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El YO especular / Celos & Deseo

junio 17, 2012

El yo no puede no ser sino especular,


narcisista y paranoico, lo cual no implica que el sujeto lo sea. Se trata de la tensión agresiva natural que
instaura la agresividad como parte estructural del psiquismo. Lo que es visto en la tendencia a eliminar al rival
especular, propia de todo vínculo fraternal: competencia, hostilidad, deseo del deseo del otro solo para sí
mismo en el entronizamiento narcisista del yo debido al paso del autoerotismo al narcisismo primario.
Podemos comparar esto con uno de los cuentos de Edgar Allan Poe: William Wilson (que dicho sea de paso,
Poe era uno de los escritores favoritos de Lacan, como puede verse en su seminario del carta robada):

Este magnífico cuento toca el tema de un personaje que se siente perseguido por un ser parecido a él quien
realiza todas las actividades que regularmente hacia en su vida cotidiana, sus allegados y con generes le
platican de los actos que supuestamente él llevó a cabo, es en este momento donde se despierta la idea de
encontrar razón a los hechos y es aquí como casualmente encuentra a su doble al que decide matarlo, al
momento de atravesarlo con la espada, éste ríe y le explica al personaje central que los dos son uno y que
dependen uno del otro, al oír esto Wilson cae muerto.

De esta manera se puede vislumbrar el acercamiento, aunque desde un ámbito literario, a la frase “yo soy
Otro” de la que Lacan es fundador al hablar del mecanismo paranoico y sus diferencias con la mezcla de la
pulsiones de vida y muerte provenientes de Freud (1920), en el sentido de la creación de un yo arcaico
desprendido de la expulsión de lo insatisfactorio y la internalización de las experiencias satisfactorias
ejemplificadas en el Fort Da, tomando como referencia los primeros acercamientos y contrastes con el mundo
social con aspiraciones a dominarlo al percibir una rivalidad que relaciona con la insatisfacción por medio de
juicios completamente premorales. Al tocar estas diferencias se observa que para Freud la constitución del yo
se da desde dentro siendo que para Lacan se da de manera inversa, de fuera hacia adentro.

Al terminar el estadio del espejo, Lacan postula que la dialéctica social con ese mundo persecutor mediatiza al
saber humano en el deseo del Otro, los objetos son constituidos en una equivalencia abstracta por la rivalidad
del otro limitando al yo (je) a una normalización con base cultural. Lo que se conoce es por que
anticipadamente a pasado por el Otro.

En esta alienación del sujeto en el Otro, el infans se identifica y se experimenta y comienza entonces la
circulación del deseo: hacerse reconocer, hacerse desear y desear el deseo del Otro: Imagen, palabra,
alimento y cuidados, no expresan sino, el rumbo de la pulsión, en sus distintas modalidades, oral, anal, mirada
y voz, a lo que se agrega el contacto, que va dando cuenta de la inscripción de las representaciones en el
inconsciente, que dará paso a la historización en proceso de la estructuración psíquica del sujeto sostenido en
el deseo del Otro.

Entendiendo la idea del “espejo” como una metáfora, la relación de la mirada de la madre será fundamental
para el niño, Lacan otorga un lugar importante a ese imaginario engrosado donde acontecen las
especulaciones sostenidas por el investimento libidinal del Otro que lo asiste en su mirar. Allí está en juego el
deseo de la madre, es decir, la castración materna, su estructura inconsciente, presente en su modo de amar
al hijo.

Jesús Manuel Ramírez Escobar

En el espejo con Lacan.

A 60 años de la presentación del Estadio del espejo.

Publicado en: www.psikeba.com.ar


Hay una diferencia, que siempre marco, entre Melanie Klein y Sigmund Freud. Melanie Klein tiene una teoría
de los celos a medida para tranquilizar a los clientes. Èl vuelve a la casa, ella le dice: “¿Con quién estuviste?” Y
èl contesta:“Estás proyectando tus deseos de engañarme” y se va a dormir tranquilo. Se dan cuenta que de
esta manera lo único que se puede hacer es poner un investigador privado porque el que acusa, pierde.

Freud, mucho más astuto, dice que el paranoico tiene razón. El paranoico va a una fiesta, cree que la mujer
está demasiado sociable y se va enojado. No hay motivo para enojarse, dice Freud, pero es verdad que las
fiestas sociales son para que cada uno se excite con la mujer del otro. Sin consecuencias, porque esto se
regula, pero el paranoico tiene razón. Pasa un alto mandatario y escupe, el paranoico dice: “Este me
desprecia” y es verdad, porque si fuera un tipo importante el otro lo vería. Que un cierto desprecio esté
instaurado en la ciudad, no implica que no sea un desprecio.

