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1. ADITIVOS ALIMENTARIOS: QUÉ SON Y PARA QUÉ SE UTILIZAN.

El Código Alimentario Español define los aditivos alimentarios como aquellas sustancias que pueden ser
añadidas de forma intencional a alimentos y bebidas, sin intención de cambiar su valor nutritivo, con la
finalidad de modificar sus características, técnicas de elaboración o conservación, o para mejorar su
adaptación al uso a que se destinan.
Por su parte, el Códex Alimentarius Mundi de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO)
y de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que aditivo alimentario es cualquier sustancia (con
valor nutritivo o sin él) que no se consume habitualmente como alimento ni se utiliza como ingrediente
característico de éste; se adiciona intencionalmente al alimento con una finalidad tecnológica en la
fabricación, preparación, tratamiento, envasado, transporte o conservación del alimento; y directa o
indirectamente provoca o puede provocar que dicha sustancia o sus derivados pasen a formar parte del
alimento o afecten a sus características. Se indica, de forma específica, que el término aditivo no incluye
los contaminantes ni las sustancias que se añaden a los alimentos para mantener o mejorar sus
propiedades nutritivas.
Generalmente, el principal objetivo de añadir este tipo de productos es la de favorecer su conservación
el máximo tiempo posible, o bien la de potenciar el sabor. Pero también tiene un sentido sanitario, ya que
la comida en mal estado puede sufrir alteraciones y criar bacterias, hongos y otras sustancias peligrosas
para la salud.
Si bien cuando hablamos de aditivos alimentarios generalmente pensamos en productos sintetizados, lo
cierto es que algunos de ellos se llevan empleando desde hace siglos para conservar alimentos, como
ocurre con la sal (en carnes como el tocino y los pescados secos), el azúcar (en las mermeladas) y el dióxido
de azufre (en el vino). Pero poco a poco se han ido generando nuevos con el propósito de aumentar el
tiempo que se preservan los alimentos, potenciar el aroma, el aspecto o el sabor o reducir el coste de los
procesos de fabricación.

2. EVALUACIÓN DE LOS ADITIVOS ALIMENTARIOS.


El uso generalizado que la industria alimentaria actualmente hace de los aditivos, obliga a establecer unos
mecanismos de control que regulen su correcta utilización.
La autorización de uso de un aditivo está sujeta a tres condiciones:
Se pueda demostrar una necesidad tecnológica suficiente y cuando el objetivo que se busca no
pueda alcanzarse por otros métodos económica y tecnológicamente utilizables.
No representen ningún peligro para la salud del consumidor en las dosis propuestas, en la medida
en que sea posible juzgar sobre los datos científicos de que se dispone.
No induzcan a error al consumidor.
Asimismo, ha de demostrarse su necesidad de tal modo que su uso suponga ventajas tecnológicas y
beneficios para el consumidor. Los motivos por los que deberá establecerse dicha necesidad son:

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