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VI VII

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"".L."')!".~ .

\ 2.8 ¿~e.
. @ A las cuatro mujeres de mi vida:
Techy, Dolores, Con.stanza y Maria José,
por su amory apoyo.

A Héctor, Jorge, Pablo y Miriam,


por cubrir sin quejas (e:ngeneral)
las "horas robadas" que insumió este trabajo.

A Cecilia~ por su
fmproba labor ,
de trasformar en libro ( .}

un montón de manusentos ilegibles.

( J,
I.S.B.N.95O-14-1781-6

©
EDICIONES ~ BUENOS AfIES

Talcahuano 494

Hecho el d.ep6sito que establece la ley 11. 723. Derecko.~ reservados.

Impreso enZa Argentina. Printed in Argentina.


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e
(
( HÉCTOR B. VILLEGAS
"
'-,
Miembro de número de la Academia Nacional de Derecho de C6rdoba.
Profesor consulto de la Universidad Nacional de C6rdoba (R.A.). Profesor
plenario de la Facultad de Derecho de la Universidad de Belgrano, Buenos
Aires (RA.). Ex profesor titular de Finanzas y Derecho Tributario de la
( Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba (R.A.). Miem­
bro efectivo de la Academia Brasileira de Direito Tributário. Ex presidente
( del Tribunal de Cuentas de la Municipalidad de C6rdoba.
(
(
(
(
( MANUAL DE
(
(
(
FINANZAS PÚBLICAS
(
( LA ECONOMÍA JURÍDICAMENTE REGULADA

( DEL SECTOR PÚBLICO

EN EL MUNDO GLOBALIZADO
(

(
(

( "LmRERIA JURIDICA ONI"

Av. 6 de Diciembre N-14-38 y Sodlro


( Telfe.: (593-2) 900695 I 900739 I 900742

Fax: (593-2) 900694 P.O.BOX: 17-15-735

( 'OBRAS NACIONALES E-Mail: IIbjuonl@ufo.telconet.net

E INTERNACIONALES" QUITO - ECUADOR


(
( EDICIONES ~ BUENOSAlRES

( 2000

XI

PRÓLOGO

Este Manual de finanz.as públicas es novedoso en cuan­


to, por un lado, incorpora las a veces imprevisibles variantes y
modificaciones que el fenómeno globalizador impone a la tradi­
cional economÚl del sector público, y por otro, porque toma en
cuenta las reformas administrativas de los últimos años que han
conducido a la regulaci6n y renovaci6n jurídicas de gran parte
de las instituciones financieras. La última inclusión correspon­
de a la ley 25.152, denominada "Ley de Convertibilidad Fiscal",
y alli se cierra la edici6n, por lo que no me hago cargo de lo que
después suceda legislativamente.
He tenido presente, en todo momento, que un manual está
destinado principalmente a estudiantes, a quienes procuro ofre­
cer, de manera sencilla y didáctica, una visi6n completa de la
materia, haciéndola accesible y tratando de evitar que, por el
natural deseo de incorporar mayor informaci6n, se pierda elobje­ .­
tivo primordial, que es el de inducir a razonar dentro del comple­
jo y apasionante temario que abarca la hacienda pública actual,
aunque algunos la menosprecien y la tilden de "'disciplina mera­
mente informativa" (tema que abordaremos en su momento).
Pero no s6lo a los estudiantes está destinado este libro, sino
también a los profesionales, a quienes brindamos elementos sin­
tetizados sobre los aspectos económicos, políticos y jurídicos de la
actividad financiera estatal, cada vez más imprescindibles ante
los desafíos que implican las empresas anacionales y otros mons­
truos que se mueven a velocidad supers6nica y que no reconocen
fronteras, y a los que quizás (s6lo quizás) puedan poner algún
limite los Estados modernos, siempre que se conozca al dedillo la
marcha de su sector público y se lo sepa adaptar a las nuevas
normas que impone la realidad.
También destino este Manual a estudiosos y docentes, para
ayudarlos a recordar lo que seguramente ya saben, pero que les
puede ser útil en sus clases y en otras actividades relacionadas
~lama~~ i
1~

IX
.

"No he llenado mi exposición de aquellas proli­


jas glosas con lo que se hace ostentaci6n de ciencia,
ni envuéltola en hinchada prosa, porque no he queri­
do que haya en ella otra pompa y otro adorno que la
verdad de las 'cosas".

(Nicolás Maquiavelo, El príncipe.)

ÍNDICE xv

XIV ÍNDICE
10.1. Aspectos matemáticos .................................................... 86

10. Decadencia del intervencionismo y teorías afines ................ . 36


10.2. Aspectos estadísticos ....................................................... 87

11. El neoliberalismo o "liberalismo pragmático" ....................... . 39


10.3. Aspectos contables .......................................................... 89

CAPíTULO III

I
11. Derechos financiero y tributario .............................................
12. Relaciones de las finanzas con otras ciencias .............. ..........
92

93

LAS FINANZAS PÚBLICAS Y LA GLOBALlZACIÓN I


13. El método en la ciencia financiera ................................ · ........ · 95

CAP(TULOV
1. Noción ....................................................................................... . 43

2. Características ......................................................................... . 44
EL DERECHO DE LA HACIENDA PÚBLICA
3. Causas .......................................................................................
3.1. Cambios en la regulación de los mercados financieros .... .
3.2. Las inversiones extranjeras ............................-................
45

46

47

1.
2.
Las agrupaciones humanas y las normas ................ .............
Las normas jurídicas ................................. ..............................
97

98

4. Efectos de la globalizaeión ....................................................... 48


3. La actividad financiera y las normas jurídicas .................... 99

5. Aspectos positivos .................... :.............................................. .. 49


4. El derecho financiero. Noción, denominación y origen ......... 100

6. Aspectos negativos .................................................................... 50


5. Caracteres del derecho financiero .................................. ......... 102

7. Críticas a la globalización ....................................................... 50


5.1. Actividad jurídica ............................................................. 102

8. Imposibilidad de negar su realidad ....................................... . 53


5.2. Las relaciones financieras ............................................... 102

9. La anacionalidad de las empresas .......................................... 54


5.3. Las relaciones financieras Y las normas jurídicas ........ 103

10. El Estado y la globalización ..................................................... 55


5.4. El derecho financiero es derecho público ........................ 103

11. Las finanzas de los países de América latina ante la globa­ 5.5. Es una rama del derecho no anómala............................. 104

lización ..................................................................................... . 55
5.6. Aspectos orgánico y funcional del derecho financiero.... 104

12. El peligro del alto "riesgo-país" ............................................... 58


5.7. El derecho financiero tiene una vinculación simbiótica

con las finanzas públicas ................................................. 104

6. Contenido .................................................................................. 105

CAPíTULO IV

6.1. La juridicidad del gasto público en la República Argen­


CIENCIA DE LAS FINANZAS PÚBLICAS tina..................................................................................... 106

6.2. Lajuridíeidad de los recursos públicos en la normativa

1. Concepto y tenninología ......................................................... . 61


argentina ....................................... ..... ............................... 107

2. Introducción ............................................................................. . 62
7. Autonomía del derecho financiero ........................................... 107

3. Existencia, carácter científico y utilidad de las finanzas pú­ 8. Fuentes del derecho financiero ............................................... 109

blicas ........................................................................................ . 65
9. El derecho financiero y la Constitución ................................. 109

3.1. Existencia de las F.P....................................................... 65


10. Otras fuentes. Las leyes financieras ....................................... 112

3.2. Subsistencia de las F.P.................................................... 66


10.1. Régimen legal de los gastos públicos ............................ 112

3.3. Carácter científico (o no) de las F.P............................. .. 67


10.2. Régimen legal de los recursos públicos ........................ 114

3.4. Contenido de las F.P........................................................ 70


10.3. Régimenjurídico de los tributos ................................... 116

3.5. Utilidad de las F.P .....................:".................................... . 72


10.4. Régimen jurídico del crédito público en general ......... 116

4. Nuestra posición sobre la realidad de las F.P...................... . 72


10.5. Régimen legal de los recursos del Tesoro ..................... 117

5. Distintas concepciones de las F.P.......................................... 74


10.6. Tratamiento legal del equilibrio presupuestario ........ 117

5.1. Conclusiones sobre la existencia de las F.P. y la nece­ 10.7. Régimen legal de la dinámica del presupuesto............ 118

sidad de su estudio .........................................., ................ . 76


11. Los decretos con fuerza de ley................................................. 118

6. Ciencia de medios o de fines .............................. ~ ................... .. 78


12. El reglaDJ.ento ............................... :........................................... 119

7. Política financiera ...................................................................-. 81


13. Los tratados internacionales .............. ..................................... 121

8. Economía financiera ................................................................ 83


14. Las convenciones institucionales internas ................ ............ 122

9. Administración o técnica financiera ............. L...................... 84


15. Otras fuentes ........................................................ :'................... 123

10. El rol de los aspectos cuantitativos de las fin~nzas públicas 85

(
(

/
(

XII PRÓLOGO XIII


~

A diferencia de otros textos docentes, he tratado de ser lo


menos solemne posible, en la convicción de que la asignatura es
ya suficientemente aburrida para los estudiantes y que la inclu­
sión de algún toque irónico o humor(stico en nada desmerece la
obra, si ésta ha sido seriamente escrita. Pero éstos ya son aspectos
que juzgará el lector.
íNDICE
Córdoba, 15 de noviembre de 1999.
HÉCTOR B. VILLEGAS. CAPíTULO 1

LA ACTIVIDAD FINANCIERA

1. Las necesidades humanas ....................................................... 1

2. Las necesidades públicas ......................................................... 3

3. Funciones públicas y servicios públicos ................................. 5

4. Gastos públicos. Recursos públicos ........................................ 11

5. La actividad financiera del Estado ......................................... 12

6. Finalidades fiscales y extrafiscales ........... ............................. 14

6.1. Finalidades fiscáles .......................................................... 14

6.2. Finalidades extrafiscales ................................................. 15

7. Sujeto activo de la actividad financiera ................................. 16

8. Las tres fases de la actividad financiera................................ 18

9. La complejidad de esta actividad del Estado ......................... 18

10. Escuela y teoría sobre la naturaleza de la actividad finan­


ciera ......................................................................................... 19

10.1. Teorías económicas ........................................................ 21

10.2. Teorías sociológicas ........................................................ 24

10.3. Teorías políticas ............................................................. 25

CAPíTULO II

DESARROLLO HISTÓRICO DEL PENSAMIENTO

FINANCIERO Y SU REALIDAD CIRCUNDANTE

1. Noción ........................................................................................ 27

2. Importancia del tema ............................................................... 27

3. Esbozos financieros anteriores al siglo XVII............... ........... 28

4. Avances operados a partir del siglo XVII ............................;.. 29

5. El cameralismo ......................................................................... 29

6. La fisiocracia ............................................................................ 30

7. El liberalismo clásico ............................................................... 31

8. Las finanzas públicas como disciplina independiente de la

economía (siglo XIX) ........................................................ ......... 32

9. Tendencias contemporáneas (siglo XX) .................................. 34

(
j¡.f;
XVIII ÍNDICE
ÍNDlCE XIX

d) Elemento coercitivo ............................................................ . 188

e)Finalidad esencial: el bienestar general ........................... 189


6. Efectos económicos de los impuestos ..................................... . 224

\.

5. Clasificaciones de los tributos ................................................ .


189 6.1. Introducción ..................................................................... . 224
6. Principios superiores de la tributación .................................. 192
6.2. Noción ................................................................................ 225

6.1. Regla de la equidad ......................................................... ..


194 6.3. Fenómenos de la noticia, percusión, traslación, inciden­
(

6.2. Regla de la certeza o trasparencia tributaria ... ~ ........... . 194


cia y difusión ................................................................... .. 226

6.3. Regla de la conveniencia ................................................. . 196


6.3.1. Noticia .................................................................... . 226
(
6.4. Regla de la economía ........................................~ ............... 197
6.3.2. Percusión ............................................................... . 227

7. Criterios distributivos de los tributos ....................................


197 6.3.3. Traslación .............................................................. . 228

7.1. Criterio de la contraprestación ...................................... .. 199


6.3.4. Incidencia ............................................................... . .228

7.2. Criterio del beneficio ...................................................... ..


200 6.3.5. Difusión .................................................................. . 230

7.3. Criterio de la capacidad contributiva ............................ . 202


7. Formas de la trasl ación .......................................................... . 233

7.3.1. Noción ,................................................................... . 202


7.1. Traslación hacia adelante ................................................ 233

7.3.2. Definiciones ........................................................... .


203 7.2. Traslación hacia atrás ..................................................... 234

7.3.3. Valoraciones de la capacidad contributiva ......... . 204


7.3. Traslación lateral u oblicua ............................................. 235

7.3.4. Medición de la C.C ................................................ .


206 7.4. Otras modalidades de traslación .................................... . 235

a) Rentas ............................................................... . 206


8. Factores que influyen y son influídos por la traslación ........ 236

b) Patrimonio ....................................................... . 206


9. Mercado en situación estática ................................................ . 237

e) Consumos ......................................................... . 206


10. Efectos según las condiciones del mercado ............................ 237

7.3.5. Idoneidad abstracta del principio ........................ . 207


10.1. Mercado de libre competencia ....................................... 237

7.3.6. Implicancias de la capacidad contributiva .......... 208


10.2. Mercado de monopolio .................................................... 239

8. Teoría del sacrificio ................................................................. .


209 10.3. Mercado de oligopolio ................................................... .. 240 (

11. El componente "costos" ............................................................ 242

a) Costos constantes ............................................................... . 243


(

CAPíTULO IX
b) Costos decrecientes ............................................................. . 243
(
LOS INGRESOS TRIBUTARIOS EN PARTICULAR e) Costos crecientes ................................................................. . 243

12. Efectos según el tipo impositivo ............................................ .. 244

13. Mercado en condiciones dinámicas ....................................... .. 247

PARTE PRIMERA
14. Amortización y capitalización de los impuestos .................. .. 247
(

Los impuestos 15. Críticas sobre fallas en la teoría de la traslación .................. 248
(
16. La traslación y sus efectos jurídicos ..................................... . 248

1. Noción e importancia ............................................................... 211


17. Efectos políticos, morales y psicológicos ................................ . 250

2. Definición del impuesto ........................................................... 212


(

3. Fundamento ético-político del impuesto .................................


214 CAPtTULO X

a) Teoría del precio de cambio ............................................... . 216

b) Teoría de la prima del seguro ............................................ .


216 LOS INGRESOS TRIBUTARIOS EN PARTICULAR
e) Teoría de la distribución de la carga pública ................... .
216
4. Clasificaciones de los impuestos ............................................ .. 217
PARTE SF.GUNDA
a) Ordinarios y extraordinarios (permanentes y transitorios)
218

b) Impuestos reales y personales ........................................... .


Otros tributos
218
e) Impuestos proporcionales y progresivos ........................... .

218 (

d) Impuestos directos e indirectos ........................................ ..


218 1. Noción de tasa .......................................................................... 253

e) Nuestra posición en la materia ......................................... .


2. Características del tributo "tasa" .......................................... . 254

220 258

(
5. Finalidades de los impuestos (su clasificación en financie­ 3. E1 problema de 1a prestación de servicios ............................ _
ros y de ordenamiento) ............................................................ .
221 3.1. Prestación potencial ....................................................... .. 259

3.2. Prestación efectiva y particularizada .............1-.............. . 260

3.3. Prestación efectiva del servicio descrito en forma amplia 262

1
(

(
f (
!
XVI ÍNDICE
ÍNDICE XVII

\.
CAPtTULOVI
3. Evolución histórica ................................................................. ..
157

LOS GASTOS PÚBLICOS 4. Los recursos públicos y el principio de la legalidad ............. .


159

5. Clasificación de los recursos públicos ................................... ..


159

1. Concepto ................................................................................... .
125
5.1. Clasific.aciones económicas ............................................ ..
160

2. Importancia ............................................................................. .
127
5.2. Clasificaciones por su origen ......................................... ..
162

3. Teoría general del gasto público ............................................. .


128
5.3. Clasificación por rubros .................................................. .
163

4. Características de los gastos públicos ................................... .


128
5.3.1. Recursos corrientes .............................................. .
164

1) Erogaciones dinerarias ...................................................... .


129
5.3.2. Recursos de capital ............................................... .
164

2) Efectuadas por el Estado .................................................. ..


129

3) En virtud de ley ................................................................. ..


129
5.3.3. Recursos de financiamiento ................................. .
164

4) Para satisfacer las necesidades públicas ......................... .


130
5.4. Conclusión en cuanto a las clasificaciones ................... ..
165

5. Comparación del g.p. con el gasto privado .............................


130
6. Recursos patrimoniales propiamente dichos o de dominio ... 166

6. Evolución del concepto ........................................................... ..


132
6.1. Bienes de dominio público .............................................. ..
166

7. Clasificación de los gastos públicos ....................................... .


134
6.2. Bienes de dominio privado .............................................. .
167

7.1. Criterio económico ........................................................... .


134
7. Recursos de las empresas estatales ....................................... .
168

7.2. Criterio jurídico-administrativo ..................................... .


138
7.1. Argumentos en favor y en contra .................................. ..
169

A) Clasificación jurisdiccional o institucional .............. .


138
7.1.1. Argumentos en favor ........................................... ..
169

B) Clasificación por finalidades y funciones ..................


138
7.1.2. Argumentos en contra ......................................... ..
170

C) Clasificación por la constancia o permanencia del 7.1.3. Conclusiones sobre su conveniencia ................... .
171

gasto ............................................................................. . 139


7.2. Empresas que tienen a su cargo servicios públicos .... .. 172

7.3. Clasificación presupuestaria vigente para el sector púo 7.3. Empresas nacionales, industriales y comerciales ........ .
172

blico nacional ..................................................................H


139
7.4. Recurso por privatización de empresas estatales ........ ..
173

a) Por su objeto ............................................................... .


140
7.5. La regulación estatal de los servicios públicos privati­
b) Por su carácter económico ........................................ ..
140
zados .................................................................................. 173

e) Por sus finalidades o funciones ................................ ..


140
7.6. Monopolios fiscales (recursos mixtos) ............................ .
176

d) Por sus categorías programáticas ............................. .


140
8. Precios públicos ....................................................................... .
177

e) Por su fuente de financiamiento .............................. ..


140
9. Recursos gratuitos ................................................................... .
178

8. Crecimiento de los gastos públicos ....................................... ..


141
10. Recursos tributarios ............................................................... ..
178

1) Gastos militares ................................................................. .


144
11. Recursos por sanciones patrimoniales ................................. ..
179

2) Prosperidad del sistema económico ................................... .


144
12. Recursos monetarios .............................................................. ..
179

3) Urbanización .......................................................................
144
a) El emisionismo como regulador económico .................... ..
180

4) Desarrol1o de la democracia ............................................. ..


145
b) El emisionismo como medio de obtener ingresos ............ .
180

5) Ayuda a zonas subdesarrolladas ............................: ......... ..


145

13. Recursos del crédito público .................................................. ..


181

6) Aumento de los costos ....................................................... ..


145

7) Burocracia ........................................................................... .
145

9. Límites de los gastos públicos ............................................... ..


146
CAPíTULO VIII

10. Efectos económicos .................................................................. .


148

11. Principio del multiplicador ..................................................... .


150
LOS INGRESOS TRIBUTARIOS EN GENERAL
12. Principio del acelerador ......................................................... ..
151

1. Noción ....................................................................................... .
183

CAPíTULO VII
2. Terminología y antecedentes .................................................. .
184

3. Importancia actual .................................................................. .


185

RECURSOS PÚBLICOS
4. Caracterización de los ingresos tributarios ......................... ..
186

a) Carácter económico ........................................................... ..


186

1. Concepto y definiciones .......................................................... ..


153
b) Las prestaciones son preferiblemente dinerarias .......... ..
187

/'
2. Recursos COn finalidad extrafiscal ........................................ ..
156
e) Basamento legal ................................................................ ..
188

XXII ÍNDICE ÍNDICE XXIII


8.3. Efectos de la cobertura mediante impuestos (tercera 6.2. Garantías personales ....................................................... . 357

fase) ................................................................................... . 333


6.3. Garantías especiales ........................................................ .. 358

a) Sobre el nivel de precios ........................................... .. 334


6.4. Garantías contra fluctuaciones monetarias ................... 358

b) Sobre la actividad económica privada ...................... . 334


7. Ventajas concedidas en los empréstitos ................................ . 359

e) Sobre el ahorro privado .............................................. . 334


a) Tipo de emisión .................................................................. .. 359

d) Sobre la formación de capitales ................................. . 334


b) Prima de reembolso y premios ......................................... .. 359

e) Sobre la distribución de la riqueza y el ingreso in­ e) Efecto cancelatorio ............................................................. .. 359

dividual ..................................~...................................... .
334
d) Privilegios fiscales y jurídicos ........................................... . 359

8.4. Efectos del servicio y pago de la deuda (cuarta fase) .... . 334
8. Títulos del empréstito ............................................................ .. 359

a) Sobre el nivel de precios ........................................... .. 335


9. El interés y su tasa ............................................................... ;.. 360

b) Sobre la actividad económica privada ...................... . 335


10. La emisión de los empréstitos ............................................... .. 360

e) Sobre el ahorro privado .............................................. . 335


11. Colocación de los títulos .......................................................... . 362

d) Sobre la formación de capitales ................................ .. 335


12. Amortización de los empréstitos ........................................... .. 362

e) Sobre la distribución de la riqueza y el ingreso indi­ a) Amortización obligatoria ................................................... .. 362

vidual ............................................................................
335
b) Amortización facultativa .................................................. .. 363

8.5. Conclusión sobre los efectos económicos ........................ .


336
13. Conversión de los empréstitos ................................................ . 363

9. La deuda pública y la globalización en los países infradesa­ a) Conversión forzosa .............................................................. . 363

rrollados ................................................................................... .
336
b) Conversión facultativa ...................................................... .. 363

a) Empréstitos internos .......................................................... . 337


e) Conversión obligatoria ....................................................... . 364

b) Empréstitos externos ......................................................... ..


337
14. Incumplimiento de la deuda pública .................................... .. 364

10. Aspectos legales atinentes al crédito público y la deuda pú­ a) Repudio de la deuda ............................................................ . 364

blica ........................................................................................ . 339


b) Moratoria y bancarrota ...................................................... . 364

A) Régimen legal del C.P. en general ................................... .. 340


15. Empréstitos de tesorería ......................................................... . 365

B) Régimen legal de la deuda pública .................................... . 341


15.1. Noción ............................................................................. . 365

C) Clasificación legal de la deuda pública ............................. . 342


15.2. El Tesoro como mecanismo de reajuste ...................... . 365

C.1) Interna y externa ....................................................... . 342


15.3. Evolución de los bonos del Tesoro ................................ . 366
-o¡

C.2) Directa e indirecta ...................................................... 343


15.4. El Tesoro como recurso público ................................... .. 366
D) Limitaciones legales al C.P.............................................. .. 343
15.5. Régimen legal de los recursos del Tesoro .................... . 367

E) Organismo de control y aplicación ................................... . 345

F) Servicio de la deuda pública .............................................. . 346

CAPíTULO XIV

CAPíTULO XIII

TEORÍA GENERAL DEL PRESUPUESTO

LOS EMPRÉSTITOS PÚBLICOS 1. Noción del tema ........................................................................ 369

2. Origen y evolución .................................................................. .. 370

1. Noción ........................................................................................
347
3. Definiciones del presupuesto financiero ............................... .. 371

2. La cuestión de la naturaleza jurídica del empréstito ......... ..


348
4. Importancia del presupuesto ................................................. .. 373

a) El empréstito como acto de soberanía .............................. . 348


5. Presupuesto financiero y presupuesto nacional ................... . 374

b) El empréstito es un contrato ............................................ ..


348
6. La verdadera utilidad del presupuesto .................................. . 377

3. Empréstitos voluntarios, patrióticos y forzosos ................... ..


350
7. Aspectos auténticamente relevantes en el presupuesto. Revita·

4. El régimen de ahorro obligatorio ........................................... . 352


lización de los principios tradicionales .................................. . 379

4.1. Naturaleza jurídica. Constitucionalidad ........................ .


353
8. Naturaleza jurídica del presupuesto ..................................... . 380

5. Garantías y ventajas de los empréstitos ............................... .


357
9. Los principios presupuestarios ............................................. .. 381

6. Garantías ................................................................................. .
357
10. ~ El equilibrio del presupuesto ................................................. .. 382

6.1. Garantías reales .............................................................. ..


357
10.1. Introducción al tema ................................ :'1.................... 382

~.
:!"
(

(
:xx ÍNDICE ÍNDICE XXI

.~

4. Diferencia con los otros tributos ............................................. 264


15.1. Revisión de ideas sobre principios de los sistemas tri­
"
5. Diferencia con el precio ............................................................ 265
butarios ........................................................................... 309

6. Graduación de la tasa .............................................................. 268


16. Presión tributaria .................................................................... 311

7. Principales tasas en la Argentina .......................................... 273


1) Presión~tributaria individual ............ ................................. 311

8. Contribuciones especiales. Concepto ...................................... 274


2) Presión tributaria sectorial ................................................ 311

( 9. La contribución de mejoras. Noción....................................... 275


3) Presión tributaria nacional ................................................ 311

10. Elementos ................................................................................. 276


16.1. Índice de medición ..................................................... 312

( 10.1. Prestación personal........................................................ 276


16.2. El problema de la inclusión del gasto público ......... 313

(
10.2. Beneficio derivado de la obra ......................................... 276
17. Límites de la imposición.......................................................... 314

10.3. Proporción razonable entre el presunto beneficio obte­ 18. El monotributo como aparente pretensión simplificadora del

( nido y la contribución exigida ....................................... 277


régimen tributario argentino .................................................. 315

10.4. Destino del producto ....................................................... 277

( 11. El peaje. Noción ........................................................................ 278

11.1. Antecedentes ................................................................... 278


CAPíTULO XII

l 11.2. Naturaleza del pf;laje ...................................................... 279


EL CRÉDITO PÚBLICO
( 11.3. Su constitucionalidad en la República Argentina ....... 279

11.4. Legislación sobre el peaje .............................................. 281


1. Noción........................................................................................ 317

( 12. Contribuciones parafiscales. Noción ...................................... 281


2. Evolución histórica ................................................................... 319

12.1. Naturaleza de la parafiscalidad .................................... 282


3. Basamentos del crédito público ............................................... 321

\.
13. La parafiscalidad social ........................................................... 282
4. Características del crédito público .......................................... a24

(, 14. Régimen argentino de seguridad social.................................. 283


4.1. La concepción clásica sobre el crédito público ............... 324

14.1. Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (S.I.J.P.) 284


4.2. Concepciones modernas ................................................... 325

( 15. Naturaleza de los aportes y contribuciones previsionales .... 285


4.3. Evaluación crítica ............................................................. 326

( 5. Límites de utilización .............................................................. 327

( CAPtTULOXI 6. Conclusiones sobre el crédito público y sus límites .............. 328

7. Clasificación de la deuda pública ....................... ..................... 329

{ SISTEMAS TRIBUTARIOS 7.1. Deuda interna y externa .................................................. 329

7.2. Deuda administrativa y financiera ................... ........ ...... 330

( 1. Nociones generales .................................................................. . 287


7.3. Deuda flotante y consolidada ........................................... 330

( 2. Limitaciones al estudio ........................................................... . 287


7.4. Deuda perpetua y redimible ............................................ 331

3. Importancia del tema .............................................................. . 289


8. Efectos económicos de la deuda pública según las distintas

I 4. Régimen y sistema tributario ................................................ . 289


fases del empréstito .................................................................. 331

5. Sistemas tributarios racionales e históricos ......................... . 290


8.1. Efectos de la emisión (primera fase) ............................... 332

( 6. Sistemas de impuesto único y de impuestos múltiples ........ 292


a) Efectos sobre el nivel de precios ................................. 332

e 7. Sistema tributario y evolución histórica ............................... .


8. El régimen tributario argentino ............................................ .
293

295

b) Efectos sobre la actividad económica privada ...........


e) Efectos sobre el ahorro privado ..................................
332

332

9. Problemática de los sistemas tributarios .............................. . 296


d) Efectos sobre la formación de capitales ..................... 332

10. Aspecto fiscal ........................................................................... . 297


e) Efectos sobre la distribución de la riqueza y el ingre­
( 298

11. Aspecto económico ................................................................... . so individual.................................. ............................... 332

( 12. Aspecto social ........................................................................... . 299


8.2. Efectos del gasto público (segunda fase) .......................... 333

13. Aspecto administrativo ........................................................... . 301


a) Sobre el nivel de precios .............................................. 333

( 14. Criterios de elección de las fuentes de tributación o materias


b) Sobre la actividad económica privada ....................... 333

imponibles ................................................................................ . 303


e) Sobre el ahorro privado .............................................. : 333

15. Alteraciones según ciertas situaciones nacionales en el mun­ d) Sobre la formación de capitales .................................. 333

( do globalizado .......................................................................... .. 308


(
(
1

CAPíTULO 1
LA ACTIVIDAD FINANCIERA I

1. LAs NECESIDADES HUMANAS.

Una observación de las necesidades humanas en general demues­


tra que ellas son múltiples y aumentan en razón directa a la civiJiza­
ción. Algunas son de satisfacción indispensable para la vida normal
del hombre y pueden ser, a su vez, inmateriales (intelectuales, religio­
sas, morales, etc.) o materiales (alimentación, vestido, habitación, etc.).
Las necesidades individuales o privadas se identifican con la pro­
pia existencia de las personas y son innatas a cada individuo aislada­
mente considerado. Su satisfacción puede ser indistintamente efectua­ #
da por el propio sujeto o incluso (en ciertos casos) por el Estado.
Pero como el hombre, desde tiempos pretéritos, tiende a vivir en
sociedad, surge un segundo tipo de requerimiento, de grupo o colectivo,
que dífícilmente puede ser atendido solitariamente por el individuo. La
vida colectiva engendra necesidades diferentes, como p.ej., la seguri­
dad, el trasporte, las comunicaciones, el aprendizaje, etc. Estas necesi­
dades pueden ser satisfechas por el grupo o bien por el Estado, lo cual
sucede cuando adquieren el carácter de públicas.
Esto nos lleva al concepto de necesidades públicas. Cuando el
individuo resuelve integrarse en una colectividad, surgen ideales co­
munes que, primariamente, son los de defenderse recíprocamente, crear
normas de convivencia y velar por su acatamiento, así como buscar el
medio de resolver las controversias y castigar las infracciones con el
mayor grado de justicia. Estos ideales dan lugar a las necesidades
públicas. '
Así, al congregarse el individuo en colectividad, advierte, por de
pronto, la necesidad común de resguardar al grupo constituído contra

1 La bibliografía, con sus referencias completas, se agrega al final


de la obra. En el texto hay s610 referencias abreviadas a dicha bibliogra­
fía, al solo efecto de indicar el lugar preciso (torno y página) del cual se
extrajeron las citas alusivas y trascripciones. Ello no impide que en algu­
nos casos se haya preferido realizar las citas completas 1m el texto.
Am l..,..~:~:~~: '- ,~~~~. ~

XXIV ÍNDICE ÍNDICE :XXV

. 425

10.2. Noción y terminología.................................................... 384


8. Ejecución del proyecto ............................................................ ..

10.3. Los sucesos que hicieron tambalear principios ........... 384


9. Ejecución en materia de gastos ............................................. ..
426

10.4. Las justificaciones teóricas ........................................... 385


10. Distribución administrativa del presupuesto de gastos ..... .. 426

10.5. Los razonamientos adversos al déficit.......................... 386


11. El comproID.i'so ......................................................................... .
427

10.6. Los límites del déficit ..................................................... 386


12. El devengamiento ................................................................... ..
429

10.7. Una luz de esperanza. La ley de convertibilidad fiscal 387


13.. El pago ..................... ·.... ·..··..···· .... ·................ ·............ ··....··· ...... .
430

11. El principio de la unidad ......................................................... 389


14. Ejecución en materia de recursOS ......................................... ..
431

12. El principio de la universalidad .............................................. 390


15. Control del presupuesto ......................................................... ..
432

13. El principio de no afectación de recursos .................. ........ ..... 392


16. Control interno ........................................................................ .
433

14. El principio de la precedencia ................................................. 394


17. Control externo ........................................................................ .
435

15. El principio de especificación del gasto .................................. 396


18. Control parlamentario ............................................................ .
437

16. El principio de la anualidad .............. ...................................... 398


19. El examen de la cuenta de inversión según la ley 24.156 ....
438

16.1. Noción.............................................................................. 398

16.2. Beneficios del sistema .................................................... 399


BIBLIOGRAFíA GENERAL ......................................................... .
441

16.3. Diferente alcance de la anualidad ................................. 400

16.4. Críticas a la anualidad. Los presupuestos plurianua­


les y anticíclicos. La planificación. Las obras prolon­
gadas ................................................................................ 401

16.5. Soluciones a la restricción temporal del año ............... 403

17. El principio de la trasparencia ................................................ 404

18. Conclusión sobre los principios presupuestarios ................... 406

19. Presupuesto y globalización .................................................... 406

CAPtTULOXV

EL PROCESO VITAL DEL PRESUPUESTO

(SU PREPARACIÓN, SANCIÓN, EJECUCIÓN Y CONTROL)

1. Las fases de la evolución presupuestaria ............................... 409

2. Preparación del presupuesto ..... :............................................ 409

2.1. Elaboración del proyecto del Poder Ejecutivo................. 409

2.2. Las funciones del jefe de Gabinete .................................. 410

2.3. Las funciones de las reparticiones especializadas ......... 411

2.4. Confección y envío del proyecto ................ :...................... 411

3. Sanción del presupuesto .......................................................... 412

3.1. Falta de envío en término................................................ 413

3.2. Cámara de origen ............................................................. 413

3.3. Atribuciones del Congreso ............................................... 414

3.4. Introducción de normas extrañas al presupuesto ......... 416

4. Promulgación y veto ................................................................ 417

5. Cierre del ejercicio (imputación de gastos y recursos) .......... 418

6. Estructura del sistema presupuestario argentino ................ 420

7. Contenido del presupuesto financiero nacional ..................... 422

7.1. Recursos .............. ...... ...... ............. ............ ...... .......... ......... 423

7.2. Gastos .. ............ ....................................................... ........... 423

4 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 5


rar que es el mejor órgano constitucional para alcanzar el bienestar. pasó del Estado liberal y restringido en sus funciones al Estado inter­
"Nuestra tradición -explica el autor- estima que el Estado tiene su vencionista con una decidida actuación en el campo económico y social.
base en el consentimiento de los gobernados; es decir que es al pueblo a Veremos también los excesos que motivaron el advenimiento de las
quien, en último término, corresponde la soberanía, y que el Estado ideas neoliberales, con su consecuencia, la globalización de la econo­
pertenece al pueblo para ser utilizado en la forma que más convenga a mía. Por último, nos encontraremos con que esta nueva realidad ha
su bienestar" (Harold Groves,Finanzas públicas, Méjico, 1965, p. 23). producido diversas consecuencias indeseables.
Es entonces el Estado, representado por el gobitilrno, quien res­ Concretando las características de ambos tipos de necesidades,
guarda la soberanía, impidiendo tanto las invasiones extranjeras ar­ decimos: las necesidades priblicas primarias o absolutas son esencia­
madas como los intentos de sometimiento por otras vías. A tal fin re­ les, constantes, vinculadas existencialmente con el Estado y de satis­
cluta soldados, les provee de armas, organiza un ejército, toma medidas facción exclusiva por él. Las necesidades públicas relativas son contin­
defensivas de la economía, etc. gentes, mudables, y no vinculadas a la existencia misma del Estado.
Es el Estado, asimismo, quien dicta los preceptos normativos En cuanto a su satisfacción por el individuo, el grupo o el Estado, eUo
básicos, a fm de: a) regular la conducta social recíproca; b) contar con ha estado sujeto a las variantes experimentadas en cuanto a la concep­
la coactividad suficiente para que tales preceptos normativos sean res­ ción sobre el papel del Estado, como ya hemos dicho.
petados; e) limitar la propia acción gubernamental mediante las car­ La conclusión es que no siempre, en el curso de la historia, se
tas fundamentales o Constituciones. A los fines de velar por el cumpli­ tuvo plena conciencia de 10 que realmente eran necesidades "públicas"
miento de estos preceptos, crea organismos de seguridad interna (fuerzas en contraposición con las necesi{Jades "privadas", y de allí la duda que
de policía). con respecto a algunos servicios se presentó en cuanto a cuáles debían
Es, por último, también el Estado quien organiza la administra­ ser satisfechas por los propios particulares en forma individual y cuá­
ción de justicia, para que resuelva las contiendas y aplique las penali­ les por el Estado.
dades que son las consecuencias a las violaciones a las reglas de convi­
vencia. 3. FuNCIONES PÚBLICAS Y SERVICIOS PÚBLICOS.
Las necesidades descritas reúnen, por tanto, estas característi­
cas: a) son de ineludible satisfacción, porque de 10 contrario no se con­
Hemos dicho al inicio de esta obra que las fmanzas públicas estu­
cibe la comunidad organizada; b) son de imposible satisfacción por los
dian la actividad desarrollada por el Estado para obtener sus ingresos
individuos aisladamente considerados; e) son, en consecuencia, las que
y efectuar sus gastos, yen el punto precedente hemos explicado que el
dan origen al organismo superior l1amado Estado y las que justifican
ser humano experimenta necesidades que nacen de la vida colectiva y
su nacimiento. se satisfacen mediante la actuación del Estado.
El1as reciben el nombre de necesidades públicas absolutas o pri­ Las actividades que el Estado (representado-por el gobierno) rea­
marias y constituyen la razón de ser del propio Estado (dentro dé lo que liza en procura de la satisfacción de las necesidades públicas pueden
se considera Estado de derecho). consistir en funciones públicas y servicios públicos.
Pero en la actualidad se estima que ésas no son las únicas nece­ Adoptamos para nuestra ciencia la distinción jurídica planteada
sidades que nacen de la comunidad organizada, y por eno se habla de por Marienhoff (Tratado de derecho administrativo, Bs. As., 1966, t.
las necesidades públicas secundarias o relativas. 2, p. 49) y apoyada por José María Martín (Ciencia de las finanzas
Dentro de esta última categoría tenemos necesidades cuya satis­ públicas, p. 15), quienes distinguen entre función pública vinculada
facción se considera, cada vez en mayor medida, de incumbencia esta­ a los cometidos esenciales del Estado (dictado de leyes, administración
tal, por cuanto atañen a la adecuación de la vida comunitaria a los de justicia, defensa externa, mantenimiento del orden interno, emisión
progresos emergentes de la civilización (educación, salud, trasportes, de moneda, representación diplomática, etc.), y servicio público, con­
comunicaciones, seguridad social, etc.). figurado cuando la actividad se desenvuelve dentro de la administra­
Para buscar la razón de ser del encuadre de estas necesidades ción.
como "públicas", se debe indagar en la evolución de las realidades com­ Las funciones públicas y los servicios públicos son consi­
probadas a través de los siglos y en el desarrollo histórico del pensa­ derados dentro de nuestro campo de estudio como las ~tividades, com­
miento financiero, que veremos más adelante. Observaremos cómo se portamientos, movimientos o intervenciones que lleva a cabo el Estado

j
2 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 3

las agresiones de otros grupos. Desde los primeros conglomerados hu­
manos, de tipo familiar o tribal, se percibe el interés comunitario de 2. LAs NECESIDADES PÚBLICAS.
repeler las invasiones de extraños, como única forma de que la agrupa­
ción constituída conserve su individualidad y libertad de decisión. La Los tresijpos de necesidades que acabamos de nombrar y otras
necesidad se incrementa cuando, con el trascurso del tiempo, surge el que veremos reciben el nombre de necesidades públicas. Las definimos
Estado moderno. Es un error lamentablemente difundido en los últi­ como aquellas que nacen de la vida colectiva y se satisfacen mediante
mos años pensar que los procesos de integración, la globalización de la la actuación del Estado. Dice Dino Jarach que el concepto de necesida­
economía y la intervención de organismos mundiales como la ONU o des públicas es coetáneo y consustancial con la existencia misma del
la OEA son obstáculos insuperables para las agresiones externas y Estado y su desenvolvimiento histórico (autor cit., Finanzas públicas y
para las luchas intestinas. Lo demuestran los recientes casos de la ex derecho tributario, Cangallo, Bs. As., 1983, p. 41).
Yugoslavia, la invasión de Irak a Ku wait y su consecuencia, la guerra Como esas necesidades son de imposible satisfacción mediante
del Golfo, las luchas étnicas de varios paises africanos, la reciente gue­ esfuerzos aislados de las individualidades, el ser humano asociado tien­
rra entre Ecuador y Perú, etc. No ha perdido vigencia la realidad indis­ de a buscar a alguien que aúne esos esfuerzos. Desde los comienzos de
cutible de que un país mantiene seguridad decisoria si tiene adecuada­ la vida comunitaria se nota la predisposición a subordinarse a un jefe
mente protegidas sus fronteras. De ahí, la necesidad de la defensa (patriarca, jeque, caudillo, cacique) o a un grupo dominante con el po­
externa. der de mando suficiente como para dar solución a los problemas comu­
Asimismo, y desde el inicio de la vida social, surge la necesidad nes de los grupos constituídos. Con la evolución que traen los 'siglos,
de establecer el orden interno. Para que la congregación conviva las agrupaciones crecen y se perfeccionan, convirtiéndose en Estados
mediante la conjunción de tres elementos: población, territorio y go­
pacíficamente y en forma tal que la reunión de individualidades traiga
bierno. Este último, que pasa a estar orgánicamente constituído, es el
un real beneficio a los miembros integrantes, es imprescindible el reco­ representante del Estado, y en tal carácter ejerce su poder de imperio
nocimiento de derechos mínimos que deben ser mutuamente respeta­
sustituyendo al jefe de la antigüedad.
dos y, por consiguiente, un ordenamiento normativo interno que regu­ El Estado ha sido definido de diferentes maneras, pero para las
le la conducta recíproca de los individuos agrupados. finanzas públicas se puede utilizar el término como sinónimo de lo que
Dentro de 10 que modernamente entendemos como orden interno, usualmente se llama el gobierno. El origen y la naturaleza del Esta­
comprendemos ciertas actividades e instituciones de funcionamiento do han originado polémicas y profundos estudios que corresponden a la
indispensable: ciencia política. Algunos creían que el Estado había surgido de un con­
a) El ordenamiento normativo interno, que tiene su vértice
trato concertado entre los individuos de una comunidad para proteger­
en las Constituciones que a partir del siglo XIX constituyeron una se recíprocamente y mejorar el bienestar de sus componentes. Otros
autolimitación para el Estado en la mayoría de los países occidentales; sostenían que los soberanos habían recibido el poder por decisión de la
b) La seguridad pública, cada vez en mayor peligro ante el divinidad y que los súbditos tenían ciertos deberes para con su rey por
desmesuradamente creciente incremento de la delincuencia común, derivación del poder divino.
del narcotráfico y de la corrupción que alcanza al propio Estado; Se generalizó también el concepto orgánico del Estado, según el
c) La necesidad consiguiente de contar con leyes punitivas cual éste tiene personalidad propia, una finalidad y una autoridad in­
adecuadas y con organismos de seguridad interna que velen por dependientes de los individuos. Groves hace notar que los antropólogos
su cumplimiento. han presentado la hipótesis plausible de que históricamente el Estado
Otra necesidad emergente de la vida comunitaria es el allana­ surgió como resultado de la evolución de la familia, en una extensión
miento de las disputas y el castigo a quienes violan la normatividad de la organización familiar. Existe también la opinión de que el Estado
impuesta. Ello se hace mediante la administración de justicia, única t es un instrumento en la lucha de clases, del cual debe apoderarse un
forma de evitar que las contiendas se resuelvan mediante la fuerza y :;¡.;.
determinado grupo económico-social y conservarlo en su poder hasta
que la sanción por trasgresión a las normas de convivencia sea objeto que, al fro, haya surgido una sociedad sin clases. Agrega el autor que
de la venganza privada. -á
~ todo el mundo occidental estaría probablemente de acuerdo en que el
¡ Estado existe gracias a la opinión pública que lo sostiene por conside­
~
I
····.t,

8 HÉCTOR B. VILLEGAS
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 9
elusiva, o no, por el Estado. El gobierno brindará escuelas gratuitas,
En la mayoría de los casos, el servicio público implica la existen­
pero nada impide que coexistan con escuelas privadas pagadas por quie­
cia de un organismo compuesto de autoridades administrativas que
nes puedan hacerlo. Deberán funcionar hospitales gratuitos, pero el
representan el elemento "poder", y de funcionarios, empleados o agen­
servicio de salud también podrá ser prestado por entidades privadas.
tes de ejecución, que representan el elemento "competencia técnica".
Dentro de la seguridad social se dará la posibilidad de intervenir en
Ambos, autoridad y agentes, están unidos y ordenados mediante regla­
ciertos rubros a entes particulares. Por ejemplo, las AF.J.P. en mate­ mentos y circulares que los determinan y sancionan (Pedro G. Altamira,
riajubilatoria, pero el Estado será quien organice y controle todo el Curso de derecho administrativo, Depalma, Bs. As., 1971, p. 443).
sistema, además de financiar sus déficit.
El elemento "público" de la locución servicio público no se re­
Además de los referidos servicios públicos esenciales, el Es­ fiere al ente o persona que lo realiza o presta: se refiere a su destinata­
tado puede tomar a su cargo otros servicios que también atañen al rio, es decir, a quien dicho servicio va dirigido. Como expresa,
interés público, ya sea por razones que hacen a una mejor convivencia Marienhoff, el servicio público no es otra cosa que un servicio para el
social (p.ej., comunicaciones, trasporte, gas, electricidad, etc.), o por "público" (ob. cit.,p. 21).
motivos especiales que inducen al Estado a proteger o tutelar intereses El Estado prestador es quien decide qué servicios deben ser consi­
particulares (p.ej., suministro de viviendas). derados como públicos, lo cual hará si resuelve que debe ejecutarlos
En la medida en que requieran financiación estatal, estos servi­ por razones que hacen a su cometido, conforme vimos anteriormente.
cios públicos no esenciales también interesan a las finanzas pú­ Tanto los servicios públicos esenciales como los no esenciales sue­
blicas. En el caso de que los servicios no sean atendidos en forma direc­ len, a su vez, dividirse en divisibles e indivisibles. Son divisibles aque­
ta por el Estado, y lo sean indirectamente mediante la intervención de llos servicios que, aun siendo útiles a toda la colectividad, son concebi­
particulares intermediarios o concesionarios, en todos los casos estare­ dos de tal forma que las actividades pueden ser determinadas y
mos en presencia de una actividad estatal manifestada en forma de concretadas en relación con los particulares a quienes el servicio atañe
control, pero que tiende siempre a satisfacer necesidades humanas. (p.ej., administración de justicia, instrucción pública, servicios posta­
No entraremos en la di!;cusión sobre si el concepto "servicio pú­ les, emisión de documentos de identidad).
blico" es una noción básica que sirvió para la construcción del derecho Indivisibles, en sentido amplio, son los servicios cuya naturale­
administrativo, como sostiene la doctrina tradicional francesa, o si al za es tal que, favoreciendo a numerosos componentes de la comunidad,
contrario, es una noción teórica sin asidero en la realidad y que debe existe la imposibilidad práctica de efectuar su particularización con
ser suprimida (así piensa Agustín Gordillo, Trotado de derecho admi­ respecto a personas determinadas (p.ej., defensa exterior).
nistrativo, Bs. As., 1975, t. 2, p. XIII-12), o si el instituto mencionado De esta última distinción surge un principio básico de financia­
mantiene plena vigencia, lo cual no impide que haya sido necesario ción de actividades estatales. Si el servicio es divisible, su costo se
retocarlo para precisar la noción (tal el pensamiento de Marienhoff, ob. puede repartir, de una manera más o menos precisa, entre aquellos a
cit., t. 2, p. 60). quienes esa actividad beneficia, o incluso entre aquellos a quienes esa
Al decir "servicio" tenemos en cuenta que no lo es cada acción o acción atañe, aun cuando no les proporcione beneficio. Todo ello sin
prestación considerada en sí misma, sino la actividad tomada como peIjuicio de la presunción general según la cua11a prestación del servi­
conjunto, consustanciada con la organización que efectúa tales accio­ cio beneficia también a toda la comunidad. Si, en cambio, el servicio es
nes o prestaciones. indivisible, generalmente se financia con cargas generales que deben
Lo anterior implica sostener que el servicio que calificamos como ser soportadas por toda la comunidad. En este último caso, se dice qu~
público presupone usualmente una organización de elementos y acti­ tales servicios de utilidad general no son susceptibles de una demanda
vidades para un fin, o sea, una ordenación de medios materiales y individual; son ejemplos de éstos la defensa, la legislación, la adm~nis­
personales. Esta idea de organización es inseparable de la noción de tración, la defensa externa, la seguridad interna, la diplomacia, la
servicio público, y Groves coincide en ello al sostener que la mayor emisión de moneda, etc., cuyas acciones no cabe imputar a beneficia­
parte de las necesidades humanas requiere cooperación para obtener rios o solicitantes individualizados, sino al conjunto de los miembros
mejores resultados. Cuando es el Estado quien debe cooperar, toma la de la comunidad. Empero, y como hace notar Roberto Mordeglia, aun
fQrma de una organización dedicada a llenar lo que es menester indivi­ en el supuesto de acciones divisibles, no necesariamente deben ser es­
dual o colectivamente (autor y ob. cits., p. 24). tos servicios pagados sólo por quienes aparecen como beneficiarios en
primer término, toda vez que no cabe olvidar que han sido asumidos
'!'

6 HÉcTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 7


"­ rrollo, el nuestro incluído, originado en el añejo error de no haber sabi­
con el fin de satisfacer las necesidades públicas que anteriormente he­
mos caracterizado. Tal accionar es el que justifica la obtención de in­ do privilegiar a tiempo estos campos, donde se nutre ahora la cada vez
gresos y la realización de gastos, o sea, la actividad financiera que más sofisticada tecnología con mayor valor agregado y que se debe,
estudia nuestra ciencia forzosamente, traer del exterior.
En 10 que hace a las funciones públicas, éstas son actividades que Un tercer grave problema, y que aparece con cada vez mayor
deben ser cumplidas en forma ineludible, identificadas por la razón de potencia, es el de la salud de la población, ya sea individual o general.
ser del Estado, que hacen a su soberanía, que son exclusivas e La primera de las situaciones enunciadas (carenciados y de­
indelegables y cuya prestación es, en principio, gratuita, lo que se pue­ sempleados) requiere que el gobierno organice un adecuado servicio de
seguridad social, entendiendo por tal el conjunto de instituciones
de alterar si el Estado resuelve utilizar su poder de imperio para exigir
que protejan a la población, intentando cubrir las contingencias adver­
prestaciones a los individuos a quienes tales actuaciones atañan. sas. Esta acción debe comprender distintos rubros, como, p.ej.; jubila­
Apartándonos de las funciones públicas, encontramos que el
ciones, pensiones a la vejez e invalidez, cobertura de riesgos ocupacio­
concepto básico para nuestra ciencia es el de servicio público, al nales y compensación por desempleo o algún tipo de ayuda a quienes se
cual defmimos por exclusión, entendiendo como tallas actividades del
hallen en esta situación.
Estado que no constituyen "funciones públicas" y que tienden a satisfa­ La segunda dificultad, atinente a la instrucción en general,
cer necesidades básicas de la población. exige que se le asigne un lugar más alto que el que ahora tiene en la
Creemos que el estado actual de las cosas justifica una nueva escala de valores. Es la única forma de que el atraso tecnológico del
concepción hacendística de la división entre servicios públicos esen­ país pueda dejar de ser algún día un elemento de fuerte y pernicioso
ciales y no esenciales, que no dependa de que los servicios hagan a déficit comercial.
la razón de ser del Estado o a su soberanía ni de que su prestación sea El tercer gran requerimiento que forzosamente deben atender los
exclusiva e indelegable, sino que se subordine al grado de prioridad que . Estados cada vez en mayor medida es el atinente a la salud indivi­
para la población llegan a adquirir ciertas necesidades. dual, y para su atención deben funcionar centros médicos gratuitos a
La realidad contemporánea demuestra que hay servicios públi­ los cuales tengan acceso los más necesitados. Tampoco se puede pres­
cos que por su perentoriedad se han tomado indispensables. Entende­ cindir de la salud general, tomando el gobierno a su cargo aspectos
mos como tales aquellos servicios que no pueden dejar de ser prestados tan vitales como el resguardo de la higiene pública, la preservación del
en forma ininterrumpida por el propio Estado, con prescindencia de ambiente y la salubridad general.
que también lo ruedan suministrar los particulares. En todos estos casos el Estado no puede prescindir de suminis­
La trascendencia, a veces trágica, de las necesidades que en el trar estos servicios, y debe hacerlo en principio de modo gratuito, aun­
Mundo globalizado deben ser atendidas, indica que han dejado de res­ que esta condición es alterable en base a su poder de imperio.
ponder al carácter de contingentes y dependientes de razones de utili­ Nos fundamos en que de nada sirve proteger la frontera, dictar
dad o conveniencia. buenas leyes o proporcionar una correcta justicia, si estas funciones
Hablamos de servicios públicos que se han vuelto esenciales están destinadas a una población sumida en la extrema miseria y que
por ser requerimientos que, cada vez con mayor intensidad y urgencia, sufre hambre, pero en sentido literal y sin eufemismos. Cuando hay
la comunidad hace del Estado, sin permitir su inacción o dilación. Da­ desempleo, indigencia, y gran parte de la población pasa a estar inte­
mos tal carácter a la seguridad social, a la instrucción en sentido am­ grada por menesterosos, se da la situación, altamente peHgrosa, de
plio y a la salud individual y general de la comunidad. individuos que nada tienen que perder y que se convierten en verdade­
El fenómeno de la gIobalización económica, que analizaremos más ras bombas sociales. Estas lamentables realidades, si no son debida­
aelelante, está trayendo diversas consecuencias penosas, entre ellas el mente solucionadas, pueden también hacer que el Estado pierda su
creciente desempleo. Han comenzado, también, a aparecer patéticas razón de ser y se reduzca a proteger barrios privados fortificados ante
situaciones de desamparo ante los cambios climáticos que se están ope­ un conjunto amorfo de personas que duermen en la calle, comen des­
rando en el mundo. Estos factores, y otras circunstancias, están crean­ perdicios o vagan sin rumbo (en el cap. In hacemos un análisis de esta
do miles de carenciados. problemática).
Otro requerimiento que surge en forma cada vez más imperiosa
deriva del atraso científico y tecnológico de los países en vías de desa-
,
Esto significa que separamos los conceptos de servicios públicos
esenciales o no esenciales de su posibilidad de prestación directa y ex­
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 13
12 HÉCTOR B. VILLEGAS
Merced a estas trasferencias, las entidades estatales pueden dis­
público, etc. A título de ejemplo, podemos decir que, si se resolviese poner de los medios de pago necesarios para realizar las funciones en­
atender la salud individual, el Estado debería contratar los servicios de
médicos y enfermeras, de empleados administrativos y de servicios comendadas.
A su vez, la t\.iecución de estas funciones trae como consecuencia
generales, etc., además de contratar la adquisición o locación de las
una serie de trasferencias monetarias de signo inverso, ya que supo­
diferentes clases de bienes (instrumental, equipos, muebles, edificios,
etc.) que resulten imprescindibles para prestar dicho servicio. nen salidas de dinero de las cajas públicas que constituyen los gastos
. Pero como el vil metal no surge de la nada, el gobierno solamente públicos (conf. Sáinz de Bujanda, Lecciones de derecho financuro,
podría hacer frente a estas erogaciones si contase con los medios pecu­ Sécción Publicaciones Universidad Complutense, Madrid, 1979, p. 89).
niarios necesarios. De ello se desprende que el gobierno debe tener in­ Otro autor español describe la actividad financiera en estos tér­
gresos, los cuales derivan de sus recursos públicos. minos: "Comienza en el momento en que el Estado se apropia de las
Estos ingresos pueden ser originados de diferentes maneras. A riquezas o bienes producidos por las demás economías y las convierte
veces, emanan del propio patrimonio del Estado. Ello puede suceder, en ingresos para atender a los gastos que le causará cumplir su deber
entre otros casos, en los siguientes: de atender a las necesidades públicas. Termina cuando el ingreso pú­
a) cuando el ente público explota, arrienda o vende sus propieda­ blico se ha convertido en serviciopúhlico o medio de satisfacer la nece­
des mobiliarias o inmobiliarias; sidad" (Pío Ballesteros, Manual de hacienda pública, Madrid, 1940, p. 8).
b) cuando privatiza empresas públicas; Adentrándonos un poco en un tema que profundizaremos más
e) cuando obtiene ganancias mediante sus acciones en dichas adelante, es importante desde ya destacar lo que sostiene Ferreiro
empresas o en otras privadas en las que haya resuelto invertir; Lapatza (Curso de derecho financiero español, 13!! ed., Madrid, 1991,
d) cuando los ingresos se obtienen de otras actividades que resul­ ps. 23 y ss.). Si se pretende indagar en la naturaleza de la actividad
tan productivas (como, p.ej., el monopolio del juego, n'1obstan:te repa­ financiera y se sostiene, por ejemplo, que "es" Wl8 actividad económi­
ros éticos que fueron, evidentemente, dejados de lado). ca, ante lo cual es la economía la que debe explicarla y estudiarla en su
Pero la mayor parte de los ingresos son obtenidos recurriendo al totalidad, o si, al contrario, sostenemos que la actividad (manciera "es"
patrimonio de los particulares, en forma coactiva y mediante los tribu­ una actividad política, el problema carece de sentido ya que ningWla
tos. Puede, asimismo, recurrir al crédito público, obteniendo bienes en de las soluciones propuestas puede ser admitida. La actividad (mancie­
calidad de préstamo, e incluso puede apelar en casos extremos a mani­ ra no puede ser calificada en su totalidad de económica o política. Una
pulaciones monetarias (estos dos últimos métodos con las serias limi­ decisión financiera será una decisión económica, en tanto que, como
taciones que veremos más adelante, por no constituír ingresosgenui­ decisión sobre el uso de bienes escasos aplicables a fines alternativos,
nos). suponga una manifestación de la actividad económica.
Tanto cuando el Estado efectúa gastos públicos como cuando, por Pero esa misma decisión (manciera deberá ser examinada desde
distintos procedimientos, obtiene ingresos provenientes de sus recur­ el ponto de vista político, y pasará a ser una decisión política cuando el
sos, desarrolla la actividad denominada actividad financiera. gobernante resuelva adoptarla por considerarla la más conveniente.
No se puede decir. entonces, que la actividad financiera sea polí­
5. LAACTMDAD FINANCIERA DEL ESTADO. ticani económica. Como cualquier sector de la realidad, ofrece diferen­
tes aspeetos (principalmente políticos, económicos y jurídicos), y aten­
Es el COnjWlto de operaciones del Estado que tiene por objeto tan­ diendo a cada uno de ellos podrá ser objeto de estudios científicos diversos
to la obtención de recursos como la realización de los gastos públicos y dif'erenciados, o bíen podrá ser objeto de una disciplina de síntesis de
necesarios para movilizar las funciones y los servicios públicos aptos todos aquellos aspectos (las finanzas públicas) cuya indagación, acerca
para satisfacer las necesidades de la comWlidad.' de si estos estudios son o no científicos, será objeto de profundización
Simplificando la cuestión, se desprende de lo anterior que la acti­ enpág;inas siguientes (cap.IV).
vidad financiera se traduce en Wl8serie de entradas y salidas de dine­
ro en la caja del Estado. Las entradas de dinero constituyen los ingre­
sos públicos, los cuales son trasferencias monetarias (coactivas o
volWltarias) realizadas en favor de los organismos públicos. "

ft

10 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 11

como necesidades públicas y, por eso mismo, su rmanciamiento concu­ La continuidad es la característica más importante, y, en prin­
rre muclías veces a medios más generales, como los impuestos (autor cipio, implica que la actividad de que se trate debe funcionar sin deten­
cit., Manual de finanzas públicas, A-Z Editora, Bs. As., 1977, p. 16). ciones. No obstante, se debe advertir que la continuidad no quiere de­
Un aspecto importante es que los individuos pueden sentir la cir que la actividad sea ininterrumpida, sino tan sólo que satisfaga la
necesidad del servicio público indivisible cuando dicho servicio no se necesidad pública, cada vez que ella se presenta. El elemen to básico es,
presta Así, por ejemplo, las poblaciones fronterizas pueden experimen­ en cuanto a este recaudo, que el servicio satisfaga oportunamente
tar la necesidad de la defensa nacional cuando los enemigos externos -sea en forma intermitente, sea en forma ininterrumpida, conforme
al tipo de requerimiento de que se trate-la necesidad pública. En los
invadan sus tierras o amenacen sus hogares o sus bienes. Los habitan­
servicios públicos de defensa nacional, orden interno, desagües cloacales,
tes de una ciudad experimentan la necesidad de la seguridad pública,
etc., la continuidad se traduce en que el servicio no se interrumpa. En
cuando la policía u otras fuerzas de seguridad no pueden asegurar la cambio, en el servicio público de la enseñanza primaria, la continuidad
tranquilidad y el respeto de las personas y de sus bienes frente a delin­ consiste en que la actividad se realice durante el año lectivo y se sus­
cuentes de todo tipo, tal como está sucediendo en la actualidad en Amé­
penda durante las vacaciones.
rica latina, en el que la delincuencia ha desbordado a las fuerzas desti­ Un elemento peculiar de los servicios públicos reside en la posibi­
nadas a la protección personal. lidad de que el Estado obligue a determinados particulares a usar cier­
Manejando conceptos aproximados, aunque no idénticos, los tos servicios Y pagar por ellos una prestación obligatoria, sin dejar
administrativistas distinguen a los servicios públicos de la siguiente librada a la voluntad de aquéllos su demanda. En este caso, también se
manera. Ellos se denominan uti uniuersi cuando tienen usuarios inde­ trata de servicios divisibles, pero ya no por satisfacer una demanda,
terminados, ya que la utilidad reportada es genérica y para la pobla­ sino por determinación del poder público. Esto ocurre, por ejemplo, en
ción en general, en tanto los servicios públicos se denominan uti singuli el caso de la vacunación obligatoria de personas o de animales, pres­
cuando tienen usuarios determinados, que reciben una utilidad con­ tando el Estado el servicio y debiendo los particulares retribuírlo.
creta o particular porque se benefician individualmente con la presta­ En estos casos hay una necesidad individual que coincide con la
ción. En el primer caso, la satisfacción de las necesidades generales se necesidad pública, a pesar de sus diferentes motivaciones, y la
da en forma genérica, mientras que en el segundo se realiza en forma contraprestación que exige el Estado no es la consecuencia de la de­
concreta (ver Marienhoff, ob. cit., ps. 53 y 56). manda individual, sino de una decisión del poder público (conf. Dino
Ejemplos de servicios uti uniuersi son la defensa nacional y la Jarach, Finanzas públicas y derecho tributario, Bs. As., 1983, p. 49).
policía de seguridad. Como casos de servicios uti singuli podemos men­
cionar la expedición de documentos, los controles higiénicos, la pro­
visión de agua corriente, de desagües cloacales, de educación prima­ 4. GASTOS PÚBLICOS. REcURSOS PÚBLICOS.
ria, etc.
Los requisitos de eficiencia del servicio público son la generali­ Todo lo que acabamos de decir queda reducido a un cuento de
dad,la uniformidad, la regularidad y la continuidad. hadas si el Estado no cuenta con los fondos para atender los cometidos
La generalidad significa que todos los habitantes tienen dere­ que le hemos atribuído.
cho a usar los servicios públicos conforme a las normas que los rigen. "' Esto significa que para poner en marcha el proceso organizativo
Si son uti uniuersi, los usuarios serán indeterminados. Si se trata de indispensable para movilizar las funciones y servicios públicos, y para
uti singuli, aquellos que los utilizan están particularizados al recibir que éstos luego sigañsiendo ejecutados ininterrumpidamente, el go­
una utilidad concreta. bi,arno debe, inevitablemente, desprenderse de dinero. Es decir, debe
. La uniformidad o igualdad implica que todos los habitantes realizar las erogaciones que estudiaremos en detalle más adelante y
tienen derecho a exigir y recibir el servicio en igualdad de condiciones, que denominamos gastos públicos.
lo que quiere decir que en situaciones desiguales se justifica una pres­ Ello es así porque el Estado debe adquirir uniformes y armas
tación sujeta a normas o condiciones distintas. para los soldados; proveer de edificios para que funcionen los tribuna­
La regularidad quiere decir que el servicio debe ser prestado o les de justicia; pagar sueldos a policías, jueces, diplomáticos y emplea­
realizado con sumisión o de conformidad a reglas, normas positivas o dos públicos; construÍr o pagar la construcción de puentes, presas hi­
condiciones preestablecidas. droeléctricas, hospitales, escuelas; otorgar subsidios a entidades de bien
!

MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 17


16 HÉCTOR B. VILLEGAS
da las soluciones necesarias (conf. Roberto Mordeglia, Manual de fi­
Griziotti señala que, en los casos límite, los fmes extrafisca1es de nanzas públicas, ob. cit.,.p. 5).
la actividad fmanciera no traen aparejada ninguna recaudación (p.ej., El Estado, cuyo origen y concepto actual tratamos en el punto 2
aduanas protectoras que no producen ingresos fiscales), llegando a adop­ de este capítulo, tiene personalidad propia y una finalidad y autoridad
tar medidas que destruyen la propia posibilidad futura de recaudación independientes de los individuos. El Estado es el gestor de la decisión
en relación con ciertas materias imponibles. En estos casos límite, los fmanciera, Yresulta evidente que las distintas modalidades que esta
fmes extrafiscales entran en total antinomia con los fmes fiscales (au­ actividad puede exhibir, es decir, las distintas combinaciones de recur­
tor y ob. cits., p. 5). sos y gastos públicos por utilizar, y su expresión mediante el instituto
En referencia a estas fmalidades extrafiscrues, dejamos sentada denominado presupuesto, se ajustarán al modelo de Estado de que se
nuestra opinión adversa a ellas. Por lo pronto, y aplicadas estas medi­
das en materia tributaria, suelen estaren pugna con los principios de trate.
Varios autores sostienen que, en definitiva, la concepción política
la capacidad contributiva y de la generalidad. Este quiebre de valores del Estado coincide con la del grupo dirigente que lo encarna. Es decir, .
de raigambre constitucional no siempre se justifica, ya que los riesgos el Estado no es sino la fach!lda de un grupo minoritario que nutre
son muchos y las medidas extrafiscales producen más inconvenientes abundantemente sus arcas personales y se regodea con los placeres del
que ventajas. A título de ejemplo, mencionamos los siguientes: poder, sin atender en 10 más mínimo a las verdaderas necesidades de la
1) Traen brechas y quiebras en el sistema tributario y financiero
general, que pierde consistencia y homogeneidad. Los tributos se población.
Somos un poco más optimistas Ypensamos que, en realidad, el
erosionan y son más difíciles de controlar. Estado dirige la actividad fmanciera para lograr los fines que los indi­
2) Existe el grave peligro de que grupos gobernantes o con in­ viduos, constituídos en unidad y considerados en la serie de generaciO­
fluencia en el poder promuevan actividades en las cuales estén perso­ nes, le han encomendado. Opinamos que los intereses individuales y
nalmente interesados, con prescindencia de las reales necesidades pú­
los colectivos se coordinan para la obtención de los fines superiores,
blicas.
unitarios y duraderos del Estado, diferentes de los fmes efimeros, pere­
3) Son medidas que fomentan la corrupción y la evasión. La ex­
cederos y no siempre confesables de los individuos que 10 componen. En
periencia argentina en cuanto a regímenes promocionales ha sido ne­
gativa, puesto que ha originado inmensos fraudes que luego han lleva­ otras palabras, aún creemos que el Estado pertenece a la comunidad
r-­
para ser utilizado en la forma que más convenga a su bienestar, y que
do a males mayores, como la violación de los derechos adquiridos al
no solamente tiene el individuo voz para decidir sobre la función del

revocarse retroactivamente.
Estado, sino que éste existe únicamente para el servicio de aquél (conf.

4) Desfiguran los institutos fmancieros y especialmente los tri­


butos, originando el peligro de hacer olvidar su verdadera esencia, que Harold Groves, ob. cit., p. 23).

Se podrá tildar a esta posición de ingenua, pero si, partiendo de

es la de lograr ingresos para la cobertura de gastos.


ideas pesimistas, llegamos al extremo de negar al Estado, podemos

terminar en la peor de las situaciones: la de una sociedad civil sin

7. Su.m:ro ACTIVO DE LA. ACTIVIDAD FINANCIERA. gobierno que quede convertida en un rebaño sin rumbo, que deje de ser

una comunidad y propenda a caer en el peor de los totalitarismos.

El Estado es el único y exclusivo sujeto de la actividad financiera, Ante éste y otros peligros, incluso más aterradores, que luego

concibiendo el término "Estado" en sentido lato y comprensivo, por tan­ veremos (cap. llI), no podemos darnos el lujo de caer en la tentación de

to, del ente central (Nación) y de los entes federados (provincias), así identificar al Estado con las minorías gobernantes, por más antipáti­

como de los municipios (en los países en que tales formas gubernamen­ cas o deleznables que eUas nos parezcan. Además, el individuo que

tales tienen vigencia, como la Argentina). Esto es así, en nuestro país, disienta de ciertos procederes gubernamentales cuenta con algunas

por la forma de gobierno federal que adopta la Constitución, y de ello protecciones, como las que derivan del sufragio y de la libertad de ex­

deriva el ejercicio del poder tributario en los tres niveles mencionados. presión. Veremos más detenidamente estos aspectos al tratar las teo­

Esto implica una distribución del poder financiero bajo distintas reglas TÍas sociológicas sobre la actividad fmanciera

y estatutos jurídicos, con consecuencias o efectos distintos. Además, Así como el Estado es el sujeto de la actividad financiera, se ha­

los diFerentes problemas financieros se suceden en los tres niveles, siendo llan sometidas a su autoridad las personas y entidades nacionales Y

dificultosa su ¿oordinación para formar la voluntad colectiva que deci­


r ---------------·.-~;::2.~~

14 HtCTOR B. VILLEGAS
:. MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS
15
6. FINALIDADES FISCALES Y ErrRAFISCALES.
6.2. Finalidades extrafíscales.
Conforme lo que hasta ahora hemos visto, parece que el único
objetivo de la actividad financiera es el de obtener ingresos y realizar La conceptlión actual de la actividad financiera descarta que su

gastos, a fin de que el Estado realice sus otras actividades en pro de su cometido sea exclusivamente instrumental.

cometido. Pero también existe la posibilidad de que se realice actividad Sostiene Dino Jarach (El hecho imponible, p. 27) que si es posible

fmanciera sin que su propósito exclusivo sea el de cubrir erogaciones, señalar la naturaleza instrumental de la actividad (mancjera en com­

sino que atienda a cumplir, además, finalidades públicas en forma di­ paración con la actividad administrativa, cuando ella persigue como

recta. objetivo obtener ingresos y realizar gastos; esto no vale para las inedi­

En el primer caso se suele hablar de finalidades fiscales, y en das financieras con finalidad extrafiscal. En este último caso, el go­

ellas la actividad fmanciera no atiende directamente a la satisfacción bierno no se propone exclusivamente el objetivo de cubrir los gastos

de las necesidades públicas, sino que proporciona los medios para las percibiendo recursos, sino que intenta llevar a cabo, además, mediante

restantes acciones gubernamentales. En el segundo caso, que es el de medidas financieras, fmalidades públicas directas.

las finalidades extrafiscales, las necesidades se satisfacen directa­ La actividad (manciera con fmalidad extrafiscal procura atender

mente mediante el movimiento financiero del Estado. el interés público en forma directa, y para ello utiliza la actividad fi­

nanciera gubernamental, cumpliendo distintas actuaciones y tomando

6.1. Finalidades fiscales. intervención en diferentes ncciones desarrolladas por la comunidad.

Esta intervención, como forma de satisfacción de las necesidades pú­

Una característica fundamental de la actividad financiera con blicas, se lleva a cabo tanto mediante la política de gastos públicos, lo

finalidad fiscal. es decir, con la finalidad de obtener ingresos, es su que examinaremos en el capítulo respectivo, como también por medio

instrumentalidad. de los recursos públicos, que serán también materia del debido análisis

En este aspecto, la actividad (manciera se distingue de todas las en su momento.


otras que ejecuta el Estado en que no constituye un fin en sí misma, o Cuando el fin perseguido es extrafi s cal , las medidas pueden ser
sea, en que no atiende directamente a la satisfacción de una necesidad de distinto tipo, a saber:
de la colectividad, sino que cumple el papel de un instrumento, porque a) Se pueden producir medidas persuasivas con respecto a activi­
su normal funcionamiento es condición indispensable para el desarro­ dades que no se consideran convenientes, por lo que se procede a
llo de las otras actividades. Esto es así, porque ninguna actuación del desalentarlas mediante medios financieros, cual es el incremento de
Estado seria posible si no hubiese obtenido o estuviese por obtener los alícuotas en los tributos, la creación de sobretasas, adicionales o re­
fondos necesarios para solventar su actividad general en procura de cargos.
satisfacer necesidades públicas. b) Al contrario; el Estado puede decidir realizar acciones alenta­
Cierto es que este criterio de la instrumentalidad tenía pleno va­ doras para atraer ciertas actividades económicas, científicas, cultura­
lor cuando se concebía a la actividad fmanciera de la manera en que 10 les o de otro tipo, que estime necesarias y útiles para el país. En tal
hacía la escuela liberal clásica, es decir, como la actividad imprescin­ caso, despliega una serie de medidas, las cuales pueden consistir en
dible para satisfacer las"nece"~iºades públicas absolutas o primarias, . "exenciones de tributos, diferimientos, deducciones, reintegros. etc. j
así como también aquellas otras que apareciesen como de ineludible • c) También se desarrolla finalidad extrafiscal mediante medios
cumplimiento para la comunidad, y que el Estado debía forzosamente fmancieros cuando se resuelve percibir tributos de alto monto para de­
tomar a su cargo por no poder hacerlo los particulares. bilitar ciertas posiciones patrimoniales y redituarias de los sujetos que
Benvenuto Griziotti las definía como aquellas actividades que se desea alcanzar, como manera de modificar la estructura en la dis­
perseguían la satisfacción de los fines públicos indirectamente, por­ tribución de los patrimonios y las rentas.
que consistían en la actividad de procurar los recursos con los cuales Mencionan también los tratadistas los casos de fmes mixtos (fis­
se efectuaban los gastos que ponían en marcha las funciones y los ser­ cales yextrafiscales a la vez). Además, se debe advertir que cada per­
vicios públicos (autor cit.,Principios de ciencia de las finanzas, Depalma, cepción con fines fiscales lleva en sí misma modificacione¡:¡ de la vida
Bs. As., 1959, p. 4). l económica y social, intentando que sean lo más aceptables posible.

B. MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 21


20 HÉcTOR VILLEGAS

regula, o repudiado mediante el sufragio. Si aceptamos esto (bastante indudablemente la idea de acción, como resultado de actos de voluntad,

obvio), llegamos a la conclusión de que le es inevitable desarrollar acti­ hipótesis en la cual predomina sin duda el elemento subjetivo, y por

vidad financiera. Sin ingresos no hay gastos, sin gastos no hay servi­ tanto, político. Pero la circunstancia de que los criterios políticos utili­

cios, y sin éstos no hay gobierno. zados por el Estado en la selección de los rmes difieran de los utilizados

2) Sentado lo anterior, no cabe duda de que la aqtividad económi­ por los individuos en su actividad económica privada, no quita al fenó­

ca gubernamental es económica, ya que implica movimiento de fon­ meno su naturaleza económica" (autor y ob. cits., p. 67).

dos obtenidos de medios escasos emanados d~l propio patrimonio esta­ Al pensamiento del autor mencionado agregamos que junto con
talo recurriendo a los particulares. Ese dinero es, a su vez, empleado los elementos económicos y políticos no podemos olvidar la relevante
en hacerñmcionar las actividades atinentes a su cometido. Es absurdo importancia que tienen los aspectos jurídicos, que proporcionan los
pensar que esta actividad esencialmente económica pierda tal carácter cauces legales por los cuales debe transitar la actividad financiera,
por el hecho de que sea realizada por el gobierno. atento el principio de legalidad que la rige en los países democráticos.
3) Aparece, entonces, la otra falsa cara del dilema que hace tra­ Pensamos que 10 único que puede quedar en pie, de las diferentes
bajar tantas neuronas. Es innegable que todas las actividades públicas teorías que analizaremos enseguida, debe ser, en primer lugar, esta­
que realiza el gobierno son políticas (en el sentido técnico del térmi­ _ blecer cuál de los elementos citados debe tener preponderancia confor­
no), puesto que la misión del Estado es la de adoptar las medidas ten­ me al tipo de política económica que se siga (liberal clásica, inter­
dientes a satisfacer las necesidades públicas de todo tipo que requiere vencionista, neoliberal, etc.), y qué concepción debemos asumir en
la comunidad. relación con el Estado en cuanto a la ya comentada·disyuntiva de si es
Y acá estamos ante un juego de palabras, porque así como nadie una máscara que esconde los intereses personales de la elite gobernan­
puede cambiar el hecho de que recaudar y gastar son actuaciones eco­ te, que finge beneficios inexistentes mediante "ilusiones rmancieras", o
nómicas, tampoco se puede dejar de reconocer que tales actividades si el Estado es un ente de real existencia cuya acción y objetivos van
adquieren la calidad de políticas cuando es el gobierno quien las ejecu­ más allá de los designios de los sectores encaramados en el poder.
ta (atento la propia naturaleza del sujeto actuante).
Por eso tiene razón Valdés Costa cuando define la cuestión soste­ 10.1. Teorlas económica.s.
niendo que la actividad financiera del Estado tiene un contenido econó­
mico que constituye su carácter universal, ya que se refiere siempre a En realidad, estas tesis responden prevalentemente a las ideas
la obtención de los medios para la satisfacción de las necesidades. Pero, dellíberalismo clásico, ya perimido, y plantean cuestiones superadas
además, esa actividad está determinada por elementos políticos como por las doctrinas y por los hechos sucedidos en años posteriores.
consecuencia de la naturaleza de su sujeto activo, que actúa en función Estas teorías, en efecto, fueron elaboradas bajo las premisas de
de intereses generales, valorados con criterios relativos según circuns­ una concepción individualista que veía un Estado restringido a satisfa­
tancias de tiempo y lugar (autor cit., Instituciones de derecho tributa­ cer las necesidades públicas primarias de la población, lo cual 10 lleva­
rio, Bs. As., 1992, p. 63). ba a formalizar una especie de "contrato económico" con los ciudada­
Concordamos también con el insigne tratadista uruguayo cuan­ nos. El Estado vendía sus servicios (y, básicamente, su protección) y, a
do sostiene que la cuestión planteada es más de palabras que de he­ cambio de ellos, los ciudadanos pagaban el precio de tales funciones.
chos. Dice Valdés: "Hay acuerdo total en que los medios son económi­ Recordemos el ejemplo de Aclam Smith, concibiendo al Estado
cos y que las motivaciones son políticas. Se trata, pues, de dos elementos comO un gran fundo en el cuallos integrantes pagaban conforme al
diferentes, vinculados entre sí, uno de carácter objetivo, material, y grado de protección recibida, la cual variaba según el grado de riqueza
otro de carácter subjetivo, que no tienen por qué necesariamente pre­ poseída (a mayor fortuna, mayor protección). Según Smith, los gastos
valecer uno sobre otro. Ambos son esenciales, taI)to en la economía del gobierno eran, respecto de los individuos, como los gastos de admi­
privada como en la pública. Si se analiza la actividad financiera desde nistración respecto de los copropietarios de un gran patrimonio, 10 que
el punto de vista objetivo, forzoso es llegar a la conclusión de que su explicaba que estos condóminos se vieran obligados a contribuir en
naturaleza es económica, así como lo es política desde el otro punto de proporción a sus respectivos intereses en el patrimonio general.
vista. Puede ser que los partidarios de la segunda posición otorguen un Tan acentuada estaba esta idea en el autor citado, que cuando
valor excesivo al significado de la expresión «actividad", que sugiere elaboró máximas sobre la tributación estableció qu~ los ciudadanos
!
18 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 19

'"
extranjeras vinculadas por razones de pertenencia política, económica tro del patrimonio gubernamental y aplicarlos mediante aquellos gas­
y social, y que por diferentes medios contribuyen a proporcionar ingre­ tos que hayan sido previstos y calculados presupuestariamente. Esta
sos al Estado. actividad no e!'l simple, sino que, al contrario, es polifacética y de una
El círculo se cierra porque, a su vez, dichas personas y entidades gran compleji~.liJ.d, ya que comprende básicamente aspectos económi­
son las destinatarias de los diferentes empleos que el Estado realiza de cos, políticos,jütídicos y, accesoriamente, otros elementos de tipo so­
sus ingresos por medio de los gastos públicos. ciológico, estadístico, administrativo, etc. Lo anteriormente dicho im­
plica que los ingresos estatales y las erogaciones que el Estado efectúa
tienen el carácter de fenómenos financieros, que considerados diná­
8. LAS TBES FASES DE LA ACl'IVIDAD FINANCIERA. micamente y en su conjunto conforman la actividad financiera.
Las variadas combinaciones de que pueden ser objeto los elemen­
La actividad financiera está integrada por tres actividades par­ tos políticos, económicos y jurídicos daillugar a diversas clases de in­
ciales diferenciadas, que luego veremos en detalle y que esquemática­ gresos y gastos, ló cual depende de las mutaciones del sistema del cual
mente descnbimos así: forman parte.
a) la planificación o medición de gastos e ingresos futuros Quiere decir, entonces, que sólo será posible la comprensión del
materializada generalmente en el instituto denominado "presupuesto"; fenómeno financiero si se llega a él mooiante un proceso de síntesis de
b) la obtención de los ingresos públicos, lo cual implica la deci­ los elementos precedentemente mencionados, constituyendo esa con­
sión respecto de la forma de obtenerlos, así como también el análisis junción sintética la ciencia que se denomina "fmanzas públicas" o "ha­
sobre cuáles serán las consecuencias de esta actividad sobre la econo­ cienda pública", cuya validez científica es objeto de arduas y a veces
mía general; duras discusiones, conforme ya veremos (cap. IV).
e) la aplicación o inversión de tales ingresos, o sea, las En cambio, si se desea examinar analíticamente los elementos
erogaciones con sus destinos prefijados, actividad ésta que también que integran el fenómeno financiero, concordamos en que ello sólo se
supone un análisis sobre los efectos que dichos gastos producirán en la podrá lograr con el estudio de diversas disciplinas particulares, de las
economía. cuales las principales son la economía financiera, la política financiera
El orden en que hemos enumerado estas actividades parciales es y el derecho financiero. Resulta innegable que estas disciplinas tuvie­
meramente didáctico. En la realidad fmanciera dicho orden se invier­ ron amplio desarrollo mediante los análisis singularizados que lleva­
te, puesto que la actividad financiera del Estado, a diferencia de la ron a cabo talentosos autores. La cuestión de si, aun así, pueden consi­
actividad económica de los particulares, se materializa en función de derarse como parte integrante de las finanzas públicas (como sostienen
las erogaciones públicas, las cuales sólo son efectuadas si realmente algunos autores) carece del menor interés para el estudio que realiza­
corresponden a necesidades de la población. mos, por lo que omitimos su tratamiento.
En segundo lugar, se debe destacar que generalmente el Estado
indaga primero sobre sus probables erogaciones, las cuales están en
función de los servicios públicos a movilizar para atender las necesida­ 10. ESCUELA y TEORÍA SOBRE LA NATURALEZA DE LA ACTIVIDAD FINANCIERA.
des públicas, y sobre tal base calcula y trata de obtener los ingresos
necesarios para la correspondiente cobertura. A su vez, el presupues­ La controversia sobre la naturalezn política o económica de esta
to~ como instrumento jurídico que contiene el cálculo y autorización de
actividad enciena más elementos ficticios que reales y obedece
. gastos y la previsión de ingresos, se suele estudiar una vez que se han . preva:lent.emente'a: problemas semánticos, dado que la solución al apa­
explicado sus elementos componentes. rente enigma es por demás sencilla.
El asunto que se pretende plantear como discutible se puede sim­
plificar de la siguiente manera:
9. LA COMPLEJIDAD DE ESTA ACl'IVIDAD DEL ESTADO. 1) Un gobernante, desde que comienza a serlo, necesita cumplir,
al menos en teoría, con los fmes para los cuales fue designado, que
La actividad financiera implica un conjunto de fenómenos fman­ supuestamente se cleben trr.ducir en una cada vez mejor protección Y
cieros, que son las múltiples y entrecruzadas operaciones que se reali­ bienestar para la población. Si así no lo hace, será despedazado por la
zan para obtener los recursos, administrarlos mientras se hallan den- opinión pública, O expulsado utilizando los medios que la Constitución
24 HtCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 25

Estas razones excluyen toda posibilidad de que la actividad fi­ Dicha tesis sostiene que la minoría dominante. buscando siem­
nanciera represente un acto de consumo, de intercambio, o que pueda pre la línea de la menor resistencia que pueda oponer la clase domina­
ser explicada por la teoría de la utilidad marginal (Griziotti, Princi­ da, trata, mediante la creación de ilusiones financieras, de ocultar a
pios ...• p. 8). los ciudadanos la verdadera carga tributaria que sobre ellos recae (p.ej.,
mediante impuestos a los consumos disimulados en los precios) y, al
10.2. Teorla8 sociológicas. mismo tiempo, de exagerar los beneficios que proporciona mediante la
prestación de servicios públicos. .
Estas concepciones han sido mal ubicadas entre aquellas que tra­ N o obstante el ingenio de esta teoría en cuanto a revelar los arti­
tan de explicar la actividad financiera. Lo que acá se discuti6 es una ficios destinados a engañar a la población, no puede ello 11evar a· una
cuesti6n de ciencia polítiéa, o aun de sociología. cual es la realidad de la generalización total que incluso conduzca a desconocer la realidad del
existencia del Estado y lo que se esconde bajo sus atributos de mando. Estado.
Cierto es que Wilfredo Pareto criticó los estudios financieros, pero Sostiene Griziotti (Principios ... , p. 9) que es justo desenmasca­
lo hizo por entender que sus cultores elaboraban principios en el terre­ rar los intereses particulares que se anidan detrás de los del Estado, y
no teórico. desentendiéndose de la verdad experimental. En ésta. las considerar las fuerzas y las consecuencias de los hechos financieros
pasiones, los sentimientos y los intereses prevalecen sobre las teorías y observando la verdad experimental.
doctrinas. Pero, para el autor italiano, esta misma verdad pone de relieve la
Según Pareto, y dada la heterogeneidad de las necesidades e inte­ continuidad histórica del Estado, como organizaci6n política y jurídica
reses de los componentes de la colectividad. los juicios de los individuos unitaria y consciente que posee un patrimonio propio y su posibilidad
quedan. en realidad. subordinados al criterio y voluntad de los gober­ de recursos y gastos, característicos de una misma organización políti­
nantes. que establecen su orden de relación conforme a su propia con­ ca y jurídica que se extiende en el tiempo y en el espacio. Además, es
veniencia innegable la realización de fines estatales que siguen en la historia
El Estado -afirma Parero-- es s610 una ficción en cuyo nombre una secuencia o continuidad indefectible, junto con la caducidad de los
se impone a los contribuyentes todos los gravámenes posibles, y luego fmes e intereses eÍuneros de las clases dominantes.
se gastan para cubrir no ya sus pretendidas necesidades sino las infi­
nitas de la clase dominante. No es, entonces, el Estado (concebido como
I
órgano político supraindividual) el que gobierna efectivamente y elige
10.3. Teorlas poltticas. !­
en materia de gastos e ingresos públicos. sino las clases dominantes, Las diversas tesis que se conocen bajo esta común denominación,
que imponen al llamado "Estado" sus intereses particulares. Por ello, y cuyo mejor expositor fue Griziotti, entienden que el problema refe­
el Estado no es un ente superior y distinto de los individuos que lo rente a la naturaleza de la actividad financiera sólo puede ser resuelto
componen, sino tan sólo un instrumento de dominación de la clase partiendo de su sujeto activo, o sea, el Estado.
gobernante. Afirma el maestro italiano que, teniendo presente tal circunstan­
Esto lleva a Pareto a sostener que las elecciones financieras no cia y que son los fines del Estado los que se satisfacen con la actividad
son sino decisiones de la minoría gobernante, compuesta por un con­ financiera, se debe aceptar que esta actividad tenga necesaria y esen­
junto de individuos fuertes y dominadores, coordinados entre sí, que cialmente una naturaleza política (Griziotti, Principios ... , p. 11).
ostentan el poder y que imponen su voluntad a la mayoría dominada, El autor italiano tomaba como puntos de partida al sujeto activo,
que está compuesta por una masa amorfa de individuos sometidos. o sea, al Estado, los procedimientos coercitivos mediante los cuales se
Para eso y para quienes adhieren a estas teorías, tanto en los hechos procuraba recursos, los fines de bien público que perseguía el Estado y los
financieros como en sus consecuencias, es necesario investigar las fuer­ principios de repartición de la carga financiera entre los particulares.
zas que actúan en la realidad, provocando, conforme a sU propia conve­ En cuanto a los medios de que se vale la actividad fmanciera,
niencia personal. las trasformaciones estructurales de la vida nacional Griziotti reconoce que son de naturaleza semejante a la de los medios
y los nuevos equilibrios. tanto económicos como sociales. Cercano a
económicos, pero establece importantes diferencias en el aspecto cuali­
esta postura está Amilcare Puviani, con su teoría sobre las "Ilusiones tativo y cuantitativo. Estas diferencias se fundan en el hecho de tra­
fmancieras" (autor cit., Teoría de la ilusión financiera, Instituto Espa­ tarse de sujetos distintos. De tal modo, el autor citado sostiene que los
ñol de Estudios Fiscales, 1973, p. 7).
22 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 23
'\.
debían contribuír conforme a sus respectivas capacidades, obtenidas cobertura de necesidades públicas primarias. Talla posición de los li­
bajo la protección del Estado. berales clásicos. Por el contrario, el principio de la máxima venta­
El autor francés Juan Bautista Say no veía con tanto agrado este ja social tiene clara raigambre política intervencionista, y es la más
presunto intercambio de servicios y contribuciones, y sostenía que la apropiada pBl'L! aquella actividad relacionada con la obtención de fines
actividad financiera pertenecía a la etapa económica del consumo. económicoS o sóciales, como pueden ser el aumento de la producción,
Simplificando al máximo su pensamiento, Say insistía en que el las exportaciones, la salud, la educación y el bienestar social en general.
fenómeno fmanciero representa, en definitiva, un acto de consumo co­ La primera postura ratifica los conceptos ya esbozados anterior­
lectivo y público, por lo cual los gastos públicos se deben considerar mente por Bastiat, quien consideraba la actividad financiera COmo un
consumos improductivos de riqueza y se pueden comparar con el gra­ casO particular de cambio, por 10 cual los tributos eran, en realidad, las
nizo por sus efectos destructores. Afirmaba el economista francés que retribuciones a los servicios públicos.
cuando un valor ha sido pagado por el contribuyente está perdido para La segunda postura (la de Dalton) se inspira en la de Wagner, y
él, y cuando el valor es gastado por el gobierno se pierde para todos, no justificó las políticas que propiciadas por Keynes, sustituyeron el rei­
ofreciendo ventaja para la colectividad. Es decir que, en definitiva, el nado del liberalismo.
Estado sustrae bienes a los particulares, quienes, si los conservasen en Otra teoría inc1uída dentro de las económicas es la de Sax sobre
su poder, los utilizarían mejor y más productivamente. la utilidad marginal. Para este autor, la riqueza de los contribuyen­
Una de las teorías más inteligentes que puede ser extraída de tes podía ser gravada por el impuesto sólo cuando su erogación fuese
estas concepciones corresponde al autor De Viti De Marco, quien con­ más.útil para los gastos públicos que para el empleo que el contribu­
creta su opinión sosteniendo que todas las cuestiones financieras tie­ yente podía hacer de ella por su cuenta.
nen solución en una teoría "de la producción y el consumo de bienes Para efectuar esa comparación, Sax recurre a la noción del valor.
públicos", de igual modo que todas las cuestiones de economía privada Cada individuo realiza una valoración de sus necesidades creando una
se hallan en una teoría similar pero referida a bienes privados. Es escala en orden de importancia. Del mismo modo, el Estado realiza
decir, en vez del individuo, aparece actuando el Estado; en lugar de la una valoración de los servicios públicos para saber qué parte de sus
actividad individual, surge la acción colectiva. Esta concepción riquezas es justo que entreguen los particulares, conforme al propio
productivista propone el principio del "máximo rendimiento económi­ valor que éstos asignan al servicio público. Griziotti ha criticado las
co", que tendría plena vigencia en su modelo de "Estado démocrático­ teorías de las escuelas económicas porque descuidan la diferente situa­
cooperativo", en contraposición con el "Estado absoluto u oligárquico". ción en que se hallan los hombres cuando desarrollan su actividad
Una postura diferente adopta el inglés Hugh Dalton, quien parte de la económica y cuando están sometidos a la soberanía del Estado. Habi­
idea según la cual el criterio fundamental debe surgir de la compara­ tualmente, la actividad económica de los particulares se desarrolla se­
ción de los dos lados de la actividad financiera, es decir, de la carga de gún relaciones de derecho privado, por lo cual cada uno es libre de
la tnbutación y los efectos del gasto público. Teniendo en cuenta estos producir, intercambiar y consumir la riqueza conforme a sus propios
aspectos, el autor inglés propicia la aplicación del principio de la "utili­ criterios. La actividad financiera pública, en cambio, se desarrolla se­
dad social máxima". Ésta se produce cuando la utilización por el Esta­ gún relaciones de derecho públicq, por lo ~ualla demanda de los servi­
do de las riquezas extraídas de los particulares tienen efectos social­ cios públicos generales o uti uniuersi es presunta y la interpretan los
mente ventajosos. En tal caso se hallan, por ejemplo, la construcción gob~rnantes. Por tl;tnto,Ja oferta de estos servicios públicos no puede
de viviendas, la prevención de enfermedades y las pensiones a la vejez, ser. :rehusada por los ciudadanos, los cuales están obligados coácti­
cuya ventaja social es superior a los gastos suntuarios que realizan las vaménte a pagar los tributos necesarios para hacer funcionar estos
clases económicamente más dotadas. servicios. Griziotti niega, en consecuencia, la identificación de activi­
Comparando estos criterios observamos sus profundas diferen­ dad económica y financiera. Al proveer a las necesidades públicas, el
cias, las cuales simbolizan lo que antes dijimos sobre las distintas ac­ gobernante no puede tener en cuenta las sensaciones de cada individuo
tividades gubernamentales conforme al tipo de política económica que y la apreciación que éste haga sobre la bondad o utilidad de los servi­
se quiera desarrollar. El principio del máximo rendimiento eco­ cios públicos. Ante ello, al Estado no le queda otro camino que tornar
nómico es valedero para las actividades estatales que sólo persiguen homogénea la voluntad de la colectividad y sujetar las voluntades indi­
la Qbtención de recursos para cubrir gastos, con un Estado ligado a la viduales que eventualmente disientan de la voluntad del Estado.
28 HÉCTOR B. VILLEGAS
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 29

a los primeros. Pero se carecía todavía de postulados económicos tales


3. ESBOZOS FINANCIEROS ANTERIORES AL SIGLO XVIL como los conocidos en nuestros tiempos, aparte de que estaba aún dis­
tante la actual concepción de Estado. Así, las gabelas y otros tributos
Aunque en épocas remotas distintos escritores se ocuparon en exigidos por los señores feudales eran obtenidas a cambio del privilegio
parte de la materia que hoy comprendemos en la teoría fmanciera, no para el vasallo de usar la tierra y realizar trabajos viles durante toda
sería acertado atribuírles una labor científica o técnica, que tuviera el su vida contando con la protección del noble poseedor del feudo (amplia­
alcance y el concepto fundamentales de lo que hoy se entiende por fi­ remos este-tema en el cap. VI, punto 3).
nanzas. Se debe tener en cuenta, especialmente, que en 10sEstados de
la antigüedad la riqueza se obtenía mediante la guerra y la conquista
de otros pueblos, es decir, en forma muy distinta del proceso económico 4. AVANCES OPERADOS A PARTIR DEL SIGLO XVIL
actual. Se suele mencionar prácticas financieras en Egipto, Grecia y
Roma, pero nada en cuanto a teoría, ya que la omnipotencia del Estado .. La situación antes descrita comenzó a cambiar en el siglo XVII
no permitía la discusión de los asuntos públicos. Sólo se destacan unos en materia financiera, básicamente porque se afianzó la soberanía del
escritos de Jenofonte que incluyen un breve examen de tipo fmanciero. Estado sobre cualquier otro poder, aun cuando persistió la confusión de
Estos procederes no formaban parte de un sistema concebido en patrimonios entre monarca Y Estado. Lo cierto es que se desarrollaron
forma orgánica. Los recursos surgían de un conglomerado de medidas explosivamente las poblaciones urbanas en detrimento de las propieda­
destinadas a satisfacer las necesidades inmediatas de los gobernantes, des rurales de los señores feudales y creció el comercio con una fuerza
medidas que eran diseñadas por autores cuyos nombres no trascendie­ nunca antes vista. Fue cesando el fraccionamiento feudal y apareció el
ron. Surgieron gravámenes tales como la "liturgia" ateniense, la concepto de Estado-Nación, originando la jerarquización de los reyes.
"vicesima hereditatum" romana y el "catastro" florentino, pero estos Se elevaron al rango de monarcas absolutistas y pasaron a simbolizar
institutos eran establecidos, modificados o abandonados por motivos la soberanía estatal.
diversos, y no por razones teóricas que así lo aconsejaran. Es decir: no Como es lógico, esta concepción debía originar actividad financie­
se puede negar a1guna conexión entre la ciencia de las finanzas y cual­ ra, porque se requerían gastos para reclutar a los hombres que forma­
quier estudio del pasado vinculado a las imprescindibles necesidades ban sus ~ércitos y para otras necesidades que forzosamente producía
económicas del gobernante, así como tampoco olvidar los muy disímiles la administración de la cosa pública. Se necesitaban recursos y perso­
escenarios y medios sociales que aparecieron en el curso de la historia nal técnico que asesorara a los monarcas sobre cómo conducir 10 mc::jor
y las variantes que imponen el medio, el lugar y la época. posible el manejo de la hacienda pública.
Por otro lado, la concepción del Estado era muy diferente. En Es decir, el primer concepto de soberano-Estado obligó a aplicar
términos generales, el Estado se identificaba con quien ejercía el go­ postulados o reglas económicas y fmancieras.
bierno, el cual procuraba sus ingresos personales principalmente por
conquistas guerreras o donativos que pagaban sus súbditos a cambio
de justicia o protección. A su vez, los gastos que hoy llamamos públicos 5. EL CAMEBALlSMO.
se cubrían con los ingresos personales del jefe de gobierno.
Como vemos, la actividad pública financiera era simple, y, como Surge entonces la corriente conocida como "cameralismo" o
dice Oría, las semejanzas entre los temas antiguos y modernos de la "mercantilismo", que es la primera en examinar los problemas econó­
ciencia que nos ocupa corren parejas con la alquimia del pasado y la micos y fmancieros desde el ángulo del Estado como sujeto de ellas, 10
química de hoy (Oría, Finanzas, Bs. As., 1948, t. 1, p. 22). cual lleva a decir a algunos autores que las doctrinas cameralistas son
Durante la Edad Media siguió rigiendo la indiferenciación entre la primera expresión de las ciencias de las fmanzas públicas (así, W.
bienes del Estado y gobernantes, por lo cual no se produjeron cambios Gerloff,Fundamentosde la ciencia financiera, t. 1, p. 14).
significativos. Resumiendo al máximo esta teoría tenemos:
Se suscitan, sin embargo, variantes de importancia en la estruc­ 1) Que como primera medida sus impulsores se abocaron a la
tura social, dado que los señores feudales pasaban a un primer plano y racionalización de la legislación fiscal y ~ enunciar qases de buena
la producción quedaba a cargo de los vasal1os, individuos subordinados política económica estatal, es decir, financiera.
26 H~CTOR B. VILLEGAS ~~e\~~¡n, .. Rd;''''~~~· 27
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medios de la actividad financiera pueden ser abw1dantes frente a fmes .~ '2820
que son, por lo común, relativamente limitados; en tanto que los de la
actividad económica son escasos en relación con fines habitualmente
numerosos.
Estas ideas, brevemente resumidas, llevan al tratadista italiano
a sostener que la actividad financiera es un medio para el cumplimien·
to de los fmes generales del Estado en coordinación con toda su activi­
dad, y su conclusión es que las acciones desplegadas son necesaria­ CAPíTULo II
mente políticas. Podrán variar los fines según las comentes políticas DESARROLLO HISTÓRICO DEL PENSAMIENTO

que prevalezcan en los distintos países, pero es innegable la existencia FINANCIERO Y SU REALIDAD CIRCUNDANTE

de objetivos estatales que exceden los de dichas comentes. En conse­


cuencia, y según Griziotti, la orientación general de la actividad finan­
ciera es política, aun reconociendo que sus elementos constitutivos son 1. NOCIÓN.
complejos.
En su última producción, Sáinz de Bujanda llega a la conclusión En su desenvolvimiento histórico, los estudios financieros han
de que la razón última y decisiva que impide que la actividad fmancia­ sufrido grandes oscilaciones. Mientras en algunas épocas se consideró
ra pueda ser subsumida por los esquemas del comportamiento econó­ que 10 financiero era parte de la política general del Estado, en otras se
mico de los individuos radica en que, ni siquiera por hipótesis, las deci­ pensó que era un sector de la actividad econ6mica. Si bien la ciencia
siones que jalonan el desenvolvimiento de aquélla pueden ser explicadas financiera concluyó por independizarse y comenzó a ser tratada en for­
por puros y estrictos criterios de economicidad. Al contrario, cuando el. ma autónoma por diversos autores, siempre se percibió la pugna de
Estado actúa, lo hace siempre, ineludiblemente, a impulso de un cálcu­ inclinar su campo de acción hacia lo económico o lo político, no faltando
lo político, es decir, ponderando el conjunto de variables de muy diver­ quienes intentaron darle un matiz predomina ntemente jurldico.
sa significación que determinan, en su confluencia, el óptimo de una
decisión sustancialmente política.
No obstante este categórico concepto, el autor español reconoce 2. IMPoRTANCIA. DEL TEMA.

que no queda en modo alguno eliminada la posibilidad de que por otras


vías se logre el esfuerzo teórico de suministrar ciertos tipos de explica­ La historia del pensamiento fmanciero proporciona valiosos an­
ción de la actividad fmanciera que no aspiren a mostrar por qué se tecedentes respecto de los postulados que hoy sustentan las finanzas
llegan a producir determinados comportamientos de los entes públicos, públicas y es una razonable explicación de por qué se llegó a diferentes
sino lo que ocurre cuando esos comportamientos se han producido-'-es concepciones de esta ciencia conforme a la orientación de sus cultores.
decir, sus efectos--, o bien, los objetivos que con él se deben perseguir Hay indiscutibles lazos de unión entre las doctrinas que auspi­
para que se pueda predicar de ellos su racionalidad desde una perspec­ ciaron determinados tipos de actividad financiera y los principios filo­
tiva estrictamente eci>nóIDica. Concluye el tratadista sosteniendo que sóficos que inspiraron las distintas concepciones políticas del Estado
la concepción política dela actividad financiera no sólo no está reñida (conf. Martín, Ciencia ... , p. 40).
con la existencia delma plul"aIldad de sabéres en tomo de las finanzas PDr ~traparte,es también observable que el desarrollo bistóriCQ
públicas, sino que alcontrario, los demanda como complemento inex­ de las ideas en materIa de finanzas públicas está influído por la evolu~
cusable (autor cit., Sistema de derecho financiero, t. 1, v. 1, ps. 119 ción de los hechos, así como éstos fueron inducidos por el pensamiento
a 122). financiero. De ahí que J arach hable de la recíproca dependencia de la
historia del pensamiento y de la historia de los hechos de las finanzas
públicas (autor cit., Finanzas ... , p. 193).
A los ¡mes de reseñar debidamente el tema, es necesario referir.
se, preponderantemente, a los aspectos políticos, económicos y luego
jurídicos cuyo conocimiento, en el devenir histórico de las ideas, pueda
echar luz sobre las doctrinas y realidades actuales.
32 HÉCTOR B. V1LLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 33

suadir actividades, todo 10 cual retrasaba el progreso de la sociedad. De somón por la economía, por lo cual las finanzas públicas siguieron
tal forma, el soberano debía quedar relevado de vigilar el trabajo de los careciendo de contenido propio.
particulares; al contrario, su deber consistía en garantizarlo, cumpliendo Fue en el siglo XIX cuando la ciencia de las finanzas comenzó a
sus funciones esenciales, consistentes, básicamente, en la defensa na­ sist;ematizarse como disciplina con contenido propio e independiente de
cional, el orden interior y )a administración de justicia. la economía.
De esta concepción surgieron los siguientes principios básicos: Cierto es que, durante la primera parte del mencionado siglo, el
1) El Estado se debía limitar en sus tareas y cometidos, sin in­ peosamiente financiero continuó bajo la influencia de los economistas
terferir en la economía de la Nación. Lo recaudado por los impuestos se clásicos,lo mal llevó a que 13 mayoría. delos Estados occidentales limi­
debía ceñir a obtener los recursos indispensables para satisfacer las taran su actividad financiera a lo imprescindible para aseguTar, bási­
necesidades públicas primarias (defensa exterior, seguridad interior, camente, 1as necesidades primarias de los ciudadanos. O sea, su acti­
administración de justicia) y algunas secundarias, tales como la ins­ vidad tenía finalidad primordialmente f'J.Seal
trucción y la realización de obras y establecimientos necesarios para También es destacable que, durante el siglo en .cuestión, los Es­
toda la comunidad, pero de imposible o no rentable financiación para tados se autolimitaran mediante las normas jurídicas emanadas de las
individuos o grupos. Constif;ucianes que fueron surgiendo. Esto significó que el Estado so1o
2) Los impuestos debían ser neutrales, esto es, se debían selec­ debía adoptar resoluciones financieras toodiante disposiciones legales,
cionar aquellos que alterasen en el menor grado posible los precios del yeso tuvo signifiaitiva trascendencia para que este sector del conoci­
mercado y la distribución de los ingresos. miento comenzase a ,adquirir una importancia yun volumen que re­
3) El presupuesto anual del Estado debía ser equibbrado, consi­ quirieron mltores propios.
derando fenómenos patológicos tanto los déficit como los superávit de Porúltimo, es indiscutiblelainfluencia del sistema filosófico ori­
dicho presupuesto. ginado en Hegel. el cual generó doctrinas que se opusieron al natm:alismo
4) Se hacía una clara distinción entre las finanzas ordinarias, en de los clásicos y exigieron que el Estado fuera más allá de la protección
las cuales los gastos se cubrían con impuestos y recursos patrimonia­ de los derechos individuales Ydesempeñara un papel más activo en las
les, y las finanzas extraordinarias, donde eran admisibles excepcional­ cuestiones económicas y sociales.
mente el endeudamiento y otras medidas monetarias. Pero se advertía Fue en la segunda mitad del siglo XIX cuando surgieron talentosos
que la deuda pública era un peligro a largo plazo que podía llevar a la autores que estudiaron en profWldidad este especial tipo de actividad
bancarrota. que forzosamente debía llevar a cabo el Estado.
5) Se auspiciaba la división del trabajo, aun a nivel internacio­ En 1860 surgió la obra de Lorenz Von Stein, quien elaboró toda
nal, 10 que permitía a cada grupo especializarse en una tarea determi­ una construcción científica de las finanzas públicas sobre la base de la
nada. obteniendo así los mejores resultados. teoría de la productividad.
En el plano fiscal, son célebres las cuatro máximas de Adam Aparece también la obra de Adolph Wagner (1883), quien sostie­
Smith sobre: 1) impuesto en proporción a las rentas obtenidas bajo 13 ne que el aspecto financiero no consiste sólo en la producción del Esta­
protección del Estado; 2) certeza en la tributación, de modo tal que las do y sus gastos, sino también en la redistribución del ingreso, y propo­
normas sobre tiempo. forma y cantidad deberán ser inteligibles para ne que el impuesto sea progresivo. El propósito era el de recaudar fondos
cualquier persona; 3) el tributo deberá ser regido en el tiempo Y modo de las clases más pudientes y distribuírlos, en forma de servicios públi­
que sea más cómodo y conveniente para los contn"'buyentes; 4) deben cos y otros beneficios, a los sectores más necesitados.
ser evitados los gastos excesivos de recaudación para que el Tesoro Otra obra relevante fue el Traité de la science des finances (181'1),
reciba lo llUÍXimO posible.. de Leroy Beaulieu, con un enfoque global de los principales aspectos de
la nueva ciencia, ya independizada de la economía.
En el período mencionado aparecen estudios de grandes
8. L.&s~ I'ÚBLlCAS COMO DJSClPUN&1NDIlPENDIEJIiI financistas, como Maffeo Pantaleoni, Antonio De Viti De Ma:oon,
DEU.~{$IGLoXlX).
Giuseppe Rica-Salerno, Leo Mazzola, Knut Wicksell, Emil Sax y Edwin
Si bien las corrientes do~rinales recién vistas brindan impor­ Seligman, entre otros.
Estos autores presentan diversos enfoques (vanos de ellos pue­
tantes apmtes científicos a las finanzas, contribuyeron a su total ab­ den ser vistos en Jarach, Finanzas ... , ps. 16 Y ss.), pero también el
!
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 31
30 HÉCTOR B. VILLEGAS ,

impuesto único sobre la renta de la tierra, rédito éste al que considera­


2) Su tesis predominante consistió en incrementar las exporta­
ciones y limitar al máximo las importaciones, para obtener un saldo ban como el único acrecentamiento real de riqueza.
También fue importante su aporte en dos aspectos: por un lado,
neto a favor en la balanza de pagos. Se trataba de vender anualmente
a los extranjeros un valor superior al que se obtenía de ellos. Esto su convencimi~nto de que los gastos públicos se debían limitar al pro­
provocó un excesivo proteccionismo para fomentar las exportaciones, ducido de los impuestos, límite éste establecido por el "orden natural"
cuyos gravámenes eran reducidos o incluso abolidos. Al contrario, se (conf. Jarach,Finanzas... , p. 6), y, por otro, que los impuestos eran un
restringió la importación, elevando las gabelas y derechos aduaneros sacrificio mediante el cual los ciudadanos pagaban la protección del
para esas operaciones. Estado (ver: Morselli,Los presupuestos científicos de la hacienda pú­
3) El objetivo fue defender la acumulación de dinero metálico, lo blica, Madrid, 1964, p. 97).
cual se consideraba indispensable para el comercio y la industria, ya
que mediante los depósitos de metálico el Estado adquiría los bienes y
servicios indispensables y tenía a mano una reserva para contingen­ 7. EL LIBERALISMO CLÁSICO.
cias especiales.
Esta comente, cuyo exponente más representativo es la escuela
Pero advirtamos el marcado predominio del aspecto político. Los
temas de economía se desarrollaban, pero &ólo en cuanto a la actuación clásica inglesa fundada por Adam Smith, significó el comienzo de estu­
patemalista del Estado y al buen cuidado de las fmanzas de los sobera­ dios sistematizados con relación a los gastos y recursos del Estado,
nos. Un cameralísta famoso sostuvo que correspondía al príncipe ad­ aunque concibiéndolos como integrantes de una economía pública, que
quirir y conservar los medios necesarios para "mantener su rango y no era sino parte de la economía general.
satisfacer sus deseos" (Ludwig Von Seckendorft). Adam Smith, en su obra fundamental, Investigación de la natu­
La culminación del cameralismo se halla en la obra de dos aub:!­ raleza y causas de la riqueza de las naciones (1776), dejó sentadas una
res: Von Justi y Sonnenfels (citados por Jarach,Finanzas... , p. 4). serie de bases relativas a la actividad fmanciera del Estado partiendo
de premisas filosófico-políticas que significaron una profunda
trasformación en relación con las ideas entonces imperantes. Por un
6. LA FISIOCRACIA. lado puso de relieve la neta diferenciación entre el ente "Estado" Y la
persona del gobernante (con la consiguiente y obligatoria separación de
La doctrina se inicia con Quesnay y es continuada por talentosos sus bienes), y, por otro, efectuó un riguroso análisis de la actividad
autores, como Mercier de la Riviere, Turgot, Dupont de Nemours y económica en sus diversas etapas, delimitando un independiente Y es·
Mirabeau. Esta concepción, si bien nunca llegó a ser integralmente pecífico sector del conocimiento humano (el económico) y exponiendo
puesta en práctica, tuvo el mérito de ser el primer intento de creación
de un sistema científico de la economía y de haber ensayado incluso un i
una serie de principios fundamentales, entre los cuales se hallan sus
célebres reglas sobre la imposición. Sus seguidores, David Ricardo y
enfoque macroeconómico en la "Tableau Économique" (Quesnay, 1758).
La posición económica se basó en que el orden natural era esta­
(
John Stuart MilI, se ocuparon de problemas financieros y, especial·
mente, de tributación,
blecido por Dios para proporcionar el bienestar de los hombres y que
actuaba merced a la acción libre de los individuos en la búsqueda de su
interés, con la consiguiente remoción de ~as trabas del Estado a las
actividades individuales con la adopción del lema "laissez {aire, laissez
I

J
El pensamiento económico de Smith fue decididamente influído
por los fisiócratas, no obstante disentir de muchas de sus posturas.
~Sus principios se fundaron en la vigencia de la libertad de los
passer". i individuos, quienes al buscar el logro de su propio beneficio obtenían el
de toda la colectividad, aun cuando no se lo propusieran. En su activi­

Su teoría económica consistió en considerar que la única activi­ dad económica, el sujeto "procura sólo su propia ganancia y en éste,
dad humana de la cual se obtenía un producto neto era la explotación como en otros casos, una mano invisible 10 conduce a lograr un fin que
agrícola, porque dicho producto era superior a los medios empleados no formaba parte de su designio" (Adam Smith,Investigación ... , libro
para S\l obtención. . ~
En relación con las finanzas públicas, contribuyeron con su reac­ IV, cap. 2).
Consecuencia lógica de lo anterior era que la intervención del

ción contra la multiplicidad de gravámel:es existentes por considerar Estado resultaba negativa, tanto cuando quería incentivar como di·
que coartaban la libertad individual y C.:ln su propuesta de crear un
36 H~CTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 37

da; también son destacables artículos de nuestra ciencia en la obra partieron una ideología más o menos similar, inspirada en una misma
Estudios financieros, de Horacio García BelsWlce. teoría, el keynesianismo. que pretendió justificar de manera científica
En la ciencia especializada denominada "política financiera" re­ las intervenciones del Estado como garantía de empleo y crecimiento.
sultaron trascendentales las obras de Duverger y Lauré, siendo de des­ El ideal común era atractivo porque intentaba armonizar la prosperi­
tacar una meritoria monograña sobre la materia del académicoGarcía dad económica con la justicia social, y los medios para lograrlo eran la
Belsunce.. centralización estatal. con el acaparamiento de las más diversas acti­
En "economía financiera"registramos como de gran valodos tra­ vidades, la fiscalidad progresiva y la redistribución social.
bajos de los franceses Brochier, Tabatoni y Barrere. En "sociología fi­ Tampoco por ese camino fue alcanzado el ideal y, después de cier­
nanciera" destacamos el trascendental estudio sobre Ilusiones finan­ tos períodos de bonanza, volvieron a acentuarse las crisis, el subdesa­
cieras, de Amílcare Puviani, aparte de las obras de Pareto~ rrollo Y. principalmente, la inflación. I~
En cuanto al derecho financiero, es imposible agotar la gran Pero el principal fracaso fue el de constatar que el proceso de
eantidad de excelentes producciones habidas en la especialidad. En redistribución, sin la creación previa de Wla economía sólida, se cons­
España mencion~os a Sáinz de Bujanda, Ferreiro Lapaua, Pérez de tituía decididamente en Wl factor de retroceso. y que cada vez había
Aya1a, Gonzá1ez García, y a muchos otros jóvenes autores que se desta­ menos riqueza para distribuír. De allí la decadencia y quiebra del "Es­
can en la actualidad. En Italia hallamos estupendas realizaciones, como tado providencia".
las de Graziani, Tangorra, Ingrosso, Tesoro y Pugliese. En Francia se En la República Argentina, la adhesión al intervencionismo prac­
consideran clásicas las obras de Gaston Jeze y de Allix. En la Repúbli­ ticada en los últimos casi cuarenta años ha tenido consecuencias dra­
ca Argentina tuvo decisiva influencia la obra de Giuliani Fonrouge, la máticas, que conviene recordar para no caer en el dicho de que el hom­
eual, después de su fallecimiento, fue magníficamente actualizada por bre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. El
Susana Navarrine y Rubén Asorey.
país retrocedió: estaba entre los diez primeros del mundo y cayó hasta
Por último, y en lo que hace al derecho tributario, hay Wla
la octogésima colocación. En el año 1989, la inflación adquirió caracte­
interesante producción brasileña con Gomez de Sauza, Baleerio, Souto
res impresionantes, la economía se salió de madre y comenzaron los
Maiar Berges, Becker, de Barros Carva1ho y Ataliba, entre otros. En
trágicos saqueos a los comercios expendedores de alimentos, efectua­
Italia tenemos las obras de Allorio y de Alessi-Stammati, además de
dos por una población desesperada que empezó a carecer de los elemen­ iJ
las clásicas producciones de Giannini y Berliri, que fueron continua­
das (aunque con diferencias de enfoques) por Micheli y Maffezzoni. En tos más necesarios para la supervivencia. 'il
Los componentes de este sistema dañino estuvieron dados, bási­
AJemania fue trascendental el aporte de Albert Hensel, siendo impor­
camente. por Wl intervencionismo exagerado dentro de Wla política
tante actualmente la obra de Kruse. Uruguay tiene Wl alto represen­
económica llamada "economía dirigida". Dentro de grandes oscilacio­
tante en Ramón Valdés Costa, quien ha sido calificado como el "padre
:fl'
nes, conforme al gobernante (o al ministro de Economía) de turno, el
del dereclto tributario latinoamericano". Nuestro país ha tenido y tiene
sistema pretendió ubicarse en una "tercera posición", ajena tanto a la
-excelentes mItores de la materia, encabezados por Dino Jarach en su

actividad científica en nuestras latitudes. Lo siguieron García Belsunce, economía centralizada del comunismo como a la economía del mercado
Luqu.i, Andreozzi, Bielsa y De Juano. Un brillante antecesor de estos propia del1iberalismo. En este régimen híbrido, se intentó tomar "lo
tratadistas fue Manuel López Varela. mejor" de ambos sistemas, con el resultado exactamente inverso de
adoptar 10 peor de ellos.
En una primera etapa se pl'ocedió a la estatización. Esta políti­
lO. DECADENCIA DEL INTERVENCIONISMO Y TE01ÚAS AFINES. ca condujo a que el Estado absorbiera las más grandes empresas del
país y las principales actividades. Pasaron a sus manos los ferrocarri­
Como antes se vio, las ideas intervencionistas hicieron irrupción les, los teléfonos, el petróleo, el gas, el ca:rb6n y la minería, los servicios
eneI mundo occidental y la actuación estatal se extendió cada vez más, electrónicos, los puertos, las flotas naviera y aérea, los silos para alma­
tanto cuantitativa como cualitativamente. Paralelamente al cenamiento de granos, la casi totalidad de los trasportes terrestres, el
intervencionismo aparecieron el estatismo y el desarrollismo. comercio exterior y muchos otros grandes emprendimientos.
Durante aproximadamente 40 años, prácticamente todos los go­ E~ corriente estatizadora pretendió ser luego atenuada mediante
biernos occidentales (,aun guiados por partidos de distintos signos) com- el "intervencionismo planificado", en el cual el Estado dejó de tomar
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 35
34 HÉCTOR B. VILLEGAS
'1.
mico, eliminaron prácticamente de la competencia a los pequeños pro­
rasgo común de elaborar una disciplina con su objeto propio de estudio,
el de la actividad financiera del Estado, o sea, la ciencia de las finanzas ductores y empresarios. Ello dio pie a la convicción de que el Estado
públicas. debía intervenir en materia económica, ya que por su organización,
estructura Y reCÍll'SOs a su alcance, era el único capacitado para luchar
contra esas grandes concentraciones privadas de riquezas y ejecutar
9. TENDENCIAS CONTEMPORÁNEAS (SIGLO XX). las medidas necesarias para estabilizar la economía.
Fue necesario entonces reelaborar o modificar aquellos princi­
Esta nueva ciencia, a través de su variado enfoque doctrinal, pios teóricos que se mostraron insuficientes ante la luz de las realida­
tomaba como base los postulados hoerales clásicos (con algunas excep­ des históricas. Gran importancia dentro de este proceso tuvo el equipo
ciones, la más notoria de las cuales es la de Wagner) y reflejaba el del presidente Roosevelt, que llevó a la práctica el New Deal norte­
ámbito socioeconómico de la época anterior a la Primera Guerra Mun­ americano. El Estado adquirió nuevas funciones, entre las cuales se
dial. Pero a partir de ahí se produjo una profunda conmoción. Después destacó, sin lugar a dudas, la de impedir, o al menos aminorar, las
del conflicto bélico se desataron crisis económicas que culminaron con fluctuaciones económicas.
la profunda depresión del año 1930, un acontecimiento que influyó de­ Las finanzas públicas ampliaron su objetivo de estudio, dado que,
cisivamente en el pensamiento económico-fmanciero. la
además del tradicional concepto de actividad fmanciera, o sea, la
Otro nuevo ataque a las concepciones clásicas surge de la Segun­ obtención de recursos para cubrir los gastos públicos (fm fiscal) surgió
da Guerra Mundial, que culminó en políticas de posguerra que debie­ el concepto de la actividad financiera encaminada a influír directa­
ron resolver problemas de muy diversa índole y que exigieron el cum­ mente en la economía de la nación (fin extrafisca1).
plimiento de tareas estatales diferentes de las entonces consideradas En lo que hace al aspecto científico surgieron numerosas Ytras­
como ideales, lo cual contribuyó a dar por tierra con las ideas liberales cendentales obras de finanzas públicas (o hacienda pública), así como
acerca del automatismo del mercado y del papel pasivo que en la econo­ también de las distintas especialidades que la conforman, tales como
mía debía desempeñar el Estado. la economía financiera y la política financiera. También hicieron su
Es así como surgen nuevas doctrinas, que procuran el fortaleci­ aparición las obras -algunas de gran enjundia- que realizaron el
miento de la actividad pública en el ámbito económico y social, otor­ enfoque jurídico de la actividad financiera y se refirieron especialmen­
gando al Estado un papel trascendental por cumplir. te al aspecto tributario, surgiendo entonces el derecho financiero Yel
A partir de estas nuevas ideas, y ante la realidad de que los prin­ derecho tributario como ciencias jurídicas que recibieron el aporte de
cipios liberales resultaron inoperantes para solucionar el problema de
los ciclos económicos, principalmente la crisis de 1930, comenzaron a grandes juristas.
Limitándonos a los autores que consideramos más importantes,
ser adoptadas medidas diametralmente opuestas, destinadas básica­ y asumiendo el lógico riesgo de omisiones imperdonables, podemos de­
mente a paliar los efectos de las fluctuaciones cíclicas. cir que en materia de finanzas públicas se destacaron en Italia
Durante el desarrollo de este complejo proceso se imponen los Cosciani, Nitti, Bompani, Cutrera, Einaudi, Fasiani, Morselli, Rossi,
principios económicos enunciados por Keynes, cuya obra tuvo tanta Gangemi, Griziotti y Jarach (en los primeros años de su producción
trascendencia que dio origen a la llamada revolución keynesiana. científica). Fue también importante la obra de los franceses Trotabas,
Pero se debe advertir que la decadencia del liberalismo no fue Mehl, Laufenburger, Laferriere, Waline, Cotteret y Masoin, así como
tanto por la esencia de sus ideas, sino porque sus simples y claros también la de los alemanes Gerloff, Neumark, Eheberg-Boesler,
principios perdieron vigencia ante instituciones económicas monopólicas Schmolders y Shoup. En los Estados Unidos se destacaron las obras de
y oligopólicas que atacaron directamente los principios de libre compe­ Buchanan y Richard Musgrave, quien, junto con Peggy Musgrave,
tencia, libre concurrencia y automatismo del mercado, conculcando en tiene escrito un moderno tratado de Hacienda pública, cuya quinta
la práctica las libertades que se proclamaban en la teoría. edición se imprimió en 1997", Fue asimismo importante el trabajo de la
Se produjo una realidad que debe constituír una voz de alerta inglesa Ursula Hicks. En España han escrito con éxito sobre hacienda
para la situación económica presente. El capitalismo se apartó de las pública Ballesteros, Franco y, más recientemente, Pérez de Ayala y
premisas que le dieron origen y organizó la producción sobre la base Amoros Rica, en tanto la Argentina tuvo excelentes cultores de la dis­
del predominio de grupos monopólicos y oligopólicos que, mediante el
ciplina, entre los cuales mencionamos a Terry, Ruzo, Oría y Abuma­
crecido número de estrategias que les pennitía su ilimitado poder econó-
40 HÉCTOR B. VILLEGAS
MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 41
no podían realizar por sí solos, y tantas otras máximas que retomaron
diante una acción que impulse a los individuos a reactivar la economía
vigencia.
Pero, claro está, la historia había dejado lecciones imposibles de general persiguiendo sus propios intereses.
Tampoco se renunció a la idea de solidaridad, y se pensó que el
borrar. Ya no se podía regresar a la pasividad del Estado en la econo­
ideal era conciliar el interés general de la Nación con el particular de
mía y a la idea de que todos los problemas los solucionaba el mercado
por sí mismo. los individuos aislados.
Sin embargo, la aceptación casi general de la economía de merca­
Se operó un "retorno aggiornado" a las ideas liberales, debida­
mente pragmatizadas y mediando el reconocimiento de que son necesa­ do no cierra la historia de las realidades económicas. En la actualidad
no podemos hablar de economía de mercado como si sólo hubiera un
rios un cierto grado de intervencionismo estatal y la debida satisfac­
único modelo. Dentro del grupo de países industrializados, podemos
ción de algunas necesidades públicas de creciente importancia,
principalmente en cuanto a educación, salud, seguridad social y des­ distinguir hasta tres tipos de modelos, con peculiaridades que los dife­
empleo. rencian: el modelo europeo occidental, el anglosajón y el japonés. La
situación de los eufemísticamente llamados "países en vías de desarro­
Esta nueva concepción del neoliberalismo o "liberalismo pragmá­
llo" (cuando, en realidad, son países subdesarrollados en relación con
tico" se inició en 1979, cuando los conservadores accedieron al poder en los industrializados y sin grandes posibilidades cercanas de salir de ese
Gran Bretaña; continuó en 1980 en los Estados Unidos, en 1982 en estado, aun cuando se hayan g)obalizado), entre los cuales se hallan los
Alemania, Bélgica y Luxemburgo. En Francia, en 1983, con un gobier­ de América latina, presenta realidades estructurales que forzosamente
no en manos de los socialistas, se produjo un giro hacia una especie de crean disimilitudes hasta ahora insalvables con relación a los más avan­
liberalismo de izquierda, y algo similar ocurrió en España. zados, 10 cual veremos más adelante. Hacemos notar, por último, que
El proceso llegó incluso a los países socialistas, y surgió la los modelos mencionados (con la excepción de Cuba) admiten ciertos
"perestroika" de la era Gorbachov, así como también el paulatino aban­ principios básicos, como, p.ej., la propiedad privada de los medios de
dono de la teoría comunista por los países de Europa del Este. producción y de la riqueza, la libertad de transacciones en mercados
A su vez, algunos países latinoamericanos, agobiados por el sub­ organizados y la disminución de funciones por parte del sector público.
desarrollo y por siderales deudas externas, iniciaron un severo camino
de políticas basadas en las ideas del nuevo liberalismo.
Básicamente, estas ideas son las siguientes:
1) Econom(a de mercado: aunque con intervención del Estado,
preferentemente indicativa, en ciertas variables económicas.
2) Estabilizaci6n: disminución del sector público, intentando evi­
tar que se convierta en una carga presupuestaria insostenible para el
Estado, y con el propósito adicional de una prestación más eficiente de
los servicios públicos. Un ejemplo de esto está dado por la privatización
de las empresas públicas.
3) Incentivo a la iniciativa individual: en cierta manera es con­
secuencia de lo anterior, ya que se trasfiere a los particulares la satis­
facción de necesidades públicas secundarias que éstos están en mejores
condiciones de satisfacer. Consiguientemente se atrae a los capitales
nacionales y extranjeros, y se les proporciona nuevas oportunidades de
inversión.
4) Reducci6n del déficit presupuestario: lo cual implica la re­
ducción del gasto público en todos sus órdenes y una mayor eficiencia
en la recaudación.
Las nuevas teorías no renunciaron a una cierta intervención es­ '1;
tatal, basada principalmente en la persuasión y en el estímulo, me-

~-_._~._., ... ­
38 B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS
HÉCTOR 39
-, empresp.s en sus manos y las conservó nominalmente en poder de sus desarrollo. Este aumentado flujo de personas, mercancías y capitales
propietarios, pEh-o a su vez los obligó a actuar conforme a los designios determinó que los países que mantenían especiales relaciones económi­
estatales, mediante una serie asfIXiante de medidas reguladoras. Así, cas no pudiesen llevar a cabo políticas económicas sustancialmente
el país actuó con control de cambios, control de precios y salarios, per­ distintas de aquellas de sus socios comerciales.
misos de importación y exportación y manejo discrecional del sistema 3) La escasa eficacia de las políticas públicas intervencionistas
financiero (créditos, tasas de interés y, básicamente, manipuleo de la para resolver lali'doscrisis petroleras de los años setenta y la recesión
moneda), más un sinnúmero de otras interferencias burocráticas que de principios de los noventa confirmaron, en la práctica, las Jimitacio­
condujeron a regimentar la economía nes de las políticas intervencionistas de demanda, ya que para salir de
Dentro de este sistema morido, que pretendía realizar una políti­ tales situaciones los gobiernos debieron tomar medidas para revitalizar
ca económica original tomando lo mejor del marxismo y del capitalis­ la oferta.
mo, apareció también el desarrollismo, emparentado con las viejas 4) El fuerte déficit del sector público en los años ochenta y noven­
ideas mercantilistas y proteccionistas que hemos visto anteriormente. ta y las dificultades para su financiación. Un análisis del peso del gas­
Estos teóricos pretendieron "forzar el desarrollo" concediendo privile­ to público entre 1960 y 1995y del peso del déficit (o superávit) público
gios a ciertas empresas dispuestas a trabajar dentro de ciertas priori­ sobre el PBI, así como de la deuda neta total del sector público (en
dades fijadas por el Estado, ya que pensaban que dichas empresas pro­ porcentaje del PBl), en datos tomados de los principales países indus­
ducirían un "efecto multiplicador", dinamizador de la economía en triales (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Italia y Gran Bre­
general. No interesaba el costo de tales privilegios, ya que, aun traba­ taña), lleva a la conclusión de que hay un crecimiento permanente 'del
jando a pérdida, esas empresas estarían "impulsando el desarrollo". gasto y de la deuda públicos. Esto resulta grave porque la acumulación
Estas propuestas desarrollistas dieron lugar a profundas distorsiones, de deuda pública conduce a volúmenes crecientes de gastos financieros
llevando al cierre de la economía a toda posibilidad de producir a pre­ en el presupuesto público, lo cual lleva al crecimiento desmedido del
cios internacionales y, por tanto, de competir en el exterior, con el déficit, hecho que limitó seriamente el margen de maniobra de la polí­
consiguiente deterioro de las exportaciones. tica fiscal en momentos de recesión, como la de principios de los años
Como no podía ser de otra manera, consecuencia de estos des­ noventa (fuente de datos en Canals Jordi, Las empresas en una eco­
aguisados fue el flagelo de la inflación. La estatización, el interven­ nomíaglobal, Ediciones Folio, Barcelona, 1997).
cionismo y el desarroIlismo dieron lugar a una administración pública Lo señalado llevó a un replanteo completo del papel de las fman­
sobredimensionada e ineficiente. Ella se desenvolvió en medio de gran­ zas públicas en las economías nacionales. Según el nuevo papel asigna­
des déficit, los cuales no pudieron ser cubiertos por los recursos genui­ do, el sector público debía ser más pragmático y actuar de acuerdo con
nos, tales como impuestos, tasas y contribuciones. Los gobiernos recu­ el principio de la subsidiariedad: todo aquello que pueda hacer una
rrieron a la emisión monetaria ya la expansión desmesurada del crédito organización de orden inferior (familias, empresas, regiones) no debe
para fmanciar dichos déficit, y todo ello degeneró primero en la infla­ hacerlo el sector público central, pues no lo hará de manera eficiente.
ción y luego en la hiperinflación.
En cuanto a los restantes países occidentales, el sistema 11. EL NEOLIBERALISMO o "LIBERALISMO PRAGMÁTICO",
intervencionista entró igualmente en crisis, por razones parecidas aun­
que no tan catastróficas como las descritas. Ellas fueron:
1) Las políticas orientadas a la redistribución de la renta origi­ Tantos fracasos y desastres llevaron a volver los ojos a las viejas
naron presión fiscal excesiva, peso creciente del gasto público en la ideas de los liberales clásicos. Eso, y darse cuenta de que no estaban
economía, subvenciones crecientes a empresas públicas con pérdidas y tan errados, fue inevitable; Se advirtió que no eran desacertadas sus
también a sectores industriales en crisis, así como también el elevado prevenciones contra los presupuestos desequilibrados, los déficit en la
aumento de asalariados dependientes del presupuesto público. En defi­ balanza de pagos y el financiamiento de gastos de funcionamiento con
nitiva, el deseo de redistribuír las rentas no tuvo la efectividad espera­ recursos espurios (emisión monetaria sin respaldo, deuda interna y
da e introdujo distorsiones en la asignación eficiente de recursos. externa sin posibilidades de amortización). Al contrario, se valoró su
2) La profunda integración e interdependencia económica entre tesis de recurrir a empréstitos sólo para situaciones de emergencia, o
los países desarrollados, y, a su vez, entre éstos y los países en vías de para capitalizar al país produciendo aquellos bienes que los individuos
."

MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 45


44 HÉCTOR B.VILLEGAS
expansión internacional de las empresas la consolidación progresiva
Lo cierto es que los últimos años del siglo:XX están siendo testi­ del libre comercio.
gos de trasformaciones políticas, sociales y económicas que marcan el
final de una época y los umbrales de otra. La globalización de la econo­
mía ha pasado a ser uno de los aspectos de la vida económica de nues­ 3. CAUSAS.
tros días más destacados por los medios de comunicación, políticos,
empresarios y expertos. Son de muy diversos tipos, y ya hemos adelantado algunas. En­
Por globalización se entiende la convergencia creciente deal~ tre ellas, es destacable, en primer lugar, la evolución del comercio in­
gunas variables de la economía de un elevado número de países. Algu­ ternacional, con cambios estructurales que han influído decisivamente
en el fenómeno que estudiamos. De estas causas destacamos las si­
nas de estas variables son: las preferencias de los consumidores, la
tendencia a diseñar y distribuír productos estandarizados para países guientes: .
1) La creciente participación de los países en vías de desarrollo
distintos, la apertura de mercados y la caída de barreras comerciales,
en el comercio internacional. Ha sido importante la aparición de países
la creciente coordinación de las funciones en las empresas internacio­ con rápida industrialización en el sudeste asiático (Corea, Singapur,
nales y la evidente interdependencia de las políticas económicas de di­ Hong Kong y Taiwán), que junto al crecimiento experimentado por
ferentes países. países latinoamericanos como Méjico, Brasil y la Argentina dieron un
El aumento espectacular de los flujos de bienes, servicios e inver­ fuerte impulso al comercio internacional. No obstante, los contratiem­
sión directa entre países ha sido posible gracias a la reducción de los pos de Méjico, con el efecto "tequila" de 1994, y el tropezón de los tigres
costes de trasportes y comunicaciones y a la extensión generalizada del asiáticos a fines de 1997 demostraron la vulnerabilidad de la globa­
libre comercio. Estas circunstancias han permitido que la empresa lización (lo que veremos en detalle más adelante). La terrorífica e im­
haya modificado sus planes comerciales y su estrategia de localización prevista quiebra que se operó en las economías asiáticas y especial­
física, integrándose vertical u horizontalmente, con prescindencia de mente la cesación de pagos de Rusia ocurrida en 1998, así como también
las fronteras geográficas de los países. el efecto dominó en dirección a otras plazas del mundo, causaron una
conmoción intensa y una estampida que alcanzó a todos los países
2. CARACI'ElÚSTICAS.
inmersos en el modelo globalizado (industrializados o en vías de desa­
rrollo).
2) En segundo lugar, el comercio internacional se ha orientado

La primera característica de esta realidad actual es que se trata


durante las últimas décadas hacia la similitud y complementariedad

de un fenómeno multidireccional y complejo; en segundo lugar, que


de los productos. Los antiguos modelos clásicos sobre el comercio inter­

nos envuelve progresivamente pero que está en estado de flujo. Por


nacional, como el de David Ricardo e, incluso, otros estudios más re­

ejemplo, los productos auténticamente globales se hallan en muy pocos cientes, resultaron incompletos para explicar esta nueva tendencia.

sectores de la economía, aunque su número va creciendo lentamente En 1990, el 75 % del comercio internacional era de bienes complemen­

pero sin pausa tarios, o entre países con similar dotación de factores productivos.

En líneas generales, podemos decir que la globalización económi­ 3) En 1994, alrededor del 40% del comercio internacional fue

ca ha avanzado merced a la combinación de varios factores: la "íntraindustrial", es decir, comercio entre empresas de un mismo sec­

desregulación del sector financiero, la disminución de los controles so­ tor industrial y, en buena parte, comercio entre filiales de empresas

bre movimientos de los capitales, la tónica actual del sistema moneta­ multinacionales. Este tipo de comercio ha traído situaciones inédi­

rio internacional y la innovación financiera. A ello se suma que la tas de separación geográfica entre la producción Ylos merca­

aplicación de nuevas tecnologías en productos y procesos productivos dos finales (una de las vanas causas de la creciente "anacionalidad

genera crecientes economías de escala que mueven a las empresas ha­ de las empresas", que ya veremos), lo cual se vio facilitado por los bajos

cia la globalización y llevan a los especialistas a sostener que estamos


en vísperas de una nueva revolución industrial. A las características costos del trasporte.
4) Asimismo, los servicios han pasado a tener una creciente par­
antes señaladas se suman la creciente rivalidad global, la convergen­ ticipación en el comercio internacional, hasta alcanzar el 46% del co­
cia de los sistemas económicos hacia un modelo genérico de economía
de mercado y la deslocalización industrial. También influye para la mercio total en 1992.