Mucho antes que Salvador Dalí, Freud dice que cuando tengo celos de alguien es verdad que lo quiero
engañar, pero también es cierto que mi deseo de engañarlo me ha hecho entender su deseo de engañarme,
esto es el conocimiento paranoico: desconozco mi deseo, pero eso mismo me da una especie de radar para
captar el deseo del otro. No es que proyecto sobre una pantalla en blanco, sino que proyecto un deseo sobre
otro deseo, un deseo de engañar –que no conozco- sobre un deseo del otro de engañarme –que acabo de
conocer gracias a que no conozco mi propio deseo de engañar-. Es desconocimiento del propio deseo y
reconocimiento del deseo del otro.
Germán L. García

La clínica y el lenguaje de las pasiones.

Centro Descartes / Bs. As. Clase del 14 de abril de 1999.

Amar: dar lo que no se tiene a quien no es.

enero 28, 2017

“Amar es dar lo que no se tiene, a quien no es”- Apotegma añejado por Jacques Lacan que a veces no se
entiende. Si bien lo hemos dicho muchas veces en esta Blog (siempre que hablamos de Narcisismo, por
ejemplo) merece ser abordado una vez más, ya que de esto se trata todo el secreto donde radica “la solución,
doctor?” de todo conflicto entre dos sujetos que hablan.
Suena categórico y hasta paradigmático: es que lo es. Si creemos que la letra con sangre no entra (a diferencia
de muchos -incluso políticos del Primer Mundo del Capitalismo- que piensan que al fuego hay que responderle
con fuego) y si creemos que –aunque suene romanticón o naif- el amor es la única cura posible para la
neurosis (que no tiene cura); entonces es claro que suene un apotegma riguroso.

El adagio de esa singular frase se debe descomponer así:

1) Amar es dar. Es decir: entregar, ceder. ¿Qué cosa?

2) Lo que no se tiene. Es decir: la falta. Es decir: lo que Lacan bautizó como elobjeto-a: un objeto que no
existe porque, justamente, es la falta misma. ¿Qué quiere decir entregar el objeto, cederlo? Quiere decir que
el Goce Incestuoso (el Paraíso Perdido por definición) debe dejar de anhelarse, de soñarse, porque justamente
no existe: eso es lo que Lacan definió como lo Imposible. Es imposible volver a él: se perdió para siempre. Ese
objeto-a Lacan lo define en el Seminario-11 como la libido: es decir, el deseo. Que nada tiene que ver con la
energía, sino con la metonimia de la Falta-en-Ser. Es decir: de estar sujetados al Lenguaje. Ceder el objeto
quiere decir aceptar que El Soberano Bien (como Lacan lo define en el Seminario-7: el Das Ding, la Madre) está
perdido. No se puede ejecutar el incesto, por más que alguien se acueste literalmente con su Madre. El goce
es no-todo. No hay todo ni nada. Hay agujero. Hay falta. Ese agujero, esa falta, se llama en términos clínicos:
Castración.

3) Lo que no se tiene es la Castración. Entonces: ¿cómo dar algo que no se tiene? Ahí la cuestión. Lacan
hubiese sido muy idiota si enunciase algo tan obvio: dar lo que se tiene. Eso es capitalismo. Y el neurótico cae
muy a menudo en dar bienes; justamente porque con eso reniega de su Castración (y de la del Otro). Dar la
Castración quiere decir, siguiendo al Shylock del Mercader de Venecia de nuestro siempre poético
Shakespeare: dar la libra de carne.

4) Amar es dar la libra de carne. ¿Pero cómo dar algo que si lo cedo, muero? Ya que esa libra de carne
implica –siguiendo a Shylock- dar el corazón. Ahhh! La metáfora amorosa: el corazón! Justamente. Amar es dar
el corazón. Más allá que –narcisisticamente- es amarse a sí mismo; y por eso el sujeto pondrá en juego su
dinámica castratoria (es decir: por él); Dar el Corazón quiere decir: Matarse en lo Simbólico. Es decir: ceder la
imagen –o, a la criolla: el orgullo- y matar un poquitito el EGO; o, a la criolla: cortársela. Uyyy! Pero otra vez el
FALO. Exacto: Porque Lacan fue un lógico, más allá de un poeta.

5) Amar es dar la Falta, la Castración. Es decir: cortársela. Es decir: colocarse como objeto, y no como Falo.
Únicas dos instancias conocidas por Freud que Lacan conceptualizó con estos términos: Lado “Mujer” u
“Hombre”; lado “Objeto Castrado” u “Objeto Fálico”. Como sabemos la histérica está del lado Hombre:es el
FALO. De allí que el enamorado siempre está del lado Mujer. No se está del lado Mujer por ser femenino sino
por estar sujeto a la Castración y ceder el objeto de goce.

