Civ. Dictada por el Tribunal Fiscal) (Art. 36 Párrafo IV
Ley de Amparo).

Estudiábamos la séptima hipótesis competencial que consiste en la determinación


de la competencia en materia de amparo entre los diferentes Jueces de Distrito.

Para determinar esta competencia existen tres criterios: a).- EL CRITERIO


TERRITORIAL, EL CRITERIO MATERIAL Y EL QUE SE DERIVA DE LA INDOLE
ESPECIAL DE ALGUNAS AUTORIDADES RESPONSABLES.

Vimos las reglas que constituyen el criterio territorial.


El Criterio Material para la Fijación de Competencia en materia de Amparo, de los
Jueces de Distrito: El amparo puede versar sobre diversas materias penal, civil,
administrativa o laboral de acuerdo con la índole del acto reclamado; dentro de la
materia administrativa se comprende, tanto a la administrativa propiamente dicha
como la laboral para la fijación de la competencia, pues bien, este criterio solo opera
tratándose de Jueces de Distrito en el D. F., porque aquí tenemos Jueces de Distrito
en cada una de las diferentes materias Los juzgados de Distrito foráneos tienen
competencia trimaterial, pueden conocer indistintamente de cualquier amparo
indirecto. Así, el criterio material no se aplica para los Jueces de Distrito foráneos;
esta competencia trimaterial se estableció por las Reformas a la Ley de Amparo y a
la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación de 1950. Antes de ella, en
Guadalajara, Puebla o Veracruz, donde existen dos Jueces de Distrito, el Primero
conocía solo de la materia penal y el Segundo conocía de las otras materias. Así,
es bien sencillo este criterio material.

El tercer deriva de la índole de las diferentes autoridades responsables que pueden


figurar en un Juicio de Amparo.

Cuando un Juez de Distrito sea autoridad responsable, para conocer del Amparo
será competente otro Juez de Distrito de la misma jurisdicción del responsable,
cuando no exista otro Juez de Distrito, con la misma jurisdicción del responsable,
es Juez de Distrito competente el más inmediato al responsable.

Esta es la primera regla para conocer la competencia por la índole de determinadas


autoridades responsables; Supongamos que en un juicio ejecutivo mercantil se dictó
una sentencia, el agraviado, la recurre en amparo. (La sentencia fue dictada en el
1º de Depto.), pero aparece un tercero perjudicado, entonces, ésta, deberá
promover su amparo ante el Juez 2º de Distrito.

LA SEGUNDA REGLA:- Cuando el acto reclamado consiste en una resolución


dictada por un Tribunal Unitario de Circuito, en este caso será competente para
conocer del amparo el Juez de Distrito que pertenezca a Circuito distinto del Tribunal
Unitario de Circuito correspondiente y que sea el más próximo a la residencia del
Unitario.

Con esto terminamos el tema relativo a competencia; ahora veremos la


JURISDICCIÓN CONCURRENTE Y LA COMPETENCIA ANEXA O AUXILIAR EN
MATERIA DE AMPARO. Este tema se relaciona grandemente con el de
competencia.

Cuando hablábamos de la función judicial propiamente dicha, dijimos que existe


concurrencia entre las autoridades federales y los jueces locales. En materia de
amparo existe también la jurisdicción concurrente que opera entre un Juez de
Distrito y el Superior jerárquico del que hay dictado la resolución reclamada. (107
constitucional y 130 de la Ley de Amparo). El quejoso puede promover el amparo
ante el Juez de Distrito o ante la autoridad superior jerárquica del Juez que haya
dictado la resolución; pero esta concurrencia solo opera tratándose de resoluciones
penales que violen los artículos 16, 19 o 20 constitucionales.

Dijimos que los Tribunales Unitarios de Circuito no conocían de amparo, sin


embargo existe un solo caso en que si podrán conocer de él. Veamos:

Un juez de Distrito, el 2º en materia penal, dicta un auto de formal prisión contra


Jaime Güemez, éste, puede interponer el amparo ante otro Juez de Distrito de la
misma jurisdicción, pero también puede interponer su amparo ante el superior
jerárquico del Juez de Distrito, y como sabemos, el superior jerárquico del Juez de
Distrito es el Tribunal Unitario de Circuito. Este es un caso insólito en que se acude
al amparo ante el Tribunal Unitario.

Esto es lo que se llama jurisdicción concurrente en materia de amparo.

Contra un auto de formal prisión procede la apelación o el amparo; entonces el


superior jerárquico del Juez que conoció del proceso (Tribunal Sup. Just.) Puede
conocer de la apelación o del amparo.

LA COMPETENCIA AUXILIAR EN MATERIA DE AMPARO.- Las autoridades


judiciales comunes (Juez de Primera Instancia, Juez Menor o Juez de Paz) son
auxiliares de la justicia federal en materia de amparo, pero esta competencia es muy
limitada. Hay que entender que solo cuando no haya Juez de Distrito en el lugar
pueden actuar las autoridades comunes. Pues bien, un Juez de Distrito en el lugar
puede actuar las autoridades comunes. Pues bien, un Juez de Primera Instancia
puede conocer de una demanda de amparo, pero solo que se trate de actos de los
que se refieren en el artículo 17 de la ley de amparo (que pongan en peligro la vida,
actos que tienden a desterrar a una persona, etc. Etc.) Fuera de estos actos no
opera la competencia auxiliar. La competencia auxiliar se estableció por el legislador
para conocer de determinados casos urgentes, a efecto de conceder la suspensión
al quejoso.

Las competencia auxiliar ni importe la tramitación plena del amparo; en estos casos,
cuando se trate de los actos a que se refiere el artículo 17 de la ley de Amparo, el
Juez común se debe concretar a admitir la demanda y proveer sobre la suspensión
y una vez hecho esto, debe remitir el expediente al Juez de Distrito correspondiente.

Esta es la competencia anexa o auxiliar. La vimos que es muy restringida en cuanto


a su procedencia y en cuanto a su tramitación, ya que el Juez se debe concretar a
dictaminar sobre la suspensión.

Con esto damos por concluido el tema relativo a competencia en materia de amparo.
La clase próxima veremos las “CAUSAS DE IMPROCEDENCIA DEL AMPARO”.

Vamos a comenzar el estudio de LAS CAUSAS DE IMPROCEDENCIA DEL


JUICIO DE AMPARO.
La improcedencia de la Amparo propiamente es de dos tipos: LA IMPROCEDENCIA
CONSTUCIONAL y LA IMPROCEDENCIA LEGAL. La primera es de tipo absoluto,
necesario, la legal es de tipo relativo o contingente.

El Artículo 103 constitucional establece, la procedencia constitucional del amparo;


pero hay casos en que la misma constitución establece que el amparo es
improcedente para impugnar determinados actos que abstractamente ella consigna;
en estos casos nos encontramos frente a la improcedencia constitucional del
amparo, que solo debe consignarse en la constitución.

Si conforme al artículo 103, el amparo es procedente para atacar cualquier ley o


acto de autoridad estricto sensu que viole garantías individuales, o cualquier ley o
acto que signifique invasión de competencias, sólo un artículo de la constitución lo
puede hacer improcedente; nunca es dable a una ley secundaria restringir la
procedencia del amparo.
El amparo para atacar resoluciones dictadas por las Cámaras, a propósito de la
elección o remoción de sus miembros, es improcedente. Esta es una improcedencia
absoluta establecida en el artículo 60 constitucional es un caso de improcedencia
constitucional.

El artículo 3º constitucional establece otro caso de improcedencia absoluta. II.- Los


particulares podrán impartir educación en todos sus tipos y grados. Pero por lo que
concierne a la educación primaria, secundaria y normal y a la de cualquier tipo o
grado, destinada a obreros y a campesinos, deberán obtener previamente, en casa
caso, la autorización expresa del poder público. Dicha autorización podrá ser
negada o revocada, SIN QUE CONTRA TALES RESOLUCIONES PROCEDA
JUICIO O RECURSO ALGUNO.

Otro caso es el que dice que el amparo es improcedente contra las resoluciones
rotatorias y restitutorias que se establezcan a favor de los pueblos (27
constitucional).

Desde luego no hay que confundir la improcedencia absoluta con la inexistencia de


la acción de amparo que derive de la no colmación de los requisitos de procedencia
del amparo. Al referirnos a la inexistencia aludimos a la falta de requisitos de
procedencia del amparo, a la falta de requisitos que se encuentran colmados real y
objetivamente, no a los requisitos ideales, subjetivos. Al hablar de inexistencia nos
referimos a los requisitos reales, que se prueban efectivamente. En caso de que no
se lleguen a probar, (el acto reclamado v. gr.) el amparo será inexistente.

En la improcedencia constitucional existen todos los elementos del amparo, todos


los elementos que requiere la acción de amparo, solo que por factores extrin secos
a la acción de amparo, esta es improcedente.

¿Qué diferencia hay entre las dos clases de improcedencia? En la improcedencia


absoluta o necesaria, y la acción de amparo es improcedente atendiendo a factores
objetivos ajenos a la voluntad del quejoso. La improcedencia relativa deriva siempre
de la actitud que el quejoso haya asumido frente al acto reclamado. Cuando se viola
el principio de definitivita y directamente se ataca el acto en amparo, es
improcedente, y lo es por el olvido de agotar previamente los recursos ordinarios;
ese acto sí es impugnable en amparo; ese mismo acto sería impugnable en amparo
por otra persona que hubiera agotado los recursos ordinarios; por eso se le llama a
esta improcedencia, relativa o contingente, y es relativa la improcedencia porque
deriva de la actitud que el quejoso asumió frente al acto reclamado.

Una persona impugna una resolución dentro del término concedido para hacerlo,
pero dicha resolución es de tipo político; el amparo será improcedente, no por la
actitud que el quejoso hay asumido frente al acto reclamado, sino por la misma
índole del acto, por ello será una causa de improcedencia absoluta.

El artículo 73 constitucional enumere una serie de causas de improcedencia (18);


algunos de estos casos revelan una improcedencia relativa y otros revelan una
improcedencia absoluta.

Fr. I (Primer caso).- El Juicio de amparo es improcedente contra actos de la


Suprema Corte de Justicia. La improcedencia deriva de la índole de la autoridad
que pudiera ser responsable. Es improcedencia absoluta porque siendo la S.C.J. el
órgano de control máximo es obvio que sus resoluciones no puedan ser atacadas
por ninguna vía; suponer lo contrario sería tanto como incidir en aberraciones
monstruosas: ¿Quién puede decidir que las resoluciones de la Corte sean
violatorias de garantías?... ¿Podría un inferior juzgar los actos de un superior?... ¿El
poder ejecutivo podría vetar las resoluciones de la Corte?... La sola concepción de
esta idea es repulsiva. Entonces esta causa de improcedencia se justifica
plenamente, pero esta primera fracción está incompleta porque que los Tribunales
Colegiados de Circuito, tanto en lo que concierne al amparo directo, y a la Revisión,
son pequeñas Supremas Cortes de Justicia, porque la Corte no tiene facultades
para revisar los actos del Colegiado, salvo un caso que ya veremos, pero fuera de
este caso, todas las resoluciones del Tribunal Colegiado son inatacables
jurídicamente. Entonces, al hablar de la improcedencia de amparo contra las
resoluciones de la Corte, debemos hacerla extensiva a las resoluciones del
Colegiado, que también se justifica, porque, repetimos, actúan los Tribunales
Colegiados de Circuito como pequeñas Supremas Cortes de Justicia.

Fracc. II (Segundo caso).- El juicio de amparo es improcedente contra cualquier


resolución que se dicta en el propio juicio de amparo. Suponer lo contrario sería
tanto como incidir en una cadena sin fin de juicios de amparo. No procede pues el
amparo contra ninguna resolución dictada en un juicio de amparo. Esta es la primera
parte de la segunda fracción del artículo 73 constitucional; la segunda parte dice
que el juicio de amparo es improcedente contra cualquier acto realizado para
cumplir o ejecutar una resolución de amparo. Pero en este caso, lo difícil es
determinar cuándo un acto de una autoridad se realiza en cumplimiento de una
resolución de amparo y entonces se presenta el problema siguiente que vamos a
analizar en diferentes hipótesis: si se trata de actos nuevos, si procederá un
segundo amparo, porque esos actos, aunque realizados con motivo al cumplimiento
de una sentencia de amparo, son distintos a los reclamos en ella. Pero para
determinar cuándo un acto es nuevo, surgen diferentes problemas a los cuales nos
referimos someramente: Cuando la autoridad responsable se ciñe a los alcances de
una sentencia de amparo, y dicta una segunda resolución, con el mismo sentido
que el de la anulada, esta es una resolución nueva que sí es impugnable por un
segundo amparo.
¿Cuándo un segundo acto es repetición del primero, que fue anulado en amparo, y
cuándo es un acto nuevo?... Esto lo veremos la próxima clase.

Distinguimos entre improcedencia absoluta o necesaria y relativa o contingente.


Examinamos el primer caso de improcedencia del amparo que señala el artículo 78.
El amparo es improcedente contra actos de la Suprema Corte de Justicia. Veíamos
la segunda Fracc. Del Art. 73 que señala dos casos de improcedencia: cuando se
trata de amparo contra actos de una autoridad realizados con motivo del
cumplimiento de una sentencia de amparo.

Dijimos que para lograr la puntual observancia de una sentencia de amparo existen
el recurso de QUEJA Y EL INCIDENTE DE INCUMPLIMIENTO DE LA SENTENCIA
DE AMPARO; el primero procede cuando las autoridades responsables incurren en
exceso o defecto de cumplimiento de sentencias de amparo. Pero también la actitud
de las autoridades responsables puede impugnarse por medio del incidente de
incumplimiento, cuando traduzcan una inobservancia total de la sentencia. Pero
cuando las autoridades responsables cumplen totalmente con la sentencia y
resuelven de acuerdo con situaciones no planteadas en la Litis de la sentencia de
amparo, se plantea el problema de cuando se trata de actos nuevos y cuándo de
repetición del acto a que se refiere la sentencia.

La sentencia que concede el amparo al quejoso es declarativa y condenatoria;


declara que el acto de autoridad es violatorio de garantías, y como consecuencia,
condena a la autoridad responsable a anular dicho acto y a la destrucción de sus
consecuencias. (Art. 80 L. Amparo) Una sentencia de amparo es eminentemente
restitutoria, invalidaría; entonces, una sentencia de amparo, impone a la autoridad
responsable obligaciones de hacer en beneficio del quejoso, que se traducen en la
restitución del uso y goce de la garantía violada o que se estime violada en la
sentencia; pero si el acto reclamado ha generado ciertas consecuencias, la
sentencia de amparo tiene el efecto de que las cosas vuelvan al estado en que se
encontraban antes del acto reclamado. Para cumplir con estas obligaciones de
hacer, las autoridades responsables deben ejecutar determinados actos; deben
dictar resoluciones anulando el acto reclamado; cuando ello sucede las autoridades
incurren en defecto de cumplimiento. Contra los actos que traduzcan este
incumplimiento parcial o defectuoso, procede el recurso de queja. Ahora vamos a
estudiar la hipótesis del exceso de cumplimiento. La obligación de las autoridades
responsables para dar cumplimiento a una sentencia de amparo consiste en
restablecer las cosas al estado que guardaban antes del acto reclamado. Pues bien,
si las autoridades responsables dan al quejoso más de lo que él pide, más de lo que
tenía antes del acto reclamado incurren en exceso de cumplimiento. Contra estos
actos de exceso de cumplimiento procede también el recurso de queja que
obviamente no lo va a entablar el quejoso (porque casi siempre el exceso es en su
favor), sino el tercero perjudicado.

Tanto el exceso como el defecto de cumplimiento suponen un mal cumplimiento de


la sentencia de amparo, pero son al fin actos realizados en cumplimiento de una
orden de amparo y contra ellos no procede un nuevo amparo. Pero pude suceder
que las autoridades responsables no realicen ningún acto para restituir al agraviado
en el uso y goce de la garantía violada y se abstienen de realizar acto tendientes a
volver las cosas al estado que guardaban antes del acto reclamado. En esta
hipótesis no procede la queja sino el incidente de incumplimiento regulado en los
artículos 104 a 113 de la Ley.

El incumplimiento se reduce a tres hipótesis:


La primera se reduce a la abstención total de la autoridad responsable de realizar
los actos para cumplimentar la sentencia de amparo. Este es el incumplimiento por
abstención, por omisión total.

Segunda: La no realización de ninguno de los actos tendientes a dar cumplimiento


a la sentencia de amparo puede provenir de subterfugios o evasivas de la autoridad
responsable para dilatar el cumplimiento de la sentencia.

Tercera: Es la de la repetición del acto reclamado. Es la hipótesis más grave porque


tres responsabilidades penales a la autoridad responsable y la destitución de su
cargo. Tiene lugar cuando la autoridad responsable realiza un acto posterior ya
inválido en amparo, en que repite el acto reclamado. Pero hay que ser cautos en lo
que toca a cuándo se realizan actos nuevos y cuándo son simples repeticiones de
acto.

Para determinar cuándo se repite el acto reclamado por las autoridades


responsables, y cuándo se trata de actos nuevos tenemos que atender a la siguiente
explicación: Todo acto de autoridad tiene dos elementos: el Motivo determinante y
el Sentido de Afectación. El motivo determinante es la causa que invoca la autoridad
para realizar el acto y el sentido de afectación es la manera en que afecta el acto
de autoridad al agraviado.

