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Secretaría Nacional de la Juventud (2018).

Informe Nacional de las juventudes en el Perú 2016-


2017. Recuperado de https://juventud.gob.pe/wp-content/uploads/2018/12/INFORME-
NACIONAL-DE-LAS-JUVENTUDES-2016-2017.pdf

A nivel nacional, en el año 2017 la población joven peruana representaba el 26,5% de la


población total y se caracterizaba por ser una población de predominancia urbana, el 77,5% del
total de la población joven reside en el área urbana, siendo Lima Metropolitana la concentra el
32.1% del total de la población joven.

Para el año 2011, el total de la población peruana en situación de pobreza alcanzaba al 27.8%,
cifra que ha ido disminuyendo hasta un 7.1% para el año 2016, en los que se llegó al 20.7%, lo
cual repercutió en un descenso en la incidencia de la pobreza en la población joven del país
(18.6%), aunque a nivel regional se registran los porcentajes más altos en la están ubicadas en
la zona sur andina principalmente (47,8% en Cajarmarca).

Sobre la trayectoria de la tasa neta de asistencia a educación superior, técnicos o universitarios,


de parte de la población joven confirma una tendencia, aunque ligera, al crecimiento sostenido
desde el año 2009, en el que se registraba un porcentaje de 24.1%, que para el 2016 alcanzó un
27.9%. Es importante indicar que el corte de edad formulado para el análisis (17-24 años de
edad), asume dicha etapa como el momento regular para la realización de estudios superiores.
Además cabe resaltar la brecha entre la población urbana y rural que para el 2016, alcanzó un
31.4% y 15.1% respectivamente.

Sobre el nivel educativo de la población joven de 25 a 29 años de edad, el 20.5% de la población


joven alcanza la educación superior no universitaria en el 2016 y la presencia en el nivel superior
universitario logra un 26.3%. Sin embargo, la población joven del área urbana se mantiene por
encima de la población rural: a nivel superior universitario, la población urbana alcanza un 30.5%
en el 2016, mientras que la población rural, 6.8%. En cuanto al nivel superior no universitario, la
población rural alcanza un porcentaje de 8.6% en el 2016, pero sigue manteniéndose por debajo
del 23.0% de la población urbana.

La población económicamente activa (PEA) Joven alcanzaría al 62.5% del total mientras que la
población económicamente inactiva (PEI) Joven comprendería el 37.5% y el porcentaje de
jóvenes que no estudian ni trabajan llega al 19.6% en el 2016. Por otro lado, del total de la PEA
Joven, un 90.1% se encontraría ocupada (PEA Ocupada), mientras que un 9.9% se encontraría
desocupada (PEA Desocupada). Sin embargo, el 44.1% de la PEA Ocupada se encuentra en una
situación de empleo informal y solo el 12.3% en un empleo formal.

Población joven de 15 a 29 años de edad afiliada a un seguro de salud en el 2016 es del 76,1%

En el 2016, el 31.2% de la población penitenciaria del país, recluida por homicidio, está
compuesta por jóvenes

Las mujeres de 15 a 29 años de edad víctimas de feminicidio en nuestro país, alcanzan el 54.9%,
siendo el grupo de edad más afectado con más de la mitad de los casos. Además, se observa que
para las mujeres jóvenes víctimas de feminicidio de 15 a 29 años de edad, en la mayoría de los
casos (58.2%) el agresor habría sido una pareja sentimental, seguido de una expareja (19.0%).
Ministerio de Salud. (2017). Documento técnico: Situación de salud de los adolescentes y
jóvenes en el Perú 2017. Recuperado de http://bvs.minsa.gob.pe/local/MINSA/4143.pdf

Los indicadores educativos han mejorado desde el 2001 al 2015, indicando un mayor acceso de
adolescentes y jóvenes a los servicios educativos, así como a un mayor nivel de instrucción,
aunque aún persisten brechas muy amplias entre las áreas urbanas y rurales.

Entre 2011 y 2016, el porcentaje de los jóvenes de 12 a 29 años con cobertura de algún tipo de
seguro de salud se ha incrementado de 64.5% a 75.4%.

