ANALISIS DE PENSAMIENTOS DE ADAM SMITH Y DAVID RICARDO FRENTE AL ARTICULO LA

CRISIS GLOBAL Y EL LIBRE COMERCIO

https://moir.org.co/web/la-crisis-global-y-el-libre-comercio/ Jorge Enrique Robledo

La crisis global, de acuerdo a la teoría económica del llamado “padre del capitalismo” Adam Smith,
fundamentando la propuesta liberal genera un conflicto entre riquezas en la medida en que se propician
políticas y prácticas ventajosas en los países, con el objetivo de aumentar su riqueza y fijar el poder.

Los países poseen distintas dotaciones de recursos de acuerdo a su ubicación geográfica, condiciones
climáticas y agroecológicas, dotación de capital, desarrollo tecnológico, calificación de la mano de obra,
entre otras, por lo cual unos países son más eficientes que otros en la producción de ciertos tipos de
bienes. En este orden de ideas el país más eficiente en la producción de un bien, tiene una ventaja
comparativa frente al resto del mundo, o al menos frente a sus socios comerciales, entendiendo la ventaja
comparativa como la capacidad de producir un bien con la menor utilización de recursos posible, o lo que
es lo mismo, a un menor costo en términos de recursos. Pero qué pasa cuando un país no es lo
suficientemente competitivo y sus exportaciones son significativamente más bajas que sus
importaciones? Qué pasa cuando el beneficio no es mutuo y la balanza se inclina a unos pocos, dejando
de lado el beneficio del pueblo que exporta sus bienes?

Si nos fijamos por ejemplo, en la obra de Adam Smith “la teoría de los sentimientos morales” (1759), en
donde el filósofo escoses explora la conducta humana desde la ética y la simpatía, de la mezcla
ponderada de simpatía hacia los sentimientos ajenos y de amor propio, que no egoísmo, surgen valores
morales que en última instancia hacen posible que individuos interesados en sí mismos puedan convivir
en una sociedad justa, pacífica, próspera y libre; vemos como la ética debe estar presente en el entorno
económico.

Por su parte David Ricardo, en su obra “Principios de Política Económica y Tributación” centra su análisis
en el mecanismo de inversión de capital que se produce en el mercado, asignándolo a aquellas ramas de
los negocios donde se obtengan mayores ganancias y desatando un proceso que lleva, al final, en el
equilibrio, a iguales tasas de ganancias.

Ahora bien, respecto a las ventajas comparativas de los países, Ricardo afirma que aunque un país sea
el más eficiente en la producción de diversos bienes, le conviene especializarse solo en la producción de
aquellos que hace mejor e importar el resto de los productos en los que no está especializado y no puede
cubrir la demanda interna, de modo que el comercio sea equilibrado y de mutuo beneficio, y es allí en
donde la ventaja de dos países debe encontrarse en bienes distintos, estableciendo la división
internacional del trabajo.

Entonces, lo que parece ser un olvido total a las teorías de estos autores desde su pura concepción en
beneficiarse con el libre comercio, moderar el apetito financiero y cuidar el bien común por encima del
individual, se traduce en un problema ético global en donde es necesario restablecer el sistema de
regulación y desarrollar una nueva arquitectura financiera que tenga como fin, observar los mercados y
definir lo que le conviene a un país y lo que no. Es allí donde nace la crisis global, en no reconocer lo
conveniente en el comercio internacional, ocasionando un desmejoramiento en el consumo interno y por
supuesto en el empleo.