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Guía para padres primerizos

(A Guide for First-Time Parents)

Ha sobrevivido a los nueve largos meses de embarazo. Ha superado los nervios del parto y
del nacimiento de su primer bebé. Y ahora se dispone a salir del hospital o clínica de
maternidad para iniciar su nueva vida en casa con el recién nacido. Pero, en cuanto se
cierran las puertas del hospital detrás de usted, ¡se da cuenta de que todavía le queda
mucho que aprender y le invade la inseguridad!

Si éste es su primer hijo, en este artículo encontrará recomendaciones sobre cómo ayudar a
eructar al bebé, cómo bañarlo, cómo establecer un vínculo con él y otros aspectos
relacionados con el cuidado del pequeño.

• Pedir ayuda después del parto


• Manipular al recién nacido
• Técnicas para favorecer la formación del vínculo con el bebé y para tranquilizarlo
• Pañales - lo que debe y no debe hace
• El aseo: aspectos fundamentales
• El cuidado del prepucio y del cordón umbilical
• Alimentar y ayudar a eructar al bebé
• El sueño: aspectos fundamentales

Pedir ayuda después del parto

Tal vez quiera pedir a familiares y amigos que le echen una mano durante los días
inmediatamente posteriores al parto. Mientras esté en el hospital, aproveche la experiencia
de las personas tenga a su alrededor. Muchos hospitales disponen de especialistas en
alimentación neonatal y lactancia que pueden ayudarle a empezar a amamantar o a darle el
biberón al bebé. Las enfermeras también son una excelente fuente de información para
indicarle la mejor manera de sostener, trasportar, hacer eructar, cambiarle los pañales y
cuidar al bebé.

Una vez en casa, también puede irle bien contratar a una niñera que tenga experiencia en
bebés, o bien a alguna joven responsable de su vecindario que se ofrezca a hacer de
canguro, para que le ayude durante las primeras semanas de vida del bebé. Los familiares y
las amistades también pueden echarle una mano. Probablemente estarán deseosos de
ayudarle y, aunque usted puede discrepar de ellos en ciertas cosas, no subestime su
experiencia. De todos modos, si no se siente con ganas o fuerzas de recibir visitas o tiene
otras preocupaciones, no se culpabilice por establecer ciertas restricciones sobre las visitas.

Manipular al recién nacido


Si usted no se ha relacionado mucho con recién nacidos, es posible que le intimide su
fragilidad. He aquí algunas normas básicas a tener en cuenta:

• Tenga cuidado en sostener la cabeza y el cuello del bebé. Cuando lleve al bebé
en brazos, asegúrese de sujetarle bien la cabeza y el cuello, y haga lo mismo cuando
lo incorpore, lo saque de la cuna o lo acueste.

• Tenga cuidado en no sacudir nunca al recién nacido, sea jugando o por


frustración. Sacudir enérgicamente a un bebé puede provocarle una hemorragia
cerebral e incluso la muerte. Si necesita despertar al bebé, no lo sacuda -hágale
cosquillas delicadamente en los pies o sóplele en la mejilla con suavidad.

• Asegúrese de que el bebé está bien sujeto cuando lo lleve en la sillita, el


portabebés, el cochecito o la sillita de seguridad para el coche. Limite los
paseos en coche o cualquier actividad que sea demasiado brusca o que implique
sacudir o hacer botar al bebé.

• Recuerde que el recién nacido todavía no está preparado para jugar "a lo
bruto", de modo que no se le ocurra lanzarlo por los aires, hacerle "el caballito" u
otras cosas por el estilo.

Técnicas para favorecer la formación del vínculo con el bebé y para


tranquilizarlo

Establecer un vínculo con su bebé probablemente será uno de los aspectos más placenteros
del cuidado del pequeño. La "formación del vínculo" es un concepto que introdujeron dos
pediatras, Klaus y Kennell, a finales de los años setenta. Sugirieron que hay un período
sensible, comprendido entre las primeras horas y los primeros días después del nacimiento,
durante el cual es importante que los padres establezcan un vínculo con el bebé. El contacto
físico entre los padres y el bebé durante este período contribuye a crear una conexión
emocional entre ambos (formación del vínculo). El apego resultante permite que los padres
hagan los sacrificios necesarios para poder hacerse cargo del bebé.