La prevalencia de vida de consumo de alcohol y tabaco, entre los escolares de secundaria, era
en 2012, de 37.2% y 22.3%, con un promedio de inicio de consumo de 13.3 años de edad. La
familia constituye el principal entorno para el inicio del consumo de alcohol, mientras que los
amigos del barrio lo son para el tabaco y la marihuana, y los compañeros de estudio para el
consumo de otras drogas ilegales.

Entre estudiantes universitarios, la prevalencia de vida de consumo de alcohol es del 87.1%, del
tabaco 59.9%, de la marihuana 11.6%; de la cocaína 2.0%, la pasta básica de cocaína 0.4% y el
de los tranquilizantes 5.2%.

Según los estudios del Instituto Nacional de Salud Mental (INSM), la prevalencia de tendencias
psicopáticas, entre los adolescentes del país, es del 37.0% en promedio, y el de adolescentes
que son tolerantes a conductas delictivas de 7.3%. El planeamiento suicida va del 11.0% en Lima
Metropolitana a 3.5% en la sierra rural.

En 2015, el porcentaje de adolescentes víctimas de violencia física o psicológica, alguna vez en


la vida, en sus hogares o centros de atención residencial, fue de 81%, mientras que en la
institución educativa fue de 73.8%; la prevalencia en los últimos 12 meses llegó a 38.8% en los
hogares y a 47.4% en las instituciones educativas. El 34.6% señalaron que alguna vez en su vida
fueron víctimas de violencia sexual, 19.9% en los últimos 12 meses.

Las principales víctimas de los homicidios en el Perú son los jóvenes de 15 a 29 años de edad,
representando, entre 2011 y el 2015, el 40% de todas las víctimas de homicidio. En 2016, entre
la población penitenciaria condenada por homicidio doloso, el 33.2% eran jóvenes entre 18 y 29
años de edad, poniendo en evidencia que son los jóvenes las principales víctimas como los
principales responsables de los homicidios en el Perú.

En 2010, el 19.7% de los estudiantes de secundaria refirieron haber tenido relaciones sexuales
alguna vez en su vida. Entre estos estudiantes, 46.7% tuvieron su primera relación sexual antes
de los 14 años.

El porcentaje de adolescentes, alguna vez embarazadas, no ha sufrido cambios importantes


entre 1996 y el 2015, años en que este porcentaje fue de 13.4% y 13.6% respectivamente. El
embarazo adolescente es el doble en el área rural en relación al área urbana (22.5% y 10.6%
respectivamente para el 2015).
Secretaría Nacional de la Juventud (2012). Perú: Resultados Finales de la Primera Encuesta
Nacional de la Juventud 2011. Recuperado de
https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/publicaciones_digitales/Est/lib0991/libro.pdf

Según la ENAJUV 2011, el 31,2% de los jóvenes de 15 a 29 años tienen perspectiva de iniciar un
negocio o empresa, en el corto plazo (próximos 12 meses). En el área urbana, se observa que
el 31,2% de jóvenes tienen perspectiva de iniciar un negocio o empresa y En el área rural, se
observa que el 23,2% de los jóvenes tienen perspectiva de iniciar un negocio o empresa. Las
principales razones que impulsan a los jóvenes de 15 a 29 años a iniciar un negocio o empresa
son “el mejorar sus ingresos” (96,5%) y” el deseo de ser independientes”(92,5%).

Según los resultados de la ENAJUV 2011, el 48,2% de los jóvenes de 15 a 29 años tienen
expectativa de vivir en otro país. En el área urbana, el 51,0% de los jóvenes tienen expectativa
de vivir en otro país. En el área rural, el 33,3% de los jóvenes tienen expectativa de vivir en
otro país. Manifestaron que las razones por las que piensan salir del país son principalmente
“por mejora económica” (49,5%), “por motivos de estudio” (21,8%) y “por contrato de trabajo”
(11,9%).

El mayor porcentaje del total de jóvenes de 15 a 29 años de edad tienen interés en la política y
es independiente (47,7%), el 14% le interesa la política y es simpatizante de algún partido
político, el 1,2% es miembro de algún partido u organización política y al 36,2% de jóvenes no
les interesa la política.

Cabe resaltar que con respecto a los partidos políticos la percepción de los jóvenes es “nada de
confianza” (50,6% del total de jóvenes) y el 39% poca confianza.