43
.

CAPíTULO III
LAS FINANZAS PÚBLICAS Y LA GLOBALIZACIÓN

1. NOCIÓN.

SegÚn vimos en el capítulo anterior, las alternativas interven­


cionistas, basadas en la revolución keynesiana y tomadas como funda­
mento económico de ciertas políticas gubernamentales, sufrieron du­
ros golpes en su afán redistribuidor sin creación previa de riqueza.
Quedó al desnudo la ineficiencia estatal para dirigir las empre­
sas públicas y surgieron crecientes necesidades recaudatorias para poder
financiarlas (recordemos la época en que Ferrocarriles Argentinos per­
día un millón de dólares diarios).
Pero fueron la globalización de la economía, la creciente compe­
tencia procedente de otros países y la necesidad técnica de desregular
ciertos sectores, los elementos que conformaron el conjunto de factores
que terminó por enterrar este intervencionismo.
De los aspectos señalados, el nombrado en primer lugar ha al­
canzado en estos días una importancia tal para la economía de los
países y, por ende, para sus finanzas públicas, que se torna necesario
su análisis particularizado.
El fenómeno, que a muchos preocupa, a no pocos aterroriza y a
otros solaza, surgió históricamente como consecuencia de la desapari­
ción de la U.R.S.S. y del « Bloque del Este", así como por el hecho de
que prácticamente todos los países occidentales con cierto grado de de­
sarrollo adoptaron, total o parcialmente, los principios de la economía
de mercado actualizada del llamado "neoliberalismo", que no es otra
cosa que el liberalismo pragmatizado.
El capitalismo terminó devorando a su enemigo más temido
(Unión Soviética y Europa Oriental). China y Vietnam se siguen lla­
mando "comunistas", pero han comenzado con la industrialización ace­
lerada de la cuenca del Pacífico basándose en modelos capitalistas; Cuba,
otro declarado país comunista, sufre el bloqueo estadounidense, no pro­
duce bienes propios en forma suficiente y se aferra al turismo para
sobrevivir.
48 HÉCTOR B. VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 49

de empresas públicas,lo cual ha tenido trascendental importancia en 2) La globalización de la economía y la internacionalización de


nuestro país yen América latina. las empresas ha acelerado los fenómenos de la deslocalización indus­
Un fenómeno inédito ha traído un elemento inquietante para la trial, la tercerización de los países industriales y la industrialización
economía y despierta diversas reacciones entre los observadores. Junto de los países en desarrollo.
a la empresa multinacional tradicional han aparecido nuevos tipos de
organización empresarial, cuales son las alianzas entre empresas de
diversos países. Este fenómeno está teniendo profundas consecuencias 5. AsPECTOS POSITIVos.
sobre la vida de los países y dando lugar a arduas discusiones sobre su
cotl.veniencia o peligro, lo cual justifica que volvamos más adelante Alguna vez Jorge Luis Borges dijo: "Vendrán otros tiempos en los
sobre el tema. que seremos cosmopolitas, ciudadanos del mundo, como decían los es­
toicos, y desaparecerán como algo absurdo las fronteras".
La frase del mejor escritor argentino de todos los tiempos resume
4. EFECTOS DE LA. GLOBALlZACIÓN. una idea de relaciones cada vez más estrechas y sólidarias entre los
integrantes de los pequeños pueblos, ciudades, regiones, países y conti­
El primero que podemos destacar es el aumento de la rivalidad a nentes. Este crecimiento interrelacional terminaría por contagiarse a
nivel internacional, impulsada por la internacionalización de las em­ todo el género humano sin separaciones geográficas de especie alguna.
presas y bloques, la aparición de nuevos países emergentes de Europa Ello significaría el fin de las guerras totales y parciales,
del Este y la invasión de productos procedentes de países en vías de destructivas y psicológicas, calientes y frías, y una cada vez mayor
desarrollo, lo cual pasamos a examinar. colaboración en campos tan diversos como la instrucción en todos sus
1) La internacionalización de las empresas y la creación de blo­ niveles, la difusión de la cultura y avances de la medicina en investiga­
ques económicos regionales han aumentado la rivalidad en los merca­ ciones que significarían adelantos para la humanidad. A todo esto se
dos nacionales. Negocios que antes de la última década habían sido sumaría una información general que permitiría el acceso de todos a
reductos de un número más o menos limitado de competidores, ahora los sucesos de la "gran aldea global". Como si esto fuera poco, se logra­
son pasto donde intentan crecer empresas de otros países. ría la colaboración sólida y en bloque para buscarlas soluciones ecológicas
2) La aparición de nuevos países emergentes de Europa del Este y ambientales a problemas de ese tipo que cada vez resultan más gra­
trae nuevas rivalidades, ya que dichos países dirigen sus ojos al mer­ ves y todo ello iría acompañado de una gran cantidad de acontecimien­
cado potencial que ofrece la Unión Europea. En productos químicos y tos positivos.
siderúrgicos, la competencia procedente de Europa del Este comienza a Esta unión del género humano posibilitaría acelerar el desarrollo
ser intensa.
económico y social en todas las partes del planeta, ya que la tecnología
3) Es también de importancia la invasión de productos proceden­
sería trasferida y se tendría acceso a los productos procedentes de todos
tes de otros países en vías de desarrollo ubicados en América latina,
los países del mundo.
Asia y África. En segmentos del mercado donde interesa más el precio
Las nuevas tecnologías supondrían también un cambio en las
que la calidad, ciertos productos pocos sofisticados se producen, y en
capaCidades profesionales de la población activa, la aparición de nue­
consecuencia se venden, a más bajo precio que en los países indus­
vas ocupaciones y, por tanto, de nuevas oportunidades para los países
trializados.
Los fenómenos descritos han aumentado la capacidad productiva y sus ciudadanos.
de muchos sectores y producido una rivalidad de precios cada vez más Desde un punto de vista más pragmático, se sostiene que el re­
grande. Este incremento de la rivalidad provoca un envejecimiento de chazo a la globalización se entrecruza con complejos de inferioridad
los productos y de las empresas, una maduración de los mercados y que se ponen de manifiesto por medio de temores y miedos de "perder la
una innovación continua para seguir sobrevíviendo. identidad nacional". Pero quien tiene un mínimo de personalidad no se
Como otros efectos importantes, mencionamos los siguientes: deja arrastrar por el pánico de perder su identidad cuando se abre la
1) La evolución de las exportaciones e importaciones, la trasfe­ oportunidad de relacionarse con otros. Al contrario, las interconexiones
rencia de tecnología y la formación de equipos directivos con nivel in­ culturales refirman y enriquecen la identidad (Alberto Benegas Linch
ternacional. (h.), Identidad y globalización, en "La Nación" del ~12198).
46 HÉCTOR B.VILLEGAS
.MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS
." 47
3.1. Cambios en la regulación de los mercados financieros. 3) La libertad de fijación de los precios de los servicios financie­
ros, principalmente de los tipos de interés y las comisiones. El inicio de
Una causa preponderante que queremos poner de relieve es la la desregulación.en este terreno se debe a la ya mencionada competen­
diferente realidad que ha surgido en los últimos años en lo que hace a cia entre bancos de negocios en diferentes países. En nuestro país he­
los mercados fmancieros. La desregulación de dichos mercados finan­ mos observado esta tendencia con las reiteradas ventas de bancos na­
cieros en el orden nacional y la progresiva remoción de obstáculos al cionales a poderosas instituciones financieras internacionales.
libre movimiento del capital entre países han incidido decisivamente En conclusión, en este punto resulta evidente que la desaparición
en la mundialización de las finanzas internacionales. de obstáculos a la circulación de capitales ha sido un paso decisivo en
Anteriormente, la conducta de los Estados estuvo dirigida a re­ la independización a las finanzas (conf. Canals Jordi,Las empresas ... ,
gular estrictamente el sector financiero, una vez que éste adquirió en­ ob. cit., p. 25).
vergadura. Esto se justificó en la necesidad de proteger el ahorro y
reducir el riesgo con que operaban los distintos agentes financieros. 3.2. Las inversiones extranjeras.
No obstante, el ya mencionado modelo intervencionista, especial­
mente en la década del 70, con altas tasas de inflación, enseñó que la No obstante, sería erróneo atribuír una prioridad absoluta en el
regulación no siempre conseguía el objetivo propuesto y que en cambio, desarrollo de la globalización a la desregulación de los mercados finan­
tenía efectos negativos sobre la gestión de las entidades financieras. cieros, pues este desarrollo no se habría producido si no hubiese habi­
Así, por ejemplo, quedó demostrado que la prohibición para ciertas enti­ do, a la vez, un incremento notable en multimillonarias inversiones
dades de operar fuera de su ámbito territorial, obedecía muchas veces llevadas a cabo por las empresas multinacionales en general, en países
a argumentos políticos sin asidero. distintos de los de su origen.
Sobre la base de esta realidad se han operado cambios significati­ Además de estas inversiones han aparecido fenómenos adiciona­
vos en la regulación de los mercados fmancieros -que han sido nota­ les que han intensificado la expansión de los negocios internacionales.
bles impulsores de la globalización económica-, cuyos principales as­ Entre ellas, destacamos:
pectos han sido los siguientes: 1) El creciente endeudamiento en mercados internacionales de
1) El libre acceso de las entidades financieras extranjeras a los empresas y gobiernos. Esto se ha debido a limitaciones en los mercados
mercados nacionales, lo cual durante muchos años estuvo vedado por domésticos y a una gran abundancia de los recursos en los centros
la especial protección gubernamental frente a terceros países. financieros in ternacionales.
Esto llevó al desarrollo espectacular de las empresas financieras 2) Una segunda causa de expansión negocial se origina en el cre­
con negocios internacionales, que a su vez produjo una brutal compe­ cimiento de las inversiones en cartera. La eclosión de los denominados
tencia en el sector (parece que el lema ha sido: el que no crece con la inversores institucionales -principalmente americanos, japoneses,
velocidad necesaria, forzosamente desaparece). Su consecuencia fue el alemanes e ingleses-, es decir, fondos de pensiones, fondos de inver­
desarrollo de una estrategia internacional, la mayor interrelación en­ sión y compañías de seguros, ha tenido enorme influencia en los últi­
tre los diversos sistemas financieros nacionales y los esfuerzos de cier­ mos años por su gran dimensión. Estas instituciones invierten sus
tos gobiernos por atraer a empresas financieras de otros países. En el recursos en títulos públicos y financieros en los mercados internacio­
área de la Unión Europea, la meta del mercado fmanciero único ha nales, en busca de rentabilidad superior, dirigiéndose frecuentemente
fructificado, obteniendo un logro fundamental mediante la moneda única a los países extranjeros que la proporcionan.
(el euro). 3) También ha influído la creación de nuevos instrumentos de
2) La universalización de las instituciones. Algunas medidas coberturas de riesgos, especialmente en divisas. Opciones, futuros o
des reguladoras que han debido dictar los países para no perder inver­ swaps negociados desde distintos centros financieros para una o varias
siones extranjeras han permitido, a ciertas instituciones financieras, divisas significan también una contribución a la globalización econó­
adoptar el modelo de banca universal y operar en otros segmentos del mica.
negocio financiero. Esto ha traído una cada vez mayor competencia a 4) Como antes hemos dicho, la inversión directa extranjera se
nivel internacional. aceleró en las últimas décadas, pero especialmente en la segunda mi­
tad de los años 80, debido, en gran medida, a los procesos de privatización
52 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 53

cit., La región en el mundo global, en "La Voz del Interior", 7/1/98, tores diversos, pero que comparten un denominador común: la dificul­
p.12A). tad o incapacidad para adaptarse a las nuevas circunstancias tecnoló­
Daniel Muchnik tiene frases lapidarias para el proceso globali­ gicas, comerciales o económicas, dominantes en estos años fmales del
zador. Entre otras cosas, dice: "Los guetos a la inversa (que constitu­ siglo XX (autor y ob. cits., p. 11).
yen las elites) marcan no sólo la inequidad de un sistema económico En un tono apocalíptico, Osear Taffetani sostiene que "explicacio­
cada vez más brutal, sino que las clases acomodadas han renunciado a nes más, explicaciones menos, 10 cierto es que la economía mundial se
su responsabilidad que contribuyó a la grandeza de los Estados Uni­ ha trasformado en una suerte de pesadilla con dígitos en verde o en
dos, a través del mito de los padres fundadores. rojo que ya no caben en las pantallas de las computadoras.
"La falta de accountability es algo que se ha potenciado con la "Pasado el susto mexicano, el susto tailandés, el susto ruso, el
globalización de la economía, la que desnacionaliza y extirpa del hom­ susto brasilero, queda siempre al acecho, como un fantasma del que no
bre su arraigo y su sentido de pertenencia. La globalización vacía suc­ se habla, la posibilidad de una gran catástrofe financiera internacional
ciona la identidad" (autor cit., Recordando con ira, en "Clarín", 19/4/ que lleve a la cesación de pagos a varios países del planeta o imponga
98, p. 17). una moratoria general de las deudas" (autor cit., La peste econ6mica,
Otros autores se preocupan por la influencia negativa en el hu­ en revista "Nueva", n 2 353, 19/4/98, ps. 16 y ss.).
manismo y la cultura. Se sostiene que la globalización, por su propia En relación con la situación argentina, el economista .Aldo Ferrer
naturaleza y orígen tecnológico, procura unificar todo, con tendencia asevera que "el país está operando por debajo del sendero de crecimien­
al monopolio. La competitividad apunta al aniquilamiento del enemi­ to posible. El desempleo y la exclusión social son una restricción al
go; las megafusiones tienen un único objetivo: el control total del mer­ desarrollo y un factor de inestabilidad que conspira contra la inversión
cado. privada, la capacitación de los recursos humanos y el aumento de la
La economía global no supone el libre juego de economías regio­ productividad en el conjunto del sistema económico. La vulnerabilidad
nales en una escala mundial, sino la imposición de un modelo económi­ externa sigue siendo un freno al crecimiento de largo plazo y genera
co a toda la humanidad. continuos sobresaltos e incertidumbres. Prevalecen ahora la ganancia
El derrumbe de las fronteras nacionales no conduce a un poder fundada en la especulación y la corrupción en vez de la creación de
político global, fruto de la pluralidad de derechos iguales, sino a un riqueza, el despilfarro escandaloso en medio de la pobreza y la desespe­
poder político dominante -no necesariamente un gobierno mundial ranza de la mayoría, la subordinación y la entrega de la propia riqueza
único-, expresión de una potencia hegemónica que impone las reglas en el altar de la visión fundamentalista de la globalización" (autor
y se ocupa de vigilar su cumplimiento. cit.,Hacia un capitalismo diferente, en "Clarín", 14/1198, p. 16, suple­
La proclamada cultura universal-otro despropósito desde lue­ mento económico).
go- no sería la distintiva de una humanidad nueva nutrida en la
fusión de razas, lenguas y costumbres, sino lisa y llanamente, la susti­
tución de la propia de los más débiles por la cultura de los más podero­ 8. IMPoBIBlLlDAD DE NEGAR SU REALIDAD.
sos (conf. Osear B. Frávega,Humanismoy globalización, en "La Voz
del Interior", 16/4198). Los defectos del proceso globalizador, su efecto sobre el desempleo
Jordi Canals se muestra pasmado por los cambios registrados en y la exclusión social, los sufrimientos que acarrea, su aliento a la de­
las empresas merced a la globalización. Sostiene este autor que secto­ lincuencia y, en definitiva, su acción nefasta sobre la humanidad ente­
res maduros como el de la automoción, el acero o el textil, se hallan ra, no permiten negar, disimular, ni menos eludir, la realidad de su
sumidos en una crisis profunda. Otros sectores de aparición relativa­ existencia. Fenómenos ya analizados, como la internacionalización de
mente reciente, entre ellos el de los ordenadores, están experimentan­ las finanzas y de los mercados financieros, así como también el creci­
do un cambio tecnológico rápido y de resultados inciertos. Sectores so­ miento de los capitales internacionales y el impacto en el mundo de los
metidos al área gubernamental, como el de telecomunicaciones o el de movimientos de los tipos de cambios o de la oscilación de los tipos de
líneas aéreas, se hallan envueltos en un doble proceso de liberación y interés de un país en otros países, a veces situados en las antípodas,
privatización. son una realidad cotidiana de nuestros días. Basta leer los periódicos.
. Empresas internacionales con años de tradición y prestigio se Tampoco podemos decir que el proceso haya 119gado a su cima ni
hallan inmersas en una grave crisis provocada, en cada caso, por fac- mucho menos. Todo indica que se trata de un fenómeno de lento pero

4
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50 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 51
!
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la autora, vivimos en una nueva era pero no logramos 'visualizarla. No
6. AsPECTOS NEGATIVOS.
reconocemos, ni siquiera advertimos, que la era anterior terminó. De
tal manera perpetuamos un mito: el del trabajo vinculado con los en­
granajes íntiIIJ.os o públicos de nuestras sociedades. Escuchamos los
No obstante las opiniones favorables antes mencionadas, no to­
discursos tranquilizantes y pontificadores, el catálogo de la redundan­
das han sido flores para el proceso globalizador.
Lo cierto es que este proceso ha coincidido con la consolidación cia, el encanto reconfortante de las eternas cantilenas. Pero detrás de
del sistema de tipos de cambios flotantes y con una mayor inestabili­ las supercherías, bajo los subterfugios oficializados, las pretendidas
dad financiera internacional. Las turbulencias de los mercados finan­ "operaciones" cuya ineficacia se conoce de antemano, el espectáculo
cieros operadas en los últimos años se han trasmitido con la velocidad morosamente asimilado, aparece el sufrimiento humano, real y graba­
de un rayo a todos los países, cualquiera haya sido su grado de desarro­ do en el tiempo, en ese que trama la verdadera historia siempre oculta
llo. Los tipos de cambios y los tipos de interés, factores cuyo impacto en Sufrimiento irreversible de las masas sacrificadas, lo que viene a sig­
las cuentas de resultados de las empresas es notorio, han mostrado nificar conciencias torturadas y negadas una por una (Viviane
una volatilidad que hace cada vez más difícil la planificación empresa­ Forrester, El horror económico, Fondo de Cultura Económica, p. 11).
rial y. en defmitiva, más incierto el entorno económico en que opera la La conclusión de la escritora es devastadora y no deja margen a
empresa. Pero ocurre que las grandes empresas, que son aquellas con la esperanza. Tilda de falsa la tesis de que la extinción del trabajo es
influencia decisiva en la economía, son a su vez los grandes contribu­ coyuntural. Al contrario y en realidad, por primera vez en la historia,
yentes y. en algunos casos, los mayores utilizadores de mano de obra. el conjunto de los seres humanos es cada vez menos necesario. Descu­
Es decir que la incertidumbre pasa a cernirse sobre las finanzas públi­ brimos -dice la autora- que hay algo peor que la explotación del
cas de los diversos países. hombre: la ausencia de explotación, que el conjunto de los seres huma­
En general, las autoridades monetarias que en un principio no nos sea considerado superfluo y que cada uno de los que integran ese
prestaron demasiada atención a estos problemas ahora comienzan a conjunto tiemble ante la perspectiva de no seguir siendo explotable.
preocuparse seriamente por los déficit de muchos países, tanto en su Como si fuera poco, Forrester niega la retórica engañosa según la cual
presupuesto financiero como en su balanza de pagos. Así, por ejemplo, las dificultades del presente son obstáculos a superar para un futuro
el fuerte crecimiento de la deuda de familias y empresas y la caída del mejor.
ahorro provocaron que la recesión económica de 1991-1993 fuera de Jeremy Rifkin (Fin del trabajo, Paidós, Bs. As., 1996, p. 17) afir­
una dureza inusitada. A su vez, se elevaron los tipos de interés, 10 cual ma que mientras se sigue oyendo hablar de mejores tiempos venideros
hizo descender los precios de los activos financieros e inmobiliarios en para la economía, en todas las partes del mundo los trabajadores se
muchos países. Y nuevamente se produjo esta consecuencia que parece quedan perplejos por el agravamiento del desempleo. Cada día las em­
inexorable en el futuro: la trasmisión de las incertidumbres, las presas multinacionales anuncian su tendencia a ser más competitivas
inestabilidades y las debacles habidas en ciertos países o grupos de a nivel global. N os dicen que los beneficios están aumentando regular­
países ha sido casi instantánea, debido a la realidad de vivir en un mente. Además, al mismo tiempo, las empresas anuncian despidos ma­
mundo fmanciero global. sivos. Tan sólo en el mes de enero de 1994 los empresarios americanos
más importantes dejaron sin trabajo a más de 108.000 trabajadores.
Toca también este autor un aspecto que resulta cada vez más
7. CatrICAS A LA GLOBALIZACIÓN.
afligente y que desvela a la sociedad. Establece una inequívoca rela­
ción entre el creciente desempleo con la cada vez mayor incidencia del
De todos los inconvenientes que ha traído el fenómeno estudiado,
crimen y la violencia en el mundo.
algunos de los cuales hemos mencionado precedentemente, el más per­
Para Luis Di Marco, la globalización ahonda las dificultades en
nicioso y que más ha llamado la atención es el de la pérdida de puestos
la distribución de la riqueza. Se crea un "nuevo orden internacional"
de trabajo.
Ello ha llevado a muchos autores a lanzar encendidas críticas en cuyas reglas establecen que sólo los más fuertes quedan en pie. El afian­
zamiento de la competencia internacional y el fortalecimiento de los
su contra.
La autora francesa Viviane Forrester señala que no hay una ni grandes bloques internacionales marginan al mundo subdesarrollado
muchas crisis, sino la mutación brutal de toda una civilización. Según y 10 colocan en una situación de estancamiento y de regresión (autor
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 57
56 HÉCTOR B.VILLEGAS

Sin embargo, siguen aquejándolos problemas de distinto tipo. Lo señalado anteriormente implica que es necesario adaptarse a
Brasil ha entrado en una ambigua y contradictoria posición, de impre­ las nuevas exigencias que impone la competencia internacional. Pero,
visibles consecuencias, especialmente respecto del Mercosur. En la en contraste con ello,la mayoría de los países en desarrollo presenta
Argentina ha comenzado a encenderse una luz de alarma, ante un serias deficiencias en cuanto a eficiencia, calidad, flexibilidad, rapidez
abultado déficit comercial, que se inició en 1998 y que puede traer de reacción y debidos procesos de aprendizaje, lo cual se advierte tanto
consecuencias por demás indeseables. en las empresas nacionales como en los respectivos gobiernos.
Sucede que los resabios de los desastres intervencionistas El punto de partida para los países que quieren desarrollar in­
estatizadores son cargas que hacen difícil la tarea de trasformar las dustrias competitivas a nivel internacional, o elevar a ese nivel la
economías. competitividad de sus empresas ya existentes, es la estabilidad del con­
Si tomamos el ejemplo de nuestro PaJs, no cabe duda de que se texto macroeeonómico, lo cual significa que se debe insistir en aspectos
han tomado varias medidas aconsejables, se han realizado esfuerzos esenciales de la hacienda pública, cuales son el déficit presupuestario,
estabilizadores y establecido medidas de apertura externa, de desregu­ el de la balanza de pagos, la deuda externa, la inflación y el tipo de
lación y de libéralización. cambio controlable.
No obstante, las reformas macroeconómicas que se introdujeron Los logros obtenidos en esos campos se deben afianzar y los pro­
provocaron efectos negativos en materia de distribución de ingresos y blemas aún subsistentes en cuanto al déficit comercial y al exceso de
de pérdida de empleos, aparte de otros efectos contraproducentes cuyas gastos públicos que acarrea el déficit presupuestario deben ser solucio­
soluciones se toman sumamente dificultosas. nados sin demora, sin demagogia y sin especulaciones electorales.
Entre las realidades adversas que impiden un mejor despegue A ello se suman otras exigencias. Las reglas del juego económico
hacia la globalización, sin consecuencias tan perniciosas como las an­ no deben cambiar reiteradamente, sino mantener una fijeza mínima
tes nombradas, tenemos, en primer lugar, una canasta de exportación para ofrecer atractivos a la inversión. Más importante aún es la segu­
compuesta mayoritariamente por productos agropecuarios, materias ridad jurídica: se deben dar a las empresas señales claras e inequí­
primas y productos manufacturados de muy poco valor agregado. Por vocas de que sus beneficios no serán menoscabados por medidas re­
otra parte, el aparato productivo está envejecido por los bajos índices troactivas e ilegales que luego serán avaladas por un Poder Judicial
promedio de inversión y de gasto en investigación. Esto último (descui­
do inadmisible de la investigación y de la instrucción en todos sus as­ subordinado al Poder Ejecutivo.
Para que los grupos clave de actores sociales sean capaces de
pectos) responde a una mala distribución del gasto público y constituye
un pecado muy grave que está explicando los déficit en la balanza de formular políticas y trazar estrategias, es indispensable lograr el con­
pagos ante la necesidad de importaciones en bienes de inversión, que senso más generalizado posible sobre el rumbo que se desea dar a la
no alcanzan a ser compensados con las exportaciones con bajo valor economía nacional.
agregado. Tampoco se debe olvidar que hay tareas ecológicas pendien­ Solamente una orientación básica común permite emprender
tes que condicionan el desarrollo futuro del país, a lo cual se suma, procesos de búsqueda colectiva que posibiliten aproximarse al nuevo
como si todo ello fuera poco, la no superación (al contrario, el agrava­ desarrollo que trae la globalización, y ello se debe acompañar con insti­
miento) de la crisis de endeudamiento externo e interno. tuciones públicas e intermedias que den adecuada cobertura a los ser­
Las consecuencias son que la reestructuración industrial instru­ vicios públicos más importantes. Lo anterior significa que no alcanza
mentada para lograr competitividad internacional (única forma de su­ con la lluvia de inversiones ni con los esfuerzos aislados de empresa­
birse al modelo globalizador) desemboca en inevitables procesos de rios o gobernantes. Quienes deben consensuar son las organizaciones
desindustrialización, cuya consecuencia es la desaparición de puestos empresariales, los partidos políticos, la sociedad civil toda y, por su­
de trabajo. Por otra parte, la marcada desigualdad en la distribución puesto, el Estado, pero sin esperarlo todo de él. Parece que ésa es la
de ingresos y la crisis social sin respuesta que va produciendo el mode­ única manera de lograr no sólo que una economía se tome competitiva,
lo globalizador, con la consiguiente sustitución de importaciones, tien­ sino que la sociedad toda lo logre, como única forma de entrar en el
den a agudizarse, especialmente al inicio de la fase de trasformación, mercado global, permanecer en él e intentar, a la vez, un desarrollo
merced a los aumentos de la productividad -condición para lograr la sustentable que presente batalla a los efectos contraproducentes del
mencionada competitividad- y sus efectos negativos sobre la ocu­ proceso. ~.

pación.
----------------..............~,~~~~~

54 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 55


."
imparable avance, que comenzó en la década de los años ochenta y
primeros años de los noventa y que se va consolidando como una reali­ 10. EL ESTADO y LA GLOBALIZACIÓN.
dad económica y social.
Ante esta situación de nada valen las expresiones de deseo. Por Lo que deoe quedar claro es la reducción del Estado-Nación y su
ejemplo, según Aldo Ferrer, "el Estado debe proporcionar los marcos incapacidad para actuar en la medida deseable. Ello potencia la inse­
regulatorios y los incentivos para la construcción de un sistema de guridad y la inequitatividad erila distribución del costo social.
amplias bases sociales, movilizador de la iniciativa individual y el espí­ Si cotejamos esta realidad con lo visto sobre el desarrollo históri­
ritu de empresa". Según este publicista, se trata de que "la política y la co de las finanzas mundiales, pareciera que estamos nuevamente ante
::onducta del Estado induzcan una ética de la ganancia fundada en la los males que ocasionaron la caída de la concepción económica de los
:::reación del trabajo y riqueza" (autor y ob. cits., p. 16). liberales clásicos y que dieron lugar al intervencionismo. .
Exposiciones de este tipo son meramente voluntaristas, y caen La diferencia entre esa situación y la actual es que ahora los
ID el defecto de enunciar ideales sin explicar "cómo" ellos se materiali­ monopolios y oligopolios están creados y orientados por estas "alian­
~arán. zas", que no son otra cosa que megafusiones cuyo poder es aterrador.
A su frente encontramos un Estado-Nación disminuído en su rol
yen su importancia, tanto cuantitativa como cualitativamente.
~. LA ANACIONAIlDAD DE LAS EMPRESAS. Las empresas trasnacionales han ocupado cada vez más el papel
del Estado, y ejercen un control sin precedentes sobre la totalidad de
Según se puede vislumbrar de 10 expresado hasta ahora, está en los recursos mundiales. Las grandes empresas globales tienen activos
narcha otro colosal fenómeno, cual es el de las alianzas entre empre­ que superan los productos interiores brutos de muchas naciones, lo
:as de distintos países. cual les permite dominar los mercados y los grupos de trabajadores.
Estas alianzas pueden ser un procedimiento específico seguido Además, el cambio de una economía basada en el trabajo a otra
)or una empresa, para entrar en un mercado extranjero de la mano de que se funda especialmente en la información y en la comunicación,
ma empresa local, con la cual podrá compartir recursos y experien­ reduce la importancia del Estado-Nación como elemento decisivo para
:ias. garantizar el futuro del mercado. El poder coactivo del Estado-Nación
Asimismo, las alianzas permiten acelerar el proceso de encuentra su cimiento en el uso de las armas y de las fuerzas milita­
ntemacionalización una vez que la empresa se halle en mercados in­ res. Pero las megaempresas invaden todo tipo de espacio físico, cruzan
ernacionales. Producida la alianza y la consiguiente internaciona­ las líneas políticas y penetran en los estratos más profundos de la vida
ización, la empresa queda habilitada para penetrar en un mayor nú­ nacional Nada pueden hacer los ejércitos para detenerlas. Como si
Ilero de mercados nacionales, pasando de local a global en el plazo más esto fuera poco, la Nación-Estado tiene restricciones jurídicas prefija­
,reve posible. das, que la trasforman en un ente demasiado lento para reaccionar y
Las alianzas pueden, también, ser un medio para recuperar una actuar. Por el contrario, las megaempresas no están territorialmente
osición perdida en un mercado. Esta cuestión es importante, ya que ligadas. a ninguna comunidad específica ni a ninguna regla burocráti­
one en juego la capacidad competitiva general de las empresas de un ca, su agilidad, flexibilidad y, por encima de todo, su movilidad, les
aís. Las alianzas han experimentado un fuerte crecimiento, y se ad­ permiten trasladar la producción y los mercados, rápidamente y sin
ierte que los sectores con un alto contenido tecnológico son aquellos esfuerzos, de un sitio a otro.
Ante esto, todo aparece como una lucha demasiado despareja. El
ue han concentrado un m,ayor Creci~ento de alianzas.
Estado se muestra como un ser raquítico y lento y encuentra a su
Estas megafusiones, situadas en todas partes y en ninguna en
frente a gigantes que poseen la velocidad de la luz.
;pecial, no están reguladas; los capitales se mueven libremente, pues­
) que en el sistema capitalista no se ha hallado forma alguna de
lstitucionalizarlas. No son ilegales en sí mismas, pero tampoco están 11. LAs FINANZAS DE LOS PAÍSES DE AMtru:CA LATINA
ljetas a reglamentación alguna que pueda alcanzarlas. .ANTE LA GLOBALlZACIÓN.
Se ha producido, en consecuencia, un fenómeno de "anacionalidad",
!le evita los procesos hasta ahora conocidos de contralor y que reduce Los países de esta parte del continente -el nuestro incluído-­
msiblemente el concepto de "nación", según veremos enseguida están ya inmersos en el cambio mundial que implica la globalización.
61

CAPfTULOIV
CIENCIA DE LAS FINANZAS PÚBLICAS

1. CONCEPTO y TElWINOLOG1A.

Las opiniones estaban antes divididas en cuanto al origen de la


palabra "finanzas". Unos autores creyeron en su procedencia germáni­
ca, relacionándola con la palabra inglesa "fine" (pago de tasas) o con el
término alemán "finden" (encontrar). Otros investigadores le atribuye­
ron procedencia latina y la hicieron derivar de "finis".
Pareciera que la segunda tesis es más acertada. La palabra ana­
lizada proviene, en el latín medieval, del verbo latino "finire", del cual
emanaron el verbo "Ímare" y el término "finatio", cuya significación
sufrió algunas variantes.
En un primer período designaba una decisión judicial, después
una multa fijada enjuicio, y finalmente los pagos y prestaciones en
general. En un segundo período (alrededor del siglo XIX) se consideró
que negocios "financieros" eran los monetarios y bursátiles, aunque al
mismo tiempo la palabra "finanz" tuvo la denigrante significación de
intriga, engaño y usura. En un tercer período, primero en Francia y
después en otros países, se circunscribió la significación de la palabra
"finanzas", empleándola únicamente con respecto a los recursos y los
gastos del Estado y las comunas (ver W. Gerloff, Fundamentos de la
ciencia financiera, t. 1, p. 16).
A la voz "finanzas" se le suele adicionar la palabra "públicas", con
idéntico significado, aunque tal vez con el deliberado propósito de dis­
tinguir las fmanzas estatales de las privadas. En tal sentido, los auto­
res anglosajones establecen una nítida diferencia entre las finanzas
públicas (public {inance), con el sentido terminológico antes asignado,
y las finanzas privadas (private finance), expresión ésta que hace refe­
rencia a problemas monetarios, cambiarios y bancarios en general, y a
los económicos que conciernen a los particulares.
En no pocas oportunidades el término en estudio se utiliza con
este último sentido, y ello es motivo de confusiones idiomáticas que
han trascendido incluso a la denominación y funciones de órganos gu­
bernativos en la República Argentina, donde en un tiempo existió un
¡ .

( '7'

(
(
HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 59
:(
Un párrafo ap'arte merecen las políticas reguladoras de la compe­ Las fallas de las regulaciones existentes deben ser solucionadas
ncia, que estimamos deben jugar un papel relevante para prevenir con mayor severidad y ahínco, porque aún hay deficiencias graves,
t.uaciones monopólicas, a lo cual pasamos a referimos. pero se debe siempre partir de la idea de que privatización y regulación
son parte de una misma reforma profunda de la economía, sobre la
cual no se debe volver atrás.
t. EL PELIGRO DEL ALTO "R.lESGo-PAts". Tanto lo relativo al marco regulatorio de las privatizaciones como
(
lo atinente a una política reguladora de la competencia que, dentro de
Para algunos autores, en la República Argentina, el riesgo-país lo posible, proteja a los consumidores de los monopolios y oligopolios,
~e siendo desmesuradamente alto, lo cual tiene diversas explicacio­ deben ser fruto del consenso del que hablamos anteriormente.
(
lS, tales como el abultado y ascendente déficit fiscal, el creciente sal­ Si el problema de todos los efectos dañinos que acarrea la
I negativo de la balanza de pagos y el desmesurado aumento del gasto globalización, y que antes vimos, afecta de una u otra forma a la hu­
L destinos no productivos, ello no obstante los esfuerzos para estabili­ manidad entera (y estamos convencidos de que así es), no debemos
(
lr la economía y los logros obtenidos. Esta elevada prima de riesgo, o olvidar que también pertenecen a ella los políticos, empresarios, gober­
·a, el exceso de interés que paga nuestra deuda respecto de una tasa nantes y ejecutivos, y todos ellos, tarde o temprano, sufrirán las conse­
ternacional equivalente, produce problemas de crecimiento a largo cuencias.
azo que pueden llegar a influír en forma nociva sobre el equilibrio en
( s cuentas públicas, la inversión y los esfuerzos por sumarse a la
obalización sin sufrir excesivamente sus efectos perjudiciales.
( Ciertos especialistas piensan que este riesgo-país elevado se debe
( peligro latente que existe en la Argentina de que se encienda una
~bre súper-reguladora de las actividades económicas como un modo
( l revisar las reformas económicas (Fernando Navajas, artículo publi­
.do en "Ámbito Financiero" el 17/3/98, p. 10). En realidad, la cuestión
gulatoria, especialmente en materia de empresas que prestan servi­
)S públicos privatizados, deja mucho que desear. No hay un adecuado

(
anejo que logre la defensa de los consumidores y que regule debida­
ente la competencia.
Éste es otro aspecto en el cual vuelve a surgir la idea del consen­
. Los sectores con poder en la Argentina y en América latina se de­
ln poner de acuerdo sobre si aceptan de buena gana la reorganización
( el paso adelante que implican las privatizaciones, considerándolas
mo una configuración irreversible, o si, al contrario, se quiere volver
(
la explotación de los servicios públicos por el Estado. La respuesta no
( dudosa, y quien haya observado la desastrosa administración esta­
1 en la materia y sus nefastas consecuencias económicas no puede
no coincidir con la primera de las situaciones enunciadas. Pero tam­
( én se debe coincidir en cómo avanzar, de modo de hacer funcionar
ejor el marco institucional-regulatorio que sustituyó a la empresa
( i.blica.
( Es ciertamente riesgoso que, bajo el pretexto de incrementar las
gulaciones y trasformar el régimen vigente, se pretenda una resu­
( ección del fracasado intervencionismo de las décadas pasadas, inten­
( ndo un neoestatismo con nuevo ropaje.
(
(
64 HÉCTOR B.VILLEGAS
MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 65
económicos de las políticas financieras, lo cual facilitaría su compren­
sión de la economía en general (autor y ob. cita., ps. 15 y 16).
Sostiene Adolfo Atchabahian que en la dialéctica vital de existen­ 3. EXISTENCIA, CABÁCTER CIENTÍFIco y UTILIDAD DE LAS FINANZAS

cia-coexistencia que guía instintivamente al hombre se generan las PÚBLICAS.

formas de comunidad y de sociedad, desde las más rudimentarias o


primitivas hasta las más evolucionadas y perfectas. La culminación de Las profundas pero sencillas ideas que hemos expuesto reflejan,
este proceso consiste en el Estado, comunidad política perfecta, asenta­ por un lado, la importancia de las finanzas públicas y, por el otro, los
da sobre un territorio e integrada por individuos ligados a una autori­ elementos que la componen, con una descripción simplificada de la
dad pública por relaciones de subordinación. materia, concibiéndola como una coordinación activa de personas y
Sostiene el autor que el hombre, la familia, el gremio, la cofradía, bienes.
la iglesia, el municipio, la provincia, el Estado, son entes, pero hay en Estas nociones dificilmente podrían hacer presagiar los disensos
la vida de tales entes actividades de muy diverso carácter (el perfeccio­ que mencionamos al comienzo. No obstante, ellos existen y ha llegado
namiento espiritual, la cultura, los deberes para con Dios y otras). el momento de abordarlos. Para tal tarea, creemos necesario responder
Entre ellas hay un grupo amplio y complejo de acciones, destinado a a algunas de las preguntas básicas que se plantean sobre el tema.
satisfacer las necesidades mediante la aplicación de bienes materiales 1) ¿Existe en la realidad un campo de conocimientos unitario,
o la prestación de servicios útiles. Este último sector de la conducta de singularizado e independiente que sea el encargado de estudiar la acti­
los entes da origen a la actividad administrativa de naturaleza econó­ vidad financiera y cuyo nombre sea el de "finanzas públicas" (en ade­
mica llamada hacienda. lante, F.P.) o "hacienda pública" (en adelante, H.P.)?
La hacienda está inserta en la administración económica del ente, 2) Suponiendo una respuesta afirmativa a la cuestión anterior, I~
y para concretarla se verifica una unión de cosas y de tareas. La ha­ ¿subsiste aún ese sector del saber, o éste cesó y fue reemplazado por
cienda es, por consiguiente, la coordinación económica de la actividad otras ciencias?
humana y de los bienes. De esta manera, al individuo corresponde una 3) En caso de inclinarnos por la subsistencia, ¿se puede afirmar
hacienda, lo mismo que a la familia, a la empresa de producción, a la su carácter científico?
prOviÍlcia y al Estado nacional. 4) Suponiendo una respuesta afirmativa a la pregunta anterior,
Si aplicamos el concepto de hacienda a la esfera del ente político ¿qué conocimientos debe brindar esta disciplina?
máximo, el Estado, podemos caracterizar el concepto resultante de 5) En el caso de responder al punto anterior e identificar los co­
hacienda pública como la coordinación económica activa de per­ nocimientos a suministrar, ¿son ellos de alguna utilidad? Y, en caso
sonas y de bienes económicos. establecida por los habitantes afirmativo, ¿quiénes serían los beneficiados con tales conocimientos?
afincados en un territorio, con la finalidad de satisfacer las
necesidades de orden colectivo o común que los individuos no 3.1. Existencia de las F.P.
podrían atender aisladamente.
Los elementos que se presentan en la hacienda pública son los La respuesta a este primer interrogante es importante porque
siguientes: a) el sujeto es un ente colectivo formado por la reunión de incluso, y para destacados autores, pareciera que las F.P. no sólo no
los habitantes de un lugar; b) la materia administrable es el patrimo­ existen sino que jamás vieron la luz.
nio del Estado, o sea, el conjunto de bienes pasibles de posesión estatal; Dice Sáinz de Bujanda que durante mucho tiempo la H.P., en su
c) la actividad es ejecutada por los órganos administrativos y ella sirve acepción científica, se ha identificado con la economía financiera. An­
para dar vida a la hacienda, pues la ponen en acción, movilizando la tes de que esto ocurriese, no existía propiamente una ciencia de la
riqueza y aplicándola a la satisfacción de ciertas necesidades; d) la hacienda, sino un conjunto de criterios políticos o administrativos, de
finalidad específica es satisfacer las necesidades colectivas, como rasgo carácter empírico, sobre los ingresos y los gastos públicos. La hacienda
claramente distintivo de la hacienda pública respecto de toda hacienda se trasformó en objeto del conocimiento científico cuando se aplicaron a
privada (autor cit., Régimenjurídico de la gestión y del control en la la actividad financiera los métodos y conceptos propios de la ciencia
hacienda pública, Depalma, Bs. As., 1996, ps. 23 y ss.). económica.
Continúa exponiendo el maestro español que, camo esa actividad
ofrece caracteres que la distinguen de la tarea económica privada, se
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 63
I
HÉCTOR B.VILLEGAS i
. zar sólo los primeros. Tampoco hay acuerdo sobre la posición que deben
:inisterio de Finanzas con atribuciones ajenas a las finanzas pú­ tomar sus investigadores.
kas. Cierto es que la tarea de definir adecuadamente un sector de
Lo interesante de destacar sobre el punto (tomado a grandes ras­ estudios y, cons~~!'Intemente, de circunscribir su campo de acción, no
IS) es que, para los autores de la economía clásica, las finanzas públi­ es de fácil cumplímiento, y ello se observa en la disciplina que trata­
LS se debían comportar igual que las privadas, es decir, el Estado mos. Basta examinar los diferentes tratados de la materia para adver­
lbía actuar como el particular en el manejo de su patrimonio, ingre­ tir la diversidad de enfoques. Además, la dificultad de definición se da
,s y gastos. Las denominadas teorías modernas refutaron esta tesis y en todas las ciencias, puesto que definir no es otra cosa que indicar los
Icontraron sustanciales diferencias con relación a los fines, medios y límites entre los cuales se quiere mantener cierto tipo de investigacio­
lOS de gestión (conf. José María Martín, Ciencia de las finanzas pú­ nes, yesos límites siempre serán considerados arbitrarios por alguien
iros, Bs. As., 1976, ps. 13 y 14). (conf. Mauro Fasiani,Principios de la ciencia de la hacienda, Madrid,
A la ciencia de las finanzas (o finanzas públicas) se la suele taro­ 1962, p. 3).
én denominar -especialmente por los tratadistas españoles- cien­ No obstante, resulta sorprendente la existencia de tantos disensos
i de la hacienda (o de la hacienda pública). sobre un sector del sal>er cuya temática es de importante conocimiento
En consecuencia, tomaremos los términos y expresiones mencio­ para distintos profesionales y para la población en general. Tener ideas,
ldos (fmanzas, finanzas públicas, hacienda, hacienda pública) como aun generales, de las VÍas y medios por los cuales los gobiernos resuel­
nónimos y les asignaremos idéntico significado. Todas ellas hacen ven sus problemas financieros constituye un deber de todo ciudadano.
ferencia a la ciencia que estudia la actividad desarrollada por el Es­ Primero, porque los gobernantes llegan a tal condición en virtud del
do para obtener sus ingresos y efectuar sus gastos, aun cuando este sufragio, y segundo porque la mayor parte de esos ciudadanos pagan
ncepto no expresa sino una idea muy general acerca de nuestra dis­ los tributos que los primeros necesitan para desarrollar su labor.
)lina Los temas relativos a las finanzas públicas son los favoritos en
los editoriales de periódicos y revista!!; a ellos prestan buena parte de
su atención los legisladores y jueces y constituyen la profesión de la
INrRoDUCCIÓN.
cual viven no pocos especialistas. Grandes y siempre crecientes son las
posibilidades que el tema brinda para el mejoramiento de muchos as­
Conforme hemos visto hasta ahora, el Estado no puede cumplir pectos de la vida en común. Así como en un tiempo estuvieron las
misión como tal sin ejercitar lo que hemos caracterizado como "acti­ finanzas totalmente relegadas a la misión de cubrir las más apremian­
:lad financiera" (cap. 1). Hemos examinado cómo evolucionó a través tes necesidades de los gobiernos, tienen en la actualidad enormes res­
los siglos el pensamiento científico sobre esta actividad y cuál fue la ponsabilidades, ya que de ellas dependen la estabilización y el incre­
alidad histórica en que se sucedieron los importantes cambios que mento de la economía. De allí estas preferencias actuales por los temas
fluyeron notoriamente en dicho pensamiento (cap. II). Hemos anali­ financieros, dentro de los cuales se discute, por ejemplo, cuál debe ser
do, también, cuál es la difícil situación actual en la que les toca el papel del Estado dentro del fenómeno de la globalización.
)verse a los Estados contemporáneos ante la irrupción del fenómeno Para Harold Groves, el de la hacienda pública es un importante
)balizador (cap. lID. campo de investigación en el que se estudian los ingresos y los egresos
Sentando como base innegable que el Estado no puede subsistir de los gobiernos, tanto federales como estatales o locales. Según el au­
1 realizar actividad financiera, forzoso es concluir que no puede fal­ tor, varios son los puntos de vista desde los que cabe apreciar la hacien­
•un campo de estudios donde dicha actividad sea debidamente inves­ da pública como, por ejemplo, el del abogado y el contador. Tanto el uno
ada. como el otro tratan el tema desde el punto de vista de los intereses del
Esto, que parece tan simple, tiene sus complicaciones. La disci­ contribuyente, al que orientan en el cumplimiento de su deber de pa­
na a la que le corresponde estudiar la actividad financiera crea gar los impuestos, pero procurando la reducción de éstos para la venta­
¡yuntivas, que se plantean a la hora de establecer su ubicación den­ ja personal de aquél. Otro es el enfoque del economista, el cual se con­
, de las ramas del saber. También hay disidencias en cuanto a su centra en los efectos económicos de las medidas financieras. Para
rácter científico o meramente informativo, y a si es válido que estu­ Graves, el alumno debería fijar especialmente la atención en los efectos
l tanto los medios como los fines del Estado, o bien se limite a anali-
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68 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 69

