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Los suelos que pueden utilizarse para el cultivo se dice que son fértiles. Esto
significa que el suelo es lo suficientemente rico en los nutrientes necesarios como para
permitir el crecimiento sostenido de las plantas y árboles útiles para el ser humano. La
capacidad real de un suelo para mantener tal crecimiento se denomina productividad y
depende de que el suelo sea fértil y de que tenga una estructura y consistencia adecuada
que permita trabajarlo con facilidad. El arado airea el suelo, permite la circulación de agua
y facilita el crecimiento de las raíces de las plantas. Otro factor importante para una
productividad eficiente del suelo es conocer el contenido de humedad de este y como
varia.
Entonces sabemos que para la medición de humedad del suelo se tienen métodos de
laboratorio y métodos de campo. Los métodos de laboratorio se caracterizan por que
determinan directamente la humedad del suelo.
OBJETIVOS
Es esencial conocer el contenido de agua por unidad de masa o volumen, ya que del
agua en el suelo depende la producción de las cosechas, sabiendo que las plantas
requieren una cantidad adecuada de humedad, la cual varía de acuerdo a la especie y a su
estado de crecimiento y desarrollo.
Por otra parte, es sabido que las actividades agropecuarias son la base de la
alimentación y de sobrevivencia para el hombre, por esta razón cada una de sus áreas o
disciplinas de estudio e investigación, deben fortalecerse para producir más con menos
recursos y a un menor costo. El riego agrícola, por su estrecha relación con el uso, el
manejo y la conservación del agua, es una de estas áreas dentro de la agricultura que
requiere de mayores estudios, avances tecnológicos y de la aplicación de los mismos sin
deteriorar el medio ambiente.
Después de los 80´s, en todo el mundo fue desarrollándose el riego como una ciencia
evolutiva de tal manera que las técnicas año con año, son cada vez mejores por que
conjunta ahorro de agua, ahorro de energía y al ser extensivas abaratan los costos, con un
aumento en la producción importante.
La mayor parte del agua absorbida por las plantas se da a nivel de raíces aunque
puede también hacerlo a través de los estomas en mínima proporción.
Para un uso óptimo del agua es necesario conocer como se encuentra en y a través
del suelo, cómo el suelo almacena agua, cómo la planta lo absorbe, cómo se pierden los
nutrientes del suelo por percolación y cómo medir el contenido de humedad y pérdidas de
agua.
Entre un suelo seco y uno saturado, existe una variación considerable de humedad;
este contenido se puede expresar en porcentaje respecto del suelo seco. En la siguiente
figura se pueden observar los diferentes tipos de humedad disponible o no disponible para
las plantas, así como el espacio poroso ocupado por agua según el contenido de humedad:
Contenido de humedad presente en el suelo
Cabe resaltar, que el contenido de humedad está muy ligado al tipo de textura del
suelo y al contenido de materia orgánica: en suelos con alto contenido de arcilla y de
materia orgánica aumenta la retención total de agua, aunque también origina grandes
cantidades de agua estrechamente retenidas por adhesión, en suelos de textura media
tales como los francos pueden retener grandes cantidades de agua disponible, en estos el
agua es retenida más suavemente, en suelos arenosos se retiene muy poca agua total y
menos la cantidad de agua disponible.
Métodos directos:
Son métodos de campo y/o laboratorio con muestreo y/o secado. Su exactitud
depende de la experiencia y habilidad por parte de quien los realiza. Ellos son:
1. Método al tacto
2. Método gravimétrico
Métodos indirectos:
1. Tensiómetro
2. Bloques de yeso
3. Aspersor de neutrones
4. Medidor rápido de humedad “Speedy”
5. Medidor Watermark™
6. Medidor Aquater™
7. Termómetro infrarrojo