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10 juegos y ejercicios para mejorar la concentración

de tus hijos
La falta de concentración durante el curso escolar es la principal causa de disminución del rendimiento de
los estudiantes. Horas vacías delante de un libro abierto pueden significar quedarse atascado en una
asignatura o incluso, en el peor de los casos, acabar con la motivación de los jóvenes. La capacidad de
atención es una habilidad que el niño va desarrollando a medida que crece. Aun así, esta cualidad se puede
entrenar y existen diversos métodos para conseguir que ésta sea lo más efectiva posible.

Según la Real Academia de la Lengua Española, la concentración es “la acción y efecto de centrar
intensamente la atención en algo”. Concentrarse consiste en controlar tu atención de tal forma que esta
quede enfocada en el punto que tú decides. Se trata de una capacidad muy útil, que cuando está entrenada
te permite trabajar o estudiar con más eficiencia, así como relajarte o disfrutar más plenamente de la
situación en la que la emplees.

Para centrarnos en el tema del entrenamiento, que apuntamos, recopilamos aquí una serie de juegos y
ejercicios útiles para desarrollar la capacidad de concentración. Son adaptables a todas las edades
(niños, adolescentes o adultos):

1. Seguir la aguja del reloj: como si de un juego se tratase, procura seguir las agujas del reloj el máximo
de tiempo posible. Es un ejercicio sencillo y que se puede practicar estés donde estés o hacer practicar
al niño/a.
2. Aislar sonidos: a primera vista parece fácil, pero no lo es. El primer paso hacia la concentración es
saber aislarse del murmullo constante que nos rodea. Si consigues vaciar tu mente y escuchar
únicamente el sonido que has escogido aislar, será más sencillo que cuando estudies solo oigas tus
pensamientos.
3. Sopas de letras: es el claro ejemplo de arrinconar el ruido y las distracciones para centrarse en un
objetivo, en este caso, las palabras. Esta lección se puede aplicar tanto al estudio como al trabajo.
4. Sudokus: son ejercicios de estimulación mental, como los crucigramas, que funcionan en el cerebro
como la actividad física en el cuerpo. Entre sus beneficios mentales, la estimulación de la lógica, la
memoria y el razonamiento, y el entrenamiento de la capacidad de concentración.
5. Copiar dibujos y dibujos con números: para dibujar se necesita estar presente y prestar atención. Hay
que estar en el mundo que te rodea y ser consciente de tu entorno interno y externo. Este proceso exige
un grado de concentración comparable al que necesitas cuando estudias. En el caso de los dibujos con
números, la dificultad se encuentra en seguir los números sin descontarse, mientras se tiene una visión
global y de conjunto del dibujo que se va creando poco a poco a medida que se unen los puntos.
6. Rompecabezas: jugar con a ordenar sus piezas, hacen que te fijes en ellas, las observes y analices
comparándolas con el resto para ver dónde encajan según su forma, color, dibujo. Además, si no tienes
delante el modelo que se tiene que construir, los puzzles ejercitan la memoria visual.
7. Memory o juegos de parejas: como bien su nombre indica, en estos juegos es imprescindible contar
con una buena memoria para poder obtener el máximo de parejas. Ganarás si consigues concentrarte en
las cartas que han levantado tus contrincantes y recordar que dibujo o palabra había debajo.
8. Buscar diferencias: esta actividad requiere de una atención especial a los pequeños detalles para poder
detectar las diferencias. Cuando te enfrentas a este tipo de pruebas, fijarte en toda la imagen no te
ayudará, debes despiezarla y dividirla en sectores más pequeños.
9. Juegos de mesa: La mayoría de juegos de mesa exigen planificar una estrategia y saber improvisar
según los pasos que dan tus contrincantes. Por tanto, es importante mantener la mente alerta: ajedrez,
naipe, etc.
10. Juegos de construcción: tienen un gran valor educativo ya que favorecen el desarrollo motriz y trabajan
y mejoran la coordinación ojo-mano. Además, aumentan la inteligencia, la creatividad y la
concentración del niño.
Seguro que hay más juegos y trucos para practicar y ejercitar la capacidad de atención, inténtelo crear Ud.
11 Ejercicios para entrenar la concentración
Consideraciones previas
1) A la hora de practicar cualquier ejercicio, intenta estar lo más relajado posible. Aunque, si estás
un poco tenso, estos ejercicios también pueden servir para relajarte.
2) Hay ejercicios más difíciles que otros y de distintos tipos. Elige los que gustes en función de tus
circunstancias. En realidad, la ejecución de todos ellos es muy simple. La dificultad estriba,
precisamente, en que con unos te puede ser más difícil controlar la atención que con otros.
3) No vale hacer estos ejercicios una vez solamente. Se recomienda elegir uno o dos y practicarlos
unos minutos cada día hasta ir mejorando.
4) Si durante un ejercicio te sorprendes a ti mismo pensando en otra cosa, redirige tu atención al
mismo. No pasa nada. Sigue adelante. Esto es un entrenamiento y, por eso, no se trata de hacerlo
bien a la primera, sino de ir mejorando poco a poco.
5) Comienza realizándolos por un lapso de tiempo corto (dos minutos, por ejemplo) y lo vas
ampliando conforme vayan siéndote más fáciles.