El apego también favorece el desarrollo emocional del lactante que, a su vez, repercute
sobre su desarrollo en otros ámbitos, como el crecimiento físico. Otra forma de concebir la
formación del vínculo y el apego consecuente es como un "enamoramiento" del bebé. Los
niños que no tienen un padre u otro adulto que los quiere incondicionalmente tienen más
probabilidades de tener problemas graves cuando maduran.

Para empezar a establecer ese vínculo tan importante con su bebé, coloque al pequeño en su
regazo y acaríciele suavemente de distintas formas. Si tanto usted como su pareja lo llevan
en brazos y lo acarician frecuentemente, el bebé muy pronto aprenderá a distinguir entre las
caricias de cada uno. Ambos deberían establecer también un contacto "piel a piel" con el
recién nacido, de modo que la piel del bebé entre en contacto directo con la suya mientras lo
mecen o lo alimentan.

Los bebés, sobre todo los prematuros y los que tienen problemas médicos, suelen responder
positivamente al masaje infantil. Las investigaciones médicas han permitido constatar que
determinados tipos de masajes relajan a los bebés y contribuyen a la formación del vínculo
entre padres e hijos, al tiempo que favorecen los procesos digestivos y el crecimiento de los
bebés. El masaje infantil se introdujo en EE.UU. en los años setenta a raíz de los trabajos de
Vimala Schneider McClure, procedente de la India, que comprobó de primera mano los
efectos beneficiosos de dicho masaje. Hay muchos libros y videos que tratan sobre el masaje
infantil; hable con el pediatra de su hijo para que le recomiende algún masaje que se adapte
tanto a sus características como a las del bebé. De todos modos, recuerde que los bebés no
son tan resistentes como los adultos, de modo que, a la hora de darle el masaje al pequeño,
proceda con mucha suavidad y delicadeza.

Por lo general, a los bebés les encanta escuchar sonidos vocales, por ejemplo, que les
hablen, balbuceen, canten o arrullen. Probablemente a su bebé también le gustará escuchar
música. Pruebe con varios tipos diferentes de música para identificar sus preferencias. Los
sonajeros y los móviles musicales son otra forma de estimular la audición de un lactante. Si
su bebé parece nervioso o inquieto, pruebe a cantarle nanas y canciones infantiles, a
recitarle poemas o leerle mientras lo mece suavemente.

Algunos bebés son especialmente sensibles al contacto, la luz o el ruido. Estos bebés se
sobresaltan y lloran con facilidad, duermen menos de lo habitual y/o giran la cara hacia otro
lado cuando alguien les habla o les canta. En estos casos, es conveniente mantener bajos los
niveles de ruido y de luz.

Hacer un arrullo bien ajustado es otra forma de tranquilizar a un bebé que usted, como
padre primerizo, debería aprender. Cuando se envuelve el cuerpo de un bebé en una sábana
o mantita, los brazos le quedan pegados al tronco y las piernas bien sujetas. Así, no sólo se
consigue que el pequeño esté bien calentito, sino que además la presión que ejerce la
mantita sobre su cuerpo parece ayudarle a sentirse seguro y cómodo. He aquí cómo se hace
un arrullo:

• Extienda la sábana o mantita y doble hacia adentro una pequeña porción de una
esquina.

• Acueste al bebé boca arriba con la cabeza sobre el pliegue.

• Envuelva el cuerpo del bebé con la esquina izquierda de la mantita y acabe


asegurando el extremo de la mantita debajo del cuerpo del pequeño.
• Pliegue la esquina inferior de la mantita hacia arriba sobre los pies del bebé.

• Envuelva el cuerpo del bebé con la esquina derecha de la mantita, dejándole la


cabeza y el cuello al descubierto.

Pañales -lo que debe y no debe hace

Probablemente, antes de llevar al bebé a casa, usted ya habrá decidido si va a usar pañales
desechables o de tela. Independientemente del tipo de pañales que use, tendrá que
cambiárselos aproximadamente 10 veces al día, o 70 a la semana.

