You are on page 1of 4

La Dictadura del Capital Financiero Mundial

Por Eduardo Piñate R.

En su artículo semanal, el diputado Piñate destaca los efectos que a lo largo


del siglo XXI ha generado la aplicación de políticas neoliberales por parte del
sistema capitalista mundial sobre las economías de los gobiernos del mundo,
cuyas consecuencias, por lo general, han dado lugar a la profundización de la
crisis social y económica, tal y como ocurre en la actualidad en Grecia. A
continuación texto completo del escrito

Lo que acaba de suceder en Grecia, la manera como la Troika europea


(conformada por el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y
la Comisión Europea), le acaba de torcer el brazo al gobierno de Alexis Tsipras
y a la coalición siryza en el gobierno, evidencia lo que muchos teóricos
marxistas han denunciado desde Carlos Marx (pasando por Engels, Lenin,
Rosa Luxemburgo, Fidel, el Che e Iztván Meszáros, entre otros y otras): que el
capital es una fuerza extra constitucional y extraparlamentaria por naturaleza.

Grecia es una de las naciones de Europa más castigadas por la crisis global y
estructural del sistema capitalista. Junto con Portugal, Irlanda, España y otras,
conforma el grupo de países europeos de menor desarrollo relativo y con las
economías más débiles y, por supuesto, con la menor capacidad de resistir los
embates de la crisis. De esta manera, su pertenencia a la llamada zona euro es
una condición de supervivencia y al mismo tiempo de subordinación a las
economías más fuertes de ese continente con Alemania, Francia y Gran
Bretaña a la cabeza, aliados principalísimos de los Estados Unidos en la lucha
por la hegemonía del capitalismo mundial.

La aplicación de las recetas neoliberales durante lo que va del siglo XXI, como
vía para superar la crisis del sistema capitalista han tenido en Europa
consecuencias similares a las que tuvo su aplicación en nuestro continente en
los años 80 y 90 del siglo pasado y que comenzamos a superar con la llegada
del Comandante Supremo Hugo Chávez al poder en Venezuela y los procesos
que se han desatado con posterioridad en nuestra América, con el ejemplo y el
empuje de la Revolución Bolivariana. Es decir, la aplicación del programa de
ajustes neoliberal en Europa –igual que aquí antes- incrementó la acumulación
de capital de la burguesía financiera internacional, de los grandes
conglomerados transnacionales, que elevaron sus ganancias al costo de
profundizar la crisis social de esos países con el aumento de la pobreza, el
desempleo, la reducción de la seguridad social, el descenso del salario real y
otras medidas que dieron al traste con el Estado de Bienestar que se instaló en
esos países después de la Segunda Guerra Mundial.
Sobre este tema el Partido Socialista de Venezuela (PSUV) ha sido muy claro.
En la Declaración de Principios del partido, aprobada en el Segundo Congreso
en el 2010, se lee:

“A comienzos del siglo XXI la humanidad ha ingresado de lleno en la


encrucijada más riesgosa de su historia. El capitalismo en la fase imperialista
ha tocado sus límites y se ha reafirmado, con sus políticas de desarrollo
neoliberales y su modelo de influencia mediática, como el principal enemigo de
la humanidad. Tras sucesivas postergaciones paliativas de una crisis
estructural que corroe los cimientos del sistema desde hace décadas, el
mecanismo socioeconómico dominante en el planeta está trabado y amenaza
con explotar.” (PSUV. Libro Rojo. “Declaración de Principios”. P. 8)

Más adelante dice el mismo documento:

“…El precio de la crisis capitalista en los países centrales es el aumento


vertiginoso de la miseria en los países de la periferia. Una concentración sin
precedentes de la riqueza en manos de unos pocos, redunda en la
degradación, el sufrimiento, el hambre y la muerte para la inmensa mayoría de
la humanidad, incluidos de manera creciente los pueblos de los países
imperialistas.” (PSUV. IDEM. P.9)

