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-l U N 1VERSlDAD DE MEXICO

¿REALISMO MÁGICO O REALISMO CRÍTICO?


EL romanticismo, los temas cia. Yáñez mira a su mundo a través
D Por JI/licia C/\JHPOS
ESDE
de la soledad y la angustia han de la experiencia del sujeto, de sus pero'
penetrado en la literatura hasta Fotos de Ricardo SALi~ZAl{. sonajes. Revueltas agiganta los conflic-
llegar a la desintegración más definiti- tos de las conciencias individuales
va del sujeto en la novela contempo- tender hacer de la historia una novela frente a lo social y Rulfo interpreta la
ránea'. En. los ejemplos extremos, el la convierte en memoria o crónica y la realidad, no sicoló~ica ni socialmente,
rompimiento es tajante entre el hombre priva de uno de sus caracteres esencia- sino preocupado por descubrir la na-
y el mundo, es decir, lo contrario de la les: constituir, más que un espejo, un turaleza profunda de la vida mexicana
concepción "clásica" de la vida, que reflejo virtual de la realidad. Ahora con una visión poética o "mágica". La
equilibra la influencia de ambos entre los escritores tratan de crear una es- evocación autobiográfica sirve a Rosa-
sí. c:::uando en la literatura hispano- tntctura artística, donde los sucesos y rio Castellanos para acentuar el juego
americana ha prevalecido aquella acti- personajes recogidos de una realidad de las relaciones' sociales en la medida
tud, ha sido un poco por imitación y múltiple se articulen de acuerdo con en que afectan la vida de los individuos
también por rechazo de una realidad una lógica propia a la forma novelesca. y a López Páez p:lra desligar la vida
negativa a la cual no se ve salida. Aun- El rey viejo es un interesante experi- personal de las relaciones sociales. En
que la poesía ha reflejado más que la mento de asimilación del género his- los dos extremos de este péndulo suje-
novela esta tendencia, en México se ha tórico y la obra de ficción strictu sensu. to-sociedad se encuentran Galindo y
dado una corriente novelesca bastante Fernando Benítez ha intentado, con Fuentes. La atmósfera emocional, 'lue-
nutrida que, con diversos matices, se notables aciertos psicológicos, es;! alian- se desprende de los personajes mismos,
inscribe dentro de la misma dirección. za difícil de personajes tomados direc- priva en Galindo sobre cualq.uier alu-
Al filo del agua,. en 1947, deslinda tamente de la historia y otros sintéti- sión ocasional a un ambiente determi-
dos etapas de novela mexicana contem- cos, que contienen las facetas de mu- nado: su talento indiscutible está en
poránea: el ciclo de la Revolución y la chos individuos reunidos en la proyec- revelar la trama de las relaciones hu-
nueva corriente, más interiorizada e in- ción de un destino "posible". Aunque manas y, 'si se quiere descubrir alguna
terpretativa, característica de los últi- el enfoque crítico de Benítez sobre la motivación social, queda al buen en-
mos aI1os. Los notables valores expre- vida política del país lo ,acerca a la tender del lector. Fuentes, por el con-
sivos de YáI1ez señalan esa obra como nueva corriente El rey viejo no corres- trario, busca integrar en lo singular de
punto de partida evidente del nuevo ponde estrictamente ni a una ni a la los destinos de sus personajes las direc-
LOna' narrativo, aunque haya indicios otra de las dos tendencias que, con ciones de la historia y tiene una aguda
ca pacidad para escoger a~unto, situa-
anteriores, como las dos primeras no- cierta arbitrariedad implícita a toda
ciones y personajes adecuados para re-
velas de Revueltas. Desde entonces, la clasificación literaria, nos han revelado
presentar con perspectiva el sentido de
p'roducción muestra ciertos rasgos se- coincidencias -y' _diferencias fundamen-
tales entre las más recientes novelas una época. Para todos, con excepción
mejantes, por la visión del mundo me- mexicanas.
de Y::íJiez que nació en 1904, la Revolu-
xicano que refleja: la mirada de los
Con el rescate de la forma trajeron ción Mexicana sólo es experiencia ge-
narradores pretende descubrir manifes-
los nuevos autores una revaloración neracional en sus etapas finales. Es de-
taciones vitales, emotivas sobre todo, cir, durante la juventud o la niñez vi-
esenciales a este hombre y esta situación del lenguaje que, especialmente en Yá-
ñez y Rulfo,es.utilizado con una con- vieron la culminación del movimiento
de México, como si se tratara de una revolucionario y luego su frustración._
conciencia singular y desligada. última- ciencia máxima de sus posibilidades.
