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Comentario al libro VII de la Metafísica de Aristóteles

En el libro VII de la Metafísica, Aristóteles inicia su investigación acerca de los principios


o del principio de los entes en cuanto entes. Así, este comentario versará sobre las dos
primeras lecciones de las doce de las que se compone el Libro Z, según la organización
que de él hace Santo Tomás de Aquino.
En libros anteriores Aristóteles ha estudiado el ens per accidens, ahora la investigación
será sobre el ens per se, aquel que tiene existencia propia y no relativa. Ya en el libro V,
se ha visto que el ens per se divide de dos maneras, éstas son: por las diez categorías del
ente y por la potencia y el acto. Cuando se habla de categorías, es necesario indicar el
sentido aristotélico de dicha palabra, que va orientado a indicar aquello que se dice del
“sujeto” (uso esta palabra por no irrumpir en el significado de substancia
prematuramente), por lo que hablar de las diez categorías del ente es hablar de los diez
predicamentos de éste.
El filósofo expone: “Ente” se dice en varios sentidos, según expusimos antes en el libro
sobre los diversos sentidos de las palabras”; con ello, remitiéndonos a la lectura de los
modos en que se puede decir el ente, es evidente que el ente en Aristóteles es el ser. De
esta manera, decir que “ente se dice en varios sentidos” es como decir “el ser tiene varios
significados”. Por tanto, debemos identificar cuál de todos los predicamentos expresa
más propiamente qué es el ente.
Aristóteles dirá que el primer Ente es el to ti esti, “el que es”, “que significa la ousía”;
con lo que vemos que el primer significado del ente, aquello que dice qué es el ente, es
decir la quididad, es la substancia. Cabe recordar que en esta investigación, hablar de
“primero” es hablar de primer principio, es decir, aquello de lo que lo demás depende. Se
entiende así que la substancia es el Ente primero por cuanto los demás predicamentos no
tienen existencia separados de ella. Para ejemplificar lo anterior, utiliza los siguientes
razonamientos: 1) “cuando expresamos la cualidad de algo determinado decimos que es
bueno o malo, pero no que es de tres codos o una persona, en cambio, cuando decimos
qué es, no decimos blanco ni caliente ni de tres codos, sino un hombre o un dios”, aquí
Aristóteles demuestra que aquello que expresa el significado primero de Ente es la
quididad y no los demás predicamentos como cantidad, cualidad, pasión, etc., pues estos
no podrían predicarse sin que antes exista la substancia o aquello de lo cual dichos
predicamentos se predican y 2) Por eso, podría dudarse de si “andar” y “estar sano” y
“estar sentado” significan cada uno un ente, y lo mismo en cualquier otro caso semejante;
pues ninguno de ellos tiene naturalmente existencia propia ni puede separarse de la
substancia, sino que más bien, en todo caso, serán entes lo que anda y lo que está sentado
y lo que está sano.”, aquí observamos que Aristóteles no solo habla de la substancia en
cuanto que busca saber qué es, sino en cuanto que es. Así, no tiene existencia per se lo
blanco o lo bello, sino lo que es blanco o lo que es bello, pues dicha existencia como
realidad extramental es el fundamento de todo ente.
Asimismo, Aristóteles agrega “kai tode ti”. Partiendo del comentario de Enrico Berti,
tode ti es una expresión técnica acuñada por Aristóteles que puede traducirse como “un
cierto esto”; es decir algo determinado. La substancia no es, entonces, propiedad de otra
cosa (como sí lo son los predicamentos), sino que es la cosa en sí. No es algo que se dice
en relación a otros entes, sino que, en palabras de Santo Tomás de Aquino, los demás
entes son entes por la substancia.
