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Las Efesíacas de Jenofonte de Éfeso.

Impresiones sobre la novela griega

Juan Antonio Molina Sócola


INTRODUCCIÓN

En comparación con los otros géneros literarios de la Grecia Antigua, se le ha


dado muy poco interés a la novela griega y aunque los estudios son de una gran
envergadura desde ya mediados del siglo pasado, mucha de esa información no ha
llegado al alcance de las personas en general. A tal punto de que no se enseña este
género en las escuelas ni públicas ni privadas. Este trabajo no pretende remediar ello,
solo acercar, a través de una lectura sencilla, a estudiantes, por no decir interesados,
de cualquier grado y a la vez conseguir un motivo para la intensificación de la
propaganda de la novela griega antigua.

Dentro del presente trabajo, se encontraran referencias tanto a lo conocido de


la vida del Jenofonte de Éfeso, autor de Las Efesíacas, así como a los investigadores
de dicho autor y su única obra conocida. También, se ha añadido un argumento, quizá
no breve pero si sustancial de todos los libros que componen la novela para poder
realizar, de esta manera, un posterior análisis que ahonde con mayor facilidad en la
temática y estilo del autor. Se pasara después a la interpretación de los personajes y
terminando con la influencia posterior de esta obra en la narrativa de los siglos
siguientes.
CAP. 1

1.1 Jenofonte de Éfeso:

No se tienen muchas referencias acerca de la vida de este autor (en su obra


nunca se menciona nada de él, ni cuándo nació, ni de dónde es). Debió vivir entre
mediados del siglo I y los inicios del siglo II de nuestra era por tener un estilo más
sencillo al usado durante la época de la Segunda Sofística (el cual abarca desde final
del siglo II hasta el siglo V o VI). Lo que sí parece claro es que la lengua sería la
original del autor (Ruiz, 2007).

Se han creado dos teorías acerca de Jenofonte de Éfeso. La primera, que sea
un seudónimo, muy común, usado por varios autores en memoria de Jenofonte de
Atenas, autor de diversos escritos biográficos, históricos, filosóficos y políticos sobre la
Grecia antigua, por ser un antecedente a la novela griega de su época. Además, se
dice que aunque haya nacido en Éfeso, lo más probable es que su vida no se realizará
por mucho tiempo en dicha ciudad. La segunda, coincide con la primera en que su
verdadero nombre no es Jenofonte, pero que se trataría de una sola persona
extranjera a la ciudad de Éfeso con noticias de ella: Lo más probable es que haya
obtenido información a través de la plática con habitantes de Éfeso o leyendo libros
guía.1

Aunque lo más común es que un autor escriba sobre su ciudad, entendiéndose


por esto que haya vivido o nacido en tal lugar, la segunda teoría es la más aceptada
hoy en día, y se basa en que las únicas noticias que tenemos acerca del autor están
en el Suda2: «Jenofonte de Éfeso, narrador histórico. Las Efesíacas, una historia de
amor en diez libros acerca de Habrócomes y Antía. También sobre la ciudad de los
efesios y otras cosas». Después de esto, ya no se dice más: no hay otras obras
conocidas ni registro de él en ninguna parte. A partir de la obra tampoco se puede
decir que «nuestro» Jenofonte sea de Egipto, por situarnos en lugares tan apartados
geográficamente a lo largo de la novela.

Por otro lado, la razón para usar un seudónimo para este género, se debe a
que la novela no era muy bien vista durante la Grecia Antigua, a pesar de tener gran
apogeo duran el siglo I d.C.

1
Herrero, M. (2007). Jenofonte de Éfeso: Estado de la cuestión. Minerva: Revista de filología clásica, 15,
65-88. Pp.: 67
2
Enciclopedia bizantina del siglo IX.
Se afirma que en realidad, cuando el Suda dice: «Jenofonte de Éfeso» se
refiere al lugar donde inicia y termina la obra – pues existen otros dos Jenofontes con
las mismas características: Jenofonte de Antioquía, autor de las Babiloníacas;
Jenofonte de Chipre, que escribió las Cípricas –, si fuese así, entonces se podría decir
que el Suda tampoco nos da su étnico correspondiente3. También se sustenta que los
datos que da acerca de las celebraciones hacia Artemis y la supuesta precisión a la
que se refiere a la ciudad son inventadas y su función es periegética, es decir, que da
a conocer y recoge información sobre la historia, los pueblos, los individuos, las
costumbres e incluso la mitología de los lugares que se atraviesan.

