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RECURSO SUELO
CONTENIDO
1. Generalidades
1.1. ¿Qué es el suelo?
1.2. ¿Son importantes los suelos?
1.3. ¿Cuáles son las funciones de los suelos?
2. ¿Existe biodiversidad en el suelo?
3. ¿Existe algún conflicto ambiental que afecte al suelo?
4. Ahora hablaremos del suelo: seguridad alimentaria y el cambio
climático
5. Entonces, ¿Cómo podemos salvar nuestros suelos?
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El suelo es un componente vital del ambiente natural. Su disponibilidad es limitada y se
encuentra constituido por minerales, aire, agua, materia orgánica, macro, meso y micro-organismos
que desempeñan procesos fundamentales de tipo biótico y abiótico, cumpliendo funciones
indispensables para la sociedad y el planeta (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, 2016).
Según el Ministerio de Agricultura de Estados Unidos, USDA, el límite del suelo en la parte
superior es el aire o el agua superficial. El límite inferior puede ser la roca dura o depósitos de
materiales minerales que no han sido afectados por los factores formadores del suelo (Soil Survey
Staff., 1994).
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El suelo es indispensable y determinante para la estructura y el funcionamiento de los ciclos
del agua, del aire y de los nutrientes. Las funciones específicas que un suelo proporciona se rigen en
gran medida por el conjunto de propiedades químicas, biológicas y físicas que se hallan en dicho
suelo. Así mismo, son una reserva clave de biodiversidad mundial que abarca desde los
microorganismos hasta la flora y la fauna. Esta biodiversidad tiene una función fundamental en el
respaldo a las funciones del suelo y, por tanto, a los bienes y servicios ecosistémicos asociados con
los suelos (FAO, 2015a).
El suelo es un recurso finito, lo que implica que su pérdida y degradación no son reversibles
en el curso de una vida humana, además es la base para la producción de alimentos, piensos,
combustibles, fibras y para muchos servicios ecosistémicos esenciales. Una gestión adecuada de este
recurso, constituye un factor esencial en la agricultura sostenible y proporciona también un resorte
valioso para regular el clima y salvaguardar los servicios ecosistémicos y la biodiversidad.
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Figura 2. Funciones del suelo. Fuente: FAO 2015
Por ello, el papel del suelo en la p0roducción alimentaria - forestal y la regulación del clima,
son áreas de investigación clave en un contexto de crecimiento de la población humana mundial, uso
de territorios y cambio de los patrones climáticos. En tal sentido, la degradación edáfica como
resultado de actividades antrópicas afecta a amplias zonas del mundo e impacta directamente sobre
las funciones de los suelos, impulsando así la necesidad de prevenir la degradación a través de
prácticas de gestión sostenibles.
Si, los suelos albergan una gran diversidad de organismos (1/4 de la biodiversidad del planeta)
que desempeñan papeles fundamentales como impulsores de muchos servicios ecológicos de los
cuales depende el funcionamiento de los ecosistemas terrestres, aunque la mayor parte de esta
diversidad permanece desconocida (Figura 3). De este modo, los organismos del suelo y las
interacciones entre ellos y con plantas impactan en varios servicios de ecosistemas, incluyendo la
formación del suelo y el ciclo de nutrientes, la producción de alimentos y fibra, regulación climática,
enfermedades y el control de plagas (FAO, 2015a).
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La existencia de la biodiversidad del suelo también representa un importante recurso
biológico y genético para la explotación biotecnológica. La contribución de la biota del suelo para la
salud humana ya ha sido inmensa: por ejemplo, casi el 80 por ciento de los agentes antibacterianos
aprobados entre 1983 y 1994 tienen su origen en el suelo (Valdez , y otros, 2016).