nar en eUa los conocimientos obtenidos en cada Wla de las disciplinas En base al COnjWlto de nociones aportadas, que podríamos am­
autónomas. El caliiicativo de "informativa" alude más a Wla exposi­ pliar hasta el infinito, nos inclinamos por concordar con la última des­
ción de carácter enciclopédico que a Wla investigación profWlda de la cripción trascrita y creemos que, en el trascurrir de los tiempos, las
cuestión determinada (autor cit., Curso ... , ob. cit., p. 22). F.P. lograron construír Wl cuerpo doctrinal que, utilizando diversos
Como podemos ver, y cualquiera sea la calificación científica asig­ métodos ha recopilado, clasificado y armonizado Wl sector de conoci­
nada, los escritores citados reconocen importantes objetivos a la H.P. mientos, en forma tal de convertirlo en Wla rama particular del saber.
Por Wllado, el de recopilar o reWlir{recoger} y el de agrupar o clasifi­ Es perfectamente posible concebir Wla ciencia que obedezca a
car (ordenar) los distintos aspectos de la actividad financiera, y otro el razones no sólo teóricas sino también prácticas y que tenga finalidad
de combinar, ordanar y armonizar tales elemento," (coordinar). Es de­ básicamente docente. Su cometido puede ser, sin menoscabo, el de ofre­
cir, aWllos tratadistas que con más énfasis niegan categoría científica cer a los interesados Wla visión 10 más completa posible pero compen­
a las F.P., le atribuyen importantes fWlciones. diada, de Wl COqjWlto de conocimientos que, alÍn heterogéneos, se WlÍ­
No creemos que sea necesario sumergirnos demasiado en Wla fiquen por el fenómeno en estudio.
discusión que er. detinitiva termine en la mera semántica. Para saber Damos por descontado que se deberá adoptar un cierto procedi­
de qué estamos hablando, lo primero es dar Wla idea de lo que se debe miento metodológico, única forma en que Jos resultados logrados pue­
entender por "ciencia". dan ser comprobados por otros hombres de ciencia. Pero en modo algu­
Por 10 pronto, debemos convenir en que el significado no es unívoco. no dichos resultados necesitan ser exactos, evidentes ni universales ;sn
Para Mauro F[~siani (Principio de la ciencia de la hacienda, Madrid, forma absoluta, como ocurre con las matemáticas, la física, la quíwJca
1962, ps. 6, 8 y 9;, Wla ciencia es la búsqueda de uniformidades de los y, en general, con las ciencias naturales. Estas últimas representan el
fenómenos comprendidos en la rama del conocimiento de que se trate, prototipo del conocimiento científico al permitir la formulación de "(,>­
sin efectuar valoraciones ni juicios sobre las realidades investigadas. glas precisas, inmutables e inquebrantables, dado que ante la presen­
Según Bobbio, una ciencia es Wl sistema cerrado y coherente de cia de Wla causa, necesariamente se producirá cierto efecto. Basta con
proposiciones definidas, que puedan ser comunicables intersubjetivamen­ un estudio ordenado y ejecutado con arreglo a Wl método respecto de
te sin graves peligros de malentendidos (cita en Ferreiro, ob. cit., p. 21). ciertos y determinados fenómenos, que resulte adecuadamente descri­
Remontándonos a Aristóteles y su escuela filosófica, sólo consti­ to en tales investigaciones. Como bien recuerda Martín, esta concep­
tuía ciencia "el conjWlto de proposiciones evidentes y cierlas, necesa­ ción del pensamiento científico ha permitido la elaboración de impor­
rias y universales, sistemáticamente organizadas" (Enciclopedia uni­ tantes disciplinas, especialmente las ciencias sociales y políticas, a las
versal ilustrada europeo-americana, Espasa, Barcelona, t. 13, p. 136). cuales se les había negado carácter científico (autor y ob. cits., p. 24).
En el concepto de José María Martín, 10 que convierte en ciencia Para nosotros, y con el alcance dado, es posible Wla ciencia de las
un cierto campo de conocimientos no es el grado de generalización, sino F.P., en cuanto ofrece una síntesis organizada, estructurada
la exactitud y adecuación de las descripciones dadas al tipo de fenóme­ y armonizada del conjunto de conocimientos abarcados por
nos estudiado (autor cit., Ciencia de las finanzas públicas, p. 24). la actividad financiera del Estado. Su utilidad es la de brin­
Recurriendo al diccionario de la lengua, encontramos varias acep­ dar una visión coherente de ideas, de normas o de hechos - Q
ciones disímiles. Entre ellas, la que afirma que ciencia es "el conoci­ de todo ello a la vez.-;... A'elacionados con un mismo sector de
miento cierto de las cosas por sus principios y sus causas", o bien la realidades, aun cuando ecos elementos sean heterogéneos y
que define el vocablo como "el COnjWlto de conocimientos de cualquier puedan ser estudiados más profundamente por otras ciencias
cosa", concepto este último amplísimo y vulgar, que no hace al caso. especializadas.
No todo conocimiento es científico, porque para serlo necesita reunir Respecto de la pretendida distinción entre disciplinas "científi­
ciertos requisitos. De todas maneras, estas acepciones.son reveladoras cas" e "informativas", no nos detendremos en el tema porque seguimos
de la falta de Wliformidad sobre el concepto en estudio. las enseñanzas de Valdés Costa (Instituciones de derecho tributario,
En una definición más ajustada, se considera ciencia "el cuerpo ob. cit., p. 38): muchas discusiones surgen por problemas semánticos y
de doctrina metódicamente formado y ordenado que constituye Wl ramo no son cuestiones de hechos sino de palabras. Controversias sobre cues­
particular del saber humano" (Enciclopedia Espasa, ob. cit., t. XIII, tiones como "naturaleza jurídica", "carácter científico""."autonomía" y
~~~ I tantos otros conceptos no responden a realidades sino ál uso de pala-

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;6 HJ!:cTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 67


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ldmitió un cierto grado de autonomía, pero siempre dentro del ámbito Conforme estas aseveraciones, no hubo esfuerzos perdurables en
:eneral de la teoría económica De allí que H.P. y economía financiera la construcción de la H.P.; su subsistencia es imposible porque niega
ignifiquen una misma cosa en el terreno científico (autor cit., Hacien­ la especialización, y si sobrevive es por inercia, pero bajo su nombre se
~a y derecho, t. 3, p. 7). enseña cualquier cosa, desde derecho hasta sociología
En definitiva, y según el autor, en un principio tuvo vida un Discrepamos con estas opiniones. En muchas de las cátedras de
:onglomerado de nociones prácticas y experimentales sobre ingresos y las facultades de Derecho se sigue dando la H.P. generalmente unida
:astos públicos. En un segundo paso, estas ideas se trasformaron en al derecho financiero o al tributario, si bien es cierto que en otras casas
Ibjeto del saber científico, pero como ciencia económica, dando lugar a de estudios se ha operado la separación e, incluso, la supresión de las
a economía financiera. El razonamiento parece no dejar resquicios F.P. No obstante, la asignatura continúa vigente en las facultades de
larala H.P. Ciencias Económicas. Incluso es destacable que en planes de estudios
Si volvemos la mirada al desarrollo del pensamiento financiero de las más modernas universidades argentinas (p.ej., Universidad de
cap. 11), encontramos los esbozos empíricos antes del siglo XVII y ob­ Belgrano, Universidad Austral, Universidad BIas Pascal de Córdoba)
~ervamos su evolución en ese siglo (cameralismo, fisiocracia, liberalis­ la disciplina ha sido incluída en los planes de grado o de posgrado de
no clásico) encuadrando el actuar fmanciero en la ciencia económica. sus facultades de Derecho, como una necesaria fuente de conocimien­
5sta situación se mantuvo hasta la segunda mitad del siglo XIX; lue­ tos útiles para los abogados del año 2000.
~o, las cosas fueron cambiando, especialmente a partir de las obras de La creación de la primera cátedra de Ciencia de las Finanzas se
ron Stein y Leroy Beaulieu quienes diferenciaron lo financiero de 10 realizó en la Universidad de Pavia en el año 1878 y su primer titular
~conómico. fue nada menos que el talentoso Giuseppe Ricca Salerno, desfilando
Menos aún se justifica la negación de las F.P. ante la aparición luego figuras tan descollantes como Emaudi, Flora, Nitti y Griziotti.
le importantes autores como Gangemi, Morselli, Griziotti, Duverger, Tiene una lograda tradición histórica y constituye una parcela
dehl, Groves, Neumark, Gerloff, Ahumada y tantos otros que, por del entendimiento humano cuya vigencia, hasta la fecha, nada parece
:ierto, no escribieron sobre economía, sino sobre esta nueva parcela del tener de efímera.
Intendimiento humano que se dio en llamar "finanzas públicas" o ''ha­
:ienda pública". Los propios especialistas que abordaron la economía 3.3. Caráctercientilico (o no) de las F.P.
inanciera (como Barrere y otros) se encargaron de aclarar que su cam­
lO de acción no era la hacienda pública. Expresa Sáinz de Bujanda que son disciplinas autónomas o
Respondemos a la primera cuestión sosteniendo que existe un sustantivas aquellas que, con referencia a un determinado ámbito de
:ampo de conocimientos individualizado con el nombre indistinto de realidad, utilizan métodos propios que permiten trasformar ese sector
finanzas públicas" o ''hacienda pública". de objetos reales en objetos ideales de conocimiento. La autonomía
metodológica permite, sobre unos mismos supuestos reales, crear dis­
~.2. Subsistencia de las F.P. tintas esferas de conocimiento científico.
En cambio, son disciplinas informativas aquellas cuya misión no
Según Ferreiro Lapatza, han sido efímeros los resultados que consiste en investigar, con instrumentos metodológicos propios, deter­
lan conseguido los intentos de construír una única ciencia de la ha­ minados fenómenos reales, sino en recoger y ordenar, con fines espe­
:ienda que trate de conocer todos los aspectos de la actividad fmanciera cialmente didácticos, los resultados obtenidos por dos o más cienciás .
autor cit., Curso de derecho financiero español, 13!! ed., Madrid, 1991, autónomas sobre 1m campo real. Esta disciplina informativa tiene apli­
,. 19). Más adelante agrega que entender como posible la formación de caciones útiles y variadas, como ha sucedido dentro del mundo del de­
ma única ciencia de la hacienda es desconocer la necesaria especiali­ recho (p.ej., con el derecho bancario, agrario o industriaD (autor cit.,
:ación en el estudio de la realidad (autor y ob. cits., p. 21). Hacienda y derecho, ob. cit., t. 3, ps. 53 y 54).
Sáinz de Bujanda advierte que la ciencia de la hacienda -de­ Según Ferreiro, en posición casi coincidente con el autor antes
lOminación que, por inercia, perdura en los planes de estudios univer­ nombrado, al lado de las disciplinas autónomas (únicas científicas) es
:itarios- se enseña como derecho o como economía, y a veces también posible, con un fin didáctico y para orientar la política financiera,
:omo política o como sociología (autor y ob. cits., t. 3, p. 10). construír una ciencia de la hacienda de carácter informativo y coordi­
72 HÉcTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 73
Es cierto lo sostenido por Sáinz de Bujanda y Ferreiro sobre la
3.5. Utilidad de las F.P. imposibilidad del conocimiento a fondo de todos estos elementos. Es
imposible la pretensión de Benvenuto Griziotti de estudiar por investi­
Con el alcance y limitaciones dadas, esta visión integralista pero gadores individuales y en trabajos unitarios las varias combinaciones
sintetizada del fenómeno financiero debe, necesariamente, prestar uti­ de que son pasibles los elementos componentes del fenómeno ¡mancie­
lidad en varios órdenes. ro. Tampoco es posible que dichos estudiosos se conviertan en econo­
Como es lógico, el economista sacará acabado provecho y las no­ mistas,juristas, sociólogos, historiadores, especialistas en ciencia polí­
ciones adquiridas le resultarán beneficiosas ya que constituirán una tica, etc., todo al mismo tiempo. .
introducción a los estudios de mayor alcance que integrará a los cua­ Pero lo que sí es posible, y no 10 niegan los adherentes a la teoría
dros de la ciencia económica con una posible especialización en la eco­ de la "disciplina informativa", es que resulta viable una materia cuya
nomía política o la economía financiera. Lo estudiado será también de sustancia sea la síntesis superior de los diversos aspectos que compo­
interés de los juristas, porque tanto recursos como gastos son estable­ nen el fenómeno financiero. Esto es una realidad y está probado, por­
cidos por normas del derecho, que comienzan con los preceptos consti­ que lo han hecho con éxito numerosos autores. No interesa si, de algu­
tucionales y se continúan con la legislación común. Estas normas, al na manera, se la intenta menoscabar tildándola de "informativa", porque
ser aplicadas, generan múltiples vínculos jurídicos entre la Adminis­ no es nada sencillo ni elemental brindar una "información" completa
tración y los administrados. A estos intereses teóricos se agregan los de los delicados aspectos en cuestión. Y así como Ferreiro afirma que
ya mencionados de índole práctica, de aquenos que ejercen su profesión es imposible la producción científica sin algo de información, es tam­
de abogados o contadores dedicándose a alguno de los sectores jurídi­ bién exacto lo inverso; es irrealizable un estudio informativo sin la
cos, económicos o ¡mancieros. También, y como hace notar Groves, son producción científica realizada por hombres de ciencia.
importantes los conocimientos sobre la actividad económica guberna­ Como antes hemos fundamentado, esta rama del saber es lo sufi­
mental que pueda adquirir el ciudadano y que le resulten de provecho cientemente trascendente como para ser tenida como ciencia. El cono­
para las disyuntivas que se le presentan al momento de votar o de cimiento compendiado de los temas que abarca es una introducción
hacer valer su qpinión sobre poJíticas de interés público. indispensable a ciencias analíticas de indudable importancia actual,
Claro está que, como lo hacía notar el inolvidable Juan Carlos tales como la economía financiera, la política financiera y el derecho
Luqui, se debe ir de a poco. A nadie se le ocurrirá entregar a un novicio financiero, dentro del cual se ubica preponderantemente el derecho tri­
la batuta para dirigir una orquesta que deba interpretar, por ejemplo, butario.
una cualquiera de las partes de la tetralogía wagneriana. Se debe co­ El conocimiento de las nociones que va desenvolviendo la H.P.
menzar con simples composiciones, las tan románticas barcarolas, los (desarrollo histórico del pensamiento ¡manciero, caracterización de la
valsecitos criollos y alguno que otro tango no muy complicado (autor actividad financiera del Estado, gastos y recursos públicos, recursos
tributarios, crédito público y presupuesto) es indispensable para espe­
cit., prólogo a la obra de Mordeglia y otros, ob. cit., p. XX).
cializarse en las otras ciencias más analíticas. Su esencia no es la
dispersión alocada de conceptos heterogéneos, sino el núcleo fundamental
4. NUESTRA POSICIÓN SOBRE LA REALIDAD DE LAS F.P. de los aspectos económicos, políticos y jurídicos del fenómeno ¡mancie­
ro, como piezas útiles para el cabal entendimiento tanto del sistema
hacendístico estáticamente considerado como de ese sistema puesto a
Conforme lo que acabamos de considerar, es innegable y por de­
funcionar mediante la realización de las variadas operaciones necesa­
más patente la existencia de ingredientes diferenciados que componen
rias para lograr dinero y trasformarlo en los servicios públicos que
la materia que denominamos F.P. o R.P. Entre ellos, y en especial, el
requiere la comunidad y exige la Constitución nacional.
aspecto económico, por los medios utilizados; político, por la natu­
Como hemos manifestado anteriormente, creemos que la mate­
raleza del ente público que produce el fenómeno ¡manciero y conforme ria comprende conocimientos que se toman cada vez más indispensa­
los fines perseguidos;jurídico, por la forma en que actúa y se desen­ bles para los profesionales que hemos individualizado y que tendrán la
vuelve, o sea, mediante normas jurídicas. Son los tres vértices de un pesada carga de actuar en esta nueva era de la economía globalizada.
triángulo vital en esta ciencia, sin perjuicio de otros aspectos compo­ Se nos ocurre que esta rama del saber cumple una función seme­
nentes (administrativos, estadísticos, sociales, históricos, etc.). jante a la de la asignatura "Introducción al derecho" de las facultades
o HÉCTOR B. VILLEGAS
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS
71
,ras distintas parh representar cosas iguales, o bien a la situación
wersa de emplear expresiones o voces similares para nombrar objetos Tampoco se podrá prescindir de un meditado estudio, e incluso de
jspares. cálculos de probabilidades, sobre los posibles efectos de la imposición y
No nos oponemos a la caracterización como "informativa" que se de los gastos públicos, con criterio microeconómico y con visión
ltenta dar a las F.P., siempre que ello no lleve al extremo de sostener macroeconómica. ".'
ue constituye un conjunto de noticias que deberán aparecer en los A ello se suma el estudio sobre la obtención de los diferentes in­
,eriódicos o revistas y no darse el lujo de ocupar libros. gresos, trazando sus diferencias en cuanto a régimen jurídico, efectos
Por último, es innegable que el razonamiento de Ferreiro (ob. y consecuencia. Esto adquirirá mayor relevancia en dos temas básicos,
it., p. 22) se vuelve en su contra, porque, así como admite que toda que están en las antípodas en el rubro ingresos pero que merecen una
onstrucción científica entraña una cierta dosis de exposición informa­ cuidadosa observación. Por un lado los tributos y por el otro el crédito
¡va, es también exacto lo inverso: toda descripción informativa requie­ público. Ambos deberán ser examinados en cuanto a su estructura,
e de un determinado grado de elaboración científica realizada por cien­ régimen legal y efectos económicos, lo cual determinará a su vez su
íficos. utilidad y conveniencia, conforme a los fines que el gobierno desee lle­
var acabo.
;.4. Contenido de las F.P. No será posible prescindir de la planificación y el control de la
actividad financiera, lo cual requerirá analizar los principios genera­
El Estado obtiene ciertos ingresos que le permiten realizar los les del presupuesto y su procedimiento de preparación y aprobación,
:astos necesarios para procurar servicios a la población en cumplí­ así como también su ejecución y control. En una óptica ligeramente
niento de su misión de promover el bienestar general (Constitución disímil, Groves expresa que en los tiempos modernos el estudio de la
Lacional, preámbulo). Esos ingresos se deben obtener en la cuantía, hacienda pública incluye cuatro divisiones principales: recaudaciones
iempo y forma que previene la ley, la cual también establece los desti­ públicas, gastos públicos, deuda pública y ciertos problemas del siste­
LOS prefijados presupuestariamente para los fondos obtenidos. Tanto la ma fiscal en su conjunto, tales como administración fiscal y política
btención de ingresos como la realización de gastos deben provocar in­ fiscal (autor y ob. cits., Finanzas públicas, p. 16).
lagaciones de distinto tipo. La puesta en marcha y continuidad de los Es utópico pensar que todos estos conocimientos pueden ser ad­
ervicios estatales tienen un costo que deberá ser evaluado, para saber quiridos investigando en profundidad cada uno de estos elementos. Tal
lasta qué punto el gobernante se aproxima al ideal de la "utilidad so­ análisis exhaustivo implicaría varios tratados y muchos tomos. No es
ial máxima". Esto indica la necesidad de determinar, en términos ése el fin de las F.P., sino el de abordar el fenómeno fmanciero en su
conómicos, el sacrificio y verdadero rendimiento que la actividad fi­ concepción integralista, mostrándolo en sus distintos aspectos e insti­
lanciera provoca a la colectividad en su conjunto o a ciertos grupos tuciones, para conformar una visión de conjunto que luego permita, a
speciales. Al mismo tiempo, no se puede prescindir de las realidades quien lo desee, adentrarse en las diversas ciencias especiales. El profe­
fue han aparecido de la mano de la globalización, 10 cual hará que la sor Juan Carlos Luqui nos ofrece un símil muy feliz. Estudiar F.P. es
,ctividad financiera se deba adaptar a la economía mundial y a las una especie de solfeo. Siempre hay que enseñar lo elemental, que gene­
,conomías regionales internacionales, como el Mercosur, el Alca, la ralmente es lo fundamental. Después del solfeo se enseña armonía,
Jnión Europea, etc. melodía y ritmo. Una vez aprendida la parte "técnica", se estaría en
Lo anterior implica que la misión de los estudiosos de las finan­ condiciones de pasar a la interpretación de las diferentes composicio­
as gubernamentales no se puede contentar con integrar la actividad nes y en distintos instrumentos. Es cierto ..;...reflexiona Luqui- que en
ínanciera dentro del cuadro general de la economía del país, sino que algunos "conservatorios fmancieros" se permite a los principiantes to­
leberá ir más allá y contemplar las recíprocas conexiones con los otros car el instrumento que más les agrade. En algunos casos como, por
laÍses del mundo, siempre indagando sobre posibles consecuencias y ejemplo, el del bombo, esto no es dificil (autor cit., prólogo al Manual de
Ireviendo reacciones defensivas contra acontecimientos externos aje­ finanzas públicas de Roberto Mordeglia y otros, Bs. As., 1986, p. XIX).
lOS al poder decisorio nacional, a veces con un cierto grado de pre­
'Ísibilidad que obligue a ir construyendo con tiempo las redes protec­
oras.
76 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 77

bre los niveles de actividad económica, distribución del ingreso yesta­ ser tal cuando todas sus actuaciones en e] campo financiero y las consi­
bilidad del nivel de precios (autor cit., Curso de finanzas públicas, guientes relaciones con los particulares se hallan reguladas por la ley.
Macchi, Bs. As., 1981). 5) En base a]a limitación anterior, concebimos a las F.P. como
En el polo contrario a la posición anterior y dando prevalencia al un triángulo cuyos tres vértices son el aspecto económico, el polítiCO y
elemento político, el gran maestro Dino Jarach considera que se debe el jurídico. El conocimiento conjunto y sintético que proponemos que­
construír una teoría general de las F.P., partiendo de la única premisa daría incompleto si faltara alguno de estos tres ingredientes básicos.
de la existencia de una organización humana llamada Estado, con fun­ Incluso, sostenemos que el tratamiento de cada uno de los aspectos que
ciones distintas según las circunstancias históricas en que se ha des- ' tradicionalmente se han tenido como abarcadores por esta, ciencia de
envuelto dicha organización y los fines propuestos, de acuerdo con las síntesis resulta difícilmente comprensible si no se investigan los tres
fuerzas políticas predominantes. Más adelante, el autor indica que esta elementos de los fenómenos analizados. Al estudiar, por ejemplo, los
organización humana se puede identificar con los fmes del señor feu­ recursos del crédito público, es imprescindible comprender las razones
dal, del monarca absoluto, de la oligarquía de clase, de la democracia políticas por las cuales el gobernante eligió ese medio de financiación,
burguesa o de la democracia popular. Lo que interesa es que en todos los efectos económicos que producirá cada una de sus etapas y el conjunto
los casos el Estado es una organización con fines a lograr y cometidos a de normas jurídicas que toman legítimo recurrir a tal modalidad.
cumplir, lo cua] justifica la actividad financiera y, por ende, la ciencia Lo mismo ocurre con los tributos y con el resto de los recursos
de las F.P. (autor cit., Finanzas públicas y derecho tributario, ob. cit., públicos. Por otro lado, yal incorporar al estudio de las F.P. la teoría
p.49). de los gastos públicos, el razonamiento no varía. Es necesario pregun­
En nuestro concepto, la ciencia de las F.P. es el estudio tarse el objetivo del gasto, si sus posibles efectos en la economía cubri­
valorativo de cómo y por qué el Estado obtiene sus ingresos y rán la finalidad buscada y, hoy más que nunca, cuál es la normativa
hace sus erogaciones, examinando sintéticamente los distin­ que autoriza al gobernante a disponer de ese dinero público.
tos aspectos del fenómeno financiero, especialmente econó­ 6) Esta disciplina, otrora en la cúspide de los estudios económi­
micos, políticos y jurídicos. cos y jurídicos, ha visto momentánea y aparentemente mermada su
importancia, no obstante su historia relevante, su rigorismo científico,
5.1. Conclusiones sobre la existencia de las F.P. su añeja tradición y sus talentosos cultores. Es notoria la endeblez de
:y la necesidad de su estudio. los argumentos que pretenden demostrar que su contenido no es "cien­
tífico", sino sólo "informativo", y que debe bastar con ver su esqueleto
Resumimos nuestras conclusiones de la siguiente manera:
en uno o dos módulos. agregados a la economia política.
1) La H.P. es una ciencia que tiene actual existencia y que pres­
7) Esto no tendría demasiada importancia si no fuera porque,
ta útiles servicios, tanto para estudiantes y profesionales de las cien­
cias económicas como de las jurídicas. siguiendo estas ideas, se ha decidido en algunas facultades de Derecho
2) En su concepción actual, han quedado atrás las erróneas posi­ borrarla lisa y llanamente (le las carreras universitarias, "porque al­
ciones doctrinales que negaron su existencia científica al afirmar que gún otro se ocupará de ella" (lo cual no hace nadie), o convertirla en
"optativa" (con probable poca adhesión del alunmado), o integrarla a
ésta correspondía únicamente a la economía financiera, política fman­
ciera y derecho financiero, aparte de a otras disciplinas conexas, como cursos parciales o semanales o a seminarios de posgrado.
8) Pero así como ocurrió con las teorías de los clásicos que se
la contabilidad pública del Estado, el derecho monetario, la sociología
financiera, la ciencia política, etc. dejaron de lado por obsoletas cuando advino la revolución keynesiana,
3) En nuestra concepción, las F.P. deben cumplir su importante los modernos centros de estudios vuelven a ver las virtudes de las F.P.,
rol de ser una ciencia de síntesis que permita comprender la intrinca­ y se comienza a vislumbrar ]a idea de que los nuevos profesionales que
da red de fenómenos públicos atinentes a la economía jurídicamente exige el mundo globalizado no pueden ignorar aspectos básicos atinentes
regulada de los entes públicos. a la forma como funciona, se financia y se regula jurídicamente el
4) Esto implica limitar su campo de estudio a las principales sector público. Ello quizá marque el retomo aggiornado de estos estu­
instituciones y relaciones que origina la actividad financiera en un dios referentes a fenómenos, efectos y regulaciones cuyo desconocimiento
marco de legalidad, tomando en cuenta que el Estado de derecho pasa a no será perdonado a los abogados, contadores y economistas del futuro.
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74 HÉCTOR B.VILLEGAS
... MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS
75
de Derecho y Ciencias Sociales. Es absurdo pensar que quienes aprue­
ben esta disciplina saldrán conociendo a fondo aquellos conceptos jurí­ definiciones más acertadas es la de Ursula Hicks, según quien "el con­
dicos de los cuales sólo se brindan sus principales lineamientos. Menos tenido de la ciencia financiera es el examen y evaluación de los métodos
aún se podrá pretender que los alumnos promovidos resulten conocedo­ mediante los cuales el Estado obtiene los fondos necesarios para llevar
res en profundidad de cada una de las ramas del derecho que se van a cabo sus propósitos, y de los métodos por los cuales mediante los
gastos provee a la satisfacción de necesidades" (autora cit., Hacienda
mencionando y describiendo. Si así fuera, con esta única materia ter­ pública, Aguilar, Madrid, p. 10).
minarla la carrera de abogacía.
Es también positiva, por lo abarcativa y por los sencillos térmi­
Por otra parte, la ciencia de las F.P. brinda, especialmente para
nos en que está vertida, la definición de Baleeiro. Este autor se queja
abogados y contadores, indispensables conocimientos que no volverán
del excesivo número de defmiciones que se han dado sobre las F.P., no
a ser estudiados en ninguna otra materia de sus respectivas carreras.
obstante lo cual brinda la suya. Dice el autor: "Es la disciplina que, por
Es inconcebible que un ahogado o un contador pretenda conocer la
la investigación de los hechos, procura explicar los fenómenos vincula­
materia tributaria sin tener idea de los principios de la tributación, de
dos a la obtención y erogación del dinero necesario para el financiamiento
los efectos económicos de los impuestos, de las necesidades públicas
que dan origen al tributo, de los servicios públicos que se movilizan, de de los servicios a cargo del Estado o de otras personas de derecho públi­
las modernas concepciones presupuestarias o del estado actual en que co, así como los demás efectos derivados de esa actividad gubernativa"
han quedado situadas las fmanzas gubernamentales ante el fenómeno (AHomar Baleeiro, Urna introducao a ciencia das finanw.s, Río de
Janeiro, 1976, p. 22).
globalizador en constante avance.
Siempre sostuve que era dificil e inconveniente el estudio conjun­ En una descripción precisa y ajustada, José María Martín consi­
to de las F.P. y del derecho tributario en un solo curso de un año. Es dera que la ciencia en estudio es "la disciplina que tiene por objeto el
una lástima que ese pensamiento haya conducido a algunas cátedras estudio de la actividad del Estado en sus aspectos políticos, económi­
cos, sociales y administrativos" (autor y ob. cits., p. 28).
de las facultades de Derecho a la supresión lisa y llana de las F.P.,
privando a los futuros abogados de conocimientos indispensables que Sáinz de Bujanda, no obstante colocar a la H.P, entre los equipos
no.les serán impartidos en ninguna otra asignatura. de segunda división, conforme a su tesis ya apuntada, sustenta la idea
En definitiva, mi propósito es el de aportar un grano de arena de que la actividad fmanciera es una parte de la administración públi.
para continuar el esfuerzo de Luqui, Mordeglia, Martín y otros autores ca fuertemente caracterizada por notas peculiares que la diferencian
tendientes a reivindicar a las F.P.luego de los embates de los últimos del resto de las acciones realizadas por los entes públicos. Añade que
tiempos, así como también el de retomar el tradicional nombre con el los tratadistas han considerado esta actividad como el objeto de una
cual nació en Pavia en 1878 (hoy reemplazado por muchos autores por ciencia especial (la H.P.), encuadrada dentro de las disciplinas econó­
la designación, más moderna y "de moda", de economía del sector micas (autor cit., Hacienda y derecho, Madrid, 1962, p. 25).
público) y reiterar que de ninguna manera puede serme atribuída la Ferreiro Lapatza, en posición similar a su maestro, asevera que
idea según la cual quien vaya a estudiar F.P. lo haga con la intención la H.P. en sentido subjetivo es el Estado y los demás entes públicos en
de conocer en forma enciclopédica todos los aspectos de la actividad cuanto obtienen ingresos y realizan gastos; en sentido objetivo, la ex­
fmanciera. pre.sión "hacienda pública" se refiere a la actividad financiera en sí
misma considerada (autor cit., Curso de derecho financiero español,
13!! ed., Madrid, 1991, p. 18).
5. DISTINTAS CONCEPcIONES DE LAS F .P. Para el viejo maestro argentino José Terry, es la ciencia que
estudia la actividad del Estado en sus consumos y productos (gastos y
Ya sea discurriendo previamente sobre las cuestiones que antes recursos), con arreglo a sus legítimas necesidades (autor cit., Finan­
hemos abordado (en nuestro caso, imposibles de omitir), o encarando zas, Bs. As., 1913, p. 19),
directamente el contenido de las F .P. sin demasiadas disquisiciones En una descripción fuertemente inclinada hacia 10 económico,
sobre su existencia, carácter científico y utilidad, diversos autores se Eulogio Iturrioz considera que la ciencia en cuestión se dedica al estu­
han ocupado de definir la mencionada ciencia como necesaria instan­ dio de la economía gubernamental, esto es, de la corriente de recursos
cia inicial indicadora de la temática a abordar por cada uno de ellos, Y gastos públicos. Analiza en general aspectos económicos e institucio­
así como de sus límites y alcances. A nuestro entender, una de las nales y técnicas de instrumentación, y en particular su incidencia so­
80 HÉCTOR B. VI LLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 81

diferencia tanto en cuanto a la esencia de la ciencia ¡manciera como a Lo más probable es que, al desenvolver su actividad financiera,
la posición en que se debe colocar el investigador del fenómeno finan­ el gobernante se atenga al principio de la mutua conveniencia econó­
ciero. mica. Pero si ésa fuese su decisión, no será fruto de un cálculo econó­
Así, Gangemi sustenta que la ciencia de las finanzas es una cien­ mico puro, sino simplemente de un cálculo político, dado que no en­
cia concreta, y como tal no se puede sustraer a estudiar el desenvolvi­ cuentra razones para adoptar un criterio diverso.
miento de la actividad financiera, de sentar juicios de valor y de suge­ No se requieren más explicaciones para que quede clara la natu­
rir soluciones concretas (Lello Gangemi, Tratado de hacienda pública, raleza tanto económica como política de la actividad ¡manciera y, por
Madrid, 1961, t. 1, p. 40, punto 9). ende, de la ciencia de las F .P. que, como veremos, tampoco puede pres­
Según este autor, la distinción entre medios y fines sólo puede cindir del ingrediente jurídico. .
tener contenido didáctico y realizarse para explicar los variados aspec­ Esto es &sí porque el estudio del "cómo" (medios) y del "para qué"
tos de la actividad ¡manc¡era. Pero ambos están estrechamente conec­ (fines) no puede eludir la realidad según la cual los distintos fenómenos
tados, porque los fines implican medios adecuados para alcanzarlos de la actividad financiera (gastos y recursos), la motivación de su ac­
(de lo contrario son una utopía), mientras que los medios no se pueden cionar (necesidades públicas) y el montaje de la organización que satis­
concebir separadamente de los fines que deben servir (lo contrario se­ face tales requeriD:rlentos (servicios públicos) surgen de normas expre­
ría recaudar en exceso o en defecto). En otras palabras, y para este sas constitucionales Y de las leyes que de ella derivan, partiendo de la
autor, la investigación no puede prescindir de ambas realidades y de premisa básica (y razón de ser del Estado) de promover el bienestar
su consiguiente valoración. general (C.N., Preámbulo).
Conforme a 10 que precedentemente hemos expresado sobre la
complejidad del fenómeno financiero dentro del cual están unidos los
aspectos económicos, políticos y jurídicos como los tres vértices de un 7. POLÍTICA FINANCIERA.
triángulo, así como también otros importantes elementos (sociales,
administrativos, técnicos, históricos, etc.), pensamos que la segunda Los estudios específicos sobre política financiera se ocupan bási­
posición está en lo cierto. camente de determinar la elección de los gastos públicos a realizar y de
Nadie niega que esencialmente la ciencia de las finanzas es cien­ los .recursos públicos a obtener para sufragar a aquéllos, en circuns­
cia de medios y que ellos son de naturaleza económica. Los gastos pú­ tancias de tiempo y lugar determinados.
blicos se efectúan para satisfacer necesidades de la colectividad con Toda la actividad financiera presupone una orientación guberna­
medios escasos en relación con esos requerimientos; en consecuencia, mental en cierto sentido, pero las indagaciones especializadas y analí­
adquieren sustancia económica, por cuanto su obtención requiere ticas sobre política ¡manciera ponen el acento en los fines. Esto quiere
un esfuerzo o actividad (ver Raymond Barré, Economía política, Ariel, decir que la selección de gastos y recursos se hace en función de desig­
Barcelona, 1964, t. 1, ps. 29 y ss.). nios preconcebidos que el gobierno desea alcanzar en un momento dado,
Tan cierto como lo anterior es que la obtención de medios y su lo cual lo obliga a adoptar las medidas ¡mancieras con las cuales cree
empleo puede presentar un conjunto de alternativas incompatibles en­ que alcanzará tales objetivos.
tre sí, respecto de las cuales no queda otro remedio que realizar eleccio­ Por eso, los análisis de política ¡manciera se hacen generalmente
nes valorativas de prioridades. Tales valoraciones son necesariamente antes de poner en ejecución las decisiones que han sido aconsejadas
políticas. por los expertos y que han merecido la aprobación del gobernante, como
Por otra parte, si la elección de medios supone una valoración de caminos ideales para Begar a los resultados esperados.
Ímes alternativos y casi siempre incompatibles, es necesario que el No es caprichoso que se tome todo tipo de precauciones previas a
estudioso de las investigaciones (y posible asesor o crítico del gobernan­ las medIdas concretas. Sucede que el tiempo y los medios para conse­
te) llegue a sus propias conclusiones tanto sobre el orden en que deben guir los fines son escasos y pasibles de aplicación alternativa, y los
ser obtenidos los fines pretendidos como sobre la idoneidad de los me­ fines son determinables según un orden de importancia. En otras pala­
dios a emplear para tal propósito. bras, el gobernante se halla ante un abanico de posibilidades, tanto en
Los financistas no se pueden convertir en investigadores de es­ cuanto a los instrumentos a utilizar como al orden de prioridad que
quemas, instrumentos o conceptos ajenos a la variable realidad cir­ debe dar a las necesidades insatisfechas. Todo acto que requiere tiem­
cundante. po y medios escasos para conseguir un fin implica la renuncia a usar­
78 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PúBLICAS 79
..\ .
nes ni juicios. En la medida en que excede este límite, estará dejando
lo CIENCIA DE MEDIOS O DE FINES. de ser científico para entrar de lleno en el campo de la política.
Para este autor, lUla cosa es descubrir y enlUlciar una uni­
Otra de las discusiones suscitada en torno de las F.P., si bien formidad y otra distinta es darle una finalidad. El astrónomo
Jarecida a la que se originó alrededor de la actividad financiera (natu­ -ejemplifica Fasiani- no formula lUl programa de reforma del lUli­
'aleza económica o política), tiene, en este caso, lUl matiz distinto. Lo verso ni expresa juicios acerca del comportamiento de la LlUla o de
(Ue se indaga es lo siguiente: si las F.P. deben ser simplemente lUla Marte; el químico no se exalta por la buena o la mala calidad del hidró­
:iencia de medios que los estudie en su esencia y sin ir más allá de ese geno o del ácido sulfúrico; el fisico no se propone modificar la ley de
;()metido, o si es lícito que avance lUlOS pasos más e indague los fines gravedad. Análogamente, quien estudia fmanzas, yen cuanto lo hace
¡ue llevan al gobernante a tomar sus decisiones. Esta controversia científicamente, no tiene lUl programa ni lUl juicio que formular: sim­
leva a otra, íntimamente vinculada a la anterior y que se resume en plemente, busca las uniformidades de los fenómenos de que se ocupa
os siguientes términos: si en el desarrollo de sus estudios el inveStiga­ Para De Viti de Marco, todas las cuestiones financieras hallan su
lor fmanciero debe incluir sus propias valoraciones sobre los elemen­ solución en teorías económicas. La diferencia consiste en que en vez de
os examinados, o si se debe limitar a su descripción sin efectuar jui­ ser el individuo quien actúa, lo hace el Estado, y en vez de tratarse de
:íos de valor. necesidades individuales, se trata de necesidades colectivas. En cuanto
Recordemos que, según la teoría de Sáinz de Bujanda, el estudio­ a la posición que debe adoptar el estudioso, sostiene: "Como científico,
.0 de las finanzas se debe limitar a recoger y ordenar con fines didácticos, explico y no oculto la conducta del Estado en un determinado momento
o cual llevaría Ínsita la prohibición de valoración alguna sobre los y lugar. Como ciudadano y hombre político, apruebo o combato los fi­
¡lementos que simplemente fueron reunidos y clasificados. nes que el Estado quiere conseguir"'.
Al contrario, Groves explica que en el campo de la H.P. se plan­ Otra serie de autores se muestra en las antípodas de las opinio­
ean muchas preglllltas para las cuales no hay respuestas en que se nes precedentes, y aduce que de nada vale estudiar la economía pura si
.uedan poner de acuerdo críticos razonables y bien informados. Ade­ no se toma en cuenta que el protagonista de la historia es el Estado,
nás -agrega- hay, en este mismo campo, algllllOS problemas cuyas máximo conductor de la comlUlidad, y que actúa según sus designios,
.oluciones dependen de los valores (preferencias, fines, deseos) en que creyendo ver en ellos su contribución al bienestar general .
.e flUlda la opinión del crítico. Es difícil, y lUl tanto egoísta, quizá, Esta corriente doctrinal admite el estudio de los fines del Estado
,retender que los valores que sirven de base a lUl observador sean dentro de la ciencia financiera, así como también los juicios de valor de
uperiores a los que tiene en cuenta otro. El sentido común sugiere que sus cultivadores. Señala Sáinz de Bujanda que incluso autores que
odos los deseos no alcanzan el mismo rango y que ésta no es lUla afirman la naturaleza económica del fenómeno financiero destacan la
uestión que se pueda resolver por mayoría de votos, como una elección importancia que en él ejercen los factores políticos.
autor y ob. cits., p. 21). Para Maurice Duverger (Instituciones financieras, Barcelona,
De las palabras precedentes, se desprende que el autor entiende 1960, p. 17), la utilización de medidas financieras plantea problemas
mposible prescindir de las valoraciones de los observadores, aun cuan­ de ciencia política Estas medidas fmancieras son formas particulares
lo reconoce que, para ciertos filósofos, los valores (romo distintos de los de la autóridad pública, disposiciones especiales del poder del Estado.
techos) y los fines (como distintos de los medios) no pueden dar apoyo a Solamente comprendiendo el aspecto político dentro de las finanzas se
a investigación científica (autor cit.,Fina~as públicas, p. 21). la puede comprender en su totalidad.
Concretando el plUlto, lUla importante corriente doctrinal niega En coincidencia con tal posición, Sáinz de Bujanda explica que si
¡ue la ciencia de las F.P. deba incluír el estudio de los fmes del Estado la actividad financiera constituye lUla parte de la actividad pública, y
. que el estudioso pueda formular valoraciones sobre los fenómenos ésta, a su vez, está integrada por lUl COnjlUlto de servicios destinados
¡ue investiga. Esta orientación lleva a encuadrar la actividad financie­ al cumplimiento de fines de utilidad general, sólo se podrá tener lUl
a en la económica y, por ende, no duda en sostener que la ciencia de concepto preciso de actividad fmanciera partiendo de lUla noción clara
as F.P. es lUl apéndice de la ciencia económica. tanto de la organización estatal como de sus fmes.
Según Mauro Fasiani, quien estudia la ciencia financiera busca La inclusión del elemento político conduce a que se preconice una
as uniformidades de los fenómenos que analiza sin efectuar valoracio- concepción diferente de la que incluye las finanzas en la economía,
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 85
84 HÉCTOR B. VILLEGAS
trumentos deben ser utilizados antes que nada en la contabilidad del
que interviene necesariamente. De esto se desprende que el estudio de Estado, que trata de representar cuantitativamente, y por medio de un
los efectos económicos de la actividad financiera no se debe realizar sistema de cuentas, la actividad económica del Estado y demás entes
como si el Estado se tratara de un extraño que al actuar perturba la públicos. Son de excepcional importancia, asimismo, el control de la
economía. actividad financiera y el análisis exhaustivo de la gestión administra­
El examen de los efectos económicos de la actividad financiera tiva en particular, tanto en las recaudaciones como en las erogaciones
debe clarificar tanto la efectividad de las medidas tomadas como las públicas, todo ello basado en normas jurídicas autorizantes.
perturbaciones producidas por la actividad financiera en la situación Así, por ejemplo, serán materia de análisis tanto el costo de fun­
económica delos particulares. cionamiento de los órganos recaudadores como su rendimiento y la.
El gobernante, como máximo responsable de la marcha del siste­ posibilidad de que éste mejore con una adecuada informatización o con
ma económico, debe tener presentes los efectos de su actividad sobre la una ágil o perfocta regulación normativa. También son de indispensa­
economía en general y sobre las economías de los individuos, y la inda­ ble conocimiento la eficiencia con que se prestan los servicios públicos
gación sobre tales resultados puede ser concebida como el análisis de la y la real utilidad que producen las inversiones gubernamentales, así
adecuación de los medios utilizados a los supremos fines económicos como también el cumplimiento de los objetivos de los respectivos pro­
del Estado. gramas.
Lo anterior, según Ursula Hicks, debe conc1uír en la considera­
ción de los efectos combinados del sistema conjunto de la hacienda pú­
blica sobre la renta nacional, abarcando los efectos que la política fi­ 10. EL ROL DE LOS ASPECTOS CUANTITATIVOS DE LAS FINAN2AS
nanciera tuvo en los ámbitos del gasto corriente, inversión, imposición PÚBLICAS.
y empréstito (autora cit., Hacienda pública, ps. 115 y 116).
En definitiva, la economía financiera examina el aspecto econó­ Tanto en la política como en la economía financiera, como antes
mico de cada decisión que se tome en ese campo, y se refiere concreta­ en la economía general, se ha presentado a menudo la tesitura de quie­
mente a: nes desean prescindir de la tradicional economía cualitativa y sustituírla
a) si los frutos obtenidos fueron los que se tenían en mira según las por la llamada "economía cuantitativa".
Los que se aferran a la primera, o sea, a la "economía literaria",
intenciones del gobernante al realizar determinados gastos públicos;
sostienen que es irrazonable pensar que las apreciaciones subjeti­
b) las repercusiones que tuvieron y siguen teniendo en la econo­
vas de los individuos que participan en la actividad económica son
mía general las detracciones de parte de la riqueza de los particulares pasibles de ser mensuradas. Piensan que de manera alguna el con­
que se operaron en favor del Estado. cepto puede ser sustituído por el número, y que, en consecuencia, la
Esta ciencia, apoyándose especialmente en los principios y fór­ ciencia económica es la ciencia de lo ordinal, pero no puede serlo nunca
mulas elaboradas por la matemática financiera, ha logrado realizar, de lo cardinal. La economía puede proponer tendencias, puede ordenar
en los aspectos señalados y desde mediados del siglo pasado, significa­ la magnitud de la variación de los fenómenos como último límite, pero
tivas investigaciones. no puede pretender ir más allá, cuantificando exactamente esas varia­
ciones.
9. ADMINISTRACIóN o TÉCNICA FINANCIERA.
En contraposición se hallan quienes, como Alfred MarshaU (au­
tor citado por Raymond Barré, Economía política, 1963, t. 1, p. 180),
estiman que "el análisis cualitativo ha terminado la mayor parte de su
A esta especialidad le toca analizar y elaborar normas sistemáti­ tarea; la tarea más grande y más dificil está ante nuestros ojos: la
cas y metodológicas que sean aplicables al elemento administrativo de
economía cuantitativa que debe tener por misión establecer y desarro­
las actuaciones fmancieras, es decir, que tengan como objetivo la solu­
ción de los problemas que se plantean durante la etapa ejecutiva de llar estadísticas significativas".
El economista francés Raymond Barré demuestra que en la polé­
dichas operaciones. mica hay más de complementariedad que de sustitución, debido a tres
Esto significa que, en primer lugar, es misión de los expertos en causas: 1) Todo estudio cuantitativo exige una organización y una se­
el tema incorporar a la actividad fmandera todos los elementos que día lección d~ cifras, es decir, precisa recurrir a una teoña, a un análisis
a día suministra el avance del derecho y de la tecnología. Estos ins- i
- -_ _ _ _ _ _ _ _ _ _f'·· .;:.
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2 Hf:CTOR B.VILLEGAS MANuAli DE FINANZAS PÚBLICAS


I 83

18 con otro destino, lo cual tiene Wl evidente aspecto económico, pero gelo inflacionario WlO de los mayores cánceres de la política económica,

ue se convierte en actividad ¡manciera por la presencia del Estado. y, por último, promover Wl desarrollo económico y social que nos per­

En tal sentido, cabe tener en cuenta que el Estado intervencionista mita acercarnos a los países más evolucionados del planeta. Es de­

a sido sucedido por el Estado neoliberal, el cual, sin embargo, no ha primente observaroque, no obstante los esfuerzos realizados y el se­

mWlciado a Wla cierta interferencia estatal basada, principalmente, guimiento de las recetas de organismos como el Fondo Monetario

n la persuasión y el estímulo. A diferencia del Estado concebido por Internacional, se siguen ahondando las distancias entre los países

LS teorías liberales clásicas, el actual no toma a la sociedad como Wl industrializados y aquellos que cargan con las "culpas del pasado" y

spectáculo que se limita a contemplar sino como Wla materia que que no logran salir del subdesarrollo.

abe contribuír a modelar conforme a las ideas de bienestar, progreso y Un aspecto a cuidar es el hecho de que, a menudo, los propósitos

llidaridad. De tal manera, la política ¡manciera toma en cuenta todas de la política financiera resultan ser incompatibles entre sí y, en la

lS posibilidades de intervención en la economía activa. práctica, uno o varios de dichos propósitos deben ser sacrificados en

Se ha dicho doctrinariamente que la política financiera es Wla aras de la consecución de WlO u otro. Por ejemplo, Wl exceso de necesi­

tencia normativa, una ciencia del "deber ser" económico financiero. dades públicas y privadas insatisfechas que requiere asignar recursos

u estudio se halla íntimamente ligado por los principios de la política para solucionar los problemas más acuciantes puede estar en pugna

::onómica y la política social que están vigentes en un determinado con el objetivo de la estabilización. En tal caso, será dificil decisión del

stado yen un cierto momento histórico (conf. Ferreiro Lapatza, ob. gobernante y de sus asesores optar por el objetivo al que se debe dar

t., p. 30). prioridad.

En lo que respecta al campo económico, la política financiera debe Por eso es que la política financiera difiere radicalmente de la

~leccionar los gastos públicos, no sólo conforme a las necesidades de la economía financiera. Ésta puede dar soluciones óptimas desde el pWlto

oblación, sino también a la capacidad contributiva existente en la de vista del cálculo económico, pero puede llevar a Wla convulsión so­

)munidad. Por otra parte, al establecer el orden de prioridad de los cial que resulte intolerable.

"stos a realizar, tendrá en cuenta cuáles serán más beneficiosos para


lejorar la actividad económica, lo cual dependerá de lo que en ese 8. ECONOMÍA FlNANCIER.A.
tomento se requiera, ya sea incrementar o disminuír el consumo,
loontivar o no la inversión, influír en el destino de ésta, etc. La elec­
ón de los recursos que hallrán de financiar tales erogaciones también Por las razones que acabamos de dar, y así como la política finan­

lIade tener efecto sobre las variables enWlciadas e incluso sobre otras ciera es la ciencia del "deber ser", la economía ¡manciera es la ciencia

que se preocupa de lo que "es" y, en tal sentido, constituye Wla parte de

tesperadas, por lo cual el investigador que aconseje decisiones de polí­ la ciencia económica general.
ca ¡mandera deberá ser cauto en sus apreciaciones. Tampoco cabe
Aquellos investigadores dedicados a la economía financiera ana­

vidar lo que ocurre en el campo social. Con respecto a éste, la política lizan el fenómeno ¡mandero examinando especialmente sus efectos,

scal es la encargada de determinar las categorías o grupos sociales tanto en el plano individual como social (aspectos microscópicos y

lyas actividades no es conveniente promover o, al contrario, aquellas IP.aCroscópicos del hecho financiero).
J.e se quiere incentivar. Lo referido da lugar a importantes decisiones Los estudios sobre economía ¡manciera se realizan generalmente
nancieras respecto del sistema tributario a implementar, a las exen­ después de adoptadas las respectivas disposiciones. A estos especialis­
ones o deducciones tributarias y a la aplicación de las aJícuotas con­ tas corresponde aquilatar las consecuencias de las medidas tomadas,
~nientes para cada actividad, las cuales serán más o menos elevadas juzgar si la elección de medios fue correcta según los fines pretendidos
Informe el grado de interés que tengan tales actividades para la eco­ .y, en su caso, proponer la ratificación o profWldización de aquello que
)mía nacional y para las categorías o grupos sociales. resultó provechoso y las rectificaciones de las acciones gullernamenta­
En esta materia observamos que en la realidad económico-social ; 'les que no resultaron útiles para los objetivos deseados, ante lo cual los
J.e se vive en la actualidad los países de América latina (el nuestro desaciertos e imperfecciones requieren instantáneo remedio.
lcluído) deben tener como meta predominante combatir el desempleo, Por otro lado, hoy se admite que el Estado es Wl sqjeto económico

'atando de lograr y mantener la plena ocupación, así como también el natural como 10 son las economías privadas de consumo o de pro­

Introl de la inflación (política de estabilidad económica), por ser el fla­ llllCCión que se integran en el proceso económico general; es un sujeto

(
88 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 89
él" (autor citado, Finanzas públicas y desarrollo económico, Bs. As.,
1960, p. 93). 10.3. Aspectos contables.
Según Timbergen, las estadísticas,junto con la investigación y
la información, contribuyen a crear la conciencia sobre las ventajas La contabilidad ha ido evolucionando desde su aspecto microscó­
que acarrea el progreso económico y la tan deseada competitividad in­ pico, es decir, aplicado a las individualidades económicas, hasta su
ternacional. Explica este autor que en primer lugar se deben efectuar aspecto macroscópico, mediante el perfeccionamiento de la contabili­
las actividades básicas, las cuales consisten en la obtención de estadís­ dad pública. La diferencia entre ambos tipos de contabilidad hace im­
ticas y la realización de estudios, y que en estos datos deben estar posible toda identificación, ya que "las-contingencias en la microeco­
basadas las distintas actividades que se llaman "programación". nomía son mínimas, pero en el orden de la economía nacional son
A su vez, los re¡:ultados de la investigación estadística y de la infinitas" (Tarantino, Finanzas públicas ... , ob. cit., p. 88).
programación deben ser comunicados a quienes dirigen las F.P.,junto En un prindpio la contabilidad púb1ica tuvo un carácter de mera
con los objetivos de política financiera que se espera obtener. En rela­ contabilidad de caja, pasando luego a ser de tipo patrimonial. Sin em­
ción con este último aspecto, es importante que se proporcione infor­ bargo, es recién luego de la llamada "revolución keynesiana" y del adveni­
mación adecuada (Jan Timbergen,La planeacwn del desarrollo, p. 9). miento de la macroeconomía cuando la contabi1idad pública adquiere su
¿Sobre qué tópicos deben versar principalmente las estadísticas? máxima importancia. Los problemas de los países comienzan a ser
La orientación debe estar señalada por rubros tales como la produc­ enfocados en forma global, y este enfoque necesita del valioso aporte
ción, el comercio, los precios, el ingreso y su distribución. Además, se contable en cuanto conmensura fenómenos de riqueza tales como el
debe preparar un resumen de la estructura de la economía, de la forma capital nacional, consumo, ahorro e inversión.
conocida de las estimaciones del ingreso nacional y de las cuentas na­ Surge entonces el concepto de "contabilidad nacional", el cual trata
cionales. Aun si el material básico es incompleto ono es fidedigno en de unir en un solo instrumento las contabilidades privadas (de indivi­
algunos aspectos, se debe hacer un intento por llegar a tal resumen duos o empresas) y la contabilidad pública (del Estado) como forma de
(Timbergen, ob. cit., p. 10). llegar a expresar la totalidad de los recursos y de los gastos de los
Tres requisitos esenciales se pueden anotar como de fundamen­ diversos componentes de una determinada comunidad nacional.
tal relevancia para que los estudios estadísticos tengan la importancia La contabilidad nacional se puede considerar, entonces, como "la
que las necesidades requieren: descripción cuantitativa y síntesis contable de los hechos que caracte­
1) E] procedimiento estadístico debe contar con una adecuada rizan ]a actividad económica y financiera de un país" (Barré, ob. cit., t.
base matemática y, además, no debe trabajar en base a modelos dema­ 1, p. 192).
siado simplificados (conf. Tarantino, Finanzas públicas ..., p. 92). Se puede comprender bajo dos aspectos: retrospectivo y prospectivo.
2) No se deben subestimar los cambios que se producen en la Desde el punto de vista retrospectivo, la contabilidad nacional
realidad, a la vez que tienen que tener en cuenta la continua aparición analiza situaciones pasadas y se puede efectuar:
de factores técnicos, políticos y psicológicos. La investigación estadísti­ a) en términos de "stocks", permitiendo conocer ]a riqueza y el
ca debe estar en continua evolución y, si bien sería irrazonable exigir capital nacional;
una coincidencia perfecta de la predicción y la realidad, se debe tender b) en términos de flujos, permitiendo conocer los agregados fun­
a la máxima aproximación posible (conf. Timbergen, ob. cit., p. 79). damentales de la vida económica, tales como el producto y la renta
3) Se debe tratar de trabajar en base a datos que sirvan para la nacional.
comparación internacional y que posibiliten ]a colaboración teórico-téc­ Dentro de los aspectos macroeconómicos, los conceptos arriba
nica de organismos y especialistas internacionales. De lo contrario, enunciados, capital nacional, producto nacional, renta nacional, son
"todo intento de presentar sobre una base uniforme los datos financie­ de imprescindible conocimiento para formular una coherente política
ros de un determinado número de países, tropieza con dificultades es­ financiera. No entraremos en estas líneas, sin embargo, en la noción
tadísticas y de concepto que sólo pueden vencerse a costo de tiempo y conceptual y cualitativa de tales elementos de análisis, ni en la pun­
esfuerzo" (conf. J ohn Adler, Recursos financieros y reales para el desa­ tualización de su importancia específica (sobre estos puntos, se puede
rrollo, p. 12). consultar: Barré, ob. cit., t. 1, ps. 198 y ss.; Philip Taylor, Economía
de la hacienda pública, ps. 78 y ss.; Haro]d Somers, Fi1l(Lnzas públicas
e ingreso nacional, ps. 35 y ss.; Simon Kuznets,National income and

,t
HÉcTOR. B.VI LLEGAS MANUAL DE FINANZAS PúBLICAS 87

llitativo. 2) Existe una serie de datos cuantitativos que carecen de actuar de un grupo definido de causas pueda ser completa en sí misma
~rés por sí solos y que sólo tienen sentido gracias a la interpretación y rigurosamente exacta dentro de unos límites claramente def"midos, y
litativa 3) Lo cuantitativo no agota todo el contenido de lo humano. otra es tratar de hacer entrar dentro de los estrechos límites de un
No hay, pues -termina Barré-, medida sin teoría, a la vez que sistema de ecuaciones, un problema de índole compleja. Hay conside­
lpoCO existe teoría sin referencia a conceptos empíricos (ob. cit., tI, raciones importantes que no se prestan fácilmente a su formulación
SO). . matemática. En tales casos, es necesario o no utilizar las matemáti­
Una política financiera encaminada a los objetivos que los go­ cas, o bien deformar la realidad trasformándola y limitándola" (autor
mos deseen obtener, tanto en la priorización de gastos como en la citado, Principies ofeconomics, t 1, p. 559).
x:ión de recursos, aparecería como notoriamente incompleta si no Jan Timbergen (autor citado por Barré, ob. cit., t. 1, p. 182) emite
tuviera ambos tipos de análisis. el juicio más equilibrado sobre la contribución de las matemáticas a la
Desde el punto de vista cuantitativo, 'hay tres aspectos que inte­ ciencia económica
m fundamentalmente: el aspecto de la contabilidad, que retrospec­ Según este autor, en toda investigación económica hay funciones
illlente debe evaluar las situaciones pasadas y que prospectivamente que las matemáticas pueden cumplir indivipualmente o en coordina­
e evaluar previsiones; el de las estadísticas, que permitirán llegar ción con otros métodos o formas de lenguaje, así como también se debe
s cifras reales para que las evaluaciones sean correctas, y el de las admitir que hay otras funciones que las matemáticas no pueden reem­
:;emáticas, las cuales permitirán formular y aplicar adecuadamen­ plazar. Pero se debe destacar como premisa fundamental que hay cier­
)S procedimientos estadísticos. tas funciones que sólo las matemáticas pueden cumplir, las cuales es­
triban principalmente en procedimientos estadísticos. Si bien el
l. Aspectos matemáticos. razonamiento verbal permite proceder a una serie de pasos en los que
cada uno está ligado al anterior, en ciertos casos dicho lenguaje se
Al referirse a la dirección actual que debe seguir el estudio de la muestra impotente para demostrar teorías o fenómenos a los cuales se
;eria tributaria, el profesor Tarantino sostiene la utilidad de la llega por pasos no sucesivos sino simultáneos.
Ilematización que nos viene dada por las matemáticas (autor cit., En tales casos los resultados se podrán traducir en palabras, pero
?cciones actuales para el estudio de la materia tributaria, "Boletín no el proceso por el cual se ha llegado a esos resultados.
a Facultad de Derecho", Córdoba, enero-abril 1964, p. 382).
Quienes se oponen a la utilización de la ciencia matemática par­ 10.2. Aspectos estadísticos.
de los mismos equivocados conceptos de aquellos que sostienen la
ateralidad del análisis cualitativo y que no comprenden que, ne­ La ciencia estadística es un valioso auxiliar de las disciplinas
do a las matemáticas y prescindiendo de ellas, se cierran importan­ económicas.
~ampos de investigación y se dificulta enormemente la compren­ La estadística es la ciencia cuantitativa de las cantidades concre­
de ciertas teorías. Claro que muchas veces la oposición a 10 tas, es decir, de aquellas extraídas de la realidad mediante la observa­
emático proviene de la ignorancia de las matemáticas, y en tal ción de los distintos fenómenos de la vida económica, su clasificación
;ido es oportuna la frase de Pigou: "Las objeciones efectuadas por en grupos homogéneos y su concreción final en cifras.
viduos ignorantes de las matemáticas son parecidas a las que se En los países denominados "en vías de desarrollo", los problemas
ID a la literatura china por aquellos que no pueden leer chino". derivados de la falta de estadísticas suficientes y fidedignas son de
Pero tampoco se puede caer en el extrem.o opuesto, o sea, el de importancia decisiva
:lllos que son más matemáticos que economistas y que, a menudo, Tarantino los pone de relieve al afirmar: "En lo que concierne a
Informan con sus investigaciones, desentendiéndose de su comuni­ los países subdesarrollados, precisan más que ninguno de las estadísti­
~n, o empleando sus conocimientos de ese tipo aun en el caso de cas; existiría una relación inversa de su utilidad en razón del estado de
,os fenómenos que pueden, eventualmente, ser explicados en forma desarrollo, pues, a menos crecimiento, más beneficiosos serán los da­
sencilla. tos para la estructuración de planes informados en las decisiones pre­
El propio Alfred Marshall pone un límite a la utilización de las vias a base de contabilidad y estadísticas, y es, por regla general, en
~máticas: "Una cosa es que la explicación matemática del modo de tales países que tanto necesitan de ese material donde más se carece de
92 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 93

supuesto en el cual está inserto y con las demás instituciones fmancie­


11. DERECHOS FINANCIERO Y TBIBUfARIo.
ras. Las normas que regulan el ciclo ingresos-gastos-presupues­
tos tienen sus indudables elementos unificadores en el fin que persi­
El aspecto jurídico de la actividad fmanciera es objeto de estudio guen, en los principios a los que obedecen, en las relaciones que
del derecho fmanciero. En el Estado moderno es reconocida la exigen­ disciplinan y en los medios de tutela que regulan. El tributo, como
cia de que todas sus manifestaciones de voluntad en el campo adminis­ institución jurídica, es inescindible e incomprensible si lo desgajamos
trativo y las consecuentes relaciones con los particulares encuentren del ciclo total de la actividad financiera (Ferreiro, Curso ... , p. 33).
en las leyes su disciplina fundamental (A D. Giannini, Instituciones Por las atinadas razones que da Ferreiro, el derecho tributario
de derecho tributario, Madrid, 1957, p. 4), participa de nuestra idea según la cual el sector jurídico de conoci­
A tal exigencia debe responder con absoluta necesidad el desarro­ mientos comprendido tanto en el derecho fmanciero como en el tributa­
llo de la actividad fmanciera, ya sea porque se trata de la administra­ rio presenta una perfecta simbiosis o relación existencial con las F.P.
ción del dinero que se sustrae a las economías priva.das para la satis­
facción de las necesidades públicas, ya sea porque la e!1{)rme masa de
riqueza que anualmente se destina a estas finalidades da lugar a una 12. R.E.t.ACIONEs DE LAS FINANZAS CON OTRAS CIENCIAS.
complejidad de relaciones cuyo desarrollo hace indispensable un siste­
ma de normas imperativas que las discipline (ampliaremos estos con­ a) Con la ciencia económica. Dice Salvador Oría que la vincula­
ceptos en el cap. V). ción entre fmanzas y economía es tan estrecha como la que puede exis­
Una parte de la doctrinajurídico-financiera ha expresado su te­ tir en el orden humano entre padres e hijos en la relación biológica de
sis de que los institutos y normas que se encuadran en el derecho fi­ descendencia.
nanciero son heterogéneos. Ello los lleva a sostener ia posibilidad de Ello es exacto, ya que, salvo contadas excepciones, todas las me­
aislar en el ordenamiento jurídico un grupo de normas homogéneas, didas financieras están relacionadas con hechos económicos. Por un
que funciona concatenado en un conjunto orgánico y singularizado, lado, los fenómenos de la actividad económica privada dentro de la pro­
que a su vez está unido a todo un sistema jurídico nacional. Este grupo ducción, circulación y consumo son elementos causales de fenómenos
de normas, regido por principios comunes, puede formar el objeto de financieros. Por otra parte, las teorías de la economía nacional son
una disciplina separada denominada derecho tributario. premisas de las corrientes teóricas y doctrinas financieras.
A partir de esta idea, la mayoría de los juristas dedicados a este Todo conocimiento profundo relativo a la ciencia financiera es
sector del conocimiento han dirigido sus estudios a esta última rama imposible sin referirse de continuo a los principios de la ciencia econó­
jurídica, a la cual se define como el conjunto de normas jurídicas que mica.
se refieren a los tributos, regulándolos en sus distintos aspectos yana­ Incluso la reciente evolución de ambas ciencias ha tendido a es­
lizando las relaciones jurídicas resultantes. trechar más los vínculos. En el campo económico, las actuales teorías
Es por demás conocido que los ingresos tributarios tienen una macroeconómicas, al actuar sobre magnitudes globales, amplían el
desmesurada importancia económica en relación con los restantes in­ campo de acción de la economía Al efectuar globalmente el estudio del
gresos del Estado, lo cual también ha contribuído a despertar la aten­ comportamíento de los grandes sectores de la vida económica, no pue­
ción de los estudiosos. De tal forma, la elaboración científica del dere-­ den prescindir de la preponderante influencia del sector público.
cho tributario ha superado con mucho las aportaciones hechas en otras Por su parte, también la ciencia financiera amplía su contenido
parcelas del saber jurídico-financiero. La elaboración autónoma del y volumen al pasar al Estado neoliberal, que no prescinde de interve­
derecho tributario continúa una brillante tradición científica con nom­ nir activamente en la economía general de ]a nación.
bres rutilantes que han dedicado especialmente su atención a los tri­ b) Con las ciencias jur(dicas. Toda la vida financiera se debe
butos. Como no podía ser de otra manera, y conforme lo reconoce ceñir a formas jurídicas. Las medidas de tipo financiero aparecen nor­
Ferreiro (defensor de la autonomía del derecho fmanciero), el desarro­ malmente bajo forma de leyes y se refieren a hechos jurídicos, de lo
llo científico del derecho tributario ha resultado "desproporcionado" en cual se desprende que no se puede comprender la naturaleza y función
relación con el propio derecho financiero. de la ciencia de las finanzas sin referirse a lo jurídicamente existente.
La evolución de los estudios tributarios ha favorecido la postura Dentro de la ciencia jurídica, las finanzas tienen especial vincu­
aislacionista, pero el tributo tiene su entronque evidente con el pre- lación con el derecho administrativo.
"

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( HÉCTOR B.VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS


) 91
( 'l..
8 eomposition, Nueva York, 1941), ya que ello no es tarea que corres­ nacional, el presupuesto económico tiene una influencia considerable
:mda a la contabilidad nacional. Sí es de su incumbencia, en cambio, en la evolución de la economía, influencia que es independiente de toda
evar a cifras tales conceptos. consideración doctrinal, ya que es un hecho del que no se puede pres­
Con respecto al capital nacional, cabe decir que durante mucho cindir: no porque lo~ gobiernos o los súbditos lo aprueben o desaprue­
\ empo se imaginaron métodos para evaluarlo, pero éstos tuvieron el ben es menos real.
~fecto de ser vagos e imprecisos (un estudio detallado de estos métodos La única cuestión estriba, pues, en saber si el Estado, conciente
~ puede ver en Francisco Nitti, Principio de la ciencia de la hacienda, de tal influencia, la utilizará para el interés general esforzándose en
s. AB., 1931. Nitti explica los métodos de De Foville, León Say, que el presupuesto no perturbe la buena marcha del país, o, al contra­
'eumark y Gifl'en), siendo sustituídos por el moderno sistema de ba­ rio, la favorecerá., o bien si, en cambio, rehusando conocerla y orientar­
mce nacional, que es la resultante de la combinación de los balances la, correrá el riesgo de causar graves perturbaciones.
e todas las unidades económicas que componen la nación. CA tal efec­ Es evidente que sólo se puede admitir la primera solución, y ello
" las unidades económicas se clasifican en tres grandes categorías: a) hace indispensable -al decir de Duverger (Maurice Duverger, Institu­
LS unidades finales que son privadas o públicas; b) las unidades inter­ ciones financieras, p. 233)-la utilización de cuentas prospectivas, ya
ledias; e) el extranjero). que sólo éstas permiten conocer la vida económica de la nación y la
A los efectos de evaluar el producto y la renta nacionales se cono­ influencia sobre ella de una decisión presupuestaria.
~ el sistema de Cambridge, también llamado "contabilidad del produc­ Además estas cuentas sirven para determinar, a partir de dife­
) nacional bruto", el cual fue elaborado por Richard Stone y otros eco­ rentes hipótesis, un cierto número de equilibrios globales posibles en el
omistas británicos. Este método se complementa con otros dos curso del próximo año, de lo que se pueden deducir las posibles tensio­
osteriores: el sistema denominado"Análisis de las relaciones interin­ nes económicas. Por último, permiten aclarar las decisiones del gobier­
ustriales", desarrollado por W. Leontief, yel sistema de "Contabilidad no respecto de la vida económica y estimar la coherencia de éstas en
n flujos monetarios", original del norteamericano M. Copeland. relación con situaciones observadas en el pasado.
(, Estos dos últimos sistemas tienden a favorecer el análisis me­ No deben ser confundidas las cuentas prospectivas con el tradi­
iante la descomposición de los agregados totales y de las cantidades y cional presupuesto de las naciones ni con una planificación económica.
ujos globales. Desde el primer punto de vista, no se trata de sustituír el
Desde el punto de vistaprospectivo,la contabilidad nacional es presupuesto del Estado por el presupuesto económico de la
n instrumento de previsión que trata de indicar cómo se efectuará la nación, sino de preparar el primero a la luz de los datos suministra­
istribución de los bienes disponibles en un período futuro. Es lo que se dos por el segundo, cuya misión es meramente informativa, sin que
enomina generalmente con el nombre de "presupuesto económico de esta orientación signifique alterar las reglas clásicas que rigen el pre­
1 nación" o "presupuesto nacional", que se examinará en los capítulos supuesto tradicional (sobre las vinculaciones y diferencias entre presu­
lrrespondientes. , puesto financiero y presupuesto económico o nacional, ver un más amplio
La técnica de la contabilidád nacional prospectivá estuvo ligada desarrollo en el cap. XIII, punto 4).
los progresos en los estudios relativós al producto nacional bruto y la Desde el segundo aspecto, el presupuesto económico es de gran
enta nacional, ya que los adelantos repercutieron lógicamente en el utilidad para una planificación, pero no es lo mismo, ya que esta últi­
crecentamiento de la validez de los resultados, eliminando los errores ma significa una elección que deberá hacer el poder político, mientras
erivados de las excesivas simplificaciones. que el presupuesto es sólo un estudiocontallle de previsiones que per­
Estas cuentas prospectivas se establecen a partir de una repre-­ mitirá llegar a esa elección en forma coherente.
entación simplificada de laactividadecortómica suministrada por la La importancia de la contabilidad nacional en atinencia a los
:mtabilidad nacional retrospectiva y se fundan en la existencia, den­ problemas que plantea la hacienda pública se puede inferir de las pala­
ro del devenir económico, de ciertas relaciones de tipo estable. bras que siguen: "Toda posibilidad presente de aplicar criterios finan­
La utilidad del "presupuesto económico de la nación" es suma­ cieros y políticos encauzados hacia el progreso económico debe tener un
lente significativa, sirviendo de guía para la política económica y para punto de partida, la contabilidad nacional, aunque parta de elementos
1 formación del presupuesto del Estado en particular. rudimentarios ... " (Tarantino, ob. cit., p. 90).
En los Estados modernos en los cuales el volumen de los gastos
úblicos es considerable y la presión fiscal supera el tercio de la renta
e
\,
97

CAPÍTULO V
EL DERECHO DE LA HACIENDA PÚBLICA

1. LAs AGRUPACIONES HUMANAS Y LAS NORMAS.

Desde tiempos inmemorables, fmanzas y normas han estado uni·


das. En algunas épocas la vinculación fue leve, pero nunca dejó de
existir.
Cuando el actual dominador del planeta Tierra se dio cuenta de
que era imposible la supervivencia solitaria y de que era necesario
unirse con otros seres semejantes, fue advirtiendo varias cosas: que
debía satisfacer requerimientos elementales (el principal de ellos, la
comida), que esas necesidades se cubrían mejor actuando en grupo
(p.ej., los animales se cazaban más fácilmente), que eran imprescindi·
bIes ciertas reglas de convivencia (entre otras cosas, para que los inte­
grantes no se comieran entre sí), y que alguien debía estar por encima
de los demás para hacer cumplir esos cánones elementales.
Estas realidades fueron posibles cuando mediante la mutación
biológica de millones de años apareció el contradictorio y caprichoso
mono evolucionado llamado "hombre", el cual añadió la inteligencia al
instinto natural de conservación de los seres vivientes.
La inteligencia no fue tanta como para percatarse de que su in­
superable tendencia a la autodestrucción lo conducirá probablemente,
a que su paso por la Tierra (o lo que quede de ella) sea muy fugaz en
relación con la edad del mundo y con otras especies vivientes.
Al inicio de estas líneas dimos cuenta de la necesidad de un orde­
namiento normativo para los individuos agrupados. Primero, para arre­
glar los conflictos internos del grupo; segundo, para resolver sus rela­
ciones con el jefe, y tercero, para intentar que ese jefe no fuera
excesivamente abusivo en relación con los gobernados.
Esto derivó en un conjunto de preceptos de distinto tipo. Los pri·
meros fueron los de simple acatamiento a los fenómenos naturales (como
p.ej., la ley de gravitación, la de que el calor dilata los cuerpos, la de
que la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta, etc.),
porque descubrieron que eran de cumplimiento cons5;mte e inmodifi­
cables.

¡
A.
98 HÉcTOR B. VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 99
.\,.

De ahí surgieron las leyes naturales, como juicios enunciativos vigente de ese país (ver Eduardo García Máynez, Introducci6n al estu­
de las relaciones indefectibles que existen en la naturaleza. dio del derecho, Méjico, 1998, ps. 4 y ss.).
Hubo normas morales (p.e,j., la que impone honrar a los padres)
y religiosas (p.ej., los diez mandamientos) que cambiaron según la co­
munidad que las adoptó, pero que, generalmente, fueron de cumpli­ S. LA ACTMDAD FINANCIERA Y LAS NORMAS J1.IlÚDICAB.
miento espontáneo.
Hubo también pautas éticas que requerían del consentimiento El círculo de la conexión "norma-finanzas" cierra no bien caemos
del obligado (p.ej.; las distintas clases de saludos) y otra serie de guias en la cuenta de que el requerimiento primario de contar el grupo con
de comportamiento, así como también convencionalismos sociales que normatividad suficiente es uno de aquellos requerimientos que, para
la costumbre, la conveniencia o la moda fueron imponiendo. ser satisfechos, requieren gastos públicos. A su vez, las necesidades
públicas son el presupuesto de las erogaciones gubernamentales y. por
tanto, de toda la actividad financiera, materia de estudio de las finan­
2. LAs NORMAS JtJRfDlCAB. zas públicas.
Así, pues, y desde tiempos remotos, el príncipe requirió normas y
No obstante, cuando al inicio de la obra (cap. 1, punto 2) habla­ finanzas.
mos de un ordenamiento normativo que regulase las conductas recí­ En su momento dijimos que superada la estéril discusión sobre si
procas de los individuos entre sí y con los ocasionales gobernantes, nos la actividad financiera es exclusivamente económica o exclusivamente
referíamos a otro tipo de normas: las jurídicas. política, correspondía añadir a ambos fenómenos el ingrediente jurídi­
Las particularidades de estas reglas pueden ser resumidas así: co que proporciona el cauce legal por el cual forzosamente debe transi­
1) Tienen carácter obligatorio y, por tanto, no hay libertad de los tar el accionar financiero del ente público (cap. 1, punto 11).
individuos de acatarlas o no. De tal conjunción surgen por 10 menos algunas consecuencias
2) Dichas reglas imponen deberes o conceden derechos, ya que básicas:
su fin consiste en provocar cierlos comportamientos y prohibir otros. a) que los gastos del Estado deben estar calculados, previstos y
3) Tales normas sé hallan forzosamente referidas a seres libres, autorizados por la ley;
es decir, a entes capaces de optar entre la violación y la obediencia. b) que el Estado sólo puede obtener sus distintas clases de ingre­
4) La fuerza obligatoria de estas normas no depende de lajusti­ sos (especialmente los tributarios) y administrar tanto su patrimonio
cia intrínseca de lo prescrito, sino de ciertos elementos extrínsecos re­ como dichos ingresos mediante procedimientos íntegramente regula­
lativos a la forma de creación de cada precepto y del poderío del jefe dos por el orden jurídico vigente;
(después gobierno) para lograr su acatamiento (coercibilidad). e) que reaparece con plena vigencia el recién visto concepto de
5) La norma manda que algo ocurra en determinada forma, 10 normas jurídicas, que en las modernas democracias occidentales (úni­
cual no implica indicar que así es como deben ocurrir las cosas. Que co campo de este estudio) comienzan con las máximas constitucionales
un pueblo fuerte sojuzgue a uno débil y las normas del primero obli­ y se continúan con la legislación común;
guen a pagar tributos abusivos a los segundos no demuestra que así d) que el funcionamiento de esta normatividad genera múltiples
debe suceder, sino, simplemente, que así sucede. (Es como la norma vínculos jurídicos enlos que Administración y administrados son sus
del mundo animal según la cual el pez grande se come al pez chico.) protagonistas (ver cap. IV, punto 2.5);
6) La norma posee éoercibilidad. Quien ostenta el poder tolera e e) que tal conjunto normativo es rector de lo que el orden jurídico
incluso prescribe el uso de la fuerza como medio de conseguir la obser­ vigente de un país tiene preceptuado sobre el desenvolvimiento de la
vancia de los preceptos. Esto sucede si la norma no es espontáneamen­ actividad fmanciera, es decir, es el derecho de la hacienda pública.
te acatada, lo que da lugar a que determinadas autoridades obtengan Su estudio profundizado corresponde a lo que ha sido llamado en
coactivamente el cumplimiento. general "derecho financiero" ("diritto finanzisrio" en Italia, "droit
7) El conjunto de normas que impone deberes o concede derechos financier' en Francia, "financiallaul' por los anglosajones, "finanzreeht"
en una cierta época y para un determinado país, al cual la autoridad en Alemania).
declara de obligatorio cumplimiento, constituye el orden jurídico
,:1t,"

100 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 101

"la disciplina que tiene por objeto el estudia' sistemático de las normas
4. EL DERECHO FINANCIERO. NOCIÓN, DENOMINACIóN y ORIGEN. que regulan los recursos económicos que el Estado y los demás entes
públicos pueden emplear para el cumplimiento de sus fines, así como el
Conforme acabamos de ver, por 10 general se da el nombre de procedimiento jurídico de percepción de los ingresos y de ordenación de
"derecho financiero" al conjunto de normas jurídicas que regulan la los gastos y pagos que se destinan al cumplimiento de los servicios
actividad financiera del Estado. públicos" (autor cit., Hacienda Y derecho, ob. cit., t. 1, p. 33).
Este nombl"e es el más popular, ya que no han faltado autores El autor español Gutiérrez de Acanoescribe que la ciencia de la
que han alU(:¡idü este grupo de normas como "legislación de la hacien­ hacienda da paso a la "creación de un derecho financiero o derecho
da pública" ü como "derecho de la hacienda pública" (ver Ferreiro fiscal, que está formado por el conjunto de principios jurídicos Y dispo­
Lapatza, Curso.,., ob. cit., p. 39). siciones positivas referentes a la hacienda pública, y que modernamen­
Claro está que, como señala Ferreiro Lapatza, definir a este sec­ te presenta ya los mismos caracteres que cualquier otra rama de la
tor del conocimiento simplemente como un conjunto normativo regula­ enciclopedia júrídica, con su derecho sustantivo, constituyente o
dor de la act;"liaad financiera parece demasiado poco. Para analizar si constituído, y su derecho adjetivo o procesal, con la creación de tribu­
esto es así", ,~eo necesario referinne a otras definiciones y nociones que nales propios" (autor cit. por Sáinz de Bujanda,Hacienda ... , t. 1, p. 30,
se han delinea,',) sobre el punto. En tal sentido, la disyuntiva es si una nota 29).
ciencia se ciebe áefinir por lo que en realidad es, o bien por una descrip­ Sucinta es la definición de A. D. Giannini, quien considera al
ción de su contenido. D.F. como aquella parte del derecho objetivo que regula la actividad
La dificultad definitoria se da en todas las ciencias, puesto que financiera del Estado (y de los otros entes públicos) y que se puede
definir no es otra cosa que indicar los límites dentro de los cuales se definir como "el conjunto de normas que regulan la obtención, la ges­
quiere mantener un material de análisis, yesos límites siempre serán tión y el empleo de los medios económicos necesarios para la vida de los
considerados arbitrarios por alguien. entes públicos" (autor y ob. cits., ps. 4 y 5).
Creo que ambas modalidades de explicar la noción de derecho Un clásico de la hacienda pública, Pío Ballesteros, establece que
financiero (en adelante, D.F.) son útiles y brindaremos las que nos en el D.F. "se estudia, ordenada y sistemáticamente, cuando atañe a la
merecen mayor interés. ordenación legislativa en materia de ingresos de derecho privado o pú­
Gustavo Ingrosso escribe que el D.F. es "el complejo de las nor­ blico --en éstos, las tasas, contribuciones especiales e impuestos-,
mas jurídicas que regulan la actividad del Estado y de los entes meno­ crédito público, organización administrativa, presupuestos y contabili­
res de derecho público, considerada en la composición de los órganos dad" (autor cit., Manual de hacienda pública, Madrid, 1940, p. 22).
que la ejercitan, en la ordenación formal de sus procedimientos y de Vemos, en la concepción de este autor, la idea de la misión del
sus actos, y en el contenido de las relaciones jurídicas que la misma D.F. que suministra conocimientos útiles y referentes sistemáticos a
hace nacer. Ésta es la materia de estudio del derecho fmanciero, enten­ la ordenación legislativa de la hacienda pública.
dido como disciplina científica" (autor cit., Dintto finanziano, Nápoles, Francisco Carrera Raya sostiene que en una aproximación ini­
1956, ps. 7 y 8). cial observamos cómo existe un sector de la realidad que calificamos de
Para Mario Pugliese, "el D.F. es la disciplina que tiene por objeto financiera y que viene regulada por un conjunto de normas jurídicas.
el estudio sistemático del conjunto de normas que reglamentan la re­ De esta forma, identifica al derecho financiero como aquel sector del
caudación, la gestión y la erogación de los medios económicos que nece­ ordenamiento jurídiCO que regula la actividad financiera de los entes
sita el Estado y los entes públicos para el desarrollo de sus actividades, públicos (autor cit., Manual de derecho financiero, Madrid, 1993, t. 1,
y el estudio de las relaciones jurídicas entre los poderes y los órganos p.24).
del Estado, entre los ciudadanos y el Estado y entre los mismos ciuda­ El maestro argentino Carlos Giuliani Fonrouge caracteriza al
danos, que deriva de la aplicación de esas normas" (autor cit.,Institu­ D.F. como el conjunto de normas jurídicas que regulan la actividad
dones ... , ob. cit., p. 22). Estas dos últimas caracterizaciQnes son am­ financiera del Estado en sus diversos aspectos: órganos que la ejercen,
plias y contienen referencia al contenido, principios, relaciones y medios en que se exterioriza el contenido de las relaciones que origina
preceptos que regula el derecho fmanciero. (autor y ob. cits., t. 1, p. 30).
Fernando Sáinz de Bujanda desea una fórmula que abarque el El eximio tratadista Ezio Vanoni sostiene lo sig\liente: ''D.F. es el
ciclo completo del fenómeno financiero. Entonces define el D.F. como conjunto de normas que regulan la actividad del Estado y de las enti­
02 HÉCTOR B.VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 103
.1.
ades públicas destinadas a procurarle los medios económicos necesa­ En estas últimas (vinculaciones entre Estado y particulares) el Estado
íos para hacer frente a las necesidades públicas" (autor cit. por Giuliani puede asumir un papel de sujeto activo, como cuando pretende de los
'onrouge, ob. cit., t. 1, p. 30). particulares sumas tributarias, o un papel de sujeto pasivo, como cuando
Yendo al origen de la disciplina, el primer estudioso que dio fiso­ resulta deudor a consecuencia de un empréstito.
omía propia al D.F., Myrbach Rheinfeld, defmió a principios del siglo También surgen relaciones jurídicas con motivo del empleo de
1D.F. como "las normas de derecho público positivo que tienen por los fondos estatales en los destinos prefijados presupuestariamente,
bjeto la reglamentación de las finanzas de las colectividades públicas relaciones que se generan habitualmente entre el Estado y sus subor­
~stado y otros entes) con administración propia existentes en el inte­ dinados (p.ej., las derivadas de la ejecución del gasto público en sus
ior de aquél" (autor cit. por Giuliani Fonrouge, ob. cit., t. 1, p. 24). diversas etapas).
Si nos atenemos a la realidad de lo que debe regular este sector
el saber, nadie puede negar el acierto del creador de la disciplina cuando 5.3. Las relaciones financieras y las normas jurtdicas.
:l refiere a la "reglamentación de las fmanzas". Creemos que la deno­
linación "derecho de la hacienda pública" es más precisa y correcta Las múltiples y variadas relaciones jurídicas referidas toman
ue la de "derecho financiero". necesaria la existencia de preceptos normativos reguladores tanto de
El vocablo "fmanciero" presenta alguna ambigüedad, puesto que la estructura de la organización estatal como de cada relación a nacer
~ puede emplear correctamente para aludir a las operaciones banca­ con motivo de la acción desarrollada. La necesidad de preceptos norma­
,as, bursátiles y negociales. No obstante, en el terreno científico, la tivos surge a poco que se recuerden nociones fundamentales sobre de­
enominación es prevalen te y por tanto aceptamos su uso. recho, cuyo objeto son las conductas humanas en interferencia, que,
Por nuestra parte, definimos al D.F. como el conjunto de nor­ por tanto, deben ser normadas. Si toda acción humana puede ser con­
~asjur(dicas que regula la actividad fmanciera, orgánicamente con­ siderada en su interferencia con otras acciones humanas, y si ello da
derada, y las relaciones a que dan lugar la adquisición, conserva­ lugar a relaciones que se deben regir por normas, las acciones huma­
'ón y empleo de los medios económicos del Estado. nas que desarrollan actividad fmanciera no son una excepción. Esas
acciones no se pueden sustraer a ser encauzadas por preceptos que son
mandatos expresos del "deber ser", que son las normas jurídicas.
CARACTERES DEL DERECHO nNANCIERO.
De la actividad financiera en movimiento se desprende que las
facultades estatales y particulares no pueden tener existencia como
Resumimos los siguientes puntos distintivos: facultades protegidas por el orden social vigente, sin normas jurídicas
que las establezcan. No puede ser de otra forma, ya que, dentro del
.l. Actividadjurtdica. concepto de comunidad organizada, la posición de todos y cada uno de
los integrantes de esa comunidad, así como sus atribuciones y deberes,
Según se ha podido apreciar de las definiciones aportadas, ellas deben ser asignados por el derecho en virtud de sus normas. No habría
!inciden en que el D.F. regula la actividad financiera estatal. organización posible de la comunidad sin ese requisito, ya que es el
Esto significa que dicha actividad constituye el objeto del D.F., derecho, como "técnica social", el que induce al individuo a abstenerse
~ro sólo en tanto pueda ser considerada actividad jurídica. de la actuación indebida (o no deseada por la comunidad) en la esfera
de los intereses de los otros. Si tal interferencia existe, la comunidad
2. Las relaciones financieras. organizadá reacciona mediante la sanción. Estas nociones concuerdan
con la caracterización de las normas que hicimos anteriormente (pun­
De lo anterior se desprende que el desenvolvimiento de la activi­ to 2 de este capítulo).
id financiera crea relacione s jurídicas, relaciones que son múltiples y
~ muy variada índole. En líneas generales, son tanto las que surgen
ltre los distintos órganos públicos entre sí como consecuencia de la 5.4. El derecho financiero es Mrecho público.
aterialización de fenómenos financieros (p.ej., el aporte del Tesoro Cualquiera que sea el criterio que se utilice para distinguir el
iciona} para cubrir el déficit de una empresa pública), como las que derecho público del derecho privad<., no puede caber duda alguna de
; originan, por causas financieras, entre el Estado y los particulares. que la disciplina en estudio pertenece al derecho público.
104 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 105

Ello porque las normas financieras no están destinadas a aten­


públicas, al tiempo que esta disciplina tiene por objeto de sus estudios,
der directamente a las necesidades de los particulares, sino a normar
según ya hemos visto, la actividad financiera del Estado, la cual hoy
el poder estatal de mando en el campo financiero (poder financiero), lo
sólo se concibe bajo el gobierno de las normas elaboradas por aquél Por
cual le permite actuar como regulador general en cuanto a la debida
ello, entre el derecho fmanciero y la ciencia de las finanzas públicas
atención de las necesidades que esos particulares tienen, pero no aisla­
aparece una relación que conceptuamos más profunda que una de mera
damente sino como integrantes de la comunidad jurídicamente orga­
complementación, clasificable como una perfecta simbiosis o unarela­
nizada. ción existencial (éoM. Martín, ob. cit., p. 32). Concordamos con esta
Explica acertadamente Giuliani Fonrouge que a pesar de la evo­ aseveración teniendo especialmenie en cuenta que, según el Dicciona­
lución sufrida por el derecho en los últimos tiempos y de la acentuación rio de la lengua, hay simbiosis ante la "asociación de organismos de
de los elementos económico y social que permite a!udü a una especies diferentes en la cual ambos asociados sacan provecho de la
comercializaci6n o a unaproletarizaci6n del derecho, se mar,tiene la vida en común".
clásica división entre derecho público y derecho privado. El límite Tanto el derecho como las finanzas se asocian en el D.F. y obtie­
demarcatorio no es tan absoluto como antes, pues por una especie de nen réditos de su sociedad; la materia prima de las normas jurídicas
simbiosis ambos aspectos se hallan interpenetrados, generalmente en fmancieras está proporcionada por la ciencia financiera, y esta última
detrimento de lo privado -publizaci6n del derecho-; no obstante, no se puede movilizar sin las normas jurídicas que regulan su accio­
ambas categorías juridicas subsisten y, por ello, el derecho financiero nar.
se debe atribuír al derecho público, ya que su fmalidad es la actividad
del Estado, que persigue fines de interés colectivo.
6. CoNTENIDO.
5.5. Es u.na rama del derecho no anómala.
El análisis de este tema requiere prevenir al lector que el D.F. no
El D.F. no es un derecho excepcional, sino absolutamente nor­ constituye un sistema de relaciones homogéneas, sino un conjunto de
mal. En realidad no es concebible una ley más normal que aquella que . relaciones de diversa naturaleza que tiene en común el hecho de refe­
regula la actuación del Estado, procurando los medios económicos que
en el pasado, en la actualidad y siempre serán indispensables para la
rirse a las múltiples actividades que el Estado desarrolla en el campo
fmanciero.
t
existencia de la organización política de la sociedad. Ello no obstante, existe una especie de consenso docente y doctri­
nario. Cuando la materia debe ser objeto de estudios universitarios, se
5.6. Aspectos orgánico y funcional del derecho financiero. acuerda acotarla a sus aspectos básicos e imposibles de eludir, dejando
otros aspectos más especializados y profundos para ser analizados por
Dos aspectos fundamentales se deben enfatizar entre los caracte­ la doctrina general de alto vuelo o por la especializada en ciertos tópi­
res del D.F: uno orgánico y otro funcional. No sólo regula las rela­ cos (p.ej., la regulación jurídica monetaria). .
ciones jurídicas que son consecuencia de la obtención por el Estado de Con tal prevención, y siguiendo en líneas gf'nerales el pensamiento
los medios económicos necesarios para cubrir los gastos públicos (as­ de Sáinz de Bujanda, incluímos dentro del D.F. los siguientes se~res:
pecto funcional), sino también el conjunto de éstos como patrimonio y 1) La ordenación jurídica de los recursos económicos del Estado
la actividad atinente a su conservación, reduciendo el derecho a uni­ constituye una parte fundamental de esta disciplina. Es, sin duda, la
dad formal la gestión económica del Estado (aspecto orgánico). que ofrece una conexión más proñmda con la ciencia financiera y, me­
diante ella, con la teoría económica y monetaria.
5.7. El derecho financiero tiene una vinculación simbiótica 2) La segunda parte de este sector jurídico tiene por objeto el
con las finanzas públicas. estudio de las normas que regulan la gestión financiera. Están com­
prendidas en ella la ordenación jurídica del presupuesto del Estado y la
La relación entre el D.F. y las finanzas públicas es algo más que de los actos administrativos mediante los cuales se obtienen los ingre­
una vinculación entre distintas ramas del conocimiento humano. Esto sos y se ordenan los gastos, y los pagos que se origi~ en el cumpli­
es así porque el D.F. halla la materia viva o el germen de todos sus miento de los servicios públicos (ver Sáinz de Bujanda, Hacienda y
postulados en los principios elaborados por la ciencia de las finanzas derecho, ob. cit., t. 1, ps. 33 y ss.).

I
106 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 107
:...

Especial relevancia tiene en este tema, referido al contenido, de­ b) En segundo lugar, el elemento de la juridicidad se vuelve a
jar establecido que la materia propia del derecho financiero es la regu­ hacer presente en el momento de la planificación, cálculo o estimación
lación jurídica del procedimiento de obtención de medios económicos del gasto que debe satisfacer una necesidad pública. Ese cálculo se
del Estado, desde su adquisición hasta su empleo, y por eso, dada su realiza, según se habrá de estudiar oportunamente, mediante una ley
complejidad, abarca varios sectores diferentes. que se conoce bajo la denominación de Ley Anual de Presupuesto Gene­
De lo anterior se desprende que para el D.F. la hacienda pública ral de la Nación.
es un ciclo entre ingresos y gastos públicos, relacionados entre sí por e) Finalmente, la tercera manifestación de lajuridicidad del gasto
medio de un plan jurídico exteriorizado en forma contable y monetaria, público está referida a un momento posterior al de su ejecución o mate­
que es el presupuesto, cimiento básico de toda la actividad económica rialización, o sea, el que se identifica con la verificación o control de su
del Estado, puesto que sólo los gastos autorizados por él se pueden ne­ adecuada gestión, lo cual, en nuestro derecho y por disposición consti­
var a cabo. De ello resulta que son objeto de especial estudio los postu­ tucional, es conocido bajo la denominación de "cuenta de inversión".
lados fundamentales del presupuesto, su naturaleza jurídica y su pro­
ceso vital, el cual comienza en la preparación y finaliza con la aprobación 6.2. Lajuridicidad de los recursos públicos

de su ejecución por el Congreso de la Nación. Especial importancia, en la normativa argentina.

dentro de esta temática, tiene lo relativo a sus controles (interno, ex­


terno y parlamentario). a) Al igual que sucede con los gastos, la legislación administrati­
No puede quedar de lado en esta enumeración del contenido la va tmanciera (ley 24.156 y concordantes) contiene importantes disposi­
teoría del gasto público, que consiste en el procedimiento de aplicación ciones generales respecto a los recursos públicos en general, los cuales
de los ingresos a los fmes del Estado, surgiendo actualmente alIado de veremos más adelante.
las relaciones activas, cuyo modelo es la relación jurídico-tributaria, b) La ley recién mencionada proporciona el significado de 10 que
las relaciones pasivas, inversas en su estructura a la anterior. se debe entender como "recursos" en el campo presupuestario, y contie­
Como conclusión del punto, hemos observado que el Estado nece­ ne, además, directivas sobre sus clasificaciones y otros aspectos no
sita medios económicos para atender a sus fines; la relación entre sus menos relevantes.
ingresos y gastos ha de ser expresada por medio de un plan jurídico de e) De la misma manera que sucede con los gastos públicos cuan­
actuación, y toda la actividad necesaria para adquirir, conservar y do se ejecuta el presupuesto, impera el principio de las cifras brutas,
emplear esos medios económicos exige una organización administrati­ estando prohibidas las compensaciones (p.ej., no se puede descontar
va adecuada que se pueda relacionar con los particulares y sea espe­ del producido de los impuestos nacionales el costo de funcionamiento
cialmente fiscalizada para observar el principio de legalidad. Cada uno del órgano recaudador, AFIP).
de los aspectos de este fenómeno da lugar a una serie de normas de d) Como antes se ha visto, los tributos dependen de leyes ajenas
derecho púb1ico, dentro de una rama, el D.F., cuyo mérito consiste en al presupuesto y su regulación jurídica es estudiada por el derecho
poderlas agrupar separando el aspecto económico de su contenido del tributario, en el cual adquiere importancia decisiva el principio de le­
aspecto jurídico. Ciertamente esta materia resulta heterogénea, aun­ galidad. El resto de los recursos estatales se rige, a su vez, por normas
que igual sucede en otras ramas del derecho administrativo. jurídicas diferentes, pero en todas ellas está presente dicho principio de
legalidad.
6.1. Lajuridicidad del gasto público
en la República Argentina. 7. AuroNOMÍA DEL DERECHO FINANCIERO.
En nuestro país, la juridicidad de los gastos públicos tiene una
triple manifestación: Se ha discutido demasiado sobre si el D.F. es autónomo en rela­
a) En primer término, su régimen está regulado por la ley de ción con otras ramas del derecho. Confieso que, a esta altura de los
administración fmanciera del sector público nacional 24.156, según la tiempos, me pregunto si las consecuencias teórico-prácticas de la solu­
cual los presupuestos comprenderán todos los recursos y gastos previs­ ción a que se arribe son tan importantes como para justificar los millo­
tos para el ejercicio, los cuales figurarán por separado y por sus mon­ nes de neuronas y litros de tinta que se han consumido para dilucidar
tos íntegros, sin compensaciones entre sí (art. 12). un tema sobre el cual, en definitiva, nadie se ha puesto de acuerdo.
108 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 109
Dos acotaciones previas se imponen:
las concepciones que ven un todo autónomo en el D.F. han permitido la

a) El concepto de autonomía dentro del campo de las ciencias


elaboración de una doctrina de valor científico y de una literatura que,

jurídicas es equívoco y adolece de una vaguedad que dificulta la valora­ aunque no tan abundante, tiene alto mérito.

ción de las diferentes posiciones. No se trata de un concepto que tenga


para todos la misma significación, sino que, al contrario, según la pos­
tura en que se colocan muchos de los que han tratado el tema" ha 8. FuENTEs DEL DERECHO FINANCIERO.
surgido una diferente concepción de lo que realmente significa autono­
mía para una parte del der€:cho. Tienen ese carácter los medios generadores de las normas que

b) La conclusión ad.ersa a la autonomía del D.F. adoptada por regulan la actividad fmanciera del Estado, y reciben tal denominación

la mayoría de la doct.rina se ha fundado básicamente en su compara­ -por consiguiente-los procesos de creación de las normas jurídicas

ción con el derecho t!'ibutario. Cierto es que el D.F es esencialmente tributarias. Tal idea de proceso implica la de una sucesión de momen­

heterodoxo y que en ello difiere del derecho tributario. Este último cons­ tos. Cada fuente está constituída por diversas etapas que se suceden en

tituye un conjunto de norro.as jurídicas dotadas de homogeneidad, que cierto orden y deben realizar determinados supuestos.

funciona concatenad0 en un grupo orgánico y singularizado, que a su De acuerdo con la opinión más generalizada, las fuentes formales

vez está unido & todo el sistema jurídico nacional. Ese singularismo del derecho son la legislación, la costumbre y la jurisprudencia.

normativo del derecho tributario se desprende de un conjunto de carac­ Dentro de esos elementos, nos referiremos específicamente a los

terísticas específi·cas y c0munes, que permiten atribuírle su calidad de legislativos.

grupo regulador de naturaleza propia, uniforme y diferenciada. Ellos requieren requisitos de índole puramente extrínseca, lo que

Por cierto que tales cualidades no se hallan en el D.F., uno de equivale a declarar que nada tienen que ver con el contenido de las

cuyos rasgos predominantes es su heterogeneidad. normas, es decir, con lo que éstas, en cada caso, permiten o prescriben.

Encontraremos allí instituciones de naturaleza disímil (presu­ Tal contenido deriva de factores diversos. En el caso de la legislación se

puesto, tributo, empréstito, recursos gratuitos, multas, ingresos de determina por las situaciones reales que el legislador debe regular y,

empresas públicas, ingresos derivados de los bienes de dominio priva­ sobre todo, por la idea del derecho y las exigencias de la seguridad y el

do, ingresos por concesión de servicios públicos, ejecución del gasto bien común.
,.

público, control del gasto público, etc.), que son reguladas por leyes "El término fuente --escribe Claude Du Pasquier- es una metá­ ~'

cuyas diferencias impiden encontrar el punto de enlace que permita su fora bastante feliz, pues remontarse a las fuentes de un río es llegar al
coordinación armónica en un grupo orgánico y concatenado. Pensemos lugar en que sus aguas brotan de la tierra; de manera semejante, in­
en su dificultad ante instrumentos legales tan diversos y variados en­ quirir la fuente de una disposición jurídica es buscar el sitio en que ha
tre sí como las leyes tributarias, ley de administración financiera, le­ salido de las profundidades de la vida social a la superficie del derecho"
yes de empréstito, leyes de las cuales surgen las sanciones patrimonia­
(García Máynez, ob. cit., p. 52).
les, leyes que reglamentan la concesión de servicios públicos, etc.
Haremos referencia a la Constitución, la ley, el decreto con fuer­

Pero desde el punto de vista didáctico, resulta conveniente un za de ley, el reglamento, los tratados internacionales y las convencio­

estudio conjunto y generalizado de las normas reguladoras de la activi­ nes institucionales internas como fuentes del derecho fmanciero.

dad financiera, atento a su elemento común (la mencionada actividad


financiera), diferenciada de otras actividades estatales.
Bien dice el profesor Valdés Costa que él D.F. representa uno de 9. EL DERECHO FINANCIERO Y LA CONS'IITUCIÓN.
los ejemplos más vivos de las trasformaciones del derecho durante el
siglo xx.
Por otra parte, también aparece como necesario este estudio con­
junto y diferenciado de la regulación jurídica de la actividad financiera
r La Constitución es la fuente formal más importante de las nor­
mas fmancieras. Las Constituciones en los Estados de derecho contie­
nen principios generales básicos y disposiciones reguladoras de la ma­
estatal, ya que de lo contrario, una serie de instituciones muy impor­ teria financiera
tantes quedarían marginadas de las investigaciones pertinentes o se­ Cierto es que dentro del texto constitucionabno hay un capítulo
rían analizadas aisladas o inconexamente. Además, es innegable que específico referido a cláusulas financieras, pero ello se debe a que los

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HÉCTOR B. VI LLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 111


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incipios que deben guiar dicha actividad son los mismos que se ha­ calidad y eficiencia de los productos que se venden, así como también
iD a través de todo su contenido. para defender la competencia y asegurar el control de los monopolios
La actividad financiera es la que posibilita el ejercicio de los dere­ (art. 42), hacer funcionar la instrucción general y universitaria (art.
os y la institucionalización de los órganos democráticos de gobierno 75, inc. 18), movilizar los servicios públicos destinados a proteger la
lue, a su vez, se enmarca en los derechos y procedimientos que con­ salubridad y ecología, para lograr el ambiente sano y equilibrado que
~nen las respectivas cláusulas. Es aquí, justamente, donde cobran nos promete la Constitución (art. 41). .,.
levancia la actividad judicial y el control de constitucionalidad que le A su vez, en la Constitución tenemos los derechos protectores de
concomitante. En aquellos casos en que la actividad fmandera no los individuos, como el de trabajar, ejercer una industria lícita, expre­
sibilite el pleno ejercicio de los derechos o no se adecue a ellos, habi­ sarse libremente, disponer de su propiedad, enseñar y aprender (art.
a a los jueces a reparar tal situación. 14). Está garantizada la defensa enjuicio (art. 18), así como también el
Por lo pronto, no puede haber actividad financiera sin ley. En los sufragio universal (art. 37) y la acción de amparo cuando se lesionen
;tados de derecho, tanto el establecimiento como la fijación de los los derechos acordados (art. 43).
'erentes ingresos, así como también de los gastos a realizar, son fa­ A tal fin, también encontramos en la Constitución los organis­
ltades privativas del Congreso. Analizando la Constitución nacional mos creados para que el Estado cumpla la misión que le es propia.
gentina, vemos reflejada esta realidad. Los fenómenos que compo­ Entre esos organismos tenemos al Poder Ejecutivo (art. 87), al Poder
n la actividad financiera están contemplados por la carta magna. El Legislativo (art. 44) con su Cámara de Diputados (art. 45) y Senado de
1;. 4 preceptúa que los gastos de la Nación deben ser solventados con la N ación (art. 54), a los cuales se agregan la Auditoría General de la
; fondos producidos por la venta o locación de bienes del Estado o Nación (art. 85), el Defensor del Pueblo (art. 86), el Poder Judicial de
~diante tributos aduaneros o contribuciones a pagar por la población, la Nación (art. 108) y el Ministerio Público (art. 120).
eviendo incluso la utilización de empréstitos y operaciones de crédito Lo anterior significa que el cometido del Estado está enmarcado
en el contexto constitucional. A su vez, de la Constitución emanan
ra urgencias de la Nación.
Otras disposiciones sobre recursos y gastos se hallan en distintas leyes fundamentales para la actividad financiera, como la de presu­
puesto, contabilidad pública, leyes tributarias, etc.
¡posiciones de la C.N. Considerado el tema desde este punto de vista, no cabe duda de
A su vez, si hemos dicho que el justificativo de la actividad finan­
que la actividad financiera es un medio para hacer efectivas las insti- .
lra es la satisfacción de las necesidades públicas, nuestra Constitu­
tuciones constitucionales. Es decir, para asegurar los derechos postu­
,n habla de ellas tanto cuando menciona la promoción del bienestar
lados (p.ej., la libertad de expresión y el sufragio) y los organismos
neral (Preámbulo) y la prosperidad del país (art. 75, inc. 18), como
instituídos para poner en marcha y hacer funcionar los servicios públi­
ando menciona la necesidad de proveer al desarrollo humano, el pro­
cos (Horacio Guillermo Corti, Derecho financiero, Bs. As., 1997, ps.
:!so económico con justicia social, la productividad económica, la ge­
185 y ss.)..
ración de empleo, la defensa del valor de la moneda, la investigación
Los procedimientos de que se vale la Constitución para que la
)1 desarrollo científico y tecnológico (art. 75, inc. 19). actividad financiera se canalice por medio de los órganos competentes
Por otro lado, también en la C.N. hallamos las funciones públi­
para efectuar las diversas acciones que les competen son los que resu"
5 cuando se habla en el Preámbulo de afianzar la justicia, lo cual se
mimos a continuación:
ce organizando el Poder Judicial (art. 108). Se menciona la consoli­ a) confección del proyecto de presupuesto por parte del jefe de
ción de la paz interior (Preámbulo), lo cual implica el mantEmimien­ Gabinete, tratando talcuestión en acuerdo de Gabinete (art. 100, inc. 6);
del orden interno, aclarando que debe ser democrático (art. 36). Ex­ b) aprobación del proyecto por parte del Poder Ejecutivo nacional
~sa también la carta magna que se debe proveer a la defensa común (art. 100, inc. 6);
reámbulo) para lo cual se organizan las fuerzas armadas, tanto para e) envio del proyecto de presupuesto al Congreso por parte del
mpos de paz como de guerra (art. 75, inc. 27). jefe de Gabinete (art. 100, inc. 6);
Hace también la ley máxima mención a servicios públicos tales d) fijación del presupuesto y cálculo de las contribuciones e in­
no la educación primaria (arL 5), la seguridad social (art. 14 bis), la gresos por parte del Congreso (art. 75, incs. 2,4, 7 y 8);
;uridad integral en protección del menor desamparado (art. 75, inc. e) ejecución de la Ley de Presupuesto y recaudación de las ren­
l, la puesta en marcha de los organismos necesarios para defender la tas de la Nación por parte del jefe de Gabinete (art. 100, inc. 7);
H~CTORB.VILLEGAS
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 113
112
que dicho titulo establece los principios, órganos, normas y procedi­
f> supervisión de la ejecución y la recaudación por parte del pre­ mientos que rigen el proceso presupuestario en todas las jurisdicciones
sidente de la Nación (art. 99, inc. 10); y entidades que conforman el sectol- público nacional A su vez, el arto
g) control de dicha recaudación y ejecución por parte de la
12 estatuye que los presupuestos comprenderán todos los recursos y
Auditoría General de la Nación (art. 85); gastos previstos para el ejercicio, los cuales figurarán por separado y
h) defensa de los derechos constitucionales, en su caso, por parte por sus montos íntegros sin compensaciones entre sí. Esta ley regla­
del Defensor del Pueblo (art. 86); menta el gasto en sus diversos aspectos y especialmente en
í) intervención, en su caso, del Ministerio Público, en defensa de su ejecución (arts. 29 y ss., ley 24.156).
la legalidad y de los intereses generales de la sociedad (art. 120); b) También surge la licitud del gasto de la estimación y autoriza­
J} control de constitucionalidad, en su caso, por parte del Poder ción de erogaciones que se debe realizar mediante la ley anual del pre­
Judicial (art. 116) (Corti, ob. cit., p. 196). supuesto general de la Nación, que estudiaremos más adelante.
e) Por último, la tercera manifestación de la legalidad d~] gasto
lO. 0rRAs FUENTES. LAs LEYES FINANCIERAS. público está referida a un momento posterior al de su ejecución y se
identifica con el control del adecuado empleo de los dineros públicos. La
La ley, en sentido formal, es la manifestación de voluntad del ley 24.156 comprende un sistema de control interno que está a car­
Estado, emitida por los órganos a los cuales la Constitución confía la go de la Sindicatura General de la Nación, entidad con personeríajurí'­
tarea legislativa, y es la fuente inmediata de mayor importancia den­ dica propia y autarquía administrativa y rmanciera, dependie2:..te del
tro de la regulación jurídica de las finanzas públicas. Como se acaba de presidente de la Nación (arts. 96,97 y ss. de la ley cit.). También está
ver y de acuerdo con el principio de la legalidad financiera que exige la previsto un control externo cuyo organismo de aplicación es la
C.N., todos los ingresos y los gastos estatales deben ser dispuestos o Auditoría General de la Nación, la cual tiene el carácter de entidad con
autorizados por el organismo legislativo. Respecto del mencionado prin­ personería jurídica propia, independencia funcional e independencia
financiera, dependiendo del Congreso nacional (arts. 116 y ss., ley
cipio de legalidad financiera, existe "paralelismo jurídico" entre ingre­
sos y gastos. Las leyes no pueden, por otra parte, vulnerar los princi­ 24.156).
pios básicos establecidos en la Constitución, ya que éstos tienen carácter
La relación "ley-gasto" no es siempre inmediata. En sentido es­
tricto, la relación es constante puesto que el gasto debe figurar expre­
de preeminencia sobre la facultad legislativa de dictar leyes. En conse­
samente en el presupuesto; pero en sentido lato, la relación se puede
cuencia, si el legislador, de alguna manera, dejase de respetar tales
tornar mediata en el caso de empresas públicas, comerciales e indus­
principios constitucionales, el Poder Judicial tiene la facultad de decla­
triales. Si bien muchas de ellas fueron privatizadas, aún subsisten
rar inválidas dichas leyes. algunas de singular importancia (p.ej., el Banco de la Nación Argenti­
Veamos las disposiciones más importantes de la actividad rman­ na); tal situación se da con asiduidad en las provincias, que han sido
ciera, o sea, las leyes que regulan los más importantes regímenes lega­ poco proclives a privatizar. En estos supuestos, los gastos podrán no
les a que está sometida dicha actividad. figurar detalladamente en el presupuesto general, y únicamente se
podrán reflejar en él en forma de aportes para instalación o ampliación
10.1. Régimen legal de 'os gastos públicos. de estas entidades o para cubrir los déficit de explotación. También se
puede dar el caso de erogaciones imprevistas y urgentes que el Poder
a) En primer lugar, el régimen del gasto público se halla regula­
Ejecutivo debe poder realizar sin autorización legislativa previa.
do por la ley 24.156, sancionada el 3019/92, publicada en el "B.O." del Sin embargo, la creación de esos organismos o el otorgamiento de
29/10192, denominada Ley de Administración Financiera y Sistemas sus facultades públicas, así como la facultad del Ejecutivo para reali·
de Control del Sector Público Nacional. Esta normativa reemplazó a la zar gastos de emergencia, dependerán de una ley previa, y, por tanto,
Ley de Contabilidad (decreto-ley 23.354/56, salvo sus arts. 51 a 64), y aunque la relación vincu1atoria sea lejana e indirecta, siempre el gasto
está complementada por sucesivos decretos del Poder Ejecutivo que tendrá su fuente jurídica en la ley (volveremos a estos tópicos al tratar
reglamentaron parcialmente sus normas, entre ellos el 2666/92,253/ el presupuesto en los capS. XIV y XV de este libro).
93 y 1361/94. Varios otros decretos y resoluciones administrativas tam­ Por el contrario, la erogación o la inversión dispuesta por el ad­
bién contemplan normas complementarias de la ley y sus reglamen­ ministrador público sin autorización legal previa o realizada con fines
tos. Su tito 11 trata del sistema presupuestario, y en su art. 11 dispone
114 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 115
i

distintos de los previstos po~ las normas legales se aparta de la legali­ 2666/92, punto 7). A su vez, el tít. 1 del Presupuesto General de la
dad, e incluso, si se dan las pertinentes circunstancias, pueden confi­ Administración Nacional incluirá como mínimo la clasificación econó­
gurar la figura delictiva de la malversación de caudales públicos que mica y por rubro de los recursos (decr. 2666/92, reglamentación del
prevé el arto 260 del Código Penal. arto 20 de la ley 24.156). En cuanto al proyecto de presupuesto de re­
Por otro lado, el alcance jurídico de las previsiones que el presu­ cursos que debe presentar el PEN al Congreso nacional, se debe estruc­
puesto contiene para gastos son conceptuadas como créditos abiertos turar por rubros y en cada uno de ellos deben figurar montos brutos a
por el Poder Legislativo al Poder Ejecutivo, para que éste pueda dispo­ recaudar sin deducción alguna (decr. 2666/92, reglamentación del arto
ner erogaciones y decretar pagos con cargo a dichos créditos. La desig­ 25, ley 24.156),
nación de la cuenta representa el concepto por el cual se puede gastar Este dispositivo es especialmente importante, por cuanto demues­
durante el ejercicio financiero, y la partida anotada en el haber es el tra el criterio general en materia de clasificaciones, exigiendo que se
límite cuantitativo de estos gastos. En tal sentido, el arto 29 de la haga una distinción económica y que se explique el origen de los recur­
ley 24.156 dispone que los créditos del presupuesto de gastos constitu­ sos. Pero lo básico de la clasificación exigida es aquella que se hace por
yen el límite máximo que las autoridades disponen para gastar. El rubros, respecto de los cuales se requiere que sean consignados los
avance del administrador, más allá de lo autorizado, correrá el peligro montos brutos a recaudar. Esta exigencia tiene por objeto clarificar
de ser sancionado por las normas penales. debidamente las cuentas gubernamentales.
- En la Administración central se deben considerar recursos im­
10.2. Régimen legal de 108 recurs08 públicos. putables al ejercicio presupuestario:
a) los que se estima recaudar durante el período en cualquier
La citada ley 24.156 se ocupa también de aspectos relevantes jurisdicción o entidad autorizada a percibir dinero en nombre del Teso­
relativos a los recursos públicos, aun cuando, como veremos más ade­ ro nacional;
lante, ellos generalmente se rigen por normas propias. b) los recursos provenientes de operaciones de crédito público y
Los puntos más significativos que contiene la ley 24.156 en lo donaciones, representen o no entradas de dinero efectivo al Tesoro na­
l. que hace a los recursos públicos son los siguientes: cional;
- Para la Administración central, se considerarán como re­ c) las trasferencias de los organismos descentralizados a la Ad­
cursos del ejercicio todos aquellos que se prevé recaudar durante el ministración central;
período en cualquier organismo, oficina o agencia autorizados a perci­ d) toda otra transacción que represente un incremento de los
birlos en nombre de la Administración central, el financiamiento pro­ pasivos o una disminución de los activos financieros (decr. 2666/92,
veniente de donaciones y operaciones de crédito público, representen o reglamentación del arto 21, ley 24.156).
no entradas de dinero efectivo al Tesoro, y los excedentes de ejercicios - Para los organismos descentralizados, la reglamentación esta­
anteriores que se estime existentes a la fecha de cierre del ejercicio blecerá los criterios para determinar los recursos que se deberán incluír
anterior al que se presupuesta. No se incluirán en el presupuesto de como tales en cada uno de esos organismos (art. 22 de la ley). El regla­
recursos los montos que correspondan a la coparticipación de impues­ mento aclara que para este cálculo de recursos se seguirá el criterio del .
tos nacionales (art. 21 de la ley). devengado, y agrega que los provenientes de la Administración central
- Los presupuestos comprenderán todos los recursos y gastos se considerarán devengados con la emisión de la orden de pago destina­
previstos para el ejercicio, los cuales figurarán por separado y por sus da a efectivizar la trasferencia o aporte (decr. 2666/92, reglamentación
montos ínWgros, sin compensaciones entre sí (art. 12 de la ley). del arto 22 de la ley).
- Los presupuestos de recursos contendrán la enumeración de ,;... No se podrá destinar el producto de ningún rubro de ingresos
los distintos rubros de ingresos y otras fuentes de financiamiento, in­ con el fin de atender específicamente el pago de determinados gastos,
cluyendo los montos estimados para cada uno de ellos en el ejercicio. con excepción de:
Las denominaciones de los diferentes rubros de recursos deberán a) los provenientes de operaciones de crédito público;
ser lo suficientemente específicas como para identificar las respectivas b) los provenientes de donaciones, herencias o legados en favor
fuentes (art. 13 ce la ley). del Estado nacional, con destino específico;
- Los recursos se presentarán ordenados de acuerdo con las cla­ el los que por leyes especiales tengan afectación específica (art.
sificaciones siguientes: a) por rubros; b) económica; e) por origen (decr. 23 de la ley).
116 HÉCTOR B.VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 117
En cuanto a los recursos últimamente citados, considerados como Atento el postulado ya visto según el cual la generalidad de los
de afectación específica, el reglamento aclara que son aquellos en los recursos gubernamentales se halla sometida al principio de legalidad,
cuales por ley se establezca que deben financiar determinados gastos el régimen del crédito público no podía ser una excepción.
(decr. 2629/92 del 29/12/1992; "B.O." del 31112/1992). Resulta en tal sentido trascendente que el crédito público sea uno
de los sistemas integrantes de la administración fmanciera, conforme
10.3. Régime:njurldico de los tributos. dispone el arto 5 de la ley 24.156. De esta manera, dicho cuerpo legal
ha introducido una importante novedad en el ordenamiento jurídico
Si bien los tnbutos tienen también el carácter de recursos públi­ contable relacionado con la hacienda del Estado federal argentino. Tal
cos, particularizamos la legislación que a enos se refiere. Esto es así como ocurre con los otros sistemas que forman parte de esa adminis­
porque dicha legislación comprende el denominado derecho tributa­ tración, la ley 24.156 dedica un título, el 111 (arts. 56 al 71), para el
rio, que en sentido lato es el conjunto de normas jurídicas que se raña­ crédito público.
ren a los tributos regulándolos en sus distintos aspectos. Además es de importancia sustancial la defmición que la propia
La importancia del derecho tnbutario ha hecho que se sostenga ley hace del instituto, al considerarlo como "la capacidad que tiene el
su autonomía con respeco al D.F., y consecuentemente, la legislación Estado de endeudarse con el objeto de captar medios de fmanciamiento
que a ellos atañe es considerada independientemente de la legisláción para realizar inversiones reproductivas, para atender casos de eviden­
financiera general. te necesidad nacional, para reestructurar su organización o para
En capítulos posteriores veremos el concepto de tributo (infra, refmanciar sus pasivos incluyendo los intereses respectivos" (art. 56,
cap. VIII), el cual, conforme a la clasificación más aceptada por la doc­ 20 párrafo, ley 24.156),
trina y el derecho positivo, se divide en impuestos, tasas y contribucio­ Trataremos en el capítulo respectivo el presente tema in exten­
nes especiales (infm, caps. IXy X). so, dándole la significación que este encuadramiento legal merece (ver
Contemplado sucintamente el contenido del derecho tributario, cap. XII, punto 10, de este libro).
observamos que comprende dos grandes partes:
a) laparte geneml, que es aquella que en teoría tiene más impor­ 10.5. Régimen legal de los recursos del Tesoro.
tancia ya que contiene las normas aplicables a todos y cada uno de los
tributos y que busca, al igual que en las otras ramas del derecho públi­ Se entiende por recursos del Tesoro a aquellas emisiones de
co, el equilibrio razonable entre el individuo yel Estado; valores mediante las cuales el Estado pide dinero prestado, por desa­
b) la parte especial, que contiene las normas específicas y pecu­ justes temporarios del erario.
liares de cada uno de los distintos tributos que integran el sistema Estas emisiones son por un plazo que generalmente no excede de
jurídico de un país. Previo a este estudio resulta necesario efectuar un año y se ofrecen al público en general o a detenninados sectores.
consideraciones sobre los sistemas tributarios en general (ver infra, Esta especial modalidad de crédito público está regulada median­
cap. XI). te el arto 82 de 1a ley 24.156, así como también por la resolución 241/96
de la Secretaría de Hacienda.
10.4. Régimenjurúlico del crédito público en general. Remitimos al tratamiento del tema en el punto 15.5 del cap. XIll.

Según veremos más adelante, el Estado cuenta con distintos ti­ 10.6. Tratamiento legal del equilibrio presupuestario.
pos de ingresos, entre los cuales están comprendidos los provenientes
del crédito público. E110, no obstante la discusión que se planteó desde Atento los graves problemas ocasionados por el déficit fiscal, se
antiguo sobre si se trataba de verdaderos ingresos o si, en cambio, los ha dictado en la República Argentina la ley 25.152, también llamada
fondos obtenidos debían restituírse con intereses, ante lo cual no cons­ "ley de convertibilidad fiscal". Su objetivo es llegar paulatinamente al
tituían ingreso alguno, sino la trasferencia de una deuda a las genera­ equilibrio fiscal mediante reducciones en el gasto, lo cual se produci­
ciones futuras, en base a cuyos tributos se devolvería lo prestado. Ac­ ría, en caso de cumplirse los objetivos de dicha normatividad; en el año
tualmente, hay consenso en que los fondos originados en el crédito público 2003.
pueden ser, computados entre los recursos estatales. Ante las situaciones oscilantes de la coyuntura. las cuales se han
agudizado como consecuencia de la globalización, la ley mencionada
i
18 HÉCTOR B.VILLEGAS
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 119

ltenta crear un fondo anticíclico, que llegará a alcanzar el3 % del PBI Estos decretos están prohibidos en materia tributaria pero no en
que será utilizado en caso de crisis económicas. Remitimos a su tra­ materia fmanciera general, lo cual indica que el Jímite material es
LmÍento en el cap. XN, punto 10.7. mínimo, por cuanto quedan incluídas la mayoría de las normas de
derecho público que hacen a la actividad financiera.
[).7. Régimen legal de la dinámica delpresupuesto. Incluso, en alguna oportunidad, el PEN ha legislado como "de
necesidad y urgencia" distintos aspectos de la tributación, con el ende­
Conforme veremos en su momento, la ley de presupuesto tiene ble argumento de que el límite constitucional está referido solamente
n proceso vital que abarca distintas etapas, que comienzan con su al derecho tributario sustancial.
reparación y finalizan con el control parlamentario. Este proceso di­ Nos manifestamos en contra de los decretos de necesidad y ur­
ámico del presupuesto está rígidamente regulado por la Constitución gencia y pensamos que son incompatibles con el sistema de nuestra
acional, mediante la ley 24.156, y por todas las otras normas inhe­ Constitución nacional.
mtes a las distintas fases de tal procedimiento. Hacemos remisión al
¡p. XV, el cual dedicamos especialmente al mencionado tópico.
12. EL REGLAMENTO.

l. Los DECRETOS CON FUERZA DE LEY. Reglamentos son las disposiciones emanadas del Poder Ejecutivo
que regulan la E'liecución de las leyes, el ejercicio de las facultades pro­
La facultad de sancionar leyes es exclusiva del Poder Legislativo, pias y la organización y funcionamiento de la Administración en ge­
no resulta admisible la delegación en el Poder Ejecutivo en épocas de neral.
ormalidad constitucional, salvo en el caso especial que enseguida ve­ Conforme al arto 99, inc. 2, de nuestra Constitución nacional, es
rolOS. atribución del presidente de la N ación expedir las instrucciones y re­
En algunos países se autoriza que, en casos de extraordinaria glamentos que sean necesarios para la ejecución de las leyes de la Na­
ecesidad o urgencia, el Poder Ejecutivo dicte decretos-leyes que regu­ ción, cuidando de no alterar su espíritu con excepciones reglamenta­
!n aspectos financieros (p.ej., en Italia, conforme los arts. 76 y 77 de rias.
11 Constitución). En derecho financiero, y especialmente en derecho tributario, el
En nuestro país sólo se concibe la facultad legislativa del Poder reglamento tiene importancia como creador de normas jurídicas. Esto
Jecutivo en épocas de anormalidad constitucional (gobiernos de {acto), significa que el reglamento contiene también normas jurídicas aun
ero no en épocas normales. La existencia de "decretos de necesidad y cuando no emane del Poder Legislativo sino del Poder Ejecutivo. La
rgencia" admitidos por la reforma constitucional de 1994 constituye producción de normas jurídicas no constituye una facultad exclusiva
na excepción al sistema general, y esta facultad del Poder Ejecutivo del Poder Legislativo, sino tan sólo su facultad normal. Incluso suele
stá regulada por el arto 99, inc. 3, de la Constitución nacional. suceder que determinadas leyes impositivas condicionen su vigencia a
En realidad se trata de normas de sustancia legislativa, por lo la reglamentación de] Poder Ejecutivo.
llal su sanción es atribución del Congreso, no obstante lo cual son Los decretos que regulan la ejecución de leyes son denominados
ietadas por el PEN. Su denominación más correcta es la de "decre­ reglamentos de ejecución. Se caracterizan por ser normas secunda­
:>s-Ieyes", aun cuando este título resulte paradójico para un gobierno rias o complementarias que tienden a facilitar la aplicación o la ejecu­
:mstitucional. ción de una ley, regulando aspectos de detalle no previstos en ella, pero
Los peligros que implica la utilización de "decretos-leyes" por go­ en modo alguno pueden contradecirla, explícita o implícitamente.
No es necesaria una habilitación legislativa, ya que la atribución
iernos democráticos se han presentado ya, atento el uso intensivo que
del Poder Ejecutivo surge del inc. 2 del arto 99 de la Constitución. Más
e hizo de tales mecanismos por el PEN en los últimos tiempos, no
aún: si se dietara una ley que prohibiera al Poder Ejecutivo reglamen­
bstante lo cual la CSN reconoció esta facultad para hacer frente a tarIa, tal prohibición sería inconstitucional.
íertas circunstancias excepcionales de emergencia. También se deci­ Las leyes tienen vigencia y operatividad desde el momento de su
ió que no es judiciable la necesidad y urgencia in vocada por el Poder promulgación, independientemente de que se haya dictado o no su de­
:jecutivo nacional. creto reglamentario. Hay muchas leyes que nunca han tenido decreto
120 HÉCTOR B. VILLEGAS

reglamentario (v.gr., los códigos de fondo) y otras que tuvieron vigen­


cia normal durante muchos años y fueron reglamentadas muy tardía­
mente (ver Miguel Ekmekdjian, Manual de la Constitución Argenti­
na, Depalma, Bs. As., 1999, p. 499).
1 MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS

lega, se suman reglamentos de ejecUCión en materia financiera que


emanan de otros organismos. Así tenemos, por ejemplo, la resolución
121

A esta facultad reglamentaria que el presidente de la Nación de­

1/93 ("B.O.", 211193) emanada de la Secretaría de Hacienda. Este ente


Pueden ser también fuente del D.F. los decretos llamados regla­ gubernamental ha emitido también, entre otras, la resolución 358/92
mentos autónomos, que pueden contener disposiciones atinentes a as­ ("B.O.", 31112192), la 238/96 ("B.O.", 1214196), etc.
pectos de la actividad financiera. Se trata de una categoría muy limi­ Los códigos tributarios provinciales y municipales otorgan a los
tada de decretos. El PEN puede autolimitar sus propias facultades respectivos organismos impositivos facultades semejantes a las conce­
discrecionales mediante el dictado de estos reglamentos, siempre que didas en el orden nacionaL
no restrinjan los derechos de los habitantes. Así, por ejemplo, el deére­
to 1759/72, de recursos y procedimientos administrativos, es un regla­ 13. Los TRATADOS INTERNACIONALES.
mento autónomo porque regla la actividad administrativa tendiente a.
la revisión y el control de los actos propios. Entre éstos se hallan diver~
En virtud del creciente auge del derecho tributario internacio­
sos actos administrativos referidos a 10 financiero o tributario.
nal, los tratados han adquirido extraordinaria importancia.
Como hemos dicho, la facultad corresponde originariamente al Se discute si los tratados internacionales son fuente directa o
Poder Ejecutivo, o sea, al presidente de la Nación, pero se puede dele­ indirecta del derecho fmanciero. Se dice que constituyen una fuente
gar a órganos especializados ante problemas técnicos complejos. Ve­ indirecta porque su validez depende de una ley nacional aprobatoria.
mos así que, conforme al decreto 618/97 ("B.O.", 1417197), la Adminis­ Sin embargo, se debe tener en cuenta la categórica disposición
tración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) en su art. 7 preceptúa que del arto 31 de la Constitución nacional, que dice en su primera parte:
el administrador federal está facultado para impartir normas genera­ "Esta Constitución, las leyes de la Nación que en su consecuencia se
les obligatorias para los responsables tributarios y terceros, en las dicten por el Congreso y los tratados con las potencias extranjeras, son
materias en las cuales las leyes autorizan a la Administración Federal la ley suprema de la Nación ...". Conforme a esta dara disposición, no
de Ingresos Públicos a reglamentar la situación de aquéllos frente a la puede caber duda alguna de que las convenciones con países extranje­
Administración.
ros constituyen fuente directa del derecho fmandero.
Estas normas entran en vigor desde la fecha de su publicación en A su vez, el art. 27 de la carta magna preceptúa que los tratados
el "B.O.", salvo que ellas determinen una fecha posterior, y regirán que firme el país deben respetar los principios de derecho público ex­
mientras no sean modificadas por el propio administrador federal o por presados en la Constitución, entre los cuales hallan, obviamente, los
el Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos. referidos a la materia financiera.
El mencionado decreto 618/97 confiere también al administrador Las convenciones entre países han adquirido en los últimos tiem­
federal la función de interpretar con carácter general las disposiciones pos una importancia antes desconocida.
del decreto recién citado y las normas que establecen o rigen la percep­ Nuestro país se halla en pleno proceso de integración con los paí­
ción de gravámenes a cargo de la .A.FIP. Estas interpretaciones se pu­ ses del cono sur de América, en especial con Uruguay, Brasil, Bolivia,
blican en el "B.O." y, dado que pasan a ser de cumplimiento obligato­ Paraguay y Chile, entre otros. Hay un sinnúmero de tratados, conve­
rio, cumplen también una función reglamentaria, aun cuando se otorgue nios y protocolos adicionales que van formando un tupido plexo de dere­
una cierta facultad impugnativa (ver arto 8, decr. 618197). cho supranacionallatinoamericano.
En materia financiera no tributaria hay importantes reglamen­ Como expresión máxima de este proceso, el Tratado de Asunción
tos, como por ejemplo el decr. 2666192 ("B.O.", 31112192), reglamenta­ ha creado el Mercado Común del Sur (Merco sur), constituído por la
rio de la ley 24.156, de administración fmanciera y sistemas de control Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, al cual se ha ligado, como
del sector público nacional. Complementan la legislación financiera, contratante externo, Chile. El Mercosur está en pleno proceso de inte­
entre otros, el decr. 1215/92 ("B.O.", 2517/92), el decr. 2629/92 ("B.O.", gración.
31112/92), eldecr. 1139/93 ("B.O.", 9/6193), el decr. 1024195 ("B.O.", 241 La reforma constitucional de 1994 introdujo dos importantes
7/95), el decr. 340/96 ("B.O.", 3/4196) y una gran cantidad de normati­ modificaciones en el tema de los tratados de integración: los incs. 22 y
vas semejantes que sería imposible enumerar en su totalidad. 24 del nuevo arto 75, que es e~ que establece las atribuciones del Con­
122 HÉCTOR B. VI LLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 123
I

greso de la Nacióh. En el primer párrafo del inc. 22 se inserta ~na incs. 1 y 2, lo cual implica que salvo estos recursos las provincias con­
frase clave según la cual los tratados y concordatos tienen jerarquía servan el poder tributario no delegado por la Constitución.
superior a las leyes. Esto significa que una ley no puede derogar un Conforme a este esquema y según una unánime y prolongada
tratado, atento el mencionado orden jerárquico. interpretaciÓDjurisprudencial Y doctrinaria, tanto a la Nación como a
En cuanto al inc. 24 del arto 75, éste tiene por objeto autorizar al las provinciásoolTesponde establecer diversos tributos.
Congreso a que, en los tratados de integración económica, pueda tras­ Ante esta situación, se hizo necesaria la creación de dos instru­
ferir ciertas atribuciones estatales (de legislación, jurisdicción y admi­ mentos de coordinación financiera interjurisdiccional. Uno de ellos es
nistración) a los órganos supranacionales (v.gr., el Consejo Mercado el de Coparticipación federal, que vincula a la Nación y a las pro­
Común, Grupo Mercado Común o el Tribunal comunitario, en el caso vincias, para disciplinar el ejercicio de sus atribuciones especialmente
del Mercosur) sin lesionar la Constitución. Entre los requisitos que en el amplio campo en el cual son concurrentes y pina evitar
impone el inciso, el más importante es que tal delegación en organis­ superposiciones impositivas.
mos supraestatales se dé en condiciones de reciprocidad e igualdad y Actualmente, la situación al respecto consiste en que subsiste la
siempre que se respeten el orden democrático y los derechos humanos. ley 23.548, que establece un régimen transitorio de coparticipación fe­
También a estas normas se les da jerarquía superior a las leyes. De deral, pero que debería haber cesado según 10 que ordenaba la disposi­
este modo, el derecho comunitario tendrá aplicación directa en el dere­ ción transitoria sexta de la reforma de 1994. Esta disposición estable­
cho interno de nuestro país. cía como obligatorio para las autoridades competentes de la Nación
Especial consideración merecen los tratados de doble imposición establecer un régimen de coparticipación conforme 10 dispuesto en el
(en adelante, TDI). Estos convenios han ido ganando en importancia inc. 2 del arto 75 antes de la finalización del año 1996, 10 cual no fue
en materia tributaria y, por ende, financiera, ante la certidumbre de cumplido.
que los inconvenientes de dicho fenómeno (la doble imposición interna­ El otro mecanismo de coordinación financiera es el Convenio
cional) pueden ser solucionados -al menos por ahora- únicamente Multilateral suscrito entre todas las provincias y la Ciudad de Bue­
mediante acuerdos bilaterales entre los países. nos Aires, cuyo propósito es evitar que sus respectivos impuestos sobre
Los TDI constituyen convenios bilaterales que se aplican con pre­ los ingresos brutos en los casos de actividades interjurisdiccionales
ferencia a las disposiciones de la legislación interna, ya sea modifican­ graven más de una vez la misma materia imponible. Este convenio
do el régimen general de no residentes o bien determinados supuestos compete también a las municipalidades de las provincias. Como conti­
de no sujeción en virtud del reparto de soberanía tributaria entre los nuación de diversos convenios anteriores se mantiene actualmente en
Estados firmantes, o reduciendo los tipos impositivos aplicables para carácter de texto vigente el convenio multilateral aprobado el 1818/1977.
determinadas rentas. Según sostienen autores especializados, estas convenciones
La República Argentina ha concertado diversas convenciones re­ institucionales internas de coordinación financiera se pueden conside­
ferentes a la imposición general a la renta, por ejemplo con Suecia, rar como originales de nuestro país. Resulta obvio que constituyen fuen­
Alemania, Brasil, Bolivia, Chile, Francia, Austria, Italia, Canadá y tes de normas tributarias y, por enda, financieras.
España (ver detalles de este último tratado en Mercedes Peláez Marques,
El Convenio Hispano-Argentino, Bs. As., 1998).
15. OTRAS FUENTES.
14. LAs CONVENCIONES INSTITUCIONALES INTERNAS. . Otras fuentes del derecho financiero son la doctrina, lajurispru­
dencia, los usos y costumbres y los principios generales del derecho.
La Constitución nacional argentina dispone en su artículo pri­ La utilización de estas fuentes puede chocar con el principio de
mero que "la Nación Argentina adopta para su gobierno la forma re­ legalidad, máxime en derecho tributario, pero no es forzoso que así
presentativa, republicana federal, según lo establece la presente Cons­ suceda, y en caso de auténticas lagunas del derecho habrá que recu­
titución". En el arto 121 establece que "las provincias conservan todo el rrir, quizás inexorablemente, a alguna de estas fuentes.
poder no delegado por esta Constitución al Gobierno federal". A su vez,
la carta magna dedica dos normas específicas para definir las compe­
tencias tributarias que se atribuyen al Estado federal, los am. 4 y 75,
125

CAPfTULOVI
LOS GASTOS PÚBLICOS

l. CoNCEPTO.

Nos toca ahora examinar un concepto básico de la actividad fi­

nanciera, aun cuando --(:omo veremos- en algún momento se discu­

tió si este análisis correspondía que fuere incluído dentro del sector d9

conocimientos que estamos abordando.

Los gastos públicos (en adelante, g.p.) consisten en la trasforml?,··


ción de los ingresos del Estado en rentas y patrimonios de quienes
producen los bienes materiales y prestan los servicios personaleEi r6­
queridos por el Estado u obtienen subvenciones de éste.
El presupuesto del Estado considera los gastos y los recursos por
su incidencia pecuniaria y tiende a lograr, en lo posible, el equilibrio
entre ambos rubros. Pero en relación con los gastos, su inclusión pre­
supuestaria tiene un peculiar alcance jurídico: representa una ins­ 1­
trucción obligatoria relativa a los conceptos y límites de los fondos
de los cuales el gobierno podrá disponer en el ejercicio que abarque el
presupuesto. De tal manera, mientras con relación a los ingresos el
presupuesto es instrumento de control fmanciero, en cuanto a los gas­
tos es norma limitativa impuesta al Poder Ejecutivo por el Poder
Legislativo. Conforme al art. 29 de la ley 24.156, los créditos del presu­
puesto de gastos constituyen el límite máximo de las autorizaciones
disponibles para gastar (conf. Adolfo Atcbabahian, Régimen ... , ob. cit.,
p.275).
En ocasión de estudiar la actividad financiera estatal, señalamos
que ésta se caracterizaba, entre otros aspectos, por estar integrada por
tres actividades parciales diferenciadas que denominamos "fases" (ver
cap. 1, punto 9), una de las cuales correspondía a la aplicación o inver­
sión de los ingresos, o sea, a las erogaciones con sus destinos prefi­
jados.
En ese momento ineluímos esta fase como la última de las cons­
titutivas de la actividad financiera, lo cual se justificó por razones
didácticas. Pero, en la realidad, los g.p. condícionan,a aquellas otras
dos fases, y por ese motivo los estudiamos primero. Luego ingresamos
"r
(
126 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 127
( ....
en los recursos públicos y, al final, conocidos sus elementos componen­
tes, investigamos el instrumento en el cual se calculan o planifican 2. IMPoRTANCIA.

gastos y recursos, es decir, el presupuesto.


La denominación gastos públicos es genérica y comprende dos Como consecuencia de la señalada importancia de los g.p., la
grandes especies de gastos, que son netamente diferenciables como ve­ mayoría de los autores contemporáneos los incluye entre los temas
remos al clasificarlos: tratados por las F.P., diferenciándose de la escuela liberal clásica, que
no se ocupaba de este tema o que sólo lo haCÍa en relación con los proce­
a) las erogaciones públicas, que comprenden todos aquellos g.p.
( dimientos de su ejecución y control.
derivados de los servicios públicos y del pago de la deuda pública; Por influencia de las escuelas recién mencionadas, algunos auto­
( b) las inversiones patrimoniales, que comprenden los gastos re­ res contemporáneos de las f'manzas públicas no incluyen en sus obras
lacionados con la adquisición de bienes de uso o producción y con las el estudio del tópico que abordamos.
(
obras y servicios públicos. Pero la ciencia financiera, que no puede disociar medios de fmes,
( El agrupamiento en una sola institución denominada gastos debe investigar cuáles gastos se deben hacer y los procedimientos para
públicos se adecua a la empleada por los arts. 75, inc. 8, y 99, inc. 10, realizarlos en las mejores condiciones posibles. Es imposible que las
( de la Constitución nacional, a la ley de administración financiera 24.156, F.P. modernas consideren el fenómeno de los ingresos al margen de los
( al decreto reglamentario 2666/92 ya la mayoría de la literatura fman­ gastos. El costo de la actividad estatal no se puede determinar en abs­
ciera que generalmente emplea los vocablos erogaciones públicas y tracto, sin tener en cuenta lo que el Estado devuelve a los contribuyen­
( gastos públicos indistintamente. Tal será nuestro tratamiento, que tes y a la colectividad en general bajo la forma del gasto público. Estos
( los considerará como voces sinónimas. últimos abren el camino a los ingresos públicos porque crean su sus­
Mediante el g.p. el Estado se moviliza para atender el bienestar tancia. ,
( de la población por medio de los servicios públicos, que obviamente Excluír el gasto públícode los estudios financieros significa pres­
necesitan dinero para funcionar. Pero también el Estado puede satisfa­ cindir de campos de indagación tan importantes como el antecedente y
cer las necesidades públicas con prescindencia de los servicios públicos el resultado de la actividad financiera. Del antecedente, porque, aun
( y utilizando los efectos que, "en sí mismos", ellos provocan en la econo­ siendo el gasto público el momento final de la actividad financiera, él
mía nacional, atento a su importancia cuantitativa y cualitativa (p.ej., se concreta y cuantifica ante la existencia de exigencias de la colectivi­
un incremento importante del g.p. puede reactivar una economía, con dad que se deben analizar y satisfacer; del resultado, porque es con el
buen empleo del gasto público que se pueden alcanzar los objetivos
prescindencia del destino del gasto).
hacia los cuales se dirige la actividad estatal. Por consiguiente, el gas­
La señalada trascendencia no se limita a la economía, sino que to público no es un simple "dato de hecho" a partir de cuyo conocimien­
también abarca a la esfera social de la comunidad. Se debe tener en to comienza la actividad financiera, sino uno de sus momentos deter­
cuenta que, como consecuencia de su dimensión, el g.p. es el elemento minantes.
de mayor volumen individual en la economía de cualquier nación. Además, los g.p. tienen la considerable trascendencia de ser la
Sin embargo, y cualquiera que sea la forma de satisfacción utili­ indicación más segura de la actividad que despliega cada Estado. El
zada, el concepto g.p. está siempre ligado al de necesidad. pública. Ésta hecho de que ciertos gastos se destinen a determinados fines, con prefe­
es su presupuesto de legitimidad, puesto que es indispensable su pre­ rencia a otros, pone de manifiesto no sólo el estado social de un país
existencia para que el gasto se justifique. sino también sus tendencias. No es lo mismo el gasto de un país en
Lo dicho implica que la decisión sobre el gasto estatal presupone perenne peligro de guerra, como Israel, que el de otro tradicionalmente
dos valoraciones previas de singular importancia: a) la selección de las pacífico, como Suiza. Tampoco son iguales el destino del gasto de los
necesidades de la colectividad que se consideran públicas, aspecto éste países industrializados (cada uno de los cuales tiene sus propios proble­
( variable y ligado a la concepción sobre el papel del Estado; b) la compa­ mas específicos) y el destino que deban darle los países subdesarrolla­
ración entre la intensidad y urgencia de tales necesidades y la posibi­ dos, que antes que nada deben cubrir múltiples etapas previas para
( equipararse a los primeros y entrar en el proceso globalizador en un
lidad material de satisfacerlas.
( cierto plano de igualdad (o, por lo menos, sin demasiada desigualdad).
De lo contrario, la globalización (ver cap. 111) ahondará las diferencias
( cada vez en mayor medida.
(
(
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS
129
128 HÉCTOR B. VILLEGAS

1) ErogacioMs dinerarias: La primera característica del insti­


3. TEOlÚA GENERAL DEL GASTO PÚBlJCO. tuto estudiado consiste -al igual que ocurre con el gasto privado- en
un empleo de riqueza, es decir, dar destino, aplicación o utilización a
En consecuencia, las F.P. prestan preferente atención a la deno­ bienes, que en nuestros tiempos se identifican habitualmente con el
minada "teoría general del gasto público". Dicha teoría toma como dato dinero.Atento a 10 anterior Ydado que hablamos de la utilización o apli­
de hecho su fInalidad y estudia los efectos (deliberados o no) que produ­
cen o han producido los g.p. sobre la vida social y económica de la cación de dinero (o, en términos más generales, de bienes), el concepto
nación. El examen de los efectos del gasto en relación r,on los fines de g.p. excluye a las prestaciones de servicios, aun cuando éstas fueran
señalados permite determinar el procedimiento más racional para la requeridas compulsivamente por el Estado, como ocurre, por ejemplo,
mejor producción de bienes y servicios públicos, con la obtención forza­ en el del servicio militar obligatorio. Este servicio se requiere en fOf1o:ta
da de un mínimum de medios de la renta total de la nación. Esto dará forzosa en varios países, y así sucedía anteriormente en la República
una idea aproximada de los límites de la erogadón estatal. Argentina. No obstante, este último aspecto ha sido superado en nues­
Este estudio de los gastos se amplía támbién a la investigación tro país, ya que mediante una reforma q'lle estimamos positiva, el z-er­
sobre los factores de su dinamismo y sobre las causas que influyen en vicio militar ha pasado a ser voluntario.
su progresivo aumento. 2) Efectuadas por el Estado: Tomamos el término en santid·)
1) En lo que hace a los elementos constitutivos del g.p., hemos amplio y comprendemos todas las sumas que por cualquier conc8pw
visto que toda erogación o inversión pública supone la satisfacción de salen del Tesoro público como empleo de riquezas, ya sea por part2 d~l
necesidades públicas que lleven al concepto constitucional de promover Estado nacional como por parte de 1M provincias y municipios. Se 'Pu.a­
el bienestar general. Esto supone una elección previa de las funciones de tratar de gastos para la Administración pública propiamente di ,~~1a
y servicios públicos que resulten esenciales e imposibles de incumplir. o bien para entidades descentralizadas estatales, siempre que
Este elemento es esencialmente político, porque implica un criterio se­ erogaciones, en una u otra forma, incidan sobre las finanzas del Esta­
lectivo del gobernante, lo cual es especialmente estudiado por la políti­ do y deban ser solventadas recurriendo a sus ingresos.
ca financiera (cap. IV, punto 6). Así, por ejemplo, en la Argentina hay gastos relativos a ciertas
2) El g.p. implica el empleo, la aplicación o la utilización de una empresas estatales subsistentes luego de las privatizaciones, lo cual se
riqueza. Este elemento es de naturaleza económica y de allí que la da a menudo en materia provincial, ya que en los estados provinciales
economía fInanciera (cap. IV, punto 7) debe indicamos los efectos que la intención de pasar estos entes a los particulares se desarrolló en
tal empleo de riqueza producirá en la actividad económica general, así menor medida. En tales casos, los gastos de instalación, ampliación y
como también respecto del orden social. La técnica o administración déficit de explotación quedan a cargo del Estado y se incluyen en su
financiera (cap. IV, punto 8) proporcionará sus recomendaciones acer­ presupuesto financiero, por lo cual adquieren el carácter de gasto pú­
~,de los procedimientos más modernos y sofisticados para la uti1iza­ blico con prescindencia de la personería jurídica que asuman tales
Clon de esa masa de dinero empresas. Ésta es la posición sostenida por el doctor Roberto Alemann,
3) El empleo de riqu~za antes mencionado requier~ de un ele­ y consideramos que es la más correcta en la materia porque, como
~e~t.o .esencial en toda gestión de un Estado de derecho, cual es su
sostiene dicho especialista, la inclusión de las inversiones patrimonia­
Jundlcldad. Este último elemento es materia de estudio de la ciencia les efectuadas para tales empresas permite conocer en forma efectiva
jurídica, ya sea tanto por el derecho financiero como por el derecho cuánto se invierte en tal concepto, con lo cual "el pueblo estará infor­
constitucional y el administrativo. ' mado acerca del esfuerzo que se le pide" (autor cit., Reflexiones sobre
el gasto público, Bs. As., 1971, p. 16). En definitiva, comprendemos
todos los gastos del Estado, tomando a éste en el sentido lato asignado,
4. CARACTEIúsTICAS DE LOS GASTOS PÚBUCOS. incluyendo la totalidad de las sumas que salen de su tesorería.
3) En virtud de ley: En los Estados de derechQ rige el principio de
Son gastos públicos las erogaciones dinerarias qlU! realiza el legalidad en cuanto al gasto, eS decir, no hay g.p. legítimo sin ley que
~stad~ en virtud de ley para cumplir sus fines consistentes en la sa­ lo autorice. En el derecho argentino (yen el orden nacional) la base
tLSfacc~6n de las necesidades públicas. legal se manifiesta mediante normas jurídlcas que regulan los proce­
130 HÉeTDR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 131
\.
di miento s de su estimación, autorización y ejecución, así como tam­ d) El Estado gasta con recursos que en su mayor parte provienen
bién los controles (interno y externo) a los que está sometido, tema éste de la coacción, mientras que los individuos carecen de ese instrumento
que analizamos en el cap. xv. como forma legal de procurarse ingresos (delitos aparte).
4) Para satisfacer las necesidades públicas: Idealmente, la ero­ e) Como' el Estado debe atender necesidades públicas, primero
gación estatal debe ser congruente con los fines de interés público asig­ indaga sobre ellas y su costo, es decir, sobre el dinero que saldrá de sus
nados al Estado (la satisfacción de necesidades públicas), pero cabe arcas. En base a estos requerimientos, decidirá cómo lograr en la me­
preguntarse qué sucede con los fondos salidos de la tesorería estatal jor forma posible los recursos.
que no tienden a esos fines. El particular -al contrario-- adecua sus gastos a los ingresos
Sabido es que en la realidad buena parte de los gastos no respon­ con que cuenta. Sin embargo, ambas premisas son relativas. La regla
den a los fmes de satisfacción de necesidades públicas. Sin embargo, no de que el Estado conoce antes sus gastos y adecua a ellos sus recursos
dejan de ser gastos públicos si son realizados por el Estado con los no siempre se cumple, porque no es concebible un cálculo de los gastos
caudales públicos y sin responsabilidad personal del funcionario que que deban ser realizados sin un previo examen de las sensatas posibili­
los ordena.
dades de obtención de los medios precisos para solventarlos. Ninguna
Pero no cabe duda de que se tratará de gastos públicos ilegíti­
finalidad seria tendría una selección de gastos si no se tuviese presente
mos. Por eso, la necesidad pública es el presupuesto de legitimidad del
un cálculo, por lo menos preventivo, de los ingresos posibles. En cuan­
gasto público, pero no su presupuesto existencial.
to al individuo constreñido en sus gastos según sus ingresos, ello es
una pauta genérica, pero en numerosos casos los individuos gastan
5. COMPARACIÓN DEL G.P. CON EL GASTO PRIVADO. más de 10 que ganan, y de ello dan cuenta las quiebras y falencias.