Con relación a su única obra conocida4, se ha especulado mucho sobre la


antigüedad con relación a Caritón para, de esta forma, tratar de datarla con precisión.
Algunos estudiosos afirman que la obra de Jenofonte es más antigua que su colega
debido a que es más cercana a la oralidad que Caritón, como opina J.N. O’ Sullivan.
Sin embargo, la mayoría de investigadores afirman que es lo contrario por ser la obra
de Caritón es mejor o más sensible5.

La principal dificultad que se atraviesa para poder definir quién es el original y


quién el imitador está en el hecho de que sus obras aparecen juntas en el Codex
Laurentianus Conventi Soppresi 627, con letra del siglo XIII. Además, conservamos
una copia de este mismo códice hecha por Salvini en 1700 […] y están actualmente en
la Biblioteca Laurenciana (Mendoza, 1979), junto a obras de otros autores. A esto, se
le puede añadir que no existen muchas novelas griegas que se hayan recuperado
completas, en la mayoría de los casos solo existen partes.

1.2 Novela griega

Hay que recalcar que este género no abarca con las características planteadas
por los grandes filósofos como Platón6 por ser la novela algo «novedoso» y diferente a
su tiempo.

En primer lugar, se ha dicho que la poesía está reservada para la ficción y la


prosa lo es para lo verdadero, lo real. Los mismos griegos reconocieron que la Odisea
fue la primera obra en verso que es ficcional. Sin embargo, para hallar ficción en prosa
debemos remontamos a obras como las Historias de Heródoto, en el siglo V a.C., que

3
No sería la primera vez que este libro se equivoca.
4
Al parecer era un autor muy conocido en la antigüedad, en especial por Hesiquio de Mileto (ss.
v/vi d. C.).
5
Herrero Op. Cit. Pp.:70
6
República 392d-394c, que divide el “relato” o “discurso” (conceptos equivalentes a diégesis) poético en
imitativo (tragedia y comedia), enunciativo (ditirambo) y mixto (épica).
contenían abundantes novelle7, cuentos o leyendas de origen oral, aunque la primera
ficción consciente en prosa la constituyen, en el mismo siglo, las Tetralogías de
Antifonte (Ruiz, 2007).

En segundo lugar, se ha dividido la novela en dos grandes grupos, la romántica


o seria, y la novela satírica o cómica, pero también existe otro tipo de clasificación
como lo son la biografía novelesca y la novela epistolar, que se entrecruzan con la
clasificación del primer grupo y con otro tipo de clasificación que sería la fragmentada
entre novela pre-sofística y la sofística.

En cuanto a la popularidad de la novela, debe de enunciarse que la forma de


medición que se ha llevado a cabo es a partir de la cantidad y calidad de papiros que
se ha encontrado. En el primer caso, se han descubierto una gran cantidad de papiros,
deduciéndose el gran apogeo de la novela en la Grecia Antigua aunque opacada
siempre por la tragedia, de la cual hay una cantidad muy superior. Asimismo, la alta
calidad de algunos ejemplares, comparables incluso con los tratados de importantes
filósofos como Safo, Tucídides y Demóstenes, dan cuenta que la novela no fue un
género cultivado únicamente para las masas, sino que estaba en un punto medio entre
lo culto y lo folclórico(popular), por lo que debería ser llamado literatura de consumo.
Por esto, podemos decir que no existía, en realidad, un gran número de lectores, pero
este grupo demostró tener gran avidez por este tipo de literatura. De la cual podemos
añadir, que su función si bien no era ni social, ni política, ni tradicional, ni ética,
mostraba otras funciones como lo son el comportamiento humano frente a diversas
situaciones y la religiosidad que debe existir en cada persona.

