You are on page 1of 45

INDICE:

1.- Introducción
°Mapa conceptual
1.1.- Contexto histórico Presidencial de Bolivia de 1851 a 1877
1.1.1.- Jorge Córdova
1.1.2.- José María Linares Lizarau
1.1.3.- José María Achá Valiente
1.1.4.- Mariano Melgarejo Valencia
1.1.5.- Agustín Morales Hernández
1.1.6.- Tomas Frías Ametller
1.1.7. Adolfo Ballivían Coll
2.- Formación Social de Bolivia (1855 – 1876)
3.- Antecedentes Externos
3.1.- Causas de la Revolución Industrial
3.2.- Revolución Industrial Británica
4.- Segunda Revolución Industrial
4.1.- El proceso de industrialización en Bolivia:
5.- Fuerzas Productivas en la Formación Social de Bolivia (1855 – 1876):
5.1.- Fuerza de Trabajo
5.2.- Medios de Producción
5.3.- Ferrocarriles
5.4.- El guano y el salitre, antecedentes de la guerra del Pacífico
6.- Relaciones de Producción en la Formación Social de Bolivia (1851 – 1877)
6.1.- Relación de Producción capitalista
6.2.- Economía exportadora de materias primas
6.3.- Aduanas y Hacienda e incidencia social
6.4.- Decadencia de la Minería en los albores del periodo 1855 – 1876
7.- El sistema monetario paralelo: la moneda fuerte y la moneda feble
7.1.- La propiedad de los medios de producción
7.2.- División del trabajo en la Formación social de Bolivia
7.3.- Superestructura en la Formación Social Boliviana
7.4.- Estructura jurídico-política
7.5.- Hechos jurídicos en el periodo (1855 - 1876)
7.6.- Estructura ideológica en el periodo Bolivia (1855 - 1876)
7.7.- Clases sociales en Bolivia en el periodo (1855 – 1876)
7.8.- Psicología social de Bolivia (1855 – 1876)
8.- Exportaciones e importaciones de Bolivia (1851 – 1877)
8.1.- La minería de la plata
8.2.- Economía
8.3.- La iglesia católica y el liberalismo
8.4.- La guerra federal y la sublevación indígena
8.5.- El problema agrario:
8.6.- Comercio exterior y desarrollo en Bolivia
8.7.- La estructura del comercio exterior
9.- Conceptos claves
10.- Bibliografía
1.- Introducción:
Sobre el comercio boliviano de la época. Se analiza el efecto de la política comercial
exterior sobre la manufactura nacional y la incidencia social del comercio externo e
interno en la población, a través del sistema tributario. Nuestro propósito consiste
en a) demostrar que las políticas proteccionistas de carácter cambiario y arancelario
vigentes en las primeras décadas republicanas no lograron su cometido y b) ofrecer
un acercamiento al tema de la incidencia de los impuestos indirectos (alcabalas y
derechos de importación) en los diferentes estratos sociales.
Después de una somera aproximación crítica al tema en el contexto latinoamericano
desde la perspectiva del desarrollo económico, se describe la estructura del
comercio exterior boliviano y se analiza el vano intento de las mencionadas políticas
de proteger la industria (textil) nacional en los dos capítulos siguientes (primero la
política cambiaría y luego la arancelaria), para luego hacer algunos apuntes sobre
la identidad de los sectores sociales que sostenían el argumento proteccionista y el
librecambista. Se finaliza con unas observaciones sobre la importancia de los
ingresos por concepto de impuestos indirectos para el presupuesto de ingresos del
Estado y la incidencia social de los mismos en los diferentes estratos de la sociedad.
A lo largo del texto también se incide en el debate librecambio versus
proteccionismo.

Este trabajo quiere presentar algunas nuevas reflexiones sobre el comercio


boliviano de la época. Se analiza el efecto de la política comercial exterior sobre la
manufactura nacional y la incidencia social del comercio externo e interno en la
población, a través del sistema tributario. Nuestro propósito consiste en a)
demostrar que las políticas proteccionistas de carácter cambiario y arancelario
vigentes en las primeras décadas republicanas no lograron su cometido y b) ofrecer
un acercamiento al tema de la incidencia de los impuestos indirectos (alcabalas y
derechos de importación) en los diferentes estratos sociales.

Después de una somera aproximación crítica al tema en el contexto latinoamericano


desde la perspectiva del desarrollo económico, se describe la estructura del
comercio exterior boliviano y se analiza el vano intento de las mencionadas políticas
de proteger la industria (textil) nacional en los dos capítulos siguientes (primero la
política cambiaría y luego la arancelaria), para luego hacer algunos apuntes sobre
la identidad de los sectores sociales que sostenían el argumento proteccionista y el
librecambista. Se finaliza con unas observaciones sobre la importancia de los
ingresos por concepto de impuestos indirectos para el presupuesto de ingresos del
Estado y la incidencia social de los mismos en los diferentes estratos de la sociedad.
El periodo 1841 a 1880 se caracteriza por la crisis de estado ante la falta de recursos
gubernamentales y de inversiones, el estancamiento económico era evidente.
Durante los primeros años de este periodo, el nivel educativo de la sociedad era
extraordinariamente bajo y parecía implicar que en el futuro no se podían esperar
grandes cambios; el sector de la minería contaba con aproximadamente 10.000
minas abandonadas, el resto de la industria nacional satisfacía únicamente las
necesidades de su población. Así pues Bolivia seguía siendo una sociedad
predominantemente rural dando la impresión de encontrarse en peores condiciones
que al comienzo de su vida republicana.

Fue un periodo durante el cual, a pesar de iniciarse con un sector minero en


completo detrimento, se pudo lograr con la iniciativa de inversionistas bolivianos
como ser: Aniceto Arce y Aramayo, una mejora sustancial allá por los años 1870,
periodo durante el cual empezó a hacerse presente el capital extranjero en
cantidades importantes, pudiendo decirse que la industria minera de la plata de
Bolivia había alcanzado unos niveles internacionales de capitalización, desarrollo
tecnológico y eficiencia considerables, que permitió mostrarlo como un sector
pujante vital que había dado nueva vida tanto a la economía interna como al
comercio internacional.

En el aspecto político, debemos hacer mención a un escenario completamente insatisfecho


cuajado de luchas de poder, donde todos querían ser presidentes, cada político tenía un
feudo o pequeño grupo que los apoyaban.
1.1.- Contexto histórico Presidencial de Bolivia de 1851 a 1877
1.1.1.- Jorge Córdova
Nació en La Paz, el 23 de abril de 1822 y fué asesinado el 23 de octubre de
1861, a los 38 años.
Fue un militar y político boliviano, décimo segundo Presidente de
Bolivia desde el 15 de agosto de 1855 hasta su caída el 9 de
septiembre de 1857. Córdova se caracterizó en la historia de Bolivia por ser
el presidente que perdonaba la vida a los sentenciados a muerte, además de
ser el yerno y fiel seguidor de Manuel Isidoro Belzu.
Levantamiento en Tarija
El 26 de septiembre de 1855, el general Celedonio Ávila (quien había
perdido las elecciones presidenciales saliendo en tercer lugar) se levantó en
la ciudad de Tarija en contra del gobierno de Córdova. Para sofocar este
levantamiento y pacificar Tarija, el gobierno mando al regimiento
de caballería "Húsares" (uno de los regimientos más destacados y
prestigiosos del país por sus temidas actuaciones en batallas). El resultado
final del combate terminó inevitablemente con la derrota de las fuerzas
rebeldes de Celedonio Ávila, quien asustado, logró escapar de la captura
huyendo a refugiarse a la Argentina, pero vario de sus jefes cayeron presos.
Una vez que el gobierno se constatara de estos levantamientos militares en
diferentes partes del país, el congreso nacional declaró a la patria en peligro
concediendo facultades y poderes extraordinarios al poder ejecutivo. En
cambio en el gabinete ministerial se apresuraron en anular el decreto de
amnistía general que el presidente Córdova había promulgado semanas
antes. Las tropas gubernamentales se pusieron en campaña y lograron
desbaratar muy fácilmente a estas primeras revolucionarias.
Durante su gobierno decretó una amnistía total, continuó la política
proteccionista de su suegro Belzú, mantuvo el monopolio estatal sobre
la minería a pesar del estancamiento de esta actividad, comenzó una crisis
en la producción artesanal y textil local.
El gobierno de Córdova no se preocupó mayormente de la minería,
manteniéndola como un monopolio gubernamental, lo que trajo como
consecuencia una crisis de estancamiento de ese importante rubro de la
riqueza boliviana. A ello se sumó la fuerte reacción y crecimiento de la
economía librecambista que contrastaba con la rápida declinación de las
obras de artesanía y manufactura nacionales.
Tras duras revoluciones y pronunciamientos del político José María Linares,
luchador incansable, se le puso al frente y tras varios combates, motines y
levantamientos, Córdova finalmente reunió a sus tropas fieles y se enfrentó
abiertamente a José María Linares en septiembre de 1857 en la
denominada Batalla de Cochabamba. Debido al apoyo del pueblo
cochabambino al abogado Linares, Córdova perdió el combate, en donde
días después fugó al Perú (país de residencia obligada para la mayoría de
los refugiados políticos de Bolivia).
1.1.2.- José María Linares Lizarau
Nació en Ticala, Potosí, el 10 de julio de 1808 y falleció en Valparaiso, Chile,
el 23 de octubre de 1861, a los 53 años. Abogado de profesión. Ocupó cargos
políticos.
Se posesionó a los 49 años, gobernó desde el 9 de septiembre de 1857 hasta
el 14 de enero de 1861. Cabe mencionar que Linares fue el segundo civil que
llegó a la presidencia de Bolivia.
Después de la huida de Córdova, fue proclamado presidente el Dr. Linares,
abogado y político prestigioso. Empezó a gobernar con prudencia, pero en
vista de su deseo de moralizar al país y en atención a las constantes
conspiraciones y motines, se proclamó Dictador.

En sus cuatro años de gobierno, de diciembre de 1857 a enero de 1861, se


realizaron iniciativas importantes: moralizó el ejército apartándolo de las
influencias políticas y de la corrupción; corrigió enérgicamente los abusos y
defectos de los sacerdotes inmorales; realizó economías reduciendo el
personal y los haberes de todos los ramos de la Administración y creó
cámaras especiales para fomentar la industria minera.

1.1.3.- José María Achá Valiente

Nació en Cochabamba, el 8 de julio de 1810 y falleció el 29 de enero de 1868,


a los 57 años. Militar de profesión.

Subió a la primera magistratura a los 50 años, junto al Gral. Manuel Antonio


Sánchez y Ruperto Fernández. Este triunvirato rigió entre el 14 de enero y el
4 de mayo de 1861

Su segundo período presidencial, lo inicia el 4 de mayo de 1861, cuando la


Asamblea Nacional le nombró presidente provisorio de la república hasta que
fue derrocado por Mariano Melgarejo el 28 de diciembre de 1864.

Descentralizó los impuestos municipales, regularizo los impuestos


aduaneros, impuso el impuesto a la coca. Promulgó la Ley de Imprenta.
Implantó el Servicio de Correos con el uso de estampillas. Fundó
Rurrenabaque.

En 1863, decretó que se reconocía el derecho de los indígenas sin tierra a


recibir una parcela. Se descubrieron los grandes yacimientos de guano y
salitre en el Litoral.
1.1.4.- Mariano Melgarejo Valencia

Nació en Tarata, Cochabamba, el 13 de abril de 1820 y falleció, asesinado,


el 23 de noviembre de 1871, en Lima, Perú, a los 51 años.
Militar de profesión, llegó a la presidencia a los 44 años.
Gobernó desde el 28 de diciembre de 1864 hasta el 15 de enero de 1871.
Melgarejo asumió el poder mediante un golpe de estado al derrocar al
presidente José María Achá. De personalidad controvertida, su dictadura se
recuerda en Bolivia por su mala administración gubernamental y sus abusos
contra la población indígena del país, además de haber firmado
en 1866 y 1867 tratados de límites territoriales con Chile y Brasil lesivos
para Bolivia.
El 15 de enero de 1871, el comandante en jefe del ejército de ese entonces,
el general Agustín Morales, junto con el apoyo del pueblo paceño, cansado
ya de las acciones despóticas del presidente durante casi siete años, rompió
el miedo y se levantó junto con la población contra Melgarejo,
protagonizando en la ciudad de La Paz una de las batallas más
encarnizadas, feroces y terribles de la historia boliviana. Al final de ese día,
el pueblo levantado derrotó a las tropas gubernamentales, logrando de esa
manera derrocar al gobierno de Mariano Melgarejo.
Una vez derrocado del poder, Melgarejo huyó de Bolivia rumbo a Chile,
donde permaneció por unos meses. Mientras se encontraba en Santiago de
Chile, se enteró de que Juana Sánchez (su amante) estaba viviendo en la
ciudad de Lima, Perú. En consecuencia, Melgarejo decidió partir de viaje con
rumbo a ese país, pero, una vez llegado a Lima, fue asesinado a disparos
el 23 de noviembre de 1871 por su propio cuñado. El escritor y destacado
historiador boliviano Alcides Arguedas incluyó a Melgarejo en su libro Los
caudillos bárbaros (1929), calificándolo como un tirano irrespetuoso de las
leyes.

Durante su gobierno se decretó el uso del sello de correos y el sistema


métrico decimal (aunque éste no se aplicaría hasta cincuenta años más
tarde). Estableció máquinas de vapor para la acuñación de monedas en
Potosí y aumentó irresponsablemente la circulación del feble. En este
período se incrementaron simultáneamente los precios internacionales del
guano y del salitre, lo cual significaba una verdadera revolución económica
para el país, revolución que un régimen de orden y honesto habría podido
aprovechar con magníficos resultados. Pero fue tan mala la gestión de esos
intereses que las concesiones se hicieron a compañías extrajeras, con
consecuencias catastróficas para Bolivia.
1.1.5.- Agustín Morales Hernández

Nació en la paz, el 11 de marzo de 1808 y fue asesinado en la paz, el 27 de


noviembre de 1872 a los 64 años.

Militar de profesión, accedió a la presidencia a los 62 años. Gobernó desde


el 15 de enero de 1871 hasta el 27 de noviembre de 1872.

Fundo el puerto de Mejillones, Tocopilla y Antofagasta en el Litoral boliviano.

Creó el Sistema Monetario Nacional y el Banco Nacional de Bolivia. La


educación primaria paso a la jurisdicción de los municipios.

Devolvió las tierras a las comunidades indígenas, que se revirtieron en los


posteriores gobiernos.