HA REPETICION DEL ACTO RECLAMADO EN LOS SIGUIENTES CASOS:

1º.- Cuando el sentido de afectación y el motivo determinantes del acto posterior a


la sentencia son los mismos que el motivo determinante y el sentido de afectación
del acto reclamado en la sentencia.
2º.- Cuando el motivo determinante del acto posterior es consecuencia o efecto del
motivo determinante del acto reclamado.

NO HABRA REPETICION DEL ACTO RECLAMADO

1º.- Cuando el motivo determinante y el sentido de afectación del acto posterior sean
diferentes del motivo determinante y el sentido de afectación del acto reclamado en
la sentencia. Contra este acto nuevo si procede un segundo amparo.

2º. Cuando el acto posterior coincida en su sentido de afectación con el acto


reclamado, pero su motivo determinante es diferente.

La H. Suprema Corte de Justicia dice que hay acto nuevo cuando la autoridad
responsable dicta una resolución resolviendo una cuestión que no fue abordada en
la sentencia de amparo o bien cuando realiza actos ejercitando sus funciones
legales, las cuales no tocó la sentencia. Esto acaece cuando se trató de un
procedimiento por que el amparo no es una patente de impunidad o de inmunidad.

La próxima clase seguiremos viendo este tema.

Vamos a seguir estudiando el artículo 73 de la ley de Amparo que establece las


causas de improcedencia del amparo. Ya analizamos las dos primeras fracciones.
Vimos las hipótesis en que se trata de exceso o defecto de ejecución de sentencias
de amparo. Vimos la hipótesis en que existe abstención de la autoridad responsable
para cumplimentar la sentencia de amparo y también vimos el caso en que la
autoridad responsable repite en un acto posterior el acto que ha sido anulado en la
sentencia de amparo.

En las Fracs. III y IV del mismo Art. 73, la improcedencia del amparo deriva de la,
litispendencia: cuando se entablen dos amparos promovidos por el mismo quejoso,
contra los mismos actos reclamados de las mismas autoridades responsables,
entonces el segundo amparo es improcedente por litispendencia y debe
sobreseerse. Cuando hay diversidad en alguno de los elementos del juicio (quejoso,
autoridad responsable, acto reclamados) no habrá litispendencia y es obvio que no
debe sobreseerse el juicio sino que se debe acumular, lo mismo que cuando
promueve el quejoso dos amparos contra los mismos actos reclamados pero de
diferente autoridad responsable.

Ahora bien, no importa que el primer juicio se encuentre en primera instancia o en


segunda (revisión) de cualquier forma, el segundo juicio será improcedente por
litispendencia.

En la Fracc. IV la causa de improcedencia es la cosa juzgada. Cuando se


promuevan dos amparos contra un mismo acto, contra las mismas autoridades
responsables y por el mismo quejoso, habrá que sobreseerse el segundo amparo
cuando el primero ya haya sido fallado.

¿Si el primer juicio de amparo se resolvió sobreseyéndolo, opera la casualidad de


improcedencia a que se refiere la Fracc. IV del Art. 73? La corte ha dicho que no es
aplicable esta causa de improcedencia al segundo juicio en este caso, sino que es
necesario que la sentencia dictada en el primer juicio haya abordado la cuestión de
inconstitucionalidad planteada; solo en este caso opera esta causal de
improcedencia proveniente de la cosa juzgada.

En la Fracc. V la causa de improcedencia es relativa o contingente y se refiere al


caso en que los actos reclamados no afecten los intereses jurídicos del agraviado.
No existe el agravio personal y directo.

INTERESES JURIDICOS.- Este es un concepto que se ha identificado con la idea


de derechos subjetivos. El criterio de la Corte se ha sustentado siempre en la
identificación de los Derechos Subjetivos con los intereses jurídicos. Si un acto de
autoridad no lesiona los intereses jurídicos de una persona, no lesionará tampoco
los derechos subjetivos de la persona, el amparo que se promueva contra ese acto
de autoridad será improcedente al tenor de la fracción V del artículo 73. Pero no hay
que confundir como a veces lo ha hecho la Corte los intereses jurídicos con los
Derechos Subjetivos.

Hay que distinguir entre intereses jurídicos e intereses económicos. Cuando un acto
lesiona al sujeto en sus intereses económicos, no procederá el amparo porque lo
que tutela es el interés jurídico de los gobernados.

¿QUE ES INTERES?- El interés no es un elemento exclusivamente subjetivo, no es


una entelequia sino que siempre responde a una cuestión objetiva; es el provecho
que una situación objetiva pueda traer o proporcionar a una persona.

El interés se define o explica en esta forma: es el provecho o beneficio que una


persona pueda obtener de una situación, de un hecho o de un acto objetivo.

Ahora, bien, cuando esa situación que puede provocar un beneficio a una persona
esta tutelada por la ley, esta consignada en la ley, el interés es jurídica, no es
meramente fáctico. El derecho subjetivo es un interés jurídico superior, es una
facultad que a una persona, otorga la norma objetiva: el derecho subjetivo siempre
supone una obligación correlativa de otra persona, la cual está obligada a respetar
aquel derecho subjetivo. No hay que confundir entonces el derecho subjetivo con el
interés jurídico porque un acto de autoridad puede conculcar un interés jurídico sin
lesionar un derecho subjetivo propiamente. Cuando un acto de autoridad lesiona un
interés económico y no jurídico, el amparo será improcedente. La Corte ha
sostenido que lo que tutela el amparo son los intereses jurídicos del quejoso, no los
económicos.

En la Fracc. VI del Art. 73, descubrimos otra causa de improcedencia del amparo
que se refiere a los casos en que se trata de leyes heteroaplicativas. El quejoso se
ha adelantado a impugnar una ley que aún no le causa agravios, no le causa
perjuicios. Falta entonces el elemento agravio y el amparo que se promueva será
improcedente. Habrá que esperar a que las leyes heteroaplicativas se apliquen en
un caso concreto. Esta causa de improcedencia al igual que la anterior es relativa.

En las dos Fracc. Subsiguientes, VII y VIII, la causa de improcedencia es


ABSOLUTA y se finca en la índole de determinadas autoridades y en la naturaleza
de los actos reclamados. El amparo es improcedente contra los jefes de las casillas
electorales en sus resoluciones y en general contra todas las resoluciones en
materia político-electoral; el derecho político no es una garantía individual; al
ejercitar el gobernado un derecho político, no se está colocando en una situación
de supra a subordinación sino en una relación de supra ordinación; y al no ser
garantía individual el derecho político, el amparo no procederá contra violaciones a
él. El amparo no es un medio para salvaguardar o subsanar violaciones al voto
público; no es un medio para subsanar derechos políticos de los gobernados porque
estos derechos no constituyen garantías individuales. El amparo no es una panacea
para calificar cuestiones de índole política.

En la fracción IX del Art. 73, encontramos una causa relativa o contingente de


improcedencia del amparo.
El amparo es improcedente contra actos de autoridad consumados en forma
irreparable; ¿Por qué será improcedente el amparo que se promueve contra actos
realizados en forma irreparable?... Porque el amparo no podrá restituir al agraviado
la cosa en el estado que guardaban antes del acto reclamado; porque la sentencia
de amparo no podrá surtir sus efectos principales: restituir las cosas al estado que
guardaban antes del acto. La irreparabilidad jurídica al aspecto físico, al material,
de ahí que cuando un acto de autoridad de consumarse pueda traer consecuencias
irreparables, se conceda la suspensión de oficio.

La Fracc. X alude a una irreparabilidad jurídica a diferencia de la anterior que alude


a una irreparabilidad física o material.

Para la próxima clase seguiremos analizando el Art. 73.


Vamos a seguir analizando las causas de improcedencia del juicio de amparo.

Habíamos visto la causa de improcedencia establecida en la Fracc. IX del Art. 73


que se refiere a la irreparabilidad material o física del acto reclamado.

En la Fracc. X se establece que el amparo también es improcedente contra actos


irreparables, solo que aquí se trata de irreparabilidad jurídica. En un proceso judicial
puede haber varias situaciones jurídicas en relación con las cuales esté colocado el
quejoso, esta doble situación jurídica la encontramos patentemente en un
procedimiento penal en que el sujeto puede estar colocado en diferentes situaciones
jurídicas autónomas: Cuando es detenido, cuando es opuesto a disposición del
Juez, cuando este dicta el auto de formal prisión o el de libertad por falta de méritos:
la orden de aprehensión de origen a la primera situación jurídica del proceso y del
carácter de indiciado al individuo, este carácter subsiste hasta que el Juez dicte el
auto de formal prisión o libertad por falta de méritos; este auto de formal prisión ya
requiere diferentes requisitos que los que se exigen para dictar la orden de
aprehensión; al dictarse la formal prisión, el indicado recibe el nombre de procesado
hasta que se dicta la sentencia que lo condena, caso en el cual recibe el nombre de
rec.

Estas situaciones jurídicas que se dan en un procedimiento penal, son autónomas


entre sí porque reconocen actos procesales que no están vinculados por una
relación de causa a efecto; la orden de aprehensión y auto de formal prisión. Puede
haber auto de formal prisión sin haber orden de aprehensión (cuando se consigna
por el Ministerio público al Juez, con detenido).

Si contra la orden de aprehensión se pide amparo, la suspensión que concede el


Juez de Distrito es para que el sujeto no sea detenido.

Cuando es el acto de formal prisión la causa de la detención del quejoso, como lo


fue anteriormente la orden de aprehensión y en virtud de que los requisitos que
fundan a una y otra son diferentes, la situación jurídica cambia cuando se dicta la
formal prisión; entonces, cuando dicta la formal prisión el sujeto pide amparo, contra
la orden de aprehensión, este será un acto de irreparable jurídicamente y por tanto
el amparo será improcedente y deberá sobreseerse. Solo es aplicable esta causal
de improcedencia cuando los actos en el procedimiento son autónomos; no es una
causa o efecto de otro; la autonomía se revela en que ambos actos se fundan en
requisitos diferentes.

En materia administrativa, en algunas ocasiones insólitas suele aplicarse causal,


sobre todo en materia migratoria. Eje: Yo me interno como turista y las autoridades
de Gobernación me quieren aprehender estando, yo aún dentro de los seis meses
que se me concedieron de permiso; Yo pido amparo contra la orden de aprehensión,
pero mientras se tramita el amparo cambia me calidad y me transformo en
inmigrante, o bien me naturalizo mexicano, entonces el amparo interpuesto será
improcedente porque ya hubo un cambio en mi situación jurídica, es jurídicamente
irreparable la orden de aprehensión porque la situación ha variado.

En la Fracc. XI del 73, la improcedencia del amparo proviene del consentimiento


expreso del acto reclamado; esta es improcedencia contingente o relativa porque
depende de la actitud que el quejoso asuma frente al acto reclamado. Eje: Yo,
fundándome en el Decreto sobre Transportes de Pasajeros sin itinerario fijo del D.F.
(ruleteros) pido placas, sucede que me niegan esa placas; contra esa negativa pido
amparo; pues bien, este amparo se sobreseerá porque yo consentí el acto o sea el
Decreto desde el momento en que en dicho Decreto estoy fundando mi demanda.

En la Fracc. XII se basa en un consentimiento la improcedencia, solo que se trata


de un consentimiento tácito. Se entiende consentido tácitamente un acto reclamado
cuando dentro del término de 15 días no se impugna el acto en amparo y se hace
extemporáneamente. El término legal general para interponer el amparo es de 15
días y debe empezar a contar desde la notificación del acto o desde que se haga
sabedora de dicho acto. Esta causa de improcedencia tienen aplicación cuando el
ejercicio de la acción de amparo está sujeto a un término: 15 días, es el término
general o bien a los términos especiales que señala el Art. 22 de la Ley de Amparo.
No opera esta causal de improcedencia en materia penal, cualquier tiempo es bueno
para impugnar en amparo una resolución penal. En general no hay término para
impugnar en amparo en resolución penal. En general no hay término parar impugnar
en amparo actos que entrañen ataques a la libertad personal.

También esta fracc. XII consigna otra excepción: la causa de improcedencia se


establece por consentimiento tácito. Cuando se trata de una ley auto aplicativa, el
amparo debe promoverse dentro de los 30 días contados desde que la ley entra en
vigor, pero como se ha entendido o estimado que la inconstitucionalidad de la ley
representa una cuestión importantísima, se adicionó en 1950 esta fracción diciendo
que no se considerará consentida una ley aun cuando no se haya impugnado dentro
de los 30 días siguientes al momento en que entró en vigor, sino que solo se
considerará consentida cuando no se impugne en amparo dentro del término de 15
días contados a partir de la fecha en que se haya realizado el primer acto de
aplicación.

Para la próxima clase vamos a terminar el estudio del Art. 73 y a iniciar el estudio
del sobreseimiento.

La Fracc. XII, se refiere al consentimiento tácito del acto reclamado. Cuando dentro
del término de 15 días no se interpone el amparo, sino que el amparo se promueve
extemporáneamente, se considera que ha habido consentimiento tácito del acto
reclamado. El término general de 15 días debe comenzarse a contar del momento
en que se le ha notificado al quejoso el acto reclamado o sea sabedor del acto. (Esto
es muy difícil de probar y por ello es muy difícil de aplicar en los actos aislados en
que no se ha ratificado el acto). La autoridad responsable tiene aquí la carga de la
prueba.

Esta causa de improcedencia tiene aplicación cuando el ejercicio de la acción de


amparo está sujeto al término general de 15 días o en los términos específicos a
que se refiere el Art. 22 si pasan éstos términos el amparo es extemporáneo y debe
sobreseerse.

En los juicios de orden penal no hay término para interponer el amparo y éste
procede en cualquier tiempo.

Esta Fr. Señala otra excepción: cuando se trata de una ley auto aplicativa el tiempo
para impugnarla es de 30 días después de que ésta entra en vigor; pues bien, antes
de la reforma de 1950, cuando una persona promovía el amparo después de los 30
días, se consideraba extemporánea la demanda. Pero como una ley inconstitucional
significa una situación muy importante se adicionó la fr. II que implica la excepción;
una ley auto aplicativa puede ser atacada en el término usual de 30 días o 15 días
después del acto de aplicación. Así no se considera extemporáneo el amparo si no
se presenta en el término original.

GARANTÍAS Y AMPARO

Estábamos estudiando las causas de improcedencia fundadas en el consentimiento


expreso y tácito del acto reclamado (Fracc. XI y XII). El expreso entraña la voluntad
del agraviado de acatar el acto que posteriormente reclama; la adhesión del quejoso
del acto reclamado, la invocación en su beneficio tratándose de una ley que reclama
posteriormente, cuando de alguna manera ha cumplido el acto reclamado, el
amparo debe sobreseerse. La tácita sucede cuando se presenta la demanda
extemporáneamente después de los 15 días generales o de los términos que señala
el Art. 22. La primera excepción operan en los amparos en materia penal, y la
segunda es la siguiente:

Una ley auto aplicativa se debe reclamar en el término de 30 días después de que
la ley entra en vigor; si se deja pasar ese término no se considera como consentido;
sólo si se deja pasar el término de 15 días después del 1er acto de aplicación de
esa ley (73-II). Así tienen dos oportunidades temporales.

LAS FRS. XIII, XIV Y XV, consignan como causas de improcedencia la violación por
parte del quejoso del PRINCIPIO DE DEFINITIVIDAD; si el quejoso no impugna un
acto agotando todos los recursos de defensa legal antes de ir al amparo, éste es
improcedente (XIII). Esta causa de improcedencia tienen todas las salvedades del
principio de definitivita que ya vimos anteriormente.

En el Fr. XVI realmente no se trata de violación al principio de definitividad sino que


la improcedencia resulta de la tramitación simultánea de un recurso legal ordinario
y del amparo. Aquí resulta el amparo improcedente de la tramitación simultánea de
un recurso legal ordinario y del amparo, repitiendo, porque coexisten ambos, lo cual
hace improcedente al princimero. Por ejemplo: el quejoso interpone el juicio fiscal
anulatorio contra una resolución de la S.H.C.P y va al Tribunal Fiscal; pero a la vez
interpone el amparo. Este, como dijimos, será improcedente. Pero, ¿Si el quejoso
se desiste del recurso legal ordinario? De todas maneras opera esta causal
improcedencia del amparo ya no procede pro esta causa, pues al momento en que
el juez de Distrito va a fallar, ya se desistió del recurso; entonces el amparo es
improcedente por violar el principio de definitividad.

En la Frac. XV, la improcedencia también deriva de la violación al principio de


definitividad. Esta causal versa sobre los amparos en materia administrativa.
Cuando no se agoten previamente los recursos que la ley secundaria otorgue. En
esta fracción encontramos una de las más principales excepciones al principio de
definitividad (107) recordemos que dijimos que el agraviado por una autoridad
administrativa. No está obligado a agotar los recursos ordinarios si este recurso no
suspende la ejecución del acto, o suspendiéndola se exigen más requisitos que los
que la ley de amparo otorga la suspensión definitiva. Estas tres fracc. Conciernen a
la violación al principio de definitividad por parte del quejoso.