Si tenemos en cuenta el sexo del público, es dudoso pensar que las mujeres
hayan sido el objetivo imperante para este género: aunque con bastante imprecisión,
es sabido que la mujer antigua no llevaba una educación ligada a la lectura ni
comprensión de textos literarios, las pocas que debieron – y pudieron – llevar este tipo
de educación eran las aristócratas de pensamiento patriarcal.

Por otro lado, también se puede pensar que las novelas fueron leídas en
público, y esto se comprueba con dos sencillas razones: Tanto romanos como griegos
son sociedades orales, que necesitan de este medio para poder manifestar su poder a
través de la lengua; la otra razón, es la mención de estos textos en otras obras y en
monedas de la época.

7
La cursiva es mía.
CAP. 2:

Las Efesíacas: Extensión.

El principal problema e incógnita que esta obra encierra en cuanto a la


extensión: ¿Es una novela de diez libros8 o una de cinco libros9? Sobre esto se han
formado las siguientes teorías.

La obra original consta de diez libros, y si han llegado solo cinco de ellos se
debe a que la esta última es una epítome de la original, es decir, es un resumen
escrito mucho tiempo después por otra persona, sustentada por los constantes vacíos
a lo largo de toda la obra. Para Rhode y luego retomado por Burguer, el epitomador
habría cambiado la disposición del trabajo y sería responsable de la ausencia de
motivación de la acción, así como de la diferente extensión de los libros10. Hay que
tener en cuenta que en el II d.C. es común este tipo de trabajos. O. Weinreich afirma
que Jenofonte escribió dos versiones: una larga y otra corta11.

Para la siguiente teoría hay que advertir que la tal noticia del Suda por sí sola
no nos merecería ninguna credibilidad, ya que no siempre coinciden sus datos sobre el
número de libros de una obra, o sobre el número de obras de un autor, con los que
conocemos como verdaderos por otras fuentes12. Apoyándonos, en las noticias que
nos da Herrero de T. Hägg13 se rescatan dos ideas innovadoras. La primera, que el
Suda da una división distinta a la división que hizo Jenofonte, y la segunda que estos
«vacíos» no son producto de otra persona, sino que el mismo autor elimina las partes
repetitivas y que ya no son necesario contarlas, pero de este punto se hablara más
adelante. Un ejemplo puede aclarar quizá mejor la cuestión. En la novela hay dos
episodios con el tema de la mujer de Putifar: el de Manto en el libro II (3-5) y el de Ciño
en el III (12, 4), el primero extensamente tratado y el segundo despachado en unas
pocas líneas.14

A estas dos teorías hay que considerar el riesgo de corrupción que puedan
tener, por ser encontradas conservadas en un manuscrito medieval, lo que conlleva la
muy posible alteración por parte de la iglesia cristiana.

8
Como lo plantea el Suda
9
Que es la que ha llegado a nosotros a través del Codex Laurentianus Conventi Soppresi 627
10
Herrero Op. Cit pp.:71
11
María Herrero saco esta conclusión a partir de la lectura del libro «Der griechische Liebesroman» de
Otto Weinreich
12
Mendoza Op. Cit pp.:220
13
Die Ephesiaka des Xenophon Ephesius-Original oder Epitome?”, Classica et Medievalia 27, 1966, 118 -
161
14
Mendoza, J. (1979). Jenofonte de Éfeso: Efesíacas. España: Gredos pp.:221
Las Efesíacas: Argumento

Libro I: Habrócomes y Antia son dos jóvenes que quedan enamorados a


primera vista y caen enfermos de amor. Sus padres van al oráculo para encontrar la
solución, este les dice que deben casarlos, luego irán en un viaje por mar lleno de
desventuras y al final se reencontrarán más felices y ricos que antes. Los padres
hacen obedecen; tiempo después los enamorados zarpan rumbo a Egipto, siendo
interceptados por piratas y hechos prisioneros juntos a sus esclavos Leucón y Roda.
Corimbo, que es el líder se enamora de Habrócomes y otro más lo hace de Antia.