Ejercicio 1: Contando palabras


Hazte con un texto (la página de un libro, una revista…). Cuenta mentalmente las palabras que contiene el
primer párrafo.
Después, cuenta las del segundo. Y así, sucesivamente. Procura no utilizar el dedo ni otra ayuda para
guiarte; solo los ojos.
A medida que te cueste menos trabajo, intenta contar todas las palabras de una página.

Ejercicio 2: Números en la cabeza


Cierra los ojos. Vas a contar hasta 100 (o hasta el número que llegues) de la siguiente manera:
 Imagina la imagen del número 1 y di su nombre mentalmente.
 Luego, haz que se desvanezca para que aparezca el número 2 en tu cabeza (como si fueran
diapositivas).
 Dices “dos”.
 Se va el 2. Aparece el 3…
 Y sigue así hasta el final del ejercicio.
También puedes contar hacia atrás (100, 99, 98…). ¿Qué tal te sale?

Ejercicio 3: Caminando
Caminar mejora la concentración, pero además puedes entrenarla adrede con este ejercicio, que también es
de contar.
 Cuenta cinco pasos (1, 2, 3, 4, 5).
 Al siguiente paso, empieza desde el principio, pero llegando hasta 6 (1, 2, 3, 4, 5, 6).
 Al siguiente, empieza desde el principio y llega hasta 7.
 Continúa así hasta que llegues a 10.
 Luego, vuelve a contar sólo 5 (1, 2, 3, 4, 5)
 Repite toda la secuencia las veces que quieras.

Ejercicio 4: El paseo de los aromas


Camina tranquilamente por ahí, preferentemente un parque o algún otro lugar donde confluyan aromas
agradables.
Céntrate en cuántos “olores” distintos puedes detectar. Identifícalos. Y luego quédate con el que más te
guste de ellos. Concéntrate solo en ése.
Te darás cuenta de que el aroma que has elegido se intensifica debido a la atención que le pones. (*)

Ejercicio 5: Esa mancha de la pared


Toma asiento. Mira la pared y lleva tus ojos hacia algún punto en particular (alguna mancha, agujerito o
similar).
Mantén la vista ahí, pero concéntrate todo lo que puedas en tu respiración; en cómo va entrando el aire
despacio a los pulmones… y cómo va saliendo después. Permanece así unos minutos.
Por cierto, esta es una de las mejores técnicas que puedes llevar a cabo para des-estresarte en un día muy
tenso. Úsala y verás lo efectiva que es.

Ejercicio 6: Quieto como la silla


Siéntate en una silla cómoda (no en exceso, vaya a ser que te duermas). Tu misión va a ser permanecer
quieto, muy quieto.
No es tan fácil como parece. Relájate, céntrate y procura no hacer ningún movimiento involuntario. Inicia
aguantando 5 minutos. Con un poco de práctica, llegarás a 15.
Este es otro ejercicio excelente para relajarte.

