You are on page 1of 25

Causa Nº1274/18, caratulada "ERRO, Luis Alberto - ARIAS, Jorge

Alberto s-Malversación de Caudales Públicos S/ RECURSO DE


CASACION"

SENTENCIA Nº 94

_________________________________________________

En la Ciudad de Paraná, Capital de la Provincia de Entre Ríos, a los


once días del mes de abril del año diecinueve, se reunieron quienes
integran la Cámara de Casación de Paraná, Dras. MARCELA DAVITE y
MARCELA BADANO, y Dr. HUGO D. PEROTTI, a los fines de deliberar y
dictar sentencia en la causa Nº1274/18, caratulada "ERRO, Luis Alberto -
ARIAS, Jorge Alberto s-Malversación de Caudales Públicos S/ RECURSO
DE CASACION".

Habiendo sido oportunamente realizado el sorteo de ley, resultó que


los vocales debían emitir su voto en el siguiente orden: Marcela DAVITE,
Hugo PEROTTI y Marcela BADANO.

I- Recurrió en Casación el Representante del Ministerio Fiscal Dr.


Jorge Gamal TALEB.

II- En la audiencia fijada oportunamente, intervinieron las siguientes


partes: el Representante del Ministerio Público Fiscal Dr. Jorge Gamal
TALEB, y los Defensores Técnicos del imputado Erro, Dres. Miguel A.
CULLEN y Guillermo VARTORELLI.

III- Por sentencia de fecha 7 de septiembre de 2018 el Tribunal de


Juicios y Apelaciones de Gualeguay integrado por los Dres. R. Javier
CADENAS, María Angélica PIVAS y José Alejandro CALLEJA resolvió
ABSOLVER de culpa y cargo a los coimputados LUIS ALBERTO ERRO y
JORGE ALBERTO ARIAS, en orden al delito de MALVERSACION DE
CAUDALES PUBLICOS por el cual fueran imputados en calidad de
coautores.

Se le había atribuido al imputado Luis Alberto Erro el siguiente hecho:


"Que según requerimiento Fiscal de fs. 392/408 que hace referencia a la
denuncia de fecha 22/06/2010 formulada a fs. 1/47 por parte del Sr.
Oscar Roberto Logullo -concejal del F.P.V. de esta ciudad-, respecto del
Edificio del Correo Oficial de la República Argentina, Sucursal Gualeguay,
sita en calle Urquiza Nº 128 de esta ciudad; empresa con la cual la
Municipalidad de Gualeguay celebró un convenio, aprobado mediante el
Decreto Nº 266/09 de fecha 13/05/2009, referido a una cesión de uso
por contraprestación de mejoras, reformas y obras, en el inmueble en
cuestión; el aquí dicente, Sr. Presidente de la Municipalidad de
Gualeguay, Dr. Luis Alberto Erro, en su carácter de administrador general
de los intereses comunales -art. 107 de la ley 3001-, dio la orden, para que
los Sres. Secretarios de Obras Públicas por la vía administrativa
pertinente solicitaran ordenes de provisión de materiales utilizando la
cuenta "Obras Públicas" los cuales eran desviados de obras públicas
presupuestadas debidamente y eran destinadas a la ejecución de las obras
que se estaban llevando a cabo en el edificio del Correo Oficial Argentino
S.A. como consecuencia del plan de mejoras, reformas y obras que
suscribió el titular del D.E.M. en virtud del convenio de referencia, las
cuales comenzaron a ejecutarse aproximadamente a mediados del 2009 y
que a la fecha continúan; todo ello a pesar ser advertido en reiteradas
oportunidades, de lo cual obran constancias en autos, respecto de la
posible ilicitud de la actitud que estaba asumiendo (conciencia eventual
de la antijuridicidad -mínimamente) y sin perjuicio de ello prosiguió con
su conducta; a tales efectos valen destacar las testimoniales de Borgetto,
Perosi, fs. 316, lo manifestado por la Concejal Ahibe a fs. 358, etc, a su vez
el art. 112 inc. 16º de la ley 3001 establece que el Presidente Municipal
tiene a su cargo la fiscalización del cumplimiento de los contratos que la
municipalidad haya celebrado, con mayor razón aún, cuando como en el
caso de autos de trata de erogaciones muy costosas para sus
administrados; sustrayendo de esta manera los fondos del erario
municipal para destinarlos a otro tipo de bienes que no resultan ser
edificios públicos municipales; no existiendo en el presupuesto oficial de
los años 2009 y 2010 ninguna partida presupuestaria que permita
realizar gastos en un edificio ajeno al patrimonio municipal, más
precisamente en plena referencia a las mejoras, ampliaciones, reformas y
construcciones que se realizan en la sede del Correo Oficial de la Rca.
Argentina S.A.- Siendo las obras realizadas en este, las que examina y
constata el Perito Galarraga a fs. fs. 291/300; allí el perito ingeniero en
construcciones, luego de examinar el bien inmueble objeto de esta
investigación dice que respecto de las modificaciones que aparecen
mencionadas a fs.10/16, en el ítem designado como "Albañilería": Se
verificó la construcción de baños en mampostería de ladrillos en
elevación... Se verificó la existencia de revoques nuevos en baños, garage,
laterales, nuevo garage, vanos cerrados como así también reparaciones de
revoques existente, no obstante no se han realizado reparaciones
completas... en sector a ceder se colocaron placas de yeso sobre pared que
impiden observar el estado de los revoques originales... no se puede
verificar en inspección visual, la calidad del revoque grueso y la capa
aisladora con hidrófugo; en el ítem "Contrapiso" se verificó la ejecución
de piso con cerámica esmaltada... no se puede verificar en inspección
visual, la calidad del contrapiso de hormigón de cascote, tampoco su
espesor y la posterior carpeta de cemento alisado; en el ítem "Cubierta" se
verificó la colocación de cubierta de chapa cincada sobre estructura de
caño estructural de hierro y perfiles doble T en nuevo garaje sector Correo
y la reparación de la cubierta existente y habitación contigua. No se
ejecutó sobre estructura de madera; en el ítem Cielorraso Se verificó la
ejecución de cielorraso de madera a la vista en un sector; en el ítem
"aberturas" Se verificó la colocación de aberturas de madera y metálicas;
en el ítem "revestimientos" se verificó la colocación de revestimiento con
cerámica esmaltada hasta la altura de 2 mts. en nueva batería de baños
del sector municipalidad y reparaciones parciales en baños existentes; en
el ítem designado Techos Se verificó la reparación de los techos de tejas
con reparación parcial de enmaderado de cielorraso, reposición de
canales y bajadas de desagües pluviales. En el total del sector a ceder se
cambió la cubierta de tejas por una chapa de hierro galvanizado
utilizando la tirantería existente, también quedó incluido un pequeño
sector del Correo... No se pudo evaluar la cantidad de tejas reemplazadas
dado que la visual no permitía observar el techo de tejas existente en su
totalidad; en el ítem Instalación Sanitaria Se verificó la ejecución de
instalación sanitaria, artefactos y accesorios en nuevo núcleo de baños.
También se verificó la colocación de 2 inodoros en baño existente con las
correspondientes adaptaciones y arreglos en los artefactos en
funcionamiento; en el ítem Instalación de Gas Natural Se verificó que
existen tres conexiones a la red de gas, con sus correspondientes
gabinetes para medidor y también su pudo observar parte de la cañería y
calefactores instalados en el sector del correo no sabiendo con exactitud
la fecha de colocación de los mismos; en el ítem Instalación eléctrica Se
verificó la ejecución de una nueva acometida con medidor trifásico,
tablero general con circuitos trifásicos y monofásicos protegidos con
disyuntores e interruptores termomagnéticos, recambio de conductores y
llaves y artefactos, iluminación en hall de ingreso a baños del correo
incluidos los artefactos. Esta instalación aún no está finalizada; en el ítem
pintura Se verificó la ejecución parcial de pinturas en el edificio... No se
ha completado aún en el sector a ceder, la obra no esta finalizada; en el
ítem Tanque de Agua No se pudo verificar la realización de trabajos en el
tanque dado que no es posible acceder al mismo en condiciones segura;
en el ítem Rejas no se detectaron las mencionadas rejas. En cuanto al
valor aproximado de las obras dice que es muy difícil determinar el precio
en las reparaciones y/o adecuaciones dado que hay que tener en cuenta
desde el comienzo, como el procedimiento a utilizar y los imprevistos, por
lo cual decide valorar algunos de los trabajos los cuales si se pueden
identificar correctamente o sin inconvenientes lo cual le da una suma de
$93.800 (Noventa y tres mil ochocientos pesos); además incorpora como
dato de interés que en el sector a ceder se han realizado, también en las
mismas circunstancias descriptas precedentemente, trabajos importantes
de revestimiento de paredes con placas de yeso y ejecución de tabiques
divisorios ejecutados con perfilería metálica y revestidos en placa de yeso.
Estos trabajan no están finalizados, aún están en construcción, todos
estos trabajos no están incluidos en el detalle de trabajos mencionados a
fs.10/16".