Libro II: Al llegar a tierra firme son entregados a Apsirto, quien encarcela a
Habrócomes, después de que su hija Manto, despechada por este, dijera que la
violada; mientras que Antia y los esclavos son dados a Manto y su esposo como
regalo de bodas. Son llevados a Siria, Antia es regalada a un pastor para luego ser
vendida como esclava, pero termina secuestrada por Hipótoo y su banda. Los
esclavos son adoptados como hijos por un anciano. Apsirto descubre el engaño, libera
a Habrócomes, quien se entera de lo sucedido a Antia y parte en su búsqueda,
naufragando cerca de las costas de Cilicia. Los bandidos son asesinados por el
irenarca15 Perilao, excepto Hipótoo, y decide hacerla su esposa a Antia. Habrócomes
termina haciéndose amigo de Hipótoo.

Libro III: Habrócomes enterado de lo que le paso a Antia, decide ir a buscarla


nuevamente. Antia, con ayuda de un anciano, decide matarse, pero su plan queda
frustrado cuando el anciano le da un somnífero en vez de veneno. Aun así, es pasada
por muerta y enterrada. Al despertar, se da cuenta que la tumba está invadida por
saqueadores quienes se la llevan a Alejandría. Luego, una anciana le cuenta a
Habrócomes que el «cadáver» ha sido raptado. El héroe abandona a su amigo y
decide buscar a la «muerta». Antia es vendida al indio Psamis para ser su esposa,
pero ella arguye que está destinada a Isis. El protagonista parte a Egipto, es atacado
por piratas y vendido al esposo de Cino, quien despechada por el joven mata al
conyugue y le echa la culpa. Habrócomes termina conducido preso a Alejandría.

Libro IV: Hipótoo funda una nueva banda y llega a Egipto. Habrócomes es
condenado a morir a orillas del Nilo, a quien le pide socorro y lo salva por dos veces.
Hipótoo ataca la caravana de Psamis y aprisiona a Antía. Por otro lado, las
autoridades descubren las mentiras de Cino, que es ajusticiada, y liberan a

15
En la novela irenarca vendría a ser una especie de policía o guardián del orden. Sin embargo, esto no
está esclarecido del todo debido a que el irenarca es la persona encargada de un gimnasio
Habrócomes. Uno de la banda de Hipótoo muere a manos de Antia al querer violarla;
Hipótoo, que ignora la identidad de la prisionera, la entierra viva en un foso con dos
perros hambrientos, pero su guardián, Anfínomo, alimenta cada día a las fieras para
evitar su muerte.

Libro V: Habrócomes viaja a Sicilia, donde conoce a un viejo pescador, Egíalo.


En Egipto, Anfínomo libera a Antía y promete respetarla; por otra parte Políido, capitán
egipcio, desbarata la banda de Hipótoo (que huye en dirección a Sicilia) y da después
con Antía y Anfínomo. Se enamora de la joven, después ella accede a acompañarle
bajo garantías de ser respetada. En Menfis el oráculo del dios Apis profetiza un pronto
reencuentro de los amantes separados. La mujer de Políido, celosa de Antía, manda
venderla en Tarento al dueño de un prostíbulo. Leucón y Roda, los fieles esclavos, van
a vivir a Rodas a la muerte de su protector. Hipótoo está en Sicilia y Habrócomes deja
al pescador y va a trabajar a Tarento como picapedrero. Mientras tanto Antía se niega
a prostituirse, finge epilepsia y su dueño la cuidar. Hipótoo se ha casado con una vieja
rica, que pronto muere dejándole su fortuna; viajando por Tarento descubre a Antía y
se enamora de ella, pero por respeto a su amigo Habrócomes decide cuidar de la
joven y buscar a su marido. Éste vuelve a Éfeso y hace una escala en Rodas, donde
encuentra a sus Leucón y Roda. Hipótoo lleva a Antía a Éfeso; también ellos hacen
parada en Rodas, donde se va a celebrar una gran fiesta en honor de Helios. Leucón y
Roda descubren la presencia de Antía, y al día siguiente los dos esposos se reúnen
por fin. Todo finaliza con una acción de gracias a la diosa Isis, la narración de sus
respectivas aventuras y el regreso a Éfeso, donde vivirán felices con sus sirvientes y
su amigo Hipótoo.