En la fr. XVI se basa la improcedencia en un criterio totalmente distinto; el amparo


es improcedente cuando los actos reclamados hayan dejado de surtir sus efectos,
cuando desaparezcan los actos reclamados, cuando ya no agravien al quejoso. El
amparo es improcedente por la inutilidad que tendrá una sentencia conches ría del
amparo. Se dicta una orden de clausura de un establecimiento, el quejoso interpone
el amparo, se traslada el juicio, pero mientras tato, se levanta la orden de clausura
por revocación de oficio de la autoridad responsable. Así el amparo que se haya
promovido deja de surtir sus efectos y debe ser sobreseído. El acto existió pero dejó
de existir y de surtir sus efectos posteriormente.

En la fr. XVII, la improcedencia resulta de la destrucción de la materia sobre la cual


operan los actos reclamados, cuando la materia deje de subsistir aunque subsisten
los actos reclamados. Así un inmueble en estado ruinoso o aparentemente del D.F.,
concretamente Uruchurtu, le ordenan que desocupe el inmueble porque amenaza
derrumbe; contra esta orden el inquilino interpone amparo, pero mientras tanto se
dé cuenta que el edificio se derrumbará y lo desocupe. Aquí desaparece la materia
del amparo y éste es improcedente.
Lo mismo cuando se trata de una orden de demolición del inmueble; se ampara el
dueño contra la orden que obliga la demolición, pero el inmueble se derrumba por
sí o el quejoso lo demuele por su cuenta (aquí la causa será por consentimiento
expreso), entonces ya no procede el amparo.

La Fr. XVIII, señala una causa de improcedencia genérica, no específica como las
señaladas por las demás fracc.: “…cuando la improcedencia resulta de alguna
disposición de la ley..” Pero ¿de qué ley? De la ley de Amparo o de la constitución.
Si esta fracción se referirá a cualquier ley secundaria, el amparo quedaría a capricho
del legislador ordinario y aquella ley secundaria sería inconstitucional.

¿Cuáles serían los casos de improcedencia del amparo proveniente de la propia


Ley de Amparo o de la Constitución? Serían las siguientes y distintas de los casos
a que se refieren las otras fracc. El artículo 4º de la Ley de Amparo, dice que el
amparo debe ser presentado personalmente por el agraviado. El amparo debe ser
personal y directo. El amparo siempre debe promoverse por la persona que resulte
directamente agraviado por el acto de autoridad. Esta fr. Es aplicable también en
los casos en que la jurisprudencia de la S.C.J., es obligatoria para los jueces de
distrito, para los Colegiados y para las mismas Salas de la Corte (Art. 193 Bis de la
L. de A. que establece la obligatoriedad de la jurisprudencia).

Con esto terminamos el estudio de la improcedencia del juicio de amparo.


Ahora vamos a referirnos a un tema vinculado con el de la improcedencia: EL TEMA
DEL SOBRESEIMIENTO.

EL SOBRESEIMIENTO.- ¿Qué es sobreseimiento? El sobreseimiento es una


resolución que pone fin a una instancia. En una resolución definitiva porque agota
una instancia, le pone término, le pone fin, solo que pone fin al juicio sin estudiar la
cuestión fundamental, da por terminado el juicio en virtud de cierta circunstancia
cuestión fundamental, da por terminado el juicio en virtud de ciertas circunstancias.

Es una figura procesal que data del viejo derecho español; es la castellanización de
la expresión latina “supersedere” (sentarse sobre). Simbólicamente el tribunal se
sienta sobre los expedientes (aunque materialmente muchos jueces se sienten
sobre los expedientes). (sic). No se decide sobre los derechos controvertidos de las
partes y se pone fin al juicio con vista a una circunstancia legalmente prevista. En
derecho español cunado el reo o procesado fallecía durante el juicio ya el Derecho
Procesal Penal, cuando el M.P. formula conclusiones no acusatorias, el juicio de
sobreseer. El juez no puede ir más allá de las resoluciones del M.P. y no puede
condenar o absolver, solo debe sobreseer al juicio con vista a una circunstancia
ajena, distinta de la cuestión fundamental (en caso las conclusiones no acusatorias).
En Derecho Procesal Civil también resulta una causa de improcedencia (3008 del
C.C.) cuando se embarguen bienes distintos de los bienes del embargado y
pertenezcan éstos a otras personas, en cuanto sí lo diga el Registro Público de la
Propiedad, se sobresee el asunto.

Pero donde es más importante la materia del sobreseimiento es en materia del


AMPARO. El sobreseimiento pone fin al amparo, nada más que éste no decide si
los actos reclamados son o no constitucionales y el juzgador se abstiene de resolver
sobre la cuestión fundamental. Tanto la sentencia que niega o concede el amparo
es consecuencia del análisis de la cuestión de fondo de los actos reclamados,
dirimen la cuestión constitucional básica presentada por el quejoso en el amparo.
En el sobreseimiento, con vista a una circunstancia extraña planteada a la cuestión
constitucional, que no es analizada, se da por terminado el juicio. El juzgador se
abstiene de analizar la cuestión constitucional, no analiza si los actos reclamados
son inconstitucionales o no, y pone fin al juicio, dictando el sobreseimiento.

Si un quejoso presenta tácitamente su conformidad con un acto que en sí es


inconstitucional, el juzgador ya no analiza esta inconstitucionalidad sino que
sobresee el juicio en vista del consentimiento tácito o expreso de los actos. Cuando
hay alguna de las causas de IMPROCEDENCIA DEL ART. 73, se dicta el
sobreseimiento sin que se analicen las violaciones constitucionales reclamadas. La
sentencia que niega el amparo, convalida los actos reclamados. El juez con vista en
una causa de improcedencia sobresee el amparo y convalida también los actos
reclamados. Así el sobreseimiento y la sentencia que niega el amparo tienen
semejantes efectos respecto a la convalidación del acto reclamado, pero tienen
estructura diferente.

Todo juicio de amparo improcedente debe sobreseerse pero no todo sobreseimiento


deriva de una causa de improcedencia, pues puede derivar de alguna circunstancia
distinta de la improcedencia del amparo y a ellas se refiere el Art. 74, precepto que
analizaremos en la próxima clase.

Vamos a seguir estudiando el Art. 73 que establece las causas de improcedencia


del juicio de amparo. Ya analizamos las dos primeras fracciones de este precepto:
La que hace improcedente el ampro contra actos de la S.C.J., contra resoluciones
dictadas en el propio juicio de amparo, o contra actos de autoridades dictados en la
ejecución de una sentencia de amparo.

Vimos la hipótesis de exceso y defecto en el cumplimiento de la sentencia de


amparo, cuando hay una total abstención y vimos el caso en que cumplimentando
una sentencia de amparo, la autoridad responsable dicta un acto nuevo.

En las fracciones III Y IV, LA IMPROCEDENCIA DEL AMPARO DERIVA DE LA


LITISPENDENCIA. Cuando existen dos juicios de amparo promovidos por el mismo
quejoso contra las mismas autoridades, por los mismos actos reclamados, el
segundo juicio es improcedente.

En materia procesal civil común, la litispendencia origina la acumulación del juicio


nuevo o posterior, pero en materia de amparo el segundo juicio se sobresee, no se
acumula. La Frac. III señala un caso de litispendencia como causa de
improcedencia en el segundo amparo. Cuando hay diversidad en alguno de los
elementos del juicio (quejoso, autoridad responsable, actos reclamados) entonces
no hay litispendencia y es obvio que no debe sobreseerse el juicio sino que se deben
acumular. Lo mismo que cuando promueve el quejoso dos amparos contra los
mismos actos reclamados pero de diferentes autoridades responsables.

Ahora bien, uno de los juicios sobre los cuales exista litispendencia, puede estarse
tramitando en primera o segunda instancia; de todas maneras es improcedente.

En la fr. IV del Art. 73, la causa de improcedencia es la cosa juzgada, cuando se


promueve un segundo juicio de amparo contra los mismos actos, contra las mismas
autoridades y mismo quejoso, después de que el 1º ha causado ejecutoria, el
segundo es improcedente.

En relación con esta causa de improcedencia se presenta esta cuestión: si el


perjuicio de amparo se resolvió sobreseyéndolo, opera la causal de improcedencia
a que se refiere la fr. IV del 73, el segundo es improcedente. La Corte dice que esta
causa de improcedencia no es aplicable al segundo. Por ejemplo: una persona
promueve amparo contra una ley, señale como acto reclamado una ley por sí misma
considerada (no es auto aplicativa ni existe un acto concreto de aplicación) y por
tanto el amparo se sobresee; pero después un acto le hace ejecutiva esa ley. El
quejoso promueve amparo y en este caso sí es procedente el amparo.

En la Fr. V del 73, la causa de improcedencia es relativa o contingente y se refiere


al caso en que los actos reclamados no afecten los intereses jurídicos del quejoso.
Aquí el amparo contra ese acto es improcedente. ¿Y qué se entiende por intereses
jurídicos del quejoso? Este es un concepto que se ha identificado con la idea de
derecho subjetivo. El criterio de la Corte se ha sustentado generalmente en torno
de la equivalencia de interés jurídico y derechos subjetivos del quejoso. Un interés
jurídico cuando se trata de un interés protegido por la ley y si un acto de autoridad
no afecta los derechos subjetivos del quejoso, no afecta sus intereses jurídicos. No
estamos de acuerdo con esto pues el derecho subjetivo es superior al interés
jurídico.

Hay que distinguir entre intereses jurídicos e intereses económicos. Cuando un acto
lesiona al sujeto en sus intereses económicos no procederá el amparo por que lo
que tutela el amparo es el interés jurídico de los gobernados. ¿Y qué es el interés
jurídico? ¿Qué es el interés económico de una persona? ¿En qué se distingue el
primero de un derecho subjetivo? ¿Qué es el interés? El interés no es un elemento
exclusivamente subjetivo, no es una entelequia; el interés es el provecho que una
situación objetiva queda proporcionar una persona.

El concepto de interés se integra por dos elementos: uno objetivo, (un hecho
exterior) y uno subjetivo (la percepción de que ese hecho puede proporcionar a un
sujeto un provecho). El interés se define: EL INTERES ES EL PROVECHO O EL
BENEFICIO QUE UNA PERSONA PUEDE OBTENER DE UNA SITUACIÓN, DE
UN HECHO, DE UN ACTO OBJETIVO.

Ahora bien, cuando esa situación que pueda provocar un provecho o un beneficio a
una persona está prevista por la ley, está consignada en la ley, el interés es jurídico,
no es meramente fáctico, es jurídico. Hay una situación objetiva que prevé la ley y
de esa situación yo puedo extraer un beneficio; entonces la tutela que la ley importe
a esa situación, provoca mi interés jurídico. Entonces tengo interés jurídico aunque
no tenga derecho subjetivo; este es un derecho superior y es una facultad que a
una persona otorga la norma para imponer mis prestaciones a un sujeto obligado;
siempre un derecho subjetivo reconoce una obligación correlativa. No hay que
confundir pues, un interés jurídico con un derecho subjetivo. Cuando, un acto de
autoridad lesiona los meros intereses fácticos, los meros intereses económicos y el
quejoso interpone amparo, éste no es procedente. La S.C.J., ha sustentado que no
son los intereses económicos sino los intereses jurídicos, los que hacen
procedentes al amparo.

En la fr. VI, descubrimos otra causa de improcedencia: en los casos en que se trata
de leyes heteroaplicativas. Aquí tampoco se lesionan intereses jurídicos de quejoso;
en virtud de que la ley no causa agravios al quejoso no proceda aquí el amparo.
Aquí hay ausencia de agravio, de lesión. Así el amparo es improcedente contra
leyes que no sean auto aplicativas. Esta otra causa es relativa pues puede existir y
no; igualmente la causa a la que se refiere la fracc. V.

En las dos fracc. Subsiguientes, XVII y VIII, las causas de improcedencia son
absolutas o necesarias: se funden en la índole de las autoridades que intervienen y
por la naturaleza de los actos: el amparo es improcedente contra cualquier
resolución dictada en materia política-electoral. El amparo es improcedente contra
las resoluciones dictada por el PTE. De Consejo Electoral, contra cualquier
resolución del Congreso de la Unión es materia electoral, en fin contra cualquiera
resolución de índole político-electoral.

El derecho político no es garantía individual, donde el ciudadano está colocado en


una relación de supra ordinación; si no es garantía individual el derecho político,
aunque éste se viole no procede el amparo. El amparo no es un medio de control
político y no soluciona situaciones provenientes de la violación del voto público. El
amparo es absoluta y necesariamente improcedente y la demanda respectiva debe
desecharse de plano. La Corte no debe degradar su función hasta convertirse en
un órgano de control político; debe conservar su investidura de órgano de tutela
constitucional.

En la fr. IX, encontramos una causa de improcedencia relativa: el amparo es


improcedente contra actos de autoridad consumados en forma irreparable, ya que
la acción de amparo no puede realizar frente a este acto su objetivo esencial que
es eminentemente restitutorio. Entonces el concepto de irreparabilidad a que se
refiere este fr. Se refiere a irreparabilidad física y material.

Para evitar que un acto se consuma irreparablemente, se otorga de oficio la


suspensión contra un acto que de llegar a consumarse hiciera irreparable la
restitución al agraviado del estado que tenían las cosas antes de que se cometiera
la violación, el acto reclamado.

GARANTÍAS Y AMPARO

Vamos a seguir analizando las causas de improcedencia del juicio de amparo


establecidas en el art. 73. Habíamos visto la causa de improcedencia consignada
en la fr. IX del propio precepto que establece que el amparo es improcedente contra
actos consumados de manera irreparable. Esta irreparabilidad debe ser física,
material y que sus consecuencias ya no tengan remedio.

En la fr. X, el amparo también es improcedente contra actos irreparables, nada más


que la irreparabilidad es aquí la jurídica y no la física y material. Es una disposición
legal difícil de entender.

Leer la fr. X.- En un procedimiento judicial puede haber varias situaciones jurídicas,
situaciones en las cuales puede estar colocado el quejoso o alguna de las partes;
esta doble situación jurídica la descubrimos en un procedimiento penal. Cuando se
le detiene por orden judicial, cuando se le pone a disposición del juez, cuando se ha
dictado la orden de aprehensión, tiene el carácter de indiciado; ejecutada la orden
y detenido el sujeto, viene una nueva situación jurídica: se dicta el auto de formal y
el sujeto es entonces procesado. El carácter de indicado subsiste hasta el auto de
formal prisión o el auto de soltura; el auto de formal prisión exige ya requisitos
distintos a los que se observaron para dictar el auto de aprehensión. La situación
del sujeto es ahora de procesado; y cuando se dicta sentencia condenatoria, pasa
a la calidad de reo.

Estas situaciones jurídicas son autónomas entre sí, pues las dos primeras
situaciones no están vinculadas de causa efecto; son autónomas, independientes.
Pues bien, si contra la orden de aprehensión se pide amparo por no estar fundada
en el Art. 16, la suspensión que da el juez, es para que el quejoso no sea detenido.
Nada más. El proceso penal debe seguir su curso, pues es de orden público. Ahora
bien el auto de formal prisión es la causa de la detención del quejoso, de la privación
de su libertad y tiene un origen distinto a la orden de aprehensión para la privación
de la libertad; entonces la policía judicial detiene al sujeto. Si se concediese el
amparo contra la orden de aprehensión, la nueva situación jurídica, alteraría el auto
de formal prisión, hay un acto irreparablemente consumado. El amparo contra la
orden de aprehensión es improcedente, pues alteraría la situación nacida con el
auto de formal prisión. Este amparo debe sobreseerse.

Esta causa de improcedencia se aplica en procedimientos penales, sobre todo en


el penal y solo es aplicable esta improcedencia cuando hay actos que crean
situaciones jurídicas autónomas. Rarísima vez se aplica esta causa en el
procedimiento civil, pues hay entre sus actos una relación de causalidad. La
autonomía se basa en que ambos actos se sustentan en requisitos diferentes y uno
no es consecuencia de otro. En algunas situaciones insólitas, en materia
administrativa, cabe alegarse esta improcedencia, sobre todo en materia migratoria;
así por ejemplo: yo me interno al país como turista y las autoridades de Gobernación
me quieren aprehender estando yo aún dentro de los 6 meses que se concedieron;
yo pido amparo contra la orden de aprehensión, pero mientras se tramita el amparo
cambia mi calidad y me vuelvo inmigrante o me naturalizo mexicano, entonces el
amparo interpuesto será improcedente porque ya hubo un cambio en la situación
jurídica mía, es jurídicamente irreparable la orden de aprehensión porque la
situación ha variado. El amparo en materia penal es muy interesante, presenta
modalidades muy importantes. Dictada una sentencia definitiva ya no procede el
amparo contra el auto de formal prisión, sino la apelación y después de esta
segunda instancia procede el amparo contra esa sentencia.

En la fr. XI. La improcedencia proviene del consentimiento expreso del acto


reclamado (causal relativa). Si el quejoso ha consentido expresamente el acto
reclamado, y después lo impugna, el amparo es improcedente. Por ejemplo: una
persona fundándose en el Reglamento de ruleteros pide unas placas y las placas le
son negadas, no podré pedir amparo contra ese reglamento pues primero lo invocó
y posteriormente lo impugnó, ya que se ha comportado conforme al acto reclamado;
es una adhesión al acto, luego se arrepiente y luego lo impugna. Hay que ser muy
cautos igualmente contra una resolución administrativa, si se pide una
reconsideración no prevista en la ley, hay que ser muy cuidadosos en la redacción
del recurso, pues en cuanto se admita la causa por la que se dictó el acto y la
reconsideración se pide basándose en otros, aquí se ha aceptado expresamente el
acto reclamado y contra éste no procederá el amparo.