IV- a) En el escrito recursivo, el Representante del Ministerio Público


Fiscal Dr. Jorge Gamal TALEB planteó en relación al imputado Luis
Alberto ERRO, como primer agravio, el apartamiento de las reglas de la
sana crítica racional al merituar la prueba. Refirió que en el fallo en crisis
se llega a una conclusión que no puede ser aceptada, según la cual no han
quedado demostradas con el grado de certeza que requiere esta instancia,
la materialidad del hecho y la autoría de Erro.

Entendió que esta inferencia se apoya en la pura voluntad subjetiva


del juzgador, puesto que no puede ser extraída del conjunto del material
probatorio y cognoscitivo, por lo que resulta arbitraria. Por el contrario,
consideró que es un hecho incontestable y abrumadoramente acreditado
que la obra pública efectuada en el edificio del Correo Argentino carecía
de partida presupuestaria específica en las ordenanzas de presupuesto de
los años 2009 y 2010.

Consideró que se arriba a la conclusión absolutoria por no valorar


adecuadamente prueba dirimente, entre las que menciona especialmente
la pericia contable de María de los Ángeles Lizzi (fs. 148 y 149), que fue
contundente e inequívoca al incorporar un dictamen técnico que sólo
puede considerarse como cargoso, y que llega -precisamente- a la
conclusión opuesta a la que sostiene sin razón el a quo.

La otra perita contable, Diana Rossi, llegó a la misma conclusión, de


que no podía identificarse ninguna cuenta que se relacionara con el
inmueble del correo argentino.

Destacó que resulta conteste con ambas pericias y declaraciones, el


testimonio de la Contadora del Municipio, Carina Borgetto, por cuanto
ella refirió no recordar haber visto ninguna orden de provisión para la
obra del correo, y si hubiera visto una la hubiera devuelto porque no
había partida presupuestaria para eso.

A su vez, el Presidente del H. Concejo Deliberante en el momento de


los hechos (Sergio Alberto Perier, también contador, y entonces
representante legal del órgano donde se aprueban las ordenanzas que
autorizan gastos, entre ellas el Presupuesto), sostuvo exactamente lo
mismo que las tres contadoras nombradas; esto es, que la ordenanza de
presupuesto 2553/09 no previó partida presupuestaria para obras para el
edificio del Correo Argentino. Y mencionó el testigo que el HCD en
general tenía una posición contraria a que se tomaran fondos municipales
para estas obras.

También destacó el testimonio de la asesora legal del Dr. Erro, la Dra.


Graciela Alle, quien depuso afirmando que la ejecución de esa obra (creía)
no estaba prevista en los presupuestos 2009 y 2010.

Por último, destacó que las versiones taquigráficas de las sesiones del
HCD son ilustrativas en aportar la autopercepción institucional que tenía
el órgano deliberativo acerca de si la obra pública del correo estaba
prevista en el presupuesto 2009 y 2010. En tal sentido, consideró que
claramente tanto concejales oficialistas como opositores coincidían
mayoritariamente en que la obra carecía de autorización legislativa para
ser efectuada y solventada.

Agregó, respecto del rechazo de las órdenes de provisión de materiales


por parte del departamento de Contaduría, que ello se debió a que el
destino de las órdenes -esto es, las obras del correo-, carecía de partida
presupuestaria. Para ello, se fundamentó el recurrente en los dichos de
Carina Borgetto y Daniel Alberto Perossi. Además, los allanamientos que
se efectuaron al Municipio, no resultaron positivos respecto de ninguna
de las órdenes de provisión que la Contaduría rechazó por falta de
partida.

Similar crítica dirigió al enunciado de que la obra pública del Correo


no fue prevista en Presupuesto porque éste tenía una escasa apertura en
la descripción de las obras que se llevarían a cabo en un determinado
ejercicio. Refirió para ello, a los dichos de Borgetto, Perier, Perossi y
Rossi. Contrariamente a lo que afirma el Tribunal de Juicio, en el
presupuesto y en la registración contable evaluada sí existía un detalle y
desagregación respecto de todas y cada una de las obras públicas del
Municipio de Gualeguay en los períodos 2009 y 2010, y una rendición de
cuentas sobre la ejecución de cada una de ellas.

Refirió que, siendo falsas in totum estas premisas basales del


silogismo de la sentencia, no es posible preservar algún momento de
validez incondicional al resto del razonamiento que sostiene la
absolución, porque éste se aduna sobre tales enunciados fácticos y
normativos. El Tribunal fundó la absolución en el siguiente
razonamiento: la obra pública del Correo argentino estaba –
genéricamente- presupuestada porque las Ordenanzas de Presupuestos
2009 y 2010 tenían prevista una partida llamada "Edificios y Paseos
Municipales", categoría ésta que, por los usos y costumbres locales,
englobaría en su opinión no sólo los gastos en edificios del patrimonio
municipal sino también las erogaciones que demande el mantenimiento
de los inmuebles de propiedad de terceros donde funcione cualquier
oficina administrativa municipal, valiéndose, entiende, de un concepto
funcional de "Edificios Municipales".

Tal argumento tiene componentes normativos y fácticos erróneos. La


fundamentación del a quo -afirmó- deja traslucir una comprensión lábil
de la democracia y del respeto a la división de poderes, apoyándose en
visiones decisionistas que le asignan al poder administrador un margen
de discreción inadmisible para disponer de la voluntad de los
legisladores.

En cuanto al segundo agravio, según el cual el fallo en crisis no es una


derivación razonada del derecho vigente aplicable a la causa, adujo que se
soslayó la aplicación de normas jurídicas esenciales de derecho público
municipal, como lo son las ordenanzas de presupuesto 2009 y 2010, y la
voluntad expresa de los concejales (hacedores del derecho local),
mediante la invocación de una regla -usos y costumbres- que no es norma
jurídica; se quebrantaron también principios básicos del derecho público
que tienen reconocimiento en la legalidad supranacional, y no se
aplicaron al caso concreto las normas de derecho público provincial
fundamentales en la materia, esto es, la ley de obras públicas y de
contabilidad.

Concluyó que la sentencia impugnada aplica también en forma


equivocada el derecho público provincial (ley de obras públicas, y ley
3001 - art. 124), por dos motivos: primero, trastoca el juego de regla y
excepción del art. 4 de la ley 6351 (el principio es que no se pueden
efectuar obras públicas en inmuebles ajenos); y segundo, aún admitiendo
que excepcionalmente puedan realizarse obras en bienes ajenos, la
excepción debe seguir el procedimiento administrativo y legal del art. 6,
que fue conculcado en cada uno de sus pasos y requisitos.

