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Jornada Fladem 2018

Título de la propuesta: El dictado musical. De la teoría a la práctica. Nuevos


sentidos y significados.
Modalidad de presentación: mesa de intercambio de experiencias
Tema al que refiere su propuesta: Dictado musical
Resumen de una página por cada propuesta presentada
Dentro de las actividades a desarrollar en la asignatura de Teoría y Práctica de la
Música del Conservatorio de Música Astor Piazzolla, la del dictado musical (rítmico
y melódico) es una de las que más tiempo se espera que lleve en el aula
(prácticamente la mitad de la clase). Desde los programas se nos presentan según
el nivel de la materia a trabajar determinadas melodías “con dificultad acorde” para
orientarnos en el trabajo. Pero año tras año sigue apareciendo la misma
perspectiva, grupos de alumnos casi estancos que siempre llegan a los mismos
resultados: el grupo de los alumnos con oído absoluto, para los cuales el dictado
es una pérdida de tiempo; grupo de alumnos con mayor facilidad, que resuelven
los dictados y muchas veces cuestionan el porqué de los mismos, y grupos de
alumnos para los cuales el dictado representa una dificultad inmensa, y es
generador de frustraciones, comparaciones con el resto (“yo no sirvo”). El docente
debe aplicar una metodología para la resolución del dictado, tradicionalmente
repitiendo grupos de dos compases, lo cual implica una melodía anclada en
patrones morfológicamente binarios, sin repeticiones, conclusivas en sí mismas en
8 compases, lo cual da un resultado bastante alejado de la “realidad musical“. En
los exámenes previos regulares y libres, el dictado suele ser una primera etapa
directamente eliminatoria, llevada a la práctica con los esquemas anteriormente
citados.
A partir de aquí al docente le surgen preguntas: en una carrera orientada a la
formación docente y la ejecución instrumental de música “clásica”, ¿cuál es la
función del dictado? ¿Con que material trabajarlo? ¿Con que frecuencia e
intensidad? ¿Para qué sirve el dictado? Desde la orientación a la docencia, el
dictado (mejor llamarlo “transcripción”), podría ser útil para decodificar una canción
a utilizar en el aula a la escritura de arreglos para interpretar. Desde la ejecución
instrumental de un intérprete de música clásica, que trabaja en base a material ya
escrito, pareciera no ser de mucha utilidad. ¿Para qué transcribir si mi habilidad es
la de interpretar algo que ya está escrito? Dentro de la estructura de ambas
orientaciones de la carrera, la “transcripción” solo se lleva a cabo en los primeros
cuatro años de la carrera (nivel medio) para en el nivel superior desaparecer por
completo. ¿Para qué desarrollar una habilidad y abandonarla? En el caso de
trabajos profesionales relacionados con eventuales transcripciones (arreglos, por
ejemplo) se trabaja con estilos que no son el clásico, sino jazz, rock, tango,
folklore, que se rigen por maneras totalmente diferentes de escritura, de pulso, con
una cantidad de tácitos que cambian de estilo a estilo. ¿El dictado trabajado en el
conservatorio nos ayuda en estas situaciones?
La propuesta del encuentro es compartir situaciones para buscar puntos de
encuentro a partir de los cuales poder cuestionar la propia práctica docente y, a
partir de ahí generar propuestas renovadoras.

Datos del lugar de implementación y fecha de su experiencia: Conservatorio


Superior de Mùsica Astor Piazzolla de la ciudad de Buenos Aires, 2013-2017.

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