En el tema de participación ciudadana Es importante resaltar que el 60,9% de los jóvenes de 15


no participa en algún grupo o asociación. El 20,7% de los jóvenes de 15 a 29 años de edad
participan en algún club o asociación deportiva; participan en menor porcentaje en asociación
de estudiantes (12,4%). Se muestra que el 50,2% del total de la población joven de 15 a 29
años de edad manifiestan no haber participado en algún grupo o asociación por falta de
tiempo, en segundo lugar le sigue el 23,3% que no participó porque no le interesa.

De acuerdo a la ENAJUV 2011, se muestra que el 58,6% del total de la población joven de 15 a
29 años de edad manifiestan que el problema más importante que afecta a los jóvenes es “la
delincuencia / el pandillaje”, seguido del 43,2% que consideran como problema más
importante a “la falta de oportunidades para acceder a los trabajos” y el 39,5% que indican a
“el consumo excesivo de alcohol o drogas” como el problema más importante.
Nureña, C., Salazar, D. y Ramírez, I. (2014). Jóvenes, universidad y política: Una aproximación a
la cultura política juvenil desde las perspectivas de los estudiantes de la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos. Lima: SENAJU. Recuperado de http://juventud.gob.pe/wp-
content/uploads/2017/12/J%C3%B3venes-universidad-y-pol%C3%ADtica.pdf
El 66% de los estudiantes sanmarquinos refirió tener “mucho o algo de interés” en la política
nacional y solo el 8% refirió no tener “nada de interés”. No obstante, en cuanto al nivel de
interés de los estudiantes en la política universitaria, se pudo apreciar una reducción del
porcentaje de “mucho o algo de interés” a un 48% y el incremento de “nada de interés” a un
14%. Además sobre el nivel de información sobre la política universitaria superan a las
reportadas para el interés, ya que se consideraban “informados” o “muy informados” sobre
el mismo tema llegaban en conjunto al 59%.
Respecto a las maneras en que se informan los estudiantes sobre los asuntos y sucesos
políticos en la Universidad se encontró que predomina la transmisión de información a
manera de conversaciones cotidianas (50,4%). Luego, aparecen medios como los paneles
y pizarras con mensajes políticos (38,1%) y las publicaciones estudiantiles virtuales con
(36,9%). Por otro lado, las fuentes de información menos comunes fueron los medios de
comunicación masivos (14%) y la participación en reuniones y asambleas estudiantiles
(16,4%), aunque en este último caso el porcentaje se eleva bastante para los estudiantes
de Ciencias Sociales/Humanidades (32,3%), contrastando con las otras áreas.
En cuanto a la auto-percepción de los estudiantes en función de referentes de orientación
política existe una predominancia al «centrismo» (48%), pero se logra apreciar una ligera
inclinación hacia la “izquierda” política (29%) con excepción en las carreras de las áreas
Económico-Empresariales.
En tanto las ideas que los estudiantes sanmarquinos asocian al concepto de «política» y de
«democracia», se mostró una alta dispersión en las preferencias, pero prevalece una visión
de democracia liberal y representativa, en que se enfatiza la libertad de expresión y el
respeto a los derechos civiles y políticos, donde la noción de política se orienta al diálogo y
la búsqueda de consensos orientados al bien común. Sin embargo estos no parecen ser los
rasgos más distintivos de la actividad política en la UNMSM, sino más bien la lucha y el
conflicto, como se refleja por ejemplo en los programas estudiantiles que aluden
constantemente a «acciones de lucha».
Una cantidad relativamente importante de jóvenes indicó que había tomado parte en
actividades o manifestaciones políticas como huelgas o «movilizaciones» (30,4%),
asambleas estudiantiles (27,4%), mientras que fueron menos los que mencionaron las
«tomas de local» (13,4%). En este sentido, la gran mayoría (79%) consideró que «es válido
realizar una protesta siempre y cuando no se afecte el derecho a estudiar de quienes no
desean participar»
Respecto a la participación de los encuestados en diversas agrupaciones estudiantiles se
encontró que los «círculos de estudio» fueron las formas de asociación más comunes entre
los estudiantes, aunque, en términos globales, quienes participaban en ellos eran solo un
poco más de la tercera parte (36,8%); pero notablemente, más de la mitad de los estudiantes
de Ciencias Sociales/Humanidades. Por otro lado, una quinta parte de los alumnos dijo
haber participado en colectivos de tipo académico, proporción muy similar a la hallada para
los casos de los grupos deportivos/ recreacionales y los culturales/artísticos.
El reporte de participación en organizaciones políticas estudiantiles alcanzó solo un 13,8%,
pero esa cifra casi se dobla en Ciencias Sociales/ Humanidades (24,4%).
Nureña, C. (2016). ¿El estigma genera despolitización? Participación, estigmatización por
la violencia política y rechazo a Sendero Luminoso en la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos. Revista Andina de Estudios Políticos, 6(2), 117-133. Recuperado de
http://www.iepa.org.pe/raep/index.php/ojs/article/view/81/69