f> El Estado se halla obligado a realizar los gastos necesarios
a) La diferencia más obvia e importante consiste en que el sujeto para cumplir debidamente sus funciones, estando tales gastos previa­
del g.p. es el Estado, mientras que el particular 10 es del gasto privado. mente calculados y autorizados por la ley presupuestaria. El particu­
Esto es fundamental, porque el Estado es perpetuo y el individuo pere­ lar, en cambio, goza de amplia libertad tanto en lo que respecta a la
cedero. cuantía como al destino de sus erogaciones.
De ahí que los gastos del ente público estén en relación tanto con g) El Estado requiere una autorización legal que es previa en la
el presente como con el porvenir, contrariamente a 10 que sucede con el generalidad de los casos. Ello no es necesario cuando se trata de gastos
particular, que, al realizar sus erogaciones, tiene en cuenta la limita­ privados (salvo en casos excepcionales de inversiones privadas que re­
ción de su existencia (salvo casos excepcionales). quieran autorización legaD.
b) Todo g.p. tiene por finalidad la satisfacción de una necesidad Las notorias diferencias que hemos remarcado entre los g.p. y los
pública, o sea, de la poblacÍón en general, tendiendo a cumplir el man­ gastos privados no impiden que entre ambas clases de gastos exista
dato constitucional de promover el bienestar general. No obstante, en una relación de integración funcional. De allí que sea destacable la
algunas ocasiones la erogación estatal puede tener por destinatarios a importancia de tal relación y que se investigue cómo los g.p. se pueden
determinados grupos sociales o a ciertas personas en particular. Esto complementar de la mejor manera con los gastos privados para satisfa­
se materializa, por ejemplo, mediante pensiones, ayudas, subsidios y, cer las necesidades generales de la población, sean éstas públicas, co­
en general, todas aquellas salidas de dinero de la tesorería que carecen lectivas o privadas. Esta complementación se debe considerar en los
de contrapartida. tres momentos económÍcos básicos, es decir, el de la producción, el de
Los gastos privados, en cambio, se realizan en beneficio de la la distribución y el del consumo de riqueza. De esto hay numerosos
persona que los efectúa (también en este caso hay excepciones). ejemplos. Los costos de producción de individuos y empresas privadas
e) El hecho de que el Estado persiga, al menos idealmente, fmes serían notoriamente diferentes si el Estado no cumpliese sus funciones
de interés general al efectuar sus gastos, lleva a que los beneficios esenciales y cada uno de aquéllos tuviese que proceder por sí solo a
colectivos resultantes sean en gran medida inmateriales y no valuables defenderse y a promover su bienestar. Tampoco es similar la producti­
monetariamente (p.ej., los gastos en defensa exterior). A1 contrario, los vidad empresarial si la infraestructura que se le ofrece en un país es
gastos privados persiguen generalmente finalidades materiales y lu­ inferior a la que puede obtener en otros. El mantenimiento del orden
crativas (p.ej., la adquisición de bienes para consumo e inversión). interno es requisito básico para que los particulares inviertan en sus
MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 133
132 HÉCTOR B. VILLEGAS

de nuevas técnicas financieras que culminaron con una gran expan­


respectivas actividades, y como el cometido estatal antes mencionado sión de la actividad financiera del Estado, y se inició así una etapa en
tiene su costo, nuevamente confluyen el gasto privado y el estatal. I la cual se abogó por la intervención del Estado en todos los campos de
Por tal motivo, y según sostiene José Maria Martín (ob. cit., p. 80),
la vida nacional (ver cap. 11, punto 9). Esa intervención se materializó,
la moderna tendencia reiter2. que, más que diferencias entre g.p. y
gastos privados, debe prevalecer la idea de una adecuada complementa­ entre otras cosas, mediante un notable incremento de los gastos públi­
ción de ambas categorías. cos, a los cuales ahora se les adjudicó un carácter activo, en contrapo­
sición con la neutralidad preconizada por los clásicos.
Lamentablemente, estas ideas llevaron a abusf>s como el estatis­
6. EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO, mo, el dirigismo, el populismo, el déficit crónico y otl'aS lacras que
mostraron un panorama ilusorio y engañoso, pretendiendo redistribuír
El g.p. no sólo debe ser 6s~udiado como causa de los :ingresos riqueza aún no creada, con el endeudamiento consiguiente y un
requeridos para hacer funciüu!:l" los servicios mediante los cuales se emisionismo desbocado. Como no podía ser de otra forma, esto terminó
satisfacen necesidades públicas. La evolución del concepto demuestra en desastres que sufrieron casi todos los países de América latina, y
que el g.p., por sí solo y con prescindencia de ]a financiación de servi­ que tuvieron como resultado la inflación primero, la hiperinflación des­
cios públicos, puede tener importantes efectos en una economía nacio­ pués, y más tarde el caos, los saqueos y algunos regímenes totalitarios.
nal. Así vemos que puede significar un importante factor de No es éste, sin embargo, el papel a cumplir con los llamados
redistribución del ingreso y patrimonio nacional. Puede contribuír gastos públicos activos. Las políticas financieras neoliberales prag­
a la estabilización económica, o, todo lo contrario, se puede tornar en máticas, actualmente mayoritarias, no creen que el Estado sea tlIl mero
un factor preponderante de desestabilización. Su mejor o peor manejo consumidor de bienes tomados forzosamente de los particulares para
puede contribuír al incremento o bien a la disminución de la renta arrojarlos irresponsablemente a un abismo sin fondo.
nacional, y su influencia es siempre decisiva sobre aspectos tan esen­ El Estado tiene importantes cometidos a cumplir y ellos le r~­ {
ciales como la plena ocupación, e] consumo, el ahorro y la inversión. quieren la salida de fondos de sus arcas, pero esto no significa que
Lo real es que en los últimos años, y como consecuencia de apli­ (
económicamente sea un factor de empobrecimiento de la comunidad
car criterios diametralmente distintos de política fmanciera, así como privada de parte de sus rentas mediante los impuestos. Es innegable
también de cambiar sustancialmente las concepciones acerca del rol que ninguna actividad productiva sería posible sin la protección es­
del Estado en la economía, ]a noción del g.p. sufrió grandes trasfor­
maciones. tatal.
Por eso, y en realidad en la medida en que se siga una sana
Para el movimiento encabezado por la Escuela liberal clásica que política financiera, el Estado no es un consumidor sino un redis­
se impuso hasta fmes del siglo XVIII (ver cap. 11, punto 7) y que logró, tribuidor. Las rentas no desaparecen en un abismo sin fondo, sino
por obra de su razonabilidad y sentido común, hacer respetar sus pos­ que son devueltas íntegramente al circuito económico. Es decir, el con­
tulados por la mayoría de los países occidentales hasta mediados de la junto de sumas repartidas a los particulares mediante el g.p. es equi­
década de 1930, la actividad financiera del Estado se debía limitar a
valente al conjunto de lo que les fue recabado mediante los tributos. El
satisfacer las funciones públicas y algunas necesidades públicas pri­
Estado actúa de esta manera como un "filtro" o como una bomba aspi­
marias. Esto nos puede Hevar a sostener que la concepción clásica de
los g.p., aun no expresamente expuesta, pero sí implícita en el conjun­ rante e impelente: procede a modo de bomba aspirante de las rentas de
to de su armazón, concebía a los g.p. como neutros, es decir, como la comunidad y como impelente de la riqueza obtenida, mediante los
g.p., expandiéndola sobre toda la economía. Por supuesto que estamos
factores que no debían alterar, interrumpir o modificar los mecanis­ J hablando del desenvolvimiento normal de un Estado moderno, guiado
mos naturales que se consideraban como únicos recto.res de la activi­
dad económica y que se guiaban por los movimientos del mercado. J por gobernantes honestos que, a su vez, cuenten con asesores sabios y
prudentes. Las anomalías existen pero no tienen cabida en este estudio

Ii
Los importantes acontecimientos que caracterizaron la primera
mitad de nuestro siglo y que, en gran parte, ya~3 habían comenzado a que trata a la economía del sector público tal come se debe desenvolver
manifestar en el siglo pasado, cambjaron el carácter de las funciones idealmente.
del Estado (ver cap. 11, punto 9). Ta]~s acontecimientos dieron origen a "
una serie de investigaciones teóricas y, paralelamente, a la aplicación

1
134 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 135
...
tos gastos no se podían suspender y se debían repetir todos los años. De
7. CLASIFICACIÓN DE LOS GASTOS PÚBLICOS. tal inevitabilidad y periodicidad los autores clásicos extraían la conclu­
sión de que debían ser financiados con recursos ordinarios, en su ma­
Se han formulado muy distintos tipos de clasificaciones de los yoría tributarios"
g.p. Así como se divide a los gastos en gastos en especie yen mone· Los gastos públicos extraordinarios surgían ante situaciones
da según el instrumento de pago con que han sido efectuados, se los imprevistas y excepcionales, como guerras, plagas, calamidades, epi­
clasifica como internos o externos según el lugar en que se han demias masivas o catástrofes naturales. Su excepcionalidad tornaba
efectuado, ya sea dentro o fuera de las fronteras del país. También se imposible la previsión, y de allí que para fmanciar estas erogaciones no
distinguen los gastos personales, que son los que se abonan en con­ hubiese más remedio que recurrir al crédito público y a gravámenes de
cepto de sueldos y remuneraciones del personal, y los gastos reales, emergencia. Un fundamento básico de esta distinción era la exigencia
cuando se emplean para la adquisición de bienes. de que los empréstitos sólo se utilizaran para cubrir situaciones de
Existen otras múltiples clasificaciones que tienen en cuenta un emergencia y nunca para solventar gastos corrientes.
variado número de otros diversos factores y que en la mayoría de los Al entrar en decadencia las ideas liberales (cap. 1I, punto 9) tomó
casos han respondido a propósitos didácticos. De todas estas clasifica­ cuerpo el intervencionismo, que procuró el fortalecimiento de la activi­
ciones corresponde destacar la importancia de las que han sido elabo­ dad pública y cuyos principios teóricos se basaron en las ideas de Keynes.
radas con criterio económico, así como también la de aquellas que Esta concepción intervencionista considero inválida la distinción
se han efectuado siguiendo un criterio jurídico-administrativo. antes mencionada y estimó que el crédito público era un verdadero
El primer criterio con que han sido elaboradas tales clasificacio­ recurso que no podía estar limitado por situaciones excepcionales o de
nes es de gran trascendencia, porque permite analizar los gastos con emergencia. De allí al abuso por ciertos países hubo un paso, y el dine­
relación a los recursos que habrán de financiarlos y la importancia de ro obtenido mediante empréstitos pasó a ser utilizado para diversos
dichos gastos con respecto al funcionamiento normal del Estado y su fines económico-sociales, entre ellos la cobertura de gastos ordinarios.
patrimonio. En cuanto a las clasificaciones jurídico-administrativas, Esto fue complementado con las teorías que restaron importancia al
éstas tienen principalmente en cuenta tanto a los órganos estatales déficit presupuestario, haciendo prevalecer el equilibrio general de la
que realizan las erogaciones como las fmalidades y funciones a las cua­ economía por encima del equilibrio presupuestario.
les esas erogaciones se destinan, basándose en la estructura adminis­ El paso siguiente fue considerar que si no era para nada negativo
trativa del Estado yen la regulación jurídica de su accionar. Tampoco emplear el empréstito como un recurso más, tampoco podía ser perni­
prescinden estas clasificaciones de la fuente de fmanciación de los g.p., cioso emitir moneda para cubrir los que se denominaron "gastos públi­
a la vez que tienen la ventaja de que permiten apreciar comparativa­ cos productivos", aun cuando tales emisiones no estuvieran respalda­
mente la evolución de los distintos sectores de la Administración en das por·el necesario incremento del producto bruto interno. Las
cuanto a 10 que cuestan y a los beneficios que brindan. consecuencias fueron funestas en los países con economías poco desa­
rrolladas, que se encontraron con un desmesurado crecimiento de la
7.1. Criterio económico. deuda pública, tanto externa como interna.
La critica más generalizada respecto de la clasificación liberal de
La doctrina financiera del liberalismo clásico realizó la distin­ gastos ordinarios y extraordinarios fue la de sostener su carencia de
ción entre gastos públicos ordinarios y extraordinarios. Tal clasi­ precisión. No obstante, cuando tocó al intervencionismo caer en des­
ficación tenía como propósito principal establecer una correlación con gracia en los casos en que se pretendió redistribuír sin creación previa
la análoga clasificación de los recursos en ordinarios y extraordinarios. de riqueza, volvieron a tomar auge las ideas liberales, aunque no en los
Los g.p. ordinarios eran los corrientes y habituales, y su misión términos de los viejos teóricos clásicos. Estas ideas seaggiornaron y se
era atender el normal desenvolvimiento del país as-egurando los dere­ tomaron pragmáticas al reconocer un cierto grado de intervencionismo
chos individuales de sus habitantes. De allí que 10s fondos tuviesen estatal, aunque no con la exageración con que lo habían sostenido los
como destino las funciones públicas (legislación, justicia, defensa ex­ seguidores de Keynes (cap. ~I, punto 11).
terna, orden interno) y algunos servicios públicos esenciales que se Volvió, entonces, a tomar vigencia esta clasificación, que al ser
consideraban imprescindibles para la existencia del propio Estado. Es- recogida por la legislación financiera moderna se atemperó en su va­
136 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 137

guedad, por cuanto, en diversos países, la ley estableció con precisión dós). Estos gastos no significan un incremento directo tiel patrimonio
el modo de distinguir unos y otros rubros. nacional, pl'\ro contribuyen a la productividad general d~! sistema eco­
De tal manera, se los caracterizó de la siguiente manera: nómico y son tan necesarios como los gastos de inversi6n. Por eso,
- Gastos públicos ordinario!!: son las erogaciones habituales tiene razón Ramírez Cardona (Sistema, ... , p. ~65> CUH"1ctú opina que su
o normales de la Administración, es decir, ·'as reiteradas en el curso de reducción excesiva en beneficio de estos últimos es W2 p<,rjudicial como
los ejercicios financieros de la llacienda. la hipótesis inversa. En líneas generales, los gastos el. "funcionamiento
- Gastos públicos exl;ranb'di!ll.9.lti(;.s son las erogaciones des­ se asemejan a los "gastos ordinarios".
tinadas a satisfacer necesidades imprevistas, excepcionales, eventua­ Los gastos de inversión son todas aquellas erogs.d.one'l del Esta­
les o contingentes, no repe~jas con re¡¡Guja,idad en los distintos ejerci­ do que significan un incremento directo del patrirllJ,i:j púbb:;o. Pue­
cios de la hacienda. den consistir en pagos emanados de la adquisición de bienes +" f)!'l"\duc­
Conforme a esta dasificaciór serian it::il.stos ordinarios, por ejem­ ción (maquinarias, equipos, etc.), en inversiones ~n obras públicas
plo, los destinados a sueldos, adquisición de efectos, conservación de infraestructurales (presas hidroeléctricas, viaductos> carreten:..z, puen­
inmuebles, servicios de la deuda púk,1ica consolidada, intereses y gas­ tes) o en inversiones destinadas a industrias clave (siderurgia, petro­
tos de la deuda del TesOlo, juoiiadOl-.es, l'etiros y pensiones a cargo del química, fabricación de equipo pesado, etc.), ya sea que éstas se2'Jl motivo
~stado, etc. de explotación pública o privada, en cuyo último caso la inversión se
Entre los gastos extrnordinarios tendriamos los atinentes a obras hace en forma de préstamo o aporte de capital.
públicas, adquisición de inmuebles v otros bíanes de uso, aportes de capi­ Según se observa, mientras los gastos de funcionamiento retri­
tal a empresas del Estado, aportes a planes de fomento económico, etc. buyen bienes de consumo o prestaciones de servicios, los s¡ast0s de in­
Otro aspecto destacable es que las disposiciones más modernas versión retribuyen bienes de capital y, por consiguiente, contribuyen a
de la materia presupuestaria en nuestro país contienen una clasifica­ aumentar el capital del sector público de la economía. Aquí el parecido
ción de gastos públicos por su fuente de financiamiento, la cual tiene con los "gastos extraordinarios" desaparece, ya que las erogad\)nes de
en cuenta la diferencia entre gastos ordinarios y extraordinarios. Así inversión no pueden ser consideradas excepcionales o anormales.
lo hace la resolución 56 dictada por la Secretaría de Hacienda el 24/11 Otra clasificación con criterio económico divide a los gastos en
96, que cumple con lo ordenado mediante el arto 14, in fine, de la ley gastos de servicio (o con contrapartida) Ygastos de trasferencia (o sin
24.156. Dicha resolución señala como conveniente, por regla general, contrapartida). En el primer caso, se cambia el dinero del gasto por un
que recursos pennanentes fmancien gastos pennanentes, recursos tran­ servicio prestado o una cosa comprada (p.ej., gastos en remuneración
sitorios financien gastos transitorios y recursos por única vez fman­ del personal estatal como contrapartida de su trabajo, o gastos en pago
cien gastos por única vez. Por último, el arto 56 de la ley 24.156, último a los proveedores como contrapartida a sus entregas de bienes), mien­
párrafo, prohíbe expresamente realizar operaciones de crédito público tras que en el segundo caso no hay contravalor alguno y el propósito de
para financiar gastos operativos. la erogación es exclusivamente promocional o redistributivo (p.ej., sub­
Lo anterior quiere decir que la vieja clasificación en cuestión ha sidios a empresas privadas deficitarias cuya producción es esencial,
retomado vigencia, especialmente cuando es adoptada normativamente subvenciones a entidades de bien público, auxilios regionales por cala­
y se otorga validez a principios atinentes a una administración ordena­ midades públicas, asistencia médica gratuita, pensiones por acciden­
da. De allí que la actual noción de diferenciar gastos ordinarios yex­ tes de trabajo, enfermedad, vejez Ymuerte, etc.).
traordinarios es cada vez más parecida a aquella que establece la dife­ También se suele clasificar económicamente a los gastos enpro­
rencia entre gastos de funcionamiento (u operativos) y gastos de ductivos e improductivos. Los primeros serían aquellos que elevan el
inversión (o de capital). rendimiento global de la economía, posibilitando mayor productividad
Los gastos de funcionamiento son los pagos que el ente público general del sistema (adquisición de equipos productivos, construcción
debe realizar en forma indispensable para el correcto y iÍoIÍnal desen­ de viviendas, mejoramiento del trasporte, investigación científica, etc.),
volvimiento de los servicios públicos y de la administración en general. mientras que los segundos no tienen esa cualidad (p.ej., los gastos de
Pueden ser gastos de consumo (p.ej., conservación y reparación de edi­ cobertura de funciones públicas, tales como ejército, justicia y policía).
ficios, renovación de bienes muebles, etc.) o retributivos de servicios Pero la división es relativa y de escasa validez científica. Así, por
(p.ej., sueldos, salarios, dietas y honorarios de funcionarios y emplea- ejemplo, los gastos destinados a las funciones públicas no son estric-

138 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 139


~

tamente improductivos, puesto que es evidente que sin su debida aten­ Esta clasificación funcional de los g.p. es muy aceptada en los
ción la producción se debilitaría. presupuestos modernos, porque permite identificar con mayor claridad
la orientación seguida por el Estado y el tipo de necesidades que prefie­
7.2. Criterio jurídico-administrativo. re atender prioritariamente.
C) Clasificación por la constancia o permanencia del
Desde este punto de vista, las legislaciones son proclives a reali­ gasto. Otra clasificación jurídico-administrativa puede estar fundada
zar diferentes distinciones entre g.p., de las cuales mencionamos las en la constancia o en la permanencia del gasto.
principales: Según el primer criterio (constancia), son gastos fijos los que
A) Clasificación jurisdiccional o institucional. Esta clasi­ no dependen de una mayor actividad o del aumento de rendimiento de
ficación atiende a la estructura organizativa del Estado y expone las los entes dedicados a la prestación de servicios divisibles, y son gastos
distintas unidades institucionales que ejecutarán el presupuesto. Cada variables los directamente vinrulados con la mayor actividad o pro­
unidad institucional se denominajurisdicción (que corresponde al anexo ducción. Esta clasificación tiene importancia en cuanto a los presu­
de la anterior ley de contabilidad) y en ella está comprendido cada uno puestos de las entidades de objeto comercial, industrial o financiero
de los poderes integrantes de la estructura administrativa y de sus (empresas del Estado).
respectivas dependencias. También se asigna el carácter dejurísdic­ Conforme al segundo criterio (permanencia), son gastos fijos
ción a las erogaciones correspondientes al servicio de la deuda pública los repetidos de un ejercicio a otro con un monto prácticamente inva­
y a las obligaciones a cargo del Tesoro. riable, y son gastos variables los que sufren alteraciones notorias en
En la organización institucional argentina, la división fundamen­ su monto o tienen carácter extraordinario, apareciendo en unos ejerci­
tal es la siguiente: a) Poder Ejecutivo; b) Poder Legislativo; e) Poder cios y faltando en otros. Esta clasificación sirve para consolidar los
Judicial. La c1asificaciónjurisdiccional prosigue con la división de cada gastos fijos, como ocurre en Inglaterra, donde el pronunciamiento y
uno de esos poderes en sus sectores o dependencias componentes. Así, examen minucioso del Parlamento sólo recae sobre los gastos variables
por ejemplo, dentro del Poder Ejecutivo tenemos: 1) Presidencia de la (conf. Adolfo Atchabahian, ob. cit., p. 205).
Nación; 2) Ministerio del Interior; 3) Ministerio de Relaciones Exterio­
res, Comercio Internacional y Culto, etc. 7.3. Clasificación presupuestaria vigente para el sector
Dentro del Poder Legislativo tenemos: 1) Cámara de Diputados; público nacional.
2) Cámara de Senadores.
A su vez, en el Poder Judicial están comprendidos los gastos de: La resolución 56/96, de la cual ya dimos cuenta, está dictada
1) Corte Suprema de Justicia; 2) tribunales nacionales inferiores, etc. para cumplir 10 dispuesto mediante el arto 14 de la ley 24.156. Según
Como hemos dicho, la parte del presupuesto asignada a cada uno este dispositivo, en los presupuestos de gastos se utilizarán las técni­
de los departamentos del Estado u órganos principales de los poderes cas más adecuadas para demostrar el cumplimiento de las políticas,
recibe el nombre de "jurisdicción". Estos órganos y departamentos, a planes de acción y producción de bienes y servicios de los organismos
su vez, se dividen, en escala descendente, en las diferentes direcciones del sector público nacional, así como también la incidencia económica
y oficinas. Reiteramos que se suele destinar un apartado especial para y financiera de la ejecución de los gastos y la vinculación de éstos con
las obligaciones generales del Estado (servicio de la deuda pública, obli­ sus fuentes de financiamiento. La reglamentación establecerá las téc­
gaciones a cargo del Tesoro, subsidios y subvenciones). nicas de programación presupuestaria y los clasificadores de gastos y
B) Clasificación por finalidades y funciones. Juntamente recursos que serán utilizados. La mencionada resolución 56 aprobó la
con la clasificación jurisdiccional, los gastos pueden ser distribuídos actualización y el ordenamiento de las clasificaciones presupuestarias
según la necesidad a cuya satisfacción tienden o el fin del Estado que que aparecen elaboradas sobre la base de criterios rigurosos.
pretenden llenar. Por ejemplo: gastos de justicia, de enseñanza, de de­ La planilla anexa al arto 1 de la resolución afirma que "confor­
fensa nacional, de salubridad, de seguridad interior, etc. En realidad, man un sistema de información ajustado a las necesidades del gobier­
la distribución jurisdiccional o institucional ya revela en cierlo modo el no y de los organismos internacionales que llevan estadísticas sobre
destino de los gastos, porque la competencia de los departamentos del los sectores públicos nacionales, posibilitando un análisis objetivo de
Estado resulta de las fmalidades y funciones que éstos deben cumplir. las acciones ejecutadas por el sector público".
140 HÉCTOR B.VILLEGAS

Para los g.p., su clasificación consiste en diversas fonnas de or­


""

¡
t
¡ MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 141

denar, resumir y presentar los gastos programados en el presupuesto, 8. CRECJl'tDENTO DE LOS GASTOS PÚBLICOS.

agrupándose en los tipos que se indican a continuación:


a) Por su objeto. Esta clasificación consiste en la ordenación En todos los países del mundo los gastos del Estado han tendido a
sistemática y homogénea de los biena", (sean de consumo o de uso), d ":: incrementarse. En venodos cortos se puede observar estabilizaciones o
los servicios, de las trasferencias (transacciones sin contrapreskción:¡ descensos, pero, considerándolos en períodos largos, la curva parece
con importes no reintegrables por los benetidarios), de las variaciones siempre ascendeilte.
de activos y pasivos de] sector público el! su proceso productivo (gastos A grandes rasgos, el crecimiento de los gastos se desarrolló en
por la compra CÍie valoree de crédito, a'riMes, tíhtlos y bonos públ: ~",' ritmo lento hasta 1914 y se aceleró notoriamente a partir de tal fecha.
privados) y de los gastl)g destinados a cubrir el s"lrvieio de la deuda La crisis dE:; los años 70 puso de manifiesto una grave limitación
pública y a dismjnuír otros pasivos c(;ntrf~jdos por el sector púbHeo. en la conducta intervencionista del Estado, que consistió en la necesi­
dad de crecientes impuestos para poder ¡manciar un gasto público des­
b) Pc~ su carácter económico. Esta condi~ión conduc~ a idee.
tificar la naturaleza económica de las trans.5.:!CÍone;; que realiza el óec­ bordante. El Estado de bie."lestar preconizado por las ideas keynesianas
tor público y a evaluar el impacto de las ,'eperCUSiúilf\S generadas por entró en crisis, no tanto porque teóricamente sus ideas fueran abando­
las acciones fiscak,s. Esta clasiíit:ación .::oncuerda con el sistema ne nadas, sino porque la realidad se hizo sentir. Las crecientes necesida­
des financieras de numerosos gobiernos hicieron que éstos debie:ran ir
cuentas nacionales y tiende a facilitar el estudio de ~,)S efectos del sec­
eliminando paulatinamente una serie de actividades promovidas por
tor público en el contexto de la economía. Aquí aparecen los gastos
las administraciones públicas.
corrientes, los de capital y las aplicac!ones financieras, y a su turno se
Prescindimos de la clasificación efectuada por Griziotti, p8.!'9.
provee una descripción de las principales cuentas; por otro lado, se quien, entre los motivos provocantes del aumento de los gastos p'ibli­
expone la correspondencia entre esta clasificación y la hecha según el cos, se debían distinguir las causas aparentes (p.ej., variación del
objeto del gasto, que mencionamos en el punto anterior.
signo monetario y evolución de las reglas presupuestarias), las relati­
e) Por sus finalidades o funciones. En este rubro, la clasifi­ vas (p.~., anexiones territoriales o aumentos de población, de produc­
cación presenta el g.p. en fonna acorde con la naturaleza de los servi­ ción o de renta nacional) y las reales (p.ej., gastos militares o burocrá­
cios brindados por las instituciones públicas de la comunidad, para ticos).
determinar los objetivos generales y los medios mediante los cuales se Ello es así porque si la causa es aparente equivale a decir que es
pretende alcanzarlos.
ficticia, y, en consecuencia, deja de ser una auténtica causa. Algo simi­
ti) Por sus categorías programáticas. Acá se realiza la asig­ lar ocurre con las causas relativas, ya que se hallan compensadas en sí
nación de recursos ¡mancieros a cada una de dichas categorías dentro mismas puesto que los aumentos de los gastos ocurren paralelamente
del presupuesto (programa, subprograma, proyecto, actividad y obra). al crecimiento de los recursos. Lo que realmente interesa, entonces, es
Cabe aclarar que la clasificación programática del presupuesto es un examinar las verdaderas y auténticas razones (causas reales) por las
aspecto parcial de la aplicación de la técnica de programación presu­ cuales los Estados, en general, han observado la tendencia señalada.
puestaria porque expresa solamente uno de los elementos de esta pro­ Los autores mencionan el incremento de los gastos militares, el
gramación, esto es, los recursos financieros. aumento internacional del costo de bienes y servicios, la expansión de
e) Por su fuente de financiamiento. En esta clasificación se las actividades del Estado y la creciente burocracia.
presentan los g.p. según los tipos genéricos de recursos empleados para No obstante, todo parece indicar que la causa-fuente de los mayo­
financiarlos; este tipo de clasificación identifica el gasto según la natu­ res aumentos observados en los últimos años coincide con la mayor
raleza de los ingresos, así como también la orientacimrde éstos hacia presencia del Estado en la vida económica, en razón de las teorías
la atención de las necesidades públicas. Según este último tipo de agru_ intervencionistas.
pación -es que retoma importancia el viejo axioma de que los gastos Esta presencia pública, a su vez, se debió a razones diferentes:
corrientes se deben financiar con recursos corrientes. desde la extensión de un sistema de asistencia sanitaria y prestaciones
sociales controladas por el gobierno, hasta la intervención estatal en
muchos sectores de la economía -marcando preCios mínimos, efec­
142 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 143
tuando control de cambios, permitiendo o no tal actividad, etc.-, pa­ No obstante, estas acciones despiertan potentes resistencias, de­
sando por la creencia de que era necesaria la presencia del sector públi­ bido a las consecuencias sociales que producen. Los críticos creen que
co en ciertas empresas industriales y comerciales para que éstas conti­ este proceso es el culpable principal del desempleo creciente y expresan
nuaran una producción que se consideraba indispensable y estratégica. que cada vez ~ás se advierte la superioridad del mercado sobre el Es­
Según esta concepción, en las últimas décadas se ha descargado tado como mecanismo apto para asignar los recursos en la sociedad.
la mayoría de las necesidades insatisfechas en la protección estatal. La Según dichos teóricos, esto trae una disminución altamente perjudi­
población reclamó mejores y más eficientes hospitales, escuelas y fuer­ cial en la capacidad del Estado para resolver cuestiones centrales.
zas de seguridad, pero además de ello exigió que el Estado incrementara
Como hemos dicho anteriormente, creemos que la realidad se
su presencia en todo el quehacer económico de los países.
debe imponer y que son inútiles las soluciones voluntaristas (cap. 111,
Ante tales ideas, no fue de extrañar que se incrementaran las
punto 8). No cabe duda de que Latinoamérica aspira a un tipo de desa­
erogaciones públicas.
rrollo plenamente integrado con la economía internacional, y que lo
En lo que hace a los países industrializados, y si observamos sus
contrario significará su exclusión y una brecha cada vez más grande
g.p., vemos cómo Alemania gastó un 32,4 % de su producto bruto inter­
no (en adelante, PBI) en 1960, pasando al 48,5 % en 1992. En igual respecto de los países mayormente desarrollados.
período Francia pasó del 34,6% al 62,2%; Italia del 30,1 % al 53,1 %; Las teorías pragmáticas actualmente imperantes han visto con
Gran Bretaña del 32,2% al 43,2%; Canadá del 28,6% al 50,2%; los espanto el incremento desmesurado del g.p. Ello ha llevado a que, por
Estados Unidos del 27% al 34,4%; Japón del 17,5% al 31,7%. De ahí lo menos, se liberara al Estado de su papel de industrial, comerciante,
en adelante, se advierte una estabilización puesto que en el año 1995 prestador de servicios públicos con déficit abrumadores y de servicios
los incrementos se hacen menores y en algunos casos comienzan las privados diferentes, fabricante de automóviles y aviones, etc. Pero, no
reducciones. En 1997 se advierte una decidida tendencia a la baja, y obstante los esfuerzos realizados, la solución no es todavía satisfactoria
vemos a Alemania con el 47,8%; Italia con un 50%; Gran Bretaña con en cuanto a frenar el incremento de los g.p.
el 40,2%; Canadá con el 44,9% y los Estados Unidos con el 29,3%. Es Lo cierto es que esta lucha se toma dificil puesto que es la propia
una excepción a este descenso el caso de Japón, que pasó al 34,4 % en sociedad la que le asigna al Estado preponderantes deberes de protección.
1997. Todo indica que en los países industrializados hay una lenta pero El autor Harold Groves (ob. cit., p. 618), refiriéndose a los Esta­
progresiva reducción del tamaño del sector públíco, lo cual se ha unido dos Unidos, primera potencia mundial y uno de los países más
a ]a introducción de criterios de eficiencia en las actividades estatales. industrializados del orbe, brinda un ejemplo que lleva a serias medita­
Si bien en algunos países industrializados se advierte aún una fuerte ciones. Según este autor, desde la cuna hasta la sepultura, o desde el
presencia del sector público, con niveles de protección social altos (p.ej., momento en que uno se levanta hasta que se acuesta, se tropieza cons­
los países escandinavos), hay una tendencia a terminar con el implaca­ tantemente con el gobierno. Si nos fijamos en el último de los ciclos
( ble crecimiento del gasto público. indicados, notamos que el ciudadano se levanta de dormir conciente de
En ]0 que se refiere a países en estado de desarrollo, se produjo que su despertador ha sido regulado cronológicamente según las nor­
una tendencia generalizada hacia el drástico descenso de los g.p., con mas de la oficina respectiva. Al desayunar, echa una mirada al diario
un fuerte ingrediente de trasformación económica que produjo un ajus­ y observa con cierta satisfacción que el gobierno está preparado para
te estructural de alto impacto social. protegerlo contra violencias iniciadas en el extranjero. Los alimentos
Observando la reforma del Estado que llevaron a cabo los países que come han merecido el pleno beneplácito del gobierno: inspección de
latinoamericanos, nos encontramos con que dicho proceso contó con la leche y vigilancia para que los alimentos y medicamentos sean pu­
cuatro elementos básicos: privatizaciones, desregulación, desmonopo­ ros. Ve que su hija no puede ingresar en la escuela pública mientras no
lización y descentralización. Con velocidad diferente, pero con tenden­ cuente con una prueba sobre tuberculosis ordenada por los servicios de
(
cia progresiva, se empezaron a observar privatizaciones en empresas y salubridad. Su camino hacia la oficina está protegido por la vigilancia
I
en servicios púbJicos. La desregu]ación intentó atacar directamente el de la circulación mientras atraviesa la vía pública El correo que llega
gigantismo burocrático del Estado regulado, tratando de buscar racio­ a su despacho fue entregado por un cartero, empleado gubernamental,
nalidad en la gestión pública mediante ]a reducción de la ineficiencia y y entre su correspondencia figura un contrato cuyo cumplimiento ga­
la burocratización en los organismos del gobierno. rantizará el gobierno, así como también los formularios que habrá de

,ill
1
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 145
144 HÉCTOR B.VILLEGAS
hecho generalmente conocido que ciertas funciones ciudadanas, tales
llenar para sus declaraciones del impuesto ~ la renta. Y así sucesiva­ como el aprovisionamieato de aguas y desagües c1oacales, la protección
mente. policíaca y la regulación del tl'ánsita, se ajustan a la regla de aumen­
No obstante lo dicho, no podemos cerrar los ojos a la realidad de tar los gastos, y por mucllú qUé se hf.<ga grandes economías en otros
que hay otra abundante serie de causas reales para que los gastos órdenes, el resultado es siempre u..'18. elevación de los g.p.
públicos se eleven, algunas de las cuales mel'ecen atención especial: 4) Desarrollo de la democrnda. C¡'srtos autores piensan que
1) Gastos militares. Una de las ;;¡rincif:5Jes causas del aumen­ el desarrollo de la O·3mocl"acia y el ¡;::ontimiep.to democrático lI3gan ~
to que estudiamos ha sido la guerra el'. ¡;ener&l y, el:", particUlar, las dos significar no poco en el aumenu, de los gastor,; públicos. E¡¡tafoima de
guerras mundiales. Lo que a los países in;;3rvinientes costó la Segunda gobierno, que no obstl:mte es la mejúr a la que pueden aspirar los Estil­
Guerra Mundial fue unas diez veces nó.s de !'" que costó la anre;ior dos, tiende a la liberalidad en los gastos, porque a v~ces n·:;, se f'uede
conflagración, cuyos gastos habían sU!Jerado a todo la anterior. Los prescindir de la presión de grupos o sectores con influencia políá,;a que
gastos bélicos no terminaron con el fin de la contienda armada, pues satisfacen sus intereses particulares a costa del presupuesk' del E,,;;a­
exigieron una segunda etapa de serviciGs j' conceEÍones a los veteranos. do, o que propugnan gran cantidad de obras pensando en los yotos qt'€
Además, en cuento acaba una guerra, hay que comenzar a prepararse van detrás de cada U!1fi de ellas.
para la siguiente. Las guerras habitúan a los contribuyentes a pagar 5) Ayuda a zonas subdesarrolladas. En los últimos til~D.l~(;:!' I

impuestos elevados, yes raro que los presupuestos posteriores a ellas se ha desarrollado en el mundo occidental la necesidad imp0r~c8ó:.k
vuelvan a los niveles antiguos. Así, pues, uno de ios principales moti­ combatir la miseria en el propio país ayudando a sus regiones más
vos de los altos precios que debe atender la economía nacional se halla atrasadas. InclUso, y por razones éticas, se piensa que también se aebe
en las relaciones internacionales. efectuar ese combate en otros países indigentes. Cuesta trabajo h&.oor­
Incluso, y sin que sea necesario hablar de las guerras, es notorio se a la idea de que la mayor parte de la población del mundo vive ~m
que el equipamiento racional de las fuerzas armadas modernas exige Asia y África, que es desesperadamente pobre y que está mal alimeni;a­
sumas que se incrementan por las tensiones internacionales, los con­ da y descontenta.
flictos parciales, los nuevos descubrimientos científicos en armamen­ 6) Aumento de los costos. El incremento considerable de cos- ¡
tos cada vez más sofisticados, etc. De descuidar este aspecto, se pasará tos de bienes y servicios incide considerablemente en los presupuestos

~
a ser un país indefenso, fácil presa de vecinos codiciosos o de lejanas públicos, aparte de que el progreso técnico determina gastos antes des­
naciones ávidas de sus riquezas. conocidos.
2) Prosperidad del sistema económico. En la medida en que 7) Burocl"acia. Debemos mencionar, finalmente, causas que,
el sistema económico se va desenvolviendo hacia niveles más elevados aun siendo morbosas, no son menos reales, como el crecimiento desme­
de rendimiento de producción, sus recursos se encauzan menos a las surado de la burocracia administrativa
industrias primarias (extractivas) y secundarias (fabricación y comer­ Se hace necesario diferenciar entre lo que constituye la dotación
cio) y más a los servicios. En los primeros estratos de la evolución de funcionarios estatales y lo que corrientemente se conoce bajo el nom­
económica de la sociedad, el esfuerzo y el gasto mayor están motivados bre de "burocracia". El Estado debe contar con un cuerpo de funciona­
por la alimentación; a medida que se va progresando, este egreso va rios altamente responsables y concientes de su función, indispensables
adquiriendo una importancia cada vez menor. Quedan más ingresos para mantener un buen nivel en la prestación de los servicios estata­
libres y se adquiere mayor capacidad para el pago de impuestos. Los les. Estos funcionarios deben gozar de un status económico y social
gobernantes y sus asesores están atentos a este incremento de capaci­ adecuado. Nada tienen que ver con la burocracia, que es uno de los
dad contributiva y no tardan un instante en encontrar múltiples utili­ peores males del Estado moderno.
zaciones del mayor dinero que pueden obtener. De esta manera, los La burocracia no es la simple suma de funcionarios, sino un algo
gobiernos comienzan a tener ingresos en volúmenes crecientes, quizás intangible pero omnipresente, que actúa mediante una maraña de re­
no porque estén corrompidos y sean deficientes, sino pOrque la propia gulaciones y procedimientos superabundantes, cuya única justifica­
sociedad requiere de enseñanza, protección de los débiles, carreteras, ción es incrementar el número de empleados estatales. Esta burocra­
salubridad y otros gastos que aumentan vigorosamente a medida que cia cada vez más frondosa ahoga el cuerpo social y es un importante
avanza la prosperidad. factor de crecimiento perjudicial del gasto público, por lo cual se debe
3) Ul"banización. Nadie duda de que el aumento de población
intentar, al menos, revertir la tendencia a su incremento.
en las ciudades es una causa del aumento del que hablamos. Es un

(
146 HÉCTORB.VILLEGAS MANUAL DE FÍNANZAS PÚBLICAS 147
.~
de equilibrio. El hecho de proporcionar lujos públicos a los gobernantes
9. LíMITEs DE LOS GASTOS PÚBlJCOS. a expensas de necesidades privadas constituye una violación al princi­
pio enunciado, no obstante lo cual ello se hace frecuentemente en la
Íntimamente relacionado con el tema tratado en el punto ante­ práctica. Por eso, y aun cuando este principio sea elemental y esté de
rior, aparece el interrogante respecto de si existen límites tolerables en acuerdo con los claros dictados del sentido común, su inteligente apli­
relación con su crecimiento, o sea, si hay un tope para el incremento de cación no resulta sencilla ni fácil.
los g.p., más allá del cual pueden estar en peligro la propia estructura Autores como Lello Gangemi (Tratado de hacienda pública, Ma­
del Estado y la existencia misma de la Nación. drid, 1961, t. 1, p. 355) piensan que, de ordinario, los entes públicos no
No hay ni qué decir que ninguna nación puede disfrutar de más pueden superar un cierto límite en la expansión del gasto, límite que
de lo que produce, ya sea privadamente o colectivamente. Esto resulta se impone ante la posibilidad de agravar la presión tnbutaria y la nece­
muy sencillo de enunciar, pero muy difícil de llevar a la práctica. sidad de no crear una presión inflacionista. Es necesario -se dice­
Lo cierto es que parece imposible establecer límites "a priori" a tener presente el equilibrio entre actividad económica y actividad fi­
los gastos públicos, ya sea en su conjunto o individualmente considera­ nanciera.
dos. Ello se debe a que, según la realidad demuestra, no se trata de un El francés Duverger (Instituciones. '" p. 66) dice que al hablar de
problema que pueda ser resuelto mediante análisis económicos, por­ límites muchos confunden gastos públicos con cargas públicas, lo cual
que, en definitiva, se trata de una cuestión de naturaleza política. es un error, ya que no todos los gastos públicos son cargas públicas,
dado que el individuo paga las imposiciones pero recibe contrapres­
Si esto es así, resulta difícil fijar la real utilidad de fórmulas
taciones por medio de los servicios que le presta el Estado. Sostiene
rígidas de limitación estableciendo, por ejemplo, determinada propor­
este autor que ciertos gastos se deben limitar, y ellos son los gastos de
ción del gasto en relación con la renta nacional o con el producto bruto
interno. No obstante, ése ha sido el método elegido en la Argentina por mera administración, los gastos improductivos de trasferencia y las
sustituciones onerosas del Estado con respecto a aquellas actividades
el Congreso de la Nación mediante la llamada ley de "convertibilidad
que resultan menos gravosas en manos de particulares.
fiscal". El autor Maurice Duverger (Instituciones financieras, Barcelo­ Sin embargo, las opiniones señaladas expresan meros ideales teó­
na, 1960, p. 71) señala que económicamente nada impide que los g.p. ricos. Más allá de todos los postulados impregnados de sensatez que los
I
\
alcancen el ciento por ciento de la renta nacional, como ocurre con expertos puedan efectuar, es poco lo que se puede decir acerca de la
algunos países socialistas donde el Estado tomó a su cargo la totalidad capacidad de los gobiernos para cobrar impuestos y hacer gastos. Todo
de la actividad económica. ello es materia opinable, que depende de las circunstancias de tiempo y
Los autores modernos sostienen que los g.p. pueden llegar hasta lugar. Por supuesto, que es básico conocer el destino y la oportunidad
aquel límite en el cual la vent~a social que brindan se compensa con en que se gastan los ingresos públicos. Gran parte de las conclusiones
los inconvenientes de las amputaciones efectuadas al ingreso de los sobre. los límites de los gobiernos para gastar está referido a la cuestión
particulares. de cuánto es lo que una nación se puede permitir el lujo de tener en
Se ha elaborado un concepto, al que se ha dado en llamar el de la concepto de deuda externa.
utilidad social máxima, que se puede enunciar aproximadamente . Según el autor Colin Clark (Finanzas públicas y cambios en el
así: el Estado deberá ampliar sus gastos hasta el nivel en que la venta­ valor de la moneda, "EconomicJournal", LV, diciembre de 1945, p.
ja social de un aumento de dichas erogaciones se vea compensada por 371), cuando los impuestos de una nación, cuyo monto se utiliza en los
el inconveniente social de un aumento correspondiente de las exacciones g.p., ascienden a más de una cuarta parte del ingreso nacional, el re­
públicas. sultado habrá de ser inexorablemente inflacionario.
También en este caso, el enunciado es fácil y el cumplimiento Por su parte, Harold Groves establece que los límites al incre­
dificultoso. El gobierno debe decidir si hace más falta un nuevo palacio mento de los g.p. pueden tener en cuenta aspectos psicológicos, poJíti­
gubernamental o un aumento de sueldo a las maestras de escuela, y si cos, económicos y jurídicos. Concluye que con tantos elementos varia­
una u otra cosa debe primero tomarse en consideración, o si, al contra­ bles en el cuadro resulta muy dudoso que se pueda determinar una
rio, es preferible dejar más dinero a los contribuyentes para que éstos cifra como límite para toda clase de gastos en un país de economía
disfruten de más alimentos o más automóviles. Por supuesto, la for­ libre. Esto, empero, no equivale a decir que no pueda haber límites
mulación de presupuestos razonables es una buena ayuda en este proceso (autor y ob. cits., p. 644).
148 H~CTOR B.VILLEGAS
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 149
Concretando el punto, los límites existen y están establecidos por
el principio de la "utilidad social máxima" aunque sea desde el punto medida gastos y producciones, así como también ulteriores acciones de
de vista teórico. intercambio. Durante el apogeo de las ideas intervencionistas se pen­
só, quizás con exageración, que el efecto propulsor de los g.p. podía ser
suficiente para poner en movimiento una recuperación económica o, al
10. EFEcros ECONÓMICOS. menos, para retener o retardar el proceso de contracción. En ciertos
países industrializados este resultado se logró, y produjO un nuevo ci­
Hemos señalado anteriormente que, aun en los sistemas econó­ clo económico que hizo recobrar vida a la economía. En cambio, la
micos neoliberales que hoy prevalecen en la econo:rma mundial, los g.p. misma fórmula fracasó rotundamente en otros países, especialmente
han perdido su carácter neutro y asumido un papel activo. en los subdesarrollados.
Para darse CU''-i.lta de los efectos que produce e! g.p. se debe partir Claro está que las consecuencias dependen en gran medida de la
de la base de lo importante que resulta el volumen Go:l los gastos en naturaleza de los gastos que se realizan o se aumentan. Como dice
relación con el producto hruto interno. Duverger, realizar invereiones productivas es más eficaz que desarro­
Conforme a las cifras que hemos -visto anteriutID8ute, y aun en llar los armamentos; acrecentar el poder de compra de las clases po­
países altamente indlli:i~:'ializados, el gasto público suele exceder larga­ bres es más eficaz que aumentar aún más el de las clases ricas.
mente del 30% del PPl La sola existencia de un gasto de semejante No obstante, las consideraciones precedentes tienen un alto gr&­
magnitud tiene considerable influencia sobre 1& a.;onomía, y cualquier do de relatividad, ya que la política fmanciera depende de las cirr.un~­
modificación en 8U cus-ntia -tanto si se trata de un aumento como de tancias particulares de cada economía y del estado o coyuntura en que
una disminución- tiene un inevitable efecto económico, así como tam­ ésta se halle. Por tal razón, no debe sorprender que la aplicación de
bién la tiene cualquier: modificación de los diversús elementos que inte­ medidas que dieron buenos resultados en algunos países haya fra.casa­
gran el gasto. do en otros, entre ellos el nuestro, produciendo efectos inflacionarios
Así, mediante su política de g.p. (en unión con la correspondiente que desplazaron las inversiones en actividades productivas y las lle,ra­
a sus recursos) el Estado puede actuar sobre la renta nacional, las
ron a perjudiciales actividades especulativas. El catastrófico resultado
rentas individuales y el producto bruto interno; puede incrementar el
final ya 10 conocemos y ha sido expuesto en páginas anteriores (cap. n,
consumo de la comunidad o tratar de que éste sea menor; puede alen­
tar la inversión privada o, al contrario, disminuírla incentivando el punto 10, "Decadencia del intervencionismo Y teorías afmes").
ahorro; puede intentar mejorar el pleno empleo de los recursos disponi­ Por estas razones, el estudio de los efectos de los g.p. se ha toma­
bles; puede influír en los precios de las mercaderías, en las remunera­ do más técnico, al advertir la diferencia de situaciones Yde resultados
ciones de los servicios y en las tasas de interés. En términos generales, según una serie de divergencias entre los distintos países.
nadie duda de qu~ los g.p. son capaces de producir importantes altera­ De estos modernos estudios de política financiera se desprende
ciones en la actividad económica, con inevitables efectos en el orden que para poder efectuar una correcta y adecuada elección de gastos
social. públicos, con efectos que sean tanto previsibles como beneficiosos, y
Hay una importante diferencia entre el impacto del ingreso y el para no incurrir en nuevas frustraciones, se hace necesario tener en
del gasto en lo que respecta a los efectos que estamos analizando. Las cuenta los siguientes factores: .
consecuencias del recurso no siempre se advierten en forma rápida, a) la estructura ecnn"~~-,-. ".;: si se tratá de U!'..9. economía
debido especialmente al proceso de repercusión de los impuestos y.a su desarrollada,) en vías de desarrollo;
influencia no tan inmediata sobre el mecanismo de los precios. En cam­ b) su estado o coyuntura, o sea, si se halla en un estado de rece­
bio, la incidencia del g.p. se percibe velozmente, lo cual permite, a sión o en uno de expansión;
veces, medir su verdadero alcance. e) los medios o recursos con los cuales se habrán de fmanciar
Por otra parte, se debe tener en cuenta que los efectos de los g.p. tales gastos públicos.
no se limitan al impulso momentáneo que se puede percibir con pronti­ Sólo teniendo presentes estos factores se sabrá cuáles son las po­
tud en la economía, ya sea en forma de una disminución de la desocu­ líticas de gastos adecuados para producir los efectos deseados en la
pación o de un incremento de la actividad industrial. Tienen efectos economía. '\
secundarios que amplían su acción económica creando en la misma
I
150 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 151

...
I
cios. De alü que se aumentaba el consumo lo cual, a su vez, incrementaba
11. Pm:NcIPIO DEL MULTIPLICADOR. la producción, y todo marchaba sobre ruedas.
Lo que no se explicó debidamente es que para que esto sea posible
En pleno auge de las ideas intervencionistas surgieron principios se requiere, ~n primer lugar, que haya factores disponibles, y en se­
que pretendieron explicar las bondades en el incremento de los gastos gundo lugar que, ante los estímulos de la demanda de bienes de consu­
públicos, con la conclusión de que un aumento neto de inversión origi­ mo, sus productores tengan interés en aumentar la producción y no se
nado en un mayor volumen de gasto público tenía resultados amplia­ limiten a aumentar sus precios. Esto último ocurre frecuentemente en
mente beneficiosos sobre la renta nacional y la ocupación. países en vías de desarrollo en que los incrementos del gasto público
Entre estas teorías, tenemos el llamado principio del multi­ carecen del efecto multiplicador deseado y son, al contrario, fuerzas
generadoras de inflación. Otro supuesto de nuestro ejemplo era que se
plicador, imaginado por Kahn (R. F. Kahn, The relation of home
incrementase la propensión marginal a consumir. Ahora bien, si ésta
investment to unemployment, en "Economic Journal", junio de 1931) es nula, o sea, si de cada peso de ingreso percibido por el aumento de
pero divulgado y perfeccionado por Keynes. En su época, se asignó a
gasto público se destina sólo una pequeña parte al mayor consumo, el
esta tesis el carácter de valioso instrumento que justificaba el aumen­ efecto del gasto adicional de 10.000 unidades que realizó el gobierno
to del gasto público como factor de la reactivación económica.
Este principio hace jugar la relación existente entre los g.p. y los quedaría neutralizado.
Por último, suponen también estos teóricos un inexorable au­
gastos de consumo de los particulares. mento de producción en razón de la demanda adicional de bienes de
Según los propugnadores de la idea, el g.p. se traduce siempre en consumo; pero si esa demanda adicional es satisfecha utilizando exis­
un ingreso del mismo monto para quienes lo perciben, como, por ejem­
tencias, el efecto se agota o muere.
plo, los empresarios constructores de una obra pública, financiada con La realidad es que las propensiones al consumo no son uniformes
un aumento en los g.p. Ese ingreso será en parte consumido por los en todos los sectores de la población, de manera que, como antes diji­
empresarios al pagar las remuneraciones a sus empleados y operarios, mos, el efecto multiplicador no pasa de ser una mera posibilidad que se
y de allí que el consumo de los empresarios se traduce en ingresos para puede o no configurar. Aparte de lo que hemos dicho, basta señalar que
los subordinados. A su vez, éstos consumen parte de sus ingresos gas­ tal efecto perdería eficacia por el solo hecho de que la población se deci­
tándolos en mercaderías y servicios. Tales erogaciones de consumo diera a mejorar el ahorro disminuyendo el consumo.
crean, por tanto, nuevos ingresos a proveedores de esas mercaderías o
servicios, proceso que se prolonga en forma casi indefinida.
Así, por ejemplo, si el aumento del g.p. fue de 10.000 unidades 12. PruNCIPIO DEL ACELERADOR.
monetarias, éste representó para los empresarios un ingreso de 10.000
unidades. Suponiendo que dichos constructores consumieron un 80% Este segundo ''principio'' está unido con el anterior, Y pretende
del ingreso en el pago de las remuneraciones de sus operarios, el ingre­ demostrar que cuando se aumentan los g.p. y se destinan a inversión
so total de éstos fue de 8.000 unidades. Si de este último ingreso los en equipos, maquinarias y bienes de capital, el efecto del multiplicador
empleados consumieron también un 80% en mercaderías y servicios, se produce a mayor velocidad. La explicación es que cuando el consumo
el ingreso total de los proveedores fue de 6.400 unidades. Manteniendo o demanda de un determinado artículo permanece invariable, sus pro­
esa proporción del 80% de consumo en cada uno de los sucesivos ingre­ ductores no necesitan nuevas inversiones, sino sólo lo necesario para
sos, resulta que el gasto público inicial de 10.000 unidades se.ha tras­ reponer los equipos, maquinarias y bienes de capital empleados. Pero
formado en un monto total de ingresos igual a 50.000 unidades. Parece si la demanda o consumo de esos artículos se incrementa, las empresas
evidente que esta teoría es sólo una conjetura y su verosimilitud es que los producen necesitarán, además de la inversión para la repara­
dudosa. ción normal de éstos, una nueva inversión para la adquisición de más
Para nosotros, el efecto multiplicador es desechable como cientí­ equipos y maquinarias. Ejemplificando: con demanda constante de un ar­
fico y se trata de una mera teorización voluntarista. tículo, el coeficiente de reposición normal es del 10 %. Al aumentar la de­
En el ejemplo mencionado se supuso que los constructores consu­ manda, los productores invierten, además de aquel 10%, otro 10% para la
mieron un 80% del ingreso en remuneraciones y que los operarios con­ adquisición de nuevos equipos y maquinarias. De ahí que un 10% de
sumieron íntegramente sus 8.000 unidades en mercaderías y servi- aumento en el consumo de cierto artículo se traduce en un incremento
152 HÉCTOR B.VILLEGAS
153

del 100% (10 % + 10%) en la inversión de los bienes de capital destina­


dos a su producción.
Pero, nuevamente, entramos en el campo de la mera probabili­
dad. Suponiendo que el incremento del consumo se satisfaga utilizando
existencias, y que las maquinarias no sean repuestas sino que se au­
mente la producción utilizando las existentes, el efecto acelerador des­
aparece. CAPíTULO VII
Quizás el principio enunciado sea Wl buen instrumento de análi­
sis para que los especialistas estudien las relaciones que pueden existir RECURSOS PÚBLICOS
entre consumo e inversión, pel'O como justificativo del aumento del
gasto público su valor es nulo. 1. CONCEPTO y DEFINICIONES.

La primera preocupación de los teóricos dedicados a nuesil'a ma­

teria fue la de formular en forma sistemática una teoría general res­

pecto de los ingresos públicos, y en especial de los provenientes de los

tributos. De alli que los estudios sobre los recursos públicos (en adelrul­

te, r.p.) sean más antiguos y más profWldos que las teorías relativas a

los gastos públicos, los cuales se incluyeron en las F.P. en una época

reciente.

Según vimos en el capítulo respectivo, los cameralistas (cap. n,


punto 5), los fisiócratas (cap. 11, punto 6) y, más tarde, el liberalismo
clásico (cap. 11, pWlto 7) exteriorizaron diferentes puntos de vista con
relación al tema, pero todos ellos dieron una trascendental importan­
cia a los r.p. Conforme pudimos observar en su oportWlidad, los teóri­
cos pertenecientes a estas escuelas relacionaron a los ingresos públicos
con sus distintas concepciones filosóficas acerca del rol del Estado. "

Actualmente, los ingresos públicos son obtenidos por el Estado de

muy diversas maneras, explotando sus propios bienes patrimoniales,

empleando su poder coactivo y contratando empréstitos, recibiendo ayu­

das y donaciones, aplicando penalidades, etc.

Esa gran variedad de fuentes utilizadas por el Estado para el

logro de sus recursos ha causado dificultades en cuanto a la concep­

I tuiÜi~~.u.u. ., Ciil1Su~",Ci.~:';i& ¿v ;:;~!:;~I le cual expli!!~ 12 cir~J.nstancia

de que se hayan producido tantas posturas disímiles en los temas seña­

lados.

Muchas y muy diversas han sido las defmiciones ensayadas para

precisar los rasgos distintivos de los r.p., la mayoría de las cuales vin­

culan a tales ingresos con las nociones de satisfacción de necesidades

públicas o, directamente, con la prestación de servicios públicos, vale

1
1
decir, la clásica fmalidad que se adjudicaba a todos los gastos públicos.
~
Así, Adam Smíth sostenía que con el recurso se debía sufragar
no solamente el gasto para la defensa de la sociedad, sino también
i
i
todos los otros gastos necesarios al gobierno. ';

j
~
I
\.

( 154 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 155


\. En la mism}.. línea, y conectando el Joncepto con el del gasto, el Estado, ya sea como titular del dominio, ya sea como beneficiario
Gustavo Ingrosso define al recurso del Estado como el dinero que llega de la confianza pública, ya en el ejercicio de su poder de imperio (au­
\.
a poder del Estado para atender la necesidad financiera de los servi­ tor cit., Recursos públicos, trabajo publicado en Manual de finanzas
cios públicos (autor cit., Diritto finanziario, Nápoles, 1956, p. 89). públicas, de Mordeglia y otros, p. 165).
Adolfo Atchabahian se adhiere a la posición tradicional y defme a El brillánte profesor uruguayo, lamentablemente desaparecido,
los ingresos del Estado como los medios pecuniarios de que el organis­ Ramón Valdés Costa, sostiene que los recursos financieros son las en­
" mo público dispone para prestar los servicios públicos a su cargo; son tradas en la tesorerta del Estado para el cumplimiento de sus fines,
los medios financieros necesarios para cubrir los presupuestos de gas­ cualquiera que sea su naturaleza económica o jurldica (autor cit., Curso
tos del Estado (autor y ob. cits., p. 356). Según la idea de este autor, de derecho tributario, 2' OO., Depalma, Temis, Marcial Pons, 1996, p. 1).
los ingresos públicos se destinan a financiar los gastos públicos y en No obstante, este concepto no es compartido por Galli, según quien no
esta aplicación encuentra justificativo su exigibilidad a la población, todas las sumas que ingresan en el Tesoro estatal pueden, en rigor, ser
recordando que, en su mayor parte, los recursos provienen de la fortu­ consideradas como recursos del Estado; así, por ejemplo, los movimien­
na privada de los ciudadanos, quienes coactivamente deben entregar tos de caja y las operaciones de tesorería no constituyen ingresos, en
porciones de su riqueza al Estado en forma de tributos. cuanto suponen necesariamente su reintegro en un plazo breve (autor
No obstante, es de hacer notar que la extensión conceptual del y ob. cits., p. 165). Duverger comparte esta postura y acepta que las
gasto público (cap. VI, punto 6), según la cual las erogaciones guberna­ operaciones de tesorería no son auténticos recursos, puesto que su úni­
mentales salen de su papel neutro y pasan a un rol activo, tiene inci­ ca función consiste en disponer en tiempo los recursos (autor cit., Ha­
dencia sobre el concepto de recurso público. Esto pareciera tornar in­ cienda pública, Barcelona, 1968, ps. 75 y ss.).
completas las definiciones del tipo de las antes mencionadas, que Consideramos adecuado definir los r.p. como aquellas riquezas
(.
conectan indefectiblemente el concepto de r.p. con las erogaciones nece­ que se devengan a favor del Estado para cumplir sus fines y que en tal
sarias para cubrir los servicios públicos, aunque desde el punto de vis­ carácter ingresan en su Tesorería.
ta doctrinal compartamos tales conceptos. Lamentablemente, la reali­ Debemos realizar una aclaración terminológica. Los ingresos
1.... dad indica el creciente uso de las muy objetables "finanzas extrafiscales" devengados en favor del Estado se suelen designar indistintamente con
(ver cap. I1, punto 6.2). las palabras recurso, ingreso o entrada.
Según expresa Carlos Giuliani Fonrouge, los recursos públicos La voz recurso ha sido y es la más usada, tanto en la legislación
se deben definir, en un sentido lato, como los ingresos que obtiene el como en las prácticas contables y administrativas argentinas. No obs­
Estado preferentemente en dinero, para la atención de las erogaciones tante, Atchabahian, hace notar la curiosa circunstancia de que, qui­
determinadas por exigencias administrativas o de índole económico­ zás, esta palabra se originó en una mala traducción de leyes francesas.
social (conf. autor cit., Derecho financiero, 5!l oo., Depalma, Bs. As., No obstante, las últimas ediciones del Diccionario de la Lengua Espa­
1993, t. I, p. 221). ñola definen los recursos como el conjunto de elementos disponibles
José María Martín sostiene que se hace necesario un nuevo con­ pararesoluer una necesidad o llevara cabo una empresa, 10 cual sig­
cepto de r.p., que, aunque no sea tan preciso como los anteriormente nifica que la voz recurso no está incorrectamente empleada.
formulados, sea lo suficientemente amp1io como para comprender en él Por otra parte, se sostiene que el empleo de las palabras entrada
los muy variados tipos de ingresos con que cuentan los Estados. Si­
o ingreso no entraña ceñirse exclusivamente al ingreso de presupuesto
guiendo esta idea define a los r.p. como toda riqueza devengada a fa­
de caja, que conceptúa como ingresos a los realmente entrados en el
vor del Estado y acreditada como tal por su tesorería (autor cit., Cien­
cia de las finanzas públicas, p. 108). Tesoro público, porque esas voces se pueden aplicar no sólo al acto
Salvador Oría nos brinda una definición que por su extensión se material del ingreso de los fondos a la Caja del Estado, sino que con
acerca bastante a la anterior. Para este autor, recurso público es todo sentido jurídico, también pueden designar el derecho del Estado a perci­
caudal que afluya a una entidad pública, en virtud del ejercicio finan­ bir los ingresos o a hacerlos entrar efectivamente en la caja del Tesoro
ciero de ésta, y que se destina a la realizaci6n de los fines de la misma (Atchabahian, ob. cit., p. 356).
(autor cit., Finanzas, Bs. As., 1948, t. 1, p. 405). Discrepamos con la posición anterior y pensamos que es correcto
Gui1lermo Galli también tiene un concepto lato de los recursos, diferenciar la palabra recurso que tiene el carácter de toda suma
entendiendo que caben dentro de ellos todos los ingresos que obtenga devengada, o sea, en potencia, de las palabras ingresos o entradas que
156 HÉCTOR B. VILLEGAS

se refieren específicamente a aquellas sumas que efectivamente en­


tran en la Tesorería. Si bien conside,amos que este distingo es cientÍ­
ficamente adecuado, no siempre lo hacen 108 autores, y, en general, los
I
MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 157

En el capítulo inicial de este libro, y al referirnos a la actividad


fmanciera, analizamos aquel tipo peculiar de actividad que procura
tres términos se utilizan indistintamen.te !l con sentido equivalente. atender el interés público en forma directa y no mediante el procedi­
Para no romper esta tradición lingüística, procederemos de la misma miento común de recaudar dinero para luego gastarlo.
manera en esta obra. Ese inicio de actividades erlrafiscales que se produjo en materia
aduanera se extendió luego a distintos campos. De tal manera, los con­
ductores de la economía observaron que con medidas atinentes a los
2. REcuRsos CON FINALIDAD EXTRA.Fl!SC.U.. recursos podían desalentar actividades que consideraban inconvenien­
tes y que, al contrario, podían ejecutar acciones para atraer det'3:rmi­
El concepto de recurso públicf.! h'" Sllh:idc ¡ma profunda trasfor­ nadas actividades consideradas útiles para el país (cientllcas, cultura­
mación, tal como sucedió con el ga·to público y h, ciencia financiera en les, de inversión, etc.).
general. Ello se debe a que el conc..epto sobre la::; funciones estatales se En su momento, alertamos sobre los inconvenientes de las medi­
ha ido ampliF.ndo, y hoy aun las teorías p, i'gmáticas pre'¡alecientes en das extrafiscales (cap. 1, punto 6.2). No obstante, es de hacer notar que
el mundo globalizado admiten que el Estado debe tomar algún tipo de estos métodos se siguen practicando asiduamente.
intervención en la economía nacional tratando de promover el bienes­
tar general, 10 cual es exigido en nuestro país por el propio Preámbulo
de la Constitución nacional. 3. EVOLUCIÓN BIBrÓmCA.

Por otra parte, y así como la ciencia financiera advirtió que los
gastos esta~ales, "por sí mismos" y con pn;scindencia de la puesta en Como ya hemos visto anteriormente (cap. 11, punto 3), las ha­
marcha de los servicios públicos, podían producir importantes influen­ ciendas del mundo antiguo presentan, en cuanto a la obtención del
cias en las economías nacionales, algo semejante, y aún en mayor recurso, una gran heterogeneidad que impide considerarlas en fonna
medida, se observó con respecto a los ingresoS públicos: la sola circuns­ orgánica.
Recordemos que las necesidades fmancieras eran cubiertas me­
tancia de que el Estado, recurriendo a sus distintas fuentes de recur­
diante prestaciones de los súbditos y de los pueblos vencidos, con ren­
sos, obtenga ingresos produce decisivos efectos tanto económicos como
tas patrimoniales y por medio de monopolios estatales. Había un neto
sociales (redistribución de riquezas, aceleración de la tasa de creci­
predominio de los ingresos patrimoniales provenientes de bienes del
miento, estímulo o desaliento a ciertas actividades, etc.).
dominio particular del monarca, tales como minas y tierras. Como ya
Por eso algunas concepciones financieras consideran que el re­ dijimos, no se distinguía entr~ ilatrimonio del Estado y patrimonio par­
curso no se puede limitar a asegurar la cobertura de los gastos indis­ ticular del soberano.
pensables de administración, sino que es uno de los medios de que se Sin embargo, hubo en esas épocas rudimantoa de tributación.
vale el Estado para llevar a cabo su intervención en la vida general de Recordando algunos antecedentes en la materia, se observa que había
la nación. Esto no significa dejar de admitir su finalidad principal de tributos en el antiguo Egipto en la era de los Ptolomeos, en Grecia en la
cubrir los gastos públicos, pero a su vez se advierte que, además de esa época de Perieles y en Roma en los años de Julio César. Así, se afirma
función, los recursos por sí mismos pueden ser instrumentos para que que los griegos conocían una especie de impuesto progresivo sobre la
el Estado extienda su influencia sobre la economía general y de confor­ renta y que los egipcios tenían gravámenes sobre los consumos y los
midad con los objetivos que los gobernantes esperen obtener. réditos. En cuanto a Roma, tenemos diferentes tributos importantes,
Este concepto no es nuevo. Hace ya mucho tiempo, la utilización que incluso han servido como antecedente para formas impositivas
de los derechos de aduana con fmalidad protectora, y no fiscal, había actuales.
demostrado que los procedimientos inventados y perf'ecciohados sucesi­ Durante la Edad Media el patrimonio del Estado continuó con­
vamente en el trascurso de los años para la cobertura de los gastos fundido con el del soberano y era la priricipal fuente de recursos, ya que
públicos podían ser desviados de su primera fmalidad y empleados para 108 tributos perdieron toda importancia y se convirtieron en fuentes
realizar una intervención del Estado en los diversos campos de la acti­ excepcionales de ingresos. En ese período histórico se desarrolló el sis­
vidad social, sobre todo en el campo de lo económico. j tema de regaUas,las cuaJes consistían en contnbuciones que se debían
pagar al soberano po!,:. concesiones generales o especiales que el rey

158 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 159


.~

hacía a los señores feudales (p.ej., el derecho de acuñación de moneda o En el siglo XX se observa un resurgimiento de los recursos patri­
el derecho de utilización de agua). También se difundieron las tasas, moniales vinculado con el cambio en la concepción del Estado (ver cap.
que los súbditos debían pagar a los señores feudales por determinados 11, punto 9). El Estado moderno asumió ciertas actividades económicas
"servicios" que éstos les prestaban. Así, los vasallos debían pagar tri­ e industriales aptes desconocidas, y la empresa pública pasó a
butos para que los señores les permitieran ejercer profesiones o em­ constituírse en fuente de ingresos. El fracaso del intervencionismo y el
pleos, para transitar ciertas rutas o cruzar los puentes, por utilizar las advenimiento del neoliberalismo adaptado al nuevo esquema globali­
tierras del señor feudal, etc. Se puede observar que estas prestaciones zador revirtieron esta tendencia, según pudimos ver en el capítulo res­
no son estrictamente tributarias, puesto que están más vinculadas con pectivo (ver cap. 11, punto 10).
la idea de propiedad del dominio señorial: son, en cierta forma, produc­
tos derivados de la propiedad. Vemos, entonces, que continúa predomi­ 4. Los RECURSOS PÚBUCOS y EL PRINCIPIO DE LA LEGALIDAD.
nando el carácter patrimonial de los ingresos.
La formación gradual de los grandes Estados motivó profundas La actividad financiera implica siempre la actuación de un ente
trasformaciones en el sistema del ingreso público. El rey, para restau­ público (nación, provincias, municipios), el cual pretende el mejor y
rar su poder venido a menos en la época feudal, utilizó ante todo los más conveniente sistema de ingresos para el cumplimiento de sus fi­
privilegios feudales. Como señor percibía rentas de sus tierras. Des­ nes. Dentro de estos ingresos, los habrá de distinto origen, pero para
pués utilizó el sistema de "ayudas" para reclamar a sus vasallos el ellos, en general, deberá regir el principio fundamental del moderno
derecho de percibir rentas en sus respectivos dominios; en lugar de ser Estado de derecho, por el cual toda manifestación del poder público se
pagada por el señor, la "ayuda" era percibida por el rey directamente somete a un poder jurídico al cual se incorpora. Este orden jurídico se
de los habitantes de los diversos dominios señoriales. Si bien estas "ayu­ constituye mediante un sistema de normas que ordena las relaciones
das" fueron en un primer momento excepcionales (p.ej., cuando era entre el gobierno y los gobernados cuando el primero recurre a su sobe­
necesario reclutar soldados), como luego se precisó un ejército estable, ranía para cobrar tributos, o cuando obtiene sus entradas mediante
se tendió a darles carácter permanente. Una vez concedida la autoriza­ procedimientos diferentes. Como vimos oportunamente, el derecho po­
ción, el rey se aprovechó de ella para recaudar anualmente la ayuda, sitivo dicta normas reguladoras que tanto definen como dan las pautas
como ya lo hacía en las ciudades con carácter de municipio. Se puede de clasificación de los recursos estatales, los cuales no podrán ser teni­
observar que este sistema de ayudas feudales hizo surgir la concepción dos como tales a menos que se sometan al ordenjurídico que esas nor­
del impuesto moderno. mas conforman (ver cap. V, punto 10.2).
Sin embargo, la concepción del impuesto sufrió profundas va­
riantes. Primitivamente, y dado su origen -derivado justamente del
sistema de ayuda-, el impuesto se fundamentaba sólo en la sober@ía 5. CLASIFICACIÓN DE LOS RECURSOS PÚBUCOS.
absoluta del rey. Predominaba una concepción autoritaria y, por lo
general, arbitraria con respecto al impuesto, y justamente esta arbi­ Las pautas de la ley argentina de administración fmanciera 24.156
trariedad, que predominó entre los siglos XVI y XVII, comenzó a des­ que vimos en su momento (cap. V, punto 9.2) son útiles como referen­
pertar la resistencia de las clases menos pudientes, que eran más castiga­ cia en cuanto a las clasificaciones de los ingresos gubernamentales.
das por el autoritarismo. Con posterioridad a la Revolución Francesa, Este tema no es del todo pacífico en la doctrina y ha recibido numero­
esta concepción se modificó sensiblemente. Surgieron las ideas libera­ sas críticas, a veces sosteniendo su escasa precisión, y en otras oportu­
les, las cuales repudiaban la discrecionalidad y el autoritarismo y que­ nidades intentando demostrar su utilidad dudosa. Lo cierto es que,
rían encontrar justificativos éticos en el impuesto, considerándolo como examinando la doctrina fmanciera desde sus inicios, se puede observar
un precio que se pagaba al Estado por los servicios generales que éste que el tópico ha preocupado desde antiguo a los autores. Los cameralistas
prestaba, y ganó terreno también la idea de graduar ese precio según ya formulaban clasificaciones de los recursos de acuerdo con sus fuen­
la potencialidad económica de los ciudadanos. Asistimos al notable de­ tes: 1) el dominio público; 2) los derechos y regalías, y 3) los impuestos.
crecimiento de los recursos patrimoniales, y vemos que en el siglo XIX La cuestión clasificatoria tomó mayor auge con Adam Smith, quien
el Estado obtenía la mayor parte de sus ingresos de los recursos tribu­ propuso tres grandes grupos, a saber: rentas directas, rentas deri­
tarios. vadas y rentas anticipatorias; cada una de ellas con sus subgrupos
160 H~CTOR B.VILLEGAS
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 161
(ver detallada enumeración de las clasificaciones a partir de los
cameralistas en Guillermo Ahumada, Tratado de finanzas públicas, t. fue 'Objeto de fuertes críticas, dejada de lado por el derecho positivo y
1, ps. 184 y ss.). En cuanto a la crítica de la poca precisión, cabe tener mantenida como reliquia hisroric2.. ¡'JO obstante, y tal como ocurrió con
en cuenta que los autores clasificadores han encarado las distinciones los gastos públicos (ver cap. V, punto 7), la citada ordenación de ingre­
desde sus particulares posiciones teóricas. De allí la gran variedad de sos recobró fuerza cuando resurgió el ~ug8 de los postulados liberales y
soluciones doctrir,ales. En esta diversidad también se advierte la in­ se dictaron leyes que precisaron taj,mtamente ambas categorías.
fluencia dE,} dispar tratamiento de los recursos en la legislación de los Recursos onUnarioa son todos los percibidos por el Estado en
países que los dif2<l'entes autores tmiei.xm com.o mira para elaborar sus forma regular y continua, como, ploj:' ejemplo, los impuestos que se
teorías dasiticatúnas. recaudan periódicamente. El concepto es claramente económir.Q porque
No úl,·"~fLtG 1<;.5 diiicultades del tema, resulta innegable la nece­ está Íntimamente ligado al de gastos públicos ordinarios, o sea, a l.!le'
sidad de estfJllec8;: Ul1:' nítida diferenciación entre hlgresos ~statales erogaciones habituales 'lUEl se l'eit:iH"an en los diversos ejercicios fman­
heterogér.¡;,os y qu,¿ r"'iweren alglli, tipo de sistematizb.ciÓn. Lo expli­ cieros.
caba hace E.lg'.lnú:J el profesor Guillermo Ahumads de la siguiente Recursos enraordiúsrios son aquellos excepcionales u oca­
manera: ". no at'dbuyamos un carácter Gef:..rút,ivo e inmuta­ sionales que carecen de la regularidad ne lOS anteriores. Como ey3ID­
ble a una da>:::ibcadón de 10G recursos, ella cor.duce a una defmición plos mencionamos los impuestos patrimoniales ''por una única vez"
precisa y pl'avió'n€: "TI contra de las vaguedades de la expresión y las (utilizados en bastantes ocasiones por los gobiernos, no obstant~ la ca­
confusim:es ce: perrsamiento; tiene, por otra parte, importantes resul­ lificación de "únicos") y los ingresos obteniaos pidiendo dinero en prés­
tados prácticos, ie¡;olviendo cuestiones de hecho y asignando un valor tamo (deuda pública) o mediante manipulaciones monetarias, aparte
determinado [i ca~sorías dudosas; pone en claro los contrastes y las de otras modalidades tendientes a lograr fondos no periódicos. Acá el
semejanzas, -:/ elim.inando o combinando lo que es común, sugiere mu­ concepto está unido al de gastos públicos extraordinarios, o sea, a aque­
chas veces una concepción más clara de los temas" (autor y ob. cits., t. llas erogaciones que forzosamente se deben obtener para cubrir necesi­
1, ps. 183 y 134). dades imprevistas e imperiosas, aunque no repetidas con regularidad
Ramón Valdés Costa concuerda con la utilidad del tema y susten­ en los distintos ejercicios de la hacienda.
ta la opinión según la cual resulta imprescindible efectuar una clasifi­
Como antes dijimos, recientes disposiciones presupuestarias (re­
cación, agrupando los distintos ingresos del Estado de acuerdo con sus
solución 56 de la Secretaría de Hacienda del 241lJ96) señalan la sensa­
elementos comunes, para distinguirlos de otros grupos de ingresos y ta regla general según la cual recursos permanentes deben ser los que
determinar las características específicas de cada uno de ellos para financien gastos permanentes; recursos transitorios, los que financien
individualizarlos y precisar el régimen jurídico que les es aplicable (autor gastos transitorios, y recursos por única vez, aquellos que financien
cit., Curso ... , ob. cit., p. 1). gastos por única vez.
Siguiendo los criterios de la ley argentina de administración fi­
Una clasificación económica de reciente auge es la que divide a
nanciera respecto de la manera en que los recursos deben ser ordena­
los recursos en efectivos y no ef~dj·!~".
dos en el presupuesto de la Nación, creemos que es útil y conveniente
clasificar los recursos según los rubros, no olvidar las renacidas clasi­ Los recursos ef,,:~::: ·_: ...os implii Lm un ingreso de dinero para el
ficaciones económicas y tomar también en cuenta la que distingue los Estado, sin que ..e produzea una salida patrimonial equivalente: no
ingresos según su origen. originan una trasferencia correlativa de bienes patrimoniales. El pro­
Adoptaremos estas pautas y, aunque no en el mismo orden, exa­ ducido de los tributos, así como también las rentas qu~ devengan los
minaremos algunas de las más importantes modalidades de clasifica­ bienes de propiedad del Estado, forman parte de estos recursos. Tales
ción elaboradas por la doctrina. ingresos no implican egresos patrimoniales correlativos.
'?: .. Los recursos no efectivos producen una entrada para el Esta­
5.1. Clasificaciones económicas. do, compensada por una salida patrimonial. Corresponden a esta ca­
tegoría los recursos pecuniarios provenientes de la venta de bienes del do­
En primer lugar, consideramos necesario referimos a la vieja y minio privado del Estado, porque, al mismo tiempo de generar la entrada
tradicional clasificación acuñada por los liberales clásicos que distin­ de dinero, se produce la baja de un bien en el patrimoEJ.io estatal.
guieron los recursós en ordinarios y extraordinarios. Esta distinción Esta clasificación tiene el inconveniente de que deja recursos sin
i clasificar. Así, el producido de la colocación de empréstitos y, en gene­
162 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 163

ral, el resultado de'''las operaciones de crédito realizadas por el Estado derivan de los particulares ante la exigencia o propuesta que realiza el
no encuadran en el grupo de los recursos efectivos, ni tampoco en el de Estado en virtud de su poder de imperio.
los no efectivos. Esto sucede porque dichas entradas pecWliarias, que Valdés Costa utiliza Wla ajustada y sucinta terminología para
desde el pWlto de vista presupuestario son verdaderos recursos (porque referirse a esta clasificación. Según su inspirada pluma, ingresos ori­
se destinan a atender gastos), son en realidad procedimientos financie­ ginarios son aquellos que obtiene el Estado como consecuencia de los
ros de anticipación de futuros recursos. La operación de empréstitos intercambios de bienes que realiza como sujeto de Wla relación econó­
provoca Wl ingreso inmediato de dinero, pero se deberá devolver con los mica (p.ej., el precio por la venta de bienes o arrendamientos de obras
recursos que se produzcan en el futuro. Lo único que hace el emprésti­ o servicios), e ingresos derivados son los que el Estado obtiene por su
to es adelantar Wl ingreso futuro, el cual podrá ser efectivo o no efecti­ intervención coactiva en las relaciones económicas de terceros realiza­
vo (ver Adolfo Atchabahian, Régimen ... , p. 359). da en uso de su soberanía financiera (p.ej., el impuesto). En los prime­
ros, el derecho del Estado a la obtención del ingreso es de principio y no
5.2. Clasificaciones por su origen.. requiere ley para su legitimidad; en los segundos, es imprescindible el
mandato legal (autor cit., Curso ... , p. 9).
Estas clasificaciones tienen la virtud de distinguir los ingresos Giuliani Fonrouge (Derecho financiero, 5" ed. actualizada por
de acuerdo con su fuente económica. Navarrine y Asorey, t. 1, p. 224), tomando como base las mencionadas
Debemos también aquí referimos a otra añeja distinción que re­ distinciones e introduciendo los componentes respectivos, elabora la
sistió el paso del tiempo y que fue siendo modernizada y completada: la clasificación que reproducimos a continuación:
distinción de los recursos en originarios y derivados.

¡
Recursos originarios son los que provienen de los bienes pa­
trimoniales del Estado o de diversos tipos de actividades productivas Producido de bienes del dominio,
realizadas por éste. empresas y servicios públicos
I. Provenientes
Recursos derivados son aquellos que las entidades públicas se de bienes
e industriales y comerciales

¡
procuran mediante contribuciones provenientes de las economías de y actividades

los individuos pertenecientes a la comWlidad. Estas entradas compren­ del Estado

¡
den Wla variada gama de ingresos, no sólo de distinta importancia
Recursos Impuestos Contrib. de
cuantitativa para el Estado sino también de diversas naturalezas jurí­ Tasas mejoras
dicas. Entre ellas agrupamos los recursos tributarios, los provenientes del n. Provenientes 1. Tributos Contribuciones Otras contrib.
Estado del ejercicio
del crédito público, de las sanciones pecuniarias, los ingresos prove­ de poderes
especiales especiales
nientes de gestiones de tesorería, etc. No obstante la diversidad de es­ inherentes

tos recursos, ellos tienen Wla característica común que permite consi­ a la soberanf~ .

derarlos dentro de Wla misma categoría. En todos. los casos, el Estado o al¡iOdlll'
2. Sanciones fiscales (multas, etc.)
obtiene los recursos ejerciendo sus poderes inherentes a la soberanía o de imperio

3. Crédito público y moneda


al poder de imperio. En tanto este ejercicio se trasforma en coactivo
cuando se trata de tributos y empréstitos forzosos, aquellos provenien­
tes del crédito público revisten naturaleza contractual pero implican.
también la utilización de la soberanía financiera, ya que sólo en virtud
de tal poder se puede contraer deuda pública. Lo mismo ocurre con el 5.3. Clasificación por rubros.
emisionismo y otras medidas monetarias. De allí que las relaciones
que se traban entre el Estado y los particulares con motivo de estos Es ésta una clasificación más pragmática, pero a la cual se le
ingresos están siempre gobernadas por normas de derecho público. asigna preponderante importancia desde el momento en que se prepa­
Las nociones mencionadas explican la distinta denominación de ra el presupuesto hasta que se sanciona definitivamente para regir
estos ingresos. Los primeros se titulan originarios porque nacen (se durante todo el período. Está mencionada en la reglamentación del arto
originan) dentro del propio patrimonio o actividad estatal; los segundos 14 de la ley 24.156 que describe las estructuras programáticas de la
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 165
164 HÉCTOR B.VILLEGAS
tración nacional, incluyendo en este rubro los aportes para financiar
Administración, y en la reglamentación del arto 20 de la misma ley, erogaciones corrientes, de capital y otras erogaciones diferentes.
según la cual, como mínimo, el presupuesto general de la Administra­
ción nacional debe contener esta clasificación junto con la económica. 5.4. Conclusión en cu.anto a las clasificaciones.
Además, al exigir las informaciones que debe contener, como mínimo
(se reitera el término), el proy€.Cw de presupuesto de recursos a prepa­ Cabe destacar que importantes especialistas de la hacienda pú­
rar anualmente por el f'EN pan:, yenütir al Congreso, se menciona blica (p.ej., Duverger, Buchanan, Somera, Groves, Iturtioz, l\'T¡.lsgra~.~e
tanto el cáléulo de re~urSGS de la Ldministración central como el de y otros autores) se limitan a efectuar el estudio ,articularizado de los
cada uno de los organismo:; deseentralizados, todos ellos clasificados diferentes recursos sin realizar clasificaciones previas.
por rubros (art. 25, me. a, ley 24.156). Al reglamentar este dispositivo, Hemos optado por este último criterio debido a múltiples cir'~ms­
el decr. 2666/92 también e:'Presa que el proyecto de recursos debe ser tancias (variabilidad de los sistemas económicos y fmancieros naci-:na­
estructurado por rubros, añadiendo la aclaración que en cada uno de les con legislaciones muy dispares que han inspirado cie:i"tas dv3ifi.~3­
ellos deben figurar lú8 montos brutos a l'ecaudarse sm deducción alguna. ciones doctrinales, controversiasjuridicas sobra lOS conceptos de derecho l
Las normas titadas permiten aseverar que, sin renunciar a las público y privado, concepciones no pacíficas sobre el interveacio;l~g-:11O
otras muy útiles y mayormente elaboradas clasificaciones, lo que el estatal y las políticas económicas neoliberales, etc.). A estas ('-,ne[;;ü'~­
Parlamento desea saber y luego volcar en el presupuesto para conoci­ nes, que conducen a conclusiones que a veces son aparentemente di­
miento de la población es la descripción detallada y en cifras totales de vergentes sin serlo en esencia (tenemos siempre presentes los concep­
todos y cada uno de los ingresos que se espera obtener en el año, agru­ tos de Valdés Costa sobre las presuntas discusiones doct.rinarias 1"~l.1e,
pados por conceptos y sin mayores pretensiones clasificatorias. Un ejem­ en defmitiva, se reducen a problemas meramente semánticos), s" 7':!X.en
plo de esta modalidad se puede ver en la descripción de recursos y su las normas que ya mencionamos de la ley 24.156, de administraüón
financiamiento, adoptado por nuestro sistema presupuestario en el año financiera nacional, que en su arto 13 requiere como requisito indis­
1986 y que Giuliani Fonrouge reproduce tomando como fuente la Se­ pensable que los presupuestos de recursos contengan la enumeración
cretaría de Estado de Hacienda (autor y ob. cits., t. 1, p. 225). El siste­ de los diferentes rubros de ingreso y otras fuentes de financlamienw,
ma incluye los siguientes rubros: incluyendo los montos estimados para cada uno de ellos en el ejerdcio.
5.3.1. Recursos corrientes. Nos parece útil un análisis particularizado de los distintos recu,r­
sos, lo cual implica una distribución de objetos en grupos homogéneos,
Se dividen en tributarios, describiendo allí los diferentes o sea, un aglutinamiento que tiene en cuenta sus característica!! más
gravámenes e incluso los aportes de previsión social, y no tributarios, destacables, tanto para encuadrar a varios de ellos en una misma cate­
entre los cuales se consignan rentas, utilidades, tasas, tarifas, etc. goría (p.ej., las tasas, los impuestos y las contribuciones especiales
dentro de los "recursos tributarios"), como para diferenciarlos de los
5.3.2. Recursos de capital. restantes (p.ej., "recursos tributarios" de "recursos patrimoniales" o de
Se considera tales a los siguientes: a) la venta de activos fijos con "recursos del crédito público"). Según Carnelutti (Metodología ... , p.
el con sigui en te detalle de los bienes de que se trata; b) el reembolso de 51) esa reunión en grupos homogéneos significa ya una "clasificación".
préstamos, distinguiendo los efectuados por el sector público y el sector Siguiendo esa orientación, distribuímos los recursos públicos de la si­
privado; c) el uso del crédito, dentro de cuyo ítem se sitúan la coloca­ guiente manera: 1) recursos patrimoniales propiamente dichos o de
ción de títulos públicos y otras medidas derivadas de la utilización de dominio; 2) recursos de las empresas estatales; 3) precios públicos; 4)
los empréstitos; d) remanentes de ejercicios anteriores: están compren­ recursos gratuitos; 5) recursos tributarios; 6) recursos derivados de
didos aquí los sobrantes por recursos de ejercicios ari~riores yJos deri­ sanciones patrimoniales; 7) recursos monetarios; 8) recursos del crédi­
vados de economía de inversión. topúblico.
5.3.3. Recursos de financiamiento.
'\
Se trata de los siguientes: a) adelantos otorgados a proveedores y
contratistas en ejercicios anteriores; b) contribuciones de la Adminis-
166 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 167
...
que se trata de bienes de primer grado que satisfacen directamente
6. RECURSOS PATRIMONIALES PROPIAMENTE DICHOS O DE DOMINIO. necesidades públicas. En consecuencia -razona Martín-, estos bie­
nes prácticamente reemplazan a la actividad financiera en lo que se
Comprendemos dentro de está categoría los ingresos que el Esta­ refiere a la satisfa~ción de esas necesidades públicas. Cumplen, pues,
do obtiene tanto de los bienes de dominio público como de los bienes de funciones en cierta medida análogas por su finalidad a la actividad
dominio privado. fmanciera; pero esa circunstancia no justifica su inclusión dentro de
Los bienes pertenecientes al Estado -Nación, provincia o muni­ esta última, la cual esencialmente se caracteriza por ser un procedi­
cipio- le corresponden en virtud de un derecho de dominio que, confor­ miento indirecto para la atención de aquellas necesidades (autor y ob.
me a nuestro ordenamiento jurídico, es de carácter público o privado, cits., p. 115).
según el origen y el destino a que están afectados los mencionados Sin sumergimos en una estéril discusión teórica sobre esta cues­
bienes. tión, la realidad muestra como innegable que hay bienes de dominio
público que producen ingresos. Entre los variados ejemplos que pode­
6.1. Bienes de dominio público. mos mencionar, tenemos el alquiler de carpas o concesión de instala­
ciones en las playas marítimas (un buen ejemplo de ello es Punta
El Estado posee bienes que, rigurosamente hablando, son "socia­ Mogotes, Mar del Plata), el estacionamiento medido en la vía pública
les" antes que "estatales", por cuanto están destinados al disfrute de (p.ej., los parquímetros), el derecho de acceso a lugares de interés tu­
toda la comunidad y son utilizables por sus componentes en forma rístico y a ruinas históricas, yacimientos arqueológicos, museos
directa y general. paleontológicos, etc.
Estos bienes surgen por causas naturales (p.ej., ríos y sus riveras, Abundantes o reducidos, estos recursos existen y entran en las
arroyos, lagos, costas y playas de mares, mar territorial, lagos navega­ arcas estatales, por lo cual, y conforme a la definición lata oportuna­
bles, mares interiores, etc.) oartifreiales (p.ej., calles, puertos, carrete­ mente aportada, corresponde su inclusión como ingresos del Estado,
ras, puentes, canales de riego, plazas, parques, ruinas de trascenden­ sea que se trate de Nación, provincias o municipios. Cierto es que este
cia histórica, yacimientos arqueológicos o paleontológicos de valor ingreso es reducido en relación con la generalidad de los recursos gu­
científico, museos, bibliotecas, jardines botánicos y zoológicos, toda obra bernamentales, pero ello no es así en otros países, que recaudan ingen­
pública construída para utilidad o comodidad común, etc.). Atento a su tes sumas por la llamada "industria sin chimeneas" (el turismo).
destino, los bienes mencionados no pueden ser objeto de apropiación
privada, ya sea por enajenación a los particulares o porque éstos los 6.2. Bienes de dominio privado.
adquieran por el paso del tiempo (son inalienables o imprescriptibles).
Ello surge explicado por su destino de uso común, en virtud del cual su El Estado posee, además, otros bienes que pueden satisfacer ne­
apropiación por ciertos particulares con exclusión de los demás ocasio­ cesidades individuales o colectivas, pero que no se afectan al uso de
naría un evidente perjuicio a la comunidad. todos los habitantes sino al de detenninadas personas vinculadas a
Por regla general, la utilización de estos bienes por los particula­ ellos por su adquisición, locación, administración, concesión u otra con­
res es gratuita, pero en ocasiones especiales el Estado puede exigir el tratación. Se trata de bienes, por tanto, que son generalmente
pago de sumas de dinero para su uso particularizado, 10 cual se mate­ enajenables y prescriptibles. En cuanto se refiere específicamente a los
rializa en forma de concesiones o autorizaciones de uso, pennisos, de­ ingresos obtenibles de estos bienes, podemos distinguir la propiedad
rechos de acceso o visita, etc. (conf. Sarría, Derecho administrativo, inmobiliaria y la propiedad mobiliaria.
Córdoba, 1946, t. 2, p. 90; Bielsa, Derecho administrativo, t. 2, p. 168; Las rentas de propiedad inmobiliaria son reducidas en su monto,
Altamira, Curso de derecho administrativo, Depalma, Bs. As., 1971, y se puede diferenciar, a su vez, las rentas provenientes de bienes que
p. 706; RamÍrez Cardona, Sistema de hacienda pública, Temis, Bogo­ el Estado conserva en propiedad (p.ej., arrendamiento de tierras públi­
tá, 1980, p. 283). Esa alteración de gratuidad puede ser ejercida por el cas, explotación de bosques, concesión de minas), de aquellas otras ren­
Estado en virtud de su poder de imperio. tas producidas por las enajenaciones que el Estado realiza de sus bie­
José María Martín, al referirse a estos bienes, aduce que nunca nes y que tienen carácter excepcional (ventas de tierras públicas,
pueden ser considerados como recursos del Estado. Su basamento es liquidación de bienes confiscados, etc.).
168 HÉCTOR B. VILLEGAS
1
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 169
A los fines de ordenar estos medios de embolsar fondos guberna­
terferir en la economía del país, y los ingresos obtenidos debían ser sólo
mentales, los agrupamos de la siguiente manera:
los indispensables para satisfacer las funciones públicas y las necesi­
a) las rentas o resultados provenientes de la explotación, directa
dades públicas primarias (defensa exterior, seguridad interior,,justí­
o indirecta, o de la venta de bienes patrimoniales, denominados bienes
cia, educación, policía, étC.).
del dominio privado conforme a la defInición del arto 2342 del Código
Cuando una serie de acontecimientos eclipsó las ideas liberales
Civil argentino;
respecto del papel pasivo que en la economía debía desempeñar el Esta­
b) las rentas de capitales mobiliarios del Estado, o sea, los divi­ do (ver cap. n, puntos 7 y ss.), surgieron nuevas doctrinas que procu­
dendos y los intel'eses percibidos por aquél como consecuencia de su
participación en el mercado financiero o posesión de acciones y obliga­ ~ raron el fortalecimiento de la aci;ividad pública, ampliando considere­
blemente su ámbito de actuación e incluyendo sectores que antes estabru.1
ciones de empresas de los particulares, ya sea por haber sido ellas pri­ ~ reservados a los particulares, Es así como surgieron empresas
vatizadas (con ",'asel'Va de un cierto número de accioneS por parte del ~
les que se encargaron.dp o',_"star servicios públicos en general, aun 108
Estado) o bieuiJor tratarse de acciones que el Estado decidió invertir en

no esenciales cap. 1, punto 4), y que más tarde Uegaron incluso a

I
empresas pá,ladas por estimar que producirían ganancias;

desempeñar tareas de índole comel'cial o industrial.


e) las rentas provenientes de la explotación, sea en forma directa

Tal es la realidad vivida en nuestro país, que no se puJo 5ustr3E:i'


por el EstadG o bien mediante concesionarios, como por ejemplo, el arren­

a esta evolución. Como consecuencia de ello, el Estado desa:r:;:·H6 ~cti­


damiento de tierras públicas o las participaciones, regalías u otros in­

vidades de la índole más diversa, en unos casos por intermedio de 'J"ga­


gresos pagados por particulares concesionar,ios que explotan yacimien­

tos, minas, bosques u otros bienes semejantes;

d) las tl'xifas o precios cobrados por las escasas empresas que


j nismos pertenecientes a la Administración general y en otros meru9.n­
te la creación de empresas descentralizadas, las cuales actuaron (;on
independencia funcional aunque con control estatal La natuxalezaju­
prestan servicios públicos o desarrollan actividades industriales o co­ rídica de estos entes es variada, porque no siempre fue cIa.-amente
merciales y que permanecen dentro del Estado luego de las privatiza­
ij definida, llegando a la situación que describimos a continuación.
ciones. La existencia de estas empresas se observa en mayor medida
en las provincias que no se han adherido al proceso privatizador (p.ej., En la actualidad, la actividad económica y comercial del Estado
! se ejecuta en algunas oportunidades mediante dependencias de la Ad­
empresas prestadoras de energía o bancos provinciales). No obstante,
las utilidades en estos casos son generalmente nulas y productoras de ministración, aunque en ciertos casos dispongan de autarquía. Tam­

~
egresos antes que de ingresos. bién se encauza dicha tarea mediante el empleo de distintos tipos
En términos generales, el mayor o menor ingreso que puedan societarios, a saber: empresas del Estado Geyes 13.653, 14.380 y 15_023),
obtener los Estados del rubro estudiado depende de la cantidad y el sociedades del Estado (ley 20.705), sociedades de economía mixta (ley
valor de los bienes de dominio privado que tengan en su poder, así 12_962, aprobatoria del decreto-ley 15.349 y disposiciones supletorias

~
como también de las utilidades que les produzcan sus inversiones fi­ de la ley 19.550). Rt)";,,,~~::l~q Anónimas con participación estatal m:.:.:;c­
nancieras. Como es fácilmente comprensible, y atento la ancha brecha rit.aria (ley 19.550, arts. 308 a 314) y minoritaria (arts. 163 y ss.).
existente entre países industrializados y aquellos que están en vías de
desarrollo, los ingresos de los primeros serán sideralmente superiores 7.1. Argumentos en favor yen contra.

~
a los de los segundos.
Las opiniones acerca de la conveniencia o no de las empresas
públicas están, aún hoy, profundamente divididas. Es obvio que nadie
7. REcURSOS DE LAS EMPRESAS ESTATALES. quiere al Estado como fabricante de zapatos o explotador de pistas de

Las empresas públicas son unidades económÍeas de produccióu


pertenecientes al Estado, el cual desarrolla, por su conducto, activida­
des de índole diversa, produciendo bienes o servicios con destino al
,
I baile (situaciones que se dieron en nuestro país), pero hay aspectos
discutibles rellÍíí~W ue jolS cuales se vuelve dificultoso llegar a una pos­
tura concluyente.

mercado interno o al mercado externo. 7.1.1. Argumentos en favor.


Como vimos en capítulos anteriores, las escp.elas liberales clási­
cas sostuvieron que el Estado se debía limitar en sus acciones sin in-
I Serios argumentos avalan la necesidad de que el Estado realice
determinadas actividades mediante sus empresas. Se afirma, por ejem­

l
170
'1.
H~CTOR B.VILLEGAS MANUAL
I
DE FINANZAS PÚBLICAS 171
plo, que la actuación estatal es necesaria en sectores estratégicos tales . •Las situaciones mencionadas crearon una común descapitalización
como la energía, la minería,la siderurgia o la banca. Se sostiene que el de estas empresas, que no pudieron renovar convenientemente sus es­
fin de estas empresas no es el de obtener beneficios, sino el de prestar tructuras y se yohrieron cada vez menos efectivas, con merma de cali­
servicios que los particulares no están en condiciones de ofrecer. Más dad en los serVidos públicos en perjuicio de los consumidores y Q.Sua­
en particular se esgrimen, entre otros, los siguientes argumentos jus­ rios.
tificativos de la actuación pública:
a) la existencia de un monopolio que actúa contra el interés ge­ 7.1.3. Conclusiones sobre su conveniencia.
l
neral, practicando una política económica contraria a los intereses na­
cionales. Si se da esta situación, solamente el Estado puede enfrentar Cierto es que, a partir de la ampliación de las funciones estata­
con éxito una práctica deleznable que suelen llevar a cabo megaempresas les, se crearon empresas públicas en la mayoría de los países del mun­
de inmenso poder económico, ante la cual todo posible competidor que­ do, aun en aquellos cuyo sistema económico es marcadamente capita­
da borrado del mapa sin posibilidades de lucha alguna lista. Los Estados Unidos comenzaron la política de empresas públicas
b) el criterio de la necesaria coordinación de los sectores básicos. con el N ew Deal y actualmente existen empresas públicas de diverso
Esta coordinación puede consistir en nuevas combinaciones incompati­ tipo. En otros países, como Francia y Gran Bretaña, las empresas del
bles con la lógica de la rentabilidad capitalista, racionalizaciones en el Estado surgieron como consecuencia de una política de nacionalización
seno de una industria, cuya efectivización disminuiría eventualmente de empresas privadas. Funcionaron con distinta suerte, y algunas han
el rendimiento, coordinación de sectores enteros, lo que excede la posi­ regresado a manos de los particulares.
bilidad privada (p.ej., coordinación entre electricidad y minería, o en­ No obstante, es innegable que la empresa pública existe actual­
tre ferrocarriles y trasportes por carretera). mente en el mundo como una realidad.
\ c) en casos de recesión económica, la actividad de estas empre­ Esto se traduce en su posible conveniencia en ciertos países y en
sas permitiría sustituír la consecuente disminución de las inversiones ciertas áreas. Por ejemplo, Suecia, Noruega, Dinamarca y Canadá brin­
privadas. Este argumento debe ser tomado con pinzas, puesto que si dan excelentes prestaciones públicas en materia de salud, educación,
las inversiones privadas desaparecen o disminuyen, una sustitución servicios públicos diversos y, especialmente, en materia de seguridad
de ellas por acciones de empresas estatales puede llevar a situaciones social (seguros de retiro, jubilaciones, aportes a desempleados, etc.).
deficitarias más perjudiciales que los males que se desea evitar. Pero adviértase que estamos hablando de países altamente desarrolla­
dos, con ingresos elevados que derivan de una alta presión fiscal y una
7.1.2. Argumentos en contra. escasa evasión. Son países que están industrializados, que tienen ri­
'­ A su vez, Iósopositores al movimiento de las empresas estatales queza acumulada y que siguen creciendo. En algunos casos, son poten­
también han formulado una importante lista de inconvenientes. E!ntre cias industriales como Suecia, en otros reciben altos ingresos patrimo­
ellos destacamos los siguientes: que las empresas del Estado tienen niales, como Noruega, que es el segundo productor de petróleo del
poca eficiencia técnica y económica, que tienen gran propensión a la mUndo. Aparte de ello, se trata de países que, conforme a las últimas
burocracia, que crean déficit que posteriormente cae en el presupuesto estadísticas, tienen un bajísimo índice de corrupción y un buen manejo
nacional y que, en defmitiva, son cargas para todos los contribuyentes. de las empresas públicas, en virtud de una calidad de dirección sobre­
Asimismo, se sostiene que al desaparecer la búsqueda de utilída­ saliente.
des y el temor a la quiebra yla competencia estas empresas poco se Esto en nada se asemeja a lo sucedido en países en vías de desa­
interesan por ser eficaces, y que tales males se acrecientan a medida rrollo en los que el Estado se ha caracterizado como pésimo empresa­
que pasa el tiempo. rio, generando pérdidas aun en actividades que en el mundo son habi­
También se sostiene que, en muchos casos y con fines electora­ tualmente redituables (p.ej., el caso de YPF en épocas pasadas). De allí
listas, se fijan precios no remunerativos para estas empresas, lo cual que su aporte a la economía de la Nación haya sido decididamente
conduce a explotaciones con resultado negativo. Estos déficit son, final­ negativo. En el caso de los servicios públicos, las pérdidas de explota­
mente, soportados por todos los contribuyentes. ción fueron en aumento y condujeron a perjudicar, por un lado, a los
En definitiva, la producción por el Estado "a más bajo costo" ha usuarios, por ser malos los servicios (p.ej., el caso de la telefonía), y,
demostrado ser un mito y la venta "a más bajo precio" sólo ha genera­ por otro, a toda la población, que se debía hacer cargo de los déficit de
do, a partir de los subsidios aportados, un abultado desfasaje fiscal. explotación.
172 H~CTOR B.VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 173

No se puede soslaya!' el argumento de que los efectos de estas nuestro país. En el ejercicio de actividades industriales y comerciales
empresas no son tanto derivados de la propiedad estatal, sino de la el Estado argentino casi nunca logró ingresos y, al contrario, originó
calidad de dirección. Cuando la cabeza de las empresas públicas as importantes pérdidas. Una excepción la marcan algunos bancos esta­
eficiente, tiene libertad de decisión :respi:cto de los detalles de admirJs­ tales tales como el de la Ciudad de Buenos Aires y el de la Provincia de
tr8CÍón diaria y el control estatal se limita a ciertos lineamienbs ge..,&­ Buenos Aires, que con un adecuado manejo han logrado resultados
rales, la eficacia inte~'na ds !ai" empresas públicas puede l?3l' compati­ fávorables.
ble con la de la empresa plivada. Un ejempb de esto es Francia, que en
1945 nacionalizó la fábrica Kenault de autvmotores, la cual continuó '1.4. Recurso por privatización de empresas estatales.
generando ga.t1ancias C;.!lnO en 3as'i,pocas En que estaba en manos pri­
vadas. Siguiendo las ideas expresadas anteriormente, en la República
Argentina se ha efectuado un plan privatizador de empresas estatales
'1.2. Empresas c¡ue tienen a tU cp..rgo servicioc públi~",1S. que ha permitido producir ingresos públicos y que ha incluído a impor­
tantes y numerosas empresas nacionales, como es por todos conocido.
Entre ellas podemos menciona.> hs de electricidad, gas, obras Aparte de la virtud de proporcionar ingresos mediante el pago
sanitarias, trasporte, etc. En la República 4-\rgentina, estos entes fue­ que realizan los adquirentes, se mencionan otras ventajas de las
ron generalmente privatizados en la órbita de la Nación, aunque va­ privatizaciones realizadas, a saber:
rías provincias no siguieron tal ejemplo y mantuvieron estas empresas 1) Eliminaci6n del gasto público. Desaparecen los aportes del
como estatales. Estado para cubrir déficit operativos y f'manciamiento de inversiones.
En estos últimos casos, y desde el punto de vista del ingreso, el Esta disminución del gasto, sumada a los ingresos proporcionados, con­
aporte que hipotéticamente podrían brindar estos entes estatales es tribuyó a reducir el déficit fiscal y a equilibrar el presupuesto (al me­
generalmente inexistente, y al contrario, suelen ser grandes producto-o nos por un tiempo).
res de déficit. En estos casos, la no privatización no tiene en cuenta 2) Nuevas inversiones. Los compradores, adjudicatarios o conce­
ganancias o pérdidas, sino la posibilidad de aumentar la productividad sionarios debieron realizar inversiones para modernización yexpan­
del sistema económico. sión. De lo contrario, la adquisición habría carecido de sentido porque
Diferente es el caso de aquellas que han sido privatizadas, atento las empresas habrían seguido dando pérdidas.
los beneficios pecuniarios que proporcionan al Estado al quedar some­ 3) Aumento de eficiencia. La mejoría se produjo por una más
tidas a los tributos pertinentes. racional utilización del personal, por compras de insumos a más bajo
precio y por un sistema más adecuado de decisiones empresarias.
'1.3. Empresas nacionales, industriales y comerciales. 4) Reducción de la deuda externa. Al utiUzal' la capitalización
de la deuda externa, ella se redujo sin ocasionar efecto inflacionario.
Según pudimos observar anterionnente, las teorías interven­ Esta utilización se prod~',::; i'Gn¡ue parte del pago S3 realizó con cerlH~­
cionistas sostuvieron que el Estado no sólo se debía limitar a cubrir cados de la deUlie SA:rerna. La capitalización tornó interesante la parti­
servicios públicos, sino que también debía encarar directamente la ex­ cipación de bancos acreedores del exterior, que a su vez interesaron a
plotación de ciertas actividades que tradicionalmente habrían estado otras empresas. La reducción de la deuda, por otra parte, fue una se­
en manos de particulares. Este fenómeno se observ6 a partir de! aug~ ñal al mundo sobre la seriedad del país.
de las teorías intervencionistas (años posteriores a 1930) en diversos
países. En Francia, y como ya dijimos, se nacionalizaron fábricas de '1.5. La regulación estatal de los servicios públicos
automotores y posteriormente instituciones de crédito y compañías de privatizados.
seguros; en Inglaterra, la siderurgia y las minas de cá:ibón; en los
Estados Unidos se crearon empresas públicas en la línea de la energía En un capítulo anterior (ver cap. III, punto 12), examinamos las
eléctrica. prevenciones contra la posibilidad de excesivas regulaciones que coar­
Aunque carecemos de información respecto de la subsistencia de ten la libertad de actuación de los entes privatizados.
estas empresas como estatales y de sus posibles rendimientos en el Según algu. as ópiniones, restricciones y Gontroles como los que
área de los recursos públicos, tenemos, en cambio, la experiencia de se imponen a los servicios públicos prestados anteriormente por el Estado
174. HÉCTOR BrILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 175
y ahora por empresas privadas son restricciones entorpecedoras del En el primer caso, se supone que el Estado es representante de
mercado. los intereses generales de la comunida~ y que ésta ejerce su control y
No obstante, en casos como los citados las regulaciones tienen el castigo por medio del sistema político. Este es el sistema que funcionó
propósito no de entorpecer, sino de corregir distorsiones existentes en hasta hace algynos años en nuestro país y que sigue funcionando en
los mercados. otras naciones, especialmente en países de Europa
En algunas ocasiones, y en materia de servicios públicos, las re­ El segundo caso, de prestación a cargo de empresas privadas,
gulaciones tienden a resguardar los derechos de los consumidores; en exige el funcionamiento de organismos reguladores cuya función es
otras, tienen el propósito de preservar los bienes públicos del deterioro garantizar el cumplimiento de los contratos y el resguardo de los dere­
que puedan ocasionar ciertas actividades guiadas por el interés priva­ chos del universo de consumidores ante el prestador, generalmente
do. Este último es el caso de lo que sucede en materia ecológica. encarnado en una gran empresa, muchas veces monopólica.
Quienes cuestionan las regulaciones sostienen que todos los par­ Tanto la teoría como la experiencia enseñan que estos órganos de
ticipantes del mercado gozan de iguales oportunidades, tienen la mis­ vigilancia, reglamentación y control deben ser independientes de las
ma capacidad de negociación y el mismo acceso a la información. De empresas.
tal manera, todos tienen la posibilidad igualitaria de maximizar sus La experiencia argentina no es buena, porque los organismos de
beneficios, ya sea como productores o como consumidores. control comenzaron a funcionar generalmente con posterioridad al ini­
En tales condiciones, las regulaciones del Estado provocan cio de las actividades de los prestadores. Además, suelen tener estruc­
distorsiones en la formación de los precios y en la distribución de los turas poco adecuadas a la naturaleza de su misión, y se da incluso el
beneficios y, en consecuencia, perjudican a quienes participan en el caso de entes reguladores que cuentan, entre sus dependientes, con
mercado. personas ligadas a las empresas que supuestamente deben controlar.
No obstante, la realidad demuestra que los mercados no respon­ Esto nos lleva a sostener que, en la República Argentina, no sólo no se
den a ese modelo ideal. Sus participantes tienen notorias diferencias de está incurriendo por el momento en excesos de regulación, sino en la
poder, e incluso capacidad de formar monopolios que les permiten im­ situación contraria (bajo nivel de controles), lo cual permite la existen­
poner condiciones a los demás concurrentes. No sólo eso: las grandes cia de pronunciadas fallas de mercado.
empresas actuantes en un determinado sector de actividades llegan a Un caso especial a considerar es el de la ecología, ya que las
acuerdos que les permiten la formación de oligopolios, los cuales les empresas o los ciudadanos generalmente actúan guiados por sus inte­
posibilitan fijar precios casi uniformes y excesivos para los consumido­ reses privados a corto plazo. Este funcionamiento se puede contraponer
res, sin limitaciones derivadas de la libre competencia. Tallo ocurrido con el resguardo del medio ambiente, y es entonces cuando la regula­
en el año 199B,tan la baja del precio del petróleo. El menor costo del ción y el control por parte del Estado deben estar destinados a evitar
crudo benefició a todas las empresas que aparentemente competían en que algunos pocos tengan la posibilidad de imponerse a los intereses
nuestro país, y ello se debió haber traducido en lógicas bajas en los del resto de la sociedad.
precios de los combustibles. No obstante, nada de ello sucedió y las En la Argentina estos recaudos de resguardó al medio ambiente
diferentes empresas continuaron con los mismos valores anteriores a no se cumplen en forma debida, si tenemos en cuenta los numerosos
la baja del petróleo, con pequeñas diferencias entre sÍ. Éste es sólo un ejemplos de depredación del ambiente que vemos todos los días y que no
ejemplo, pero es demostrativo de que si no hay una adecuada actuación son debidamente sancionados.
del Estado corrigiendo distorsiones; ellas se producen con mayores be­ Como conclusión de lo dicho, se debe partir de la idea de que
neficios para las empresas y perjuicios para los consumidores. privatización y regulación son como el anverso y el reverso de una
Las versiones más actualizadas de la economía neoliberal prag­ misma medalla. La una implica a la otra en forma ineludible cuando
mática, hoy dominantes, adl::úten que los mercados tienen fallas que están en juego servicios públicos.
no les permiten cumplir los postulados de la competencia perfecta. Es­ Pensamos que es conveniente poner de relieve los siguientes as­
tas fallas deben ser corregidas por la intervención pública. pectos:
Ya hemos visto que en la prestación de servicios públicos se pue­ a)En nuestro país, los entes reguladores funcionan con falencias
den distinguir dos grandes modelos: la prestación por parte del Estado en materia de empresas que prestan servicios públicos privatizados.
o a cargo de empresas privadas. No se defiende debidamente a los usuarios ni se toman medidas ade­

176 HÉCTOR B. VILLEGAS

cuadas para regular debidamente la competencia. Esta situación es


perfectible y debe ser mejorada
í
I
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS

del Estado con fines de lucro que, aunque merece evidentes reparos
éticos, proporciona ingresos bastante considerables.
177

b) La realidad marcada en el punto anterior no puede significar I En la República Argentina, las manifestaciones del juego mono­
polizado están diversificadas en hipódromos, casinos, loterías, quinielas
que la solución (al menos, en nuestro país) sea la de regresar al peJju­
y otros juegos similares.
dicial sistema de explotación estatal de los servicios públicos no esen­
ciales así como tampoco a nuevas incursiones del Estado en activida­
des industriales y comerciales, salvo excepciones sólidamente fiL'ldadas.
I
j
8. PREcIOS PÚBUCOB.
e) Tampoco es conveniente que, bajo el pretexto de que los
monitoreos actuales son ineficaces, se intente un acrecentamiento de i:
En términos jurídicos, y tomado en general, el precio es la ~uma
las regulaciones que resulte exagerado y que lleve solapadamente al
retorno del intervencionismo (ver cap. 1I, punto 12). de dinero que voluntariamente se da como contraprestación por la en­
Sobre estos tres aspectos se impone lograr el consenso general, traga de un bien, la concesión de su uso o goce, la ejecución de una obra
para que las concíusiones teóricas y sus consiguientes derivaciones o la prestación de un servicio de naturaleza económic"".
prácticas resulten un real avance para el país. contraprestaciones reciben diferentes nombres: honorarios, intereses,
Como fu.tes herr.1.os dicho, los sectores poderosos de la Argentina recargos, comisiones, primas, matrículas, etc., que no indican altera­
se deben poner de acuerdo sobre si aceptan el paso adelante que impli­ ción de los elementos jurídicos citados.
can las privatizaciones o si se desea volver a los regímenes anteriores. Dentro de esta categoría inc1uímos los llamados precios públi­
Si se opta por la primera solución, ello se debe hacer con pleno conven­ COS, que son aquellos ingresos que tienen como característica común
cimiento y no "a 1 ~ga..'iadientes", 10 cual no quita que se debe avanzar la de ser contraprestaciones por los bienes y servicios prestados ?or el
en forma tal que mejore el marco regulatorio indispensable para que Estado en el campo económico y que, desde el punto de vistajuridicD,
las empresas actuantes hagan buena letra y se adecuen correctamente reCOlwoon su fuente en el consentimiento del obligado y su causa. en la
a las normas del mercado. venuga o prove.::ho que le proporciona la prestación estatal (ver Valdés
Costa, Curso de derecr,ú •. H ... ·1f:ario, 211 ed., p. 23).
7.6. Monopolios fiscales (recursos mixtos). La cuestión de los precios púoilcos ha sid,) debatida en la d"c¡;ú·
na, la cual no ha uniformado opinión acerca de su naturaleza y de su
Con relación a ciertos productos, el Estado puede monopolizarlos diferenciación con las tasas. Se habla de precios privados cuandQ
y venderlos a precio más elevado que el del costo, incluyendo no sólo la son convencionalmente establecidos con arreglo a las leyes de mercado,
ganancia comercial normal, sino también un excedente que se puede por lo cual no tienen cará.cter tributario; de precios públicos, si son
considerar tributario. De allí el nombre de "monopolio fiscal" y la clasi­ establecidos unilateralmente en forma diversa :;\ la del mercado libTP
ficación que los financistas clásicos hacían de "recursos mixtos", a los pero con el propós;t,,:l. ;.; ......,cÍc gastos públicos. Por último, se mencio­
cuales los denominaban así porque eran en parte patrimoniales y en nan los predos políticos cuando se fijan tarifas inferiores al costo de
parte tributarios. producción de los servicios mínimos.
La doctrina extranjera, especialmente la francesa y la italiana, Según una parte de la doctrina italiana, estas dos últimas ca:'"~
ha analizado cuidadosamente a los monopolios fiscales. En Francia, gorías pertenecen a la materia tributaria, lo cual es sólo parcialmente
por ejemplo, el Estado se reservó un derecho exclusivo para la fabrica­ compartido por algunos autores. El problema más acuciante es el de
ción de pólvora y explosivos y otro análogo para comercializar tabacos, diferenciar los precios públicos de las tasas, y así se suscitan discusio­
cigarros y cigarrillos. Italia creó monopolios fiscales referidos a varios nes en relación con las prestaciones que exigen las compañías de gas,
productos, entre los que hallamos el tabaco, la sal, los fósforos, la saca­ luz, agua potable y desagües cloacales, y con las tarifas postales, tele­
rina, la quinina, etc. En nuestro país, el Estado no hál-ea:lizado tales gráficas y ferroviarias.
actividades monopólieas ni tiene organizadas empresas dedicadas a ma­ Es nuestro criterio que son precios las sumas cobradas por em­
terializarlas. presas y órganos estatales que no impliquen la retribución de funcio·
Sólo se podría ubicar dentro de estos recursos, aunque con noto­ nes públicas divisibles o servicios públicos absolutos. Por ende, tales
rias diferencias, el producto de las actividades de los juegos de azar, ingresos no revisten catácter tributario, al no enstir ejercicios de fa-
que el Estado explotá. en forma de monopolio. Se trata de una actividad I
178 HÉCTOR B.VILLEGAS
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 179
cultades inherentes ála soberanía sino razones de oportunidad econó~ que se suelen denominar "contribuciones parafiscales" (conf. Giuliani

mica o política.
Fonrouge, ob. cit., 5i1 ed., t. 1, p. 235).

9. REctmsos GRATUlTOS. 11. REcuRsos POIUANCIONES PATRlMONIALES.


Puede también el Estado obtener ingresos en virtud de 1iberali~ Una de las misiones más trascendentales del Estado consiste en
dades, es decir, de la entrega no onerosa de bienes por parte de terce~ asegurar el orden jurídico normativo castigando mediante sanciones o
ros. Éstos facilitan dichos bienes en forma voluntaria y sin que el Esta~ penalidades a quienes infringen dicha normatividad. Entre esas san­
do utilice su poder de imperio. ciones están aquellas de tipo patrimonial (p.ej., multas), que son pres­
Los ingresos de este tipo pueden provenir de particulares (p.ej., taciones pecuniarias coactivamente exigidas a los particulares para
donaciones, legados, etc.), de entes internacionales o de Estados ex­ reprimir las acciones ilícitas, para resarcir el daño a la colectividad
tranjeros (p.ej., ayudas internacionales para reconstrucción por daños que significa el impedimento o la turbación en la acción estatal desti­
bélicos). No incluímos, en cambio, la asistencia que los entes públicos nada a satisfacer las necesidades públicas y para intimidar a los
de un mismo Estado se prestan entre sí (p.ej., subvenciones del Estado trasgresores a los fines de que no cometan nuevas infracciones sancio­
nacional a provincias o municipios), por cuanto concebimos, desde el nables.
punto de vista general de los ingresos, al Estado como una unidad. No obstante que estas penalidades proporcionan algún ingreso
Desde este aspecto, mal se podría considerar ingreso la suma que, si (aunque reducido) al Estado, carecen de tal fmalidad, y de allí su gran
bien es ingreso para el ente público auxiliado, es egreso para el ente diferencia con el tributo. En tanto el objetivo esencial del tributo es
público auxiliante. . obtener rentas para el ente público, las penalidades patrimoniales pro­
Los ingresos derivados de los recursos gratuitos son de escasa curan disuadir de la comisión de actos ilícitos. En tal sentido, cabe
importancia cuantitativa y de irregular percepción, y no obedecen ge­ decir que la creación de penas con finalidad económico-financiera es
"­ neralment;&.a regla alguna de oportunidad económica rechazada en los Estados modernos (conf. Dalton, Principios de finan­
zas públicas, Bs. As., 1948, p. 33; Berliri, Principios de derecho tribu­
tario, Madrid, 1964, vol. 1, p. 359; Valdés Costa, Curso ... , t. 1, p. 115;
10. REcURSOS TRlBUfARIOS.
Ramírez Cardona, Sistema ..., p. 460). La Corte Suprema nacional ha
dicho que la salvaguardia del patrimonio nacional no puede apuntar a
La mayor parte dejas ingresos con los cuales los países no colec­ la consideración de las multas como fuente de recursos fiscales, si bien
tivistas cubren sus erogaciones provienen de las detracciones.coacti_ accesoriamente lo son (caso "Mirás", en "D.F.", XXIV, 579). Por ello,
vas de riqueza denominadas "tnbutos". mientras los ingresos tributarios son entradas dinerarias normales
La ciencia de la hacienda ha analizado extensamente cuáles son que el Estado obtiene en la medida de sus objetivos y necesidades, los
los principios ideales aplicables para distribuír la carga del tributo entre ingresos por sanciones patrimoniales son ingresos anormales que, aun
los componentes de la comunidad; así, por ejemplo, tenemos los de la . beneficiando pecuniariamente al Estado, no están destinados a ese fin.
capacidad contributiva, contraprestación, beneficio, indemnización,
expropiación, gratuidad, onerosidad, etc.
A título de introducción a su estudio, digamos por ahora que los 12. REcuRsos MONETARIOS.
tributos, que generalmente son en dinero, constituyen prestaciones obli­
gatorias exigidas por el Estado en virtud de su potestad de imperio, El manejo de la banca central y el derecho de emitir moneda que
para atender sus necesidades y realizar sus fines políticos, económicos corresponde al Estado moderno constituyen, también, una forma de
y sociales. Comprenden los impuestos, las tasas y las contribuciones obtener ingresos.
especiales, siendo los primeros los de mayor significación; las contribu­ La potestad monetaria estatal es una de las más acabadas mani­
ciones especiales, a su vez, incluyen las contribuciones de mejoras, que festaciones del poder de imperio en cuya virtud se ejerce la actividad
tanto desarrollo han alcanzado entre nosotros, y diversos gravámenes financiera (supra, cap. 1, punto 11) y tiene una larga historia (ver
Grossmann, Finanzas y moneda, en Tratado de finanzas, de Gerloff­

~."", ,ji
180 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 181
Neumark, ps. 203 y ss.). Su significación es indudable si se tiene en costo de vida, como, p.ej., propietarios inmuebles y otros activos
cuenta que mediante la moneda el Estado regula y controla directa­ fijos, agricultores, etc.) y una gran mayoría, formada por aquellos que
mente el intercambio de bienes y servicios y las transacciones públicas cuentan con ingresos fijos, sufre el peso de la desvalorización de la
y privadas en general. moneda (y el consiguiente aumento de precios) con la mayor intensidad
El emisionismo monetario puede ser considerado desde dos pun­ (empleados, obreros, asalariados en general, jubilados, pequeños
tos de vista: eomo procedimiento estatal de regulación económica y ahorristas, etc.).
como medio de J!roC:1.:u-arse ingresos. Pero también este emisionismo perjudica al Estado, porque los
a) El err,¡,swr.ismo como regulador económico. Desde aste as­ aumentos de precios incrementan los gastos públicos. Ante ello se ha.::e
pecto, el papel de la emisión es fundamental, por cuanto la existencia necesario lograr nuevos ingresos, pero como éstos no alcanzan, se debe
de medios de pago debe eetar en,correcta proporción con el volumen de incrementar la emisión monetaria. Eno, a su vez, ocasiona nuevos au~
los bienes y servicios ciisponibles en una economía nacional. Si ese vo­ mentos de gastos públicos, y sigue así un círculo vicioso que hace cre­
lumen aumentl.'l.1'&. p~rmaneciendo invariada la masa monetaria, SP. pro­ cer cada vez más la espiral inflacionista. Con razón dice Duv'3:rg<Jr:
ducirían descensos 3e precios perjudiciales a la producción y, a la pos­ "Recurrir a la imprenta de billetes constituye una gran tentación, pelú
tre, ello conducida a una reducción de los bienes a disposición de los muy peligrosa, ya que se corre el riesgo de entrar en un círculo ~nfH­
consumidores, &parte ele a otras consecuencias igualmente indesea­ nal del que ya no Ae puede salir" (autor cit., Hacienda pública, Barcelo­
bles. Es decir, los meclh,s de pago deben aumentar al mismo ritmo a na, 1968, p. 166).
que se incremer,ta el '.'('~umen producido de bienes y servicios a pagar. En consecuencia, la emisión de moneda con fin fiscal sólo se jus­
Además, las medidas monetarias tienen importancia como instnunen­ tifica en casos extremos y si la necesidad pública lo requiere en fo"!"ma
to de intei-vencÍonismo estatal. Así, por ejemplo, en casos agudos de absoluta, y es menester tener presente que, aun aSÍ, la conveniencia de
depresión con de recursos económicos y capacidad contribu­ acudir a este recurso estará condicionada a que no sea posible ninguna
tiva no utilizaia, la emisión monetaria (debidamente complementada otra forma de procurar ingresos. En otras palabras: la impresión de
con medidas antiínflacionarias de control y dirección económica) puede billetes será utilizada como último recurso y una vez agotadas las de­
influír favorablemente en la capitalización y en la reactivación general más fuentes de ingresos públicos (conf. Duverger,Hacienda... , p. 166;
de la economía en crisis, sin imponer un costo real a los individuos Ramírez Cardona. Sistema ..., p. 451; Morselli, Compendio de ciencia
(conf. Buchanan, Hacienda pública, Ed. de Derecho Financiero, Ma­ de las finanzas, Bs. As., 1947, p. 277; Matus Benavente, Finanzas públi­
drid, 1968, p. 417). cas, Santiago, Chile, 1964, p. 263).
b) El emisionismo como medio de obtener ingresos. Ello ocurre Por otra parte, este tipo de t>rr":¿;ionismo debe ser de carácter pro­
cuando el Estado cubre sus déficit presupuestarios con la emisión de visional y estar seguido !,,:", -·""'¡inas de "saneamiento" que tengan por
papel moneda. objeto retirar de 1:< drculación la "masa rncnetaria exuberante", o ~el-1,
Entendemos que utilizar el emisionismo con tal finalidad (y en la aql.!~na que esta excedida en relación con la producción u oferta de los
medida en que no vaya acompañado del proporcional incremento de bienes y servicios. A tal fin, los especialistas mencionan diversos pro­
bienes y servicios a disposición de los consumidores) constituye un ~le· cedimientos de estabilización monetaria, cuyo estudio detallado excede
mento de presión inflacionaria (sin que ello signilique identificar emi­ de los límites del presente curso (ver, al respecto, Grossmann¿ ob. cit.,
sión con inflación), y en la medida en que la emisión provoque infla­ p. 223; Griziotti, ob. cit., p. 401; Morselli, ob. cit., p. 279; Ramírez
ción, produce los efectos de un tributo injusto para la comunidad y Cardona, ob. cit., p. 452).
perjudicial para el propio Estado.
Lo primero, porque la medida monetaria provocadora de infla­
ción económica es una carga que soporta la cOJJ;lunidad, pero 13. REcURSOS DEL cRÉDITO PÓBUco.

inequítativamente distribuída. Unos pocos se benefician Oos especula­


dores, los poseedores de moneda extranjera, los exportadores, ciertos Las finanzas clásicas concebían el empréstito como un recurso
comerciantes e industriales inescrupulosos que acaparan producción y extraordinario, al cual sólo se debía recurrir en circunstancias excep­
mercaderías proyocando desabastecimiento), otros neutralizan sus efec­ cionales (guerra, inundaciones, catástrofes). La teoría moderna se orien­
tos (los poseedoi¡es de bienes cuyo valor y rendimiento varían con el ta hacia la idea de que el empréstit.o es un recurso de sumo riesgo pero
I
no anormal y que no puede estar limitado a casos excepcionales.
182 HJl:CTOR B.VILLEGAS
183
Los recurs~s emanados del crédito público tienen, por supuesto,
sus limitaciones como cualquier recurso, las cuales dependen de razo­
nes de política fmanciera. Al respecto, se tendrá en cuenta la especial
situación del país en el momentq en que se decide emitir el empréstito,
por cuanto es necesario que haya un ahorro nacional suficiente y la
correspondiente propensión a prestarlo. Por otra parte, se deberán te­
ner en cuenta los especiales efectos económicos a que puede dar lugar
el empréstito, atento a esa mencionada situación económica general. CAPíTULO VIII
De estas consideraciones deriva que el recurso emanado del crédito
público ha sido considerado un ingreso estatal y estudiado junto con los LOS INGRESOS TRIBUTARIOS EN GENERAL
demás recursos del Estado, aunque su manejo requiere suma pruden­
cia por los peligros que su uso abusivo involucra. 1. NOCIÓN.

Las F .P. han prestado prevalente atención a los ingresos tributa­


rios, pues, como antes se dijo, la mayor parte de los ingresos con los
cuales los países no colectivistas cubren sus erogaciones provienen de
las detracciones coactivas de riqueza denominadas "tributos".
Ante tal circunstancia, la ciencia de la hacienda ha analizado
profundamente cuáles son los principios ideales aplicables para distribuír
la carga del tributo entre los componentes de la comunidad.
Entendidos los tributos desde el punto de vista de las F.P., éstos
constituyen prestaciones obligatorias, generalmente en dinero, exigi­
dos por el Estado en virtud de su potestad de imperio, para atender sus
necesidades y realizar sus fines políticos, económicos y sociales. Esto,
en otras palabras, significa que son detraimientos de parte de la rique­
za individual o particular que se operan en favor del Estado en ejercicio
"-,
de su poder de imposición.
Este detraimiento, sin embargo, no equivale al imperio de la ar­
bitrariedad, ni podría el Estado en un régimen jurídico de convivencia
civilizada que sustentase el respeto y las garantías de los derechos
individuales forzar o apartarse de tales postulados básicos. La
tributación queda, por ende, sujeta a reglas de derecho, según lo esta­
blecido por la Constitución y las leyes dictadas en su consecuencia.
De allí que, dentro del campo tributario surjan reglas propias
que se apartan de las pertinentes a la obtención,de otros ingresos. El
ingreso tributario, pues, difiere de los otros recursos que nutren el Te­
soro del Estado, pero tiene con ellos estrecha vinculación, todo lo cual
interesa principalmente a la política financiera que el propio Estado se
impone.
Así, por ejemplo, cuando los índices elevados de la presión
tributaria hacen evidente la inconveniencia de crear nuevos tributos o
de aumentar las alícuotas vigentes, la necesidad de afrontar grandes
erogaciones o de practicar inversiones por el Estado se ha de cubrir

184 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 185

acudiendo a los otros recursos del Estado, sea incrementando los


dominiales, sea acudiendo al crédito público, o bien, como lo revela una 3. IMPoRTANCIAACTUAL.
larga experiencia de resultados fmancieros deplorables, emitiendo mo­
neda sin respaldo, con inevitables efectos inflacionarios. En la actualidad, lo ya afinnado sobre la importancia prevalente
de los tributos en el camino de los ingresos es básicamente cuantitati­
va, por la sencilla razón de que es el rubro que mayores ingresos pro­
2. 'TERMINOLOGf..\. y ANTECEDENTES. porciona a las arcas estatales, lo cual lo convierte en el mayor abv"ste­
cedor del Tesoro público. Lo anterior no quita que sea un trascendente
Antes que nada, una aclaración terminológica El vocablo "tnbu­ instrumento de política financlera (cap. IV, punto 7), lo cual lleva a ]o¡,
to" que se utiJizará de ahora en adelante poco o nada tiene en común gobernantes a seleccionar los tributos convenientes para lograr ciert~s
con el alcance que tuvo a 10 largo de su evolución histórica. metas, ajenas al único objetivo de lograr fondos. En su momento
En la antigüedad el tributo tenía distintos significados; tal es el 1, punto 6.2; cap. n, punto 2) mencionamos las llamadas "fin~nzf';
caso de las "reparaciones" que se imponía a los vencidos en las guerras extrafiscales". En ellas, el tributo es el instrumento de mayor
o las gabelas que se obligaba a pagar a los pueblos conquistados. Por tancia para la obtención de objetivos de persuasión, disuasión o €'Jt1­
otro lado, surgieron rudimentos de gravámenes dentro de un conjunto mulo, variando el tipo de medidas seg-lÍ..'1 el aliento o desaliento que S!3
de medidas destinadas a satisfacer las necesidades inmediatas de los pretenda dar a ciertas actividades.
gobernantes, pero estos institutos del pasado diferían notablemente de 1'ambién se ha considerado al tributo como un instituto :F,,¿..
los tributos actuales porque eran establecidos, disminuídos, aumenta­ para la redistribución de ingresos. Recordemos que, según Wagner,s"1
dos o suprimidos por diversos motivos y sin que ello fuera fruto de tributo debía ser progresivo y que su propósito consistía en reCf..UGz.f
investigaciones teóricas (ver cap. II, punto 3). Dentro de estos rudi­ fondos de las clases más pudientes y distribuírlos en forma de se.,vi­
mentos, podemos recordar que hubo tributos en el antiguo Egipto en la cios públicos y otros beneficios a los sectores más necesitados (,:ap 11,
era de los Ptolomeos (gravámenes sobre los consumos y los réditos), en punto 8).
f.___
la Grecia de PericIes, donde se aplicaba una especie de impuesto pro­ Esta doble condición de los recursos tributarios ha permit:ido a
gresivo a la renta, y también en Roma, en la cual hubo diferentes un destacado sector de la doctrina contemporánea clasificar a los tri­ (
"
contribuciones importantes que han sido antecedentes de gravámenes butos en dos grandes clases. La primera de ellas agrupa a los denonri­
actuales (ver cap. VII, punto 3), Como fonnas tributarias más relevan­ nados tributos financieros, es decir, a aquellos que sólo tienen como
tes resaltan la "liturgia" ateniense, la "vicesima hereditatis" romana y finalidad la de aportar medios al Tesoro púh1ico (fmalidad fiscal), y la
el "catastro florentino". segunda clase, por su parte, se forma con los llamados tributo¡; de
En el trascurso de la evolución política y jurídica occidental, los ordenamiento, que son aquellos aplicados para cumplir con los fines
tributos del Estado contemporáneo acentuaron sus caracteres propios de la política económica o de la política social (fmalidad extrafisca1) del
y se diferenciaron cada vez más de los otros ingresos públicos. Al mis­ Estado.
mo tiempo fueron surgiendo características adicionales particulares No obstante, est,p. ~~ ..slon tiene un fundamento exclusivamente
que justificaron e] establecimiento de categorías diversas, tanto en gé­ académico, dado que, en la práctica, resulta verdaderamente dificil
nero (impuestos, tasas y contribuciones especiales) como en especie mencionar a un tributo que encuadre en una de las cIases de esa divi­
(diversos impuestos, tasas y contribuciones). sión, con exclusión total de la otra. Yes que, si bien es cierto que Jos
No obstante, esta posición no es unánime. Tanto la legislación y tributos son esencialmente medios para financiar los distintos tipos de
doctrina alemana como la francesa centralizan el estudio en los im­ gastos públicos, adicionalmente ellos también sirven al Estado como
puestos, aunque con consideraciones prácticament&J;9incidentes con medios de acción para producir alteraciones en el campo económico y
los tributos; en España y en los países de América latina, se acepta la social, variaciones éstas que, a veces, aparecen como inevitables, aun
distinción entre impuestos, tasas y contribuciones. Sin embargo, estas siendo poco deseables desde otros aspectos (conf. José María Martín,
diferencias no implican discrepancias en lo que respecta a principios y Ciencia de las finanzas públicas, p. 128).
soluciones (ver Valdés Costa, Curso ... , 2! ed., p. 72).
"
186 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 187

\. sus restantes notas caracterizantes para que el ingreso obtenido sea


4. CARACTElUZACIÓN DE LOS INGRESOS TRIBUTARlOS. tenido como tributario.
b) Las prestaciones son preferiblemente dinerarias. Es Wla ca­
La caracterización y el tratamiento de los tributos en sí mismos, racterística de nllestra economía monetaria que las prestaciones sean
e independientemente de sus especies (impuestos, tasas, contribucio­ en dinero, aWlque no es forzoso que así suceda. Así, por ejemplo, en
nes especiales), son importantes para establecer los elementos comu­ Méjico y Brasil los códigos tributarios admiten que la prestación
nes a dichas especies, así como también las notas específicas que los tributaria sea en especie. Si bien 10 normal es la prestación dineraria,
diferencian de otros ingresos públicos. el hecho de que ella sea in natura no altera la estructúra jurídica
De tal manera, los elementos "coacción" y "ley en sentido básica del tributo. Es suficiente que la prestación sea ''pecuniariamente
formal y material", que sirven para diferenciarlos de los precios, el valuable" para que constituya Wl tributo, siempre que no concurran
carácter pecWliario de la prestación personal y el fundamento general, los otros elementos caracterizantes y que la legislación de determinado
que sirve para distinguirlos de las sanciones, son elementos que inte­ país no disponga 10 contrario (en el sentido del texto, y entre otros,
gran necesariamente el concepto de cada Wla de las especies tributarias. Giuliani Fonrouge, De la Garza, Flores Zavala, etc.).
En buena técnica no es, por tanto, necesario reiterar en el estudio de En la sexta edición del Derecho financiero de Carlos Giuliani
éstas la consideración de esos elementos, ni incluÍrlos en las respecti­ Fonrouge, sus actualizadores Susana Navarrine y Rubén Asorey des­
vas definiciones. En consecuencia, éstas quedan perfeccionadas al men­ tacan interesantes y variados ejemplos de tributos pagados en especie,
cionar su pertenencia al género tributos, agregando los elementos par­ de lo que se concluye que el carácter pecWliario no hace a la esencia de
ticulares (conf. Valdés Costa, Curso ... , 2' ed., p. 80). la obligación tributaria (ob. cit., t. 1, p. 313).
No obstante, hace notar Valdés Costa que esta técnica legislativa No obstante, este pago en especie suele despertar severas críticas
no es la tradicional en el derecho comparado. Los códigos y leyes que no exentas de argumentos sólidos. Así, se dice que todo deudor del Es­
definen los tributos por lo general se limitan a enumerar las distintas tado debe pagar sus tributos en dinero, ya que la economía de trueque
especies y a dar Wla definición de éstas. En tal caso se hallan la orde­ no puede existir para las deudas tributarias (ver editorial del periódico
nanzatributaria alemana de 1919 (Reich Abgaben Ordnung, R.AO.) "La Voz del Interior" de Córdoba, Argentina, del 412199).
y su modificación de 1977 (art. 1); el Código Fiscal mejicano de 1939 Las razones no son fácilmente desechables. Se argumenta que el
(art. 1) y sus sucesivas reformas, al menos hasta la de 1991, y la Ley cobro de deudas impositivas en especie se presta a Wla aplicación dis­
General Tributaria española de 1963 (art. 26). Todos estos cuerpos de crecionalo arbitraria en la cual puede haber hijos yentenados, estan­
leyes, al definir los tributos en particular, incurren en reiteraciones do de por medio el favoritismo político o la influencia de los lobbies
innecesarias y en a1gWlas omisiones, especialmente en materia de im­ empresarios en los ministerios y demás oficinas gubernamentales. Por
puestos. otra parte, el beneficio no se puede extender masivamente, a riesgo de
En el campo de las F.P. se han desarrollado diversas definicio­ provocar Wl quiebre de las finanzas estatales, pues si el Estado reduce
nes, las cuales han acentuado algWlas veces la faz económica y otras el sensiblemente su ingreso en dinero, podrá quedarse sin recursos para
elemento jurídico. solventar las necesidades básicas. Si hay Wla empresa a la que se le
Ambos aspectos son fWldamentales para Wla correcta caracteri­ permite saldar sus deudas impositivas en bienes, habrá muchas otras
zación de los recursos tributarios, la cual creemos necesaria como paso empresas que se creerán con derecho a gozar del mismo beneficio, ante
previo a fotmular el concepto adoptado. Veremos, pues, tales caracte­ 10 cual surge el problema de saber cuál es el límite a estos trueques.
rísticas. La situación que originó esta aguda crítica periodística consistió
a) Carácter econ6mico. El primer rasgo distintivo de todo recur­ en que, en febrero de 1999, el gobierno de Córdoba resolvió aceptar
so tributario es de carácter económico, puesto que, invariablemente, bolsos alimentarios a Wla cadena de supermercados por valor de aproxi­
consiste en un traspaso de parte de la riqueza de los particulares en madamente ocho millones de dólares en concepto de deudas impositivas
favor del Estado o del ente que éste designe. Esta detracción puede atrasadas, estando destinado este producido a los sectores más
tener una finalidad fiscal, extrafiscal o, como ocurre generalmente, carenciados de la población. La medida fue legal, ya que el Código Tri­
mixta. Pero en todos los casos, y aWl tratándose de tributos con fines butario Provincial vigente faculta al Poder Ejecutivo para aceptar la
extrafiscales o de ordenamiento, es inevitable que se configuren todas cancelación de deudas tributarias mediante la recepción de bienes
188 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 189
muebles o inmuebles si las circunstancias así lo aconsejan (art. 2 se­ to al ejercicio del poder tributario implicado en sus relaciones, ya que
gún modificación por ley 8656/97 al Código Tributario Provincial- Ley los impuestos no son obligaciones que emerjan de los contratos sino
6006). que su imposición y su fuerza compulsiva para el cobro son actos de
No obstante, la duda es grande ante cie-das operaciones (acepta­ gobierno y de potestad pública" ("Fallos" 152-208; 218-694; 226-22).
ción de muebles de oficina a menos de su valor y de bancos de escuela e) Finalidad esencial: el biene.star general. Desde el es:..aoleci­
innecesarios también sobrevaluadoa, hechos ocurridos en la adn$ús­ miento del Estado de derecho, los recursos tributarios deben responder
tración cordúbesa anterior) que obligan a tomar con pinzas el pago en a un requisito esencial: se admiten como detracciones de parte ae ri­
especie. P.aI1sarnos que sólo pueden ser &.:1müribI.¡;s estas operaciones si queza de los particulares siempre que ello sea con el esencial y ,":;,::clu­
se dan las: siguientes condiciones: a; que se trate de situaciones real­ yente objetivo fmal de promover el bienestar genera! (Preámbulo
mente excepcionale'5: b) que los bienes adquhidos sean absoluta:niente de la Constitución argentina). En los tiempos actuales, sea r:j'B los
necesarios para el Estado al momento del trueque, es decir que,. de no tributos tengan una misión exclusivamente fiscal, sea que se p.i!:.cip¿.¡
haber acept3.l.h 10;; bienes, de todos modos debería haber concurrido al finalidad los convierta en tributos de ordenamiento, deben necesaria.­
mercado para comprarlos; e) que la valuación cea efectuada por orga­ mente tener como último objetivo el beneficio general de la CO:rcllli~iG.&d.
nismos espcd3JizadfJs \) peritos, l'esultando coincidente con los precios Así lo ha dicho también la Corte Suprema nacional ("Fallos" 12{¡-218).
del merc2.rJ0. En d,,:fjniti'Ja, se requiere prudencia, sentido común y Si no responden a ese interés político, los tributos no sólo serÍaL U.egíti­
equidad, ",sí como también evitar cualquier tipo de favoritismo. mos, sino que, además, caerían en el despojo ("Fallos" 178·231).
e) R:ósamento legal. Esta caracteristica es de una importancia Como consecuencia de las características analizadas podemos con­
trascendantal para los tributos modernos, tanto es así que sirve de siderar a los tributos como las extracciones coactivas de parte de
fronterii entre los actuales recursos tributarios y aquellos otros que, riqueza de los particulares, con basamento legal, preferible­
bajo análoga nominación, se exigieron en épocas anteriores a la im­ mente en dinero, con el propQsito básico de obtener ingzesos
plantación del Estado de derecho. para cubrir las necesidades públicas, sin perjuicio de perse­
En el Estado democrático, y salvo algunas desafortunadas des­ guir, además, objetivos extrafiscales, todo ello en pro de la
viaciones, las pretensiones tributarias gubernamentales sólo se operan finalidad máxima de promover el bienestar general. 1,

mediante mandatos legales, los cuales, se supone, son exteriorizaciones Consiguientemente, los ingresos tributarios son aquellos me­
de la voluntad de la comunidad. dios pecuniarios de que dispone el Estado para cubrir los ser­
Lo anterior aleja el tributo moderno de las doctrinas ya vistas vicios y funciones públicas a su cargo y que derivan de las
según las cuales era un precio producido por la venta de sus servicios y detracciones der.,-,minadas tributos.
a cambio de protección (cap. 1, punto 11.1).
d) Elemento coercitivo. Estas detracciones están lejos de ser li­ 5. CLASIFICACIONES DE LOS TRIBUTOS.
beralidades de los particulares en favor del Estado. Los tributos no sou
voluntarios, sino que, al contrario, el traspaso de riqueza que implican Conforme a la clasificación más aceptada por la doctrina y el
se produce en todos los casos mediante una coerción que el Estado ejer­ derecho positivo, los tributos se dividen en impuestos, tasas y contri­
ce sobre los particulares. Este reclamo coercitivo -en tanto se cumpla buciones especiales. Estas categorías no son sino especies de un mismo
con el basamento legal- no puede ser rechazado por los administra­ género, y la diferencia se justifica por razones politicas, técnicas y jurí­
dos. dicas. No sólo las facultades de las distintas esferas de poder dependen
Tal aceptación forzosa se funda en que la facultad de imponer no de esta clasificación en algunos países, sino que, además, los tributos
es sino una manifestación del poder de imperio del Estado. Este poder tienen peculiaridades individualizantes.
tributario implica la posibilidad de que la exigencia fiscal sea cum­ En el impuesto, la prestación exigida al obligado es independien­
plida en forma no espontánea e incluso en contra de la voluntad del te de toda actividad estatal relativa a él, mientras que en la tasa existe
obligado. una actividad del Estado materializada en la prestaqón de un servicio
La Corte Suprema de Justicia,de la Nación ha definido la cues­ que afeeta especialmente al obligado. Por su parte, enlaeontribución
tión en los siguientes términos: "No ,xiste acuerdo alguno de volunta­ especial hay también una actividad estatal que es generadora de un
des entre el Estado y los individuos sujetos a su jurisdicción con respee- especial beneficio para el llamado a contribuir.
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS
191
190 HÉCTOR B.VrLLEGAS
B) En los tributos vinculados, el hecho o circunstancia que gene­
En virtud de estas características de los tributos, el profesor bra­ ra la obligación de contribuír está estructurado en forma tal que se
síleño Geraldo Ataliba propone una nueva clasificación de ellos divi­ integrará con una actividad o gasto a cargo del Estado que, de alguna
diéndolos en vhlculados y no vinculados. forma, afectará al obligado o repercutirá en su patrimonio.
Esta clasificación concuerda aproximadamente con las defmicio­ En estos tributos vinculados se debe tener en cuenta la actividad
nes de los diferentes tributos que proporciona el Modelo de Código Tri­ o gasto a cargo del Estado que atañe al obligado o produce efectos
butario para América Latina. Según este Modelo, impuesto es el tri­ beneficiantes con respecto a su patrimonio (p.ej., la actividad del re­
buto cuya obligación tiene como hecho generador una situación gistro de automotores, de la repartición que vela por la salud pública,
independiente de toda actividad relativa al contribuyente (art. 15). del organismo encargado de obras viales, de la caja que otorga benefi­
La tasa es caracterizada por el Modelo como el tributo cuya obli­ cios sociales, de los entes que prestan servicios de seguridad, organiza­
gación tiene como hecho generador la prestación efectiva o potencial ción, inspección o control en las ciudades, etc.).
de un servicio público individualizado en el contribuyente (art. 16), y, A su vez, se advierte una notoria disparidad dentro de los tribu­
por último, la contribución especial es el tributo cuya obligación
tos vinculados, por cuanto:
tiene como hecho generador beneficios derivados de actividades esta­ a) En algunos (tasas), la obligación surge ante el mero goce o
tales (art. 17). aprovechamiento del obligado, sin que interesen su requerimiento del
No obstante su innegable trascendencia, ya que del encuadre en servicio ni su beneficio como resultado de él. En consecuencia, la obli­
una u otra especie puede surgir la legitimidad o no de su cobro por un gación nace ante la prestación del servicio, que, según creemos, debe
determinado nivel gubernamental, cabe reconocer que la clasificación
de los tributos se halla relativizada en su importancia porque, como ser siempre
b) En efectiva.
otros tributos vinculados (contribuciones especiales) hay
dice Giannini, la distinción es incierta y oscilante en los derechos posi­ una actividad o gasto estatal productores de un beneficio en el obliga­
tivos de los diversos países. Además, y tratándose siempre de presta­ do, y esa actividad beneficiante genera la obligación de pagar el tribu­
ciones debidas al Estado en virtud de su poder de imperio, la regula­ to. Interesa aquí tan sólo el incremento patrimonial en los bienes del
ciónjurídica de todas las especies es sustancialmente la misma y, de obligado al pago (o, por lo menos, que la actividad sea realmente idónea
hecho, las disposiciones legales más generales en materia tributaria se para producir tal incremento patrimonial).
refieren indistintamente a todos los tributos (Instituciones ... , p. 44; en Sin embargo, las discrepancias son abundantes, y hacen decir a
igual sentido, Giuliani Fonrouge, Derecho ... , 6' ed., t. 1, p. 317). GiuHani Fonrouge que hay tantas clasificaciones como autores.
No obstante las imprecisiones legislativas, la distinción tiene re­ Dentro del panorama general del tema observamos que autores
levancia científica atento a determinados elementos específicos como Luigi Einaudi (Principios de la hacienda pública, Madrid, 1968)
diferenciadores (conf. Giannini, p. 46), surgiendo la disparidad de la prescinden de las tasas, por considerarlas refundidas en los impuestos,
distinta forma en que se haIla estructurado o integrado el presupuesto en las> contribuciones especiales o en los precios públicos o políticos;
de hecho elegido por el legislador como generador de la obligación otros instituyen los monopolios fiscales en una categoría independiente
tributaria. (Berliri, Trotabas), a la vez que ciertos tratadistas hacen 10 propio con
Una clasificación muy importante es la que divide a los tributos las contribuciones parafiscales (Duverger, Laufenburger, Trotabas) (ver
en no vinculados y vinculados (Geraldo Ataliba, Hip6tesis de inciden­ Giuliani Fonrouge, Derecho ... , 6! ed., p. 316). No faltan quienes creen
cia tributaria, San Pablo, 1973). que una distinta categoría de tributos está integrada por las contri­
N En los tributos no vinculados (impuestos) no existe conexión buciones de la seguridad social, en tanto otros autores entienden
del obligado con actividad estatal alguna que se refiera a él o que 10 que los empréstitos forzoSOS tienen peculiaridades que los trasfor­
beneficie. Por ello, su obligación nacerá ante un hecho o situación que, man en un gravamen diferenciado de los restantes (ver Fritz Neumark,
según la valoración del legislador, revele capacidad de contribuír al Problemas económicos y financieros del Estado intervencionista, Ma­
sostenimiento del Estado (p.ej., percibir una renta, poseer un patrimo­ drid, 1964, p. 388), ya que se trata de "tributos con promesa de devolu­
( nio, realizar un gasto). En tal caso, la obligación tributaria será cuan­ ción", lo cual los distingue nítidamente de las otras especies.
titativamente graduada conforme a los criterios que se crea más apro­ No insistiremos en las numerosas clasificaciones formuladas a 10
( piados para expresar, en cifras concretas, cuál será la dimensión largo de la historia del tributo. Adoptamos la tripartita por ser la más
adecuada de su obligación.
192 Hl1:CTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 193

difundida, pero ponemos de relieve la claridad con que la fórmula de la conformación de los sistemas tributarios y reflejan, a su vez, la si­
Ataliba despeja el problema clasificatorio. tuación econóInica, política y social del país que los adopta.
Queda claro, entonces, que no es posible formular principios a los
cuales ajustar el accionar tributario, si no se admite como premisa su
6. PmNCIPlOS SUPERlORES DE LA TRIBUTACIÓN. servicio a ciertas metas. Una vez aceptada tal premisa, la misión de
los principios consistirá en partir del terreno valorativo de 108 fines y
Según la conceptualización extraída de la caract;erizació~l qp,e des­ terInÍnar en 'el campo positivo de un determinado sistema tributario.