Ejercicio 7: La fotografía mental


Elige un objeto de los que te rodean (un bolígrafo, una taza…) y dedícate unos minutos a observarlo
minuciosamente. Piensa sobre su forma, sobre su color, sobre los materiales con los que está hecho, etc.
Intenta tomarle una fotografía con tu mente.
Después, cierra los ojos e intenta recrear ese objeto en tu cabeza con todos los detalles que puedas.

Ejercicio 8: Un sonido que lo ocupa todo


Elige una palabra o un sonido (un mantra o lo que prefieras). Repítelo mentalmente, en calma, sin pensar
en nada más por espacio de 5 minutos.
Ya irás aumentando el tiempo de concentración cuando vayas teniendo soltura.

Ejercicio 9: Un pensamiento y deja el resto


De todos los pensamientos que se te cruzan por la mente, elige uno (preferentemente agradable) y dedícate
a explorarlo durante unos minutos, sin pensar en nada más.
Aquí estaría muy bien, por ejemplo, practicar ese ejercicio de gratitud que propusimos hace tiempo.
Te lo resumo:
1. Piensa en un momento cercano en el que ocurrió algo bueno y te sentiste bien. (Por ejemplo, la
tranquilidad que sentiste al ver amanecer esta mañana.)
2. Recrea ese momento en tu mente con todos los detalles que puedas. Revívelo.
3. Enfoca las sensaciones agradables de ese momento. Pasea por ellas. Intensifícalas.
Conforme vaya resultándote más fácil, aumenta el tiempo de concentración.

Ejercicio 10: Para relajarte antes de dormir


Llena un vaso de agua y colócalo sobre la mesilla de noche. Siéntate frente a él y míralo. Intenta pensar
solo en el agua, en lo limpita y tranquila que está.
Recrea en ti esa paz. Imagínate a ti mismo así de calmado y verás que, en muy poco tiempo, las tensiones
y crispaciones dan paso a un estado de relajación muy agradable que puede facilitarte el sueño. (*)

Ejercicio 11: Antes de la visita de Morfeo


Este lo puedes practicar ya que estés metido en la cama.
Cierra los ojos y ve marcha atrás mentalmente, recordando todo lo que has hecho durante el día. Procura
rescatar todos los detalles que puedas.

Practica los ejercicios y técnicas que más te gusten y disfruta de sus beneficios. Recuerda que es un
entrenamiento y que, cuanto más practiques, mejor se te darán y más fácil te será evocar ese estado de paz
mental cuando necesites concentrarte.

9 consejos para mejorar la concentración (avalados


por la ciencia)
Tener una buena capacidad de concentración nos ayuda enormemente a ser más efectivos a la hora de
realizar cualquier tarea. Las bondades de tener una buena concentración son muchas: aumentan nuestra
memoria, nuestra efectividad en la toma de decisiones, nuestra precisión y nuestra agilidad en el reto que
tengamos entre manos.
Tener una buena concentración está muy ligado a poder retener y recordar mucho mejor. En este
sentido, la concentración es una buena virtud para tener una memoria fluida. Si logramos desarrollar la
concentración, nuestra memoria también mejorará.

Las estrategias básicas para concentrarse están vinculadas a dos aspectos fundamentales: evitar
distractores externos y contar con un estado mental con un nivel de activación adecuado para poder
mantener la focalización en la tarea durante cierto tiempo.