Según Nureña (2016), el tipo de estigmatización de la política que surgió a fines del
siglo XX parece haber perdido su eficacia como elemento desmovilizador en la participación
estudiantil. Los estudiantes muestran un alejamiento de la política interna de la Universidad,
motivado por factores inherentes a este campo político, en especial la rigidez de unos
aparatos de gobierno que han excluido a las iniciativas estudiantiles autónomas. Esto ha
configurado un fenómeno que de “desencanto político focalizado” en la universidad en el
que no interviene el estigma por la violencia política.
Asimismo, no encontró una vinculación comprobable entre un mayor rechazo a
Sendero Luminoso y la aparición de formas de acción colectiva no institucionales, ni una
oposición fundamental entre estas y las organizaciones políticas estudiantiles, por el
contrario, quienes conforman grupos académicos, culturales o alternativos suelen participar
más en las organizaciones políticas estudiantiles a lo observado en el conjunto de la
población estudiantil.
En este sentido, Nureña (2016) concluye que la “estigmatización de la política” en el
contexto sanmarquino remite a juicios sobre el desempeño de algunos gremios y OPE
(percepciones de “ineficacia”, “mediocridad”, “corrupción”), los cuales no son
necesariamente consustanciales a ellos, sino que vienen influidas o determinadas por las
rigideces del sistema político universitario.

Jave, I. (2014). Entre el estigma y el silencio: memoria de la violencia entre estudiantes de


la UNMSM y la UNSCH. Lima: Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la Pontificia
Universidad Católica del Perú y Fundación Konrad Adenauer. Recuperado de
http://espaciosdememoria.pe/uploads/pdf/Entre-el-estigma-y-el-silencio.pdf

a) Desinterés sobre el conflicto armado interno


El conflicto armado interno no se constituye como parte de un interés primordial ni
académico ni político; por el contrario, está marcado por la desinformación o el desinterés
por parte de la comunidad universitaria. Se teme al pasado, se ignora y no se trasmite de
manera crítica y reflexiva.

b) Narrativas sobre el conflicto


Sobre este período, la narrativa de los estudiantes refiere que la intervención de Fujimori
contribuyó a profundizar la polarización y aumentó los niveles de estigmatización que sufría
la comunidad universitaria. Además, se dice que hubo diversas negociaciones entre los
grupos radicales (previos al conflicto) y las autoridades universitarias que hicieron de la
política universitaria una red de «clientelismo político» en la asignación de cargos y de los
servicios de bienestar universitario.

c) Vehículos de memoria
La familia y los medios de comunicación son los principales transmisores de la memoria
sobre el conflicto en los jóvenes universitarios. Los momentos de socialización familiar se
constituye como la principal fuente de información sobre este periodo, mientras que los
medios de comunicación han permitido despertar mayor interés sobre el tema, ya sea por
rechazo o adhesión a la información transmitida.
No se encontraron mayores canales institucionales o formales por la memoria del conflicto.
En este sentido, en la UNMSM existe una política del olvido relacionada con las
estigmatizaciones que han sufrido estas comunidades universitarias sobre el tema y con su
uso político por parte de algunas autoridades.