1.1.6.- Tomas Frías Ametller

Nació en Potosí, el 21 de diciembre de 1804 y falleció en Florencia, Italia, el


1 de marzo de 1884, a los 79 años de edad.

Abogado, accedió a su primer mandato a los 67 años.

Gobernó desde el 28 de noviembre de 1872 hasta el 9 de mayo de 1873.

Comenzó su segundo periodo presidencial desde el 31 de enero de 1874


hasta el 4 de mayo de 1876.

Después del golpe de estado de Linares fue posesionado como Ministro de


Hacienda, entre 1857 y 1861 en el que fue muy claro y restrictivo en cuanto
a la administración del presupuesto nacional, principalmente en lo que se
refiere a sueldos y gastos de los funcionarios. Durante este ministerio crea la
Caja Central de Pagamentos, que centralizó y organizó la economía nacional
después de más de 20 años de anarquía administrativa. Creó también un
presupuesto dedicado única y exclusivamente a la educación con los que se
pudieron comprar libros, pagar sueldos y alquileres e incluso conceder
créditos y subvenciones a escuelas y universidades.

1.1.7. Adolfo Ballivían Coll

Nació en La Paz, el 15 de noviembre de 1831 y falleció en Chuquisaca, el 14


de febrero de 1874, a los 42 años.

Militar de profesión, musicólogo y escritor, comenzó su mandato


constitucional a los 41 años. Gobernó desde el 9 de mayo de 1873 hasta el
31 de enero de 1874. Suscribió con el gobierno del Perú un tratado de Alianza
Defensiva.

Aprobó el contrato Church para la construcción del ferrocarril Madera-


Mamoré. En enero de 1874 dictó el Estatuto General de la Educación Pública,
que dividía la instrucción de tres ciclos: primaria, secundaria y facultativa.

2.- Formación Social de Bolivia (1855 – 1876)


Bolivia iniciaba su vida independiente con una región arrasada por la guerra y en
depresión económica, situación que se acompañaba por un sector minero
descapitalizado y una economía basada en la subsistencia.
Es entonces que, con la finalidad de reorganizar y volver a desarrollar la economía,
se decidió nacionalizar todas las minas abandonadas e invitar a capitalistas
extranjeros para que volvieran a poner en explotación las minas. Esta iniciativa se
vio truncada por los altos costes, que resultaban prohibitivos. Entre los costes más
altos destacaba el de la mano de obra, originado por la abolición de la mita, que
obligaba a pagar salarios altos para atraer a los trabajadores de la agricultura.
De esta manera la formación del estado independiente de Bolivia surgió sobre una
economía bastante delicada ocasionada por los muchos años de guerra, primero
las guerras de la independencia y posteriormente con la guerra para la
consolidación del estado boliviano con el Perú después de la frustrada
Confederación Perú - Boliviana, partiendo la nueva república en un contexto
económico desastroso, nada favorable para ese nuevo camino independiente y de
libertades.
Después del fracaso del general Santa Cruz. Bolivia quedó definitivamente reducida
a sus propias fuerzas. País escasamente poblado (se calcula que en el momento
de la independencia solo contaba con 990.000 habitantes, de los que un 52 % eran
de raza india) y subdesarrollado económicamente, tuvo que plegarse a la injerencia
de los Estados vecinos en los pleitos fronterizos posteriores a la independencia.
La magnitud de sus problemas exigía gobiernos dispuestos a realizar profundas
reformas que sacaran al país del subdesarrollo colonial, pero desde la fundación de
la república el poder estuvo en manos de una minoría enriquecida por las
explotaciones mineras, que se apoyó en la falla de conciencia política de las masas
(la mayor parte de la población era analfabeta) y en la inexistencia de partidos
políticos organizados, y que no dudó en recurrir al pronunciamiento militar como
forma de acceso al poder.
La actuación de la mayor parte de los presidentes se manifestó por su afán de
enriquecerse y en mantener el orden, y hasta la guerra del Pacífico, prácticamente,
ninguno de ellos terminó su mandato.
Algunos, como Belzú (1848-55), intentaron apoyarse en las masas populares, pero
sin objetivos definidos y sin esforzarse en crear en el pueblo una conciencia política;
los hubo que intentaron algunas reformas, como Linares (1857-61): otros, como
Melgarejo, llegaron a extremos inimaginables, pero ninguno de ellos se preocupó
de los auténticos problemas del país.
En los años posteriores a la consolidación de la república de Bolivia el
caudillismo fue muy común, el caudillismo consiste en la llegada de líderes
carismáticos al país cuya forma de acceder al poder y llegar al gobierno estaba
basada en mecanismos informales y difusos de reconocimiento del liderazgo por
parte de las multitudes sobre todo de las grandes poblaciones del país, por ese
entonces las ciudades de La Paz, Cochabamba Oruro, Potosí y Sucre, mismas que
depositaban en "el caudillo" la expresión de los intereses del conjunto y la capacidad
para resolver los problemas comunes. El caudillismo fue clave para la dictadura y
para las luchas entre los partidos políticos decimonónicos.
3.- Antecedentes Externos:
3.1 .- Causas de la Revolución Industrial
Las principales causas de la revolución industrial que ayudaron a que se diera en
Inglaterra:
 El sistema político imperante en Inglaterra no era la monarquía absoluta, era
la monarquía liberal, lo que permitió que los ingleses se mantuvieran libre de
las revoluciones que aquejaban a los otros países europeos.
 La modernización de la agricultura mediante la rotación cuatrienal de cultivos,
la introducción de maquinaria moderna a los trabajos agrícolas y el cierre de
campos de cultivo. Estas medidas dejaron sin trabajo a muchos campesinos
que se vieron obligado a trasladarse a las ciudades y aseguraron la
abundancia de mano de obra barata.
 La burguesía inglesa tenía capital suficiente para financiar las fábricas,
adquirir materias primas y máquinas y contratar empleados.
 Los beneficios económicos obtenidos gracias al dominio del mercado
europeo y en la posesión de un gran imperio colonial. La gran cantidad de
capital de que se disponía se invirtió en las nuevas actividades industriales.
 Una mentalidad económica, por parte de los burgueses, pero también por
parte de la aristocracia terrateniente, dispuesta a invertir en el comercio y la
industria. Estos dos grupos sociales fueron controlando el Parlamento, desde
donde promulgaban leyes que aseguraban la libertad económica (eliminando
los privilegios de los gremios), y protegiendo los mercados propios
(proteccionismo), entre otras medidas.
 La existencia de una buena red viaria y fluvial, que aseguraba la fluidez del
abastecimiento de materias primas, la distribución de manufacturas y el
mercado interior.
 Las innovaciones técnicas, que permitían sustituir las herramientas
tradicionales para máquinas que trabajaban más rápido. Las mismas
universidades fomentaban una formación intelectual práctica que repercutía
en la investigación y la experimentación.
 La riqueza de fuentes de energía como el carbón de coque, de gran calidad,
para hacer funcionar las nuevas máquinas de vapor, y la abundancia de
materias primas para la industria textil, como el algodón colonial y la lana
inglesa.

3.2.- Revolución Industrial Británica:


Su origen se sitúa hacia 1780, cuando la industria textil algodonera y la siderurgia
aceleraron de forma rápida su capacidad productiva. La expansión creciente del
mercado interior y exterior de productos textiles creó una mayor propensión a buscar
en la innovación tecnológica un aumento de la producción y de la productividad, un
incremento del beneficio y al mismo tiempo un control del proceso productivo. La
mecanización de la hilatura y del tejido y la aplicación del vapor, al posibilitar la
concentración del trabajo en la fábrica y al reducir los costos, significó altos
beneficios a través del irreversible crecimiento de la producción y la productividad.
Paralelamente, en el sector siderúrgico, se introducirían innovaciones que
resolverían definitivamente el problema del combustible y del refinado, y podrían a
disposición del mercado cantidades crecientes de hierro fundido de buena calidad
a precios bajos. El gran salto del sector se produjo cuando se inició la era del
ferrocarril, segunda etapa de la revolución industrial, que creó una gran demanda
de hierro y carbón y abrió nuevas posibilidades de inversión. Las transformaciones
en la industria algodonera y siderúrgica inauguraron un nuevo modelo de
crecimiento, con su carácter sostenido, e imprimieron un nuevo dinamismo,
perceptible en la economía británica de mediados del s. XIX, cuando se sentaron
las bases de las industrias de bienes de equipo. Entre los factores que originaron la
revolución industrial inglesa se han señalado la importancia de la tecnología, los
capitales, el crecimiento demográfico, el liberalismo, los cambios producidos en el
sector agrario que activaron la formación de un mercado interior, etc. Se pude
afirmar que la revolución industrial surgió del efecto conjugado del mercado colonial
y propio y de las nuevas técnicas, posibilitando un desarrollo acelerado de las
relaciones capitalistas. El garantizar un aumento continuado de la producción
significaba terminar con las catástrofes demográficas. Con la mecanización y
utilización de nuevas fuentes de energía desaparecería la dureza de muchos
trabajos que requerían gran esfuerzo, mientras que las mejoras en los transportes
permitirían mejorar la distribución de productos. Sin embargo, al descansar todo el
sistema en el beneficio, surgieron desigualdades y nuevas formas de explotación.
La industrialización de otros países europeos (Francia, Bélgica y Alemania) siguió
modelos muy diferentes, teniéndose que enfrentar a una fuerte competencia
ejercida en sus propios mercados por los productos británicos y de otros países que
se iban industrializando. En ciertos países de Europa central, oriental y
mediterránea la prepotencia de los intereses agrarios dificultó los intentos
industrialización sólo triunfó en E.U.A. y Japón.

4.- Segunda Revolución Industrial:

Esta segunda Etapa de la revolución se caracterizó por la mejora de la producción


gracias a la incorporación de nuevas fuentes de energía como la electricidad y el
petróleo, la obtención de nuevos materiales como el acero y la aplicación de nuevas
formas de trabajo como la automatización y el trabajo en cadena. Además, surgió
un nuevo tipo de capitalismo: el capitalismo financiero, fruto de las grandes
inversiones realizadas con los beneficios que había aportado el primer estallido
industrial y el dinero procedente de la banca.

La electricidad, que ya había sido descubierta en el siglo XVIII, sustituyó


gradualmente el vapor de agua como fuente de energía. El uso industrial de la
electricidad fue posible en encontrar maneras de generarla (turbina y dinamo),
transportarla y almacenarla (acumulador) y convertirla en energía mecánica (motor
eléctrico).

Fue aplicada en la metalurgia, la iluminación (lámpara de arco, bombilla) mejorando


la iluminación urbana y posibilitando el trabajo nocturno a las fábricas, en aparatos
de nueva invención y en sistemas de comunicación. También permitió electrificar y
ampliar la red ferroviaria y construir locomotoras más rápidas, así como grandes
barcos metálicos impulsados por turbinas.

El petróleo, conocido desde la antigüedad, fue estudiado como fuente de energía


hasta que se obtuvo el combustible de dos nuevos sistemas de transporte: el
automóvil y el avión. Se aplicó a la nueva industria del plástico y en la obtención de
energía termoeléctrica.

En las fábricas, las formas de trabajo cambiaron de empresas familiares con pocos
trabajadores se pasó a centros de trabajo con muchos operarios y una compleja
organización. Para aumentar la producción se aplicó la cadena de montaje, en el
que cada trabajador sólo intervenía en una parte de la fabricación del producto
automatizando repetidamente sus movimientos. Este modelo quedaba muy lejos del
artesano tradicional, ya que no era necesario un esfuerzo intelectual para realizarlo
y se desconocía el proceso global de fabricación.

Al mismo tiempo se llevó a cabo el sistema de producción en serie, en el que cada


fábrica se especializaba en la elaboración de unas piezas determinadas o en el
montaje final de un producto.

Con estos dos métodos se aumentó la producción, se redujeron gastos y se abarató


el precio final de los productos.
La invención del motor de explosión y la aplicación del petróleo como combustible
fueron la base del nacimiento de la industria automovilística, que alcanzó un gran
desarrollo en los Estados Unidos y rápidamente se convirtió en uno de los sectores
más poderosos que ofrecían un elevado número de puestos de trabajo y
estimulaban el desarrollo de industrias secundarias que cogerían una gran
importancia (por ejemplo, el caucho, los metales no ferrosos, los aparatos
electrónicos, etc.).

La industria química también fue una de las punteras y Alemania se convirtió en la


pionera del sector, produciendo más del 80% de los colorantes sintéticos y
ocupando el primer lugar en industria farmacéutica. También desarrollarse la
producción de sosa, de fertilizantes sintéticos, de fibras artificiales y explosivos.

Finalmente, la utilización del cemento armado (cemento combinado con una


carcasa de hierro) permitió que la ingeniería y la industria de la construcción
alcanzaran un gran desarrollo. Este hecho hizo posible la edificación de puentes,
viaductos y túneles más largos. Además, los edificios comenzaron a crecer en altura
y en EEUU comenzaron la construcción de los primeros rascacielos.

4.1.- El proceso de industrialización en Bolivia:

En líneas generales más que de revolución industrial hay que referirse al proceso
de industrialización, que fue muy lento. La revolución industrial europea configuró
una economía para abastecer a Europa de productos alimenticios y materias
primas, y convirtió a estos países en los consumidores de bienes manufacturados
europeos, lo que arruinó la industria autóctona.

Los años posteriores a la consolidación de la República fue caracterizada por


gobiernos caudillistas que gobernaban por algún tiempo, pero surgían siempre
opositores los cuales conjuraban contra los presidentes organizando complots, por
lo que los gobiernos se volvían dictatoriales. De esta manera ningún presidente
pudo terminar su mandato, es más algunos fueron perseguidos por los nuevos
presidentes y murieron en el exilio.

El proceso de industrialización fue muy lento y fue posterior a la década 1880,


después de que se encontraron las vetas de Estaño puesto que la Plata había tenido
un declive en su precio en los mercados extranjeros. El atraso de industrialización
se debió a la falta de capital y al aislamiento geográfico del país, el monopolio de
comercialización de pastas de plata por el estado y a la política de la moneda feble,
producto de una política proteccionista.

