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RESUMEN
Las leyendas han sido desde tiempos remotos una de las manifestaciones más
resaltantes de los llanos venezolanos. El alcance de dichas manifestaciones es tan
amplio, que desde todos los rincones de Venezuela es fácil reconocer al llano a través
de los ojos espantados de Juan Hilario, las coplas de Florentino o los lamentos de
Casilda, y no sería muy extraño escuchar algún silbido espeluznante en algún camino
solitario de Colombia o de Brasil. Estas leyendas venezolanas, conocidas por todos,
han sido protagonistas de infinidades de pasajes, libros, poesías, pinturas y relatos
debido a su alta carga cultural y profundo arraigo popular; de igual manera, se ha
comprobado que en Venezuela existe una tradición oral que enriquece la narrativa con
mitos y leyendas y a través de ellos se conocen creencias y supersticiones basadas en
aspectos mágico-religiosos, y que además en su contexto literario, están enriquecidas
por un sinfín de datos geográficos, gastronómicos, musicales, folklóricos, de trabajo,
de costumbres, de vestimenta y vocabulario que resaltan la más profunda
caracterización de nuestro llano. A partir del análisis de las tres leyendas principales
“El Silbón”, “Florentino y el Diablo” y “la Llorona” se puede inducir al estudio de
diversas áreas de conocimiento de la historia regional de nuestros llanos,
promoviendo a su vez nuestra cultura popular como digna representante de una
identidad propia, cargada de misterio, encanto, fantasmas y aparecidos que aún
deambulan por nuestras calles, pueblos y caseríos.
“cuentos de mentiras, que hacen los pueblos que tienen almas en pena”1
1
“Cuentos de camino. Gabriel garcía Márquez 1982
muerte con su padre. De los dos, el padre llevó la peor parte. El joven le asestó un
fuerte golpe en la cabeza con un palo, que lo tumbó en el suelo, donde el hijo se le
abalanzó y lo ahorcó. El abuelo del joven, que escuchó de la pelea, fue en busca de la
víctima, a todos los efectos, su hijo. El abuelo juró castigar al joven, su propia carne y
sangre, por el horrendo crimen que había cometido. Poco tardó en encontrarlo.
Entonces lo amarró y le propinó una andanada de latigazos con un "mandador de
pescuezo", típico del llano. "Eso no se le hace a su padre...Maldito eres, pa´ toa´ la
vida", le decía. Para completar la sanción, le frotó ají picante en las heridas y le echó
a un perro “tureko”para que lo persiguiera. El silbón anda entonces errante hasta el
fin de los tiempos con el perro mordiéndole los talones.
Otra versión no menos amable dice que fue un hijo que mato a su padre para
comerle sus "asaduras". El muchacho fue criado “toñeco” (mimado), no respetaba a
nadie. Un día le dijo a su padre que quería comer vísceras de venado. Su padre se fue
de cacería para complacerlo pero tardaba en regresar. En vista de esto el muchacho se
fue a buscarlo y al ver que no traía nada, no había podido cazar el venado, lo mato, le
saco las vísceras y se las llevo a su madre para que las cocinara. Como no se
ablandaban, la madre sospechó que eran las "asaduras" de su marido, preguntándole
al muchacho, quien confesó la verdad. De inmediato lo maldijo "pa to la vida". Su
hermano Juan lo persiguió con un "mandador", le sonó una tapara de ají y le azuzó el
perro "trueco" que hasta el fin del mundo lo persigue y le muerde los talones. Como
vemos, la presencia del “mandador de pezcuezo”, el “perro truco o tureko”y la
maldición del mayor, son pilares fundamentales de la historia, ya que se repiten en
todas las vertientes.
Dice esta leyenda que El Silbón recorre los llanos con un silbido que
estremece al más pintado. El Silbón se presenta a los borrachos en forma sombrío.
Otros llaneros le dan forma de hombre alto y flaco. Usa sombrero y ataca a los
hombres parranderos y borrachos, a los cuales chupa el ombligo para tomarles el
aguardiente. Confunde, pues cuando se escucha cerca es porque está lejos, y
viceversa. La señal confirmatoria de que el espíritu ronda el vecindario es un
característico ruido de huesos que chocan unos con otros. Se cree que los lleva en un
saco, al hombro. Unos piensan que son los huesos de sus víctimas más recientes;
otros, que pertenecen a su propio padre. Para cuando se alcanza a oír el "crac-crac",
sin embargo, tal vez es demasiado tarde. La tradición explica que al llegar el silbón a
una casa en las horas nocturnas, descarga el saco y cuenta un a uno los huesos; si no
hay quien pueda escucharlo, un miembro de la familia muere al amanecer.