e) Los vehículos de la estigmatización


Entre los estudiantes de la UNMSM, el estigma más fuerte tiene que ver con su pertenencia
a dicha universidad. Se estigmatiza por el pasado político que ha tenido San Marcos y se
les relaciona con el radicalismo político y los sucesos durante el conflicto armado interno.
Los estudiantes refieren que los prejuicios se mantienen en el ámbito de desarrollo
académico y profesional.
Esta situación parece agudizarse cuando el estudiante se presenta como un sujeto
«politizado»; es decir, que participa, se moviliza, se expresa, protesta o asume alguna
participación activa en un colectivo o gremio estudiantil.
El prejuicio proviene tanto desde el ámbito externo a la universidad como de sus pares «no
politizados» que miran sus intereses políticos como oscuros o, en el mejor de los casos,
como una pérdida de tiempo.
Por otro lado, el estigma también se profundiza cuando se refiere a estudiantes de facultades
como Letras y Ciencias Humanas o Ciencias Sociales. En estos casos, los prejuicios
identificados nos muestran que se asocian dichas carreras a un mayor nivel de «politización»
o a un pasado «negativo» durante el período del conflicto o a unos intereses «antisistema».
De forma general, podríamos decir que lo «político» no es percibido por la mayoría como un
valor, un derecho o el libre ejercicio de la ciudadanía, sino que es visto como una cualidad
negativa que se aleja de la experiencia universitaria.
Los estigmas son reproducidos y canalizados principalmente a través de la familia y los
medios de comunicación. El primero lo reproduce a nivel privado; mientras que el segundo
lo amplifica a nivel público. La familia proporciona las primeras informaciones sobre el
conflicto armado interno y otorga ciertos prejuicios u orientaciones sobre la elección
vocacional de los jóvenes. Por su parte, los medios de comunicación y sus distintas posturas
sobre el conflicto y el proceso de memoria proyectan imágenes que van desde la importancia
de la reflexión sobre el tema hasta el olvido o las acusaciones fundadas en el temor o en el
desconocimiento.
g) Participación política universitaria
No se ha encontrado una apatía o «despolitización» de los jóvenes universitarios, sino que
existe un desencanto de un tipo de política más tradicional que refiere, principalmente, a
agrupaciones políticas universitarias vinculadas con la clase política nacional y con
problemáticas que van más allá de la propia universidad.
La participación política dentro de la UNMSM se ha transformado hacia otros tipos de
articulación que no niegan la asociación entre jóvenes, sino que buscan otros canales para
incidir en sus demandas e intereses. Se trata de colectivos de jóvenes con diversos intereses
que se agrupan según temas académicos, culturales, de demandas ciudadanas o proyectos
para su comunidad. Esto demuestra un profundo interés y una capacidad de asociatividad.
Persisten aún incipientes agrupaciones políticas que compiten por los gremios estudiantiles
sin mayor respaldo o legitimidad. Es por ello que la política tradicional solo se activa en
períodos electorales y se manifiesta en nuevas esferas de participación como son las redes
sociales.
La participación en los órganos de gobierno estudiantil no parece ser tan atractiva para los
propios estudiantes y prefieren abocarse a cuestiones «netamente académicas» antes que
ingresar en la política universitaria.
El desprestigio de la actividad política nacional se ha trasladado a las universidades y a sus
comunidades; en suma, los alumnos que deciden ingresar a la actividad política deben
enfrentar la falta de apoyo de sus instituciones y compañeros, además del estigma.
En la UNMSM, los estudiantes reconocen al MOVADEF al interior de su comunidad; sin
embargo, refieren que dicha agrupación sigue siendo marginal, por lo que consideran que
existe un amplio rechazo a sus prácticas. Pese se considera que no sería «positivo» que se
opte por la censura y represión a sus actividades políticas; sino, por el contrario, que se
desarrolle un debate político.

En una investigación reciente sobre el papel de la universidad y los procesos de memoria


(Jave, 2014), identificamos algunas rutas para comprender el escenario actual. La coyuntura
de promulgación de una nueva Ley Universitaria (2014) nos mostró cómo la agenda de los
estudiantes y docentes, e incluso de algunas autoridades, sigue siendo fragmentada y
distanciada del gobierno central. Por un lado, en la UNMSM existe un arduo debate por la
legitimidad de las autoridades, encabezadas por el rector Pedro Cotillo, en un clima de
denuncias de corrupción generalizada, supuestos amedrentamientos a los estudiantes de
oposición y relaciones clientelares con docentes y personal administrativo.