El lenguaje se convierte en estilo, en Las novelas que ahora nos interesan
mente aparece un nuevo elemento, la han sido escritas después de 1940 y el
caja de resonancia de una sensibilidad
perspectiva crítica sobre la realidad, que determinada, del ritmo y el tiempo vi- pesimismo prevaleciente en la mayoría
la ve quizás menos de cerca pero en tales de la narración. Lleno de claros- de estos autores se debe a un sentimien-
relación con algo más amplio, con el curos y recovecos, reiterativo C0'110 la to de frustl'ación, auna falta de con-
destino del hombre contemporáneo. vida lenta, cerrada, de Al filo del agua; fianza en los resultados de la acción
Aquellos que no adoptan una actitud recreación poética de la sintaxis popu- histórica, muy específicamente condi-
crítica no reflejan tanto una realidad lar, para expresar una realidad aureo-
cionados por sus experiencias del pa-
falsa como una realidad incompleta. lada de magia en Rulfo se nena en
Cerrada e inmodificable, es un pasado- Rosario Castellanos del lirismo de la sado inmediato. La Revolución Mexi-
presente desprovisto de dimensión fu- imaginación mítica de una raza que cana sigue siendo para todos -aun
tura y de esa concepción de la realidad venera la palabra como "arca de la me- para quienes no plantean explícitamen-
y del tiempo se desprende una visión moria". La escasa flexibilidad de la te conflictos distintos a los personales-
paralítica del hombre, sin ninguna po- prosa de Revueltas se equilibra con el trasfondo obvio y, para muchos, in-
sibilidad de acción sobre el mundo. Hay cierta fuerza espontánea y un aliento clusive la obsesión angustiosa.
pues~ hasta ahora, una tendencia pre- de sinceridad e indudable carga emoti- La realidad aparece a Rulfo destro-
dommante y otra que apenas comienza va. Fuentes busca una forma precisa, zada, llena de dolor. El mundo se cie-
a manifestarse. Dentro de la primera se eficiente y económica, en lucha cons- rra sobre la experiencia pasada y pierde
cuentan YáI1ez, Revueltas, Rulfo y, con tante con el obstáculo de la facilidad todo movimiento. Si el mundo rulfiano
~tros matices, López Páez y Sergio Ga- y la fluidez directas de su lenguaje y es angustioso es por esa inmovilidad,
lmdo; con una temática muy distinta López Páez y Galindo tratan de afilar esa inmutabilidad. Pedro Páramo se
entre ambos, Rosario Castellanos, y una expresión :rdecuada a las sutilezas desarrolla en un momento vagamente
Carlos Fuentes representan la segunda . de s~s s~nsib~lidades, .de sus propias determinado de la Revolución -la lu-
actitud. expenencIas vitales y lIterarias. cha de facciones y luego la guerra cris-
Hay algo, sin embargo, que identifica tera-. Cuando Juan Preciado llega a
a las obras escritas después de 1940. Ese Si nos preguntamos cómo represen- Comala todo eso ha pasado -Coma la
carácter común es, esencialmente, la tan la realidad estos naradores adver- es un pueblo muerto, donde sólo que-
pretensión de interpretar una realidad, tiremos a primera vista que no podría- dan murmullos, rumores, recuerdos. El
de no limitane a su reproducción, re- mos conformarnos con llamarlos escri- recuerdo sobre todo del cacique, "ren-
cuento o reportaje. De Al filo del agua tores realistas. En todo caso, habría cor vivo", es lo único en ese pueblo
a El bordo priva en la conciencia de que eepecificar cómo en Y,íñez se trata calcinado, derretido, cruzado por ban-
[os novelistas algo más que el deseo de de un realismo "ele las esencias", de un dadas de cuervos, donde la atmósfera
interesar la curiosidad del lector con la realismo "má¡?;ico" en Rulfo, de un rea- no es más que calor puro, sin aire, sin
s~cue.ncia (~e. un argumento con apa- lismo "crítico" en Fuentes. La filiación agua. Es el mismo paisaje de Yáfíez,
nenCIa venclIca. El hecho mismo de hispánica de ese realismo de Y,íñez se m:ís trágico quizás. El "pueblo de muo'
que quienes quisieron reconstruir la manifiesta en su busca de las realida- jeres erílutadas" es ahora pueblo de