Y luego señala la Declaración de Principios:

“…Detrás de este proceso se desarrolla la tendencia que empuja a la


eliminación del estado-nación periférico y su soberanía y la preponderancia del
estado-nación hegemónico, con EEUU y sus organizaciones supranacionales
en plan de recolonizar el planeta bajo su dominio…dentro de un proceso de
reordenamiento en la lucha por la hegemonía mundial.” PSUV. IDEM. P. 14)

La correcta caracterización de la crisis capitalista, de sus manifestaciones y


consecuencias que hace el PSUV en el documento que citamos, nos permite
ubicarnos en lo que aconteció en Grecia y el carácter dictatorial del capital
financiero internacional y de los gobiernos de los países hegemónicos del
sistema que le sirven a este.

Dijimos al principio de este artículo que Grecia es uno de los países europeos
más afectados por la crisis del sistema capitalista y la aplicación de las
medidas neoliberales. Desde hace varios años el pueblo griego comenzó a
levantar la lucha contra los efectos de la crisis, particularmente su clase obrera
y el movimiento estudiantil desarrollaron huelgas y movilizaciones defendiendo
los derechos que estaban perdiendo con la aplicación del programa neoliberal.
Ese movimiento de protesta cristalizó en una coalición de partidos –Siryza- que
ganó las últimas elecciones levantando un programa antineoliberal de defensa
de las pensiones, del salario y en general, de los derechos sociales de los
Griegos.
Apenas tomó el mando del país, el gobierno de Siryza, encabezado por Alexis
Tsipras fue sometido a intensas presiones por parte de todo el capital
financiero transnacional con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central
Europeo, la Comisión Europea (la llamada Troika), los gobiernos de derecha de
la Unión Europea y todos los organismos financieros internacionales, a fin de
quebrar la voluntad del gobierno progresista griego y obligarlo a aplicar el
programa de ajustes.

Cercado como estaba, el gobierno de Tsipras recurrió a la democracia, en


memorable referendo consultivo, el 62% del pueblo griego le dijo NO al
programa de ajustes que quería imponer la Troika y respaldó a su gobierno y a
su presidente. Pero el capital financiero internacional y quienes le sirven, los
gobiernos imperialistas y de derecha y los organismos internacionales, no son
democráticos; al contrario, son profundamente antidemocráticos y se imponen
por la fuerza, sea la fuerza del capital, como acaba de pasar con Grecia, o la
fuerza de las armas como en Afganistan, Irak, Libia o Siria, para mencionar
sólo los casos más recientes.

Frente al chantaje de su salida de la “zona euro” y no recibir ningún auxilio


financiero, el presidente griego Alexis Tsipras, luego de duras y largas
negociaciones cedió a la Troika preservando apenas el nivel actual de las
pensiones y de los salarios de los trabajadores. Como dijo el presidente
Maduro, hay que ponerse en los zapatos del presidente griego antes de emitir
un juicio de valor sobre su actuación, pero no hay duda que se trata de una
derrota para el pueblo y los trabajadores de Grecia y Europa. Resistir esas
inmensas presiones necesitaba un pueblo con conciencia revolucionaria,
dispuesto a mayores sacrificios y un partido revolucionario de vanguardia;
ninguna de las dos existe en estos momentos en Grecia, lo cual no quiere decir
que no surjan en medio de este combate contra la dictadura del capital
financiero.

Es más, es una necesidad que se desarrolle esa conciencia y surja esa


vanguardia. Lo que acaba de pasar en Grecia evidencia que para los pueblos y
la clase obrera de Europa no queda otra opción que reencontrarse con su
historia heroica de combates, con su tradición de lucha proletaria, bolchevique,
contestataria, socialista, contextualizarla en el mundo del siglo XXI y
sistematizarla en un programa para poder vencer.

Caracas, 20 de julio de 2015

You might also like