Comenzamos en la clase pasada a estudiar el sobreseimiento y dijimos que ésta


entraña una resolución que pone fin al juicio de amparo, que pone fin a la instancia,
al juicio mismo sin resolver el problema constitucional planteado por el quejoso. El
sobreseimiento generalmente procede en alguna causa de improcedencia;
existiendo esta causa el órgano de estudio no debe examinar la cuestión
fundamental y debe poner fin al juicio a través del sobreseimiento.
Los casos de sobreseimiento están fijados en el artículo 74 de la Ley de Amparo.
Desde luego toda causa de improcedencia origina al sobreseimiento de todo juicio
de amparo; ya explicamos lo que es el sobreseimiento, pero no todo sobreseimiento
obedece a una causa de improcedencia del juicio de amparo. Así:

PRIMER CASO:- En la frac. I del Art. 74, el sobreseimiento se decreta cunado el


quejoso se desiste de la demanda por convenir sus intereses; al escrito en que
formula el desistimiento recae un auto sobreseyendo el juicio y ahí termina éste todo
quejoso cuando actúa por su propio derecho puede desistirse del juicio de amparo
por una multitud de motivos (por arreglo con la autoridad responsable, con el tercero
perjudicado, porque hayan cesado los efectos del acto reclamado, etc.). Todo
quejoso que actúa en el juicio de amparo por su propio derecho puede desistirse de
él, pero cuando actúa a través de su apoderado éste tener facultad expresa para
desistirse del juicio de amparo. No se necesita cláusula especial para promover el
amparo pero sí para desistirse de él; contra al auto de sobreseimiento procede la
apelación de la que conoce el Tribunal Colegiado de Circuito correspondiente. El
sobreseimiento no es una sentencia sino un auto en este caso. El sobreseimiento
puede proceder con motivo de una sentencia o de un auto, es decir puede revestir
ambas formas.

SEGUNDO CASO.- La segunda forma de sobreseimiento, que también adopta la


forma de auto, es aquél que se refiere a la muerte del quejoso durante la tramitación
del juicio, pero siempre que los derechos reclamados por el quejoso sean
personalísimos y no se puedan transmitir por sucesión (así por ejemplo cuando el
acto reclamado afecta la libertad personal del quejoso). Cuando fallece el quejoso
y los actos reclamados afecten derechos generalmente patrimoniales, la muerte del
quejoso no motiva el sobreseimiento, pues la sucesión pude seguir tramitando el
amparo a través del albacea. La sucesión es el sustituto procesal del quejoso y del
amparo (Art. 74 frac. II).

TERCER CASO.- Es el siguiente: cuando exista una causa de improcedencia que


afecte el amparo o cuando en la tramitación del mismo proviene la improcedencia;
aquí el sobreseimiento tiene el contenido de una sentencia de un amparo indirecto.

En un juicio de amparo se plantea siempre una cuestión básica constitucional: el


quejoso la plantea en demanda de garantías, la autoridad responsable solicita la
negativa del amparo al quejoso y hay aquí la controversia, el quejoso sostiene la
inconstitucionalidad de los actos reclamados y la autoridad responsable la
constitucionalidad de los mismos. Así ¿Los actos reclamados son o no
constitucionales? Esta es la cuestión básica que se presenta en todo juicio de
amparo; pero la autoridad responsable en su informe justificado o el tercero
perjudicado no solo pueden oponerse a que se le otorgue el amparo al quejoso sino
que se pueda plantear la situación de que si existe o no una causa de improcedencia
¿Procede el amparo? Cuando la autoridad responsable hace valer una causa de
improcedencia contra demanda y pide el sobreseimiento. Esta segunda cuestión
también la puede solicitar el tercero perjudicado.

Así en un amparo se plantean dos cuestiones contenciosas: la cuestión


constitucional planteada siempre por el quejoso y la procedencia o no del juicio de
amparo.

En ambos casos hay cuestión contenciosa, pues la segunda debe resolverse por el
Juez de Distrito tratándose del amparo indirecto en la audiencia constitucional. Esta
cuestión es de previo y especial pronunciamiento en la audiencia constitucional.
Esta cuestión es de previo y especial pronunciamiento en la audiencia
constitucional. Si considera que el amparo es improcedente, dicta una sentencia de
sobreseimiento sin que se analicen los conceptos de violación. Pero el juez de
distrito puede decir: No es de sobreseerse este juicio, el amparo no es improcedente
y entraré al estudio de la cuestión fundamental planteada.

Vemos como la sentencia de amparo debe resolver estas dos cuestiones: el amparo
es improcedente? El juez de distrito lo sobresee. El amparo es procedente? Se entra
al estudio de la cuestión fundamental. Así la sentencia termina con los siguientes
puntos resolutivos: “El juicio de amparo es improcedente y se sobresee” (único
punto resolutivo). En caso contrario: Primero El juicio no es de sobreseerse.
Segundo. La justicia de la unión amparo (o no) al quejoso. Por ello cuando el
sobreseimiento se basa en alguna causa de improcedencia el sobreseimiento
adopta la forma de sentencia a diferencia de los dos casos anteriores, ya que se ha
resuelto por la sentencia una controversia.

CUARTO CASO.- En la Frac. IV del 74 el sobreseimiento se decreta por la


inexistencia de los actos reclamados: esta equivale a la inexistencia real de la acción
de amparo; no hay acto reclamado y su falta hace que se carezca de la causa
pretendí, elemento fundamental de la acción de amparo. Desde luego el quejoso
siempre ataca actos de autoridad, pero estos en la realidad pueden no existir y no
son demostrados por el quejoso, entonces se sobresee el amparo. Ahora bien, en
este caso también el sobreseimiento adopta la forma de sentencia, porque también
se suscita una controversia en torno de la existencia o no de los actos reclamados;
si el informe justificado es bastante para demostrar que los actos no existen, se
dejaría al quejoso indefenso, y entonces el juez espera a la audiencia constitucional
para que éste presente sus pruebas. Cuando la autoridad responsable niega los
actos, el juez de distrito tiene que esperarse a la audiencia constitucional y si el
quejoso no rinde pruebas entonces se sobresee; en caso de que destruye la
negativa de la autoridad responsable le concede la protección constitucional.

QUINTO CASO.- Es el que se llama sobreseimiento sobre inactividad procesal


indebidamente llamado sobreseimiento por caducidad de la instancia. Este caso,
desde antes del decreto último que reformó el Art. 107 Constitucional en diciembre
de 1950, siempre se ha pretendido introducir dentro de la estructura de nuestro
amparo. La ley de Amparo actual de 1936 no consignaba este caso de inactividad
procesal y en 1939 se adicionó al Art. 74 la Frac. V que estableció como causa de
sobreseimiento la falta de actividad del quejoso en cuatro meses y este decreto a
diferencia del de 1950, si estableció la verdadera caducidad de la instancia.
Conforme a este decreto si sobreseimiento era procedente tratándose de materia
civil nada más. Si el quejoso era amparado y la autoridad responsable interponía
revisión de este amparo; dicha autoridad tenía la obligación de seguir promoviendo
y de incitar el juez; el quejoso ya no tenía obligación alguna y por ello debería
caducar la revisión, quedando firme el amparo a favor del quejoso.

Pero la S.C.J. estimó este decreto inconstitucional y siempre se negó a aplicarlo.


Aquí sobreseía el juicio civil de amparo por la caducidad de la instancia. La negativa
de la S.C.J., se basaba en esta tesis: la tramitación del amparo indirecto ante el juez
de distrito y la del directo ante la S.C.J. están establecidos en el Art. 107 que fija en
términos generales cuál es el procedimiento; en uno y otro juicio y lo mismo en la
revisión. No obliga a incitar al quejoso al órgano de control para que resuelva el
amparo o la revisión; esto es obligación del órgano constitucional. Si en 1939 se
obligó el quejoso incitar al órgano de control en amparos civiles, es contrario al Art.
107 y por lo tanto es inconstitucional. Aquí sí se estatuía una verdadera caducidad.

Este sobreseimiento solo versa por modo absoluto en amparos de materia civil y
por modo restrictivo en materia administrativa. Aquí existe esta cuestión: siempre y
cuando no se haya reclamado una ley federal o local, auto aplicativa o
heteroaplicativa por su inconstitucionalidad. En consecuencia, esta causa de
sobreseimiento de la frac. V no opera nunca en amparos de la materia laboral y
penal.

No debe dejarse de promover en un amparo en el término de 180 días


consecutivamente como pude lo contrario el órgano de control sobresee el juicio. A
partir de la reforma de Dic. De 1950 a la Ley de Amparo, hubo una discrepancia en
la Corte respecto a que debería entenderse el término de 180 días consecutivos y
se planteó así: debe integrarse por los días hábiles e inhábiles o sólo por los hábiles:
la Sala administrativa y la Auxiliar consideraron que lo consecutivo es lo que sigue
a otro y por lo tanto se refería a los 180 días naturales (hábiles e inhábiles). La Sala
civil sustentó la opinión contraria: dentro de los 180 días consecutivos sólo deben
contarse los días hábiles, pues aunque la ley se refiere a días consecutivos esta
consecutividad es legal. Frente a esta discrepancia de criterios el problema se
planteó el Pleno y ganó la tesis de la tercera Sala Civil; sólo deben considerarse los
días hábiles con exclusión de los días inhábiles. Esta es la tesis que ha prevalecido
y que es jurisprudencial.

Cuál es la tesis correcta? La primera, si el legislador hubiese querido computar los


180 días excluyendo los inhábiles, simplemente hubiera dicho: “Cuando se deje de
actuar en el término de 180 días”. Nada más. Así al usar el término consecutivo
quiso dar a entender que deberían considerarse 180 días naturales. La segunda fue
una tesis que se adoptó a favor del quejoso como paliativo a la injusticia de esta
causa de sobreseimiento y a cuya injusticia nos referiremos en la próxima clase.

El segundo caso de sobreseimiento que también adopta la forma de auto es aquel


en que muera el quejoso, con la limitación siguiente: siempre y cuando los derechos
reclamados sean estrictamente personales solo en estos casos procede el
sobreseimiento. Ejemplo: si se está invocando la violación a la libertad personal y el
quejoso fallece, originará el sobreseimiento su muerte. Cuando en el amparo se
impugnen actos de carácter patrimonial, la muerte del quejoso no originará el
sobreseimiento.

TERCER CASO.- Cuando existe una causa de improcedencia en el juicio de amparo


o cuando esta sobrevenga. En este caso el sobreseimiento no revista la forma de
auto sino que se dictará el sobreseimiento en la Audiencia Constitucional por el Juez
de Distrito.

En un juicio de amparo se presentan dos cuestiones: una se refiere a la


constitucionalidad o inconstitucionalidad del auto reclamado y la otra se refiere a la
procedencia o improcedencia del juicio de amparo. Esta segunda cuestión la puede
promover el tercero perjudicado. Entonces, en un amparo se presentan o se
plantean dos cuestiones contenciosas, la de inconstitucionalidad y la de
improcedencia. En la Audiencia Constitucional determinará el Juez de Distrito si el
amparo es o no improcedente; si considera que hay causa de improcedencia, ya no
realizará los conceptos de violación sino que dictará sentencia de sobreseimiento.
Sin considerar a qué es procedente al amparo, entrará a analizar los conceptos de
violación.

Entonces una sentencia de amparo es que se haya invocado una causa de


improcedencia dirá: I.- El juicio de amparo es procedente. II.- La Justicia de la Unión
de Amparo y protege a Alejandro Ríos. O bien I.- El juicio de amparo es
improcedente y por tanto se sobresee.

Los casos de improcedencia que originan al sobreseimiento del juicio de amparo


pueden ser anteriores al juicio, caso en el cual se trata de improcedencia previa, o
bien puede ser que la causa de improcedencia sobrevenga durante la tramitación
del amparo.
El consentimiento tácito solo puede ser causa anterior de sobreseimiento.

En la fr. IV del Art. 74, el sobreseimiento se decreta por la inexistencia de los actos
reclamados que equivale a la inexistencia real de la acción de amparo. Siempre el
quejoso reclama actos de autoridad, y no existiendo esos actos en la realidad, el
juicio se sobreseerá. En este caso también el sobreseimiento adopta la forma de
sentencia que se dicta en La Audiencia Constitucional.

El quinto caso de sobreseimiento es el que se llama sobreseimiento por inactividad


procesal, indebidamente llamado “por caducidad de la instancia”; esta causa
siempre se ha pretendido establecerla en la estructura de nuestro amparo. La ley
actual (1º de enero de 1936) no consignaba en un principio esta causa; a fines de
1939, se adiciono el Art. 74 con una fracción, la V que estableció como causa de
sobreseimiento la que consiste en tratándose de juicios civiles que cuando el
quejoso en cuatro meses dejara de promover se declaraba firma la sentencia del
inferior, la resolución atacada. La Suprema Corte consideró inconstitucional este
Decreto que adicionaba el artículo 74, diciendo: la tramitación del amparo directo y
del indirecto está determinada en el artículo 107 constitucional, mismo que fija cual
es el procedimiento a seguir en uno y otro amparo, pero este artículo no impone al
quejoso la obligación de estar excitando al órgano de control para que resulta.
Entonces, si el Decreto de 1939 establece la obligación para el quejoso de excitar
al órgano de control, este decreto es inconstitucional.

La anterior argumentación fue la que hizo que se reformara el artículo 107


constitucional que actualmente ya señala la causa de sobreseimiento por inactividad
procesal que SOLO OPERA EN LOS JUICIOS DE AMPARO QUE VERSEN
SOBRE MATERIA CIVIL O ADMINISTRATIVA, pero en esta última (administrativa)
siempre y cuando no se haya reclamado una ley por su inconstitucionalidad.

Este caso de sobreseimiento, por lo tanto, nunca opera en tratándose de amparos


sobre materia penal o laboral.
El término de la inactividad procesal debe ser de 180 días consecutivos.

A raíz de que entraron en vigor las Reformas a la Ley de Amparo de 1950, la Corte
discutió sobre cómo debían contar los 180 días; si solo se contarían los días hábiles
o también los inhábiles. La Sala Administrativa y la Auxiliar sostenía que dentro de
los 180 días debían contarse los días inhábiles, pero la Sala Civil sostenía lo
contrario: que el decir la Ley de 180 días consecutivos, se refería a una
consecutividad legal. El pleno de la corte resolvió a favor de la sala Civil. Creemos
que la tesis correcta es la primera, porque si el Legislador hubiera querido los 180
días sin contar los inhábiles simplemente hubiera dicho “Si no promueve dentro de
los 180 días”.

Veíamos la clase pasada el sobreseimiento por inactividad procesal, el que se


decreta cuando en un juicio de amparo se deja de promover por más de 180 días
consecutivos. Solo opera este sobreseimiento en los juicios en materia civil o
administrativa siempre que en este último caso no se haya impugnada una ley de
inconstitucional. Dijimos que el término de 180 días se cuenta solo con dos hábiles.

Se llama o suele llamarse indebidamente en la realidad el sobreseimiento por


inactividad procesal, como caducidad de la instancia, la instancia no caduca pro que
el amparo se sobresee cuando se deja de promover, y a pesar es que el quejoso
haya obtenido sentencia favorable en primera instancia, el Tribunal Colegiado o la
Suprema Corte dictan los autos respectivos en que se destruyen los efectos de la
sentencia de primera instancia, se revoca la sentencia de primera instancia. He aquí
la injusticia, por esto la causa de sobreseimiento no es caducidad de la instancia,
porque en su caso, caducaría la instancia precisamente en la segunda instancia y
no en la primera.

Esta causa es injusta y su institución en la ley de amparo ha obedecido a razones


políticas.
Ahora bien, desde cuándo debe computarse el término de 180 días desde que haya
tenido el quejoso la última pretensión promovida en el juicio, desde el último escrito
acordado en el juicio.
Este caso de sobreseimiento para vez se da o registra en primera instancia en un
amparo indirecto; tiene aplicación en la segunda instancia, la revisión o el amparo
directo.

A raíz de que entraron en vigor las Reformas a la Ley de Amparos, muchos


abogados estaban desorientados con esta causa de sobreseimiento y cuando se
daban cuenta era porque el amparo ya se había sobreseído.

Vamos ahora a abordar el tema relativo a LAS SENTENCIAS DE AMPARO.


Se han dado múltiples definiciones acerca de lo que es una sentencia; la sentencia
es un acto jurisdiccional por excelencia; acto jurisdiccional es aquel que resuelve
una controversia, que dice el derecho entre las partes en conflicto.

El Acto jurisdiccional solo se registra en un procedimiento contencioso, entonces, la


resolución que se dicte en ese conflicto jurídico será un acto jurisdiccional, una
sentencia.

Sabemos que hay Decretos (Resuelven cuestiones de tramite), Autos (Resuelven


cuestiones importantes dentro del proceso pero no resuelven ningún conflicto) y
sentencias (Resuelven la controversia), pero las sentencias pueden ser definitivas
o interlocutorias; estas últimas se consideran como actos jurisdiccionales que
resuelven una cuestión litigiosa incidental que surge entre las partes de un proceso.