Las Efesíacas: Tema

Hay varios temas que se puede desarrollar en esta novela, el primero sería el
tema universal del amor y sus lazos a pesar de la distancia. Diversos estudios indican
que el tiempo narrativo dedicado a la separación es en total un 62%16 a lo largo de la
novela. Durante el cual, ambos amantes repiten el constante y mutuo amor que se
tienen el uno por el otro a sendos remitentes a quienes les cuentan sus desventuras –
después de haber vivido una experiencia terrible reciente: como el encuentro entre
Habrócomes e Hipótoo y el primero le cuenta su historia con su amada, o el de Antia al
pastor Lampón cuando es entregada por Manto. Otro «sub-tema» relacionado con el
amor es el amor homosexual17, como se revela al final del primer libro por parte de

16
María Herrera y Consuelo Ruiz afirman este dato.
17
Siempre relacionada entre hombres, como veremos más adelante.
Corimbo a Habrócomes, o el de Hipótoo18 a su novio muerto Hiperantes, quien
también era amado por otro hombre y debido al cual tuvieron que escapar de su
pueblo, narrado en el tercer libro. No hay que olvidarnos los lazos entre amor y
muerte, los cuales tienen claras referencias en el intento de suicidio de Antia:
Creyendo muerto a Habrócomes desea unirse a él en la muerte, decide tomar un
potente veneno, que termina siendo un somnífero y al darse cuenta de esto, prefiere
morir de inanición pero se ve frustrada por segunda vez consecutiva al ser capturada
por saqueadores; luego estas noticias llegan a Habrócomes, quien emprende una
nueva empresa en búsqueda del cuerpo de su amada. Como dice Como dice Máximo
Brioso Sánchez (2008) «La falsa muerte no es, pues, sólo un motivo en sí repetitivo,
sino que es generador de noticias y creencias». Otro caso es el homicidio de Cino
hacia su esposo, con la finalidad de quedarse con el héroe, aunque termina siendo, al
igual que la bárbara Manto, despechada; aún más raro es el caso del pescador
Egialeo, quien vive con el cadáver embalsamado de su esposa «Y aquí, no hace
mucho, murió Telxínoe, y yo no enterré su cuerpo, sino que lo tengo conmigo y
constantemente lo beso y vivo con él.»19

Otro tema fundamental en la obra es la intervención divina20, la cual se puede


calificar de dos maneras: directa e indirecta. En el primer caso podemos citar las
intervenciones del dios – río Nilo21 «también con milagros en favor de uno de los
personajes, como en el caso de la salvación de Habrócomes por una intervención
directa de Helios»22 o el caso de Eros, que es el iniciador de toda la aventura, por
decirlo de alguna manera «Estaba resentido por esto Eros […] buscó un ardid contra el
muchacho […] y guarnecido de todo el poder de sus filtros de amor, salió en campaña
contra Habrócomes»23. De la forma indirecta son más variadas las formas. Por un lado
tenemos la participación del oráculo de Delfos en el Templo de Colofón y el oráculo de
Apis. «También son citados Hera, Afrodita y Ares. Pero la que desempeña el papel
principal es Isis, la diosa protectora del matrimonio, pues la fidelidad conyugal y la
castidad son elementos fundamentales en la novela» (Herrero, 2007). Hay una
particularidad en el caso de Isis, que es comparada con Artemis puesto que en la
presentación de Antia, al comienzo de la obra, se le compara con esta última diosa y

18
Cabe mencionar que Hipótoo es una mención claramente, aunque no explicita, de la idea de
bisexualidad «contemporánea» porque si bien tuvo un amante de su mismo sexo, también siente una
fuerte atracción por Antia.
19
Mendoza, J. Op. Cit. 292
20
Por no decir religión
21
Considerado un dios, casi confundiéndolo con el dios Helios.
22
Mendoza, J Op. Cit. 224
23
Ibíd. Pp.: 234
durante sus travesías por Egipto heroína se encarga a Isis para la protección de su
virginidad frente a los acosos de algunos personajes. De esto podemos deducir que
Antia es una conexión entre ambas diosas.

