Nunca olvidaré la primera vez que entrené en el equipo de fútbol de mi pueblo.

Ingresé a la
escuela de fútbol cuando tenía 13 años. Esto fue hace unos 7 años, al principio iba solamente 1 vez
a la semana porque tenía otras actividades en las tardes. Luego de acabaron esas actividades y con
mucho tiempo libre, comencé a ir todos los días de la semana y durante un año y medio mejoré
mis habilidades, lo que me ayudó a ganar la posición de centrocampista creativo del lado izquierdo
en el equipo de mi rango de edad (13-14 años).

Empezamos a participar en partidos de clasificación para un torneo que se disputaba en la región,

ganamos varios partidos en donde hice varias asistencias y goles, uno de ellos de un exquisito
remate de volea. Logramos ganar la plaza con uno de los mayores puntajes, 4 ganados 1
empatado y 1 perdido.

Y no te lo vas a creer, pero una semana después de clasificarnos para el torneo en un

entrenamiento de una práctica de fútbol estaba disputando la pelota con otro jugador y me
empujó tan fuerte que caí en una mala posición sobre mi brazo lo que hizo que me dislocara el
codo izquierdo.

Tuve que ir al médico para hacerme los chequeos y las radriografías, ya que no podía estirar el
brazo. Cuando salieron los resultados el doctor me comentó que me había fisurado el codo y por
lo tanto tenía que guardar reposo mientras sanaba. Me recomendó retirarme de los
entrenamientos por unos meses pero me rehusaba a hacerlo ya que había logrado entrar al
equipo, ganar la posición y luego clasificar al torneo después de tanto esfuerzo. Me puso una
venda ortopédica ya que no permití que me pusieran yeso, esto iba a tardar más y con esto no me
dejarian ingresar a los entrenamientos ni al torneo. Prometí hacerme los chequeos cada 15 días y
cuidarme mucho, yendo a las terapias y haciendo todos los ejercicios en casa además de tomarme
las medicinas.

Pero eso no es todo, un nuevo jugador de otra ciudad de mudó a mi pueblo y empezó a entrenar
con el equipo y competir por mi posición. Y yo no podía entrenar durante 1 mes con el equipo
regular.

Espera un momento. Se pone mejor, quedaban 2 meses para comenzar el torneo así que empecé
a entrenar fuertemente otras habilidades que no requerían mucho movimiento, como tiros libres
y pases, manejo de la pelota más que todo. De igual manera estaba yendo continuamente a las
terapias y hacía los ejercicios en casa muy juicioso. Siempre tomaba mis medicinas y algunas otras
vitaminas para que fuera más rápida la recuperación.

El destino comenzaba a sonreírme ya que Al nuevo jugador le fue mal en la escuela y su familia no
le permitió volver a entrenar hasta que sus notas mejoraran. Y aunque no debemos regocijarnos
por las desgracias de los demás, esto me dio un chance de lograr mi objetivo. Terminó mi mes de
práctica individual y comencé a practicar con el equipo.

Al final se acabó en que me recuperé a tiempo, dos días antes del torneo fuí al doctor y aunque no
estaba totalmente curada la fisura, me dio el aval , mantuve la posición y participé en el torneo.

Finalmente, aunque no ganamos, llegamos a cuartos de final donde derrotamos al equipo más
fuerte del campeonato. Y con eso me bastó para sentirme muy felíz.
I'll never forget the first time I was training for the soccer team in my town. I joined soccer school
when I was 13. This was about 7 years ago now. At first I only went once a week because I had
other activities in the afternoons. After those activities were over and with a lot of free time, I
started going every day in the week. For a year and a half I improved my skills, which helped me
gain the position of creative midfielder on the left side, in the team in my age range (13-14 years).

We began to participate in qualifying matches for a tournament that was played in the region, we
won several games where I made several assists and goals, one of them an exquisite volley shot.
We managed to win the place with one of the highest scores, 4 won 1 tied and 1 lost.

And you won't believe it, but a week after we classified to the tournament, in a soccer training I
was disputing the ball with another player and he pushed me so hard that I fell into a bad position
on my arm which made me dislocate the left elbow.

I had to go to the doctor for checkups and X-rays because I couldn't stretch my arm. When the
results came out the doctor told me that I had fissured my elbow and therefore I had to rest while
it healed. He recommended me to retire from training for a few months but I refused to do so
because I had managed to join the team, win the position and then qualify for the tournament
after so much effort.

He put me an orthopedic bandage and I promised to have my checkups every 2 weeks, to take
care of myself and going to therapy.

But that's not all, a new player from another city moved to my town and began to train with the
team and compete for my position. And I couldn't train for 1 month with the regular team.

Wait a minute. It gets better, there were 2 months left to start the tournament so I started to
strongly train other skills that didn't require much movement, like free throws and passes. I always
took my medicines and some other vitamins to speed up the recovery.

Fate was beginning to smile at me because the new player did badly in school and his family did
not allow him to train again until his grades improved. And although we should not rejoice over
the misfortunes of others, this gave me a chance to achieve my goal. My month of individual
practice ended and I started practicing with the team.

Two days before the tournament I went to the doctor and although the fissure was not completely
healed, he gave me the endorsement, I maintained my position and participated in the
tournament.

Finally, although we did not win, we reached the quarterfinals where we defeated the strongest
team of the championship. And that was enough for me to feel very happy.