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Se han creado dos teorías acerca de Jenofonte de Éfeso. La primera, que sea
un seudónimo, muy común, usado por varios autores en memoria de Jenofonte de
Atenas, autor de diversos escritos biográficos, históricos, filosóficos y políticos sobre la
Grecia antigua, por ser un antecedente a la novela griega de su época. Además, se
dice que aunque haya nacido en Éfeso, lo más probable es que su vida no se realizará
por mucho tiempo en dicha ciudad. La segunda, coincide con la primera en que su
verdadero nombre no es Jenofonte, pero que se trataría de una sola persona
extranjera a la ciudad de Éfeso con noticias de ella: Lo más probable es que haya
obtenido información a través de la plática con habitantes de Éfeso o leyendo libros
guía.1
Por otro lado, la razón para usar un seudónimo para este género, se debe a
que la novela no era muy bien vista durante la Grecia Antigua, a pesar de tener gran
apogeo duran el siglo I d.C.
1
Herrero, M. (2007). Jenofonte de Éfeso: Estado de la cuestión. Minerva: Revista de filología clásica, 15,
65-88. Pp.: 67
2
Enciclopedia bizantina del siglo IX.
Se afirma que en realidad, cuando el Suda dice: «Jenofonte de Éfeso» se
refiere al lugar donde inicia y termina la obra – pues existen otros dos Jenofontes con
las mismas características: Jenofonte de Antioquía, autor de las Babiloníacas;
Jenofonte de Chipre, que escribió las Cípricas –, si fuese así, entonces se podría decir
que el Suda tampoco nos da su étnico correspondiente3. También se sustenta que los
datos que da acerca de las celebraciones hacia Artemis y la supuesta precisión a la
que se refiere a la ciudad son inventadas y su función es periegética, es decir, que da
a conocer y recoge información sobre la historia, los pueblos, los individuos, las
costumbres e incluso la mitología de los lugares que se atraviesan.
Hay que recalcar que este género no abarca con las características planteadas
por los grandes filósofos como Platón6 por ser la novela algo «novedoso» y diferente a
su tiempo.
3
No sería la primera vez que este libro se equivoca.
4
Al parecer era un autor muy conocido en la antigüedad, en especial por Hesiquio de Mileto (ss.
v/vi d. C.).
5
Herrero Op. Cit. Pp.:70
6
República 392d-394c, que divide el “relato” o “discurso” (conceptos equivalentes a diégesis) poético en
imitativo (tragedia y comedia), enunciativo (ditirambo) y mixto (épica).
contenían abundantes novelle7, cuentos o leyendas de origen oral, aunque la primera
ficción consciente en prosa la constituyen, en el mismo siglo, las Tetralogías de
Antifonte (Ruiz, 2007).
Si tenemos en cuenta el sexo del público, es dudoso pensar que las mujeres
hayan sido el objetivo imperante para este género: aunque con bastante imprecisión,
es sabido que la mujer antigua no llevaba una educación ligada a la lectura ni
comprensión de textos literarios, las pocas que debieron – y pudieron – llevar este tipo
de educación eran las aristócratas de pensamiento patriarcal.
Por otro lado, también se puede pensar que las novelas fueron leídas en
público, y esto se comprueba con dos sencillas razones: Tanto romanos como griegos
son sociedades orales, que necesitan de este medio para poder manifestar su poder a
través de la lengua; la otra razón, es la mención de estos textos en otras obras y en
monedas de la época.
7
La cursiva es mía.
CAP. 2:
La obra original consta de diez libros, y si han llegado solo cinco de ellos se
debe a que la esta última es una epítome de la original, es decir, es un resumen
escrito mucho tiempo después por otra persona, sustentada por los constantes vacíos
a lo largo de toda la obra. Para Rhode y luego retomado por Burguer, el epitomador
habría cambiado la disposición del trabajo y sería responsable de la ausencia de
motivación de la acción, así como de la diferente extensión de los libros10. Hay que
tener en cuenta que en el II d.C. es común este tipo de trabajos. O. Weinreich afirma
que Jenofonte escribió dos versiones: una larga y otra corta11.
