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Carantón 1

Paula Sofía Carantón Melo - 201613426


Seminario de Literatura Colombiana
Profesora: Claudia Montilla

Titulo

La multitud errante de Laura Restrepo cuenta la historia de Siete por tres, un hombre que,

tras tener que huir de su pueblo a causa de la violencia bipartidista, pierde la pista de su

madre adoptiva durante una emboscada. Desde ese momento se obsesiona con encontrar a

la mujer y, de alguna manera, se prohíbe a sí mismo dejar de buscarla. En la novela de

Restrepo la violencia se narra a través de personajes y momentos específicos. Poco a poco

las situaciones violentas se van entendiendo cada vez más como algo que hace parte de lo

normal. Igual que en la realidad del país, lo violento deja de ser un hecho aislado y se

convierte en contexto. Las víctimas del conflicto sufren actos violentos con tanta frecuencia

que al final parece que ya no tienen la capacidad de pensar en lo que les está pasando, de

reflexionar sobre el suceso y entenderlo como anormal. Por esto la historia es contada a

través del diario de una extranjera, una mujer que trabaja como voluntaria en un refugio

para desplazados y que como ella lo dice: esta buscando “todo lo otro; lo distinto a mí y a

mi mundo” (17).
La narración a través de la experiencia de un externo aporta a la historia todo lo que

los directamente afectados parecen incapaces de decir. De nuevo, como en Rosario tijeras o

La virgen de los sicarios, el narrador no es quien ha sufrido las consecuencias de los

conflictos que se desarrollan en el país. Por esto, se puede pensar que para las victimas

existe una barrera que impide articular una versión sobre los sentimientos y sensaciones

que quedan después de las experiencias traumáticas que les trae el conflicto. La narradora

de la novela, desde su lugar de privilegio, se permite dar voz a las personas que la rodean
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en el refugio y es a través de ella que podemos conocer o al menos imaginar las

consecuencias emocionales que tiene la violencia en quienes la sufrieron.


La parte de las historias de las víctimas que contiene la forma como se sienten

respecto a lo que les ha ocurrido recae una y otra vez en externos que, normalmente, están

en un lugar de privilegio. Al inicio del libro, en el prólogo, Restrepo expone que su libro

busca ser un puente entre su narrativa y la del periodista Alfredo Molano. En el libro de

Molano Desterrados: crónicas de desarraigo hay una similitud en cómo los desplazados

narran lo que les ha ocurrido. Las historias son, en su mayoría, secuencias de hechos

contados de forma clínica, incluso fría y distante en algunos casos. Esto se asemeja a cómo

se desarrollan las historias en La multitud errante. En la travesía de Siete por tres buscando

a Matilde Lina, que nos llega a través del diario de “ojos de agua”, los apuntes sobre la

culpa que siente o su dificultad para personarse y perdonar son hechos por la mujer que está

escribiendo y el único sentimiento que Siete por tres describe recurre a evocar sensaciones

físicas “me ha dicho que le duele el aire, que la sangre quema sus venas y que su cama es

de alfileres” (Restrepo, 13). Así se establece un patrón en el cual las víctimas parecen

perder la capacidad de narrarse como individuos sintientes. Después del momento de

quiebre en el que la violencia los toca, se retraen, y sólo queda la posibilidad de empatizar y

narrar desde los supuestos, tal como lo hace la narradora de esta novela.
En la exposición fotográfica El Testigo de Jesús Abad Colorado ocurre algo muy

similar. El fotógrafo recorrió el país y pasó por situaciones peligrosas y difíciles junto a las

víctimas de los diferentes conflictos armados que se han desarrollado en Colombia. En el

relato que construye a través de imágenes se puede ver el mismo fenómeno. Los

testimonios se limitan a personas que narran únicamente los hechos, y los textos de la

curadora que acompañan algunas de las fotografías siguen la misma línea. Al finalizar las

lecturas y el recorrido a través de las imágenes, queda la sensación de que esa es la única
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manera en que todo lo que ha sucedido puede ser narrado, solo podemos tener los hechos.

La forma cómo toda la violencia afecta al ser humano se convierte en una interpretación

que cada uno debe hacer y que sólo unas pocas personas se atreven a poner por escrito

intentando, tal vez, dar un tono mas humano a todo lo que ha ocurrido, a los hechos que

para las víctimas resultan en una deshumanización que llega al punto de impedirles

expresar algo mas allá de los hechos materiales.


La narración de la violencia en Colombia tradicionalmente ha quedado en manos de

personas que no han sufrido la guerra de forma directa y que poseen los medios materiales

y académicos para contarla. En este caso el instrumento es el diario de una mujer extranjera

que trabaja como voluntaria en un refugio. La escritura en un diario juega un papel

importante en la novela. El diario entendido como método tradicionalmente femenino e

íntimo concede a la narradora permisos que no tendría otro narrador como por ejemplo

Fernando en La virgen de los sicarios. De nuevo, la mujer, por ser mujer, tiene el permiso

de expresar sus sentimientos sin temor a ser juzgada y, en este caso, también tiene el

permiso de reflexionar sobre los sentimientos de los demás.


Al final solo queda la pregunta sobre quien ha sido el narrador de la violencia en

Colombia y, más importante aún, qué implicaciones tiene eso en la forma como se ha

entendido el conflicto en Colombia. ¿existe una forma correcta de narrar la violencia?

Aparentemente no, no hay una forma correcta de narrar lo que en principio es incorrecto,

pero, el silencio es un error aún mayor. Las victimas en todos los relatos que hemos leído

terminan por evitar hablar de lo malo y refugiarse en la esperanza de un futuro mejor. Así

termina la novela de Laura Restrepo. Tal vez algún día con ayuda de un gran número de

narraciones “incorrectas” lleguemos a tener una sociedad más consciente y con menos de

necesidad de narrar aquello que no hay forma de decir.


Bibliografía
Abad Colorado, Jesús. El testigo. 2018 (exposición fotográfica)
Carantón 4

Molano, Alfredo. Desterrados. Crónicas del desarraigo. Bogotá: El Áncora editores, 2001.

Impreso.
Restrepo, Laura. La multitud errante. Bogotá: Planeta, 2001. Impreso.

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