Ser madre es difícil,


Jave, I. y Uchuypoma, D. (2015). La acción política frente al estigma de la violencia entre los
jóvenes universitarios posconflicto: los casos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
y la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga. Anthropologica, 33(34), 187-202.
Recuperado de http://www.scielo.org.pe/pdf/anthro/v33n34/a09v33n34.pdf

“La violencia vivida durante el conflicto, la crisis económica, las reformas neoliberales,
la intervención militar y administrativa, el desencanto hacia los partidos políticos y, en particular,
la crisis de los partidos de izquierda en el país, llevaron a que los estudiantes planteen una forma
más escéptica de vincularse con la política en general”
Existe un estigma respecto a la universidad pública en la que los medios de comunicación
asumen que la universidad está capturada por los rezagos de Sendero Luminoso y que la
comunidad universitaria busca utilizar los recursos de la universidad para desarrollar sus
actividades proselitistas. Esto no solo generaría una imagen negativa de la propia universidad,
sino que repercute en los propios estudiantes, quienes suelen ser señalados como radicales o
politizados. Así, estos estudiantes que asumen alguna participación activa son víctimas de un
prejuicio asociado a la pérdida de legitimidad de la política universitaria en décadas pasadas y,
sobre todo, los efectos que tuvo frente al período del conflicto en la universidad. Este proceso ha
llevado a crear comunidades universitarias claramente marcadas por el rechazo al pasado y un
proceso de “limpieza” que busca alejar la sombra del PCP-SL de la comunidad universitaria.
Así, los estudiantes se han alejado de la vida política tradicional bajo el temor y una apatía
hacia la acción política organizada, por lo que la participación política y el fortalecimiento del
gremio estudiantil se ha relegado a momentos de crisis extrema o al interés de un grupo pequeño
de estudiantes que compiten por los gremios estudiantiles sin mayor respaldo o legitimidad entre
los propios estudiantes.
Frente a esta situación, los estudiantes han optado por nuevas formas de asociatividad
claramente marcadas por el rechazo al pasado y con una potente apuesta por emprendimientos
sociales. Si bien estos nuevos grupos nacen rechazando la acción política tradicional y los
discursos de actividad política, en la práctica son nuevos espacios de participación. Se trata de
colectivos que aparecen espontáneamente y de forma desintegrada a partir de un tema o desde
una preocupación más académica que gremial o política universitaria. Así, esta “limpieza” vincula
el desarrollo con el modelo económico neoliberal donde la vida académica se transforma en una
nueva manera de producir sujetos eficientes y eficaces al régimen económico, productores de
capital y capaces de reproducir el sistema económico.
Nureña, C. (2015). Juventud y cultura política en el Perú: El caso de los estudiantes de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima (Tesis de Maestría). Universidad
Iberoamericana, México D.F.
La universidad estimula en los estudiantes el interés en la política y la participación, además de
una apertura de perspectivas hacia la realidad y los problemas nacionales y universitarios, sobre
todo en el inicio de sus trayectorias al interior del campo.
Esto ocurre principalmente por:
a) Un entorno microsocial inédito y de amplios contrastes sociales y culturales.
b) La agencia de actores políticos estudiantiles que activamente promueven la participación.
c) Incentivos para el involucramiento en instituciones y procesos políticos a escala micro.
d) La “identidad sanmarquina” que coloca a la Universidad como una institución históricamente
relevante del país.
Existen también factores estructurales que desalientan en muchos estudiantes la participación y
el compromiso con las instituciones del campo y sus actores políticos. El principal elemento
desmovilizador es un sistema de poder clientelar que se superpone al ordenamiento legal-
institucional de la Universidad, impone su dominio sobre las más altas instancias del gobierno
universitario.
En principio, quienes controlan dicho orden (grupos de autoridades-docentes) se articulan con el
espacio estudiantil a través de mediadores u operadores políticos; éstos, por su parte, se vinculan
con determinados estudiantes a quienes seleccionan para (mediante la manipulación de recursos
y mecanismos electorales) incorporarlos segmentariamente en los espacios institucionales de
cogobierno, integrándolos al mismo tiempo en redes clientelares y comprometiéndolos en