Te puede interesar: “13 estrategias prácticas para mejorar la memoria”

1. Descansa las horas suficientes:


Un punto básico: para poder concentrarnos bien necesitamos estar descansados. Dormir las horas
suficientes nos proporciona la recuperación cerebral y cognitiva necesaria para poder rendir perfectamente
al día siguiente. Dormir bien nos proporciona un estado de lucidez en vigilia.
Es un consejo habitual para los estudiantes: el día anterior a un examen, hay que dormir bien. Porque
si no se descansa lo suficiente, en el momento del examen vamos a estar dispersos y vamos a tener menos
memoria. Durante las horas en que dormimos, el cerebro realiza un "reseteado" de ciertas funciones,
preparándonos para que el día siguiente podamos procesar mucho mejor la información y los estímulos.
Además, dormir ocho horas es también muy bueno para nuestra memoria a largo plazo.
Es fundamental que durmamos las horas necesarias, para que nuestro estado mental sea lo suficientemente
lúcido como para mantener la atención. Cuando estamos cansados o hemos dormido mal, el cerebro se
resiente y los procesos mentales asociados a la memoria y la focalización no pueden rendir al 100%.
Además, la falta de sueño puede producir molestias en los ojos y visión borrosa de manera transitoria, lo
cual es un grave inconveniente. Por tanto, como base de todo, un buen descanso.

2. Masca chicle:
Puede parecer un poco extraño, pero masticar chicle es bueno para nuestra concentración. Así lo indican
distintos estudios científicos: masticar chicle nos ayuda a recordar información en el corto plazo.
Además, puede ser un elemento que nos permita concentrarnos mejor en la tarea que debemos realizar,
sobre todo en exámenes y pruebas que precisen de nuestra memoria auditiva y visual.

3. Escribe con papel y bolígrafo:


Estamos muy acostumbrados a escribir las cosas en el teclado del ordenador. Es un método de escritura
automático y que nos permite muchas cosas positivas, pero no es lo mejor para nuestra concentración ni
para nuestra memoria.
Si escribimos a mano, nuestro cerebro hará un esfuerzo superior para concentrarse y recordará más
fácilmente los datos y apuntes que salgan de nuestro puño y letra, según ha explicado Lizette Borreli
para Medical Daily. Una mejor concentración cuando redactamos las ideas será un apoyo para nuestra
memoria a largo plazo. que será capaz de rescatar esos datos días e incluso semanas después.

4. Gestiona el estrés
¿Eres muy proclive a padecer estrés? Cuando estamos en un estado de tensión vemos muy reducida
nuestra capacidad para focalizarnos en algo.
Para que nuestra mente pueda realizar una actividad cognitivamente demandante durante un rato,
necesitamos gozar de un estado mental que no sea ni excesivamente relajado (que nos induciría al sueño y
a la escasa retención de datos) ni excesivamente activo (en cuyo caso estaríamos tan nerviosos que
simplemente no seríamos capaces de focalizarnos en una sola tarea).
Algunos trucos para gestionar el estrés son tan simples como apretar fuerte el puño o una pelota anti-
estrés, durante un minuto. Este acto va a liberar nuestras tensiones por un buen rato. Pero, si sufres un
estrés más permanente, lo óptimo será que te pongas manos a la obra para solucionar el problema.
Asimismo, es importante que tengamos una buena salud física: mantenerse bien hidratado, realizar
deporte a menudo...

5. Juega al ajedrez
Si hablamos de aumentar nuestra concentración, el ajedrez es el deporte rey. Este juego nos exige
una gran capacidad de concentración para analizar cada situación que se produce en el tablero, tomar
decisiones acertadas y anticiparnos a los movimientos del rival. Así lo ha constatado un estudio publicado
en Science Direct.
Es una actividad perfecta para desarrollar ambas capacidades, además de nuestra habilidad para el
razonamiento lógico y estratégico.

6. Evita distracciones y encuentra un lugar adecuado


¿Es un poco obvio, no? Cuando tratamos de concentrarnos en una tarea, es muy buena idea que
intentemos evitar que estímulos externos e indeseados nos distraigan. Por ejemplo, si estás estudiando,
lo ideal es que lo hagas en silencio, con una luz adecuada, y por supuesto sin el televisor u otra distracción
similar de fondo.
Se ha demostrado que el ruido ambiental afecta a nuestro rendimiento si estamos realizando una tarea
que requiere concentración (por ejemplo, un examen). Cuando menos ruidoso sea el entorno, más en
forma estarán tus habilidades cognitivas.