Otro tema, característico de este género no bien delimitado de la literatura


griega antigua es la constante pérdida y recuperación de la libertad que sufren ambos
protagonistas, siempre a manos de piratas o ladrones. Aunque algo novedoso, o más
bien dicho, mejor presentado que Cariton es la presencia activa de la mujer, pues es
ella la que ocupa mayor cantidad de aventuras en comparación con Habrócomes
aunque sean las de estos últimos más enaltecedoras24

Las Efesíacas: Estilo

Se cree que el escritor de las Efesíacas que ha llegado hasta nuestros días,
tiene características de un epitomador – si es que no fue uno-, fundamentándonos en
los constantes vacíos que existen25, lo cual no es propio de la cultura griega clásica.
Visto de otro modo, podemos decir que estamos frente a un inminente cambio en el
pensamiento griego, debido quizá a la futura llegada de la segunda sofistica. Sin
embargo, también se afirma que esto se debe a la ya innecesaria repetición de hechos
anteriores como puede ser los paralelismos, recapitulaciones y alternancias dadas a lo
largo de la novela, como lo es la detallada muerte y entierro de Antia y luego la
narración, más bien dicho la mención, que hace la anciana hacia Habrócomes de lo
sucedido.

Otro rasgo es su aticismo latente a lo largo de la obra, esto es, la imitación o la


búsqueda de la mimesis de la estructura retórica de Homero o Hesíodo por parte de
Jenofonte durante los monólogos de sus personajes, acerca de lo que siente o de sus
autobiografías. Lo cual ha llevado a pensar que esta obra tiene una tradición oral muy
presente como lo afirma Consuelo Ruiz. «No está de acuerdo O’ Sullivan en esta tan
extensa influencia retorica […]. Para él Jenofonte estaba fuertemente influenciado por
la narrativa oral. Él piensa en un texto de transición, que deriva de la tradición oral y
muestra influencia de esta, pero que también posee rasgos que indican que fue
compuesto por un escritor» (Herrero, 2007).

La velocidad es un rasgo importante en la obra porque se muestra una


inmensidad de lugares: Egipto, Alejandría, Éfeso, Rodas, Cilia, Sicilia, Tarento,

24
A mi parecer más vale una intervención directa de un Dios que la indirecta a través de un
intermediario.
25
Consuelo Ruiz nos dice que son despistes narrativos del autor, propio de la época.
Siracusa, etc.; y de acciones: Rapto por piratas, rapto por ladrones, venta de
esclavos, intentos de violación, homicidio, procesiones, entre muchas más. Esto nos
da señales de la gran habilidad de Jenofonte para variar su contexto a partir de dos
líneas paralelas, a pesar de usar siempre fórmulas de escritura cortas, claras y
directas, propias del cuento popular.26

Con respecto a las líneas paralelas, el autor mantiene un orden increíble. No


deja descuidado en un olvido arcaico ninguna de las dos líneas, sino que alimenta
ambas constantemente con la diferencia que a una de ellas le da más importancia que
a la otra hasta determinado momento en la que realiza una acción inversa. En
palabras de María Herrero: «Una fase activa en la existencia del uno corresponde a un
periodo de descanso para el otro. Los acontecimientos tratados no son simultáneos,
sino sucesivos.»(2007)

Las Efesíacas: Personajes

A pesar de que esta obra contiene muchos vacíos, sea el motivo por el cual se
diera esto, Jenofonte menciona un total de 44 personajes de los cuales 33 poseen
nombres. En cuanto a los nombres de los personajes suelen ser parlantes y podrían
agruparse en tres categorías: nombres adaptados a la función del personaje en la
intriga (Hipótoo: “Caballo veloz”), a su oficio (los nombres de los piratas tienen que ver
con el mar, el pescador que acoge al héroe se llama Egialeo, “Playero”) o a sus
cualidades físicas (Antia: “Florida”). Este procedimiento, que tiene su origen en el
folclore, es típico de los mitos griegos y cuenta con una larga tradición literaria en
Grecia.27 Pero no a todos le pasa esto, no se han encontrado relación alguna con
nombres como Eudoxo (el de buena reputación) que convendría más a un médico que
a un pirata, o el caso de los nombres de personajes «literarios» como Altea, Apsirto y
Clístenes.