La decadencia de la producción minera colonial arrastró consigo una seria crisis


económica que heredó la naciente república. Si Bolivia le había debido su razón de
ser, como unidad política, a la minería durante la Audiencia de Charcas, su
nacimiento como país no pudo apoyarse en la minería, cuya caída fue sostenida
hasta fines de la década de los sesenta en el pasado siglo.
La realidad de la minería era dramática. Por un lado el declive de productividad, por
el otro la inestabilidad e incertidumbre de la guerra de la independencia rompieron
toda opción de una producción regular por falta de mano de obra estable y acopio
de insumos, agravados por la vandálica presencia de los ejércitos “auxiliares”
argentinos. Al comenzar la República miles de minas e ingenios estaban
abandonados; muchas minas inundadas mostraban un panorama desolador.
Adicionalmente, el retraso tecnológico era lamentable, sobre todo en un país de
tradición minera que había vanguardizado la técnica (véase El arte de los metales
del padre Alonso Barba escrito en el siglo XV I) y que mantenía en pleno siglo XIX
procedimientos coloniales. A todo esto se sumaba la falta de capital por el
aislamiento geográfico del país, el monopolio de comercialización de pastas de plata
por el estado y la moneda feble, producto de una política económica proteccionista.

El despegue de la minería de la plata en el XIX tiene que ver con los esfuerzos
notables de pioneros, como José Avelino Aramayo, Aniceto Arce y Gregorio
Pacheco. 1856 fue el año mágico de la plata al consolidarse en esa fecha tres
empresas claves, la sociedad del Real Socavón de Aramayo, la Compañía
Guadalupe (Oploca) de Pacheco y la más importante de las tres, la Compañía
Huanchaca de Bolivia de Arce (Huanchaca llegó a tener en 1877, 1.567 obreros y
más de 10.000 indios para el transporte y trabajos complementarios). Con altos
niveles de ley de mineral, la explotación de estas tres grandes minas cubrió una
parte mayoritaria de la producción total de plata del país. Si en la década de 1850 a
1859 logró producir 201.000 marcos de plata, en la década del noventa rozó
1.700.000 marcos, un crecimiento de ocho veces. El estado boliviano recibía un
pago de 0,80 cts. de peso por marco de plata exportado, lo que representaba para
el erario entre 180.000 y 300.000 pesos por año según la producción, sustituyendo
los ingresos del tributo indígena.

La inflexión para que esto fuera posible se dio en 1872 en el gobierno de Morales.
El 8 de octubre de ese año se tomó la determinación de suspender el monopolio
estatal de compra de pastas y minerales de plata. Esta medida fue complementada
en 18 73 al eliminarse el pago de minerales con moneda feble, lo que en la práctica
la hizo desaparecer de circulación. El uso de moneda feble tenía una lógica
económica. Se trataba de una moneda con menor valor metálico que el nominal, al
fabricarse con una aleación de plata y cobre. Al comprar el mineral de plata con esa
moneda, en los hechos se le pagaba al vendedor menos de lo que la plata realmente
valía, ese ahorro fomentó el comercio interno y financió gastos del estado La política
de libre cambio eliminó ambas restricciones y abrió Bolivia al mercado internacional.

La consecuencia inmediata fue la llegada de capital chileno y europeo, nacimiento


de la banca, incremento del intercambio comercial, creación de empresas
importadoras que trajeron una gran cantidad de productos importados (lo que, como
ya dijimos, debilitó seriamente la industria y la artesanía nacionales). Esta nueva
realidad permitió una rápida modernización de la minería, con nueva tecnología,
mecanización y electrificación, culminando en el tratamiento básico del mineral en
ingenios que a fines de siglo incluían la lixiviación. Cuando el impuesto sobre
mineral refinado subió en Bolivia, Huanchaca trasladó sus plantas de refinación a
Antofagasta. Por su parte el ferrocarril abarató fletes de transporte. Paradójicamente
sin embargo, el ferrocarril que unía Uncía con Pulacayo y Huanchaca (45
kilómetros) inaugurado en 1890, sólo benefició a Arce hasta 1893-94, años del
comienzo de la severa y definitiva declinación de la plata. La transnacionalización
de las empresas condujo incluso al cambio de sede legal (Huanchaca trasladó su
sede a Valparaíso en 1878, con un 78 % de capital boliviano y 22 % de capital
chileno o radicado en Chile).

El auge de la plata cubrió cuatro décadas de la historia republicana del país y su


declive tuvo que ver con el cambio de patrón monetario y el auge de la
industrialización que colocó al estaño en la mira de los países poderosos,
generando una rápida sustitución no sólo de producción, sino de poder.

5.- Fuerzas Productivas en la Formación Social de Bolivia (1855 – 1876):


En un periodo posterior, que abarca desde 1841 a 1880, la nueva República de
Bolivia se caracteriza por la crisis del estado ante la falta de recursos
gubernamentales y de inversiones, materializándose en un estancamiento
económico.
Durante los primeros años de este periodo, el nivel educativo de la sociedad era
extraordinariamente bajo y parecía implicar que en el futuro no se podían esperar
grandes cambios; el sector minero contaba con innumerables minas abandonadas
y el resto de la industria nacional satisfacía únicamente las necesidades de su
población. Así, al igual que en el comienzo de su vida republicana, Bolivia seguía
siendo una sociedad predominantemente rural.
No obstante, a pesar de iniciarse con un sector minero en completo detrimento, se
pudo lograr con la iniciativa de inversionistas bolivianos como Aniceto Arce y
Aramayo, una mejora sustancial allá por 1870, periodo durante el cual empezó a
hacerse presente el capital extranjero en cantidades importantes, pudiendo decirse
que la industria minera de la plata de Bolivia había alcanzado unos niveles
internacionales de capitalización, desarrollo tecnológico y eficiencia considerables.
El pujante crecimiento de la industria minera, así como el descubrimiento de
yacimientos importantes de plata en la región de Caracoles, como los grandes
yacimientos de guano y salitre en la región de Mejillones, llamaron la atención a los
vecinos de Bolivia. Esto ocasionó que gobiernos e inversionistas extranjeros
muestren su interés en los mismos y que Bolivia ante la necesidad de recursos
económicos otorgue concesiones a favor de ellos con la finalidad de beneficiar al
país.
Pero tal situación no llegó a suceder, ya que en 1878 el gobierno boliviano introdujo
un impuesto al salitre, ganándose el desagrado de los concesionarios que se
negaron a pagarlo por considerarlo "injusto" e "ilegal", argumento que tenía apoyo
de los chilenos. Tal situación obligó al gobierno boliviano a confiscar el patrimonio
de dichas concesiones, originando a su vez que el vecino país de Chile que había
acogido en su territorio a los propietarios, llevaran a la práctica su plan larga y
cuidadosamente preparado.
Es así que en febrero de 1879, las tropas chilenas con la excusa de proteger a los
residentes chilenos en la zona de Antofagasta, iniciaron una decidida invasión al
territorio boliviano, dando origen a la Guerra del Pacífico.
5.1.- Fuerza de Trabajo:
Los trabajadores mineros proletarizados, convertidos en masas obreras que,
independientemente de sus ideas particulares, trabajaban y sufren la explotación
conjunta en el proceso productivo, pronto, en las décadas correspondientes al
periodo 1855 - 1876, se convertirán en la clase social más combativa y consciente
del continente americano, especialmente en Bolivia.
Las concentraciones masivas de la fuerza de trabajo en los centros mineros y en
algunos sectores industriales, impulsaban a los trabajadores a desarrollar una lucha
cada vez más organizada agrupándose alrededor de los órganos naturales de la
clase obrera: los sindicatos.
5.2.- Medios de Producción:
Es interesante hacer notar cómo nuestra historia está marcada por los ciclos
productivos de materias primas. ¿Es una casualidad o no es más que una expresión
de rol subordinado que las potencias dominantes han asignado a la economía de
nuestros países del Tercer Mundo?
Las capas más avanzadas de la clase dominante se asentaban en la producción
minera. Los escasos capitales que se utilizaban, al igual que la fuerza de trabajo,
provenían de la producción latifundiaria, lo cual hacía que se forme una casta social
dominante híbrida, que combinaba la producción minera de la plata destinada al
mercado mundial con la explotación latifundiaria en las haciendas. Ésta servía de
base para la primera. Este hecho hizo que, de una manera natural, estas capas
sociales, se liguen estrechamente con el capital internacional. Resulta importante
ver quiénes se hacen ricos en este nuevo auge de la Plata. Aramayo, Arce y
Pacheco eran viejos miembros de la oligarquía chuquisaqueña, que además de
mineros eran importadores y hacendados que, sobre la base de una fuerte sobre
explotación de los trabajadores, consiguieron acumular capital, que al ser
insuficiente para la explotación minera, tuvieron que asociarse con capitales
ingleses mediatizados por Chile.2 De esa manera surge una oligarquía minera
poderosa que, para mantener sus privilegios, buscó siempre tener influencia en el
poder político. En gran medida, debido a la producción de la plata, ya es posible
encontrar gérmenes del proletariado moderno en Bolivia a principios del siglo veinte.
5.3.- Ferrocarriles:
Los ferrocarriles: un gran tubo para sacar los minerales, expresión patente de una
economía orientada a la exportación de materias primas hacia los centros
económicos del sistema mundial. La mayoría de los beneficios son para los
capitalistas extranjeros. Unos pocos se benefician adentro del país (oligarquías), el
país aparece saqueado y empobrecido.
Sin embargo el auge de la plata duró muy poco, pues el precio internacional cayó
irrecuperablemente en la década de 1890. Es entonces cuando comenzó a surgir el
estaño como nuevo recurso para la industria moderna. Es la producción estannífera,
la que patentiza la incorporación de nuestro país a la economía mundial.
La historia de los ferrocarriles en Bolivia se inicia en los años 1870 luego de casi
tres décadas de esfuerzos fallidos, y está asociada en su origen al desarrollo de
laminería. La minería de la plata permite concretar la construcción de la primera
línea férrea durante el siglo xix. Más adelante, a principios del siglo xx, la minería
del estañoda un nuevo impulso al avance de los ferrocarriles, conformando lo que
hoy se conoce como la red andina u occidental.
La primera etapa de los ferrocarriles en Bolivia, entre 1870 y 1900, coincide con el
incremento de la minería de la plata, donde las empresas emprenden por cuenta
propia la construcción de pequeñas vías para carretas y plantean la construcción de
ferrocarriles, siendo el artífice de su consolidación el presidente Aniceto Arce.
Los antecedentes a la construcción de ferrocarriles en Bolivia se remontan a la
década de 1840, cuando la necesidad de transportar mayores volúmenes de salitre
comenzó a ser un problema para el futuro desarrollo de la explotación salitrera.
Algunos ejemplos de los primeros esfuerzos fallidos en 1856 fueron el llamado a
una licitación para construir el ferrocarril Cobija–Calama por el presidente Córdova
y el acuerdo entre Perú y Bolivia para unir Tacna y La Paz con el “carril camino”. En
1867, se aceptó construir el ferrocarril Cobija-Aduana Nacional, un año después, en
1868, se aprobó la construcción de un ferrocarril Cobija–Potosí, y en 1869 se dio
autorización para la construcción del ferrocarril La Paz-Aigachi. Sin embargo,
ninguno tuvo éxito.n 1 Por otra parte, la introducción de rieles (o línea decauville),
también conocido como “ferrocarril de minas”, para facilitar el transporte de mineral
en vagones al interior y exterior de la mina primero funcionó en Karwayqullu
(Quijarro, Potosí) a partir de 1853.
5.3.1.- Ferrocarriles en el periodo (1870-1899)
Los ferrocarriles llegaron a Bolivia impulsados por intereses económicos asociados
a la exportación, primero de salitre y posteriormente de plata. La empresa
anglochilenaCompañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagastaconstruyó las
primeras líneas férreas en 1873 del salar del Carmen a Antofagasta.n 2 En 1885 la
Compañía Huanchaca de Bolivia y la Salitres y Ferrocarril de Antofagasta firmaron
un contrato para extender la línea del puerto hasta los establecimientos de la
empresa minera. Según este convenio, la Compañía de Salitres aportaba equipo y
maquinaria y la Compañía Huanchaca entregaría 2,6 millones de pesos. Una vez
en la frontera, se formaría una nueva sociedad, totalmente independiente, con
tarifas preferenciales para la Compañía Huanchaca. En 1886 el ferrocarril llegó a
Calama, muy cerca de la nueva frontera, lo que despertó gran oposición en Bolivia,
por considerarse más de interés militar que comercial. A pesar de ello, el gobierno
de Gregorio Pacheco (1884-1888) aprobó la extensión de la línea férrea de Ascotán
a Oruro por ley del 19 de julio de 1887. Sin embargo, cuando el ferrocarril llegó a la
frontera en 1887, las empresas no lograron un acuerdo. Para resolver la situación,
la Compañía Huanchaca compró los derechos del ferrocarril a través de un
préstamo en Inglaterra. Es sobre esa base que se organizó en Londres The
Antofagasta (Chili) Bolivia Railway Co. Ltd. el 28 de noviembre de 1888. En 1889
se concluyó el tramo Antofagasta-Uyuni (612 km) a un costo de 2,2 millones de
libras esterlinas. Huanchaca construyó por su cuenta el ramal Pulacayo-Uyuni (36
km) y la línea Pulacayo-Huanchaca (12 km) con un túnel de casi 3 km. En 1892, la
línea fue prolongada desde Uyuni hasta la ciudad de Oruro (925 km).2
El ferrocarril Antofagasta-Oruro transfirió el comercio exterior boliviano que
tradicionalmente transitaba por Salta, Argentina, a Antofagasta, Chile. En el
comercio interno, el ferrocarril desplazó la harina producida enCochabamba por
harina importada en los mercados de La Paz y Oruro. Asimismo, el ferrocarril
contribuyó a desplazar elazúcar producido tradicionalmente en Santa Cruz y
vendido en los mercados de Potosí, por azúcar importado.3
En el caso de la minería, los ferrocarriles permitieron reducir el costo de los insumos
(en especial el combustible) e incrementar los volúmenes de exportación, al hacer
factible el transporte de mineral de menor contenido de plata. Para la Compañía
Minera de Huanchaca, la llegada del ferrocarril a sus instalaciones contribuyó a un
incremento del 87 % en la producción entre el periodo 1882-1888 a 1889-1895.4 En
palabras del historiador Antonio Mitre, “El ferrocarril, al mismo tiempo que prolongó
la duración del auge de la plata [en el siglo xix], inició la era del estaño [en el siglo
xx].
5.4.- El guano y el salitre, antecedentes de la guerra del Pacífico.
Si bien la explotación de las riquezas del litoral boliviano comenzó en 1842 (contrato
con el brasileño López Gama), fue en la década de los años cincuenta cuando el
tema se volvió importante. En 1858 José Avelino Aramayo en representación de
intereses ingleses intentó un contrato con Bolivia para la explotación del guano,
competía con el francés Arnous de la Riviere en representación del industrial de ese
país Lucien Armand. Después de varios años, en 1866 Riviere convenció al
gobierno de Melgarejo y firmó un contrato para explotar 1.500.000 toneladas de
guano a cambio de 250.000 pesos a repartir en partes iguales por Bolivia y Chile
(en virtud del tratado de 1866). Armand quebró y el contrato se rescindió.
En 1868 el estadounidense Enrique Meiggs, representado por el chileno Lorenzo
Claro (de nefasta influencia sobre los círculos de poder boliviano durante la guerra),
firmó un documento de préstamo de 4 millones de pesos a Bolivia al 8 % anual, a
cambio Bolivia puso como garantía todo el guano descubierto y por descubrir, le
vendió el guano a Meiggs a 6 pesos por tonelada y le cedió el derecho de
explotación de toda la riqueza mineral del litoral. Meiggs prestó un millón de su
dinero y el saldo con las ganancias guaneras. Afortunadamente, el 10 de octubre
de 1871 el contrato fue rescindido, pero con una compensación de 800.000 pesos
a Meiggs.
El 30 de enero de 1873 el gobierno de Ballivián comenzó la construcción del primer
ferrocarril boliviano desde Mejillones hacia Bolivia, lo hizo mediante contrato con
Braun, Watson, Martínez y Meiggs. El bloqueo financiero del grupo de la Salitrera
de Antofagasta hizo fracasar el proyecto, sólo se construyeron unos pocos
kilómetros y finalmente el ferrocarril fue desmantelado.
Pero la verdadera piedra de toque fue el salitre. En 1866 los chilenos José Santos
Ossa y Francisco Puelma obtuvieron una increíble concesión del plenipotenciario
boliviano en Santiago Mariano Donato Muñoz, derecho exclusivo de explotación de
todo el salitre del litoral boliviano. En 1868 Ossa, Puelma y Antonio de Lama crearon
la Sociedad Exploradora del Desierto de Atacama que por 10.000 pesos pagados a
Bolivia mantuvo el derecho del 66. En 1869 la compañía aceptó capital mayoritario
inglés y pasó a llamarse Melbourne y Clarke. Con un capital de 300.000 pesos
empezó a explotar con éxito salitre en el salar de El Carmen. En 1872 ante el éxito
logrado se creó la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta con sede en
esa ciudad. El primer ferrocarril que funcionó en territorio boliviano fue el construido
por dicha compañía que en 1873 unió Antofagasta con el salar del Carmen y en
1876 con el salar de Salinas. Para entonces la compañía explotaba 3.000 quintales
diarios de salitre.