Antes de cambiarle los pañales al bebé, asegúrese de que tiene a mano todo lo que necesita
para no tener que dejar al bebé solo en el cambiador. Necesitará:

• un pañal limpio
• imperdibles (si usa pañales de tela)
• crema especial para sus partes íntimas, si el bebé tiene dermatitis del pañal
• una palangana o jofaina con agua tibia
• bolitas de algodón
• una toallita o manopla limpia que sea suave, o bien paños desechables.

Después de cada deposición o si el bebé ha mojado el pañal, acuéstelo boca arriba y quítele
el pañal sucio. Use el agua, las bolitas de algodón y la toallita o los paños desechables para
limpiar con suavidad la zona genital del bebé. Si el bebé es de sexo masculino, tenga cuidado
al quitarle el pañal, pues el contacto con el aire podría hacerle orinar. Si es de sexo
femenino, límpiela de delante hacia atrás para evitar posibles infecciones de las vías
urinarias. Si el bebé tiene una erupción en la zona que está en contacto con el pañal
(conocida como dermatitis del pañal), póngale crema en el área afectada. No se olvide nunca
de lavarse las manos después de cada cambio de pañales.

La dermatitis del pañal es bastante habitual. Esta erupción de granitos rojos suele
desaparecer con un baño caliente, un poco de crema y dejando al bebé sin pañales durante
cierto tiempo para que le dé el aire en la zona afectada. En la mayoría de los casos, esta
erupción ocurre porque la piel del bebé es muy sensible y se irrita al entrar en contacto con
el pañal húmedo. Si le da zumo al bebé, sus deposiciones podrían volverse ácidas y
provocarle una erupción. Para prevenir o curar la dermatitis del pañal, siga estos consejos:

• Cámbiele frecuentemente los pañales al bebé, sobre todo, no tarde en cambiarlo


después de las deposiciones.
• Después de limpiar el área con agua y jabón o un paño desechable, aplique una
crema o pomada "de barrera" sobre la zona afectada. Las pomadas que contienen
óxido de zinc son mejores porque forman una barrera contra la humedad.
• Si usa pañales de tela, lávelos con detergentes que no contengan colorantes ni
perfume.
• Deje al bebé completamente desnudito durante parte del día para que le dé el aire y
pueda "respirar" la piel.

Si la dermatitis del pañal persiste durante más de 3 días, llame al pediatra -podría estar
provocada por una infección por hongos que debe tratarse con un medicamento específico.

El aseo: aspectos fundamentales

Debería asear al bebé sin bañarlo hasta que:

• Se le caiga el cordón umbilical (1-4 semanas)


• Se le cure el prepucio, en el caso de que sea varón y se lo hayan extirpado
quirúrgicamente (1-2 semanas)
• Tenga el ombligo completamente curado (1-4 semanas)

Durante el primer año, bastará con que bañe al bebé dos o tres veces a la semana. Si lo
bañara más a menudo, se le podría resecar la piel.

Antes de bañar o asear al bebé fuera de la bañera, compruebe que tiene a mano lo
siguiente:

• una toallita o una manopla suave y limpia

• jabón y champú para bebés suaves y no perfumados

• un cepillo suave para estimularle el cuero cabelludo al bebé

• toallas o mantitas

• una jofaina o una bañera para bebés llena de agua tibia -no caliente (compruebe la
temperatura del agua con el codo o la muñeca). Una bañerita para bebés es una
bañera de plástico que se puede colocar dentro de la bañera y que, al adaptarse
mejor al tamaño del bebé, facilita el baño.