La sentencia definitiva es la que resuelve la cuestión principal. El código de


Procedimientos Civiles establece estas clases de resoluciones: Decretos, Autos y
Sentencias Interlocutorias o Definitivas. Este Código solo considera como
sentencias a las resoluciones que dirimen la contienda principal, y las que resuelven
cuestiones incidentales la llama autos, lo que es indebido ya que debían
denominarse sentencias interlocutorias.

Dentro del juicio de amparo se dicta una interlocutoria respecto a la concesión de la


suspensión definitiva y se le llama erróneamente “Auto de suspensión definitiva”;
nosotros le llamamos interlocutoria suspensional.
Desde el punto de vista de la índole del conflicto que se resuelve, en el juicio de
amparo existen las sentencias interlocutorias que son las que resuelven cuestiones
incidentales, (La más importante es la interlocutoria suspensional) y sentencias
constitucionales; estas de dictan en la Audiencia Constitucional por eso se les llama
así y pueden ser de tres tipos desde el punto de vista de su contenido:
SENTENCIAS QUE NIEGAN EL AMPARO, SENTENCIAS QUE CONCEDEN EL
AMPRO Y SENTENCIAS DE SOBRESEIMIENTO. La sentencia que concede el
amparo al quejoso es el resultado de la ponderación, del análisis de los conceptos
de violación expuestos por el quejoso en la demanda. La sentencia concesoria del
amparo es declarativa porque declara la inconstitucionalidad del acto reclamado y
es también condenatoria porque obliga a las autoridades responsables a volver las
cosas al estado que guardaban antes del acto reclamado.

La sentencia que niega el amparo obedece al mismo proceso intelectivo del órgano
de control (no dé la razón al quejoso al analizar los conceptos de violación,
considera importantes los conceptos de violación), solo que con resultados
contrarios a las pretensiones del quejoso.

Tanto la sentencia que niega el amparo como la que lo concede, obedecen al


análisis de los conceptos de violación (tiene o no razón el quejoso, dice el juez,
después de haber analizado los conceptos de violación).

La sentencia que niega el amparo solo es declarativa; esto es muy importante


porque una sentencia que niega el amparo no es susceptible de cumplimentarse, y
al no ser susceptible de cumplimentarse no se puede violar.

El tercer tipo de sentencias constitucionales es la de sobreseimiento.

Dijimos que además de la cuestión de inconstitucionalidad que plantea el quejoso


en el amparo, sobre los actos que reclama, puede seguir la cuestión de la
improcedencia del juicio de amparo por existir algunas de las causas que establece
el Art. 73 de la Ley. Como las cuestiones de improcedencia son de orden público,
deben analizarse antes de ponderarse o examinarse los conceptos de violación. La
sentencia que decrete el sobreseimiento o lo nieve por no existir las causales que
se hicieron valer, es una verdadera sentencia.

La sentencia de sobreseimiento es aquella que pone fin al juicio de amparo por


existir una causal de improcedencia; pues bien, una sentencia de sobreseimiento
es también exclusivamente declarativa y nunca es susceptible de ser
cumplimentada por nadie; los efectos se reducen a que el acto de autoridad siga
vigente, con validez. La sentencia de sobreseimiento se basa en una causa de
improcedencia, la sentencia que niega el amparo convalida expresamente los actos
reclamados; en este último caso se estudiaron los conceptos de violación, en el otro
no se llegaron a estudiar. Pero en sus efectos, ambas son declarativas y por tanto
no son susceptibles de cumplimentarse.

Existen diferentes reglas que rigen a las sentencias que se pronuncian en el juicio
de amparo. Ya hemos estudiado uno de estos principios el de Estricto Derecho que
consiste como recordaremos en que el órgano de control solo debe analizar los
conceptos de violación expuestos en la demanda. Ya conocemos las salvedades a
este principio (materia penal, laboral cuando el quejoso es el trabajador y en materia
administrativa cuando se base la demanda en leyes declaradas inconstitucionales
por la Corte).

El segundo principio. En las sentencias dictadas en un juicio de amparo se pueden


tomar en cuenta pruebas que se hayan rendido ante la autoridad responsable. Esta
regla solo rige cuando los actos reclamados derivan de un procedimiento seguido
ante la autoridad responsable.

La vez próxima terminaremos el estudio de las sentencias de amparo e iniciaremos


el estudio de los recursos.

Vamos a estudiar ahora el AMPARO INDIRECTO y después veremos los recursos.


El amparo indirecto se llama con más propiedad BI-INSTANCIA pues cuenta con
dos instancias: la Primera se desarrolla ante un juez de distrito y la segunda bien
ante un T.C.C. o ante la S.C.J.
Así los jueces de distrito tienen dos superiores jerárquicos la S.C.J. y el C.C. de la
Jurisdicción donde se encuentran.

EL APMPARO INDIRECTO procede siempre contra cualquiera acto de autoridad


Acto sensu que no sea una sentencia definitiva civil penal o un laudo arbitral
definitivo.

La competencia de los jueces de distrito es mucho más amplia que la de los T.C.C.
y que la S.C.J. Este principio de procedencia del amparo indirecto se desenvuelve
por el Art. 114 de la ley de Amparo, que establece los casos en que el amparo debe
solicitarse ante un juez de distrito; estos casos no hacen sino desarrollar el principio
básico; procede el amparo indirecto contra todo acto de autoridad que no sea una
sentencia definitiva del orden civil o penal o un laudo arbitral definitivo y que es
impugnable ante un juez de distrito.

Antes de estudiar la tramitación de este amparo veremos los casos a que se refiere
el Art. 114.

La Fr. I señala el 1er. CASO: Desde luego cuando el acto reclamado consiste en
una ley auto aplicativa, en una ley que por su sola expedición afecta a los
particulares: el amparo contra esta ley es el indirecto.

2° CASO: La Fr. II establece la procedencia del amparo indirecto para atacar actos
estricto sensu de las autoridades distintas de las judiciales, de las juntas de
conciliación o sea de autoridades administrativas.
Ahora bien, hay una regla contenida en esta Fr. II que se refiere a la procedencia
del amparo indirecto: un acto de una autoridad administrativa puede ser un acto que
se realiza fuera de una escuela procesa. El amparo indirecto ataca ese acto en sí
mismo, pero bien puede suceder que el acto de una autoridad administrativa
consista en una resolución que recaiga en un procedimiento seguido ante la propia
autoridad. Entonces opera esta regla: cuando se trata de actos que forman parte de
un procedimiento judicial o administrativo esos actos en sí mismos no son
impugnables en empero.

Cuando produzcan agravios en perjuicio de algunas de las partes ésta tiene que
esperar a que llegue a su fin el procedimiento y entonces el impugnar la resolución
definitiva puede hacer valer las violaciones cometidas en ese propio procedimiento.
Los agraviados tienen que esperarse a que se dicte la resolución definitiva y hace
valer las violaciones cometidas por la resolución misma y por las cometidas durante
el procedimiento.

Ejemplo conforme a la ley de propiedad industrial se sigue un procedimiento


administrativo para otorgar una patente de invención o para registro de una marca;
el solicitante debe reunir determinados requisitos; se sigue un procedimiento
administrativo ante la Dirección de la Propiedad Industrial; pues el amparo no
procede contra los actos aislados de ese procedimiento si se niega el registro.
Contra la resolución definitiva procede el amparo indirecto (puesto que no se fijó
ulterior recurso).

La excepción es la siguiente; si cuando un acto dentro de un procedimiento ataca a


un tercero extraño al procedimiento, éste puede hacer valer contra ese acto
violatorio, el amparo indirecto. Las partes no pueden ir al amparo, sino que deben
esperar la resolución definitiva.

Sin embargo podríamos suponer que confiamos a la fracción II del Art. 114, se
establece la procedencia del amparo indirecto para atacar actos estricto sensu de
autoridades diferentes a las judiciales y a las de Conciliación y Arbitraje; se trata de
actos de autoridades administrativas.

Un acto de una autoridad administrativa puede ser un acto aislado, sin formar parte
de ningún procedimiento previo, entonces el amparo indirecto ataca ese acto en sí
mismo, pero puede suceder que el acto de una autoridad administrativa consiste en
una resolución dictada en una asunto llevado en forma de juicio ante la propia
autoridad; entonces, opera este principio: cuando se trata de actos que forman parte
de un procedimiento, de actos aislados, no procede el amparo, el agraviado tendrá
que esperar a que se dicta la resolución definitiva para atacarla en amparo, y al
impugnar en amparo la resolución definitiva puede impugnar los actos realizados en
la secuela del procedimiento.

El amparo puede proceder contra los actos de la autoridad administrativa cuando


no se trate de actos que emanen de un procedimiento en forma de juicio; en los
términos de la Fracc. II del Art. 114: en esta fracción se consagra la procedencia del
amparo indirecto contra actos de autoridad administrativa.
La regla general de procedencia del amparo indirecto es que el amparo ante un juez
de Distrito no procede contra autoridades judiciales o de las Juntas de Conciliación
y Arbitraje. Ahora bien, procede el amparo indirecto ante un Juez de Distrito contra
las autoridades judiciales en estos casos: 1.- cuando se trate de actos realizados
por las autoridades judiciales fuera o después de concluido el juicio. Un Juez realiza
actos fuera del juicio cuando se trate de actos dentro de un procedimiento que no
sea contencioso sino de jurisdicción voluntaria; las resoluciones que se dicten en
este procedimiento pueden impugnarse en amparo indirecto. Claro que rige la regla
de que no se pueden atacar los actos aislados de ese procedimiento en amparo,
sino se debe esperar a que se dicte la resolución definitiva.

También procede el amparo indirecto contra autoridades judiciales cuando dictan


autos después de concluido el juicio. El juicio concluye cunado se dicta la sentencia
definitiva; entonces, todos los actos realizados por un Juez después de dictada la
sentencia definitiva son actos impugnables en amparo indirecto. Estos actos pueden
configurar procedimientos ejecutivos que están constituidos por diferentes actos,
contra estos aislados no procede todavía el amparo indirecto, sino contra la
resolución definitiva que se dicte en el procedimiento ejecutivo.

Otro caso en que procede el amparo indirecto contra actos de autoridad judicial es
el siguiente: contra actos de autoridad judicial que violan garantías de un tercero
extraño; contra cualquier acto realizado dentro o fuera del juicio, que importe
violación a los derechos de un tercero extraño, el cual puede impugnar en amparo
dicho acto sin necesidad de esperar a que se dicte la resolución definitiva.

El tercer caso de excepción a la regla que dice que los actos aislados de un juicio
no son impugnables en amparo es el siguiente; cuando afecte el acto a una de las
partes del juicio y que ese acto sea de imposible reparación.
¿Qué es acto de imposible reparación?...Este tema lo tratáremos la próxima clase.

Hay actos dentro de un juicio que por ser actos de imposible reparación hacen
procedente el juicio de amparo indirecto sin que el agraviado tenga que esperar la
resolución definitiva.
Este concepto de acto de imposible reparación no ha sido definido por la S.C.J.: se
han señalado algunos criterios, algunos discrepantes y contradictorios. Vamos a
exponer el CRITERIO TEORICO para determinar la naturaleza de dichos actos y
luego nos referiremos al criterio variable de la jurisprudencia de la S.C.J.
¿Qué se entiende por acto dentro de un juicio de imposible reparación? Adentro de
un juicio de imposible reparación es aquel que ya no puede ser modificado por la
sentencia definitiva que se dicta en dicho juicio. Es aquel que sirve de dicho
presupuesto. Un acto dentro del juicio de imposible reparación es cuando su
contenido no puede ser ya abordado por la sentencia definitiva que se dicte en dicho
juicio.

Por eje: al acto que declara rebelde al demandado. Este teóricamente es un acto
dentro de un juicio de imposible reparación, ya que la sentencia debe tomar en
cuenta el contenido del auto que declara rebelde al demandado. La sentencia
definitiva llevará como base el que el demandado no opuso excepciones, pues
había solo declarado rebelde. Contra el acto de rebeldía procede la apelación y
contra su resolución, el amparo indirecto.

Otro Eje: el auto que desecha una prueba. Teóricamente es un auto de imposible
reparación pues la prueba desechada ya no será tomada en cuenta por la sentencia
definitiva y contra el auto que desecha una prueba procede el recurso de apelación
y contra su resolución, el amparo indirecto.

Tomando en cuenta este criterio teórico, la procedencia del amparo indirecto es


amplia, pero la ley en su art. 114 sustenta un criterio más restringido, tan restringido
que tomando en cuenta la literalidad del 114 insólitamente se dará este caso en la
realidad, pues alude a una irreparabilidad material en perjuicio de las cosas o de las
personas, no alude a la irreparabilidad jurídica como el criterio teórico. Repitiendo,
el caso señalado por el 114 insólitamente se puede presentar realmente.

Entonces, tomando en cuenta la ligereza de los redactores del artículo, S.C.J ha


dicho que no se trata de irreparabilidad material sino de irreparabilidad jurídica.

¿Cuándo un acto de juicio es jurídicamente irreparable? Veamos los diferentes


criterios que se han sustentado en la S.C.J.

Participa el criterio de la S.C.J. del criterio teórico que ya vimos. Pero si este es el
criterio más o menos general que ha acogido la jurisprudencia de la S.C.J. en
diferentes casos jurisprudenciales ha contraído este criterio, porque a pesar de que
esos actos son teóricamente de imposible reparación, dice la corte que no lo son:
por eje: un auto que desecha una prueba. Claro que dentro de este criterio, el que
exista la posibilidad de que se dicte una sentencia a favor de la parte afectada,
ningún acto será teóricamente de imposible reparación.

Pero se ha cambiado la ruta y ahora dice: acto de imposible reparación es aquel


que pone fin el juicio, que imposibilita la consecución del mismo, que impide la
pronunciación de la sentencia definitiva. Son las resoluciones que en un juicio civil
decretan el sobreseimiento del propio juicio; son las resoluciones que declaran
improcedente la falta de personalidad del actor, autos definitivos que concluyen el
juicio.

El criterio de la S.C.J., es el siguiente en síntesis: por acto de imposible reparación


se entiende aquel que impide la prosecución del juicio, imposibilitando la declaración
lógica de la sentencia y la reparación del agravio que en perjuicio del quejoso se
haya dictado.

Pero no creamos que el problema es tan sencillo; recordemos siempre este


principio: los actos dentro de un procedimiento judicial en sí mismos no son
impugnables en amparo indirecto o directo, sino que el agraviado debe esperar a
que se dicte la sentencia definitiva y al interponer el amparo contra ésta, hacer valer
las violaciones cometidas dentro de le secuela procesal. Sabemos que contra una
sentencia definitiva del orden civil o penal o contra un laudo arbitral definitivo
procede el amparo indirecto y que cuando en la demanda del amparo directo se
alegan violaciones cometidas en el procedimiento conoce el T.C.C.

CRITERIO LEGALISTA

Ver arts. 159 y 160 de la Ley de Amparo.- El art. 159 contempla diferentes hipótesis
de violaciones a la Ley al procedimiento cuando ocurre algún fenómeno violatorio
contemplado por ese Art. El auto que se ha dictado no es de imposible reparación
y por lo tanto no procede el amparo directo; este procede una vez que se ha dictado
la sentencia definitiva. Procede el amparo indirecto siempre que se trate de una
resolución que no produzca ninguna de las violaciones comprendidas en el Art. 159.
Si está comprendida, procede el amparo directo. Si se dicta una resolución dentro
de un juicio civil o laboral, si esa resolución se encuentra comprendida dentro de
una de las violaciones el Art. 159, aquí no procede el amparo indirecto sino el directo
y se debe esperar la resolución definitiva.

Sabemos que el Art. 479 de la Ley Federal del Trabajo dispone que se tenga por
desistida la demanda por la parte actora cuando deje de promover por tres meses.
El actor dejó de promover ese término o más. El patrón, que es el demandado, pide
a la Junta la aplicación del 479. Pero supongamos que ésta rechace la petición del
patrón demandado y dice que no es de aplicar el 479. Este es un acto de imposible
reparación, pues produce en primer lugar una violación que no está comprendida
en abordar si es aplicable o no el 479. Entonces el acto que niega a aplicar el 479
es un acto de imposible reparación y entonces el amparo es procedente ante el juez
de distrito. Lo mismo cuando se aplica el 479.
El auto que declara la incompetencia también es un acto de imposible reparación
dentro del juicio. Ejemplo: una persona como asesor técnico de las obras de
planificación promueve un juicio exigiendo el pago de honorarios en contra del
Depto. Del D.F. La Ley de Hacienda del D.F. y la Ley de Planificación, dan derechos
a cobrar honorarios a que tiene derecho conforme a aquellas leyes. Acude ante el
Lic. Uruchurtu y éste se niega a pagar. El asesor debe demandar judicialmente al
Depto. Ante las autoridades comunes del D.F., pues el problema es de aplicación
de leyes locales. El juez de entrada a la demanda y ordena que se corra traslado al
Depto. Y éste impone las excepciones de incompetencia diciendo que es una
cuestión de carácter administrativo. El juez los tiene por interpuestas y envía el caso
al superior, dándose trámite a la acción de incompetencia. El superior declara válida
la excepción de incompetencia. Este es un acto de imposible reparación, pues el
juicio ya no puede seguir. Esta resolución es una resolución que importe un acto de
imposible reparación y contra ella procede el amparo ante un juez de distrito.