El 27 de noviembre de 1873 Belisario Pero en representación de la Compañía de


Salitres firmó un contrato con Bolivia mediante el cual a cambio de una patente de
40 bolivianos año por estaca explotada (800 metros por 800 metros) obtuvo derecho
de explotación por 15 años libre de cualquier otro gravamen, a lo que se sumó el
tratado de 1874 ya citado. Entre 1870 y 1876 varias empresas comenzaron la
explotación de salitre a despecho de la injusta exclusividad de la Compañía de
Salitres pero sin llegar nunca a competir en poder y eficiencia con ésta.
Cabe aquí recordar que importantes miembros del gobierno de Chile, empezando
por el Presidente Pinto, algún ministro de su gabinete y jefes chilenos de la campaña
militar del 79 eran accionistas de la Compañía de Salitres, lo que explica la diligencia
en su defensa intransigente.
El 14 de febrero de 1878, ante la evidencia de la pobreza de la región, las
consecuencias del terremoto de 1877 y la largueza con la que se habían hecho las
concesiones, el gobierno de Bolivia decidió imponer un impuesto de 10 centavos
por tonelada exportada de salitre a la Compañía. La disposición pasaba por alto el
tratado de 1874 entre Bolivia y Chile y el contrato de 1873 con la Compañía de
Salitres, ambos documentos decían expresamente que la explotación de salitre y
guano estaban liberadas de cualquier gravamen. La decisión estuvo en suspenso
hasta diciembre de ese año. En enero el prefecto antofagastino embargó los bienes
de la Compañía y el I2 de febrero de 1879 el gobierno rescindió el contrato, sobre
el supuesto de que al extinguirse el compromiso quedaba resuelto el tema del
respeto al tratado de 1874. Pero era tarde, Chile tomó al vuelo la excusa que le daba
la nueva ley y decidió la agresión, había encontrado la razón que esperaba para
atacar y lo hizo.
6.- Relaciones de Producción en la Formación Social de Bolivia (1851 –
1877)
6.1.- Relación de Producción capitalista:
La primera infancia del capitalismo se ha denominado “mercantilismo”, la cual se
estableció en Bolivia antes del capitalismo en los años posteriores de la
independencia. Este es el periodo de preparación de la revolución industrial, así
como la formación del proletariado y la burguesía. Fue durante esta etapa donde
los talleres manufactureros de Europa, principalmente en la zona del atlántico norte,
comienzan a dinamizar y ampliar su actividad, motivados por las inimaginables
cantidades de oro y plata que España importa de sus colonias en América Latina, y
que gasta en el comercio que sostiene, principalmente con Inglaterra, Holanda y
Francia.

Se debe recordar que, mientras Bolivia presentaba apenas formas primigenias de


producción de tipo capitalista, el mundo occidental ya se desenvolvía en el marco
de este régimen, e incluso empezaba a dar señales de su ingreso a la fase
imperialista. Las leyes internas del capitalismo lo impulsaban, no solamente a
controlar todas las fuentes de materias primas y alimentos existentes en el planeta,
sino incluso a controlar las regiones potencialmente ricas en estos recursos. La
particularidad fundamental de la fase monopólica del capitalismo es la dominación,
que ejercen los países imperialistas sobre las colonias y semi-colonias, haciendo
que éstas se muevan conforme a los intereses metropolitanos. El capitalismo, con
su enorme capacidad expansiva, se manifiesta en los países atrasados (Bolivia,
Ecuador, Tanzania, Malasia y más de otros 120 países) como una economía contra-
hecha, deformada, reflejando su desarrollo combinado. "... el capital internacional
fue penetrando en ciertos sectores de la economía de los países periféricos para
transformarlos, proceso inseparable de la destrucción física de los modos de
producción pre capitalistas; pero, al mismo tiempo manteniendo el atraso en el resto
de la economía" (Lora, G. Op. Cit. p.23-24)
Entonces, en Bolivia, el modo de producción capitalista:

 Es implementado casi por los solos impulsos económicos externos que


demandan recursos naturales. Por tanto, no se puede hablar de un proyecto
económico-político propio.
 Inicialmente funciona sólo en contados “islotes” de la economía nacional,
mientras que la mayoría del país, seguía dominado por los latifundios y los
gamonales.

Como es típico en la imposición del capitalismo en países del Tercer Mundo, se


crean enclaves de supuesto desarrollo, en función de los intereses de los países y
empresas poderosas.

6.2.- Economía exportadora de materias primas.

Ellos priorizan la industrialización, pero a nosotros nos imponen una… Bolivia se


incorpora al mercado mundial como una economía primario exportadora, para
responder a las necesidades del capitalismo industrial de la metrópoli. Son las
necesidades del desarrollo de los países grandes del Norte las que marcan el ritmo
y las características de nuestras economías en los países oprimidos por el
imperialismo.

En este sentido, fueron los capitales ingleses (en primaria instancia), los que
abrieron el ferrocarril, trajeron las instalaciones y los equipos necesarios para
extraer del país la materia prima que necesitaban, nos referimos principalmente a
la plata y el estaño.

Se constituye así un “enclave económico”, lo que significa que, tanto la producción


