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EXAMEN AMPARO 1

QUE ES UNA CONSTITUCION?

Una constitución es un acuerdo de reglas de convivencia, es decir, una forma de pacto político y social. Se llama así
porque integra, establece, organiza, constituye las normas que rigen a la sociedad de un país.

DERECHO FUNDAMENTAL

Con lo anteriormente manifestado, se considera que para que exista un derecho fundamental, con anterioridad
debe existir un derecho humano, por ende, un derecho fundamental es una garantía que brinda la nación a todo
individuo que está dentro de su límite territorial, que se ve regido por una carta magna, y que dota de facultades
que deben gozar plenamente todo individuo dentro de un territorio nacional, considero que aquí es donde se dice
que se encuentra la gran diferencia entre un derecho humano y un derecho fundamental, que se ven reflejadas en
un conjunto de prerrogativas.

Los derechos fundamentales se ven reflejados y plasmados dentro de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, en la cual se establecen las garantías con las que goza el gobernado dentro del territorio nacional, es
por esto que se argumenta que los derechos humanos los dará el propio ordenamiento constitucional mexicano,
que, a diferencia de los derechos humanos, se establecen por un ordenamiento global.

Según Miguel Carbonell, “los Derechos Fundamentales son Derechos Humanos constitucionalizados”. Coincido
plenamente con lo establecido por Carbonell, ya que con antelación a un derecho fundamental debe de existir
previamente un derecho humano que se ve normado por un texto constitucional, y será aplicado en un territorio
nacional.Luigi Ferrajoli, sostiene que los derechos fundamentales son “todos aquellos derechos subjetivos que
corresponden universalmente a ‘todos’ los seres humanos en cuanto dotados del status de personas, de
ciudadanos o de personas con capacidad de obrar”.

Es así que considero que un derecho fundamental es aquel privilegio plasmado en un ordenamiento jurídico
vigente (Constitución) que le permite al individuo disfrutar de un derecho frente al Estado, por lo tanto, los
derechos fundamentales son aquellos derechos inherentes a la persona, mismos que deben ser respetados y
reconocidos por el Estado.

QUE ES LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL?

La justicia constitucional en México busca garantizar el ejercicio pleno de los derechos humanos mediante
instituciones jurisdiccionales independientes y a través de criterios que otorguen certeza y predictibilidad jurídica a
la ciudadanía.

Los tribunales mexicanos constantemente emiten criterios que contribuyen a fortalecer el estado de derecho y
garantizar la seguridad jurídica. Sin embargo, los avances en este proceso se ven condicionados por la cambiante
realidad del país. Estas transformaciones obligan al poder judicial a actualizar los principios que rigen el orden
normativo para hacerlo efectivo.

LA DEFENSA CONSTITUCIONAL

el profesor Héctor Fix-Zamudio define a la “defensa de la Constitución” como aquella que está integrada por los
instrumentos jurídicos y procesales establecidos para conservar la normativa constitucional, así como para
prevenir su violación, reprimir su desconocimiento y lograr el desarrollo de las disposiciones constitucionales en un
sentido formal y real o material. O, en términos de Karl Loewenstein: pasar de una Constitución “nominal” a otra
auténticamente “normativa”, en la que comunidad y Constitución se sitúan en una relación de “simbiosis”.

QUE ES EL JUICIO DE AMPARO?

Este es un medio de defensa que tiene por objeto proteger a las personas contra los abusos de autoridad, así como
de normas generales que vulneren sus derechos humanos reconocidos en la Constitución y en tratados
internacionales en los que el Estado Mexicano sea parte, esto significa que es tanto un derecho como una garantía
para todos los ciudadanos y no solo para un sector específico de la sociedad.

BREVE HISTORIA DEL AMPARO

ÉPOCA PREHISPÁNICA.- En el suelo de Mexicano antes de la colonización Española no se encuentran ningún


precedente de aplicación garantías individuales; ya que estas se consagran en las constituciones que nos rigen a
partir de la independencia. Su forma de organización era rudimentaria la autoridad era el rey o emperador. El
derecho publico en los regímenes precolombianos se traducían en un cúmulo de reglas consuetudinarias que
establecían la manera de designar al jefe supremo; si bien es cierto que en algunos pueblos existía un consejo de
Ancianos y sacerdotes que aconsejaban al jefe en las cuestiones trascendentales de la vida publica, pero también
es cierto que este no estaba obligado a acatar sus opiniones. Tales circunstancias nos muestran que en los
regímenes políticos y sociales primitivos el gobernado no era titular de ningún derecho frente al gobernante.