I~istoria revolucionaria se apegaran casi des . ~spirituales "orgánicamente" en- sombras, de muertos. "Hay pueblos
..... ---'-5le-Rlpre a los personajes históricos rea- treteJIdas a las a pariencias. Una reali- que saben a desdicha... Este es uno
les imponía un primer obstáculo téc- da(~ que se percibe, sin embargo, sen- de esos pueblos, Susana." "¿Y por qué
nico. La ·novelahistórica es, por natu- sonalmen te, I1lU y ligada a los sentidos, se ve esto tan triste? -Son los tiempos,
raleza, un género ambiguo que al pre- apelando más a éstos que a la intcligen- seiíor." "Y, sin -crnb~o, padre, dicen
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"el juego de las Telaciones sociales que afectan la vida de los individuos"

que las tierras de Comala son buenas. anuncian la inminencia de la muerte lucionaria. Sus campesinos (El luto hu-
Es lástima que estén en manos de un -Cuaresma, Semana Santa- en vez de mano) no tienen más posesión que un
solo hombre. ¿Es Pedro Páramo aún el las celebraciones jubilosas - Navidad, Dios siniestro y una religión oscura, de
dueño, no? -Así es la voluntad de Dios." Epifanía. El pueblo es como una olla odio y no de amor, de miseria y de so-
Como Faulkner, a quien se acerca no cerrada donde hierven vapores tan ledad. La tierra que han recibido es
sólo por la técnica sino por la visión fuertes que en un momento lo reprimi- seca y estéril; sin embargo no esbozan
del mundo, Rulfo no ve ninguna posi- do tendrá que abrirse paso y escapar siquiera en su interior una protesta. Só-
bilidad de rescate para un hombre des- violentamente - muerte de Micaela por lo les queda caminar "sin destino, sin
provisto de salvación. La vida es sólo Damián, locura de Luis Gonzaga; hui- objeto, sin esperanza. Por no dejar".
objeto de reflexiones en un mundo irre- da de María con los revolucionarios. También aquí la gran solemnidad no es
vers:~):e, ~: de la muerte. Son los muer- La acción es pasiva y ha~ta lo trágico el nacimiento sino la muerte que con-
tos quienes se relatan sus destinos des- sucede a la g-ente sin gran intervención grega a todos los vecinos -como en Yá-
de la impotenr:ia m,is absoluta, la más de su voluntad, empujados todos a sus ñez- "para reverenciar, para recordar,
esencial incapacidad de actuar. Desti- dramáticos destinos por un modo de entregándose a su recóndita nostalgia".
nos que no van a ninguna part(; vida vida, unas normas de conducta, que les La visión del mundo del novelista se
detenida, que se con~und~ con la muer- son ajenos realmente. La única que se refleja concretamente en el tipo de con-
te. Diálogo de muertos que sólo puede salva es Máría, la que decide evadir flictos que plantea entre el hombre y la
tener un fin; el silencio, el desvane- el destino funesto del pueblo, que se- sociedad, en el entretejido de las vidas
cimiento de la conciencia en la nada. guirá consumiéndose al margen de la personales y el mundo. La novela supo-
Rulfo no cree que la realidad brutal historia, y se marcha a la Revolución. ne sujetos concretos y un mundo exte-
pueda ser modificada por la interven- En este personaje encarna un anhelo de rior, que puede ser visto objetivamente
ción del hombre. En su mundo se de- liberación personal y colectiva que re- y, al mismo tiempo, proyectado en la
tienen el tiempo y las cosas y los hom- presenta una época nueva. Pero el pue- conciencia de los personajes o bien re-
bres no transcurren, sino que duran, blo, la pequeña comunidad en conjunto, presentado sólo en su exterioridad o
al margen del dinamismo de la histo- es la negación de ese anhelo; es lo es- sólo en su reflejo subjetivo. ¿Cómo han
ria. La protesta contra la realidad de tático, la rémora del acontecer históri- resuelto nuestros autores este dilema de
Susana San Juan -uno de los más her- co que, tras el paso de los revoluciona- las relaciones hombre-mundo y del pun-
mosos personajes rulfianos- es la locu- rios, vuelve a quedar Lomo antes, como to de vista?