como la demanda son incentivadas y dirigidas por agentes externos al mercado
local. De hecho el único vinculo existente entre la producción minera y el mercado
interno, lo constituyen débiles circuitos comerciales que proveían a las minas de
productos primarios, como hoja de coca, agua ardiente, fósforos y chankaka, entre
otras cosas. Todas las transformaciones económicas sucedían al ritmo del
crecimiento de las exportaciones, y su característica fundamental era que se
apoyaban en un nuevo sistema de organización de la producción, lo cual pasó a
coexistir, en cada país, con la economía precapitalista. En el caso de los países
exportadores de minerales, el dualismo de los sistemas económicos era
particularmente obvio, pues la economía de exportación se hallaba en general
aislada.
6.3.- Aduanas y Hacienda e incidencia social de derechos de importación y
alcabalas:
Los impuestos sobre el comercio (externo e interno) representaron el segundo ramo
singular más alto del ingreso público boliviano después de la Contribución
Indigenal, con la excepción de la década de 1850, cuando la acuñación forzada de
la feble generó temporalmente entradas aún mayores. Los ingresos provenientes
del comercio externo fluctuaron ostensiblemente, tanto en términos absolutos, así
como porcentualmente dentro del ingreso conjunto; fluctuación que radicaría antes
que nada -especulamos- en los tantísimos cambios que se dieron en materia de
política arancelaria, y que a su vez incentivaban en mayor o menor grado el
contrabando, y a su vez la evasión impositiva. Fue tan variada la legislación sobre
derechos aduaneros, que el confuso panorama que ella presenta en retrospectiva
al observador se suma a las dudas sobre las calificaciones de las primeras tres
décadas republicanas como período proteccionista, tal cual lo han hecho varios
historiadores (mayores indagaciones quedan aún pendientes). Es más, se ha
argumentado incluso lo contrario respecto de la legislatura de Santa Cruz, por
ejemplo.
La gravación del comercio de importaciones no ocurría solamente en las aduanas
litorales de Cobija y Arica, sino también, y más bien principalmente, en las aduanas
fronterizas terrestres de La Paz, Oruro y Tupiza, la última de menor importancia, y
cuyo rendimiento ingresaba al tesoro potosino (Cuadro 2). El que los ingresos
aduaneros de Tupiza hayan sido insignificantes no es indicativo de un comercio
restringido entre Bolivia y la Argentina: según Langer, el contrabando desde y hacia
ese país fue considerable.
En 1849 el presidente Belzu, sumergido aparentemente en contradictorios afanes
arancelarios, restablecía la aduana cochabambina y rebajaba los derechos
aduaneros sobre la importación ultramarina tanto en las aduanas terrestres como
en la litoral por considerar que en su “actual estado equivalen á una verdadera
prohibición”. Al mismo tiempo restringía la actividad mercantil extranjera al puerto
de Cobija, reservando el tránsito comercial de ese punto al interior, a los
comerciantes nacionales (“el Gobierno está en el deber de protejer la industria de
la mayoría de los bolivianos”) porque “los almacenes de efectos de ultramar
establecidos en el interior de la República, han causado la ruina de la mayor parte
de los comerciantes [al] por menor”. Meses más tarde se volvía a restablecer la
aduana orureña y era suprimida la de Cochabamba; en 1851 se reponía la de
Tupiza.
6.4.- Decadencia de la Minería en los albores del periodo 1855 – 1876
La minería boliviana de la plata durante la República temprana (1825-1850) suele
considerarse como inmersa en un estado de estancamiento cuando los altos precios
del azogue, la falta de créditos y el monopolio estatal del rescate de la plata
mantenían casi paralizada la industria potosina1. Según esta perspectiva, existía un
“impuesto indirecto” sobre la minería en cuanto los marcos se cancelaban por el
Banco de Rescates con pesos febles, cuyo valor intrínseco fue menor que el de los
pesos fuertes. Se supone, además, que en esta época las leyes de los minerales
beneficiados eran muy bajas por proceder en su mayor parte de los rodados y
desmontes, y que la sobreexplotación de la mano de obra estuvo en la base de las
empresas. Al mismo tiempo, la llamada estacionalidad de la mano de obra,
interpretada por los contemporáneos como fruto de una “escasez de brazos”, se
reinterpreta como la consecuencia de las irregularidades en la demanda minera,
debido a la falta coyuntural de azogues o de agua en las lagunas.
La emergencia de nuevas fuentes ha venido modificando esta periodización en
varios puntos importantes. En primer lugar, aunque no se ha publicado ningún
estudio detallado sobre los precios del azogue puesto en Potosí, una primera
revisión de la documentación inédita recogida por el autor en 1980-83 sugiere que
la relación entre éstos y los del mercado internacional no fue directa, y que los
precios del azogue a principios de la administración de Santa Cruz (1830-35) y
durante el régimen de Belzu (1850s tempranos) pueden haber sido inferiores a lo
que serían a principios de la década de los 1860s y durante los '70s3
En segundo lugar, en la medida en que los mineros podían pagar los jornales y el
costo de los insumos (incluso, a veces, el azogue) con pesos febles, y al mismo
tiempo vender sus pesos fuertes con un premio sobre su valor nominal al comercio
ultramarino, el pago de sus marcos mitad en febles y mitad en fuertes les ofrecía
más bien una “subvención estatal” indirecta para el sector minero. La existencia de
lo que he llamado el “sistema monetario paralelo” significaba grandes ventajas para
la minería potosina entre 1830 y 18504.
Terminemos esta comunicación con una hipótesis de interpretación del siglo xix
minero en Bolivia. Es ya reconocido que, en términos generales, en cada momento
cuando decae la rentabilidad del capital minero, la forma de producción dominante
en la minería vuelve a ser el caccheo. Es así que, en los primeros años de
Independencia, el Cerro fue efectivamente tomado por los trabajadores, quienes
llegaban incluso a imponer su propio “entable invertido” sobre los azogueros (éstos
preferían llamarlo “inmoralidad”). Se mantenía el “colchón” del caccheo a lo largo
del primer ciclo republicano de la plata; y en 1854 los capchas llegaban a producir
casi 30% de toda la plata rescatada por el Banco Nacional de Rescates.
La ambivalencia de los empresarios frente al caccheo es conocido60. El 8 de
diciembre de 1845, por ejemplo, Domingo Zambrana, director de los nuevos trabajos
mineros en Carguaicollo, escribió a su compadre Pedro Nolasco Costas en Potosí
que el caccheo era la llave del futuro, un mecanismo de acumulación primitiva que
hacía innecesario el recurso a los capitales extranjeros61. Y los cacchas de Potosí
eran conscientes de su propia importancia para los azogueros. Es por eso que, en
1837, llegaban a presentar una propuesta al Gremio de los Azogueros (ver Apéndice
documental) que busca soslayar la vieja acusación de los azogueros de que era el
trabajo irregular de los cacchas la causa de todo el deterioro de las minas del Cerro.
Se ofrece, entonces, una relación de trabajo basado en la “reciprocidad” y la
“equidad”, donde los cacchas trabajarían entre sábado y lunes en las minas de los
azogueros, con sus propias herramientas pero bajo la dirección de un técnico puesto
por el azoguero, para evitar así la destrucción de cada labor. Así se esperaba
responder a las protestas tradicionales de los azogueros, mediante la entrega del
caccheo a su supervisión y control. El documento propone un “capcheo
regularizado” que dejaría la mitad de la producción al dueño de la mina, y la opción
de rescatar la otra mitad correspondiente a los mismos cacchas al precio corriente,
después de un ensayo por peritos de la calidad del mineral.
Sería importante examinar en más detalle las circunstancias precisas que en 1837
llevaban a los cacchas a hacer este planteamiento. Por una parte, sabemos que los
sucesos políticos habían dejado temporalmente vulnerables los intereses de los
Ortiz en la mina de San Bartolomé: los cacchas habían entrado a “golpear” las
chaguas recién descubiertas allí, y es posible que pensaran que era el momento
para formalizar un arreglo que les daría acceso legal a las mejores minas del Cerro.
Por otra parte, podemos intuir la resistencia, no solamente de los demás azogueros,
sino incluso de algunos de los trabajadores de los mismos Ortiz. El primer ciclo
minero estaba en su auge. El rechazo de los planteamientos de los cacchas por los
azogueros señalaba, en parte, la desconfianza tradicional de los azogueros frente
a los “ladrones de minas”; pero, en el caso de los Ortiz. quienes figuran entre los
azogueros firmantes, la oposición se debe también a que ellos ya se habían lanzado
a un modelo capitalista que incluso gozaba de cierta legitimidad entre sus
trabajadores (fortalecida sin duda por la bonanza de San Bartolomé).
Al lado del análisis de las relaciones entre los diferentes tipos de organización
minera, se impone el análisis de los discursos político-económicos. Incluso un
discurso técnico-científico es siempre susceptible a una lectura en términos del
poder. Al terminar el primer ciclo de la plata, este tipo de análisis es también
fundamental para comprender cómo, en los 1850s y 1860s. una nueva ola de
comerciantes, ansiosos de invertir en la minería con capitales chilenos y
noratlánticos, pudieron lograr la victoria parlamentaria de las políticas liberales en
1872. Como hemos argumentado en otro lugar, un argumento reduccionista en base
a costos y beneficios no es suficiente para resolver un problema eminentemente
político. Es claro, además, que había también un núcleo de azogueros quienes
favorecían el modelo de la acumulación interna (para no hablar de los otros sectores
dependientes del antiguo mercado interno). Preveían, correctamente, los efectos
desastrosos de la apertura liberal sobre gran parte de la población del país.
El proceso de marginación progresivo de los indios potosinos del mercado,
resultado de la violencia simbólica y real de los liberales de la segunda mitad del
siglo, ha sido descrito en otro trabajo. La polarización entre ricos y marginados que
resulta de las políticas del neoliberalismo moderno no es nada nuevo en los Andes.
Los cacchas mineros, por otra parte, junto con los migrantes rurales que llegaban
crecientemente desde Cochabamba, tenían a fines del siglo XIX la posibilidad de
entrar a formar parte de la fuerza laboral de las nuevas empresas
internacionalizadas, crecientemente volcadas a la minería del estaño. Además, en
los momentos de expansión del capitalismo minero, el caccheo tiende a llevarse a
cabo desde dentro de las mismas empresas más que en sus márgenes. Por eso,
tanto en Colquechaca Como en la empresa “La Salvadora” de Patino en Uncía,
encontramos nuevamente las denuncias por los empresarios de la inmoralidad de
“sus” trabajadores, quienes se dedicaban por miles de subterfugios a apropiarse de
“su” parte de la producción minera. El modelo del “capcheo regularizado” llegaría
incluso a representar un ideal popular de la organización y la remuneración justa del
trabajo, que subyace en el desarrollo del sindicalismo minero durante el siglo XX.
Pensamos que, en algunos respectos, el desenlace liberal del siglo XIXpuede
compararse útilmente con la transformación político-económica que se produjo con
la introducción de la amalgamación con mercurio por el virrey Toledo en los 1570s.
Antes, la producción de la plata estaba predominantemente en manos de los
indígenas, quienes la beneficiaban en pequeña escala con fundiciones portátiles de
viento (wayra). Carlos Sempat Assadourian ha enfatizado las consecuencias de las
reformas toledanas, que representaban una manera por la que los peninsulares
podían intentar arrebatar de los indios el control de la producción argentífera. Por
otra parte, los indios rápidamente asimilaron las técnicas de la amalgamación
necesarias para mantener su acceso al sector de beneficio artesanal, y en los
siglos XVIII y XIX eran capaces de articular un proyecto alternativo que, a pesar de
su utilidad coyuntural, fue percibido por los azogueros como una amenaza a sus
intereses.
Ahora bien, a fines del siglo XIX la transformación y globalización del sistema
financiero y tecnológico significaba una revancha del débil capital criollo, aliado
ahora con los recursos del sistema financiero internacional, contra las actividades
subversivas del caccheo indígena. Se puede percibir un paralelo con el impacto de
las reformas toledanas sobre la pequeña producción andina a fines del siglo XVI.
Pero, como en los siglos XVI-XVII, su éxito en el siglo XIX no fue ni completo ni
definitivo. Queda por realizarse una comparación entre el colapso minero de fines
del siglo XVII y la situación actual de las cooperativas mineras a fines del siglo XX;
pero ya sabemos que el nombre de “Los Cacchas Libres”, asumido poruna de las
cooperativas de Potosí en la actualidad, es sintomático de una situación recurrente
en la minería potosina.
7.- El sistema monetario paralelo: la moneda fuerte y la moneda feble
Según investigaciones más recientes de Mitre sobre la “existencia de una región
económica de dimensión supranacional durante las primeras décadas del siglo XIX”,
inspiradas especialmente “en los trabajos realizados por Carlos Sempat
Assadourian para la época colonial”, la moneda feble -de más o menos amplia
circulación en Bolivia a partir de 1830- parece haber articulado un comercio
relativamente extenso con el Perú -primordialmente- y la Argentina. Es más, según
Mitre, “hasta 1860, poco más o menos, el comercio “exterior” de Bolivia se realizó,
en su mayor parte, con las áreas tradicionalmente articuladas al hinterland minero,
(...), los distritos del sur peruano, Moquegua, Puno, Cuzco, Tacna y Arequipa y las
localidades del norte argentino, (...), Tucumán, Salta y Jujuy”
La figura adquiere nitidez mediante una definición de lo que significó el
comercio interno y externo para Bolivia. Es decir, un “análisis circunscrito al ámbito
del Estado-nación deforma la comprensión de los fenómenos políticos y
económicos de los primeros cincuenta años de vida republicana”. Así se explicaría
quizá la estimación de Dalence, quien calculó el valor del comercio interno (Bolivia
en sus límites geográficos) como notoriamente superior al de su equivalente
externo.
Si como se dijo, la exportación hacia ultramar consistió principalmente en pesos
fuertes, plata en pastas, etc., y en menor grado oro, lo mismo ocurrió respecto del
Perú, con la diferencia de que hacia ese vecino país fluyeron mayormente los pesos
febles, pero también los fuertes y las monedas de oro. A tal punto había llegado la
proliferación de la feble en el Perú -circulaban allá, a mediados de los años
cincuenta cerca de catorce millones de pesos en esa moneda- ”que el propio
gobierno peruano organiza(ba) su presupuesto y paga a la administración pública
con el mismo signo”. En la Argentina la moneda boliviana fue, “sino la única, la más
difundida en todo el país, exceptuando, tal vez, las provincias del litoral”. Desde
1839 comenzó a circular incluso hasta tan lejos como en Guatemala, donde se
prohibió su admisión en las administraciones de rentas del Estado y en la tesorería
general, pudiendo los “tenedores actuales de ellas (...) introducirlas en la Casa de
Moneda para que sean reacuñadas, arreglandose su peso y ley”. El decreto habla
de dos tipos de monedas peruanas y una boliviana con el busto del Libertador.
Relaciones sociales de producción entre 1855 – 1876 :
Durante los últimos decenios del siglo XIX y principios del siglo XX, debido primero
al relativo auge de la plata y luego al gran desarrollo de la producción estannífera,
Bolivia se incorpora a la economía mundial y así define su fisonomía de país
capitalista atrasado, cuyo rasgo más importante, es precisamente la economía
combinada.
Bolivia vivía en el atraso más vergonzoso, caracterizado por el “gamonalismo”
(propietarios de grandes extensiones de tierras) y “el pongueaje” (servidumbre en
las haciendas) o la total exclusión y explotación a las comunidades indígenas por el
Estado a través de los tributos.
La cuestión social vinculada a la explotación de la mano de obra en el extractivismo
(metalúrgico) y sus actividades complementarias. La descripción del funcionamiento
de la economía cascarillera ilumina, a su vez, la emergencia de un significativo
sector extractor de la planta y productor de quinina, que será la base inicial de apoyo
político y social de Belzu.
En cambio, las relaciones de opresión en el mundo de las haciendas muestran las
disparidades sociales entre los sectores criollos, mestizos e indígenas, así como la
permanencia de formas de explotación coloniales a base de contribuciones forzosas
y pongueaje. De ello emerge la imagen de un desarrollo urbano complementario al
movimiento de las económicas rurales, dependiente de los circuitos que articulan
las haciendas como espacio de una acentuada estratificación social cuya movilidad
depende de la articulación entre las élites regionales, el clero y los artesanos.
Completa el panorama una aproximación a las relaciones de poder articuladas por
las aglomeraciones urbanas y sus tensiones con el mundo rural: las élites paceñas,
cruceñas y cochabambinas ante campesinos y artesanos, además de las presiones
externas ejercidas desde Perú y Argentina, destinos de los adversarios políticos
desterrados o autoexiliados por el belcismo.

7.1.- La propiedad de los medios de producción.

En el nacimiento de la República, luego de 15 años de guerra, la producción social


estaba basada en la explotación agraria y en actividades artesanales en la ciudad;
esto se reflejaba en la extrema pequeñez del mercado interno y en una
desarticulación nacional. El nuevo Estado estaba quebrado, las minas fueron
abandonadas. Y, pese a las bonitas palabras en la constitución redactada por
Bolívar (supresión de la mit’a, los servicios personales y los tributos indígenas), el
nuevo Estado pronto tuvo que recurrir a la explotación del trabajo de los indígenas
para sostenerse. A fines del siglo XVIII, el tributo indígena representaba apenas el
25% de las rentas del Estado. A comienzos de la independencia, como no había
otras fuentes de riqueza, el tributo indígena pasó a ser el 60% de los ingresos del
Estado.

Hacia 1860, cuando el Estado con la recuperación de la minería va teniendo otras


fuentes de ingreso, sobreviene el asalto a las tierras indígenas con leyes diseñadas
desde los intereses oligárquicos. La recuperación de la minería trajo consigo una
serie de consecuencias encadenadas que condujeron al aumento de valor
económico de las tierras.
• Los dueños de minas aparecen con más dinero que quieren invertirlo en
haciendas para satisfacer las necesidades de alimentos en sus minas.
• El avance de la red ferroviaria dio más valor económico a las tierras.
• Muchos ricos urbanos querían tener tierra para especular con ellas.

A partir de ello, surgen desde el Estado una serie de decretos (siempre con bonitos
discursos de “favorecer a los indígenas”, “defender su derecho a ser ciudadanos,
iguales ante la ley”, etc.) pero que en el fondo iban preparando un periodo de
expoliación de las tierras a las comunidades indígenas.

En 1866, el gobierno de Melgarejo dictó una serie de decretos y leyes que


básicamente:

• Desconocía el ordenamiento jurídico agrario que durante 40 años había


establecido el principio de reconocimiento de la propiedad de los indígenas
sobre las tierras que habitan y trabajan.
• Estatizaba las tierras que los indígenas habían heredado de sus antepasados
y ordenaban la venta de ellas en subasta pública.
Es decir, abría las tierras a las fuerzas del libre mercado. A decir de los especialistas,
el decreto del 20 de Marzo de 1866 “fue el preludio de la usurpación legalizada de
los terrenos de la comunidad y de la esclavitud de los indígenas comunarios (…) fue
el gran paso para el mayor dominio de los gamonales en nuestro país, ya que
ofreciendo en pública subasta las tierras de origen, no sólo se formalizaba la
existencia de los latifundios, sino que también se condenaba a los indígenas libres
a un estado de servidumbre perpetua”.

Las tierras más afectadas fueron las del Altiplano paceño y las del entorno del Lago
Titicaca. Los levantamientos en esta zona no se dejaron esperar. Hubo
levantamientos en Taraco, Ancoraimes, Tiquina, Puerto Acosta (Wuaycho). La
represión tampoco tardó en llegar luego de los levantamientos de comunarios contra
hacendados que pretendían apropiarse “legalmente” de sus tierras. Las cifras son
imprecisas, pero se habla de entre 300 y 400 muertos. Pero, por el alto grado de
corrupción y prebenda que practicaba Melgarejo en beneficio de sus familiares y
compadres, el odio contra él no provenía únicamente de los sectores populares
indígenas, sino también de otros sectores oligárquicos. En 1871, el General Agustín
Morales logra derrotar a Melgarejo, tras largas luchas en las que consigue el apoyo
de grandes masas indígenas. Sin embargo, esta movilización de los sectores
indígenas no consiguió los objetivos que ellos buscaban, pues en el fondo, los
intereses que primaban eran de los sectores oligárquicos. Los indígenas sólo fueron
utilizados para los fines de los oligarcas que liderizaban estas revueltas.
Prueba de ello es que 3 años después, en 1874, el gobierno civil de Frías decreta
una ley de contenido similar a los decretos de Melgarejo, llamada “Ley de ex-
vinculación de Comunidades”, pese a una transitoria legislación agraria que
reivindicaba los derechos indígenas sobre sus tierras.