Además, el uso a gran escala de pesticidas puede tener efectos directos e indirectos sobre la
biodiversidad del suelo. Con la intensificación de la agricultura, el uso de pesticidas se ha
incrementado a escala global. El efecto depende de una variedad de factores que incluyen la
composición química, las cantidades aplicadas, la capacidad de amortiguación del suelo, los
organismos del suelo en cuestión y la escala de tiempo
Si, los principales impulsores globales del cambio del suelo son el crecimiento poblacional y
el crecimiento económico. Mientras el crecimiento económico puede eventualmente ser desacoplado
de incrementos en el consumo de recursos, la generación de residuos continuará siendo un fuerte
impulsor del cambio del suelo al menos durante las siguientes décadas. Factores relacionados e
importantes en el cambio del suelo tales como educación, valores culturales, conflictos civiles, eficacia
de los mercados y riqueza o pobreza de los usuarios de la tierra influyen en el uso y gestión de este
recurso.
El Estado Mundial del Recurso Suelo. Resumen técnico, presenta diez amenazas para las
funciones del suelo: erosión del suelo, pérdida del carbono orgánico (COS) desequilibrio de
nutrientes, acidificación del suelo, contaminación del suelo, anegamiento, compactación del suelo,
sellado del suelo, salinización y pérdida de la biodiversidad del suelo.
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La compactación del suelo es el incremento en la densidad y disminución de macroporosidad
en el suelo, que resulta de la aplicación de presión a la superficie del mismo. La compactación impide
las funciones de ambos, el suelo superficial y subsuelo, e impide la penetración de las raíces y el
intercambio de agua y gases.
La erosión del suelo es la remoción del suelo de la superficie de la tierra por el agua, viento
o labranza. La erosión hídrica ocurre principalmente cuando el flujo superficial transporta partículas
del suelo desprendidas por el impacto de las gotas de lluvia o la escorrentía superficial, a menudo
dando lugar a canales claramente definidos, tales como surcos o cárcavas. La erosión eólica ocurre
cuando el suelo seco, suelto, sin cobertura es sometido a fuertes vientos y las partículas de suelo se
desprenden de la superficie del suelo y son transportadas a otro lugar. La erosión por labranza es el
movimiento directo del suelo pendiente abajo por los implementos de labranza y resulta en la
redistribución del suelo dentro de un campo. La erosión es un proceso natural pero la tasa de erosión
es típicamente incrementada (o acelerada) por la actividad humana.
La salinización del suelo es la acumulación de sales en el suelo. Las sales acumuladas incluyen
sodio, potasio, magnesio y calcio, cloruro, sulfato, carbonato y bicarbonato. La salinización primaria
o natural involucra la acumulación de sales a través de procesos naturales debido al alto contenido de
sal en el material de origen, aguas subterráneas, o la acumulación a largo plazo de las sales contenidas
en las aguas de lluvia. La salinización secundaria o salinización inducida por el hombre es causada por
las intervenciones humanas tales como las prácticas de riego inapropiadas, por ejemplo, el riego con
agua rica en sal y/o drenaje insuficiente.
El anegamiento del suelo ocurre cuando el suelo está muy húmedo y es insuficiente el oxígeno
en el espacio de los poros para que las raíces de las plantas puedan respirar adecuadamente. Otros
gases perjudiciales para el crecimiento de raíces, tales como dióxido de carbono y etileno, también se
acumulan en la zona de las raíces y afectan a las plantas. Muchos suelos son anegados naturalmente,
y esto sólo es considerado como una amenaza cuando los suelos que fueron previamente aeróbicos
(por ejemplo, con oxígeno adecuado en el espacio poroso) pasan a ser anegados.
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El siglo XX ha presenciado el crecimiento extraordinario de población y la economía, y una
revolución asociada en la agricultura. Entre 1961 y 2000, la población mundial creció un 98 por ciento,
pero la producción alimentaria aumentó en un 146 por ciento y la producción per cápita de alimentos
se incrementó en un 24 por ciento. Los rendimientos de los cultivos se han más que duplicado y
notablemente, el área de tierra cultivable en uso sólo se incrementó en un ocho por ciento. La tierra
cultivable per cápita se redujo sustancialmente (de 0,45 a 0,25 ha). La clave de este período fue el
incremento dramático de los insumos agrícolas y los avances en la mejora de cultivos. El uso de
fertilizantes con nitrógeno se incrementó por un factor de siete, fertilizantes con fósforo por un factor
de tres y el agua de riego por un factor de dos. Se espera que alcance 9,6 billones en el 2050 y 10.9
billones en 2100. La mayor parte de este crecimiento ocurrirá en los países de bajo-ingreso. Muchos
de estos países (por ejemplo, en África occidental) tienen suelos infértiles y bajos niveles de
productividad agrícola.1 Las estimaciones de la demanda mundial de alimentos sobre la base de estas
predicciones de población y en los cambios dietéticos esperados indican que la producción en el 2050
deberá incrementarse en un 40-70 por ciento en comparación con el 2010.