ra, que le devuelve las imágenes puras "siempre". El tiempo en Yáñez es un A través de una reconstrucción poética
de la infancia. Lo demás es la muerte. transcurrir monótono, conmovido sú- del clima emocional de la infancia, Ro-
La misma de Yáñez o de Revueltas. bitamente por lo catastrófico. A pesar sario Castellanos escribe en Balún Canán
Pocas cosas suceden en aquel pueblo de que la acción sucede dentro de un el testimonio de la crisis de una familia
cerrado, solemne, de Al tilo del agua. marco histórico concreto, a pesar de la feudal, cuando parecen conmoverse sus
Los grandes acontecimientos son las violenta irrupción revolucionaria, la cimientos, la propiedad de la tierra y
muertes; nada más importante en esa impresión definitiva es de estancamien- la servidumbre de los indios. El punto
vida lenta, monótona. Las fiestas reli- to no de dinamismo. 1 También Re- de vista está situado en la experiencia
giosas de duelo rigen el calendario vi- vueltas siente como angustia, con "infi- del mundo de los amos, de las relacio-
tal de todos. Los sombríos ritos que nito desconsuelo", la frustración revo- nes personales que allí entraban en jue-
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texto de tu propia salvación. ~19°'" de encontrarse a sí mismas, Sergio Ga-


go. Los sentimientos -la ternura, el lindo -reincide en la misma línea te-
amor- son preferidos por el, deseo de como una gran ola... te cubnra. Te
encontraras .. , analizándote ... desespe- mática, acentuando los imponderables
pmesión: la madre, por ejemplo, pre- de los destinos individuales, la subje-
fiere al hijo varón porque encarna esa rada ... y la ola no te respetará." .
Volvemos a Revueltas. Su hon<;lo fata- tividad de las normas de convivencia
posesión y ese dominio. Las únicas rela- que deben ser más objetivas, la incer-
ciones auténticas son las de la niña con lismo en la concepción del destino hu-
mano, su ambigua esp~ranza, se re~ela tidumbre de la vida en general. El sen-
la nana y, a través de ese contacto, la
.,!liña aprende a "ver" a los indios. y a claramente en la situaCIón y la. actitud tido del tiempo se subjetiviza en Ca-
no hacerse solidaria de la culpa familIar. del revolucionario, ese personaje sobre merina Rabasa (Polvos de arroz) has-
En su conciencia se produce el duelo el cual vuelve una y otra vez como so- ta el punto de perder todo contacto con
cruel entre el mundo ordenado y suave bre su propio dilema vital. Si de a~90 el tiempo objetivo. Como las puertas
de la casa, la nana y los juegos y el' puede liberar al hombre la revolUClOn de la casa, cerradas al mundo exterior,
mundo violento de la explotación y la es de la opresión material, pero nunc~ la vida interior de Camerina rompe con
rebeldía. Dentro del marco de la vida del sufrimiento inherente a su condI- la realidad. En el desmoronamiento de
burguesa, Carlos Fuentes refleja tam- ción humana misma. Esos comunistas de esa existencia estéril y trágicamente ri-
bién la deformación de unas relaciones Revueltas, que sienten ciert.a so~i,daridad dícula podríamos descubrir, quizás, el
condicionadas por el lucro y el poder. en el sufrimiento y la humIllaCIon de la decaer interno, orgánico, de una época
Mientras que La región más transparen- cárcel (Los muro.s de agu~) n? se iden- y unos tipos humanos en vías de des-
te deja abierta la posibilidad de una tifican en la aCCIón comun, SInO en la aparición - la vieja aristocracia pro-
"renovación interior" de la burguesía pasividad co~ún, en el senti~se so~ida­ vinciana. Para el autor, sin embargo,
-la reintegración de Robles a la con- riamente objetos de un destino ajeno la incapacidad de los seres humanos
ciencia de sus orígenes- Las buenas con- que si llega a liberarlos será a pesar para abrirse a los demás, para salirse
ciencias pone precisamente en cuestión de ellos, fatalmente. Son "como figuras de sus propios subjetividades, no se re-
los valores que pretende representar esa muertas de un juego fatal, en que fiere a determinada situación social, a