La ousía estará indicada, por lo tanto, como aquello que dice qué es una cosa que es y al
mismo tiempo como algo determinado. Y puesto que todos los entes son entes a causa de
la substancia, es decir que su existencia se dice en relación a ella, el ente primero será la
Substancia, entonces, la Substancia primera será el Ente absoluto. Este ser primero,
continúa Aristóteles, puede ser en cuanto al enunciado, en cuanto al conocimiento y en
cuando al tiempo. Ser primero en cuanto al enunciado resulta más evidente, ya que al ser
los demás entes accidentes respecto del ente primero o substancia (tema que Aristóteles
analiza en libros anteriores), en la definición de dichos accidentes se incluirá el de
sustancia (podemos tomar los mismos ejemplos citados anteriormente). Ello muestra la
anterioridad de la substancia a los accidentes, con lo que se confirma que es primera
también en cuanto al tiempo, pues los accidentes no pueden darse separados de la
substancia, mientras que la substancia por tener existencia real per se, se puede dar sin
accidentes; es más, la Substancia primera es absoluta (como ya se ha dicho). Asimismo,
es primera en cuanto al conocimiento por las razones que se han venido fundamentando,
puesto que partimos de reconocer que aquello que dice más propiamente qué es el ente
es la substancia; en otras palabras, podemos conocer mejor qué es ente en tanto que
conocemos su substancia (qué es lo que es).
Habiendo encontrado que lo que es más propiamente ente es la substancia y habiendo
descifrado sus características fundamentales, Aristóteles se dispone a abordar la pregunta
que, a su modo de ver, es aquella que se han formulado los filósofos cada vez que se
disponían a indagar sobre los primeros principios de las cosas: ¿Qué es el ente? En este
punto, ya somos conscientes de que dicha pregunta es la misma que ¿Qué es el ser? Sin
embargo, el progreso de esta investigación radica en haber identificado que la cuestión
sobre el ser se significa en la cuestión sobre la substancia. En este punto, considero
importante citar nuevamente a Enrico Berti quien hace hincapié en que Aristóteles quiere
decir “hasta ahora hemos siempre indagado qué es el ser, pero, puesto que hoy hemos
comprendido que el ser tiene muchos sentidos y que el primero de estos múltiples sentidos
es la sustancia, de hoy en adelante, debemos, en cambio, preguntarnos qué es la
sustancia”. Por tanto, indagar sobre la substancia (contrario a lo que filósofos modernos
puedan interpretar) no constituye un empobrecimiento de la investigación, sino que es
precisamente lo opuesto en tanto que yendo a la Substancia estamos yendo a aquello que
es el Ente primero, aquello que constituye el principio de todo ser. No debe verse el
investigar uno de los predicamentos (a decir, la quididad) como investigar una parte de
los constitutivos del ente, sino como una búsqueda de aquello que refleja de forma
primera y más profunda qué es el Ente, qué es el Ser. En palabras de Aristóteles: “¿Qué
es el ente? equivale a decir ¿Qué es la substancia? […] Por eso también nosotros tenemos
que estudiar sobretodo y en primer lugar y, por decirlo así, exclusivamente, qué es el Ente
así entendido.
Una vez que Aristóteles ha definido el estudio del ente primero como el estudio de la
substancia, procede a investigar qué es aquello que es propiamente substancia. Puede
observarse, como lo señala Berti, que en la formulación tis hë ousía, el pronombre ti no
es el neutro ti, sino que es del género concordante con ousía. Es decir, cuando Aristóteles
realiza la pregunta acerca de la substancia, no solo se pregunta por “qué” es aquello, sino
es más la pregunta de “quién” es la substancia, la investigación será ahora ¿Quién es la
substancia verdadera? Así, Aristóteles menciona que habrá que estudiar qué de todo
cuanto han dicho los filósofos anteriores que es substancia lo es realmente, si existen
substancias fuera de lo sensible o no, si existe alguna substancia separada, y siendo que
existan, qué modo de ser tienen o si no existe substancia fuera de lo sensible.
