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El comienzo de esta poco pretenciosa sintesis no podría ser otro sino haciendo
referencia a la Fantasía, esa doncella, “despreciativa y burlona”, sin la cual sería imposible
dar a luz a una obra escrita, bien sea para ser dicha, leída o, en el mejor de los casos,
representada. Ese proceso creativo contiene, según Pirandello, el fenómeno inexplicable de
la inspiración, de la musa, de ese ente fantástico de etérea presencia que aparece a cualquier
hora y en cualquier lugar, como aquello que Sanchis Sinisterra llama imagen
desencadenante. Sin esa relación del autor con su fantasía no es posible el milagro de la
creación artística, se trata entonces de una copula misteriosa, entre el artista creador y su
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Ponencia realizada en mayo de 2019, en desarrollo de la Cátedra Teoría I, dirigida por el Docente Juan
Sebastián Cruz Camacho, como parte de la Maestría en Escrituras Creativas de la Facultad de Artes de la
Universidad Nacional de Colombia, a partir de la obra “Seis personajes en busca de autor” de Luigi Pirandello.
fantasía, destinada a convertir, de cierta manera, a los personajes en criaturas vivas e
independientes.
Esta separación del autor con sus personajes es la fuente de su creación literaria;
dando como resultado un drama, mezcla de tragedia, comedia, fantasía y realidad, que pone
de presente a seis personajes que quieren a toda costa encontrar la manera de ser
representados y en este intento buscan a un autor que les permita adquirir un nuevo nivel de
realidad: el de la fantasía, realidad que encuentran en sí mismos y en la pugna que hay entre
ellos una vez presentes en el escenario, único lugar donde cualquier personaje puede adquirir
forma.
Ahora bien, Pirandello señala que todo personaje necesita un drama, su propio drama,
gracias al cual él es personaje, siendo nada más y nada menos que su razón de ser; no
obstante, su drama individual es excedido por una función más compleja: la de hacer parte
de un drama mayor. De este modo, el nobel italiano, muestra a un padre que sufre y lucha
con todas sus fuerzas por encontrar alguien que dé consistencia y cohesión a su vida [de
personaje], al igual que la hijastra, ambos quieren ver expresada para siempre su esencia,
juntos la defienden de la frivolidad de los actores y del deseo del director de acomodarlos a
las llamadas exigencias teatrales. Por su parte, la madre, a quien no le interesa adquirir
conciencia de su vida, también busca, para sus propios fines, un autor que quizás le permita
representar una escena con su hijo (escena que no existe), respondiendo a su resignada
naturaleza de madre arrastra dos pequeñas criaturas que no poseen consistencia, a diferencia
del hijo, un espíritu vivo, pero reacio a todo.
Vista así, la gestación de un personaje imaginario, viene de una necesidad, que puede
acaecer, en cualquier momento, mientras que el drama requiere personajes que hagan o digan
cosas necesarias para su conformación; tal es el caso de Madame Pace, quien surge como por
arte de magia de entre los sombreros y los velos de los actores. Hay en esta creación una
ruptura del plano de la realidad porque un personaje como ella solo puede nacer de la fantasía
de un poeta, sin embargo, su aparición responde a una necesidad de transitar por los diferentes
niveles de realidad: la de los espectadores, la de los actores y la de los seis personajes. Con
ello, Pirandello desafía cualquier desarrollo lógico para su tiempo, al presentar la pieza,
aparentemente, de forma caótica, sin embargo, la misma es sustentada en “una necesidad
verdadera, en una misteriosa correspondencia orgánica con la vida de la obra”. (Pirandello.
Pág. 97).
En ese orden de ideas, la escritura debe contar con elementos estructurales y teóricos,
de lo contrario, no se podrá cumplir cabalmente la “actividad que consigue dar forma al
drama” (Pirandello. Pág. 92); por tanto, la técnica en la composición del drama exige exceder
la espiritualidad del autor, aun cuando sea posible que parte de esta se encuentre inmersa en
el carácter de sus personajes; no obstante, no todos podrán responder a este tipo de necesidad,
ya que en la concepción del drama algunos personajes deben ser espíritu y otros simple y
llana naturaleza, “poco más que un trozo de carne con sus funciones bien reguladas”
(Pirandello. Pág. 94).
Desde siempre me he sentido atraído por el efecto del tránsito de tiempos y espacios
en el teatro. Como por ejemplo el llamado teatro dentro del teatro, el manejo del flash back
y el flash forward o el juego de cruzar presentes diferentes para enfrentarlos con el pasado o
bien con un futuro supuesto. El legado de Pirandello en ese campo es innegable. Con sus seis
personajes abre un camino de exploración específicamente en lo que concierne al tráfico de
realidades creando mundos posibles, diferentes presentes y dimensiones que se entrecruzan.
En este trabajo se buscó llevar a cabo la experiencia de manera vivida, jugando con
varias realidades: La de esta ponencia, la de algunos diálogos de los personajes de Pirandello
que han sido leídos haciendo uso de máscaras de tela y la de espectadores obligados a
presenciar este despropósito y la de los autores del escrito, dos candidatos a autor en
búsqueda no de un personaje sino de muchas verdades.
Referencias
Pirandello, Luigi. 2014. Seis Personajes en busca de autor; Cada cual a su manera; Esta noche se
improvisa. Ed. Romano Luperini. Trad. Miguel Ángel Cuevas. México: Cátedra. Letras Universales.