burguesía ante la práctica efectiva que no tenían intervención alguna." Entre determinados tipos, sino al hombre y a la
caracteriza su conducta. La protesta de hombre y hombre, entre el hombre y vida humana en general. En El bordo
Ceballos frente al juego sucio de los la mujer sólo hay incomunicación. El
líder se encuentra con "la más infinita -prevalece el vacío de unas vidas sin
"justos" en el mundo fariseo de la pr~­
vincia es individual y solitaria. Se lImi- soledad del alma como régimen único contenido, personajes a quienes la pose-
ta a una crítica moralizante, como si de convivencia";. su mujer, "encogida sión material de riqueza y seguridad
todo fuera cuestión de buena o mala sobre sí misma, como envolviéndose en no alcanza a darles una razón para vi-
voluntad individuales y quiere salvar el cuerpo de su propia soledad" no lo- vir y que, dentro de sus pequeños mun-
su conciencia cristiana sin negar global gra salvar la infinita distancia que la dos individuales no logran trascenderse
y prácticamente a ese mundo enajenado. separa de ese hombre totalmente aje- ni realizar el amor, la fraternidad ni
La novela "de la educación", que des- no; Gregario, el militante, en medio la comprensión humanas..El leitmotiv
arrolla la crisis de conciencia del adoles- de la actividad política se debate, "otra de esta corriente temática aparece tam-
ce~te dentro del mundo burgués, tiene vez rodeado de tinieblas, solitario en bién en la novela de Sergio Fernán-
una bien cimentada tradición en las medio de una tempestad de dudas". dez, Los signos perdidos, donde los per-
literaturas occidentales. Generalmente, Todos están frente a la soledad. Unos sonajes acaban por no reconocer otra
esa crisis tiene uno de dos desenlaces: la pretenden disfrazarla con ideas absolu- realidad que la subjetiva y hermética
abdicación o la soledad - o bien el tas y otros se le entregan sin reservas de cada cual. Una de las expresiones
protagonista acepta ese mt¡ndo o bien ni aspavientos, con resignación. Ni la
sostiene una rebeldía solitaria, que no más desesperadas de esta tendencia es
solidaridad -aun la revolucionaria- El lugar donde crece ld hierba: la vida,
trasciende de él mismo. El adolescente los salva de la soledad y la angustia.
de López Páez (El solitario Atlántico) espera sin futuro, no es aquí ya nada
Actúan sí, pero sabiendo de antemano
no encuentra refugio para abrigarse de más que un paréntesis vacío de la nada
que la condición humana será eterna-
las mentiras del mundo de los adultos mente la misma. La soledad, la inco- a la nada.
y se repliega sobre sí mismo en busca municación, son también constantes del
de otra plenitud más verdadera, se en- mundo rulfiano. Entre el mundo her- Es indudable que la novela es el gé-
trega ciegamente a su destino. El Jaime mético de Pedro Páramo -el poder y la nero más representativo en este momen-
Ceballos de Fuentes llega a entender violencia- y el de Susana San Juan -la to de la literatura mexicana. La poesía,
cuál es la fuente originaria de las más belleza, el amor, la ternura- no podía que antes tuvo una etapa de auge, va
graves mentiras sociales, que engendran haber comunicación: de ahí el refugio siendo menos pródiga mientras que los
todas las demás mentiras, pero es inca- de ella en la locura y la muerte lenta, nuevos autores prefieren significativa-
paz de salvar la contradicción entre lo consumida, de Pedro Páramo. Susana mente la forma narrativa. Si tenemos en
que siente y lo que su medio le impone murió y "desde entonces la tierra se cuenta que se trata de una de las ma-
como verdadero: abdica. Se dente impo- quedó baldía y como en ruinas" y el nifestaciones literarias más afectadas por
tente para modificar el egoísmo, la in- cacique "echó fuera a la gente y se el desarrollo de la sociedad, no es di-
moralidad, la hipocresía y la explota- fícil explicar los orígenes del fenóme-
sentó en su equipal, cara al camino".