Propone entonces cuatro sentidos en los que se puede decir la substancia: la esencia, el
universal, el género y el sujeto, señalando que “sujeto es aquello de lo que se dicen las
demás cosas, sin que él, por su parte, se diga de otra”. Retomando los conceptos, se dice
que la esencia es substancia en cuanto que expresa la quididad de la cosa; el universal se
dice como substancia en tanto que constituye el predicado universal de los entes
singulares, es decir, expresa la especie del ente en cuestión, Santo Tomás de Aquino, lo
define de forma más precisa cuando dice que el universal “afirma las ideas-especies”
(Tengamos presente el término idea, pues hace, a mi juicio, referencia explícita a la
distinción entre los constitutivos del ente). El tercer modo es según el cual “el género
primero parece ser substancia de cada cosa”. Aristóteles dirá, respecto del cuarto sentido
en que se dice substancia (el sujeto), que puesto que es aquello en función a lo que se
predican las demás cosas, parece ser la substancia; de esta manera, el sujeto primero será
la substancia en sumo grado.
Siendo el sujeto la primera substancia particular, para llegar al “quién es la substancia”
se tiene que determinar la naturaleza de la misma. Así, Aristóteles encuentra que el sujeto
se divide en tres: materia, forma y el compuesto de ambas. Sin embargo, Santo Tomás de
Aquino, resalta el verdadero sentido de esta división. Y es que no se dice “división” en
tanto que constituyen partes de la substancia, sino en cuanto que se predican de ella bajo
un cierto orden, orden que expresará la anterioridad y posterioridad de cada uno en el
sentido en que hemos definido ya lo que significa “primero” en la ciencia metafísica. En
palabras de Aristóteles: Si la especie es anterior a la materia y más ente que ella, por la
misma razón será también anterior al compuesto de ambos” (Ello se entiende como un
ejemplo del intento por llegar a la primera substancia).
En el siguiente razonamiento, El filósofo demuestra cómo es que surge la conclusión
errónea en los antiguos filósofos (naturalistas) de identificar la substancia con la materia.
Ello radica en limitar el significado de substancia a la separación de la misma en relación
a las demás cosas. En tal sentido, la materia será la substancia pues quitando aquello que
tiene en relación a otros entes (accidentes) quedará aquella materia que puede
identificarse con substancia. Sin embargo, ya se ha hecho la demostración de que
substancia es también algo determinado, por lo que materia sería, sino lo contrario, algo
distinto de la substancia, ya que de suyo es solo indeterminación (noción que podríamos
abordar desde el estudio de la materia prima). Para tener claro estos conceptos es
necesario remitirlos al estudio de materia y forma que Aristóteles realiza en “La Física”.
Sabiendo entonces que la materia y la forma serían análogas a potencia y acto y siendo
conscientes de la anterioridad (en el tiempo) de la potencia respecto al acto, pues el acto
es la actualización de aquello que está en potencia, podemos ver también que la forma es
anterior a la materia. De tal manera, que la forma será substancia en mayor grado que la
materia. De lo que se observa que el compuesto de materia y forma será substancia en
mayor grado también que la materia.
De lo dicho se seguirá que la forma es anterior también al compuesto antes mencionado,
pues en el compuesto hay algo que es materia. Por tanto el compuesto tiene participación
de aquello que es posterior, según naturaleza, a la forma; con lo que la forma es anterior
a la materia y, por ello, al compuesto del que participa dicha materia.
Finalmente (en el sentido de cuanto compete al presente comentario) Aristóteles,
concluirá que es necesario estudiar la forma, pues el compuesto, aunque es susbtancia, lo
es en menor grado y es además más “cognoscible” ya que puede ser percibida
sensiblemente. Podemos ver que para Aristóteles, resulta evidente que el compuesto sea
substancia. Es evidente en este punto, pues ya se han definido con anterioridad las
“características” fundamentales de la substancia; y es evidente también en cuanto que
podemos corroborarlo con datos sensibles. No así con la forma, por lo que en la
continuación del libro zeta, Aristóteles estudiará la forma substancial ya habiendo
demostrado la entidad per se de la misma, entidad que además es anterior a todas en
cuanto que los demás entes son entes en relación a la Substancia primera, que se identifica
con la forma y que se dispondrá ahora a estudiar.

Verónica Jesús Arana Torres

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