Professional Documents
Culture Documents
Pasado el acontecimiento, los fieles empezaron a buscar por entre las ruinas los restos
mutilados del crucifijo... Todo encontraron menos las manos.
El artista que iba a repara la imagen dijo que él le haría unas manos nuevas. El pueblo
no lo admitió: todos querían las manos “auténticas del Crucificado”.
Por fin se les ocurrió poner al pie de la imagen del Cristo sin manos, una leyenda que
decía: “Ustedes son mis manos”.