Hay casos en que se puede acudir al criterio legalista, al criterio jurisprudencial y al


criterio teórico para saber cuándo un acto es de imposible reparación.
Un acto será de imposible reparación cuando se sentido o contenido no puede ser
va abordado en la sentencia definitiva que se dicte en el juicio y cuando se someta
una violación no comprendida en el Art. 159 (casos civiles o laborales) y en el 160
(casos penales) de la Ley de Amparo.

Vamos que la determinación del concepto de acto de imposible reparación es difícil


de ser señalados por un solo criterio.

Si se trata de un acto comprendido en las violaciones señaladas en los Arts. 159 y


160, violación que debe ser reparada en amparo directo contra la sentencia
definitiva, si se trata de una resolución civil se debe preparar el amparo directo en
los términos del Art. 161.

En los demás casos hay que aplicar el criterio jurisprudencial o el criterio teórico,
según convenga más al caso concreto. Ante la duda debemos presentar el amparo
ante un juez de distrito. Si éste es sobreseído los actos violatorios pueden ser
impugnados en amparo directo ante el T.C.C.

Pero el problema se complica porque los arts. 159 y 160 señalan que los T.C.C.,
pueden indicar que actos fueran comprendidos por analogía en aquellos casos, es
decir, por los señalados en dichos artículos.

Cuando un tercero es afectado en un juicio puede promover el amparo ante un juez


de distrito, sin esperar a que se dicte una resolución definitiva. El principio de que
los actos de un procedimiento por sí mismos no son impugnables en amparos,
procede también en el procedimiento de ejecución de una sentencia.

Ahora bien, cuando un acto dentro o fuera del juicio afecte a una persona ajena al
juicio, éste debe agotar el recurso que se señale antes de ir al amparo indirecto
(siempre que no se trate de un juicio de tercería). El tercero que se vea afectado en
sus bienes por una resolución judicial no está obligado antes de ir al amparo de ir a
la tercería. Si interpone la tercería ya no puede presentar el amparo (XIX del art.
73).

Comenzamos a estudiar la sustanciación del amparo indirecto bi-instancial y dijimos


que a la demanda de amparo pueden recaer tres autos de distinto tipo y de diferente
contenido: 1.- el auto desechando la demanda cuando hay una causa notoria de
improcedencia y contra ese auto procede el recurso de revisión del que conoce el
T.U.C. 2.- Puede recaer también un auto aclaratorio cuando la demanda es oscura
y no contiene los datos del art. 116; el quejoso debe aclarar su demanda en el
término de 3 días y debe ser notificado personalmente. Si el quejoso no aclara su
demanda el juez de oficio dicta un auto desechando la demanda de amparo y 3.- El
auto más importante es el auto admisorio de la demanda y dijimos que son varios
los puntos del contenido de este auto: a) la declaración de que se admite la
demanda, b) la orden a la autoridad responsable para que presente su informe
justificativo c) la fijación de la fecha para la celebración de la audiencia
constitucional.

Este auto se notifica por oficio a la autoridad responsable. Las autoridades deben
rendir su informe justificado en el término de 5 días, lo que no sucede en la realidad;
la Corte ha señalado en su jurisprudencia que las autoridades responsables deben
rendir su informe antes de la audiencia constitucional. El informe justificado es la
primera actuación de la autoridad responsable y es la contestación a la demanda
de amparo. Pueden rendir su informe justificativo negando los actos reclamados;
frente a este informe negativo el quejoso tiene la obligación de demostrar que se
realizaron los actos reclamados, pero tiene además la obligación de demostrar la
inconstitucionalidad de esos actos.
Las autoridades responsables pueden aceptar los actos pero sostener que no son
violatorios de las garantías individuales. Allí la autoridad pide que se niegue el
amparo al quejoso. Pueden hacer valer también causas de improcedencia del juicio
y pueden pedir que se sobresea. Así surge una segunda controversia: ¿Existen o
no las causas de improcedencia?

Pero la autoridad responsable puede omitir también el informe justificativo.


Entonces respecto de la autoridad omisa se presumen ciertos los actos reclamados
según el Art. 149. Aquí hay la presunción de certeza de los actos reclamados. Aquí
el quejoso sólo debe demostrar la inconstitucionalidad de los actos, siempre que
ésta no sea inconstitucional por sí mismo.
Un acto de autoridad es inconstitucional en sí mismo cuando el realizarse quebrante
una disposición constitucional (la marca, los azotes, etc.) Hay otro criterio para
señalar cuando un acto es inconstitucional por sí mismo: cuando se realiza por una
autoridad que absolutamente no tiene facultad para dictar ese acto (por ejemplo un
juez de lo penal que dicta una sentencia civil). Lo mismo cuando la violación resulta
de una orden verbal, que es en sí misma inconstitucional.

El informe justificado es pues, el primer acto procesal realizado en el juicio de


amparo por la autoridad responsable.

Ahora bien, cuando interviene el tercero perjudicado en el juicio de amparo? Para


que comparezca no hay término. Sólo debe comparecer en la audiencia
constitucional. Puede presentar su escrito antes y sobre él recae un auto que dice
que se resolverá lo conducente en la audiencia constitucional, es decir, se reserva
para entonces su estudio. Lo mismo si presenta pruebas, éstas serán tomadas en
cuenta hasta la audiencia constitucional.

El acto siguiente es la AUDIENCIA CONSTITUCIONAL. Su celebración se señala


desde el auto admisorio de la demanda de amparo. Es en la audiencia constitucional
en donde se deben ofrecer y rendir las pruebas por las partes; por el quejoso, por
la autoridad responsable, por el tercero perjudicado. Aquí es donde se realizan los
alegatos y el juez dicta sentencia.
Así la audiencia constitucional consta de tres períodos: el probatorio, el alegatorio y
la sentencia. Por eso la sentencia que se dicta en la audiencia constitucional se
llama sentencia constitucional. El período probatorio consta de tres subperíodos: el
primero se refiere al ofrecimiento de pruebas que hacen las partes. Ofrecidas éstas,
el juez las admite o las rechaza. Admitidas se deshogan y desahogadas las pruebas
termina el primer período y se pasa al de alegatos. Si se alega o no, el juez ya está
en posibilidad de dictar la sentencia.

Contra estas sentencias procede la apelación ante la S.C.J., o ante el T.C.C.

CASOS EN QUE SE DA LA REVISIÓN:

PRIMERO.- Contra autos dictados por los jueces de distrito en que tengan por no
interpuesta o desechan la demanda de amparo. Del recurso conoce el Tribunal
Colegiado de Circuito que sea el superior jerárquico del juez de distrito y dentro de
cuya jurisdicción se encuentren.
SEGUNDO.- Contra las interlocutorias suspensionales dictadas por el juez de
distrito concediendo o negando la suspensión definitiva al quejoso (FRAC. del Art.
83 de la Ley de Amparo). También procede contra las interlocutorias que revoquen
o modifiquen las interlocutorias de suspensión.

TERCERO.- Contra los llamados autos de sobreseimiento (un acto dicta el


sobreseimiento cuando no se basa en causa de improcedencia sino que se trate de
alguno de los casos que contemplan las fracciones I, II y V del Art. 73 de la Ley
Ejemplo: cuando fallece el quejoso sin que se trate de intereses patrimoniales, por
inactividad procesal, etc.)

CUARTO.- Contra las sentencias constitucionales dictadas por los jueces de Distrito
en la Audiencia Constitucional; estas sentencias pueden ser concesorias de
amparo, negatorias de amparo o sentencias de sobreseimiento.

Ahora bien, de este recurso de revisión puede conocer la Suprema Corte de Justicia
a los Tribunales Colegiados de Circuito; en los tres casos anteriores, la revisión es
del conocimiento absoluto de los Tribunales Colegiados de Circuito; pero ahora el
Juez de Distrito tiene dos superiores jerárquicos en relación con la revisión;
entonces; ¿Cuándo conocerá del recurso de revisión contra las sentencias dictadas
por el Juez de Distrito la Suprema Corte de Justicia?... ¿Cuándo conocerá el
Tribunal Colegiado de Circuito?...

CONOCE LA CORTE DE LA REVISIÓN:

1.- Cuando en el juicio de amparo se haya planteado por el quejoso una cuestión
de inconstitucionalidad de una ley (no de un reglamento).

2.- Cuando se trate de un amparo administrativo en que la autoridad responsable


es Federal: puede suceder que en un amparo se ataquen actos que se atribuyen a
autoridades federales y locales; entonces hay que atender al principio que enseña
que la autoridad federal es atrayente; basta que haya una autoridad demandada
que sea federal para que la revisión se sustancia ante la S.C.J.

La Corte ha reputado a los funcionarios del Departamento del D.F., como


autoridades federales diciendo que el Presidente de la República es conforme a la
Constitución el Gobernador nato de ese Departamento; que el Departamento no
tiene un Poder Legislativo propio sino que legisla para él el Congreso de la Unión.

3.- En amparos penales, cuando se dictan sentencias en casos en que, en la


demanda, solo se hubieran alegado violaciones al Art. 22 constitucional; si se alegan
además de violación a este art., violaciones a otros, ya no se surtirá la competencia
de la Corte para conocer de la revisión de las sentencias dictadas por los Jueces de
distrito.

4.- Cuando el amparo se haya interpuesto con fundamento en las fracc. II y III del
artículo 103 Constitucional (art. 84 de la Ley de Amparo)

De los demás casos conoce de la revisión el Tribunal Colegiado de Circuito.

En las clases pasadas vimos la corte de revisión que queja contra resoluciones
dictadas por los jueces de distrito en el juicio de amparo. Ahora veremos los casos
en que procede la queja contra las autoridades responsables. En estos casos la
queja debiera llamarse incidente de queja y no recurso (que se da siempre contra
una resolución judicial, nunca contra actos de las partes).

El principal caso en que procede la queja contra las autoridades responsables en


un juicio de amparo, es el siguiente: cuando la autoridad responsable incurre en
exceso o defecto de ejecución o de cumplimiento de la ejecutoria de amparo.
Recordaremos que la sentencia puede ser de tres tipos: de sobreseimiento, de
Negación y concesoria del amparo. Las dos primeras son sentencias declarativas y
no son ejecutables, en cambio, las que conceden el amparo, son declarativas pero
sobre todo condenatorias, invalidatorias, restitutorias del acto reclamado. La
eficacia de las sentencias concesorias del amparo se establece en el art. 80 de la
ley.

Pero también procede el recurso de queja por exceso de ejecución, exceso que es
un detrimento generalmente del tercero perjudicado si es que existe, y este es quien
interpone la queja. Si el defecto consiste en que la autoridad responsable no
restablece las cosas al estado en que se encontraban antes del acto reclamado, el
exceso consiste en que la autoridad responsable, al dar cumplimiento a una
sentencia de amparo, se extralimita en este restablecimiento, le dan más al quejoso
de lo que éste tenía derecho, hasta antes del acto reclamado, es decir, prolongan
la situación en que las cosas se encontraban antes del acto reclamado. Este exceso
del recurso de queja que es interpuesto por el 3º perjudicado.
La interlocutoria que concede la suspensión definitiva al quejoso, impone a las
autoridades responsables obligaciones negativas, de no hacer; la abstención que la
suspensión definitiva impone a las responsables, frente al quejoso, no puede
cumplimentarse ni excesiva ni defectuosamente, porque solo son susceptibles de
violarse totalmente, nunca parcialmente por eso las autoridades responsables no
pueden incurrir en exceso, siempre en desacato, en incumplimiento total. Cuando
esto ocurre, procede el incidente de incumplimiento de sentencia, contra los actos
que han violado la sentencia, incidente que se tramitará en los términos del artículo
103, 113 de la ley, en relación con el 143.

Otro caso de procedencia de queja es el siguiente: Procede contra las autoridades


responsables por falta de cumplimiento a la resolución del Juez de Distrito o del
Tribunal Colegiado de Circuito o de la autoridad que conozca del juicio en general,
cuando no acaten o cumplan con la libertad caucional concedida al quejoso.

LA SUSPENSION CUANDO EL ACTO RECLAMADO AFECTA LA LIBERTAD DEL


QUEJOSO. Cuando el quejoso ya está detenido por autoridad judicial, por virtud de
orden de aprehensión o auto de formal prisión y pide amparo contra esa orden o
auto, el juez de Distrito puede conceder al quejoso la libertad caucional cuando la
suma aritmética de la pena no exceda de cinco años de prisión; el artículo 136 de
la ley de amparo en uno de sus primeros párrafos lo establece.

La suspensión de amparo directo no es del conocimiento del órgano de control, de


ésta conoce, tratándose de materia civil penal, o laboral, la autoridad responsable,
ella es la que concede la suspensión o bien el Presidente de la Junta de
Conciliación.

LA RECLAMACION.- Este recurso, a diferencia de la revisión y de la queja, tiene


una procedencia muy restringida, se da contra resoluciones de mero trámite, tanto
en la substanciación de la revisión, cuanto en la substanciación del amparo directo.

La ley orgánica del poder judicial de la federación, establece que la tramitación o


revisión de los amparos que corresponden a los tribunales colegiados de circuito en
amparo directo o revisión corresponden al presidente de dicho tribunal y contra
cualquier resolución de éste, procede la reclamación que su substanciará ante los
otros dos magistrados que integran el tribunal.

La próxima clase nos vamos a referir a la suspensión del acto reclamado.

LA SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO

La suspensión del acto reclamado es una institución dentro de nuestro juicio de


amparo muy importante porque la finalidad de la suspensión es conservar la materia
del amparo, es evitar la realización de los actos reclamados y que esta realización
del acto, sea de imposible reparación.
La suspensión dentro del amparo es una institución que siempre ha sido anexa al
juicio de garantías, desde la ley de 1869, en que se dejaba en libertad al juez de
Distrito para que concediera o no la suspensión, en forma discrecional. La
suspensión en cuanto a su reglamentación se ha ido perfeccionando; en la ley
reglamentaria de 1869 se concede facultad al juez de distrito para otorgar la
suspensión, y así sucesivamente se ha ido reglamentando hasta llegar a nuestra
ley actual.

Procedencia o improcedencia de la suspensión desde el punto de vista de los actos


reclamados:

1.- La suspensión es improcedente frente a actos reclamados de carácter negativo;


este principio no es válido cuando de los actos negativos derivan efectos positivos.
2.- Cuando se trate de actos instantáneos, totalmente consumados, la suspensión
también es improcedente.
3.- En los actos de tracto sucesivo la suspensión se maneja de acuerdo con los
principios enunciados.

LA INTERLOCUTORIA SUSPENSIONAL

Son tres las condiciones necesariamente concurrentes para que se otorgue al


quejoso la suspensión DEFINITIVA de los actos reclamados estas, están en una
relación lógica y son las siguientes:

1.- Consiste en que los actos reclamados sean ciertos; si no existen se negará la
suspensión definitiva, ésta es la primera condición.
2.- Que siendo ciertos los actos reclamados, su naturaleza permita su paralización,
su suspensión, es decir, que siendo ciertos los actos reclamados, no sean negativos
ni consumados.
3.- Que siendo ciertos los actos reclamados y permitiendo su naturaleza su
paralización, se satisfagan los requisitos del art. 124 de la ley de amparo; estos
requisitos son:
a) Que la suspensión definitiva la solicite el agraviado.
b) Que con el otorgamiento de la suspensión definitiva no se contravengan
disposiciones de orden público ni se afecte el orden social.
c) Que con la ejecución de los actos reclamados se causen a los agraviados
perjuicios de difícil reparación.

Síntesis de la suspensión estudiamos los principios de la procedencia de la


suspensión solo es procedente contra actos de carácter positivo; la suspensión
nunca opera hacia el pasado, la suspensión nunca tiene efectos restitutorios; las
resoluciones que se dictan en el incidente de suspensión, siempre operan para el
futuro.

TRAMITACIÓN DE LA SUSPENSION EN AMPARO DIRECTO.- Al interponerse la


demanda de amparo, debe anunciarse a la autoridad responsable la presentación
de dicha demanda y en el escrito de anunciación, se deberá pedir la suspensión,
entonces el quejoso, una vez interpuesta su demanda, pide la suspensión de la
sentencia definitiva civil ante la sala de que se trate del tribunal superior de justicia
y dicha sala puede conceder o negar la suspensión.

Esto es por lo que respecta a la suspensión relativa al amparo directo, cuando se


trata de sentencias definitivas del orden civil. Jamás procede en estos casos la
suspensión de oficio.

Ahora bien, las garantías o contra garantías se hacen exigibles de la misma forma
en que se hacen efectivas en tratándose del amparo indirecto, solo que en el caso
que estamos tratando (amparo directo). EL INCIDENTE DE DAÑOS Y PERJUICIOS
SE SUSTANCIARA ANTE LA AUTORIDAD RESPONSABLE.
PRINCIPIOS DE JUICIO DE AMPARO.

1. INSTANCIA DE PARTE AGRAVIADA. Se refiere a la circunstancia de que un


Tribunal no puede, oficiosamente, iniciar la acción; debe iniciarla el directamente
agraviado (quejoso) a través de una demanda.