Solicitó, en consecuencia, se haga lugar al recurso de casación y, en


consecuencia, no siendo necesaria la realización de un nuevo juicio, se
case la sentencia y se dicte nuevo pronunciamiento condenando a Erro,
conforme fuera interesado en el alegato final del debate.

IV- b) Durante la audiencia en esta instancia, el Representante del


Ministerio Fiscal Dr. Jorge Gamal TALEB, manifestó que entiende que el
recurso de casación contra la sentencia absolutoria dictada por el
Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguay, está sustentado en dos
causales de arbitrariedad: que el Tribunal ha quebrantado las reglas de la
sana crítica racional al valorar el material probatorio que se produjo en el
desarrollo del debate, y en que la sentencia no es una derivación razonada
del derecho vigente aplicable a la causa. Destacó cuatro aspectos, siempre
en el contexto de los motivos señalados como agravios, y profundizó en
cada uno de ellos.

En primer lugar, entendió necesario reaccionar frente a este hecho


con las herramientas más fuertes del ordenamiento jurídico, dado que
estamos ante un tipo penal de malversación de caudales públicos que
tiene una pena de inhabilitación.

Trajo a colación a Schünemann, quien desarrolla lo que en nuestro


derecho se conoce como la malversación de caudales públicos, señalando
que el derecho penal de la Unión Europea observa en la modernidad una
tendencia que luego de haber sido restrictiva en materia de uso del
derecho penal para juzgar las conductas de los funcionarios públicos,
estamos frente a una etapa de expansión del derecho penal que él ve
como una etapa saludable y dice que en esto han incidido tres fenómenos:
la alta criminalidad gubernamental, la creciente legislación internacional
en materia de lucha contra la corrupción, y la notoria arbitrariedad del
poder ejecutivo a la hora de administrar las partidas presupuestarias que
le son concedidas por el parlamento. La norma del Derecho alemán está
asentada sobre tres pilares: la posición de garante, el delito de infracción
de deber y el requisito del daño y del ánimo de lucro, lo que ha generado
una jurisprudencia demasiado restrictiva.

Refirió que en nuestro país no tenemos ese problema que señala


Schünemann en Alemania porque el art.260 solo prevé el requisito del
daño cuando se ha de aplicar la agravante; a contrario sensu, está claro
que el tipo básico no requiere de ningún daño para tener por configurado
el ilícito de malversación de caudales públicos porque lo que viene a
proteger como bien jurídico es precisamente la competencia del
parlamento o de los concejos deliberantes o de las legislaturas
provinciales para decidir de qué manera el poder ejecutivo debe invertir
los fondos públicos.

Mencionó también un fallo citado por Donna, según el cual configura


el delito de malversación de caudales públicos la conducta de quien
dispuso de fondos municipales para refaccionar el establecimiento en el
que funcionaba el Banco Social sucursal Cruz del Eje sin partida de
presupuesto proporcionando ayuda financiera en cuanto a mano de obra.
La norma del art.260 es una norma válida, lo que está en juego es la
división de poderes y las competencias constitucionales.

En autos, el Concejo Deliberante le expresó al intendente, que no


habilitaban el desarrollo de estas obras públicas. El imputado se adjudicó
a sí mismo el hecho de hacer una obra muy buena, una obra de
envergadura, de mucha importancia, pero al momento de valorar la
inversión que se había hecho se intentó hablar que era una inversión
escasa en términos monetarios, pero en realidad se trata de una inversión
económica y financiera mucho más que importante. La percepción del
Concejo Deliberante en el 2009 fue que esa obra no se podía hacer porque
ellos no la habían aprobado y directamente en el presupuesto que se
remite para el ejercicio del año 2010 la obra no fue aprobada por el
Concejo Deliberante, no se la incorporó en ninguno de los anexos y no se
habilitó ninguna partida presupuestaria y ningún crédito presupuestario
para que se lleve adelante y se continúe ejecutando esa obra que comenzó
en mayo del 2009 y terminó aproximadamente en el segundo semestre
del año 2010.

Esta causa tiene una particularidad y es que no se encontró una sola


documental vinculada al desarrollo de esta obra pública. Se pretendió
desde la Defensa merituar esta obra pública como una mera refacción,
como pintar paredes, pero la obra fue realmente impresionante; si
alguien quiere asumir para sí el mérito de ver desarrollada una obra,
lógicamente no se puede distanciar de las consecuencias que implica el
haberla desarrollado sin cumplir con la normativa vigente; y a los fines de
profundizar y mejorar el recurso, se refirió a la normativa, que ha sido
enunciada en el inicio del recurso de casación. Citó el art.124 de la ley
3001, y la ley de Obras Públicas.

Entendió que resulta absolutamente incorrecto desde el punto de vista


jurídico que una vez que se tenga por acreditada la efectiva desviación de
partidas, se pretenda justificarla; y por otra parte, no se entiende por qué
el fallo argumenta que de todos modos si se hubiese cometido eso que no
tiene por probado, es un uso y una costumbre del municipio; ello no
puede ser un argumento jurídico para justificar una sentencia
absolutoria, en realidad el único que lo hizo siempre fue el testigo, que se
lo cita como testigo central del fallo absolutorio, que es Carballo, que está
imputado ahora en la obra de las 80 viviendas donde lo que se hacía era
sobrefacturar a los albañiles y luego se les pedía más de cincuenta por
ciento.

En lo que tiene que ver con la crítica jurídica de la categoría de usos y


costumbres, uno no puede extrapolar una categoría de una rama jurídica
absolutamente distinta al derecho penal como lo es el derecho comercial,
es decir si uno pretende valerse de una determinada categoría uno debe
modularla y adaptarla al ordenamiento jurídico particular. No puede ser
Carballo el que deje sin efecto las decisiones del Concejo Deliberante, esto
está muy claro, no sólo por el sentido literal de la partida desde la cual se
detrajeron los fondos municipales, sino porque la interpretación
auténtica e histórica del legislador es la que nos lleva a la misma
conclusión.
Sostuvo que no debe darnos mala conciencia que no haya daño; en
realidad, el daño nunca pudo ser probado porque no hubo forma de
recuperar una sola orden de provisión. En caso de haberse podido probar
el daño, hubiese acusado por la figura agravada, porque el legislador
histórico previó que estas conductas son delictivas y nosotros no podemos
apartarnos de lo que el legislador consideró que era un delito.

Concluyó con una idea de Max Weber, que el derecho es la


racionalización del mundo moderno; si a nosotros nos parece que una
determinada conducta no es demasiado grave, desde el punto de vista de
la ciudadanía tiene mucho más gravedad. No somos nosotros quienes
podemos derogar las normas jurídicas, es el legislador y desde el punto de
vista de los procesos de racionalización esto se analiza sin ningún tipo de
sentimiento de la forma más fría y racional posible con el desarrollo de la
dogmática, que si algo nos proporciona es un desarrollo refinado e
impresionante, uno de los legados más importante que tiene la
modernidad.

Solicitó que se haga lugar al recurso de casación, y que tratándose de


cuestiones jurídicas, requirió que se condene a Luis Alberto Erro y se
haga el reenvío al solo efecto de discutir mediante cesura la imposición de
la pena.

IV- c) Por su parte, el Dr. Vartorelli expresó que estamos ante un fallo
extenso, de calidad, que ha abordado todas las cuestiones planteadas por
las partes y ha arribado a la conclusión con certeza de la inocencia del
imputado, haciéndose cargo de fundar por qué ha llegado a esa decisión.