RÉGIMEN COLONIAL.- La autoridad suprema en las colonias Españolas de América era el mismo rey de España,
quien esta representado por virreyes o capitanes generales, según la importancia de la colonia de que se trate,
concentraba el monarca Español los tres poderes por que era administrador público, legislador y juez.

Se observa en esta época la tendencia permanente de proteger a los indígenas; en el Derecho Español existía una
verdadera garantía jurídica para los gobernados en la jerarquía normativa. Se podían apelar los actos de autoridad,
se apelaba al rey ante el rey mismo.

Encontramos un precedente de nuestro juicio de amparo cuando nos referimos en el recurso de: obedézcase pero
no se cumpla, obedecer significa la sumisión o el acatamiento que el criado debe a su amo; y cumplir implica la
idea de realización, cumplir o llevar a efecto. Cuando el rey expedía alguna orden que se estimara contraria a los
derechos, prerrogativas o privilegios del gobernado, éste obedecía pero no cumplía esta orden, mientras se
convencía el propio monarca de que esta afectaba, para el efecto de que en su caso la revocara.

Otro medio de control de la legalidad y el Derecho fue el “recurso de la fuerza” ejercitable contra actos de
Autoridades judiciales cuyos bienes lesionaron en sus bienes jurídicos a alguna persona, entre ellos la posesión.

MÉXICO INDEPENDIENTE.- La preocupación más importante para los primeros mexicanos es la organización y
funcionamiento del gobierno estatal. Los constituyentes de 1824 expidieron una constitución de tipo federal, cuya
vigencia fue relativamente efímera, pues en el año de 1836 se dicto otra de carácter centralista, se establece
definitivamente en México el régimen constitucional federal en la constitución 1857, emanada del famoso plan de
Ayutla, y sucesora del Acta de Reformas de 1847, que había reimplantado la abrogada constitución política de
1824.

CONSTITUCIÓN DE APATZINGÁN.- Esta consagró diversas garantías a favor de los individuos, pero no expresó
cómo podía ejercerse un medio tutelador por el cual se hiciera respetar tales derechos y aunque así hubiese sido,
como no estuvo vigente no podría considerarse que hubo un antecedente de juicio de amparo.
CONSTITUCIÓN FEDERAL DE 1824.- Fue esta la que tuvo el merito de ser el primer ordenamiento que estructuró al
México que acababa de consumar su independencia.

En cuanto a la declaración de las garantías individuales es deficiente, por lo tanto la constitución de 1824 tampoco
consigna medio jurídico de tutelarlas.

CONSTITUCIÓN CENTRALISTA DE 1836.- Las Siete Leyes Constitucionales del año de 1836 cambian el régimen
federativo por el centralista, manteniendo la separación de poderes. La característica de este cuerpo normativo, es
la creación de un superpoder, llamado el "Supremo Poder Conservador", fruto, de la imitación del Senado
Constitucional de Sieyes, habiendo sido su propugnador Francisco Manuel Sánchez de Tagle. Estaba este
organismo integrado por cinco miembros, cuyas facultades eran desmedidas, hasta tal punto de constituir una
verdadera oligarquía., su primordial función consistía en velar por la conservación del régimen constitucional, mas
su ejercicio dista mucho de asemejarse al desplegado por el Poder Judicial Federal en las Constituciones de 1857 y
vigente

El denominado "Poder Supremo Conservador", no era, como lo es el que ejercen los Tribunales de la Federación,
de índole jurisdiccional, sino meramente político, y cuyas resoluciones tenían validez "erga omnes".

El funcionamiento del Supremo Poder Conservador no tenía, pues, todas aquellas virtudes que se descubren en el
juicio de amparo, principalmente las que conciernen a los efectos relativos de la cosa juzgada, dando sus
resoluciones motivo a que se crearan, dentro de su propio régimen constitucional, ruptura, tensión y desequilibrio
entre las diversas autoridades máxime, cuyas demás atribuciones, aparte de ser desmedidas y contener un
principio de tiranía, eran ilógicas y absurdas, en especial la relativa a "restablecer constitucionalmente, a
cualquiera de los tres poderes, o a los tres, cuando hayan sido disueltos revolucionariamente", y la que declaraba
que "el Supremo Poder Conservador no es responsable de sus operaciones más que a Dios y a la opinión pública, y
sus individuos en ningún caso podrán ser juzgados ni reconvenidos por sus opiniones".