Si quieres focalizarte al 100% en una tarea, es buena idea que encuentres un espacio cómodo y sin
distractores. También es interesante que la temperatura del espacio en cuestión no sea ni demasiado frío,
ni demasiado caluroso. Sobre unos 20º-23º es una temperatura en la que casi todos nos sentimos
confortables. En cuanto al ruido, hay personas que pueden mantener la concentración estando expuestas a
este, siempre que no sea muy fuerte y sea monótono, pero no es lo habitual.

7. Dibuja mientras estás en clase


Este consejo es bastante contraintuitivo. Cuando estamos asistiendo a una clase magistral o a una
conferencia, es buena idea que dibujemos pequeños garabatos en un bloc de notas o cuaderno. Así lo
afirma un estudio publicado en la revista Time.
No es necesario dibujar figuras concretas, cualquier cosa vale. Esto logrará que combatamos el
aburrimiento y retendremos mejor aquello dice el profesor.

8. Música de fondo: ¿buena o mala idea?


Escuchar música de fondo cuando estamos enfocados en una tarea puede ser una buena idea. Pero depende
de varios factores.
La música tiene la capacidad para estimular nuestra actividad cerebral y cognitiva. Es bastante positivo
que, justo antes de empezar a estudiar, escuchemos un poco de música para estimular el cerebro y empezar
a ponerlo en marcha. Sin embargo, durante el transcurso de la tarea, es mejor estar en silencio, puesto que
la música puede distorsionar la calidad con que retenemos la información. Este efecto negativo de la
música hacia nuestra capacidad de atención y concentración ha sido reportado en varios estudios
científicos.

9. Planifica tu rutina
No hay nada que afecte tan negativamente a la concentración como una rutina desorganizada y
caótica. Hay que planificar y ordenar las prioridades del día a día. Si contamos con el tiempo necesario
para dedicar a cada tarea, evitaremos el estrés, las prisas y los inconvenientes que puedan surgir, y
seremos más capaces de dedicar un esfuerzo inteligente y productivo a la tarea. Si sabemos exactamente
qué tenemos que hacer y cómo, la tarea se vuelve más sencilla, y nuestro estado de focalización es más
adecuado a la hora de abordar cada subtarea con éxito.

¿Estas estrategias sirven para niños y personas de la tercera edad?


Niños, adultos y ancianos: ¿valen los trucos para todos igual? De forma genérica, estas estrategias y
consejos para mejorar la concentración se pueden aplicar a cualquier persona de cualquier edad. Si bien
esto es así, también es verdad que cada etapa vital conlleva unos ciertos elementos a tener en cuenta.

La concentración en la infancia
Durante la infancia, nuestra atención es más dispersa, por lo que en vez de poner énfasis en los
consejos antes mencionados, será necesario ir habituando a los niños a adquirir el hábito de atender,
escuchar y pensar. Esto significa que, como niños que son, mantienen una activación más alta que las
personas adultas, por lo que puede ser complicado que se sientan delante de un libro o realicen una tarea
cognitivamente demandante durante un período de tiempo considerable.
Poco a poco, debemos estimularles con tareas sugerentes para que su mente pueda irse adaptando a estas
exigencias, sin que eso conlleve malas sensaciones (puede ser muy contraproducente que el niño se sienta
"obligado" o "forzado" a concentrarse en una tarea). Para promover esta capacidad de atención en la
infancia, profesionales como los psicólogos educativos, los psicopedagogos o similares pueden diseñar
programas de intervención, grupales o individuales, para atender estas necesidades.

Ancianos: varios consejos específicos para mejorar su atención


Por lo que refiere a personas ancianas, en ese caso cabe destacar que, en ocasiones, pueden existir cuadros
de demencia senil o deterioro cognitivo asociados a algunos problemas de concentración, sobre todo en lo
que refiere a la capacidad de retener datos. En estas edades, la memoria es una facultad que empieza a
mostrar debilidades, por lo que conviene estimular a los mayores con juegos y actividades lúdicas que
impliquen, a su vez, ejercitar su atención y memoria.

