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8, 1962
RF.SE~AS BIBLIOGRÁFICAS
ontología y humanismo, que desde lue- Los principios del arte, por R. G.
go no tiene ningún valor científico. Es
Collingwood (trad. de Horacio
una especie de sociología y psicología
de la creación científica que lleva todo Flores Sánchez). Fondo de Cul-
el sello de su brillante estilo. Dice, por tura Económica, México, 1960.
ejemplo, refiriéndose a la física: "Sea
o no conocimiento" ( ?) . y Granell Para quienes albergan entre sus in-
mismo confiesa: "No soy físico, repito, quietudes filosóficas la preocupación es-
N o obstante, escribo para proponer a tética, era una noticia importante saber
los físicos una meditación que yo no que apareció una traducción castellana
podría hacer plenamente ni aquí puedo del libro de R. G. Collingwood intitulada
intentar por completo -dada la ur- Los principios del arte. Collingwood se
gencia y nerviosidad de estas cuartillas. ha hecho acreditar como un tratadista
Ahora bien; aunque escribo para físicos, con inclinación preferente a las cuestio-
de soslayo lo hago para filósofos. De nes estéticas y este libro constituye su
ahí que sean estas cuartillas más amo obra más representativa.
plias en su vertiente científica que en Para quienes esperábamos un tratado
sistemático de estética, la obra fue una
la filosófica. De todos modos, quede bien
completa decepción, pues no se trata de
clara la pretensión. No se presenta tan-
ningún trabajo concebido estructural-
to una tesis a mantener como una hipó-
mente conforme a la problemática del
tesis de trabajo". A cualquier físico arte, sino de ensayos que obedecen a
profesional le costaría muchísimo traba- la inquietud personal del autor frente
j o descubrir este contenido dedicado a a una serie de temas que están relacio-
los físicos, y sólo "de soslayo" 9 los nados con el arte; pero no eorrespon-
"filósofos". El artículo continúa con al- den estrictamente a la estética sino a
gunos contactos sobre la física indeter- una serie de disciplinas como la antro-
minista de Heissenberg y tiene su ren- pología, la sociología, la psicología y la
dimiento más meritorio en el debate historia, que guardan estrecha relación
de algunas categorías epistemológicas, con el problema artístico, sin pertenecer
principalmente en la crítica del forma- a la estética propiamente dicha. La pre-
lismo kantiano. Debemos indicar que sentación de su temática es totalmente
este artículo nos parece el más personal anárquica y los capítulos-que figuran al
de Granell, donde ha dado más de su principio también podrían estar al fi-
cosecha, y lo consideramos sumamente nal, y viceversa; un completo cambio
calificado en asuntos de lógica y ciencia en el orden de los temas no alteraría
natural; la referencia al Maestro le ha el efecto de su lectura, y para compro-
brindado una magnífica oportunidad de barlo nada mejor que referir el índice
lucir su bien documentada erudición ló- de la obra:
l. Prefacio. Introducción. 1. Las dos
gico-científica. Aunque tiene muy poco
condiciones de una teoría estética. 2.
que ver con la microfísica, en la pen-
Estéticos artistas y estéticos filosóficos.
última parte de este ensayo encontramos 3. La situación presente. 4. Historia de
una exposición de filosofía de la his- la palabra arte. 5. Antigüedad sistemá-
toria, y el estudio culmina en un regreso tica. 6. Plan del libro primero.
a las citas que el autor elige para en- Libro primero: ARTE y N{) ARTE
granar las ilustraciones textuales de su II. Arte y artesanía.1. El significado
exposición. de la artesanía. 2. La teoría técnica del
arte. 3. El derrumbe de la teoría. 4.
MIGUEL BUENO La técnica. 5. El arte como un estímulo
RESE1'!AS BIBLIOGRAFlCAS
verifica así, disgregándoseen una serie Hay que observar no solamentela he-
de temas que inspiraron la predilección terogeneidad de los temas sino la anar-
del autor. Nosotros diríamos que no es quía en su distribución. No figuran en
precisamentela referencia a "la condi- el orden que debe esperarse de toda
ción del arte en Inglaterra en 1937" lo obra orgánicamenteredactada, y ni si-
que da la tónica de la obra, sino la dis- quiera con una auténtica agrupación de
gregación empírica y hasta cierto punto sus cuestiones. En cuanto a la natura-
anómica que es distintiva de la "estéti- leza de cada problema, el autor es ajeno
ca" escrita en lengua inglesa, tanto la de su verdadero significado, a pesar de
británica Como la norteamericana, para que en todas sus páginas da la impresión
la cual han pasado desapercibidos los de que efectivamentecree estar haciendo
genuinos problemas de la disciplina. una obra estética.
Trataremos de hacer una reclasifica- Trataremos de hacer una valoración
ción de los temas que contiene el f ndice de este libro a partir de su contexto,
para distribuir los que aparentemente mediante una reconstrucción de la temá-
corresponderían a la estética y los que tica correspondiente.
desdeluego recaen fuera de ella. Así te- Veamos, en primer término, los te-
nemos los siguientes: mas que deberían ser estéticos. De los
capítulos que señalamos como referen-
TEMAS ESTÉTICOS: tes a la estética propiamente dicha, pa-
recen ocupar la parte más importante los
Libro primero. II. Arte y artesania. capítulos VI y VII cuyo título es elo-
IlI. Arte-y representación. VI. El arte cuentey prometedor:El arte propiamen-
propiamente dicho: (1) como expresión. te dicho: (1) como expresión y El arte
VII. El arte propiamente dicho: (11) propiamente dicho: (ll) como imagi-
como imaginación. nación.