no. La novela se ha desarrollado para-
ción; sólo desea cubrirlo de palabras pa- Susana San Juan amaba la vida como lelamente al surgimiento y florecimien·
ra aceptarlo definitivamente. Renuncia los niños, "mirando el nacimiento de to de las ciudades modernas. Es decir,
a su rebeldía después de debatirse esté- las cosas: nubes y pájaros, el musgo. como reflejo de grandes transfonnacio-
rihilente entre un no poder aceptar y ¿Te acuerdas?" Era hermoso el mundo nes, cuando entran en contacto y cho-
un no poder negar. Deja de ser la mala de la infancia: "Y los gorriones reían; can o se asimilan formas de vida anti·
conciencia de los demás para ser "uno picoteaban las hojas que el aire hacía guas con otras nuevas y el movimiento
de ellos", para integrarse a la "buena caer y reían; dejaban ws plumas entre dentro del mecanismo social se hace
conciencia" de todos. Aunque la novela las espinas de las ramas y perseguían más evidente que en las épocas de es-
hubiera estado completa con el solo a las mariposas y reían. Era esa época. tabilidad. Las fábricas que han empe-
planteamiento de las contradicciones En febrero, cuando las mañanas esta- zado a apretarse en los suburbios de la
vitales dentro del universo de la manera ban llenas de viento, de gorriones y de gran ciudad mexicana no han surgido
de vivir burguesa, Fuentes prefirió con- luz azul. Me acuerdo." Cuando su pa- solas. Ahí está una burguesía ya con
traponer explícitamente -con Juan Ma- dre le anunció que Pedro Páramo la caracteres muy acusados y unos obre-
nuel Lorenzo- la existencia del otro quería como mujer, ella se resignó y ros que no son los mismos de los pri-
mundo, el de los obreros, en oposición y pensó: "Tendré que ir allá a morir." meros tiempos revolucionarios. Un so-
acusación a la buena conciencia bur- No podía haber entendimiento, eran dos ciólogo diría que las contradicciones
guesa: "Voy a hacer todo lo contrario mundos que se negaban como el pe- sociales se han agudizado. Y, en efecto,
de lo que quería -añadió Jaime-. Voy no sólo prevalecen actitudes, maneras de
cado y la inocencia, la crueldad y el
a entrar al orden." "-No vas a encon- sentir y de actuar, tipos humanos de
amor. "¿Pero cuál era el mundo de
trar a nadie allí - le dijo, al fin, Juan etapas inmediatamente anteriores, sino
Susana San Juan? Esa fue una de las que los personajes carac~erísticos del
Manuel-. No es grave... tu dolor. cosas que Pedro Páramo nunca llegó
Otros ... son los que sufren de verdad. presente conllevan antagonIsmos que son
a saber." el germen de etapas futuras. La forma
Ceballos: un día ... ya no tendrás de- Con las motivaciones íntimas de unas novelesca, singularmente apta para el
recho a colocarte aparte ... con el pre- cuantas vidas que tratan, inútilmente, planteamiento de los conflictos entre el
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llOmbre y la sociedad se convierte, pues, aristas de sus personajes más definidas. Los novelistas mexicanos se enfrentan
,en la manera de expresión preferida por No todo es, sin embargo, claro y racio- ahora con problemas muy concretos, re-
muchos autores, aun por aquellos que nal en las formas de vida de este nivel' lacionados tanto' con la técnica como
tratan de sustituir al conflicto del hom- de la sociedad mexicana; sobre todo, en con la visión del mundo. El problema
bre con la sociedad el conflicto privado los ambiguos escalones de la muy pe- técnico esencial es evidente; ¿puede ser
del hombre consigo mismo que, en últi- queña burguesía y la amorfa población utilizada la técnica narrativa contempo-
ma instancia, tiene su origen, aunque flotante de la ciudad de México. Tam- ránea, des4e la asociación de ideas y el
no sea obvio sino aparentemente remo- bién esos estratos quiso representar monólogo interior hasta la discontinui-
to, en las relaciones de todos los hom- Fuentes en su fisiología de la capital, dad de la secuencia temporal? Esos ha-
bres entre sí dentro de un medio deter- La región más tmnsparente; de ahí que llazgos formales han servido para refle-