cribimos en el punto anterior, y dado que la finalidad última es la Cabe, sin embargo, advertir desde ya que, cuando se enuncian todos
promoción del bienestar general, surge como punto trasr..enJental el de los principios ideales de tributación; surge la gran problemática de su
investigar cuáles son los principios o reglas ideales que deban servir de conciliación. Ello lleva a Lucien Mehl a Wla conclusión pesiInis;;a: "La
guía para una coherente formulación de la política tdbutaria, a los idea de que un sistema fiscal podría ser simple, perfectamente eqluta­
cuales asignamos la denominación de principios ,superiores de la tivo, fácilmente soportable y de elevado rendimiento es una rur~ qui­
tributación. mera" (autor cit., Elementos de ciencia fiscal, Barcelona, 1964, p. 323).
Estos principios son preceptos del deber ser que se f{'~ulan en Las investigaciones de cuáles son exactamente esos principios
orden a la realizacÍón de dez,erminados objetivos, y se puede decir que han sido realizadas por numerosísimos estudiosos. Generalment21 Sé
el10s constituyen un tema clásico de la hacienda pública. El estudio de adjudica la patemidad en la elaboración de los primel'os principios al
los distintos principios de la tributación y la crítica de los tributos inglés WiUiam Petty, quien en 1662 elucubró una serie de reglas qne
históricos a la luz de esos postulados generales son un tópico que se más tarde fueron perfeccionadas por el italiano Pietro Verrí. Desde
halla entre los abordados por la literatura financiera desde sus oríge­ entonces fueron diversas las propuestas realizadas tanto por econrmüs­
nes, y que, desde entonces ha.sta hoy, ha atraído permanentemente la tas como por juristas, pero ninguna de ellas alcanzó el prestigio de las
enunciadas por Adam Smith, las cuales, por su extraordinaria c1al'i­
atención de los hacendistas. En efecto, desde el origen del estudio de la
dad, sencillez y precisión, se han mantenido hasta hoy como nOrID8S
actividad financiera se incorpora ya este enfoque sobre los postulados
de la tributación. rectoras de esta materia.
Tales reglas son las ya conocidas de la equidad, la certeza, la
Desde entonces hasta hoy, tales principios han constituido un comodidad de pago y la economía de la recaudación. Modernamenw,
capítulo importante de la ciencia de las fmanzas, y se ha acnmulado Haller, Brochier, Tabatoni, Griziotti, Gangemi y Neumark, entre oiros,
sobre ellos una extensa y a veces controvertida literatura. Extensa, ya han actualizado Yreestructurado tales reglas, pero, en definitiva, to­
que pocos especialistas han renunciado a pronunciarse sobre el núme­ das tienden a 10 Inismo: dar al régimen o estructura tributaria una
ro, el contenido y la validez de los principios tributarios. Controverti­ racionalidad mínima indispensable. En pocas palabras, el profesor
da, porque esta abundante producción nI) es pacífica. Es que si los prin­ Aliomar Baleeiro ha ':.i1sayado la fórmula de un sistema tributario idea1:
cipios de la tributación tienen algún significado, éste no es otro que el "El sistema tributano deoe ser productivo, elástico, compatible con la
de servir para alcanzar valoraciones idóneas sobre los más convenien­ renta nacional y con las ideas dejusticia de cada época" (Uma introdl11(GO
tes fines que la política tributaria se propone obtener en un espacio a crencia das finant;as, Río de Janeiro, 1967, t. 1, p. 288).
histórico concreto. Por tanto, su construcción y su validez son siempre No obstante, ha habido tantos intentos de reelaboración o reem­
hipotéticas: si el sistema tributario pretende lograr ésta o aquella fina­ plazo de dichas reglas por otros preceptos de validez universal, que se
lidad, entonces debe cumplir con éste o aquel principio. Dados los fines ha producido un notable grado de confusión en la materia, probable­
cambiantes a los cuales los tributos han pretendido servir, se com­ mente porque los elaboradores partieron de realidades y concepciones
prenden los cambios consecuentes registrados en los principios de la muy divergentes, tanto en 10 político como en 10 económico y 10 jurídi­
tributación, como también que la diversidad de fmes qp.e, a los tributos co. Quien desee estudiar hasta qué punto llegó la investigación del
reservan las distintas ideologías produzca un inevitable enfrentamien­ tema, se deberá probablemente sumergir en las 476 páginas que Fritz
to sobre la validez y aceptación de determinados principios tributarios. Neumark destina al tópico (ver autor cit., Principios de la imposición,
Los postulados de la política tributaria son expresión de las res­ Instituto de Estudios Fiscales, Madrid, 1974).
pectivas concepciones del mundo, y ellos han experimentado importan­ Como nuestro objetivo es más modesto, volve,mos los ojos a ~a
tes modificaciones a 10 largo del tiempo. Los principios han influído en vieja lista de Adam Smith, que ha resistido el paso del tiempo, quizá
194 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 195
\ I
porque fue siempre repetida en los manuales de estudio, o quizá por­ de "inequality" eran un mal tan execrable como un pequeño grado de
que fue continuamente violada por los fiscos de todo el mundo. Por inseguridad.
supuesto que requiere algún grado de actualización, pero contiene con­ Si bien en nuestros tiempos no existen ya anomalías del calibre
ceptos generales en materia de tributos que tienen cierta validez en de las que Smith observaba, lo cierto es que las imprecisiones siguen
todo tiempo y lugar. existiendo.
Incluso se puede decir que la comprensibilidad y claridad de las
6.1. Regla de la equidad. normas jurídico-tributarias pasan por un período de decadencia en los
principales países del mundo occidental.
Sostuvo Smith que los tributos deben ser justos y equitativos. Para cumplir con el postulado de la "trasparencia tributaria", la
Esto implica que los particulares deben contribuÍr al mantenimiento ley fiscal debe determinar con precisión los siguientes datos: sujetos
del Estado, tanto como ello sea posible, en proporción con sus respecti­ pasivos, hecho imponible, base imponible, alícuota, fecha, plazos y mo­
vas capacidades económicas. Los gastos del gobierno de un país son, dalidades de pago, exenciones y beneficios en general, infracciones po­
para los individuos, erogaciones análogas a los gastos de administra­ sibles, sanciones aplicables y recursos legales que proceden frente a
ción de una gran finca de la que son arrendatarios, lo cual los obliga a una actuación ilegal de la Administración.
contribuír en proporción con sus respectivos intereses en la finca. El cumplimiento del principio exige que estos datos sean clara­
No se podrá dejar de advertir que esta regla dio vida, en realidad, mente consignados en las normas tributarias en sentido lato, es decir,
al universal y muy discutido principio de la capacidad contributiva. con inclusión de los reglamentos, resoluciones generales e interpretativas
Más adelante nos referiremos a este canon en cuanto a su función del organismo fiscal, instrucciones, circulares, etc. Es necesario que
dentro de la distribución de la carga tributaria. tales normas se estructuren de manera tal que presenten, técnica y
Basta por ahora reflejar lo obvio. La justicia tributaria requiere jurídicamente, el máximo posible de inteligibilidad, y que sus disposi­
un alto grado de razonabilidad en los métodos de la imposición de los -ciones sean tan claras y precisas que excluyan toda duda sobre los
tributos. No se pueden establecer diferencias por la altura de las perso­ derechos y deberes de los contribuyentes y, por consiguiente, toda arbi­
nas, ni por su grado de instrucción, ni por su origen étnico: la diversi­ trariedad en la determinación y recaudación de los tributos.
ficación de los tributos debe estar basada en la desemejanza en su si­ Otro elemento importante, a los fines de estos principios, es la
tuación económica y, consiguientemente, ser establecidas en proporción difusión de las normas. Las disposiciones fiscales deben ser publicadas
con los ingresos de que disfrutan las personas bajo la protección del y explicadas, no sólo por el medio que señala la ley como obligatorio (el
Estado. "Boletín Oficial"), sino por todos aquellos que faciliten su divulgación,
de manera que sean conocidas por los afectados en el menor tiempo
6.2. Regla de la certeza o trasparencia tributaria. posible. Es imprescindible que al dar a conocer estas normas se precise
euáles son las nuevas obligaciones sustanciales y formales que impo­
Según Adam Smith, el tributo que cada persona está obligada a
nen, y en qué forma modifican las obligaciones ya existentes, para
pagar debe ser cierto y no arbitrario. La fecha y la forma de pago, así
evitar violaciones involuntarias ocasionadas por la ignorancia.
cOmo también la cantidad a pagar, deben ser claras y precisas, tanto
Incluso se sostiene que el gobierno debe cuidar, mediante una
para el contribuyente como para cualquier otra persona.
oportuna labor de divulgación, que lleguen a conocimiento de los ciuda­
"La certidumbre de lo que cada individuo deberá pagar en con­
danos en forma inmediata y clara las variaciones tributarias que se
cepto de tributo, es uria cuestión de tan grande importancia -y así
parece deducirse de la experiencia de todas las naciones- que un gra­ proyecten, a fin de que los medios especializados, la prensa en general
do muy considerable de desigualdad produce menos efectos dañinos y la doctrina, se puedan manifestar públicamente sobre las posibles
que un grado muy pequeño de incertidumbre" (autor cit., Investiga­ objeciones.
ci6n... , Barcelona, 1933, libro 5\!, cap. 11, parte 1).
Cierto es que, en nuestra era globaljzada de actividades económi­
Es decir, Smith quería desterrar la arbitrariedad, especialmente cas cada vez más complicadas, esta necesidad de que los tributos sean
en lo que respecta a la cuantía y fecha del pago, lo cual era tan impor­ inteligibles para los contribuyentes es más fácil de enunciar que de
tante que, en su opinión, ni siquiera unas considerables proporciones seguir.
196 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 197

No obstante, sería un gran progreso que las normas y preceptos que no resulten perjudicados otros postulados fundamentales (ver
de toda índole en que se detallan los muchos as~ectos que hacen a la Neumark, ob. cit., p. 448).
tributación se redacten siguiendo uns. adecuada técnicajurídica.
Como bien dice Ferreiro Lapat::a, se ;'equiere una técnica que no 6.4. Regla de la econamta.
sólo pueda ofrecer un perfeccionamiento formal, terminológico, vacío
de contanido y consecuencias, casi diríamos estático, del ordenamiento Mediante este principio, Smith aconseja que los tributos se :re­
jurídico, sino que también pueda ofrec';l'T108 algo mucho más valioso y cauden en forma tal que provoquen el mínimo costo de recaudación. De
concreto: trasmitir claramente 8.1 dudadano al mandato del legislador, tal manera, todo tributo debe ser concebido de modo que extraig'z de -¡os
ahorrando al administrado y a la Ajmini¡¡~1"aci·5n enormes esfuerzos, y bolsillos del pueblo le menor cantidad posible por encime de k :{ue
al país, en consecuencia, mucho di:uek'o (autor cit., Ensayo$sobre me­ hace ingresar al Teso)'v pübJico.
todología y técnica jurídica en el derecho financiero y tributario, Mar­ Este concepto puede ser tomado en un sentjdo restr:k:;!j-io, sqr.:ín
cial Pons, Madrid, 1998, p, 26). el cual se deben exigir del gobierno los mínimos costos de recaudación
coexistentes con el máximo cumplimiento de las obligaciones de :ps~o, o
6.3. Regla de la conveniencia. bien con un criterio más amplio, conforme al cual es necesfu-io ten",.' en
cuenta las repercusiones más remotas de la tributación sobre el con­
8Jstie!le Smith que los tributos se deben recaudar en la fecha y junto de la economía para que la porción de ingresos que Ldgan al
la forma que resulten más convenientes para el contribuyente. La mejor gobierno sea lo menos gravosa posible para los contribuyentes.
aplicación de esta regla se halla en los impuestos a las ventas en gene­ Respecto de este principio, tienen especial relevancia las siguien­
ral y en los impuestos internos al comumo. tes recomendaciones de Neumark sobre las magnitudes que se debe
Como l:>ien explica Groves, no SÓlO se pagan estos impuestos, poco procurar disminuír: 1) los gastos que se le ocasionan directamente al
a poco, con las mismas compras del consumidor, sino que se suelen fisco por la administración de los tributos en el más amplio sentido de
incluir en los precios de una manera tan confusa que el consumidor no la expresión, quedando inc1uídos, por tanto, los "gastos generales" im­
puede reconocerlos. Se ha dicho que ésta es la manera más fácil de putables a aquélla; 2) los gastos ocasionados a los contribuyentes por
pagar impuestos y que, ya que de por sí es difícil de aceptar la imposi­ los trabajos relacionados, con el pago de sus impuestos; 3) los costos que
ción de tributos en sí misma, por 10 menos es preferible que su pago no se les originan a los individuos o a las personas jurídicas por el hecho
se realice también de "una manera dificiJ". Se podrá observar que esta de que -sin recibir la correspondiente indemnización- realiceú en fa­
tercera regla de Smith puede resultar contradictoria con la prímera, vor del fisco y como "agentes" suyos trabajos relativos a impuestos de­
pues los impuestos de consumo no se ajustan tan bien al principio de bidos por terceros (autor cit., Principios de la imposición, ob. cit., p. 438).
equidad (autor cit., Finanzas ... , p. 33).
Agrega el autor que los cambios en el impuesto sobre la renta que
introdujeron la retención fueron proyectados con la Ímalidad de hacer 7. CRlTERlOS DISTRlBurIVOS DE LOS TRIBUTOS.
su cumplimiento más fácil y cómodo. Los pagos a plazos de los impues­
tos por contribución territorial y por sucesiones tienen la misma fi­ La ciencia jurídica fue completando con el tiempo e:::tas 59_bias
nalidad máximas, por 1(1 q~1 .=;'~ l.... 111t.1uiaa en que se afirmaron los Estados de
Fuera de estas consideraciones, es poco 10 que se ha añadido al derecho y comenzaron a aparecer las Constituciones, fueron surgiendo
contenido de este postulado. Neumark define así esta regla: "De acuer­ principios caros del derecho financiero y del derecho tributario, tales
do con el príncipio de comodidad de la imposición deberán estructurarse como la legalidad, la generalidad, la igualdad (ya contenida, en derto
las disposiciones de cada impuesto, en cuanto a las obligaciones de los modo, en el primer principio de Smith), la proporcionalidad, la no
contribuyentes relacionadas con el cálculo y pago dem deuda tributaria, confiscatoriedad, la libertad de circulación territorial, etc.
de manera que se les concedan a éstos todas las facilidades posibles Sin embargo, estos principios fundamentales están expresados
previa observancia de los principios impositivos de rango superior". en las Constituciones y las normas en forma indeterminada. Para col­
La referencia a los "principios impositivos de rango superioz:" mar ese vacío, se han elaborado criterios que, aun sin estar incorpora­
parece necesaria en orden a dejar claro que la "comodidad" en favor d~ dos en las Constituciones en forma expresa, cuIJíplen la función de dar
los contribuyentes no puede entrar en juego más que en la medida en fundamento a la distribución de la carga tributaria.
,
''''1$

198 HÉCTOR B. VI LLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 199


Surge, entonce~, el intrincado problema de establecer en qué gra­ positivos están incluídos en las Constituciones, como sucede con el prin­
do o en qué medida cada persona debe contribuir, mediante el pago de cipio de la igualdad ante la ley y la capacidad contributiva, tomada
sus tributos, al logro de ese bienestar general que exige el Preámbulo ésta como criterio para establecer la medida en que los integrantes de
de la Constitución argentina y que persiguen --con mayor o menOr la sociedad pueden y deben contribuir a solventar los gastos públicos.
suerte- todos los paises del mundo. Por otra parte, se han considerado los principios de la capacidad
Si este interrogante es planteado al ciudadano común, encontra­ contributiva, del beneficio y de la contraprestación como causa jurídi­
rá una respuesta obligada: cada persona debe contribuir, mediante el ca de los impuestos, contribuciones y tasas, respectivamente, constitu­
pago de tributos, en una proporción justa y equitativa. Y es que ésa yendo así un elemento esencial de la relación jurídico-tributaria. Des­
es la contestación natural y lÓgica, que representa el consenso general de ya conviene dejar sentado que, sea por esta teoría de la causa, sea
y que, por otra parte, se halla jurídicamente avalada por las normas por los principios constitucionales, la fundamentación ética y lajusti­
constitucionales de, prácticamente, todos los países. Así, por ejemplo, ficación racional de la tributación integran un postulado básico en el
el arto 16 de nuestra Constitución nacional dispone que ".. .la igualdad Estado de derecho (conf. Valdés Costa,Instituciones ... , ob. cit., ps. 440
es la base del impuesto y de las cargas públicas", precepto que, a su y 441).
vez, se halla reafirmado en el Preámbulo y en las disposiciones de los Aclarado lo anterior y prescindiendo de principios ya desechados,
arts. 4, 14, 28 Y 33, que consagran la equidad como principio general como los de la indemnización y la expropiación (que, sin embargo, in­
de nuestro derecho. cluía Benvenuto Griziotti, Principios de ciencia de las finanzas, De­
Entonces, si por imperio del consenso general y de las normas palma, Bs. As., 1959, p.100), debemos analizar el criterio de la contra­
constitucionales antes mencionadas, los tributos deben ser aplicados prestación, el beneficio y la capacidad contributiva.
con justicia y equidad, el nudo del problema se circunscribe a cono­
cer qué significado debe atribuírseles a dichos términos en el área 7.1. Criterio de la contraprestación.
tributaria (conf. Martín, Ciencia ... , ob. cit., p. 135).
Sin embargo, una vez arribados a este consenso, las dificultades Este criterio se vincula con el derecho privado. En los casos del
se magnifican. Lajusticia, "al igual que la equidad, no son conceptos "precio", el Estado percibe una compensación a cambio de un servicio
sobre los cuales se pueda descubrir su ser; pertenecen, al contrario, a de naturaleza económica, el cual le proporciona al usuario o consumi­
lo que en metafísica se denomina "categoría ontológica del valor", y, en dor un beneficio particular, que constituye la causa jurídica de la obli­
consecuencia, sobre ellos no podemos enunciar juicios de existencia, gación.
sino juicios de valor. Y tales juicios deben, en lo que a nuestra materia Algo parecido sucede con la tasa, aunque es necesario destacar
se refiere, ser interpretados con la mayor aproximación posible, tanto que la palabra "contraprestación" no tiene carácter contractual. Aqui
por quienes formulan las leyes positivas como por quienes tienen la se debe hablar de una prestación exigida al particular en ocasión de la
interpretación oficial de ellas, es decir, la jurisprudencia. utilización, aprovechamiento o goce de uno o varios servicios públicos
Para ordenar la temática, el gobierno debe comenzar por pregun­ que atañen a los obligados o se relacionan especialmente con ellos.
tarse cómO se elegirá a los contribuyentes, es decir, quiénes serán los La "contraprestación" como criterio distributivo utilizado en la
aportantes al gasto gubernamental. Pueden ser aquellos que se benefi­ tributación tiene el significado de gravar a personas en virtud de la
cien directamente del servicio público,o los que reciban o den lUgar a utilización, aprovechamiento o goce de uno o varios servicios públicos.
una prestación especial, o bien la colectividad en general. Ello puede suceder porque estos servicios se particularizan en
Esta determinación de qué contribuyentes van a proporcionar los una persona determinada (p.ej., expedición de un documento de identi­
recursos y qué componentes de la sociedad se van a beneficiar con los dad), o bien porque guardan algún tipo de relación especial con los
servicios públicos es un problema político. Se trata de una verdadera obligados (p.ej., servicios públicos de seguridad, salubridad, contralor,
distribución de riquezas dispuesta coactivamente por el Estado y fun­ organización, inspección, etc., en relación a quienes realizan ciertos
dada en razones de orden político. Esta naturaleza política del proble­ tipos de actividades). En ambos casos el Estado instituye el tributo
ma impide señalar soluciones concretas, y sólo cabe considerar cuáles denominado "tasa", no por acuerdo de voluntades sino en ejercicio de
son los principios y criterios aplicables. su poder de imperio, por considerar razonable y justo que estas perso­
El tema tiene gran trascendencia en el Estado de derecho, pues nas contribuyan al sostenimiento de dichos servicios, ya que son ellas
está vinculado con principios fundamentales, que en muchos derechos las que les han dado origen y hacen uso de su funcionamiento.

200 HÉCTOR B.VILLEGAS


MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 201
Es decir que la utilización del criterio de la contraprestación
en la tributación significa aplicar la idea de que se considera equitativo proceso gasto-ingreso del gobierno, el cual ajusta la producción de sus
que aporten al Tesoro público tanto quienes son usuarios de servicios servicios conforme a los reales recursos disponibies. De no ser así, de
particularizados a su respecto como aquellos que dan lugar al funcio­ existir personas que reciben servicios gubernar.l.lentales sin e.xperimentar
namiento de servicios que les atañen especialmente, sea que ello resul­ carga algu.na mientras otros sufren alta presión fiscal sin recibir
te beneficioso o no para los pagadores. contrapre¡;tacioneE del gobierno, se afectan los incentivos dé la econo­
mía privada, base de la economía de mercado (ver análisis de esta ter)­
7.2. Criterio del beneficio. ría en Eulogio Iturrioz, Curso de finanzas públicas, 21! ed., Bs. As.,
1981, p. 37).
Algunos alltores han priorizado este criterio distributivo de las No obstante, esta posición despierta críticas. Se argumenta que
cargas tributarias poniendo de relieve sus ventajas sobre el de capaci­ la actividad realizada por a! Estado no puede ser nUnca equiparada ala
dad de pago o capacidadeontributiva, el cual veremos seguidamente. de una empresa privada. En efecto, el Estado cumple funciones y pres..
Su origen se haila en las teorías que imperaron en el siglo XVIII, ta algunos servicios incompatibles con esa teoría. Si bien actualmente,
conforme a las cuales la equidad fiscal exigía que se tributara sobre la por ejemplo, las inversiones en las construcciones y las erogaciones
base de las ventf'j9.s de lo que cada ciudadano recibía del Estado. Fue el propias del mantenimiento de un hospital benefician mucho más a lus
auge de las teorías sobre ",1 t.ributo como el precio que el Estado cobra­ grupos de bajos ingresos que a aquellos con ingresos altos, hacer paga:;.­
ba por la protección otorgada, como seguro, ya que el gobierno funcio­ dichos gastos al grupo beneficiado significaría un&. profunda contradic­
naba como una compañía de tal carácter, a la cual los miembros paga­ ción con el principio de solidaridad social. Además, resulta simplemen­
ban proporcionalmente a los bienes asegurados, a modo de trueque, te imposible medir el beneficio que cada une de los miembros de UDS
dado que todo se reducía a un intercambio de bienes por servicios. comunidad recibe en el caso de los denominados servicios públicos ese!:,­
Montesquieu resumió estas tesituras sosteniendo que "las rentas del ciales, ya que éstos, según ya conocemos, tienen como primer objativo
Estado son una porción que cada ciudadano da a sus bienes para tener el servir o beneficiar a la comunidad en sí misma, antes que a los
la seguridad de disfrutar tranquilamente del resto de sus rentas" (cita individuos que particularmente la integran (Martín, ob. cit., p. 138).
en Martín, ob. cit., p. 137). La conclusión es que resulta imposible pretender organizar un
Autores modernos han visto con buenos ojos la teoría del benefi­ sistema tributario basado en este criterio, el cual aparece como h'1apli.
cio, señalando sus aspectos positivos. cable para gran parte de la actividad gubernameptal e inaceptable en
Según John Due (Análisis económico de los impuestos, 2' ed., El general como principio de igualdad, porque se opone a menudo al pos­
Ateneo, Bs. As., 1968), el principio del beneficio implica extender al tulado de la solidaridad social. Así, por ejemplo, y dado que los pobres
sector público la regla "comercial" del sector privado, en el sentido de hacen un uso más intensivo de los servicios estatales sanitarios o de
que los bienes o servicios deben ser pagados por quienes los usan. De instrucción pública gratuita, la aplicación estricta de este criterio lle­
tal manera, quienes se benefician con el gasto público deben pagarlo varía a concluír que los menos pudientes deberían pagar mayores tri­
mediante los tributos (autor y ob. cits., p. 81), de lo cual se desprende butos que los ricos.
que, según el principio, deben recibir igual tratamiento quienes obtie­ Lo anterior no torna necesariamente inaplicable el criterio en
nen similares beneficios de la actividad estatal, en tanto la distribu­ general, dado que hay actividades estatales cuyos beneficios pueden
ción de tributos entre los individuos que logran diferentes beneficios se resultar estimahles. Así ocurre, por ejemplo, con las contribuciones
deberá hacer en proporción con las ventajas que el Estado les propor­ por obras públicas (contribuciuue:s úo: .nejoras) y con ciertas tasas qUé
ciona. En cambio -según esta teoría-, si todo el sistema tributario se son la contraprestación de un servicio individualizado en el contribu­
basa en la capacidad de pago, al gravar más fuertemente a quienes yente y que le proporciona ventajas.
perciben un ingreso superior e incrementan su riqueia:,se producirá la De la misma manera, suele ocurrir que el Estado presta servi­
inevitable consecuencia de desalentar la iniciativa y castigar el éxito, cios que benefician a ciertos grupos o personas que obtienen provechos
premiando el fracaso y retardando el progreso del país. directos e inmediatos de la actividad. Así sucede, por ejemplo, con quie­
Sostiene, por tanto, esta teoría, que quienes consumen bienes y nes utilizan las rutas conservadas mediante el peaje o con los benefi­
servicios producidos por el gobierno son quienes deben fmanciarlos me­
cios derivados de la seguridad social (p.ej.,jubilaciones). En tales ca­
diante precios o tributos, con lo cual se logra una mejor integración del sos, y conforme al criterio en estudio, parecejusto que estos beneficiarios
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MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 203
HÉCTOR B.VILLEGAS

del Estado de acuerdo con la capacidad de pago de cada uno? (conf.


realicen aporte~ aunque dejando bien en claro que tales contribuciones
Harold Groves, Finanzas ... , ob. cit., p. 41).
, son decididas por el Estado mediante su poder de imperio.
'­ En cuanto a los antecedentes legales de la C.C., así como tam­
bién a su recepción en el derecho comparado, remitimos a lo que tene­
7.3. Criterio de la capacidad contributiva. mos dicho en nuestro Curso de finanzas, derecho financiero y tributa­
rio (7! ed., Depalma, Bs. As., 1998, p. 195).
7.3.1. Noci6n.
Tenemos dicho en páginas anteriores que los criterios de distri­ 7.3.2. Definiciones.
bución de la carga tributaria deben responder a conceptos que pertene­ Para Fernando Sáinz de Bujanda, la capacidad contributiva su­
cen a la "categoría ontológica del valor", ya que no es posible describir pone en el s"Qjeto tributario la titularidad de un patrimonio o de una
su "ser", sino, a 10 sumo, formular juicios de valor sobre la mayor o renta, aptos en cantidad y calidad para hacer frente al pago del im­
menor justicia y equidad que encierren, para intentar consensuar y puesto, una vez cubiertos los gastos vitales e ineludibles del s"Qjeto (au­
trasmitir ese consenso a los formuladores de la legislación tributaria y tor cit., Hacienda y derecho, Madrid, 1962, t. 3, p. 190).
a los jueces como sus intérpretes naturales. Según Horado García Belsunce, la capacidad contributiva con­
La capacidad contributiva (en adelante, C.C.), también lla­ siste en la diferencia entre la renta bruta del contribuyente Yla suma
mada "capacidad de pago" por los anglosajones (abüity to pay), puede que resulta de adicionar a las erogaciones indispensables para su con­
ser entendida como la aptitud económica de los miembros de la sumo un adecuado porcentaje de ahorro y capitalización (autor cit.,
comunidad para contribuír a la cobertura de los gastos pú­ Temas de derecho tributario, Abeledo-Perrot, Bs. As., 1982, p. 115).
blicos, y todo parece indicar que es el principio distributivo tributario El autor italiano D'Albergo explica que el criterio en estudio se
con mayor consenso. Muchos piensan que los valores dejusticia yequi­ defme como "la medida en que los ciudadanos pueden soportar la carga
dad son razonablemente cubiertos cuando se establece que la posibi­ tributaria teniendo en cuenta las respectivas situaciones personales"
lidad de pago público por los miembros de la comunidad y el nivel (autor citado por Valdés Costa,lnstituciones ... , p. 447).
de carga de cada uno de ellos queden supeditados a su capacidad Dice Wilhelm Gerloff que la C.C. no es solamente función de cier­
económica. tos hechos objetivos, como patrimonios o rentas, sino también función
Por el contrario, se rechaza la idea de otros parámetros distintos, de la subjetiva estimación valorativa de los bienes a disposición del
como, por ejemplo, los referidos a color de piel, religión o raza, entre contribuyente (autor cit. en Tratado de finanzas, de Gerloff y Neumark,
otros. El Ateneo, Bs. As., 1961, t. 2, p. 249).
Por otro lado, resulta valorativamente inadmisible que se haga Harold Groves expresa que, según el criterio del mundo de nues­
tributar a quienes están debajo de un piso mínimo de renta o patrimo­ tros días, la posesión de riqueza o la obtención de ingresos es, de por sí,
nio (aunque, en defmítiva, también tributen mediante los impuestos al una pruebá de la capacidad de poder, no sólo para pagar impuestos en
consumo). Tampoco se justifica que la real capacidad económica sea proporeioIflíTóS ingresos sino para lograr ingresos adicionales. El dine­
desbordada por tributos excesivos que se convierten en confiscaciones. ro hace dinero. Los primeros mil dólares "son los más difíciles" (autor
Razones del más elemental sentido común explican el consensó cit., Finanzas .. ., p. 45).
Conforme a 10 que expone Catalina García Vizcaíno, la C.C. es la
que logra este criterio. Dentro de la familia, es habitual que cada uno
contribuya a los fines comunes de acuerdo con sus posibilidades. La "aptitudeconómico-sócial para contribuír al sostenimiento del Estado.
Si bien se Iá vincula con el principio del sacrificio, puede enfocársela
Iglesia solicita fondos de sus feligreses con la idea de que cada cual
también considerando las posibilidades de un individuo, más que su
debe dar en proporción a lo que Dios le ha dado a él. En centenares de
sacrificio (autora cit., Derecho tributario, Depalma, Bs. As., 1996, t.
empresas colectivas de bien público (entes de beneficencia, institucio­
nes de salud o educación gratuita, Cruz Roja, etc.) se supone que las 1, p. 55).
La precedente lista de citas obedece a la necesidad de ir poniendo
personas contribuirán según sus medios. Los gobiernos constituyen sobre aviso a los lectores de que el tema de que se trata no es para nada
una de esas empresas colectivas o comunes, que están obligadas a ser­ pacífico y hay serias divergencias en cuanto a la juridicidad del princi­
vir a los ciudadanos como un conjunto, a protegerlos y a aumentar el pio (tema que no abordaremos aquí. Para quien le interese, ver nuestro
bienestar general. ¿Qué más natural y justo que repartir las cargas
204 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 205

Curso... , ob. cit., ps. 195 y ss.), así como también yen 10 que respecta lizado y, por tanto, positivizado cuando está incorporado a un precepto
a su practicidad y justicia. constitucional. En tal supuesto, no es posible negar relevanciajuridica
a la idea de capacidad contributiva, como hacen con notorio erro:r-las
7.3.3. Valoraciones de la capacidcd contributiva. tesis que proclam9.l11a naturaleza económica del concepto. Esas doctri­
Múltiples autores se expiden en contra del principio. nas confunden la eficacia operativa de la capacidad contributiva, que
Entre ellos, por ójemplo, el 8.l.lWl" bras;:leño Alfredo Becker, quien tropieza con dificultades para su desenvolvimiento, con la r'1ll~vancia
dice que esta .::,xpresi6:1, por sí misma, as :m ró.:;:ipiante vacío, que pue­ jurídica, que evidentemente existe al incorporarse a precepros del ordG­
de ser Emaor,:;t':::i los más div6?s(;,s (;.')ni;;~Iú.;.:,::;. ¿ie trata de una locución namiento positivo (autor cit., Hacienda y derecho, Madrid, 1988, p. 185).
ambigua qU€:::;6 presta a las -¡¡ác i1!l-r¡adas ¡;',.:é.-j;i"t€tsciones (autor cit., Se expiden en favor del principio Vanorn, Jarach, Micliflli, Giardina,
Teor(a ge"ú do direito i:ributário) ¿lin Pa,)b. 1963, p. 439). Lasarte, Moschetti y Cortés Domínguez, entre otros muchos.
Para Hugh Daltor:, serta .::or.vt';:!t>ente qu-", k ffase "capacidad con­ Tratando de profundizar en el punto desde la óptica '.acendÍsti~
tributiva" fus!"1'I. desterra<:la de tf¡do estudio serio de las finanzaspúbli­ coincidimos con Neulllark en cuanto a que las más as~dnas crWc&r,
cas (auto. ciL Principios de finanzas públicas, Es. As., 1953, cap. XII, adversas a la aplicación de la C.C. se fundan en dos argumentc'il prin­
párr. 52, 102i. cipales:
Luigi Einliudi sostiene que la capacidad cJntributiva es un par a) Según el pnmero, se hace hincapié (incluso desde tiempos re­
de palabras que se escapa entre los dedos, se escurre inaprensiblemente, motos) en el hecho de que la capacidad de pago o capacidad tribll:.aria
y vuelve a aparecer en cada momento inesperado y persecutorio (autor son conceptos demasiado imprecisos para poder aplicarlos práctica­
cit., Jv1itce;y paradojas de la justicia tributaria, Ariel, Barcelona, 1963, mente como criterios de la distribución de la carga tributaria.
p.72). b) Según el segundo argumento, utilizado especialmente por lJ)s
Para Pérez de Ayala se trata de un principio que pocos se atreven autores de la escuela liberal, se subraya que la observancia del crite:'"ÍO
a negar, y que, sin embargo, cada cual entiende y aplica de distinta en análisis, sobl'e todo en cuanto origina una estructuración progresi­
forma (autor cit., Derecho tributario, Madrid, 1968, p. 87). va en la imposición sobre la renta, implica el castigo de los econór:lÍca­
En términos igualmente desfavorables se expiden, entre otros, mente eficientes y un premio en favor de los económicamente inca­
paces.
Giuliani Fonrouge, Cocivera, Romanelli-Grimaldi, Maffezzorn, etc.
No obstante, no todos son palos para la C.C. En 10 que hace a la primera acusación, reconocemos cierta im­
precisión en la materia (quizás algo exagerada por algunos tratadistas),
Un crecido y calificado número de autores ha tocado con mucha
pero ello no quita que en ]a actualidad el principio se muestre para la
seriedad el tema, 10 ha desarrollado in extenso y le ha asignado un
importante significado científico. . mayoría de las persons" ~ uO un criterio justo y ético.
En cuantt' f< 1ó.L segunda .:.r.t.:;ca, es innegable que al apHcac el
Fritz Neumark reconoce que está fuera de toda discusión que la
principio de imposición sobre la base de la capacidad individual de pago,
"capacidad contributiva" o "capacidad de pago a efectos tributarios" no
los capaces y los activos tienen que pagar una cantidad mayor de im­
son de suyo conceptos precisos, motivo por el cual no carecen dejusti­
puestos que los incapaces y los holgazanes, cosa que ocurre fundamen­
ficación los ataques que se dirigen contra ellos. Se debe tener presente,
talmente, aunque no de modo exclusivo, en el ámbito de la imposición
además, que estos conceptos han sufrido a 10 largo del tiempo sustan­
sobre la renta.
ciales variaciones, y que hay todavía grandes diferencias locales en Sin embargo, no es científico ni correcto dividir a los hombres en
cuanto a la forma e intensidad de su aplicación. N o obstante, es posible sólo dos grupos: eficientes e ineficientes. Si bien es tal vez posible
definir con cierta exactitud, al menos en lo relativo a una misma época afirmar que medidas tales como la progresividad de alícuotas basadas
y a países con instituciones e ideales político-económicos más o menos en la mayor o menor capacidad de pago -particularmente la de la
similares, cuáles son los criterios decisivos en cuari"to a la defmición de imposición sobre la renta- penalizan el éxito, es menos seguro, al
la capacidad tributaria (autor cit., Principios de la imposición, ob. menos a largo plazo, sostener que la progresión recompensa la ociosi­
cit., p. 165). dad y el fracaso; estas dudas son tanto más legítimas cuanto mayor
Sáinz de Bujanda señala que la capacidad contributiva ha dejado sea la pre~nsíón de que el impuesto sobre la renta grave la renta real,
de ser una idea de justicia que vive a extramuros del ordenamiento es decir: qo necesariamente los rendimientos estimados por los propios
positivo, para convertirse en un principio que aparece constituciona- contribuyentes en sus declaraciones juradas.
,.:i-',:-

206 HI!:CTOR B. VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS


.1.
207
Como demuestra la experiencia, ni siquiera en el caso de que las por nuestra legislación para la aplicación de impuestos tales como el
alícuotas sean muy elevadas sufre un quebranto decisivo el estímulo al impuesto al valor agregado y los impuestos internos al consumo, e
trabajo o a la producción. incluso, parcialmente, para el impuesto a las ganancias.
Por otro lado, y como bien reflexiona Neumark: "Si el impuesto Estas tres ex.teriorizaciones permiten, sobre todo si se las utiliza
progresivo sobre la renta recompensara realmente la ociosidad y el complementándolas entre sí, establecer las diferentes aptitudes de co­
fracaso en las elevadas proporciones que imaginan los defensores de la laboración con el fisco de los individuos, con un grado de razonabilidad
citada tesis, tendría que frenar necesariamente el crecimiento econó­ generalmente aceptado y con un buen nivel de consenso social.
mico y hacer imposible, por ende, una vigorosa evolución ascendente
de los ingresos del impuesto sobre la renta. Una rápida ojeada a la 7.3.5. Idoneidad abstracta del principio.
evolución seguida, especialmente en las últimas décadas, en los Esta­ Gran cantidad de objeciones se podrían aducir contra los crite­
dos Unidos, en la República Federal, etc., pone de manifiesto cuán rios presuntamente mensuradores de la C.C. y muchas de ellas serían
absurda es esta idea y cuán alejada está de la realidad" (autor y ob. razonables. Es claro que el ideal en la materia consistiría en poder
cits., p. 164).
medir matemática y exactamente, en forma directa e inmediata, la
7.3.4. Medici6n de la C.C. aptitud económica de cada uno para aportar con impuestos al Tesoro
nacional, pero ese imaginario método tropezaría con insalvables difi­
En términos muy generales, se puede decir que un alto nivel de cultades (distorsiones, fraudes, necesidad de procedimientos demasia­
vida o un holgado bienestar económico señalan a quienes tienen mayor do inquisitivos, etc.).
aptitud para colaborar tributariamente con el Estado que protege su Por tal razón es que se parte de la base de considerar que los
seguridad y sus bienes. acontecimientos o situaciones fácticas generadoras de la obligación de
En una visión más aproximada, se sostiene que tal nivel de vida tributar consisten en una concreta y conocida manifestación objetiva
o bienestar económico queda exteriorizado, básicamente, mediante tres de 10 que se piensa que corresponde normalmente a cierta aptitud de
manifestaciones. pago público. Es decir: circunstancias fácticas que habitual y razona­
a) Rentas: Se admite que existe una relación estrecha entre las blemente significan capacidad contributiva. Esas circunstancias son
rentas o utilidades obtenidas por un sujeto en un determinado período las que trata de "aprehender" el legislador, y luego las convierte en
y el nivel de vida o bienestar económico de tal sujeto (y, por consiguien­ hipótesis condicionantes de la obligación de tributar. Es evidente que
te, su capacidad contributiva). A mayores rentas, mejor nivel de vida, no puede ir más allá, yeso es todo 10 que se puede exigir al encargado
y viceversa. Además, para hacer más exactas las comparaciones, se de formular las leyes tributarias.
deben tener en cuenta las circunstancias especiales de cada contribu­ Las F.P. pueden brindar importantes pautas para afinar concep­
yente (si es casado, si tiene hijos, el origen de sus rentas, etc.). Por ello, tos. Así, por ejemplo, son ilustrativas las siguientes reflexiones de
cuando la capacidad de pago público se mide tomando como base las Gabriel Franco: "Si se eliminan casos particulares y se considera la
rentas, es valor entendido que éstas deben ser depuradas, para llegar reacción de la inmensa mayoría de individuos, puede tenerse por cierto
así a las llamadas rentas netas. Este concepto constituye la base del que la capacidad contributiva crece con el ingreso, que el sacrificio
vigente impuesto argentino a las ganancÍas. implícito en la privación de una parte de la renta es tanto menor cuan­
b) Patrimonio: El patrimonio o capital, por ser fuente producto­ to más elevada es su cuantía, que la capacidad contributiva aumenta
ra de rentas, también sirve para medir lácapacidad contributiva de más de prisa que el ingreso porque a medida que éste se acrecienta es
los contribuyentes. El criterio se utiliza para la aplicación de tributos menor la parte necesaria para cubrir necesidades vitalell, .etc." (autor
tales como el impuesto inmobiliario, el impuesto a los automotores, el cit., Principios de hacienda pública, Madrid, 1967, p. 261). En este
impuesto a la renta mínima presunta (antes, impuesto a los activos), sentido, la tarea de la ciencia de las finanzas es fundamental, porque
el impuesto a los bie:g.es personales, etc. puede elaborar determinados presupuestos teóricos y dar pautas a los
e) Consumos: Este también es un buen índice de capacidad con­ legisladores sobre cuáles situaciones de hecho pueden ser elegidas como
tributiva, puesto que la realización de una mayor cantidad de gastos o síntomas de capacidad contributiva. Tales pautas orientarán la labor
consumos presupone un mayor nivel de vida o bienestar económico. legislativa, porque, en definitiva, el aspecto de los hechos generadores
Esta forma de medir la capacidad contributiva es utilizada también de la obligación de tributar que el legislador tendrá en cuenta para
MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 209
208 HÉCTOR B. VI LLEGAS

elegirlos como tales será su idoneidad o aptitud para servir de referen­ 4) En ningún caso el tributo o conjunto de tributos que recaiga
cia o indicación de capacidad contributiva. A veces se hallará más cer­ sobre un contribuyente puede exceder la razonable capacidad contribu­
ca de la verdad (cuando los signos exteriores son tndices de capacidad tiva de las personas, ya que, de ser así, se atenta contra la propiedad,
contributiva, como, p.ej., patrimonio y renta) ya veces se hallará más confiscándola ilegalmente.
Estas implicancias no son poca cosa. La C.C. dista de ser un
lejos (cuando el signo exterior es indicio de capacidad contributiva,
como, p;ej., gastos, salarioE! pagados, transacciones, ejercicio de activi­ recipiente vaCÍo.
dades habitualmente lucrativas, ete.).
En definitiva, tales índices oindicios seleccionados reflejan s610 8. TooIÚA DEL SACRIFICIO.
una "idoneidad abstracta" para demostrar la aptitud del particular de
soportar ]a carga.i;:r:ibuts.ria. Es obvio que la valora.ción del legislador Íntimamente relacionada con el criterio de la C.C. se halla la
puede ser er~6n8F"", por cuanto existe un amplio juego de posibilidades y teoría del sacrificio, que intenta conformar las distintas escalas de ri­
el legislador puede optar entre ellas. Pero también es verdad que si el queza como forma de determinar la proporción justa y equitativa. en
principio de capacidad contributiva se halla inserto en el orden jurídico que debe contribuír cada escala al sostenimie...lto del Estado.
de un país, estará prohibido al legislador escoger un hecho que de nin­ Esté problema ha causado (y sigue causando) hondas cavilacio­
gún modo pueda constituír un síntoma de capacidad contributiva (Gian nes y controversias entre los teóricos que, mediante análisis econ6mj·
Antonio Micheli, Profili critici in tema di potesta d'imposizioni, cos -básicamente fundados en la teoría de la utilidad marginal-,
R.S.D.F.D.F., marzo de 1964, ps. 2 y ss.). pretenden llegar a conclusiones exactas en un campo donde ellas son
Es digna de tener en cuenta, además, la reflexión de García Viz­ imposibles.
caíno en cuanto a que cuando los tribunales analizan si un tributo La idea básica,se funda, en primer lugar, en que la utilidad mar­
responde o no al principio de capacidad contributiva se exige pruden­ ginal está en relación inversa con el monto de los ingresos o el volumen
cia, ya que actualmente el principio responde a la valoración política del patrimonio, es decir, que a menor cantidad de renta o patrimonio
de una realidad económica (v.gr., tributos con fmes extrafiscales), y hay mayor utilidad marginal obtenible con los últimos ingresos. Para
aquéllos no se pueden expedir acerca de la conveniencia o eficacia eco­ decirlo en términos más simples, 10 que se sostiene es que el valor de
nómica o social del criterio legislativo (autora y ob. cits., t. 1, p. 57). un mismo monto dinerario disminuye para el que lo recibe en la mis­
ma proporción en que aumentan sus ingresos o capital. Esto es así
7.3.6. Implicancias de la capacidad contributiva. porque, al aumentar los niveles de riqueza (renta o patrimonio), las
últimas fracciones (destinadas a la satisfacción de necesidades super­
Para concluír, expresamos nuestra opinión en cuanto a la vali­ fluas o suntuarias) tienen un valor menor que las primeras, destina­
dez de la capacidad contributiva como criterio distn'buidor de los tribu­ das a la satisfacción de las necesidades elementales. Partiendo de esta
tos, con las limitaciones que antes se han expuesto. base, se han estructurado los sistemas del sacrificio mínimo, del sacri­
Para nosotros tiene cuatro implicancias de no poca importancia, ficio igual y del sacrificio proporcional (ver su descripción en Groves,
tanto para las F.P. como para el derecho tributario: ob. cit., ps. 41 y ss.). Estas teorías tienen en común la premisa de que
1) Requiere que todos los titulares de medios aptos para hacer las personas adjudican a sus fracciones de riqueza un valor menor a
frente al tributo deben contribuír en razón de un gravamen o de otro, medida que ellas aumentan, y han servido de base teórica para la crea­
salvo aquellos que por no contar con un nivel económico mínimo que­ ción y subsistencia de los impuestos progresivos. Es que de la teoría del
dan al margen de la tributación (conf. Cortés Domínguez, Ordena­ sacrificio a la progresividad tributaria no hay más que un paso. Si a
miento tributario español, Madrid, 1968, p. 25). los contribuYentes se les debe exigir el menor sacrificio posible, esto
2) El sistema tributario se debe estructurar de tal manera que requiere necesariamente escalas progresivas que graven con mayor ,
quienes posean una mayor capacidad económica tengan üÍulparticipa­ intensidad las unidades menos útiles de grandes riquezas y con menor •
~

,~
ción más alta en las entradas tributarias del Estado. intensidad las unidades útiles de escasos ingresos.
3) No pueden ser seleccionados como hechos imponibles o bases
imponibles circunstancias o situaciones que no sean abstractamente
Todo estaría muy bien si la teoría de la utilidad marginal fuera
rigurosamente exacta, lo que hoy ofrece serias dudas. ~Lo real e innega­
,

idóneas para refl~jar la capacidad contributiva. ble es que hay una imposibilidad absoluta de conocer'en forma exacta

'1',1,

' "

~
210 HÉCTOR B. VILLEGAS
\,
211
el verdadero valor que los contribuyentes adjudican a las respectivas
fracciones o dosis de sus riquezas, y ni siquiera es posible establecer la
relación que existe entre los valores de unos contribuyentes y otros.
Esos valores dependen de funwnerables factores sociales y subje­
tivos, ambiente social en que se actúa, cultura personal, clase de acti­
vidades, etc. Por otra parte, influye también poderosamente el origen
de la riqueza; se aprecia más un bien adquirido mediante el esfuerzo
que uno obtenido a título gratuito. CAPfTULOIX
De lo anterior se desprende que, si en realidad no es medible la WS INGRESOS TRIBUTARIOS EN PARTICULAR
utilidad de los ingresos, todas las teorias sobre el sacrificio resultan de
valor relativo (conf. Martín, Ciencia ... , p. 141).
No obstante, queda un saldo positivo de estos estudios. Así como PARTE PRIMERA
el sacrificio no es mensurable mediante fórmulas matemáticas ni
disquisiCiones de imposible verificación, resulta innegable la existen­ LOS IMPUESTOS
cia de un interés social en que los individuos puedan conservar, des­
pués de pagar los tributos, medios suficientes para mantenerse con 1. NOCIÓN E IMPORTANCIA.
salud, vigor y cultura. Es por ello por 10 que parecería erróneo en la
actualidad el gravar a las personas de escasos recursos hasta el punto Al estudiar la clasificación de los tributos (cap. VIII, punto 5),
de que no pudiesen mantener un nivel de vida mínimamente digno. tuvimos oportunidad de sostener que la más aceptada por la doctrina y
el derecho positivo es la tripartita, que los divide en impuestos, tasas y
contribuciones especiales. Como nota básica de diferenciación, obser­
vamos que mientras en la tasa y en la contribución especial el hecho
generador de la obligación se integraba con alguna actividad o gasto
del Estado que se vinculaba con los pagadores, ello no sucedía con el
impuesto, que se exigía a los obligados con independencia de toda ac­
ción estatal relativa al obligado.
El impuesto es el tributo típico por excelencia. Es el que repre­
senta mejor el género, confundiéndose prácticamente con él. Es el más
importante en las finanzas actuales y el que ha originado mayores
aportes doctrinarios.
Para tener cabal idea de su trascendencia actual debemos re­
montarnos al inicio de la materia en estudio. Allí observamos la exis­
tencia de necesidades públicas más o menos perentorias (cap. 1,
punto 2), que daban lugar a funciones públicas y a servicios pú­
blicos. Estos últimos se dividían en esenciales o no esenciales,
conforme al grada de prioridad para la población de las necesidades a
cubrir, y asimismo se los clasificaba en divisibles o indivisibles,
según su posibilidad o no de particularización en personas determi­
nadas.
Las nociones precedentemente recordadas recobran ahora vigen­
cia, porque el impuesto tiene una importancia cuantitativa y cualitati­
va muy superior a las otras especies de tributos. El monto recaudado
es sideralmente superior y, consiguientemente, es el que más castiga
los bolsillos de los contribuyentes. ¿Cómo justificar, entonces, estas
213
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS
212 HÉCTOR B.VILLEGAS

detracciones coactivas de parte de la riqueza de los particulares, sin Gastón Jeze define el impuesto como "la prestación pecuniaria
dar ni prometer nada concreto a cambio? Acá entran a jugar las fun­ exigida de los individuos según reglas destinadas a cubrir los gastos de
ciones y los servicios que ineludiblemente debe hacer marchar el Esta­ interés general y únicamente a causa de que los contribuyentes son
do para satisfacer las necesidades públicas, así como también los gas­ miembros de una comunidad política organizada" (autor cit., Cours
tos que eno supone. Hacen falta dólares (o pesos), y éstos deben salir de élémentaire de science et législation financi€res, París, Giard, 1912,
algún lado. ps. 731 y ss.).
Desde el punto de vista de la financiación, si los servicios públi­ Prescindiendo de los elementos comunes a todos los tributos, 're­
cos son divisibles el costo puede estar a cargo de los incididos, o, al sulta especialmente trascendente la idea de que la prestación hecha
menos, éstos pueden colaborar con la erogación. Pero si se trata de
funciones públicas, como, por ejemplo, el dictado de leyes, o de servi­
1 por el individuo no esté seguida '(IOi' una contraprestación especial de
los agentes públicos, porque ello oonstituy~ un element.o esencial del
cios públicos indivisibles, como, por ejemp10, la def~nsa exterior, tales II impuesto Yes aquello que lo difec'encia propiamente d~l resto de los
actividades estata1es no tienen be...Tleficiarios Llldividualhados, sino qUe ¡ tributos.
el provecho corresponde al conjunto de la c~!nunidacl. De aHí que el Para Seligman, el impuesto es "la contribución obligatoriamante
gobierno no puede cumplir el cometido encomendadil .],9 otro modo que exigida del individuo por el Estado para cubrir los gastos hechoe ,3".
no consista en tomar de las economías particulares una parte de sus interés común, sin tener en cuenta las ventajas particulares otorgadas
ingresos. a los contnbuyentes" (Edwin Seligman, Essais sur l'impot, París, Giard,
Cierto es que las necesidades públicas presuntamente satisfechas 1914, t. 11, p. 175, ob. cit. por Valdés Costa, Curso ... , ob. cit., p. 109).
son sentidas en múyor o menor grado por cada ind:"riduo y no se puede Hay acá también elementos comunes a los tributos en general,
determinar en q¡;.é grado acucian a cada uno de los distintos miembros pero es relevante que se haya destacado el principio de la independen­
de la comunidad, y CÍer..o es también que no se puede medir el índice de cia. También lo hizo Griziotti, quien al analizar la imposición desUo.ca
satisfacción que tales funciones o servicios producen a cada persona la independencia de la prestación de una contraprestación por plllr!18
individualmente. del ente público, a la vez que desarrolla especialmente el elemento ~.
No obstant€, como no queda más remedio que uniformar deseos, pacidad contributiva como principio político y como función económica
aspiraciones, anhelos, gozos y complacencias, el gobierno así lo hace, y social que sirve de causa jurídica al impuesto. Anteriormente, en sus
como le es imposible cubrir por otros medios los gastos que requiere su Principios de pol(tica había definido el impuesto recogiendo estos mis­
actividad recurre al impuesto. moS elementos Yafirmando que "es la exacción coactiva sobre pe:r:.onas
Claro está que, al darse esta circunstancia, la medida de la de­ o entes que obtienen ventajas generales o particulares por formar par­
tracción que debe soportar cada persona no puede ser obtenida median­ te del Estado, de la sociedad o de la economía nacional y que pagan el
te un prorrateo del costo de sus funciones o servicios, ni tampoco como tributo independientemente de la prestación de los servicios públicos
compensación por la ventaja que cada miembro de la comunidad, indi­ especiales por parte del Estado" (B. Griziotti, Principios de ciencia de
vidualmente, reciba por ellos. las finanzas, Depalma, Bs. As., 1959, p. 214. Ver también su obra
En consecuencia, tal medida no se puede basar en el criterio de la principios de polítiCJl, citeua sor Valdés Costa, Curso ... , p. 110).
contraprestación (cap. VIII, punto 7.1) ni en el del beneficio (cap. VIII, Otra definición destacable es la de De Viti De Marco, para quien

punto 7.2), sino en el criterio de la capacidad contributiva (cap. VIII, pun­ el impuesto es "una parte de la renta del ciudadano que el Estado per­

~m . cibe con el fm de proporcionarle los medios necesarios para la produc­

ción de los servicios públicos generales". Por su parte, y en la doctrina

francesa, tenemos la defmición de Laferriere, para quien el impuesto

2. DEFINICIÓN DEL IMPUESTo.

Como bien enseña Valdés Costa, las defmiciones prelientan las


I

1
es "la detracción pecuniaria que con el fin de subvenir a las necesida­

des públicas el Estado realiza por vía coactiva de los recursos particu­

lares según su capacidad contributivay sin que esta detracción corres­

más diversas formulaciones, incluyendo a veces elementos innecesa­ ponda a servicios determinados prestados al contribuyente" (Julien

rios por pertenecer en común a todos los tributos u omitiendo otras la Laferriere y Marcel Waline, Traité élémentaire de science et de
I
referencia al principio de la independencia de las prestaciones (autor
cit., Curso ... , p. 108). législation financieres, París, 1952, p. 219). Según Trotabas, el insti­
! I
I
11
Ii
214 HÉCTOR B.VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 215
¡
tuto en estudio es:él procedimiento de reparto .de las cargas públicas desarrollo histórico se convierte en una obligación que se reafirma, con
entre los individuos según sus facultades contributivas". Comentando todas las modalidades de una prestación obligatoria.
su defmición, Trotabas destaca que elIa subordina el reparto de esas Es inútil, por consiguiente, pretender fijar sus caracteres con
cargas a las facultades contributivas, es decir, que el peso del impuesto independencia de las circunstancias de lugar y de tiempo. Las condi­
debe ser determinado por la aptitud del contribuyente para soportar el ciones económicas actuales, las trasformaciones del Estado y el orde­
impuesto: se introduce así una consideración de justicia en la noción namiento jurídico determinan su fisonomía.
de este tributo, que implica la igualdad ante el impuesto (ver Louis Mas el hecho de que el impuesto sea una categoría histórica no es
Trotabas, Finances publiques, París, 1967, p. 215). óbice para que responda a ciertas condiciones y obedezca a determina­
En nuestra opinión, consideramos acertado el criterio de no reite­ das normas, las cuales regulan su existencia y presiden sus trasfor­
rar en cada tributo los elementos ya considerados en su caracterización. maciones (conf. Gabriel Franco, Principios de hacienda pública, Edito­
Es decir, por el solo hecho de ser una especie dentro de los tributos, se rial de Derecho Financiero, Madrid, 1967, p. 238).
tiene por entendido que es una extracción coactiva de parte de la rique­ Por otro lado, hace mucho tiempo que los ingresos fiscales as­
za de los particulares, con basamento legal, exigida preferiblemente en cienden, en término medio, a no menos del 90 al 100% de los llamados
dinero, cuyo propósito básico es el de obtener ingresos para cubrir las "ingresos ordinarios" del Estado. En consecuencia, son de tal manera
necesidades públicas, sin perjuicio de perseguir, además, objetivos dominantes que se puede decir, sin gran exageración, que la política
extrafiscales, en pro de promover el bienestar general. impositiva casi se identifica con la política de ingresos públicos; más
Estas características se acentúan en el impuesto, cuyos elemen­ todavía: que la política impositiva determina decididamente la política
tos propios consisten en: a) su independencia entre la obligación de financiera, toda vez que las posibilidades de gasto dependen, a largo
pagar el impuesto y la actividad que el Estado desarrolla con su pro­ plazo, de los recursos impositivos.
ducto. Este producto podrá o no vincularse al contribuyente, pero esta Esto significa que el impuesto se ha convertido progresivamente
vinculación es una cuestión de hecho desprovista de toda significación de recurso público de cobertura extraordinario y secundario en recurso
en 10 que respecta a la existencia de la obligación a cargo del contribu­ ordinario, hasta llegar a ser, como ya hemos dicho, el más importante
yente de pagar el impuesto; b) su cobro se debe hacer a quienes se instrumento de financiación del presupuesto del Estado, a mucha dis­
hallan en las condiciones consideradas como generadoras de la obliga­ tancia de los demás. Muestra elocuente de 10 anterior es el hecho pues­
ción de tributar; e) dichas condiciones no pueden consistir en hechos o to de relieve por Neumark en cuanto a la importancia de los rendi­
circunstancias que no sean abstractamente idóneos para reflejar capa­ mientos de los tributos en relación con el producto nacional bruto. El
cidad contributiva; d) el impuesto se debe estructurar de tal manera porcentaje en cuestión se ha doblado, como mínimo, a 10 largo del siglo
que las personas con mayor capacidad económica tengan una partici­ :xx en todas partes, cuando no ha aumentado en dos veces y media o
pación mayor en los ingresos estatales. tres el coeficiente normal hasta principios de este siglo (ver Fritz
Impuestos son, por tanto, los tributos exigidos por el Esta­
Neumark, Principios de la imposición, Madrid, 1974, p. 33).
do a quienes se hallan en las condiciones generadoras de la
Ello ha llevado a la gran preocupación de los financistas por en­
obligación de tributar, elégidas por ser abstractamente i~ó~
contrar el fundamento ético-político a tan formidable medio de recau­
neas para exteriorizar capacidad contributiva y en própor­
ción a ésta, siendo dichos hechos generadores de la obligación dación.
A 10 largo del tiempo se han sumado diversas explicaciones justi­
ajenos a toda actividad estatalrelativa al obligado.
ficativas, las cuales han ido cambiando a medida que el pensamiento
financiero sufrió la evolución de la que dimos cuenta en el capítulo 11.
3. FuNDAM:ENro ÉTICO-POÚIlCO DEL IMPUESTO. Revisaremos algunas de las teorías enunciadas, teniendo en cuenta
que si bien algunas han perdido aparentemente vigencia, no se debe
El impuesto es una categoría histórica que ha pasado por gran­ confiar mucho en elIo, ya que a veces la evolución histórica y los cam­
des trasformaciones hasta cristalizar en su forma actual. En sus co­ bios en la orientación de los doctrinarios han hecho que recobren predi­
mienzos es más bien una prestación hecha por los súbditos al señor; camento tesis que parecían perimidas. Buena prueba de ello es lo que
luego se trasforma en servicio o súplica de los reyes al pueblo, para que sucedió con las ideas liberales e intervencionistas, tal como fue relata­
éste les ayude a cubrir las cargas públicas, y en una época posterior del do en el capítulo recién mencionado.
216 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 217

a) Teoría del precio de cambio. Quienes propugnan esta concep­ En defmitiva, el fundamento ético-político se debe buscar en la
ción sostienen que el impuesto no es otra cosa que una compensación misma necesidad que desde tiempo pretérito llevó a los integrantes de
que satisfacen los contribuyentes por los servicios que les presta el una comunidad a crear el Estado como única forma de lograr orden y
Estado. Paul Leroy-Beaulieu sostenía que se debía hacer pagar a cada cohesión en la convivencia. Si los ciudadanos han creado el Estado, es
ciudadano el precio justo de los servicios que recibía de la sociedad. lógico que contribuyan a su sostenimiento.
Estos teóricos --como Thiers-, que conciben al impuesto como un
simple precio que remunera la!! actividades estatales en favor de la
colectividad, se inspiran en las doctrinas que le asignan carácter jurí­ 4. CLASIFICACIONES DE LOS JMPUESTOS.
dico contractual al impuesto.
b) Teoría de la prima del seguro. Autores como Mom.esquieu y Ante el fracaso de las abundantes teorías que a~ogaron por un
Bodin sostuvieron que, en l'ealidad, lo que los individuos pagan me­ impuesto único, sustitutivo de la maraña de innumerables e inol'gánicos
diante el impuesto es una contraprestación por la seguridad que el impuestos múltiples, no quedó otro camino que dejar subsistir a estos
Estado brinda a personas y bienes. El impuesto es entonces una prima últimos, aunque tratando de complementar adecuadamente estos di­
de seguro pagada por aquellos que poseen bienes, para asegurarlos con­ versos impuestos en forma td 4>1a, ai gravar la renta, el patrimonio y
tra tódo riesgo que perturbe la posesión o el goce de tales bienes. el consumo, no pT(\ch::j.¡;sen efectos indeseables.
c) Teor(a de la distribución de la carga pública. Los autores fran­ Este propósito de coherencia torna necesario clasificar los im­
ceses Laferriere y Waline piensan que la obligación impositiva es con­ puestos, lo cual se hace con los siguientes fin~s: a) didácticos, par&
secuencia de la solidaridad social. Esa solidaridad es la de todos los facilitar su comprensión; b) comparativos, como forma de profundizar
miembros de la comunidad, que tienen el deber de sostenerla. La obli­ sus semejanzas y diferencias, ventajas y desventajas, así como taL':!."
gación individual no se mide por las ventajas que se obtienen. del Esta­ bién 'los efectos económicos que producen cada uno de ellos, por un
do, como sostenían las teorías precedentemente analizadas, sino que se lado, y todos en su conjunto, por el otro; c) institucional, dado que, en
establece en virtud de la capacidad personal del individuo para contribuír varios países. la manera de distribuír competencias tributarias entre
a los gastos de la comunidad como forma de lograr que cada uno parti­ el ente central (Nación, para nosotros) y los entes locales (provinzias,
cipe según sus posibilidades. En una posición parecida, el maestro ita­
en nuestra Constitución) depende de ciertas clasificaciones, especial­
liano Griziotti afirma que el individuo recibe beneficios generales (p.ej.,
la seguridad), y beneficios particulares (p.ej., los agricultores que utili­ mente la de directos e indirectos. Tallo que ocurre en la República
zan caminos públicos), y que tanto esos beneficios generales como los Argentina.
particulares aumentan la capacidad económica del sujeto. Si ello es así Las clasificaciones son innumerables, y para ciertos autores son
-dice Griziotti-, es equitativo que la obligación de cada uno se gra­ pocas las que interesan desde el punto de vista jurídico (así opina Valdés
dúe según su capacidad económica, a 10 cual agrega el deber de solida­ Costa, Curso .... ob. cit .• p. 114). Ello también ocurre en el campo
ridad de todos los ciudadanos en general (Principios ... , p. 152). hacendístico, donde muchas clasificaciones tuvieron trascendencia en
Por nuestra parte, pensamos que el impuesto es un hecho otros tiempos pero en el presente la han perdido (p.ej., la de impuestos
institucional que va necesariamente unido a la existencia de un siste­ de cuota y reparto, internos y externos, etc.). Si bien nos limitaremos a
ma social fundado en la propiedad privada, o que al menos reconozca el hacer una breve mención de las clasificaciones que consideramos tras­
uso privado de ciertos bienes (como en realidad ocurre en los países c~s en esta época, hacemos notar, eso sí, que contrariamente a
colectivistas). Tal sistema social importa la existencia de un órgano de quienes piensan 10 opuesto, algunas de estas clasificaciones interesan
dirección (el Estado) encargado de satisfacer necesidades públicas. Como al punto de vistajuridico, nü i¡ú'Í.Ó pOI' el aspecto institucional.de distri­
ello requiere gastos y, por consiguiente, ingresos, se 10 inviste de la bución de competencias tributarias, sino también por otros aspectos
potestad de recabar coactlvamente cuotas de rique~de los obligados, que inciden en lo jurídico, como veremos más adelante (p.ej., el criterio
sin proporcionarles servicio concreto divisible alguno a cambio o como de posibilidad de traslación para la clasificación de directos e indirectos
retribución. En tal sentido, el fundamento del impuesto no difiere del se proyecta al campo jurídico mediante varias consecuencias que vere­
de las restantes medidas financieras cuya finalidad está dada por el mos en su momento).
necesario accionar del Estado en pro de la satisfacción de los requeri­ Por lo tanto, resumimos así las clasificaciones:-.
mientos sociales de la comunidad.
218 H~CTOR B.VILLEGAS
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 219
\,

a) Ordinarios y extraordinarios (permanentes y transitorios). dos son poco satisfactorios, no sólo por las discrepancias entre los crite­
rios, sino también por las características de éstos, existiendo casos en
La distinción entre impuestos ordinarios y extraordinarios se hacía que esta clasificación ha originado importantes problemas de índole
antiguamente para diferenciar a aquellos que se percibían para satis­ constitucional (ver autor y ob. cits., ps. ll4 y ll5).
facer necesidades habituales de la colectividad de aquellos otros que se Como son muy dispares los criterios de distinción, mencionare­
aplicaban en situaciones excepcionales. mos sólo los más importantes y brindaremos luego nuestra posición
Actualmente, es más importante la clasificación que tiene en sobre el punto.
cuenta no tanto las necesidades a solventar sino el carácter de perma­ La clasificación más antigua se basa en la posibilidad de trasla­
nencia o transitoriedad del impuesto. ción (según veremos más adelante, por traslación se entiende la
Son impuestos permanentes aquellos que no tienen límite de tiempo trasferencia económica de la carga impositiva por su pagador hacia un
en cuanto a su vigencia, la cual persiste mientras no sean derogados tercero).
(p.ej., impuesto al valor agregado). Impuestos directos son aquellos que no se pueden trasladar, es
Son impuestos transitorios aquellos que tienen un lapso determi­ decir, que se exigen de las mismas personas que se pretende o se desea
nado de duración, trascurrido el cual, supuestamente, dejan de.,existir que lo paguen.
(p.ej., impuesto sobre los bienes personales). Impuestos indirectos son aquellos trasladables, lo cual significa
Claro está que, por razones que veremos más adelante, ciertos que se cobran a una persona con la esperanza y la intención de que
impuestos permanentes en la realidad son legislados como "de emer­ ésta se indemnizará a expensas de alguna otra.
gencia", ante lo cual parecen transitorios. Ello casi nunca es así, por­ Para un criterio administrativo, impuestos directos son los que
que suelen ser prorrogados indefinidamente. se recaudan según listas o padrones, mientras que los impuestos indi­
b) Impuestos reales y personales. rectos no se pueden incluír en listas. Esta distinción se basa en que los
impuestos directos gravan periódicamente situaciones con cierta per­
Los primeros consideran en forma exclusiva la riqueza gravada, manencia, mientras que los impuestos indirectos gravan actos o situa­
con prescindencia de la situación personal del contribuyente (p.ej., ciones accidentales, tales como los consumos.
impuestos a los consumos). Otra doctrina tiene en cuenta la situación estática o dinámica de
Los segundos tienen en cuenta la especial situación del contribu­ la riqueza gravada. Manuel Morselli dice que los impuestos directos
yente, valorando los elementos que integran su capacidad de pago (p.ej., gravan la riqueza por sí misma e independientemente de su uso, mien­
el impuesto a la renta que toma en cuenta cargas de familia o el origen tras que los impuestos indirectos no gravan la riqueza en sí misma, sino
de las ganancias), en cuanto a su utilización, la cual hace presumir la capacidad contribu­
tiva (Compendio de ciencia de las finanzas, Bs. As., 1947, p. 69).
e) Impuestos proporcionales y progresivos. El profesór Cesare Cosciani (El impuesto directo en el cuadro de
Un impuesto es proporcional cuando mantiene una relación cons­ un sistema tributario, "Impuestos", 1963, p. 3) tiene una concepción
tante entre su cuantí<\l yel valor de la riqueza gravada, y es progresivo más pragmática del distingo. Defme a los impuestos directos como aque­
cuando la relación de cuantía del impuesto aumenta a medida ~'!fé. llos adjudicados al rédito o a la posesión de Wlpatrimonio por parte de
incrementa el valor de la riqueza gravada. En la forma corriente de Wl sujeto, y a los impuestos indirectos como los relativos a la trasferencia
apli~ción actual; impuesto proporcional es el que tiene una alícuota de bienes, a su consumo o a su producción.
única, e impuesto progresivo es aquel cuya alícuota aumenta a medida El codificador Ramón Valdés Costa coincide en este pragmatismo
que crece el monto gravado. y sostiene: "Frente a la imprecisión de sus términos y las discrepan­
cias doctrinales, aparece como un hecho indiscutible la existencia de
d) Impuestos directos e indirectos. dos grupos de impuestos bien diferenciados, reconocida por todos los
Esta clasificación es la más importante en nuestro país, confor­ autores, los derechos positivos y los acuerdos internacionales; por un
me a la delimitación de facultades impositivas entre Nación y provin­ lado, los impuestos personales, o subjetivos, a la renta y al patrimonio,
cias. Es también la más antigua y divulgada, pero -como dice Valdés en sus distintas manifestaciones y, por otro, los impuestos reales, u
Costa- seguramente la más imprecisa. Según este autor sus resulta- objetivos, al consumo de carácter general o específico" (autor cit., Curo
so ... , ob. cit., p. 121).
220 HÉCTOR B. VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 221

tivo son, entonces, indirectos, y su posibilidad de traslación (atm ge­


e) Nuestra posici6n en la. materic. neralmente mayor que la de los directos) es un elemento variable qUE:
no incide en la clasificación.
No obstante el escepticismo de los pragmáticos creemos que de­
bemos dar al asunto la mayor precisión posible, pl}rque en diversos
países (el nuest:¡·,) incluido) el criterio distintivo :influye sobre delicados 6. FINALIDADES DE LOS IMPUESTOS (su CLASIFICACIÓN EN FINANCIEROS
aspectos, ei:tl'e elioe:, nada más y nada menos que la delimitación de Y DE ORDEN.AMIENTO).
facultad6s imp<,sitiva8 entre el ente central y los estados federados.
Hemos visto qu,,:, la aptitud eco~ómica de 108 Gh:i;;,adoa a tributar (capa­ Falta considerar una clasificación que tuvo inusitado auge al
cidad 96 '2;~terio,,"i.;;a pDT~¡r(;L:': ~8:;¡,\;:¿¡: <Y situaciones que imponerse las ideas intervencicnistas y que, aunque se encuentra alg,j
determinan i~p v:al'li'ac-iones legislati<¡as Il1ildü;iüte L,:§ cuales esas cir­ alicaída, sigue teniendo gran predicamento entre muchas hacenr!i¡¡Ga:.:,
cunstan<~'?s e ,,~tuachnes pasan b. ;Generar l,b!igacionB;; impositivas. que incluso se quejan de que cierta parte de la doctrina no ha dad!)
Las forma" d~ ~x;:;¡:dor1zación son div~rsE.s, perri h~y ,=10s modalidades suficiente importancia al punto que pasamos a tratar. ~
difeI<;üciaJ.!'l.E: Por lo pronto, jamás hemos dejado de reconocer que, ade'.-:t"tás cle
a) La ext "Tioru'~ción puedo ':"1' inmedia~a mlando existen circuns­ la función de cubrir gastos públicos, los recursos, especialment6 iog
tancias (! si;-.t'.aci<.ae"< objetivas qua revelen, en forma f')Toximada, un impuestos, pueden ser instrumentos para que el Estado desarrolle su
determinad) ninl de; riqueza. AsL el patrimonio en su totalidad o en política intervencionista. Hemos aclarado que el concepto dista O'~r
alguna de sas pac'tes f:onstitutivas; los ingresos periórlicos denomina­ nuevo, ya que hace mucho tiempo la utilización de los derechéls de
dos "rentas", ke incrementos patrimoniales debidamente comproba­ aduana con finalidad protectora había demostrado que los impuestos
dos, SC~1 el&:~11fm;-,l)s qüe el legislador está autorizado a valorar como podían ser empleados en diversos campos, básicamente en el ecor:6mi­
signos bdicativos ~e capacidad contributiva. Los impuestos que to­ co (ver Villegas, Curso ... , 7! ed., DepaIma, Bs. As., 1997, ps. 49 y 50).
man como hecho!'; imponibles esas circunstancias o situaciones objeti­ Incluso, en el comienzo de este trabajo nos referimos especü.:..l­
vas (posesión de patrimonio, percepción de renta, incremento patrimo­ mente a las finanzas extrafiscales, las cuales implican la utilizaci6n el¿­
nial) son los directos, con prescindencia de su posibilidad de traslación. los instrumentos fmancieros, y especialmente del impuesto, par& .."bje­
b) En otros casos la exteriorización es mediata, ya que las cir­ tivos diferentes del de la obtención de fondos para cubrir erogaciones
cunstancias o situaciones objetivas que se tienen en cuenta hacen sola­ públicas (cap. 1, punto 6.2). Dimos a conocer, eso sí, las objeciones que
mente preSUmll' un determinado nivel de riqueza, pero con un nivel de nos merece este distinto uso del impuesto, y confesamos sin ambages
aproximación inferior al de los casos de exteriorización inmediata. Así, que no despierta nuestra simpatía ni adhesión.
la producción o venta de bienes, el suministro de servicios, la adquisi­ Los propugnadores de estas teorías sostienen que el Estado puede
ción o consumo de bienes o servicios, el ejercicio de actividades o profe­ usar el impuesto como un instrumento puramente fiscal para repartiI'
siones con fines de lucro, la realización de actos o negocios jurídicos en forma "equitativa" entre los miembros de la colectividad el total de
documentalmente exteriorizados, son indicios de capacidad con­ los gastos públicos. Pero el Estado puede también usar el impuesto,
tributiva. Por ejemplo, quien adiciona valores a los bienes o servi­ accesoria o principalmente, para intervenir en la estructura económi­
cios, produciéndolos, fabricándolos, proporcionándolos, comerciándolos, ca y social, para modifi~{!!'l~ ~ál: o menos profundamente. En la pri­
exportándolos, etc., está ejerciendo una actividad en la cual el lucro se mera hipótesis, el fin del impuesto es fiscal; en la segunda, él es por
infiere razonablemente, pero con cierta dosis de relatividad. I~'U81 ra­ completo, o sobre todo, extrafiscal. Tomado bajo ese aspecto, el impues­
zonamiento podemos realizar en cuanto a adquirentes y consumidores to puede actuar como "un poderoso auxiliar del reformismo social (in­
de bienes y servicios. Es lógico pensar que a mayor gasto mayor nivel centivo para la natalidad, etc.) y económico (nivelación de las rentas,
de riqueza, pero ello es sólo una presunción. Tampoco los actos y nego­ reducción de las grandes fortunas, modificación de estructura de las
cios jurídicos documentalmente exteriorizados son signos inequívocos empresas, dirección de precios, orientación de la coyuntura, etc.)" (Henri
de capacidad contributiva, aunque permitan suponerla, y 10 mismo Laufenburger, Finances comparées, París, 1950, p. 19).
sucede en lo que respecta al mero ejercicio de actividades o profesiones Según el más decidido propulsor de este distingo, Wilhelm
habitualmente lucrativas. Los impuestos cuyos hechos imponibles se GerIoff, la más reciente evolución del impuesto ~liga a reconocer
co?struyen atendiendo a tales circunstancias y situaciones de tipo obje- esta realidad y a tenerlo en debida cuenta en la teoría tributaria. Con
I
222 HÉCTOR B.VILLEGAS I
MANUAL DE ~INANZAS PÚBLICAS 223
J

duras expresionl!s critica a la doctrina en general, sosteniendo que fal­


como adicional del impuesto a los automotores y medido con fonómetro
tan no sólo las correspondientes definiciones satisfactorias del impues­
como forma de preservar los oídos de la comunidad, o promoviend~
to, sino también ante todo, una exposición fundamental que haga jus­
impositivamente aspectos tan diversos como la natalidad, la reducción
ticia a esta modificación del sistema tributario. Pues es preciso darse
de las fortunáS,1:l.l dirección de los precios, etc.).
perfecta cuenta de que el impuesto, como medio para cubrir las necesi­
Si el impuesto surge ante la imposibilidad de que el Estado cum­
dades público-fmancieras, tiene un carácter completamente distinto
pla su misión sin tomar de los particulares parte de su capital o renta,
que cuando debe servir de recurso para realizar cualquier fmalidad de
deben ser los fmes que se proponga obtener el gobierno los que determi­
política económica o poütica social. En ambos casos, se trata de recau­
daciones o de pagos ordenados por el poder público, cuya estructura, nen las funciones a desempeñar por el impuesto. El fm primero y prin­
empero, con respecto a magnitud, distribución y efecto, se realiza con­ cipal del impuesto no ha sufrido cambios desde su origen, y consiste en
forme a los muy distintos fines propuestos según principios o puntos de brindar los medios para la satisfacción de las necesidades públicas en
vista totalmente diversos. El examen teórico tiene que tomar en cuen­ la medida en que éstas no puedan ser financiadas por otros ingresos
ta esta variedad práctica (autor cit., Doctrina de la econom(a tributaria, estatales.
en Tratado de finanzas, de Gerloff-Neumark, ob. cit., t. 2, p. 208). Es innegable el poderoso influjo que los impuestos pueden ejercer
Como consecuencia de lo anterior, el autor distingue los impues­ sobre la vida económica; tal apreciación dista sólo un paso del empleo
tos financieros y los impuestos de ordenamiento. conciente de éstos para los fmes generales de la política económica. A
Impuestos financieros son las prestaciones de otras economías, partir de Adolfo Wagner, quien postuló la equiparación del fin fiscal
exigidas por la fuerza por las corporaciones públicas, en forma exclusi­ con el denominado fm "político-social" del impuesto, aparecieron múlti­
va o principal y con el objeto de costear las necesidades financieras de ples fmes "extrafiscales" alIado de los fiscales, pero no siempre cabe
su economía, sin retribución específica. establecer una clara distinción conceptual entre ambas funciones.
Impuestos de ordenamiento son las prestaciones en dinero Al crear o al aumentar algún impuesto, ciertas declaraciones de
con las cuales gravan las corporaciones públicas a otras economías, no los gobernantes pretenden hacer creer a la población que las finalida­
(o no primordialmente) para lograr ingresos sino para determinar una des son extrafiscales (aumentos a docentes, ayudas a desamparados,
conducta, un hecho o una omisión. Tales impuestos tienen por objeto beneficios ajubilados, mejoras en la salud, educación, seguridad, etc.),
realizar o mantener y fomentar un determinado orden público, que­ pero resulta sospechoso que justamente se recurra a tales supuestos
riendo dar un aliciente a los contribuyentes para obtener un cierto "impuestos de ordenamiento" en momentos en que las arcas estatales
comportamiento y una cierta actuación. están exhaustas.
Impuestos en sentido más amplio (es decir, impuestos financie­ No nos parece excesivamente significativo el pretendido concepto
ros y de ordenamiento) son, entonces, las prestaciones con las cuales dualista del impuesto con tan tajante distinción ente los "financieros"
otras econom(as son gravadas por las corporaciones públicas, a la y los de "ordenamiento". Ambos elementos se hallan indisolublemente
fuerza y sin retribución espec!fica, para costear las necesidades finan­ unidos, pues toda imposición está ordenada al cumplimiento de los fi­
cieras o con el objeto de realizar otros fines administrativos, en parti­ nes del Estado, indirectamente en cuanto contribuye a la cobertura de
cular econ6micosypol!tico·'SOCiales. ... . los gastos necesarios, y directamente en cuanto influye en el comporta­
Con esta definición se tiene en cuenta que el impuestó: sobrepa­ ll1i'erito del sujeto gravado.
sando su fin original de cobertura, actúa también en medida siempre Los límites de la teoría impositiva no permiten enjuiciar
creciente sobre la conducta económica y social y, con ello, sobre la es­ críticamente si los fines perseguidos por el impuesto son idóneos para
tructura del orden económico social que para tal fm se recomienda. El producir felicidad o bienestar en la población, por la sencilla razón de
impuesto, como eslabón más importante del aparato político-financiero que son fines que el gobierno adopta basado en razones políticas de
del Estado moderno, es un medio para realizar no sólo fmalidades fis­ oportunidad y conveniencia, imposibles de ser juzgados en cuanto ta­
cales sino también muchos otros importantes objetivos del Estado (au­ les. El criterio único para valorar los ingresos fiscales debe ser el ren­
tor y ob. cits., t. 2, p. 208). dimiento de las fuentes tributarias. Asimismo, la valoración crítica de
No compartimos este exagerado optimismo por la importancia de los fines extrafiscales del impuesto se deberá limitar a resolver la cues­
los llamados "impuestos de ordenamiento", ni creemos que se pueda tión de si el impuesto es un instrumento adecuado para la consecución
actuar ilimitadamente con ellos (p.ej., creando un "impuesto al ruido", del objetivo propuesto o si, por ejemplo la puesta en práctica de esa
224 HÉcTOR B. VI LLEGAS
MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 225
medida implica efectos no buscados que hacen ilusorio el éxito o lo min Cornejo y Eulogio Iturrioz, Manual de economía poUtica, Bs. As.,
contrapesan con otras desventajas. Pero reiteramos que la apreciación 1975, p. 29).
de los fines en sí mismos, es decir, su incorporación a laj6rarquía de
Esto lleva a que la validez de las conclusiones resulte casi siem­
los ¡mes del Estado, pertenece al campo de la política general y, más
pre condicional y restringida. No obstante, los estudios sobre los fe..'16­
concretamente, de la política financiera (an igual sentido, ver Güuter
menos económicos de los impuestos han demostrado su utilidad a tra­
Schmolders, Teoría general del impuesto, MaC:rid, 1%2, PE,. 57 y ss.).
vés de una larga experiencia, a la vez que han permitido examinar las
principales variables que posibilitan o favorecen la producción de al­
6. EFECTOS E·;JONÓMICOS DE LOS IMPUESTOS. gún efecto elXlnómico en especial. Además, y aun con imperfecciones,
estas investigaciones han realizado progresos ID6diante la renovad6"
6.1. Introducción. de sus métodos, enfoques y puntos de vista, y permitido a los gobiernos
justificar sus medidas encaminadas a obtener determinados resul);a.­
Seg-¡in hemos visto, los impuestos son detracciones de la riqueza dos, demostrando que ellos son altamente posibles. Por ejemplo, la prk
de los parth~ular",8 que na se ~ompensa..n con actividades estatales rela­ posición de que la demanda es función decreciente del precio pane en
cionadas con los pagadores ni con beneficios individualme..'lte medibles relación dos conceptos abstractos (demanda y precio), que no est&.r. re­
para enos. Queda claro, por tanto, que deben producir efectos y altera­ feridos a ningún producto, ni a compradores o vendedores determina­
ciones, ta.ni.,o en economías de los particulares como ~n la del país. dos ni a un cierto tiempo o lugar. Sin embargo, encierra una probabHi­
Desde al punto de vista económico, se observa la materia grava­ dad real. Si el gobierno eleva el impuesto adual1ero a los automó1r.ii-9,~
da, el rend!miento, los efectos sobre la actividad privada y, especial­ importados, existe la posibilidad bastante certera de que el mayor pre­
mente, la indagación sobre quiénes son los que presumiblemente so­ cio de los automóviles del exterior hará bajar su demanda. ~: i..ay
portan su peso. una consecuencia factible que el gobernante tiene por válida y que lo
Así, por ejemplo, cuando se establece un impuesto al consumo, la lleva a actuar de determinada manera, según el objeto buscado.
ley puede decidir que el fabricante lo pague, pero sin oponerse a que lo No obstante las difi!:'uha:1es, autores como Richard y .Peggy
soporte el adquirente. Esto significará que el legislador previó la posibi­ Musgrave consideran necesario profundizar los efectos económicos de
lidad de gravar la capacidad contributiva del comprador del producto y los impuestos, al entender que cada uno de ellos tiene interés por sí
no la de su fabricante, no obstante ser este último el sujeto legalmente mismo y debe ser considerado en forma independiente en la formula­
indicado por la ley para ingresar el importe en las arcas fiscales. ción de las medidas de política fiscal (autores cits., Hacienda pública,
El estudio a realizar no es sencillo, y gran parte de la doctrina 5' ed., Méjico, 1992, ps. 285 y ss.).
estima que los resultados no son 10 suficientemente confiables como Queda como saldo la importancia de estos estudios, no obstante
para estructurar principios de aplicación general. sus limitaciones, y es notorio, por ejemplo, que una política de impues­
Por cierto que las conclusiones son siempre limitadas, y es difi­ tos puede ser superior a otra en materia de resultados distributivos,
cultoso sostener con seguridad que ante ciertas condiciones del merca­ pero inferior en lo que hace a eficiencia, crecimiento o empleo.
do la creación o la modificación de un impuesto producirá tal o cual Ello obliga a eSLuoliti ~..:r. dd;enimiento los mencionados efectos,
efecto. para lo cual seguiremos la formulación tradicional de los fenómenos
Recordemos que en economía rige la regla "coeteris paribus", que componentes, atento los propósitos prevalentemente didácticos de ~ste
resume la condición "permaneciendo igual las demás cosas". Esto sig­ curso (y no obstante la distinta concepción de autores como los Musgrave
nifica que el análisis de los distintos puntos se realiza considerando que la desechan, como ya veremos).
que todos los demás aspectos del problema perman~en inalterables.
La condición es ficticia porque en economía, como en la mayoría de las 6.2. Noción.
ciencias, los factores evolucionan permanentemente.
Nadie tiene dudas de que los fenómenos económicos son produci­ Hemos examinado en páginas anteriores que el impuesto es exi­
dos, y a su vez producen, numerosas causas contradictorios imposibles gido a quienes se hallan en las situaciones consideradas por la ley como
de predecir con exactitud, ya que puede prevalecer una diferen te de la pasibles de originar la obligación de cooperar en la cobertura del gasto
que tuvimos presente al fonnularuna detenninada hipótesis (ver Benja- público. Esa persona obligada a tributar por estar comprendida en ta­
226 HÉCTOR B. VÚ,LEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 227
... I
les situaciones es el "contribuyentedejure", o sea, la persona de­ contribuyentes) un cierto impuesto. Puede ser por trascendidos o anun­
signada por la ley para pagar el impuesto. Pero suele ocurrir que quien cios de los medios de comunicación, por rumores o por infidencias, pero
paga el impuesto no es en realidad quien soporta su carga. Esta carga lo cierto es que cunden la alarma y la consiguiente conclusión del futu­
recae en un tercero, quien se denomina "contribuyente de (acto". -YO contribuyente de que será conveniente modificar su conducta, a los
Por esta razón, es necesario conocer cómo se reparte fácticamente el efectos de no quedar encuadrado en el presupuesto de hecho al que el
impuesto, para intentar saber sobre qué economías recae, en definiti­ legislador se dispone a enlazar el nacimiento de una obligación tributaria
va, la exacción fiscal. Si ello es imposible, al menos tratará de que los efectos se reduzcan al
La trasferencia de la carga impositiva (traslación) a veces es pre­ máximo admisible.
vista por el legislador; así, la mayor parte de los impuestos al consumo Entre las conductas a presentar, las hay de diverso tipo. Por
son soportados por el comprador, pero son pagados al fisco por el vende­ ejemplo, los consumidores tendrán tendencia a acaparar aquellos bie­
dor, quien los carga en los precios. En otros casos, la trasferencia del nes que luego se volverán más caros por la futura existencia de un
impuesto surge por el propio mandato legal, como ocurre con el im­ impuesto que aumentará su precio. Si se intuye la existencia de un
puesto al valor agregado, estructurado en forma tal que forzosamente futuro impuesto que gravará la tenencia de automóviles lujosos, avio­
cada etapa debe trasferir el impuesto a la siguiente, hasta recaer en el nes o embarcaciones, algunos propietarios tratarán de venderlos o de
consumidor final del producto o servicio. Al contrario, puede suceder trasferirlos antes de quedar encuadrados en tal impuesto. Los empre­
que la traslación se produzca sin estar prevista por el Estado e incluso sarios pensarán -y eventualmente ejecutarán, si la sospecha de un
contra su voluntad, no obstante lo cual, aquellos a quienes se quiere nuevo impuesto parece fundada- diversos movimientos, como despla­
cargar con el peso impositivo logran trasferirlo a otra persona. zamientos de sus centros de producción dentro del país o incluso en
Para algunos autores, los estudios sobre la repartición de hecho forma internacional También la noticia podrá tener efecto en futuros
de los impuestos y sus consiguientes resultados son relativos, ya que planes de incorporación de mano de obra, adquisición de tecnología o
en la máyor parte de los casos es casi imposible determinar con exacti­
tud quién soporta el impuesto. Sólo se sabe: a) que algunos contribu­ inversiones en general.
yentes no pueden trasladar el impuelioto, saluo casos excepcionales (p.ej.,
6.3.2. Percusi6n.
los impuestos directos que recaen sobre asalariados); b) que otros im­
puestos pueden ser trasladados fácilmente (p.ej., los impuestos indi­ Es el acto por el cual el impuesto recae sobre el "contribuyente
rectos a los productores); e) que existen otros impuestos que s610 muy de jure", o sea, aquel que debe pagar por designación y coacción legis­
difzcultosamente pueden ser trasladados (p.ej., los impuestos directos lativa. Si este contribuyente soporta efectivamente el peso del impues­
sobre profesionales o agricultores), sin que ello sea imposible (talla to, se dice que el contribuyente percutido (contribuyentedejure) es
opinión de Maurice Duverger, Instituciones financieras, Barcelona, también el contribuyente incidido (contribuyente de facto), ya que no
1960, p. 118). se verifica la traslación del impuesto.
Lo anterior significa que la percusión indica el momento en que
6.3. Fenómenos de la noticia, percusión, traslación, el impuesto recae sobre el contribuyente designado por la ley como
inci!lencia y difusión. obligado tributario, y por tanto es un fenómeno jurídico. Se habla tam­
bién de "impacto", queriendo expresar la idea de que el impuesto "cho­
Como paso inicial para introduCirse en el estudio de los efectos ca" con algo o con alguien, lo cual se identifica con el resultado inme­
economlcos del impuesto, es necesario considerar la existencia de dis­ diato de colisionar una persona con el punto donde la ley colocó la
tintos momentos en el proceso de repartición de la carga. Por razones exacción.
de simplificación y sistematización, diversos autores individualizan los Los economistas prestan también atención al fenómeno, ya que
fenómenos en la forma que examinamos a continuación: el hecho no tiene solamente un resultado jurídico.
El pago del impuesto impone al sujeto --contribuyente de jure­
6.3.1. Noticia. la necesidad de dispon3r las cantidades líquidas para pagarlo, lo cual a
Este efecto se produce cuando la población se entera, olfatea o veces involucra también la necesidad de acudir al crédito en sus diver­
sospecha que se va a crear o modificar (en forma más gravosa para los sas formas. Todo ello trae consigo consecuencias en la conducta eco­
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 229
228 H~CTOR B.VILLEGAS

nómica del contribuyente y alteraciones en el mercado. La percusi6n La incidencia se puede producir de dos formas:
es, pues, de por sí, un efecto económico del impuesto. a) por vía dir:eet2, el contribuyente iiejure no tras­
lada la carga del impuesto y se convierte también en contribuyente
6.3.3. Traslación. incidido;
b) por vía indirecta, cuando dicho contribuy~ntE; de jure lo­
Producido el "impacto», quien lo ha sufrido, que es el contribtt­ gra, mediante algtU10 de los procedimientos de la tr9.sla!!ión, hacer re­
yente de jure. trata de ti:"&.sferir .::. otro la carga impositiva que sopor­ percutir la carga del impuesto en otra persona, quien Ée· convierte así
tó. Si logra el resultado desef:'.do, t.·aspasa el peso del impuesto al con-. en contribuyente de fa:;,?o o incidido.
tribuyente de facto y se produce el f':lnómeno 'intermedio denominado Los estudiosos del r.eLna, siguiendo a Seligman, distrrlguen gene­
traslación, al cual ::i 3!-tOS asignan también el nombre ralmente ciertos aspectos qU.e considermn básicamente diferentes en el
de repercus;ón. proceso de traslación. En primer marcan una di3inúlitud~mtre
Esta trasferencia, CúffiO fenómeno purament0 económico y sin
impacto e incidencia, ccnespondi"...l do al primero lli ~Tga inicial y al
injerencia dellegisladür, está obviamente gobernada exclusivamente
segundo la definitiva del impuestú.
por la e c o n o m í a . '
Así, pues, el impacto de un impuesto 10 recibe la persona que
Si, al contrario, se rea]jza una intervención legislativa (como en hace el pago al gobierno; pero si, como resultado del impuesto, la perso­
el caso del IVA, que recién vimos), el fenómeno pasa a ser un institUtO na que recibió el impacto eleva los precios, la víctima final de 3se alza
distinto, regido por el derecho. de precios será la que soporte la incidencia.
La traslación económica se puede producir de dis~¡ntas formas y Cierto es que, como dice Griziotti, la incidencia del tributo se
ofrece diversas variantes, pero en todos los casos es necesario que haya, debe diferenciar de otros sacrificios, que son las consecuencias del im­
entre el contribuyente dejure y el contribuyeL'te de facto, una puesto, tales como la reducción de consumos o de ahonos, el aumenr,'.)
transacción en cuyo precio se pueda efectuar la trasferencia. El ejem­ de esfuerzos y de trabajo y la reducción de beneficios por disminuci·5n
plo típico es el del productor gravado por un impuesto que trasmitenl de la producción (autor y ob. cits., p. 24).
consumidor aumentando el precio del artículo que le vende. No obstante, no podemos menos que aceptar que, en la fase de la
De lo anterior se desprende que la traslación impositiva se realí­ incidencia, el sujeto económico tiene reacciones provocadas por la dis­
za mediante la alteración de los precios y se parte comúnmente de la
libre formación de ellos, aun cuando en casos muy especiales también
minución definitiva de recursos líquidos cuando los impuestos llegan
al grado de ser absolutamente intrasladables Y si la carga fiscal ES
*
se puede operar con precios regulados (ver Welinder Carsten, Tras/(J· periódica. Ante ello, queda en peligro la propia rentabilidad del sujeto,
ción y efectos impositivos, en Gerloff-Neumark, Tratado de finanzas, quien se esforzará, entonces, por compensar la pérdida de liquidez y de
El Ateneo, Bs. As., 1961, t. 2, p. 315). rentabilidad. La primera medida que adopte será, probabltlmente, la
A partir de los estudios de Seligman, la traslación ha sido enten­ reducción de los costos de pr•..;ciucción.
dida como el proceso de defensa fiscal mediante el cual (permaneciendo Si ello no es suficiente, la empresa intentará incrementar su pro­
inalteradas las demás condiciones económicas) el sujeto jurídico del ductividad para adaptarse mejor al mercado. Esto lleva a algunos au­
impuesto traslada o repercute sobre otra u otras personas la cargl¡l tores como Günter Schmolders a sostener q\le la imposición opera como
fiscal recaída en él, de forma que permanezcan invariables su renta y estímulo, puesto que la adaptación al mercado implica, por ejemplo,
su patrimonio (ver: Günter Schmolders, Teoría general del impuesto, mejorar la calidad de sus productos y, sobre todo, modernizar los pro­
Madrid, 1962, p. 123). cedimientos de venta mediante la publicidad y la investigación de mer­
eados, tal como ya se hace en la actualidad del mundo globalizado por
6.3.4. Incidencia. influjo de la competencia. Esta teoría resulta un tanto audaz y puede
Esta etapa se realiza cuando una persona se hace efectivamente parecer paradojal (ver autor y ob. cits., p: 193), aunque autores presti­
cargo del impuesto, vale decir, cuando adquiere el carácter de contri­ giosos como Dino Jarach aceptan la posibilidad de este proceso. Sostie­
buyente de facto o incidido. ne este autor que si la incidencia es sufrida por una empresa ésta
Se suele explic~r gráficamente esta situación diciendo que el im­ mejorará -si puede-- su estructura productiva y raCionalizará sus
puesto "viene a descansar finalmente" en la persona que 10 soporta. procesos, con el fin de disminuír sus costos y compensar, de esta mane­
230 HÉCTOR B.VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS
23~
'l".
ra, la disminución de sus ingresos o de su capital (autor cit., Finanzas dencia efectiva (ef{ective incidence), consistente en el conjunto de
públicas ... ,ob. cit., p. 339). ajustes económicos resultantes de la implantación de un determinado
Sin embargo, y con refer~cia a esta última tesis, la posibilidad impuesto. La incidencia formal es lo que hemos denominado simple­
de que la creación o el aumento de impuestos incentive la producción mente incidencia en páginas anteriores, mientras que la incidencia
requiere de ciertas condiciones, ya que no siempre habrá posibilidades efectiva es el resultado de lo que acabamos de llamar difusión del im­
para una mayor productividad o mejoras en la calidad. De todas mane­ puesto (ver autora y ob. cits., ps. 148 y ss.).
ras, en la época que hoy nos toca vivir, aspectos tales como la investi­ Richard y Peggy Musgrave tampoco aceptan la difusión, ya que
gación de mercados y publicidad adoptados han pasado a ser elementos adoptan otro esquema, en donde tampoco son utilizados los conceptos
insustituíbles para mejorar las ventas. Parece, entonces, excesiva la que hemos venido describiendo. Aprueban el esquema conceptual, se­
crítica de Griziotti que tilda estas doctrinas como ilusorias (autor cit., gún el cual la creación o el incremento de un illlpuesto produce el im­
Principios ... , ob. cit., p. 97), ya que también se ha operado un avance pacto en el contribuyente de derecho. Pero, en adelante, se centran en
técnico increíble en cuanto a la eliminación de derroches y defectos en el estudio de la incidencia, brindando conceptos alternativos de ésta y
los métodos de fabricación. Por supuesto que esta impecable tarea cum­ conectando sus efectos con los cambios y ajustes que se van operando
plida por máquinas y robots contribuye al desempleo, pero ése es un en el mercado. Este último análisis coincide con la idea de difusión,
problema ajeno al que ahora examinamos. pero en ningún momento se emplea tal denominación (autores y ob.
De todas maneras, reiteramos que todos estos efectos se mueven cits., ps. 290 y ss.).
dentro de la probabilidad, ya que no es absurdo ni descartable que Pareciera que la teoría de la difusión se inició en 1801, cuando
ocurra exactamente lo contrario y que los incididos con impuestos Nicholas Canard divulgó su pensamiento sobre el punto. Canard sos­
intrasladables no se sientan estimulados a mejorar su eficiencia, sino tuvo que la aplicación de un impuesto es algo semejante a sacar sangre
que, al contrario, tiendan a emigrar hacia países fiscalmente más be­ de una de las venas del ser humano; aun cuando se saque de una sola
névolos o a realizar maniobras evasivas. vena la pérdida la sufre todo el cuerpo, debido a la circulación de la
sangre. Análogamente, los impuestos se esparcen en todo el sistema
6.3.5. Difusron. económico, merced a las transacciones que realizan los sujetos econó­
Es la irradiación en todo el mercado de los efectos económicos del micos (la teoría es citada por Edwin Seligman, Shifting and incidence
impuesto mediante lentas, sucesivas y fluctuantes variaciones, tanto in taxation, 41 ed., Nueva York, ps. 159 y ss.).
en la demanda como en la oferta de mercaderías y en los precios. Como El economista norteamericano David Wells explicó esta teoría
consecuencia del impuesto se verifican variaciones en los consumos, en sosteniendo que impuestos aplicados "de una manera uniforme sobre
las producciones y en ei ahorrO. cosas de la misma clase debido a las leyes de la competencia, la oferta
El presente concepto es bastante ambiguo, quizás por la diferente y la demanda, ya los intermediarios que se encuentran en todas par­
forma en que lo tratan y denominan los financistas o, tal vez, por los tes, se distribuirán, percutirán y repercutirán hasta un grado remoto,
muy distantes alcan~es que le asignan. hasta que, finalmente, caigan sobre todas las personas, no en propor­
En algunas oportunidades, se considera esta expresión como"re­ ción a su respectivo consumo de un terminado artículo, sino en propor­
percusión indefinida", con lo cual se tiende a la negación del consu­ ción a lo'que'cónsuman dentro del consumo general de la comunidad
midor final, según veremos enseguida. Esta concepción es descartada gravada con el impuesto" (autor cit., Theory and practice oftaxation,
de plano por la genElralidad de los especialistas que no admiten la posi­ Nueva York, 1911, p. 584, ob. cit por Groves, Finanzas públicas, ob.
bilidad de la inexistencia de un consumidor fmal. cit., p. 163).
Tampoco suele haber coincidencia con los nombres que se le asig­ La teoría conduce a la conclusión de que la carga impositiva ter­
nan a la difusión, e incluso hay dudas de la propia existencia del fenó­ mina por no ser soportada por nadie.
meno como autónomo de los restantes. Cesare Cosciani habla simple­ En esta tesis (recordemos que Canard escribía en 1801), este
mente de "consecuencias de la incidencia" (autor cit., Principios de economista continuaba su ejemplo agregando que la vena sangrada no
ciencia de la hacienda, Madrid, 1960). se empobrece más que las otras después de la extracción, y que igual
Ursula Hicks distingue entre incidencia formal (trasferencia ocurre con la ganancia que el impuesto capta en una rama de la activi­
dad económica: la ganancia de otra rama afluye inmediatamente para
al Tesoro público de una parte de la renta de los particulares) e inci­
'"
,
232 HÉCTOR B. VILLEGAS
MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 233
restablecer el equilibrio. De tal manera, la carga impositiva finaliza
siendo nula, si bien es cierto que el equilibrio necesita tiempo para ]a tasa de interés, lo que, por su parte, significa un incremento de los
restablecerse. Alguna vez se puso e] ejemplo de la piedra que cae en el costos de producción y, por tanto, un aumento de los precios de los bienes
estanque. En el momento del impacto, se producen ondas concéntricas, y de las remuneraciones por los servicios. En este caso, es aun mayor
que disminuyen a medida que se van alejando, hasta quedar nueva­ el sacrificio de los contribuyentes de hecho.
mente el estanque sin movimiento de sus aguas. Según Harold Groves, Una posibilidad distinta se produce si el impuesto induce a los
si esta teoría fuera cierta, no habría para qué discutir los prificipios de contribuyentes a aumentar la producción o a perfeccionar sus méto­
la traslación, ni mucho menos estudiar los demás intrincados proble­ dos para alejar la carga tributaria o soportarla mejor. Al haber mayor
mas económicos que acarrean los impuestos (autor y ob. cits., p. 163). oferta disminuyen los precios, y los sacrificios de. los contribuyente., de
Lo cierto es que, en la actualidad, pocas personas aceptan lainterpre­ hecho pueden quedar en alguna medida compens.ados.
tación de Canard. Esto significa que pennanece subsistente un incidi­ Respecto de este último aspecto, remitimos a 10 que antes dijimos
do final que de una u otra manera sufre una reducción de su renta sobre impuestos que estimulan la producción, cuestión ilusoria segllil
real. Sus conductas futuras, que ya veremos, afectan gradualmente a algunos, pero que no pocos autores consideran viable.
toda una serie de agentes económicos en condiciones variables, según En conclusión, la concepción más aproximada de la difusión es la
el estado de la competencia y la situación del mercado. del "conjunto de fenómenos mediante los cuales los efectos del impuesto se
Sentado lo anterior, observamos las diferencias entre traslación propagan a través de toda la economía" (Lucien Mehl, ob. cit., p. 243).
y difusión. La primera tiende a la eliminación de la carga fiscal del Y no podemos dejar de advertir que, no obstante las criticas leta­
deudor legal, en tanto, la difusión reduce la renta real (o, eventua]­ les que recibió la teoría, tal como la concebía Canard, no dejaba de
mente, el patrimonio) del contribuyente final. Además, éste no desea tener algo de verdad. Es innegable que los impuestos no resultan tan
las consecuencias de su forzada conducta de adaptación; por lo contra­ traumáticos cuando los contribuyentes se han "acostumbrado a ellos",
rio, la traslación consiste en un acto deliberado (conf. Lucien Mehl, ante 10 cual resulta cierta una de las premisas de Canard ("Tout lJÍ'dlle
Elementos de ciencia fiscal, Barcelona, 1964, p. 243). impot est ban et taut nouvell impot est mauvaix").
Es seguro que los hombres de negocios siempre protestarán, tan­
Ubicados en la necesaria existencia del incidido final y en la dis­
to por la incertidumbre de los impuestos futuros, como por la de sus
minución de su renta, podemos presumir que éste tomará medidas
impuestos presentes. Sin embargo, cargas fiscales que en otras épocas
respecto de sus consumos, de sus ahorros o de su producción, lo cual, a hubieran parecido imposibles de soportar y que los hacendistas clási­
su vez, producirá una serie concatenada de efectos en el mercado. cos hubieran repudiado se han implantado en los sistemas tributarios
Si el incidido fmal decide reducir sus consumos, esa disminución
actuales sin demasiadas protestas de los contribuyentes, en la medida
significará una reducción de ]a demanda de bienes o servicios, lo cual
en que, aun siendo incididos fiscales, han podido ir ajustando sus acti­
obligará a los productores a bajar los precios de sus mercaderías o las
vidades a esa carga. Quizás esto resulte un espejismo y sea el resulta­
remuneraciones de sus servicios y a disminuír ]a utilidad o beneficio
do de las refinadas conductas evasoras que hoy se observan, o posible­
por la venta de bienes o producción de servicios. mente se trate de un fenómeno psicológico.
Merded al proceso de la difusión del impuesto se producen, por
tanto, modificaciones en los precios de los bienes yen las remuneracio­
nes de los servicios, y las rebajas de precios pueden compeniar, a] me­ 7. FORMAS DE LA TRASLACIÚ¡'¡.
nos en parte, el sacrificio de los incididos finales.
Puede suceder, en otra alternativa, que el incidido fina] resuelva Se pueden fonnular algunos principios o reglas, que en manera
mantener sus consumos, pero modificar sus hábitos de ahorro e inclu­ algUna son rígidos e invariables, sino, al contrario, sujetos siempre a
so recurrir a sus reservas dinerarias (esto dependerá del mayor o me­ la concurrencia de otros factores económicos, pero que llevan cierto
nor nivel de ingresos de los contribuyentes). Estas circunstancias tie­ grado de posibilidad de realización.
nen también efectos que se difunden. En efecto, al disminuír e] monto
de los ahorros habrá menos dinero disponible para ]a inversión, ]0 cual 7.1. Traslación hacia adelante.
equivale a menos dinero o menos capital disponible para quienes pro­
La traslación hacia adelante recibe diversos nombres en la doc­
ducen bienes y servicios. La escasez de dinero provoca un aumento de
trina. Se la suele denominar "protraslaciónj y támbién progresi­
va (progressive, shifting). i
234 HÉCTOR B. VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 235
'1.

Es aquella que sigue la corriente de los bienes en el circuito eco­ No obstante, la retrotraslación presenta mayores dificultades que
nómico. Tal es 10 que sucede cuando el contribuyente de jure logra la protraslación. En primer lugar, porque la relación entre comercian­
aumentar los precios de sus mercaderías, o bien las remuneraciones tes y productores por un lado, y entre proveedores o asalariados por el
que se le deben pagar por sus servicios, en forma tal que dicho incre­ otro, suele ser de igual a igual (aun los granjeros se agrupan en coope­
mento en los precios o remuneraciones cubra el peso del impuesto. En rativas o entidades rurales). De ahí que estos últimos estén respalda­
consecuencia, será quien compre su mercadería o quien pague sus servi­ dos en la discusión al igual que los comerciantes y productores, ya que
cios el que efectivamente soporte la carga del impuesto que ha percutido sus organizaciones profesionales son tan fuertes como las de éstos. En
sobre el contribuyente dejure. Merced a esta circunstancia, la trasla­ segundo lugar, porque la traslación hacia atrás es más visible que la
ción hacia adelante sólo puede ser realizada por quien asume el carác­ traslación hacia adelante, sobre el cliente. A pesar de todo, la coyuntu­
ter de vendedor de un producto o locador de un servicio, en detrimento ra económica puede hacer posible una traslación hacia atrás; ocurre
del comprador o locatario. bastante a menudo, en detrimento de los agricultores que venden sus
Se cree que este tipo de traslación tiene lugar principalmente en productos a intermediarios.
el campo de las industrias de trasformación, en el cual un artículo
sigue un proceso que se inicia en el productor de la materia prima y 7.3. Traslación lateral u oblicua.
termina en el consumidor.
Se da esta situación cuando el contribuyente de jure trasfiere el
7.2. Traslación hacia atrás. peso del impuesto a sus compradores o proveedores de bienes diferentes
de aquellos que fueron gravados con el tributo.
Esta segunda modalidad se designa también con el nombre de Se trata de compradores o proveedores de otros artículos distin­
"retrotraslación" o traslación regresiva (regressive, (orward tos de los gravados por los nuevos impuestos, pero que son producidos a
shifting). costos conjuntos con los de las mercaderías o servicios gravados (p.ej.,
Contrariamente a lo anterior, es aquella que sigue el proceso in­ nafta y aceite combustible), o bien, que son complementarios en los
verso al de la corriente de los bienes en el circuito económico, y se procesos de producción respecto de los bienes o los servicios gravados
configura cuando el contribuyente de jure logra trasferir el peso del (p.ej., instalaciones accesorias que producen mayor eficiencia en los
impuesto a sus proveedores, lo cual se puede obtener mediante una artículos fabricados, pero de las cuales es posible prescindir).
reducción de los precios de las mercaderías o materias primas sumi­
nistradas por estos últimos. En consecuencia, y a la inversa de lo que 7.4. Otras modalidades de traslación.
ocurre con la traslación hacia adelante, la traslación hacia atrás sólo
La traslación es simple cuando se cumple en una sola etapa.
es practicable por quienes asuman el carácter de compradores o Una persona trasfiere a otra el peso impositivo y esta últimá sufre la
locatarios de servicios. Por ejemplo, un impuesto que grave la manteca carga sin poder trasladarla. Por ejemplo, un impuesto que grave la
puede determinar que el fabricante pague precios más bajps al granje­ venta de pollos y que el productor trasfiera sin intermediario a los
ro que le vende la leche. Puede también ocurrir que la carga del im­ consumidores finares que resultan incididos.
puesto se traslade a otros factores distintos de la materia prima. Cabe, En la traslación de varios grados, el contribuyente de {acto
por ejemplo, que un patrón se des~argue de los impuestos reduciendo trasfiere a otro contribuyente de {acto la carga impositiva, y este últi­
los salarios de sus obreros. Ordinariamente, el patrón suele hacer esto mopuede pasarla sucesivamente a otros adquirentes. Esto significa
únicamente en la medida en que el impuesto representa una dificultad que no sólo puede trasladar el contribuyente de derecho sino también
seria para su negocio. No obstante, en alguna ocasión, como la de apor­ los contribuyentes de hecho. Así, un impuesto que grave al fabricante
tes excesivos exigidos por la Ley de Seguridad Social, se puede reducir de cigarrillos se puede trasladar al mayorista, por éste al minorista y
la demanda de mano de obra como consecuencia de la contribución, de por éste al consumidor, todo ello en la forma de precios más elevados
lo cuál han de resultar, lógicamente, la desocupación y la reducción de que los que habrían regido sin el impuesto.
salarios. La traslación es aumentada cuando el contribuyente de jure
Estos factores de la producción que resultan perjudicados vienen traslada el impuesto con exceso aumentando sus beneficios, o sea, va­
a hacer las veces de sustitutos de los incididos por el impuesto. liéndose del impuesto para incrementar sus ganancias. Naturalmen­
236 HJl!CTOR B. VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 237

te, estas ganancias derivadas del impuesto dependen de las condiciones como es el caso de los auges y las crisis (ver Griziotti, Principios ... , ob.
del mercado. cit., ps. 89 y ss.).
Otra clasificación tiene en cuenta la intención legislativa sobre el
efectivo peso del impuesto. De este modo, se considera que la traslación
es intencional cuando ella es expresa y obligatoriamente dispuesta
9. MERcADO EN SITUACIÓN ESTÁnCA.

. por la ley. Así ocurre cuando en la;; sucesivas trasferencias del bien se
va afiadiendo en forma discriminada el impuesto que paga cada etapa, No es tan sencillo colocarse en la posición de Griziotti y prescin­
hasta fmalmente recaer teda la tlil",g", an al consumidor final, aunque dir de todas las fuerzas económicas que puedan causar perturbaciones.
en este caso, generalmente, sin discriminación. Así sucede en el im­ El resultado no puede ser sino un catálogo a1teraativo de supuestas
reacciones de la economía ante la existencia o creación de impuestos.
puesto al valor agregado.
Adviértase que los objetivos son muchas veces incompatibles en­
Si, al contrario, la trasferancia no es dispuesta ni exigida por el
tre sí, lo que se reflejªop.n los instrumentos impositivos para obtener­
legislador (aun cuando éste la prevé), la traslación es no intencional,
los. Además, muchos acont¿;d~ieTlt.os suelen suceder al mismo tiem­
como ocurre, por ej.;¡mplo, con ei impuesto interno a los cigarrillos,
po, pero no pueden ser estudiados al mismo tiempo.
donde se sabe que si el mercad0 lo permite cargará con la mochila Ante tal situación, es necesario establecer las reglas de juego y
impositiva quien se fílma los cigarrillos. dejar en claro las suposiciones que operan como condiciones
Hay otro Impuesto de traslación no intencional, en el cual, si bien para que los efectos funcionen de la manera a describir. Entre ellos,
el traspaso no se prohíbe, tampoco está previsto por el legislador. Tal seleccionamos los que creemos más importantes:
es el caso de la trasferencia del impuesto inmobiliario del propietario al 1) Que el mercado actúa en sus distintas modalidades (libre con­
inquilino mediante lo que dispone el contrato. currencia, monopolio, oligopolio), con todos los agentes de la economía
comportándose en forma racional.
8. FACTORES QUE INFLUYEN Y SON INFLUÍD08 POR LA TRASLACIÓN. 2) Que la economía se halla en un cierto equilibrio y alejada de
una prosperidad ascendente o de una crisis descendente.
En el estudio de los fenómenos económicos de los impuestos he­ 3) Que se mantienen relativamente estables variables tales como
mos visto la importancia de la traslación de la carga del impuesto, que la distribución de la renta, la adjudicación de los recursos, el empleo,
produce efectos microeconómicos relacionados con la distribución de la la población, el producto bruto interno y la inversión.
renta y la repartición de los recursos. También origina efectos 4) Que los impuestos han sido correctamente legislados en cuan­
to a su naturaleza, campo de aplicación y alícuota.
macroeconómicos sobre el nivel de capacidad contributiva, empleo, pre­
5) Que esos impuestos se determinan y recaudan normalmente.
cios y crecimiento (conf. Richard y Peggy Musgrave, Hacienda públi·
6) Que no hay fraude (o, si lo hay, es ínfimo) y que el contribu­
ca, ob. cit., p. 285).
yente sólo intenta escapar del impuesto mediante traslación o econo­
Reconociendo que sólo podremos dar una idea sumaria y aproxi­
mía de opción.
mada, examinaremos los factores que coadyuvan para q1,le la trasla­
ción se produzca o se evite y, a su vez,la influencia que tal fenómeno
tiene sobre los distintos aspectos de la economía. Estos factores pueden 10. EFEcTos SEGÚN LAS CONDICIONES DEL MERCADO.
ser estructurales o coyunturales. Los primeros los tomamos como
inmodificables (no obstante su alteración en periodos generalmente lar­ 10.1. Mercado de libre competencia.
gos), mientras que los segundos son, según surge de su propia defini­
ción, variables. Alguna doctrina, inspirada en Griziottf; "Considera un Este tipo de mercado presupone suficiente cantidad de producto­
mercado en situación estática, esto es, aislándolo de todas las fuer­ res del mismo bien o servicio, de manera tal que ninguno de ellos pue­
zas económicas que puedan traer perturbaciones y considerando sola­ da influÍr en los precios del mercado, y. además, libertad en la indus­
mente la influencia ejercida por el impuesto, y un mercado en situa­ tria para entrar en ella o salir.
ción dinámica, que incluye la ~istencia de fuerzas ~ue dominan la En tal situación,los precios de los bienes y las remuneraciones
trasformación de las estructuras económicas y dan lugar a cambios, por servicios son establecidos por la ley de la oferta y la demanda. El
238 H~CTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS
'1. 239
productor de los bienes y de los servicios en un mercado de tales condi­ Por el lado de la oferta, si ésta es rígida, ya que se trata de

ciones no puede, por tanto, modificar libremente los precios ni las re­ mercaderías de conservación dificil, el vendedor tendrá dificultad para

muneraciones. En ambos casos, él deberá aceptar a los señalados por el aumentar el costo ante el impuesto, ya que si la demanda disminuye

mercado, pudiendo tan sólo accionar sobre la oferta, es decir, dando a deberá conservar los productos en su poder, con el peligro de su deterio­

ésta una mayor o menor amplitud. ro o debiendo áfrontar el costo del almacenamiento. El ejemplo más

Conforme a esa premisa que caracteriza a todo mercado de libre notorio es el de la agricultura no organizada en forma de gran empre­

competencia, algunos autores deducen que, ante la aplicación de un sa. En ciertos casos, el agricultor no tiene la posibilidad o los medios

impuesto, el productor o empresario no podría alterar sus precios o sus económicos para almacenar sus productos perecederos, y ante sus ne­

remuneraciones, o sea, debería soportar la carga de dicho impuesto sin cesidades de dinero (y sólo a veces ayudado por créditos bancarios), se

trasladarlo hacia adelante (conf. Martín, ob. cit., p. 166). ve obligado a vender absorbiendo el tributo.

Otros especialistas sostienen que si el régimen es de concurren­


cia perfecta el precio de mercado tiende a un mínimo, de m~efa que 10.2. Mercado de monopolio.
la empresa no realiza beneficios extraordinarios. Siendo un elemento·
del costo, el impuesto sobre la producción se trasfiere ampliamente a Este tipo de mercado (y el del oligopolio que después veremos) ha
los compradores, especialmente a largo plazo. Lo mismo ocurrirá en el sido fuertemente favorecido por la globalización, sobre la base de la
régimen de concurrencia imperfecta, ya que el costo del productor cual las inversiones directas en el extranjero por empresas multinacio­
peor situado y cuya oferta resulta, con todo, necesaria, es el que deter­ nales se multiplicaron por diez entre 1950 y 1980. El afán de los distin­
mina el precio de mercado (ver Lucien Mehl, Elementos de ciencia tos países (especialmente de aquellos en vías de desarrollo) por atraer
fiscal, ob. cit., p. 251). inversión extranjera la ha tomado muy dinámica, y ha llevado, entre
Esta última teoría incluye el indispensable análisis del produc­ otras cosas, a que las empresas multinacionales, de poderío creciente y
tor marginal, es decir, de aquel que produce a mayor costo obteniendo constante, prescindan de las fronteras geográficas del país y tiendan a
un mínimo de ganancia. Si la ganancia del productor es la mínima, es autointegrarse cada vez más, tanto vertical como horizontalmente. Su
forzoso que traslade el impuesto, pues de lo contrario dejará de obtener dominio de los mercados se comienza a tomar inexorable y sólo pasa a
ganancias y no seguirá produciendo. Al trasferir este productor margi­ ser cuestión de tiempo. La estrategia generalmente se inicia cuando,
nal el impuesto, también 10 hacen los que obtienen ganancias superio­ mediante la política de alianzas o fusiones, las multinacionales pene­
res al mínimo (ver Villegas, Curso ... , ob. cit., p. 82). tran en el mercado con el nombre o en conjunción con una empresa
Estos fenómenos presentan variaciones, conforme se trate de pro­ local minoritaria. De tal manera, inician su proceso de dominación del
ductos o servicios según tengan demanda elástica odemanda rígid-a. mercado, a veces eliminando a los competidores hasta quedar en sole­
Se dice que la demanda es elástica cuando sufre modificaciones dad; en otras oportunidades, logrando ese mercado de monopolio (gene­
si S6 alteran los precios. Menos demanda si el precio es mayor e, in­ ralmente temporario) como consecuencia de la privatización de empre­
versamente, más demanda ante precios más bajos. Es rígida en el sas públicas, o bien, ocasionalmente, quedando en compañía de otros
caso de que no se modifique ante alteraciones de precios. pocos gigantes de similar poderío sin que falten las concertaciones en
Si la demanda de un producto es rígida, por corresponder a la políticas de precios, como, por ejemplo, el caso de las petroleras en la
satisfacción de necesidades ineludibles (el pan, el vino, la carne, las Argentina. El primer caso configura el monopolio, y el segundo, el
legumbres, etc.), el consumidor no tiene la posibilidad de renunciar a oligopolio. E!?() no quita que, en algunas ocasiones, se entablen feroces
la compra del producto aunque la incorporación del impuesto a su pre­ luchas entre los competidores (recordemos la guerra de las bebidas
cio 10 eleve. La traslación es casi siempre posible en los productos de cola ola: de loiédidcóiántés iniciada por NutraSweet) en las cuales las
alimentación, siempre que no se trate de poblaciones en extrema indi­ acciones de algunas empresas se encaminan no sólo a defender sus
gencia. En cambio, si la demanda es elástica, ya que el consumidor mercados sino también a evitar la supervivencia de sus competidores r
mediante guerras de precios y otros artilugios que, mientras duran,
puede renunciar fácilmente al producto, la traslación encuentra una
benefician a los consumidores (el beneficio Ímaliza ante el triunfo de
resistencia mucho mayor; es más dificil para los libreros, floristas,
alguno de los colosos). Aunque ya nos referimos a algunos de estos
fotógrafos, etc., trasladar los impuestos sobre el consumidor (conf.
temas en el capítulo Ul, conviene repasarlos ahora que examinaremos
Duverger,Instituciones ... ,ob. cit., p. 121). las distintas modalidades de mercados.
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 241
240 HÉCTOR B. VILLEGAS
lógicamente "venta por uno solo", en tanto que "oligas" se puede tradu­
El monopolio se configura cuando un solo empresario o produc­ cir como "poco". La conjunción de ambas ideas, formando la locución
tor constituye toda la industria de ese ramo. Este concepto requiere de "oligopolio", representa la noción de "venta por pocos". Según la defi­
dos condiciones: a) que el empresario o productor monopolista fabrique nición que figura en el Diccionario de la lengua de la Real Academia
mercaderías o bienes o, en su caso, produzca servicios que no tienen Española, se trata del "aprovechamiento de alguna industria o comer­
sustitutos; b) que otros empresarios o productores no puedan, noJes Cio por reducido número de empresas".
convenga o estén impedidos legalmente (caso de los monopolios legales, El oligopolio está situado en el lugar intermedio entre la libre
p.~., por privatizaciones) para fabricar las mercadel'ias o producir los
servicios de la empresa monopolista. competencia y el monopoJio.
Su significado queda explicado no bien se ponen de relieve sus
En tal situación, el empresario monopolista trata de lograr la
mayor utilidad en el menor tiempo posible, con lo que alcanza el deno­ características principales, a saber:
a) Hay un reducido número de vendedores, ante lo cual las polí­
minado beneficio óptimo mediante los precios de sus bienes o las remu­
ticas de producción y precio de cada uno de esos vendedores pueden
neraciones de sus servicios. Teniendo un control absoluto de la oferta.
o sea, de 19. cantidad de bienes o servicios producidos, el monopolista afectar el precio del mercado en su conjunto.
b) Cada empresa fabrica, produce o suministra un bien o servi­
puede también determinar el precio o remuneración que le permita
obtener ese beneficio óptimo. cio igual (no necesariamente idéntico), de manera que, en líneas gene­
A primera vista, pareciera que el monopolista no tiene inconve­ rales, en el mercado no puede haber a la vez más de un precio (o, a lo
nientes en trasladar el impuesto a los consumidores alterando el precio sumo, pequeñas diferencias de precio).
fmal. No obstante, a veces esto no ocurre, ya que el monopoJista, que e) Nadie priva a los oJigopolizadores de actuar con independen­
fijó el precio a voluntad para conseguir el punto ideal de obtención cia, pero no pueden ignorar la conducta de los competidores sin expo­
del mayor beneficio (punto de Coumot), observa que si aumenta el nerse a revanchas o represalias que pueden terminar en las feroces
precio trasladando el impuesto tendrá menos compradores, ante lo cual guerras empresarias que vimos respecto de los monopolios. Por ejem­
el beneficio disminuye. Esto no ocurre, sin embargo, con bienes o servi­ plo, si una empresa baja el precio, esto influirá en una parte importa.."l­
cios de demanda muy rígida (p.~., la electricidad). En conclusión, no te de los negocios de las demás empresas, que podrán tomar medidas
siempre será conveniente para el monopolista trasladar el impuesto, de desquite o librar batalla en otros ámbitos, como, por ~emplo, el de
pero no cabe duda de que lo hará si ello no resiente el número de de­ la publicidad. Los oligopolizadores prefieren no entrar en contiendas y,
mandantes. La regla es que el impuesto es trasferible por parte de más bien, tienden al consenso (que no siempre se da).
quien puede imponer su voluntad en las transacciones. lo cual se gene­ d) Es difícil que nuevos competidores entren en la actividad, lo
raliza para todas las modalidades de mercado (ver Lucien Mehl.Ele­ cual lleva a que los beneficios de la privilegiada posición oligop6lica
mentos.... ob. cit., p. 252). Para algún autor, la traslación bajo condi­ permanezcan durante largos períodos. Esta dificultad para los nuevos
ciones de monopolio tiende a ser menor que en un régimen de puede derivar de varills causas, entre eUas, que las empresa.~ que inte­
competencia. dado que, durante la etapa del punto ideal del mayor gran la actividad disponen en fuJ:m.a.~xc1usiva de algún récurso o privi­
beneficio, el monopolista puede formar un "colchón" (beneficios sobran­ legio esencial para ellas, como, por ejemplo, el caso de las empresas
tes o extra) que le ofrece la posibilidad de absorber parte del impuesto, telefónicas que se repartieron el mercado luego de que la empresa esta­
especialmente cuando el ingreso promedio sigue estando por encima tal fue privatizada en la Argentina. .
del costo promedio o promedio de gastos, aun con el impuesto (ver: Dadas estas condiciones, se obtiene el precio sumando las curvas
Groves, ob. cit., ps. 176 y ss.). Sin embargo, no siempre es aSÍ, y el de costo marginal de las empresas componentes, con lo que se obtiene
monopolista que logra el ansiado colchón generalmente no deja de de­ la curva de oferta en el mercado. Esto actúa recíprocamente con la
sear un colchón más grande, mullido y cómodo. curva de demanda para determinar el precio.
Una vez fijado el precio, si se da la posibilidad de que cada empre­
10.3. Mercado de oligopolio. sa pueda bajar el suyo sin desatar un inconveniente collflicto empresa­
rial, posiblemente logre mayores ventas. Pero como son muY pocas las
La palabra "oligopolio" es un término formado con dos palabras empresas que explotan la actividad y cada una de ellas ocupa una par­
griegas, a la manera de la palabra "monopolio". Ésta significa etimo-
242 HÉCTOR B. VILLEGAS . MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 243
'1.
te importante del mercado, es probable que Wla siga a la otra en la
I
a) Costos constantes. Se configuran en aquellos casos en que
rebaja, con 10 cual serán escasos los beneficios que obtenga la primera. cualquiera sea la cantidad de Wlidades producidas, el costo de cad~
El mismo razonamiento cabe si Wl impuesto que las afecta se crea o Wla de ellas permanece constante.
aumenta. Si rula empresa eleva su precio trasladando el impuesto, las La traslación, en este caso, depende de la mayor o menor elastici­
restantes tenderán a hacer lo mismo, siempre que la demanda presen­ dad de la demanda, de la modalidad de mercado en que se esté actuan­
te algún grado de rigidez. Al contrario, si la demanda del producto es do y del tipo de impuesto de que se trate.
moderadamente elástica (como en el caso de la telefonía celular en la Si, por ejemplo, suponemos una demanda elástica, un mercado
Argentina), los oligopolizadores pueden decidir absorber el impuesto y de libre competencia y la creación o el aumento de Wl impuesto especí­
el precio no variará, a menos que tal impuesto sea excesivamente gra­ fico al consumo ($ 100 de impuesto por Wlidad en vez de $ 50 anterio­
voso, de manera tal que el costo marginal salga de la brecha del res), el nuevo costo se agrega al anterior y el productor deseará trasferirlo
oligopolio. En este caso, pareciera no haber otro camino que trasladar para no perder rentabilidad;.pero si sus competidores absorben el im­
total o parcialmente el impuesto, subiendo el precio del producto. puesto y mantienen el precio, este productor verá que su venta dismi­
Un aspecto interesante de destacar en estos mercados es la incer­ nuye o desaparece. Ante ello, no le quedará otro camino que bajar su
tidumbre en que suelen caer sus integrantes. Cuando se produce el precio al nivel del de los demás oferentes, con 10 cual, en definitiva,
efecto "noticia" (se proyecta o se sospecha la aparición de un nuevo quedará incidido y no se operará la traslación.
impuesto o el incremento de uno existente), y mientras se está en dicho Todo 10 contrario sucederá ante casos de demanda rígida, en los
período de conjetura sin certeza, cunde también la falta de seguridad cuales, antes de que el equilibriO se establezca, los oferentes subirán sus
sobre la reacción de los otros oligopolizadores. Cuando el impuesto o el precios trasladando el impuesto.
aumento se establece pasa a ser un gasto conocido con precisión, afec­ b) Costos decrecientes. Se produce esta situación cuando, a ma­
tando a todas las empresas integrantes, pero subsiste la duda de cada yor cantidad de Wlidades fabricadas o suministradas, el precio unita­
una sobre el comportamiento de las restantes. Todo pasa a depender, rio de cada Wla de ellas desciende.
en primer lugar, de la elasticidad de la demanda, pero también influ­ En este caso, si se crea o se aumenta Wl impuesto que este pro­
yen otros factores, como el grado de interdependencia entre las empre­ ductor debe soportar y estamos en Wl régimen de libre competencia, es
sas, si las utilidades de los componentes de este mercado habían alcan­ probable que, si la demanda es elástica, opte por aumentar su rendi­
zado su beneficio óptimo antes del impuesto, etc. miento en lugar de trasladar el impuesto. En tal caso, los menores
Para conc1uír, resulta evidente que la condición de ser integran­ costos compensarán la carga impositiva adicional, y el negociante o
te de Wl oligopolio es ventajosa y generalmente facilita la traslación de suministrador de servicios tendrá la ventaja de no haber perdido clien­
la carga del impuesto, incrementando los precios y resultando los con­ tela y de mantener su rentabilidad, no obstante que para ello ha debido
sumidores quienes asumen el carácter de incididos, fenómeno que se sacrificarse al cargar con el nuevo impuesto y tener que trabajar más
da cada vez con más frecuencia en el proceso de la globalización. Las para conseguir la misma ganancia que antes. Al contrario, si la de­
megafusiones que se apoderan del mercado llegan habitualmente a manda de su producto o servicio es rígida (aWl aumentando los bienes
acuerdos sobre precios, de tal manera que, en la realidad económica, la sumini"trados), será hora de que este comerciante afortWlado amplíe
situación pasa aa$emejarse ala del monopolio. Si ese acuerdo no se ~ús instalacicmes (si puede) y venda más bienes durante el mayor tiem­
produce, comienzan los dramas de los oligopolizadores, cuya estrate­ po que pueda, tratando deformar el "colchón" del que habla Groves y
gia, antes que nada, consiste en adivinar de qué manera reaccionarán ante el peligro inminente de que Wl nuevo producto, más moderno,
los competidores (conf. Groves, qb.cit., p. 188), más de moda o con mayor publicigad, lo deje sin sus clientes.
Además, cabecons'iderar que en esta producción a costos decre­
cientes la traslación está condicionada al aumento de la población (ya
11. EL COMPONENTE "oosros".
que, aun con demanda rígida, la cantidad de demandantes puede lle­
gar a su techo), a mejoras tecnológicas (para que los costos sean cada
En el estudio de los factores que influyen en la realización de los vez más decrecientes) y, como dijimos, a que no cambie el gusto de los
efectos económicos tiene considerable importancia la valoración sobre consumidores.
si la producción de bienes y servicios se realiza a costos constantes, c) Costos crecientes. Es el supuestc de aquellos productores cuyo
decrecientes o crecientes.
costo crece con el aumento de la producción. Un ejemplo típico se da
244 H~CTOR B. VILLEGAS
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 245
con las empresas mineras, que, para aumentar su rendimiento, deben
hacer significativos gastos en exploración para buscar nuevos yaci­ En general, el impuesto a la renta puede afectar el funciona­
mientos.
miento de la economía de dos maneras. En primer lugar, puede modi­
En una situación hipotética semejante a las anteriores, o sea, en ficar la oferta de factores de producción disponibles para las empresas
un mercado de libre competencia con demanda elástica, nuestro esfor­ mercantiles. En segundo término, puede hacer variar las decisiones de
zado productor se verá en similares condiciones al que opera a costos
las empresas y, de ese modo, la demanda de factores. Asimismo, tales
constantes. Por descontado que este elaborador tendrá razones más
efectos habrán de alterar el nivel de ingreso nacional, su composición y
que suficientes para trasladar el nuevo impuesto o el incremento del
distribución. Y taldS cambios no solamente son significativos de por sí
que ya lo gravaba de antes. En primer lugar, porque esta carga
para el bienestar económico, sino que, además, pueden trasformar el
impositiva adicional es un nuevo costo que se agrega a los que ante­
riormente tenía, y en segundo lugar porque, a diferencia del caso ante­ módulo de la distribución del propio impuesto (conf. autor cit., Análisis
rior (costos decrecientes), no podrá compensar la suba impositiva con económico de los impuestos, ob. cit., p. 179).
un mayor número de unidades elaboradas o servicios prestados, ya que Esta provechosa y tan bien lograa;S} síntesis de Due sobre los
eno producirá un segundo aumento en el costo. Si resuelve producir' múltiples efectos económicos que en un país determinado puede ocasio­
menos, tendrá menos impuesto e igual utilidad que cuando trabajaba nar el impuesto a la renta, es nada más que la introducción del capítu­
más. Sin embargo, si la demanda es rígida, las cosas cambian, y se lo undécimo de la parte tercera de su espléndida obra sobre el tema.
podrá seguir incrementando la fabricación de unidades o la prestación Está continuada por las 20 páginas del resto del análisis, y, posterior­
de servicios, así <:omo también trasladar el impuesto y subir su precio, mente, se sigue con el ex~mCiJ. dé. miS1ll0 impuesto pero sobre las socie­
a] contar con la probabilidad fundada de que éstos serán requeridos y dades de capital (32 páginas), donde, luego de bosquejar el actual im­
adquiridos. puesto a dichas entidades en los Estados Unidos, dedica largas páginas
Esta traslación, para que sea a largo plazo, está condicionada a a los efectos económicos.
variables semejantes a las que condicionan ]a traslación en el caso de Estas menciones son suficiente demostración de los dos m~ores
costos decrecientes, o sea al aumento de la población, a innovaciones métodos con que se puede estudiar los efectos económicos según el im­
en el aparato técnico (para disminuír o eliminar el aumento en el cos­ puesto de que se trate.
to) y a que no se opere un cambio en las necesidades de los consumido-­ El primero de ellos consiste en tomar el sistema tributario vigen­
res (p.ej., ello sucedería si la mayoría de los automovilistas que usan te en un cierto país en un momento dado y analizar, caso por caso, cuál
nafta resolviesen pasarse al gas). es el efecto de los impuestos que 10 componen, poniendo al desnudo las
De todas maneras, este tipo de actividad a costos crecientes pue­
múltiples oportunidades en que los resultados deseados se neutralizan
de plantear una cuestión de política fiscal. El gobierno deberá analizar
o anulan entre SÍ.
cuidadosamente si se trata de trabajos que deben ser incentivados para
El segundo método consiste en realizar el examen, no sobre un
beneficio general; de ser así, será sensato no crear ni aumentar im­
sistema tributario nacional determinado, sino sobre cuáles son las más
puestos a los productores a costos decrecientes. Casos típicos son el de
importantes consecuencias que se puede esperar de los impuestos usual­
la minería en general y el del petróleo, de importancia estratégica para
mente utilizados en la actualidad, que, salvo excepciones, son los com­
el país. Son esforzadas y onerosas producciones que deben ser alenta­
ponentes de la generalidad de los sistemas impositivos de los modernos
das y no desanimadas por el componente impositivo.
países occidentales. Ellos podrían ser, por ejemplo, el impuesto a las
rentas de las personas fisicas y de las sociedades (sustancialmente dife­
12. EFEcTos SEGÚN EL TIPO IMPOsrnvo. rentes entre sí, aunque lo.; reg>.:!le 1a misma ley), los impuestos que
gravan el patrimonio en su totalidad o aquellos que lo alcanzan de
modo parcial (p.ej., impuesto inmobiliario, a los automotores y a otros
Dice John Due que los impuestos a la renta violan el principio de bienes), impuestos específicos yad valorem a los consumos, impuestos
la rentabilidad económica y producen consecuencias económicas que a las ventas en sus distintas modalidades. especialmente el impuesto
no se considera deseables. Ante ello, sus ventajas al considerarlos como al valor agregado, impuesto a la trasmisión gratuita de bienes, im­
una de las herramientas más adecuadas para el bienestar económico puestos a la circulación económica, impuestos sobre los ingresos bru­
quedan, en parte, contrarrestadas. .
tos (en realidad, una modalidad retrógrada de los impuestos a las ven­
tas, pero muy utilizados en nuestro país a nivel promcial y comuna}),
246 I HÉCTOR B. VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 247
I
impuestos aduane}o~ y a las actividades financieras, y gran cantidad
de impuestos al consumo recaudados mediante el sistema de la percep­ 13. MERcADO EN CONDICIONES DINÁMICAS.
ción en la fuente (gravámenes al gas, la electricidad, las comunicacio­
nes, los espectáculos públicos, etc.). Todo lo dicho sobre efectos económicos de los impuestos se refirió
Una vez seleccionado el elenco de gabelas más representativas y a ellos en una situación inmóvil (al igual que una fotograña) y para el
redituables, el examen debe ser amplio, pausado y sin apuros si preten­ supuesto de que se dieran las presunciones que obraban como condicio­
de ser total, aunque nada impide que se realicen investigaciones sobre los nes para que los efectos funcionaran tal como los describimos (ver pun­
efectos económicos de alguno o algunos impuestos en particular. to 9 de este capítulo). Explicamos también en su momento la utiliza­
Pero esto no es misión de las finanzas públicas. En páginas ción de la regla "coeteris paribus" (ver punto 6.1 de este capítulo), que
anteriores, expresamos que era utópico pensar en que alguien domina­ establece una situación ficticia porque en economía los factores evolu­
ra todos los aspectos de la actividad financiera, cuyo análisis exhaus­ cionan permanentemente. Tales condiciones y utilizaciones se hicie­
tivo debería llenar muchos tratados de varios tomos. No es ésta la fi­ ron, sin embargo, necesarias para intentar describir en detalle los fe­
nalidad de las F.P., sino el de abordar el fenómeno financiero en su nómenos en estudio.
concepción integralista para conformar una visión de conjunto (ver Regresando a la rea1idad, el estudioso halla fuerzas que dominan
cap. IV, punto 3.4). la trasformación de las estructuras económicas y dan lugar a situacio­
El presente tema es típico de la economía financiera (ver cap. nes ajenas al inmediato cálculo económico. Estos elementos coyuntu­
IV, punto 8), encargada de examinar especialmente tanto los aspectos rales tienen una profunda influencia sobre los fenómenos de la trasla­
microeconómicos como los macroeconómicos del hecho financiero, y, ción (Griziotti, p. 99).
entre ellos, preponderante mente los efectos económicos de los impues­ a) En un período de prosperidad en que la economía está pujan­
tos en particular. te la demanda es intensa, y, por tanto, la traslación de los impuestos
Por ello, quienes escriben sobre F.P. se limitan a brindar una por los vendedores a los compradores será extremadamente fácil.
serie de pautas muy genéricas, condicionales y relativas que a 10 sumo b) Todo lo contrario ocurre en un pertodo de crisis, en que la
servirán de premisas generales pasibles de investigaciones más pro­ economía está estancada y la demanda es inferior a la oferta. Aquí la
fundas. traslación se torna diñcil, y es posible que, si la crisis es grave, los
Así, expresamos sucintamente que un impuesto general sobre
vendedores, necesitando urgentemente dinero, acepten soportar total o
todas las riquezas imponibles es más dificil de trasladar que un im­
puesto especial que afecte a parte de las riquezas de la colectividad. parcialmente el peso de los impuestos.
Ello, porque en el caso de impuestos especiales, se puede producir una
traslación oblicua por parte de los productores (de bienes gravados a 14. AMORTIZACIÓN y CAPITALIZACIÓN DE LOS IMPUESTOS.
bienes no gravados). Un impuesto de monto bajo puede ser soportado
por los productores para no contraer la demanda, pero cuando el im· La amortización y la capitalización de los impuestos son dos fenó­
puesto es alto existe mayor tendencia a trasladarlo. menos contrarios producidos por la aplicación o derogación de un im­
Los impuestos irulirectos sobre la producción, venta, adquisición puesto sobre un inmueble o un bien de capital que produzca renta.
y consumo son los más trasladables, mientras que los impuestos direc­ a) La amortizaci6n consiste en que la aplicación de un nuevo
tos sobre el patrimonio y la renta 10 son menos.. impuesto sobre los bienes mencionados supra, disminuye su renta y,
Los impuestos extraordinarios que no serepiten son más 'difici- .
consigúientemente, su valor venal. Por ejemplo, un inmueble alquila­
les de trasladar que los ordinarios, los cuales, a1 irSe reiterando todos
do produce determinada renta anual (el importe del alquiler que paga
los años, crean una situación consolidada que ofrece mayores perspec­
el inquilino, menos los gastos de manutención del inmueble), pero, si
tivas de trasferencia. En el primer caso, la corta duración del período
en que se aplica el impuesto no es suficiente para hacer los ajustes surge un nuevo gravamen antes inexistente o se incrementa un grava­
necesarios a fin de adecuar un aumento de precio al ritmo del mercado. men preexistente, la renta del inmueble se ve disminuída. Como, a su
En el segundo caso, y en el curso de un período de larga duración, es vez, el valor venal de los inmuebles se establece teniendo en cuenta,
más factible efectuar esos ajustes y trasladar el impuesto sin que la entre sus pautas fundamentales, la renta que ellos producen, es lógico
suba de precios haga descender la demanda en forma desventajosa deducir que, a menor rendimiento, menor valor patrimonial.
248 HÉCTOR B. VILLEGAS

b) La capitalización, inversamente, consiste en el incremento que


se produce en el valor de un bien de capital, como consecuencia de la
supresión o disminución de un impuesto que gravaba su renta. Confor­
1
i
l
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS

mónica con los derechos y garantías que establece la Constitución na­


cional y con el ordenamiento jurídico vigente (casos "Compañía Argen­
tina de Construcciones SA", fallo del 7/5/85, en "Derecho Fiscal", t.
249

XXXIX, p. 75 ; "Aerolíneas Argentinas Sociedad del Estado", del 13111186,


me dijimos, rendimiento y valor venal están íntimamente relaciona­ en "Derecho Fiscal", t. XLII, p. 255).
dos, y a mayor renta, mayor precio del bien. Los más importantes casos de implicancia son los siguientes:
1) Partiendo de la base de que en los impuestos al consumo el
15. ClÚTICAS SOBRE FALLAS EN LA TEORÍA DE LA TRASLACIÓN. sujeto pasivo o contribuyentedejure trasfiere invariablemente la car­
ga impositiva a los consumidores en virtud de la traslación, la Corte
Reiteramos una vez más que la teoría de traslación y la de fenó­ ha rechazado la confiscatoriedad invocada por los sujetos pasivos (le los
menos económicos correlativos parten de modelos equilibrados en los impuestos indirectos al consumo (casos "Scaramella Hnos.c. Provin­
cuales se supone que una serie de factores queda inalterada. Esto origi­ cia de Mendoza", en "};'al!::.s", 15-78; "Fisco nacional c.Roberto Bosch
na agudas críticas de autores para quienes estos modelos pierden fácil­ S.A", en "Fallos", 170-180).
mente contacto con la realidad. García Belsunce critica esta postura, sosteniendo que la tnilsla­
Dice Carsten Welinder que la creación de un impuesto no signifi­ ción no se da inexorablemente como parte del proceso de distribución
ca que una posición equilibrada se reemplace por otra, sino que un de hecho de los impuestos en todos los casos, sino que depende de una
desarrollo económico cambia su dirección. Otra fana típica de una gran serie de circunstancias (autor cit., Temas de derecho tributario, p. 117).
parte de la teoría de la traslación es la que generalmente trata de solu­ Coincidimos con la crítica y creemos que la traslación o no de !~:3
cionar los problemas de la traslación impositiva mediante análisis par­ gravámenes se debe examinar en cada caso particular, por cuanto, a
ciales en vez de totales. Se examinan solamente los efectos de un im­ priori, es imposible decidir cuáles pueden ser o no efectivamente tras­
puesto en un precio -ya sea de una determinada mercadería o de un ladados. Esto significa que en un planteo de confiscatoriedad no cabe
factor de producción-, y no la influencia sobre la formación de precios descartar ningún tipo de tributo directo ni indirecto, puesto que lo que
y la distribución económica en su totalidad. Si se abandona la teoría interesa es la existencia de un perjuicio efectivo.
del equilibrio estático, no se puede hablar más de una teoría de la tras­ Este perjuicio efectivo se dará si en la realidad de los hechos el
lación en su verdadero sentido. La política impositiva llega a ser, por impuesto no pudo ser trasladado, mientras que, si la traslación se pro­
analogía con la política monetaria, la política aduanera., etc., uno de dujo, el perjuicio desapareció.
los factores que determinan la estructura y 111 coyuntura de la vida Es decir, no se puede confundir el concepto de "impuesto
económica. Con la ayuda de los interrogantes habituales, con la teoría trasladable" con el de "impuesto trasladado". Lo primero implica una
de la traslación solamente no es posible explicar defmitivamente cómo posición tomada de antemano, según la cual ciertos impuestos tienen
la imposición influye sobre la distribución de los réditos (conf. autor la cualidad de poder ser trfl~f... J':,-l(js: mientras que otros no ia tienen.
cit., Traslación y efectos impositivos, trabajo publicado en el Tratado Aquí está el equívcc') dé: ia Corte, que descarta la confiscatoriedad de
de finanzas, de Gerloff-Neumark, El Ateneo, Bs. As., 1961, t. 2, ps. impUestos indirectos por ser "trasladables", cosa que no siempre es así,
312 y ss., especialmente p. 314). como bien lo hace notar García Belsunce.
En cambio, el concepto de "impuesto trasladado" se refiere a una
situación de trasferencia impositiva que se ha configurado en la reali­
16. LA TRASLACIÓN Y sus EFECTOS JUR1DIC08. dad, con prescindencia del tipo de impuesto de que se trate.
y si el impuesto fue traspasado, ya no incidió efectivamente en el
No obstante ser la traslación un fenómeno económico, puede, en patrimonio, y no puede fundar una inconstitucionalidad por confis­
ciertos casos, producir una serie de consecuencias en el,mundo jurídico. catoriedad.
La Corte Suprema nacional se ha encargado de señalar esta co­ 2) Así como se puede dar la confiscatoriedad por la exorbitancia
nexión al expresar que, si bien la traslación impositiva es un fenómeno de un impuesto, igual situación se puede configurar cuando el exceso
regido por las leyes de la economía ("Fallos", 297-500), hay casos en los se origina por la presión sobre el contribuyente de un conjunto de tri­
cuales es necesario reconocer trascendencia jurídica a los efectos eco­ butos. Sobre este tema se debatió en las XIV Jornadas Latinoamerica­
nómicos de los impuestos, para arribar a una solución que resulte ar­
fo."

250 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS , 251


I
...
nas de Derecho Tributario. Conforme a lo que allí se decidió, el conjun­ del té. La Revolución Francesa tuvo, entre sus nume~osas causas, una
to confiscatorio de tributos no se puede integrar por aquellos que fue­ de carácter fiscal: altos impuestos, persecuciones fiscales, pobreza y
ron trasladados, ya que ellos no incidieron económicamente en el patri­ hambre en el pueblo frente a una corte dispendiosa y voraz. El levanta­
monio afectado (recomendación quinta). miento de N ápoles de 1777 fue influído notoriamente por el descontento
3) La traslación impositiva fue tomada por la Corte como funda­ popular que provoCó un impuesto sobre las frutas.
mento de una repetición fallada en favor de la repitente. Se trataba del b) Desde el punto de vista moral, muchas veces un sistema im­
impuesto provincial sobre los ingresos brutos, y el alto tribunal se basó positivo puede sacrificar parte de sus recaudaciones persiguiendo obje­
en que la contribuyente no pudo trasladarlo por no estar contemplada tivos de moralidad pública. Por ejemplo, cuando se establecen altos
su incidencia en el precio oficial del billete. Ante esto, el tributo provin­ impuestos sobre ciertas clases de consumo, como el del alcohol y el de
cial entró en colisión con la ley de coparticipación, por tratarse de un los cigarrillos. En muchas ocasiones quizá sería más provechoso man­
impuesto local que incidió sobre materia imponible ya sujeta a imposi­ tener impuestos de más bajo monto, con lo cual se estimularía el con­
ción nacional (caso "Aerolíneas Argentinas Sociedad del Estado c. Pro­ sumo y aumentarían las entradas, pero tratándose de productos noci­
vincia de Buenos Aires", fallo 13/11/86, en "Derecho Fiscal", t. XLII, vos, se tiende más bien a restringir su consumo. La influencia fiscal
p.255). sobre la moralidad y las costumbres de la población ya fue vislumbra­
4) También consideró en algún momento la jurisprudencia de la da por John Stuart Mill, quien en 1859, a] tratar los impuestos sobre
Corte que para la procedencia de la acción de repetición (por cualquier las bebidas alcohólicas, afirmaba que era deber del Estado -al selec­
causa que se intentara) el contribuyente debía haber soportado efecti­ cionar los gravámenes sobre el consumo-- considerar qué artículos
vamente la prestación tributaria, sin trasladarla a terceros. Incluso se eran decisivamente dañosos para la salud más allá de una moderada
exigió que el repiten te demostrara la inexistencia de la traslación para cantidad, y que la fuerte imposición sobre ellos era no sólo admisible
que la repetición fuera viable (caso "Mellor Goodwin", fallo del 18/10/ sino también aconsejable.
73, "Fallos", 287-79). e) Desde el punto de vista psicológico hay situaciones que el
Sin embargo, este criterio fue rectificado por el mismo tribunal Estado aprovecha para su objetivo fisca1. Así, cuando los impuestos al
en la causa "PASA, Petroquímica Argentina S.A", del 17/5/77 ("Fa­ consumo se incluyen en pequeñas dosis en el precio de las mercaderías
llos", 297-500, "Derecho Fiscal", t. XXVIII, p. 134), en la cual dijo que y el impuesto no se discrimina en las facturas dadas a los consumido­
el interés para repetir existe, con independencia de saber quién soporta res, éstos generalmente ignoran que están pagando tributos (así suce­
el impuesto. de con el IVAy otras gabelas). También son importantes determinados
Las situaciones mencionadas demuestran la trascendencia jurí­ momentos, como el de un súbito incremento patrimonial (p.ej., el caso
dica de la'traslación,.aJlte 10 cuaI no compartimos la posición de ciertos de quien gana una rifa o una lotería), en que la imposición práctica­
juristas que se encierran en la actitud irreal de pretender d~sentender­ mente no se siente. Por otra parte, ]a ignorancia del contribuyente
se por completo de la traslación, por considerarla económica y ajena a sobre los complejos fenómenos de la traslación puede también llevarlo
lo jurídico. . a la ignorancia de que ciertos aumentos de precios que soporta se de­
ben a que ha pasado a constituírse en el contribuyente de {acto de un
determinado impuesto. El profesor Puviani (Teorta ... , ps. 41 y ss.) ha
17. EFECTOS J."OLtncos, MORALES y PSICOLÓGICOS.
efectuado agudas observaciones sobre los efectos psicológicos de los im­
puestos. Entre sus muchas felices frases, no resistimos reproducir la
Si bien el impuesto surge de la voluntad upilateral del Estado, siguiente;pórla ironía que encierra: "De modo que el arte financista .
los hechos han demostrado la importancia que tiene la aquiescencia de ha dado prueba de un conocimiento exquisito del espíritu humano y
los particulares a la norma impositiva (Ahumada, Trp.tado ... , t. 1, también de un fino sentido de la ley económica del mismo medio, al
p.321). haber acercado el pago de una parte importante de los impuestos a un
a) Podemos, así, observar las importantes reacciones políticas buen número de aquellos momentos en que el contribuyente, bajo la
que han provocado en la historia los sistemas fiscales, produciendo fascinación de placeres inmediatos e intensos, dispone de los bienes
motines, levantamientos armados y verdaderas revoluciones sociales. materiales con una generosidad inusitada" (Puviani, ob. cit., p. 114).
La chispa que provocó la guerra de la independencia de los Estados
Unidos se debió a imposiciones sobre el comercio del papel, del vidrio y
253

CAPfTULOX
LOS INGRESOS TRIBUTARIOS EN PARTICULAR

PARTE SEGUNDA

OTROS TRIBUTOS

1. NOCIÓN DE TASA.

Según vimos anteriormente (cap. VIII, punto 5), dentro de las


múltiples clasificaciones de los tributos y de las innumerables con­
troversias al respecto, resultaba adecuada la clasificación tripartita
(impuestos, tasas, contribuciones especiales). Dijimos también que el
profesor Ataliba reformuló esta clasificación, dividiendo a los tributos