2. PROSECUCIÓN JUDICIAL. Implica que le juicio de amparo se revela, en cuanto


a su substanciación, en un verdadero proceso judicial, en el cual se observan las
“formas jurídicas” procesales; esto es, demanda, contestación, audiencia de
pruebas, alegatos y sentencia. Al establecer el artículo 107 Constitucional que el
juicio de amparo se seguirá conforme a un procedimiento que se ajuste a las formas
del Derecho Procesal, implícitamente presupone que en su tramitación se suscita
un verdadero debate o controversia entablados entre el promotor del amparo y la
autoridad responsable, como partes principales del juicio, en el que cada cual
defiende sus respectivas pretensiones.
3. RELATIVIDAD DE LA SENTENCIA DE AMPARO. Conocida también como
“Fórmula Otero”. Se refiere a que el amparo sólo atenderá al individuo en lo
particular, concediéndole la protección de la Justicia Federal sin hacer declaración
general respecto de la ley o el acto que la motivare.

4. DEFINITIVIDAD DEL JUICIO DE AMPARO. No se puede ocurrir directamente a


la vía de amparo respecto de un acto que establezca un previo recurso, juicio o
medio de defensa. En materia penal, si existe privación de la libertad, deportación,
destierro o cualquiera de los actos que prohíbe el artículo 22 Constitucional, (casos
excepcionales), sí puede ocurrirse directamente aunque existe recurso previo.

5. ESTRICTO DERECHO. Impone una norma de conducta al órgano de control,


consistente en que los fallos que aborden la cuestión constitucional planteada en el
juicio de garantías, sólo deben analizar los conceptos de violación expuestos en la
demanda respectiva, sin formular consideraciones de inconstitucionalidad de los
actos reclamados que no se relacionen con dichos conceptos.
6. SUPLENCIA DE LA DEFICIENCIA DE LA QUEJA. Significa no ceñirse a los
conceptos de violación expuestos en la demanda de amparo, sino que, para
conceder al quejoso la protección federal, el órgano de control puede hacer valer
oficiosamente cualquier aspecto inconstitucional de los actos reclamados. No opera
cuando el amparo es improcedente por cualquier causa constitucional, legal o
jurisprudencial, ya que no tiene el alcance de sustituir o de obviar tal improcedencia.

PARTES EN EL JUICIO DE AMPARO.


1. EL QUEJOSO. De acuerdo al artículo 5 de la Ley de Amparo, se le llama
agraviado o agraviados. Pueden serlo:

A) Persona física o gobernado (sin importar nacionalidad) que se ve afectado por el


acto de autoridad en su esfera jurídica. Es la parte que genera el movimiento del
órgano jurisdiccional.

B) Personas morales privadas: Sociedades Civiles o mercantiles. Se considera sólo


a la persona física, pero su titularidad se extiende a éstas personas para protegerlas
de los actos de autoridad.

C) Personas morales del Derecho Social: Núcleos de población de bienes ejidales


o comunales que pueden verse afectados por actos de autoridad o sindicatos.
D) Organismos Descentralizados de la Federación y de los Estados.
E) Federación, Estados, Municipios y Distrito Federal. (Persona moral oficial que
actúa como particular, o como poder autoridad). Artículo 9 Ley de Amparo.
El quejoso o agraviado se encuentra en la misma posición que la autoridad
responsable; con los mismos derechos y obligaciones.
2. LA AUTORIDAD O AUTORIDADES RESPONSABLES.
Art. 11 Ley de Amparo. Es la que dicta, promulga, publica, ordena, ejecuta o trata
de ejecutar la Ley o el acto recamado.
Considera al órgano de autoridad de derecho, al órgano autoridad de facto, los
organismos descentralizados dotados de fuerza pública y la persona física dotada
de fuerza pública.
El órgano autoridad de derecho es aquella autoridad que ha sido creada por un
ordenamiento jurídico que le da facultades y atribuciones.
La autoridad de facto son aquellos órganos del Estado, creados por otro de ellos
que no tienen subsistencia en un ordenamiento jurídico (viola el artículo 16
Constitucional por incompetencia).
Organismos descentralizados: Si están dotados de fuerza pública, sí son autoridad
para efectos de amparo.
La persona física siempre que esté dotada de fuerza pública.
La autoridad para efectos de amparo comprende a toda persona dotada de fuerza
pública, ya sea de hecho o de derecho.
En el juicio de amparo se encuentra en la misma posición que el quejoso agraviado
y que el tercero perjudicado.
Debe rendir los informes previo y justificado, cuyo valor es considerado por la Corte
como una simple aseveración de una de las partes. La autoridad tiene que
demostrar sus aseveraciones (es decir que el informe no predomina respecto de la
demanda de amparo).
3. EL TERCERO O TERCEROS PERJUDICADOS, pudiendo intervenir con ese
carácter:

a) La contraparte del agraviado cuando el acto reclamado emana de un juicio o


controversia que no sea del orden penal, o cualquiera de las partes en el mismo
juicio cuando el amparo sea promovido por persona extraña al procedimiento.
b) El ofendido o las personas que, conforme a la ley, tengan derecho a la reparación
del daño o a exigir la responsabilidad civil proveniente de la comisión de jun delito,
en su caso, en los juicios de amparo promovidos contra actos judiciales del orden
penal, siempre que éstos afecten dicha reparación o responsabilidad.
c) La persona o personas que hayan gestionado en su favor al acto contra el que
se pide amparo, cuando se trate de providencias dictadas por autoridades distintas
de la judicial o del trabajo; o que, sin haberlo gestionado, tengan interés directo en
la subsistencia del acto reclamado. (Art. 5 fracción III).
El tercero perjudicado no resulta afectado, sino beneficiado con el acto de autoridad.

4. EL MINISTERIO PÚBLICO DE LA FEDERACIÓN.


Podrá intervenir en todos los juicios e interponer los recursos que señala la Ley de
Amparo, inclusive para interponerlos en amparos penales cuando se reclamen
resoluciones de tribunales locales, independientemente de las obligaciones que la
misma Ley le precisa para procurar la pronta y expedita administración de justicia.
Sin embargo, tratándose de amparos indirectos en materia civil y mercantil, en que
sólo afecten intereses particulares, excluyendo la materia familiar, el Ministerio
Público Federal no podrá interponer los recursos que la citada ley señala. (Art. 5
fracción IV).
En la realidad, El Ministerio Público Federal como parte del juicio tiene dos
atribuciones:

1. Vigilar que en todo procedimiento se cumpla la normatividad correspondiente.


2. Que no se archive ningún expediente de amparo que haya concedido protección
federal mientras no se acredite o quede probado que se cumplió esa ejecutoria.
EL AMPARO DIRECTO.

PROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO DIRECTO.

El título tercero, capítulo I de la Ley de Amparo, menciona que (artículo 158): el


juicio de amparo directo es competencia del Tribunal Colegiado del Circuito que
corresponda, en los términos establecidos por la fracciones V y VI del artículo 107
Constitucional, y procede contra sentencias definitivas o laudos y resoluciones que
pongan fin al juicio, dictados por tribunales judiciales, administrativos o del trabajo,
respecto de las cuales no proceda ningún recurso ordinario por el que puedan ser
modificados o revocados, ya sea que la violación se cometa en ellos o que, cometida
durante el procedimiento, afecte a las defensas del quejoso, trascendiendo al
resultado del fallo, y por violaciones de garantías cometidas en las propias
sentencias, laudos o resoluciones indicados. Para los efectos de éste artículo, sólo
será procedente el juicio de amparo directo contra sentencias definitivas o laudos y
resoluciones que pongan fin al juicio, dictados por Tribunales Civiles,
Administrativos o del Trabajo, cuando sean contrarios a la letra de la ley aplicable
al caso, a su interpretación jurídica o a los principios generales del Derecho, a falta
de Ley aplicable, cuando comprenda acciones, excepciones o cosas que no hayan
sido objeto del juicio, o cuando no las comprendan todas, por omisión o negación
expresa. Cuando dentro del juicio surjan cuestiones, que no sean de imposible
reparación, sobre constitucionalidad de leyes, tratados internacionales o
reglamentos, sólo podrán hacerse valer en el amparo directo que procedan en
contra de la sentencia definitiva, laudo o resolución que ponga fin al juicio.

TÉRMINO PARA SU INTERPOSICIÓN.

Según el artículo 21 de la Ley de Amparo, el término de la interposición de la


demanda será de quince días, mismo que se contará desde el día siguiente al en
que haya surtido efectos, conforme a la ley del acto, la notificación al quejoso de la
resolución o acuerdo que reclame; al en que haya tenido conocimiento de ellos o de
su ejecución, o al en que se hubiese ostentado como sabedor de los mismos. El
numeral 22 en su fracción III, señala como excepción a la regla general antes
mencionada, los casos en que, tratándose de sentencias definitivas o laudos y
resoluciones que pongan fin al juicio, en los que el agraviado no hay sido citado
legalmente para el juicio, dicho agraviado tendrá el término de noventa días para la
interposición de la demanda, si residiera fuera del lugar del juicio, pero dentro de la
República, y de cientos ochenta días, si residiera fuera de ella; contando en ambos
casos, desde el siguiente al en que tuviere conocimiento de la sentencia; pero si el
interesado volviere al lugar en que se haya seguido dicho juicio quedará sujeto al
términos a que se refiere el artículo anterior.
REQUISITOS DE LA DEMANDA.
De acuerdo al artículo 166 de la Ley de Amparo, la demanda debe formularse por
escrito, en la que se expresarán:
I El nombre y domicilio del quejoso y de quien promueva en su nombre;
II El nombre y domicilio del tercero perjudicado;
III La autoridad o autoridades responsables;
IV La sentencia definitiva, laudo o resolución que hubiere puesto fin al juicio,
constitutivo del acto o de los actos reclamados; y si se reclamaren violaciones a las
leyes del procedimiento, se precisará cuál es la parte de éste en la que se cometió
la violación y el motivo por el cual se dejó sin defensa al agraviado…
V La fecha en que se haya notificado la sentencia definitiva, laudo o resolución que
hubiere puesto fin al juicio, o la fecha en que haya tenido conocimiento el quejoso
de la resolución recurrida.
VI Los preceptos constitucionales cuya violación se reclame y el concepto o
conceptos de la misma violación.
VII La ley que en concepto del quejoso se haya aplicado inexactamente o la que
dejó de aplicarse, cuando las violaciones reclamadas se hagan consistir en inexacta
aplicación de las leyes de fondo. Lo mismo se observará cuando la sentencia se
funde en los principios generales del Derecho.
Cuando se trate de inexacta aplicación de varias leyes de fondo, deberá cumplirse
con esta prescripción en párrafos separados y numerados.

AUTORIDAD ANTE QUIEN SE INTERPONE. De acuerdo al artículo 163 de la Ley


de Amparo, la demanda de amparo contra una sentencia definitiva, laudo o
resolución que ponga fin al juicio, dictados por Tribunales Judiciales, Administrativos
o del Trabajo, deberá presentarse por conducto de la autoridad responsable que lo
emitió.

SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO. Se menciona en el capítulo III (artículos


170 a 176). El 170 refiere que la autoridad responsable decidirá sobre la suspensión
de le ejecución del acto reclamado con arreglo al artículo 107 de la Constitución,
sujetándose a las disposiciones de la propia ley. El 171 y 172 hacen alusión a la
suspensión tratándose de asuntos de naturaleza penal. El 173 alude a los casos en
que trate de sentencias definitivas o de resoluciones que pongan fin al juicio,
dictadas en juicio del orden civil o administrativo, la suspensión se decretará a
instancia del agraviado, si concurren los requisitos que establece el artículo 124, o
el artículo 125 en su caso, y surtirá efectos si se otorga caución bastante para
responder de los daños y perjuicios que pueda ocasionar a tercero. Cuando se trate
de resoluciones pronunciadas en juicios del orden civil, la suspensión la suspensión
y las providencias sobre la admisión de fianzas y contrafianzas, se dictarán de
plano, dentro del preciso término de tres días hábiles. El artículo 175 menciona que
cuando la ejecución o la inejecución del acto reclamado puedan causar perjuicios al
interés general, la suspensión se concederá o negará atendiendo a no causar esos
perjuicios.

LA SENTENCIA EN EL JUICIO DE AMPARO.

CLASIFICACIÓN DE LAS SENTENCIAS:

EN CUANTO A LA CONTROVERSIA QUE RESUELVE. DEFINITIVAS O


INTERLOCUTORIAS; las primeras ponen fin al juicio en lo principal decidiendo
sobre si la Justicia de la Unión ampara y protege o no al quejoso y las segundas
resuelven una cuestión accesoria dentro del juicio que no implica una declaración
definitiva sobre la procedencia del juicio constitucional.
EN CUANTO A SU ALCANCE Y CONTENIDO. LAS QUE CONCEDEN Y LAS QUE
NIEGAN EL AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA JUSTICIA FEDERAL. Las primeras
tienen por objeto restituir a quejoso en el goce de la garantía violada o en el disfrute
del derecho que haya sido infringido por un auto de autoridad, restableciendo las
cosas al estado en que se encontraban antes de la violación, si el acto reclamado
es de carácter positivo; obligar a la autoridad responsable a actuar en el sentido de
respetar la garantía de que se trate y a cumplir lo que se exija, si el acto reclamado
es de carácter negativo; es decir, la sentencia que concede al amparo debe producir
como efecto, la destrucción del acto autoritario respecto del cual fue concedido, si
dicho acto constituyó una actuación, una conducta activa; y el forzar a la autoridad
responsable a actuar, si lo que de ella se combatió es una omisión, una abstención
de realizar determinada conducta; las segundas, establecen la negativa de la
autoridad federal a proteger al quejoso contra el acto que reclama de la autoridad
por estimar que éste es constitucionalmente acertado o se encuentra apegado a
derecho; o bien, a restituirlo en el goce de la garantía que estima violada porque tal
violación no se verificó en la realidad, lo cual determina que las cosas permanezcan
en el estado en que se encontraban antes de la interposición del amparo.
CUMPLIMIENTO DE LAS EJECUTORIAS DE AMPARO. La establece el capítulo
XII (artículos 104 a 113 de la Ley de Amparo). Una vez que la sentencia que
concede el amparo haya causado ejecutoria, la autoridad que conoció del mismo la
comunicará a la responsable para su cumplimiento y lo hará saber a las demás
partes. Tal ejecutoria debe cumplirse dentro de las veinticuatro horas siguientes o
encontrarse en vías de ejecución si su naturaleza lo permite; de lo contrario, la
autoridad que conoció del juicio deberá requerir al superior de la responsable para
que obligue a ésta a cumplirla sin demora; si no tiene superior, el requerimiento se
hará directamente a ella. Cuando no se obedeciere la ejecutoria a pesar de los
requerimientos, se remitirá por la autoridad que conoció el amparo el expediente
original a la Suprema Corte de Justicia para los efectos del artículo 107, fracción
XVI, de la Constitución Federal, dejando copia certificada de la misma y de las
constancias que fueren necesarias para procurar su exacto y debido cumplimiento,
conforme al artículo 111 de la Ley de Amparo. Cuando la parte interesado no
estuviera de acuerdo con la resolución que tenga por cumplida la ejecutoria, se
enviará también, a petición suya que deberá hacerse dentro de los cinco días
siguientes, el expediente a la Corte, pues de otro modo se tendrá por consentida.
Cuando la naturaleza del acto lo permita, el Pleno de la Suprema Corte, una vez
que haya determinado el incumplimiento o repetición del acto reclamado, podrá
resolver de oficio el cumplimiento substituto de la sentencia de amparo, cuando su
ejecución afecte gravemente a la sociedad o a terceros en mayor proporción que
los beneficios económicos que pudiera obtener el quejoso.