VOTO DE JOSÉ F. RAMÍREZ.- Se palpó la necesidad de reformar las Siete Leyes constitucionales de 1836, en breve
lapso, pues en el año de 1840 se produce un Proyecto de Reformas, elaborado por un grupo de Diputados al
Congreso Nacional, constituidos en una comisión que elaboraría un código fundamental. Los integrantes de la
comisión fueron los diputados Jiménez, Castillo Fernández y Ramírez.

En la historia del derecho público mexicano no se debe pasar inadvertido el voto particular emitido en junio de
1840 por José Fernando Ramírez, en ocasión a la reforma de la Constitución centralista de 1836.

El mencionado jurisconsulto se declaraba partidario de la división de poderes, abogaba por que la suprema corte
desempeñara mejor su cometido, estuviese dotada de absoluta autonomía e independencia frente al ejecutivo y
legislativo.

Es José F. Ramírez en quien podemos advertir la influencia del sistema de control constitucional imperante en la
constitución americana, al apuntar en su voto la conveniencia de que México existiera un medio de mantener el
régimen constitucional. Proponía, que fuese la suprema corte la que conociera de la constitucionalidad de las leyes
o actos de las autoridades.

CONSTITUCIÓN YUCATECA DE 1840.- Con severa objetividad, es de admitirse que Manuel Crescencio Rejón, autor
material de dicho proyecto; fue el precursor directo de la formula fundamental que se desarrollo posteriormente
en el juicio de amparo; sin embargo, han surgido al respecto algunas discusiones entre eminentes tratadistas de
nuestro derecho constitucional: unos, defienden a Rejón como creador del juicio de amparo; otros, exigen para
Mariano otero esta consideración.

Rejón explica, la facultad del Poder Judicial para vigilar la constitucionalidad de la legislación, que las leyes así
censuradas no quedarían destruidas, sólo se disminuiría su fuerza moral "con los golpes redoblados de la
jurisprudencia". En los artículos 63 y 64, respectivamente, se establecía:

Los jueces de primera instancia ampararán en el goce de los derechos garantizados por el artículo anterior (el
artículo 62 formaba parte del, capítulo denominado "garantías individuales" y enumeraba en IX fracciones los
derechos de los habitantes), a los que les pidan su protección contra cualesquiera funcionarios que no
correspondan al orden judicial, decidiendo breve y sumariamente las cuestiones que se susciten sobre los asuntos
indicados.

De los atentados cometidos por los Jueces contra los citados derechos conocerán sus respectivos superiores, con la
misma preferencia de que se ha hablado en el artículo precedente, remediando desde luego, el mal que se les
reclame, enjuiciando inmediatamente al conculcador de las mencionadas garantías.

BASES ORGÁNICAS DE 1843.- Bases constitucionales del amparo son las reglas del código político que norman
fundamentalmente a la institución, por sí solas o complementadas y reglamentadas por la ley ordinaria (Ley de
Amparo).

Se hallan consignadas en el artículo 107 de la Constitución que, como ya advertí, es en esencia, reglamentario del
artículo 103 del propio ordenamiento.

Las bases constitucionales del amparo son:

1. Base de la instancia de parte agraviada;

2. Base de la existencia del agravio;

3. Base de la prosecución judicial del amparo;

4. Base de la relatividad de los efectos de la sentencia de amparo;

5. Base de la definitividad del acto reclamado

CONSTITUCIÓN FEDERAL DE 1857.-Esta Constitución adopta principalmente dos posturas: la individualista y el


liberalismo como régimen de relaciones entre el Estado y los gobernados.

El sistema individualista opta por la realización de un objetivo, que estriba necesariamente en la protección y
conservación de la personalidad individual. Por el contrario el liberalismo implica la actitud que el Estado adopta o
asume por conducto de sus órganos frente a la actividad particular, en el sentido de garantizar a ésta una amplio
desarrollo mientras no provoque el desorden dentro del medio social.