Otro espanto popular entre las amplias sabanas llaneras se trata de la macabra
“Sayona” “la Llorona” o “La gritona”, quizás la mas “internacional” de todos los
espantos y leyendas, ya que su llanto se ha escuchado a todo lo largo y ancho del país,
de Colombia, Brasil México y alguno que otro eco en Chile y Argentina. En
Venezuela, en la leyenda que corresponde a nuestro llano, varias son las narraciones
fantásticas que sobre su espíritu cuentan los ancianos pobladores de la sabana
araucana. La llorona convertida en el espíritu vagabundo de una mujer que lleva un
niño en el cuadril, hace alusión a su nombre porque vaga llorando por los caminos.
Dice la tradición que la llorona reclama de las personas ayuda para cargar al
niño; al recibirlo se libra del castigo convirtiéndose en la llorona la persona que lo ha
recibido. Otras versiones dicen que es el espíritu de una mujer que mató por celos a la
mamá y prendió fuego a la casa con su hijo adentro, recibiendo de ésta, en el
momento de agonizar la maldición que la condenara:
"Andarás sin Dios y sin santa María, persiguiendo a los hombres por los
caminos del llano".3
2
Pere Pedroza, Temis. “De la tradición y el mito a la Cultura llanera” Caracas, 2001
3
Ducroc Jesús. www.músicallanera.net
acompañado al hombre llanero desde épocas remotas y de su existencia son testigos
muchos viejos don Juanes. Otros menos creyentes consideran que es una creencia
contraria a la razón, creada por los adultos con el objetivo de amedrentar o atemorizar
a los llaneros que cruzaban caminos en busca de algún romance nocturno por las
sabanas. Un pedazo de tabaco de rollo en el bolsillo evita la aparición de la llorona.
Esta leyenda, es quizás también la que posee mayor número de versiones en toda
Hispanoamérica, desde una mujer que aborta en México, hasta una mujer que es
golpeada por su marido y pierde sus hijos por motivo de la desesperación y la locura.
Lo que si es cierto, es que se trata de una mujer que vaga por los caminos
lamentándose por su hijo o hijos perdidos, y su grito, espeluznante vuelve loco al que
lo escucha, mejor si es de cerca ya que igual que el silbón confunde pues si se
escucha lejos esta cerca y si se escucha cerca esta lejos. De todas maneras es mejor ni
mentarla porque aparece…
4
Márquez Rodríguez, Alexis. “Florentino y el Diablo en Santa Inés” 23/6/2004. www.analítica.com.ve
el diablo vence a Florentino, a diferencia del poema de Torrealba donde el resultado
es al contrario:
“Rómulo Gallegos, que también recoge la leyenda del coplero en su novela
Cantaclaro sugiere que en la porfía el Diablo venció a Florentino, tal como
es la creencia popular en el llano. La novela termina con una frase lacónica:
“A Florentino se lo llevó el Diablo…”. Arvelo Torrealba, en cambio, al final
del contrapunteo le da el triunfo al coplero, y su rival debe huir porque se
acerca el amanecer, y es fama que el Diablo sólo anda en las sombras de la
noche. Que ese fue el truco de Florentino: distraer a su contrincante durante
toda la noche, hasta llegar el alba, porque sabía que a esa hora el Maligno
tenía que salir huyendo”. 5
Lo que sí es seguro es que este poema recoge sin lugar a dudas la más certera
descripción romántica y lírica de la belleza del llano y las más puras tradiciones
llaneras. De la mano prodigiosa del maestro Torrealba, cualquier venezolano que
haya escuchado o leído el poema, no hace menos si no adentrarse en la espesa llanura
Barinesa, respirar su aire de mastranto, la húmeda brisa en el rostro y a lo menos se le
eriza la piel al contacto auditivo del cuatro, el arpa y las maracas de la versión
entonada magníficamente por el Gran Carrao de Palmarito.
La calidad y originalidad literaria de éste y las otras leyendas comentadas,
permiten al venezolano, aparte de formar parte, así sea a kilómetros de distancia de
este llano que tanto nos pertenece, a descubrir relaciones, conceptos y definiciones
propias del llano. Estas leyendas y mitos conciben en sí, una gama de sucesivas
manifestaciones geográficas, literarias, folclóricas y costumbristas, dignas de ser
analizadas y dignas de analizar con ellas todo un entorno histórico y una valoración
por lo nuestro, por nuestras costumbres y por nuestras raíces.
Por el hecho de ser leyendas productos de tradiciones orales, no existen
escritos originales de tales relatos. Las grabaciones estereofónicas de tales leyendas
nacidas del mismo llano, desde los cassettes, long plays y cd´s fueron las que
divulgaron dichas leyendas en todo el territorio nacional. De la voz del gran cantante
barinés Luis Eduardo Camejo o el carrao de Palmarito, nombre que le dio la fama,
recientemente fallecido y José Romero Bello, conocimos por primera vez “Florentino
5
Márquez Rodríguez, Alexis. “Florentino y el Diablo en Santa Inés” 23/6/2004. www.analítica.com.ve
y el Diablo” en 1965, el Silbón y otras leyendas, hasta las recordadas leyendas
cantadas y actuadas como en novela de radio, de la Llorona, el Silbón, Federico y
mandinga; de voces tan límpidas y tradicionales como Cándido Herrera, Gustavo
Sánchez, Nery Torrealba, Eugenio Bandrés y Luis Rojas, entre tantos otros. ¿Quién
no recuerda los maravillosos discos de vinilo de “La historia de la Sayona” con José
Alí Nieves y “El pollo de Arichuna” con el conjunto y arpa de Joseíto Romero, o el
disco de la “Leyenda del Silbón” con Dámaso Delgado y Víctor Morillo…?