en vinculados (tasas y contribuciones especiales) y no vinculados (im­
puestos).
~ tasa es un tributo vinculado, o sea que hay un hecho
o circunstancia del contribuyente que se integra con una ac­
tividad o gasto a cargo del Estado que de alguna forma afecta
a dicho contribuyente. La obligación surge ante el mero goce
o aprovechamiento de servicios públicos por el obligado, sin
que interese su requerimiento de tales servicios ni su benefi­
cio como consecuencia.
La tasa es probablemente el tributo que mayores discrepancias
ha causado, y el que más dificultades presenta a los efectos de su ca­
racterización.
A nuestro ver, ha influído decisivamente para ello el arbitrio del
legislador, que en diversos países ha creado presuntas "tasas" caracte­
rizadas de disthtta manera, graduadas con criterios dispares, propor­
cionándoles nombres que no siempre responden a la realidad del insti­ n
tuto, recaudadas por organismos diferentes y mediante procedimientos
que nada tienen que ver entre sí. Otra explicación es la de que la tasa ji
es una prestación estatal que presenta gran similitud, desde el punto
de vista objetivo, con las prestaciones que dan lugar al pago del precio,
It
lo que dificulta extraordinariamente la aplicación de un criterio IDláni­ lit

memente admitido (coní. Valdés Costa, Curso ... , ob. cit., p. 141).

~
254 HIÍ!CTOR B. VILLEGAS :MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 255
...
La caracterización correcta de la tasa tiene importancia, no obs­ eminentemente tributaria, las tasas son prestaciones obligatorias, no
tante que, comparada con el impuesto, tiene escasa significación eco­ facultativas, y establecidas por ley. N uestrajurisprudencia, salvo al­
nómica. Bien dice Dino J arach que la tasa es un fenómeno financiero gunos casos excepcionales, también ha acljudicado a las tasas esa mis­
cuya escasa importancia presupuestal es totalmente desproporcionada ma naturaleza. con -las consecuencias recién señaladas. Entre los con­
con las grandes discrepancias a que ha dado origen (autor cit.,Finan­ tados casos jurisprudenciales que han sido fallados en contra de la
zas ...• ob. cit., p. 234). Pero no es menos cierto lo que con agudeza naturaleza tributaria de las tasas. podemos citar la sentencia dictada
señala Eusebio González: su progresiva desaparición de los sistemas por la Cámara Civil 11 de Capital de12114139 en la cual sostuvo que "la
tributarios estatales y su preferente utilización en los ámbitos locales tasa es institución administrativa más que fiscal" ("L.L. ", 1414170), y
(autor cit., Informe Nacional de España en las XV Jornadas Latinoo­ la de la Cámara 1!! de Apelaciones de Mar del Plata del 10/6/69, en la
mericanas de Derecho Tributario, Caracas. 1991, p. 16). En la Repú­ cual se manifestó que la tasa, a diferencia del impuesto, "es requerida
blica Argentina los municipios las utilizan en forma preponderante. por la administración pública en compensación del servicio particular
cubriendo con ellas gran parte de sus erogaciones, por la simple razón, que presta" ("L.L.", 136-1146).
en la cual más adelante ahondaremos. de "agotamiento de mate­ b) El señalado carácter de tributo toma esencial que la tasa pue­
rias imponibles" por Nación y provincias. da ser creada únicamente por ley. Esto, que parece elemental. ha sido
En otros países la cuestión también presenta importancia funda­ a veces dejado de lado por lajurisprudencia (ver "Fallos", 1. 225, p. 668;
mental, ya que los gobiernos departamentales están facultados para "L.L.". t. 37, p. 363) y provocado justificadas reacciones doctrinales
crear tasas pero no impuestos. Entre nosotros, se ha discutido (ver: Jarach, Curso superior de derecho tributarlo. Bs. As.• 1969, t. 1,
arduamente esta cuestión, aunque la posición predominante sostiene ps. 95 y 103).
la facultad municipal de crear también impuestos, 10 cual así ha sido c) Su hecho imponible se integra con una actividad que el
decidido por las modernas constituciones provinciales argentinas. Estado cumple y que está vinculada con el obligado al pago. La ac­
La mayoría de la doctrina coincide en afinnar que la tasa es un tuación estatal vinculante es el elemento caracierizador más impor­
instituto financiero más antiguo que el impuesto. pero. paradójicamente, tante para saber si estamos realmente ante una tasa. La Corte Supre­
sólo en tiempos presentes se ha logrado delimitar su concepto y otor­ ma de la Nación ha sostenido que es de la naturaleza de la tasa que su
garle el rango de una especie diferenciada entre los otros recursos tri­ cobro corresponda a la concreta, efectiva e individualizada prestación
butarios. de un servicio relativo al contribuyente ("Fallos", 234-663). Más ade­
A ello se suma que los conceptos de impuestos. tasas y precios en lante profundizaremos la discusión planteada en cuanto a las caracte­
la práctica se entrelazan y a menudo cambian de carácter. Por otra rísticas que deben tener estos servicios para dar lugar a legítimas ta­
parte, las denominaciones empleadas por la doctrina -evidentemente sas y especialmente en 10 relativo a la "individualización" de dichos
'\nfluída por el lenguaje de la legislación positiva de cada país- fre­ servicios (punto 3 de este capítulo).
cuentemente han contribuído a introducir serias confusiones Alguna doctrina, sin embargo, sostiene que la tasa puede surgir
terminológicas sobre este tema (Martín, Ciencia ... , ob. cit., p. 181). tanto de la prestación efectiva como de la "potencial" del servicio (así lo
propone el arto 16 del Modelo de Código Tributario para América Lati­
na (en adeJ,ante, M.C.T.A!...), con lo cual no coincidimos. La presta­
2. CARAC'TElÚSTICAS DEL TlUBUI'O "TASA!'. ción debe ser efectiva.
Otra cuestión que se puede plantear en relaci6n con la "actividad
a) No podemos olvidar queja tasa tiene carácte.t,tribqtario, o estatal vinculante" es la carga de la prueba sobre la efectividad o no de
sea. que el Estado la exige en ejercicio de su poder de imperio. la prestación del servicio.
Esta circunstancia es decisiva para diferenciarla del precio, aunque Tradicionalmente, la jurisprudencia sostuvo que la carga de la
muy importante doctrina a veces la pasa por alto. prueba con relaci6n a la prestación del servicio correlativo a la tasa
Respecto de este punto. nuestra doctrina más calificada ha inter­ correspondía al contribuyente (ver, p.ej., el fallo contenido en "J.A", t.
pretado que las tasas son una especie de tributo. Así, Adrogué, Jarach, 1966-I1, p. 528). En el caso "Llobet de Delfino, María T., C. Provincia de
Giuliani F onrouge y García Belsunce se han encargado de hacer resal­ Córdoba", del 28 de noviembre de 1969, la Corte Suprema nacional
tar su naturaleza tributaria, ::onsiderando que es erróneo sostener que afirmó que con respecto a una tasa de servicios por inspección veteri­
sean asimilables a los precios o a las tarifas. Siendo de naturaleza naria preventiva qUe cooró la provincia demandada, ésta no acreditó,
tf "¡'

..

256 HÉCTOR B. VILLEGAS


1
MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 257
como le correspondía, la efectividad de los servicios invocados. Esa cir­ e) Es elemento caracterizador, en cambio, el hecho de que el ser­
cunstancia -agregó la Corte- es suficiente para declarar la ilegitimi­ vicio prestado, que atañe al obligado sea divisible.
dad del cobro efectuado. La divisibilidad es necesaria, porque si el servicio qua da lugar a
No obstante la posición mencionada, fallos posteriores de tribu­ la tasa no se puede fragmentar en unidades de uso o consumo, será
nales inferiores han mantenidc la teoría de que el contribuyente debe imposible su afectación particular a persona alguna
probar la no prestación del servicio. J...si lo ha resuelto, por ejemplo, el f) La actividad vinculante debe ser realizada gratuita y obligato­
Tribunal Superior de Córdoba en los autos "Banco Social de Córdoba c. riamente por el Estado, salvo casos excepcionales. Esto es así porque se
Municipalidad de Córdoba. InconstituciunaHdad" (fallo del 5/8/83, pu­ trata de funciones y servicios de ineludible cumplimiento para satisfa­
blicado en "Diario Jurídico de Córdoba", nI! 316). Se ha sostenido allí cer las necesidades más elementales de la población y ya no se tolera
que no es cierto, por un lado, que los hechos negativos sean de iníposi­ su falta de cobertura por el Estado. Son necesidades esenciales, cons­
ble demostración y, Pl)l" otro, que el contribuyente pudo acreditar "in­ tantes, vinculadas existencialmente con el Estado y en principio d,." satis­
numerables indicios" de la no tli;:,stación del servicio, con posibilidades facción exclusiva por éste, aun cuando en ciertos casos muy es¡:;eciales
"acaso mayores" que el propio fisco. También cabe destacar fallos de es posible su delegación a particulares con estricto control estatal.
diversos tribunales del país según los cuales la presunción de legitimi­ La discusión respecto de esta característica de las actividades
dad de los tributos conlleva idéntica presunción en cuanto a la pres­ retribuídas con tasas se centra en el hecho de que, para alguna doctri­
tación de servicios, salvo prueba en contrario (ver punto 3.1 de este na, la actividad vinculante debe ser inherente a la soberanía estatal.
capítulo). Diversos autores se oponen a este criterio. Dino J¡;¡n~::hae pre­
d) Se afirma que dentro de los elementos caracterizantes de la gunta cuáles son, en la moderna doctrinl' constitucional y política, los
tasa se halla la circunstancia de que el producto de la recaudación sea fmes inherentes al Estod'J, y agrega que los cometidos de éste han
exclusivamente destinado al servicio respectivo. Así lo dispone el sufrido últimamentr: ana sustancial ampliación, y que nada impide
M.C.T.A.L., al afirmar, en su arto 16, que " ... su producto no puede que ciertos objetiv:Js considerados otrora como confiados exclusivamen­
tener un destino ajeno al servicio que constituye el presupuesto de la te a la actividad de los particulares sean hoy reconocidos como tareas
obligación ... ". El profesor Valdés Costa se halla desde antiguo en esta ineludibles del Estado (Análisis del Código Tributario para América
posición, y la ratifica en su moderno Curso ... , de 1996. Dice: "No se Latina, en "Impuestos", t. XXIX, p. 198. En igual sentido, Gabriel
concibe que se cree una tasa con destino a fines ajenos al servicio cuyo Giampietro Borrás, Las tasas en la hacienda pública, Montevideo, 1959,
funcionamiento constituye el presupuesto de la obligación". p.514).
Creemos, sin embargo, que una cosa es este tributo y otra dife­ La teoría opuesta sostiene que sólo los servicios inherentes a la
rente lo que el Estado haga con los fondos que mediante ese tributo se soberanía estatal pueden dar lugar a tasas. Tal concepción fue defendi­
recauden. da por Mario Pugliese (Le tasse nella scienza e nel diritto positivo
Una vez logrado el fin perseguido mediante la tasa, que es la italiano, Padua, 1930, pS. 63 y 64), aceptada por Ramón Valdés Costa
obtención del recurso, el tributo se agota en su contenido y cesa el incluso en su última obra (Curso ... , 21 ed., p. 147) y aceptada por el
aspecto fiscal de la actividad fmanciera, porque todo lo atinente al des­ M.C.TAL. (art. 16).
tino y administración del recurso ya obteIÚdo es materia de orden pre­ En cuanto a nuestra postura, aun adhiriendo en líneas generales
supuestario, y no tributario. Pensamos que en nada puede alterar la a la segunda postura, ha debido sufrir algunos matices diferenciadores,
esencia de un tributo el destino que se resuelva dar a los fondos obteni­ surgidos de las realidades que se han venido dando precipitadamente
dos, salvo que ese destino pase a formar parte de la r~ación legal del en los últimos tielll.r:-:.;;:;.
instituto, como sucede, por ejemplo, con el peaje. Por ello no coincidi­ La actividad vinculante del Estado puede estar constituída por
mos con la fórmula del M.C.T.A.L. en este aspecto IÚ con la opinión del los cometidos esenciales que hemos denominado funciones públicas
doctor Valdés Costa, para quien el punto "destino de los fondos" es ele­ (p.ej., administración de justicia, actividad legislatiya, defensa exte­
mento caracterizador y esencial de la tasa. Al contrario, coincidimos rior, orden interno, diplomacia, servicios consulares, etc.) (ver cap. 1,
con Ferreiro Lapatza, para quien las tasas son tributos "cu\Yo producto punto 3). Estas actuaciones se deben cumplir en forma tan ineludible y
debe ser empleado para fmanciar los gastos del Estado en general, sin perentoria que se identifican con la razón de ser del Estado, que hacen
afectaciones particulares" (autor cit., Curso ... , p. 358). a su soberanía, que son exclusivas e indelegables y cuya prestación es
, ~n

258 Hf:CTOR B. VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 259


...
en principio gratuita, lo que se puede alterar si el Estado resuelve uti­ como consecuencia de haberse verificado una actividad prestada por el
lizar su poder de imperio para exigir prestaciones a los individuos a Estado que de alguna manera afecte a dicho contribuyente.
quienes tales actuaciones atañan. Es respecto del alcance que se le debe asignar al servicio o activi­
Si respecto de receptores individuales de estas funciones el Esta­ dad justificante de laÚlsa donde se han observado mayores dificulta­
do resuelve modificar su gratuidad, ello es en uso de su poder de impe­ des, tanto para la doctrina como para la jurisprudencia, que han esgri­
rio, sobre la base del cual cobra sumas de dinero a estos receptores de mido posturas categóricamente disímiles, las cuales requieren un
actuaciones del Estado. Esos pagos son obligatorios y su denominación análisis realizado con la mayor objetividad y prudencia posibles. De la
más común es la de "tasas". posición que en defmitiva se termine adoptando surgirán conclusiones
Por otro lado, actuando en el mundo globalizado, las modernas y actitudes muy distintas, tanto por parte de los fiscos como de los
democracias occidentales han advertido que si el proceso no es acompa­ eventuales contribuyentes de las distintas tasas que integran la legis­
ñado por acciones de protección mínima para la comunidad, ésta se lación de un país, tanto a nivel nacional como provincial y, especial­
hallará expuesta a los peligros de la delincuencia, del hambre, de la mente, municipal.
ancianidad desvalida, de la falta de instrucción siquiera mínima, del Para tratar este tema, harto delicado, es necesario examinar tres
auge de la droga y de otros tantos costos imposibles de soslayar. de las principales teorias que se han esbozado al respecto.
Esto ha obligado a revisar conceptos. La nueva concepción hacen­
dística advierte que ahora la división entre servicios esenciales y 3.1. Prestación potencial.
no esenciales ya no depende de que los servicios hagan a la razón de
ser del ESUl,do oa su soberanía, ni de que su prestación sea exclusiva e Esta tesis admite que es suficiente la descripción del servicio y su
indelegable, sino de que se subordine al grado de prioridad que para la ofrecimiento a los vecinos para que surja la exigibilidad del tributo.
población llegan a adquirir ciertas necesidades. Basta con la real y concreta posibilidad de que la actividad estatal se
Hemos dado tal carácter a la seguridad social, a la instrucción en cumpla.
sentido amplio y a la salud individual y general de la comunidad. Se sostiene que es legítimo el cobro de la tasa desde el momento
Los modernos Estados de derecho, pretendiendo integrar un fe,­ en que el fisco impositor ha incurrido en erogaciones, a veces de alto
nómeno global que lleva Ínsita la desocupación, no pueden prescindir monto, para organizar la prestación de un servicio, el que estará "siempre
de suministrar obligatoria y gratuitamente tales servicios. No obstan­ listo" para cuando surja su requerimiento por los particulares.
te, ni la Constitución nacional ni las leyes fundamentales impiden que En otras palabras, no es imprescindible que el servicio se preste
dicha gratuidad pueda ser alterada en ejercicio del poder de imperio a un individuo en particular, sino que se halle adecuadamente prepa­
respecto de quienes son receptores, en mayor o menor medida, de estos rado para su uso (p.ej., la creación de un cuerpo de bomberos sostenido
servicios. Si así sucede, su prestación a ciertas personas con suficiente por un municipio o la existencia de una sala de primeros auxilios).
capacidad de pago torna equitativo y justo que el Estado trasforme la Para quienes se enrolan en esta posición, la exigencia inalterable
gratuidad en una cierta onerosidad. Las sumas que al efecto se cobran de que se verifique una efectiva prestación del servicio trasformaría en
coactivamente reciben habitualmente el nombre de "tasas". Por ejem­ ilusoria la recaudación de ciertas tasas cuya legitimidad es indudable.
plo, puede haber tasas por mantenimiento de higiene, inspecciones de Es así que resultaría imposible cobrar a cada uno de los vecinos el uso
salubridad, tareas de desinfección, recolección de basura, servicios que haga del alumbrado público, pues dependería, entre otras cosas,
cloacales, higienización de terrenos baldíos, ciertas prestaciones de del horario en que el contribuyente recorra o utilice la ciudad..
salud, ciertos tipos de instrucción o adiestramiento, etc. Guillermo Patricio Galli adhiere a esta posición con los siguien­
tes argumentos: "Por su parte, la doctrina se inclina por entender que
no es necesario que en el caso determinado se haya prestado efectiva­
3. EL PROBLEMA DE LA PRESTACIÓN DE SERVICIOS. mente el servicio al obligado al pago. En tal sentido, una vez abandona­
do [... J, el principio de la ventaja como elemento esencial o causa de la
Conforme dijimos al defmir la tasa (puntos 1 y 2 de este capítUlo), tasa, el análisis de este tributo no se basó en función de dicho beneficio,
la prestación de servicios es un recaudo esencial para la validez de esta sino sobre el servicio mismo que presta el Estado. Lo importante como
especie de tributo, que exige que la obligación del contribuyente surja fundamento del gravamen es la existencia de una organización admi­
11

MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 261


260 HÉCTOR B. VILLEGAS
Tributario realizadas en Venezuela en octubre de 1991, se afirmó: "Es
nistrativa que esté en condiciones de prestar el servicio que da origen a de la esencia de la tasa que el servicio estatal que constituye
la imposición del tributo". su presupuesto de hecho sea prestado efectivamente por la
Refiriéndose a jurisprudencia, el autor antes citado reconoce que Administración al contribuyente, aun cuando éste se resista
ésta ha tendido por lo general a interpretar que la tasa sólo se debe a recibirlo".
existiendo una efectiva prestación del servicio, particularizada en el Según esta postura, la prestación efectiva del servicio al contri­
contribuyente; ello es así por cuanto, al tratar la graduación del monto buyente es uno de los elementos caracterizantes más importantes para
de la tasa generahnente se ha enrolado en la comente que sostiene que distinguir a la tasa de las otras especies tributarias, particularmente
ella se debe en virtud de una ventaja preferencial acornada al obligado del impuesto. En caso de conflicto, la carga de la prueba de la efectiva
a su pago (C.S.N., "Fallos", t. 270, p. 468). No obstante, agrega que, prestación del servicio debe corresponder a la Administración.
sin embargo" tal principio se halla atemperado por distintos fallos, en Quienes adhieren a esta tesis hallan su respaldo jurisprudencial
cuanto reconocen la posibilidad del cohro del tributo con anterioridad a más sólido en el fallo de la C.S.N. en el caso "Cía. Química" (fano del 51
la actividad estatal, o bien, partiendo de ]a presunción de la legalidad 9/89, publicado en "Doctrina Tributaria" n~ 116, diciembre de 1989, ps.
de los tributos, i':O'1c1uy'"" en aquella de la efectividad de las prestacio­ 327 y ss.), especialmente en el voto ampliatorio del doctor Belluscio.
nes correspond:ier.tes, por 10 que en caso de impugnar la tasa por falta En el pronunciamiento de la Corte, entre otras cosas, se dijo:
de prestacié~l, corresponde a quien lo alega probar dicha omisión (S.C. "Que todos los precedentes citados suponen, empero, la
Bs. As., 22/3/69, "E.D.", 20, 542; 22/6/66, "E.D.", 20, 456) (autor cit., existencia de un requisito fundamental respecto de las tasas,
Recursos públicos, ps. 165 y ss. de la obra Manual de finanzas públi­ como es que al cobro de dicho tributo debe corresponder siem­
ros, especialmente, po. 207 y 208). pre la concreta, efectiva e individualizada prestación de un
Más recíen1:.emente, alguna jurisprudencia ha admitido la posibi­ servicio relativo a algo no menos individualizado (bien o acto
lidad de prestación potencial cuando, tratando el impuesto y la tasa, del contribuyente)"'.
ha afirmado ".. .que ambos tributos se diferencian en cuanto al presu­ Ese pronunciamiento, como se dijo, viene acompañado de una
puesto de hecho adoptado por la ley para poder exigirlo: la prestación ampliación que el doctor Belluscio realiza en su voto, agregando funda­
efectiva o potendal de una actividad de interés público que afecta al mentos propios a los expresados unánimemente por los cincos miem­
obligado en el caso de la tasa; el hallarse en una de las situaciones bros que integraban en ese momento la C.S.N. Lo manifestado por el
consideradas por la ley como hecho imponible en el caso del impues­ doctor Belluscio es lo que en genera] ha sido considerado como plena­
to" (fano "Nobleza Piccardo e.. Municipalidad de General San Martín", mente respaldatorio de la teona en examen.
S.C. Bs.As., 28/11195, publicado en "Periódico Económico Tnbntario", Cabe destacar que calificada doctrina ha concluído en que el ver­
22/4/96, p.17). dadero alcance del fallo emitido por la Corte en "Cía. Química", tenien­
El Modelo de Código Tributario para América Latina acepta que do en cuenta los precedentes citados por el máximo tribunal, se asienta
la tasa pueda surgir tanto de la prestación efectiva como potencial del en la idea de que "en la medida que haya una efectiva e indi­
servicio (art. 16). vidualizada prestación del servicio habrá una pretensión ará­
Dipo Jarach, entre otros, ha criticado esta modalidad, sostenien­ lida del cobro de la tasa".
do que tal tesis ha sido la defensa habitual de los municipios argenti­ De aceptar este criterio, caerían las tasas municipales que gra­
nos para justificar tasas recaudadas por servicios no prest#lcos. Afir­ van actividades com€~dales, industriales y de servicios ti otras añáJo- .
ma el mismo autor que le parece inaceptable que la tasa se pueda gas, toda vez que los order:.are~::;ntos tributarios (y, en especial, los
justificar en un servicio individualizado pero meramente potencial (au­ municipales) han delineado sus tasas describiendo servicios queefcc­
tor cit.,Análisis del Código Tributario para América'Latína, en "Im­ tivamente se suelen prestar pero que prescinden de lapartieula­
puestos", t. XXIX, p. 189). rización.
Sin embargo, cabe tener en cuenta la opinión de Sferco, que al
3.2. Pl"eStación efectiva y particularizada. analizar el pronunciamiento que nos ocupa expresa: "En rigor, la
clásica concepción administrativista de que el impuesto tie­
Esta tesitura exige la efectiva prestación del servicio particulari­ ne por destino rentas generales y en cambio la tasa va dirigi­
zado en el obligado. En las XV Jornadas Latinoamericanas de Derecho

.;j
,

262 HÉCTOR B. VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS P1BLICAS 263


...
da a retribuír servicios divisibles y mensurables en cabeza servicios de alumbrado, limpieza de calles, aguas corrientes
de cada uno de los contribuyentes, se ve hoy superada ante y desagües, se tiene en mira el interés de la colectividad" (au­
las actuales prácticas financieras, de suerte que es aceptado tor y ob. cits., 61! ed., t. 2, p. 1063).
que en orden al sostén de las necesidades públicas se admitan La doctrina trtoutaria ha seguido los lineamientos ya elaborados
servicios a modo de prestaciones de interés comunitario que por Miguel S. Marienhoff cuando, para poder establecer con precisión
resultan (in)divisibles en cabeza de determinados contribu­ la naturaleza de la relación que se crea entre el usuario de un servicio
yentes. De allí que lo que en realidad se estaría retribuyendo público y el Estado prestador, distingue los servicios públicos uti universi
constituyen servicios indivisibles (v.gr. seguridad, higiene, de los uti singuli. Así, concluye que, tratándose de servicios públicos
salubridad, moralidad, etc.), cuya destinataria es la colectivi· uti universi, la relación usuario-Estado es meramente "legal"; no es
dad en conjunto" (José María Sferco, Tasa retributiva y justicia nunca contractual, porque el usuario efectivo es "cualquiera del pue­
tributaria, en "Impuestos", t. XLVII·B, p. 2272 y ss.). blo", una persona indeterminada. El verdadero usuario no es el indivi­
duo sino la comunidad, sirviendo de ejemplo la policía de seguridad o la
3.3. Prestación efectiva del servicio descrito en forma amplia. inspección de bromatología.
En respaldo de esta tesis se ha dicho que "cuando el servicio
Quienes sustentan esta posición, a la cual adhiero, aseveran que que deba realizar el Estado ha sido instituído en ventaja o
el servicio debe ser efectivamente prestado, admitiendo que en a1gunos utilidad del particular, el mismo debe ser concretamente pres­
casos el tributo se cobra por un servicio particularizado, en tanto que tado a quien lo paga, pues la contribución del último recibe
en otras situaciones el servicio efectivizado debe ser evaluado en un su causa en el beneficio recibido; pero la situación difiere
contexto general. cuando el servicio ha sido instituído con finalidades de inte­
Es claro que la "tesis restringida" (prestación individualizada) es rés general, teniendo en mira la colectividad, pues entonces
aplicable a aquellas tasas en las cuales el administrado queda particu­ la tasa debe pagarse en tanto se lleve a cabo la actividad ad­
larmente alcanzado por el servicio. Así ocurre con el tributo que grava ministrativa prevista por la ley" (Tribunal Fiscal de la Plata,
la inscripción en el Registro de la Propiedad o en cualquier otro regis­ fallo publicado en "L.L.", t. 89, p. 434).
tro, la recepción de un documento de identidad, las diversiones o los Nos convence esta tesis, especialmente en materia de munici­
espectáculos públicos, los servicios de protección sanitaria, la publici­ pios, ya que éstos aplican asiduamente la tasa al comercio, la indus­
dad y la propaganda.. tria y las prestaciones de servicio, integrando su hecho imponible con
Distinto es el supuesto en que el Estado presta servicios que be­ actividades estatales no particularizables, según la tesis restringida.
nefician a toda la comunidad dentro de la cual se encuentran incluídos Pensamos que estos servicios que se describen con una cierta
los obligados al pago de ciertas tasas. No hay ahí "particularización vaguedad son pasibles de generar válidamente el tributo "tasa", en la
estricta", pero los obligados son aquellos a los cuales dichos servicios medida en que, efectivamente, se cumplan.
atañen en mayor medida, porque gracias a ellos ejercen actividades Esto encuentra fundamento en que los servicios descritos no se
que les reportan ingresos a veces considerables. deben considerar en forma aislada, sino conjuntamente.
En tales casos, se proporcionan servicios como la seguridad, la En el caso de los municipios, donde el problema es acuciante en
salubridad, la higiene, que no se hallan eatrictamente "particulariza­ virtud del "agotamiento de materias imponibles" por el ente cen­
dos", pero cuyo cobro,,comaemanación del poder fiscal4~lque están tral y los entes federados (provincias), el objeto de las actividades que
dotados los distintos niveles del Estado (y especialmente el municipal), describen estás t.asaS consiste en hacer lo necesario para lograr que las
resulta equitativo y adecuado. actividades lucrativas ejecutadas dentro de su ejido sean realizadas en
Enseña Carlos M. Giuliani Fonrouge que ''los servicios del forma ordenada, pacífica y segura. ¿Y qué hace el municipio para eso?
Estado se organizan en función del interés público, y no del Controla el buen estado de los locales comerciales, profesionales, in­
particular [•••]; cuando se inspeccionan comercios, estableci­ dustriales y de servicios en general, coordina el trasporte, ordena el
mientos fabriles o que desarrollan tareas peligrosas o insalu­ tránsito, numera las calles, da circulación en uno u otro sentido, regu­
bres, se atiende a circunstancias de seguridad colectiva, de la el estacionamiento, dispone que los automotores particulares no en­
salud pública, de higiene del trabajo. Cuando se organizan tren en el microcentro, impide que ciertas actividades insalubres,

__ ..
.,
264 HÉCTOR B. VILLEGAS 1

¡
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 265

malolientes o contaminantes se instalen en un cierto radio molestando a la colectividad (servicios uti universi). En cambio, la contribución
a comercios o a estudios profesionales (como podría ser un peladero de especial necesita de una actividad o gasto estatal que repercuta
pollos, un taller mecánico o un club de equitación). Es el municipio beneficiosamente en el patrimonio o en la renta del contribuyente.
quien controla que no haya locales ruidosos dentro de ciertos barrios y
quien ejecuta otras múltiples funciones, quizás no tan notorias ni visi­
bles, pero que constituyen las reglas básicas para la promoción, ejerci­ 5. DIFERENCIA CON EL PRECIO.
cio y progreso de las actividades que se gravan, las actividades comer­
ciales, industriales y de servicios. Si no es el municipio el que presta La tasa es el tributo más cercano a los ingresos de derecho priV&­
esta actividad, ninguna otra autoridad lo hace. do denominados "precios", y su distinción es un intrincado problema.
La conclusión de esta teoría 6S que siempre que se preste efecti­ La discriminación no encierra solamente una ~uestión práctica, sin f
)

vamente IDl servicio, éste puede dar lugar a la tasa, aunque no se que, al contrario, la adscripción de un ingreso en una u otra .:ategúr~a,
particularíce en una persona determinada, yen tanto esa persona constituye una premisa necesaria para resolver varias cuestiones prác­
realice actividades lucrativas imposibles de efectuar de no ticas. Por ejemplo, respecto del principio "solve et repete" (si se discutE.,
contar con los servicios básicos de una localidad organizada. la legitimidad de un tributo, primero se debe pagar y luego accionar
judicialmente), el cual, en los países en que rige, se aplica a tributc:z
pero no a precios. También hay diferencias de competencia en los
4. DIFERENCIA CON LOS OTROS TRlBUI'OS. nos judiciales o administrativos que resolverán las controversias, as'
como en la vía de ejecución para el caso de incumplimiento.
La diferencia más evidente con el impuesto consiste en la vincu­ Desde un punto de vista teórico, hay características propias esen­
lación de la tasa con una actividad estatal cuyas características hemos ciales e indiscutibles que distinguen nítidamente a las tasas de los
descrito, y que no existe en el impuesto. precios.
Se ha pretendido encontrar otras diferencias que no responden a El precio es Wl ingreso no tributario, cuya fuente jurídica raíl'.,
la realidad. Se ha argumentado, por ejemplo, que una diferencia es la ca en el acuerdo de voluntades entre el Estado prestador del servicio y , ~
ventaja que proporciona la tasa y que no existe en el impuesto. el usuario que paga por ese servicio.
Pero si bien es cierto que casi siempre el obligado obtiene prove­ La tasa, por su parte, es una de las especies del género tributo y,
cho del servicio que da lugar a la tasa, en otras ocasiones éste no se da como tal, halla su fuente jurídica en la voluntad unilateral y coactiva
en absoluto, 10 cual no altera la naturaleza de las sumas que debe del Estado, que impone al contribuyente el pago de una determinada
pagar el contribuyente por el solo hecho de realizar la actividad (p.ej., suma por la realización de una actividad o la prestación de un servicio
la tasa por sellado que paga quien tramita una autorización adminis­ con r~lación a ese contribuyente.
trativa que le es denegada, o la tasa de justicia que paga el perdidoso Las características enunciadas son tan tajantes en cuanio a la
en un juicio). distinción, que parecen presagiar (erróneamente, por supuesto) que no
Tampoco es nota diferenciadora el hecho de que la tasa sea vo­ habrá el menor problema para diferenciar tasa de precio.
luntaria, puesto que su cobro depende de que el particular demande El presagio es equivocado porque lo que en teoría es claro como la
el servicio. . luz del día, se sume en tinieblas cuando entramos en la noche de la
A veces es cierto que la tasa surge de la voluntariedad, en cuyo aplicación práctica. Desde este punto de vista, hallamos grandes difi­
caso se diferenciaría del impuesto por tal razón. Pero esta regla no cultades para discernir ::;¡ 'v'l;' ,1~t:.:!'rci!1ada prestación que se debe al
tiene valor constante. Se puede dar el caso de tasas exigidas con motivo Estado por la recepción de un servicio de parte de éste constituye una
de servicios que, si bien se particularizan respecto de una persona que tasa o un precio. Esta dificultad aflora en forma particularmente in­
debe pagarla, no dependen de su concreta solicitud. TallQ que sucede, tensa en el caso de aque]]os servicios monopolizados por el Estado que
por ejemplo, con el control de pesos y medidas, con las inspecciones de resultan imprescindibles a los ciudadanos para vivir con un mínimo de
tipo higiénico o con las tareas de salubridad y desinfección. decoro, o cuya demanda está impuesta por disposiciones legales. En
En cuanto a la diferencia entre tasa y contribución especial, la estos casos, el elemento voluntariedad que constituiría la fuente de la
primera requiere una actividad particularizada en el obligado (servi­ obligtción -en la hipótesis de que se trate de un precio- se desdibuja
cios uti singuli) o que de alguna manera le ataña, a la vez que beneficia totallo casi totalmente, por la circunstancia de que la demanda del
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 267
266 H~CTOR B. VILLEGAS
i
servicio constituye algo ineludible para el ciudadano y, por otro lado,
política del legislador, no pueden enervar el principio básico de que los
precios, a diferencia de las tasas y de las otras especies tributarias,
porque éste carece totalmente de posibilidades de incidir en la fijación
hallan su fuente jurídica en el acuerdo de voluntades entre el Estado
de las condiciones económicas del contrato (el cual sería un típico
prestador del servicio y el usuario o receptor de éste, así como tampoco
contrato de adhesión), lo que hace sumamente difícil identificar en
pueden llegar a invalidar la conclusión de que el elemento de distinción
la especie la existencia de un acuerdo de voluntades (conf. José Luis
Shaw, Tasas, precios e impuestos, Montevideo, 1993, p. 10). esencial entre la tasa y el precio es su diferente fuente jurídica: la
En definitiva, debemos reconocer que las trascendentes distincio­ voluntad unilateral y coactiva del Estaáo, en el primer caso, y el acuer­
nes teóricas basadas en si el acto estatal es o no emanación de sobera­ do de voluntades, en el segundo.
nía tropieza con insalvables dificultades, y se ha llegado a un punto en Por un lado, parece claro que, aun en el caso de contratos de
que no pasa de ser una plausible elucubración doctrinaria, que ni los adhesión, su celebración no significa que no exista acuerdo de volunta­
legisladores ni los tribunales han seguido mayoritariamente. des, el cual se manifiesta en la libertad del potencial usuario de contra­
El paso siguiente consiste en aceptar que, una vez más, la cues­ tar o no la prestación del servicio.
tión depende de la elección política del legislador y del régimen que se El problema se plantea, sin embargo, en el caso de aquellos servi­
haya decidido adoptar en cada país y en cada época. cios que resultan esenciales para el individuo, de los cuales no puede
En la República Argentina, la alternativa entre tasa y precio no prescindir para vivir con un mínimo de decoro, y que, además, están
está condicionada por la Constitución nacional, ni, en general, por COn­ monopolizados por el Estado. En ellos sí el elemento voluntariedad des­
ceptos ni calificaciones previas, los cuales no pasan de ser meritorias aparece total o casi totalmente, por la circunstancia de que la deman­
posiciones teórico-didácticas, que incluso, en muchas oportunidades, da del servicio constituye algo ineludible.
chocan con los regímenes legales. No obstante, la constatación de esta realidad no debe, a nuestro
Ello no obsta a la obvia afirmación de que se trata de dos institu­ juicio, llevarnos a concluír que existen precios cuya fuente jurídica no
tos diametralmente diferentes. es el acuerdo de voluntades sino la voluntad unilateral y coactiva del
La tasa incorpora una obligación ex lege de derecho público; el Estado, ya que ello constituiría una contradicción conceptual. En todo
precio, una obJigación ex contractu, normalmente de derecho priva­ caso, si efectivamente no existe libertad para decidir la utilización o no
do. Pero no se trata tanto de decir que tasa y precio sólo se pueden del servicio monopolizado, sea que esa falta de libertad responda a cir­
diferenciar una vez examinado el régimen jurídico a que está sometido cunstancias de hecho ineludibles o, más aún, responda a una imposi­
el pago en cada ocasión que se analice, sino que se trata, precisamente, ción legal, debemos reflexionar si realmente nos hallamos ante un pre­
de lo contrario. Tasa y precio son dos figuras jurídicas, dos técnicas, cio o si, por el contrario, no estaremos ante un verdadero tributo
dos instituciones que incorporan un régimen jurídico diferente. El le­ disimulado bajo la apariencia formal de un precio, el cual podrá ser
gislador, a la hora de elegir entre tasa y precio, deberá tener presente una tasa, un impuesto o aun Wla contribución especial, dependiendo
el régimen jurídico que tal elección predetermina y, en virtud del régi­ de los demás elementos que caractericen a la prestación del particular
men que desee establecer, ya sea el de la obligación ex lege o el de la
obligación ex contractu, y fundamentalmente teniendo en cuenta las y al servicio o actividad que realice el Estado.
A ello podemos agregar que, si se trata de actuaciones estatales
condicionantes constitucionáles a que está sometido el establecimiento que hacen a los cometidos esenciales del Estado (funciones públicas,
de un tributo, deberá efectuar su elección. La elección del tributo im­
plica privilegio.s para la Administración (posibilidad de ejecución me­ servicios esenciales), ellos deQerían ser prestados gratuitamente a quie­
diante vía de apremio administrativa, crédito preferente, fáctiltades nes r()s"reqUiel"én ti néCésitan. Si e11egisladoráltera la gratuidad y, en
probatonas especiales, etc.) y, como contrapartida, la intervención del base a su poder fiscal, resuelve cobrar el tributo "tasa" a los receptores
Legislativo en su establecimiento y los controles propios de los tributos o alcanzados de alguna manera por los servicios, queda automáti­
en su aplicación, pero no importa para la Administración los privile­ camente borrado el esquema contractual de los precios públicos. Ya no
gios del tributo (José Luis Shaw, Tasas ... , ob. cit., p. 26, con cita de se trata de convenciones, sino del ejercicio del poder de impe­
Ferreiro Lapatza en las XV Jornadas Latinoamericanas de Derecho rio que justifica la imposición de tributos.
Tributario, Caracas, 1991).
No obstante compartir la tesis anterior, debe quedar en claro que
las consideraciones realizadas, que supeditan la diferencia a la elección
268

6. GRADUACIÓN DE LA TASA.
HÉCTOR B. VILLEGAS
1 MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS

dado en virtud de una tasa no puede exceder del costo total (o, al me­
nos, parcial) de lo que al Estado demanda el servicio.
269

Si volvemos un poco para atrás y examinamos las posturas que


Nos hallamos ante uno de los temas más controvertidos del tri­
buto en estudio, que al dacir de Gal1i, y con razón, ha consumido "mu­
chas letras de tinta y kilos de papel" (autor y ob. cits., p. 214). La
cuestión que se discute eúnsiste en saber qué elementos deben incidir
I actualmente predominan en cuanto a la naturaleza de los servicios que
dan lugar a la tasa, podemos advertir cuán hijos está la posición anali­
zada de las finanzas actuales. Además, tanto el costo total como el
parcial resultan soluciones de imposible aplicación, toda vez que los
para establecer el monto que el contribuyente debe pagar en concepto autores no dan una explicación cierta y científica respecto del método
detasa. para determinar ese costo total o parcial y la fOl'IDa de distribución
VOOfllóS (;ytS.:es El)):: los eriterios sustentados sobre el punto: entre los contribuyentes (conf. Galli, ob. cit., p. 215).
a) Una pa.te de; la aoctrina (Seligman, Lafernere, Waline, Mehl, No obstante, esta posición fue la que, en algún momento adoptó
Van Houtte) sostiene que la ta.SIl debe ser graduada según el valor de la la Corte Suprema nacional, llegando a sostener que es de la "naturf'Je..
ventaja que por e: serricio obtia'W el obligado. A su vez, dentro de esta za de la tasa tener relación con el costo del servicio" ("Fallos". 201-545;
postura :G hqv una:.lÍmi~ad en ';'uanto al verdadero significado de tal 234-663). Claro está que ante las criticas adversas había debido reco­
ventaja. Para ¡!lgunos, ,;;;¡mo Seligman, el único criterio aceptable para nocer que la relación entre tasa y costo era "aproximada", aclaranao
graduar la tasa lE:S la ventaja t;\o::;i'ojetiva que el servicio presta a quien que "es imposible fijar con exactitud ese costo individual del agua
reclama su prestación, no teniendo mayor incidencia el costo de pro­ consumida, de la evacuación cloocal, de la basura recogida en el inte­
ducción. Se pone al ejemplo de ciertos servicios (como el de autentica­ rior de las propiedades o en las calles fronteras, de la luz que éstas
ción) que ¡;oco cuestan al Estado y en los cuales sólo el provecho obteni­ reciben, de la inspecci6n de policía higiénica o de seguridad, etc., y
do por el contribuyente puede servir de medida para establecer la por eso, para todos esos servicios se fijan contribuciones aproxim.a­
cuantía. Okos autores, como Pugliese, rechazan esta idea, y sostienen das, equitativas, que pueden dejar superávit en unos casos y déficit
que el quantum de la tasa debe ser determinado por la ventaja obje­ en otros, estableciéndose compensaciones en las cáZculOB hacendarios
tiva consistente en la utilidad que presuntamente considera el Esta­ más a menos acertados pero que los jueces no pueden revisar, siem­
r-
do que les proporciona a los contribuyentes el servicio por el cual pagan pre que dicho monto no resulte extorsivo ni absorbente del bien o de
la tasa. su renta en forma tal que se lo pueda calificar de confiscatorio en los
De obtener ventaja el particular, el tributo se individualiza; ella términos del arto 17 de la Constitución. nacional'" ("Fallos", t. 192,
puede ser un elemento a tener en cuenta en la fijación del monto, pero, p..139).
como no es característica esencial de la tasa -según hemos afirma­ Queda como saldo de esta posturajurisprudencial que la "rela­
do- la obtención de la ventaja, el criterio no será útil en todos los ción cc>sto-importe" no puede ser una igualdad matemática o equiva­
casos, por lo cual pierde su validez general. Tampoco es admisible sos­ lencia estricta, sino que debe existir una "razonable", "prudente" y "dis­
tener que en el caso de real obtención de provecho éste sea el único creta'" proporcionalidad entre ambos: términos (conf. Giuliani Fonrouge,
criterio valorable para la fijación de la cuantía. Por último, se debe Derecho fin.anciero, &' ~., ;4.::tualizada por Susana NavaTrine y Rubén
también tener en cuenta la dificultad en apreciar en cifras el provecho Asorey. Bs.As.• 1997, t. 2,.p. LÜ7ú, con ampliodetailede la evolución
objetivo y subjetivo que proporciona el servicio. jurisprudencial).
b) Otras teorias sustentan que la tasa se debe graduar por el e) Una tercera tesis sobre el tema, surgida también de la juris­
costo del servicio en relación con cada contribuyente. prudencia nacional, sostiene que aún sin prescindir de la relación de la
El primer expositor de la tesis fue el autor alemán Rau, a quien tasa con el costo del semcio prestado, puede también ser graduada en
siguieron otros prestigiosos autores, tales como De,.Niti de Marco y base a la capacidad contributiva del obligado.
Tangorra (referencia en Galli, ob. cit., p. 214). Estos fin anci stas par­ En el caso "Banco de la Nación Argentina c. Municipalidad de
ten del supuesto de que la tasa constituye una compensación especial San Rafael" (fallo del 16/5156, publicado en "Fallos", 234-663, especlal­
que paga un contribuyente por un servicio particular que el Estado le mentep. 681), la Corte Suprema nacional dijo que ltno se ha considera­
dispensa, y de que esa compensación debe restituír el costo de produc­ do injusto y se ha tenido más bien como equitativo y aceptable que
ción, fa sea total o parcialmente. Según estos teóricos, el total recau- para la fijación de la cuantía de la tasa retributiva de los servicios
270 HÉCTOR B. VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PúBLICAS 271
\,
públicos se tome en cuenta, no s610 el costo efectivo de ellos con rela­ puesto) y el principio de no afectación de recursos (los recursos no
ci6n a cada contribuyente, sino también la capacidad contributiva de pueden ser utilizados para gastos determinados).
los mismos representada por el valor del inmueble o el de su renta, a La Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que es
fin de cobrar a los menos capacitados una contribuci6n menor que la un instrumento jw,idico moderno (del 1 de octubre de 1996), adopta el
requerida a los de mayor capacidad, equilibrando de ese modo el cos­ principio de unidad del presupuesto en su arto 53, y en el arto 51 de su
to total del servicio público". Carta Orgánica prohíbe la afectación especial de ningún tributo, salvo
Como hace notar Giuliani Fonrouge, a partir de este fallo una excepciones y por tiempo determinado.
serie ininterrumpida de decisiones judiciales admite graduar la tasa La realidad actual de los distintos niveles gubernamentales y de
según "la productividad económica de la explotación" que determina y los municipios es que todos los recursos van a rentas generales. Mec­
soporta el servicio, o "la entidad económica de la actividad o del bien a tar el producido de cada servicio al costo de ese mismo servicio es total­
propósito de los cuales se presta el servicio", o "la capacidad económica mente imposible, a la vez que acarrearía situaciones injustas, porque
del contribuyente'>, o la "capacidad contributiva representada por el hay servicios muy poco productivos, como aquellos que atañen a la
inmueble afectado o el de su renta", variantes terminológicas que tra­ salud y a la educación de los más carenciados, que son absolutamente
ducen el mismo concepto. improductivos. Siguiendo la tesis que áhora desechamos, esos serviciós
No es dificil advertir -agrega Giuliani- cuán lejos estamos de no podrían ser prestados, ya que la tasa sería excesiva en relación con
las primitivas interpretaciones, y si bien sigue aludiéndose a la "rela­ el costo y resultaría de imposible pago.
ción de la tasa con el costo del servicio prestado", se trata de una fór­ En un fallo erudito, el doctor Joaquín Llambías descalificó con
mula vaCÍa de sentido y que más se conserva por apego a viejos concep­ dureza las decisiones jurisprudenciales que invalidaron tasas por juz­
tos, de los que cuesta desprenderse. En realidad, sólo se atiende a la garlas desproporcionadas con relación al costo de los servicios cuya
existencia de un servicio organizado o creado por el ente administrati­ compensación procurában. Y agregó lo siguiente: "Cuando los tribuna­
vo (no a la efectividad de su prestación y, menos aún, a favor del sujeto les de justicia realizan esa apreciación desnaturalizan su función e
de la prestación), y a que no resulten vulnerados los principios de igual­ invaden la órbita del organismo comunal. El costo de un servicio públi­
dad, entendido lato sensu, y de respeto a la propiedad privada (confis­ co determinado no puede ser medido por las cifras que en el presupues­
caci6n), que a esto se reduce la exigencia de razonabilidad del tributo to ocupa la oficina respectiva. El servicio lo presta la municipalidad, es
(autor y ob. cits., t. 2, ps. 1072 y 1073). decir, para que el servicio sea prestado es necesario que la municipali­
Estos conceptos también han sido sostenidos por Horacio García dad exista como tal, con el conjunto de todas las dependencias que la
Belsunce (Temas de derecho tributario, Abeledo-Perrot, Bs. As., 1982, integran y que son requeridas por la naturaleza propia de este órgano
p. 221) y atento la evolución de los hechos y del derecho, no podemos del Estado; el costo del servicio no es sólo el costo de la dependencia
sino adherirnos a ellos. Ante las realidades económicas e institucionales municipal que lo presta; es el costo de esa dependencia más el de una
y su influencia en el derecho, el teórico debe a veces dejar su lugar al parte proporcional al costo de este servicio calculada en el monto de los
pragmático y evitar de esa manera seguir sosteniendo nociones que gastos generalelil. quelletermina la existencia misma de la municipali­
quedan reducidas sólo á palabras pero que se vuelven huérfanas de dad" (falló de la cámara Nacional en lo Civil de la Capital, Sala A, del
contenido. 18 de agosto de 1959, caso: "Goñi, Juan, c. Municipalidad de la Capi­
Lo cierto es que la tesis de la proporción entre el costo del servicio tal", publicado en "Derecho Fiscal", t. X, p. 186, y trascrito en sus
y el monto del tributo tasa ha terminado por convertirse en una fic­ partes principales por García Belsunce, Temas de derecho tributario,
ción; el criterio debe ser sustituído por las nociones de razonabilidad y ps. 221 Ylls.).
prudencia, conceptos quizás vagos pero que otorgan a los jueces la posi­ AlIado de la importante doctrina y jurisprudencia que hemos
bilidad de no convalidar tributos en general (y, entre ellos, la tasa) que citado y aceptando el criterio de la capacidad contributiva (expresada
no se atengan a tales parámetros. en el ingreso bruto) se expide Héctor E. Villegas Ninci, quien, en refe­
Siendo la tasa un tributo y, por tanto, un ingreso financiero del rencia concreta a las tasas municipales, expresa: "Autorizada doctrina
Estado, no puede escapar de las regulaciones básicas del derecho pre­ ha sostenido que debe ser dejada de lado la tesis de la razonáble propor­
supuestario. Dentro de dichas reglas se hallan el principio de la uni­ ción entre el costo del servicio y el monto del tributo. Nociones de índo­
dad (todos los gastos y recursos deben ser reunidos en un solo presu- le práctica hacen definitivamente imposible llevar adelante un meca­
272 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 273
msmo que permita establecer con exactitud cuál es la proporción ade­ la capacidad contributiva integre la graduación, no nos resulta plausi­
cuada teniendo en cuenta el costo del servicio. La tasa municipal re­ ble en el plano teórico, pero no podemos cerrar los ojos a la realidad.
quiere para su graduación una prudente y razonable evaluación de la Nos parece acertado, por ende, el cuarto criterio pergeñado por García
capacidad contributiva del obligado, demostrada por (entre otros Belsunce y apoyado por José María Martín.
parámetros) los ingresos obtenidos por la realización de su actividad Pero tampoco podemos ignorar la aguda conclusión de Galli so­
comercial, industrial o de servicios. El Convenio Multilateral, al acep­ bre la cuestión. Dice este autor que, en la práctica, ellegisladol' no ha
tar expresamente que los municipios graven según los ingresos brutos entrado en tantas disquisiciones y ha estructurado el sistema de tass.s .
(art. 35, C.M.) ha puesto fin, al menos normativamente, a la discusión sobre una base totalmente pragmática, configur81.do la elección del
referida a si pueden graduarse las tasas municipales por la capacid&d método de graduación de la cuantía una verdadera opción política que
contributiva, ya que el ingreso bmto es un índice mediato de la mis­ queda librada a su prudencia, en tanto no afecte derechos constitucio­
ma" (autor cit., La tributación munir:ipal, trabajo publicado en "p..pli­ nales (autor y ob. cits., p. 218).
cación Profesional" nI! 22, mayo de 1998, ps. 3 y ss., especialmente p. 9).
d) Una cuarta tesis es la elabo:.ada por José María Martín (ob.
cit., p. 192) quien la denomi~a graduación según la cuantía glo­ 7. PRINCIPALES T.ASAS EN LA ARGENTINA.
bal; fue expuesta por García Belsunce en las Primeras Jornadas de
Tributación de la Cámara de Sociedades Anónimas en Buenos Aires, En nuestro país se ha utilizado la tasa en los niveles de poder
en junio de 1972 (publicada en "Derecho Fiscal", vol. XXII, ps. 1 y ss.). fiscal, aun reconociendo que en la realidad, y como antes dijimos, la
La idea consiste en considerar no sólo la capacidad contributiva experiencia confirma su progresiva pérdida de importancia en los sis­
del contribuyente sino, además, que el monto total de lo recaudado por temas tributarios de Nación y provincias y que su utilización es cada
la tasa guarde una razonable y discreta relación con el costo total del vez más acentuada p' '': los municipios, por diversas razones que se han
servicio público efectivamente prestado. Conforme a este criterio, si la expuesto de la siguiente liil,',nera Si las municipalidades han sido depo­
recaudación total o cuantía global de la tasa excede, más allá de lo sitarias de responsabilidades en cuanto a la prestaci~!! de servicios SLll
discreto y razonable, el costo del servicio elegido como causa de la tri­ la correlativa asignación de recursos; si la coparticipación llega tara""
butación, más la proporción que corresponda asignarle en los costos recortada y, en muchas ocasiones, neutralizada por supuestas com­
indirectos del organismo estatal, el contribuyente obligado podrá opo­ pensaciones de deudas; si no pueden crear impuestos análogos por los
ner la defensa de falta parcial de causa en cuanto a que con la suma compromisos asumidos por las provincias; si para favorecer la
que está obligado a pagar está retribuyendo otras actividades del Es­ globalización y bajar el costo interno deben reducir sus imposiciones
tado que aquellas indicadas en la norma legal como causa de su con­ tributarias; si las tafias il>ólo pueden ser cobradas ante la efectiva pres­
tribuci6n. tación individualizada de un servicio, y si los contribuyentes con capa­
En realidad, esta postura es una mezcla de los criterios de capa­
cidad contributiva eligen p~garle al Estado nacional o provincial en
cidad contributiva y la relación entre recaudación lograda mediante la
desmedro de su municipalidad, cabe la siguiente pl'egu.."lta; ¿cómo
tasa, con el costo total del servicio prestado dentro del cual se incluyen
logran los municipios solventar por sí solos las atribuciones
los costos indirectos del organismo estatal.·
mínimas necesarias para el desempeño de su cometido? (Vi­
Por nuestra parte, descartadas las teorías de la "ventaja" y de la llegas Ninci, ob. cito, p. 13).
"proporción entre el monto del tributo y costo del servicio", hemos sos­ Entre las tasas nacionales más importantes tenemos las por­
tenido en referencia a las tasas municipales que dicha contribución tuarias, las cobradas por servicios aduaneros especiales, las cobradas
está legítimamente graduada sies prudente y razonable y si, con lo por servicio de registro, las tasas consulares, por migraciones, por ser­
que se recauda por el conjunto de los ingresos, se cubren adecuada­ vicios aeronáuticos y, en fin, gran número de tasas diversas (ver su
mente los servicios a que se compromete la comuna vinculándolos a detallada descripción en Giuliani Fonrouge, Derecho ... , 6!! OO., 1. 2, ps.
tasas y dentro de un presupuesto equilibrado (Héctor B.Villegas,Prin­ 1074 y ss.).
cipales problemas de la tributación en las municipalidades de provin­ En el orden provincial, las principales tasas son aquellas re­
cias, trabajoll
publicado en "Revista Latinoamericana de Derecho Tri­ caudadas por los servicios prestados por los distintos-registros provin­
butario" n 4, 1998, ps. 45 y ss., especialmente, p. 58). Respecto de que ciales para diversos actos jurídicos, a$í como también son de importan­
..... "' ... ~~

MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 275


274 HÉCTOR B. VI LLEGAS
embargo, con la concepción amplia, dado que no se puede negar carác­
cia las tasas por actlÍación ante los respectivos poderes judiciales pro­ ter tributario a gran número de gravámenes que se adecuan a la con­
vinciales. tribución especial y que tienen vigencia legal en varios países, entre
En materia municipal hay una gran variedad de tasas en las ellos el nuestro. Nos limitaremos, sin embargo, a considerar las con­
casi 2000 comunas argentinas, ya que si bien generalmente pueden tribuciones de mejoÍ'aB y las llamadas parafiscales, entre las cuales
crear impuestos, tal posibilidad se ve obstaculizada -como antes ex­ tienen preponderancia las de seguridad social.
plicamos- por la ley de coparticipación y el agotamiento de materias Las contribuciones especiales tienen importancia porque la exac­
imponibles por Nación y provincias. Entre las principales podemos ción está vinculada con una ventaja, yeso crea una predisposición
mencionar las recaudadas por alumbrado, limpieza y otros servicios psicológica favorable en el obligado. Si bien la contribución especial es
sanitarios, por uso y ocupación de sitios públicos, por la concesión de un tributo, y como tal es coactivo, tiene relevancia la aquiescencia
sepulturas, por el arrendamiento de nichos, por la habilitación e ins­ lograda por la vinculación del gravamen con actividades estatales de
pección de hoteles, hospedajes, etc., y por la realización de diversas
actividades lucrativas, en especial las comerciales, industriales y de beneficio general.
N o obstante, hasta hace relativamente poco tiempo las contnbu­
prestación de servicios. ciones especiales no fueron objeto de mayores estudios por parte de la
doctrina financiera, circunstancia que se debía a que esta especie de
8. CONTRIBUCIONES ESPECIALES. CoNCEPTO.
tributos se hallaba prácticamente limitada a las contribuciones de
mejoras, las cuales, por otra parte, no revistieron nunca la importan­
cia de los impuestos o de las tasas. Sin embargo, en épocas recientes,
Son los tributos debidos en razón de beneficios indivi·
diversos factores, entre los que corresponde mencionar: a) las nuevas
duales o de grupos sociales derivados de la realización de obras
o gastos públicos o de especiales actividades del Estado. funciones asumidas por el Estado, y b) la descentralización de la admi­
Este tributo se caracteriza por la existencia de un beneficio que nistración pública moderna, que trajo aparejado que surgieran "teso­
puede derivar no sólo de la realización de una obra pública, sino tam­ ros" o "haciendas" especiales, es decir, no incorporadas al presupuesto
bién de actividades o servicios estatales especiales, destinados a benefi­ general, dieron lugar a la aplicación de un significativo número de
ciar a una persona determinada o a ciertos grupos sociales. Cuando se importantes contribuciones especiales. Como consecuencia de ello, a
realiza una obra pública (p.ej., una pavimentación), se produce --o así partir de la década del 50 la doctrina fmanciera ha producido una abun­
10 supone el legislador- una valorización de ciertos bienes inmuebles o dante bibliografía, especialmente en la forma de artículos o ensayos,
un beneficio personal de otra índole. Lo mismo ocurre en casos de crear sobre la naturaleza Y características de esta moderna clase de contri­
entes de regulación económica o para el fomento de determinada acti­ buciones.
vidad.
El beneficio es el criterio de justicia distributiva particular de 9. LA coNTRIBUCIÓN DE MEJORAS. NOCIÓN.
la contribución especial,puestoqtte entrañá una ventaja económica
reconducible a un awnento de riqueza. Sin embargo, el beneficio sólo Aquí, el beneficio de los contribuyentes deriva de obras públicas.
tiene eficacia en el momento de redacción de la norma, por cuanto en Cuando el ente público construye, por ejemplo, un desagüe, abre una
tal oportunidad el legislador "conjetura" que la obra, gasto o actividad ruta, pavimenta, ensancha o prolonga una calle urbana, suele haber
pública procurará una ventaja al futuro obligado. El beneficio se agota inmuebles cercanos que se valorizan, \:on el presunto enriquecimiento
\. jurídicamente en el pensamiento del legislador. del propietario. Atento a esa circunstancia, se estima equitativo gra­
En otras palabras: es irrelevante que el obligado obtenga o no. en var a esos beneficiarios, Yse instituye un tributo cuyo hecho generador
el caso concreto, el beneficio, en el sentido de ver efectivamente acre­ consiste en el conjeturado provecho obtenido por la realización de la
centado su patrimonio y. en consecuencia, su capacidad de pago.
Pero es necesario que el hecho que se tomó como productor del obra pública.
En nuestro país tuvo en algV.n momento gran importancia, pues­
beneficio sea idóneo para originarlo, ya que de lo contrario el hecho to que sirvió para el fi!1anciamiento de pavimentaciones Y la apertura
imponible será de imposible configuración y el tributo será inválido. de calles y caminos. A pesar de que en ciertas épocas la contribución de
Tradicionalmente se ha considerado que esta categoría tributaria que se trata fue ampliamente utilizada en nuestro país para financiar
está sólo integrada por la "contribución de mejoras". Concordamos, sin
276 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 277

obras públicas (en especial, pavimento de calles y caminos), hubo una Las leyes suelen establecer distintos procedimientos para f'ljar el
gran confusión en los tribIDlales en cuanto a su verdadera naturaleza. monto de la valorización, como, por ejemplo, el de la doble tasación
Así, mientras la mayoría de los fallos consideraron a las contri­ (antes y después de la obra), o bien recurrir a presunciones tales como
buciones de mejoras como auténticas manifestaciones del poder tribu­ la fijación de una alícuota proporcione] al valor del inmueble, presu­
tario del Estado, otros las clasificaron como carga real que grava los miendo que esa alícuota es indicativa de la valorización. Pero el méto­
inmuebles. A su vez, las sentencias, que correctamente habían otorga­ do más usado es el reparto del costo de la obra entre quienes se conside­
do a las contribuciones de mejoras IDla naturalezajuríilica tributaria, ra que han sido beneficiados, lo cual no siempre refleja la verdadera
no fueron, sin embargo, uniformes en lo que se refiere a la especie de valorización lograda.
tributos a que correspondían. Es así que tenemos tallos que las clasifi­
can como impues~:>s especiales, otros como tasas, e incluso otros que 10.3. Proporción razonable entre el presunto beneficio
las definen con? c. un precio o retribución de un servicio (ver mención y obtenido y la contribución exigida.
trascripción de los principales fallos sobre el punto en Martín, ob. cit.,
ps. 201 y 202). El importe exigido uetru;;e::: 1i~ecuadamente proporcionado al pre­
Después las contrihuciones de mejoras fueron siendo reemplaza­ sunto beneficio obtenido. Para detennL."'lar esta proporción lo más aproxi­
das por impuestos y perdieron gran parte de su trascendencia, pero, a madamente que resulte posible, las leyes de contribución de mejo1."as
esta altura de los acontecimientos, ya no se duda, ni en doctrina ni en suelen establecer tres pasos:
jurisprudencia, de q'-1e se trata de un tributo y no de un precio, y de 1) Se especifica cuáles son los inmuebles influídos o valorizados
que, dentni de los primeros, contiene elementos que distinguen la con­ por la obra pública. Para quitar vaguedad a este criterio se e¡¡¡tablecen
tribución d:! mejoras, tanto de los impuestos como de las tasas. bases concretas, como, por ejemplo, la fijación de un determinado lími­
te geográfico dentro del cual están comprendidos los inmuebles que se
10. E~"Tús. considera valorizados.
2) Se especifica qué parte del costo de la obra se debe financiar
Son los que mencionamos a continuación. por los beneficiarios.
3) Se establece cómo va a ser distribuída esa porción a cubrir
entre esos beneficiarios, para 10 cual se recurre a parámetros varia­
10.1. Prestación personal.
bles, como, por ejemplo, la diferencia de distancia en kilómetros o en
La obligación es personal, como sucede en todos los tributos. Se metros de cada inmueble en relación con la obra.
hace hincapié en esta cirCIDlstancia, porque en a1gW1as oportIDlidades Pero estos procedimientos sólo conducen a presunciones. Según
se ha sostenido que la obligación es del inmueble valorizado y no de su la jurisprudencia, lo que interesa es que la contribución sea graduada
propietario, lo cual es equivocado. en prudente y razonable relación con el presIDlto beneficio obtenido por
La obligación de pagar la contribución de mejoras nace en el el obligado, ya que éste es el elemento justificativo del tributo. Asílo ha
momento en que se finaliza la obra pública beneficiante. Si la propie­ resuelto reiteradamente la Corte ("Fallos", 130-161; 140-175; 142-120, etc.).
dad se vende estando la obra ya terminada, quien adeuda el gravamen
es el vendedor, pero si se fmaliza la obra después de la venta, el deudor 10.4. Destino de! producto.
es el comprador del inmueble valorizado. Así 10 ha reconocido nuestra
jurisprudencia en numerosos fallos ("L.L.", 75-582; 85-647; 73-257; Algunos autores consideran que forma parte de la esencia de este
"Fallos", 220-5). tributo que el producto de su recaudación se destine efectivamente al
financiamiento de la obra. El M.C.T.A.L. recoge este criterio al esta­
10.2. Beneficio derivado de la obra. blecer que "el producto no debe tener ún destino ajeno a la financiación
de la obra o las actividades que constituyen el presupuesto de la obliga­
El monto del beneficio surge de comparar el valor del inmueble al ción" (art. 17).
final de la obra con el que tenía antes de ella. En la práctica, sin em­ Concordamos con Jarach en sus criticas al Mod.elo. Dice este au­
bargo, es difícil determinar con lexactitud ese valor. tor (Análisis ... , p. 189) que es controvertible el requisito de la afecta­
I

A ,;l
2:78 HÉCTOR B. VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 279
1

dón del producto a l~ financiación de las obras, y que en la práctica ello


es imposible o inconveniente. Mucho más razonable -dice Jarach- es 11.2. Naturaleza del peaje.
la recuperación de los costos de las obras, para su utilización en el
fmanciamiento de otras obras futuras. Los autores disienten al respecto. Una primera corriente sostie­
No obstante, reconocemos que lo ideal es que los fondos de las ne que estas prestaciones son precios, y no verdaderos tributos.
contribuciones se destinen a fmanciar las obras productoras del benefi­ No obstante, la doctrina predominante ubica al peaje entre los
cio, lo cual ha dado excelentes resultados en el caso del peaje, que pasa­ tributos, pero sin acuerdo en el encuadramiento, porque mientras para
mos a examinar. algunos es tasa, otros creen estar ante una contribución especial, y no
falta quien sostiene que es un impuesto con fines específicos.
Pensamos que el peaje es genéricamente un tributo y que está
11. EL PEAJE. NOCIÓN.
específicamente comprendido dentro de las contribuciones especiales.
Es un tributo por ser una prestación pecuniaria que el Estado
Se denom:in'á "peaje" a la prestación dineraria que se exige exige coactivamente y ejerciendo su poder de imperio. Las vías de co­
por la circulación en una vía de comunicación vial o hi­ municación son bienes de dominio público, por naturaleza gratuitos.
drográfica (camino, autopista, puente; túnel, etc.). La alteración de esa gratuidad puede ser admisible ante determinadas
circunstancias especiales, y entonces el Estado, ejerciendo su poder de
11.1. Antecedentes. imperio, puede cobrar sumas de dinero por su uso particularizado.
Es una contribución especial porque hay una actividad
En la historia de la civilización hay numerosos ejemplos de dere­ estatal vinculante productora de un beneficio individual que
chos cobrados a los usuarios de vías de comunicación. Algunas veces el ciertas personas reciben como consecuencia del aprovechamiento de
producto se destinó a fmanciar la construcción y conservación de tales determinadas obras públicas de comunicación. El peaje, en su concep­
vías, ya que se entendió que, aun siendo ellas de interés general, era ción actual, se percibe ante la circulación en ciertos vehículos (automo­
justo que fueran pagadas por quienes las utilizaban. En otras oportu­ tores) en vías de comunicación de características peculiares. Se puede
nidades, sin embargo (y ello sucedió en la mayoría de los casos en la tratar, por ejemplo, de autopistas de alta calidad de diseño que
Antigüedad y en la Edad Media), significó simplemente uno de los di­ conectan puntos geográficos ya unidos por otras vías terres­
versos medios empleados para obtener recursos generales, ya sea para tres de comunicación. En tales casos, se ofrece a los conductores los
los Estados, los monarcas o los señores feudales. En este último carác­ beneficios de viajar en mejores condiciones de segurídad, de ahorrar
ter, el peaje funcionaba en realidad como una verdadera aduana inte­ tiempo y de un menor desgaste del automotor. En otros casos, el peaje
rior, restringiendo el derecho de tránsito. Los lugares de control y per­ se percibe en rutas construídas para unir zonas que antes no
cepCión se ubicaban en puntos estratégicos de vías naturales de lo estaban en forma directa, generalmente por problemas de altos
comunicación y la obligación de pago se originaba por el solo hecho de costos derivados de dificultades topográficas. El provecho que en este
circular sin que se ofreciera ninguna contraprestación justificativa; su caso se ofrece al usuário es el ahorro de tiempo y combustible que le
único fundamento era el dominio político del territorio por donde se significa transitar por la vía más corta. También se utiliza el sistema
debía transitar. de peafeen otras obras públicas de gran adelanto técnico (cier­
Lo reiatado llevó a este sistema a su desprestigio y extinción. En tos p~eJ1tes y túneles), q.ue sustituyen a formas anacrónicas o
la época moderna reaparecen los peajes bajo-otra cOncepcióh, esto es, se meno~perfectasdé tránsito (p.ej., él efectuado mediante barcos o
organizan sistemas de este tipo no para obstaculizar eltránsitO sino, al balsas), proporcionando ventajas innegables.
contrario, para facilitarlo e impulsarlo, utilizando los fondos recauda­
dos mediante el sistema de peaje en la construcción y conservación de 11.3. Su constitucionalidad en la República Argentina.
vías de comunicación.
En la actualidad el instituto se ha generalizado, y muchas im­ Nuestra Constitución nacional (arts. 9 y ss.) consagra expresa­
portantes obras públicas viales e hidrográficas de comunicación de di­ mente la libertad de circulación territorial. Esta garantía puede ser
versos países deben su existencia y mantenimiento al peaje. violada si el peaje se convierte en un instrumento obstaculizan te del
libre tránsito de personas y bienes por el territorio de la Nación.
280 HÉCTOR B. VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 281

El asunto fue motivo de preocupación doctrinal, y diversos espe­ nase escrupulosamente a la financiación, mantenimiento o adminis­

cialistas se ocuparon del tema. La conclusión casi unánime fue que el tración de la obra.

peaje, como contribución que dGbe satisfacer el usuario de una obra


pública de comunicación, no es violatorio del principio de circulación 11.4. Legislación sobre elpeaje.
territorial, siempre que respete ciertas condiciones. Concordamos con
la legalidad constitucional del peaje, y pensamos que las condiciúnes En la República Argentina, entre los actos legislativo8 más: im­
requeridas para su establecimiento son: portantes sobre la materia, podemos mencionar: la ley 14.385, d€: 1954,
1) que el quantum del gravamen sea lo suficientemente bajo y que autoriza a la Dirección General de Vialidad a ftiar tasas de p~aje
razonable en relación con los usuarios (es decir, los conductores de los para la utilización pública de vías de comunicación; la ley 15.275, da
vehículos comprendidos). De tal forma, el tributo no será una traba 1960, según la cual. ~'::tnte tiivere:n.s obras viales pí'ogramadas, ,o;; 1[••
económica a la libre circulaci6"'l. culta al P.E. a recurrir al peaje para concurrir financieram.FlD.te :;c ¡::u
2) que el hecho imponible se constituya por la sola circunstancia construcción; la ley provincial de Buenos Aires 6972, que inst:nu~'a ,",1
de circular los vehículos comprendidos, con prescindencia de otros as­ dicho Estado el sistema general de financiación de obras públiC?s me­
pectos relativos al contribuyente. Consiguientemente, la base imponible diante peaje, y la ley nacional 17.520, de 1967, que contiene norma;;
se debe fijar en función de las características de cada unidad vehicular específicas de regulación sobre "las concesiones para explotar ":¡b¡"as
utilizadora de la obra, y es inválido tener en cuenta otras circunstan­ mediante el cobro de tarifas o peajes".
cias, como el núme7'O de personas que viajan en los vehículos o la can­ El sistema se aplica en el túnel subfluvial "Hernandarias":. en el
tidad o valor de la mercaGería trasportada. puente Chaco-Corrientes y en otras rutas y autopistas.
3) que exista vía accesible de comunicación alternativa, aunque Actualmente la tendencia legislativa argentina consiste en ot.or­
no de la misma calidad de disefio ni de igual perfeccionamiento técnico, gar el peaje en concesión a empresas privadas, las cuales cobran su
aun cuando no sea directa. Es dificil justificar constitucionalmente el importe por delegación del Estado y se comprometen a constn-Ír e
peaje si su percepción se efectúa con respecto a una vía de comunica­ mantener las vías de comunicación.
ción que constituye el único y exclusivo medio para llegar a determina­
do punto geográfico.
4) que sea establecido por ley especial previa en cuanto a sus 12. CoNTRIBUCIONES PARAFISCALES. NOCIÓN.

elementos esenciales;
5) que sea producto de una ley nacional si la vía es interprovincial, Son las exaccione~ recabadas por ciertos entes públicos
pudiendo ser facultad provincial únicamente en cuanto a vías de comu­ para asegurar .su ihlanciamiento autónomo.
nicación situadas dentro de su territorio. Este tipo de exacciones ha ádqairido ~mamente 2TaIl imror­
No compartimos, en cambio, la opinión de la generalidad de los tancia, y bajo la denominación de "parafiscales" han aparecido contri­
tratadistas según la cual también es condición de constitucionalidad buciones destinadas a la previsión social, a cámaras agrícolas, entida­
del peaje que su producto sea exclusivamente destinado a cos­ des gremiales, centros de estudios, colegios profesionales, etc., o sea, a
tear la construcción y el mantenimiento de la obra. Por su­ entidades de tipo social o de regulación económica.
puesto que, conforme a la experiencia mundial (y también a la de nues­ Se dan generalmente las siguientes características en cuanto a
tro país),la financiación de estas obras de infraestructura mediante la estas exacciones: a) no se incluye su producto en los presupuestos esta­
concurrencia del sistema de peaje ha dado excelentes resultados y es tales (de la N ación, provincias o municipios); b) no son recaudadas por
aconsejable, pero si lo que está en juego es la posibilidad de que el los organismos específicamente fiscales del Estado (direcciones genera­
gravamen interfiera o no la libre circulación de bienes y personas, es les de recursos), aunque esto sufre una excepción con las contribucio­
indudable que la afectación del producto a la obra con respecto a la cual nes y aportes del sistema de seguridad social nacional en la Argentina,
el peaje se cobra en poco altera las cosas. cuyas recaudación y fiscalización están a cargo del organismo fiscal de
En tal sentido, se podrían dar ciertas situaciones (monto prohibi­ la Nación (la AFIP), lo cual veremos más adelante, y e) no ingresan en
tivo, graduación según el valor de los bienes en tránsito) que fulmina­ las tesorerías estatales, sino directamente en los enté's recaudaddres y
rían la libertad de tráfico territorial, aun cuando el producto se desti- administradores de los fondos. !

Jl¡
282 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE ~INANZAS PÚBLICAS 283
....
I
12.1. Naturaleza de la parafiscalidad. 14. RtGIMEN ARGENTINO DE SEGURIDAD SOCIAL.

No hay uniformidad en relaéión con la naturaleza jurídica de


Este régimen puede ser definido como el conjunto de normas,
estas contribuciones. Morselli (Le point de vue th¿orique de la
principios y técnicas que protegen a la población desde el momento de
parafiscalité, en "Revue de Science Financiere", 1951, p. 100) sostiene
la concepción hasta la muerte, intentando cubrir las diversas contin­
que las exacciones parafiscales no son tributos. Dice que el tributo gencias valoradas como socialmente protegibles. De allí que el campo
tiene un carácter esencialmente político, mientras que estas contribu­
de acción abarque distintos rubros, tales como jubilaciones de trabaja­
ciones responden a exigencias económico-sociales. Giuliani Fonrouge dores dependientes o autónomos, pensiones por vejez, invalidez, enfer­
(Derecho ... , 6!! ed., t. 11, p. 1098) sostiene que son tributos y las hace­ medad, riesgos ocupacionales y compensación por desempleo.
figurar como "contribuciones especiales", oponiéndose al término También ha sido definido como el "conjunto de medidas adopta­
"parafiscal". En tanto Duverger (Instituciones ... , p. 86) dice que estas
das por el Estado para proteger a los ciudadanos contra aquellos ries­
contribuciones son "impuestos corporativos", Lucien Mehl afirma, al
gos de concreción individual que jamás dejarán de presentarse por óp­
contrario, la diferencia de la parafiscalidad con respecto al impuesto.
tima que sea la situación del conjunto de la sociedad en que viven".
El provecho del impuesto -dice MehI- se distribuye sobre la colectivi­
Asimismo se define el término "seguridad social" en relación con
dad en su conjunto, en cambio, en materia parafiscal, el provecho es para
su campo de acción, diciendo que abarca los seguros sociales (pensio­
un grupo delimitado profesional o social (Mehl, Elementos ... , p. 201).
nes por vejez, invalidez, supervivencia, así como por enfermedad y
Nosotros pensamos que en la República Argentina son verdade­
maternidad, riesgos ocupacionales y compensación por desempleo), las
ros tributos, sin que interese demasiado indagar a qué especie pertene­
asignaciones familiares y los programas de asistencia social y salud
cen. Fundaremos esta opinión en el punto siguiente, referido a la más
pública
relevante forma de parafiscalidad. La seguridad social argentina está organizada en varios subsis­
temas, a fin de dar cobertura a las distintas contingencias sociales.
13. !.APARAFISCALIDAD SOCIAL. Los principales son:

Está constituída por los aportes de seguridad y previsión Contingencia Subsistema


social que pagan patrones y obreros en las cajas que otorgan Enfermedad Obras sociales
beneficios a trabajadores en relación de dependencia, aportes
de empresarios a cajas que les otorgan beneficios y aportes de Constituci6n y expansi6n Asignaciones famílíares
trabajadores independientes en general, entre ellos los profe­ familiar
sionales. Desempleo" . Sistema integral de
Estos aportes se traducen en beneficios que reciben algunas de
prestaciones por desempleo
estas personas, los cuales consisten en jubilaciones, subsidios por en­
fermedad, accidente, maternidad, muerte, cobertura integral de la sa­ Vejez, invalidez y Sistema Integrado de
lud, etc. faHecimiento Jubilaciones y Pensiones
La importancia fmanciera de estos ingresos es enorme en los
Estados modernos. Una idea de dicha importancia la da el hecho de Desde el punto de vista financiero, interesa referirse al llamado
que en Francia, por ejemplo, el conjunto de aportes a las cajas totaliza Sistema Único de Seguridad Social (S.U.S.S.), el cual fue creado por
más de la mitad de los ingresos fiscales del Estado. En nuestro país, los decreto 2484/91. Se enmarcó dentro de los sistemas de seguridad social
importes en concepto de aportes y contribuciones del sistema de segu­ con base contributiva, ya que su principal fuente de financiamiento la
ridad social totalizan sumas que superan los montos de algunos de los constituyen las imposiciones sobre salarios o ingresos (aportes perso­
más importantes tributos nacionales. nales, contribuciones patronales y recursos fiscales). Mediante la mis­
ma norma (decreto 2484/91) se unificó la recaudación, creándose la
284 H~CTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 285
Contribución Única Unificada de la Seguridad Social (C.U.S.S.), cuya do de capitales alimentados con los fondos de los futuros jubilados, con­
recaudación, fiscalización y ejecución fiscal corresponden a la D.G.l. forme a las inversiones de las administradoras de fondos dejubilacio­
A partir de 1994 componen el Sistema de Seguridad Social los nes y pensiones (AF.J.P.). El S.l.J.P. abarca, en un único cuerpo nor­
siguientes rubros: mativo, tanto a los trabajadores en relación de dependencia como a los
1) Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (S.I.J.P.) (ley autónomos (ley 24.241). No obstante, las disposiciones de las leyes 18.037
24.241). (t.o. en 1976) y 18.038 (t.o. en 1980) y sus complementarias continúan
2) Asignaciones familiares. aplicándose supletoriamente, mientras no se opongan O sean incompa­
3) Fondo N acional de Empleo (F.N.E.). tibles con la ley 24.241, y en todo 10 que ésta no prevé (art. 156).
4) Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensio­
Por otra parte, es digno de destacar que, según este último cuer­
nados (l.N.S.S.J.P.) (ley 19.032).
po normativo, se pennite al afiliado optar entre el régimen dejubila­
5) Obras sociales, induída la Administración Nacional del Segu­
ro de Salud (A.N.S.S.A.L.), ción a cargo del Estado u otro, de características mixtas -públicas y
privadas-, donde sus aportes se acumulan en un fondo a su nombre
que es administrado por ]e.::; AF.J.P. J.J primer régimen se lo denomi­
14.1. Sistema Integrado de Jubilaciones :y Pensiones (SJ.J.P.). na "de reparto", mie;:l~ras que el segundo es de "capitalización".
Dentro del panorama de la seguridad social, su espina dorsal Conforme a la ley 24.241, algunos de los sujetos comprendidos se
está co!lztituída por el sistema aludido. deben afiliar en forma obligatoria como trabajadores en relaclón de
Desde hace varios años, el marco legal regulatorio de las jubila­ dependencia (art. 2, inc. a). Otros deben hacerlo también obligatoria­
ciones y pe.'lsiones argentinas está representado básicamente por dos mente, pero en calidad de autónomos (art. 2, inc. b), y algunos podrán
leyes. adherir como autónomos de afiliación voluntaria (art. 3). Finalmente,
La ley 18.037, del 30/12/68, estableció un régimen previsional algunos sujetos quedan al margen de las disposiciones de esta ley (art.
aplicable a los trabajadores en relación de dependencia, mientras que 4). En cuanto a los empleadores, ellos deben practicar en las remune­
la 18.038, del 30/12/68, dispuso un régimenjubilatorio para los traba­ raciones los descuentos correspondientes a los aportes del personal a
jadores autónomos. sus órdenes y depositarlos a la orden del S.U.S.S. (art. 12, inc. e, ley
El sistema vigente era el Uamado "de reparto", por el cual el fisco, 24.241). En la misma forma y al mismo organismo les corresponde
mediante las diversas cajas de jubilaciones, recaudaba los aportes y ingresar las contribuciones a su cargo (art. 12, inc. d, ibid.). Por últi­
contribuciones de los empleadores y trabajadores en relación de depen­ mo, los trabajadores autónomos obligatorios y aquellos que volunta­
dencia y los aportes de los autónomos. Con dichos recursos pagaba las riamente ingresaron en el régimen deben realizar el aporte que indica la.
jubilaciones a los pasivos. Este sistema entró en quiebra a partir del ley, el cual también será ingresado rcr medio del S.U.S.S. (ad 11,ibid.).
año 1990 y las cajas jubilatorias comenzaron a mostrar alarmantes
déficit, lo cual se tradujo en el atraso en la concesión de beneficios y en
montos ridículamente bajos de jubilaciones y pensiones a quienes en­ 15. NATuRAtEZA i,l:g LOS APORTES Y CONTRIBUCIONES PREVISIONALES.
traban en la pasividad. Hay quienes alegan, erróneamente, que el co­
lapso se debió a la evasión. Pero ello no es así. Como bien recuerda Se ha planteado la discusión sobre si las sumas a ingresar con
Haddad, la causa tuvo razones políticas. Los gobiernos se apropiaron destino a la seguridad social revisten el carácter de tributos.
de los fondos de estos organismos, lo cual data de hace más de veinte La doctrina española es terminante en cuanto a que ambos con­
años (Jorge E. Haddad, Ley Penal Tributaria comentada, Depalma, 1'" ceptos son claramente diferenciables. Al comenzar el art. 349 de la ley
ed., Bs. As., 1991, p. 23). española, los autores afirman que la propia noción de "tributos", nece­
Ante tal situación se dictó la ley 24.241 ("B.O:~. 18110/93), que sariamente concebida como un elemento normativo del arto 349, debe
instauró el actualmente vigente Sistema Integrado de Jubilaciones y ser interpretada en su significación técnico-juridica en derecho tribu­
Pensiones (S.I.J.P.). tario, que excluye de su ámbito las cotizaciones a la seguridad social.
En este sistema no sólo se intenta revertir los aspectos más nega­ A ello se agrega lo siguíente: "Según se ha destacado fundamen­
tivos del régimen previsional precedente, sino que, además, se busca talmente en la doctrina tributarista al analizar el del'!to fiscal, desde
un fin macroeconómico interesante, cual es el desarrbllo de un merca- una perspectiva sustancial las cotizaciones de la seguridad social pue­

fP" .,­
286 ... HÉCTOR B. ViLLEGAS 287
den ser asimiladas a las cuotas tributarias debidas a la hacienda pú­
blica. Ahora bien, es evidente que, al tratarse de conceptos perfecta­
mente diferenciados desde el punto de vista jurídico-formal, las cotiza­
ciones de la seguridad social no podían en modo alguno ser integradas
en el tipo de defraudación tributaria del art. 39" (Carlos Martinez Buján
Pérez, Los delitos contra la hacienda pública y la seguridad social,
Tecnos, Madrid, 1995, ps. 80 y 84).
CAPÍTULO XI
En la República Argentina no está suficientemente discutido este
tema, aunque se debe hacer notar que una de las mayores diferencias SISTEMAS TRIBUTARIOS
marcadas por la doctrina española consiste en el destino de los fondos,
ya que en España lo recaudado por tributos ingresa en la hacienda
pública, mientras que las cotizaciones de la seguridad social van a 1. NOCIONES GENERALES.
otras arcas especiales que cubren los beneficios previsionales. En nues­
tro país,la fiscalización y la recaudación han sido unificadas en manos Ya establecido en capítulos anteriores que los recursos más im­
de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), aun cuando portantes en la vida de los Estados modernos son los que derivan de la
luego se hagan las respectivas distribuciones de fondos. actividad fiscal y consisten en los ingresos tributarios, así como deli­
Arístides Corti no tiene duda alguna de que los aportes neadas nociones de sus aspectos más relevantes, corresponde ahora
previsionales son tributarios, sosteniendo que científicamente las con­ realizar el estudio de dichos ingresos, pero no considerándolos en sí
tribuciones de la seguridad social son tributos específicamente mismos sino en su conjunto, como partes integrantes de un ordena­
impositivos, tal como lo reconoce la mejor doctrina (Corti, Calvo y Sferco, miento nacional.
Un primer acercamiento, a trazo grueso, al nuevo régimen penal tri­ Por eso, los estudios sobre sistemas tributarios resultan indis­
butarlo, en "Impuestos", t. LV-A-863). pensables, y tienen por objeto examinar el conjunto de tributos de un
En su apoyo, Corti cita la opinión del maestro Dino Jarach, quien determinado país como objeto unitario de conocimiento. Se piensa que
sostiene que los aportes de los trabajadores constituyen impuestos di­ a los efectos de analizar los distintos tributos que constituyen la es·
rectos a los ingresos (salarios), en tanto que las contribuciones patro­ tructura de un país, es útil preceder tal análisis por el estudio de di­
nales revisten el carácter de impuestos indirectos sobre la nómina sa­ chos tributos, no tomados aisladamente sino considerados como un todo.
larial (autor cit., Finanzas ... , ob. cit., p. 252). De este análisis surgirá que el sistema tributario podrá ser en­
Como oportunamente hemos manifestado al respecto (Héctor B. juiciado en su conjunto, ya que quizás los defectos de ciertos tributos
Villegas. Curso de finanzas, derecho financiero y tributario, 7! ed., aislados se lleguen a corregir y equilibrar entre sí.
Depalma, Bs. As., 1998, p. 116), las llamadas contribuciones de seguri­ El estudio a realizar tendrá como objetivo, entonces, la forma
dad social o parafiscales son tributarias. Para quienes obtienen benefi· como los tributos se combinan, traban y gradúan entre sí, constituyen­
cios de dichas entidades (obreros, empleados, autónomos, etc.), sus apor­ do el armazón financiero que Se conoce como sistema tributario, el
tes constituyen contribuciones especiales. En cambio, para quienes cual, por consiguiente, está representado por el conjunto de tributos
aportan sin que les ataña una actividad estatal vinculante ni un bene­ que establece un pats en una época determinada.
ficio específico (p.ej., empleadores con respecj;oa)9s(}rganismos que
otorgan beneficios a sus empleados), taraporte asume el carácter de un
2. LanTACIONES AL ESTUDIO.
impuesto parecido al "impuesto a las nóminas" estadounidense, o sea,
proporcional a la totalidad de remuneraciones pagadas a los subordina·
dos encuadrados en el régimen de seguridad social. Al r~ferirnos a "un país" queremos significar que todo estudio
profundo sobre sistemas tributarios se debe referir al que tiene bajo
funcionamiento un país concreto. Por país e.'1tendemos la conjunción
de los tres elementos consabidos: población, territorio y gobierno, cual­
quiera sea la' forma política que respalde dicho gobierno. No obstante,
yal igual que sucede con el resto de temas de este libro, debemos aela·
288 HÉCTOR B. VILLEGAS

rar que nos referimos exclusivamente a las modernas democracias oc­


cidentales. Circunscribiendo así el concepto, podemos decir con como­
1

)
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS

dad de las leyes impositivas, lo que trae como consecuencia ineludible


la dificultad consiguiente para considerar un sistema tributario como
289

didad que un sistema tributario debe ser siempre un ordenamiento un todo orgánico y armonioso, y menos por un tiempo relativamente
positivo vigente. prolongado.
Esta limitación espacial obedece a que si bien hay instituciones En sentido inverso, la evolución social y económica general nece­
similares en las legislaciones impositivas de muchas naciones, esas sita la adecuación de las normas financiaras. Se dice, con razón, que el
instituciones conservan caracteres distintivos que hac<¡n imposible su derecho debe seguir a la vida, ya que de lo contrario se convierte en
identificación entre sí y, por consiguiente, su encuadre en un determi­
nado tipo común de sistema cuyo estudio pUeda abarcar el de todas
ellas. La política y el sist6ma tributario de cualquier p.'Ús ¡.:¡flejan los
, algo hueco y carente de significado humano. Es necesario, por tanto,
dar a los estudios relativos al sistema tributario un contenido temporal
concreto.
puntos de vista y las aspirat:iones d·?; la colectividad en general, los Estas limitaciones no impiden, sin embargo, hacer algunas con­
cuales pueden tener algo '\!l común con los otros paÍ3es o ser p&~uliares sideraciones de tipo general sobre los problemas comunes que se pre­
de aquel de que se trate, siendo resultado de sus instituciones sociales

I
sentan a los sistemas tributarios de los diversos países, los criterios
o culturales, de la magnitud de sus recursos, de la estructura de su que deben aplicar para intentar resolver esos problemas y la elección
economía, de la ¿i~t1ibudón de sus ingresos y del régimen político en de las fuentes de imposición más adecuadas.
una configuración que, inevitablemente, resulta única.
Esto no impide que se puedan hacer estudios comparativos. Al
contrario, se han hecho y se hacen con resultados positivos. Pero es 8. IMPoRTANCIA DEL TEMA.
necesario evitar las generalizaciones peligrosas.
Advertimos que e] sistema tributario está integrado por los va­ Ya hemos dicho que en las democracias occidentales objeto de
riados impuestos que cada país adopta según su género de producción, nuestro estudio el sistema tributario es siempre un sistema legal vi­
su naturaleza geográfica, su forma política, sus necesidades, sus tradi­ gente.
ciones. No se puede establecer científicamente un sistema tributario De lo anterior surge que para un estudio concreto de la materia
modelo o ideal para todos los países ni para cualquiera de ellos, así tributaria y, especialmente, de los tributos en particular es necesario,
como tampoco se puede prescindir del pasado ni despreciar los factores como paso previo, conocer los lineamientos generales del sistema tribu­
políticos, morales, psicológicos e incluso religiosos (Baleeiro, Urna tario, sujeto, según hemos visto, a innumerables variantes de país a
intrcxlut;iio ... , p. 288). Además, resulta innegable que los sentimientos país y de época a época.
colectivos sobre equidad se desarrollan en distinta medida, conforme a Se deberá analizar cómo se combinan entre sí los tributos, cuáles
los caracteres, sociología y grado de madurez de los pueblos (Enrique son las tendencias que siguen con su evolución, cuáles los problemas
Reig, Sistemática tributaria y proceso de la ley fiscal, en "Derecho de política económica, financiera y de administración fiscal a que se ve
Fiscal", p. 428). abocado el sistema trli...;;¿· ·:::io, yen qué forma tiende a solucionar taies
Así, pues, un examen general de estos problemas tiene una utili­ problemas.
dad sólo limitada, ya que bajo la superficie de las generalizaciones más
amplias se oculta una multitud de excepciones especificas a las reglas
generales. No obstante, los estudios del conjunto de tributos, tal como 4. RÉGIMEN Y SISTEMA TRlBUTARlO.
suele estar conformado en los países a los cuales nos referimos, son un
tema que no puede ser dejado de lado por la ciencia fmanciera. Dice Schmolders que la totalidad de los impuestos vigentes en un
Aparte de la limitación espacial, se debe consi~r~ lo que surge país, uno alIado del otro, no es siempre, a la vez, un conjunto o sistema
temporalmente como consecuencia de las grandes trasfól'ÍDaciones téc­ razonable y eficaz. Wagner sostenía, a su vez, que la expresión "siste­
nicas, sociológicas y económicas de los países. que traen aparejada, ma tributario" era muy inadecuada para el "caos de tributos" que se
como consecuencia más o menos inmediata, pero siempre necesaria, la puede ver en la práctica.
adecur.ción de tal evolución a las normas tributarias. Estas ideas llevaron al profesor Tarantino a sostener que sólo se
Así vemos cómo en el orden financiero, en muy alto grado, esta puede llamar "sistema" a un conjunto racional y armónico de partes
mutabilidad se traduce en la multiplicidad, variabilidad e inestabili­ que forman un todo reunidas científicamente por una unidad de fin.
290 HÉCTOR B. VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 29]
'1.. I
En cambio -dice Tarantino--, cuando las reglas se imponen o se si­ Seria, sin embargo, equivocado interpretar la contraposición en­
guen en forma inorgánica, sin orden y sin investigación de causas, con tre sistemas tributarios históricos y racionales entendiendo que los
el solo propósito de lograr más fondos, se está en presencia de un régi­ primeros carecen necesariamente de orden lógico y de sistemática
men, y no de un sistema tributario (autor cit., Exposición en diálogo Al oponer lorustórico a lo racional, se quiere únicamente desta­
sobre tributaci6nfiscal, "Veritas", 15n11963, p. 24). car la diferencia entre los sistemas tributarios producto de la evolución
Esta posición responde a la más estricta lógica, ya que, como histórica y los sistemas producto de la teoria. Los primeros, a pesar de
bien dice Schmolders, "el concepto de sistema tributario indica más que con frecuencia han logrado adaptarse admirablemente al orden
bien cierta armonía de los diversos impuestos entre sí y con los objeti­ social y económico circundante, contienen contradicciones histórica­
vos de la imposición fiscal o extrafiscal" (autor cit., Sistema y siste­ mente condicionadas en sus efectos y en las relaciones entre sus ele­
mática impositivos, en Tratado de finanzas, de Gerloff-Neumark, t. mentos constitutivos. Los segundos, quizá lógicamente perfectos, no
11, p. 301). resisten muchas veces la crítica de sus premisas, generalmente dema­
Pero advierte Sáinz de Bujanda que planteado el problema de siado simplistas (Schmolders, Teor{a ... , ps. 221 y 222).
considerar como sistema tributario a aquel que no carezca de un deter­ El S.T. racional o científico, que es una suerte de ideal configura­
minado vínculo lógico o hilo conductor, se advierte que la idea de siste­ do sobre la base de la "interdependencia de los fenómenos económicos",
ma tributario aparece fuertemente influída por criterios ideales, cuya debe considerar, como punto de partida que la variedad de la realidad
confrontación con las realidades impositivas de cada país provoca, en económica obliga a tomar en consideración una pluralidad de princi­
general, actitudes de desencanto o escepticismo. Pocas veces los tribu­ pios ordenadores. No existe, pues, un solo sistema tributario racional,
tos -afirma el profesor español- ofrecen entre sí ese engarce lógico a sino que caben tantos cuantos son los posibles criterios de ordenación
que se refiere Schmolders, y apenas si es posible conciliar en la prácti­ económica, pues cualquier variación del sistema económico ocasiona
ca los objetivos, muchas veces discrepantes, que se persiguen con los de ordinario una variación en la forma de imposición.
distintos impuestos (Hacienda y derecho, t. 11, p. 254). . No obstante la distancia que hay entre lo ideal en materia
Se debe aceptar, entonces, que el concepto de sistema tributario tributaria y la realidad legislativa, siempre veremos cierta armonía
aparece como meta o como aspiración, más que como explicación de entre los diversos impuestos, por muy tosca que sea la hacienda de un
algo existente. país. Como, por otra parte, la tendencia hacia el perfeccionamiento de
De todas maneras, el análisis sobre sistemas tributarios (en ade­ los instrumentos tributarios es un fenómeno constante y universal, se
lante, S.T.) puede permitir avances en algo tan crucial como lo es cono­ llega a concluír que los dos elementos básicos mencionados, el histórico
cer cómo cooperan las diversas modalidades impositivas a que cada y el racional, actúan en todas las estructuras fiscales, de modo tal que
ciudaqano contribuya. según Su capacidad económica, y también cóino lo único que se puede intentar en este aspecto es aclarar la medida de
pueden evitarse, a la vista de este conocimiento, tanto escapes y elusiones su respectiva participación en cada sistema.
fiscales no deseadas como graves acumulaciones de impuestos en cier­ Sobre la base de lo expuesto, pensamos que siempre los sistemas
tos contribuyentes. tributarios son el resultado de procesos evolutivos históricos, y que,
cuando el teórico actúa armonizando la estructura tributaria, no hace
otra cosa que recibir la esencia de instituciones tributarias tal como se
5. SISTEMAS TRIBUTARIOS RACIONALES E HISTóRICOs. presentan en ese momento y darles la máxima racionalidad posible.
N01i!e puede hacer, entonces, una clara distinción entre sistemas
Conforme a lo visto en el puntO anterior, el concepto de S.T. im­ tributarios racionales e históricos, sino, a lo sumo, observar si en de­
terminada estructura tributaria predomina la racionalidad intencio­
plica cierta coordinación de los diferentes impuestos entre sí con el
nalmente buscada mediante la combinación de las exacciones, con arreglo
sistema económico dominante y con los fines fiscales y extrafiscales de a un plan lógico que haga posible el logro de los objetivos de la política
la imposición. Dicha coordinación puede ser obra de la acción delibera­ financiera (en tal caso estaríamos ante un sistema tributario racio­
da del legislador o bien el resultado de la evolución histórica: en el pri­ na}), o si, al contrario, nos hallamos ante un repertorio de tributos que
mer caso, el sistema tributario es racional, político o teórico, y en el han ido surgiendo de las necesidades pecuniarias estatales y donde la
segundo, histórico. acción del teórico no ha logrado que ese conjunto pueda ser considerado
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"1
292 HÉCTOR B. VILLEGAS
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 293
racional, dado que no existe annonía entre los tnbutos entre sí, ni con 4) Por último, y desde un punto de vista pragmático, ningún sis­
los objetivos fiscales o extrafiscales del Estado (estaríamos entonces tema de impuesto único tendría la productividad suficiente para cubrir
ante un sistema tributario histórico o, como dice Tarantino, ante un las necesidades ¡mancieras del Estado.
"régimen tnbutario").
En consecuencia, han sido desechados, tanto teórica como prácti­
camente, los intentos de imponer un sistema de impuesto único, aun­
que no se deja de reconocer que tampoco es aconsejable una excesiva
6. SISTEMA DE IMPUESTo. ÚNICO. y DE IMPUESTOS MÚLTIPLEs.
multiplicidad tributaria (conf. Ahumada, Trotado ... , t. 2, p. 787; Dalton,
Principios ... , p. 54). Es también de interés lo que manifiesta Reig al
Mucho se ha discutido sobre si el ideal en materia tributaria es la respecto: "El uso del sistema múltiple no significa la multiplicidad
sustitución de todo el conjunto tributario por un impuesto único. La indiscriminada de tributos que utilicen similares bases de imposición
idea sedujo desde antjgu3 data a numerosos escritores que propusieron pero que diferencian los hechos imponibles, oportunidades de pago y
diversos tipos de impuesto único. Algunos, como Bandini, Vaubam, fonnularios de liquidación, en fonoa innecesaria e inconveniente" (Sis­
Law y los fisiócrstas, defendieron el impuesto único sobre la tierra; temática ... , p. 428).
Revan:> propugnó el impuasto único sobre los consumos individuales;
Meniel" sobre los ca~itales fijos; TelHer sobre los productos en general;
Pastor sobre las profesiones; Henry George sobre la tierra libre de 7. SlSTElIfA TIUBUl'ARIO y EVOLUCIÓN HISTÓRICA.
mejoras. La lista es muy larga y carece de interés reproducirla. Baste
decir que también hubo propuestas de impuesto único sobre las heren­ Acabamos de sostener, en ténoinos generales, que la estructura
cias, sobre las rentas, y hasta sobre el consumo de energía. tributaria ha sido directamente influída en los distintos países por el
proceso de evolución histórica y económica.
Pero tampoco faltaron quienes se manifestaron en contra del
impuesto único, argumentando sobre los peligros de la iniquidad Podemos así observar que a mediados del siglo XIX, y bajo el
(Proudhon), sobre la incompatibilidad de tal sistema con la moviliza­ influjo de las ideas liberales (ver cap. n, punto 8), los sistemas tributa­
rios de los diversos países asumen determinadas características, con
ción de personas y capitales (Wagner), sobre su inconveniente equiva­
predominio de los impuestos de tipo objetivo. Señala Schmolders que
lencia a una confiscación si era sobre la tierra (Leon Walras) y sobre estos sistemas se valen, para llegar a las fuentes tributarias, de los
su insuficiencia para obtener todos los recursos que requieren los Esta­ objetos que sirven para obtener utilidades, sin tener en cuenta a las
dos (Passy). Lo cierto es que las teorías sobre el impuesto único nunca personas a quienes favorecen esas utilidades. Esta forma de imposición
lograron que semejante sistema se implantara en país alguno. concordaba con las ideas de la época, que deseaban evitar, en lo posible,
Resumiendo las objeciones más importantes: la intromisión del Estado en los asuntos particulares de los ciudada­
1) No hay impuesto perfecto en cuanto a la distribución de la
nos. Tales sistemas se mantuvieron durante casi todo el siglo XIX has­
carga tnbutaria, y, en consecuencia, se considera conveniente la exis­
ta la Primera Guerra 1\I!,,::,.Jial, pero posteriormente se comenzó a mo­
tencia de los impuestos correctores en una pluralidad que actúe como
dificar el pensamiento en la materia, principalmente porque esto!:!
compensadora, equilibrando las anomalías individuales que pudieran
impuestos de tipo objetivo no consultaban la capacidad contributiva.
surgir.
Cuando avanza la industrialización y el Estado amplía su campo
2) Un sistema de impuestos múltiples hace más dificil y atenúa de acción (ver cap. 11, punto 9), surgen numerosas razones que hacen
en gran medida la posibilidad de evasión tnbutaria mediante la corre­ variar las características objetivas de los sistemas tributarios. Se ob­
lación entre sí de diversos tipos de tributos (p.ej., el cotejo de las decla­ serva así que pierde importancia relativa el impuesto objetivo y que se
raciones del impuesto a las ganancias de una pers!)na fallecida con los comienza a desarrollar el impuesto general y progresivo a la renta de
bienes que deja en herencia). "" tipo subjetivo, que es de gran rendimiento, y se considera que consulta
3) La capacidad contnbutiva de los particulares se exterioriza de la equidad y la capacidad contributiva, a la vez que es un útil instru­
muy diversas fonnas, lo que Heva a la consiguiente multiplicidad de mento de redistribución de la riqueza. Los diversos países comienzan a
hechos imponibles, a los cuales se hace imposible comprender en un adoptar estos impuestos de tipo subjetivo, basándose en la imposición
único tributo. que tiene por mira a la persona y no los objetos gra.vados. Los sistemas
tributarios adopt~n, en general, como espina dorsal el impuesto pro­

"T"~.--,-
294 HÉCTOR B. VILLEGAS 1vIANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 295
...
gresivo a la renta de las personas físicas, que se asocia a gravámenes 6) El incremento de la participación federal en los ingresos
al patrimonio y a la herencia. Como complemento, se mantienen los impositivos totales ha sido un factor importante en el incremento de la
impuestos a los consumos en general. importancia de la imposición sobre la renta en el sistema de ingresos
En la actualidad todo parece indicar que asistimos a la decaden­ totales.
cia relativa del impuesto directo a la renta como "espina dorsal" de los La comparación del sistema impositivo de los Estados Uni­
sistemas tributarios. Se ha comenzado a pensar que este impuesto des­ dos con el de otros países importantes muestra lo siguiente:
alienta las inversiones, es fácil de evadir, es de compleja determina­ 7) El nivel general de imposición en los Estados Unidos es com­
ción y desalienta el incentivo de producir más. Los sistemas fundados parativamente bajo.
básicamente en impuestos personales tienden, entonces, a objetivarse, S) El sistema de los Estados Unidos se apoya más en los impues­
y se observa un avance hacia la imposición a los beneficios de las per­ tos sobre la renta y menos en los indirectos.
sonas colectivas y hacia el impuesto a las ventas en su modalidad de
impuesto al valor agregado.
Observamos así que los países de la Comunidad Económica Eu­ S. EL RÉGIMEN TRIBUl'ARlO ARGENTINO.
ropea, cuya organización tributaria descansó originariamente en la
imposición a la renta, se fueron inclinando gradualmente hacía la adop­ En nuestro país, abarcada la estructura fiscal en su conjunto, se
ción del impuesto al valor agregado. observa un marcado predominio de elementos históricos por sobre los
Actualmente, los expertos estadounidenses discuten la convenien­ elementos racionales. Un ligero examen de la forma en que fueron
cia de proceder a una reforma sustancial del régimen siguiendo la ten­ surgiendo nuestros principales gravámenes demuestra que la emer­
dencia europea, es decir, ir reemplazando la imposición directa por la gencia, la transitoriedad y la improvisación dieron la tónica predomi­
indirecta, por lo menos en el grueso de la recaudación, para lo cual nante a un conglomerado impositivo que se fue plasmando con la única
ejerce importante influencia el temor de que el IVA permita a los paí­ finalidad de cubrir las crecientes necesidades del fisco y que se vio
ses de la Comunidad obtener ventajas productivas de origen fiscal. agravado por los distintos niveles de gobierno.
No obstante, y analizando el sistema fiscal de los Estados Uni· Jarach estima que los distintos tributos del país representan un
dos, observamos que, aun con avances de la imposición a las ventas e sistema encadenado en el cual las instituciones jurídicas han evolucio­
indirectos en general, el grueso del sistema se apoya en el impuesto a nado en forma lógica, siguiendo la evolución económico-financiera (Cur­
la renta. El siguiente resumen, original de Musgrave, es interesante so ... , t. 2, ps. 5 y 6).
en cuanto a la conformación del S.T. estadounidense. Sin embargo, hasta ahora las modificaciones generalmente se
1) Antes de la Primera Guerra Mundial, el sistema impositivo efectuaron sin seguir los lineamientos de un plan coherente y sin otra
federal descansaba enteramente sobre los impuestos indirectos, haciendo directiva que ir cubriendo las crecientes necesidades del erario. Hubo,
mucho hincapié en los aranceles. Ahora estos últimos sólo contribuyen innegablemente, algunas medidas de intervencionismo fiscal
con una parte muy pocolmportante de los ingresos totales. reactivador, pero, en la mayoría de los casos, esas medidas quedaron
2) Con la Segunda Guerra Mundial, el impuesto sobre la renta neutralizadas por la irracionalidad del sistema en su conjunto.
se convirtió en la principal fuente de ingresos federales. Enmateria de delimitación de facultades impositivas entre Na­
3) Más recientemente, el impuesto sobre las nóminas ha llegado ción, provincias y municipios tenemos dos regímenes distintos: uno es
a contribuír con una parte importante y creciente de los ingresos fede­ el que contempla la Constitución nacional reformada en 1994 según su
rales. interpretación más racional, y otro és el que surge de la realidad según
4) Los ingresos estatales, antes de los años treinta, descansaban la cual la Nación legisla y recauda los más importantes impuestos.
fundamentalmente en el impuesto sobre la propiedad, pero este im­ En tanto no se sigan las pautas constitucionales en la Ley de
puesto ha quedado reservado casi completamente al uso local. El sos­ Coparticipación Federal (para lo cual ya se está en una mora intolera­
tén principal de los Estados pasó a ser la imposición sobre las ventas, ble con la Constitución nacional reformada en 1994), no hay progreso
tanto general como selectiva. Desde los años sesenta la imposición so­ posible.
bre las rentas ha ido jugando un papel importante. Mientras no se siga el sabio mandato de que la atribución de
5) La imposición local siempre ha dependido y todavía depende, nuevas competencias y funciones a las jurisdicciones no se puede hacer
en gran medida, del impuesto sobre la propiedad. si no va acompañada de la correspondiente asignación de recursos, ese
296 HÉCTOR B. VILLEGAS
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 297
progreso parece por ahora un ideal inalcanzable que ha ido cada vez en
mayor detrimento de los entes locales, especialmente de los municipa­ económico), que se distribuya equitativamente (aspecto social) y que se
les. Esto se deberá arreglar algún día, o habrá consecuencias muy recaude con menos costo, mayor comodidad y menor dificultad para el
indeseables. Estado y los contribuyentes (aspecto administrativo).
En lo que respecta a la codificación, en tanto la gran mayoría de Veremos a continuación qué medidae se pueden pensar para in­
los países de América latina cuentan con modernos ordenamientos en tentar resolver tan delicadas cuestiones.
la materia, en nuestro país todavía no tenemos un código nacional
tributario, pese a existir los excelentes anteproyecto3 de Carlos Giuliaili
Fonrouge, en'rej;;cidüs pero actualizables, sobre la. !!l3teria, y otro an­ 10. AsPECTO F1SCAL.
teproyecto prepara1ú t:.{ll' el director de la AFIF. ",1 CL.h¡ mereci6 serias
críticas y cuyo fu¡.uro es incierto al momento de esci'Íbir estas líneas. Como hemos visto en el desarrollo de esta materia, los principa­
Estas drr·,:~l}si;ancias demuestran que nuestro país está aún lejos les requerimientos que la población hace al gobierno consisten en qu~
de tener un sisi"'In!'J. t-ributario ideal. No creemos que sea deseable Una éste ejecute convincentemente los objetivos prometidos (lucha contr¡".
reforma radlca1 ni súbita, pero consideramos necesario mejorar nues­ la delincuencia, contra la desocupación, orden público, salud, seguri­
tro sistema firr~,i. No interesa qUE: sea gradualmente, pero lo esencial dad social, etc.), así como también, que esos objetivos se cumplan cr;u­
es que se J€ ·,,:i,á'O respondiendo a lineamientos derivados de un plan tinuamente y sin interrupciones (cap. 1, punto 3). Esto requiere ~nde.
integral a,JE,¡:.tado a las corrientes doctrinales en auge, a las necesida­ fectiblemente que los medios más importantes para lograr tal::.g
des reales del país y a su conformación institucional. objetivos, esto es, los tributos y, especialmente, los impuestos, sea!:,
suficientes para cualquier circunstancia, aun en soluciones de f:'JO:l:~r~
gencia (situaciones lamentablemente tan fre(.uentes en nuestro
9. PRoBLEMAncA DE LOS SISTEMAS TRIBUTARIOS. una especie de emergencia perpetua).
Para que ello sea posible, los tributos deben estar dotados de 103
El disetio de un sistema tributario por un país presenta muy requisitos de la suficiencia y la e~asticidad.
complicados problemas de la más diversa índole. Su solución corres­ La suficiencia de un sistema tributario implica que con su ren­
ponde a quienes ks toca confeccionar los lineamientos generales, abar­ dimiento se han de cubrir las necesidades financieras del Estado den­
cando los más importantes aspectos que se suelen presentar. Los dile­ tro de un período determinado, generalmente anual, dado que también
mas son innumerables y toca resolverlos a la política financiera (cap. es anual la vigencia de los presupuestos y la contabilidad a que se
IV, punto 7) y a la administración o técnica financiera (cap. IV, punto ajusta la Administración. Para llenar este recaudo se debe recurrir a
9). Al quedar convertido el S.T. en derecho positivo, las misiones de tributos productivos, variando esta productividad . de los tipos
interpretación y aplicación corresponderán a los derechos fmanciero y impositivos en los diversos países en razón de la influencia de mÚ]t.i­
tributario (cap. IV, punto 11), mientras que la misión de destacar si los pIes factoreS, entre e1io:.., l.;l; f::-~:: ~e distribución de la riqueza indivi­

efectos que se deseó alcanzar fueron buscados mediante vías aptas será dual.

analizado por la economía financiera (cap. IV, punto 8). La elasticidad de un régimen tributario se consigue cuando el

Del texto anterior se desprende que en concreto, eljuzgamiento Estado tiene la posibilidad de obtener mayores recursos en caso de que

de un sistema tributario partirá de los problemas más espinosos que sean mayores las necesidades o dificultades, sin que sea necesario crear

crea la tributación y concluirá en el dictamen sobre si las medidas de nuevos gravámenes.

solución adoptadas fueron adecuadas. A este respecto, se debe desbH'",r lf\ n~(".esid"·Hi de contcmp!a, üo
Aun cuando no es tarea nada fácil, se hace necesario encarar los solamente la situación normal de un país sino también la posibilidad
temas dudosos desde las distintas ópticas que éstos puedan presentar, de una situación extraordinaria, ya que las contingencias a que se
buscar las respuestas que consideramos ideales y compararlas con las puede encontrar abocado son de muy distinto orden y no siempre previ­
medidas que el técnico y ellegíslador adoptaron en los casos concretos. sibles. Un impuesto es elástico cuando un simple aumento de su tarifa
Los principales desafios que se pueden presentar en todo sistema permite la obtención de recursos suplementarios; es~cua1idad la tie­
tnbutario son: que el tributo origírle un ingreso suficiente en cualquier ne en mejor medida el impuesto a la renta, ya que recae sobre distintos
situación (aspecto tisca)), que no ttabe la producción nacional (aspecto ingresos que provienen de una diversidad de actividades económicas,
que, en consecuencia, tienen posibilidad de compensarse entre sí.
!
298 ... HÉC-rpR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 299

En cambio, los impuestos al consumo suelen ser generalmente derada es indiscutible cuando se trata de industrias de fácil adaptación
inelásticos, ya que llegados a un cierto límite no se puede aumentar su y arraigo en el país y se impone durante los primeros años de su desa­
monto, so pena de restringir tal consumo en forma inconveniente, lo rrollo~ Pero, pasados estos primeros años de crecimiento, la protección
cual dependerá, en alto grado, tanto de si el impuesto recae sobre bie­ se torna perjudicial, porque si la industria no consigue mantenerse por
nes de demanda elástica o rígida como del sistema de costos (ver cap. sus propios medios será una industria sin base y, por tanto, los dere­
chos protectores sólo alcanzarán a darle una vida artificial y precaria,
IX, puntos 10.1 y 11).
lo cual traerá consecuencias perjudiciales de diverso orden, que, en
definitiva, irán en detrimento de la situación económica del país.
11. AsPECTO ECONÓMICO. ABimismo, y luego de aconsEliar otra serie de medidas, López Varela
recomienda que los gravámenes a la producción, al comercio y a la
Desde este punto de vista se debe intentar que el impuesto no industria no sean excesivos (autor cit., El régimen ... , ob. cit., p. 36).
signifique un factor negativo de la economía general del país sino que, Es necesario, además, no modificar con frecuencia los impuestos,
al contrario, sea un elemento estimulante de ésta. porque el gravamen antiguo ya está previsto por los contribuyentes en
Para lograr este objetivo es primordial una adecuada y racional sus negocios e industrias y la creación de un nuevo tributo traerá una
elección de las materias imponibles, tema que se examinará más ade­ conmoción sensible de la economía. Recordemos que esto ya lo había
dicho el profesor Canard en 1801. Aparte de ello, se debe tender-al
lante.
Asimismo y por medio de impuestos aduaneros adecuados, se puede ideal, ¿alguna vez alcanzable?, de que se evite la disipación y malver­
lograr que el impuesto estimule la creación de fuentes productivas en sación de los dineros públicos, para que el gasto fiscal tenga verdadera­
el país y proteja las existentes,liberándolas de la competencia ruinosa, mente un resultado económico que responda al sacrificio monetario
que en igualdad de condiciones, podrían hacerle otros países con indus­ que significa.
trias a más bajo costo. Si bien es cierto que en el nuevo mundo globalizado
esto es difícil de lograr y que las protecciones arancelarias, son, "teóri­ 12. AsPECTO SOCIAL.
camente", repudiadas, no lo es menos que, cuando las cosas se vuelven
sumamente dificiles para algunas industrias nacionales imposibilita­ Desde este punto de mira, resulta indudable que el sistema tri­
das de competir con las extranjeras de menor costo, los propios fabri­ butario debe tratar que la carga impositiva se reparta equitativamente
cantes piden protección estatal mediante barreras. Ver, si no, la dificil entre todos los habitantes del país en proporción a su condición econó­
coyuntura suscitada entre nuestro país y nada menos que el Brlisil, s:u mica, ya que no se puede admitir que haya exenciones injustificadas ni
socio del Mercosur, especialmente en. materia de automotores. . que el fisco someta a un mismo gravamen a personas de distinta poten­
Hace ya muchos añoS, al propugnar la reforma del sistema tri­ cialidad pecuniaria.
butario argentino, López Varela (El régimen impositiuo argentino, Bs. Para que un sistema tributario cumplimente este recaudo de
AB., 1925, p. 35), con criterio que se adapta perfectamente al momento equidad en la distribución del impuesto, es necesario recurrir a dos
actual, encara este problema y dice que esta civilización tiene como principios de la ciencia financiera. Ellos son la generalidad y la uni­
rasgo dominante su propensión al progreso industrial, lo cual se exte­ formidad o igualdad, presupuestos de la equidad propugnada en casi
rioriza en el hecho palpable de que los palses inás ricos y poderosos del todas las constituciones de los países modernos. La regla de la genera­
mundo son industriales. Por ello, todos los países no industriales aspi­ lidad se refiere a quién debe pagar el impuesto, mientras que la de la
ran a convertirse en industriales, Y a acrecentar su industria los que uniformidad da la pauta de la medida en que cada uno debe ser gra- .
la tienen. vado.
Para llegar al objetivo deseado se han intentado diversidad de La generalidad es un concepto que alude al carácter extensivo
medidas, pero la que ha primado ha sido la protección a la industria de la tributación, y significa que cuando una persona, ya sea fisica o
nacional por medio del recargo de los derechos de aduana, convertidos ideal, se halla en las condiciones que según la ley marcan la aparición
en protectores. del deber de contribuír, éste debe ser cumplido, cualquiera que sea el
Sin embargo, el autor citado agrega palabras en cierto modo carácter del sujeto correspondiente, su categoría, nacionalidad o es­
proféticas en relación con nuestro país, y dice que una protección mo- tructura.
1

300 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PúBLICAS 301

Este principio halla su fundamento en la necesidad de la actua­ tos, y variando el dividendo, o sea la riqueza, se debía mantener rÚo el
ción del Estado motivado por razones de utilidad general, a la cual divisor, es decir, la cuota o el tanto por ciento del impuesto. Sin embar­
deben contribuir todos los integrantes de la sociedad política que gozan go, a mediados del siglo XIX cambió este concepto primario de unifor­
de los beneficios que aquél proporciona. Su fundamento práctico es que midad, y se dijo que variando la riqueza debía también variar la alícuo­
los sistemas impositivos cuyos tributos carezcan del carácter de gene­ ta del impuesto. Si bien no se puede pensar que el impuesto por sí solo
ralidad no son verdaderamente productivos. puede hacer variar el orden de reparto de la riqueza, es evidente que
De acuerdo con el significado que hemos dado a esta regla, pode­ puede tener efectos moderadores sobre ciertas situaciones injustas.
mos agregar que se refiere fundar:1entalmente a un aspecto Hegati-/Q Ejemplificando esta afirmación, la mayor justicia de impuesto progre­
más que positivo. No es que, de acu"n'do con la generalidad, tndl1s de­ sivo sobre el proporcional se pone en eyidencia si consiueramos que el
ban pagar tributo (sentido positivo), sino que nadie debe ser eximido poseedor de $ 100.000 tiene mayor capacidad contributiva qu.a ¡niI posee­
por razones de privilegio o inmunidad fiscal (aspecto negativc,). dores de $ 100.
Sin embargo, ios sistemas tributarios ~¿miten por 10 genaral dos Pero la capacidad económica del sujeto no sólo está dada poI' la
excepciones al principio expuesto. La primera beneficia a ciel1;aS insti­ cantidad de rique.::!"c más o menos grande que posea, sino también por
tuciones o corporaciones que proporcionan un beneficio social a la co­ su especial situación personal, las personas que tiene a su cargo, el
munidad o ventajas especiales al Estado, y la segunda excepción es estado civil, su situación de acreedor o deudor, es decir, no atiende sólo
para aquellos a quienes la tributación afecta el mínimum necesario a las entradas del contribuyente sino también a sus salidas.
para la subsistencia, ya que quien nada tiene no puede pagar impues­ Por eso se explica que la justicia fiscal no exija una uniformidad
tos, lo cual se traduce en el viejo aforismo "donde no hay nada el rey exterior sino una uniformidad intrínseca.
pierde el derecho". Claro que esta exención es de carácter relativo y no Por último, la uniformidad impositiva exige que se tenga en cuenta
tiene validez para ciertos impuestos al consumo, los cualés ni aun el el origen de los recursos del contribuyente, es decir, si se trata de ren­
más pobre puede eludir. tas de trabajo, de capital o mixtas, ya que las segundas se consideran
Digamos, por último, que el principio enunciado tiene aplicación más permanentes y menos aleatorias que las primeras y terceras, y,
en todo tipo de impuestos y también en las tasas y contribuciones de por tanto, deben ser más fuertemente gravadas.
mejoras, en virtud del significado en sentido negativo que le hemos A lo dicho debemos agregar que el aspecto social debe tener en
asignado. cuenta no sólo los principios precedentes, que se refieren a la reparti­
Pero no es suficiente que todos paguen tributos, sino que es nece­ ción ideal o de derecho de los impuestos, sino también los que rigen su
sario que cada cual contribuya en proporción gradual a su condición repartición de hecho, es decir, los problemas de incidencia, traslación y
económica. A ello se refiere el principio de equidad que el célebre Adam difusión, para saber si los Sllj~'~ll~ C!ue idealmente h:ilp- sido pl'evistos en
Smith describe en su conocida primera regla de imposición. cumplimiento de ¡os m&:i estrictos postulados de generalidad y unifor­
De acuerdo con esta regla, el gravamen se debe adaptar a la ca­ midad como pagadores de los tributos, los trasladan a terceros no pre­
pacidad contributiva de los diversos sujetos pasivos tratando de exigir vistos como contribuyentes de esas imposiciones. Para tal caso, se hace
un sacrificio idéntico de cada uno de ellos, ya que imponer la misma necesario llegar al conocimiento más o menos aproximado de ese terce­
contribución a quienes están en diferente situación económica implica­ ro que, en definitiva, cargó con la obligación fiscal.
rá una irritante desigualdad. Paralelamente, quienes poseen iguales Los fenómenos relativos a la traslación impositiva y, en general,
medios no pueden ser gravados de distinta manera. Es decir que, fun­ a los efectos económicos de los impuestos han sido revisados en el cap.
damentalmente, la uniformidad consiste en que todos los que se ha­ IX, puntos 6 y ss., a los cuales remitimos.
llen en la misma situación deben contribuír con la misma cantidad de
impuesto. Para lograr la efectivización de este prirÍtipi() Jos sistemas
tributarios modernos recurren a la progresividad, tienen en cuenta la 13. AsPECTO ADMINISTRATIVO.

personalidad del contribuyente y efectúan la discriminación de las fuen­


tes de renta. Un ordenamiento fiscal debe tratar de dar o producir seguridad
La progresividad surgió como un perfeccionamiento de la propor­ en el contribuyente con respecto a su obligación tnbutaria, y hager más
cionalidad, según la cual, a iguales riquezas correspondían iguales tribu- cómodo y menos traumático el pago del gravamen, para que al sacrificio
302 H~CTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 808
"
de desprenderse del dinero no se una el martirio de las 1argas esperas y del zas, ob. cit., p. 76) explica al respecto que la misma suma pagada al
maltrato de los empleados (como tantas veces hemos visto). Estado puede significar para el contribuyente según el tiempo y modo
La seguridad debe ser el resultado de Wla valoración sencilla por de pago, Wla diversidad de sacrificio. Si se recauda el impuesto Wla vez
parte del sujeto pasivo de la obligación tributaria a la cual llega por la por año, y en la élloca en que es menor la di,sponibilidad de dinero para
claridad de la norma, seguridad o certeza que se consigue con la mayor el contribuyente, el sacrificio es máximo. Este, en cambio, es cada vez
¡veza posible de la ley tributaria y su publicidad. La primera significa menor si la suma a pagar se reparte en muchas cuotas y en circuns­
que la época del pago, el modo como se debe pagar, el lugar en que se lo tancias en las cuales el contribuyente se halla en las mejores condicio­
debe hacer, la cantidad a abonar y las penalidades para el caso de nes de dar su parte, a veces grande, de contribución al Estado.
incumplimiento deben surgir de normas inteligibles y precisas. Estos principios de administración fiscal se complementan con la
Para ello se requiere "'una mayor idoneidad de las expresiones de elección de locales adecuados que permitan el fácil acceso al contribu­
la ley fiscal que desprovistas del agudo tecnicismo lleven a la concien­ yente, así como también su rápida y eficiente atención por simpáticos
cia del pueblo el estado de certeza de tal suerte que exterioricen con empleados recaudadores.
precisión y no complejamente el modo de conducta fijado a Wla persona
dada" (Jacinto Tarantino, Finanzas públicas y desarrollo económico,
ps. 226 y 228). 14. CRITERIOS DE ELECCIÓN DE LAS FUENTES DE mmUfACIóN
Sin embargo, de nada sirve esta claridad legal si no va seguida de o MATERIAS IMPONIBLEs.
su adecuada publicidad, o sea, de su amplia difusión, de tal manera
que no quede en el ánimo de los contribuyentes la menor duda sobre su El concepto de fuente de tributación es muy utilizado en materia
obligación de oblar el tributo. tributaria (y también en derecho tributario) pero muy poco definido
La publicación de la ley halla grandes escollos en el ámbito posi­ por los autores, ante lo cual la jurisprudencia se ha sentido un tanto
tivo, dada la multiplicidad de leyes y reglamentos de los cuales Wla desorientada y le ha dado diversos significados.
completa información es dificultosa, por lo que, y para lograr las fina­ La fuente de tributación es el conjunto de bienes o ingresos
lidades perseguidas mediante la publicación, Tarantino propicia Wl de los cuales se extrae la cantidad indispensable para satisfacer la
cambio estructural de la ley positiva, que consiste: en cuanto a su necesidad concreta del contribuyente (p.ej., el capital y la renta). Sue­
contenido, que las normas generales de tipo técnico vayan acompa­ le ser denominada también materia imponible.
ñadas de explicaciones sintéticas aclaratorias dadas por el mismo Po­ El concepto no debe ser confWldido con el de objeto del tributo
der Legislátivoque dicta la ley y por ejemplificaciones que ilustren (o hecho imponible, en derecho tributario), que es la cosa, hecho, ac­
sobre práctica y concreta aplicación. En cuanto a la información ción o fenómeno que la ley toma como fundamento o motivo de la
de la ley impositiva, el citado autor propone que no sólo se realice en imposición (p.ej., la posesión de Wl capital o Wla renta, la celebración
las publicaciones oficiales sino también por medio de las empresas pe­ de uñ" contrato, el consumo de bienes, etc.).
riodísticas especializadas y generales pero acotando que la divulgación También es necesario diferenciár esta noción ¡manciera de la de
de la ley debe hallar su primera etapa en el texto mismo, el cual debe fuente de la obligación tributaria,que es Wl concepto jurídico Oa
únicafuente de la obligación tributaria es la ley).
estar desprovisto de lagWlas.
- La diferenda entre fuente econorilica omateria imponible
La comodidad de la recaudación se obtiene si la exigencia se lleva
y objeto del tributo es trascendente, ya que en tributos y regulacio­
a la época que verosímilmente sea la más productiva para el con tribu­
nes legales tributarias ambos conéeptos se identifican indebidamente o
yente. Por supuesto que la époea más propicia de pago se debe fijar no se diferencian erróneamente.
en Wla forma general sino referida particularmente a cada clase de Estas vitales nocionéS pueden ser aclaradas con algunos ejem­
tributo. Así vemos que en la contr:bución que grava la propiedad urba­ plos. En Wl impuesto a la renta normal y no confiscatorio el objeto es la
na es indiferente el tiempo de pago, lo que no ocurre si se grava la posesión de la renta, mientras que la cantidad de dinero necesaria para
propiedad rural, en la cual se debe hacer coincidir la recaudación satisfacerla se extrae de la misma renta, que por tanto es, al mismo
impositiva con la época de producción de la tierra. tiempo, la fuente de la tributación.
Asimismo, se pueden aliviar ciertas cargas impositivas permi­ La misma identificación se produce en Wl impuesto cuya base
tiendo su pago en cuotas. Griziotti (Principios de ciencia de las finan- imponible es la posesión de Wl capital, siendo la cuota tnbutaria de tal
,

304 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 305

magnitud que el contribuyente no tiene margen para sus gastos perso­ Pasando al concepto "capital" y considerándolo desde un punto de
nales si paga con la reIlta, por 10 cual debe torzosamente recurrir al vista estático, observamos que éste puede ser productivo o improducti­
capital, que adquiere entonces el carácter de fuente del impuesto, ade­ vo. El primero es aquel conjunto de bienes que no produce ninguna
más de ser su objeto. renta, pudiendo ser esta improductividad perenne o momentánea, o
Pero si un im;:-uesto a la renta es confiscatorio y extrae una pro­ pudiendo deberse también al disfrute de los bienes por su poseedor, en
porción tal de 'i:'édi~o que el sujeto pasivo no puede satisfacer sus nece­ cuyo caso la improductividad será sólo aparente.
sidades vitales con la psrte no gravada, deberá hacer uso de su éapital En cuanto al segundo tipo de patrimonio, éste puede consistir en
para afrontar las eJdgencias fiscales, y entonces nos hallamos con que bienes empleados para devengar rentas por sí mismos o bien en aque­
el hecho imponible u. objeto sigue sjendo la renta, pel"O que ya la rique­ llos que se derivan de la explotación de actividades.
za desth.ada al pago de] tributo no se extl'ae dE: ia misma renta sino del Si, en cambio, consiueramos dinámicamente dichos patrimonios,
capital, que pasa ~ se;;: la verdadera fuente de imposición. es decir, no en un momento determinado sino en distintos períodos
Inversamt:nte, un impuesto en el cual el objeto es la posesión de temporales, vemos que pueden experimentar pérdidas o aumentos, y
un capital pued;:; n:; ser E'atisfecho con éste si la cuota de gravamen es que estos aumentos pueden ser de valor, sin que varíe el número de
lo suficientemer,te baja como para poder ser normalmente cubierta con bienes integrantes, o su cantidad.
el rédito, y erJwnces éste será la fuente del tributo. Los aumentos porvalonzación de los bienes ya existentes pueden
Acis.radoE esws conceptos, debemos pasar al examen de cuál de ser originados en circunstancias individuales (propietario que pl:1Ta
las fuent~g men¡:,";,madas (capital o renta) es la que racionalmente debe valorizar un terreno edifica en otros adyacentes), sociales (valorización
elegir un sistema tributario, elección ésta que es uno de los más tras­ de un predio por la instalación de una fábrica en las proximidades), o
cendentales problemas de los diseñadores o reformadores de sistemas simplemente al mero azar (tierra que aumenta de valor por encontrar
tributarios. AqUÍ, toda equivocación puede ser grave. petróleo o minerales en ella). En cambio, los aumentos en cantidad
Previamente, se han de hacer algunas consideraciones sobre los pueden ser producidos por actos onerosos (adquisición de bienes por
conceptos de rema y capital, para, posteriormente, entrar de lleno en compraventa), o bien por actos de carácter gratuito (adquisición de
el problema de la elección, diferenciando para ello las fuentes ordina­ bienes por donación, herencia,juegos de azar, etc.).
rias de las extraordinarias. Todas estas distinciones serán de importancia para la elección de
Al referimos a la palabra "renta" como fuente de imposición de­ las fuentes de imposición, tema que concretamente pasamos a exami­
bemos aclarar que comprendemos en este concepto sus dos acepciones, nar a continuación.
es decir, tanto las rentas objetivas como las subjetivas. Las primeras En principio, no hay mayores problemas en aceptar que si el
son aquellas que arrojan ciertos bienes o son causadas por el ejercicio impuesto es el medio nonual de atender las necesidades anuales de
de ciertas actividades y en ellas se examina separadamente cada tipo dinero que reclama la sati~:; "~~.ÚJJ de los fines del Etitado u otras enti­
de ingreso, con prescindencia de la persona que las percibe o del monto dades públicas, en r~'~C~plO la única fuente normal del impuesto habrá
total que ellas conforman. Así, por ejemplo, son rentas objetivas las de estar dotada de la propiedad de ser reiterada anualmente, es decir
utilidades producidas en una (mca o por ejercicio de una determinada que será la renta en el sentido amplio que le hemos dado (objetiva y
actividad industrial, comercial o profesional. subjetiva) siempre que su imposición no asuma proporciones tales que
En cambio, rentas subjetivas son las percibidas globalmente por la obliguen a dejar de serlo.
una persona determinada con independencia absoluta de su origen, El dilema radica en si el capital se puede convertir en fuente de
estando constituídas por el conjunto de ingresos que las diversas cate­ tributación y en qué medida.
gorías de bienes pertenecientes a una persona rinden a ésta. Por otra Para el tratamiento de este tema, nos vemos forzados a distin­
parte, yen relación con este tipo de renta persóna:l ii subjetiva, debe­ guir las fuentes ordinarias, que son aquellas a las cuales se recurre
mos decir que al considerarla como fuente de tributación nos referimos normalmente en épocas también normales, de las extraordinarias, a
exclusivamente a la renta total, que es la que resulta de la diferencia las que un país se puede ver obligado a recurrir en momentos excepcio­
entre lo ingresado y los gastos originados por ese mismo ingreso, des­ nales.
echando la noción de renta libre, que es resultado de deducir, además, Fuentes ordinarias. Entre las fuentes ordinari~ de tributación,
los gastos empleados en la satisfacción de las necesidades ..(,¡tales. y además de la renta ya mencionada, se acepta que sé puedan gravar

1
306 HÉCTOR B. VILLEGAS i MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 307
~ I
en cierta medida algunos aumentos dinámicos de capital, siendo en fisco. Lo mismo pasará si el capital está destinado a actividades agríco­
general desaconsejable la imposición al capital estático. las, ganaderas o a cualquier tipo de explotación. Si, en cambio, se ex­
Algunos autores sostienen que el capital improductivo estático trae dinero de capitales improductivos que no rinden utilidades ni in­
puede ser tomado como fuente en el caso de improductividad aparente fluyen en la prodUCción nacional, es obvio que la marcha del país no se
por disfrute del propietario, supuesto éste en el cual en realidad no se verá afectada ni fiscal ni económicamente en la medida expresada.
trata de bienes que no produzcan renta, sino que ésta no se exterioriza Pero el hecho de que la extracción de riquezas provenientes de esos
en una relación de cambio. En este caso, sería beneficioso gravar la capitales no sea perjudicial para la nación desde esos puntos de vista
renta que dicho bien devengaría si no existiera el mencionado disfrute no siempre significa su conveniencia, ya que esta imposición, efectua­
de su poseedor, como, por ejemplo, el caso del habitante de una finca da sistemáticamente y por montos excesivos, llevaría inevitablemente
urbana de su propiedad. También, se afirma, se podría aplicar imposi­ a una verdadera confiscación de ellos, lo que resulta incompatible con
ción al titular de bienes productivos que éste mantiene en improducti­ un régimen democrático de gobierno y con los principios sociales ante­
vidad por su propia voluntad, y en ese caso se toma como base la renta riormente vistos.
presunta que aquéllos deberían producir. . Pasemos al aspecto dinámico de los capitales, para referirnos, en
Pero, como se puede apreciar por lo visto precedentemente, ese primer lugar, a su aumento por valorización de los bienes inte­
capital improductivo se está tomando en esos casos no como fuente sino grantes. En tal caso, se admite generalmente como aconsejable ex­
como objeto de imposición, ya que en realidad los bienes que se desti­ traer la tributación ordinaria de estos incrementos, pero aclarando que
nan a satisfacer el gravamen difícilmente se extraen del mismo capi­ la imposición nunca debe ser total, como lo sostuvo alguna doctrina,
tal, sino de la renta, la cual pasa a ser la fuente real y verdadera. Lo sino que debe dejar margen suficiente para que el contribuyente se vea
que sí se puede aceptar es que si la imposición a ese capital improduc­ estimulado o impulsado a actuar o a negociar de tal forma que sus
tivo es de la magnitud suficiente como para hacerlo responder por sí bienes aumenten de valor, lo cual es tan conv~niente para él como para
mismo, ello no será perjudicial para la economía del país en la medida el fisco.
en que lo es el gravamen a los capitales productivos. En los aumentos de cantidad de bienes de capital no es racional
Para percibir bien la diferencia, debemos ir a estos últimos y que los adquiridos a título oneroso se tomen como fuente de imposición,
distinguir las dos fases en que ellos interesan a una nación. puesto que no ha habido un real crecimiento de éstos, sino, simplemen­
La primera fase es fiscal y parte de lo ya dicho con respecto a la te, un fenómeno de cambio. Adviértase claramente que, en este caso,
renta, a la cual consideramos como la fuente ideal de tributación. Si a no hablamos de objeto, por cuanto los tipos contractuales señalados
un capital que la produce se lo grava de tal manera que traiga pueden servir adecuadamente de base para determinados tributos, pero
como consecuencia su menoscabo, poco a poco irá disminuyendo tomando tal base como índice de capaCidad contributiva y sin que ello
su productividad de renta y llegará Un momento en que ésta será nula, signifique que el adquirente deba contribuir con parte de los bienes
con lo cual el fisco se quedará sin su fuente de iniposición másade­ adquiridos•
cuada .En cambio, si el aumento cuantitativo es originado en actos de
Esto resultará inconvenIente, ya que tampoco será posible segUir carácter gratuito (herencia, donación, etc.) resulta desde todo punto de
gravando al capital por el peligro de que éste taJ:ribién desaparezca o vista legítimo que esos incrementos "no ganados" se constituyan en
emigre, con lo cual el detrimento fiscal será cuantioso. . fuente económica de tributación, sin llegar tampoco a una inconstitu­
La segunda fase se refiere al aspecto económico y se relaciona cional confiscación.
con el estíniulo a la producción general del país que esos capitales re­ 'FUentes e::di-oordinarlas. TOdo cuanto hemos dicho se refiere
presentan, sobre todo si son de explotación, y los efectos perniciosos a aquellas fuentes que ordinariamente puedan ser utilizadas por un
que originará su disminución en la economía nacional. Si un capital sistema tributario en épocas también normales para el país; pero cuando
invertido en una fábrica debe mermar como consecuencia de la imposi­ circunstancias de excepción toman imprescindible el aumento de in­
ción, esa merma se traducirá en despido de personal, menor calidad o gresos fiscales y las fuentes ordinarias no son suficientes para extraer
rendimiento, mayor tendencia a incumplir las cargas fiscales, etc., de ellas ese necesario acrecentamiento, se admite que en tales casos
todo lo cual incidirá desfavorablemente en la producción e ingreso per pueda también ser tomado como fuente el capital estático, ya sea pro­
cápita, en el principio del ''pleno empleo" y en las propias arcas del ductivo o improductivo.
308 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 309

Por supuesto que ello será ocasionaJ y que sólo estará justificado aplicando un criterio que se puede extender a todos los países subdesa­
en la medida en que la escasez de ingresos fiscales en esos momentos rrollados: "En dichos países donde el ingreso per cápita es bajo, la capa­
excepcionales sea más perjudicial para el país que el detrimento que cidad tributaria es proporcionalmente inferior a la de los países de in­
sufrirán los mencionados capitales. gresos elevados, por la razón de que en los primeros es menor la parte
imponible de los ingresos que excedan el mínimo necesario para la
subsistencia" (La política tributaria y el desarrollo económico en
15. ALTERACIoNEs SEGÚN CIERTAS SITUACIONES NACIONALES Centroamérica, ONU, ps. 157 y ss.).
EN EL MUNDO GLOBAUZAIID. En consecuencia, únicamente se puede admitir un incremento
tributario hasta el punto en que limite el consumo per cápita y en que
Es necesario fonnular la advertencia de que muchas de las nocio­ no afecte adversamente la ta~8 de formación de capital privado. Ade­
nes dadas sobre aspectos problemáticos y sobre fuentes económicas de más, ese incre-...l~ento puede ser anulado en sus efectos perniciosos con
tributación son susceptibles de requerir precisiones especiales y no pocas el aumento de los gastos públic..,a, pero siempre que tales aumentos
alteraciones, limte el fenómeno de la globalización económica y la deses­ produzcaIl beneficios mayores o por lo menos iguales a la carga del
perada necesidad qUE, tienen los diversos países del orbe de no sufrir el gravamen adicional. Un ejemplo de lo anterior sería el siguiente: un
proceso devastador de la exclusión. Invitamos al paciente lector a efec­ aumento del impuesto a la producción agrícola repercute adversamente
tuar un breve l'epaso de 10 sostenido en el punto 11 del cap. III, referido en el nivel del rendimiento agrario, pero, sin embargo, este efecto des­
especialmente a los países latinoamericanos en vías de desarrollo (en­ alentador puede ser compensado, y aun sobrepasado, con los efectos
tre los cuales está 1:;) República Argentina). estimulantes de una erogación pública en vías de comunicación con los
Pues bien, para que los sistemas tributarios de estos países se mercados, que reducirá el costo de trasportes y creará mejores condi­
conviertan en instrumentos de competitividad en los mercados, única ciones de trabajo para el agricultor.
forma de integrar el fenómeno globalizador, deben ser guiados por me­ N o nos estamos olvidando de las funestas consecuencias del gas­
didas destinadas a remover obstáculos tales como el déficit presupues­ to público cuando excede desmesuradamente los recursos y cuando se
tario, el déficit comercial, la deuda externa inmensa y creciente, la emplea en "gastos reservados", jubilaciones de privilegio, corrupción,
inflación, el tipo de cambio controlado, etc. Lo deseable es que haya fines meramente cL.:~".":.;.;, ",i.C. 1.:SiaIDOS hablando de un g.p. orienta­
fijeza en las reglas de juego, seguridad jurídica, un Poder Judicial in­ do a originar servicios que propician un aumento de producción, siendo
dependiente del Ejecutivo, etc., todo lo cual debe ser consensuado para esta productividad del gasto el principal límite práctico al cual se de­
tener éxito. ben ajustar las fmanzas de los países subdesarrollados para justificar
Esto implica sistemas tributarios adecuados y no obstaculizadores el aumento impositivo, sin olvidar la gran importancia de ciertos gas­
de medidas gubernamentales promotoras del incremento del ingreso tos destinados a incrementar las aptitudes humanas.
público, que formen parte de una política económica que tenga como En conclusión, el problema de los sistemas tributarios de los paí­
objetivo principal alcanzar una tasa de crecimiento de la producción e ses rezagados en el mundo gloh~H2:l!do no consiste tanto en hallar los
ingreso per cápita. medios que permitan obtener ingresos fiscales, sino en crear una es­
Las dificultades de los países rezagados son tan abundantes como tructura impositiva que impida que el aumento del ingreso nacional
n.o lo son sus recursos. real se destine a fines de consumo inmediato y que, al mismo tiempo,
Los impuestos al consumo no se pueden aumentar porque el ni­ entorpezca lo menos posible la canacidad y disposición de la población
vel promedio de consumo es tan bajo que una reducción adicional de para trabajar, ahorrar e invertir.
éste, aun cuando sólo fuese temporal, resultará política y socialmente
intolerable. Los impuestos aJ ahorro mediante el establecimiento de gra­ 15.1. Revisión de ideas sobre principios de los sistemas
vámenes progresivos que afecten primordialmente los Í.I:lgresos de los tributarios.
adinerados son indeseables porque pueden conducir a una disminución
de la tasa de formación del capital privado y, tal vez, hasta del capital Atento la realidad que surge de 10 expuesto, varias ideas conside­
global. radas básicas hasta hace algún tiempo deben necesaqamente ser revi­
A ello se agrega que, conforme a lo investigado por las Naciones sadas, y los especialistas comienzan a encontrar objeciones a criterios
Unidas en relación con el desarrollo económico de Centroamérica y antes indiscutidos.
310 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 311

Entre los medios tendientes a lograr equidad en la distribución de bajo nivel y a costa de los de más alto, ya que esa redistribución del
de la carga tributaria se mencionó la progresividad, según la cual, a ingreso influye inversamente en el monto del ahorro e inversión priva­
mayor riqueza gravada, mayor alícuota, atendiendo también al princi­ dos, lo cual es contrario al necesario avance para subirse a la
pio de la igualdad de sacrificio. globalización. ..
No obstante, actualmente se impugna la progresividad con dos En defmitiva;~la revisión de los principios financieros básicos es
argumentos principales: a) que el desarrollo de una economía emer­ el punto de partida necesario para delinear los elementos de política
gente requiere una cierta tasa de formación de capital y que, al menos, fiscal que requieren los países con escaso desarrollo económico, recor­
la formación de capital privado depende en gran parte de la concentra­ dando la diferencia de problemas que separa a éstos de los avanzados, y
ción de recursos en manos de un limitado número de unidades econó­ el hecho de que el mal uso que hacen los países subdesarrollados de los
micas, contra el cual conspira la progresividad; b) el sistema progresi­ instrumentos de política económica para la movilización de sus recur­
vo desalienta el esfuerzo productivo en general y la disposición de las­ sos se debe, en gran medida, a que su estructura financiera se funda­
menta en consideraciones teóricas elaboradas en las naciones altamen­
empresas a asumir riesgos en particular.
te desarrolladas que no son de conveniente aplicación en ellos (John
Refiriéndose al principio de uniformidad, según el cual todos
Adler, Recursos financieros y reales para el desarrollo, ps. 7 y 23).
deben pagar de acuerdo con su capacidad contributiva, puede haber
razones de rendimiento que impidan la aplicación práctica de esta idea.
Para explicar esto, se suele poner como ejemplo el caso de una comuni­ 16. PBESIÓNTBIBurAlUA..
dad que necesite recaudar una cierta suma de dinero por medio de tribu­
tos establecidos de acuerdo con el principio de la capacidad de pago. La presión tributaria es la relación existente entre la exacción
Cuando se llega a la práctica de este sistema, aparecen una serie de fiscal soportada por una persona física, un grupo de personas o una
factores de diverso orden que impiden la recaudación de la cantidad colectividad territorial, y la renta de que dispone esa persona, grupo o
prevista siguiendo rigurosamente tal principio, porque los poseedores colectividad. De ese concepto, deducimos que puede haber tres nociones
de las altas rentas, que son los más fuertemente gravados, emigran de de presión tributaria:
la comUIli4ad; surge entonces la necesidad de gravar fuertemente a las 1) Presión tributaria individual: en este caso, la relación surge
personas asalariadas de menores ingresos, quienes dificilmente podrán de comparar el importe total de la deuda fiscal de una persona con su
cambiar de localidad, con lo cual se logra la recaudación deseada, pero renta. Las fórmulas que se adoptan son discutibles, ya que no tienen
desechando el principio ideal citado (Harold Somers , Finanzas públi­ en cuenta los servicios concretos que el contribuyente recibe. De todas
cas e ingreso nacional, p. 155). maneras, la presión tributaria individual puede ser un importante dato
Asimismo puede ser necesaria la implantación de impuestos que de política fiscal.
no tengan en cuenta en absoluto ni la capacidad contributiva ni el 2) Presión tributaria sectorial: la relación surge de comparar el
origen del ingreso, ya que han sido creados con el único objeto de lograr importe de la deuda de un determinado sector (p.ej., sector agrícola,
la ocupación plena. Siguiendo nuevamente a Somers (ob. cit., p. 156), industrial,comercial, profesional, etc.) con la renta que produce tal
vemos cómo éste llama a este tipo de gravámenes "impuestos promoto­ sector. .
res", porque se establecen a fm de promover la producción y el empleo; Este porcentaje puede ser un interesante dato de política fiscal,
pone como ejemplo el impuesto al seguro contra el desempleo, en el. pero cab~ señalar que en la práctica ha sido muy difícil establecer la
cual el patrón paga menos si mantiene cierto grado de estabilidad llilho­ presión tributaria sectorial, ante la falta o imperfección de las estadís­
ral. También el impuesto sobre ganariCiasno distribuídas, que, al for­ ticas necesarias.
zar la distribución de las ganancias entre los accionistas, estimula el 3) Presión tributaria nacional: es la relación entre el conjunto
consumo; el impuesto a los depósitos bancarios, que, lógicamente, invi­ de tributos y la riqueza de la colectividad. Según Cosciani (Principios
ta al gasto, y otra serie de imposiciones que tienen por finalidad mfÚo­ de ciencia de la hacienda, Madrid, 1960, p. 203), este concepto está
rar el nivel de ocupación, aun sacrificando ingresos. ligado a la idea de sacrificio impuesto a la colectividad a causa de la
Tampoco se puede pensar que sea muy beneficioso para la econo­ detracción fiscal. Cuando se dice que la presión tributaria es tolerable
mía de los países rezagados en la era globalizada que su sistema tribu­ o excesiva, se quiere decir que el sacrificio impuesto a la colectividad
tario sea un medio de redistribución de riqueza en favor de los grupos por la administración fiscal es tolerable o excesivo (comparte esta posi­
312 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 313
ción Lauré, Política fiscal, Madrid, 1960, p. 208). El francés Lucien Se debe aclarar, sin embargo, que la doctrina económica se incli­
Meh} discrepa con esta concepción, y afirma que el sacriñcio es nulo si na en la actualidad a medir la presión tributaria sobre la base no de ia
el gasto es igual al recurso público, dado que el dinero vuelve a la renta nacional sino del producto bruto interno a precios de mercado.
comunidad. Para este autor la presión tributaria expresa el grado de Entonces, tendríamos que la fórmula sena:
intervención del poder público en la vida económica y social y la impor­
tancia de las funciones asumidas por el Estado (Elementos ... , p. 230).
Creemos que la presión tributaria es un índice muy importante T
de los factores a los cuales se refiere Mehl, pel"~ lo cierto es que el Piguala-­
concepto, en general, se vincula más a la noción del g-i"ado de sacrificio PBI
que significa la exacción tributaria para la colectividad.
Se habla también de presión tributaria ordinaria, que sería la En esta fórmull~., PBI significa: product.o bruto interno a pre~icc
relación ent:re los recursos del Estado y la renta de los particulares, y de mercado, o sea, el valor anterior a la amortización de los bienes y
de presión tributaria extraordinaria, que reflejaría la ¡'elación entre servicios finales obtt':'!",.Jns Dor los factores d~ la producción situados
los recursos extraordinarios del Estado y el patrimonio de la colectivi­ dentro del territorio del país en Ull período dado.
dad Se entiende que aplicando el concepto de producto bruto en vez
del de renta nacional se simplifica él concepto; el producto bruto3s
16.1. Índice de medición. más fácil de obtener y de medir, ya que elimina la amortizació:,;. y
prescinde de la incidencia de los impuestos indirectos, que son elelila;,<>
La idea tan genérica y extensa de "presión tributaria" quiere ser tos elásticos y dificil es de evaluar en forma similar (ver: MehI, El2men.
condensada por la doctrina en un índice. Se busca una fórmula que tos ... , p. 229).
permita medir idóneamente, en el tiempo y en el espacio, la magnitud
de la carga fiscal en relación con la colectividad.
16.2. El problema de la inclusión del gasto público.
No entraremos en el análisis de las, a veces, complicadas fórmu­
las que son materia de economía fmanciera. Sólo diremos que el índice
Dice Griziotti (p. 83) que la fórmula de la presión tributaria se
más elemental de presión tributaria es la relación entre el monto de la
debe precisar mejor, teniendo en cuenta la uti1idad directa o indirecta
detracción en un período (generalmente un año) y la renta nacional en
el mismo período (conf. Cosciani,Principios ... , p. 204). Así, por ejem­ de los gastos públicos en relación con los contribuyentes, dado que la
plo, si la renta es de cien y la recaudación de veinte, diremos que la presión es más soportable o ligera cuando mayor es la ventaja que 103
presión tributaria será del 20% de la renta, ya que la fórmula es la ciudadanos obtienen por los servicios públicos. Según Griziotti, la fór­
mula ideal sería la siguiente:
siguiente:

T T-G
Piguala-­
R R(o PBI)

En la fórmula arriba citada el significado de los conceptos es el Los autores Brochier y Tabatoni (Econom(a financiera, Barcelo­
siguiente: na, 1960, p. 176) se oponen a este criterio. Dicen que los efectos especí­
P: Presión tributaria. ficos de la exacción fiscal deben ser puestos de manifiesto independien­
T (Tributación): es la suma de todos los tribu~ (impuestos, ta­ temente de los gastos si se quiere analizar el problema con claridad.
sas, contribuciones especiales y parafiscales) nacionales, provinciales Esta última posición parece la más acertada, porque es muy difícil
y municipales. precisar la real incidencia del gasto público en los distintos sectores de
R (Renta nacional): es la suma de todos los ingresos obtenidos, en la población. Es prácticamente imposible generalizar sobre el beneficio
un período dado, por los factores que han cooperado en la producción de que ree-lmente deriva de los servicios públicos para las"distintas perso­
bienes y servicios. nas, a~a vez que es muy dificil darle determinado valor económico.
314 HÉCTOR B. VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 315
~
Algunos especialistas han utilizado asiduamente esta ecuación, nes y servicios prestados a la población 10 fueran también en forma
generalmente prescindiendo de la noción de gasto público, que compli­ gratuita. Ello significaría, según sostiene el autor citado, una sociedad