El Código Político de 1857 consideró que los derechos del hombre no sólo son el objeto de las instituciones
jurídicas, sino su base misma, lo que da a entender su fidelidad a la tesis individualista, además los autores de
dicha Constitución implícitamente se declararon partidarios del jusnaturalismo en materia de derechos del
hombre, ya que en una parte del texto se puede leer que “se debe respetar los derechos concedidos al hombre por
su creador”
La Carta Magna de 1857 reputa al Estado como un mero vigilante de las relaciones entre particulares, cuya
injerencia surge cuando el desenfrenado desarrollo de la libertad individual acarrea disturbios en la convivencia
social.

La novedad de la Constitución del 57 radica en que se constituye el Juicio de Amparo. Se pugna porque fuese la
autoridad judicial la que proveyese a la protección de la Ley Fundamental en los casos concretos en que se
denunciase por cualquier particular alguna violación a sus mandamientos y mediante la instauración de un
verdadero juicio, en que los fallos no tuvieran efectos declarativos generales. Se consideraban competentes para
conocer de los casos por infracción a la Ley Fundamental, tanto a los tribunales federales como a los de los
Estados, “previa la garantía de un jurado compuesto de vecinos del distrito respectivo”. Sin embargo, al expedirse
ésta se suprimió dicho jurado, para atribuir la competencia exclusiva de conocer de todas las controversias que se
suscitaren por leyes o actos de cualquier autoridad que violaran las garantías individuales o que vulnerasen el
régimen federal, a los tribunales de la Federación.

Los principios cardinales contenidos en este texto político que informan al sistema de protección constitucional
por órgano y por vía jurisdiccionales son: los de iniciativa de parte agraviada, la substanciación judicial del
procedimiento y la relatividad de los fallos correspondientes.

CONSTITUCIÓN FEDERAL DE 1917.-Esta Constitución se aparta ya de la doctrina individualista, considera a los


derechos del hombre como un conjunto de garantías individuales que el Estado concede u otorga a los
habitantes de su territorio.

En esta Carta Magna ya no se hace figurar a los derechos del hombre como el exclusivo contenido de los fines
estatales. Nuestra ley fundamental se inclina más hacia la teoría rousseauniana, que asevera que las garantías de
que pueden gozar los individuos frente al poder público son otorgadas a éstos por la propia sociedad, única titular
de la soberanía.

Los Constituyentes del 17 cambian radicalmente no sólo de texto, sino el espíritu mismo de la Constitución del 57
en lo tocante a las garantías individuales. Al introducirse garantías de carácter social, la declaración individualista
resultaba incongruente.

Esta Constitución, reconoce a las garantías sociales, las cuales son un conjunto de derechos otorgados a
determinadas clases sociales, que tienden a mejorar y consolidar su situación económica, contenidos
principalmente en los artículos 123 y 27 constitucionales.

Nuestra Constitución vigente evidencia el régimen de intervencionismo de Estado, aunque alterna con otros
regímenes, como son el liberal-individualista, en cuanto a varias de las garantías individuales, y el nacionalista por
lo que respecta al artículo tercero constitucional.

En síntesis, mientras que la Constitución de 1857 reputa a los derechos del hombre como elementos súper
estatales, la Constitución vigente los considera como fruto de una concesión por parte del orden jurídico del
Estado. En ambos ordenamientos constitucionales el Estado adopta distinta postura frente a los gobernados, ya
que en la Constitución de 57 son los principios liberales los que regulan las relaciones respectivas, y en la vigente
los postulados pertenecientes a diversas tendencias político-jurídicas y sociales.

Tocante al medio de control o protección de los derechos del hombre principalmente, pues su procedencia general
es exactamente igual en ambos regímenes constitucionales con la sola diferencia de que, mientras la Constitución
de 57 es muy sucinta por lo que se refiere a la formación del juicio de amparo, la vigente en su artículo 107, es
mucho más explícita y contiene, una completa regulación de su ejercicio, detallado por la Ley reglamentaria
correspondiente.