Para la siguiente teoría hay que advertir que la tal noticia del Suda por sí sola
no nos merecería ninguna credibilidad, ya que no siempre coinciden sus datos sobre el
número de libros de una obra, o sobre el número de obras de un autor, con los que
conocemos como verdaderos por otras fuentes12. Apoyándonos, en las noticias que
nos da Herrero de T. Hägg13 se rescatan dos ideas innovadoras. La primera, que el
Suda da una división distinta a la división que hizo Jenofonte, y la segunda que estos
«vacíos» no son producto de otra persona, sino que el mismo autor elimina las partes
repetitivas y que ya no son necesario contarlas, pero de este punto se hablara más
adelante. Un ejemplo puede aclarar quizá mejor la cuestión. En la novela hay dos
episodios con el tema de la mujer de Putifar: el de Manto en el libro II (3-5) y el de Ciño
en el III (12, 4), el primero extensamente tratado y el segundo despachado en unas
pocas líneas.14
A estas dos teorías hay que considerar el riesgo de corrupción que puedan
tener, por ser encontradas conservadas en un manuscrito medieval, lo que conlleva la
muy posible alteración por parte de la iglesia cristiana.
8
Como lo plantea el Suda
9
Que es la que ha llegado a nosotros a través del Codex Laurentianus Conventi Soppresi 627
10
Herrero Op. Cit pp.:71
11
María Herrero saco esta conclusión a partir de la lectura del libro «Der griechische Liebesroman» de
Otto Weinreich
12
Mendoza Op. Cit pp.:220
13
Die Ephesiaka des Xenophon Ephesius-Original oder Epitome?”, Classica et Medievalia 27, 1966, 118 -
161
14
Mendoza, J. (1979). Jenofonte de Éfeso: Efesíacas. España: Gredos pp.:221
Las Efesíacas: Argumento
Libro II: Al llegar a tierra firme son entregados a Apsirto, quien encarcela a
Habrócomes, después de que su hija Manto, despechada por este, dijera que la
violada; mientras que Antia y los esclavos son dados a Manto y su esposo como
regalo de bodas. Son llevados a Siria, Antia es regalada a un pastor para luego ser
vendida como esclava, pero termina secuestrada por Hipótoo y su banda. Los
esclavos son adoptados como hijos por un anciano. Apsirto descubre el engaño, libera
a Habrócomes, quien se entera de lo sucedido a Antia y parte en su búsqueda,
naufragando cerca de las costas de Cilicia. Los bandidos son asesinados por el
irenarca15 Perilao, excepto Hipótoo, y decide hacerla su esposa a Antia. Habrócomes
termina haciéndose amigo de Hipótoo.
Libro IV: Hipótoo funda una nueva banda y llega a Egipto. Habrócomes es
condenado a morir a orillas del Nilo, a quien le pide socorro y lo salva por dos veces.
Hipótoo ataca la caravana de Psamis y aprisiona a Antía. Por otro lado, las
autoridades descubren las mentiras de Cino, que es ajusticiada, y liberan a
15
En la novela irenarca vendría a ser una especie de policía o guardián del orden. Sin embargo, esto no
está esclarecido del todo debido a que el irenarca es la persona encargada de un gimnasio
Habrócomes. Uno de la banda de Hipótoo muere a manos de Antia al querer violarla;
Hipótoo, que ignora la identidad de la prisionera, la entierra viva en un foso con dos
perros hambrientos, pero su guardián, Anfínomo, alimenta cada día a las fieras para
evitar su muerte.
Hay varios temas que se puede desarrollar en esta novela, el primero sería el
tema universal del amor y sus lazos a pesar de la distancia. Diversos estudios indican
que el tiempo narrativo dedicado a la separación es en total un 62%16 a lo largo de la
novela. Durante el cual, ambos amantes repiten el constante y mutuo amor que se
tienen el uno por el otro a sendos remitentes a quienes les cuentan sus desventuras –
después de haber vivido una experiencia terrible reciente: como el encuentro entre
Habrócomes e Hipótoo y el primero le cuenta su historia con su amada, o el de Antia al
pastor Lampón cuando es entregada por Manto. Otro «sub-tema» relacionado con el
amor es el amor homosexual17, como se revela al final del primer libro por parte de
16
María Herrera y Consuelo Ruiz afirman este dato.
17
Siempre relacionada entre hombres, como veremos más adelante.