CAUSAS DE IMPROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO.


a) LA IMPROCEDENCIA GENERAL DE LA ACCIÓN DE AMPARO.
El objeto de la acción de amparo que ejercita el quejoso, agraviado o gobernado,
consiste en que se le imparta la protección jurisdiccional por los órganos judiciales
de control contra cualquier acto de autoridad que sea inconstitucional y que
específicamente viole sus garantías individuales. Tal objeto se deduce de la
procedencia constitucional del amparo instituida en el artículo 103 Constitucional.
La improcedencia general del amparo, en éste sentido, se traduce en la
imposibilidad jurídica de que el órgano jurisdiccional de control estudie y decida
dicha cuestión, absteniéndose de obligatoriamente de resolver sobre la
constitucionalidad o inconstitucionalidad del acto de autoridad reclamado. Debido a
tal improcedencia, el juicio respectivo no se concluye con la negativa de la
protección federal sino con el sobreseimiento.
b) LA IMPROCEDENCIA CONSTITUCIONAL DE LA ACCIÓN DE AMPARO.
La imposibilidad para que el órgano de control estudie y dirima la cuestión
fundamental planteada al ejercitarse la acción de amparo, debe ser jurídica, es
decir, estar prevista normativamente. Los impedimentos que provocan esa
imposibilidad, llamados también causas de improcedencia, se establecen en la
Constitución o en la ley secundaria que rige la materia y que es reglamentaria de
los artículos 103 y 107 de la Ley Suprema. Cuando la improcedencia se prevé en
éste último ordenamiento, se trata de una improcedencia constitucional que se da
en vista de determinadas situaciones abstractas en relación con las cuales no es
posible resolver sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad del acto
reclamado. Se consigna de modo absoluto y necesario para todos los casos
concretos que se enmarquen en la situación abstracta establecida en la Ley
Fundamental. Tales casos son:
- Aquellos en que el acto reclamado estribe en cualquier resolución que niegue o
revoque la autorización que debe expedir o haya expedido el Estado en favor de los
particulares para impartir educación en los tipos y grados a que se refiere el artículo
3 Constitucional (fracción VI).
- Contra resoluciones de los organismos electorales (artículo 60 Constitucional
último párrafo).
- Contra las declaraciones y resoluciones de las Cámaras de Diputados y senadores
tratándose del procedimiento de desafuero. (Artículo 110 Constitucional último
párrafo).
c) LA IMPROCEDENCIA LEGAL DE LA LEY DE AMPARO.
En éste tipo de improcedencia, las causas respectivas, que se manifiestan en
impedimentos para que el órgano de control estudie y decida sobre la
constitucionalidad o inconstitucionalidad de los actos reclamados, se previenen en
la Ley de Amparo. Algunos reiteran las causas de improcedencia constitucional
antes señaladas. Se contienen en el artículo 73 de la mencionada ley y son las
siguientes:
I. Contra actos de la Suprema Corte de Justicia.
II. Contra resoluciones dictadas en los juicios de amparo o en ejecución de las
mismas.
III. Contra leyes o actos que sean materia de otro juicio de amparo que se encuentre
pendiente de resolución, ya sea en primera o única instancia, o en revisión,
promovido por el mismo quejoso, contra las mismas autoridades y por el propio acto
reclamado, aunque las violaciones constitucionales sean diversas.
IV. Contra leyes o actos que hayan sido materia de una ejecutoria en otro juicio de
amparo, en los términos de la fracción anterior.
V. Contra actos que no afecten los intereses jurídicos del quejoso.
VI. Contra leyes, tratados y reglamentos que, por su sola vigencia, no causen
perjuicio al quejoso, sino que se necesite una ato posterior de aplicación para que
se origine tal perjuicio.
VII. Contra las resoluciones o declaraciones de los organismos y autoridades en
materia electoral.
VIII. Contra las resoluciones o declaraciones del Congreso Federal o de las
Cámaras que lo constituyen, de las Legislaturas de los Estados o de sus respectivas
Comisiones o Diputaciones Permanentes, en elección, suspensión o remoción de
funcionarios, en los casos en que las Constituciones correspondientes les confieran
la facultad de resolver soberana o discrecionalmente.
IX. Contra los actos consumados de un modo irreparable.
X. Contra actos emanados de un procedimiento judicial, o de un procedimiento
administrativo seguido en forma de juicio, cuando por virtud de cambio de situación
jurídica en el mismo deban considerarse consumadas irreparablemente las
violaciones reclamadas en el procedimiento respectivo, por no poder decidirse en
tal procedimiento sin afectar la nueva situación jurídica.
Cuando por vía de amparo indirecto se reclamen violaciones a los artículos 19 o 20
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, exclusivamente en
sentencia de primera instancia hará que se considere irreparablemente
consumadas las violaciones para los efectos de la improcedencia prevista en éste
precepto. La autoridad judicial que conozca del proceso penal, suspenderá en estos
casos el procedimiento en lo que corresponda al quejoso, una vez cerrada la
instrucción y hasta que sea notificada de la resolución que recaiga en el juicio de
amparo pendiente.
XI. Contra actos consentidos expresamente o por manifestaciones de voluntad que
entrañen consentimiento.
XII. Contra actos consentido tácitamente, entendiéndose por tales, aquellos contra
los que no se promueva el juicio de amparo dentro los términos que señalan los
artículos 21, 22 y 218.
No se entenderá consentida tácitamente una Ley, a pesar de que siendo
impugnable en amparo desde el momento de la iniciación de su vigencia en los
términos de la fracción VI de este artículo, no se haya reclamado, sino sólo en el
caso de que tampoco se haya promovido amparo contra el primer acto de su
aplicación en relación con el quejoso.

Cuando contra el primer acto de aplicación proceda algún recurso o medio de


defensa legal por virtud del cual pueda ser modificado, revocado o nulificado, será
optativo para el interesado hacerlo valer o impugnar desde luego la ley en el juicio
de amparo. En el primer caso, sólo se entenderá consentida la Ley si no se
promueve contra ella el amparo dentro del plazo legal contado a partir de la fecha
en que se haya notificado la resolución recaída al recurso o medio de defensa, aun
cuando para fundarlo se hayan aducido exclusivamente motivos de ilegalidad.

Si en contra de dicha resolución procede amparo directo, deberá estarse a lo


dispuesto en el artículo 166, fracción IV, párrafo segundo, de este ordenamiento.
XIII. Contra las resoluciones judiciales o de Tribunales Administrativos o del Trabajo
respecto de las cuales conceda la Ley algún recurso o medio de defensa, dentro del
procedimiento, por virtud del cual puedan ser revocadas, modificadas o nulificadas,
aun cuando la parte agraviada no lo hubiese hecho valer oportunamente, salvo lo
que la fracción VII del artículo 107 constitucional dispone para los terceros extraños.
Se exceptúan de la disposición anterior los casos en que el acto reclamado importe
peligro de privación de la vida, deportación o destierro, cualquiera de los actos
prohibidos por el artículo 22 de la Constitución.
XIV. Cuando se esté tramitando ante los Tribunales ordinarios algún recurso o
defensa legal propuesta por el quejoso, que pueda tener por efecto modificar,
revocar o nulificar el acto reclamado.
XV. Contra actos de autoridades distintas de los Tribunales Judiciales,
Administrativos o del trabajo, que deban ser revisados de oficio, conforme a las
leyes que los rijan, o proceda contra ellos algún recurso, juicio o medio de defensa
legal por virtud del cual puedan ser modificados, revocados o nulificados, siempre
que conforme a las mismas leyes se suspendan los efectos de dichos actos
mediante la interposición del recurso o medio de defensa legal que haga valer el
agraviado, sin exigir mayores requisitos que los que la presente Ley consigna para
conceder la sus pensión definitiva, independientemente de que al acto en sí mismo
considerado sea o no susceptible de ser suspendido de acuerdo con esta Ley. No
existe obligación de agotar tales recursos o medios de defensa, si el acto reclamado
carece de fundamentación.
XVI. Cuando hayan cesado los efectos del acto reclamado.
XVII. Cuando subsistiendo el acto reclamado, no pueda surtir efecto legal o material
alguno por haber dejado de existir el objeto o la materia del mismo.
En los demás casos en que la improcedencia resulte de alguna disposición de la
ley.
Las causales de improcedencia, en su caso, deberán ser examinadas de oficio.

X. EL SOBRESEIMIENTO EN EL JUICIO DE AMPARO.


1. EL SOBRESEIMIENTO POR DESISTIMIENTO DE LA DEMANDA DE AMPARO.
Implica la falta de interés del quejoso para continuar con el juicio, ya que provoca
que las cosas permanezcan en el estado que guardaban antes de iniciado aquel.
2. EL SOBRESEIMIENTO POR MUERTE DEL QUEJOSO. Siempre que la garantía
violada sólo afecte a su persona.
3. EL SOBRESEIMIENTO POR IMPROCEDENCIA DEL AMPARO. Se presenta
cuando durante el juicio sobrevenga alguna de las causas de improcedencia que
establece el artículo 73 de la propia Ley de Amparo.
4. EL SOBRESEIMIENTO EN EL JUICIO DE AMPARO POR INEXISTENCIA DE
LOS ACTOS RECLAMADOS. Se verifica cuando de las constancias de autos
aparece claramente demostrado que no existe el acto reclamado, o cuando no se
probare su existencia en la audiencia constitucional; cuando hayan cesado los
efectos del acto reclamado o cuando hayan ocurrido causas notorias de
sobreseimiento.
5. EL SOBRESEIMIENTO EN EL JUICIO DE AMPARO POR INACTIVIDAD
PROCESAL. También llamada caducidad. Se presenta en los amparos directos e
indirectos que se encuentran en trámite ante los Jueces de Distrito, cuando el acto
reclamado sea del orden civil o administrativo, cualquiera que sea su estado y no
sea efectuado ningún acto procesal durante el término de 300 días, incluyendo
inhábiles, ni el quejoso haya promovido en ese mismo lapso.
6. OPORTUNIDAD PROCESAL PARA DECLARAR EL SOBRESEIMIENTO. En
cualquier momento del juicio ya que no se da una resolución de fondo, ni declaración
alguna sobre si la Justicia de la Unión ampara o no a la parte quejosa.

CASOS PRACTICOS

ACCIÓN REIVINDICATORIA
Ahora bien, la acción reivindicatoria intentada por la actora se encuentra regulada
en los artículos 5.28 y 5.30 del Código Civil y 2.2 del Código de Procedimientos
Civiles, vigentes en el Estado de México. La reivindicación compete a quien no está
en posesión del bien, del cual tiene la propiedad, y su efecto es declarar que el actor
tiene dominio sobre él y se lo entregue el demandado con sus frutos y accesiones
en los términos del Código Civil.

En atención a lo expuesto y de conformidad con lo establecido en el artículo 1.252


del Código de Procedimientos Civiles, para que prospere la acción reivindicatoria,
la actora debe acreditar los siguientes elementos: a).- La propiedad de la cosa que
reclama; b).- La posesión por el demandado de la cosa perseguida; y, c).- La
identidad de la misma, o sea que no pueda dudarse cuál es la cosa que se pretende
reivindicar y a la que se refiere los títulos de propiedad fundatorios de la acción.

Sirve de apoyo a lo anterior, lo establecido en la Tesis Jurisprudencial número 17,


visible en la página 43, del Tomo correspondiente a la Cuarta Parte, Tercera Sala
del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación, correspondiente a los años de
1917-1975, cuyo texto es del tenor literal siguiente:

“ACCIÓN REIVINDICATORIA. SUS ELEMENTOS. La reivindicación compete a


quien no está en posesión de la cosa de la cual tiene la propiedad y su efecto es
declara que el actor tiene dominio sobre ella y se la entregue el demandado con sus
frutos y accesiones. Así, quien la ejercita debe acreditar: a).- La propiedad de la
cosa que reclama, b).- La posesión por el demandado de la cosa perseguida; y, c).-
La identidad de la misma, o sea que no pueda dudarse cuál es la cosa que pretende
reivindicar y a la que se refieren los documentos fundatorios de la acción,
precisando situación, superficie y linderos. Hechos que demostrará por cualquiera
de los medios de prueba reconocidos por la Ley”.

ACCION DE ALIMENTOS

Los artículos 4.127, 4.128, 4.130, 4.135 y 4.138 del Código Civil del Estado de
México, establecen:
ARTICULO 4.127.- La obligación de dar alimentos es recíproca. El que los da, tiene
a su vez el derecho de pedirlos.
Artículo 4.128.- Los cónyuges deben darse alimentos
ARTICULO 4.130.- Los padres están obligados a dar alimentos a sus hijos. A falta
o por imposibilidad de ellos, la obligación recae en los ascendientes más próximos.
ARTÍCULO 4.135.- Los alimentos comprenden todo lo que sea necesario para el
sustento, habitación, vestido y atención médica y hospitalaria. Tratándose de
menores y tutelados comprenden, además, los gastos necesarios para la educación
primaria y secundaria del alimentista. Respecto de los descendientes los alimentos
incluyen también proporcionarle algún oficio, arte o profesión adecuados a sus
circunstancias personales.

ARTÍCULO 4.138.- Los alimentos han de ser proporcionados de acuerdo a la


posibilidad del que debe darlos y a la necesidad del que debe recibirlos.
Determinados por convenio o sentencia, los alimentos tendrán un incremento
automático mínimo equivalente al aumento porcentual del salario mínimo diario
vigente en la zona de que se trate, salvo que el deudor alimentario demuestre que
sus ingresos no aumentaron en igual proporción. En este caso, el incremento en los
alimentos se ajustará al que realmente hubiese obtenido el deudor. Estas
prevenciones deberán expresarse siempre en la sentencia o convenio
correspondiente.

De los preceptos invocados se sigue, que quien ejercite acción de pago de


alimentos definitivos debe acreditar dos elementos a saber:
a).- Que se exhiban documentos comprobantes del parentesco.
b).- Que se justifique la posibilidad económica del deudor.

El primero de los elementos de la acción en análisis se acredita con la copia


certificada del acta número 00365 relativa al matrimonio civil celebrado por JAIME
GUSTAVO CERDIO MANTILLA y ANGELICA ASTRID GARZA PALACIOS, ante el
Juzgado Décimo Séptimo del Registro Civil del Distrito Federal, el once de julio de
dos mil, bajo el régimen de separación de bienes; la copia certificada del acta
número 00052 del nacimiento de PEDRO GUSTAVO CERDIO GARZA, levantada
ante el Juzgado Décimo Primero del Registro Civil del Distrito Federal, el dieciséis
de enero de dos mil dos, documentos públicos a los que se les reconoce pleno valor
probatorio a la luz de lo dispuesto por los artículos 1.293, 1.294 y 1.359 del Código
de Procedimientos Civiles del Estado de México, por haber sido expedidos por un
servidor público en ejercicio de sus atribuciones legales, y ser por tanto de fecha
cierta, con las que se acredita el derecho de ANGELICA ASTRID GARZA
PALACIOS, a recibir alimentos de parte de JAIME GUSTAVO CERDIO MANTILLA,
y la obligación de JAIME GUSTAVO CERDIO MANTILLA, a proporcionar alimentos
a PEDRO GUSTAVO CERDIO GARZA, en su calidad de hijo de matrimonio, con lo
que se da cumplimiento a lo establecido por el artículo 4.130 del Código Civil del
Estado de México.

El segundo de los elementos de la acción en comentario, consistente en justificar la


posibilidad económica del deudor alimentista, se acredita con la confesión ficta a
cargo de JAIME GUSTAVO CERDIO MANTILLA, así como con las documentales
consistentes en la copia certificada del testimonio notarial número VEINTICINCO
MIL CUATROCIENTOS CINCUENTA Y CUATRO de fecha cinco de marzo de dos
mil uno, pasado ante la fe del Notario Público número Ochenta y Seis del Distrito
Federal, Licenciado JOSE DANIEL LABARDINI SCHETTINO, que contiene la
compraventa con reserva de dominio del Departamento ubicado en Calle Hacienda
del Ciervo número seis Departamento 1403, Fraccionamiento Hacienda de las
Palmas Huixquilucan, Estado de México; la copia certificada de testimonio notarial
número VEINTISEIS MIL TRESCIENTOS DIECINUEVE del libro 804 de fecha
catorce de septiembre de dos mil uno, pasado ante la fe de Notario Público número
Ochenta y Seis del Distrito Federal, Licenciado JOSE DANIEL LABARDINI
SCHETTINO, que contiene la cancelación de reserva de dominio del departamento
ubicado en Calle Hacienda del Ciervo número Seis Departamento 1403
Fraccionamiento Hacienda de las Palmas, Huixquilucan, México; la copia certificada
del testimonio notarial número DIECISESI MIL NOVECIENTOS NOVENTA Y
OCHO volumen número 398 de fecha tres de septiembre del año dos mil tres
pasado ante la fe del Notario Público número 21 del Estado de México, Licenciado
GUILLERMO EDUARDO VELÁZQUEZ QUINTANA, que contiene testamento del
señor JAIME GUSTAVO CERDIO MANTILLA; la copia certificada de carta factura
número 3574 de fecha quince de mayo de mil dos del a empresa Imagen Motors
S.A. de C.V. con la que se acredita que el demandado tiene la propiedad del
vehículo marca BMW modelo 2002 tipo 320i, cuatro puertas, motor número
32102693, serie WBAEV11082CG51597 con placas de circulación 286RFM , la
copia certificada de la carta factura número 3574 de fecha quince de mayo de dos
mil dos, de la empresa Imagen Motors S.A. de C.V.; las copias certificadas de los
pagos de tenencia al Gobierno Federal a nombre del demandado del vehículo marca
BMW modelo 2002 tipo 320i cuatro puertas, a las cuales se les concede pleno valor
probatorio a la luz de lo dispuesto por los artículos 1.267, 1.268 y 1.359 del Código
de Procedimientos Civiles del Estado de México, con lo que se justifica la capacidad
económica del demandado para proporcionar alimentos a su acreedora alimentista.

Por su parte el señor el demandado JAIME GUSTAVO CERDIO MANTILLA no


justificó con ningún medio de prueba, que proporcione con normalidad a su
acreedora alimentario, los medios económicos necesarios para cubrir los alimentos
a fin de subsistir no obstante tener la carga procesal de hacerlo de conformidad a la
jurisprudencia sostenida por la Tercera Sala, Séptima Época, Tomo 6, Cuarta parte
del siguiente tenor literal: " ALIMENTOS, NECESIDAD DEL PAGO DE. CARGA DE
LA PRUEBA. El marido tiene obligación de alimentar a la mujer y a los hijos, quienes
tienen a su favor la presunción de necesitar los alimentos, salvo prueba en contrario.
La obligación cesa cuando los acreedores ya no tienen necesidad de ellos, pero la
carga de la prueba corresponde en estos casos al deudor ", además de que el hecho
de que, en su caso, hubiera hecho algunos pagos relativos a cubrir necesidades de
su hija no lo exime de que la autoridad judicial fije una pensión alimenticia definitiva
a favor de su acreedora alimentaría, pues en aras de asegurar los alimentos de su
hijo, el cumplimiento de su obligación de cubrir alimentos debe ser mediante la
asignación de una pensión mensual fija conforme a lo dispuesto por el artículo 4.136
del Código Civil del Estado de México, pues de otra manera quedaría a su arbitrio
el cumplir o no cumplir, lo que podría poner en riesgo que la acreedora alimentista
tenga a su alcance los medios económicos necesarios para su subsistencia.

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