ACTOS COMBATIBLES A TRAVES DEL AMPARO

El juicio de amparo directo procede:

I. Contra sentencias definitivas, laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, dictadas por tribunales
judiciales, administrativos, agrarios o del trabajo, ya sea que la violación se cometa en ellos, o que
cometida durante el procedimiento, afecte las defensas del quejoso trascendiendo al resultado del
fallo

VIAS DE TRAMITACION:

. La demanda de amparo deberá formularse por escrito, en la que se expresarán: I. El nombre y domicilio del
quejoso y de quien promueve en su nombre; II. El nombre y domicilio del tercero perjudicado; III. La autoridad o
autoridades responsables; el quejoso deberá señalar a los titulares de los órganos de Estado a los que la ley
encomiende su promulgación, cuando se trate de amparos contra leyes; IV. La ley o acto que de cada autoridad se
reclame; el quejoso manifestará, bajo protesta de decir verdad, cuáles son los hechos o abstenciones que le
constan y que constituyen antecedentes del acto reclamado o fundamentos de los conceptos de violación; V. Los
preceptos constitucionales que contengan las garantías individuales que el quejoso estime violadas, así como el
concepto o conceptos de las violaciones, si el amparo se pide con fundamento en la fracció VI. Si el amparo se
promueve con fundamento en la fracción II del artículo 1o. de esta Ley, deberá precisarse la facultad reservada a
los Estados que haya sido invadida por la autoridad federal, y si el amparo se promueve con apoyo en la fracción III
de dicho artículo, se señalará el precepto de la Constitución General de la República que contenga la facultad de la
autoridad federal que haya sido vulnerada o restringida.1 Más adelante se analizará el amparo en materia penal,
en este punto se adelanta al respecto que cuando se trate de actos que importen peligro de privación de la vida,
ataques a la libertad personal fuera de procedimiento judicial, deportación, destierro o alguno de los prohibidos
por el artículo 22 de la Constitución Federal, bastará, para la admisión de la demanda, que se exprese en ella el
acto reclamado; la autoridad que lo hubiese ordenado, si fuere posible al promovente; el lugar en que se
encuentre el agraviado, y la autoridad o agente que ejecute o trate de ejecutar el acto. En estos casos la demanda
podrá formularse por comparecencia, levantándose al efecto acta ante el juez. 2 En casos que no admitan demora,
la petición del amparo y de la suspensión del acto pueden hacerse al juez de Distrito aun por telégrafo, siempre
que el actor encuentre algún inconveniente en la justicia local. La demanda cubrirá los requisitos que le
corresponda, como si se entablare por escrito, y el peticionario deberá ratificarla, también por escrito, dentro de
los tres días siguientes a la fecha en que hizo la petición por telégrafo.3 Transcurrido dicho término sin que se haya
presentado la ratificación expresada, se tendrá por no interpuesta la demanda; quedarán sin efecto las
providencias decretadas y se impondrá una multa de tres a treinta días de salario al interesado, a su abogado o
representante, o a ambos, con excepción de los casos previstos en el artículo 17 de la ley de amparo, en los cuales
se procederá conforme lo establece el artículo 18 de la misma ley. 4 Con la demanda se exhibirán sendas copias
para las autoridades responsables, el tercero perjudicado si lo hubiere, el Ministerio Público, y dos para el
incidente de suspensión si se pidiere ésta y no tuviera que concederse de plano conforme a esta ley.
ESTRUCTURA NORMATIVA

Medio de control constitucional: por ser un medio de defensa, le corresponde proteger el orden constitucional;
toda vez que se trata de la Ley Suprema, y existe en materia de amparo una dualidad de funciones que a la postre
se delimitan en la protección al gobernado en sus garantías individuales y a la vez garantiza el cumplimiento de los
derechos fundamentales que como garantías individuales y sociales consagra la Carta Magna. Jurisdiccional: toda
vez que existen autoridades específicamente determinadas para conocer y principalmente resolver en materia de
amparo, además por que el amparo reviste todas las características de un verdadero proceso que inicia con una
demanda concluyendo con la sentencia respectiva; lleva implícito el juicio por que dirime una controversia que es
de carácter meramente constitucional. Busca resarcir al gobernado en el pleno goce de sus garantías conculcadas:
ello en virtud de que la sentencia que concede el amparo tiene el efecto de anular, en el caso concreto, el acto de
autoridad que contraría a la Norma Suprema, con la finalidad de restituir al quejoso en el pleno goce de sus
garantías individuales violadas.