Ley del 28 de Septiembre de 1868: Artículo 1°: “Las tierras poseídas por la raza
indigenal y conocidas con el nombre de comunidades, se declaran propiedad del
Estado”
En el fondo –y en esto se observa su profundo espíritu liberal “modernizador”– esta
ley pretendía convertir al indígena en “ciudadano” según el concepto liberal de
ciudadanía individual, sin tener en cuenta su contexto, su entorno social, cultural e
histórico. Con ello destruía la comunidad y el sentido comunitario de gestión de la
tierra, históricamente arraigado en los Andes. En el fondo, esta ley se orientaba a
favorecer la aparición de nuevas haciendas latifundistas en perjuicio de la propiedad
indigenal comunitaria. Ello se observa, por ejemplo, en la gran contradicción
presente en el artículo 26. En él se declara a todos los indígenas eximidos de los
servicios forzados exigidos por autoridades políticas, militares y eclesiásticas, pero
nada dice sobre las relaciones de producción entre hacendados particulares e
indígenas, con lo cual no prohibió la servidumbre gratuita de los indígenas a los
particulares. Con todo, esta ley no se pudo ponerse en plena vigencia sino hasta los
años 80 en adelante, en el gobierno de Narciso Campero. A partir de entonces y
luego del ascenso al poder de los liberales, el despojo a las comunidades indígenas
por las haciendas feudales va en constante crecimiento. "Considerando que aún en
1847 las comunidades...llegaban a (una población de) 478.000 fuertemente
organizados en más de 11.000 comunidades libres, para 1900 ese número declino
a 250.000 y para el decenio de 1930 sólo habían quedado 502 de esas
comunidades, con menos de 50.000 personas" (Klein, Herbert "Orígenes de la
revolución...".
7.2.- División del trabajo en la Formación social de Bolivia (1855 – 1876)
Oligarquía histórica Una minoría entre las minorías, criolla, heredera del poder
colonial, fue la que asumió la dirección del país desde los primeros años de su
nacimiento hasta ahora.
El resultado de este proceso no podía ser otro que el de un capitalismo en extremo
sometido al imperialismo. Al existir vínculos prácticamente invisibles entre el enclave
minero y el mercado local, la producción capitalista aparece como separada o
aislada del conjunto de la economía, cuando en realidad ésta, es decir la producción
capitalista es el mecanismo de expoliación del conjunto de la economía nacional, al
someter por medio de mecanismos visibles o invisibles al país en su conjunto, hacer
que sus designios sean ley y subordinando todas las otras formas de producción al
régimen capitalista. No se produce en Bolivia, ningún desarrollo de la industria
mediana como en el caso argentino y brasilero, donde las economías agropecuarias
controlaban el ciclo productivo en su totalidad y realizaban una explotación
extensiva del trabajo, es decir, siembra, cosecha y procesamiento del grano, o cría
del ganado, sacrificio del animal e industrialización de la carne. Todo este ciclo,
comienza y termina en el país, empleando fuerza de trabajo extensiva en la
producción, e impulsando el desarrollo del mercado interno.
A este tipo de desarrollo nefasto del modo de producción capitalista, se le conoce
como “capitalismo atrasado”, porque las leyes y relaciones sociales entre las clases
típicas del capitalismo, se incorporan en el país cuando éstas en el ámbito mundial
ya han ingresado a su fase imperialista o monopolista, cerrando el paso al desarrollo
armónico de los países oprimidos. Y, por tanto, el país rezagado cumple un rol
marginal en el mercado mundial, sobre el cual orbita como la tierra alrededor del
sol.
Capitalismo combinado: pongos y mineros. Además de atrasado, nuestro
capitalismo era y es de carácter “combinado”, esto significa que un sector de la
economía del país funcionaba bajo las leyes del capitalismo (la minería), y otros
sectores lo hacen bajo otras lógicas no acumulativas o precapitalistas (las
haciendas, las tribus, etc). Sin embargo todas estas modalidades de relaciones
económicas, se relacionan unas con otras, siendo la forma capitalista, el modo de
producción dominante entre todas ellas, pues es el que determina las políticas
fundamentales del Estado.
7.3.- Superestructura en la Formación Social Boliviana

La infraestructura económica contiene las relaciones de producción, que son


injustas. Para que una clase asuma ser la clase oprimida son necesarios ciertos
medios, a saber: una estructura de poder y un discurso justificativo de la misma.
Son las condiciones materiales de vida y los medios de producción los
que crean esa estructura de poder y su discurso justificativo.
Otra definición de superestructura es: el conjunto de fenómenos jurídicos-políticos
e ideológicos, tales como el derecho, el estado, las religiones, las manifestaciones,
y demás; así como las instituciones que las representan en una sociedad
determinada.

7.4.- Estructura jurídico-política:

El Estado La sociedad capitalista es una sociedad de clases. Estas clases no se


relacionan entre sí de igual a igual, sino que la clase social que ostenta los medios
de producción como ser La Iglesia, La Milicia, El funcionario estatal, Los mineros,
Los terratenientes, sean encomenderos o afincados, Los comerciantes de las
principales ciudades oprimían a los Artesanos en sus diversos gremios, Mitayos,
yanaconas y servidumbre e Indígenas del campo como siervos adscritos a la tierra
y negros sometidos a la esclavitud y a los Pobres de las ciudades y aldeas. Para
mantener esta situación es necesario una institución que gestione el poder y tenga
los medios coercitivos adecuados. Esa institución es el Estado, que se dota de unas
leyes hechas por y para la clase opresora y dominante. El Estado es, pues,
una herramienta de dominación en manos de la clase opresora.

7.5.- Hechos jurídicos en el periodo (1855 - 1876)

Durante este periodo mantuvo el monopolio estatal sobre la minería a pesar del
estancamiento de esta actividad, comenzó una crisis en la producción artesanal y
textil local; se concedió amnistía a favor de los políticos exiliados para que retornen
al país; se decretaron el impuesto a la venta de inmuebles.

En el periodo de Jose Maria Linares se disminuyó el número de efectivos del


Ejército de 12.000 a 6.000 por representar mucho gasto para el Estado; creó
la Ley de Municipalidades y dividió la República en 32 jefaturas políticas;
redujo los gastos públicos disminuyendo su salario y del personal del
Gobierno; en 1859 se publicó el primer mapa de Bolivia dibujado por Lucio
Camacho; creó la Caja Central de Pagos promoviendo la centralización
administrativa.

Su sucesor dispuso el sistema monetario del boliviano de 100 centavos; en


1861 dictó que los diezmos fueran sustituidos por un impuesto territorial; la
falta de recursos económicos le impidieron desarrollar una labor más
fructífera por el país.

En el periodo de Agustin Morales se fundaron escuelas para adultos,


especialmente para los trabajadores; declaró la libertad de enseñanza,
posteriormente dio lugar a la proliferación de colegios y escuelas a cargo de
instituciones religiosas.
7.6.- Estructura ideológica en el periodo Bolivia (1855 - 1876)

¿Por qué tendrían que aceptar las clases sociales más desfavorecidas de la realidad
boliviana una situación a todas luces tan injusta? Porque la clase opresora dispone
de un discurso justificador y legitimador de su opresión con el fin de mantener
el statu quo. Ese discurso es ideológico, es decir, no concuerda de la realidad, sino
que es una visión sesgada a la medida de los intereses de la clase dominante. Este
discurso se expresa en la religión, el arte, la filosofía, la moral y demás formas de la
conciencia. Lo más retorcido de todo es que la clase oprimida, que además es la
mayoritaria, asume —incluso como propio— ese discurso justificativo y esas formas
de conciencia. Esto es posible gracias a la naturaleza de la ideología. Como es una
forma de ver el mundo no nos resulta trasparente y no la identificamos como tal. Es
como decir que no vemos las gafas que utilizamos para mirar las cosas. Si la
ideología ha de funcionar, ha de ser invisible. Es la última malicia: los oprimidos
están ciegos ante la ideología que la clase opresora utiliza para oprimirlos hasta el
punto en el que la asumen como propia.

7.7.- Clases sociales en Bolivia en el periodo (1855 – 1876)

Clase social es una forma de estratificación social en la cual un grupo de individuos


comparten una característica común que los vincula socioeconómicamente, sea por
su función productiva o "social", poder adquisitivo o "económico" o por la posición
dentro de la burocracia en una organización destinada a tales fines. Estos vínculos
pueden generar o ser generados por intereses u objetivos que se consideren
comunes y que refuercen la solidaridad interpersonal. La formación de un sistema
de clases depende del hecho de que sus funciones sociales sean,
independientemente de la existencia de una vinculación orgánica, mutuamente
dependientes a un marco social mayor.

En la época de la república de Bolivia las clases o grupos sociales estaban muy


divididos, lamentablemente no se respetaban los derechos de las clases bajas,
como eran los indios, se los empleaban para realizar tareas en las minas de oro y
plata, cultivar la tierra y criar ganado, tampoco gozaban de derechos pero no eran
esclavos. Los indígenas eran vasallos del rey de España pero no gozaban de los
beneficios de la ley. A estos se les tenía prohibido andar a caballo, se les pagaba
por su trabajo pero sólo unas pocas monedas, se los empleaba para los trabajos
más pesados de la colonia.

Los criollos o españoles americanos, que habían nacido en América, hijos de


españoles no tenían los mismos derechos que los españoles de la península, muy
pocos criollos llegaron a ocupar cargos políticos. Algunos llegaron a ser grandes
comerciantes o profesionales. Vivían en casas amplias o quintas, también había
criollos que vivían en la pobreza y subsistían de sus trabajos o pequeñas industrias
caseras. Algunos se dedicaban a la política, otros al comercio y al monopolio. Eran
de la clase social alta, tenían todos los derechos, podían estudiar libremente y
aprendían latín y francés. Vivían en amplias y cómodas casas.
Las protestas sangrientas de los indígenas, siempre tuvieron como punto de miraje
un anhelo rebelde y reivindicatorio, les dictó un instinto defensivo vigorizado con la
conciencia de su personalidad mediante la religión católica, que abrió, por decirlo
así, un horizonte democrático e igualitario, para el indio y el cholo, quienes vieron
caer a los españoles por esta influencia, de sus altares y de sus columnas como
ídolos rotos, mirándolos inclusive al presenciar los despedazamientos entre ellos,
como a simples mortales, a quienes era posible vencer y matar.

Estas sublevaciones indígenas, dada la índole civilizada de los naturales keschuas


y aymaras, que fueron reprimidas por crueles castigos, no tuvieron la tenacidad
sangrienta y selvática que en otras regiones de América, que interpusieron una
barrera de fuego, contra el asimilismo y la formación de una nueva raza. Al contrario
parece que la guerra acercaba más a los indios con los españoles, sobre todo para
la solución del problema sexual.

Generalmente se dividen en tres clases sociales por los historiadores: primera,


blancos; comprendiendo a los españoles y criollos, llamada gente decente,
aristocracia o nobles o también la clase elevada o dominante; segunda, los mestizos
o clase media; tercera los indios, o clase inferior o plebe. Esta distribución social
basada en el color de la piel aparentemente podría constituir una clasificación
acertada, pero, ofrece el inconveniente de estimar que no hubo blancos pobres y no
dominantes, mestizos ricos, e indios aristocráticos. En la época republica posterior
a la presidencia de Belzu sobrevivieron las clases sociales como blancos
mendicantes, mestizos adinerados e indios que gozaron de títulos nobiliarios y de
riqueza improvisada por su esfuerzo como los azogueros de Potosí. Es, pues,
necesario orientarse hacia direcciones más objetivas y permanentes,

Apartándose de todo lo transitorio y circunstancial, para abrir la entraña de aquella


sociedad boliviana, realizando en primer término una escala funcional de sus
valores que nos servirá para obtener una síntesis y poder trazar la geometría
humana de las gentes que vivieron en el territorio de la Audiencia de Charcas,
actuando como miembros integrantes de un organismo sometido a la división del
trabajo o al reparto del ocio. La pirámide social del Bolivia, enfocado en su visión,
en orden o de acuerdo a sus profesiones, estuvo integrada en la siguiente forma: 1º
Autoridades de la república de Bolivia. 2º La Iglesia. 3º La Milicia. 4º El
funcionarismo burocrático. 5º Los mineros. 6º Los terratenientes, sean
encomenderos o afincados. 7º Los comerciantes. 8º Los pulperos, tenderos, y
gateras. 9º Artesanía en sus diversos gremios. 10º Mitayos, yanaconas y
servidumbre. 11º Indígenas del campo como siervos adscritos a la tierra y negros
sometidos a la esclavitud y 12º Pobres de las ciudades y aldeas.

Sirviéndonos de esta misma clasificación funcional podríamos aplicar la de tipo


socialista, hecha por Esteban Echeverría, el patriota y pensador argentino, que
divide a las clases americanas en tres: 1ª la formada por los clérigos, togados y
militares. 2ª los enriquecidos por el monopolio o por el capricho de la fortuna. 3ª los
villanos o mestizos. Las clases indígenas y los negros, están eliminados de esta
clasificación por su condición extra social.
7.8.- Psicología social de Bolivia (1855 – 1876)

En primer término, frente a la sociedad boliviana del siglo XVIII, el observador se


encuentra ante un grupo humano sin ideal. Se trata de un pueblo sin la apetencia
de deseos políticos y económicos, puestos en el infinito, fuese como un sueño o
como una utopía. Estos sueños aparecerán en el invierno del siglo XVIII y
pronunciándose en la primavera del XIX. Acaso el único ideal era Dios, que cual el
maná bíblico tomaba todos los sabores, según quien lo gustaba. El imperio hispano,
inspirado en la causa de Dios, vivió nutrido de la médula de un nacionalismo
religioso, que era el sentido ecuménico de su catolicidad. Es en nombre de esta idea
inspiradora que cubría con su bandera los intereses económicos del estado. España
se atribuía una función civilizadora y misional en el nuevo mundo. De lo que se
trataba era de trasmutar los valores humanos de las tierras de América en valores
españoles, que vivieran una mentalidad cristiana, tocada por el renacimiento y que
llevaba todavía suspenso el latido del medioevo extraído del fondo de la aldea
hispana. España transportó a las Indias sus métodos de vida, el ritmo de su proceso
existencial, su cultura, su religión, su moral, su derecho, su arte. Pero, la obra nueva,
la obra creadora del coloniaje, la psicología y el ambiente social no fueron obra ni
de las autoridades, ni de las misiones, ni del estado, sino aquélla que se realizó a
despecho del estado, contra la religión y contra esa moral. La muestra más patente,
más vigorosa y más definitiva de este proceso es el nacimiento de la nueva raza del
cholo y de la mestización general en las diversas formas vitales de la cultura. El
criollo y el mestizo debían elaborar su ideal político, económico y cultural,
extrayéndolo del fondo hispano y del fondo vernáculo del indio.

8.- Exportaciones e importaciones de Bolivia (1851 – 1877):

8.1.- La minería de la plata

La decadencia de la producción minera colonial arrastró consigo una seria crisis


económica que heredó la naciente república. Si Bolivia le había debido su razón de
ser, como unidad política, a la minería durante la Audiencia de Charcas, su
nacimiento como país no pudo apoyarse en la minería, cuya caída fue sostenida
hasta fines de la década de los sesenta en el pasado siglo.