Gracias a estas grabaciones, hemos estado en contacto desde hace más de 30
años con el folclore en su más vívida representación. Dichas leyendas a través de sus
interpretaciones nos hace descubrir un mundo lleno de particularidades que forman la
cultura llanera y que al fin y al cabo es objeto de nuestro análisis. A continuación una
pequeña muestra del uso instructivo de las leyendas llaneras:
Florentino y el Diablo
La forma de ser del llanero, se ve claramente descrita entre las líneas de las
leyendas, su ímpetu, su coraje, su orgullo, su amor por la tierra, su valentía ante las
adversidades, su profundo sentido religioso…y también su sentido del humor y sus
ironías en las discusiones…
“…la sayona estaba con ellos, pero no la veían, le pusieron una cruz de
mastranto y comenzaron a rezar, así fue como se la sacaron de encima…”
La Sayona
Florentino y el diablo
…”y como el llanero es del tamaño del compromiso que se le presenta, No le
importa noche oscura para echarse una travesía, atravesando aguazales,
montes caños y ríos para llegar a un baile de arpa, donde retumbe el
joropo…”
“Las historias del llano son tan grandes como la llanura misma, la vista no
alcanza para conocerla en toda su extensión”6
6
Herrera Luque, Francisco: “Boves el urogallo” 1972
sus más arraigados valores debe ser la ideología del docente de hoy. No basta con
transmitir conocimientos teóricos, la práctica y la vivencia logran, además de
incrementar nuestra ideosincracia, el fortalecimiento del aprendizaje significativo que
al fin y al cabo es el norte de la educación humanista y constructivista.
La enseñanza de la historia, la geografía y otras importantes ciencias sociales
presenta la debilidad de la centralización o de la creación de historias macro
regionales, superficiales y básicas. El uso de micro historias como elemento de
estudio y análisis debe ser apremiante. A este respecto, González Gonzáles sostenía:
Estas micro historias parten desde los puntos mas pequeños y escondidos de
nuestros pueblos; el cuento del viejito, los álbumes familiares, los cuentos de nuestros
abuelos y hasta las conversaciones de velorio entre rezos y chocolates. De este mismo
lugar han nacido los mitos y leyendas que hoy traemos a colación. Estas leyendas
están cargadas de la misma veracidad y complejidad histórica de lo anterior, además,
embellecidas por descripciones costumbristas, geográficas y folclóricas que dejan de
ser historias simples para convertirse en historias complejas de vida producto del
increíble imaginario popular del venezolano.
Es entonces, una idea muy significativa el uso de nuestros mitos y leyendas
como eje transversal para el estudio, la comprensión, la investigación y la enseñanza
de diferentes áreas de conocimiento. Les aseguro que es mucho mas motivador,
enriquecedor y útil aprender sobre geografía del llano, su clima y su vegetación
explicada rítmicamente por “Florentino” antes que leerla en un libro por mas
fidedigno que este sea, sobre todo para el joven estudiante. De igual manera sería mas
“sabroso” identificar las costumbres llaneras, su modo de vida y sus personajes si nos
lo cuenta Juan Hilario a que nos lo explique nuestra profesora de Geografía
7
González, González, Luis. Invitación a la microhistoria. México, Secretaría de Educación pública,
1973 pp. 15,21.
Económica o Historia de Venezuela. Sin menospreciar al docente creo que el uso de
las leyendas como herramienta de enseñanza, de apoyo a nuestra labor como
docentes, produciría no solo el efecto de aprender mas rápidamente el objetivo
subyacente que se busque en un momento determinado, se aprenderían además, de
manera intrínseca y subconsciente; otros objetivos, si se quiere mas altruistas, como
el amor a nuestra patria, nuestra identidad nacional y nuestro sentido de pertenencia.
Les invito entonces a que revivamos a florentino, a Juan Hilario y a la
Llorona, entre otros muchos otros personajes, para que nos ayuden a enseñar una
nueva historia, una nueva geografía y una nueva venezolanidad.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Ortega Carrillo, José Los ejes transversales como base del nuevo modelo de
educación social y moral. Chile. 1997
Botero Chica, Carlos A. Los ejes transversales como instrumento pedagógico para
la formación de valores. Caracas. 2005
Pere Pedroza, Temis. “De la tradición y el mito a la Cultura llanera” Caracas, 2001
Www.músicallanera.net
Http://www.venezuelatuya.com/llanos/index.htm
Http://www.llanera.com/