JURISDICCION DE AMPARO

La violación de las garantías de los artículos 16, en materia penal, 19 y 20 fracciones I, VIII y X, párrafos primero y
segundo de la Constitución Federal, podrá reclamarse ante el Juez de Distrito que corresponda o ante el superior
del tribunal que haya cometido la violación. Es necesario citar que el señalado precepto es erróneo, pues expresa
lo dispuesto en la fracción XII del artículo 107 constitucional, la cual ya ha sido modificada sin que el referido
artículo 37 de la Ley de Amparo se haya adaptado al nuevo contenido de la disposición constitucional que ordena
en su primer párrafo que: XII.- La violación de las garantías de los artículos 16, en materia penal, 19 y 20 se
reclamará ante el superior del tribunal que la cometa, o ante el juez de distrito o tribunal unitario de circuito que
corresponda, pudiéndose recurrir, en uno y otro caso, las resoluciones que se pronuncien, en los términos
prescritos por la fracción VIII. (Reformado mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 31 de
diciembre de 1994). Los cambios son los siguientes: el competente para conocer del amparo indirecto contra actos
de un Tribunal Unitario de Circuito ya no es el Juez de Distrito, sino otro Tribunal Unitario de Circuito; por ello se
tuvo que aludir a éste en la citada fracción constitucional; se amplió la posibilidad de la jurisdicción concurrente a
todas las fracciones del artículo 20 constitucional, no sólo a la I, VIII y X como aún aparece en la actual Ley de
Amparo.

PRINCIPIOS FUNDAMENTALES

1. Principio de instancia de parte agraviada

Se plasma en la fracción I del Artículo 107 de la Constitución, y se encuentra reglamentada en el artículo 4o. de la
Ley de Amparo, es decir que el juicio de amparo sólo puede promoverse por la parte a quien perjudique la Ley, el
Tratado Internacional, el Reglamento o cualquier otro acto que se reclame.

Este principio es esencial, pues el gobernado es el titular de la acción, es decir, que el particular (personas físicas y
morales y por excepción los órganos de los gobiernos federal y estatales) tienen a su alcance el instrumento que es
el juicio de amparo, para hacer valer sus garantías individuales.

2. Principio de existencia de agravio personal y directo de carácter jurídico

El perjuicio que sufre el gobernado en su esfera de derechos por el acto de autoridad o acto reclamado se
denomina Agravio.. Éste tiene que ser personal, es decir, que recaiga en una persona determinada; además debe
ser directo, afectar la esfera jurídica del quejoso, asimismo, su realización —pasada, presente o futura de
inminente ejecución— debe ser cierta. El criterio legal a seguir por tener estrecha vinculación, es en el sentido de
que el juicio de amparo únicamente puede seguirse por la parte a quien perjudica el acto o la ley que se reclama.

En el caso de no actualizarse por parte del quejoso, la hipótesis de este principio, operará la causal de
improcedencia prevista en las fracciones V ó VI del artículo 73. Si durante la substanciación del juicio se advirtiese
dicha situación, procederá el sobreseimiento previsto en la fracción III del artículo 74, ambos de la Ley de Amparo.

3. Principio de definitividad

Este principio está regulado en las fracciones III y IV, del Artículo 107 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos..

Consiste en la obligación que tiene el quejoso de agotar todos los recursos o medios de defensa existentes en la ley
que rige el acto reclamado antes de iniciar la acción de amparo.

Con este principio se obliga a los gobernados a impugnar los actos de autoridad utilizando los recursos ordinarios
de modo que el amparo sea un medio que proceda sólo en forma extraordinaria. Estos recursos ordinarios o
juicios, que es necesario agotar, deben tener por efecto modificar o revocar los actos que se impugnen, pues si no
tienen ese fin, su utilización no es obligatoria.

Sin embargo, este principio no es absoluto, ya que su aplicación y eficacia tiene excepciones importantes:

• En el caso de deportación o destierro, o en cualquiera de los prohibidos por el artículo 22 constitucional, o


importen peligro de privación de vida.
• Tratándose del auto de formal prisión.
• Cuando el acto reclamado viole las garantías que otorgan los artículos 16, 19 y 20 constitucional.
• Cuando en un juicio laboral o civil el quejoso no ha sido emplazado legalmente.
• En amparo contra leyes.
• Cuando el acto reclamado carezca de fundamentación y motivación.
• Si para la suspensión del acto la ley que lo regula exige mayores requisitos que la Ley de Amparo.

Aunque existe Jurisprudencia —no obstante la existencia de un posible recurso contra los actos reclamados— se
debe admitir la demanda de amparo sin perjuicio de que, después de esclarecida la duda, se decrete el
sobreseimiento, de esta manera si se analiza la improcedencia inicialmente no se admitirá la demanda, y si
admitida se observa, se decretará el sobreseimiento.