Este intrincado proceso se basó en todo momento en un concepto


erróneo, que confundía claramente qué era un edificio municipal. La
imputación de malversación de fondos radicaba en que no había una
partida prevista para realizar las reformas en el correo, como si el
municipio debiera tener una partida específica con un nombre
determinado de cuál es la obra y el destino. La partida utilizada en todo
momento fue Paseos y edificios municipales; lo que quedó claro en el
fallo, por la lógica utilizada por el Tribunal, es que edificio municipal no
es sólo el edificio que pertenece en su titularidad al Estado municipal,
sino todo edificio que preste una utilidad al Estado. En este caso estamos
hablando de un comodato, el primero de cinco años, terminó siendo de
diez años, gratuito, actualmente funciona allí el Correo Argentino sin que
el municipio de Gualeguay le pague un solo peso, y que prestaba
claramente funciones municipales, allí donde tramitaban la dirección de
registro municipal en todo lo que hace a tránsito y la confección del
carnet, centralizando todas las cuestiones derivadas a tránsito y a la
documentación necesaria para conducir en un mismo lugar.
La utilidad prestada fue innegable y quedó demostrada en el juicio y
terminó el debate por poner fin a esa discusión, a qué se entendía por
edificio municipal, comparando con el criterio obtenido por el
denunciante y por la fiscalía. El municipio funcionó y funciona
actualmente, y quedó claro con el testimonio del contador Silvio Carballo,
del ex contador Pablo Figueroa, y de la Dra. Alle, que siempre y
actualmente se utiliza la partida de edificios y paseos municipales, y que
debía entenderse por edificios municipales aquellos que presten
efectivamente un servicio al municipio. No se gastó un solo peso en pago
de alquiler por el uso de este edificio, el comodato fue gratuito y
actualmente sigue funcionando; explicaron claramente las personas
idóneas en cuestión de asignación presupuestaria que en la actualidad la
dirección de turismo y el centro de adicciones no son edificios
pertenecientes al municipio, se han realizado allí obras y la partida
utilizada es la misma que se ha utilizado en este caso particular.

Para finalizar, hizo una aclaración sobre Silvio Carballo, que fue un
funcionario de carrera, que estuvo en todas las gestiones y siguió en las
gestiones posteriores a la de Luis Erro, en la actual gestión, y las
valoraciones que ha hecho el señor fiscal con mucha astucia respecto de
su situación actual, no forma parte de este proceso. Esta causa cayó por
su propio peso, la cuestión referida a que si debía tener una aprobación
previa del Concejo Deliberante no es una cuestión imputada; sin embargo
el fallo se hace cargo de eso, porque la Fiscalía lo manifestó en el debate, y
explica claramente que en modo alguno se violó ningún tipo de normativa
municipal, sino que por el contrario en todos y cada uno de los actos que
desembocaron en la refacción del correo argentino, edificio cedido
gratuitamente a través de comodato para que lo utilice el municipio de
Gualeguay, no había incurrido en ningún tipo de vulneración a norma
alguna.

IV- d) El Dr. Cullen mencionó que se encuentra ante una reedición de


conceptos que se escucharon al momento de realizar el alegato en el
juicio, y que fueron refutados todos y cada uno en el fallo, el cual es
extenso y minucioso. Nadie puede estar en contra de lo que dice el Código
Penal respecto a la malversación, el peculado o lo que dicen los autores
alemanes citados aquí, son opiniones muy respetables; asimismo si
estuviésemos en contra de lo que dice la ley la tildaríamos de
inconstitucional, pero mientras no lo hagamos, debemos respetarla, eso
no está en discusión y mucho menos podemos sostener que este es un
fallo que avale una interpretación que se aleje de la normativa penal.

El voto del Dr. Cadenas sostiene que lo que aquí ha afirmado como
verdad apodictica el fiscal no se comprobó. El fallo es muy claro,
comienza haciendo un análisis de los cuatro ejes sobre los cuales la
acusación basa todo el proceso que se llevó a cabo contra Luis Erro. Para
la acusación es un hecho cierto, probado e indiscutido, que el 1 de abril
del año 2009, se llevó a cabo este comodato referido por el Dr. Vartorelli.
Para la Fiscalía, no existía partida presupuestaria para realizar el gasto,
dice que si bien los fondos utilizados salieron de la cuenta administración
general del municipio no se encuentra demostrado que las erogaciones se
imputaran a la partida edificios y paseos municipales. Eso dice la fiscalía
al momento de efectuar su alegato final y por último dice, en subsidio,
que si fuese como sostienen los imputados, que efectivamente las
erogaciones fueron imputadas a la partida edificios y paseos municipales,
ello sería ilegal.

El fallo comienza a tomar cada uno de los puntos que fueron


nuevamente aquí reeditados, y los fue contestando uno a uno de acuerdo
a la prueba que existía y que se realizó en el debate. Aquí se dijo por
ejemplo, que la contadora Borgetto fue la que denunció y fue muy
explícita y que fue obligada a renunciar; en el fallo se dice que la testigo
Borgetto ha demostrado en sus exposiciones (en el Consejo Deliberante y
esencialmente en el debate) tantas dudas sobre cómo es el procedimiento
administrativo contable que sus dichos aportan poco o nada para
esclarecer los hechos materia de investigación y, menos aún, para dar por
acreditado que no existía partida presupuestaria para los gastos
realizados en el edificio del correo, conclusión ésta que, como ya vimos, ni
siquiera la contadora Rossi se aventuró a extraer. Y es que ha sido la
propia Borgetto la que dijo que estuvo en la administración municipal
entre dos y tres meses, y que no recordaba en su mayoría los detalles del
procedimiento.

En efecto, en ese sentido, Borgetto refirió que controlaban que la


orden de provisión dijera a dónde estaban destinados los fondos. No
recuerda haber visto Correo y si lo hubiera visto lo hubiera devuelto.
Respecto a su manifestación en el Consejo Deliberante, a qué se refiere
cuando dice que había imputado un gasto en el correo a la misma partida
del año anterior, refirió que no recuerda qué partida habrá sido, pero
seguramente habrá sido una de esas de edificios municipales.

Refirió el Dr. Cullen que la Contadora Borgetto fue sincera, no


recordaba nada porque estuvo dos meses en la administración, no se
acordaba ni el procedimiento ni cómo se hacía, simplemente había
trabajado en un período escaso y no recordaba las imputaciones.

Este juicio fue en el año 2017 y el hecho fue en el año 2010, no se


pueden extraer las conclusiones que quiere extraer el fiscal, y no rebate
las conclusiones del fallo. Vuelve a disentir al valorar la opinión de
Borgetto pero no dice por qué se equivoca el fallo, lo mismo hace respecto
al testigo Bonzón. Vemos que el fallo abarcó no sólo cada uno de los
ítems que fueron acusados por la Fiscalía, sino que da valederas razones
para disentir con la acusación fiscal, y aquí se está hablando
exclusivamente de los testigos, aquí también se mencionó al testigo
Perossi que es un hombre de carrera, que además decía que estaba
absolutamente en contra de Luis Erro porque en esta causa como en las
otras causas se deja ver permanentemente esta lucha político-partidaria
de las lineas internas del peronismo.

Perossi sostuvo que la partida en cuestión sólo alude a edificios de


propiedad del municipio, pero no sólo no dio ninguna explicación
razonable y convincente de ello, sino que incluso admitió que esa era su
postura personal. El fallo dice al respecto, que aún cuando se partiera de
la base de que las obras materializadas en el edificio del correo argentino
exceden lo que sería un mero mantenimiento del mismo y se diera la
razón a la fiscalía que se trató de obras de cierta envergadura, lo cierto y
concreto es que no queda para nada claro que ello per se impidiera que se
imputaran las erogaciones respectivas a una partida como la de Edificios
y Paseos municipales cuando precisamente, como vimos y en contra de
los sostenido por la fiscalía, dicha partida estaba prevista precisamente
para solventar gastos en inmuebles destinados a oficinas municipales, y
sobre todo cuando dicha partida abarca todos los edificios sin discriminar
por cada inmueble por separado, tal como ha quedado demostrado ut
supra, y cuando, además, no se ha demostrado que los fondos existentes
en dicha partida resultaran insuficientes para afrontar las erogaciones
respectivas.