transacciones de dones o favores intercambiables por apoyo político (esencialmente votos en las
instancias de cogobierno).
Estos procesos implican la exclusión de la participación estudiantil autónoma y de las
posibilidades de que esa participación pueda significar cambios o reformas en el sistema. Es así
que las apuestas políticas estudiantiles reformistas colisionan con esa rígida estructura de poder,
fracasando por lo general en sus intentos por acceder a los niveles institucionales más altos
(Asamblea y Consejo universitarios), y muchas veces también a los niveles medios (consejos de
facultad). Este bloqueo institucional genera al menos cuatro resultados posibles identificables en
el nivel de las elites políticas estudiantiles (no excluyentes unos de otros):
a) Radicalización de organizaciones políticas
b) Desencanto y abandono del activismo.
c) Asimilación en el sistema clientelar y reproducción de sus esquemas.
d) Confinamiento de la acción política hacia demandas inmediatas y específicas.
Sumados al fracaso de las grandes apuestas de reforma, cualquiera de esos cuatro resultados
contribuye, a su vez, a tendencias concomitantes hacia la desmovilización política en sectores
más amplios de la población estudiantil. Estas tendencias se manifiestan en magnitudes
variables en los siguientes fenómenos:
a) Pérdida de legitimidad de las organizaciones, dirigentes estudiantiles y discursos políticos
(Percepción de ineficacia, radicalismo o corrupción).
b) Más presencia y aceptación de las propuestas pragmáticas enfocadas en logros concretos,
rápidos y tangibles.
c) Una parte del alumnado abandona cualquier vocación por participar en los grupos políticos o
las instancias de representación, o apoyarlos.
d) Desencanto con la política universitaria y la sensación de que ésta carece de sentido.
e) Las voluntades de participación y cambio social se reorientan a otras formas de organización
o activismo: grupos exclusivamente académicos, culturales o enfocados en agendas temáticas
fragmentadas, activismo virtual o voluntariado.
Entre los estudiantes existe un menor interés en los asuntos políticos universitarios en
comparación con su interés en la política nacional, que es significativamente mayor (y también
bastante más alto que el interés registrado a nivel nacional para la población peruana en general
y el segmento de jóvenes en particular). Asimismo, la distribución de datos sobre las opiniones
acerca de las OPE muestra que los alumnos de los primeros años tienen sobre ellas una opinión
más positiva que negativa, mientras que entre los estudiantes de los últimos años, los más
familiarizados con el mundo sociopolítico sanmarquino, predominan la indiferencia y la
desaprobación respecto a esas mismas organizaciones. La desaprobación de las OPE no se debe
solo a cómo se las percibe (el que muchos les atribuyan carencias democráticas).
Por su exclusión del sistema político las OPE no están presentes en las altas esferas del
gobierno universitario ni tienen cómo solucionar aquellos problemas (aunque prometan hacerlo);
sin embargo, tales problemas y el deficiente desempeño de las autoridades y tercios estudiantiles
en los órganos de gobierno se relacionan directamente con el desprestigio del activismo político
en general. El desprestigio de las OPE está “amarrado” al descrédito de las autoridades y los
tercios en AU y CU (típicamente miembros de redes clientelares antes que activistas políticos).
En otras palabras, más allá de si las OPE tienen o no un buen desempeño, los datos apuntan a que
lógica clientelar del sistema las “contamina” o las “empuja” en mayor o menor medida al
desprestigio.
Los datos etnográficos dejan notar que dicho desencanto se vincula con las actitudes y
percepciones que los sujetos se forman sobre las OPE al relacionarse con ellas. Pero un análisis
basado solo en las percepciones conduciría a colocar a las OPE como las causantes de su propia
desgracia. En contraste, el enfoque de esta investigación relaciona esas impresiones con las
situaciones y experiencias que las generan y con el contexto en el que se desenvuelven los
actores, y luego con las diferencias susceptibles de análisis y medición estadística. De la
triangulación de estas distintas fuentes de datos resulta un modelo teórico explicativo en el que
aquellas percepciones negativas y el desencanto político derivado de ellas vienen definidos por
fuerzas sociales identificables en otro nivel, que trasciende las experiencias más próximas de los
sujetos y que remite a factores estructurales (y actores concretos) que al excluir la política