Corimbo a Habrócomes, o el de Hipótoo18 a su novio muerto Hiperantes, quien
también era amado por otro hombre y debido al cual tuvieron que escapar de su
pueblo, narrado en el tercer libro. No hay que olvidarnos los lazos entre amor y
muerte, los cuales tienen claras referencias en el intento de suicidio de Antia:
Creyendo muerto a Habrócomes desea unirse a él en la muerte, decide tomar un
potente veneno, que termina siendo un somnífero y al darse cuenta de esto, prefiere
morir de inanición pero se ve frustrada por segunda vez consecutiva al ser capturada
por saqueadores; luego estas noticias llegan a Habrócomes, quien emprende una
nueva empresa en búsqueda del cuerpo de su amada. Como dice Como dice Máximo
Brioso Sánchez (2008) «La falsa muerte no es, pues, sólo un motivo en sí repetitivo,
sino que es generador de noticias y creencias». Otro caso es el homicidio de Cino
hacia su esposo, con la finalidad de quedarse con el héroe, aunque termina siendo, al
igual que la bárbara Manto, despechada; aún más raro es el caso del pescador
Egialeo, quien vive con el cadáver embalsamado de su esposa «Y aquí, no hace
mucho, murió Telxínoe, y yo no enterré su cuerpo, sino que lo tengo conmigo y
constantemente lo beso y vivo con él.»19
18
Cabe mencionar que Hipótoo es una mención claramente, aunque no explicita, de la idea de
bisexualidad «contemporánea» porque si bien tuvo un amante de su mismo sexo, también siente una
fuerte atracción por Antia.
19
Mendoza, J. Op. Cit. 292
20
Por no decir religión
21
Considerado un dios, casi confundiéndolo con el dios Helios.
22
Mendoza, J Op. Cit. 224
23
Ibíd. Pp.: 234
durante sus travesías por Egipto heroína se encarga a Isis para la protección de su
virginidad frente a los acosos de algunos personajes. De esto podemos deducir que
Antia es una conexión entre ambas diosas.
Se cree que el escritor de las Efesíacas que ha llegado hasta nuestros días,
tiene características de un epitomador – si es que no fue uno-, fundamentándonos en
los constantes vacíos que existen25, lo cual no es propio de la cultura griega clásica.
Visto de otro modo, podemos decir que estamos frente a un inminente cambio en el
pensamiento griego, debido quizá a la futura llegada de la segunda sofistica. Sin
embargo, también se afirma que esto se debe a la ya innecesaria repetición de hechos
anteriores como puede ser los paralelismos, recapitulaciones y alternancias dadas a lo
largo de la novela, como lo es la detallada muerte y entierro de Antia y luego la
narración, más bien dicho la mención, que hace la anciana hacia Habrócomes de lo
sucedido.
24
A mi parecer más vale una intervención directa de un Dios que la indirecta a través de un
intermediario.
25
Consuelo Ruiz nos dice que son despistes narrativos del autor, propio de la época.
Siracusa, etc.; y de acciones: Rapto por piratas, rapto por ladrones, venta de
esclavos, intentos de violación, homicidio, procesiones, entre muchas más. Esto nos
da señales de la gran habilidad de Jenofonte para variar su contexto a partir de dos
líneas paralelas, a pesar de usar siempre fórmulas de escritura cortas, claras y
directas, propias del cuento popular.26
A pesar de que esta obra contiene muchos vacíos, sea el motivo por el cual se
diera esto, Jenofonte menciona un total de 44 personajes de los cuales 33 poseen
nombres. En cuanto a los nombres de los personajes suelen ser parlantes y podrían
agruparse en tres categorías: nombres adaptados a la función del personaje en la
intriga (Hipótoo: “Caballo veloz”), a su oficio (los nombres de los piratas tienen que ver
con el mar, el pescador que acoge al héroe se llama Egialeo, “Playero”) o a sus
cualidades físicas (Antia: “Florida”). Este procedimiento, que tiene su origen en el
folclore, es típico de los mitos griegos y cuenta con una larga tradición literaria en
Grecia.27 Pero no a todos le pasa esto, no se han encontrado relación alguna con
nombres como Eudoxo (el de buena reputación) que convendría más a un médico que
a un pirata, o el caso de los nombres de personajes «literarios» como Altea, Apsirto y
Clístenes.
26
Así lo asegura Consuelo Ruiz.
27
Ruiz, C. (2006) La novela griega. España: Síntesis. Pp. 97
heredar la fortuna de una anciana con la que se casó. También, es el único que se
conecta con ambos amantes, y además el autor le da una línea paralela a la par que
Habrócomes y Antia28. Por último, las razones que lo impulsan a él a seguir adelante
es la más variada, al comienzo es por riquezas como ladrón, luego como ayudante del
héroe, le sigue armar una nueva banda, y después se transforma en caza fortunas
para terminar como ayudante de la heroína. Habrócomes y Antia, por el contrario, solo
se mueven por el mutuo deseo de encontrarse ya sea en la vida o en la muerte
28
Los esclavos también poseen una línea paralela, pero es muy pobre y apenas desarrollada en unas
pocas líneas. Tal parece que el autor tuvo que hacer esto más como necesidad de estilo que por
necesidad de importancia de estos personajes
CONCLUSIONES
WEBGRAFÍA