Eso debió atacar la Fiscalía, no volver a reeditar que esto excedía los
meros actos conservatorios. Pero va más allá el fallo, va mucho más allá,
es cierto que bien podría haberse optado por otra forma de imputar los
gastos y por ejemplo podría haberse creado una partida presupuestaria
especial para tales obras como lo exige la Fiscalía. El fallo también aclara
que el Concejo Deliberante aprobó todo esto, es decir dentro de las pujas
políticas en un momento cuando la mayoría del Concejo Deliberante era
contrario a Erro, no lo quería aprobar; pero cuando la mayoría entendió
que se trató de una obra que no sólo era muy útil para la ciudad de
Gualeguay, sino que no había salido un solo peso hacia otro fondo, hacia
otro destino, la aprobó en el año 2012, aprobó el convenio y los gastos.

En este aspecto, destacó que existe cierta discrecionalidad a la hora de


estructurar el presupuesto, en lo que se llama el plan de cuentas que nos
explicaron los contadores Silvio Carballo y Diana Rossi, de modo tal que
si en vez de crearse una partida especial para cada edificio o una
específica para las obras del correo se optó por un concepto más amplio y
genérico como es la partida Edificios y Paseos municipales, adonde
debían imputarse todos los gastos que demanden obras en edificios
municipales, ello per se no aparece irregular, siempre y cuando se
cumplan los restantes pasos administrativos; máxime cuando, como ya
vimos, dicha forma de estructurar el presupuesto ha sido aprobada por el
Consejo Deliberante. Es de práctica en el municipio local desde antes de
las obras en cuestión e incluso hasta la actualidad, y no ha merecido
observación alguna desde el Tribunal de Cuentas de la Provincia.

En definitiva, los agravios de la Fiscalía son sólo porque no le dieron


la razón, el agravio tiene que ser porque la sentencia esté infundada o
porque no contestó alguno de los puntos que útilmente haya arrimado la
parte, pero no puede ser simplemente por disconformismo, salvo que ese
disconformismo se base en evidencia o prueba no incorporada legalmente
o en una interpretación antojadiza o simplemente sin ninguna
interpretación como hemos visto en algunas causas donde se basan
solamente en la íntima convicción.

También el fallo contesta el agravio referido al fondo sojero, y refirió


que más allá que esta cuestión de la incorporación del fondo solidario a
dicha partida nunca fue reprochada a los imputados, tampoco se ha
demostrado que efectivamente los fondos utilizados para solventar las
obras en cuestión fueran aquéllos, ya que la partida Edificio y Paseos
municipales tenía previsto, sin contar la incorporación del fondo solidario
sojero, la suma de pesos ciento cincuenta mil ($ 150.000.-) en el año
2009 y la suma de pesos cuatrocientos mil ($ 400.000.-) en el año 2010,
y según hemos visto, la pericia arquitectónica concluyó que los gastos
peritados ascendían a aproximadamente 93.000 pesos al momento en
que se realizó ese estudio.

Agregó el Dr. Cullen que uno puede no estar de acuerdo con lo


resuelto, pero no puede decir que es un fallo que no tiene motivación,
tampoco se puede sostener como se sostuvo aquí que se violó alguna
normativa, la ley de contabilidad y de municipios. Pero el fallo explica que
prácticamente no se puntualizó qué artículos en concreto se habrían
violentado. Y es que ello no resulta sencillo, pues si, por ejemplo, se toma
la Ley de Municipios aplicable al momento de los hechos, esto es, la ley
3001, ésta da varias pautas en torno a la elaboración y ejecución del
presupuesto municipal a partir de los artículos 120 y siguientes, pero en
ningún caso establece un plan de cuentas determinado para distribuir las
partidas como para afirmar que la Partida Edificios y Paseos municipales
del presupuesto del municipio local deba ser estructurada de otro modo;
máxime, cuando el presupuesto, con esa partida, viene siendo aprobada
por el Consejo Deliberante desde hace unos años y no ha merecido
observación alguna por el órgano específico para hacerlas, esto es, el
Tribunal de Cuentas de la Provincia.
Cada incumplimiento de las normativas que sostiene el fiscal, son
refutados en el fallo. No implica una suerte de derogación del delito de
malversación como lo explica el fiscal, o una abrogación tácita por el uso y
costumbre, en ningún lado se sostiene semejante afirmación, por el
contrario se abarca la totalidad de un proceso extensísimo, y cada uno de
los puntos son rebatidos minuciosamente por el Dr. Cadenas.

En síntesis, por todo ello la Defensa se remitió a la sentencia que es la


mejor prueba y la mejor oposición al escrito casatorio, porque cada uno
de los agravios que ha realizado el Dr. Taleb encuentran sólidos
fundamentos en la sentencia. Por ello, entendió que debe rechazarse el
recurso de casación y confirmarse la absolución de Luis Erro. Para el caso
de que eso no sucediera y se decida anular el fallo, dejaron expresa
oposición a la remisión al solo efecto de una imposición de pena. Además,
entienden que una resolución contraria a lo aquí sostenido por la
Defensa, implicaría un nuevo elongamiento del proceso, que tiene 9 años
de duración, y donde se han violado los plazos razonables.

V- Ello así, se planteó lo siguiente: A las cuestiones articuladas ¿ qué


corresponde resolver?, y ¿qué sobre las costas del proceso?

La Dra. MARCELA DAVITE dijo:

I- Reseñadas en los párrafos anteriores las posturas de las partes,


corresponde analizar los agravios de la Fiscalía, que consistieron en que:
a) la sentencia se apartó de las reglas de la sana crítica racional al meritar
la prueba y así llegó a una conclusión que en modo alguno puede tener
aceptabilidad fundada, si se analiza racionalmente la prueba; y b) el fallo
en crisis no es una derivación razonada del derecho vigente aplicable a la
causa.

En cuanto al primer motivo de agravio, destaca el recurrente que es


un hecho acreditado que la obra pública efectuada en el edificio del
Correo Argentino carecía de partida presupuestaria específica en las
ordenanzas de presupuesto de los años 2009 y 2010, y que el Tribunal
para llegar a la conclusión absolutoria omitió considerar prueba
relevante, en especial los dichos del denunciante Logullo, de los testigos
Borgetto, Perier, Alle y Perossi quienes coincidieron en que no existían
partidas presupuestarias específica para los gastos que demandaron tales
obras, y en las pericias de las contadoras Lizzi y Rossi que así lo
confirmaron.

Ahora bien, de la detenida lectura de la sentencia surge que el


Tribunal consideró detenidamente cada una de las pruebas referidas por
el recurrente, pero le confirió un valor probatorio distinto del que había
sostenido la Fiscalía en sus alegatos y sostuvo luego en esta instancia.

II- Al principiar su análisis, el Tribunal delimitó la conducta


imputada, en tanto gran parte del debate giró en torno a precisar en qué
habían consistido las conductas que -a lo largo de la tramitación de la
causa- oscilaron entre la acción típica del delito de malversación y la de
peculado.

Luego indicó las precisiones que realizó la Fiscalía en su alegato final,


al fundamentar el comportamiento típico; así, tuvo en cuenta que para la
acusación es un hecho probado que el primero de abril de 2009 el Dr.
Erro suscribió con las autoridades del Correo Argentino un convenio
mediante el cual este último iba a ceder el uso al Municipio y como
contraprestación el Municipio se comprometía a realizar una serie de
obras que se detallaban en los anexos de ese contrato; que no había
partida para esas obras, ni en el presupuesto de 2009, ni de 2010; que
esas obras se solventaron con una cuenta de administración general del
municipio, que el Dr. Erro afirma que salieron de la partida “edificios y
paseos municipales”, pero que aún en ese supuesto, la conducta resultaría
igualmente ilegal, porque dicha partida no estaba prevista para esos
trabajos en edificios que no sean de titularidad del municipio, y porque
no se encontraron constancias contables de que en el edificio del correo se
realizaron obras.