Ahora bien, si la ley que rige el acto no establece recursos o medio de defensa ordinario, la vía de amparo se
encuentra expedita.

4. Principio de prosecución judicial

El juicio de amparo se tramitará en todas sus partes de acuerdo con el procedimiento legal correspondiente; los
Jueces de Distrito cuidarán que los juicios de amparo no queden paralizados —especialmente cuando se alegue
por los quejosos la aplicación por parte de las autoridades, de leyes declaradas inconstitucionales por la
jurisprudencia de la Suprema Corte Justicia de la Nación—, proveyendo lo que corresponda hasta dictar sentencia,
y no podrá archivarse ningún juicio de amparo sin que quede enteramente cumplida la sentencia en que se haya
concedido al agraviado la protección constitucional o sin que apareciere que ya no hay materia para la ejecución
(artículos 113 y 157 de la Ley de Amparo).
5. Principio de relatividad de las sentencias

Consiste en que las sentencias de amparo sólo protegen al quejoso o quejosos que litigan en el juicio y obligan
únicamente a las autoridades señaladas como responsables, aunque a este respecto, la Jurisprudencia de la H.
Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido que además obligan a las autoridades que por razón de sus
funciones tengan que intervenir en la ejecución del fallo.

A este respecto, la fracción II del Artículo 107 de la Constitución vigente prevé que "la sentencia será siempre tal
que sólo se ocupe de individuos particulares, limitándose a ampararlos y protegerlos en el caso especial sobre el
que verse la queja, sin hacer una declaración general respecto de la ley o acto que la motivase" y así se reproduce
en el artículo 76 de la Ley de Amparo.

6. Principio de estricto derecho

Este principio consiste en la obligación que tiene el Tribunal de Amparo, de analizar los conceptos de violación
hechos valer por el quejoso, sin estudiar ni hacer consideraciones de inconstitucionalidad sobre aspectos no
contenidos en la demanda.

7. Principio de la facultad de suplir la queja deficiente

Este principio constituye una excepción al anterior, consiste en el deber que tiene el Juez o Tribunal de Amparo de
suplir la deficiencia de los conceptos de violación expuestos en la demanda por el quejoso, así como la de los
agravios formulados, es decir, es un medio para hacer valer oficiosamente cualquier aspecto de
inconstitucionalidad que encuentre respecto a los actos reclamados, y sólo opera en los casos previstos en el
artículo 76 bis de la Ley de Amparo.

Será esencial no confundir la suplencia de la queja deficiente con la corrección del error que por equivocada
citación o invocación de la garantía individual el quejoso estime violada, sin cambiar los hechos expuestos en la
demanda.

En el caso de la queja deficiente, el Tribunal de Amparo podrá o deberá perfeccionar la queja o demanda haciendo
valer conceptos de violación que el agraviado no incluyó. Esta facultad es perfectamente aplicable a la materia
agraria si los quejosos o terceros perjudicados en su caso, son núcleos de población ejidal o comunal, o bien, se
trate de ejidatarios o comuneros en particular, de conformidad con lo que establece el Artículo 107 constitucional,
212 de la Ley de Amparo y todo el capítulo que a partir de este artículo se refiere a la materia agraria, como más
adelante se expondrá.

PARTES EN EL JUICIO DE AMPARO

Artículo 5o.
Son partes en el juicio de amparo:

I. El quejoso, teniendo tal carácter quien aduce ser titular de un derecho subjetivo o de un interés
legítimo individual o colectivo, siempre que alegue que la norma, acto u omisión reclamados violan
los derechos previstos en el artículo 1o de la presente Ley y con ello se produzca una afectación real y
actual a su esfera jurídica, ya sea de manera directa o en virtud de su especial situación frente al
orden jurídico.
El interés simple, en ningún caso, podrá invocarse como interés legítimo. La autoridad pública no
podrá invocar interés legítimo.

El juicio de amparo podrá promoverse conjuntamente por dos o más quejosos cuando resientan una
afectación común en sus derechos o intereses, aun en el supuesto de que dicha afectación derive de
actos distintos, si éstos les causan un perjuicio análogo y provienen de las mismas autoridades.

Tratándose de actos o resoluciones provenientes de tribunales judiciales, administrativos, agrarios o


del trabajo, el quejoso deberá aducir ser titular de un derecho subjetivo que se afecte de manera
personal y directa;

La víctima u ofendido del delito podrán tener el carácter de quejosos en los términos de esta Ley.