Libro segundo. VIII. Pensamiento y Desde luego, lo menos que esperaba
sentimiento. de estos capítulos es una doctrina clara
Libro tercero. XII. El arte como len- y contundentesobre la expresión en ge-
guaje. XIII. Arte y verdad. neral, para demostrar por qué el arte
lo es, pero en vez de contundencia al-
Localizamos solamenteestos seis capí- guna tenemos en el primero una cons-
tulos, de los quince que consta la obra, tante evasióna la sistematicidad; estása-
como temas que podrían corresponder turado de ejemplos improcedentes que
a la estética. Tenemos además las si- ocupan un espacio que debió estar de-
guientes: dicado a discusionessistemáticas. Es la
postura típica del que sostiene algo que
CUESTIONES ExTRAESTÉTICAS: puede ser, pero también puede no ser,
(Antropológicas): IV. El arte como que a vecessucedeasí pero en ocasiones
magia. de otro modo, salpicando esta evasivi-
(Psicológicas): VIII. Pensamiento y dad con ejemplosbaratos que echan por
sentimiento. IX. Sensación e imagina- tierra lo que hubiera ·podido consumar
ción. X. Imaginación y conciencia. de positivo.
(Sociológicas): V. El arte como di- Veamos, a título de muestra, el pará-
r
versión. XIV. El artista la comunidad. grafo: 2. La expresión de la emoción r
(Lingüísticas) : XI. El lenguaje. la suscitación de ella, donde se conten-
dría un tema crucial en la estéticay que
Algunos temas que no se acomodaron sin embargo es desarrollado frívolamen-
en ninguno de tales capítulos están in- te, como se observa en las siguientes
cluidos, ya sea en la Introducción o bien líneas:
en la Conclusión. "Éste es nuestro primer problema.
RESE:fi¡AS BIBLIOGRAFICAS,
hlamos, entender cómo sentimos. Una fin; pero el fin no es algo previsto y
persona que suscita una emoción, en preconcebido, para el cual pueden pen-
cambio, trata de afectar a su público sarse medios apropiados a la luz de nues-
en una manera en la que él mismo no tro conocimiento de su carácter especial.
se halla necesariamente afectado. Él y La expresión es una actividad para la
su público guardan relaciones muy dife- cual no puede haber técnica."
rentes respecto del acto, de modo muy Después de hacer un halance de estas
semejante a como el médico y el pa- páginas se concluye en una tesis como
ciente se encuentranrespectode una dro- la siguiente: el hombre ignora el conte-
ga que uno administra y el otro toma. nido de su emoción hasta que la ex-
Una persona que expresa una emoción, presa; teoría totalmentepsicologista que
por el contrario, se trata a sí mismo y a en nada toca al problema estético en
su público de la misma manera; revela cuanto tal, que tiene precisamente una
sus emociones a su público y a su vez posición opuesta, pues ciertamente esta-
se las revela a sí mismo. mos de acuerdo en que el arte es ex-
"Se infiere de esto que la expresión prsión y que el contenido de la expre-
de la emoción, simplemente como ex- sión artística radica en la emoción, pero
presión, no se dirige a ningún público la diferencia radical con respecto a lo
especial. Se dirige en primer lugar a la que afirma Collingwood consiste en que
persona misma que habla, y en segundo el artista sólo está capacitado para crear
a cualquiera que pueda entenderla. Aquí una obra cuando sabe perfectamente el
también, Ia actitud de quien habla hacia tipo de emoción que quiere expresar y
sus oyenteses muy diferente de la de una conoce las formas y recursos técnicos
persona que desea suscitar en sus oyen- para efectuarla. Cualquier ejemplo que
tes una cierta emoción. Si es eso lo que quiera examinarse, tomado de cualquier
ella quiere hacer, debe conocer al públi- arte, v~ificará lo que acabamos de decir
co al que se dirige. Debe conocer qué y no podrá encontrarse ninguna obra
tipo de estímulo producirá la clase de cuya expresión no se haya efectuado en
reacción deseada en la gente de un tipo forma consciente y con una técnica de-
particular; y debe adaptar su lenguaje a liberada, lo cual contrasta con la afir-
su público en el sentido de asegurarse mación con que termina Collingwood
que contiene estímulos apropiados a las este capítulo: "la expresión es una acti-
peculiaridades de ese público. Si lo que vidad para la cual no puede haber téc-
él quiere hacer es expresar sus emocio- nica". A diferencia y en contraste con
nes inteligiblemente, tiene que expresar- ella, enunciaremos el principio que rige
las de tal manera que sean inteligibles en verdad a la creación del arte: la ex-
para él mismo; su público se encuentra presión artística es una actividad para
entonces en la posición de quienes 'al- la cual no puede dejar de haber una
canzan a oírlo' cuando hace esto. De técnica.
esta manera la terminología estímulo- Pasemos ahora al segundo capítulo de
reacción no tiene aplicabilidad en esta título promisorio: VII. El arte propia-
situación. mente dicho: (II) como imaginación.
"Es igualmente inaplicable la termi- A nuestro criterio este capítulo podría
nología medio-fin o técnica. Hasta que albergar el temario que se refiere al con-
un hombre ha expresado su emoción, no tenido del arte, desembocando en la
sabe de qué emoción se trata. El acto cuestión de los valores estéticos. Pero en
de expresarla es, pues, una explora- vez de ello, el autor da rienda suelta a
ción de sus propias emociones. Trata su asistematicidad, esta vez con rasgos
de averiguar cuáles son estas emociones. de dispersión que lo muestran incapaci-
Es cierto que aquí hay un proceso diri- tado para la concentración que es ele-
gido; un esfuerzo dirigido hacia cierto mental en la filosofía. Como botón de
RESE~AS BIBLIOGRAFICAS