En cuanto al primer tramo de la imputación, el Tribunal entendió que


no era una cuestión discutible que el imputado en su carácter de
intendente había suscripto con las autoridades del Correo Argentino el
convenio de cesión de uso de parte del edificio por contraprestación de
mejoras, reformas y obras, ni que tales obras efectivamente fuesen
llevadas a cabo; porque así surge de las copias del contrato, la pericia
arquitectónica, las fotografías agregadas a la causa, las constataciones en
el inmueble y lo manifestado por los obreros que trabajaron allí y
depusieron en el debate.

En cuanto al segundo tramo de la imputación, afirmó que tal extremo


no había quedado demostrado de acuerdo al recorte normativo del
artículo 260 del C.P. que castiga la conducta del funcionario que diere a
los caudales o efectos que administrare una aplicación diferente a aquella
a que estuviesen destinados.

A continuación el Tribunal analizó los elementos probatorios en los


que la Fiscalía sustentó su acusación, y explicó los motivos por los que
entendió que aquélla extrajo conclusiones que no se derivan de allí.
Luego de precisar los alcances de la imputación finalmente sostenida
contra Erro, estableció que lo que había que dilucidar, para luego poder
afirmar o no la materialidad de los sucesos y la responsabilidad del
imputado, era de qué partida salieron los fondos empleados en las obras
del correo, y si esa partida era la que presupuestariamente podía
utilizarse para ello.

La Fiscalía, continúa el magistrado, no especificó a qué partidas


presupuestarias pertenecían o correspondían esos fondos utilizados,
habiendo quedado claro que la cuenta de administración general del
municipio es, precisamente, una cuenta donde se encuentra el 99,9 % de
los fondos del municipio, pero no una partida.

Seguidamente, afirmó -en consonancia con lo alegado por la Defensa-,


que de todas aquéllas premisas de las que parte la Fiscalía, únicamente la
primera encuentra sustento probatorio, pero no está cuestionada por el
encartado, como también, que dicho convenio se cumplió, las obras se
terminaron, y se extendió el contrato. Pero en relación al resto de las
premisas en que se basa el acusador público para sostener la imputación
al encausado Erro, nada de ello se demostró.

Así, detalló el juez interviniente, que no ha quedado demostrada la


inexistencia de partida presupuestaria para realizar el gasto que
conllevaron dichas obras; para así concluir, valoró lo referido por las
contadoras Lizzi y Rossi, tanto en sus informes como en sus declaraciones
testimoniales, y advirtió que de dicha prueba el Ministerio Público Fiscal
extrajo conclusiones que no se derivan de los dichos de aquellas
profesionales, especialmente de los de la contadora Rossi. Ésta, destacó el
magistrado, explicó que es necesario detallar lo que se gasta por una obra
pública, pero que ello depende de cómo estén asignadas las partidas y de
la apertura de los planes de cuenta que tenga el ente público. En todas las
reparticiones hay partidas específicas afectadas a determinadas obras o
hay partidas más generales.

Valoró otras conclusiones que pueden extraerse de lo dicho por las


profesionales, específicamente cuando explicó que -como en el caso- si se
realiza una obra que no está especificada en el presupuesto, pero que
queda englobada en una categoría más amplia, hay que diferenciar el
gasto presupuestado y el contabilizado, y que puede pasar que dentro de
la cuenta Edificios Municipales, si fuere parte de ese conjunto y hubiera
una partida para el correo, podría rendirse dentro de esa cuenta.
También, la misma contadora refirió que revisó uno por uno los archivos
para verificar si aparecía la denominación que pudiera asociar
directamente con ese domicilio o correo, y ninguna cuenta se relacionaba
con el correo. Todas se identificaban con el nombre del plan de cuentas.
Por todo ello, entendió el Vocal que no se podía concluir que las obras
en el edificio del correo fueron realizadas sin partida presupuestaria y
mediante un desvío de fondos de partidas destinadas a otros fines, porque
de las pericias surgió que no se analizó toda la documentación, y que un
gasto puede estar presupuestado sin que aparezca detallado
específicamente en el presupuesto, pues el nivel o grado de detalle va a
depender de la apertura del plan de cuentas del ente. Para determinar si
se contabilizaron los gastos de dicha obra en el edificio del correo se debió
examinar la totalidad de la documentación contable y no parte de la
misma como lo hicieron las contadoras intervinientes.

Valoró también los dichos del contador Silvio Carballo, quien también
brindó amplias explicaciones sobre cómo está estructurado el
presupuesto en el municipio, desde hace años y en la actualidad. Explicó
el testigo -entre otras cosas- que existe una partida presupuestada para
edificios públicos municipales en todos los presupuestos anuales, la que
se usa para la mantención de todos los edificios propios o alquilados. Es
una partida global que incluye a todas las oficinas.

En relación a la necesidad, alegada por la Fiscalía, de que un


presupuesto contenga un detalle más específico de las partidas
disponibles para gastar, adujo el magistrado que la forma en que se
estructuró en los años 2009 y 2010 el presupuesto, e incluso actualmente
según Carballo, no aparece como violatorio de ninguna norma legal e
incluso, hasta donde se probó, ello no ha merecido ninguna observación
por el Tribunal de Cuentas de la Provincia, que es el órgano competente
para puntualizar y recomendar modificaciones sobre la materia.

Al valorar los dichos de Claudia Borgetto, destacó que en sus


exposiciones (en el Consejo Deliberante y esencialmente en el debate) la
testigo demostró muchas dudas sobre cómo es el procedimiento
administrativo contable, por lo que sus dichos aportaban poco o nada
para esclarecer los hechos materia de investigación y, menos aún, para
dar por acreditado que no existía partida presupuestaria para los gastos
realizados en el edificio del correo. Respecto a la cuestión de qué cuenta
salía el dinero para solventar las obras del correo, Borgetto refirió que no
sabía; y que estuvo solo dos meses, no llegó a tres meses y que cree que en
ese tiempo no se ejecutó la obra del correo, después no se interiorizó, no
sabe a qué partida se imputaban. Explicó también el juez lo
relacionado a la copia de una orden de provisión acompañada por el
denunciante Logullo y que se encuentra glosada a fs. 191, concluyendo
que el apartado "partida" que se encuentra en la orden de provisión
recién era llenado cuando la orden pasaba por el área de contaduría, pues
es allí donde se debe imputar el gasto a una determinada partida
presupuestaria; lo que se hacía, según se dijo, con unos números que
indicaban tal o cual partida, y que, en caso de no existir partida, se debía
devolver con las observaciones correspondientes, nada de lo cual se
observa en la orden adjuntada; además, destacó, no se ha específicado en
el item "destino" que esa orden correspondiera a la obra del Correo -tuvo
en cuenta, para ello, también la declaración de Bonzón, que expresamente
manifestó que se relacionaba con una obra realizada en otra dependencia
municipal-.

Concluyó la primer parte de su argumentando, destacando que no ha


sido cuestionado por las partes que la partida Edificios y Paseos
municipales no contiene una subdivisión en otras partidas, sólo se
diferencian materiales y servicios.

Se produjeron pruebas en torno a que los gastos de dichas obras se


imputaban a la partida Edificios y Paseos municipales; ello surge de los
dichos de los testigos Carballo -a cuyo testimonio el magistrado le dedica
un extenso análisis-, Perossi, Alle, Figueroa, y Borgetto. Carballo afirmó,
incluso, que nunca le cuestionaron o le pidieron ninguna explicación en
relación a cómo imputaba los gastos, y que a pesar de haber tomado
conocimiento del cuestionamiento que se transformó en una causa penal,
no obstante ello ha seguido imputándose así.

También ponderó el juez de sentencia, que en la etapa investigativa se


dispusieron allanamientos en oficinas municipales en procura de
secuestrar órdenes de provisión y/o libramientos relacionadas con el
gasto realizado en las obras del edificio del correo argentino, que
arrojaron resultado negativo. Por todo ello, reafirmó su conclusión de que
no se ha demostrado acabadamente y con el grado de certeza que la
instancia requería, que efectivamente los gastos en las obras del correo no
se imputaran a la partida genérica Edificios y Paseos municipales como
han sostenido los imputados, sus defensas, y los testigos.