minado. Una sociedad donde coexisten no estén ausentes algunas constantes de jar un mundo al que se veía ya sin un
diversos niveles tiene que ser infinita- irracionalismo como motivación vital, sentido coherente: un mundo en el cual
mente contradictoria.' Al mundo moder- muchos elementos, especialmente los va-
pero no como ingrediente de la visión
no y citadino de b4rgueses, clase media, lores, empezaban a desintegrarse. Pero la
del mundo del autor, sino de los per- desintegración temporal y de los carac-
obreros, se opone otro extremo muy'aje-
sonajes, muy concretos, que retrata. Ro- teres significaba, de hecho, que el artista
no, muy al margen de las nuevas formas
de vida y con una estructura espiritual sario Castellanos, que penetra como Rul- no encontraba ya ningún sentido a la
muy distinta, el mundo del campesino, fa en las capas que no se han incorpo- realidad objetiva y que inclusive el su-
de los pequeños pueblos de la provincia rado al mundo moderno -en su caso, jeto, desgarrado frente al mundo, tenía
mexicana. Y, como aplastado entre am- la vida de los indígenas de Chiapas- lo dificultades para concebirse como algo
bos estratos, esa masa que nutre los ba- hace sin el pesimismo de aquél; para unitario, como un ser con destino pro-
rrios más sórdidos de la ciudad y que ella no hay sólo resignación y estatismo pio y no como una multitud de vivencias
sin ser ya campesina no ha llegado a sino rebeldía y solidaridad y, en conse- aisladas. Un carácter típico de la novela
proletarizarse. En dos escritores se refle- cuencia, la posibilidad de cambio. La europea y norteamericana de los últimos
jan, en su manifestación más conciente postura de Revueltas es singularmente tiempos es la falta de caracteres, de per-
y acabada, estos mundos: el de R~lfo paradójica: se trata de ese mismo mun- sonajes que dejen una huella durable en
es el campesino, que él ve sin redención. do mágico, cuya máxima expresión es la experiencia del lector. Pero el hecho
De ahí todo su fatalismo, su pesimismo, Rulfo, pero con el ingrediente de de que determiILadas técnicas hayan ser-
su dolor, su angustia que no se limita un revolucionarismo sui generis que se vido para expresar una actitud semejan-
a la idiosincrasia y la mentalidad mágica nutre de aquel fatalismo en vez de in- te no significa que esos recursos, válidos
de un tipo concreto de hombre mexica- tentar transformarlo. El rechazo íntimo en tanto que permiten penetrar más en
no, sino que constituye una visión total de los demás hacia la vida que se impone el interior de la conducta humana, no
de la vida y del mundo. Fuentes, por su históricamente se traduce en ensimisma- puedan expresar también otra actitud
parte, se interesa por fijar los rasgos miento y desconfianza. Los mismos que hacia el mundo: una actitud que des-
del otro extremo: el creado por la bur- acompañaron a Yáñez en su pentrante cubra un sentido a la vida y una cohe-
guesía y la industria. Su visión de la rea- examen de la conciencia intranquila de rencia y una dirección a la acción de los
lidad tiene que ser, pues, como el mun- un pueblo perdido, en vísperas de la Re- hombres. La técnica no presupone la
do que pinta, más racionalizada y las volución Mexicana. actitud hacia la realidad y, en tanto

"un anhelo de libemción jJersonal y colectiva que representa una nueva época"
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"La novela se ha desarmllado paralelamente al surgimiento y florecimiento de las ciudades modernas"

que se expresen profundamente los sen- muerte son una parte de la realidad pero rece cada día más firmemente en la
tidos de esa realidad, todos los hallaz- no la agotan. Hay desesperación y an- historia y que más que pasado occi-
gos del arte narrativo son utilizables. El gustia pero, más que en la conciencia dental tiene un porvenir universal, don-
problema se desplaza, pues, a su verda- del hombre corrie!1te, que jamás renun- de el arte novelesco encuentre la salida
dero terreno, el de la visión del mundo. cia absolutamente a la esperanza, en la al callejón de la conciencia que da vuel-