ca el concepto, y han comprobado que la presión tributaria que surge comunista en estado puro (Elementos ... , p. 234), de lo cual deduce que
de la fórmula P =TIPB! es importánte para establecer las dos siguien­ teóricamente p~ no haber límites a la imposición, ya que ello depen­
tes cuestiones: a) cuál es la influencia de la recaudación tributaria derá de la estructura política y económica de un país.
sobre la producción económica, lo que servirá a su vez para establecer En el caso de economías descentralizadas que estamos analizan­
comparaciones con otros períodos o con las economías de otros países; do, hay, sin embargo, límites que no se deben sobrepasar, para no
b) cuáles son los límites que la recaudación tributaria no debería sobre­ provocar una presión tributaria excesiva. Al respecto, se sefiala que la
pasar con respecto a la producción económica, para ser razonable o presión tributaria excesiva produce evasión tributaria, emigración de
tolerable. capitales y decaimiento de la producción.
Estos dos últimos objetivos, sin embargo, no se han podido alean-. Pero cuando deseamos concretar cuáles son esos límites, nueva­
zar mediante el exclusivo uso de cualesquiera de las fórmulas expues­ mente entramos en un campo en el cual las generalizaciones son peli­
tas por la matemática financiera, las cuales siempre arrojan como re­ grosas. Los fisiócratas afirmaban que la imposición no podía ir más
sultado un porcentaje o valor abstracto de presión global, que no allá del 20% de las rentas individuales; otros autores han señalado,
distingue entre las diversas categorías de contribuyentes o clases de luego de meditados estudios, otras proporciones. Así, Proudhon sostie­
fuentes de producción. ne que el límite máximo es del 10%, mientras que Colin Clark aumen­
En consecuencia, un cálculo así realizado no representa un aná­ ta el porcentaje al 25 %. Pero todo esto depende de una serie de circuns­
lisis cualitativo de las presiones de diverso grado que pueden soportar tancias, tales como: el grado de desarrollo del país, la forma de
los distintos sectores de la producción, así como tampoco expresa la distribución de la riqueza, la estructura y perfección del sistema tribu­
eficiencia con que los recursos tributarios han sido empleados por el tario, etc.
Estado al realizar los gastos públicos, ni la importancia que para la Como sostiene el francés Mehl (Elementos ... , p. 235), dentro de
financiación de éstos pueden haber tenido otros recursos, tales como la relatividad del concepto de medición de presión tributaria y de límite
empréstitos, utilidades de empresas del Estado, etc. Finalmente, un de la imposición, es de esperar que la evolución de la técnica económica
cálculo de la carga fiscal realizado por medio de las fórmulas propues­ y fiscal permita establecer estos conceptos, en el futuro, con satisfacto­
tas no establece la utilidad presente, ni por cierto, la futura, de los ria precisión.
gastos realizados por el Estado.
De todas maneras, la presión tributaria y sus índices de medi­
ción son siempre aproximativos y nunca exactos. No hay duda de que 18. EL MONOTRIBtrro COMO APARENTE PRETENSIÓN slMPLIFICADOBA
puede ser un dato importante de política fiscal, cuya utilidad es inne­ DEL RÉGIMEN TRIBUl'ARIO ARGENl1NO.
gable como guía o elemento de análisis. Sin embargo, no se debe exage­
rar su importancia, ya que las fórmulas son muy relativas y la medi­ Mediante la ley 24.977, su anexo, decretos y resoluciones regla­
ción numérica de ciertos conceptos económicos, como "tributación", mentarias conexas, se dictó en nuestro país un método presuntamente
"renta nacional", "utilidad de gastos públicos" y "producto bruto inter.: encaminado a simplificar el régimen tributario para pequeños contri­
no", siempre encierra mucho de arbitrariedad. La comparación inter­ buyentes, cuando sus ingresos brutos no excedan del monto que indica
nacional, por otra parte, carece de iJllPortancia si los países tienen la normativa ($ 144.000 anuales, al escribir estas páginas), estable­
estructuras sociales o econÓmicas diferentes. ciendoS categorías, que van desde la cero hasta la siete. Cuando se
trata de profesionales, el techo es menor ($ 36.000 anuales), y están
17. LíMrrEs DE LA IMPOSICIÓN. agrupados en tres categorías (cero, uno y dos).
El régimen incluye el impuesto al valor agregado, el impuesto a
Desde el punto de vista puramente teórico, la exacción fiscal pue­ las ganancias y los aportes de seguridad social, a los cuales introducen
de no tener límite. Hace notar Mehl que el proceso de redistribución numerosas variantes y se los hace confluír en una suma pequefia y
podría llegar hasta el punto de que la totalidad de las rentas fueran única, a pagar en forma sencilla por los monotributistas. A su vez,
absorbidas por el impuesto (el trabajo sería gratuito), y de que los bie- éstos están sometidos a tipos infraccionales penados con clausura que
316 HÉCTOR B. VILLEGAS
317
no alcanzaban al resto de los contribuyentes, y a un régimen más seve­
ro en cuanto a la clausura preventiva.
El análisis detallado de este engendro disfrazado de simplificador
-cuyo objeto es alcanzar a contribuyentes que generalmente están
fuera de la acción fiscal, y que ha sido declarado inconstitucional por
los tribunales- pone en evidencia sus graves defectos, entre los cuales
cabe señalar que: 1) el régimen no iogró la simplificación prometida
sino todo lo contrario; 2) no respeta los principios de equidad, legalidad,
proporcionalidad y no confiscatoriedad; 3) restringe la igualdad, la tu­ CAPfTULO XII
tela jurisdiccional efectiva y la capacidad contributiva (ver, sobre el EL CRÉDITO PÚBLICO
tema, Viviana Cecilia De Pietram6nica, Proyección del estatuto del
contribuyente sobre el régimen simplificado, en "Periódico Económico
Tributario", 13/4/1999, ps. 1 y ss.). 1. NOCIÓN.

Al estudiar iv;;¡ o ;;,::~'rROS del Estado mencionamos que entre los


ingresos con que cuentan los gobiernos para hacer frente a su cometido
deben estar comprendidos los provenientes del crédito público. Dado
que entre los fmancistas no son unánimes las opiniones sobre e; jeslin­
de entre las expresiones crédito público, empréstito y deuda pú­
blica, se hace necesario definir y delimitar tales conceptos.
En su significado comercial y, por ende, más conocido, el términQ
"crédito" implica la fama o reputación de que goza una persona para
satisfacer sus compromisos. En materia presupuestaria, se entiende
por "crédito"la autorización que se concede a la Administración para
realizar gastos hasta una cierta cuantía, mientras que para la ciencia
contable es la anotación en el haber de una cuenta. De estos significa­
dos, el que más se aproxima al concepto que estudiaremos es el primero.
Etimológicamente, la palabra deriva del latín creditum, y esa
locución proviene a su vez del verbo credere, que significa "tener con­
fianza o fe".
A su vez, el término "público" hace referenci'i' '! 1:::. :::::-,.¡;¡¡"i.1¡;' ue
aqll~~. (::;;¡;¡tadc) l{"'" b:!:A; U¡'Ú dilla confianza en él depositada, pidiendo
que se le entreguen bienes ajenos en contra de la promesa de la ulterior
restitución.
En una primera aproximación basada en la etimología, por "cré­
dito público", debemos entender la fe o confianza de que goza un
Estado para poder recurrir al ahorro de 108 particulares.
Las cuestiones siguientes consisten en intentar deducir en qué
consiste esa fe o confianza y cómo ella se logra.
El símil con lo que sucede en el campo privado tiene su utiJidad,
pero las diferencias son notorias: Un individuo se endeuda sobre la
base de dos estimaciones que hace el prestamista: su conducta anterior
de buen pagador y su actual solvencia demostrada por el patrimonio.
Ese capital privado está garantizando que, en caso de no ser pagada la
obligación al vencimiento, los acreedores podrán ejecutarlo para que
(

MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 319


818 I'\. HÉCTOR B. VILLEGAS
su préstamo sea restituído, con más sus intereses. Si el prestatario es bienes en préstamo; el empréstito es la operación crediticia concreta
el Estado, la cuestión es más complicada. Los bienes públicos a que se mediante la cual el Estado obtiene dicho préstamo, y la deuda pública
refiere el arto 2340 del Código Civil son inembargables e inenajenables. consiste en la obligación que contrae el Estado con los prestamistas
En cuanto a sus otros bienes, los Estados suelen dictar leyes que con­ como consecuencia 4~ empréstito.
sagran la prohibición de ejecutarlo. En la República Argentina, según Es difícil dilucidar en abstracto el momento en que un gobierno
la ley 3952 reformada por ley 11.634, la sentencia condenatoria para el (federal, provincial o municipal) debe recurrir al crédito público. En
fisco s610 tiene valor declarativo. Esa sentencia se debe limitar a re­ este aspecto, no hay demasiadas diferencias con los particulares. Un
conocer el derecho que se pretende, pero se prohíbe la ejecución del Estado. individuo puede pedir prestado cuando 10 necesita para pagar lo que
exija una contingencia inesperada (p.ej., un accidente, una enferme­
La cuestión debe quedar puesta en otros términos. La primera
dad de costosa curación), o bien cuando desea realizar obras o adquisi­
inquietud de los futuros acreedores está dirigida a la solvencia. Ésta no
ciones que excedan sus reservas. Un gobierno está también justificado
está dada por la cantidad de edificios, puentes, caminos o plazas del
si lo hace para cubrir gastos de guerras o catástrofes que no pudo o no
Estado, sino por su capacidad para percibir tributos en forma suficien­ supo prever o cuando desea emprender un plan que mejore su infraes­
te como para que quede un saldo aplicable a la devolución de présta­ tructura u otros aspectos vitales. Lo importante en ambos casos es que
mos, los que surgirán, por un lado, teniendo en cuenta la capacidad se posea el necesario flujo de ingresos para devolver 10 prestado y la
contributiva de la población concebida en sentido macroeconómico y, firme voluntad de restitución. Incluso se puede dar el caso de que tanto
por otro, la capacidad gubernamental para controlar la evasión fiscal. el individuo como el gobierno empleen los fondos para un fm productivo
Otros elementos objetivos serán monitoreados por los futuros acreedo­ que ofrezca buenas perspectivas en cuanto a la propia liquidación de la
res, como, por ejemplo, la posibilidad de obtener divisas basándose en
el adecuado manejo de su comercio exterior, su potencial industrial y, deuda.
Pero también es importante, tanto para los particulares como
en general, todos aquellos elementos que determinan saldos positivos para los gobiernos, la prevención de no contraer deudas con demasiada
en el balance de pagos de un Estado (conf. Carlos Eduardo Albacete, facilidad y para cubrir gastos excesivos o extravagantes.
Crédito público, en Manual ... , ob. cit. de Mordeglia y colaboradores, Esta posibilidad ha sido debidamente acotada en nuestro país al
ps. 367 y ss.). establecer por ley cuáles son los exclusivos destinos de los fondos logra­
Pero tan importante como la auténtica posibilidad económica de
dos mediante el préstamo.
devolución es la reputación o fama que tiene un Estado como cumpli­ La ley 24.156 de administración financiera y sistemas de con­
dor de sus obligaciones generales y, en especial, de los préstamos ante­ trol, dice en su art. 56, 2lI párrafo, que "se entenderá por crédito públi·
riormente contraídos. ca la capacidad que tiene el Estado de endeudarse con el objeto de
El profesor Salvador Oria (Finanzas ... , ob. cit., t. 3, p.107) ha captar medios de financiamiento para realizar inversiones repro­
enfocado correctamente este delicado aspecto. ductivas,para ate.nder casos de evidente necesidad nacional, para
Sostiene Oria que la expresión "crédito" se relaciona con dos for­ reestructurar su_ organización o para refinanciar sus pasivos inclu­
mas de creencia: la confianza o fe en la moral de una persona dispuesta yendo los intereses respectivos". No obstante la opinión en contra de
a cumplir sus deberes y obligaciones y la creencia de que podrá cum­ alguna doctrina, CFeemos que esta enumeración de asignaciones es
plirlos por disponer de medios económicos. Giuliani Fonrouge (t. 2, p. limitativa y no meramente enunciativa. ­
1171, 61 ed.) comenta favorablemente estas expresiones del profesor
Oria, manifestando que !fien el caso delCFédito privado pueden influír
otros factores, en el crédito público sólo actúa la fe o confianza que 2. EVOLUCIÓN HIS'IÓRlCA.
inspira el Estado, no tanto por su opulencia como por su conducta
frente a los derechos humanos y en el ámbito de la política nacional e El crédito público tuvo desarrollo en una época relativamente
internacional. Lo que cuenta, entonces, es la seriedad y unidad de reciente, ubicable entre la última parte del siglo XVIII y los inicios del
conducta, el cumplimiento escrupuloso de los compromisos asumi· siglo XIX. Con anterioridad, los gobiernos recurrían al crédito tan sólo
dos y el buen orden de la gesti6n de la hacienda pública. ocasionalmente, pero usualmente por importes más reducidos y con
Podemos decir, entonces, que crédito público es la aptitud políti­ mayores dificultades que, en los tiempos actuales. En aquellos prime­
ca, económica, jurídica y moral de un Estado para obtener dinero o ros tiempos, el crédito público no era sino un asunto más o menos
-1

320 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 321


personál entre el gobernante como prestatario, y el pl'estamista que existía como fuente de recursos regulares y se daba con frecuencia el
era regularmente algún rico mercader o, en los siglos XVI y XVII, repudio de la deuda. Por ello, los préstamos se hacían a breve plazo y
alguna compañía de comercio (como la Compañía de]a India Orienta1 por pequeñas sumas, ya que siempre estaba presente la posibilidad de
Británica). El rey tenía dificultad para tomar dinero en préstamo debi­ las bancarrotas o del repudio fraudulento de la deuda contraída.
do a su escasa facultaú impositiva, lo precario de su propia existencia y A partir del siglo XI"Á los Estados se organizanjuridjcamente, la
la incertidumbrE; o'e si €U SUC3sor asumiría las obJigaciones. Lüs prés­ gestión administrativa mejora, los recU!aos pasan a ser peTlJ1anen'oos,
tamos que se le ha.cían 801í&1 ser a corto plazo, fa elevados tipos de elásticos y productivos, y la noción sol::ra la responsabilidad del Estado
interés y, frecuentemente, gru:antizados con sus bienes personales, tao adquiere relevanda; a ello se suman el ~Tan desarrollo de 10s Vb.iOre8
les como las joyas i~;ales v el patrimonio de la Coron",. mobiliarios J el nacimiento de bolsas y mercados para esos
Por otra pal"Ís, y ;;egú-""" ':¡inlOS al desarrol1ar ía evolución del pen­ factores decisivos para que adquiera auge el crédito público.
samiento fin.ancia1'O (esp. H), tanto la edad antigua como el medioevo
se caracterizE:!"ún po, utilizai:' Íüstituciones financi0ras que no f<:>rma­
ban parte de un sia,em["\ I!oncebido integralmente y aplicado 3. BASAMENTOS DEL C'~"..cJ;.1 ú t'UtiLi;':;O.
concientemente. S.~gún vimr5, los institutlls financiero,3 era.""l puestos en
práctica, modificadr)s, c-}::lstlrvados o abandonados por razones Solamente con el desarrollo de algunas circunstancias de distin­
circunstanciales. sir: TG3pOnder a teorías financieras, sino, más bien, a to tipo fue posible que se concibiera la idea del crédito público basarle 6n
postulados de otro tipo. la fe o confianza y que esta institución pasara a tener inusitada impOi"­
Dentro de los antec':ldentes, a veces anecdóticos, oue se citan en tancia dentro de las F.P.
relación con el cté~No r,,;biico en la antigüedad, no deja de ser curioso Entre esas cirCWlstancias, mencionamos las siguientes:
el ejemplo de Em:ique ./ en 1.41.6, quien no obstante haber obtenido un a) el surgimiento de una economía monetaria, )0 cual se
subsidio de 60,000 liLr~ls acordadas por el Parlamento, ofreció a los comenzó a dar orgánicamente a partir del siglo XVII;
banqueros flam"lncos ,¡I rehén de tres príncipes reales para lograr un b) la organización de mercados de capitales bajo el d"mÍnio
préstamo (así lo relata Manuel De Juano, Curso de finanzas y derecho de las bolsas de valores y de grandes bancos, lo cual recién suc3dió en
tributario, Rosari/), 1972, t. 3, p. 79). El narrador no nos informa si se el siglo XIX;
aceptó esta garantía y, en su caso, qué pasó con los príncipes. En otras c) la exacta caracterización del Estado que realizaron le.s
ocasiones, las fianzas eran inmuebles, muebles, joyas, metales precio­ escuelas liberales del siglo XVIII, las cuales lo concibieron como ml
sos u otros bienes del monarca que los prestamistas considerasen va­ ente distinto del gobernante, nunca identificable ni confundible con
liosos. También se negó a ofrecer la privación de la libertad de los alle­ dicha persona, de lo cual se siguió que ambos patrimonios se indepen­
gados al rey si la deuda no se cumplía (lo cual, seguramente, no fue dizaron en forma total;
demasiado tranquilizador para esos allegados). Estos ejemplos demues­ dl el desarrollo del constitucionalismo, que ad¡;m.::iR OP (1-¡f",­
tran que el instit.uto estaba en estado embrionario y que no fueron renciar los patrimonios ut! lSUuerano y Estado dio a los acreedores, que
pocos los abusos de deudores y banqueros. pasaron a ser num",rQS4)!' la seguridad del derecho de sufragio;
A ello se suma, como elemento negativo, que conforme a las nor­ e) la ampliación de las facuItades impositivas, que pro­
mas de derecho canónico entonces vigentes, los préstamos con intere­ porcionó a los Estados la posibilidad de rentas seguras y periódicas que
ses entre cristianos estaban expresamente prohibidos. La posterior dis· daban la posibilidad material de cumplir con los acreedores.
tinción entre préstamos con fines de consumo, para los que continuó la Todo ello llevó a la convicción de que en nuestra era resulta difí·
prohibición, y préstamos con fines productivos, para loscuales se ad­ cilmente concebible que, a menos que sobrevenga una revolución, pue­
mitió el pago de intereses, si bien es cierto que atenu6'la oposición da un gobierno plenamente soberano desconocer o dejar de cumplir
escolástica a los préstamos redituables, no pudo, sin embargo, dar lu­ una deuda pública. No obstante, es posible que el acreedor se sienta, y
gar al uso frecuente e importante del crédito público. con frecuencia se siente, indeciso por el sutil proceso de la inflación
Todo ello, obviamente, dificultaba el desarrollo de la institución. (Groves, ob. cit., p. 794). .j ';
A 10 anterior se agrega el procedimiento de la bancarrota frecuente que No obstante que la idea del crédito público (en adelante, C.P.) era
se producía con el advenimiento de un nuevo soberano; el impuesto no bien conocida desde tmes del siglo XVIII, su progreso fue lento, merced
322 HÉCTOR B. VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 323
\,

a la influencia de los postulados formulados por las teorías liberales externa argentina, que, al momento de escribir estas líneas, asciende
clásicas. aproximadamente a ciento treinta mil millones de dólares, se apoyó en
Adam Smith (1776) calificó de "ruinoso" el sistema de deudas las limitaciones de las instituciones crediticias nacionales y en la abun­
consolidadas, que "debilitó gradualmente a cuantos Estados lo adop­ dancia de recurios de los centros financieros internacionales.
taron". No obstante, los tipos reales de interés que se habían mantenido
David Ricardo y John Stuart Mili también se manifestaron en relativamente bajos hasta 1980, comenzaron a crecer y, en el período
contra, con el argumento de que los préstamos tienden a producir más 1981-1984, alcanzaron niveles más altos que los anteriores a 1980.
escasez de capital que los impuestos (referencias en Groves, ob. cit., Tipos de interés altos han ocasionado cambios estructurales im­
p.795). portantes en la oferta y la demanda de fondos prestables (liberalización
Luego analizaremos con mayor detenimiento lo que se puede con­ de operaciones financieras, mayores exigencias de los ahornstas), ade­
siderar como una postura bastante uniforme en el pensamiento y obras más de cambios coyunturales (contracción del ahorro en algunos paí­
de estos autores, agrupados bajo la denominación de "escuela clásica", ses, fuertes necesidades de endeudamiento del sector público).
con algunos excesos y errores para los teóricos modernos, pero también Las variaciones descritas en los tipos de interés han trasformado
con verdades irrebatibles cuyo olvido creó verdaderas catástrofes eco­ un entorno financiero relativamente estable en otro cambiante y de
nómicas. evolución dificil de prever. Entre las consecuencias más importantes,
De todas maneras, coincidimos con José María Martín en que' es destacable que, como resultado de los altos tipos de interés, los pre­
hubo dos factores que dieron decidido impulso al crédito público. cios de los activos financieros e inmobiliarios han descendido en mu­
El primero de ellos fue el creciente aumento de los gastos que chos países. De nuevo, la trasmisión de esta caída entre países ha sido
acompañan a la guerra moderna. Los principios teóricos quedaron a muy rápida, debido a la realidad de vivir en un mundo financiero global.
un lado, eliminando la tradición contraria a los empréstitos cuando su No obstante, la deuda neta total del sector público ha continuado
emisión se impuso debido a emergencias bélicas. Las guerras fueron, en un crecimiento sin prisa pero sin pausa, como lo refleja la tabla
pues, los motores impulsores del crecimiento de las deudas públicas de anexa, referente a diversos países del orbe.
la mayoría de los países.
El segundo factor que, en lo que va de nuestro siglo, dio un ines­ DEUDA NETA TOTAL DEL SECTOR PÚBLICO
perado empuje a la utilización del crédito público han sido los progra­ (En porcentaje del PBn
mas gubernamentales destinados a solucionar el problema de la desocu­
pación, sobre todo en la década de los años treinta. Dichos programas, 1974 1979 1989 1995
basados en justificadas tesis para las circunstancias que caracteriza­
ba."1.1as economías de los Estados Unidos y de algunos países europeos, Estados Unidos 21,7 36,5 54,2 64,3
han dado origen a diversas postulaciones teóricas que apologizan Japón -5,3 45,6 68,7 81,3
desmedidamente las bondades del uso del crédito público (autor y ob. Alemania -4,7 30,8 43,2 62,6
cits., p. 218). Francia 8,1 31,4 40,6 60,1
A las razones antes señaladas se deben unir, en la actualidad, Italia 44,6 60,3 95,6 123,0
circunstancias inherentes al proceso de la globalización (ver cap. 111). Gran Bretañlil 59,9 54,3 42,9 59,6
Uno de. los factóres básicos del fenómeno globalizador ha estado Canadá' 4,9 43,7 69,2 99,1
constituído por las inversiones directas que en el extranjero han efec­ España 16,5 45,4 70,1
tuado empresas multinacionales. No obstante, en los últimos años apa­
recieron fenómenos adicionales relacionados con la deuda pública que La tabla precedente indica el incremento de la deuda pública,
intensificaron la expansión de los negocios internacionales. Resulta especialmente desde principios de 1970, pero en un proceso que se ace­
sorprendente el creciente endeudamiento de algunos gobiernos en mer­ lera a partir de 1980.
cados internacionales, obteniendo préstamos de bancos, gobiernos y Muchos economistas y gobiernos comienzan a asignar la debida
organismos especiales, como el Fondo Monetario Internacional, el Ban­ importancia al punto. Este crecimiento es gravemente indeseable, bá­
co Mundial y otros organismos diversos. El crecimiento de la deuda sicamente porque la acumulación de deuda pública conduce a volúme­
324 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 325

nes crecientas de gastos fmancieros en el presupuesto público. En otras En consecuencia, del empréstito no derivan recursos en sí mis­
palabras, se recaudan impuestos para redistribuidos como Ínter'lses a mos, sino tan sólo la anticipación de recursos futuros, que normalmen­
los suscritores de deuda pública. te sólo se lograrían en el curso de varios años, pero que se los debe
El problema no es tan delicado en materia de deuda intema, corno reunir inmediatamente ante lo impostergable de la erogación. Econó­
más adelante, veremos, pero se torna peligroso ¡;nando los abultados micamente, esto significa que el crédito público es similar, en su esen­
intereses y amortizaciones se deben trasferir a economías foráneas. cia, al préstamo privado, ya que el objetivo perseguido es idéntico al
que trata de obtener un particular cuando recurre al crédito para ha­
cer frente a gastos inmediatos que su presupuesto anual o mensual no
4. CARACTErdsTICAS:')EL cRÉDITO Pli13LICú.
puede solventar.
Por otra part':!, el empréstito nunca puede ser un ingreso en si
La G<:!nera.lü.. ación en el uso de este medio corrc) forma de procu­ mismo, ya que se limita a hacer recaer sobre las generaciones fUtUl¡;~;J
rar ingresos b ajo la. d:ís'-:usión doctrimil de si realmente se los puede la carga de los gastos efectuados mediante el empréstito: esto sucede
considerar recursos públicos yen qué casos corresponde su racional porque como el empréstito es sólo un préstamo, deberá ser devuelto
utilización. posteriormente junto con sus intereses, y esa devolución sólo podrá SI?'!"
LI:' cuesr.Íón que plantea este tema es de~idir si es correcta la solventada mediante nuevos impuestos que deberán pagar las ganer:,>
posjción que a:mmen quienes sostienen que el empréstito ha perdido el ciones venideras.
carácter de recurso extraordinario que lA atribuía la escuela liberal De estas argumentaciones se concluye que el crédito público debe
clásica, parl'l pasar a ser un recurso en sí mismo y totalmente normal, ser utilizado en forma excepcional y restringidamente, y no para cu­
similar al impuesto, siendo su selección una simple cuestión de oportu­ brir gastos considerados normales.
nidad. La respuesta a esta delicada cuestión pasa por diferentes aspec­
tos, como, por ejemplo, sus efectos sobre las economías nacionales en 4.2. Concepciones modernas.
sus distintas fases, su incidencia sobre la generación presente y sobre
las futuras, la diferencia o similitud entre la deuda pública y la priva­ Las teorías w,. ;"cnas (Duverger, Somers, Laufenburger, Giuliani
da, etc. Fonrouge, Hp,~;, aunque no en forma unánime (Buchanan ha reivin­
dicado en gran medida las concepciones clásicas), consideran que el
4.1. La concepción clásica sobre el crédito público. crédito público es un verdadero recurso y que no puede estar limitado
por circunstancias excepcionales.
Los hacendistas clásicos distinguen netamente los recursos pú­ Por lo pronto, hay disidencias en cuanto a que la deuda pública
blicos propiamente dic~, como, por ejemplo, el impuesto. de aquellas pueda ser similar a la privada. Según Hart, la diferencia esencial con­
otras medidas, como las del crédito público, que no tienen más objeto siste en que el gobierno "dirige" la magnitud y composición de su deuda
que distribuir los recursos en el tiempo, al solo fin de adecuarlos a los mediante su control sobre la moneda y la banca, poderes de los cuales
gastos. carece el prestamista privado. Por otra parte, esa magnitud y composi­
Así, por un lado, hay determinados momentos en que los fondos ción no dependen sólo de la necesidad de cubrir aprernjos extraordina­
disponibles en las tesorerías no son suficientes para cubrir ciertos gas­ rios o déficit monetarios, sino también de otros oQjetivos muy diferen­
tos que no admiten espera, ante lo cual se procuran dichos fondos me­ tes, como, por ejemplo, el deseo de iniciar obras públicas para combatir
dIante préstamos a corto plazo, que luego se van reembolsando al in­ la desocupación, de regular el mercado de capitales o el volumen de la
gresar los recursos y en el trascurso de un ejercicio presupuestario. circulación monetaria.
Ahora, si no se trata de gastos de tipo ordinario sino extraordinario También han surgido disidencias en cuanto a que la carga de la
(guerras, inundaciones, terremotos, etc.), tampoco se puede prescindir deuda pública pase a las generaciones futuras. Autores como Einaudi,
de efectuar el gasto estatal inmediatamente, pero en tal caso el impor­ Duverger y Somers afirman que es la generación presente la que so­
te no podrá ser cubierto durante la vigencia de un solo ejercicio presu­ porta la carga de los gastos públicos cubiertos ca.p el crédito público.
puestario, siendo entonces !mando, por medio del empréstito, se repar­ Se sostiene que el emprésf:ito significa una reducción a la renta
te la carga financiera entre varios presupuestos. nacional actual, al disminuír el poder de compra de los particulares,
"-~m'l!aa"!~'J"

326 HÉCTOR B. VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS


.'\, 327
dado que el dinero es empleado para financiar gastos públicos en vez de piamente dicha para la generación futura considerada en su conjunto

ser destinado a fines privados. Además, se dice que si bien es cierto que pero sí significa para esa generación una redistribución de riqueza'

el empréstito constituye una carga para los contribuyentes futuros, pues los contri};>uyentes del futuro serán privados de una parte de su~

que ven aumentados sus impuestos para hacer frente al servicio del bienes en béneficio de los próximos poseedores de los títulos. Por otra

interés y reembolso, no es menos cierto que esa carga está compensada parte, es indudable que el Estado está limitado en cuanto a la disposi­

por la ventaja correlativa obtenida por los prestadores que reciben di­ ción de sus recursos, ya que debe tener en cuenta los derechos adquiri­
chos intereses y dichos reembolsos. Al respecto, Somers explica gráfi­ dos por los tenedores de los bonos. >

camente que la conocida caricatura del niño recién nacido con una Si el empréstito es externo, en el sentido de que el préstamo ha

piedra al cuello que dice "deuda pública de dos mil pesos", debería ser sido otorgado por capital extranjero, la carga de la deuda recae sobre

completada poniéndole al niño en una mano un bono del gobierno por las generaciones futuras. En este caso, deudor y acreedores pertenecen

idéntica suma. a economías diferentes. Los capitales foráneos los recibe la generación

La conclusión de los sostenedores de estas teorías es que el em­ de la época en que se emite la deuda, pero el servicio de intereses y

préstito estatal es un recurso que nada tiene de anormal, y que no reembolso debe ser cubierto por la generación futura, sin beneficio com­

puede estar rígidamente limitado a "circunstancias excepcionales o pensatorio alguno, ya que los poseedores de los títulos del empréstito

déficit circunstanciales", que dan lugar a gastos imprevistos o urgentes. pertenecen a una economía extraña (no se incluye en este análisis,

muy general, 10 relativo a la utilización de los fondos obtenidos en prés­

4.3. Evaluación critica. tamo, que ya es problema aparte).

Se debe tener en cuenta, además, que el empréstito es una delica­

Se debe tener presente que, en gran medida, los disensos prece­ da herramienta que requiere un muy prudente manejo, el cual no se

dentemente explicados parten de enfocar el asunto desde diversos pun­ puede reducir a tener en cuenta el análisis de una o de algunas de las

tos de vista. etapas que comprende la operación en su conjunto, sino que debe consi­

No es lo mismo -por ejemplo- considerar la situación de un sus­ derar todas ellas. La utilización del empréstito deberá analizar el efec­

critor individual de crédito público que considerar la situación de los to económico de su emisión, de los gastos que se efectuarán con los

suscritores en su conjunto, así como tampoco se deben confundir los efec­ dineros recaudados y de los ingresos que será necesario reunir para

tos económicos que el préstamo produce a esos suscritores con los efectos amortizarlo y pagar los intereses, sobre lo cual ya volveremos.

del empréstito sobre la economía nacional. De todas maneras, la realidad actual demuestra que el emprésti­

Lo cierto es que algunas argumentaciones de los autores clásicos to ha perdido carácter de recurso extraordinario, y es ahora una nor­

tienen rigor científico imposible de desvirtuar, aunque la realidad ac­ mal fuente de ingresos para los Estados modernos.

tual y el uso habitual que los Estados hacen del empréstito obligan a
introducir ciertas variaciones en la concepción teórica de este fenóme­
no financiero. 5. L1MirEs DE UTJiIzACIÓN.
En cuanto a las diferencias entre deuda pública y deuda privada,
es evidente que las funciones de intervencionismo económico y social El eniprestito, como cualquier recurso estatal, tiene sus limita­
que modernamente se asignan al Estado obligan a considerar al em­ ciones~ pero el hecho de que se recurra o noa esta medida no depende
préstito como un instrumento Ílfllmciero fundamentalmente diferente de larieeesidad de contar con recursos extraordinarios para gastos ex­
del crédito privado. De allí que, ya sean verdaderos recursos en sí mis­ traordinarios, sino de razones de política financiera que tengan en cuen­
. mos o anticipos de recursos futuros, los empréstitos no pueden ser sólo ta diversos factores, como, por ejemplo, la existencia de ahorro nacio­
utilizados con el alcance excepcional y restringido que le atribuían los nal, la propensión a prestarlo, los efectos que tendrá en sus düereótes
clásicos. fases sobre la marcha económica de la nación, las distintas clases so­
" Pero la cuestión de si la carga del empréstito recae sobre las ciales que pagan impuestos o suscriben empréstitos, etc.
" generaciones presentes o futuras es más que discutible. Desde otro punto de vista, Somers se plantea el interrogante de
Pensamos que si el empréstito es económicamente interno, o sea, decidir si es posible medir la capacidad de endeudamiento de un país, y
" si ha sido suscrito con capital nacional, no representa una carga pro­ destaca la dificultad de llegar a una respuesta exacta sobre el punto.
>'<1'

~,~

328 HÉCTOR B. VILLEGAS ·''''''''7······'····


MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 329
Ante tal dificultad, Somers sugiere, como forma de estimación aproxi­

públicos; c) su cobertura mediante impuestos; d) el pago de intereses y


mada, la comparación de la deuda y su servicio con diversos conceptos

económicos fundamentales, como, por E¡jemplo, la riqueza nacional, el

ingreso nacional, la población, etc. En tal sentido, el Índice más aproxi­

mado surge de relacionar la deuda pública con el ingreso nacional,

I la amortizaci6n] sobre aspectos vitales de la marcha econ6mica gene­


ral del país (nivel de precios, actividad económica privada, ahorro pri­
vado, fonnación de capitales, distribución de la riqueza) pennite esta­
blecer sus múltiples aristas, así como también la posibilidad indeseable

I
aunque este autor advierte con razón que ninguna de estas compara­

de que el resultado logrado no se adecue al objetivo previsto. Ello de­


ciones aisladamente puede dar una idea comprensiva de todo el proble­

muestra que se trata dé un instrumento financie-to declificil manejo.


ma relativo a los límites de la deuda pública (autor cit., Finanzas pú-.

blicas e ingreso nacional, ps. 438 y 439). - El prc,blema mii.s dificultoso a resolver por los planificadores
que deseen int.egrar el -:::rooit;o públieo dent.ro de una política económica

6. CONCLUSIONES SOBRE EL cRÉDITO P'ÚBUCú y SUS LíMITEs.


I general es el de estabíecer cuáles SOl! los vefuadel'os límites tolerables
del empréstito. El elemento de comparación más importante debe ser,
indudablemente, el costo total de l2 deuda pública en reladón al pro­
ducto bruto mterno.

I
Si bien algunas de las concepciones de los financistas clásicos

sobre el crédito público encierran fundamentos dificilmente desvirtuables,

la realidad actual de su utilización p'JT los diversos países ha obligado a


7. CLASIFICACIÓN DE LA DEUDA PÚBUCA.
variar dichas concepciones en algunos aspectos fundamentales:
- El crédito público difiere, tanto jurídica como económicamente Se han efectuado muchas clasificaciones de la deuda p'i.blica. Con"
del crédito privado, y es imposible e inaceptable la asimilación entre
ambos pretendida por l"s clásicos como base de muchas de sus argu­
n sideraremos aquí la más importante de todas ellas, que es la clasifica­

mentaciones. De ahí que se deba rechazar como verdad única y defmi­ u ción en deuda interna y externa, distinción que ha dado lugar a impor­
tantes divergencias doctrinales. También consideraremos J¡¡" distinción
tiva la afirmación de que en general existen efectos forzosamente per­ entre deuda flotante y consolidada, así como las antiguas distinciones
niciosos de los gastos con déficit cubierto mediante empréstitos públicos. entre deuda administrativa y financiera y entre deud9 perpetua y
- Si bien los empréstitos públicos no significan una carga para

las generaciones futuras en el sentido absoluto atribuído por los clási­

cos, sí hay importantes efectos para dichas generaciones, efectos que

J redimible.

7.1. Deuda interna y externa.

~
varían considerablemente según que el préstamo haya emanado de

capitales nacionales o extranjeros.


La diferencia entre deuda interna y externa debe ser separada­
- La afirmación de ciertos teóricos modernos que, refutando a mente considerada, tanto desde el punto de vista económico como desde
los clásicos, sostienen que el empréstito público no afecta al capital el jurídico.
individual ni social es una aseveración solamente válida en determina­ f1 Econ6micamente,la deuda es interna cuando el dinero obtenido
das circunstancias, como lo demuestra el distinto efecto que tiene cada
una de las fases del empréstito, en particular sobre el ahorro privado,
U
\1

por el Estado en préstamo surge de la propia economía nacional, es


decir, corresponde la frase de "debernos a nosotros mismos". En cam­
la fonnación de capitales y la distribución del ingreso.
bio, la deuda es externa si el dinero prestado pr9viene de economías
- Descartadas las principales objeciones clásicas sobre el crédito •• foráneas. .
.público, se debe llegar a la conclusión de que es un verdadero recurso
público, con las limitaciones que derivan de sus especiales peculiarida­
des. A tal fin se debe tener en cuenta las funciones d~ empréstito como
j Desde el punto de vista en estudio, la diferencia es trascendente.
En 61 momento de la emisión y negociación, la deuda interna significa­
rá una trasferto,~~l1 del poder de compra privad" hacia el sector públi­
regulador del crédito, las distintas clases sociales que suscriben em­ co, 10 cual no ocurre eh ~l :::>R~ ':!¡;.la deuda externa, ya que el.EstadG
incrementadas sus disponibihci~.:tes; empero, como el dinero proviene
préstitos y pagan impuestos y los efectos generales del empréstito so­
bre la marcha económica del país.
- Un detallado análisis de los efectos del empréstito en sus dife­
rentes fases [a) emisión; b) utilización de su producto mediante gastos
I del exterior, ello no significa merma en las disponibilidades moneta­
rias de las economías privadas nacionales. También es importante la
diferencia en el momento del reembolso y pagó'de intereses, ya que, si

j la deuda es interna, esas riquezas permanec~n en el país, mientras

I
880 H!l!CTOR B. VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS
....
881
que si la deuda es externa, se traspasan al exterior. Como hemos visto, el plazo, ya que otras modalidades, como recursos especiales para aten­
de ello surgen importantes consecuencias en lo relacionado con la car­ der los servicios de la deuda, formalidades diversas, tipos de interés,
ga de la deuda pública a generaciones futuras. Tampoco es posible olvi­ carácter nominativo o al portador de los títulos, etc., se dan indistinta­
dar las importantes implicancias polítícas que puede tener el hecho de mente en una u otra deuda.
que la deuda sea interna o externa.
Desde el punto de vistajurldico, deuda interna es aquella que se 7.4. Deuda perpetua y redimible.
emite y se paga dentro del país, siendo aplicables, por lógica, las leyes
nacionales y teniendo jurisdicción los tribunales nacionales. Desde este
punto de vista jurídico, es indiferente que los prestamistas sean nacio­ Las deudas perpetuas o no redimibles son las que el Estado asu­
me con la sola obligación del pago de intereses, sin compromiso de
nales o extranjeros y que los fondos amortizados queden en el país o, en
deimitiva, vayan al exterior. reembolso o con reserva de reembolsar cuando quiera. Se trata dé un
procedimiento casi desconocido en nuestro país.
En lo que respecta a la caracterización jurídica de 10 que se debe
considerar deuda externa no hay unanimidad doctrinal, y los autores Las deudas redimibles son aquellas en que el Estado se obliga al
han empleado diversos criterios: lugar de emisi6n de los títulos, mone­ reembolso y al pago de intereses, con diferencia en los términos de
da elegida, lugar del pago de la deuda, etc. duraci6n y planes de amortización (ver al respecto: Griziotti, ob. cit., p.
Creemos que, jurídicamente, la deuda es externa cuando el pago 387, con notas 199 y 200 de Jarach).
se debe hacer en el exterior, mediante la trasferencia de valores, y
especialmente cuando no es aplicable la ley nacional sino la extranje­ 8. EFECTOS ECONÓMICOS DE LA DEUDA PúBUCA

ra. El gobierno de nuestro país ha suscrito varios préstamos de este SEGÚN LAS DISTINTAS FASES DEL EMPREsTITo.

tipo.
La deuda pública generada por el uso del crédito público y mate­
7.2. Deuda administrativa y financiera. rializadajurídicamente en el empréstito tiene decisiva influencia so­
Esta clasificaci6n es originaria de Wagner, para quien las deu­ bre diversos aspectos de una economía nacional.
das son administrativas si provienen del funcionamiento de las distin­ Quizás la tarea de describir esos efectos sea una pretensión que
tas ramas administrativas del Estado (p,ej., deudas a los proveedores) se puede tildar de exagerada, ya que el sistema económico es tan com­
y financieras cuando provienen de los empréstitos públicos. plicado, cada variable tiene tantas determinantes y las interrelaciones
entre las variables son tan grandes, que 10 más que podemos esperar es
7.3. Deuda flotante y consolidada. indicar las tendencias que se manifiestan por sí mismas bajo diversos
grupos especiales de condiciones.
La distinción tradicional consiste en que la deuda consolidada es Pero para intentar llevar adelante el tema es necesario advertir
aquella deuda pública permanente atendida por un fondo que no re­ previamente que no se puede en modo alguno considerar en forma uni­
quiere el voto anual de los recursos correspondientes. La deuda flotan­ lateral a la deuda pública bajo alguna de las fases del empréstito. Así,
te, en cambio, es la que el Tesoro del Estado contrae por breve período por ejemplo; un estudio que se limitara a señalar los efectos económi­
de tiempo, para proveer a momentáneas necesidades de caja por gastos cos"en el momento de emisi6n solamente proporcionaría un enfoque
imprevistos O por retraso en losmgresos extraordinarios.· " parcial del problema, porque estaría. prescindiendo de los importantes
Esta clasificación carece en la actualidad de significación. Hoy se efectos que podrán, eventualmente, producir los gastos que el Estado
considera más ajustada la distinción entre deuda a largo y mediano efectuará con el dinero recaudado. Idéntica objeción se puede efectuar
plazo (aproximadamente a treinta años en el primer caso y de tres a a la hipótesis opuesta, es decir, limitarse a analizar los efectos de los
diez años en el segundo), por oposición a la deuda a corto plazo (gene­ gastos, prescindiendo de los que anteriormente ocasionó la emisión.
ralmente a un año). Las primeras, o sea, las deudas a largo y mediano Aún una consideración conjunta de emisión y gasto estaría prescin­
plazo, constituyen los empréstitos propiamente dichos, mientras diendo de aspectos fundamentales, como la recaudación de ingresos
que a las deudas a corto plazo se las suele denominar empréstitos de para cubrir el empréstito y las consecuencias económicas de la amorti­
tesorería. En realidad, la única diferencia actual constante radica en zación y pago de intereses.
,

332 H~CTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 333

Es necesario, por tanto, y desde el punto de vista didáctico, con­ de los bonos y su consiguiente adquisición por parte de los prestadores
templar separadamente cada una de esas diferentes etapas del emprés­ no disminuyen su riqueza individual, puesto que para ellos el emprés­
tito y analizar sus efectos sobre algunos aspectos de la vida económica tito es una inversión, que no reduce su fortuna sino que cambia la
general de la colectividad, tales como nivel de ingresos, de ahorros, de forma en que es empleada
formación de capital il1dividual y social y actividad económica privada.
8.2. Efectos del gasto público (segunda fase).
8.1. Efectos de la emisión (primera fase).
Esta parte del análisis hace referencia al seguJ1dc lliomenro
Al habla.r de efectos de la emisión CCD1..., una d,:; las fases de las del empréstito, es decir, cuando el Estado procede ji ef&ctl.:.:r:,~
operaciones que abarca en su totalidad el empiéstito, nos queremos erogaciones con el dinero obtenido mediante la colocación d.; 108 bt:.n¿1'8.
referir a los efectos que, sobre Ios aspectos qtl.e se desc:;:ioon a continua­ Estos efectos sobre cada uno de los aspeC"Vls descritos prG,,;\€¡ibnteili.,áh,S
ción, se producen en el momenro en que el Estado I=;!'ocede a colocar los son los siguientes:
bonos de] empréstito. a) Sobre el nivel de precios. Cuando el gobierno gasta las s'~mas
a) Efectos k}obre el nivel de precios. La tendenci. general es que
7•
que ]e ha proporcionado el empréstito, se manifiesta una tenienci~ ~x"1
los valores privados bajen de precio como consecuencia de un aumento alza de los precios en la medida en que el Estado se lance El. ccmp.¡:,i;ir
!¡ de oferta de éRtas, en e! caso de que los tenedores de tales valores, con la demanda privada, provocando de esa manera un aumhl1.b::· 0n ~e,
resuelvan venoc,l"s para adquirir los títulos del gobierno. A su vez, se demanda global.
puede manifestar una tendencia a bajas generales en los precios, ya b) Sobre la actividad económica privada. El efecto es el oontl'&­
que la adquisición los bonos públicos puede dar lugar al ahorro de rio al de la emisión, ya que, cuando se produce el aumento del gasé-ü
cantidades que de otra manera no se habrían guardado, trayendo ello público, existe una tendencia favorable al negocio pi'Ívado, debido
como conseeuenda una disminución en el volumen compras que influ­ aumento del consumo y de la inversión.
ye para que se produzca tal baja de precios. e) Sobre el ahorro privado. Los gastos estatakG tienden a oca­
b) Efectos sobre la actividad econ6mica privada. En general, y sionar un movimiento ascendente del ingreso nacional si es que G0
como tendencia, se puede sostener que al momento de la emisión la produce el funcionamiento del principio del multiplicadú~' (lo cual epe­
actividad privada se puede ver afectada en forma desfavorable, dada la ra como probabilidad), Esto hace que se eleven los áhorros y el COI:'·
circunstancia de que se atrae capital hacia el Estado y se priva de éste sumo.
a las empresas particulares, en las cuales pudo haber sido invertido de d) Sobre la formación de capitales. La existencia de un poder de
no haber aparecido el empréstito. compra incrementado aumenta la productividad del sistema, aspecto
e) Efectos sobre el ahorro privado. Por 10 regular, la colocación éste de importancia en Jos países en proceso de desarrollo. El principio
de los bonos no ejerce influencia alguna sobre el monto global del aho­ económico que se hace jugar en este caso es el de aceleración, segtm el
rro privado, dado que, como el dinero se presta voluntariamente, tal cual cualquier aumento de la tasa de consumo después de que se ha
monto permanece inmutable, existiendo tan sólo una trasferencia de alcanzado cierto nivel de empleo de los recursos puede tender a provo­
fondos. Esto puede reconocer excepciones, como, por ejemplo, los casos car un aumento relativamente grande de la producción de bienes de
de guerras o catástrofes, en los cuales los ciudadanos, por sentimientos inversión, de manera tJ;¡1 f!1!e {'no es.favú.alw,,!! b. f~9n cic c:;..~,ta­
patrióticos, resuelven ahorrar adquiriendo bonos estatales, lo cuai no les. qUE'! ~. ;:.! ',=, constituirán en su conjunto el capital nacional.
hubieran hecho en tiempos de normalidad
d) Efectos sobre la formación de capitales. En el caso de que no 8.3. Efectos de la cobertura m'ediante impuestos (tercera fase),
exista crédito bancario disponible, la emisión del empréstito tiene como
efecto el de aumentar el costo de financiamiento de capital, al reducir La tercera fase del empréstito está relacionada con otro aspecto
los fondos de los que puede disponer la empresa privada. Si, en cambio, fundamental, que es el de la necesidad de recaudar fondos para cubrir
existe crédito bancario acorde con las necesidades de capital, éste sólo el pago de los intereses y del capital que le ha sido prestado, para lo
se verá reducido en una forma insignificante. . cual debe crear nuevos impuestos o aumentar la tasa de los existentes.
e) Efectos sobre la distribución de la riqu~a yel ingreso indivi· Esto era 10 que hacía hablar a los clásicos de-fcarga de las generaciones
dual. Hay acuerdo entre los especialistas en afirmar que la colocación futuras", y se traduce en los siguientes efectos económicos:
334 HÉCTOR B. VILLEGAS
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 335
a) Sobre el nivel ik precios. No se puede hablar en este caso de
a) Sobre el nivel de precios. Cuando el Estado da cumplimiento
un efecto definido sino más bien de tendencias opuestas en conflicto. Si
a la devolución de la suma prestada habrá una tendencia al alza de
se utilizan impuestos sobre las rentas que influyan sobre el consumo
precios, tanto de los valores privados como de los bienes de consumo en
reduciéndolo, la tendencia será de menores gastos y, por consiguiente,
general, 10 cual será debido a la inversión o al gasto de los fondos libe­
bajas en los precios. Si, en cambio, se recurre a impuestos a los consu­
rados.
mos, su traslación puede, al contrario, llevar a que los precios sufran b) Sobre la actividad econ6mica privada. En la medida en que
un aumento. se aumente el consumo o se expanda el mercado de dinero para la
b) Sobre la actividad económica privada. Dado que, en general, actividad privada, es lógico pensar que habrá una promoción general
se puede admitir que la creación de nuevos impuestos o el aumento del de este tipo de actividad, lo cual se traducirá en un incremento en el
monto de los existentes opera en forma restrictiva sobre el consumo, es ritmo de los negocios.
lógico pensar que se producirá un desaliento en la actividad privada, lo e) Sobre el ahorro privado. Se debe hacer una distinción indis­
cual se puede ver aumentado si, además, tales tributos restringen la pensable entre el servicio de intereses y la amortización del capital.
afluencia de capital hacia la empresa privada. Los intereses pueden ser ahorrados o consumidos, pero, desde el punto
e) Sobre el ahorro privado. Siendo los impuestos una trasferen­
de vista del ahorro, hay una posibilidad de que se vean aumentados,
cia forzosa de ahorros del contribuyente hacia el fisco, se puede
siempre que la anterior emisión no haya restringido en forma conside­
fundadamente suponer que aquéllos restringirán no sólo el consumo
rable la actividad privada. En cambio, la amortización del capital pres­
sino también el ahorro, siendo improbable que tal restricción lo sea
tado no tiene, en términos generales, efecto alguno sobre la tasa de
unilateralmente sobre el consumo o sobre el ahorro. Claro que esto, a
ahorro privado global.
su vez, depende de otra serie de circunstancias, como, por ejemplo, el
d) Sobre la formaci6n de capitales. Sus efectos no son tan limi­
tipo de impuesto de que se trate y el grado de riqueza del contribuyen­ tados como los producidos sobre el ahorro, ya que, aun permaneciendo
te; pero, de todas maneras y en forma general, se puede afirmar la éste globalmente invariable, ello no modifica la circunstancia de que el
tendencia a que los impuestos recaudados para cubrir los gastos del ahorro disponible para ser empleado en la empresa privada aumen­
empréstito disminuyan el monto global del ahorro privado. te de volumen, lo cual lleva a un aumento en la tasa de formación de
d) Sobre la formación de capitales. Este efecto tiene estrecha
capital. En consecuencia, se puede afirmar la tendencia mencionada,
vinculación con el referido del ahorro, sobre todo en lo relacionado con siempre que esa tasa de formación de capital se haya visto antes frena­
la distinta influencia que puedan tener algunos determinados tipos de
da por la falta de fondos suficientes.
impuestos. En general, y salvo el caso poco probable de impuestos esti­ e) Sobre la distribución de la riqueza y el ingreso individual. La
mulantes, se producirán restricciones en el consumo y en el crédito
amortización significa indudablemente un aumento de ingreso para
que afectarán adversamente la tasa de formación de capital, máxime los grupos más ricos, que son los que con más probabilidad han
si se produce el caso de impuestos que graven las ganancias de los
contribuído a suscribir el empréstito; podemos sostener, en consecuen­
empresarios. cia, que esta última fase del crédito estatal puede llevar a ahondar en
e) Sobre la distribución de la riqueza y el ingreso individual.
cierta forma las desigualdades en la distnbuciÓD de las riquezas y del
Estos efectos no se pueden describir en una forma absoluta y ni siquie­ ingreso individual, salvo que ese efecto sea compensado con una es­
ra a modo de tendencias, ya que estarán graduados por el grado de tructuraimpositivalo suficientemente progresiva como para neutrali­
progresividad que alcance la estructura iIIlPo¡¡¡itiva zar tataesigualdad de distribución. Este último aspecto es uno de los
más importantes de los efectos del empréstito en su conjunto.
8.4. Efectos del servicio y pago de la deuda (cuarta fase). Resulta claro que el efecto citado no se produciría si la deuda se
hallara distribuída entre todo el conjunto de la población de un modo
Por último, y siempre considerando unilateralmente cada una de absoluto y proporcional; cuando es sólo un grupo limitado el que posee
las etapas del empréstito, se deben estudiar los efectos económicos que títulos del empréstito, tal circunstancia estimula la concentración de
se producen en el momento en que el Estado abona a los prestadores riquezas en manos de personas acaudaladas, lo cual significa evidente­
sus intereses por el préstamo y cuando les amortiza el capital total que mente un escollo para la política que tienda a una redistribución de los
se obtuvo mediante la emisión del empréstito. ingresos individuales.
336 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 337

Para evitar este problema, ciertos autores auspician que el Esta­ Aun así, el problema de los países estancados respecto del em­
do obtenga los préstamos de los pequeños ahorristas, porque si el creci­ préstito parecería no ser tanto de "conveniencia" como de "posibilidad".
miento de deuda es rápido, las personas de menores ingresos no ten­ a) Empréstitos internos. Se debe tener especialmente en consi­
drán posibilidades de adquiri.J' un gran número de los valores emitidos, deración el hecho de que para que un empréstito interno tenga el éxito
los cuales serán absorbidas por las clases adineradas. financiero esperado se necesitan dos condiciones:
1) Que haya un ahorro disponible. El empréstito requiere que
8.5. Conclusión sobre ÜJi) efectos econ6micos. alguna clase de ciudadanos esté dispuesta a renunciar a constmUl' una
parte de sus rentas y a ahorrarla, lo cual requiere, por consiguiente,
La condusión i"!lás aproYJmada que se puede extraer de los efec­ que esos posibles suseritores cuenten con una renta suficiente, ya qu,;,
tos económic'Js (lel empréstito público es que es un instrumento de si sus recursos no pasan de un mínimo vital, no podrán destinar uns.
política financiel'a qua presenta muchas aristas y que, considerado en parte de ellos para suscribir el empréstito. Ésa es la primera diñcill~
su conjunto, puede producir efectos que muchas veces son contradicto­ para los países atrasados, donde lo más común es que el nivei gencr8.~
rios entre sí y que otra.s veces tienden a neutralizarse. No se puede de rentas sea demasiado bajo como para que una parte de él pueda ser
hablar de efectos netz,,, y definidos, pero puede quedar como saldo la destinado al ahorro mediante la adquisición de títulos públicos.
afirmación de Some;::;, en el sentido de que "sería posible obtener los 2) Que el ahorro se oriente hacia el empréstito. EL;tB necesaria
beneficios de un programa de deuda pública sin sufrir algunas conse­ propensión a colocar el dinero ahorrado en títulos del Estado es difícil­
cuencias perjudiciales" (Harold Somers, Finanzas públicas e ingreso mente obtenible en los países atrasados que suelen carecer de estabili­
nacional, Méjico, 1961, p. 434). dad monetaria y, ya que constantemente se ven acosados por el fantas­
Por supuesto, ello requiere un mesurado manejo de esta delicada ma de la inflación. Es evidente que la pérdida del valor adquisitivo de
herramienta (J.ue proporciona la ciencia financiera, manejo que no se la moneda no es en modo alguno un aliciente para invertii' en valores
puede reducir a la contemplación unilateral de una o alguna de las estatales, a menos que se soslaye tal dificultad mediante el sistema de
diversas etapas que comprende la operación en su conjunto, sino que vincular el empréstito con otros valores, como veremos más adelante.
debe considerar a todas y cada una de ellas. b) Empréstitos externos. En el caso de la deuda pública externa
la cuestión difiere. Aquí más que nunca tiene valor el elemento fe o
confianza, ya no valorado por inversionistas nacionales sino por las
9. LA DEUDA PÚlJUCA y LA GLOBALlZACIÓN EN LOS PAÍSES finanzas internacionales.
1NFllADE9ARRD1LAIlOB. El ~specto quizá más relevante a examinar por los inversionistas
del extranjero es el relativo a la balanza de pagos.
La heterogeneidad de efectos económicos del empréstito impide Ya contemplados los efectos de las distintas fases del empréstito,
pronunciarse en forma categórica sobre su conveniencia o no y sobre hemos visto que aquellas de la cuarta fase (servicio y pago de la deuda)
cuáles son sus límites, como medida de política financiera, dentro de traen diversos efectos indeseables. El que aquí interesa es el efecto de
un plan general de inserción en el mundo globalizado, por parte de la deuda externa sobre la balanza de pagos. Ésta, que ha sido definida
aquellos países no avanzados, como los de América latina (el nuestro como el relevamÍf"nf;-:: -::.:;:~m;ii.;ico detodas-fas transaooones econoIOl­
incluído), cuyos problemas para adecuarse a las exigencias que el nue­ cas ma..'ltén.idas, durante un determinado periodo, entre los residentes
vo orden económico exige son aparentemente cada vez más acuciantes de un país y los residentes de todos los demás países, debe servir de
(ver cap. 111, punto 11). instrumento de medición para establecer adecuadamente qué límites
La adopción del empréstito como recurso estatal en estos países puede alcanzar el volumen de la deuda pública externa
es cuestión más bien de oportunidad y de coordinación con los Esto último significa que, no obstante que la colocación de em­
lineamientos generales de la planificación de desarrollo seguida. A tal préstitos públicos en el exterior equivale en un primer momento a un \­
fin, será útil tener en cuenta los objetivos instrumentales que en deter­ aporte externo de capital y, en consecuencia, a un alivio para el ahorro
minado momento del plan se deseen obtener, a los efectos de hacer interno, tal forma de financiación exigirá, más tarde, superávit o re­
coincidir esos objetivos con los efectos que las diversas etapas del em­ sultados favorables de la balanza de pagos, para su correspondiente
préstito pueden producir en la marcha general de la economía. cancelación. En consecuencia, resulta evidente que el producido de
r
~.
f

338 \. H~CTOR B. VILLEGAS I MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 339

empréstitos colocados en el exterior debe tender a incrementar las te atender debidamente las funciones esenciales del Estado. Quedan
exportaciones y a disminuir el volumen de importaciones y cuatro caminos: 1) incrementar el endeudamiento para pagar sel'VÍcios
otros pagos al exterior. e intereses de la deuda anterior; 2) acotar el gasto público mejorando
Los resultados de esta acción tendrán decidida influencia sobre el los gastos desmedidos e ineficientes; 3) aumentar los recursos con tri­
concepto denominado "riesgo país", consistente en el exceso de interés butos racionales y no distorsionantes; 4) mejorar la capacidad competi­
que paga la deuda de ciertos países respecto de la tasa internacional tiva de la oferta de bienes y servicios.
equivalente. La solución n! 1 es la más fácil, y los fondos todavía fluyen. El
Uno de los aspectos preponderantes a tener en cuenta es la rela­ tránsito por los restantes caminos es penoso y ya ha sido descrito en
ción entre el costo de atención de la deuda pública externa y la capaci­ páginas anteriores (cap. 111, punto 11).
dad de un país de generar recursos por vía de sus exportaciones. En tal Para el primer camino, el desfiladero es estrecho, si se advierte
sentido, resulta notoriamente preocupante en los foros financieros yen que, a mediados del año 1999 (época en que estas páginas son escritas),
los centros de decisión fmanciera la creciente desproporción entre am­ entre el Estado argentino y las empresas radicadas en el país adeudan
bos conceptos. en moneda extranjera aproximadamente 130 mil millones de dólares,
Con referencia a nuestro país, hay diversas razones que explican lo que origina un abultado déficit anual en la balanza de pagos. Como
el deterioro de su capacidad de pago: ni la amortización ni los intereses pueden ser pagados sin sacrificios
1) El retroceso de las exportaciones, que deriva sustancialmente exagerados en los momentos actuales, por ahora se recurre a incre­
de la caída del precio internacional de la producción exportable argen­ mentar la deuda externa con los mismos (o con nuevos) acreedores,
tina, ya antes -y en mayor medida- de la compresión que sufrieron a para pagar a su vencimiento los intereses y el capital de los antiguos
partir de la crisis brasileña de fmes del 98 y principios del 99. En sus i préstamos. La "bola de nieve" también aumenta diariamente, porque,
comienzos, el FMI atendía principalmente las necesidades generadas I al ser muy alto el ''riesgo país",los intereses por los nuevos préstamos
son superiores. Es malo emitir sin respaldo, si bien ello fue solucionado
por contratiempos como éste en el intercambio de los países miembros,
de modo que el auxilio multilateral no debería extrañar, en tanto sea hasta ahora con la ley de convertibilidad. Pero también es malo emitir
destinado a paliar un desequilibrio presumiblemente transitorio. nueva deuda en forma agudamente ascendente. Los técnicos guberna­
2) Un elemento estructural: la falta de competitividad de vastos mentales tienen la palabra
sectores de la economia, dato que en la mayoría de los casos es corregi­
do mediante el tipo de cambio, pero que esta vez -según todo parece 10. AsPEcTos LEGALES ATINENTES AL CRÉDITO PÚBIJCO
indicarlo- deberá ser abordado desde la convertibilidad. y LA DEUDA PÚBUC.A.
3) La relación entre el servicio de la deuda y los ingresos por
exportaciones se ha deteriorado también, merced a los crecientes com­ El crédito público puede ser utilizado por el Estado en dos distin­
promisos que asume el sector público argentino para compensar los tos términos:
desequilibrios fiscales. En este caso; si bien eldéficit también se ve a) a plazo intermedio o largo, mediante empréstitos, y
agrandado por factores circunstanciales, como la recesión y la declina­ b) a plazo corto, o a menos de un año, mediante letras de teso­
ción de los recursos que provee el comercio exterior, elresultado es una rería
creciente necesidad de financiamiento, que se toma cada vez más pesa­ . Al hablar del régimen legal del crédito público nos referimos ex­
da para los sectores productivos de la economía nacional. clusivamente a lo que se denomina "plazo intermedio o largo", identifi­
Digamos en conclusión que tales cirC1Ulstancias ponen sus pro­ cando al "plazo corto" con los recursos provenientes de gestiones de la
pios límites al fmanciamiento externo, el cual es posible, todavía, pero tesorería. Esta distinción tiene gran importancia en lo que hace a los
con tasas de interés que frecuentemente duplican lo que se hubiera aspectos legales a analizar.
podido conseguir en otros mercados. La contrapartida es que la aten­ Tratándose del denominado uso del crédito público a plazo inter­
ción de la deuda pública se ha tornado en la República Argentina en un medio o largo, merced a preceptos constitucionales éste puede ser úni­
gasto presupuestario alarmante. Si se advierte que casi la mitad de camente dispuesto por ley, la cual no sólo se limitará a disponer su
dicho gasto se considera gasto social y que aproximadamente una cuar­ emisión, sino que también fijará su tipo de interés y su forma de ca.ri~
ta parte del resto es dedicada al servicio de la deuda, el saldo no permi- celación o modalidades de amortización. A este respecto, el arto '" de la
340 HÉCTOR B. VILLEGAS

Constitución nacional establece que el gobierno federal provee a los


I
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS

Consideramos que resulta plausible disponer de este texto regu­


341

gastos de la Nación con los fondos del Tesol-o nacional, el cual se debe lativo contenido en la ley acerca de un área de la actividad fmandera
constituir con el producto de los derechos de importación y exporta­ del Estado federal argentino que se desenvolvía con carencia de ciertas
ción, venta o locación de tierras de propiedad nacional, renta de co­ precisiones conceptuales como las vertidas en el titulo 111 de la ley
rreos, contribuciones impuestas equitativa o proporcionalmente por el 24.156.
Congreso y, finalmente, por los empréstitos y opemcianes de crédito Esas normas constituyen una referencia adecuada al contar COil
que decrete el mismo Congreso para ¡¡,rge¡>cias de la Nación o para disposiciones como, por ejemplo, la del arto 23, inc. a, que 0¡¡tablece,
empresas de utilidad nctciona.Z, El arto 75, inc. 4, por su partEi, dispone para los ingresos provenientes de operaciones de crédito ;>úbli:Jo, ~'1a
que corresponde al Congreso cDnt"~,er empréstitos de di'tero sobre el de las excepciones a la prohibición de destinar rubro algun6 de recur­
crédito de la Nación, En idéntica forma, el inc. 7 de es,~ mi:..no artículo sos a ]a atención específica del pago de determinados gasiAls.
prevé que i.gualment:, rorracponde al Congres.;:¡ -:;rreglar ei pago de la El párrafo final del arto 56 de la ley convierte en nOrL1ajm"Ídica
deuda interior y :t-rferior de la Naci6n. un principio de finanzas públicas reconocido universalmente, cual es
Por tanto, juridicamente, tratándose del uso del crédito público a el de no utilizar ingresos procedentes de esta fuente financiél'a pan/.
plazo intermedio o largo, es decir, en los casos de empréstitos propia­ destinarlos a I?ast.o~ ~'-:'C::.:',:.;;; Se proMbe -preceptúa-;;:-;:;liz.:.tr ope­
mente dichos, estamos en presencia de un poder originario del Congre­ raciones de crédito público para financiar gastos operativos. Paca
so, indelegable por naturaleza y que sólo se puede manifestar por me­ quienes trasgrediesen esa prohibición nada prevé la propia ley, en cuanto
dio de leyes. a la sanción que pudiese serIes aplicable. A ese respecto, creeffiOS que
Aparte de los mandatos constitucionales, nos hallamos con que existiría la posibilidad de invocar la disposición del cuarto párrafo del
ahora la legislación ar~:3ntina concede destacada importancia al régi­ arto 5 de la ley 24.629 sobre la nulidad de todo contrato que no.t?!ese
men crediticio del Gector público, al incluírlo en la ley 24.156 de admi­ precedido del cumplimiento de las normas previstas en la ley 24.156,
nistración financiera como también en su reglamentación (conf. Atchabahian, ob, cit., p. 363).
N Régimen legal del C.P. en general. B) Régimen legal de la deuda pública.
Por lo pronto, el primer párrafo del arto 56 preceptúa claramente El primer párrafo del arto 57 de la ley 24.156 denomina deuda
la proyección normativa conferida a este sistema: "El crédito público pública al endeudamiento resultante de las operaciones de crédito pú­
se rige por las disposiciones de esta ley, su reglamento y por las leyes blico, en tanto su párrafo final excluye de la calificación de deuda pú­
que aprueban las operaciones especfficas". blica tanto a la contraída por el Tesoro -corrientemente representada
El segundo párrafo del arto 56 reúne al mismo tiempo sentido por las operaciones de corto plazo- como a la derivada de la emisión de
programático sobre el destino justificativo de la celebración de opera­ letras por la Tesorería General de la Nación, para cubrir deficiencias
ciones para el uso del crédito público. Comienza por establecer que se estacionales de caja, hasta el monto que fije anualmente la ley de
entiende como tal-crédito público- a la capacidad que tiene el Esta­ presupuesto gon.p.rn.l (art. 82). El mismo arto 82 prevé que tales letras
do de endeudarse con el objeto de captar medios de financiamiento, y deben ser reembolsadas durante el mismo ejéi cicio finan.ciero e:! ~:.:;;;
especifica la norma que ello puede tener la finalidad de: se emiten, y que si tal reembolso no acontece en ese lapso, se trasfor­
a) realizar inversiones reproductivas; marán en deuda pública. Para ello -conduye la norma- se debe cum­
b) atender casos de evidente necesidad nacional; plir con los requisitos que al respecto se establecen en el título 111 de
c) reestructurar la organización del Estado; esta ley.
el) refinanciar los pasivos del Estado, incluídos los intereses res­ Las fuentes operativas sobre las cuales se puede originar la deu­
pectivos. da pública son así enunciadas por los incisos del primer párrafo del
No está claro en el texto si ]a mención de estos propósitos es de art. 57:
carácter limitativo o meramente enumerativo. No obstante, y dado a) la emisión y colocación de títulos, bonos u obligaciones de lar­
que la indicación del cuarto propósito va precedida de la conjunción go y mediano plazo, constitutivos de un empréstito;
disyuntiva 0, pensamos que se ha querido acotar los casos contempla­ b) la emisión y colocación de letras del Teeoro, cuyo vencimiento
dos por la norma a los expresamente detallados. supere el ejercicio finan~ero;
S42 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 34S

c) la contratación de préstamos con instituciones financieras; C.2) Directa e indirecta.


el) la contratación de obras, servicios o adquisiciones cuyo pago S) Deuda pública directa es la asumida por la Administración
total o parcial se estipule realizar en el trascurso de más de un ejerci­ central del Estado en calidad de deudor principal.
cio f"manciero posterior a aquel durante el cual se celebre esa contrata­ 4) Deudiípública indirecta es la constituída por cualquier perso­
ción, siempre y cuando los conceptos que se f"mancien se hayan deven­ na ñsica o jurídica, pública o privada, distinta de la Administración
gado anteriormente¡ central, pero que cuenta con el aval, la fianza o la garantía de ésta.
e) el otorgamiento de avales, fianzas y garantías, cuyo venci­
miento supere el período del ~ercicio financiero; se refieren a esta materia D) Limitaciones legales al C.P.
los am. 62 y 64 de la ley, comentados más adelante, como también la De conformidad con el arto 59 de la ley, le está vedado a toda
resolución 1044, dictada el 29 de agosto de 1994 por el Ministerio de entidad del sector público nacional iniciar trámites para realizar ope­
Economía y Obras y Servicios Públicos, que faculta a la Secretaría de raciones de crédito público sin la autorización previa de la Secretaría
Hacienda para adecuar avales otorgados por operaciones de crédito de Hacienda, como órgano coordinador de los sistemas de administra­
público acordes con la ley 24.156 con el condicionamiento establecido ción financiera instituídos por el arto 5.
por el arto 65, in fine, 'de la ley: en la medida en que impliquen un Compete asimismo a esa secretaría:
mejoramiento de los montos, plazos y / o intereses de las operaciones a) fijar las caracterlsticas y condiciones que no estuviesen pre­
originales; vistas en la propia ley, para las operaciones de crédito público que
f) la consolidación, conservación y renegociación de otras deu­ realicen las entidades del sector público nacional (art. 63);
das. El art. 65 de la ley se explaya sobre este particular, al autorizar al b) redistribuír o reasignar los medios de financiamiento obteni­
Poder Ejecutivo nacional para la realización de operaciones de crédito dos mediante operaciones de crédito público, siempre que ase lo permi­
público con el fin de reestructurar la deuda pública mediante su con­ tan las condiciones de la operación respectiva y las normas presu­
solidación, conservación o renegociación, pero exige que esa decisión puestarias (art. 67).
sea emprendida en la medida en que ello implique un mejoramiento La limitación funcional prevista por el arto 59 -que, a los efectos
de los montos, plazos y / o intereses de las operaciones originales. de poder usar el crédito público, aparece planteada sobre la base del
ejercicio de una actividad controladora por parte del órgano coordina­
C) ClasifICación legal de la deuda pública.
dor de los sistemas de administración fmanciera- se ha de entender
El arto 58 ensaya cómo clasificar y conceptuar la deuda pública, abarcada por los requisitos establecidos en el arto 60 de la ley, que
a los efectos de esta ley, y la divide en interna y externa, por un lado, y impide formalizar operación alguna de crédito público que no esté con­
en directa e indirecta, por el otro: templada en la ley de presupuesto general del año respectivo o en una
C.l) Interna y externa. ley especlfica. En el supuesto de que la ley de presupuesto general del
año no autorizara a celebrar operaciones de crédito público por la Ad­
1) Es deuda interna la contraída con personás ñsicas o jurídicas ministración nacional, es preciso que una ley permita expresamente
residentes o domiciliadas en la República Argentina y cuyo pago puede llevadas a cabo (penúltimo párrafo del arto 60).
ser exigible dentro del territorio nacional. _El propio arto 60 estatuye adicionalmente pautas que el Poder
2) Es deuda externa la contraída con otro Estado u organismo Legislativo debe tener presentes al tiempo de dictar la ley de presu­
internacional, o con cualquier otra persona física o jp.rídica sin resi­ puestó general, pues impone el deber de que ésta indique, como míni­
dencia o domicilio en la República Argentina Y~YlJ pago puede ser mo, ¡as características de las operaciones de crédito público autori­
exigible fuera de su territorio. ~das: '
Para las operaciones que comportasen la constitución de este tipo • tipo de deuda, con indicación de si ha de ser interna o externa;
de deuda pública, el arto 61 de la ley exige que antes de formalizar el • monto máximo autorizado para la operación;
acto respectivo -y cua1quie~a fuese el ente del sector público emisor o • plazo mínimo de amortización;
contratante-, debe ser recabada la opinión del Banco Central de la • destino del financiamiento.
República Argentina sobre el impacto de la operación en la balanza de El párrafo final del arto 60 exceptúa de cumplir las disposiciones
pagos. establecidas en éste a las operaciones de crédito público que formalice
344 HÉ:CTOR B. VrLLEGAS
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 345
el Poder Ejecutivo con los organismos financieros internacionales de
los que la Nación sp-a miembro. Es distinto el tratamiento dado pOl" la ley -conforme a su arto
64- a los avales, fianzas o garantías de cualquier naturaleza que
Tiene sentido análogo la previsión del arto 71, al exceptuar tam­ cualquier ente público otorgue a personas ajenas a este sector: para
bién, pero con referencia a todas las disposiciones de la propia ley, a las
esos fines se requiere una ley. No obstante, quedan excluídos de esta
operaciones de crédito que realice el Banco Central de la República
norma los avales, fianzas o garantías que otorguen las instituciones
Argentina con instituciones financieras internacionales con el propósi­
públicas finlillcieras.
to de garantizar la estabilidad monetaria y cambiaría.
El arto 62 d3 la ley contempla especialmente el supuesto de cele­ E) Orgemizmo de control y aplicacror..
bración de operaciones de crédito público por parte de las empresas y A la Oficina Nacional de Crédito Público, en los términos y
sociedades del Esm.do, y p'l:"lvé que, una vez emitida la autúnzación de con los alcances contemplados por el arto 68, le está asignada, median­
la Secretaria de E&ciend.& y [,;T:nulada la opinión del Banco C~ntral de te el arto €9 de la ley y mediante el decreto 1361/94, que lo reglamenté,
la RepúblicaArg€: 'dUE , según lo establecen, respectivamente, los arts. la competencia para:
59 y 61 de la le3¡, lee está yermitido a esas entidades réaHzar dichas a) participar en la formulación de los aspectos crediticios de la
operaciones dentro de los límites que fije su responsabilidad patrimo­ política financiera que elabore la Secretaría de Hacienda para el sector
nial y de acuerdo con los indicadores que al respecto establezca la público nacional;
reglamentación. b) organizar un sistema de información sobre el mercado de ca­
En tal sentido, el decreto 1361194 dio ese reglamento para el arto pitales de crédito;
62 de la ley, y puso a cargo de la Secretaría de Hacienda establecer c) coordinar las mertas de financiamiento recibidas por el sector
para cada ejercicio fmanciero el límite de endeudamiento decada una público nacional;
de las empresas y sociedades del Estado; a tales efectos tendrá en d) tramitar las solicitudes de autorización para iniciar operacio­
cuenta:
nes de crédito público;
1) importe y perfil de la deuda ya contraída; e) normalizar las operaciones de emisión, colocación y rescate de .
2) importe y perfil de las nuevas obligaciones a contraer; empréstitos, así como la negociación, contratación y amortización de
3) en los casos anteriores debe incluír, si así correspondiese, la préstamos, en todo el ámbito del sector público nacional;
deuda contingente de la empresa o sociedad del Estado; f) organizar un sistema de apoyo y orientación a las negociacio­
4) el estado patrimonial de la empresa o sociedad del Estado al nes que se realicen para emitir empréstitos o contratar préstamos e
momento de contraer la obligación; intervenir en ellas;
5) el estado de origen y aplicación de fondos proyectado para el g) fiscalizar que los medíos de financiamiento obtenidos medían­
período de duración del endeudamiento. te operaciones de crédito público sean aplicados a sus fines específicos;
Cuando las operaciones que llevasen a cabo las empresas y socie­ h) mantener un registro actu.a1i::;ado sobre el endeudamiento pú­
dades del Estado requiriesen de avales, fianzas o garantías de cual­ blico, e integrado al sistelT':'" .,:¿, colij,,¡J,i!idadgubemamental;
quier naturaleza de la Administración central-ordena, en su parte t) establecer les dStimaciones y proyecciones presupuestarias del
fmal, el arto 62 de la ley-, la autorización para otorgarlos debe estar servicio de la deuda pública y supervisar su cumplimiento;
prevista en la ley de presupuesto general o en una ley específica j) establecer las normas e instrucciones para el seguimiento,
El reglamento del arto 63 de la ley contiene normas sobre otorga­ información y control del uso de los préstamos; a este respecto el regla­
miento de avales vinculados con operaciones de crédito público: 1) para mento establece ciertas obligaciones de comunicación a esta Oficina
las operaciones contraídas por entidades de la Administración nacio­ Nacional por parte de los entes emisores o contratantes de deuda públi­
nal, el aval de la Administración central que con ese motivo fuese re­ ca directa o indirecta;
querido se considerará autorizado siempre que aquellas operaciones k) organizar y mantener actualizado el registro de las operacio­
se encuentren aprobadas en la respectiva ley de presupuesto (art. 60 nes de crédito público; para ello, todas las jurisdicciones y entidades
de la ley); 2) las operaciones de crédito realizadas por organismos des­ del sector público nacional no fmanciero deben atender los requeri­
centralizados y por empresas y sociedades del Estado podrán ser avaladas mientos de información relacionados con dicho registro, en los plazos
por la Secretaría de Hacienda si ellas han de ser canceladas dentro del fijados por el reglamento o en los que estipule en caGa caso,la propia
ejercicio presupuestario. i Oficina Nacional;

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346 HÉCTOR B. VILLEGAS 347
\o
l) realizar las estimaciones y proyecciones del servicio de la deu­
da pública y de los desembolsos correspondientes a cada operación de
crédito público; las informaciones consiguientes deben ser suministra­
das a la Oficina Nacional de Presupuesto y a la Tesorería General de la
Nación, con las características yen los plazos que determine la Secre­
taría de Hacienda.
F) Servicio de la deuda pública. CAPíTULO XIII
El primer párrafo del arto 70 de la ley conceptúa qué entiende la LOS EMPRÉSTITOS PÚBLICOS
ley por seroicio de la deuda pública -aludido en el anterior inc.l-, y
dice que está constituído por la amortización del capital y el pago de
los intereses, comisiones y otros cargos que eventualmente puedan 1. NOCIÓN.
haberse convenido en las operaciones de crédito público.
Sobre esa base definitoria, el segundo párrafo del mismo arto 70 Según vimos en el capítulo anterior, uno de los medios utilizados
impone a las entidades del sector público el deber de formular sus pre­ por el Estado para conseguir fondos consiste en utilizar la fe o confian­
supuestos previendo los créditos necesarios para atender el seroicio za que inspira como deudor para lograr que se le entreguen bienes
de la deuda, y el tercero y último párrafo faculta al Poder Ejecutivo ajenos creyendo en su promesa de posterior restitución. Esa fe o con­
para debitar, en las cuentas bancarias de las entidades que no cum­ fianza es lo que se denomina "crédito público".
plan en término con el pago del servicio de la deuda pública, el monto Si ante las dudas de los futuros acreedores, por las razones ya
de dicho servicio y efectuarlo directamente. examinadas (cap. XII, punto 1), el gobierno logra revertir el escepticis­
De los textos legales hasta aquí expuestos, integrantes del men­ mo sobre su buen comportamiento como receptor y devolvedor de fon­
cionado título 111 de la ley 24.156, sobre sistema de crédito público, dos, concertará con su acreedor o acreedores la operación denominada
emanan obligaciones de distinto orden sobre órganos del sector público empréstito.
nacional. De tal manera, el empréstito es la operación mediante la cual el
t Luego se regulan las sanciones y responsabilidades ante las vio­ Estado recurre al mercado interno o externo de capitales en demanda
laciones a los deberes impuestos. de fondos y logra cerrar trato con uno o varios acreedores que le
Así, el arto 66 de la ley sanciona con la nulidad y considera sin prestan dinero contra la promesa de reembolsar el capital, en la for­
efecto las operaciones de crédito público realizadas en contravención ma y condiciones acordadas, con sus"intereses también convenidos.
a las normas dispuestas. Ello así -agrega la parte final del primer Si el empréstito se emite y cumple en el país, es interno. Si, al
párrafo de ese arto 66-, sin perjuicio de la responsabüidad personal contrario, la obligación surgida es adeudada en el exterior mediante
de quienes las realicen. una trasferencia de valores y la operación es regida por leyes extranje­
El texto del segundo párrafo enfatiza sobre las consecuencias de ras, el empréstito es externo. Los conceptos son similares a los utiliza­
la invalidación de esas operaciones, al establecer que las obligaciones dos para calificar a la deuda pública como interna o externa desde el
derivadas de ellas no serán oponibles ni a la Administración central ni punto de vistajuridico (cap. XII,punto 7.1),
a cualquier otra entidad contratante del sector público nacional.• A su vez, y según VÍmoª"aJ tratar el crédito público en general
(cap. XII, punto 10), si el término para restituír el capital es extenso
(generalmente, treinta años), el empréstito se considera como dea lar­
go plazo. Ahora bien, si la devolución se debe efectuar en un término
más breve pero superior a un año (generabnente entre tres y diez años),
el empréstito se denomina de plazo intermedio.
Si el período para el pago es de hasta un año o menos, estamos
ante los empréstitos a corto plazo, que son contraídos mediante las
llamadas letras y obligaciones de Tesorer(a.
348 HÉCTOR B. VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 349

ficticias que reales. Así, se dice que se trata de un régimen especial de


2. LA CUESTIÓN DE LA NATlm.ALEZA JURÍDICA DEL EMPRÉSTITO. derecho público, porque la ley aprobatoria de la emisión concede dere­
chos a los prestamistas que no se otorgan a los prestamistas ordinarios
Se trata éste de un tema típico de derecho financiero, pero con (p.ej., inmunidad fiscal, inembargabilidad, etc.). Pero se puade acotar
trascendencia para el campo de las finanzas públicas, lo cual toma que estas ventajas se otorgan también en convenciones típicame...te
necesaria una rápida visión de la dis,:usión planteada privadas, como los depósitos en cajas de ahortO o en ci¡:¡ltas entidades
En efecto, la naturaleza jurídica del empréstito es motivo de di­ financieras eximidas del impuesto a las ganancias.
senso entre los autores. Mientras l~ mayoría piensa que es un contra­ También se sostiene que mientras que en 61 présta.'1lo privado las
to, algunos autores niegan tal naturaleza contractual, y sostienen que partes discuten las condiciones, en el empréstito el Estad') Ls fija
el empréstito es un acto de soberanía. Examinaremos algunas de las unilateralmente, y el prestamista no hace sino adherirse. No ()os"smte,
más importantes doctrinas. este argumento no es del todo convincente, pues hay Mll.ClraS conven­
a) El empréstito con~(> acto de soberania. Sostienen esta posi­ ciones privadas en las cuales una de las partes fija las condiciones en
ción, entre otc-os, Luis Maria Drago, !ngr'oss;}, Sayagués Laso, Giuliani forma unilateral, y la otra parte no hace sino adherirse (p.ej., en los
Fonrouge, etc. préstamos bancarios con condiciones preestablecidas por lOE: banCGs).
Las razones por las cuales niegan su naturaleza contractual son Otro de los argumentos diferenciadores consiste en afirb.'lar que
principalmente las siguientes: 1) los empréstitos son emitidos en vir­ los empréstitos, coofrj>rhmente a lo que ocurre en los cont.ratos
tud del poder soberano del Estado; 2) surgen de autorización legislati~ dos, surgen únicamente de la ley, ya que se requiere autm:ización i:?i­
va, siendo sus condiciones establecidas por la ley; 3) no hay persona gislativa para contraerlos. No parece decisivo, tampoco, z:sts fimda­
determinada en favor de la cual se establezcan obligaciones; 4) el in­ mento, pues hay contratos privados celebrados por el Estado q¡;~e exigen
cumplimiento de las cláusulas no da lugar a acciones judiciales y el ley general autorizante previa, como, por ejemplo, la venta a pai"tÍcuh­
servicio es atendido o suspendido en virtud de actos de soberanía; 5) no res de tierras públicas, tal como sucede con los empréstitos de tesore­
hay acuerdo de voluntades en el empréstito, porque los títulos se lan­ ría, los cuales no requieren una ley expresa para contraerlos.
zan al mercado con valor establecido y la voluntad de los prestamistas Quienes preconizan la diferencia entre contrato privbtdo y contra­
no interviene en el proceso formativo de la obligación (ver el desarrollo to de empréstito también sostienen que los títulos de este última son
de estos argumentos en Giuliani Fonrouge,Derecho... , 61! ed., t. 2, ps. lanzados al mercado con condiciones fIjadas, pero esto no es un motivo
1201 y ss.). de clara diferenciación, si se tiene en cuenta que las acciones de ciertas '\

b) El empréstito es un contrato. Se hallan en esta posición Gaston empresas privadas que se lanzan al mercado y se cotizan en bolsa es­
Jeze, Trotabas, Waline, Zanobini, Ahumada, de Juano, Duverger y la tán en una situación semejante.
mayoría de la doctrina. Opinan estos autores que el empréstito es in­ Por último, se argumenta que, a diferencia de lo que ocurre con
discutiblemente un contrato, porque nace de la voluntad de las partes, los contratos de derecho privado, en el empréstito no existen acciones
salvo el caso del empréstito forzoso, que, evidentemente, es una defor­ judiciales para reclamar su cumplimiento. No compartimos este fun­
mación del instituto. Como dice el profesor Louis Trotabas, hay un damento. En nuestro país, el Estado es demandable ante los jueces nacio­
acuerdo de voluntades, creador de una situación jurídica, por lo cual el nales, con respecto a su deuda jurídicamente interna, y si bien las
empréstito no puede ser sino un contrato. En efecto, la convención se decisiones condenatorias son sólo declarativas, porque el Estado no puede
celebra porque el prestamista voluntariamente desea efectuar el prés­ ser ejecutado, ello no disminuye la efectividad del amparo judicial, atento
tamo. Sin embargo, dentro de esta posición se discute, entre otras co­ al invariable acatamiento estatal a las decisiones judiciales adversas.
sas, si se trata de un contrato similar a los del der~ho privado, en el Vemos, entonces, que el empréstito es un contrato como todos los
cual el Estado renuncia a su rol preeminente para colócarse en situa­ contratos que celebra el Estado. Si se considera que por el hecho de ser
ción de igualdad con el contratante prestamista, o si es un contrato de el Estado uno de los contratantes el empréstito es un contrato "públi­
derecho público, en el cual el poder del Estado se manifiesta mediante co", nada se puede objetar al respecto, pero lo cierto es que al hacer
un cuadro contractual para fijar las condiciones de manera unilateral. suscribir el empréstito a los prestamistas (es decir, al obtener de ellos
Es evidente que muchas de las diferencias que se aducen entre el los fondos) no hace ejercicio de su poder soberano": q>ncordamos con el au­
contrato del empréstito y los contratos de derecho privado son más tor Van Hecke (citado por Giuliani Fonrouge, t.2, p. 1118) en que el
350 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 351

empréstito es un contrato que vincula al Estado deudor con la nrisma Los autores brasileños Baleeiro y Araújo Faleao consideran que
fuerza obligatoria que cualquier contrato que el ente estatal celebre, y el empréstito forzoso tiene carácter tributario, posición que considera­
que su caracterización concreta depende del examen del derecho positi­ mos como la más correcta, y a la cual se adhiere el maestro argentino
vo de cada país, a fin de apreciar si hay particularidades que atribuyan Giuliani Fonrouge (Derecho ... , 6' ed. t. 2, p. 1187).
fisonomía especial al empréstito, derogatorias del régimen general de Atento a nuestra adhesión a la teoría contractual, no creemos
los contratos. que el empréstito forzoso pueda ser considerado como un verdadero
empréstito, ante la falta de acuerdo de voluntades creador de la vincu­
lación jurídica. Tiene, en cambio, carácter de tributo, dado que nace
3. EMPRÉSTITOS VOLUNTARIOS, PATRIÓTICOS Y FORZOSOS. como consecuencia del ejercicio del poder de imperio por parte del Esta­
do, con prescindencia de la voluntad individual.
El empréstito es lJoluntario cuando el Estado, sin coacción algu­ Si bien es indudable que el empréstito forzoso es una figura
na, recurre al mercado de capitales en demanda de fondos, con prome­ luorida, no absolutamente delimitable dentro del campo de los recur­
sa de reembolso y pago de intereses. Éste es el único empréstito que se sos financieros del Estado, creemos que su rasgo predonrinante no está
puede denominar estrictamente así. dado por la prometida restitución, sino por el procedimiento coactivo
El empréstito patriótico es aquel que se ofrece en condiciones mediante el cual el Estado exige compulsivamente sumas de dinero a
ventajosas para el Estado y no es enteramente voluntario, pues se con­ los particulares, modalidad que lo ubica dentro del campo tributario, lo
figura en el caso una especie de coacción. Son empréstitos cuyas cláu­ cual fue más visible con el burlonamente llamado "ahorro obligatorio",
sulas contienen ventajas para el Estado deudor, y que se hacen suscri­ pues se exigieron fuertes sumas de dinero y se devolvieron monedas.
bir con propaganda y apelando a los sentimientos patrióticos de la En un excelente trabajo (Nuevas modalidades de empréstitos
comunidad. Los casos más frecuentes de utilización de esta modalidad forzosos y de contribuciones sociales, en "Impuestos", t. 19, ps. 435 y
del empréstito son las guerras. Nuestro país recurrió al empréstito ss.), el doctor Giuliani Fonrouge hace interesantes consideraciones so­
patriótico en 1898, cuando se consideraba que era inminente una gue­ bre el tema. Afirma que los empréstitos forzosos eran sólo un recuerdo
rra con Chile, y en 1932, como consecuencia de una caótica situación histórico en la Argentina, pero que la tradición de nuestro país de no
econónrica. En ambos casos, este medio produjo escasos resultados. recurrir a tal modalidad fue interrumpida por la ley 6489 de la provin­
En los empréstitos{orzosos los ciudadanos resultan obligados a cia de Santa Fe, sancionada y promulgada el21 de marzo de 1969. En
suscribir los títulos. Se discute, en doctrina, si esta peculiar forma de virtud de esta ley, se autorizó a la Municipalidad de Rosario "a con­
obtener fondos se puede considerar realmente un empréstito. traer con los propietarios de inmuebles ubicados dentro del municipio
Para Maurice Duverger (Instituciones ... , p. 160), los emprésti­ un empréstito ... ", fijando una contribución obligatoria, con carácter
tos forzosos están en un punto intermedio entre el empréstito propia­ de préstamo, de dos mil quinientos pesos moneda nacional anuales
mente dicho y el impuesto. El autor alemán Fritz Neumark (Proble­ durante el período de cuatro años. Los importes netos ingresados por
cada propietario le debían ser retomados en cinco anualidades conse­
mas económicos y financieros del Estado intervencionista, p. 388)
cutivas, con más un interés del 6 % anual sobre saldos, a ser liquida­
también afirma su carácter mixto. Se diferencian de los verdaderos dos por semestre vencido.
empréstitos porque carecen de voluntariedad, y de los impuestos por­
Menciona también el autor citado que la ley 18.909, del 31 de
que tienen un contravalor. Cree Neumark, sin embargo, en. el predo­ diciembre de 1970, constituyó otro caso de empréstito forzoso. Esta ley
minio del carácter fiscal, máxime si se tiene en cuentaque las condi­ creó el"Fondo de Ahorro para la Participación en el DesarrDllo Nacio­
ciones de amortización y pago de intereses son mucho menos favorables nal", para cuyo propósito se instrumentó la participación de los secto­
al prestamista· que en una auténtica emisión de empréstito. res que trabajaban en relación de dependencia mediante la fijación de
El profesor Oria considera a esta fJgUra una requisición temporaria una contribución, y de los demás sectores en función del uso que hicie­
de capital (Finanzas, t. 3, p. 149), con lo cual está de acuerdo Manuel ran del sistema financiero. Se aclaró que los fondos se recaudaban a
de Juano al expresar que "constituye una requisición de dinero f]jada tttulo de inversión, y no de contribución definitiva.
unilateralmente por los Estados" (Curso ... , t. 3, p. 118). Por su parte, Sostiene Giuliani Fonrouge que tanto en la ley santafesina como
Ahumada (Tratado ... , t. 2, p. 904) niega que pueda ser considerado en la ley 18.909 resultó claro que se trataba de tributos impuestos por
como empréstito ni como impuesto extraordinario. el Estado en virtud de su poder de imperio.
352 Ht!:CTOR B. VILLEGAS
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 353
Las alusiones a que los fondos exigidos eran "inversiones" de los impuesto se calculó el 40% para personas fisicas, y el 30% para perso­
sufridos contribuyentes (algo semejante al "ahorro" que luego se les
nas juridicas, lo cual constituyó el ahorro base en función de la renta.
impuso) son hipocresías inaceptables y tan burdas que ni siquiera en­
Como hemos dicho, la ley 23.549 fijó una alícuota general del 40%.
tran en las Uamadas "ilusiones financieras" de Amilcare Puviani.
En cuanto al ahorro base en función del capital y en función del
patrimonio, se los determinó en forma similar, es decir, se partió del
4. EL RÉGIMEN DE AHORRO OBUGATORlO. capital o del patrimonio neto imponible para el ejercicio fiscal 1984,
sumando las exenciones de ambos impu0stüg que se dejaron sin 2f~t,)
El caso más aberrante (a la luz de las sumas que tennÍDó devol~ para el ahorro obligatorio. Da ello resu!tó Cilla :nwwa base imDor;jGl ~.
viendo el Estado) de lerdaderos tributos disfrazados con la piel de cor­ sobre la cual se aplicó ]a alícuota originaría, obteniendo un nuevo im­
dero de empréstito;; se configucoó con las leyes 23.256 ("B.O.", 2/10185) y puesto determinado, con respecto al cual se aplicó la alícuota, yE' ?'?:B.
23.549 ("B.O.", 2fVl I GS), que, con el objeto de captar el ahorro de los del 30 y 40% de la ley 23.256, o la única del 40% de la ley 23.549.
particulares, cis¡:'Jsi,,"on en forma compulsiva unllalnado "ahorro obli­ La aplicación de este mecanismo implicó, retroactivament.,;" J':!
gatorio", a ingresar d"Tante los períodos 1985 y 1986 (la ley primera­ derogación de exenciones y de beneficios de regímenes de p:romodón,
mente mencionada) y los períodos 1988 y 1989 (la ley mencionada en así como también la presunción de una capacidad de ahorro que pudo
segundo térnúnr:). . ser inexistente cuando venció la obligación de pago de los respe(;i;jvos
Al régimen de l11nbas leyes quedaron obligadas las personas fisi­ ahorros obligatorios.
cas, sucesiones indivisas, sociedades y cooperativas que denotasen ca­ A su vez, el capital "ahorrado" iba a ser "reintegrado" a los f;:li.~""s
pacidad presunta de i'>.horro en función de los impuestos a las ganan­ ahorristas, con más el interés que se determina aplicando una~:?,sa
cias, al patrimonio y ~ los r.apitales determinados para el periodo 1984 igual a la vigente para depósitos en cajas de ahorro común de l¡:; CE.ja
(]ey 23.256) y pna los períodos 1986, 1987 Y 1988 (ley 23.549). Nacional de Ahorro y Seguro. El régimen no reconoció actualización
Las sumas a ingresar fueron del 30 % de los impuestos a los dineraria ni ajuste alguno para compensar el deterioro en el valOl' del
capitales y a las ganáncias correspondiente a las personas ideales, y dinero. Pero, para "sorpresa" de los gobernantes, la inflación se comió
del 40 % de los impuestos al patrimonio y a las ganancias para las todo el dinero (salvo alguna que otra moneda), y la mayoría de los
personas fisicas y suc"Osiones indivisas. Esto, confonne a la ley 23.256, contribuyentes ni se molestó en ir a cobrar.
porque la ley 23.549 fijó una alícuota del 40 % para todos los contribu­
yentes. Dichos importes se actualizaron desde la fecha del cierre de los 4.1. Naturaleza jurídica. Constitucionalidad.
ejercicios fiscales hasta la del mes anterior al del pago del ahorro, en
función del índice mayorista, nivel general. Se presumió que la renta, Demasiados autores escribieron sobre este engendro y en general
el capital y el patrimonio para los años 1985, 1986, 1988 y 1989 eran la doctrina se inclinó por su inconstitucionalidad, posición que, por
los que resultaban de introducir a las rentas y capitales o patrimonios supuesto, no tuvo eco en los tribunales que "acompañaron" al gobierno
de los años base las modificaciones establecidas por las leyes de ahorro, de turno (Corte Suprema incluída).
admitiendo la comprobación de que para esos periodos la capacidad de En cuanto a la naturaleza jurídica, las opiniones de quienes se
ahorro presunta había disminuído. tomaron en serio este instituto fueron disímiles, ya que para algunos
La determinación del ahorro se hizo estableciendo el ahorro base fue un empréGtitr, .I"""zoo"¡, vtlca ut¡",,5 lli"141 J",':¡~5íctón de cüpitai, ii':;
en función de la renta, del capital y del patrimonio. Tomando como faltó quienes opinaron que era un lubrido de empréstito y tributo, mien­
ejemplo el caso de la ley 23.256, se partió de la ganancia sujeta a im­ tras que también se dijo que era una figura atípica adicional a los
puesto declarada para el año 1984, agregándole las exenciones que traía impuestos a las ganancias, capitales y patrimonios.
la ley de ganancias y que se dejaron sin efecto por la ley de ahorro Nuestra opinión sobre el tema comenzó con la propia denomina­
obligatorio. A esa suma se le restó la deducción especialque rigió en el ción asignada falsamente como "ahorro". Hicimos las siguientes obser­
impuesto a las ganancias para el año 1984, reducida en un 50%, no
vaciones:
pudiendo deducir quebrantos de los años anteriores. De allí resultó 1) No se trató de un ahorro. Según el Diccionario de la lengua,
una nueva ganancia, es decir, una nueva base imponible, sobre la cual "el ahorro viene constituído especialmente por la ábstinencia y la pre­
se aplicaron las alícuotas originarias del tributo. Sobre es~ nuevo visión, y consiste en diferir un goce o el consumo de la riqueza con el

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HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 355


354
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que el Tesoro de la N ación se forma con la venta o locación de tierras de
objeto de tenerlo más tarde". Poco hay, pues, de ahorro en el instru­
mento en cuestión. El ahorro es una prevención individual, y depende propiedad nacional, pero ello no puede ser interpretado para obligar a
de la libertad de elección entre el consumo o no consumo. Forzar a alguien a comprar o alquilar esas tierras en forma forzada, ni el Con­
ahorrar es ir contra la libertad, y ello es atentar contra el Preámbulo greso puede establecer "la tompra forzosa" o "la locación forzosa".
de la Constitución nacional y todo su articulado, puesto que la libertad Nuestra Constitución otorga al Congreso facultades para impo­
es un derecho que ilumina y preside todos los demás derechos y garan­ ner contribuciones (art. 75, inc. 2) y para contraer empréstitos (art.
tías. Fundamentalmente la del arto 14, que otorga la libertad de traba­ 75, ine. 4). El uso de verbos distintos en cada caso señala los límites del
jar, de ejercer una industria lícita y, obviamente, de aprovechar lo poder, ya que respecto de las contribuciones se habla de "imponer", y
producido y disponer libremente de ese producido, consumiéndolo o no; en el supuesto de los empréstitos de "contraer". Esto significa que, en
en otras palabras, ahorrándolo o no ahorrándolo. el primer caso, el tributo se impone, aun en contra de la voluntad del
2) No es un empréstito normal. No lo es, porque sólo hay em­ obligado. Al contrario, en el empréstito el Estado contrae o adquiere
préstito normal cuando media un contrato, es decir, cuando concurren una obligación, lo que indica su naturaleza contractual. En nuestro
dos o más voluntades bajo la forma de convenio. sistema republicano el Estado sólo tiene restrictivamente las atribu­
Nadie puede ser compelido a concertar un contrato en contra de ciones que la Constitución le concede, lo que no ocurre con los habitan­
su voluntad (ver Pedro Tinti, La inconstitucionalidad del ahorroobli­ tes de su territorio, que pueden hacer todo aquello que la ley no prolube.
gatono, en "Comercio y Justicia" de Córdoba, edición del 13111185, p. 3). García Belsunce se ha expedido sobre el tema, demostrando con
Por eso el crédito público es el resultado de la aptitud política, económi­ variados argumentos y diversas citas doctrinarias, nacionales y ex­
ca, jurídica y moral para obtener dinero o bienes en préstamo, basado tranjeras, que el empréstito forzoso no se puede calificar como un em­
ese préstamo en la solvencia mDral y financiera del deudor. Pero si la préstito de los referidos en los arts. 4 y 75, inc. 4, de la Constitución
suma se detrae por vía compulsiva, resulta imposible sostener que el nacional, porque en toda la literatura financiera el empréstito público
dinero fue ingresado por la confianza que merece el crédito del Estado ha sido y es considerado como una operación voluntaria, que excluye la
(ver Alejandro Almarza, El nuevo régimen de ahorro forzoso, en "Im­ coacción que supone el empréstito forzoso. De ahí -agrega el autor­
puestos", t. XLVI-A-245). que el empréstito forzoso no está previsto entre los recursos fiscales
Pero, además, para que haya empréstito normal no sólo debe con que la Constitución dota en su arto 4 al Tesoro nacional. Esta falta
haber convenio, sino que, también, se debe restituír todo lo prestado. de previsión hace que el ahorro obligatorio sea inconstitucional (autor
Dentro de los dos regímenes de ahorro obligatorio esta restitución no se cit., El empréstito público no puede ser coactivo, en "La N ación", 25/41
produjo, porque se prometió devolver la suma histórica con los intere-­ 88, p. 7).
ses de los depósitos comunes de la Caja Naéional de Ahorro y Seguro, 4) Pensamos que en realidad este instituto constituyó un tributo
sin admitir actualización o ajuste alguno. Con este sistema, los por las siguientes razones: .
"ahorristas" perdieron prácticamente todo su capital original. Esta for­ a) porque tuvo su origen en la coacción, compeliendo al pago de
ma incompleta de restitución ya fue juzgada como inconstitucional por una suma con prescindencia de la voluntad del obligado;
la jurisprudencia, por lesionar el principio de la razonabilidad y por b) el hecho de que admitiera o no devolución no modificó su natu­
afectar la garantía constitucional de la propiedad (arts. 14 y 18, C.N J. raleza jurídica; hay impuestos en que se admite su acreditación o devo­
Así lo decidió la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de lución (p.ej., reintegr.o por exportaciones), sin que por ello pierdan su
Rosario, mediante fallo firme del 8/10187, en la causa "Celulosa Argen­ naturaleza tributaria; .
tina S.A" (fallo publicado en "Derecho Fiscal", t. XLIV, p. 233, nOS' 476 c) el órgano de aplicación fue la Dirección General Impositiva;
y 477). d) se aplicó a este régimen la ley 11.683, de procedimiento tribu­
3) De lo expuesto se desprende que si fuera un empréstito no tario'
sería normal sino anómalo, y que sólo podría entrar en la categoría de 'e) el hecho imponible fue reiteración de los hechos imponibles de
empréstito forzoso, el cual es inconstitucional en la República Argenti­ los impuestos a las ganancias, sobre los capitales y sobre el patrimonio
na. La inclusión en el arto 4 de los empréstitos y operaciones de crédito neto; la naturaleza tributaria estaba implícita cuando se derogaron
como fuente para proveer a los gastos de la Nación no autoriza a que exenciones, liberaciones y otras franquicias tributarias;
ello se pueda hacer forzando al prestamista. El mismo artículo dice
356 HI1:CTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 357

{) confonne a la realidad económica no se ·restituyó lo entregado, En definitiva, no fue dudosa por la naturaleza tributaria del ins­

según la fonna de reintegro prevists., la cu&í ;-.c admitió actualización


ni ajuste alguno en una época agudamente i.."'lfl~cionaria.
I
I
tituto, y también por la inconstitucionalidad.

En cuanto a este último aspecto, es destacable el trabajo de José

5) Se trat6 de un tributo inconstitl1.donf"!1. Se pretendió un tri­ Luis Rinaldi y Juan Marcos Pueyrredón, quienes con sólidos argumen­
buto en el cual aparecieron afectados 1:'~t!"úactiv&"nente hec-:ho€ tos se expidieron por la inconstitucionalidad, tanto si el llamado "aho­
imponibles correspondient9s a ejercicio& 0€ ú i:dos COI' anterioridad .'i' rro obligatorio" se consider6 un empréstito no tributario, como si se
que generarOI1 obligaciones t:dbutarias en flU m.0men::"). 8e tuvieron en estimó que era una requisición o se opinó que era un impuesto, y se
cuenta 108 impuestos qua tom8:'"O:1. como hecho h'lp':lr.dble h. obtención dieron por separado las razones de cada uno de los supuestos (auto.'es
de ganancias o ia posesión de un ~a"Cita¡ ,'; !}?"t.ri;n.o,áo 1 citados, Considera-ciones acerca del nuevo régimen de ahorro obliga­

~
impUcaron adiciona!es de torio, "Boletín Econ6mico" de "La Ley", año 5, nº 6, del 27/6/88, pE. 5 Y
tinguidas si !)agada&. LSÜ, signj1i:::.ú qu" ",1 contr2buy~nte que ss., especialmente, p, 11).
pagó estos impuestos obtuvo u;-, del"'echo h:k;ujrido a qi1.e esos misnos
hechos imponjb1es no pudiesen generar lli"1a obligación tributaria adi­
cional. Ciartas pronunciamientos judiciales consideraron inconstitu­ 5. GARANTfAs y VENTAJAS DE LOS EMPRÉSTITOs.

cional e~ im;o.esto sobre ]os activos fmancieros, por su carácter retro­


activo s.; pretender gravar materia imponible que ha!>ía sido tratada Es moneda corriente que cuando se emite un empréstito Sé otor­
como -:lxe::-.ta en el impuesto al patrimonio neto, más allá de la diferente guen ciertos alicientes o estímulos para que los futuros PI'8fJu.:mistas
denomirlación dada a cada impuesto (caso "Insúa, Juan Pedro", fano de se decidan a suscribir los títulos, ya sea mediante un añanzamiento
la Corte Suprema nacional del1/10/87, con amplio.Y meditado dicta­ del crédito que les asegure el pago y los proteja de la desva!onzi":'ción
men de! procurador fiscal doctor José Osvaldo Casás, "Derecho Fiscal", monetaria, o bien ofreciendo ventajas económicas, fiscales o jurídicas
t. XLIV, p, 51), que tomen más apetecibles las operaciones.
La situación del caso "Insúa" se repitió en fonna idéntica para el
caso del ahorro forzoso en función del patrimonio, en la medida en que 6. GARANTfAs.
alcanzó bienes exentos por el impuesto sobre el patrimonio neto. Algo
similar sucedió con los impuestos a las ganancias y sobre los capitales. Las más utilizadas a través de los años fueron las siguiantes:
En definitiva, el gravamen denominado "ahorro obligatorio", en
cualquiera de sus dos versiones, afectó retroactivamente a hechos
6.1. Garantías reales.
imponibles de ejercicios anteriores. Esta afectación fue doble, ya que,
por una.parte, se alcanzó materia imponible exenta, y, por la otra, se En la actuai:itÍaJ ~~ ~:'l!¡z2dón ~s. ~j n1!la, Y <:on~isten e.n la
gravó nuevamente materia que ya habría tributado los gravámenes afectación especial de bienes determinados, mediante prenda o hipote­
correspondien tes. ca. En la Edad Media y en los siglos XVII y XVIII podemos ver EÚemplos
a) En cuanto al primer caso, ello sucedió ante las exenciones, de este tipo de garantía, ya que era usual dar en prenda castillos, ciu­
deducciones, franquicias y demás liberalidades que contenían los im­ dades, territorios y derechos del soberano. Nuestro país afectó la tierra
puestos a las ganancias, sobre los capitales y sobre el patrimonio neto pública en el primer empréstito externo, en 1824, con la finna Baring
que se dejaron sin efecto. Como hemos visto, cuando se determinó y Brothers.
pagó el impuesto esas exenciones y beneficios pasaron a formar parte
del patrimonio de los contribuyentes y a estar protegidos por la Consti­ 6.2. Garantías personales.
tución nacional (arts. 14, 17 y 28). '.;
b) En cuanto al segundo, los impuestos que tomaron como hecho Implican el compromiso adoptado por un tercero de pagar las
imponible la obtención de ganancias o la posesión de un capital o patri­ sumas prestadas en caso de no hacerlo el deudor, siendo un procedi­
monio implicaron obHgaciones que, si fueron pagadas en su momento, miento poco utilizado en la actualidad. Muy atrás quedaron los tiem­
otorgaron un derecho adquirido a que esos mismos hechos imponibles pos en que los reyes ofrecían como rehenes a prínpipes reales o a funcio­
no pudiesen nuevamente generar una obligación tributaria adicional. narios allegados al monarca (ver cap. XII, punto'2).

~-~"'""'~~. _...._-_.
358 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 359
.,.,
6.3. Garantias especiales. 7. VENTAJAS CONCEDIDAS EN LOS EMPRÉSTITOS.

Se habla de este tipo de garantías cuando se afectan determina­ Mediante las ventajas concedidas a los suscritores el Estado pro­
dos recursos del Estado deudor, especialmente derechos aduaneros, cura facilitar la colocación de los títulos, pudiendo ser estas ventajas
producto de monopolios fiscales, rentas portuarias, etc. Este procedi­ de distinto tipo, entre las cuales mencionaremos las siguientes:
miento fue frecuentemente utilizado en la segunda mitad del siglo XIX, a) Tipo de emisión. El título puede ser colocado "a la par" cuando
y nuestro país lo puso en práctica en 1881-1892, otorgando en garantía se vende a su importe nominal (p.ej., el título de $ 100 se vende a ese
los ingresos aduaneros, producto de los ferrocarriles, rentas portuarias importe), lo cual sucede en condiciones normales. Si hay dificultades
e ingresos de Obras Sanitarias. en la colocación los títulos pueden ser colocados "bajo la par", y enton­
ces el adquirente paga una cantidad menor que la expresada en el
6.4. Garantías contra fluctuaciones monetarias. título. De esto deriva que el interés real resulte, en definitiva, superior
al interés aparente.
Tienden a proteger al prestamista contra la depreciación del di­ b) Prima de reembolso y premios. El título se coloca a la par,
nero. Por ello, en los contratos de empréstito se suele incluír cláusulas pero, en caso de reembolso de capital, se paga al suscritor una suma
que garantizan la estabilidad del dinero que se reembolsa a los acreedo­ mayor a la nominal (p.ej., el tenedor paga $ 100 por el título, pero le
res, para compensarlos de cualquier desvalorización que afecte sus in­ devuelven $ 110). Esto se puede combinar con premios adjudicables por
tereses. Estas últimas garantías son de diverso tipo: los empréstitos sorteo, como forma de lograr mayores alicientes para los suscritores.
con garantía de cambio son aquellos en que el importe del servicio de e) Efecto eaneelatorio. Se puede también otorgar a los suscritores
la deuda se vincula con el valor de una moneda extranjera considera­ la facultad de pagar impuestos y otras deudas estatales con títulos de]
da firme. empréstito. Como en este caso el Estado recibe los títulos por su valor
Esta cláusula no garantiza totalmente a los acreedores, porque nominal, si éstos se cotizan más bajo en la bolsa, el tenedor resultará
la doctrina y la jurisprudencia de los principales países han interpre­ beneficiado.
tado que ella no significa que se debe pagar en moneda extranjera, sino el) Privilegios fiscales y jurídicos. Los privilegios fiscales consis­
en moneda nacional al tipo de cambio vigente. Es evidente que si el tipo ten en exenciones tributarias totales o parciales con relación a los in­
de cambio no se ajusta a la realidad, el acreedor resultará perjudicado. gresos que pueden derivar de los títulos, tanto en lo que respecta a su
La cláusula oro consiste en la obligación, a cargo del Estado, de interés como a su negociación o trasmisión por cualquier concepto. Por
pagar la deuda ajustada al valor internacional del oro. Como en el caso ejemplo, en nuestro país los beneficios de los títulos de la deuda pública
anterior, esta cláusula no implica el pago en oro, sino la referencia a generalmente están eximidos del impuesto a las ganancias. En otros
este metal como medida de valor para el pago en moneda nacional. países se suele, asimismo, otorgar ventajas jurídicas, como la
También se suele utilizar como garantía contra fluctuaciones inembargabilidad de los títulos, ventaja que no se ha aplicado en la
monetarias la cláusula de opci6n, según la cual el deudor tiene el dere­ Argentina.
cho de elegir la plaza de pago o el tipo de moneda.
En los últimos tiempos adquirieron especial relieve los emprésti­
tos "indexados", que son aquellos cuyo reembolso se efectúa refiriéndo­ 8. TtruLos DEL EMPRÉSTITO.
lo al precio de ciertos productos o servicios (carbón, electricidad, tarifa
de ferrocarriles, etc.), o bien a índices oficiales que dan pautas indirec­ La emisión de empréstitos está representada por títulos, que son
tas sobre las oscilaciones del poder adquisitivo de la moneda (p.ej., el los valores en los cuales se fracciona el empréstito con el fin de ser
índice consistente en la variación de precios mayoristas no agropecua­ distribuídos entre los suscritores. Esos títulos, a su vez, son los instru­
rios). En nuestro país, los bonos emitidos en 1958 por Y.P.F. tomaron mentos representativos del crédito que cada tenedor tiene contra el
como índice de valor el precio internacional del petróleo, mientras que Estado.
otros más recientes (los llamados "bonos ajustables") se reajustan con­ Estos instrumentos constituyen jurídicamente cosas, por ser ob­
forme a Índices oficiales. jetos materiales representativos del valor, según lo establecen los arts.
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 361
360 HÉCTOR B. VILLEGAS
préstito público, bajo qué condiciones, con qué finalidades, los efectos
2311,2313 y concordantes del Código CiviL Como tales, pueden ser que causará en la economía, etc, Desde el punto de vista técnico, se
objeto de los derechos reales de dominio, condominio, usufructo y pren­ debe'l"á decirhr cuáles son las ventajas Y garantías que aparezcan como
da, y de los contratos de compraventa, permuta y donación. las más razonables para conceder a los suscritores, así como también
Revisten asimismo el carácter de papeles de comercio, sujetos a cuál procedimiento será el más conveniente para colocar los títulos.
las disposiciones del Código de Comercio sobre letras de cambio. En El decreto 340/96 ("B.O.", 3/4/96) ha establecido un sistema para
consecuencia, pueden ser títulos nominativos, en cuyo caso se trasmiten' ' la emi¡,¡ión, colocación, negociación y liquidación de los instrumentos
por endoso, o títulos al portador, trasmitiéndose por simple ehtrega. de endeudamiento público (en adelante, IEP) que se destinen al
Económlcamente son más convenientes los títulos al portador, mercado local. Los aspectos más salientes del sistema son:
dado que, CO!:1\' la sola posesión vale por título, su circulación es más 1) Los IEP cOI1sisten en las letras del '1'esoro que emitan 1&

fácil. EHo ha ~ontribuído a genera1izar esta Íomia de emisión en la


mayoría de los paises.

9. EL INTERÉs ':{ SU TASA.


I
Secretaría eb Hacienda Y el Minü,terlú de Economía y Obras y Servi

cios Públicos de ',3, Nación y los bonas de mediano y larg(}.',~;,la:.;o qu;:,

constituyen íos t;,ü}JiC.~¡'~;;':'¿, pivpiwnente dichos que VtuiÍmos u·al....ri.:k,


2) Los IEP serán represer.tados en forma escritural y regisba­
dos mediante la apertura de cuentas en el registro que a esos er~ctos
Al eff:~tuarse la emisión, se debe neterminar como elemento fun­ llevarán la Secretaría de Hacienda, el Ministerio de Economía Y Obr&:
damental del empréstito la tasa de interés.
1 y Servicios Públicos de la Nación, el Banco Central de la Repúblici?,
Esta ini:;erés de los emprésti tos es la ganancia que van a obtener Argentina, o quien la mencionada Secretaría de Hacienda designe.
los prestamistas como fruto de la colocación de sus capitales, y de allí 3) El monto global de colocación estimado y las fechas de licita­
que el éxito en la colocación de un empréstito depende en gran medida ción previstas de los IEP serán dados a conocer mediante un cronogram,a
de su tasa. 1 dentro de los treinta (30) días posteriores a la publicación deí presente
Es evidente que cuanto más alta sea ésta, más fácil será la venta en el "Boletín Oficial", para las colocaciones que se realicen dentro de]
de bonos, y ello se justifica sólo en momentos de más urgencia, ya que
un tipo de empréstito concertado en condiciones desventajosas para el
fisco redundará, en definitiva, en detrimento de la economía futura,
máxime si el empréstito es económicamente externo, según vimos en
su oportunidad.
I ejercicio fiscal en curso, y dentro del mismo plazo, a partir de la fecha
de promulgación de la ley de presupuesto del ejercicio fiscal de que se
trate, para las sucesivas.
4) La colocación de los IEP se realizará por licitación pública.
Cuando circunstancias especiales así lo indiquen, la Secretaría de Ha­
cienda del Ministerio el", lf'~0n(\T>'l~~ y Obras y Scr';1cbs Públicos
10. LA EMISIÓN DE LOS EMPRÉSTITOS. 1 autorizar ctliu~aC1ones por suscripción directa o por licitación privada.
Los IEP estarán denominados en pesos o en moneda extranjera,
La emisión de un empréstito público presupone la consideración
previa de una serie de cuestiones acerca del plazo, la tasa de interés,
los beneficios accesorios, las garantías contra depreciaciones moneta­
rias, etc.
I pudiendo ser instrumentos a tasa adelantada o vencida, fija o flotante,
siendo posible utilizar otras estructuras financieras usuales en los
mercados locales o internacionales.
Adicionalmente, se podrán realizar operaciones de administra­
Además, se debe tener presente que, conforme expusimos supra
(cap. XII, punto 10), el régimen jurídico de la emisión de empréstitos
depende del plazo. Así, tratándose de lo que hemos denominado em­
préstitos públicos propiamente dichos (a largo y mediano plazo), es ne­
I ción de pasivos, tales como canjes, compra y/o venta de instrumentos,
operaciones de pase y cualquier otra transacción utilizada en los mer­
cados, en el marco del arto 46 de la Ley Complementaria Permanente
de Presupuesto (t.o. 1995), o de la norma vigente al momento de ser
concertadas las operaciones mencionadas.
cesaría la sanción de una ley que expresamente disponga la emisión y
la tasa de interés, así como también las formas y plazos de su amorti­ En el caso de las licitaciones públicas, sus condiciones serán da­
zación. das a conocer al momento de disponerse el Hamado a licitación de cada
La emisión significa resolver complejas cuestiones, como, por instrumento. ";
ejemplo, establecer cuándo está justificado el lanzamiento de un em-

1
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362 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 363
\,
Para el caso de la amortización paulatina, hay diversos procedi­
11. COLOCACIÓN DE LOS TtruLOs. Inientos. Así, en el método llamado de las "anualidades terminales" se
va pagando el interés y una fracción del capital, hasta saldar la totali­
Según acabamos de ver, el decreto 340/96 menciona, como me­ dad de lo adeuftado. Se puede aplicar también el sistema del sorteo,
dios de oo)ocación de los títulos, a los que llama instrumentos de endeu­ según el cual una parte de los títulos al ser sorteada anualmente, es
damiento público (IEP), la licitación pública, la suscripción directa y la totalmente reembolsada; por último, se suele recurrir a la licitación,
licitación privada. procediIniento mediante el cual se efectúa el reembolso a aquellos
a) El método más conveniente y eficaz es el de la emisión directa inversionistas que hagan la oferta más reducida para el rescate.
por suscripción pública. Consiste en el lanzamiento de toda la emisión Es importante destacar que, conforme 10 ha resuelto la Corte
o de series sucesivas, que se ofrecen al público. Éste puede adquirir los Suprema nacional, el plazo establecido para el reembolso se entiende
títulos directamente o en las instituciones bancarias; en este último que opera tanto en favor del emisor como del prestaInista (ver "Fallos",
caso, los bancos actúan a título de simples colaboradores del Estado, t. 149, p. 226).
pero no toman ninguna participación en la operación, tal como sucede b) Amortización facultativa. En este caso, el Estado se reserva el
en el procedimiento que veremos a continuación. derecho de amortizar o no el empréstito y de fijar las fechas en que
b) En el caso de la colocación por banqueros, el Estado conviene hará efectiva tal amortización.
con una o con varias entidades bancarias la colocación de los títulos en
el mercado, lo cual se puede hacer en dos formas distintas. Puede suce­
der que el banco se encargue de toda la gestión de colocación mediante 13. CONVERSIÓN DE LOS EMPRÉSTITOs.
el pago de una comisión, o bien, que el banco tome en firme la eInisión,
entregando al Estado el importe total del título y corriendo el riesgo de En sentido amplio, "conversión" significa la modificación, con
la ulterior colocación. posterioridad a la emisión, de cualquiera de las condiciones del em­
Este último procedimiento asegura la colocación rápida e inte­ préstito. En sentido restringido, se dice que hay conversión cuando se
gral del empréstito, pero determina un mayor sacrificio para el fisco, modifica el tipo de interés. Parece adecuado el primer significado, ya
ya que los banqueros exigen lógicamente ganancias superiores. que una de las formas más importantes de la conversión es la trasfor­
c) Venta en bolsas. En este caso, el Estado emisor vende los títu­ mación de la deuda a corto plazo en deuda a largo o mediano plazo,
los en la bolsa o mercado de valores a medida que las necesidades 10 trasformación en la cual el tipo de interés puede no variar. Los especia­
exigen. Este procedimiento permite explorar las condiciones del merca­ listas suelen distinguir tres tipos principales de conversión:
do, pero ofrece el inconveniente de su limitación, dado que el lanza­ a) Conversión forzosa. El tenedor se ve obligado a aceptar el nuevo
miento de grandes cantidades de títulos puede causar perturbaciones título sinaltemativa alguna, ya que si no acepta el canje pierde el
en el mercado bursátil. t(tulo. Evidentemente se trata de un procedimiento arbitrario, que está
d) Licitación. Este procediIniento es generalmente empleado para en pugna con la naturaleza jurídica del empréstito. Según la doctrina
colocar las letras de Tesorería. Los títulos se ofrecen en licitación gene­ a la cual nos hemos adherido, el empréstito es un contrato y, por tanto,
ralmente a las instituciones bancarias y corredores de bolsa, y se adju­ el prestamista no puede ser obligado a canjear su título por otro que
dican según las ofertas más convenientes para el Estado. puede lesionar sus intereses. Por otra parte, una actitud estatal de tal
naturaleza lesionaría el derecho garantizado por el arto 17 de la Cons­
12. AMORTIZACIÓN DE LOS EMPRÉSTITOS. titución nacional, en razón de 10 cual semejante actitud permitiría un
reclamo contra el Estado, merced al principio de control judicial que
Amortizar un empréstito significa reembolsarlo. Se pueden dis­ impera en nuestro país.
tinguir las siguientes clases de amortización: b) Conversión facultativa. En este caso el prestamista puede li­
a) Amortización obligatoria. En este caso el reembolso se efec­ bremente optar entre conservar el título viejo o convertirlo por el nue­
túa en una fecha determinada. Se puede hacer repentinamente, 10 cual vo. Claro que para que adopte esta última actitud es necesario que el
sucede en general en los empréstitos a corto plazo, o paulatinamente, nuevo título le reporte ventajas de algún tipo. Por ejemplo, se puede
10 cual se opera en los préstamos a largo o mediano plazo. ampliar el plazo de reembolso, pero, en compensación, ofrecer más inte­
364 HÉCTOR B. VILLEGAS
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 365
rés. Se trata de un método aceptable, por cuanto respeta el carácter
contractual del empréstito. da, y sus finanzas no permiten prever el cumplimiento en un plazo
e) Conversi6n obligatoria. En esta forma de conversión se da al previsible.
prestamista la siguiente alternativa: optar por el nuevo títu.lo o ser En los casos de incumplimiento se suele hacer mención del dere­
reembolsado. Si bien esta modaiidad es jurídicamente menos gravosa cho de protección (incluso armada) que tienen los prestamistas e;~tran·
que la conversión forzosa, no deja del ser una violación al carácter con­ jeros por parte de su Estado de origen. Así, según recuerda el profesor
tractual del empréstitú. Además, se mele incluír una cláusula según Ahumada (ob. cit., t. 2, p. 223), en 1903 Inglaterra, Alemanil:'. e Italia
)a cual la falta de e:rpresión de '¡oluntad del inversionista dentro de un ejercieron actos de fuerza contra Venezuela No se puede aceptar -se­
plazo determinado supone la l:.I~eptación tácita deí nüevo título. Con ñala el autor citado- que la violencia, opresión, coacción o presión de
buen criterio, la Corta Su¡:¡rema nacional, que reiteradamente ha sos­ cualquier tipo sea medio de cobrar lo que los Estados adeuden por em­
tenido la tesis de la n2türa18za contractual del empréstito, ha resuelto préstitos.
que es ilegal obligar al tenedor a admitir la conversión o ser reembolsa­ La doctrina Drago así lo expresó, proscribiendo todo ampl"o de
do (ver "Fallos", t 149, p. 226). fuerza para lograr el cobro compulsivo de la deuda pública.

14. INCUMPLIMIENTO DE LA DElJDA PúBLICA. 15. EMPRÉSTITOS DE TESORERiA.

Puede suceder que un Estado deudor no cumpla con algunas de 15.1. Noción.
las obligaciones contraídas al obtener el empréstito, ya sea en lo que
respecta al reembolso, al pago de intereses, al plazo de pago, etc., in­ Se denomina empréstitos de tesorería a las emisionee de va­
cumplimiento que se puede deber a una actitud deliberada o a la caren­ lores por un plazo breve, que por lo común no excede de un año, y que
cia de fondos suficientes. se ofrecen al público en general o a determinados sectores capitalistas.
Prescindiendo de las formas indirectas de incumplimiento (p.ej., No puede caber duda de que la emisión de bonos de tesorería es
mediante desvalorización monetaria), analizaremos brevemente las un verdadero empréstito, por cuanto esencialmente tiene sus mismos
formas directas de incumplimiento de la deuda pública elementos. Sin embargo, ambos tipos de crédito estatal presentan mo­
a) Repudio de la deuda. Se trata de un acto unilateral mediante dalidades peculiares que justifican su tratamiento por separado, sien­
el cual el Estado niega la obligación derivada del empréstito. El repu­ do el principal de el10s el relativo al plazo. Así, se dice que los emprés­
dio corresponde a una actitud deliberada que importa una lesión al titos propiamente dichos son aquellos a largo plazo, comprensivos da
principio de buena fe de los actos jurídicos. Se recuerdan tres casos los préstamos en que la restitución del capital tiene un término exten­
históricos al respecto: los Estados Unidos repudiaron las deudas de los so (generalmente de treinta años), ya plazo intermedio, que compren­
Estados Confederados luego de la Guerra de Secesión; Inglaterra repu­ de los créditos cuyo término de restitución es más breve que el anterior
dió las deudas de la República Sudafricana luego de la guerra angloooer; (de 3 a 10 años), pero siempre superior al año. En cambio, cuando la
Rusia, por su parte, repudió las deudas contraídas por el zarismo luego devolución dt:: b to~..:;:,i;aúu se nace en ei curso de un ano, se habla de los
de la revolución bolchevique. empréstitos del Tesoro o a corto plazo, aunque, como se verá luego, en
Nuestro país, a pesar de las convulsiones y vicisitudes políticas, la práctica su renovación año a año los convierte de empréstitos de
nunca ha recurrido a tales actitudes. corto plazo en empréstitos de plazo indefinido.
b) Moratoria y bancarrota. En estos casos, el incumplimiento se
produce por la carencia o insuficiencia de fondos para atender debida­ 15.2. El Tesoro como mecanismo de reajuste.
mente las obligaciones contraídas por medio del empréstito. Si se trata
de un mero atraso transitorio y el pago se reanuda a breve plazo, tal Es improbable que los ingresos estatales se adecuen temporal­
situación se denomina mora; si, en cambio, el atraso es a largo plazo, mente en forma exacta a los egresos del mismo tipo.
tal situación recibe el nombre de moratoria; por último, se dice que Al comenzar el año, por ejemplo, habitualmente los fondos guber­
hay bancarrota cuando el Estado suspende los pagos en forma indefmi- namentales son casi nulos, dado que todavía,no se han comenzado a
recaudar los impuestos; mas eno no exime al Estado de efectuar ciertos
-'

366 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 367



gastos que no admiten teóricamente dilación alguna, como los sueldos Sin embargo, todo el mecanismo de los bonos del Tesoro, en su
de los empleados públicos, los pagos a proveedores del Estado, etc. nueva forma de empleo (es decir, sobrepasando los recursos presupues­
En tales situaciones, es cuestión aceptada que el Estado, recu­ tarios), se apoya en una idea muy simple: los tenedores de bonos no
rriendo a las funciones del Tesoro, equilibre gastos e ingresos en el pedirán su reembolso en el vencimiento. Si se exigiera este reembolso
tiempo, recurriendo al expediente de pedir préstamos a corto plazo, los por todos los prestadores a la vez, el Estado debería conseguir de algu­
cuales son luego cubiertos en el curso del ejercicio presupuestario con na manera el importe total del préstamo, y los bonos no constituirían
los recursos normales previstos en éste. un recurso público. Pero la realidad de los hechos demuestra que la
Pero este procedimiento, que tuvo su fundamento en las razones mayor parte de los bonos es renovada a su vencimiento, siendo ésta la
señaladas, fue adquiriendo posteriormente mayor envergadura en di­ manera en que el Estado puede contar con cierta seguridad con gran
versos países, y dejó de estar supeditado al marco del presupuesto para parte del dinero obtenido sin necesidad de reembolsarlo en el plazo esti­
convertirse, como se verá luego, en un verdadero recurso del Estado, lo pulado, lo cual explica que se emita por encima de los recursos norma­
cual sucede desde el momento en que se empezó a recurrir al Tesoro no les contenidos en el presupuesto y que los fondos logrados pasen a
sólo para cubrir los desajustes temporarios entre ingresos y gastos, constituír un verdadero recurso estatal.
sino también para otras finalidades de más vasto alcance; es entonces
cuando se procede a emitir empréstitos de tesorería por encima de los 15.5. Régimen legal de los recursos del Tesoro.
ingresos presupuestarios previstos para determinado ejercicio.
Según el arto 82 de la ley 24.156, la Tesorería General de la
15.3. Evolución de los bonos del Tesoro. Nación podrá emitir letras del Tesoro para cubrir deficiencias
estacionales de caja, hasta el monto que fije anualmente la ley de pre­
Este cambio de concepción fue producto de una evolución que supuesto general. Estas letras deben ser reembolsadas durante el mis­
cronológicamente se puede fijar en forma aproximada. mo ejercicio financiero en que se emiten. Si se supera ese lapso y no
Hasta el año 1914, los bonos del Tesoro fueron usados limita­ son reembolsadas, se trasformarán en deuda pública. En tal caso, las
damente como anticipo de ingresos presupuestarios, colocándolos casi sumas no pagadas pasan a ser regidas por el título III de la ley 24.156
exclusivamente entre los bancos. Es decir que no se emitían más bonos referido al "sistema de crédito público", que vimos en su oportunidad
que aquellos que los recursos normales permitían reembolsar, por una (cap. XII, punto 10.A).
parte, y, además, estos bonos eran normalmente colocados en los ban­ En cuanto al procedimiento para la emisión y colocación de le­
cos, que de esta manera desempeñaban en la tesorería del Estado un tras del Tesoro, la resolución 241/96 de la Secretaría de Hacienda
papel siínllar al que cumplían en la tesorería de los particulares. ("B.O.", 17/4/96) en su anexo A tiene establecido que la Tesorería Gene­
A partir del año señalado, los bonos dejan de constituír un recur­ ral de la Nación coordinará con la Subsecretaría de Financiamiento
so transitorio de tesorería para trasformarse en w:i verdadero recurso las acciones para la emisión y colocación de las letras del Tesoro cuyo
público autónomo sin relación directa con medios presupuestarios y de destino sea cubrir necesidades de financiamiento y realizar operacio­
monto ilimitado, con todos los peligros financieros y políticos que se nes de administración de pasivos, tales como compra y venta de instru­
pueden prever. Además, la emisión pasa a adquirir carácter público, y mentos financieros y cualquier otra transacción financiera habitual en
se trata de que los ciudadanos en general, y no sólo los bancos, suscri­ los mercados de productos derivados.
ban los bonos de tesorería. La normativa trasfiere el procedimiento a la Subsecretaría de
Financiamiento, que lo deriva, a su vez, a la Dirección Nacional
de Informaciones y Negociaciones Crediticias. Este último orga­
15.4. El Tesoro como recurso público. nismo es, por fm, el que analizará y evaluará los términos y condicio­
Aparentemente, parece difícil entender cómo es posible que los nes financieras para la emisión y colocación de las letras del Tesoro.
empréstitos de tesorería, que no son otra cosa que préstamos a corto
plazo y que, en consecuencia, requieren, a diferencia del empréstito
propiamente dicho, una restitución muy próxima, pueden llegar a
constituír verdaderos recursos públicos.
369

CAPíTULO XIV

TEORÍA GENERAL DEL PRESUPUESTO

1. NOCIÓN DEL TEMA.

.Así como todos los caminos conducen a Roma, todas las activida­
des fmancieras del Estado conducen al presupuesto, único instrumen­
to que les proporciona vida legal
El término presupuesto, que en inglés y en francés se escribe de
la misma manera, budget, está vinculado con la expresión francesa
"bougette", usada desde ant.iguo en forma familiar como eq-"llvalente
de "pochette", bolsillo o bolso de cuero.
Esta palabra, aunque de origen francés, tuvo los precursores del
concepto en las finanzas inglesas.
"Budget", significa según la tradición inglesa, la carpeta o carte­
ra de cuero del ministro del Tesoro Real, que contiene los documentos y
relaciones correspondientes a ese Tesoro, con el cálculo de los recursos
y el estudio de las necesidades del país. Al estudiar la actividad finan­
ciera, vimos que, p3'fa concretar sus fines, el Estado necesita realizar
gastos y obte:;er T"!Cursos, manejando importantes cantidades de dine­
ro que, por un principio ineJ 11dible de orden, deben ser calculadas y
autorizadas de antemano.
Ocurre que en materia fmanciera, a diferencia de sus otras acti­
vidades, los Estados modernos tienen una acción planeada en forma
precisa; el conjunto de sus gastos y sus recursos es previsto con ade­
lanto, generalmente para un año, según un cuadro detal1ado que en
ciertos casos tiene carácter obligatorio. En principio, ningún gasto puede
ser efectuado ni ningún ingreso percibido fuera de los incluídos en el
plan. Este programa fmanciero anual es lo que se denomina presu·
~~"":
puesto.
Adelantando opiniones y a modo de introducción al tema, esen­
cialmente el presupuesto es un acto de gobierno mediante el cual se
prevén los ingresos y gastos estatales y se autorizan estos últimos
para un período futuro determinado, que generalmente es de un año.
Con el correr de los tiempos, han visto l~uz numerosas teorías
sobre el instituto. Uria de las posturas predilectas de ciertos especialis­
"

370 I HJ!:CTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 371


: \.

tas es la que considera que el presupuesto no es sólo 10 que aparenta cionistas y según las cuales deben operarse profundas trasformaciones
ser, sino que es la "Ieyde las leyes", que implica un plan político, un a la concepción del presupuesto, a causa de la cada vez mayor partici­
plan de acción, una herramienta de política económica, un vehículo de pación que se asigna al Estado en la actividad económica en general,
solidaridad, una fuente de armonía entre las clases sociales e incluso cualquiera queSe8'$U sistema de gobierno. Según estas ideas, la ac­
parte fundamental de un plan general de gobierno con componentes ción estatal deberumplirse conforme a un plan, del cual es manifesta­
políticos, económicos y sociales. Veremos si tan loables expresiones de ción esencial el presupuesto, cuya noción tradicional se amplía en el
anhelos encuentran eco en lo que, en realidad, es el presupuesto finan­ tiempo (presupuestos plurianuales o cíclicos) y en el espacio (presu­
ciero de un país con especial referencia a las naciones en vías de desa­ puesto económico), con alteración de ciertos principios considerados bá­
rrollo de América Latina. sicos por las concepciones clásicas.

2. ORIGEN y EVOLUCIÓN.
3. Ih:FI:N:tCIoNEs DEL PRESUPUESTO FINANCIERO.

El presupuesto tuvo un origen netamente político, y sus prime­ Algunas de ellas son sucintas y sólo pretenden aclarar el concep­
ros antecedentes deben ser buscados en Inglaterra. En 1215, los baro­ to de la institución mediante el enunciado de algunas de sus notas
nes del reino obtuvieron un triunfo sobre el monarca al lograr que se consideradas esenciales. Una de ellas es la que hemos proporcionado
estableciera en la Carta Magna que ningún tributo -salvo casos ex­ en el punto 1 de este capítulo.
cepcionales- podía ser establecido sin el consentimiento del Consejo Pero, aparte de ello, encontramos diversas variantes. Así, conta­
del Reino. El concepto se reproduce en la Petición de Derechos de 1628, mos con la definición de José Terry, para quien presupuesto es el cál­
y culmina en 1689 COn la sanción del Bill de Derechos de los Lores y los culo legal de lo que gastará el gobierno en el año siguiente y de los
Comunes, donde se establece que es ilegal toda cobranza de impuestos recursos que podrá tener a su disposición para llenar esos gastos (José
sin el consentimiento del Parlamento, o por un tiempo más largo, o de Terry, Finanzas, Bs. As., 1898, ps. 83184).
( otra manera que la consentida por el Parlamento. Además, se separa­ En una misma dirección, la definición de Griziotti dice: "Se lla­
ron las finanzas de la Corona de las fmanzas de la N ación, diferencián­ ma presupuesto el documento jurídico y contable en el que se enume·
dose los gastos del Estado (lista civil) de los gastos del soberano, y ran los ingresos y los gastos del Estado en su cuantta por el período
requiriéndose que ciertos gastos periódicos fuesen aprobados ,anualmente de un año, que tiene fuerza de ley por la aprobación del Parlamento"
por el Parlamento. (autor cit., Principios de polttioo, derecho y ciencia de la hacienda,
Esta originaria versión del presupuesto se desarrolló progresiva­ Edic. Madrid, 1935, p. 426).
mente en Inglaterra durante los siglos XVII y XVIII, aplicándose en Gaston Jeze afirma que "el presupuesto es un acto administrati­
Francia y en el resto del continente a partir del siglo XIX. vo-legislativo concretado en forma de ley anual, por el que se prevén,
, Puede observarse que el presupuesto ha sido el resultado político autorizan y reconocen los recursos con los cuales los gastos han de
de las luchas por la supremacía entre el soberano y los representantes cubrirse". '
del pueblo. Estos últimos consiguieron, primero, hacer admitir al rey Louis Trotabas afirma que "el presupuesto es el acto por el cual
que ningún impuesto podía ser establecido sin él consentimiento de los se prevén y autorizan los recursos y las erogaciones anuales del Esta­
representantes del pueblo, y luego lograron controlar el empleo de los do o de. los otros servicios que las leyes suJetan a las mismas reglas"
fondos que habían votado, o sea, los gastos públicos. Posteriormente, (autor cit., PrécÍ8 de science et legislation finnnciéres, Paris, 1953, p. 29).
se obtuvo como conquista que la percepción de impuestos fuera autori­ Para Lafernere y Waline, "elpresupuesto es un estudio previo
zada sólo por un año y, por consiguiente, que tanto gasto como recurso de todo8 los recursos y gastos que la autoridad ejecutiva está autori­
debieran ser autorizados anualmente. De allí, el agrupamiento de los zada a efectuar para el año que sigue con indicación previa del objeto
gastos y recursos previstos para el año siguiente en un solo documen­ de cada erogación y limitación del monto máximo de la suma que
to, que era sometido a la aprobación del Parlamento. Tal, la noción podrá ser afectada a cada uno de ellos" (Laferriere y Waline, ob. cit.,
( tradici.onal del presupuesto. p.5).
Corresponde examinar cuidadosamente las nuevas concepciones Otro grupo de autores define el instituto tratando de explicitar
fmancieras traídas generalmente de la mano por las tesis interven- con mayor detalle sus características.

1,
372 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 373
""..¡.­

Así, Fritz Neumark sostiene que debe entenderse como presu­ De todas las definiciones trascritas se desprende que, por lo me­
puesto de Estado la recopilación sistemática a interoalos regulares de nos, el presupuesto es un estado de previsión o cuenta de los gastos que
los cálculos de los gastos planeados para determinado período luturo el gobierno se propone realizar durante un periodo anual y los recursos
-los cuales, en principio, tienen carácter obligatorio para el Poder calculados para financiarlos. Sin embargo, es cierto que la cuestión
Ejecutivo- y de estimaciones de los recursos previstos para cubrir presupuestaria no se agota con tales conceptos. Es innegable que este
dichos gastos (autor cit., Teoría y prdctica de la técnica presupuesta­ instrumento, adecuadamente preparado, ejecutado y controlado, se
ria, en Tratado de finanzas de Gcrloff~Neumark, ob. cit., t. 1, p. 277). puede convertir en un pilar básico para la efectividad de la forma repu­
Alberto Arévalo afirm& que "el presupuesto del Estado es el pros­ blicana de gobierno en cuanto garantiza el derecho de la ciudadanía a
pecto financiero qUtl en forma de ley:;' PO;" un período determinado saber lo que el gobierno hace con la riqueza que le detrae mediante los
sanciona el Poder Legislativo '¿\Jií.ienieru!& las autorizaciones conferi­ impuestos u otras formas de recursos (o medios financieros).
das al poder administrador en materia de g::;stos publicos y la estima­ En cuanto refleja ese quehacer, es obra política por naturaleza,
ción del producto presunto de los recursos para cubrir dichos gastos" que se expresa en números, simplemente porque no hay otra forma de
(autor citado por l¡lanuel de .Juano, Cursa de finanzas y derecho tribu­ hacerlo; pero en su esencia, su fundamento, su raíz es una decisión
taría, Rosario, 1972, t. 3, p. 344). política exteriorizada en un acto jurídico.
El autor argentino Manue] de Juana entiende por presupuesto el Que en el mundo moderno globalizado sea "herramienta" de la
cálculo legal de rec;¡,rsos del ente público y la autorización leg(tima política económica, es decir, que mediante el presupuesto se busque
para su empleo en la satisfacción de los gastos que dicho ente ocasio­ incidir en el comportamiento de los que consumen, los que ahorran o
na, correspondiente a un per(odo de tiempo de su normal actividad los que invierten, de ninguna manera invalida o menoscaba dicha na­
financiera, qu.e ha de cumplirse según el plan económico trazado por turaleza política.
la autoridad respectiva (autor y ob. cits., t. 3, p. 346).
En una conceptualización aún más amplia y descriptiva, Juan 4. IMPoRTANCIA DEL PRESUPUESTO.
Bayetto sostiene que presupuesto es el acto administrativo legislativo
por cuyo conducto, en correspondencia a cierto lapso y con fuerza de En orden a su importancia, muchos financistas no se han queda­
ley, se fijan preventivamente los conceptos y, con relación a éstos, los do cortos en cuanto a los múltiples efectos de todo tipo que pretenden
importes de los gastos que el poder administrador podrá o deberá hacer surgir (un tanto mágicamente) del instrumento citado, así como
poner a cargo del Tesoro público, y se compara el monto global de los variados roles que, según se sostiene, le corresponde jugar.
ellos con el del producido presunto de los recursos a realizar en el Para Cayetano Licciardo, la razón de ser del presupuesto hace a
periodo, por dicho poder, con destino al mismo Tesoro, recursos que, la esencia ética del Estado, que está dada por su función de "gerente del
a su vez y a los efectos de fundar tal comparación, son señalados y bien común" y, en tal sentido, asegurar lo jurídicamente necesario para
valuados por ramos (autor cit., Temas de contabilidad pública, fascí~ la convivencia, en un clima de "cooperación social" (autor cit., La im­
culo 2, Ediciones de la Facultad de Ciencias Económicas, Bs. As., 1950, portancia del presupuesto, artículo publicado en "La Nación" del 15/l/98).
ps. 11 y 12. Obra citada por Adolfo Atchabahian, Régimen ... , ob. cit., Según este publicista, el presupuesto puede ser ubicado en el cam~
p.146). po de ]a armonía social y debe ser apreciado como expresión real de
El profesor Guillermo Ahumada dice que "el presupuesto es un solidaridad. Su importancia lo convierte en reflejo de la armonía y con­
acto de previsión que el gobierno somete a la discusión de las asam­ cordia entre los órganos del Estado; lo que algunos autores llaman
bleas legislativas a fin de que la publicidad sea el mejor control de la "justicia orgánica de] Estado".
pol{tica gubernamental del gasto. Previsión, discusión y publicidad José Maria Martín sostiene que se trata de una planificación de
son condiciones indispensables para que un gobierno encuentre pro­ la actividad financiera del Estado que se distingue de cualquier otro
veedores honestos, prestamistas no usura ríos, contribuyentes que programa de actividades gubernamentales, ya sean políticas, sociales
paguen con facilidad al Tesoro público sus impuestos; son condicio­ o económicas (autor y ob. cits., p. 255). Según este autor, la importancia
nes cuya realización hacen casi indiferente para la seguridad de la del presupuesto trasciende el aspecto financiero y abarca otros de na­
deuda pública las condiciones del príncipe o las cualidades aun del turaleza política, económica y social. Sigue explic,;ando el publicista que
ministro que maneja las fihanzas". el presupuesto sirve como un espejo en el cual se ieflejan los postulados
374 Hl1:CTOR B. VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 375
\..
políticos, más o menos intervencionistas, que prevalecen en el momen­ útil al que se ha dado en llamar presupuesto económico o nacio­
to de la elaboración. nal. La diferencia consiste en que el presupuesto financiero es el
Se afirma también que en el orden económico la importancia acto de predicción y autorización de ingresos y gastos estatales en un
del presupuesto no es ciertamente menor. Ya hemos visto con anterio­ lapso generalmente anual. En cambio, el llamado presupuesto na­
ridad (caps. VI y VII) la decisiva influencia o efectos que producen tan­ cional es aquel que refleja toda la actividad económica de la N ación.
to las erogaciones e inversiones públicas como las diferentes categorías Comprende la contabilidad pública y también la contabilidad privada
de los recursos públicos sobre las inversiones, los consumos, los ingre­ de la Nación, y, de esa manera, el presupuesto financiero pasa a ser
sos y, en general, sobre toda la actividad económica. El presupuesto,
una parte del presupuesto nacional. Esto no significa que el presupues­
por conformar una exposición cuantitativa y completa de los gastos y
to nacional absorba o sustituya al financiero, sino que lo completa, y
recursos públicos de todo un período, representa, pues, uno de los más
amplía la noción. A su vez, el presupuesto nacional es parte de algo
destacados documentos oficiales en lo que atañe a la economía de la
más amplio todavía: la planificación.
Nación. Este instrumento debe atender a la estructura económica del
Pero, para que no se hable ni de sustituciones ni de menoscabo
país y a la coyuntura o situación que se prevé que esta última habrá de
del trascendental presupuesto financiero (al cual se entenderá que
presentar durante el período de aplicación del presupuesto. En otros
nos referimos cuando hablamos de "presupuesto" sin aditamentos), debe
términos, el presupuesto como planificación de los gastos y recursos
advertirse que el denominado presupuesto nacional no reviste el
del Estado debe estar coordinado con la política económica aplicada en
carácter de presupuesto. Se trata de un documento estimativo del de­
el país.
Por otra parte, se asigna al presupuesto una relevante trascen­ sarrollo de la actividad económica del país, o sea, un estado de previsio­
dencia política porque todas las actividades del Estado están, en cierta nes económicas en el cual se manifiestan las cantidades totales de los
medida, subordinadas a la existencia de los recursos de los cuales pue­ ingresos, de los gastos, de la producción y de las inversiones, tanto
de disponerse. Pero, además, debe asignarse especial significación polí­ privadas como públicas. Por supuesto, no se sanciona legalmente, puesto
tica al presupuesto porque a través de su análisis es posible apreciar que el Estado no puede decidir cuál habrá de ser la cantidad total del
cuáles han sido las decisiones o elecciones realizadas por el Estado con consumo, o la de los ingresos, o la de las inversiones, etc., del sector
respecto a determinadas necesidades privadas o colectivas que apare­ privado. El referido presupuesto económico es preparado en varios paí­
cen en aquél elevadas al rango de necesidades públicas. ses europeos yen los Estados Unidos por la misma oficina de la admi­
También se mencionan aspectos sociales por cuanto en este nistración pública encargada de elaborar el proyecto del presupuesto
campo el presupuesto reviste una fundamental importancia, la cual financiero, o presupuesto propiamente dicho, que se envía al Poder
puede comprobarse revisando las distintas partidas de erogaciones pú­ Legislativo para su correspondiente sanción como ley. De esta manera,
" blicas a la salud, a la higiene, a la educación pública, etc. Además, estando la confección de ambos presupuestos a cargo de un mismo or­
aquél representa uno de los mejores indicadores del grado de solidari­ ganismo o dependencia gubernamental, se logra una coordinación o
plan general .
dad existente entre las personas que integran la comunidad, dado que
en el presupuesto se puede realizar una apreciación cuantitativa de las Para que se tome verdadera conciencia de lo que es el auténtico
'1 detracciones de riqueza que, en forma de recursos tributarios, sopor­ "presupuesto .nacional", se debe ir a la realidad e investigar a los
tan algunos sectores de la población en beneficio de otros con menores países que lo han implementado con éxito, como los países escandina­
ingresos, como, por ejemplo, ocurre en los casos de pensiones, subsi­ vos y Holanda.
dios o ayudas a determinadas provincias o instituciónes (Martín, ob. .A nuestro ver, elpaís en que esta herramienta económica ha
cit., p. 258). funcionado con mayor precisión y utilidad es Suecia.
Si nos aCercamos un poco a los suecos, observamos que el proceso
seguido para llegar al llamado "presupuesto nacional" no fue preci­
5. PRF.suPUESTO FINANCIERO Y PRESUPUESTO NACIONAL samente breve ni carente de dificultades.
Quienes alegremente hablan del presupuesto nacional como
Se ha argumentado por algunos teóricos que el tradicional ins­ instrumento madre, reservando un papel secundario para el presu­
trumento que estudiamos (el presupuesto fmanciero) debe ser sustituído, puesto financiero, deben recordar que el mal llamado "presupuesto
como en ciertas democracias modernas, por el concepto más amplio y nacional" necesita de largos años para ser plasmado y de numerosos
376 HÉCTOR B. VrLLEGAS
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 377
datos y estadísticas, varios de los cuales brillan por su ausencia en los
variaciones que registra en Suecia el presupuesto nacional preventivo,
paises de América Latina (el nuestro incluído). Por lo pronto, en Sue­
con sus resultados, son claro exponente de la imposibilidad de dar ca­
cia se creó en 1947 un organismo oficial, la Delegación del Presu­
rácter inflehiole e imperativo al presupuesto nacional.
puesto Nacional, con la función de preparar para cada año un estu­
dio sobre la situación económica del próximo período. Este estudio, que
acompaña al proyecto de presupuesto finanCÉero elevado por el 6. LA VERDADERA UTILIDAD DEL PRESUPUESTO.
gobierno central, constituye lo que se designa como pres/.,;,puesto na€;io­
nal, o sea, el presupuesto de la actividad económica general del país. Lamentamos d~ar caer las ilusiones que pudo haber originado
Pero 10 ::nás interesante de observar son los esfuerzos y tareas esta llamada "ley de leyes", con misiones salvadoras de la situación
que demanda la c')nfección de este estudio. Siempre con los suecos, económica y social de un país, según la optimista visión de algunos
veamos cómo se prepara el "presupuesto nacional". teóricos.
Sobre ia rase de la información estadística se determina para el Resulta innegable que tUl presupuesto puede llegar a cumplir
próximo eJ6:-cicio el total de los recursos de los cuales dispondrá la -además de sus misiones específicas- importantes cometidos, como
comunidaG. Estos recursos, que se debitan de una cuenta de produc­ el de llegar a ser un instrumento jurídico-contable que aporte útiles
n
ción, están dados por: producto nacional bruto a precios de mercado, informaciones sobre 10 que se dice proyectar para la economía del sec­
y 2) importaciones de bienes C.I.F. Luego, con la información estadís­ tor público en el lapso de un año, 10 cual, complementado con un estric­
tica extraída de las cuentas corrientes nacionales -sistema contable to manejo de la "cuenta de inversión" (art. 75, inc. 8, in fine, C.N'>.
que registra en conjunto, por sectores y actividades, todas las transac­ puede también ilustrar sobre la diferencia entre lo prometido y lo eje­
ciones económicas de la Nación-, se distribuyen los recursos disponi­ cutado.
bles entre las diversas partidas de crédito, que son: a) inversión real Pero pretender que, además de esa misión (esencial para la po­
fija bruta; b) cambios en stocks; c) consumo privado; d) consumo públi­ blación), se convierta en un plan de gobierno, en un foco de desarrollo,
co, y e) exportaciones de bienes F.O.B. y de servicios netos. De esta en un instrumento de lucha contra la desocupación, en un impulsor de
manera, se tiene calculada la cuenta de producción, en cuyo débito se la armonía entre las clases sociales, en ser expresión de solidaridad y
registran los ingresos de la Nación, y en el crédito, los rubros de egresos. tantos otros anhelos, amén de sus esperados efectos en el campo políti­ :
Tal, el cuadro básico del presupuesto nacional, al que se agregan las co, económico y social, no pasa de ser una quimera o una deliberada I
cuentas de redistribución de renta, de movimiento de las empresas falacia.
corporativas, de las familias, del sector público, de disposición de ren­ La real utilidad del presupuesto, colocado en su verdadera mi­
ta, de ahorro e inversión y, finalmente, el balance de pagos. sión específica de ordenar la economía del Estado durante un año, de
Al término del ejercicio se compara el presupuesto financiero explicar lo que se pretende y de publicitar los resultados, depende de
nacional con el balance económico de la Nación, que demuestra la mo­
que se atenga a los sabios postulados que se han ido pergeñando a
dificación del activo y del pasivo, confrontando así las previsiones con
través de los años como reglas básicas que deben presidir su prepara­
las realizaciones, lo que permite descubrir las variaciones (ver Adolfo
ción, ejecución y control.
Atchabahian, ob. cit., p. 142).
La presunta decadencia de una, varias o todas esas reglas, y su
Es decir, si existe la voluntad, decisión y bagaje técnico como
paulatino abandono por los gobiernos, ha logrado que el presupuesto