• un pañal limpio

• ropa limpia

Para asear al bebé cuando todavía no pueda bañarlo, escoja una habitación caldeada y una
superficie plana, como el cambiador, el suelo o el poyo de la cocina. Desnude completamente
el bebé. Empiece limpiándole los ojos con la toallita mojada sólo en agua; comience por un
ojo y avance desde la comisura interior hasta la exterior. Utilice una esquina limpia de la
toallita para limpiarle el otro ojo. Luego límpiele la nariz y las orejas. Seguidamente, aclare la
toallita y vuélvala a mojar, está vez en agua con un poco de jabón; lávele la cara
suavemente y después acláresela y séquesela. A continuación, haga un poco de espuma
vertiendo champú especial para bebés en la jofaina con agua limpia, enjabónele suavemente
la cabeza y luego acláresela. Durante el aseo, preste especial atención a los pliegues que se
le forman en las axilas, detrás de las orejas, el cuello y el área genital. Después de asearlo,
asegúrese de secarlo bien antes de ponerle un pañal limpio y vestirlo.

Cuando el bebé esté preparado para bañarse, los primeros baños deberán ser suaves y
breves. Si el bebé parece muy alterado, vuelva a asearlo fuera de la bañerita durante una o
dos semanas antes de intentar bañarlo de nuevo.

En lo que se refiere al baño propiamente dicho, una vez haya desnudado el bebé, colóquelo
en el agua inmediatamente para que no coja frío. Sujétele la cabeza con una mano e
introdúzcalo en la bañerita con la otra, empezando por los pies. Vaya habándole suavemente
mientras le va bajando lentamente el resto del cuerpo hasta que esté completamente metido
en la bañerita. Utilice una manopla o una toallita para lavarle la cara y la cabeza.
Seguidamente, con las yemas de los dedos o un cepillito para el pelo especial para bebés,
masajéele el cuero cabelludo, incluyendo el área que recubre las fontanelas. Cuando le aclare
el jabón o champú, ahueque la mano sobre la frente del bebé para evitar que le entre jabón
en los ojos. Después del baño, envuélvalo inmediatamente en una toalla de pies a cabeza.
Las toallitas o albornoces especiales para bebés, provistos de capucha, van muy bien para
mantener bien calentito al bebé después de bañarlo.

No deje nunca a un bebé sólo en la bañera. Si necesita salir del lavabo, envuélvalo en una
toalla y lléveselo con usted.

El cuidado del prepucio y del cordón umbilical

Inmediatamente después de la extirpación del prepucio, generalmente el glande (la punta


del pene) del bebé se cubre con una gasa impregnada de vaselina para evitar que el pañal se
adhiera a la herida. Cuando le cambie los pañales al bebé, límpiele suavemente el glande con
agua tibia. El enrojecimiento y la irritación del pene deberían remitir en pocos días, pero si
aumenta el enrojecimiento o la inflamación y/o se forman vesículas llenas de pus, es posible
que se le haya infectado la herida, por lo que debería llamar inmediatamente al pediatra.

El cuidado del cordón umbilical del recién nacido también es importante. Para evitar posibles
infecciones, algunos pediatras recomiendan desinfectar el área con alcohol u otro antiséptico
en cada cambio de pañales hasta que el cordón umbilical se seque y se desprenda,
generalmente al cabo de entre 10 días y 3 semanas. El área del ombligo del bebé no se
debería sumergir en agua hasta entonces. Antes de desprenderse, el cordón umbilical
cambiará de color, de amarillo a marrón o negro. Es algo normal. No obstante, debería
consultar con el pediatra si el área del ombligo del bebé se enrojece, empieza a oler mal o
supura.

Alimentar y ayudar a eructar al bebé

La primera decisión que deberá tomar en lo que se refiere a la alimentación del bebé es si
prefiere darle el pecho o el biberón. Una vez haya tomado esta decisión, probablemente le
sorprenderá lo frecuentemente que necesitan alimentarse los recién nacidos. Por lo general,
se recomienda alimentar al bebé cuando parezca tener hambre, lo que se conoce como
"alimentación a demanda". Su bebé le indicará que tiene hambre llorando, llevándose los
dedos a la boca o emitiendo los sonidos que se producen al succionar.

Un recién nacido puede necesitar alimentarse cada 2 horas o quizás más a menudo. Si usted
ha optado por la lactancia materna, deje que el bebé mame de cada seno durante unos 10 a
15 minutos. Si ha optado por la lactancia artificial, lo más probable es que el bebé ingiera
entre 50 y 90 ml de leche infantil en cada toma.