En cuanto a la ilegalidad de dicha imputación de gastos, analizó en


primer lugar si el edificio del correo es o no un edificio municipal, y si tal
partida sólo comprendería edificios y paseos de propiedad del municipio.
Afirmó, en respuesta a la acusación, que no se puede pretender que la
partida presupuestaria Edificios y Paseos municipales únicamente aluda a
edificios y paseos que son propiedad del municipio y no a aquellos en que
sí funcionan oficinas municipales pero que no integran el patrimonio del
ente municipal. Y si bien reconoció que no ha existido algún estudio
pericial contable que acredite tal extremo, de los diversos testimonios
surgió que efectivamente ello es así desde hace mucho tiempo, en especial
de los dichos de los contadores Carballo y Figueroa, a los cuales se
remitió. No le quedaron dudas, al sentenciante, que dicha partida cuando
alude a Edificios y Paseos municipales no está haciendo referencia
exclusivamente a bienes que integren el patrimonio municipal, sino a un
concepto funcional, es decir, a aquellas dependencias donde funcionan
oficinas municipales.

Para reforzar esta conclusión, tuvo en cuenta los mismos presupuestos


municipales, aprobados por el Consejo Deliberante, donde queda claro
que dicha partida se usa para la mantención de todos los edificios propios
o alquilados, es una partida global que incluye a todas las oficinas.
Entendió, asimismo, que no cabe otra interpretación incluso si se observa
el resto de la normativa municipal cuando se alude al concepto de edificio
municipal, de la que cita artículos. El juez descartó así, que existiese algún
impedimento para imputar gastos realizados en edificios donde
funcionaban oficinas municipales aún cuando no fueran propiedad del
municipio, como es el caso del inmueble del correo argentino.

En cuanto a la entidad de los trabajos realizados en el Correo, aclaró


que aún cuando se partiera de la base que las obras allí materializadas
exceden lo que sería un mero mantenimiento y se le diera la razón a la
fiscalía que se trató de obras de cierta envergadura, lo cierto y concreto es
que no queda para nada claro que ello per se impidiera que se imputaran
las erogaciones respectivas a una partida como la de Edificios y Paseos
municipales, siendo que -como analizara previamente- se había concluído
que dicha partida estaba prevista precisamente para solventar gastos en
inmuebles destinados a oficinas municipales y sobre todo cuando dicha
partida abarca todos los edificios sin discriminar por cada inmueble por
separado. Tuvo en cuenta también que se dictaron Ordenanzas
posteriores por parte del HCD, validando lo realizado e imputando los
gastos a la misma partida presupuestaria, sin que ello fuera cuestionado
con posterioridad, o mereciera una nueva denuncia penal o al menos
algún tipo de observación desde el Tribunal de Cuentas de la Provincia.
Continuó el Dr. Cadenas, en su análisis, ocupándose de tratar la
cuestión de la inclusión del fondo solidario sojero, cuya regulación no
permitiría la utilización de esos fondos en obras como las del correo. Pero
consideró que, más allá que esta cuestión nunca fue reprochada a los
imputados, tampoco se ha demostrado que efectivamente los fondos
utilizados para solventar las obras en cuestión fueran aquellos. Además, y
aún cuando se diera ello por cierto, afirmó que no se encuentra para nada
demostrado que precisamente esos fondos hayan sido los que fueron a
parar a las obras del correo, y no a otras de las tantas dependencias
municipales, ya que ni siquiera se produjo prueba alguna al respecto. Por
último, en relación a la supuesta violación de normas que se habría
efectivizado -concretamente, de la Ley de Municipios, de la Ley de
Contabilidad y de la de Obras públicas de la Provincia-, destacó que no se
puntualizaron qué artículos en concreto se habrían violentado, realizando
el magistrado un racconto de las disposiciones mencionadas, para
concluir que, de conformidad a la prueba rendida en el debate, no se
demostró que haya existido un desvío de partidas presupuestarias para
materializar dichas obras.

Luego de todo ese análisis de las alegaciones del órgano acusador, el


Dr. Cadenas finalizó su voto afirmando que no se demostró con el grado
de certeza que requiere un veredicto condenatorio, que efectivamente
haya existido un desvío de partidas presupuestarias para realizar las
obras en el edificio del correo argentino.

Por todo ello, el Tribunal resolvió la absolución de los encartados por


el delito de Malversación de Caudales Públicos que se les atribuyera
oportunamente en carácter de coautores (artículos 45 y 260 del Código
Penal y artículo 409 del Código Procesal Penal de Entre Ríos). III- Luego
de esta reseña de los motivos que condujeron a la absolución, entiendo
que le asiste razón al Tribunal al considerar que no es posible afirmar la
materialidad del hecho atribuido, ello así por cuanto no quedó
demostrado que en los presupuestos 2009 y 2010 no existiera partida
presupuestaria para los gastos que a título de contraprestación por el
contrato de cesión se llevaron a cabo en el edificio del Correo Argentino.

En efecto, las pericias contables realizadas por la Contadora Lizzi, al


inicio de la investigación, y por la Contadora Rossi al finalizar la etapa
instructora, carecen de valor convictivo en relación al núcleo de lo que se
investigó en esta causa.

Así, en ambas pericias se afirma que, en los presupuestos


correspondientes a los años 2009 y 2010 no se encontró ninguna partida
destinada a obras en el edificio del Correo. Sin embargo en el curso del
debate, la misma contadora Rossi dijo que no analizó la totalidad de la
documentación de la contabilidad del municipio; que en el plan de
cuentas contenido en los presupuestos de los años 2009 y 2010, en el
rubro de obras públicas, constató que tales cuentas tenían que ver con
pavimentación, red de alumbrado público, extensión de red de agua
potable, colectoras cloacales, cordón cuneta, defensa costera, desagües
urbanos, distribución de ripio, mejoras de calle, Puerto Ruiz, edificios y
paseos municipales; pero que esas cuentas no estaban desagregadas, y
por ello, un gasto puede estar presupuestado sin que aparezca detallado
en el presupuesto, puesto que el detalle depende de la apertura del plan
de cuentas del ente.

Por ello, al haberse revisado en las pericias los movimientos de las


partidas que figuran en el presupuesto -entre las que junto con otras
aparece la partida “Edificios y Paseos municipales”- pero de manera
genérica, esto es sin una subdivisión que se corresponda con cada uno de
los edificios y paseos, no pueden surgir de allí los movimientos
correspondientes al edificio del correo.

Lo dicho por la contadora Rossi que fue quien contó con la mejor
información, se condice con lo manifestado por el testigo Carballo en el
Debate y ante el HCD, respecto a que “Edificios y paseos municipales” es
la partida presupuestaria para los gastos correspondientes a los edificios
públicos, tanto propios como alquilados, en todos los presupuestos
anuales. Y al igual que Rossi explicó que en “el rubro mayor” -que es lo
que pudo analizar la perito- que sale de la cuenta no se identifica la fecha
pero sí el número de orden de compra, de modo que para determinar el
gasto en cada edificio se debería recurrir a la cuenta de “Edificios y
paseos” y analizar de qué orden de compra venía, con el edificio en
concreto. Esto es justamente lo que en la pericia no se realizó.

Asimismo le asiste razón al Tribunal cuando concluye que no puede


tenerse por acreditada la falta de partida presupuestaria en los años 2009
y 2010 con lo manifestado por la Cdora. Borgetto respecto a que había
rechazado órdenes de provisión de materiales que tenían como destino el
edificio del Correo. Ello así porque, como ya se explicó, en ninguno de los
dos presupuestos había una partida presupuestaria especial para ello.