La realidad de la minería era dramática. Por un lado el declive de productividad, por


el otro la inestabilidad e incertidumbre de la guerra de la independencia rompieron
toda opción de una producción regular por falta de mano de obra estable y acopio
de insumos, agravados por la vandálica presencia de los ejércitos “auxiliares”
argentinos. Al comenzar la República miles de minas e ingenios estaban
abandonados; muchas minas inundadas mostraban un panorama desolador.
Adicionalmente, el retraso tecnológico era lamentable, sobre todo en un país de
tradición minera que había vanguardizado la técnica (véase El arte de los metales
del padre Alonso Barba escrito en el siglo XV I) y que mantenía en pleno siglo XIX
procedimientos coloniales. A todo esto se sumaba la falta de capital por el
aislamiento geográfico del país, el monopolio de comercialización de pastas de plata
por el estado y la moneda feble, producto de una política económica proteccionista.

El despegue de la minería de la plata en el XIX tiene que ver con los esfuerzos
notables de pioneros, como José Avelino Aramayo, Aniceto Arce y Gregorio
Pacheco. 1856 fue el año mágico de la plata al consolidarse en esa fecha tres
empresas claves, la sociedad del Real Socavón de Aramayo, la Compañía
Guadalupe (Oploca) de Pacheco y la más importante de las tres, la Compañía
Huanchaca de Bolivia de Arce (Huanchaca llegó a tener en 1877, 1.567 obreros y
más de 10.000 indios para el transporte y trabajos complementarios). Con altos
niveles de ley de mineral, la explotación de estas tres grandes minas cubrió una
parte mayoritaria de la producción total de plata del país. Si en la década de 1850 a
1859 logró producir 201.000 marcos de plata, en la década del noventa rozó
1.700.000 marcos, un crecimiento de ocho veces. El estado boliviano recibía un
pago de 0,80 cts. de peso por marco de plata exportado, lo que representaba para
el erario entre 180.000 y 300.000 pesos por año según la producción, sustituyendo
los ingresos del tributo indígena.

La inflexión para que esto fuera posible se dio en 1872 en el gobierno de Morales.
El 8 de octubre de ese año se tomó la determinación de suspender el monopolio
estatal de compra de pastas y minerales de plata. Esta medida fue complementada
en 18 73 al eliminarse el pago de minerales con moneda feble, lo que en la práctica
la hizo desaparecer de circulación. El uso de moneda feble tenía una lógica
económica. Se trataba de una moneda con menor valor metálico que el nominal, al
fabricarse con una aleación de plata y cobre. Al comprar el mineral de plata con esa
moneda, en los hechos se le pagaba al vendedor menos de lo que la plata realmente
valía, ese ahorro fomentó el comercio interno y financió gastos del estado La política
de libre cambio eliminó ambas restricciones y abrió Bolivia al mercado internacional.

La consecuencia inmediata fue la llegada de capital chileno y europeo, nacimiento


de la banca, incremento del intercambio comercial, creación de empresas
importadoras que trajeron una gran cantidad de productos importados (lo que, como
ya dijimos, debilitó seriamente la industria y la artesanía nacionales). Esta nueva
realidad permitió una rápida modernización de la minería, con nueva tecnología,
mecanización y electrificación, culminando en el tratamiento básico del mineral en
ingenios que a fines de siglo incluían la lixiviación. Cuando el impuesto sobre
mineral refinado subió en Bolivia, Huanchaca trasladó sus plantas de refinación a
Antofagasta. Por su parte el ferrocarril abarató fletes de transporte. Paradójicamente
sin embargo, el ferrocarril que unía Uncía con Pulacayo y Huanchaca (45
kilómetros) inaugurado en 1890, sólo benefició a Arce hasta 1893-94, años del
comienzo de la severa y definitiva declinación de la plata. La transnacionalización
de las empresas condujo incluso al cambio de sede legal (Huanchaca trasladó su
sede a Valparaíso en 1878, con un 78 % de capital boliviano y 22 % de capital
chileno o radicado en Chile).

El auge de la plata cubrió cuatro décadas de la historia republicana del país y su


declive tuvo que ver con el cambio de patrón monetario y el auge de la
industrialización que colocó al estaño en la mira de los países poderosos,
generando una rápida sustitución no sólo de producción, sino de poder.

8.2.- Economía:

A su llegada al poder y habiendo constatado que las arcas estaban vacías, Santa
Cruz estableció primero una política proteccionista en el comercio y paulatinamente,
a medida que la economía se estabilizó, una postura más proclive al librecambismo.
Para mejorar la mala situación de la minería, muy venida a menos, ideó un nuevo
sistema de trabajo: en lugar de asistencia obligatoria se estableció la asistencia
voluntaria de los obreros mineros. Para 1831 ya había 300 trabajadores en el cerro
de Potosí. También introdujo la minería del cobre abandonada desde los días
virreinales; se establecieron minas que explotaban este mineral en el Litoral y que
funcionaron por lo menos hasta 1835.

La preocupación del gobernante en relación con la riqueza del país se expresó


también en la explotación del oro. Para el rescate del oro se destinaron 100,000
pesos, con los que se compraría durante dos años toda la explotación del metal
áureo en el departamento de La Paz. A partir del año 1831, se acuñó piezas de oro
cuyo peso era de 542 gramos con 22 quilates.

Así, en el ramo de las importaciones, se prohibió la llegada de tocuyos


madapolanes, pouverlon (telas de algodón con percal) y otras telas que pudieran
hacerle sombra a los tocuyos de industria boliviana. Los tejidos de seda, lino, la
mercería, cristales, loza, alhajas y piedras preciosas se gravaron con el 5% “ad
valorem”, las telas de algodón 7% y luego 20%. Los licores desde el 10% hasta el
30%.

Para la producción local se gravó los vinos en 4% y el aguardiente en 6%. La coca


se cargó con el 4% de alcabala y para fines de extracción se cobraba 4 reales por
cesto. El azúcar de Santa Cruz para comercio interno se cargó con el 3%, siendo
su valor de 20 reales la arroba.

A fin de dar trabajo y elevar la calidad del puerto único que tenía el país en Cobija,
se prescribió una tarifa aduanera mínima de 5% a artículos de lujo como alhajas,
seda, lino y otros artículos, como la cristalería. Era libre la internación de ganado
por ese puerto El tocuyo pagaba 10%.

A Santa Cruz le corresponde el haber abierto el primer banco del país: “Banco de
Circulación”, residenciado en Potosí. Su capital era de 50.000 acciones a 200 pesos
cada una. Otro “Banco de refacciones” para ayudar a los mineros para sus trabajos.
Sólo duró cinco años. Asimismo se hizo una “Caja de Montepios” para el aporte de
cuotas de los empicados públicos.

En el agro se declaró propietarios a los caciques e indígenas que demostraran tener


posesión de por lo menos 10 años. El viejo problema heredado de la etapa virreinal
de las “capellanías” y “mayorazgos” se solucionó al repartir la tierra entre el
poseedor y su sucesor inmediato.

Acorde con el juicio de los economistas, bajo el ministerio del Sr. Lara, se hizo una
política muy clara que se continuó en el ministerio del Dr. Dalence. Lo único
criticable que llevó a cuestas el país en las gestiones posteriores hasta que se
suprimió, fue la moneda “feble”.

8.3.- La iglesia católica y el liberalismo

Los conservadores eran católicos por tradición. Quizás el más importante de ellos
fue Mariano Baptista que dio muestras muy claras de su catolicismo, antes y
durante su presidencia. No se puede olvidar tampoco la egregia figura de Juan de
Dios Bosque (1829-1890). La confrontación estado iglesia se presentó cuando
subió al poder el liberalismo. Muchos eclesiásticos del país, tanto regulares como
seculares confundieron liberalismo con socialismo y otro tanto sucedió con el propio
concepto de democracia, que a muchos religiosos les sonaba a anarquía.

Un tercer factor fue la masonería, que si bien había existido en forma privada desde
los albores de la independencia, se convirtió en un importante factor de poder hacia
el último tercio del siglo XIX, a través de la actividad de las logias en las ciudades
principales del país. Esto marcó una línea de división con la iglesia, sobre todo en
sus cuadros militantes. La actitud belicosa entre ambas partes se inició en 1899,
cuando el liberalismo subió al poder y planteó medidas que a la iglesia le parecían
inaceptables, como la educación laica, la escuela normal de maestros, donde se
proscribió la educación religiosa, la llegada de la misión belga, totalmente exenta de
elementos de fe religiosa; la laicización de los cementerios; el matrimonio civil; el
sentido de libertad de conciencia y de culto; la situación de los eclesiásticos antes
respetados por su fuero y su pase al estado como ciudadanos ordinarios, creó una
especie de catástrofe a nivel clerical. Por eso la jerarquía eclesiástica luchó sin
cuartel contra el "Laicismo" y esta posición adoptó criterios de un radicalismo
militante de la “Obra de Dios” frente a la del “diablo" autor de la "modernidad" a la
que había que resistir. La polémica pasó al periodismo y aparecieron diarios
católicos, que se pueden calcular en cerca de veinte, en distintos sitios del país,
tanto en las capitales como en provincias (1860-1920). De entre ellos sobresale "El
Cruzado ' (1867-1873) que estuvo a cargo de los recoletos Murga y Esquiú. Con
alguno que otro sentido maniqueo, sostuvieron a la grey cristiana militante de la
época. Papel semejante jugó Martín Castro, sacerdote polemista e iluminado que
tuvo dificultades con el arzobispo Puch que lo suspendió "A divinis". En 1895
publicó La Civilización del Indio.

Paralelamente funcionó con muy buen resultado la acción misional de grupo


"Propaganda Fide" en el sur del país, íntegramente dedicado a las misiones en los
departamentos de Tarija, Sucre y Santa Cruz. Las antiguas misiones de Mojos y
Chiquitos fueron dirigidas por clero secular en fines del siglo XVIII y parte del XIX,
pero fue paulatinamente suplida por los franciscanos y recoletos, que lograron una
estructuración muy valiosa en las zonas ya mencionadas del sur y el oriente.
8.4.- La guerra federal y la sublevación indígena

La guerra federal, coincidente con el paso entre dos siglos, representó un cambio
radical del eje de poder político, social y económico, aunque no determinó un
cambio en la estructura de quienes lo detentaban. Coincidió también con uno de los
momentos más difíciles de la relación entre la élite urbana y las masas indias.

Varios factores explican la confrontación que en los hechos fue una guerra civil. Al
fuerte desgaste de los gobiernos conservadores tras casi 20 años de administración
se sumó la popularidad creciente de los liberales, que estaban cansados de esperar
un tránsito pacífico en el mando de la nación y que habían sufrido más de una vez
la manipulación de los resultados electorales a manos de los conservadores. La
realidad socioeconómica de Bolivia mostraba un dislocamiento de los centros de
decisión. La Paz fue durante todo el siglo XIX la primera ciudad de Bolivia y
frecuentemente sede de los gobiernos nacionales (comenzando por el Mariscal
Andrés de Santa Cruz). Su dinámica como ciudad se vería muy pronto respaldada
por el nacimiento de la economía del estaño que desplazó el eje Potosí - Sucre al
eje Oruro - La Paz. La caída de la plata trajo consigo el debilitamiento de la influencia
de los viejos caudillos conservadores Arce, Pacheco y sus colaboradores más
allegados.

A este contexto debe sumarse la presión por el establecimiento de un país federal


que tuvo algunos antecedentes destacados, como las ideas de Lucas Mendoza de
la Tapia en Cochabamba a mediados de siglo, el movimiento de los igualitarios de
Ibáñez en Santa Cruz (1874-1876) y las varias propuestas de llevar el gobierno a
La Paz realizadas por los paceños en el período conservador. La realidad sin
embargo era otra, el federalismo fue una bandera coyuntural mediante la cual se
inflamó el sentimiento regionalista del poderoso departamento de La Paz para
justificar la rebelión, aunque no es menos cierto que algunos de sus propugnadores
creían genuinamente que el federalismo era la mejor solución para Bolivia.

8.5.- El problema agrario:

La caracterización de Bolivia como una nación mayoritariamente indígena (52 % de


la población según el censo de 1846), predominantemente rural (cerca del 90 %),
con una población originaria de fuerte raíz cultural quechua-aimara (la falta de
educación en el campo permitió la pervivencia vigorosa de las dos lenguas) y una
estructuración social y productiva propias, permite entender la importancia clave de
la cuestión agraria.

A lo largo del siglo XIX vivieron en tensión dos concepciones en relación al tema,
quienes respetaron el ordenamiento colonial que reconocía la existencia de las
comunidades como un sistema mayoritario y legítimo de tenencia de la tierra y
quienes al amparo de las ideas liberales buscaron la desestructuración de la
comunidad en favor de la hacienda latifundista a título de modernidad.
En 1860 con el auge de la plata. Hasta 1860 la recaudación por tributo indigenal
cubría aproximadamente el 30 % de los ingresos fiscales de Bolivia.

El primer paso hacia el nuevo orden agrario se dio en el gobierno de Melgarejo. Las
ideas de José Vicente Dorado, publicadas en 1864, planteaban sin eufemismos la
necesidad de arrebatarles la tierra a los indígenas sobre la premisa de que costos,
indolentes, ignorantes y carentes de conocimientos técnicos, mantendrían el
estancamiento de la agricultura; en cambio los blancos progresistas mecanizarían
el campo y lo harían más productivo. El indio, según Dorado, pasaría de propietario
pobre a colono rico y acomodado. La cruel ironía de estas ideas que buscaban la
feudalización, salta a la vista.

El 20 de Marzo de 1866 Mariano Melgarejo decretó la obligatoriedad para los


indígenas de recabar sus títulos de propiedad pagando para ello entre 25 y 100
bolivianos según el caso. Les dio un plazo de 60 días, superado el cual las tierras
entraron en pública subasta. Muy pronto comenzó el remate y la compra de tierras
por parte de viejos y nuevos hacendados. Esta expoliación se reforzó en 1868 con
la declaratoria de propiedad estatal de todas las tierras de comunidad. En 1860 el
65 % de las tierras eran de comunidad y más de 480.000 indios eran propietarios,
mientras que sólo 80.000 eran colonos de hacienda. Esta realidad se revirtió
progresivamente a lo largo del medio siglo siguiente en virtud de esta y otras
medidas de los sucesivos gobiernos.

Las disposiciones melgarejistas (1866-1868) devinieron en fuertes levantamientos


indígenas propiciados por el opositor Casimiro Corral. Es el caso del levantamiento
de Huaicho (hoy Puerto Acosta) (1869-1870) en la frontera con el Perú y el de
Ancoraime; (1870), ambos conducidos por el líder indio Luciano Villca, que tuvieron
respuesta en acciones represivas del ejército con un saldo de varios comunarios
muertos.