Algunos padres tienen que despertar a sus recién nacidos cada pocas horas para tener la
seguridad de que están comiendo lo suficiente. Llame al pediatra si necesita despertar al
bebé con frecuencia o si éste no muestra interés por el pecho o el biberón.

Si ha optado por el biberón, le resultará más fácil saber si el pequeño está comiendo lo
suficiente, pero, si le da el pecho, usted puede tener dudas sobre si está ingiriendo suficiente
leche. Si el bebé parece satisfecho, moja aproximadamente seis pañales y defeca varias
veces al día, duerme bien y está ganando peso con regularidad, lo más probable es que esté
comiendo lo suficiente. Hable con el pediatra si tiene alguna duda sobre el crecimiento o la
pauta de alimentación de su bebé.

Los bebés a menudo tragan aire durante las tomas, lo que les puede provocar inquietud.
Puede evitar esto ayudando a eructar al bebé frecuentemente. Si le da el biberón, ayúdele a
eructar cada vez que tome entre 50 y 90 ml de leche. Si le da el pecho, ayúdele a eructar
cada vez que lo cambie de mama. Puede utilizar cualquiera de los siguientes procedimientos:

• Coloque al bebé de pie sobre su regazo y apóyele la cabeza en su hombro. Sujétele


la cabeza y la espalda con una mano mientras le da palmaditas suaves en la espalda
con la otra mano.

• Siente al bebé en su regazo. Sujétele el pecho y la cabeza con una mano y frótele
suavemente la espalda con la otra.
• Acueste al bebé en su regazo boca abajo. Apóyele la cabeza en el pliegue del codo de
uno de sus brazos y utilice la mano que le quede libre para darle palmaditas o
frotarle suavemente la espalda.

Si el bebé no ha eructado al cabo de unos minutos, dé la toma por concluida. Después, trate
de hacerle eructar de nuevo y manténgalo en posición erguida durante 10 a 15 minutos para
evitar que regurgite leche.

El sueño: aspectos fundamentales

Como padre primerizo, es posible que le sorprenda que su bebé, que parece necesitarle cada
minuto del día, de hecho, se pase aproximadamente 16 horas o más durmiendo al día. Por lo
general, los recién nacidos duermen durante períodos de 3 a 4 horas. No espere que su
recién nacido duerma toda la noche -porque su sistema digestivo es tan pequeño que
necesita alimentarse frecuentemente, y usted debería despertarlo cuando lleve 5 horas sin
comer.

¿A partir de cuándo puede esperar que el bebé duerma toda la noche de un tirón? Alrededor
del 90% de los bebes duermen toda la noche (entre 6 y 8 horas seguidas) a los 3 meses de
edad; pero si el suyo no lo hace, no se preocupe. Al igual que los adultos, los bebes
necesitan establecer su propio patrón y ciclo de sueño. Si su bebé está ganando peso con
normalidad y tiene buen aspecto, no se preocupe si a los 3 meses todavía no duerme toda la
noche de un tirón.

Es importante que acueste al bebé boca arriba para dormir a fin de reducir el riesgo de
Síndrome de Muerte Infantil Súbita (SMSL). También debería retirar cualquier objeto blando
y/o almohadillado de la cuna del bebé, incluyendo colchas, edredones, peluches, cojines,
almohadas o almohadones. Al acostar al bebé para dormir, también debería asegurarse de
cambiarle la posición de la cabeza, alternando entre el lado derecho y el izquierdo en noches
consecutivas, para que no se le aplane un lado de la cabeza.

Aunque es posible que ahora le imponga bastante manipular a su recién nacido, dentro de
pocas semanas habrá establecido su propia rutina y lo cuidará como un verdadero
profesional. Si tiene muchas preguntas o dudas, llame al pediatra -él le podrá aclarar
muchas cosas y facilitarle una lista de centros de su localidad donde podrán asesorarle y
ayudarles a usted y a su bebé a crecer juntos.

Actualizado y revisado por: Barbara Homeier, MD


Fecha de la revisión: mayo de 2005

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