II. La autoridad responsable, teniendo tal carácter, con independencia de su naturaleza formal, la que
dicta, ordena, ejecuta o trata de ejecutar el acto que crea, modifica o extingue situaciones jurídicas
en forma unilateral y obligatoria; u omita el acto que de realizarse crearía, modificaría o extinguiría
dichas situaciones jurídicas.

Para los efectos de esta Ley, los particulares tendrán la calidad de autoridad responsable cuando
realicen actos equivalentes a los de autoridad, que afecten derechos en los términos de esta fracción,
y cuyas funciones estén determinadas por una norma general.

III. El tercero interesado, pudiendo tener tal carácter:

a) La persona que haya gestionado el acto reclamado o tenga interés jurídico en que subsista;

b) La contraparte del quejoso cuando el acto reclamado emane de un juicio o controversia del orden
judicial, administrativo, agrario o del trabajo; o tratándose de persona extraña al procedimiento, la
que tenga interés contrario al del quejoso;

c) La víctima del delito u ofendido, o quien tenga derecho a la reparación del daño o a reclamar la
responsabilidad civil, cuando el acto reclamado emane de un juicio del orden penal y afecte de
manera directa esa reparación o responsabilidad;

d) El indiciado o procesado cuando el acto reclamado sea el no ejercicio o el desistimiento de la


acción penal por el Ministerio Público;

e) El Ministerio Público que haya intervenido en el procedimiento penal del cual derive el acto
reclamado, siempre y cuando no tenga el carácter de autoridad responsable.

IV. El Ministerio Público Federal en todos los juicios, donde podrá interponer los recursos que señala
esta Ley, y los existentes en amparos penales cuando se reclamen resoluciones de tribunales locales,
independientemente de las obligaciones que la misma ley le precisa para procurar la pronta y
expedita administración de justicia.
PLAZOS Y FORMA DE NOTIFICACION

Artículo 17.
El plazo para presentar la demanda de amparo es de quince días, salvo:

I. Cuando se reclame una norma general autoaplicativa, o el procedimiento de extradición, en que será de treinta
días;

II. Cuando se reclame la sentencia definitiva condenatoria en un proceso penal, que imponga pena de prisión,
podrá interponerse en un plazo de hasta ocho años;

III. Cuando el amparo se promueva contra actos que tengan o puedan tener por efecto privar total o parcialmente,
en forma temporal o definitiva, de la propiedad, posesión o disfrute de sus derechos agrarios a los núcleos de
población ejidal o comunal, en que será de siete años, contados a partir de que, de manera indubitable, la
autoridad responsable notifique el acto a los grupos agrarios mencionados;

IV. Cuando el acto reclamado implique peligro de privación de la vida, ataques a la libertad personal fuera de
procedimiento, incomunicación, deportación o expulsión, proscripción o destierro, desaparición forzada de
personas o alguno de los prohibidos por el artículo 22 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
así como la incorporación forzosa al Ejército, Armada o Fuerza Aérea nacionales, en que podrá presentarse en
cualquier tiempo.

Las resoluciones que se dicten en los juicios de amparo deben notificarse a más tardar dentro del tercer día hábil
siguiente, salvo en materia penal, dentro o fuera de procedimiento, en que se notificarán inmediatamente en que
sean pronunciadas. La razón que corresponda se asentará inmediatamente después de dicha resolución.

El quejoso y el tercero interesado podrán autorizar a cualquier persona con capacidad legal exclusivamente para
oír notificaciones aún las de carácter personal e imponerse de los autos, quien no gozará de las demás facultades
previstas en el artículo 12 de esta Ley.

Cuando el quejoso y el tercero interesado cuenten con Firma Electrónica y pretendan que los autorizados en
términos del párrafo anterior, utilicen o hagan uso de ésta en su representación, deberán comunicarlo al órgano
jurisdiccional correspondiente, señalando las limitaciones o revocación de facultades en el uso de la misma

Los plazos a que se refiere el artículo anterior se computarán a partir del día siguiente a aquél en que surta efectos,
conforme a la ley del acto, la notificación al quejoso del acto o resolución que reclame o a aquél en que haya
tenido conocimiento o se ostente sabedor del acto reclamado o de su ejecución, salvo el caso de la fracción I del
artículo anterior en el que se computará a partir del día de su entrada en vigor.

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