Sin embargo, las estrategias del siglo XX que simplemente incrementan los insumos agrícolas son
problemáticas debido a las implicaciones de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, la
creciente escasez de insumos y la disponibilidad limitada de agua de bajo costo. La población mundial
también es cada vez más urbanizada. Una de las consecuencias es la expansión urbana invadiendo
tierras agrícolas de buena calidad. La tasa de sellamiento del suelo (por ejemplo, la cobertura
permanente de la superficie del suelo con materiales impermeables artificiales como el asfalto y
concreto, típicamente relacionados al desarrollo urbano y la construcción de infraestructura) es ahora
un serio problema mundial y se estima que el 66 por ciento de la población mundial será urbana.
En tal sentido, los suelos en mayor o menor proporción podrían coadyuvar a los esfuerzos
tendientes a disminuir el cambio climático (Agencia Europea del Medio Ambiente, 2015) debido a
que el suelo además de prestar otros servicios ecosistémicos claves para todas las expresiones de vida
en el planeta, desempeña un rol estratégico e insustituible en el ciclo del carbono en la tierra (Burbano
Orjuela, 2018); sin embargo, en la actualidad, esta función está siendo totalmente degradada por la
actividad antrópica y el cambio climático.
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Este cambio climático, es un fuerte impulsor de modificaciones del suelo a través de sus
efectos actuales y anticipados sobre el uso y gestión de la tierra. El impacto del cambio climático
sobre el funcionamiento del suelo es la mayor fuente de incertidumbre en cualquier proyección
de las tendencias en los servicios de los ecosistemas claves proporcionados por el suelo,
ocasionando un efecto dominó.
Las altas temperaturas y un suministro de agua menos fiable crearán serias dificultades para
la pequeña ganadería, especialmente en ecosistemas de pastos áridos y semiáridos en latitudes
bajas. El aumento en la variabilidad de las precipitaciones y la frecuencia de sequías e
inundaciones provocará seguramente una caída generalizada en el rendimiento de los cultivos. El
cambio climático también afectará al medio acuático, por ejemplo por cambios en la temperatura
de la superficie del mar, la circulación oceánica, las olas y los sistemas de tormenta, la
concentración salina y de oxígeno y la acidificación, lo que afectará también a la industria
pesquera (FAO, 2017).
Se calcula que para el año 2050 la población mundial será de 9000 millones de personas y el
mundo tendrá que producir aproximadamente 60% más alimentos, a la vez que 1800 millones
de personas vivirán en áreas con escasez de agua. Si bien la producción mundial de alimentos
está aumentando, la tierra de la que depende la agricultura se está degradando a una velocidad
alarmante, poniendo en peligro el futuro del progreso. Las tierras degradadas producen menos
alimentos y almacenan menos agua y carbono, lo que hace más grave la inseguridad alimentaria
e hídrica, y contribuye al cambio climático.
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degradada, lo que genera una disminución de la producción agrícola, interrupción del ciclo del
agua, y liberación de gases de invernadero (UICN, 2018).
El uso y manejo sostenible de los suelos se relaciona con muchos ámbitos diferentes del
desarrollo sostenible:
Reducción de la pobreza,
Erradicación del hambre,
Crecimiento económico y
Protección del medio ambiente.
El fomento del manejo sostenible de los suelos puede contribuir a la salud de los suelos y,
de este modo, a los esfuerzos de erradicación del hambre y la inseguridad alimentaria y a la estabilidad
de los ecosistemas. Existe una necesidad urgente de detener la degradación de la tierra en sus
diferentes formas y establecer marcos para sistemas de manejo sostenible de los suelos.