Dejando de lado el punto anterior, a diferencia de Cariton, Jenofonte no da


señales de un estudio profundo de la personalidad de los personajes. Parece que
Jenofonte usa los personajes para desarrollar la estructura, y no la estructura para
desarrollar los personajes (Herrero, 2007). Salvo el caso de Hipótoo, quien para
algunos seria el verdadero protagonista por las siguientes razones: aparece casi
desde el comienzo de la obra; es el único que muestra una evolución pues al narrar su
historia, él era un burgués que llega a escaparse con su amado y debido a la muerte
de este, Hipótoo se vuelve un pirata, aunque luego recobra su posición inicial al

26
Así lo asegura Consuelo Ruiz.
27
Ruiz, C. (2006) La novela griega. España: Síntesis. Pp. 97
heredar la fortuna de una anciana con la que se casó. También, es el único que se
conecta con ambos amantes, y además el autor le da una línea paralela a la par que
Habrócomes y Antia28. Por último, las razones que lo impulsan a él a seguir adelante
es la más variada, al comienzo es por riquezas como ladrón, luego como ayudante del
héroe, le sigue armar una nueva banda, y después se transforma en caza fortunas
para terminar como ayudante de la heroína. Habrócomes y Antia, por el contrario, solo
se mueven por el mutuo deseo de encontrarse ya sea en la vida o en la muerte

Las Efesíacas: Legado

Esta novela, ha dejado una importante marca a lo largo de la historia, quizá la


más importante y conocida sea la muerte falsa a partir del envenenamiento que usa
Shakeaspeare en Romeo y Julieta. Además, Consuelo Ruiz nos da testimonio de que
lo más seguro es que haya sido una de las más reconocidas en su género, pues para
ella reconoce ciertas semejanzas con la obra de Apuleyo y también en los Hechos
Apócrifos del Nuevo Testamento.

28
Los esclavos también poseen una línea paralela, pero es muy pobre y apenas desarrollada en unas
pocas líneas. Tal parece que el autor tuvo que hacer esto más como necesidad de estilo que por
necesidad de importancia de estos personajes
CONCLUSIONES

Jenofonte de Éfeso es importante porque en su obra puede encontrarse el


paso definitivo de la oralidad a la escritura, de lo folclórico a lo culto. Con lo cual la
novela podría tomar una nueva perspectiva para estudios posteriores sobre su
importancia y su verdadero papel en los cambios, si no evolución, de la literatura. Esto
nos lleva a pensar que, aunque la novela no haya tenido mucha acogida de forma
directa durante su época, es indudable que si hubo y hay una gran influencia de este
género para las épocas siguientes.

Los estudios de esta novela pueden servir, gracias a su contenido periegético,


a entender mejor la sociedad y cultura griega. Además de sus relaciones con otras
sociedades y otros dioses que se añadieron en el trascurso de los siglos, que,
además, no están relacionados con los dioses tradicionales de la cultura griega, como
lo son Apis e Isis.

Para finalizar, no se puede decir que el tratamiento de los personajes, en


especial el de Hipótoo haya sido suficiente, incluso este personaje puede ser
comparado con el de la novela picaresca del Medioevo. De ser asi, debemos
cuestionarnos seriamente como hemos ido viendo este tipo personaje, y los demás
que lo imitan o lo acompañan, a lo largo de la tradición griega y medieval.
BIBLIOGRAFÍA

Brioso, M. (2008). El motivo de la muerte aparente en la novela griega antigua II.


España: Habis N°39.

Herrero, M. (2007). Jenofonte de Éfeso: Estado de la cuestión. España: Minerva:


Revista de filología clásica N° 15.

Mendoza, J. (1979). Jenofonte de Éfeso: Efesíacas. España: Gredos.

Ruiz, C. (2006) La novela griega. España: Síntesis.

WEBGRAFÍA

ENCICLONET (S.F.) Jenofonte de Éfeso (s. II). Consultado el 08 de diciembre del


2016 de http://www.enciclonet.com/articulo/jenofonte-de-efeso/#

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