En este sentido, el conocido juego del dominó, los juegos cartas y similares son una opción muy
recomendable. También existen programas específicos diseñados para estas personas, con el objetivo
concreto de reforzar sus capacidades cognitivas. En este caso será necesario que un profesional en
psicogerontología o similar diseñe y acompañe a los abuelos en las sesiones terapéuticas.

Consejos extra y conclusiones


Nuestra capacidad de focalización en una única tarea es limitada. Ahora bien, hay personas que son
capaces de estar varias horas concentradas sin acusar el cansancio, mientras que otras, por falta de entreno
o por otros motivos, no pueden estar más de unos minutos manteniendo un buen nivel de atención. Esta
capacidad se conoce como Intervalo de Atención, cada persona tiene su propio umbral.

Varios estudios demuestran que, cuando estamos trabajando en una tarea o estudiando, necesitamos
realizar pausas periódicas, de unos 10 minutos, para despejar la mente y volver a "recargar" las baterías de
nuestra concentración. No existe un umbral único, cada persona tiene sus propias habilidades y de ella
depende fijar cuál es exactamente su máximo de tiempo que puede estar concentrada en una tarea.

En cuanto a la organización de la tarea, es importante que seleccionemos pocas tareas y bien definidas,
para que nuestro cerebro sea capaz de responder adecuadamente a la exigencia. Evitar la multitarea y
ejercitar los músculos cada media hora puede también mantenernos en un estado de activación óptimo
durante más tiempo.

7 juegos y actividades para estimular la atención de


los niños
La atención es una de las funciones cognitivas más importantes puesto que se encuentra en la base de la
memoria y el pensamiento. Si el niño no presta atención, no podrá memorizar los contenidos y si no es
capaz de concentrarse, tampoco podrá resolver problemas.

Sin embargo, para los niños muchas cosas son nuevas, por lo que cualquier estímulo se convierte en una
distracción. Además, para mantenerse concentrados necesitan desconectarse de lo que sucede a su
alrededor, una capacidad que no habrá madurado lo suficiente hasta alrededor de los 7 años.

A los tres años de edad, un niño podrá prestar atención durante un máximo de 15 minutos. A los 5 años
podrá mantenerse concentrado durante unos 25 minutos, si disfruta de la tarea; y, a los 8 años ya podrá
centrarse durante unos 40 minutos seguidos. No obstante, es conveniente que desde pequeño comiences a
estimular su atención a través de diferentes juegos y actividades. Aquí algunas:

1. Laberintos
Los laberintos son un juego desafiante para los niños, se pueden adaptar a cada etapa del
desarrollo puesto que existen diferentes niveles de complejidad. Lo más importante es que animes a tu
hijo a encontrar la salida, pero sin añadir demasiada presión. También es fundamental que elijas el grado
de dificultad adecuado pues si es demasiado difícil solo generará frustración.

2. Repetición de palabras
Este juego es muy sencillo, por lo que puedes usarlo para distraer a tu hijo mientras conduces o vas de
paseo. Además, es un ejercicio excelente para potenciar la memoria y la atención. Se trata de decirle unas
10 o 20 palabras, que tendrá que memorizar ya que luego deberá repetirlas cuando se lo pidas. Deja que
pasen unos 10 minutos y pídele que las repitas. Y luego haz lo mismo a los 20 minutos
aproximadamente. No importa el orden de las palabras, tan solo que recuerde el mayor número posible.

3. Sopa de letras
La tradicional sopa de letras, que ahora también se puede encontrar en aplicaciones para móviles, es un
excelente ejercicio para potenciar la concentración. Cuando tu hijo aprenda a escribir, podrás
enseñarle este juego y animarle para que vaya eligiendo poco a poco cuadrículas más grandes con
palabras más complejas que representen nuevos desafíos.