Y tampoco podía acreditarse la inexistencia de partida presupuestaria


para la realización de esos gastos, por lo manifestado en el mismo sentido
que Borgetto por parte del denunciante Logullo, y por los testigos -el
concejal Perier y el empleado Perossi- quienes entendieron que, como el
Correo no es un inmueble de propiedad municipal, no encuadra en la
partida “Edificios y paseos municipales”, a diferencia de lo explicado por
la Contadora Rossi y más largamente por el Contador Carballo, al afirmar
que tal partida era global, que siempre se realizaron las imputaciones de
ese modo, y que en la actualidad se sigue haciendo así.

Y también le asiste razón al Tribunal al afirmar que no se pudo


demostrar que los gastos realizados en el Correo no se imputaron a la
partida “Edificios y paseos municipales”. Ello, por una parte, porque sólo
se revisaron las constancias contables donde los gastos no aparecían
discriminados -y entonces no era posible poderlos individualizar-, y por
otra, porque se produjo abundante prueba que indica que los gastos de las
obras sí se imputaban a esa partida. Así, por ejemplo, los testigos
Carballo, Perossi, Alle, Figueroa, e incluso la misma contadora Borgetto,
refirieron que las erogaciones para las obras en cuestión se imputaban a
la partida “Edificios y paseos municipales”.

De la misma manera son buenos los motivos expuestos en la sentencia


para rechazar la alternativa propuesta por la Fiscalía, conforme la cual la
conducta seguiría siendo ilegal incluso en el supuesto de que los gastos se
hubiesen imputado a la partida “Edificios y paseos municipales”, como lo
afirma el imputado y los testigos.

Comparto con el Tribunal en que nada indica que tal partida se


refiriera exclusivamente a inmuebles propiedad del municipio, ni que la
literalidad del texto de la partida del presupuesto indique sólo esa
interpretación: los Contadores Figueroa y Carballo, dieron claras
explicaciones al respecto, principalmente cuando compararon la situación
con otras dependencias municipales que funcionan en inmuebles que no
son propios del municipio, para las cuales no se prevé una partida
especial.

Pero además, no puede obviarse en este análisis que el HCD, a poco


tiempo de presentada la denuncia en sede penal, y tras una deliberación,
decidió por unanimidad archivar el proyecto de ordenanza presentado
por Logullo para declarar nulo dicho convenio. Y que lo manifestado por
el Contador Carballo, respecto a que la partida “Edificios y paseos
municipales” incluía de todos los edificios donde funcionen dependencias
municipales, encontró plena confirmación mediante la ordenanza del
HCD dictada el 5 de enero de 2012.

En efecto, en el artículo 1° de dicha ordenanza se ratificó el Contrato


de Cesión de uso por contraprestación de mejoras, reformas y obras
celebrado por el Ejecutivo Municipal y las autoridades del Correo
Argentino. En el art. 2° se ratificó el Decreto N°266/09 de fecha 13 de
mayo de 2009 que dispuso la aprobación del convenio; en el art. 3°
aprobó el Contrato de ampliación del Plazo del Convenio de Cesión de
Uso; y en el art. 5° estableció que todas las erogaciones que demanden las
obras deberán ser imputadas a la partida presupuestaria “Edificios y
paseos municipales”.

Esto último, también sirve para descartar el segundo agravio de la


Fiscalía, por cuanto no es posible compartir que la decisión del Tribunal
se sostiene en una noción vaga y poco certera, de usos y costumbres
locales que permitirían desvirtuar el sentido y finalidad de la partida
“Edificios y Paseos municipales”; y que tal interpretación se de bruces con
la autopercepción del Concejo Deliberante, puesto que como ya lo señalé,
fue este ente, el que, por unanimidad decidió archivar el proyecto de
ordenanza elaborado por el Concejal Logullo para anular el convenio en
cuestión, y más adelante, ese mismo órgano legislativo, no solo ratificó el
convenio y el decreto que lo aprobaba, sino que expresamente dispuso,
que los gastos que requerían las obras del Correo en razón de la
ampliación del convenio debían imputarse a la partida “Edificio y paseos
municipales”.
Finalmente, cabe destacar que depende de cada municipio la decisión
del grado de detalle con el cual se estructuran sus presupuestos, y que si
bien, mientras más específicas sean las partidas disponibles para gastar
habrá mayor facilidad para su control y más cercanía con el espíritu de las
leyes de Municipio y de Contabilidad, la estructuración del presupuesto
del modo dispuesto en las ordenanzas municipales no resulta violatorio
de la Ley de Municipios, de Contabilidad, ni tampoco de la de Obras
Públicas.

En efecto la ley de Municipios -N° 3001- da pautas para la


elaboración del presupuesto, pero de allí no se deduce la imposibilidad de
estructurarlo como lo venía haciendo el HCD de la ciudad de Gualeguay;
del mismo modo la ley de Contabilidad provincial -N° 5140- establece
pautas generales para la elaboración del presupuesto, y deja a cargo de la
reglamentación las precisiones; por último la ley de Obras Públicas -Nº
6351- en su art. 4° permite, si bien en forma excepcional, realizar obras
públicas en inmuebles sobre los que se ejerza el derecho de posesión,
servidumbre o uso, es decir inmuebles, que no son propios.

A esta altura me encuentro en condiciones de afirmar que con la


prueba que ingresó al debate, especialmente la documental, pericial y
testimonial, no es posible tener por acreditado un desvío de partidas
presupuestarias para la realización de las obras en el edificio del Correo
en carácter de contraprestación por el Convenio de Cesión.

Vale recordar que el delito de malversación de caudales públicos,


también denominado “aplicación arbitraria de fondos” o “destino
indebido de fondos públicos” o “mala aplicación de fondos públicos”,
consiste en dar a los caudales o efectos administrados por el autor una
aplicación diferente de aquella a la que estuvieran destinados.

Ello presupone la existencia de fondos públicos que tengan un destino


predeterminado y que el autor les dé una aplicación diferente, les cambie
el destino, siempre dentro de la misma administración pública.

El destino de los fondos debe estar predeterminado legalmente, sea en


forma genérica o específica, para ser aplicados a un caso en particular o a
un género diferente, pero como sostiene la doctrina, sin la existencia de
un destino predeterminado no puede haber malversación (cfr.
BUOMPADRE, J. "Malversación de caudales públicos", en BAIGÚN, D.-
ZAFFARONI, E. (dir.) Código penal y normas complementarias. Tomo
10. Hammurabi, Bs. As., 2011, ps. 644 y ss.) y en este supuesto es esto
justamente lo que no pudo acreditarse.
IV- Por todo lo dicho, considero que la alegada arbitrariedad de la
sentencia, enarbolada por la Fiscalía en el escrito recursivo, no se verifica
en autos, correspondiendo el rechazo de la Casación intentada, y la
confirmación de la sentencia puesta en crisis.

En relación a las costas y atento al resultado al que se arriba, luego del


tratamiento de la cuestión, corresponde imponerlas de oficio.

Así voto.

A la misma cuestión propuesta, los Sres. Vocales Dres. PEROTTI y


BADANO, expresaron que adhieren al voto precedente.

A mérito de lo expuesto, y por Acuerdo de todos sus integrantes, la


Sala I de la Cámara de Casación de Paraná resolvió dictar la siguiente

S E N T E N C I A:

I. RECHAZAR el Recurso de Casación interpuesto por el


Representante del Ministerio Fiscal Dr. Jorge Gamal TALEB en fecha
24/09/2018 -cfr.fs.1149/1158- y en consecuencia CONFIRMAR la
sentencia de fecha 07/09/2018 dictada por el Tribunal de Juicio y
Apelaciones de Gualeguay.

II- DECLARAR las costas de oficio.

III.- PROTOCOLICESE, notifíquese, regístrese y en estado, bajen.-

HUGO PEROTTI MARCELA DAVITE


MARCELA BADANO

Ante mí:
CLAUDIA ANALIA GEIST

-Secretaria-

Se protocolizó. CONSTE.

Claudia A. Geist

-Secretaria-

You might also like