para instrumentar este documento, será muy útil coordinarlo con el
pase a ser un conjunto de papeles carente de toda relevancia
presupuesto financiero. Pero no se puede confundirlos, pues su finali­
Puede haber sucedido que, a veces, los postulados esenciales ha­
dad y naturaleza son diferentes. Mientras el presupuesto financiero es
yan sido borrados erróneamente pero de buena fe. Quizás algún espe­
instrumento limitativo o estimativo para los órganos de la administra­
cialista, algún gobernante o sus asesores han abrazado con convicción
ción, y fija el monto máximo a gastar durante un ejercicio. el presu­
las teorías destinadas a convertir el presupuesto en algo diferente de lo
puesto nacional no puede tener análogas características, pues se vin­
cula estrechamente con la situación económica general y, más aún, se que en realidad es. Pero también -yen no pocas oportunidades--las
halla influído tanto por las decisiones adoptadas por las autoridades desviaciones se han originado en la "picardía" de gobernantes y"técni­
nacionales como por la acción de las demás potencias. Las notables cos", que, bajo el pretexto del modernismo, han introducrdo ideas per­
niciosas que han derivado en acciones estatales dañosas o al menos
.,

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378 ... HI~CTOR B. VII!.LEGAS
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peligrosas, como veremos en detalle más adelante. La doctrina ha ju­ Los principios básicos que deben gobernar el presupuesto son el
gado un importante papel en estas distorsiones. equilibrio, la anualidad, la unidad, la universalidad, la especialidad (o
N o parece de ninguna manera acertada la postura doctrinal que "especificación de gastos"), la no afectación de recursos y la trasparencia.
en materia de principios presupuestarios ha tratado el tema según las Más adelante nos referiremos a ellos en detalle.
dos posturas tradicionalmente opuestas (clásica y moderna); conside­
rando como posición clásica a la que se pretende mostrar como algo
superado por el tiempo y pasado de moda, contraponiéndola con una 7. AsPECl'OS AUfÉNTICAMENTE RELEVANTES EN EL PRESUPUESTo.

REvrrALIZACIÓN DE LOS PRINCIPIOS TRADICIONALES.

pretendida corriente moderna, a la que se presenta y desarrolla como


un valioso progreso científico (para una muestra de este erróneo trata­
miento, ver Maurice Duverger, Hacienda pública, ob. cit., ps. 193 y ss.). Si queremos buscar concepciones realmente modernas en esta
Lo único real en cuanto al presupuesto es la existencia de princi­ materia, paradójicamente nos encontraremos con que ellas dejan de
pios sensatos, de sentido común, apartados de las banderías políticas y lado las teorías intervencionistas keynesianas y se dedican a enfatizar
los tradicionales principios fundamentales presupuestarios.
probados como eficaces a lo largo de siglos. Es cierto que se han ido
En este aspecto, han venido tomando fuerza en los países más
incorporando nuevos conceptos, pero ellos, de ninguna manera, renie­ desarrollados nuevas ideas tendientes a fortalecer los postulados pre­
gan de los primeros. Como es lógico en todos los órdenes de la vida y de supuestarios básicos, introduciendo elementos extraídos de las teorías
las instituciones, el paso del tiempo ha obligado a variar matices o a que estudian las decisiones colectivas y la potencialización de la
introducir excepciones, pero sin lesionar la validez original. trasparencia, proporcionando a la población la información adecuada
Ni los "clásicos" elaboraron principios que deban tomarse como como para que ésta juzgue (aprobando o condenando) las actividades
inconmovibles dogmas de fe, a semejanza de los "diez mandamientos", gubernamentales a través de su voto, pero con pleno conocimiento de lo
, ni los "modernos" fueron tan ingeniosos como para demostrar que que los conductores proyectaron, prometieron, hicieron o dejaron de
" todo lo anterior era prescindible y constituía sólo un esqueleto vaCÍo de hacer.
sustancia y contenido. Estas ideas han sido estudiadas y sistematizadas bajo el nombre
Si algunas conclusiones válidas deben quedar sobre estos puntos, común de "nueva administración pública" (new public manage­
las resumiríamos del siguiente modo: ment), o nuevo manejo gerencial (new management). Esta comente
a) Sólo la voluntad y la decisión de los gobernantes pueden ge­ ha sido la principal base teórica de las reformas presupuestarias que
nerar la construcción de un sólido y sincero armazón jurídico, que, tuvieron lugar en países del primer mundo. Estados Unidos, con su ley
aparte de su valor como basamento legal de la actividad financiera de presupuesto equilibrado (Balanced Budget Amendment), de 1985, y
estatal, preste utilidad en múltiples aspectos y sea susceptible de ser sus reformas de 1987, y la ley de cumplimiento presupuestario (Budget
complementado por variados instrumentos de progreso. El mal llama­ Enforcement Act), de 1990, tomó la iniciativa. También Australia, con
do "presupuesto nacional" en ciertos países desarrollados es un ejemplo la ley de honestidad presupuestaria (Bill ofBudget Honesty); Nueva
de ello. Zelanda con la ley de responsabilidad fiscal (Fiscal Responsability Act);
b) Si la finalidad gubernamental es opuesta a la anterior y se el Reino Unido, con su estatuto del ciudadano (Citizen's Charter), y
aferra a reglas erróneas con aparente respaldo doctrinario para desco­ Suecia y Canadá, con experiencias similares.
nocer los valores más precilidos del presupuesto, sólo se habrá logrado Se trata básica y sencillamente de establecer parámetros claros
un castillo de naipes, que caerá al primer soplido. Su utilidad se redu­ para-el desenvolvimiento del ghstopúblico, y procesos democráticos,
cirá a convertirse en un montón de papeles destinado a dormir el sueño participativos y trasparentes de elaboración, aprobación, ejecución y
de los justos, estratégicamente ubicado en los armarios, escritorios o control del presupuesto. La Argentina ha introducido importantes re­
cajones de algún burócrata de turno, mientras los "verdaderos papeles" formas en las instituciones presupuestarias, con la sanción en 1993 de
que utilizará el gobierno para conducir sus fmanzas surgirán de la ley de administración financiera y de los organismos de control, y la
reforma de 1994 a la Constitución. Dentro del texto constitucional
sofisticados artilugios destinados a violar lo que en algún momento se
fueron incorporadas las figuras de la Auditoría General de la Nación,
suscribió y publicitó como "plan de gobierno" traducido en el "presu­
como organismo de consulta del Congreso, y de la Jefatura de Gabine­
puesto oficial de la República". te, como responsable de la elevación del presupuesto al Parlamento.
380 HÉCTOR B. VILLEGAS

Estas innovaciones son un comienzo del largo camino que deben reco­
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MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS

establecidos por otras leyes, con total independencia de 1& ley presu­
381

rrer los países rezagados para que no se incremente dramáticamente puestaria.


la brecha que los separa de los países más desarrollados. En cuapto a los gastos, la ley de presupuesto tampoco contiene
Como paso siguiente, queda la difícil tarea de introducir límites normas sustanciales, pues se limita a autorizarlos, sin obligar por ello
al crecimiento del gasto y del endeudamiento público (ver mensaj9 que al Poder Ejecutivo a realizarlos. Éste, por consiguiente, no está fOl"zado
acompañó el proyecto de ley de convertibilidad fiscal, Cámara de Sena­ a efectuar todas las erogaciones contenidas en el presupuesto; por el
dores, "Orden del Día", n Q 732,. impreso el 13 de agosto de 1998). Esta contrario, puede efectuar economías de fllilcionamiento o inversión.
llamada ley de conve:rtibilidad fi~cal, cuyo proyecto original pre­ Por otra parte, la ley 24.156 de administración financiera tiene esta­
sentó el senador De La Sota, fue sancionada aunque con modificacio­ blecido en su arto 20, in fine, que ni el presupuesto ni sus disposiciones
nes qUé le quitaron algo d¿; su contundencia. Tratamos el tema más complementarias podrán contener normas de carácter permanente, no
adelante (punto 10.7 de este capitulo). podrán reformar o derogar leyes vigentes ni crear, modificar o supri­
mir tributos u otros ingresos. Esta ley, si bien carece de jerarquía
constitucional, tiene el claro propósito de limitar el presupue.'5to a su
8. NATURALEZA JURÍIHCA DEL PRr;:SUPUESTO. función formal de acto gubernamental, cuyo objetivo es aut"dzar los
egresos a realizar en el próximo afio, y a calcular los recursos proba­
Durante mucho tiempo se ha venido discutiendo si el presupues­ bles con que serán solventados esos gastos.
to es una ley sólo formal, sin contenido material, o si se trata, por el De todas maneras, la discusión deviene irrelevante al quedar
contrario, de una ley perfecta con plenos efectos jurídicos, al igual que supeditada a los diversos regímenes presupuestarios nacionales, y~ que,
todas las leyes materiales. La mayoría de la doctrina (Jeze, Giannini, en defmitiva, el contenido dependerá de lo que la legislación presupues­
Sáinz de Bujanda, Baleeiro, Bielsa, Ahumada) se inclina por la prime­ taria de cada país haya decidido al respecto en un determinado mo­
ra postura, mientras que otros autores (Ingrosso, Mortara, Giuliani mento: algún año, ésta puede limitarse a la autorización de los gastos
Fonrouge) están en la segunda posición. yal cálculo de los recursos, y, por lo tanto, ser una ley formal. Pero, al
Ésta es una cuestión cuya solución debe buscarse en el marco del año siguiente, además de dicha autorización y cálculo, el CongTeso pu.ede
derecho positivo de los distin tos países. Aceptando que fuera válida la decidir agregarle normas por las cuales se establece un nuevo impues­
distinción entre ley material y ley formal, lo cual de por sí ya es muy to, o se deroga alguno ya existente, y otorgarle, consecuentemente, el
discutible, y tomando como base el significado que se atribuye a tales carácter de la ley material. En cualquiera de las dos hipótesis el Con­
expresiones, el hecho de que la ley presupuestaria sea sólo una ley greso actuará conforme a las atribuciones que le son propias. Por ello,
formal, o que contenga, por el contrario, normas sustanciales creado­ coincidimos con quienes piensan que el problema de la naturalezajurí­
ras de reglas jurídicas generales o especiales, depende del alcance o dica de la ley de presunnef:tc "'1 una cuestión dependiente del deI"fldl\:
limitaciones que cada país asigne a la ley de presupuesto. No cabe positivo de cad;;:. }lais y ajena a consideraciones teóricas (conf. Martín,
duda de que es una ley formal en aquellos países cuyas constituciones ob. cit., p. 262).
o leyes disponen que la ley presupuestaria no puede incIuír disposicio­

nes extrañas a la fijación de gastos y a la previsión de ingresos, por lo


9. Los PRINC1PIOS PRESUPUESTARIOS.
cual el presupuesto sólo debe limitarse a calcular y autorizar, sin que

sea lícito incluÍr disposiciones de otro tipo, y, entre ellas, las de carác­
Según ya anticipamos, y desde su origen, en tomo del presupues­
ter sustancial.
to se han elaborado ciertos principios o reglas respecto a la confección y
En cambio, en aquellos sistemas en los cuales el presupuesto contenido de aquél, que, íntimamente relacionados entre sí, tienen como
incluye la creación de tributos que para mantener vigencia deben ser objeto primordial establecer una disposición metódica u ordenada de
votados anualmente, es indudable que la ley presupuestada no es me­ las finanzas del Estado.
ramente formal, pues contiene normas jurídicas sustanciales. Para algunos autores (como Martín, ob. cit., p. 262), estos princi­
En relación a nuestro país, concordamos con la corriente que pios no sólo fueron puestos en tela de juicio por ciertos sectores
asigna al presupuesto el carácter de ley formal. Con respecto a los doctrinarios, sino que también han sido en algunqs casos reelaborados,
recursos, el presupuesto sólo los calcula, pero no los crea, ya que están y en otrbs, incluso, abandonados en las prácticas financieras.

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382 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 383
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Ya hemos dad"o nuestra opinión general al respecto, 'por 10 que traordinarias. Así sucedió, por ejemplo, con la brutal crisis económica
ahora nos limitaremos a su análisis. del 30, las dos guerras mundiales y otros graves acontecimientos ines­
perados. Cierto es que, ante tales avatares, se inventaron teorías que
no sólo justificaron el déficit, sino que hasta lo encontraron económica­
10. EL EQUILIBRIO DEL PRESUPUESTO. mente beneficioso; pero, si observamos el tema con atención, llegamos
a la conclusión de que muchos especialistas fueron mal interpretados,
10.1. Introducción al tema. porque teorizaron refiriéndose a fenómenos especiales y, en muchos
casos, recomendaron que, regresada la normalidad, se volviera al equi­
Quizá lo que digamos ahora desilusione a muchos, pero no hay
verdad más incontrastable que aquella según la cual no se puede librio.
No es extraño que Keynes, Beveridge y otros autores se hayan
gastar más que lo que se gana. sentido espantados ante una crisis aparentemente insolucionable que
Por supuesto que hay circunstancias excepcionales. Si un indivi­
día a día se comía los empleos y sumía a más gente en la desocupación
duo sin ahorros, que vive de su profesión, sufre un deterioro en su salud
que 10 invalida para trabajar, y para curarse debe afrontar una opera­ y el hambre.
Ante esta realidad, Keynes no elaboró su teoría general sólo sobre
ción costosísima, es lógico que se endeude. Si una fábrica que trabaja
con escasa renta sufre una catástrofe que la inutiliza, es comprensible la base de la actividad financiera del Estado. En su concepto, ésta era
que su dueño contraiga deudas para intentar resurgir. Si un país de uno de los instrumentos de toda política destinada a influír sobre el
cuentas equilibradas se ve envuelto en una guerra, es aceptable que empleo y la renta, y, en términos generales, de toda política que tuvie­
pida prestado para financiar su conflicto bélico y no desaparecer del se como objetivo el equilibrio económico. Siendo que este último es un
mapa fin superior al del equilibrio presupuestario, Keynes adujo que el Esta­
Pero, desaparecidos los acontecimientos excepcionales y cuando do podía desarrollar, a través de su actividad financiera, una acción
las cosas se encarrilan nuevamente, vuelve a hacerse presente, gol­ compensadora de los desequilibrios que se produjesen en el sistema
peando la puerta del profesional, del fabricante y del gobernante, el económico. Esta premisa, a su vez, conducía a la conclusión de que,
postulado clásico de que no se puede gastar más que 10 que se gana, "en determinadas circunstancias" -por ejemplo, de depresión econó­
ante lo cual las tres personas antes mencionadas deberán restringir mica- se justificaba que el Estado tuviese déficit presupuestarios, si
sus gastos al máximo, con el agravante de que deberán prescindir de éstos servían como factores de equilibrio o compensadores de las ten­
parte de sus ingresos futuros para devolver el capital y los intereses de dencias depresivas.
la deuda que contrajeron. Esta tesis keynesiana, aceptada en el momento por muchos estu­
El ejemplo es un tanto elemental, pero ilustra suficientemente diosos de las fmanzas públicas contemporáneas, ha sido el fundamento
sobre 10 que significa la regla en estudio, la cual no puede ser conside:­ de la llámada reelabóraci6n del principiO del equilibrio presu­
rada violada ni inexistente ante el hecho de que, por circunstancias de puestario, la cual debe entenderse en función del equilibrio de la eco­
emergencia y en algún momento, los protagonistas se bayan visto obli­ nomía nacional yno sólo de las cuentas públicas.
gados a gastar más que lo que ganaban. Pero esa mal llamada reelaboración del principio del equilibrio
Pero el peligro de las alteraciones a la regla del equilibrio aparece debía entenderse en su justa medida, vale decir, aplicada a los supues­
si, con la plata prestada, el profesional decide comprarse un castillo tos que ..sirvieron de premisas a la tesis de Keynes: desocupación, exis­
abusivamente caro, si el fabricante comi~nza a endeudarse para apro­ tencia de ahorro ocioso y falta de motivación para las inversiones pri­
bar el dinero financiado en la ruleta, o si el gobernante decide gastar 10 vadas.· .
prestado en inversiones fastuosas, disparatadas y que en nada mejo­ Todo anduvo muy bien para quienes así 10 consideraron, enten­
ran la productividad del país. diendo también sensatamente que, una vez desaparecida la emergen­
1
Estos últimos son los riesgos que los cautos elaboradores de la cia nacional y restaurado el equilibrio económico por la eliminación de
regla quisieron evitar, al menos en la órbita de las finanzas públicas.
De allí que, en definitiva y si se analiza con detenimiento la evo­ I Jos factores perturbadores, deben disminuír progresivamente las
erogaciones excepcionales para volver el equilibrio financiero (conf.
lución del principio a través de los tiempos, encontramos que, por lo I Giuliani Fonrouge, Derecho financiero, t. 1, p. 187).
general, las excepciones al equilibrio se debieron a circunstancias ex-

¡
384 HÉCTOR B. VILLEGAS
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 385

10.2. Noción y terminología. ron el desequilibrio ante la facilidad de encontrar nuevas formas de
rmanciación.
Un presupuesto es equilibrado cuando, durante su vigencia, La gran crisis económica mundial iniciada en 1929 creó nuevas
gastos y recursos totalizan sumas iguales; es deficitario cuando los dificultades. Disminuyó la producción y comenzó a extenderse en for­
gastos exceden a los recursos, y tiene superávit cuando queda un ma alarmante un fenómeno casi desconocido hasta entonces: el paro o
remanente positivo, o sea, cuando los recursos son superiores a los desocupación. Esto t1'ajo una reducción en los ingresos públicos y la
gastos. obligación del Estado de tomar intervención en el proceso económico,
A su vez, el déficit es de caja cuando se produce en el trascurso incluso haciendo nuevos gastos necesarios que agravaron el déficit.
de un mismo ejercicio financiero como consecuencia de momentáneas Más adelante, el reanne y la Segunda Guerra Mundial hicieron nueva­
faltas de fondos en la Tesorería. El déficit es material cuando el pre­ mente imposible conseguir el equilibrio presupuestado en la mayoría
Supuesto es sancionado de antemano con déficit, y se llama déficit/i­ de los países.
nanciero aquel que surge a posterion, una vez cerrado el ejercicio. Vemos, así, que en los últimos años los presupuestos de casi to­
El superávit (muy raro en la actualidad) es desaprobado por los dos los países han estado más frecuentemente desequilibrados que equi­
teóricos, que se plantearon problemas derivados del destino de esos librados.
excedentes, y consideraron (acertadamente) que, sí los recursos eran Cierto es que el postulado clave de la ciencia financiera clásica
mayores que los gastos, los ciudadanos estaban soportando una carga sufrió rudos golpes, pero no porque se haya pensado que el equilibrio
fiscal superior a la correspondiente. financiero había caducado, sino por diversos acontecimientos que, en
algunas coyunturas nacionales, 10 tomaron imposible.
10.3. Los sucesos que hicieron tambalear principios. Es que, una vez que cesaron los sucesos anormales y volvió la
normalidad, los países industrializados (como recién se dijo) hicieron el
Como mal de muchos, remedio de tontos, no es demasiado alenta­ esfuerzo de retomar el equi1ibrio. Algunos lo lograron y otros no. Es
dor, pero tampoco una mala noticia, la realidad de que el problema del interesante el caso de los Estados Unidos, que se fijó una mea. de equi­
déficit presupuestario no es patrimonio exclusivo de la República Ar­ librio presupuestario para 1991 que no pudo ser alcanzada, además del
gentina ni de los países de América Latina. Se trata d~ un vicio que proyecto del presidente Clinton de eliminar los déficit para el presu­
viene sucediendo en muchos países (por ejemplo, Estados Unidos de puesto del año 2002 (dato extraído de Atchabahian, ob. cit., p. 187,
América) y que tiende a hacerse crónico en algunos de ellos. quien proporciona mayores precisiones sobre el tema).
Haciendo un poco de historia, observamos que, hasta la Primera
Guerra Mundial, la doctrina del equilibrio coincidió en general con la 10.4. Las justificaciones teóricas.
conducta de los Estados bien gobernados.
Los déficit eran excepcionales o caracterizaban a Estados No pocos adherentes al intervencionismo keynesiano, yencandi­
semianárquicos. En 1914 los hacendistas eran optimistas: respetaban lados por el éxito del "New Deal", intentaron demostrar que el déficit
escrupulosamente el equilibrio y dudaban de que hechos internos o prolongado es conveniente, que los adictos al equilibrio han exagerado
exteriores pudieran ponerlo en peligro. Con relación a la guerra, eran los peligros de este desfasaje y que su utilización puede resultar alta­
escépticos por la imposibilidad de financiarla. Los hechos demostraron mente beneficiosa.
la equivocación de estas ideas y dieron por tierra con estas optimistas Se sostiene que, tanto si se ha recurrido al empréstito como a la
previsiones. Se idearon nuevas formas de financiación (empréstitos, emisión, si las sumas así obtenidas son empleadas en inversiones pro­
emisión monetaria, bonos del Tesoro, etc.), que permitieron déficit re­ ductivas que incrementan la producción general del país, se produce el
lativamente duraderos, y, como existía absoluta necesidad de hacer efecto llamado "multiplicador de la inversión", que Heva a un creci­
frente a los gastos de la guerra Y reconstrucción, no había otro ca­ miento de la renta nacional
mino que apartarse de la doctrina del equilibrio. Entre las teorías elaboradas al respecto, está la que se denomina
Después de la Primera Guerra Mundial, algunos países, como teoría del déficit sistemático. Se sostiene que si se produce una situa­
Inglaterra, hicieron grandes esfuerzos para restablecer el equilibrio. ción deficitaria, el Estado puede cubrir el déficit con empréstitos. Suce­
Efi cambio, otros países (por ejemplo, Francia) prolongaron y agrava­ de entonces que al aumentar la renta nacional~crece el rendimiento
fiscal (a mayores rentas, mayores recaudaciones impositivas), y el peso
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H~CTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 387


386
real de la deuda dismÍhuye, ya que le es más fácil al Estado asegurar permanente. La función del déficit consiste sólo en poner en marcha
la amortización. Tampoco ven un peligro tan grave en la inflación. una economía estancada; pero, una vez reanimada la economía, los
Como se efectúan inversiones productivas, se afirma -según esta teo­ gastos excepcionales que desequilibran el presupuesto deben desapare­
ría- que se incrementa la producción de bienes consumibles, de ma­ cer, para restablecer progresivamente el equilibrio. El déficit, por con­
nera tal que se compensa el incremento del circulante, y en esa forma siguiente, siempre debe ser transitorio, yes necesario regresar al
los precios no aumentan. equilibrio del presupuesto a partir del momento en el cual la economía
No obstante el valor técnico que quizá tengan estas teorías sobre funciona en forma equilibrada. 2) El déficit no debe ser cuantita­
el "déficit sistemático", debe reconocerse que el déficit presupuestario tivamente exagerado: el aumento de los gastos públicos debe ser efec­
es un instrumento fmanciero extremadamente peligroso y cuyo abuso tuado en proporción aproximada a los factores de producción desocupa­
ha provocado desastres en la economía de muchos países. dos que deben ser reintegrados al sistema económico. Las inversiones
públicas tienden a aumentar el nivel de producción, pero el ritmo de su
10.5. Los razonamientos adversos al déficit. crecimiento no puede sobrepasar cierta velocidad, teniendo en cuenta
las posibilidades de mano de obra y de materia prima del país. Si reba­
Inspirados en los autores de la escuela clásica y aun, a veces, sin sa ese nivel, la consecuencia será una inflación realmente perniciosa y
adherirse a todas sus teorías, la mayor parte de los especialistas abra­ muy dificil de detener.
za la indiscutible convicción de que un presupuesto crónicamente defi­ . En definitiva, el déficit presupuestario es peIjudicial, resultando
citario es dañino para un país, sin peIjuicio de admitir excepciones por mayor o menor el daño según la potencialidad del país del cual se trate.
situaciones especiales. Estados Unidos puede no tener mayores problemas porque es el país
Si bien hubo algunos temores algo exagerados en relación con la más poderoso del mundo (aun cuando ya relatamos los esfuerzos gu­
bancarrota de los países con déficit (lo cual fue desmentido -hasta bernamentales que son realizados para erradicar el déficit), pero la
ahora- por la realidad), los razonamientos responden a la más ele­ situación es muy distinta en los países rezagados de América latina, y,
mental lógica. Al momento de tener que amortizar los empréstitos, con entre ellos, la República Argentina, que ha seguido aumentando sus
más sus intereses, y al no contarse con los medios para pagar, sólo gastos yel déficit presupuestario por encima de lo aconsejable. Algu­
queda el camino negativo del creciente endeudamiento (y, por ende, nos políticos han advertido esta creciente amenaza e intentan crear
futuros déficit cada vez mayores) o los caminos sacrificados pero únicos fórmulas para reducir los gastos a niveles lógicos.
posibles para sanear la economía: el acotamiento del gasto público, el
aumento de tributos o el mejoramiento de la competitividad (ver cap. 10.7. Una luz de esperanza. La ley de convertibilidad fiscal.
XII, punto 9).
POI' supuesto que queda otra senda, la más perniciosa de todas La sanción de la ley 25.152, llamada ley de convertibilidad
pero la más sencilla: lograr medios de pago imprimiendo nuevos bille­ fiscal, arrima una cierta esperanza de que, por fm en la Argentina, se
tes sin respaldo. Es decir, se aumenta el número de medios de pago sin encare una decidida lucha para lograr el equilibrio fiscal, meta ésta
aumentar el número de bienes consumibles. Se deprecia, entonces, el .
que la normativa se propone obtener en el año 2003.
valor real del dinero, aumentan los precios, y ello, a su vez, aumenta el El examen de la ley de convertibilidad fiscal permite observar, en
monto de los gastos públicos, incrementándose eldéficit. Se produce la primer lugar, que, si bien ella produce algunas modificaciones en las
necesidad de nuevas emisiones, y también la llamada "espiral leyes 24.156 y 24. 629, mantiene la vigencia de éstas en todos aquellos
inflacionaria". aspectos que no son aspectos de retoque. Se advierte también que, con
Los argentinos ya conocemos cómo termina esta historia. el propósito de claridad, introduce algunas definiciones.
Por 10 pronto y en cuanto al Presupuesto General de la Ad­
10.6. Los límites del déficit. ministración Nacional, la nueva ley expresa que contendrá todos
los gastos corrientes y de capital a ser financiados mediante impues­
Aun quienes teóricamente han justificado el déficit presupuesta­
rio como un buen método para solucionar diversas situaciones de paí­ tos, tasas y otras contribuciones obligatorias establecidas por legisla­
ses con problemas, han reconocido que por lo menos dos limites deben ción específica, endeudamiento público y tarifas por prestación de ser­
siempre respetarse en toda situación de déficit: 1) El déficit no debe ser vicios fijadas por autoridades gubernamentales. Asimismo, incluirán
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MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 389
los flujos financieros que se originen por la constitución y uso de los
fondos fiduciarios (art. 2, inc. a). de la Administración nacional. Esta información será puesta a disposi­

El déficit fiscal debe ser entendido como la diferencia de los ción de los interesados en forma inmediata, a su requerimiento o, me­

gastos corrientes y de capital devengados menos los recursos corrien­ diante la autorización al libre acceso a las respectivas plataformas

tes y de capital del sector público nacional no financiero (art. 2, inc. b). informáticas, en un plazo máximo de un año contado a partir de la

El gasto público primario se define como el resultado de su­ promulgación de la ley.

mar los gastos corrientes y de capital y de restar los intereses de la


deuda pública.
La ley se refiere repetidamente al producto bruto interno 11. EL PRINCIPIO DE LA UNIDAD.

(PRI) como parámetro para distintos límites y variables, concepto éste .


que debe ser interpretado en su versión más simplista como el valor Otro de los principios tradicionales del presupuesto exige que to­
total de todos los bienes y servicios producidos durante un perlodo. dos los gastos y recursos del Estado sean reunidos o agrupados en un
Las principales medidas adoptadas pueden ser resumidas de la único documento y sean presentados conjuntamente para su aproba­
siguiente manera: ción legislativa. Si bien esta regla fue fruto de elaboración doctrinal, y
a) El déficit fiscal debe ser reducido en 0,4 % del PBI en el año no de derecho positivo, tuvo mucha acogida en virtud de sus ventajas,
2000, en 0,5% en e12001yen 0,6% en el 2002. Para el año 2003 deberá consistentes en poder apreciar el presupuesto en su conjunto y volu­
asegurarse el equilibrio fiscal. . men, permitiendo el debido control presupuestario, y dificuitar las
b) En 1999 el déficit fiscal no podrá superar el 1,9 % del PBI. maniobras de disimular economías u ocultar gastos en presupuestos y
c) La tasa de incremento del gasto público no podrá superar el "cuentas especiales".
incremento del PE!. Aparte de los mencionados, es objetivo importante del principio "'1
d) Se crea un fondo anticíclico con 50 % de los recursos prove­ en estudio el hecho de justificar ante la comunidad la exigencia coacti­
nientes de las privatizaciones, concesiones y ventas de activos y con los va de una parte de la riqueza privada para cubrir las necesidades pú­
superávit financieros que se generen en cada ejercicio fiscal. Además, blicas, y como en esa virtud los gastos públicos han de ser cubiertos
con no menos del 1 % de los recursos corrientes del Tesoro nacional en con el esfuerzo de los habitantes, es indispensable que el presupuesto
el año 2000, 1,5 % en el año 2001 y 2 % a partir del año 2002, así como incluya en un solo cuadro todos los gastos a realizar y todos los recur­
con las rentas generadas por el propio fondo. sos a percibir por el Estado en un ejercicio financiero.
e) Este fondo se integrará hasta alcanzar el 3 % del PBI y se De allí que todos estos gastos y recursos deban volcarse en un
utilizará ante una reversión del cic10 económico. Cuando los recursos presupuesto único y comprensible, para que este instrumento cumpla
alcancen en un ejercicio al referido monto máximo del 3 %, los exceden­ debidamente una de sus más importantes funciones: la de ejercer con­
tes de ese ejercicio podrán ser aplicados a la cancelación de la deuda trol preventivo de la actividad de naturaleza económica en la hacienda
externa, la inversión pública o el gasto social. pública, ante 10 cual no debe haber gastos y recursos susceptibles de
f) El PEN deberá elaborar un presupuesto plurianual de al me­ ser ejecutados separadamente de aquél, y de los cuales el Poder Ejecu­
nos tres años, sujeto a los recaudos que la ley fija en su arto 6 y sin tivo pueda disponer sin autorización legislativa y sin obligación de ren­
perjuicio del presupuesto financiero anual. dir cuenta de la inversión. El presupuesto debe abarcar todas las
g) El gasto público primario, arriba definido, no podrá superar la erogaciones previstas como necesarias para mantener durante el ejer­
tasa de aumento real de] producto bruto interno (PBI). cicio la prestación de los servicios públicos puestos a cargo del Estado.
h) La deuda pública no podrá aumentar más que el déficit del Esta regla colabora con la de] equilibrio, ya que impide la exis­
sector público nacional no financiero. tencia de gastos al margen. Si todos los gastos se presentan en el pre­
i) En caso de ser comprometidos gastos presentes o futuros por supuesto y como contrapartida se incluyen todos los ingresos, el presu­
encima de los autorizados por e] presupuesto anual, serán promovidas puesto podrá equilibrarse, pues ambos rubros estarán correlacionados
acciones penales por violación del arto 248 del Código Penal (incumpli­ entre sí.
miento de los deberes de funcionario público). A pesar de que la doctrina financiera insiste en ]a necesidad de
J) Se establece una amplia posibilidad de información pública, cumplir ]a regla de la unificación de gastos y de recursos en un solo
pudiendo ser dada a conocer documentación financiera básica en poder presupuesto, los países han admitido en la práetica numerosas excep­
ciones; ell~s se debieron al crecimiento del intervencionismo estatal,
391
390 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS

que dio lugar a traSformar la hacienda pública, de ente económico de como otros figuren consignados por su importe bruto, sin extraer sal­
erogación o consumo, en hacienda compuesta, por el agregado de ha­ dos netos. Así, por ejemplo, los gastos de funcionamiento de la Aduana
ciendas anexas de producción. La descentralización institucional y fi­ deben ser consignados por la cantidad total de recursos recaudados por
nanciera de las actividades gubernativas, realizada mediante la crea­ dicha entidad estatal.
ción de entidades autárquicas u organismos descentralizados, ocasionó La anterior ley de contabilidad consagró en fonna expresa esta
el deterioro del clásico principio de la unidad (aunque no su quiebre), regla al expresar en su arto 2 que los "recursos y las erogaciones figu­
so
porque los presupuestos de gastos de muchos entes de este tipo -como rarán separadamente y por su importe íntegro, no debiendo en cB:
los de las empresas que pertenecieron al Estado-- no se incluían en el alguno compensarse entre sí, sin perjuiciO de las afectaciones especIa­
presupuesto general, por lo cual estos organismos funcionaban con les legalmente establecidas a los Enes ejecutivos o que resulten del
autonomía presupuestaria (conf. Atchabahian, ob. cit., ps. 157 y 158). r~integro de importes indebidamente percibidos" (esta regla tiene tan
El principio de la unidad del presupuesto se relaciona estre­ solo las dos excepciones que indicó el cuerpo legal).
chamente con un principio rector de la actividad del servicio del Teso­ La ley 24.156 adopta también el principio, aunque con añadidos
ro, manifestado en la regla de la unidad de caja. Esto quiere decir importantes, al disponer que "los presupuestoS comprenderán todos los
que no debe haber tesoros separados e independientes en el Estado, recursos y gastos previstos para el ejerciciO, los cuales figurar~n por
sino un órgano central, recaudador y pagador, al cual afluyan todos los separado y por sus montos íntegros, sin compensaciones entre SI. Mos­
recursos públicos y del cual salgan los fondos para efectuar los pagos. trarán el resultado económico y financiero de las transacciones progra­
La unidad de caja significa que deben ser puestos a disposición de ese madas para ese período en sus cuentas corrientes Y de capital, así
órgano central, material o jurídicamente, todos los fondos del Estado. como la producción de bienes y servicios que generarán las acciones
El arto 21 de la ley de contabilidad consagraba este principio; en la ley previstas".
24.156, el arto 80 dispone instituir un sistema de caja única o de fondo Es decir, la ley de administración financiera no sólo prohíbe las
unificado. compensaciones, sino que exige datos relativos a los resultados obteni­
Por otra parte, como bien resalta Atchabahian, además del orden dos y a la correlación de bienes y servicios con la gestión prometida, 10
imanciero que supone incluír todos los ingresos y egresos en un solo cual es un valioso aporte al principio de trasparencia que veremos
conjunto de cuadros presupuestarios, esta regla tiene fundamento y más adelante.
imalidad institucionales, vinculados con el ejercicio de las facultades La imalidad de este principio es asegurar la veracidad del presu­
del Poder Legislativo, consistentes en la iIjación de los montos y con­ puesto, para evitar que mediante compensaciones de ingresOS Yegresos
ceptos a gastar y en el control ulterior de la forma en la cual el Poder sean tergiversadas las cifras totales de gastos. Técnicamente, no d~­
Ejecutivo haya dado cumplimiento a esas autorizaciones legales. Si ben ser compensadas sino obligaciones homogéneas e igualmente exi­
funcionaran varios presupuestos, o éstos no incluyesen todos los gastos gibles, lo que no ocurre con los gastos ylos recursos, por cuanto, si ~ien
públicos, esas facultades legislativas de control no podrían cumplirse los primeros son ciertos, los segundos se basan sobre cálculos estimativos
con efectividad. La regla de la unidad del presupuesto tiende a posibili­ más o menos aproximados, según sean, la naturaleza del t~buto del
tar el mejor cumplimiento de las facultades del Parlamento en relación cual se trate y su peculiar manera de fijación, liquidación e ~ngreso.
al manejo de los fondos del Estado (autor y ob. cits., p.158). Ala luz de este aspecto, resulta importante incorporar mgre~os y
Dentro del régimen legal presupuestario federal actual de la Re­ gastos sin compensaciones como medio de salvaguardar la veracIdad
pública Argentina, la ley 24.156 estatuye este principio en el arto 12, del presupuesto, porque mediante las compensaciones de gastos Yre­
mientras que en su arto 23 contempla las excepciones a la prohibición cursos se puede inducir a engaño al órgano del control externo de la ~
de destinar el producido de algún rubro de ingreso específico para el hacienda, de modo que los gastos del Estado aparezcan como muY infe­
pago de determinados gastos. riores a los montos reales.
Se llama presupuesto de gastos brutos o totales al que cumple
estas exigencias. Es presupuesto de saldos o de gastos netos o líquidos
12. EL PRINCIPIO DE LA UNIVERSAUDAD. el que compensa ambas secciones del presupuesto _gasto~ Yrecur­
sos- o determinados rubros mediante las afectaciones especIales.
Este principio complementa los dos anteriores, al exigir que los La mayoría de los países sigue el procedimiento de los pres~pues­
gastos no sean compensados con los recursos, es decir, que tanto unos tos brutos o totales. Por excepción, Suiza aplicó hasta 1915 el SIstema
B.
,
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 393

!
392 HÉCTOR VILLEGAS

servicio, pues el hecho de que éste funcione en condiciones no económi­


de presupuesto de saldos, pero los graves inconvenientes que produjo cas no ha de justificar su supresión, ni la imposición de pesadas cargas
indujeron a abandonarlo. Inglaterra, en 1928, siendo canciller del Te­ a la población para cumplir el requisito de ]a economicidad, inherente
soro W. Churchill, impuso un presupuesto de gastos netos en rela­
al funcionamiento de la empresa privada. Juntamente con los factores
ción a los servicios autoliquidables; aunque en realidad, con ese proce­
económicos entran en juego los fines del Estado, que a veces deben ser
dimiento, se buscó tan sólo encubrir el formidable crecimiento de los
cumplidos aunque sea por procedimientos antieconómicos.
gastos públicos (conf. Atchabahian, ob. cit., p. 168).
En nuestro país, ha habido numerosas afectaciones especiales a

13. EL PRlNCIPIO DE NO AFECTACIÓN DE RECURSOS.

El arto 23 de la ley 24.156 expresa que "no se podrá destinar el


I lo largo de las épocas, no obstante la existencia de leyes que establecían
el principio de unidad. A título de ejemplo, podemos mencionar el Teso­
ro escolar, las juntas reguladoras, el Fondo Nacional de Vialidad, el
Fondo Nacional de la Energía Eléctrica, el impuesto para aprendizaje.
producto de ningún rubro de ingresos con el fin de atender industria], el Fondo Estabilizador de Previsión Social, etc.
específicamente el pago de determinados gastos, con excepción de: No obstante haber dado buenos resultados en ciertos casoS, la
a) los provenientes de operaciones de crédito público; 1 doctrina moderna se inclina en favor del principio de la no afectación
de recursos, y, en consecuencia, se pronuncia en contra de tales afecta­
b) los provenientes de donaciones, herencias o legados a favor del
Estado nacional, con destino específico; ciones especiales. El profesor Mateo Kaufmann (Tendencias ... , en "La
e) los que por leyes especiales tengan afectación específica". Ley", 26/11170) sostiene que cada vez se insiste más en legislar sobre la
Este principio tiene por objeto que determinados recursos no se base de impuestos con afectación, resultado final de las pujas de los
utilicen para la atención de gastos determinados, esto es, que no ten­ diversos sectores políticos y económicos para fijar leyes permanentes
gan una "afectación especial", sino que ingresen en rentas generales, de gastos con ingresos fijos que los favorezcan, creándose por ello,
de modo tal que todos los ingresos entren en un fondo común y sirvan muchas veces, "desperdicios" de recursos, y provocando la ineficacia dE
para financiar todas las erogaciones. los mecanismos presupuestarios.
Quienes propugnan esta regla argumentan que las afectaciones Según vimos con anterioridad, la ley actualmente vigente fija
especiales atacan el principio de unidad, una de cuyas condiciones es excepciones para el principio de la no afectación.
que los gastos del Estado sean atendidos indiscriminadamente con el La primera de ellas marca ]a posibilidad de afectar algún rubro
conjunto de los fondos del erario público, o sea, el ingreso por un rubro de ingresos para pagar gastos provenientes de las operaciones de cre­
cualquiera de recursos no debe ser afectado al funcionamiento de un dito público. Dentro de esta excepción se consideran comprendidos
servicio público dado o al mantenimiento de cierta repartición pública los recursoS de operaciones con organismos financieros internaciona­
o al cumplimiento de un objetivo especial, sino que ha de ser destinado les. Para la aplicación de estas afectaciones de ingresos se dará cum­
al fondo común. plimiento a las normas establecidas en cada contrato de préstamo y
Se sostiene que la existencia de afectaciones especiales lesiona sus anexoS, y, en forma supletoria, a la legislación local, siempre que
esa regla, aunque no la de la universalidad, porque el presupuesto se­ no se oponga a las primeras (decreto 1024/95, "B.O.", 2417/95).
guirá conteniendo todos los gastos públicos, pero no se cumplirá la La segunda afectación es lógica, ya que se trata de ingresos que
centralización de todos los ingresos en un solo fondo. el Estado recibe a título gratuito pero con un destino prefijado por el
Los adherentes a las afectaciones especiales, por el contrario, donante, causante o legatario.
sustentan que por este medio se logra cubrir el costo de los servicios En cuauw :...1::- n'Vr¡:>nrinn hallada en leyes especiales q1..,e tf.'~-
con los ingresos previamente destinados, y éstos pueden ser gradua­ gan afectación específica, tiene su propio régimen legal creado por
dos, en consecuencia, de acuerdo con los precios de costo; además, creen el decreto 2629/92 ("B.O.", 31112192).
que de esta manera se deslinda convenientemente 13 responsabilidad Esta normativa establec~ una serie de requisitos a seguir para
de los encargados de los servicios, previéndose los déficit. que se pueda lograr el recurso de afectación específica. No obstante, la
No obstante, compartimos la posición de Atchabahian, quien ex­ profusión de estas afectaciones, no siempre justificadas, es una prácti­
plica que el razonamiento precedente es erróneo, porque parte de una ca perjudicial que desorganiza todo el sistema presupuestario al ata­
analogía inexistente entre la empresa privada y la hacienda del Esta­ carlo en el punto neurálgico de su unidad. Aiite ello, resultan confir­
do. A esta últita no siempre le interesa cubrir totalmente el costo del
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 395
394 HÉCTOR B. VILLEGAS
I
Este recurso pateció más conveniente al disponer la prórroga
madas las enseñanzas y predicciones del profesor Kaufmann sobre re­ automática del presuphesto anterior, excepto en relación a los créditos
cursos sobrantes y desperdiciados, por un lado, y graves faltantes, por sancionados por una sola vez y cuya finalidad estuviese cumplida. Dado
otro, con la lógica consecuencia de quitar eficacia al sistema presu­ que la negligencia del Poder Legislativo era el factor determinante de
puestario en general. Recuérdese lo que dijimos, al iniciar este capítu­ la realización, por parte del Poder Ejecutivo, de gastos sobre los que no
lo, sobre presupuestos útiles y ficciones presupuestarias. había recaído eXpreso pronunciamiento legal, si al sancionarse el nue­
vo presupuesto no se incluían los créditos correspondientes a las
14. EL PBINCIPIO DE LA PRECEDENCIA. erogaciones efectuadas, el Poder Ejecutivo no habría podido dar cum­
plimiento a los gastos comprometidos, por lo cual el último párrafo del
art. 13 lo facultaba, en tal caso, a incorporar por sí a los anexos respec­
La sanción del presupuesto por el Poder Legislativo es una im­
portante prerrogativa de los representantes del pueblo, pero no sólo es tivos el crédito necesario para pagar esos gastos.
El arto 27 de la ley 24.156 proporciona una solución aproximada­
una facultad, sino también un deber que no puede ser soslayado. Lo
contrario implica paralizar las funciones y servicios públicos o llevar mente similar a la anterior.
Dice este dispositivo: "Si al inicio del ejercicio financiero no se
al Poder Ejecutivo a disponer pagos en forma ilegal.
encontrare aprobado el presupuesto general, regirá el que estuvo en
La regla de la precedencia significa que la aprobación legislativa
vigencia el año anterior, con los siguientes ajustes que deberá introdu­
por el Parlamento debe ser anterior al momento de ser iniciado el ejer­
cir el poder Ejecutivo Nacional en los presupuestos de la administra­
cicio presupuestario. Dada la importancia del presupuesto como ins­
ción central y de los organismos descentralizados:
trumento de cálculo y autorización de gastos, su falta de existencia en
"1. En los presupuestos de rerursos:
tiempo oportuno desnaturaliza la esencia de la institución. De no darse "a) eliminará los rubros de recursos que puedan ser recaudados
solución al problema, cabría la posibilidad de paralizar las funciones y
servicios públicos o de llevar al Poder Ejecutivo a disponer pagos en \ nuevamente;
"b) suprimirá los ingresos provenientes de operaciones de crédito
forma ilegal.
1 público autorizadas, en la cuantía en que fueron utilizadas;
No obstante, ésta es una situación que se configuró algunas ve­ "c) excluirá los excedentes de ejercicios anteriores correspondien­
ces en nuestro país (en 1908, 1915, 1926, 1941). Ya sea por mora o tes al ejercicio financiero anterior, en el caso de que el presupuesto que
negligencia del Parlamento, o por demora en la preparación del proyec­
se está ejecutando hubiera previsto su utilización;
to por el poder administrador, se presentó la situación de llegar a la "el) estimará cada uno de los rubros de recursos para el nuevo
época fijada para la apertura del año financiero sin haber sido sancio­
nado el presupuesto de gastos correspondiente. ejerciciO;
"e) incluirá los recursos provenientes de operaciones de crédito
Si bien en tales oportunidades no se llegó al colapso y los casos públicO en ejeCUCión, cuya percepción se prevea ocurrirá en el ejercicio.
fueron remediados de distinta manera, resulta evidente que correspon­ ."2. En los presupuestos de gastos:
día decidir en la mejor forma posible el indispensable arreglo para ca­ "a} eliminará los créditos presupuestarios que no deban repetir­
sos futuros. se por haberse cumplido los fines para los cuales fueron previstos;
La primera solución vino por vía de la ley 12.961, según la cual, "b) incluirá créditos presupuestarios indispensables para el ser­
para el supuesto de que al iniciarse el ejerciCio financiero el Congreso vicio de la deuda y las cuotas que se deban aportar en virtud de com­
no hubiese sancionado el proyecto que el'Poder Ejecutivo hubiera so~ proIIlisos derivados de la ejecución de tratados internacionales;
metido oportunamente a su ~onsideración, se autoriz!lba a éste a gas­ .. ."c) incluirá los créditos presupuestarios indispensables para ase­
tar por los conceptos del referido proyecto (art. 16). gurar la continuidad y eficiencia de los servicios;
La llamada ley de contabilidad (decreto-ley 23.354/56) dispuso "el) adaptará los objetivos y cuantificaciones en unidades fisicas
que "si al iniciarse el ejercicio no se hubiera aprobado el presupuesto de los bienes y servicios a producir por cada entidad, a los recursoS y
general, regirá el que estuvo en vigencia en el anterior, a los fines de créditos presupuestarios que resulten de los ajustes anteriores",
la continuidad de los servicios", y también contenía la aclaración de A su vez, este dispositivo está reglamentado por el decreto 2666192,
que esta norma "no alcanza a los créditos sancionados por una sola que preceptúa, "para la adaptación a los [(mites del presupuesto ajus~
vez cuya rmalidad hubiera sido satisfecha".

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896 HÉCroR B. VILLEGAS
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 897
tado, de los objetivos y de las cuantificaciones de los bienes y servi­
cios a producir, la Oficina Nacional de Presupuesto comunicará di­ En virtud de esta regla, se entiende como primordial que los gas­
chos ltmites a las jurisdicciones y ,zntidades y solicitará, de las mis­ tos dirigidos a atender cada uno de los fines del Estado y los distintos
mas, una programación ftsica compatible con las nuevas cifras". servicios públicos estén divididos y discriminados por conceptos.
Observamos cómo la ley vigente hace una precisa distinción en­ Para tener por cumplido este postulado, es necesario tener en
tre recursos y gastos y formula un especial detalle en cuanto al dife­ cuenta dos reglas técnicas: 1) los créditos deben tener designación cla­
rente alcance que atribuye a la puesta eti vigencia del presupuesto del ra y categórica, que impida imputar gastos de B.(1,turaleza diversa, o
año anterior. De tal manera, eztatuye ajustes que debe introducir el ajenos a la materia propia del crédito; 2) la divisi6nciC; los créditos no
PEN tanto en cuanto a recursos COlhO a gastos en los presupuestos de debe llegar a ia atomización conceptual, pues aHn puede originar difi­
la administración central y dE los organismos descentraJizados. cultades en la gestiórl adrJnistratiw: de los servicios (conf: At~Labahian,
En cuanto al presupuesto de r~~uroos, tratado en el ine. 1 del ob. cit., p. 195).
art. 27, se eliminarán Ios¡ubros qu,J no puedan serrecaudaaos nueva­ Como bien opina Atchabahian, la regla de la especific!",ción es un
mente (punto a); se supi"imirán Jc.s ÍD.gJ: esos provenientes de operacio­ justo medio en el proceso analítico de los gastos públicos, operadC' me­
nes de crédito público 9.l1wrizadas, en la cuantía en la cual fueron au­ diante el pres'louesto y la autorización legislativa de los cré(~itos; se
torizadas (punto b); se eJtclillrán los eAoodentes de ejercicios anteriores debe especifica. los I:úú,:.;.pt')s de bg gastos en la denominación de cada
correspondientes al ejercicio financiero anterior, en el caso en el cual el partida, pero no se debe Hevar la especificación a pormenorizaciones
presupuesto que se está ejecutando hubiera previsto su utilización (punto inconvenientes (autor y ob. cits., p. 195).
c); estimará cada uno de los rubros de recursos para el nuevo ejercicio
Según podemos colegir, esta regla se opone a la inclusión d~ par­
(punto d), y asimismo incluirá los recursos provenientes de operacio­
tidas globales en el presupuesto, esto es, de cantidades sin di6~mina­
nes de crédito público en ejecución, cuya percepción se prevea que ocu­
ción de conceptos. Si el Poder Legislativo lo hace, en realidad resigna ...
rrirá en el ejercicio (punto e). En lo que se refiere al presupuesto de
en el Poder Ejecutivo su facultad de fijar los gastos, pues esb fijación
gastos, el inc. 2 del mismo arto 27 da las pautas a seguir, en cuanto a
no ha de ser referida sólo al monto máximo de las erogacionee, sino
que se eliminarán los créditos presupuestarios que no deban ser repe­
también a los conc€:ptos particulares en que han de ser invertidos los
tidos por haber sido cumplidos los fines para los cuales fueron previs­
fondos del Tesoro.
tos (punto a); inclillrá créditos presupuestarios indispensables para el
El cumplimiento estricto de la especificación conduce, sin embar­
servicio de la deuda y las cuotas que deban ser aportadas en virtud de
go, al problema práctico de establecer hasta dónde ha de ser llevado el
compromisos derivados de la ~ecución de tratados internacionales (pun­
detalle de los gastos del presupuesto. ¿Debe ser consignada, por ejem­
to b); incluirá los créditos presupuestarios indispensables para asegu­
plo, la cantidad de lápices y gomas de borrar que utilizará una reparti­
rar la continuidad y eficiencia de los servicios (punto c); adaptará los
ción en el período? No se puede llegar a límites extremos que qilltarían
objetivos y cuantificaciones en unidades ñsicas de los bienes y servicios
a los administradores toda libertad para adaptar la realización de los
a producir en cada entidad, a los recursos y créditos presupuestarios
gastos a las variadas necesidades, tal como se van produciendo. Ade­
que resulten de los ajustes anteriores (pun to d).
más, nos encontraríamos con un presupuesto tan detallado y extenso
La norma parece sensata, el procedimiento no resulta arbitrario
y, si bien se le han atribuído defectos, debe tenerse especialmente en
que dificultaría ei pOIS""'. ",• .;"n~t'01.
De allí que la regla deba tener límites fundados en la convenien­
cuenta que regula una situación de emergencia ante un caso
institucional grave. cia de dar al poder administrador cierta libertad para gastar, dentro de
las previsiones presupuestarias. Por cierto que no es fácil establecer
hasta dónde ha de llegar el análisis y qué debe dejarse librado al crite­
15. EL PRlNCIPIO DE ESPEClFlCACIÓN DEL GASTO. rio del poder administrador.
El tema resulta contemplado mediante las partidas principa­
Según este principio, la sanción parlamentaria del presupuesto les y parciales contenidas en el presupuesto. Esa solución adecuada
no puede traducirse en sumas globales libradas a la discrecionalidad consulta la regla de la especificación: el presupuesto indica todos los
de la administración, sino consistir en importes detallados de cada uno conceptos de gasto, y atiende a la necesidad práctica de permitir al
de los gastos por realizar. . Poder Ejecutivo distribuír las partidas parciales. Estas últimas son
enunciativas y sólo fijan el conceptq del gasto, iDas no el importe a
I

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398 HÉCTOR B.VILLEGAS


MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS
I 399
gastar, que queda libr~do a la decisión del poder administrador, siem­
pre que por la suma de los gastos de las partidas parciales no resulte aunque esto no significa forzosamente que éste deba corresponder al
excedida la partida principal correspondiente. año calendario.
Concordamos en sostener la importancia que tiene el cumplimiento La elecciQ.n del año financiero depende de circunstancias varia­
cabal y "sin trampas" de esta regla, único modo de que el presupuesto bles, algunas de carácter institucional o político, como es la fecha de
sea instrumento eficiente de los gastos que realmente se hacen. Por iniciación de las sesiones del Parlamento y la mayor o menor facilidad
tanto, debe ser obligatoria para el poder administrador al confeccionar de obtener el voto del presupuesto en tiempo útil según prácticas loca­
el presupuesto, y el Poder Legislativo debe aplicarla estrictamente, les; otras veces influyen factores de distinta índole. Actualmente, la
porque sólo así defiende su prerrogativa de fijar los conceptos y los mayoría de los países adoptan el año calendario como ejercicio fman­
montos de los gastos públicos. ciero. Así lo aplican, por ejemplo, todos los países miembros de la Unión
Europea, con excepción de Inglaterra
En consecuencia, nos pronunciamos decididamente en contra de
los llamados "presupuestos funcionales", que pretenden reempla­ En la Argentina, el año financiero siempre había coincidido con
zar esta regla por un régimen de asignaciones globales en favor de los el año calendario, y es el método al cual se retornó luego de que el
sistema de f'ljar el período entre el1 de noviembre y el31 de octubre
funcionarios encargados de los servicios estatales.
(decreto-ley 23.354/56, art. 1) presentó serios inconvenientes.
La anterior ley de contabilidad argentina disponía en su arto 24:
Por tal razón, la ley 16.662, de 1965, retornó al régimen anterior,
"Toda autorización para gastar votada con una finalidad determinada,
y desde entonces el período coincide con el año calendario, como lo ha
pero enunciada en forma general, se entenderá que comprende los gas­ dispuesto la ley vigente 24.156 en su arto 10.
tos adicionales afines que, accesoriamente, sean indispensables para De tal manera, se cumple el mandato constitucional que en el
concurrir al objeto previsto, pero no podrán comprometerse erogaciones arto 75, inc. 8, exige fijar anualmente el presupuesto de la Nación,
no autorizadas ni invertir se cantidades votadas para otros fines que aunque aclarando que debe responder a un programa general de go­
los determinados". " bierno y a un plan de inversiones públicas, puntos estos últimos que
La ley 24.156 no prevé en forma expresa normas que obliguen a trataremos más adelante. Vemos que la Constitución nacional no esta­
la aplicación de esta regla. Sin embargo, de diversas cláusulas puede blece que el período fmanciero coincida con el año calendario, pero tam­
deducirse que ésta debe estar presente en el presupuesto nacional. Así, poco se opone.
por ejemplo, el art. 13 de la citada ley establece que "los presupuestos
de recursos contendrán la enumeraci6n de los distintos rubros de 16.2. Beneficios del sistema.
ingresos y otras fuentes de financiamiento, incluyendo los montos
estimados para cada uno de ellos en el ejercicio. El afianzamiento de esta regla surgió de la circunstancia de que
"Las denominaciones de los diferentes rubros de recursos debe­ el plazo de un año no es arbitrario, sino representativo de una unidad
ron ser lo suficientemente especifICas como para identificar las respec­ de tiempo natural, y corresponde a"una medida bastante habitual de
tivas fuentes". las previsiones humanas..
El principio de la anualidad reconoció en primer lugar razones
16. EL PRINCIPIO DE LA ANUAlIDAD. políticas, ya que el sistema robustecía la facultad parlamentaria de
controlar al Ejecutivo, de modo tal que la práctica iniciada bajo forma
16.1. Noción. de voto. anual del impuesto se trasformó en medio efectivo de conocer,
vigilar ilimitar la: acción general del gobierno en la democracia clási­
Este principio designa el término de aplicación de un presupues­ ca. La influencia ejercida por los principios liberales de la Revolución
to, el cual, conforme al criterio tradicional, debe ser anual, y no necesi­ Francesa y la difusión de las instituciones políticas inglesas resulta­
ta ser votado más que una sola vez para todo el año fmanciero" Para ron factores predominantes en la generalización del principio de la anua­
ese período es que se calculan y autorizan los gastos y se estiman los lidad presupuestaria (conf. Giuliani Fonrouge, ob. cit., t. 1, p. 188).
recursos que los cubrirán. Apartándonos de este aspecto, podemos señalar que la periodici­
Es decir, cuando se habla de anualidad o de presupuesto dad del presupuesto no es un simple requisito formal, sino que hace a
anual, está implícita la idea de un período temporal de doce meses, la esencia de este instrumento. Entre sus fundamentos, encontramos
razones económicas e institucionales.
r

400 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 401


Desde el primer aspecto (económico), hay motivos prácticos a Respecto de recursos, en muchos países --entre ellos la A1:gen­
tener en cuenta. No cabe duda de que es diñcil formular previsiones de tina-la regla no tiene sentido bien concreto y directo, pues .si cálculo
gastos para períodos más extensos que un año, debido a la acción de de los probables ingresos a percibir en el año es incluído come. mera
factores tales comilla variación del valor de la moneda o la aparición de previsión presupuestaria para procurar el equilibrio fmancierl).
nuevas necesidades colectivas. Dado que la previsión sobre los gastos Esto es: generalmente, la regla de la anualidad sólo tie::-¡é sigaJifi­
tiene carácter limitativo. toda fijación de sus conceptos y de sus mon­ cación para la renovación periódica de los gastos, y no para 1;:;8 1'8Cl1r­
tos puede llevar ap21'ejados inconvenientes pam la marcha de la admi­ sos, los cuales dependen de las leyes tributarias, de vigencia pt3~'ma­
nistración si no responde a las necesidad6s reales de cada momento. nente mientras no sean derogadas.
No tendría mayor sentido votar un presupuesto de gastos e introducir­
le durante su villencia constantes modificaciones para adaptarlo re­ a 16.4. Críticas a la ai1.ualidad. Los presupuestos pll;r:7.,ú.Jo i:."g·11~
querimientos cambiantes de la hacienda y anticíclicos. La planificación. LaB obras pri)l~._>.n.¡g·:~:;r";._o
La razón inr.i:itucional justificante de la regla de la anualidad
consiste en qU& las facu1tades de control preventivo y ulterior por parte Sin entrar en consideraciones intrascendentes que r.ao:'21
del Poder Legislativo deben ser llevadas a cabo de la manera más fre­ rencia a la "falta de modernidad del principio" y a su incoTIlJ:i&ábílidad
cuente posible. Si la aprobación del presupuesto fmanciero del Estado con el "necesario y creciente intervencionismo estatal", eSW"ilSl.:;ún.S (,tUi;;>
se efectúa cada dos o tres años, es evidente que el Congreso tendrá existen algunas impugnaciones que deben ser analizadas cui;¡J.::;.G:>z&­
menos oportunidades para controlar, en las fases preventiva y ulte­ mente.
rior, la €¡jecución de los gastos y para ocuparse de la política financiera Todas ellas hacen hincapié en la corta duración del ii-'T0ZUfA139tG
y económica de la administración (conf. Atchabahian, ob. cit., ps. 171 fmanciero, que produce tres obstáculos principales:
y 172). D El periodo anual no coincide con una planificación, oJ.Ya cris­
talización puede llevar más de un año.
16.3. Diferente alcance de la anualidad. II) El ciclo económico suele exceder el año. Las crisis cíclicas
son de extremo cuidado y requieren de políticas económicas ant:id,~licas
La regla en estudio tiene diferente alcance según se refiera a imposibles de compatibilizar con el presupuesto fmanciare anudo
gastos o recursos. III) Existen obras, servicios o trabajos públicos de indispensable
En el caso de gastos, el principio es de aplicación directa, pues realización y cuyo plazo de ejecución excede al anual
las autorizaciones para gastar votadas por el Poder Legislativo cadu­ Respecto de las dos primeras objeciones, la afirmación de q:J.e un
can con el vencimiento del año financiero para el cual se fijaron: no se presupuesto financiero anual no permite la realización de planes de
hace distinción entre los créditos contenidos en la ley de presupuesto y más largo plazo (que, por otra parte, el arto 75, mc. 8, de la C.N. e::dge)
los abiertos por leyes especiales de gastos. es errónea y parte de la falta de claridad sobre las diferencias y la
A su vez, y según sea la naturaleza de los gastos del Estadl'i, la relación que debe existir entre el presupuesto fmanciero del Estado,
aplicación de la regla de la anualidad tiene efectos diferentes. Para los por una parte, y la planificación, por la otra.
gastos facultativos, o sea, los que el poder administrador puede o no El presupuesto financiero es un instrumento cuantitativo, en tanto
realizar, la caducidad anual afecta al gasto en sí, y hace que éste no se que los planaf' de acción político-económica son esencialmente cualita­
pueda comprometer luego de la fecha de clausura del ejercicio; ésta tivos. Ambos ins'Í.ít... -"ntos son compatibles y complementarios. El plan
provoca el decaimiento de la facultad de la Administración para con­ económico debe ser, por su naturaleza, plurianua!, tendien(lo !" ,=,-b~:·
traer compromisos relativos a tales gastos y con cargo a los créditos car una fase del ciclo, pero las cifras que contiene son meras estimacio­
presupuestarios respectivos. nes: el presupuesto fmanciero del Estado debe ser actual, y mediante
Entre tanto, para los gastos obligatorios, el compromiso resulta sus cifras limitativas en materia de gastos se ponen en acción los enun­
de la ley o del contrato, y se produce con anterioridad al momento de la ciados cualitativos del plan económico general y se los adapta a las
ejecución del presupuesto; los efectos de la caducidad no se hacen sen­ cambiantes condiciones de la economía '"
tir sobre el gasto en sí -que continúa vigente--, sino sobre el pago, En lo que hace a los llamados presupuestos anticíclicos, es
pues cesa la facultad de la administrahión para ordenarlo. utópico pensar en instrumentos de este tipo que reemplacen a los presu­
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402 1.. H~CTOR B. VrLLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 403

puestos financieros. Como dice Colm: "Para poder trazar un proyecto A 10 anterior, cabe agregar que los presupuestos plurianuales no
de presupuesto para un período que abarca todo un ciclo de la coyuntu­ pueden aplicarse a todos los gastos del Estado, pues hay algunos que
ra, sería necesario conocer de antemano la extensión y la amplitud de varían notoriam~te de un ejercicio a otro y, en consecuencia, su fija­
dicho ciclo, mientras que en realidad no parece factible llegar al respec­ ción por dos o más años no puede ser prevista ni calculada con tanta
to a una hipótesis aceptable. Además, este procedimiento exigiría que anticipación. E] régimen plurianual sólo podría ser aplicado a los gas­
el ex;cedente del presupuesto durante el auge quede determinado por la tos relativamente fijos y estables, tal como se hace tradicionalmente
suma de los déficit de la depresión precedente. Sobre esta base sería en Inglaterra con el fondo consolidado. Si se deseara adoptar la
imposible trazar una política presupuestaria nacional" (Gerhard Colm, plurianualidad de los créditos, el presupuesto ha de ser plurianual para
La economÚl del presupuesto público en Tratado ... , de Gerloff­ los gastos fijos y permanentes, pero en relación a los gastos variables
Neumark, ob. cit., p. 247). deberá continuar siendo anual.
En cuanto a las obras públicas cuya ejecución excede el térmi­ La conclusión es que un presupuesto financiero anual y coinci­
no de un afto, se trata de un problema meramente técnico cuya solu­ dente con el año calendario resulta un buen instrumento para los con­
ción debe buscarse mediante normas adecuadas y prácticas que permi­ ductores de la política fiscal, y no se opone ni a la realización de obras
tan trasladar los créditos presupuestarios de las obras p]urianuales a públicas de duración superior a la anual ni a la planificación de la
los ejercicios siguientes, y a medida que van siendo devengados los economía general del país Oos llamados "presupuestos nacionales") u
nuevos gastos que demanda el avance de la obra. otro tipo de planificaciones, ni a las políticas anticíclicas.
A pesar de las ventajas del presupuesto financiero anual y su Por si fuera poco, el presupuesto anual es exigido por el arto 75,
falta de colisión con los problemas antes señalados, varios países se inc. 8, de la Constitución nacional.
han inclinado por la tesis de que la regla de la anualidad es un impedi­
mento para la realización de políticas fmancieras a largo plazo y para 16.5. Soluciones a la restricción temporal del año.
coordinar la política fiscal con las tendencias cíclicas de la economía.
Se decidió entonces elaborar presupuestos de duración mayor a la anual, Sin renunciar al principio enunciado, se ha dado adecuada solu­
con el propósito de hacerlos aptos para el logro de aquellos fines. Sin ción a los casos que abarquen más de un período anual.
embargo, la regla de la anualidad no se dejó totalmente de lado, sino En el presupuesto correspondiente a un cierto año, el Poder Le­
que se limitaron sus efectos, pues mientras se mantuvo en la contabi­ gislativo autoriza al poder administrador a contratar la totalidad de
lidad pública la separación de los ejercicios por períodos anuales, la ley una obra cuya ejecución y sucesivos pagos se irán concretando en años
general de presupuesto contenía previsiones correspondientes a más de posteriores, con lo cual se incluye un compromiso sobre ejercicios futu­
un l'Úercicio. Así han surgido los presupuestos plurianuales, con oposi­ ros. En tal caso, el pago de los compromisos correspondientes a cada
ción a los clásicos presupuestos anuales. .·ejerciciorequiere que el presupuesto otorgue la autorización para pa­
No nos seduce para nada este sistema y no creemos en sus venta­ gar. Este método era aceptado por la ley de contabilidad (decreto-ley
jas, salvo para países en los cUales no interese otra cosa q~e un control 23.354/56), según su arto 10: "Cuando la ~ecución de una obra pública
parlamentario esporádico, y que confien en la estabilidad de su econo­ deba realizarse en un perlodo mayor de un año, se podrá contratar o
mía por términos prolongados (lo cual resulta bastante aventurado en autorizar compromisos hasta el importe máximo fijado por las leyes
la"era4e la globaliza:ción). Pero, a1,W así, insistimos en-la postura de de crédito [...]".
que la anualidad de las leyes de presupuesto no es óbice para empren­ No obstante, era requisito indispensable que la obra de ejecución·
der políticas fiscales de estabilización de la economía, ni para los pre­ plurianual figurase en un plan an!J8l que el Poder Ejecutivo debía con­
supuestos cíclicos que tiendan a lograr el equilibrio fmanciero dentro feccionar sobre la base de la cifra máxima que autorizare el Poder
del ciclo y no en cada afto. Legislativo por medio del presupuesto.
Atchabahian se muestra acorde con esta postura (ob. cit., p. 172), La vigente ley 24.156 contiene una solución semejante, aunque
y de la misma manera se expide Gerhard Colm, según quien el equili­ con mayores exigencias de información como requisito para autorizar
brio del presupuesto dentro ¿\:l un ciclo completo de ]a coyuntura es a la contratación de obras o la adquisición de bienes y servicios por un
todas luces irrealizable (aut~r y ob. cits., en Tratado ... , de Gerloff­ término superior al del ejercicio fmanciero (art. 10). El dispositivo es
Neumark, ps. 147 y ss.) complementado por el decretb reglamentario 1361/94, que detalla con
MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 405
404 HÉCTOR B. VILLEGAS
mente mensual, de la marcha de la ejecución, con el consiguiente deta­
mayor precisión los datos a aportar a la Oficina Nacional de Presu­ lle de gastos, recursos, déficit y endeudamiento de la Administración
puesto. nacional, todo ello en forma accesible para su comprensión. El objetivo
Nos parece una solución lógica, aun cuando otros países adopten es tratar de que el seguimiento de las cuentas fiscales no se haga sólo
métodos diferentes basados en situaciones y problemas de distinta ín­ por los entes gubernamentales sino por toda la sociedad, con abundan­
dole. te información sobre la evolución fiscal.
En nuestro país, la ley 24.156 ha significado un adelanto en la
17. EL PRINCIPIO DE LA TRASPARENCIA. materia, incluyendo elementos informativos que el PEN debe satisfa­
cer, según se desprende de su arto 24, que exige: a) fijación anual de
En líneas anteriores (punto 6 de este capítulo) mencionamos nue­ lineamientos generales; b) evaluación del cumplimiento de planes y
vas corrientes doctrinales sistematizadas bajo el nombre común de políticas nacionales y del desarrollo general del país; e) propuesta de
"nueva administración pública" (New Public Management), uno prioridades en general y programas de inversión pública en particular;
de cuyos objetivos prioritarios es el suministro a la población de la d) programa monetario y presupuesto de divi~as para el ejercicio a
información adecuada sobre diversos aspectos del presupuesto. Se de­ presentar; e) cuenta de inversión del último ejercicio ejecutado. Estos
sea que el ciudadano juzgue mediante su voto lo que se prometió entre­ elementos deben ser remitidos al Congreso nacional como soporte del
gar a la sociedad y 10 que finalmente se logró. proyecto de presupuesto. A su vez, el arto 25 enumera qué informacio­
El principio de la trasparencia consiste, pues, en dotar al presu­ nes deberá contener como mínimo este proyecto de ley.
puesto de adecuada publicidad sobre sus aspectos esenciales, infor­ Esta abundancia de elementos informativos está muy bien, y si los
mación ésta que debe ser proporcionada en forma clara y comprensi­ datos son fidedignos ayudará a la confección de un buen presupuesto.
ble para personas de instrucción elemental. Deben ser evitadas las Pero cabe preguntarse si toda esta información llega al público Y
ideas genéricas en materia de política financiera y los complicados cua­ si se vierte en forma comprensible. Solamente si se dan estos últimos
dros de contabilidad, que únicamente entiende el técnico. recaudos se estará cumpliendo con el principio de trasparencia.
Estos requisitos de publicidad y claridad son el punto de partida En el mensaje que acompaña el proyecto de ley de convertibilidad
de un presupuesto trasparente. La ley de honestidad presupuesta­ fiscal presentado en la Cámara de Senadores, se insiste en este último
ria (Bill ofBudget Honesty), en Australia; el "estatuto del ciudada· aspecto y se propugna, entre otras medidas, una reforma al Boletín
no" (Citizen's Charter), en Inglaterra, y la "ley de responsabilidad Oficial de la Nación, creando un sistema de información del Estado, de
fiscal" (Fiscal Responsability Act), en Nueva Zelanda, tienen, entre modo de dotar de una mayor trasparencia a los actos públicos. En ese
sus virtudes, la de especificar con claridad el momento y el contenido proyecto se propone la obligación de publicar leyes, decretos, resolucio­
de la información que debe ser hecha pública. En nuestro país y en nes, proyectos de ley y variables macro económicas de gran importan­
América latina en general debe avanzarse por esa senda. cia como: gasto público e ingresos corrientes y de capital, intereses y
Hay datos que la población debe conocer con respecto al proyecto cancelación de la deuda interna y externa; incremento del endeuda­
preparado por el PEN, a la discusión y aprobación parlamentaria, a la miento interno y externo; producto bruto interno a precios de mercado,
marcha de su ejecución ya los resultados de su control ulterior o "cuenta a valores comentes y constantes; exportaciones, importaciones y re­
de inversión". caudación impositiva.
El punto de partida debe ser lógicamente el proyecto preparado Simplificando el punto, pensamos que la población desea ser in­
por el PEN. Dicho proyecto debe ser analítico y acompañado de docu­ formada en la forma más frecuente y sencilla posible de lo siguiente:
mentos o cuadros justificativos de las previsiones de gastos y cálculo de 1) Cuáles son los objetivos generales y los resultados que espera
recursos. El mensaje que acompañe el proyecto debe explicar en forma obtener el gobierno en el curso de un año (p.ej., combatir la desocupa­
sencílla los logros que se espera alcanzar conforme a las. tenden.cias ción y recesión, reforzar la seguridad, poner énfasis en la educación,
previsibles para las actividades productivas nacionales, lo cual no pue­ salud, seguridad social, crear protección contra las crisis externas que
de obviar el análisis sobre la marcha de la economía mundial y su la globalización vuelve internas, etc.).
influencia sobre el país. 2) Cuáles son, sobre la base de dichos objetiv.os, las prioridade~
La trasparencia de la gestión presupuestaria requiere, como paso concretas que regirán en materia de gastos. !
siguiente, que el PEN realice una publicación periódica, preferible­

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406 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 407


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3) A qué medios de financiación se proyecta recurrir para alcan­ doS; anual (preferentemente en coincidencia con el año calen­
zar los resultados deseados. dario); y suficientemente informado a la población desde su
4) La cuenta de inversión del último presupuesto ejecutado y en preparación hasta los resultados del control parlamentario
qué medida se cumplieron los objetivos propuestos. Si los medios de posterior.
financiación fueron suficientes y, de no ser así, de qué manera se cu­ Estos países ya no pueden darse el lujo de presupuestos mentiro­
brió el déficit. sos, que no cumplan lo prometido y que se refugien en la ambigüedad
5) En qué estado ha quedado el país en sus principales variables de tablas y datos incomprensibles para la generalidad de la gente.
luego de la ejecución del último presupuesto. Entre las razones de esta necesidad, ahora intensificada por el
Estos datos, sencillamente expresados y no disfrazados con com­ rumbo de la economía mundial, encontramos las siguientes:
plicados cuadros contables, podrá convertir al simple ciudadano en un a) Los nombrados países sienten una creciente necesidad de un
juez de los gobernantes, a los cuales, cuando llegue el momento, otor­ sector público eficiente que regule y limite, hasta donde le sea posible,
gará o negará el voto. el accionar de los gigantes supranacionales que se mueven libremente
en la economía globalizada (ver cap. III, puntos 9 y 10). El Estado tiene
que variar sus características de ente pesado y lento en cuyo frente en­
18. CONCLUSIÓN SOBRE LOS PRINCIPIOS PBESUPUESTARIOS.
cuentra empresas nacionales que se mueven con la velocidad de un rayo.
b) Lo anterior implica la necesidad de revisar el papel del Esta­
No vemos contradicción entre 10 deseable en materia presupues­ do, ahora más pequeño y menos costoso, pero que idealmente debe ser
taria y los principios básicos del presupuesto, a los cuales se han ido
cada vez más eficiente. Sólo esto lo equilibrará ante los entes multina­
agregando otros importantes postulados, como el de la trasparencia.
cionales.
Al irrumpir las ideas intervencionistas, sus teóricos creyeron ver
e) El reclamo que se hace cada vez más insistentemente de erra­
una incompatibilidad absoluta entre los clásicos principios presupues­
dicar la corrupción y dotar del máximo de trasparencia a las acciones
tarios y la finalidad económica del Estado moderno. No obstante, las
de los gobernantes.
reglas básicas del presupuesto demostraron ser adaptables a las dis­
d) La necesidad de una verdadera correspondencia entre los pro­
tintas situaciones por las que atravesaron y atraviesan las economías
yectos de que se informa a los votantes y las obras y servicios que se
nacionales. Por supuesto que ha sido necesario reconocer que en cier­ prestan y los resultados que realmente se obtienen al fmalizar el perío­
tos casos deben forzosamente existir excepciones, pero ellas no altera­
do presupuestado.
ron las reglas en 10 esencial. Lo anterior nos toma realistas sobre 10 que deben ser los presu­
Como bien dice Atchabahian, la experiencia de lo observado en la puestos en la era de la globalización:
materia permite demostrar que el valor esencial de estas reglas presu­ n Sólidos armazones jurídicos encuadrados en los principios bá­
puestarias radica en que están incuestionablemente al servicio de la sicos arriba mencionados y que cumplan sinceramente el rol básico de
función del m~or control presupuestario en la hacienda pública de un I
prever y autorizar gastos, así como de calcular recursos.
Estado republicano, y que esa evolución de las estructuras económicas 11) Realizada la primordial misión precedente, tratar de que pres­
no encuentra obstáculo ni interferencia alguna en su marcha por el ten la máxima utilidad posible, especialmente respecto de los ob,jetivos
hecho de aplicar tales reglas (autor y ob. cits., p. 156). que fija el arto 75, inc. 8, de la Constitución nacional.
Para ello, podrá ser provechosamente complementado con otras
19. PREsUPUESTO YGLOBALIZACIÓN. variadas herramientas destinadas a su compresión cabal, a su conoci­
miento por el pueblo y al control de su cumplimiento. Quizás ello-de
Los países en proceso de desarrollo, como los latinoamericanos, el lográrselo- decida votaciones futuras.
nuestro inc1uído, necesitan más que nunca atenerse a los principios
básicos presupuestarios.
Esto implica adoptar un presupuesto financiero equilibrado;
único; sin compensaciones ni afectaciones especiales; legislati­
vamente aprobado antes de su ejecución; con gastos detalla-
409

CAPíTULO XV
EL PROCESO VITAL DEL PRESUPUESTO

(SU PREPARACIÓN, SANCIÓN, EJECUCIÓN Y CONTROL)

1. LAs FASES DE LA EVOLUCiÓN PRESUPUESTJ..R.IA.

El proceso vital del presupuesto comprende diversas fases que


comienzan antes de que dicho instrumento tenga vigencia como ley de
la Nación y se extienden hasta después de Imalizado el periodo tempo­
ral que abarca.
En la República Argentina y en el orden federal, el proceso pasa
por las siguientes etapas:
- Preparación (Poder Ejecutivo).
- Sanción (Congreso de la Nación).
- Ejecución (Poder Ejecutivo).
- Control (administrativo y parlamentario).

2. PREPARACióN DEL PRESUPUESTO.

2.1. Elaboración del proyecto del Poder Ejecutivo.


La primera fase es la elaboración del proyecto del futuro presu­
puesto, y está a cargo del Poder Ejecutivo por diversas razones:
a) Así lo determina la tradición Imanciera y así lo hacen práctica­
mente todos los países. El sistema norteamericano de preparación por el
Poder Legislativo fue derogado en 1921 y sólo tiene valor histórico.
b) Existe una ínth!ia vinculación entre el presupuesto y el pro­
gTama general de ge)),..,.., ~ (fe un pals, cuyo .diseño está. a cargo del
Poder Ejecutivo. En nuestro país, esta relación entr~ programa y pce-­
supuesto está ordenada por el arto 75, ine. 8, de la Constitución nacio­
nal. Ante ello, es lógico que sea el Ejecutivo el que desempeñe ambas
tareas.
e) Una vez aprobado el presupuesto, su ejecución está a cargo del
Ejecutivo. Es lógico y conveniente, por tanto, que prepare dicho instru­
mento aquel que posteriormente le debe dar cumplimiento.
410 1.. ~ÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 411
el) No hay otro poder que pueda ejecutarlo, ya que el Poder Judi­
cial tiene otra misión, y el Poder Legislativo es el encargado de hacer 2.8. Las funciones de las reparticiones especializadas.
las leyes pero no de llevarlas a la práctica.
e) El Poder Ejecutivo es el que puede conocer con mayor preci­ Lo cierto es que, salvo la formalidad del envío del proyecto al
sión la extensión y urgencia de las necesidades a cubrir con los gastos Parlamento por el jefe de Gabinete, en la práctica el peso principal de
y el que tiene a su alcance los datos para calcular cuáles serán los re­ la tarea de elaboración del presupuesto recae en el Ministerio de Econo­
cursos probables a obtener. mía y Obras y Servicios Públicos, que delega la misión a la Secretaría
fJ El Poder Ejecutivo tiene montadas oficinas técnicas especiali­ de Hacienda.
zadas en el tópico presupuestario. Así, la Subsecretaría de Presu­ Dentro del ámbito de esta Secretaría, se ha instituido para en­
puesto, de la que depende la Oficina Nacional de Presupuesto, tender con carácter permanente en toda la dinámica relativa al estu­
que asume el carácter de órgano rector del sistema presupuestario del dio, preparación y modificación del balance preventivo financiero un
sector público nacional, conforme establece el arto 16 de la ley 24.156. organismo técnico central, integrado por personal idóneo -la Subse­
g) El PEN dispone, además, de oficinas permanentes y especiali­
cretaría de Presupuesto-, del cual depende la Oficina Nacional de
zadas en cada jurisdicción y en el Ministerio de Economía y Obras y Presupuesto, cuyas funciones tienen características tanto operativas
como consultivas. Sus más importantes funciones operativas consis­
Servicios Públicos. '
ten en elaborar el anteproyecto de presupuesto y dar forma al proyecto
a enviar a las Cámaras. Las funciones consultivas se traducen (aparte
2.2. Las funciones del jefe de Gabinete. de otras actividades) en la reunión de informaciones sobre temas eco­
nómicos y administrativos, para hallarse en disposición de asesorar a
Conforme a la reforma constitucional de 1994 y según dispone el
las oficinas respecto de la preparación de los presupuestos parciales.
arto 100, inc. 6, de la Constitución nacional, el jefe de Gabinete es Las mencionadas funciones operativas están detalladas en el
quien envía al Congreso el proyecto de ley de presupuesto nacional, arto 25 de la ley 24.156, mientras que las actividades consultivas
previo tratamiento en acuerdo de gabinete, y con la aprobación del están contenidas en el arto 17 de la misma ley, dispositivo este último
Poder Ejecutivo. También tiene este funcionario la misión de hacer que atribuye también a la Oficina Nacional de Presupuesto otras
recaudar las rentas de la Nación y de ejecutar la ley de presupuesto misiones trascendentales, como, por ejemplo, dictar las normas técni­
nacional (art. 100, inc. 7), quedando para el presidente de la Nación, a cas para la formulación, programación de la ejecución, modificaciones
tenor del arto 99, inc. 10, la supervisión del ejercicio de la mencionada y evaluación de los presupuestos de la administración nacional (inc. e)
facultad del jefe de Gabinete. y de los presupuestos de las empresas y sociedades del Estado (inc. d).
Acorde con la citada reforma, se debe interpretar que el jefe de
Gabinete tiene a su cargo, en la actualidad, la ejecución del presupues­ 2.4. Confección y envío del proyecto.
to, aun cuando es más razonable la postura que mantiene tal facultad
en el titular del Poder Ejecutivo nacional, sin peIjuicio de la colabora­ Como dijimos antes, entre las tareas operativas de la Oficina
ción del referido funcionario. Nacional de Presupuesto está la de confeccionar el proyecto de ley del
N o se comprende bien el papel del jefe de Gabinete C01!l0 gestor presupuesto general de la Nación, lo cual debe hacer sobre la base de
del presupuesto (C.N., arto 110,inc. 6J; recaudador de rentas, ejecutor los anteproyectos preparados por las jurisdicciones y organismos des­
del mencionado presupuesto (C.N., arto 111, inc. 7)y administrador centralizados y con los ajustes que sea necesario introducir (art. 25,
general del país. Por un lado, parece un ministro más, dado que ejerce ley 24.156).
las funciones que le delegue el presidente de la Nación, a quien está Pero esta labor técnica tiene un punto de partida en el que nece­
subordinado (C.N., arto 100, inc. 4), pero, por otro, aparece como un sariamente toma parte el ingrediente político.
integrante sin voto del Congreso (C.N., arto 100, inc. 9). Experiencias El PEN debe establecer anualmente las directivas básicas para
futuras irán perfilando el rol de este funcionario y su aparente colisión la formulación del proyecto, en base a las evaluaciones sobre la situa­
de facultades, a veces con el ministro de Economía y a veces con el ción del país y conforme a una proyección de las variables
propio presidente de la Nación. macro económicas a corto plazo, tanto nacionales como internacionales
(art. 24, ley 24.156).
412
HÉCTOR B. VILLEGAS
r. ,
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 413
De esta evaluación surgirán las prioridades presupuestarias en
general y los programas de inversiones en particular. del Poder Ejecutivo, suele decirse que el presupuesto es un acto admi­
Según dispone el arto 26 de la ley 24.156, el Poder Ejecutivo na­ nistrativo-I-?gislativo concretado en una ley del Congreso.
ciona1 presentará el proyecto de ley de presupuesto general a la Cáma­
ra de Diputados de la Nación, antes del 15 de setiembre del año ante­ 3.1. Falta de envío en término.
rior para el que regirá, acompañado de un mensaje que conteaga una
relación de los objetivos que se propon~ alcanzar y las explicaciones de
Según dijimos con anterioridad, el jefe de Gabinete debe enviar el
proyecto de presupuesto antes del 15 de setiembre de cada año, debien­
la metodología utilizada para las estimaciones de recursos y para la -¡ do considerarse la posibilidad de que no se cumpla con tal obligación.
determinación de las autorizaciones para gastar, de los documentos El I"Jlterior régimen del decreto-ley 23.354156 preceptuaba en su
que señala el arto 24, así como demás inforruaciones y elementos de arto 12 que si la Cámara de Diputados no recibía el proyecto en la época
juicio que estime opo:¡'tunús.
indicada, debía iniciar la consideración del tema tomando como ante­
El referido proyecte de ~ey de presupuesto general constará de proyecto el presupuesto en vigor.
tres títulos, cuyo contenido s::,rá: 1) disposiciones generales, en el La ley 24.156 no ha previsto tal situación, pero no cabe duda de
que se establecerán las pautas, criterios y características de )a aproba­ que la omisión del Ejecutivo no puede poner en peligro el dictado en
ción de los presupuestos, así como las normas específicas que regirán término del presupuesto. Nada se opone, entonces, a que el Poder La­
la ejecución presupuestsria durante el respectivo ejercicio; 2) presu­ gislativo cumpla su deber e inicie la ineludible labor de tratamiento
puesto de la Admi;¡ist;'íU;ió~ central, que se integra con el proyec­ tomando como anteproyecto el vigente en el ejercicio, O que incluso
to de presupuesto de los recursos del Poder Ejecutivo, sus secretarías, formule su propio proyecto que sirva como base al debate. Cierto es
los ministerios, el PoC:er Legislativo, el Poder Judicial, el Ministerio que, como dice Giulíani Fonrouge, desde una perspectiva funcional y
Público y la Jefatura de Gabinete de Ministros, y el presupuesto de realista es la Administración el órgano que tiene la mayor información
gastos de aquéllos. Los órganos mencionados son denominadosjuris­ y detalle sobre los temas presupuestarios, contables y administrativos,
dicciones por el arto 9 de la ley 24.156; 3)presupuestos de los or¡¡a­ por lo cual la facultad legislativa se verá, en los hechos, seriamente
numos descentralizados, donde se plasman el cálculo de recursos y dificultada si el PEN omite la preparación en término.
los gastos de las entidades descentralizadas. Concordamos con nuestró insigne maestro en que 10 mejor es que
El proyecto debe ir acompañado de un mensaje que contenga los el preparador sea el PEN, por las múltiples razones que dimos en el
objetivDs que se propone alcanzar y las explicaciones de la metodolOgía punto 2.1 de este capítulo, y que lo haga puntualmente.
utilizada para las estimaciones de recursos y para la determinación de Pero lo que aquí consideramos es una situación gravemente anó­
las autorizaciones para gastar; el programa monetario y el presupues­ mala y de imprevisibles consecuencias, que no puede quedar sin solu­
to de divisas. ción. No vemos otra que la arriba mencionada. Si en la fecha f:dada el
proyecto no es enviado, ninguna disposición legal ni constitucional
8. SANCIÓN DEL PRESUPUESTO. impide que el Congreso inicie el tratamiento por cualquiera de sus
Cámaras.
El proceso de sanción de la ley de presupuesto, a pesar de sus
3.2. Cámara rL"! t.::;"';gen.
Particularidades, no difiere de aquel que es común para todas las de­

más leyes. En otros términos, y con especial referencia a ]a Argentina,


La Constitución nacional no establece cuál es la Cámara que
en dicho proceso se debe cumplir con las disposiciones de los arts. 77 a
tiene la iniciativa de la ley presupuestaria, pero la ley 24.156 dispone
84 de nuestra Constitución sobre la formación y sanción deJas leyes en

general. en su arto 26 que ]a presentación del proyecto se hace en la Cámara de


Diputados.
Tratándose de una ley, está claro que hasta no haberse producido No creemos que sea útil discutir la validez de esta cláusula por
el pronunciamiento del Poder Legislativo, el presupuesto financiero no ser constitucional sino legal, ya que la doctrina mayoritaria y la
carece de carácter obligatorio para la administración y los administra­ práctica tienen decidido desde tiempo atrás que la iniciativa debe co­
dos. Dado que la actuación legislativa toma como base la preparación rresponder a la Cámara de Diputados. Si, además, una ley del propio
Congreso así lo decide, no hay razón para disenso alguno.
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MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 415


414 Hl~CTOR B. VILLEGAS
que el texto fundamental consagra como facultad de éste la iIjación
" anual del presupuesto, con arreglo a ciertas pautas (3 er, párr. del inc.
3.3. Atribuciones del Congreso. 2, arto 75, C.N.) y sobre la base del programa general de gobierno y del
Dentro de la legislación comparada existen dos sistemas en cuanto plan de inversiones públicas.
al procedimiento de consideración del presupuesto: Se trata de nociones básicas del constitucionalismo moderno.
a) la mayoría de los países (Francia, Italia, Estados Unidos, Bra­
Sin embargo, parece sensato admitir que, por razones de orden
sil, Argentina, etc.) establecen que el Poder Legislativo puede modifi­ financiero, las facultades parlamentarias deben restringirse tanto para
car el proyecto del Ejecutivo; el aumento de las partidas de gastos solicitadas por el Poder Ejecutivo
b) según el sistema inglés, en cambio, el Parlamento sólo puede como para la supresión o creación de fuentes de ingresos.
aceptar o rechazar en bloque el proyecto, sin poder establecer modifica­ Lo que en realidad se busca es impedir el incremento de gastos
ciones. no imprescindibles y resguardar el equilibrio presupuestario.
Se debe destacar, no obstante, que en lo que respecta al primer Lo que sucede es que si no fuesen restringidas las atribuciones
sistema, las facultades parlamentarias encuentran, por 10 general, li­ del Poder Legislativo para incluír en el presupuesto créditos no solici­
mitaciones para evitar abusos del Congreso atinentes especialmente al tados, para aumentar las asignaciones del proyecto o para introducirse
incremento de gastos. En algunos países, estas limitaciones están con­ en el sector recursos, creando, suprimiendo, rebajando o aumentando
tenidas en la Constitución (por ejemplo, el caso de Francia e Italia); en tributos, se entraría en un desmanejo improlijo de las finanzas públi­
otros casos, los límites derivan de leyes ajenas a la Constitución (caso cas en general. Muestra de ello es el llamado "impuesto docente", de
de la República Argentina). triste recuerdo para muchos argentinos.
La diferencia entre ambos sistemas está en que en Inglaterra, Por otro lado, se tendería al crecimiento inmoderado de los gastos
merced a su sistema de gobierno, el propio Parlamento, por vía de la públicos y podrían sancionarse presupuestos no equilibrados. Así se ha
Cámara de los Comunes, se constituye en comisión y trata directa­ entendido en la mayoría de los países; por ello, las cartas constitucio­
mente el proyecto, aprobándolo o desechándolo. En la gran mayoría de nales contienen disposiciones limitativas de las facultades legislativas
los países, el nuestro inclusive, el proyecto sufre el mismo tratamiento en esta materia.
que las leyes en general, esto es, se gira a la comisión correspondiente, Dijimos que la Constitución nacional no contiene limitaciones.
y el despacho o informe que ésta produce es considerado por la Cámara En cambio, la ley de administración financiera y sistemas de control
en coI\Íunto; repitiéndose el procedimiento en el otro cuerpo deliberativo, del sector público nacional contiene dos disposiciones que tienden a
cuando existe sistema bicameral. prevenir los problemas recién mencionados y que ya estaban conteni­
Como dijimos antes, la Constitución nacional no establece lími­ das en las disposiciones de la normativa anteriormente vigente. La
tes, de modo que, en principio, el proyecto del Ejecutivo podría ser oQje­ primera, aft. 28, ley 24.156, estableeeque "todo incremento del total
to de modificación de cualquier naturaleza respecto a erogaciones. El del presupuesto de gastos previstos en el proyecto presentado por el
tema es diferente sobre recursos, cuyas leyes son permanentes y res­ Poder Ejecutivo Nacional deberá contar con el financiamiento respec­
pecto de los cuales, según vimos, el presupuesto se limita a su cálculo. tivo". Este dispositivo se complementa con lo dispuesto en el arto 38, en
No obstante, la Carta Magna no impide que los parlamentarios supri­ el sentido de que "toda ley que autorice gastos no previstos en el pre­
man o rebajen impuestos, o que incluso establezcan distintos tributos supuesto general deberá especificar las fuentes de los recursos a utili­
que los contenidos en el proyecto del Ejecutivo. zar para su financiamiento" yes similar a la adoptada por constitucio­
La tesis según la cual el Congreso carece de limitaciones en ma­ nes extr8ñ3eras Yde varias provincias.
teria de gastos emana del principio según el cual la soberanía popular Son disposiciones correctas; su violación ha causado más mal
reside en los legisladores. En ese sentido, el sistema es similar al de los que bien; las adoptan varias constituciones extranjeras, y, por ende,
Estados Unidos, si bien en este país es práctica no producir alteracio­ aun no teniendo el mencionado .:rango constitucional, es mejor para
nes sustanciales sino de detalles (ver Giuliani Fonrouge, ob. cit., t. 1, todos que se cumplan.
p.264). Lo anterior no debe interpretarse como un menoscabo para el
Por otra parte, nuestra Constitución otorga amplias atribucio­ Congreso de la Nación. Su palabra final sobre el proyecto puede dar
nes al Poder Legislativo para modificar, reformar o cambiar el proyec­ lugar a importantes mejoras Y a corrección de errores. Pueden inte­
to, es decir que el Congreso tiene iniciativa en materia de gastos, ya

\
~.
1

416 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS


417
grado (y de hecho así ha sido) talentosas figuras cuyo aporte siempre 24.156 prevé, en su arto 19, que el presupuesto general debe tener tres
será beneficioso. Por otro lado, téngase presente que, acorde con los títulos, que se describen en el arto 20. Allí se preceptúa que las disposi­
tiempos, el Congreso se ha perfeccionado técnicamente. Ambas Cáma­ ciones generales contendrán normas que se relacionen directa y exclu­
ras legislativas tienen comisiones especializadas que reciben el proyec­ sivamente con la aprobación, ejecución y evaluación del presupuesto
to de presupuesto, lo estudian y aconsejan la sanción de 10 sancionable del que forman parte. En consecuencia, no podrán contener normas de
a la Cámara respectiva. Estas comisiones tienen facultades para hacer carácter permanente, no podrán reformar o derogar leyes vigentes, ni
comparecer a los funcionarios públicos que se encargaron de la pre­ crear, modificar o suprimir tributos u otros ingresos.
paración.
Todo esto no puede redundar sino en aportes positivos si, como es
I La ley citada emana del propio Congreso y, quiérase o no, tiene
relevancia trascendente, no obstante no ser constitucional. Lajuris­
de pensar, se hace con seriedad y responsabilidad. j prudencia ha dicho que el legislador no deja de estar vinculado con la
ley que él dicta para regir su acción, con lo que no podrá excluírse tIe su
3.4. Introducción de nonnas extrañas al presupuesto. cumplimiento para determinados casos singulares.
Si se desea modificar un régimen jurídico, ello sólo puede hacerse
El problema que trata este punto se parece al anterior. La Cons­ mediante una ley específica, pero no mediante la ley de presupuesto
titución nacional no prolube al Congreso la actitud que aquí se mencio­ ("Ossés, M. A", "E.D.", t. 172, ps. 1829 y ss.).
na, pero ésta no es conveniente. Comprendemos que la cuestión es discutible y que su profun­
Sin ser un jurista, Adolfo Atchabahian vierte conceptos jurídicos dización nos llevaría a ahondar en el inmenso y denso tema de ltl.je­
que compartimos plenamente. rarquía normativa. Lejos de nuestra intención está hacerlo, pero
Dice el autor que es principio de técnica legislativa la especializa­ reiteramos nuestra opinión de que no es conveniente, aconsejable, acer­
ción de las leyes: cada ley debe referirse a una sola materia o a cuestio­ tado ni prudente modificar por vía de la ley presupuestaria normas
nes conexas, y no ha de incursionar en distintos aspectos de la legisla­ ajenas a ella.
ción. Esta regla técnica ordena la labor del órgano legislativo, da unidad
a la legislación, simplifica su conocimiento y mejora la tarea de formu­
lación de la ley. Para el intérprete de la ley se facilita la exégesis y para 4. PRoMULGACIÓN y VETO.
el ciudadano común se hace más factible el conocimiento de las normas
jurídicas cuando éstas se hallan agrupadas en leyes específicas para El presupuesto sancionado por el Congreso pasa, como todas las
cada materia, y no mezcladas con leyes relativas a temas diversos (au­ leyes, al Poder Ejecutivo para su aprobación y promulgación (art. 78,
tor y ob. cits., ps. 241 y 242). C.N., o mediante el procedimiento abreviado del arto 80).
El punto no ha podido ser expresado con más justeza técnico­ Si el presidente no observa la sanción dentro del término de diez
jurídica de 10 que 10 ha hecho el talentoso publicista, cuyos términos días útiles, se la considera aprQb~da y adquiere fuerza obligatc";n
-demás está decirlo-- comparto plenamente. (art.80).
Corolario de lo anterior es que el presupuesto no está al margen El presider.:", ..le la Nación tiene el derecho de veto, consistente
de la regla de técnica legislativa arriba mencionada y con mayor razón en la facultad de desechar "en todo o en parte" el proyecto sancionado,
por tratarse de una ley periódica, de vigencia anual. Ante ello, las dis­ devolviéndolo con sus objeciones a la Cámara de origen para nueva
posiciones ajenas a 10 presupuestario deberían caducar al cierre del consideración (art. 83).
ejercicio, lo cual puede traducirse en engorros lamentables. Debe ser, Si bien el veto puede ser total o parcial, dificilmente se presente
entonces, una estricta regla de exclusividad presupuestaria aquella en la práctica el veto total, pues ello haría que el PEN se encontrara
según la cual la ley aprobatoria del presupuesto no d~l>e contener dis­ sin presupuesto hasta la sanción por el Congreso del proyecto vetado.
posiciones extrañas a su finalidad (Osear Juan CollaZo,Administra­ Además, si el Ejecutivo fue el preparador del proyecto, sólo resultaría
ción pública, Bs. As., 1981, t. 2, ps. 183 y 184, ob. cit., en Atchabahian, imaginable un veto total si el Parlamento sustituyera íntegramente el
ob. cit., p. 242, nota 40). proyecto, 10 cual no aparece como lógico y probable. De ahí que, en los
Desde el punto de vista legal y reiterando que no hay precepto países con regímenes institucionales semejantes al nuestro, el veto de
sobre el tema en la carta magna, la ley de administración financiera la ley de presupuesto es generalmente parcialf ."
-[
1
I

418 HÉCTOR B. VILLEGAS


MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS
I 419
Respecto de este supuesto, el arto 80, Constitución nacional, esta­
blece en principio que los proyectos desechados parcialmente no pue­ hasta que se liquidan las operaciones comprometidas. El "residuo" que
den ser aprobados en la parte restante. No obstante, el propio precepto resulte al fmal del año se imputa al mismo ejercicio en lugar de pasar
establece que las partes no observadas pueden ser promulgadas si tie­ al siguiente, y se f:tia un período adicional para que se contabilice. El
nen autonomía normativa y su aprobación parcial no altera el es­ ejercicio financiero ~o coincide entonces con el año fmanciero, ya que el
píritu ni la unidad del proyecto sancionado por el Congreso. primero es más extenso.
En tal caso y para esta promulgación parcial, debe seguirse el El sistema argentino, que estableció la anterior ley de contabili­
procedimiento previsto para los decretos de necesidad y urgencia (ver dad (decreto-ley 23.354/56), era de elija en cuanto a los recursos, dado
arto 99, inc. 3, párrafos tercero y cuarto). que éstos se contabilizaban en el momento en el cual se percibían ma­
Nos parece acertada la disposición constitucional y la solución terialmente, y no cuando se devengaban. En cambio, en cuanto a los
según la cual, si existe el derecho presidencial de oponer un veto par­ gastos se adoptaba un sistema de "competencia atemperado". Consistía
cial, al mismo tiempo se otorgue la posibilidad al PEN de poner en en que las erogaciones se contabilizaban en el período en el cual eran
vigor la parte no vetada del proyecto. comprometidas, y no en aquel en el cual eran materializadas. A su vez,
El problema radica en la interpretación de las locuciones "auto­ esos gastos comprometidos, pero sin libramiento durante el ejercicio,
nomía normativa", "no alteración del espíritu" y "unidad del proyec­ no pasaban al ejercicio siguiente, sino que se mantenían en una "cuen­
to", ¡;ue ia Constitución coloca como requisitos para que pueda ser vá­ ta de residuos pasivos". A esta cuenta se imputaban los libramientos
lidamente promulgada la parte no vetada. Estos aspectos serán, en posteriores, y perimía a los dos años del cierre de cada ejercicio.
última instancia, controlados por el Poder Legislativo y por el Poder En relación con este tema, el régimen instaurado por la ley 24.156
Judicial si se suscitara controversia. contiene la sección IV, denominada "Del cierre de cuentas", compuesta
Por otra parte, el Congreso podrá poner en funcionamiento el por los arts. 41 a 43.
mecanismo de insistencia, previsto en el arto 83 de la Constitución Sin entrar en mayores detalles técnicos, digamos que el arto 41,
nacional, y de lograr las mayorías de dos tercios de los votos en ambas concordando con el arto 10 de la misma ley, establece la nonoa general
Cámaras, convertir en ley el texto observado, sin que el Poder Ejecuti­ según la cual las cuentas del presupuesto de recursos y gastos se cie­
1-­
vo pueda ejercer nuevamente su facultad de veto. rran el 31 de diciembre de cada año.
En 10 referente a recursos, después de la recién indicada fecha
de cierre, los ingresos que se recauden se consideran parte del presu­
5. CIERRE DEL EJERCICIO (IMPUTACIÓN DE GASTOS Y RECURSOS). puesto posterior, con independencia de la fecha en la cual se hubiera
originado la obligación de pago o su liquidación.
La complejidad de las funciones estatales torna imposible com­ De 10 anterior se desprende que la normativa vigente se inclina
prender todas las operaciones presupuestarias (gast9s y recursos) den­ por el sistema de c~a para los recursos, por la razón de que imputa
tro del lapso que el presupuesto comprende. Existen do¡:¡ sistemas para los ingresados con posterioridad a la fecha de cierre del ejercicio al
¡-- ­
referir los gastos y recursos a detenoinado ejercicio presupuestario. El presupuesto siguiente, aun cuando tales recursos hubieran sido
presupuesto de elija o de gestión y el presupuesto de competencia. . devengados o incluso liquidados en el ejercicio precedente.
En el presupuesto de caja se consideran únicamente los ingresos En lo atinente a gastos, se refiere a ellos el segundo párrafo del
y erogaciones efectivamente realizados durante el período presupues­ arto 41, según el cual "con posterioridad al31 de diciembre de cada
tario, con independencia del origen de las operaciones. Según este sis­ año no podrán asumirse compromisos ni devengarse gastos con car­
tema, las cuentas se cierran1iidefectiblemente en el ténoino del año go al ejeréicio que se cierra a esa fecha".
financiero y, por lo tanto, no puede haber "residuo". Lo que no se cobró Este texto está incorrectamente redactado en fanoa negativa, en
o pagó durante el año pasa al ejercicio siguiente. En consecuencia, el lugar de expresar en fonoa afinoativa el contenido del precepto. No
ejercicio financiero coincide con el año financiero. obstante, no hay dificultad en interpretar, confonoe a dicha disposi­
En el presupuesto de competencia se computan los ingresos y ción, la adhesión de la ley, en cuanto al presupuesto de gastos, al siste­
gastos originados en el período presupuestario, con prescindencia del ma de competencia. Ello :-esulta coincidente con lo emanado del segun­
momento en el cual se hacen efectivos. Conforme a este sistema, las do párrafo del arto 32, sobre el registro del compromiso como mecanismo
cuentas no cierran al finalizarse el año, pues deben quedar pendientes para la afectación preventiva del crédito presupuestario. La conclusión
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 421
420 HÉCTOR B. VILLEGAS

es que el compromiso resulta erigido como acto determinativo del uso Estas regulaciones del decreto-ley 23.354/56 habían innovado en rela­
del crédito para gastar, abierto al Poder Ejecutivo por la norma ción al viejo sistema de la ley 12.961, que había sido derogada en su
autorizativa dictada por el Poder Legislativo. momento.
A su vez, el arto 42 dispone: "Los gastos devengados y no pagados Penetremos, pues, en el sistema mucho más moderno (y con acier­
al31 de diciembre de cada año se cancelarán, durante el año siguiente, tos llamativos) de la ley vigente.
con cargo a las disponibilidades en caja y bancos existentes a la fecha La ley 24.156 consta de 8 títulos, que abarcan 10 concerniente a
señalada. la administración y control del sector público nacional. El arto 4 de la
"Los gastos comprometidos y no devengados al 31 de diciembre ley enuncia como sus objetivos garantizar la aplicación de los princi­
de cada año se afectarán automáticamente al ejercicio siguiente, impu­ pios de regularidad financiera, legalidad, economicidad, eficiencia y
tando los mismos a los créditos disponibles para ese ejercicio. eficacia en la obtención Y aplicación de los recursos públicos; sistema­
"El reglamento establecerá los plazos y los mecanismos para la tizar las operaciones de programación, gestión y evaluación de los re­
aplicación de estas disposiciones". cursos del sector público nacional; desarrollar sistemas que proporcio­
Por su parte, el dE>creto reglamentario 2666/92 establece: "1. Los nen información oportuna y confmble sobre el comportamiento financiero
servicios administrativos fmancieros serán responsables de imputar a del sector público nacioDl'll. Mil para la dirección de las jurisdicciones y
los créditos del nuevO presupuesto los gastos comprometidos y no entidades, y para evaluar la gestión de los responsables de cada una de
devengados al cierre del ejercicio anterior. las áreas administrativas; establecer como responsabilidad propia de la
"La Contaduría General de la N ación establecerá los plazos para Administración superior de cada jurisdicción o entidad del sector pú­
cumplir con esta reapropiación y los procedimientos para efectivizarla. blico nacional la implantación Y mantenimiento de sistemas contables
"2. Cuando, por cualquier circunstancia, se hubiera omitido, al adecuados, sistemas de control interno normativo, financiero, econó­
cierre del ejercicio, el requisito de la liquidación y ordenación de pago mico y de gestión y procedimientos que aseguren la conducción econó­
de un gasto devengado durante el trascurso del mismo, deberán deter­ mica y eficiente de las actividades institucionales Yla evaluación de los
minarse la razón de esa omisión y la eventual responsabilidad admi­ resultados de los programas, proyectos y operaciones; estructurar el
nistrativa. La Secretaría de Hacienda determinará, en cada caso, los sistema de control externo del sector público nacional.
procedimientos a utilizar para la cancelación e imputación de la obli­ Según el arto 5 de la ley 24.156, se establece que la administra­
gación existente, según el estado en que se encuentre la tramitación ción fmanciera estará integrada por los siguientes sistemas, que debe­
que dio origen al gasto. rán estar interrelacionados entre sí: el sistema presupuestario, el sis­
"3. El resultado presupuestario de un ejercicio se determinará, al tema de crédito público, el sistema de tesorería y el sistema de
cierre del mismo, por la diferencia entre los recursos recaudados y los contabilidad. A su vez, el arto 6 dispone que estos sistemas quedarán
gastos devengados durante su vigencia. Si dicho resultado es positivo, coordinados por el órgano que designe el Poder Ejecutivo nacional, el
ese excedente podrá incorporarse al nuevo presupuesto en ejecución cual dirigirá y supervisará la implantación Yel mantenimiento de és­
para financiar la reapropiación de los gastos comprometidos y no tos. Por medio del decreto 2666/92, el órgano de dirección y coordina­
devengados al cierre del anterior. ción establecido es la Secretaría de Hacienda, asistida por }8ssubsecreta­
"La Secretaría de Hacienda dictará las normas operativas para rías de PresupUl'\S!0 ~- ~'-::: máill;iamiento, del Ministerio de Economía
efectuar el ajuste mencionado".
y Obras y Servicios Públicos.
Cada uno de los sistemas mencionados queda a cargo de un órga­
6. ESTRUCTURA DEL SISTEMA PRESUPUESTARIO ARGENTINO. no rector, que se ocupa de la supervisión normativa, funcional y técni­
ca del área bajo su cargo. Así, se crean la Oficina Nacional de Presu­
A esta altura, se impone una visión de c~junto del esquema puesto (art. 16), la Oficina Nacional de Crédito Público (art. 68), la
armado por la ley 24.156, llamada de «administración financiera y Tesorería General de la Nacion (art. 73) y la Contaduría General de la
sistemas de control del sector público nacional"', que ha impuesto tras­ Nación (art. 88).
cendentales variaciones conceptuales y de órganos rectores en relación En cuanto a los sistemas de control, el control interno queda a
con el anterior sistema regido desde hacía más de cuarenta años por el cargo de la Sindicatura General de la Nación (art. 96), y para el control
decreto-ley 23.354/56, que recibió el nombre de "Ley:de Contabilidad". externo se crea la Auditoría General de la N aci6h (art. 116).
I
422 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 423
La ley tambié'ñ regula los supuestos en que deberán hacerse cam­
bios dentro de la ley de presupuesto, quedando reservadas al Congreso 7.1. Recursos.
Nacional las decisiones que afecten al monto total del presupuesto y
del endeudamiento previsto, como también los cambios que impliquen Según VilllOS en su momento (cap. VII, punto 4), la ley defme en
incrementar los gastos corrientes en detrimento de los gastos de capi­ su art. 2110s rubros que para la Administración central son considera­
talo de las aplicaciones financieras, y los que impliquen un cambio en dos recursos del ejercicio, así como los aspectos relevantes que los rigen
la distribución de las finalidades (art. 37, ley 24. 156). Además, el arto y las clasificaciones mediante las cuales la ley de presupuesto los debe
39 de la ley prevé el caso de gastos de emergencia no inchúdos en la ley presentar.
de presupuesto general. En esta forma, así como mediante la incorpo­ La ley también explica los conceptos que deben ser considerados
ración de los gastos que deben realizarse en un período mayor de un año, como de la Administración central, así como los que corresponden a los
se hace efectiva la integralidad y veracidad del presupuesto (art. 15, organismos descentralizados. La ley añade que la regla general es la
ley 24.156). de no afectar recurso alguno al pago de determinados gastos, con las
En una visión de conjunto, observamos que el sistema introduci­ excepciones que expresamente se mencionan en el arto 23.
do por la ley 24.156, en cuanto al presupuesto, se inserta dentro de un También hemos aclarado precedentemente que las disposiciones
sistema de administración y control del sector público nacional que sobre recursos no caducan al finalizar el ejercicio y mantienen vigen­
intenta ser completo y global, y se aplica a todo ese sector, integrado cia durante el término que establecen las leyes que los crearon, salvo
por la Administración pública nacional (Administración central y or­ que con anterioridad sean derogadas. En pocas palabras, ni su comien­
ganismos descentralizados) y por las empresas y sociedades del Estado, zo de vigencia ni su expiración dependen de la ley de presupuesto, que
sociedades anónimas con participación estatal mayoritaria, sociedades se limita a tomarlos como un dato de hecho para realizar los cálculos
de economía mixta y todas las organizaciones empresariales donde el de fmanCÍaCÍón de gastos. Pero la ley presupuestaria no puede crear,
Estado tenga participación mayoritaria en el capital o en la formación modificar o suprimir tributos u otros ingresos (art. 20, ley 24.156).
de las decisiones societarias.
Creemos que, no obstante las abundantes críticas que han sido 7.2. Gastos.
vertidas contra el nuevo régimen, sus bondades y su espíritu innova­
dor son superiores a sus defectos. . Luego de establecer la regla de la universalidad, que ya vimos
A pesar de ello, coincidimos con Navarrine y Asorey (actualizadores (cap. XIV, punto 12), el art. 12 de la ley establece que el presupuesto de
de Derecho financiero, de Giuliani Fonrouge) en cuanto al peligro de gastos debe mostrar el resultado económico y fmanciero de las transac­
ciertas delegaciones, que si son mal usadas pueden significar una utiliza­ ciones programadas para el período, en sus cuentas corrientes y de
ción abusiva por el Ejecutivo y el quiebre del principio del equilibrio. capital, así como la producción de bienes y servicios que generarán las
Así, no obstante intentar la ley un refuerzo del principio de lega­ acciones previstas. Esto significó. que se prevén dos secciones: una de
lidad, respetándolo, realiza. algunas concesiones importantes. Por ejem­ cuentas corrientes (lo que en el régimen anterior se denominaba
plo, en cuanto a la reconducción del presupuesto, en el arto 27, inc. 2, "presupuesto de gastos"), equivalente a lo que en doctrina y en
punto c, existe una discrecionalidad muy grande, por la cual se deja otras legislaciones se denomina presupuesto operativo o de funciona­
librada al Poder Ejecutivo la inclusión de los créditos presupuestarios miento, y otra de cuentas de capital (denominada presupuesto de
"indispensables" para asegurar la "continuidad y eficacia" de los servi­ invEu:siones patrimoniales en el anterior régimen de contabilidad), que
cios (conf. autores y ob. cits. en su 6~ ed., t. 1, p. 227). corresponde al presupuesto de capital.·
En el régimen anterior, el primero (operativo) agrupaba las
erogaciones necesarias para el "normal desenvolvimiento de los servi­
7. CONTENIDO DEL PRFJ;UPUESTo FINANCIERO NACIONAL. cios", incluyendo las de conservación de los bienes patrimoniales y el
servicio de la deuda pública, que debían ser atendidos con recursos
El presupuesto, en cuanto a su índole y esencia cuantitativa, provenientes de rentas generales y sin afectación especial. El presu­
exige la confrontación de cifras, y ello lleva a sus dos grandes catego­ puesto de inversiones patrimoniales (de capital) correspondía a la ad­
rías de rubros integrantes: los recursos y los gastos. quisición de bienes de uso o de producción ya la ejecución del plan de
obras y trabajos públicos, con exclusión de los gastos generales o en
424 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 425

personal para su realización o conservación, y debían ser atendidos con "Para los casos en que las modificaciones se aprueben a nivel de
los recursos que especificaba el decreto-ley 23.354/56 en el párrafo final las propias jurisdicciones y entidades el decreto que establezca la dis­
del mencionado arto 3, a saber: "Uso del crédito, contribuciones espe­ tnbución administrativa deberá fijar los plazos y las formas para la
ciales, donaciones, legados, fondos creados al efecto, venta de bienes comunicación, a la Oficina Nacional de Presupuesto, de los ajustes
patrimoniales y la parte de rentas generales que se destine a tal fin". operados".
El actual sistema legal proporciona pautas indicativas de que Destaquemos, por último, que, mediante una disposición que,
esta distinción sigue siendo mantenida. Así, el art. 56 de la ley 24.156, bien usada, resulta indispensable, el PEN puede disponer autorizacio­
tras defmir qué se entiende por crédito público, establece que dicho nes para gastos no incluídos en el presupuesto, para atender el socorro
medio de fmanciamiento se utilizará par8. los fines que expresa y inmediato por parte del gobierno en casos de epidemias, inundaciones,
taxativamente se detallan, y en su último párrafo establece la prohibi­ terremotos u otros casos de fuerza mayor.
ción de realizar operaciones de crédito público para financiar gastos Pero, también aquí, la ley toma sus recaudos al establecer que
operativos. "estas autorizaciones deberán ser comunicadas al Congrilso nacional
A su vez, el art. 19 de la ley 24.156 establece que en la ley de pre­ en el mismo acto que las disponga, acompañando los elementos de jui­
supuesto general debe aparecer reflejado tanto el presupuesto de gas­ cio que permitan apreciar la imposibilidad de atender las situaciones
tos y recursos de la Administración central como el presupuesto de gastos que las motivaron dentro de las previsiones ordinarias o con saldos
y recursos de los organismos descentralizados. disponibles en rubros presupuestarios imputables. Las autorizaciones
Como explicamos en líneas precedentes, la anterior ley de conta­ así dispuestas se incorpararán al presupuesto general"
bilidad establecía, para los gastos comprometidos pero no realizados,
un "crédito global de emergencia" (art. 5, decreto-ley 23.354/56), con la
limitación de que este crédito no se aplicaba a gastos en personal ni a 8. EJECUCIÓN DEL PROYECTO.
la ejecución anual de obras y servicios públicos.
El nuevo sistema, según la ley 24.156, no contiene una regula­ Habiendo examinado la etapa de la preparación, así como la de
ción semejante. aprobación y promulgación, toca ahora referirnos a la aplicación
Conforme expresa el arto 37 de la ley últimamente mencionada, concreta de lo decidido en la ley de presupuesto y los controles perti­
"la reglamentación establecerá los alcances y mecanismos para efec­ nentes destinados a establecer si dicha aplicación se ajustó a la norma­
tuar las modificaciones a la ley de presupuesto general que resultan tiva sancionada.
necesarias durante su ejecución. Quedarán reservados al Congreso La ejecución del presupuesto, en sentido amplio, consiste en
nacional las decisiones que afecten al monto total del presupuesto y al un conjunto de operacioJlel!! o actos reglamentaJu/!$, (in", t:­
monto del endeudamiento previsto, así como los cambios que impli­ nen como OOjl:iLO recaudar los distintos recursos públicos y
quen incrementar los gastos comentes en detrimento de los gastos de realizar las erogaciones o inversiones previstas en aquél.
capital o de las aplicaciones financieras, y los que impliquen un cam­ Conforme a este concepto, la ejecución del presupuesto, básica­
bio en la distribución de las finalidades". mente, comprendería dos tipos de operaciones distintas: por una parte,
A su vez, la reglamentación mediante decreto 2666/92 completa las relacionadas con la recaudación de los recursos públicos y, por la
la disposición preceptuando: "Al decretarse la distribución administra­ otra, las vinculadas a la realización de los gastos públicos. En la prác­
tiva del presupuesto de gastos, el Poder Ejecutivo nacional, establecerá tica fmanciera, sin embargo, la ejecución del presupuesto no siempre
los alcances y mecanismos para llevar a cabo las modificaciones al comprende aquellas dos operaciones, sino tan sólo las vinculadas con
Presupuesto General, dentro de los límites que la ley señala. los gastos. Ello es así porque, en algunos casos, la ley anual de presu­
"Las solicitudes de modificaciones al Presupu~~to General de la puesto no contiene normas tributarias, ni autoriza su recaudación sólo
Administración nacional deberán ser presentadas ante la Oficina Na­ durante el pertinente año financiero.
cional de Presupuesto, mediante la remisión del proyecto de acto admi­ En consecuencia, para esos últimos casos y en sentido estrictlo, la
nistrativo que corresponda, acompañado de la respectiva justificación ejecución de la ley de presupuesto sólo estriba en una serie de actos
y de acuerdo a las normas e instrucciones que dicha Oficina Nacional estatuídos para la realización de los gastos públicos por ella autori­
establezca zados. I
J

426 HÉCTOR B. VILLEGAS


... 427
MANuAL DE FINANZAS PúBLICAS
Este concepto es el aplicable a nuestro régimen legal. Por ello, ., . 'r1es la ma­
nuestra doctrina nacional identifica la ejecución del presupuesto con
las operaciones que hacen al procedimiento de realización de gastos
públicos y que analizaremos a continuación.
r
aquel y Jerarquiza a los agentes administrativos, al confetl estos
y?r re~p~;tsabilidad en la adecuada utilización d~ ~ondos residente
a su

dlSPOslclon, y PODe fin a la ficción de la responsablhdad de ~ estar en


de la N ación, que en la moderna organización estatal no pue ~tJllativa
los detalles de ejeCUción del presupuesto. No obstante, es~ n rsalidad
9. EJECUCIÓN EN MATERIA DE GASTOS.
no implica en modo alguno apartarse del principio de uJllve
(ley 24.156, arto 12).
Las etapas de la ejecución en esta materia, conforme al regimen
legal vigente (ley 24.156), son las siguientes:
- Distribución administrativa del presupuesto de gastos. 11. EL COMPRoMISo.
- Compromiso.
- Devengamiento. . de servicios
-Pago.
Una vez puestos los fondos a disposición de los Jefes cabO las
administrativos, éstos se hallan en condiciones de lIevar.:ar el gas­
ero~aciones previstas en el presupuesto, pero, antes de reah
10. DISTRIBUCIÓN ADMINISTRATIVA DELPREStlPUESTO DE GASTOS. to, este debe comprometerse. el gasto
El "comprOmiso" es el acto por el cual se afecta Es una
Según la ley 24.156, en su arto 30, una vez promulgada la ley de al crédito pertinente autorizado por el presupues to inIDo­
presupuesto general, el PEN deberá decretar la distribución adminis­ ~~dida
hzar d~ orden interno administrativo que produce. ~l efec~gra fin,:s
de
trativa de dicho instrumento. v: el Importe respectivo, a fin de que no pueda ~tihzarsellde Butoh ­
diversos de los previstos en el presupuesto. La doctnnahabl coJIlpro­
Esta operación consiste en "la presentación desagregada hasta el
último nivel previsto en los clasificadores y categorías de programa­
ción utilizadas, de los créditos y realizaciones contenidas en la ley de
ll1i~ción (Ingrosso) o de autoembargo (Bielsa), ya que, un8 ;;d
me~do el gasto, los fondos quedan imputados a él, ~n prob ;:rJlportan­
ón
para

presupuesto general. El dictado de este instrumento normativo impli­ e~ ejecutor de darles otro destino. El compromiso tiene gran Jos gastos
cará el ejercicio de la atribución constitucional del Poder Ejecutivo para Cla en los presupuestos de competencia ya que basta que l cual el
decretar el uso de las autorizaciones para gastar y el empleo de los estén en esta etapa para que sean imputados al ejerciciO en eBteriali­
recursos necesarios para su financiamiento". compromiso se produce Con prescindencia de la fecha de sU :tJl
Esta norma mantiene una refonna trascendeDte en la gestión zación.' tl'ene el
presupuestaria que ya había sido prevista en la anterior ley de contabi­ Conforme al régimen de la ley 24.156, el comproIIU'soestarlO. •
lidad (decreto-ley 23.354/56). significado de utilización definitiva del crédito presuptJ ~resa:
Ello es así porque, según el antiguo régimen de la ley 12.961, los . Aunque con otra terminolOgía, el arto 31 de la ley citadaeSUpues­
fondos quedaban a disposición del Poder Ejecutivo y sólo podían ser "Se considera gastado un crédito, y por lo tanto ejecutado el pr 1 de"~­
entregados a los acreedores del Estado o a los agentes de la administra­ to de dicho concepto, cuando queda afectado definitiv~~te Bprocedí­
ción mediante orden escritadel presidente dela Nación, refrendada g~rse un gasto. La reglamentación establecerá los cnteno~ 1 órgano
por el ministro respectivo (art. 32, ley 12.961),10 cual significaba un mlentospara la aplicación de este artículo y correspondera a 1tua y
largo trámite para cada caso particular. Con ei sistemaactualmente rector del sistema la regulación de los demás aspectos conCeP
les
vigente, en cambio, el Poder E;:iecutivo decreta la distribución adminis­ operativos que garanticen su plena vigencia". . da por el

trativa del presupuesto de gastos en una sola oportunidad, a partir de La reglamentación de la ley recién mencionada, reabza el coJIl­
la cual los créditos o fondos pasan a disponibilidad de las jurisdiccio­ decreto 2666/92, ordena que, en materia de ejecución de gastoS,
nes y demás entidades, simplificándose el mecanismo de pago a los promiso significa diversas circunstancias, a saber: ré lugar,
terceros. a) el origen de una relación jurídica con terceros, que daelar una
El nuevo régimen importa una utilización del concepto depresu. en el futuro, a una eventual salida de fondos, sea para cane
puesto funcional, que descentraliza las funciones de realización de deuda o para su inversión en un objeto detenninado;
)

428 HÉCTOR B. VILLEGAS

b) la aprobación, por parte de un funcionario competente, de la


1
I
I
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 429

aplicación de recursos por un concepto e importe determinados y de cíal en cuanto a requisitos formales al preceptuar que, "como mínimo
la tramitación administrativa cumplida; deberán registrarse la liquidación o el momento en que se devenguen
e) la afectación preventiva del crédito presupuestario que corres­ los recursos y su recaudación efectiva y, en materia de presupuesto de
ponda, ~ razón de un concepto y rebajando su importe del saldo dispo­ gastos, además del momento devengado, según lo establece el artículo
nible; precedente, las etapas de compromiso y del pago. El registro del com­
el) la identificación de la persona ñsica o jurídica con la cual se promiso se utilizará como mecanismo para afectar preventivamente la
establece la relación que da origen al compromiso, así como la especie y disponibilidad de los créditos presupuestarios, y el del pago, para refle­
cantidad de los bienes o servicios a recibir o, en su caso, el carácter de jar la cancelación de las obligaciones asumidas".
los gastos sin contraprestación.. En una cláusula de ordenamiento indispensable, la ley prohíbe
También aporta el decreto 2666/92 las notas características de lo adquirir compromisos para los cuales no hay saldos de créditos dispo­
que la ley 24.156, en su arto 31, considera un gasto devengado, y dice nibles, así como también disponer de los créd~tos para una finalidad
que el concepto implica: distinta de la prevista (art. 33).
a) una modificación cualitativa y cuantitativa en la composición A su vez, la ley 24.156 prescribe que los órganos de los tres pode­
del patrimonio de la respectiva jurisdicción o entidad, originada por res del Estado determinarán, para cada uno de ellos, los límites cuan­
transacciones con incidencia económica o financiera; titativos y cualitativos mediante los cuales podrán contraer compromi­
b) el surgimiento de una obligación de pago por la recep­ sos por sí, o por la competencia específica que asignep, al efecto, a los
ción de conformidad de bienes o servicios oportunamente contratados o funcionarios de sus dependencias. La competencia así asignada será
por haberse cumplido con los requisitos administrativos dispuestos para indelegable.
los casos de gastos sin contraprestación; Este último dispositivo es complementado por la reglamentación
e) la liquidación del gasto y la simultánea emisión de la respecti­ que efectuó el decreto 2666/92, la cual establece los montos y las jerar­
va orden de pago dentro de los tres días hábiles del cumplimiento de lo quías de los funcionarios que podrán realizar los gastos.
previsto en el numeral anterior;
el) la afectación definitiva de los créditos presupuestarios corres­
12. EL DEVENGAMIENTO.
pondientes.
Establece también el decreto 2666/92 que, para evitar costos
operativos innecesarios y mejorar la eficiencia en el uso de los recur­ Conforme vimos al tratar el compromiso, el art. 31 de la ley esta­
sos, la Secretaría de Hacienda debe dictar normas técnicas para blece el concepto de gasto devengado, concepto éste que ha sido com­
que las jurisdicciones y entidades tengan reservas internas destinadas pletado por el decreto 2666/92, según el cual un gasto devengado impli­
a hacer frente al período que demore la tramitación previa a la ca, entre otras cosas, la liquidación delgast.o y la simultánea emu>iÓtl
fortnalización de los compromisos. de la respectiva ol'd.,.,! .:,;:; vago, la cual debe efectivizarse dentro de los
Se dispone, asimismo, por el reglamento que la Secretaría de tres días hábíies del cumplimiento de la recepción de conformidad de
Hacienda deimirá, para cada inciso, partida principal y partida par­ los bienes o servicios oportunamente contratados, o de los requisitos
. cial, los criterios para el registro de las difer~tes etapas de ejecución administrativos dispuestos para los gastos sin contraprestación. Asi­
del gasto y la descripción de la documentación básica que deberá res­ mismo, implica la afectación definitiva de los créditos presupuestarios
paldar cada un&; de las operaciones de registro. correspondientes.
Con base en los criterios determinados en el presente artículo, la Se debe tener especialmente en cuenta que, según el arto 41 de la
Contaduría General de la Nación iJjará los procedimientos y elaborará ley 24.156, con posterioridad al 31 de diciembre de cada año no podrán
los manuales necesarios para que las jurisdicciones y entidades lleven ser asumidos compromisos ni devengados gastos con cargo al ejercicio
los registros de ejecución de recursos y gastos. que se cierra en esa fecha. El artículo siguiente establece que los gas­
Según se puede ver, la ley (art. 32) exige que las jurisdicciones y tos devengados y no pagados al31 de diciembre de cada año cancelarán
entidades lleven registros de ejecución presupuestaria en las con­ durante el ejercicio siguiente. con cargo a las disJ\onibilidades en caja y
diciones que indique la reglamentación. Pero la ley da el ~tapié iní­ bancos existentes a la fecha señalada; en cuanto a los gastos compro­
metidos y no devengados al 31 de diciembre, éstos se efectuarán auto­

~
430 .... HÉcTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 431

máticamente en el ejercicio siguiente, imputándolos a los créditos dis­ ~; controlador de la "regularidad jurídica" del libramiento, que compro­
ponibles para ese ejercicio. mete su responsabilidad (autor y ob. cits., t. 1, p. 274, 6! ed.).
En lo que hace a la liquidación propiamente dicha, corresponde La Tesorería General de la Nación es el órgano rector del
dejar en claro que la erogación, que fue calculada aproximadamente a sistema de tesotería instaurado por la ley 24.156 y regulado en el título
los efectos del compromiso, se hace concreta y fija mediante la liquida­ IV. Depende directamente del órgano coordinador de los distintos siste­
ción, es decir J se constituye en deuda "líquida". Por supuesto que en mas, que, por el arto 6 de la mencionada ley y el decreto 2666/92, es la
ciertos casos la liquidez ya existe en el momento del compromiso, pero Secretaría de Hacienda. La Tesorería General coordina el funciona­
en gran número de situaciones el importe exacto sólo puede ser deter­ miento de todas las unidades o servicios de tesorería que operan en el
minado con posterioridad a esa operación, una vez cumplidas las pres­ sector público nacional, dictando las normas y procedimientos condu­
taciones o realizados los servicios. centes para ello (art. 73, ley 24.156). En cada jurisdicción y entidad de
También hace al caso la disposición del arto 35 que delega en la la Administración nacional funciona una tesorería central, que reúne
reglamentación la competencia para ordenar pagos y efectuar desem­ la recaudación de las distintas cajas, recibe los fondos puestos a su
bolsos, así como las habilitaciones para pagar que no estén expresa­ disposiCión, y hace efectivos los pagos que ordene el respectivo servicio
mente establecidas en la ley 24.156. administrativo (art. 77, ley 24.156). Las embajadas, legaciones y con­
La reglamentación por decreto 2666/92 estableció al respecto (art. sulados son agentes naturales de la Tesorería General de la Nación en
9.1) que toda salida de fondos del Tesoro requiere ser formalizada me­ el exterior, actuando como agentes receptores de fondos y pagadores,
diante una orden de pago, la cual será emitida por el servicio adminis­ de acuerdo con las instrucciones que dicte la Tesorería General de la
trativo financiero competente, con la información que detalla dicho Nación (art. 79, ley cit.).
artículo. Es posible iniciar la tramitación administrativa de un gasto Por otra parte, el órgano central de los sistemas de administra­
con antelación a la iniciación del ejercicio al que será atribuído o impu­ ción financiera instituirá un sistema de caja única o de fondo unifica­
tado, siempre que el respectivo crédito esté previsto en el proyecto de do, según 10 estime pertinente, que le permita disponer de las existen­
ley de presupuesto, y sin que la aplicación de este procedimiento impli­ cias de caja de las jurisdicciones y entidades de la administración
que el inicio de relaciones jurídicas con terceros, ni salidas de fondos nacional, en el porcentaje que establezca el reglamento de la ley.
del Tesoro hasta tanto dicha ley presupuestaria resulte aprobada (art.
11 del reglamento por decreto 2666/92 al arto 35 de la ley 24.156).
Los hbramientos pueden ser de pago directo a terceros o de entre­ 14. EJECUCIÓN EN MATERIA DE RECUBSOB.
ga de fondos a los propios libradores, para que realicen el pago por
intermedio de los servicios administrativos. Caducan al año de su en­ La diversidad de recursos del Estado, y su distinto régimen de
trada en la Tesorería General, pero los acreedores afectados pueden percepción, hace que los procedimientos de ejecución en esta materia
reclamar la apertura de un nuevo crédito si sus derechos no se hubieren C{lrezcan de la uniformidad de procedimientos que rigen en relación
extinguido por prescripción. con los gastos, no siendo del caso estudiar en esta oportunidad el régi­
men jurídico de determinación y recaudación de los diversos ingresos
estatales. . .
13. EL PAGO.
Solamente nos referiremos al sistema de contabiJización de re­
Como ya hemos podido apreciar mediante el análisis de las eta­ cursos-que es uniforme en todo 10 que hace a la dinámica presupues­
pas anteriores, la ley no hace una separación tajante entre las etapás taria.
del devengamiento yel pago. De allí que el arto 35 de la ley 24.156, que . Hemos visto las importantes funciones de la Tesorería Gene­
ya vimos en su momento, y especialmente su reglamento por decreto ral de la Nación. A este organismo le toca la función de centralizar la
2666/92, establecen las características de la orden de pago y la compe­ recaudación de los recursos de la Administración central y distribuírlos
tencia para librarla. en las tesorerías jurisdiccionales para que éstas efectúen los pagos de
Como dice Giuliani Fonrouge, el pago no es únicamente laopera­ las obligaciones generadas (art 74, inc. e, de la ley 24.156). Los fondos
ción material de entrega del dinero, sino también unaoperaci6njurí­ que administren las jurisdicciones y entidades de la Administración
dica, ya que el Tesoro no es ejecutor ciego de la orden de pago, sino un pública nacional deberán ser depositados en cuentas del servicio han­

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r
MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 433
432 HÉcTOR B. VILLEGAS
vos que practican el control interno, Ysubsiste el control final ejercido
cario a la orden conjunta deljefe de servicio administrativo y del teso­
rero o funcionario que lo suplante o haga sus veces (art. 78, ley 24.156). por el Parlamento.
El régimen de control que rigió con anterioridad en nuestro país
Interviene también la ley para regular el sistema a regir en ma­ (decreto-ley 23.354/56) implicó modificaciones significativas respecto
teria de sumas incobrables, las que así podrán ser declaradas por el de sistemas anteriores, al crear el Tribunal de Cuentas de la Nación y
Poder Ejecutivo nacional o por los funcionarios que determine la regla­ al separar de manera tajante el control interno y el control exter­
mentación, agotados que fueran los medios para lograr su cobro. Se­
no de la actividad presupuestaria
gún dicha norma, la declaración de incobrabilidad no implica la extin­ Refiriéndose al sistema nacional (ya que en las provincias hay
ción de los derechos del Estado (sujetos a la regla de prescripción que distintos métodos, especialmente en aquellas que mantuvieron los tri­
corresponda), ni de la responsabilidad en que pudiera incurrir el fun­ bunales de cuentas), digamos que el régimen actual está regulado por
cionario o empleado recaudador o cobrador, si la situación le pudiera la ley 24.156, y lo que salta a primera vista es la supresión de dicho
ser imputable. Es decir, que el crédito del Estado puede ser eliminado organismo. Hubo un procedimiento muy desagradable que precipitó
de las cuentas presupuestarias, sin que ello afecte su permanencia esta medida. Si bien el Tribunal de Cuentas no tenía status constitu­
sustancial y su cobrabilidad con relación a los terceros deudores (art. cional, la intención al instituírlo fue crear un órgano con absoluta in­
40, ley 24.156). dependencia funcional respecto al Ejecutivo Y que teóricamente res­
pondía de sus actos ante el Congreso.
15. CoNTROL DEL PRESUPUESTO.
Esta construcción se vino abajo estrepitosamente cuando el PEN
(que era el órgano controlado) removió de sus cargos a los miembros
El control de la ejecución del presupuesto tiene principalmente
del Tribunal de Cuentas (que supuestamente era el organismo que
controlaba al primero). '
r
una finalidad técnico-legal, vinculada a la comprobación sistemática En lo sucesivo, las cosas no serán tan fáciles para el órgano obje­
de la regularidad de cumplimiento de los actos de gestión yel adecuado
to de control, porque la tarea de fiscalización externa del sector público
manejo de los fondos públicos. en sus aspectos patrimoniales, económicos, financieros y operativos
Dentro de dicha fmalidad están contemplados distintos rubros
será atribución legislativa ejercitada mediante la actuación y dictáme­
atinentes a la observación sobre el cumplimiento de las pautas estable­ nes de la Auditoría General de la Nación. Así lo dispone, entre
cidas en el tercer párrafo del inc. 2 del arto 75 de la Constitución nacio­
otras cosas, el arto 85 de la Constitución nacional, dando al organismo
nal, las cuales debieron haberse incluído en el programa general de
gobierno y plan de inversiones públicas, conforme 10 exigido por el arto controlador el sustento constitucional del cual carecía el fenecido Tri­
75, inc. 8, de la Constitución nacional También serán objeto de control bunal de Cuentas.
el costo y la eficiencia de los organismos oficiales y su adecuación al
programa general antes indicado.
16. CoNTROL IN'l'EB'No.
Existen dos sistemas principales de control en los diversos paí­
ses: el legislativo o tipo inglés, yeljurisdiccional o tipo francés, aun­ De tal manera, el sistema argentino actual para el orden nacio­
que estas expresiones no deben tomarse en términos absolutos, por nal, instituído por la ley 24.156, dispone un sistema de control inter­
cuanto ambos presentan características variadas. A éstos se agregaba no del PEN a cargo de un nuevo órgano denominado Sindicatura
un tercer sistema, practicado en la desaparecida Unión Soviética, en General de la Nación (art. 96). Este organismo consiste en una enti­
la cual existía un control de tipo partidario practicado por el Partido dad con personería jurídica propia y autarquía administrativa y finan­
Comunista ciera, dependiente del presidente de la Nación (art. 97).
a) Sistema legislativo. En Inglaterra, el control del presupuesto Es materia de su competencia el control interno de las jurisdic­
es realizado directamente por el Parlamento, pero ello es sólo en prin­ ciones que componen el Poder Ejecutivo nacional y los organismos des­
cipio, ya que la complejidad de tareas obliga en la práctica a delegar la centralizados Y empresas y sociedades del Estado que dependan de él,
función en otros organismos. sus métodos y procedimientos de trabajo, normas orientativas y' es­
b) Sistema jurisdiccional. El sistema francés se basa en una tructura orgánica (art. 98, ley cit.). De tal mallera, el sistema de con­
"Corte de Cuentas", tribunal independiente del Poder Ejecutivo, con trol interno queda conformado por la Sindicatura General de la Na­
funciones jurisdiccionales. Además existen organismos administrati­
..

434 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚB!ICAS 435


ción, órgano nonnati~o, de supervisión y coordinación, y por las unida­ sanciones disciplinarias con arreglo al régimen legal vigente y al esta­
des de auditoría interna que serán creadas en cada jurisdicción y en tuto que, en consecuencia, se dicte;
las entidades que dependan del Poder Ejecutivo nacional. Estas uni­ - efectuar contrataciones de personal para la realización de tra­
dades dependerán, jerárquicamente, de la autoridad superior de cada bajos específicos, estacionales o extraordinarios que no puedan ser rea­
organismo y actuarán coordinadas técnicamente por la Sindicatura lizados por su planta pennanente, fljando las condiciones de trabajo y
General. su retribución;
A su vez, la ley se encarga de definir los puntos sobre los que - elevar anualmente a la consideración de la Presidencia de la
versa la tarea de auditoría interna, explicando que consiste en un exa­ Nación el plan de acción y presupuesto de gastos para su posterior
men posterior de las actividades financieras y administrativas de las incorporación al proyecto de ley de presupuesto general;
entidades a las cuales hace referencia esta ley, realizada por los audito­ - administrar su presupuesto, resolviendo y aprobando los gas­
res integrantes de las unidades de auditoría interna. Las funciones y tos del organismo, pudiendo redistribuír los créditos, sin alterar el monto
actividades de los auditores internos deberán mantenerse desligadas total asignado;
de las operaciones sujetas a su examen. -licitar, adjudicar y contratar suministros y servicios profesio­
En cuanto a las funciones que, en general, competen a la Sin­ nales; adquirir, vender, permutar, trasferir y locar bienes muebles e
dicatura General de la Nación, están debidamente detalladas en el inmuebles para el uso de sus oficinas y disponer de ellos conforme las
arto 104 de la ley 24.156. necesidades del servicio, pudiendo aceptar donaciones con o sin cargo;
Este ente está a cargo de un funcionario denominado síndico - infonnar a la Auditoría General de la N ación de actos o conduc­
general de la Nación, que debe ser designado por el PEN y que de­ tas que impliquen irregularidades, de las que tuviere conocimiento en
pende directamente del presidente de la Nación, con rango de secreta­ el ejercicio de sus funciones.
rio de la Presidencia de la Nación (art. 108). Por último, digamos que la Sindicatura General de la Nación
Entre sus funciones, las más importantes son las de informar: convendrá, con las jurisdicciones y entidades que en virtud de lo dis­
a) al presidente de la Nación, sobre la gestión financiera y puesto en esta ley queden alcanzadas por su ámbito de competencia, la
operativa de los organismos comprendidos dentro del ámbito de su com­ oportunidad y modalidades de la puesta en práctica del sistema instituído
petencia; en esta ley (art. 115, ley 24.156).
b) a la Auditoría General de la Nación, sobre la gestión cumplida
por los entes bajo fiscalización de la sindicatura, sin pe1juicio de aten­
17. CoNTBOLEXTERNO.
der consultas y requerimientos específicos formulados por el órgano
externo de control;
De acuerdo con el sistema legal anterior, confonnado por la lla­
e) a la opinión pública, en forma periódica.
mada "Ley de Contabilidad" (decreto-ley 23.354/56), se dio vida al Tri­
Tales tareas fundamentales le son impuestas por el arto 107 de la
bunal de Cuentas de la Nación, que continúa vigente en varias provin­
ley 24.156. cias, incluso con status constitucional. La función básica de este
Entre las atribuciones y responsabilidades del síndico general de organismo consistía en analizar los actos administrativos de carácter
la Nación, están algunas de suma trascendencia que describe el arto financiero, observándolos dentro de Jos sesenta días de su conocimien­
112 de la ley recién citada, y entre ellas destacamos: to cuando contrariaban o violaban disposiciones legales o reglamenta­
- representar legalmente a. la Sindicatura General de lá Nación, rias. En caso defolmularse observación, se comunicaba al organismo
personalmente o por delegación o mandato; de origen y se suspendía el cumplimiento de] acto objetado. Sin embar­
- organizar y reglamentar el funcionamiento interno de la Sin­ go, el presidente de la Nación podía insistir en el acto, bajo su exclusi­
dicatura General en sus aspectos estructurales, funcionales y de ad­ va responsabilidad, en cuyo caso el acto impugnado se ttiecutaba, y el
ministración de personal, incluyendo el dictado y modificación de la Tribunal de Cuentas (en épocas de normalidad constitucional) debía
estructura orgánico-funcional y el estatuto del personal; comunicar inmediatamente al Congreso su observación y la insisten­
- designar personal con destino a la planta pennanente cuidando cia del Ejecutivo, acompañando copia de los antecedentes del caso.
que exista una equilibrada composición interdisciplinaria, así como Se puede advertir que el control que ejercía el Tribunal de Cuen­
promover, aceptar renuncias, disponer cesantías, exoneraciones y otras tas versaba sobre la legalidad de los actos, desde el punto de vista tanto
436 HÉCTOR B. VILLEGAS MANuAL DE FINANZAS PÚBLICAS 437

formal como sustancial. El citado organismo, sin embargo, debía limi­ en los dictámenes de la Auditoría General de la Nación", y que ella
tarse a examinar si los actos eran acordes con las disposiciones legales tendrá a cargo "el control de legalidad, gestión y auditoría de toda la
o reglamentarias vigentes, sin poder entrar en el análisis de la política actividad de la Administración pública centralizada y descentralizada,
financiera del gobierno. cualquiera que fuera su modalidad de organización, y demás funciones
También estaba a cargo del Tribunal de Cuentas un control que la ley le otorgue", y asimismo tendrá intervención en forma nece­
jurisdiccional que llevaba a cabo mediante dos acciones denomina­ saria "en el trámite de aprobación o rechazo de las cuentas de percep­
dasjuicio de cuentas y juicio de responsabilidad. ción e inversión de los fondos públicos".
El actual régimen de control externo de la AdministraciÓn públi­ El art. 117 de la ley 24.156 establece, entre otras funciones, que
ca fue sustancialmente modificado al suprimirse el Tribunal de Cuen­ el organismo creado tendrá que dictaminar sobre los estados contables
tas y crearse por ley 24.156 la Auditoría General de la Nación, financieros de las empresas y"Sociedades del Estado, los entes regula­
órgano éste que adquirió entidad constitucional mediante la reforma dores de servicios públicos, los entes privados adjudicatarios deproca­
constitucional de 1994. sos de privatización (en cuanto a las obligaciones provenientes de los
La Auditoría General de la Nación fue creada como ente de respectivos contratos) y la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Ai­
control externo del sector público nacional, dependiente del Con­ res. No obstante, entendemos que esta última facultad há cesado ante
greso nacional. Este organismo es una entidad con personería jurídica el art. 129 de la Constitución nacional, que crea para la ciudad mencio­
propia, independencia funcional e independencia rmanciera. nada un gobierno autónomo, que, como tal, debe legislar sobre sus
Su carácter parlamentario se refuerza porque su estructura oro sistemas de control interno y externo.
gánica, sus normas básicas internas, la distribución de funciones y Desaparecido el Tribunal de Cuentas, que juzgaba las cuestiones
sus reglas básicas de funcionamiento serán establecidas por resolu­ atinentes a la responsabilidad, el punto está tratado ahora, en forma

ciones conjuntas de las comisiones parlamentarias Mixta Revisora de muy sucinta, por los arts. 130 y 131 de la ley 24.156.
Cuentas y de Presupuesto y Hacienda de ambas Cámaras del Congre­ El art. 130 señala que toda persona física que se desempeñe en
so de la Nación, por vez primera. las jurisdicciones o entidades sujetas a la competencia de la Auditoría
General de la N ación debe responder por los daños económicos que por
Las modificaciones posteriores serán propuestas por la Auditoría
su dolo, culpa o negligencia ocasione en el ejercicio de sus funciones a
a las referidas comisiones y aprobadas por éstas. Su patrimonio esta­ los entes mencionados, siempre que no se encuentre comprendida en
rá compuesto por todos los bienes que le asigne el Estado nacional, los regímenes especiales de responsabilidad patrimonial. El arto 131
por aquellos que hayan pertenecido o correspondido por todo concep­ establece que la acción para hacer efectiva esta responsabilidad pres­
to al Tribunal de Cuentas de la Nación y por aquellos que le sean cribe en los plazos fijados por el Código Civil, contados desde el momen­
trasferidos por cualquier causa jurídica (art. 116, ley 24.156). to de la comisión del hecho generador del daño o, producido éste, si es
Es visible la diferencia entre el anterior sistema, que seguía el posterior, cualquiera sea el régimen de responsabilidad patrimonial
estilo francés, que era de tipo jurisdiccional, y el actual régimen de aplicable a estas personas.
control externo de tipo legislativo, al igual que en Inglaterra, aunque
con las notorias diferencias que imponen los disímiles sistemas de go­
bierno. 18. CoNTROL PARLAMENTARIo.
Este carácter legislativo del ente, ya contemplado por los arts.
116 y ss. de la ley 24.156, fue convalidado por la Constitución nacional, El arto 75, mc. 8, de la Constitución nacional otorga al Congreso
la cual, al respecto, dice en el arto 85 que el control externo del sector de la Nación la enorme facultad, no siempre bien ejercida en nuestro
público nacional, "en sus aspectos patrimoniales, económicos, finan­ país, de "aprobar o desechar la cuenta de inversión".
cieros y operativos, será una atribución propia del Poder Legislativo". Este dispositivo se conecta íntimamente con el art. 85 de la carta
El texto constitucional anterior a la reforma no establecía expresa­ magna, que ya vimos que establece que el control externo del sector
mente tal atribución, pero ésta surgía, implícitamente, como deriva­ público nacional en sus aspectos patrimoniales, económicos, financie­
ción de la cuenta de inversión. La norma constitucional establece aho­ ros y operativos será atribución propia del Congreso, debiendo su exa­
ra que "el examen y la opinión del Poder Legislativo sobre el desempeño men y opinión estar sustentados en los dictáp1enes de la Auditoría
y situación general de la Administración pública estarán sustentados General de la Nación. Si bien nada dice en cuanto al momento de exa­

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438 HÉCTOR B. VILLEGAS MANUAL DE FINANZAS PÚBLICAS 439
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men, del último párr@Ío del arto 85 de la Constitución ke desprende que Con estos elementos e incluso comentarios valorativos, el Con­
el control es amplio, abarcando el aspecto posterior de la gestión, o greso Nacional contará con los elementos suficientes para ejercer la
concomitante con ella, en cuanto a observar e informar al Congreso función de "aprobar o desechar la cuenta de inversi6n".
en los actos de larga duración en el tiempo, sin tener que esperar al Es de esperar que en el futuro se lleve a cabo esta obligación
cierre del ejercicio o al examen de las cuentas públicas. parlamentaria con el máximo de estrictez. Pero no basta con que se
Los actualizadores de Giuliani Fonrouge sostienen que esta in­ cumpla el mandato constitucional y se examine hasta el último detalle
terpretación a favor del control preventivo del órgano constitucional "la cuenta de inversión".
legislativo está conteste con las opiniones de los constituyentes en el Es necesario también que el Congreso otorgue amplia y
debate de la Convención Constituyente sobre la Auditoría General de la didáctica publicidad a su análisis para que la población en su
Nación (autor y ob. cits., t. 1, pS. 304 y 305, 61 edJ. conjunto se entere de cómo se obtuvieron y gastaron los dine­
ros públicos en el período fenecido.
Ese conocimiento de si se cumplió o no lo que se prometió, al
19. EL EXAMEN DE LA CUENTA DE INVERSIÓN SEGÚN LA LEY 24.156. menos en un año, será el argumento principal para que los gobernan­
tes, presentes o futuros, pertenecientes a las diversas alineaciones po­
El órgano encargado de confeccionar la cuenta de inversión para líticas, soliciten el apoyo de la comunidad o, por el contrario, no se
que la exalnine el Congreso es la Contaduría General de la N ación (art. atrevan ni siquiera a mirar a los ojos a aquellos que les creyeron y les
91, inc. h, ley 24.156). otorgaron la confianza expresada en el voto, máxima expresión del po­
El arto 92 regula que dentro de los cuatro meses de concluído el der de los ciudadanos de un país democrático.
ejercicio financiero (hasta el 30 de abril) las entidades del sector públi­
co nacional, excluída la Administración central, deberán entregar a la
Contaduría General los estados contables financieros de su gestión
anterior. Paralelamente, el arto 43 regula que al cierre de las cuentas
del ejercicio los organismos responsables de la liquidación y captación
de r~rsos, como asimismo de gastos y pagos, deberán reunir la infor­
mHción, que, junto con el análisis de la correspondencia entre los gas­
tos y la producción de bienes y servicios que preparará la Oficina Na­
cional de Presupuesto, se centralizará en la Contaduría General de la
Nación a los fmes de la elaboración de la cuenta de inversión del ejer­
dcio.
El arto 95 establece que la cuenta de inversión deberá presentar­
se anualmente al Congreso Nacional antes del 30 de junio, conteniendo
como mínimo: a) los estados de ejecución del presupuesto de la Admi­
nistración nacional, a la fecha de cierre del ejercicio; b) los estados que
muestren los movimientos y situación del Tesoro de la Administración
central; e) el estado actualizado de la deuda pública interna, externa
'­ d.irecta e indirecta; d) los estados contable-financieros de la Adminis­
tración central; un informe que presente la gestión financiera consoli­
dada del sector público durante el ejercicio y muestre los respectivos
resultados operativos, económicos y financieros. En su último párrafo,
el arto 95 menciona que la cuenta de inversión contendrá comentarios
sobre: a) el grado de cumplimiento de los objetivos y metas previstos en
el presupuesto; b) el comportamiento de los costos y de los indicadores
de eficiencia de la producción pública, y c) la gestión financiera del
sector público nacional.

\_-._­
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