6) A quien no es: He aquí la metáfora amorosa: Doy mi castración a quien no es el Falo. Acepto que el otro
está Castrado (caído, enfermo, agonizando, lo que sea) y mato dos pájaros de un tiro: Amo a quien no es por lo
que no tiene (he ahí mi prójimo) y castrándome me aseguro una defensa a mi neurosis. Descubrimiento de
Lacan leyendo inversamente a Freud: la neurosis aparece cuando hacemos pito-catalán a la Castración.
Ejemplos elocuentes son las reacciones fóbicas: la falla en la Metáfora Paterna ocasiona la Metáfora Fóbica. O
cualquier otro síntoma neurótico.
Hablando de Padre: ¿cuál es el conflicto neurótico? Las relaciones se dan dentro del lazo del lenguaje, aunque
el sujeto crea que pueda prescindir de él. Sobre todo dentro de la palabra-plena: es decir, la que está
agujerada no la del mero imaginario. (Palabra Vacía: de yo a yo; desaparece el Sujeto barrado, el de la
angustia; el del deseo. Hablo de boludeces. Palabra Plena: en esas boludeces aparece la Falla, la Hiancia, con la
cual trabajamos los analistas. Digo más de lo que sé, sin saber. Es la palabra dominada por lo Inconsciente,
fuera de nuestro control yoico.)

Entonces: dentro del marco del Lenguaje; el sujeto suele relacionarse en de dos modos: objeto-castrado o
fálico. El problema es que en los vínculos (sobre todo en las relaciones amorosas) los sujetos no pueden ceder
su posición de Falo. Es decir: de niño-que-busca-reencontrarse-con-el-Paraíso-Perdido. El sujeto, en dicha
pose (utilizo el término adrede porque se trata siempre de la Imagen que él cree ser para el Otro), siempre
tratará de sostener(se) ya que la Castración implica una pequeña-muerte. Por eso cuando el neurótico
entienda –y logre hacerlo efectivo- que siempre se castrará (aunque crea que no, siempre algo pierde) y que
toda castración es “perder para ganar”; ahí habrá hecho un Gran Paso para la Humanidad.

El único tema, claro, que esto se amalgama con otras cuestiones: el tempo, la estructura del sujeto, sus
síndrome sintomático, etc. Por ejemplo: la Castración no puede llegar cuando a uno se le antoja. Tiene que ser
en el momento que el vínculo lo demande. Es decir: no puedo dejar llorar al infans indefinidamente. Si llego a
mi casa y mi pareja está con un ataque de asma o simplemente llorando angustiada; no puede decir: “Bueno,
ahora jodete, llora hasta mañana y después te calmo.”- Tengo que Castrarme en ese momento. El tempo no es
una variable estúpida: porque cuando los tiempos no se ejecutan en su debida lógica comienza la competencia
neurótica por el Falo. Y a eso se le suma el resentimiento típico del neurótico.

El tempo de la Castración es tan riguroso como sacar del mar a un ahogado: porque es así como se siente el
neurótico llorón demandante; porque es así como debe procederse al Rescate. Y porque hay que entender
que ese Rescate es mutuo. (Favor remitirse al Posteo sobre la Abuela René en esta misma
blog: http://psicocorreo.blogspot.com.ar/2013/08/estadio-del-espejo-modelo-optico.html) El síntoma del
sujeto tampoco es una variable aleatoria. Porque si el sujeto es un(a) histérica/o sedienta de Falo y de armar
escenas; resulta obvio que la escena puede continuar ad infinitum. O si, por ejemplo, es –como toda histérica-
un sujeto afanoso por buscar un Padre (un Amo) para luego desafiarlo y destituirlo.

Si a esto le sumamos la conflictiva con el Deseo (y la Pulsión), se ve que nada fácil es de llevar a la práctica esa
simple sentencia Lacaniana. Porque el Deseo siempre será puesto al margen (ya que angustia) y porque la
Pulsión empuja hacia un goce imposible, aunque anhelado.

Amar: nada fácil. Por algo los poetas han invertido su vida en decirlo con un Lenguaje que va más allá de
todo… Del todo que no existe, porque hay no-todo. No-todo es posible. No-todo es Falo. El sujeto, de todos
modos, se castrará: de un Padre no puede prescindirse. Se hace síntoma.

Marcelo Augusto Pérez

Amar y su conflicto neurótico.

I / 2017

Artes Visuales:

Gustave Klimt

[ Viena, 1862 / 1919 ]

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