estudiantil autónoma echan a andar el mecanismo que produce el desprestigio de la política en
todos los niveles del sistema y, como consecuencia de ello, la desafección política en
importantes sectores de la población estudiantil.
En el terreno de las estructuras institucionales y de gobierno, la cultura política de la
universidad está dominado en sus más altas instancias por autoridades y grupos de docentes
que se articulan con representantes estudiantiles reclutados en redes clientelares a través de
intermediarios u “operadores políticos”.
En el ámbito de la política estudiantil que, por su exclusión de las más altas esferas de
cogobierno, se desarrolla casi exclusivamente en estos niveles institucionales medios y bajos, en
los gremios estudiantiles y en otros espacios no directamente relacionados con las estructuras
de poder, a través de organizaciones políticas y diversos colectivos sociales y académicos. Aqui
se despliegan múltiples pautas de cultura política, con un predominio de los modelos de la
dirección centralizada y de la construcción horizontal del poder desde las bases (ambos
expresando tendencias de “izquierda”), que coexisten, se integran, se articulan, compiten o
entran en conflicto con los otros esquemas de pensamiento y acción política.
desencanto político focalizado: Se refiere a que un sistema micropolítico puede generar
una situación en la que los actores participantes en dicho espacio, aun cuando puedan estar
interesados en la política, terminan inhibiéndose de intervenir políticamente en él, sin que ello
signifique que se desencanten de la acción colectiva a un nivel más amplio o que se aparten de
la política en otros entornos distintos de ese campo.
Fernández-Maldonado, E. y Navarro, D. (2016). ¿Protestas o movimientos sociales? Los
casos de Keiko No Va y Peruanos contra el TPP. Perú Hoy, 29, 157-173.
La noción de los movimientos de sociales comienzan a utilizarse en la década de 1960 e
inicios de 1970, cuando las ciencias sociales –principalmente en Norteamérica y Europa–
enfocaron su atención en la emergencia de movimientos ciudadanos que reivindicaban
identidades y derechos hasta ese momento subsumidos en la centralidad del conflicto capital-
trabajo, definitorio en la sociedad industrial.
El uso intensivo de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) se convierte
en el elemento clave y distintivo de la acción colectiva de los movimientos sociales
contemporáneos. Estos movimientos sociales expanden el campo de confrontación política al
ámbito virtual, convirtiendo las redes sociales en una herramienta potente para movilizar
políticamente a la ciudadanía y encarar la «disputa por los sentidos comunes» contra la mass
media. Sin llegar a reemplazarla, la acción colectiva territorializada (la manifestación pública y
callejera) es reforzada desde el ámbito de la virtualidad a través de la «acción conectiva»,
definida esta por el intercambio de contenidos «personalizados» y de relaciones interpersonales
que se entablan en la red, con un alto potencial de influencia en el ámbito de la cultura y, por
tanto, de la configuración
Juris, J.; Pereira, I. y Feixa, C. (2012). La globalización alternativa y los “novísimos”
movimientos sociales. Revista del Centro de Investigación de la Universidad La Salle, 10(37), 23-
39.

Movimientos sociales
Caracteristicas Viejos Nuevos Novísimos
Origen Segunda mitad del Segunda mitad del Inicios del S. XX
S. XIX en Europa S. XX en América (Consolidación del
(Revolución del Norte y Europa capitalismo
Informacional)
Industrial). (II Guerra Mundial).
Base social Identidades de Identidades generaciones,
Clase: Movimiento culturales: géneros,
obrero y de generación, etnicidades y
liberación nacional. género, orientación territorios.
sexual, afecto, y
etnicidad.
Demandas Enfatizaban la Enfatizaban la Enfatizan la
protesta económica- protesta política- protesta cultural-
política. cultural. económica.
Reinvindicaciones Reinvindicaciones
laborales y de de no
independencia discriminación y de
nacional. paz.
Base espacial Locales Regionales y Locales, pero
transnacionales también involucran
espacios virtuales.
Agenda política Implicaban Implicaban Implica modelos
procesos procesos de alternativos de
revolucionarios y de globalización.
resistencia a la
liberación nacional.
globalización. En
particular las
comunidades
marginadas.
Repertorio de acciones Huelgas y Plantones y Marchas y
manifestaciones. Happenings. manifestaciones
articuladas con
formas de
convocatoria y
resistencia virtual.

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