Para ello, el Grupo técnico intergubernamental sobre los suelos de la Alianza Mundial sobre
los Suelos. (FAO, 2015c) recomienda las siguientes medidas:
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1 Los agroquímicos y el suelo en la Región La Libertad
Durante los últimos 35 años se ha aumentado el uso de plaguicidas a nivel mundial, con una tasa de
crecimiento de 4 a 5,4%, la principal fuente de plaguicidas es el carbono y nitrógeno, degradándose
principalmente por la actividad microbiana (FAO, 2015).
Según la OMS dice que actividades como la industrialización, los intereses económicos y las
posibilidades de controlar más fácilmente las plagas dieron lugar a un desarrollo en los plaguicidas
(OMS, 1990), son sustancias químicas diseñadas para ser toxicas, esto se da principalmente porque
son liberadas en el ambiente de forma abierta (Toro, 2010).
Uno de los principales efectos que ocasionan los plaguicidas son los cambios en el balance
de la naturaleza, llegando a desequilibrar los sistemas ecológicos, lo que significa que en el suelo existe
una variedad de poblaciones animales, vegetales y microbianas, la introducción de plaguicidas en el
suelo ocasiona cambios a estas poblaciones y alteraciones en la cadena trófica, afectando así a muchos
elementos biológicos del suelo.
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En este sentido, nuestra Región La Libertad viene desarrollando una considerable actividad
agrícola que destaca a nivel nacional con la participación de agricultores de pequeña, mediana y gran
escala; y con ello el incremento del uso de productos agroquímicos sobre todo en la mediana y
pequeña agricultura. Un estudio reveló el uso indebido de fertilizantes y plaguicidas en el distrito de
Poroto, donde los agricultores aplican fertilizantes sintéticos con mayor incidencia (41%), seguido de
cerca por los abonos orgánicos (32%) y humus (24%). En la zona de estudio se encontró que los
plaguicidas más usados son: organoclorados (46%), organofosforados (26%), bioinsecticidas (18%) y
carbamatos (10%). El 47% de los agricultores de la zona realizan de 3 a 4 aplicaciones por campaña
y el 38% de 1 a 2 aplicaciones de pesticidas. El pesticida más usado por los agricultores es el Tamaron
(Metamidofos: O,S-Dimetil fosforoamidotioato), sin embargo los agricultores realizan mezclas
mortales de pesticidas en la aplicación de los diferentes cultivos (Guerrero, 2013).
También en el distrito de Moche, otro estudió demuestra que el control y manejo de las
plagas, se realiza a través del uso de insecticidas y herbicidas hasta en un 60% en el sector El Tanque.
Asimismo, se encontró que se incrementó la frecuencia de uso y aplicación de los plaguicidas con
una frecuencia semanal y quincenal, constituyendo en conjunto hasta el 80% de las población agrícola
como es el caso del sector El Tanque, y el 53% y 66% en los sectores Jushape y Chaquín Alto,
respectivamente; siendo importante considerar el tiempo de persistencia de los pesticidas en los
campos agrícolas, así como el tiempo de cosecha después de la última aplicación del pesticida
(Guerrero, 2018).
Una alternativa ambiental es emplear técnicas y estrategias, logrando así desarrollar una
agricultura ecológica. y sus homólogas (agricultura orgánica, biológica, biodinámica o natural) como
buena herramienta que dan respuesta a esta necesidad y a otras muchas de las que actualmente tienen
la tierra y los hombres, ya que sus objetivos principales son proteger los recursos naturales y producir
alimentos en cantidad suficiente y de la mejor calidad (Guerrero & Otiniano, 2012)
ACTIVIDADES
Lea atentamente el texto presentado para extraer las ideas más importantes y luego:
1. Elaborar un árbol de problemas sobre el manejo del recurso suelo y el uso de agroquímicos
en nuestra Región La Libertad.
2. Platear las conclusiones respectivas del texto leído.
Elaborado por:
Gardenia Prado Chávarri
Maestra en Ciencias
DTP- Cultura Ambiental
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REFERENCIAS BIBLIOGÁFICAS
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