4. Encontrar la diferencia
Para los niños más pequeños, que aún no han aprendido a leer, los dibujos para encontrar las diferencias
son un excelente entrenamiento para la atención. Se trata de dos imágenes prácticamente idénticas en las
que se han incluido o borrado algunos elementos, por lo que el objetivo es que el niño descubra esas
diferencias. Incluso existen aplicaciones para encontrar las diferencias que incluyen un reto
contrarreloj.

5. Copiar el dibujo
A la mayoría de los niños les encanta dibujar, por lo que este ejercicio será perfecto para estimular la
concentración. En vez de darle dibujos para que coloree, debes mostrarle un dibujo, pedirle que se
concentre durante un minuto en la imagen y luego retirarlo. El desafío será dibujar la mayor cantidad de
detalles posible. Puedes comenzar con dibujos sencillos y luego, en dependencia del progreso, ir
utilizando imágenes más complejas y ricas en detalles.

6. Memorizar letras de canciones


Aunque no lo parezca, escuchar las canciones y memorizar sus letras también contribuye a desarrollar la
atención infantil. Solo tienes que asegurarte de elegir canciones que le gusten a tu hijo.

7. Veo veo
El clásico veo veo también es un juego excelente para desarrollar la atención ya que los niños tendrán que
escudriñar continuamente su entorno para descubrir a qué objeto te refieres.Además, os reportará horas
de diversión juntos.

7 actividades y juegos para mejorar la atención de tu


hijo niño
La atención depende de tres factores externos: si eso que escucha u observa tu hijo es novedoso, es lo
suficiente intenso como para llamar la atención y si aporta un significado que podamos entender.

La paciencia es la reina de la enseñanza. Si quieres que tu hijo mejore en atención y concentración,


deberás armarte de mucha paciencia y practicar una y otra vez una serie de juegos y actividades
encaminadas en mejorar la atención. Todo consiste en eliminar distracciones y en potenciar la
concentración.

La buena noticia es que la atención se puede reforzar y por supuesto, mejorar. Te ofrecemos una serie de
ejercicios para mejorar la atención y concentración de lo los niños:

1. Los dos objetos. Pide a tu hijo que mire fijamente un objeto que tenga delante. Sin mover la cabeza,
debe mirar al cabo de unos segundos un segundo objeto, separado del primero. Debes pedirle que mire
de nuevo el primer objeto por cinco segundos y después, moviendo solo los ojos, el segundo objeto.
Al cabo de unos segundos, le debe mirar los dos objetos a la vez. Su atención tendrá que centrarseen
dos objetos a la vez. Al principio le costará, pero seguramente, concentrándose en un punto
intermedio, lo consiga. Este mismo ejercicio se puede hacer con los sonidos. Puedes pedirle que
intente centrarse en el sonido de la televisión, y tener cerca la radio. Después, que se centre en lo que
dice la radio. Al final, debe intentar escuchar los dos sonidos a la vez.

2. Multitareas. Pide a tu hijo que trace círculos en el aire con la mano izquierda. En cuanto los haga,
debe apuntar en una libreta los números del 1 al 10. En cuanto termine, debe levantarse y bailar una
canción. Las tareas cortas, una detrás de otra, hace que el niño se concentre en cada una de ellas
y preste atención, ya que son tareas que no dejan de sorprenderle y aportan diversión.

3. Detective de sonidos. Pide a tu hijo que cierre los ojos y respire profundamente tres veces. Sin abrir
los ojos, debe escuchar todos los sonidos que sea capaz de escuchar. Ayúdale pidiendo que intente
escuchar sonidos de otras habitaciones o incluso de la calle. Tu hijo se dará cuenta de que cuando se
concentra, es capaz de descubrir estímulos nuevos sorprendentes.

4. Zoom. En su habitación o en otra habitación, pide a tu hijo que centre la mirada en un punto que tenga
en frente. Debe centrarse en un objeto en particular. Sin mover la cabeza, debe intentar ver cada vez
más objetos. Esto lo conseguirá ampliando su campo visual. Su atención irá abarcando cada vez más
objetos.