El gobierno de Morales, por iniciativa de su ministro Corral, aprobó la ley de 31 de


Julio de 1871 que desconoce las medidas de Melgarejo y establece la devolución
de todas las tierras de comunidad, a pesar de los reclamos de los hacendados que
habían comprado y ex accionado las tierras en el período anterior. Ese proceso
comenzó a realizarse poro quedó interrumpido con las leyes posteriores. La tensión
subsistiría en los gobiernos siguientes, mostrando dos visiones opuestas sobre el
problema agrario. En la línea de preservación del derecho indígena se inscriben los
gobiernos de Morales, relativamente Adolfo Ballivián y Daza. En la del
propiciamiento del latifundio, Melgarejo, Frías y todos los gobiernos conservadores
y liberales sin excepción.

La ley de 5 de octubre de 1874 promulgada por Tomás Frías se conoce como de ex


vinculación. La base de esta disposición fue el concepto de propiedad individual. La
ley reconocía la propiedad soberana y personal de los indios sobre su tierra, pero
rompía la comunidad, por eso se impuso el término ex-vinculación, porque
fracturaba la base de una relación secular del indio con la tierra, que pasaba por la
sayaña (parcela de tierra individual) dentro del ayllu (conjunto de tierras de varios
comunarios no necesariamente colindantes entre sí) en una unidad como propiedad
comunitaria indivisible. La ley respondía a una visión ideológica y modernizadora
que no entendió esta realidad histórica y cultural, en parte porque la suponía
retardataria y en parte por los obvios intereses de expansión de los latifundistas.

8.6.- Comercio exterior y desarrollo en Bolivia

La frase de Dalence que reproducimos en el primer encabezado constituye, a


nuestro parecer, un gran acierto de temprana observación comparativa, hecha en
épocas en que los mencionados y otros países europeos, como también los
Estados Unidos, se encaminaban ya con firmeza en las sendas de la
industrialización. Los diferentes países de Europa Occidental, el País del Norte,
así como el Japón, estuvieron lejos de aplicar políticas de libre comercio (¡más
concretamente de libre importación!) antes, durante e incluso después de su
amargo y largo proceso hacia una sociedad industrializada. Esto es de
trascendental importancia desde la perspectiva del desarrollo económico: los
Países del Centro se industrializaron (crecieron) en el marco de una secular
política comercial proteccionista, o, más precisamente, (neo) mercantilista. Visto
de esta manera, Dalence fue, a nuestro juicio, un certero visionario y entendedor
de por lo menos esa parte de lógica de un desarrollo económico viable: la lógica
del comercio internacional. Uno de los sobresalientes entendidos contemporáneos
en historia económica universal formuló el problema, ciento treinta y nueve años
más tarde, de la siguiente manera. La historia del éxito del mundo desarrollado es
ciertamente importante per se. Pero aunque la historia rara vez se repita, el
pasado es a menudo, muy a menudo, invocado para justificar políticas actuales, y
esto no sólo en los países desarrollados, sino también en el marco de las
estrategias para el desarrollo económico del Tercer Mundo. Elemento clave en
esas estrategias son las políticas comerciales por adoptar; generalmente existe
una apreciación totalmente equivocada de las políticas perseguidas y de sus
efectos sobre la historia económica del Primer Mundo, y a su vez una aplicación
incorrecta de esta apreciación a la situación del Tercero.

8.7.- La estructura del comercio exterior

Luego se describen las importaciones francesas, suizas y alemanas en conjunto y


nuevamente sobresalen en ellas los textiles
Once años más tarde, el vicecónsul Joel informaba al Foreign Office acerca del
comercio de importación por Cobija de la siguiente manera Queda claro, que la
internación masiva de textiles es un hecho importante durante todo el período de
estudio. Sin embargo, una investigación exhaustiva del tema queda pendiente (no
sólo para el caso de los textiles), tanto a nivel boliviano como latinoamericano:

Al parecer, el argumento sobre los “prohibitivos” costos de transporte tendría


entonces que ser revisado seriamente frente a estas evidencias. Que el tortuoso
acceso vial a los mercados del interior de varios países latinoamericanos habría
significado un determinado grado de proteccionismo (una barrera natural), es
consenso en la historiografía actual pero para el caso boliviano surge la pregunta:
¿Por qué entonces no cesó la importación masiva (legal/ilegal) de textiles?;
estrategia que, ante semejante adversidad, obviamente se las ingenió para
sobrevivir a pesar de ellos. Y probablemente no sólo para el caso boliviano, donde
oscilaron entre un 15 a 20 % del precio CIF-Cobija entre 1832 y 1845 para las
rutas hacia Chuquisaca y a Potosí, sino para todos los casos similares en
Latinoamérica. Porque carece de todo sentido que las mercaderías europeas
conquistaran en forma más fácil los reconocidamente “aislados” mercados
bolivianos antes que aquellos del interior mexicano, colombiano, etc.
Probablemente el abaratamiento de los costos de los artículos europeos gracias a
la producción industrial masiva sea una de varias pautas explicativas Obviamente
no equivale lo mismo para las exportaciones bolivianas, aunque modestas: contra
ellas sí atentaron esos costos prohibitivos por la baja productividad local. Esta
figura se repite hasta hoy en día en Bolivia. Una historia de los precios en el
siglo XIX se hace cada vez más imperante, no sólo desde esta perspectiva.

9.- Conceptos claves:


REPÚBLICA:
Del latín res publica (“cosa pública”), la república es una forma de organización del
Estado. En la república, la máxima autoridad cumple funciones por un tiempo
determinado y es elegida por los ciudadanos, ya sea de manera directa o a través
del Parlamento (cuyos integrantes también son elegidos por la población).

COLONIALISMO
1.Sistema político y económico por el cual un estado extranjero domina y explota
una colonia. "el integrismo islámico es una consecuencia, una secuela, del
colonialismo"2.Ideología que defiende este tipo de sistema.

MERCANTILISMO
1.Sistema económico en el cual los metales preciosos constituyen la riqueza
esencial de los Estados. 2. Espíritu mercantil o interés excesivo en conseguir
ganancias en cosas que no deberían ser objeto de comercio.

PROTECCIONISMO
El proteccionismo es el desarrollo de una política económica para proteger los
productos propios del país, imponiendo limitaciones a la entrada de productos
extranjeros, similares o iguales mediante la imposición de aranceles e impuestos a
la importación, encareciendo así dicho producto de modo que no sea rentable.

IMPERIALISMO
Imperialismo es una relación entre países —generalmente en forma de
un imperio—que se basa en ideas de superioridad y aplicando prácticas de
dominación, que implican la extensión de la autoridad y el control de
un Estado o pueblo sobre otro. También puede ser una doctrina política que
justifica la dominación de un pueblo o Estado sobre otros; habitualmente mediante
distintos tipos de colonización(de poblamiento, de explotación económica, de
presencia militar estratégica) o por la subordinación cultural (aculturación).

PONGUEAJE
El pongueaje es modesta contribución al esclarecimiento y solución, de uno de los
problemas que hacen de Bolivia una nación feudal, en su estructura social
(económica - política). Contiene: Demografía; Estampa de los Indios; La mercancia
India; Los indios de Toledo; Mitas Encomiendas y Reparticiones; Postas y
Postillones; El Pongo; Huatarunas, Cachas y otros siervos; Yanapacus, Migunas y
otras expoliaciones; etc.

MODO DE PRODUCCIÓN
Conjunto articulado de relaciones sociales de producción. Los diversos modos de
producción permiten periodizar la historia humana.
MATERIALISMO
El materialismo afirma que el fundamento último del Universo es “la Materia”. El
“materialismo” marxiano está centrado en la historia, la sociedad y los sujetos. La
“materia” de la que habla el marxismo es una materia... estrictamente social y
construida históricamente: las relaciones sociales de producción.
LUCHA DE CLASES
Es un conflicto histórico entre grandes conjuntos de personas: las clases sociales.

IDEOLOGÍA
En el marxismo “ideología” tiene dos significados distintos: [1] concepción del
mundo que implica una determinada perspectiva de vida ligada a los intereses de
las clases sociales, una escala de valores, junto con normas de conducta práctica.
[2] Falsa conciencia, obstáculo para el conocimiento de la verdad, error sistemático,
inversión de la realidad por compromisos con el poder establecido.

HISTORIA
Proceso contingente y abierto, resultado de la praxis humana.

FUERZA DE TRABAJO
Es el término con que Marx designa a la capacidad humana de trabajar (para
diferenciarla del “trabajo” a secas). E

FUERZAS PRODUCTIVAS
Dimensión de la historia conformada por los instrumentos tecnológicos del trabajo,
las destrezas laborales y, lo principal, el sujeto social que ejerce el trabajo sobre la
naturaleza y la sociedad.
RELACIONES SOCIALES DE PRODUCCIÓN
Vínculos sociales que se establecen entre los seres humanos para producir y
reproducir su vida material y cultural. Los diversos tipos de relaciones de producción
permiten diferenciar una época histórica de otra.

ESTADO
Para el marxismo es la cristalización institucional de determinadas relaciones
sociales de fuerza: por eso defiende a unos contra otros y tiene un contenido de
clase.

CAPITALISMO
Sistema social de explotación y dominación. Tiene alcance mundial. Está en
permanente expansión. Vive conquistando territorios sociales y geográficos.
Recorre diversas fases históricas.

CLASES SOCIALES
Grandes conjuntos de seres humanos que comparten un mismo modo de vida y una
misma condición de existencia.

REVOLUCIÓN SOCIALISTA
Se propone crear una sociedad futura de hombres y mujeres nuevos, liberados de
la explotación económica.
DOMINACIÓN
Proceso de sujeción y subordinación de una clase social sobre otra que se ejerce
colectivamente y también en el terreno de la subjetividad

Transición
Paso o cambio de un estado, modo de ser, etc., a otro.
Sociedad Primitiva
Es un término antropológico desfasado (de la antropología clásica más que de la
posterior antropología cultural), que se aplicaba para designar a la cultura, que
careciera de los principales signos de desarrollo económico, social e institucional
en el sentido identificado como "modernidad".
Medios De Producción

Es un recurso económico que posibilita a los productores la realización de


algún trabajo, generalmente para la producción de un artículo. El término
abarca recursos naturales, redes
de transporte y energía, fábricas, máquinas y herramientas.
División Social

Es una teoría basada en la especialización y cooperación de las fuerzas


laborales en diferentes tareas y roles, con el objetivo de mejorar la eficiencia.
Aunque es consustancial a toda actividad humana desde la prehistoria, se
intensificó con la revolución neolítica que originó las sociedades agrarias y aceleró
de modo extraordinario su contribución al cambio tecnológico y social con el
desarrollo del capitalismo y la revolución industrial.
Esclavitud

Es el estado de esclavo (la persona que está bajo dominio de otro sujeto y que,
por lo tanto, carece de libertad). El concepto permite referirse a una institución
jurídica que define la situación personal de los esclavos. El cine se ha inspirado en
muchas ocasiones en la esclavitud.
Esclavo

Como institución jurídica, es una situación por la cual una persona (el esclavo) es
propiedad de otra (el amo); es una forma particular de relaciones de producción,
característica de un determinado nivel de desarrollo de las fuerzas productivas en
la evolución de la economía.
Modo de producción

Conjunto articulado de relaciones sociales de producción. Los diversos modos de


producción permiten periodizar la historia humana.

Materialismo

El materialismo afirma que el fundamento último del Universo es “la Materia”. El


“materialismo” marxiano está centrado en la historia, la sociedad y los sujetos. La
“materia” de la que habla el marxismo es una materia... estrictamente social y
construida históricamente: las relaciones sociales de producción.
Lucha de clases
Es un conflicto histórico entre grandes conjuntos de personas: las clases sociales.

Ideología

En el marxismo “ideología” tiene dos significados distintos: [1] concepción del


mundo que implica una determinada perspectiva de vida ligada a los intereses de
las clases sociales, una escala de valores, junto con normas de conducta práctica.
[2] Falsa conciencia, obstáculo para el conocimiento de la verdad, error sistemático,
inversión de la realidad por compromisos con el poder establecido.

Historia

Proceso contingente y abierto, resultado de la praxis humana.

Fuerza de trabajo

Es el término con que Marx designa a la capacidad humana de trabajar (para


diferenciarla del “trabajo” a secas).

Fuerzas productivas

Dimensión de la historia conformada por los instrumentos tecnológicos del trabajo,


las destrezas laborales y, lo principal, el sujeto social que ejerce el trabajo sobre la
naturaleza y la sociedad.

Relaciones sociales de producción

Vínculos sociales que se establecen entre los seres humanos para producir y
reproducir su vida material y cultural. Los diversos tipos de relaciones de producción
permiten diferenciar una época histórica de otra.

Filosofía

Disciplina milenaria que se caracteriza por formular preguntas críticas y radicales


acerca del sentido de la vida, el ser humano, la sociedad, la historia y el papel del
sujeto en ella.

Estado

Para el marxismo es la cristalización institucional de determinadas relaciones


sociales de fuerza: por eso defiende a unos contra otros y tiene un contenido de
clase.

Determinismo

Corriente de pensamiento que asigna a las regularidades de la sociedad un carácter


ineluctable, necesario y apodíctico.
Capitalismo

Sistema social de explotación y dominación. Tiene alcance mundial. Está en


permanente expansión. Vive conquistando territorios sociales y geográficos.
Recorre diversas fases históricas.

Clases sociales

Grandes conjuntos de seres humanos que comparten un mismo modo de vida y una
misma condición de existencia.

Revolución socialista
Se propone crear una sociedad futura de hombres y mujeres nuevos, liberados de
la explotación económica.

10.- Bibliografía:
https://www.researchgate.net/publication/50325861_Historia_general_de_Bolivia
http://www.cedib.org/wp-content/uploads/2007/11/modulo-6-com.pdf
http://www.scielo.org.co/pdf/hiso/n28/n28a13.pdf
http://books.openedition.org/ifea/7432?lang=es
Colección Oficial de Leyes, Decretos, Ordenes, Resoluciones &c. que se han
expedido para el Régimen de la República Boliviana. Vols. 1-32 (1825/26-1872).
Paz de Ayacucho/La Paz y Sucre, 1834-1873. (Título varía). La abreviación
utilizada es BO.
https://www.ine.gob.bo/index.php/principales-indicadores/item/236-historia-de-
bolivia-epoca-republicana
https://www.educa.com.bo/la-republica
http://www.boliviamundo.net/periodo-colonial-y-republicano/
http://www.monografias.com/trabajos15/hist-bolivia/hist-
bolivia.shtml#ixzz5DSVemUTV
http://www.andesacd.org/wp-content/uploads/2012/01/Vida-Social-en-el-
Coloniaje.pdf
https://developtheory.wordpress.com/category/historia-de-los-ferrocarriles-en-
bolivia/
http://books.openedition.org/ifea/7436?lang=es

You might also like