y el dilema estrictamente técnico se con- de muchos intelectuales y artistas que tas . en torno a sí misma o se detiene
vierte en una exigencia estructural, en así revisten un derrotado conformis- ensimismada en un universo blanco y
una relación orgánica de la forma y el mo. y esto les resta visibilidad, les im- estéril, de cosas sin vida. Si nuestra Tea-
contenido - cómo lograr el equilibrio pide contemplar la continuidad de la [idad, lejos de ser una "tierra baldía",
entre lo individual, las vidas concretas vida, el renacimiento de la esperanza y ofrece un porvenir, al novelista hispa-
y el sentido coherente de la vida en esta la capacidad que tiene el hombre, en noamericano de hoy toca una labor lle-
época, en México, en el mundo. Por su- todos los tiempos, de actuar y hacerse na de sentido, de posibilidades y de ri-
puesto, cada artista tiene su propia ex- su propio destino. queza: integrar, con la cohesión de la
periencia de la realidad y su tono sin- forma tradicional y los hallazgos de la
gular de sensibilidad. Pero, cualesquiera Desde hace más de una década se novela contemporánea en la exploración
que sean sus opiniones generales, inclu- viene hablando de una crisis de la no- más profunda del hombre, ese mundo en
sive las políticas, un buen novelista aca- vela. Los caminos de Proust y de Faul- transformación, con todas sus contra-
ba por descubrir y reflejar la realidad kner, se dice, han agotado todas las po- dicciones y todo su dinamismo.
de su época siempre que no haga a un sibilidades de ahondamiento subjetivo
lado algunos de sus aspectos para repre- en la conciencia y últimamente muchos 1 La tierra pródiga, última novela de Agustín
sentar sólo uno de ellos, siempre que novelistas se han dedicado a describir un Yáñez, introduce un elemento dinámico: el
saque a la superficie las corrientes a ve- mundo donde parece que sólo existen ocaso del predominio de los caciques ante la
ces ocultas, los diversos personajes y fac- objetos, cosas morosamente detalladas, embestida del progreso moderno. Sin embargo,
tores que entran en juego en una socie- como si el hombre no tuviera ya nada la realidad mexicana sigue caracterizándose por
dad, en un momento dado. Dos defor- esa nivelación peculiar de poesía y muerte vio·
que decir de sí mismo. Mauriac y Sartre, lenta, intrigas politicas y progreso como fuer·
maciones pueden producirse frente a desde observatorios bien distantes, han zas todas de igual valor, desencadenadas y un
esta tarea que el narrador debe exigirse coincidido en su desconfianza por el fu- poco regidas todavía por la fatalidad -la muo
a sí mismo. Una es el peligro de condi- turo de este género, tan rico hasta ahora. jer, la tierra- que asiste a la derrota del cacique
cionar los personajes a una concepción Pero ¿no sería justo preguntarnos si la y lo nutre nuevamente de energías. En defi-
teórica previa del mundo en vez de par- nitiva, su destino queda en suspenso, como en
crisis de la novela no se debe precisa- espera de que el país sepa encauzar su fuerza
tir, a la inversa, de los destinos perso- mente a que ha venido reflejando una primitiva y "lanzarla al futuro". La verdad,
nales dejados en libertad que, si son conciencia en crisis? ¿A que la concien- el porvenir, está en ese mundo violento pero
auténticamente posibles, tendrán que cia reflejada y agotada es una concien- aprovechable. El único progreso posi.ble es el
reflejar la compleja dialéctica de una cia en trance de perecer y el mundo vi~­ que impulsan quienes no vacilan en "ensuciarse
época. Otra e~tá en hacer de una visión las manos" y utilizar a las fuerzas reales, enten·
to a su través un mundo en desintegra- <liendo como tales las que hasta el momento han
parcial y subjetiva de la realidad, toda ción? y algo más. Que quizás sea en sido más negativas y olvidando cualquier otra
la realidad: la angustia, la soledad y la nuestro mundo, este mundo que apa- posibilidad de auténtica transformación.

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