5. Jugando con la fantasía. Enseña a tu hijo un objeto y juega con él y su fantasía. ¿Para qué podría
servir el objeto? Por ejemplo: muéstrale un globo. ¿Para qué podría servir? ¿De papelera? ¿Para forrar
un lapicero? Haz lo mismo con otros objetos.

6. La punta de la nariz. Pide a tu hijo que se siente en una silla, con la espalda recta y la mirada al
frente. Pídele que, sin mover la cabeza, vaya mirándose la punta de la nariz. Deberá bajar los ojos y
'ponerse bizco'. Esto obligará a los músculos de los ojos concentrarse. A tu hijo este juego le hará
gracia, y aunque se divierta, y sin que se de cuenta, estará practicando la atención.

7. Stop. Este juego es similar al popular juego de la 'estatua', pero con pequeños añadidos. Debes poner
música y pedir a tu hijo que se mueva por la habitación, pero a la vez que se mueve, debe pensar en
algo, lo que quiera. Cuando se pare la música, debes decir 'stop', y en ese momento, tu hijo debe
detener y decir en voz alta una palabra relacionada con los que está pensando. Por ejemplo: si tu hijo
está andando y piensa en lo que le gustaría estar jugando al fútbol con sus amigos en ese momento, al
pararse debe decir: 'fútbol'. Al comenzar a andar de nuevo, debe cambiar el pensamiento.

7 trucos para mejorar la atención y concentración de


los niños
La falta de atención y concentración puede suponer a los niños un problema en el colegio porque perderán
explicación de sus profesores y su aprendizaje será más lento y además en casa también les causará
inconvenientes, ya que los padres les regañaremos más si no hacen las tareas que les encomendamos.

En Guianfantil.com te damos unos consejos para fomentar la concentración y atención de tus hijos que
son muy sencillos de poner en práctica y dan buenos resultados.

1- Define sus objetivos de forma periódica: recuerda a tus hijos cuáles son sus tareas y obligaciones.
Hasta que queden fijados esos objetivos y los niños no olviden qué han de hacer, podéis hacer listas de
metas y dejarlas escritas.

2- Detecta sus momentos de más concentración: si tu crees que tu hijo suele estar más concentrado por
la mañana, intenta que sea en esa franja de tiempo cuando realice las tareas que requieran más atención,
dejando para después las menos pesadas.
3- Respeta sus descansos: los expertos dicen que el cerebro humano no puede mantener la atención por
un período de tiempo largo sostenido, de tal manera, que después de 15 minutos la atención disminuye.
Para poder recuperar la atención es importante hacer descansos breves que permitan a los niños retomar la
tarea estando más frescos.

4- Evita cualquier distracción: si ha de hacer deberes en casa no dejes la televisión encendida de fondo,
ni un móvil en su mesa o juguetes a su alrededor. Debe trabajar en un entorno lo más aséptico posible y
libre de elementos que le distraigan.

5- Dieta equilibrada: llevar una buena alimentación es básico para afrontar el día con energía pero
además hay alimentos que potencian la capacidad de concentración, sobre todo los que son ricos en
fósforo, ácidos grasos omega 3, calcio u otros minerales que ayudan a controlar el estrés y fomentan la
atención.

6- Asegúrate que duerme lo necesario: cuando dormimos mal y poco nos cuesta rendir al día siguiente,
a los niños les pasa lo mismo, por lo tanto es conveniente instaurar una buena rutina de sueño para que el
cerebro y el cuerpo descansen.

7- Motívale e incentívale: no hace falta prometerle que le haremos un regalo, pero sí podemos dar
pequeños premios como una tarde en el cine o una salida en familia al parque de atracciones si ha
conseguido estar atento a sus tareas y las ha hecho correctamente. Además, es muy importante que
les motivemos en positivo en lugar de regañarles. Funcionan mejora frases como "tu puedes hacerlo",
"confío en ti" o "estoy segura de que lo vas a lograr".

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