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Sos culpable hasta que se demuestre lo contrario.

Este breve texto busca ser un aporte crítico para el feminismo. Pretende ser una crítica
constructiva. El que escribe esto suscribe al feminismo y creía en lo que esta criticando antes
de ser víctima de una falsa denuncia en su contra.

En este breve escrito quiero considerar los peligros inherentes a la posición de invertir el
principio jurídico de que sos inocente hasta que se demuestre lo contrario. Es comprensible
esta inversión por la culpabilizacion de las victimas que se da muchas veces en los casos de
violencia de género, abuso, violaciones. Pero que sea comprensible no lo justifica ni vuelve
incuestionable un principio que está llevando a varios casos de injusticia y de culpabilizarían,
estigmatización y exclusión de muchos inocentes. O como en mi caso, de atribución de hechos
que no hizo, aunque no soy inocente, pues cometí errores, pero se me agregaron a mis errores
varios hechos que no cometí y con los que no se cuenta con ninguna prueba. Eso lleva a que
no se me culpe por mis faltas (que no son ilegalidades, aunque si transgresiones de normas
establecidas entre el progresismo y la izquierda como el no insistir y aceptar un silencio como
un no) .

Otro agravante es que se le quita la posibilidad de legítima defensa a los acusados y


estigmatizados varones que son acusados de actos machistas o de cometer alguna de las
variadas formas de violencia de género.

Los peligros inherente al anonimato del o de la denunciante. Poder denunciar sin dar la cara ni
mostrar la identidad.

Suponer que la mujer que denuncia siempre dice la verdad, y tener fe en ese testimonio , creer
sin dudar y darle carácter de verdad a un relato, sin dudas es algo potencialemnte peligroso.
Mas cuando se comienza a saber que esto es asi y no hace falta dar un relato con pruebas para
culpabilizar a alguien, y por lo tanto perjudicarlo.

Se revictimiza siempre a la victima cuando se le pide que de la cara y muestre evidencia?

Cuestionar a la justicia burguesa utilizando métodos fascistas que consideran sin pruebas a
alguien culpable por su género es algo a cuestionar, pues crecen las victimas de supuestas
“victimas” que no presentan ninguna evidencia que respalde sus acusaciones. Un hombre no
es culpable por una denuncia , es un imputado por un hecho al que se debe resguardar hasta
que se demuestre que esa imputación tiene evidencia. La acumulación de evidencias o
testimonios tampoco convierte automáticamente en culpable al acusado , si todas esas
evidencias no están respaldadas por ninguna evidencia, sino seria caer en falacia ad populum o
creer que la acumulación de testimonios vuelve verdadera una acusación. Tampoco se puede
descalificar mediante la falacia ad hominen o contra el imputado su testimonio , mas si va
acompañada su defensa con pruebas empíricas que evidencian su inocencia o la falsedad de
las acusaciones. Si yo junto diez amigos que hablen mal de una ex mia y le atribuyan un
monton de barbaridades, entonces esa mujer se convertiría en culpable por esos testimonios?

Si a una mujer se la acusa de violencia hacia un varón, se le quitaría valor a su defensa por ser
la enunciada?

Hay que buscar las formas de no victimizar a la supuesta victima. Pero una acusación sin
pruebas o con pruebas insuficientes y sacadas de contexto (como una captura de pantalla), no
puede ser una evidencia indudable de culpabilidad que lleve a la exclusión, estigmatización y
mano dura mediante escraches contra el acusado.

Hay que oponerse a métodos incorrectos y fascistas de juzgar a las personas. Tanto la mano
dura, como juzgar sin ninguna prueba a alguien es un método fascista. Obvio que si alguien
tiene una acusación corresponde charlar con el acusado, conversar con las supuestas victimas
(siempre ante estos casos se debe suponer que la “víctima” es una posible víctima, y no tener
la certeza o convicción de que es verdad).

La superación de las limitaciones del principio de que alguien es inocente hasta que se
demuestre lo contrario no se supera con la inversión de ese principio, es decir con la creencia
de que alguien es culpable hasta que se demuestre lo contrario. Por ejemplo, sabemos que en
casos de violación la suposición de inocencia genera efectos nocivos sobre las víctimas. Pero
hay que pensar en los supuestos culpables, pues todos podemos sufrir las consecuencias de
una falsa denuncia. Esas consecuencias son terribles, pueden generar suicidios, depresiones,
exclusiones o autoexclusiones, además de reacciones violentas.

No se pone en duda aquí la validez, en determinadas circunstancias, del escrache ante casos
de comprobada falta de acción de la justicia, y como forma de hacer justicia ante la injusticia
del sistema. Pero si se usa el escrache ante denuncias sin ninguna evidencia contundente se
pueden cometer graves errores con consecuencias terribles contra inocentes, o pueden
generarse excesos.

Sin dudas, suponer que la mujer solo puede ser víctima de violencia y que no puede ejercer
violencia nunca es parte de la matriz de pensamiento patriarcal que considera por naturaleza a
las mujeres como débiles y sumisas por naturaleza.
También voy aprovechar este escrito para hacer una breve reflexión sobre otro tema que me
preocupa mucho que es la mano dura dentro de los espacios feministas y contraculturales

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