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LA DISCIPLINA DE LA LIBERTAD

Todo niño como sabemos se opondría a querer hacer otras cosas que no tengan
que ver con sus juegos y más aún si se trata de aprender algo que le cuesta trabajo
captar o que le resulta difícil. En este capítulo el autor nos hace una de las tantas
preguntas que podemos encontrar a lo largo del libro: ¿Es acaso cierto que
obligamos a los niños a estudiar por su propio bien? Para empezar a hondar la
pregunta, nos damos cuenta que cuando les exigimos a los niños que estudien,
y dejen de jugar nos responden con alguna quejas, molestias y en otros y peores
casos hasta insultos de mal agrado, clásicos indicios de que existe una rebeldía y
pues tenemos que corregir esa conducta.

El objetivo concreto de la enseñanza hoy por hoy es conseguir individuos libre,


entender que la libertad no es algo innato de las personas sino que se va logrando
con la integración social. Eso sí enseñanza pues implica una batalla de voluntades
en este caso, pues sabemos que sin un poco de orden o tiranía adulta el niño no
aprendería. La disciplina es la responsable de ese tipo de educación, tanto para los
más coactivos ósea los niños manejables como el de los más liberales los que son
un tanto rebeldes, no se puede educar al niño sin contradecirle algo.

La solución no consiste en una escuela cuartel o un reformatorio o algo parecido


que tenga alguna disciplina estricta, sino que la escuela deba formar individuos
libres sin regimientos que probablemente acabaran reciclando la represión que han
sufrido en violencia. El docente debe ser capaz de seducir sin hipnotizar, que a
veces el alumno se siente más atraído por el maestro favorito que por la materia en
sí. La pedagogía tiene mucho más de arte que de ciencia, admite si técnicas y todo
eso pero nunca se domina más que por el ejercicio diario del mismo. La educación
hace que la sociedad perdure, genera personas con la capacidad de suplir a otras
en sus funciones en un futuro.
¿HACIA UNA HUMANIDAD SIN HUMANIDADES?

Se teme en el terreno de la educación la presunta desaparición en el plan de estudio


de las humanidades, sustituidas por especialidades técnicas que dejaran mutiladas
a las generaciones futuras de una visión histórica, literaria y filosófica, las cuales
son necesarias para el desarrollo de la humanidad.

La principal causa de la ineficacia docente es la pedantería pedagógica, que no es


problema de unos cuantos, sino que vendría hacer una enfermedad laboral de la
mayoría, pues esta no permite abrir el apetito del alumno de querer aprender más
sino que tiende a agobiarlo. Se dice que la pedantería nace con la vocación de
enseñar, puesto que la palabra “pedante” es voz italiana que quiere decir maestro.

El papel del profesor es fundamental y por tanto debe estar comprometido, en sus
manos está el “cómo” enseñar. Pues la humildad del maestro se demuestra con el
olvido de que uno está ya arriba y por lo tanto enfocarse más en ayudar a subir a
otros. Para despertar esa curiosidad en los alumnos hay que estimularla mediante
una didáctica creativa. El profesor tiene que fomentar las pasiones intelectuales, así
el alumno se sentirá motivado y le encuentre el gusto a este tipo de aprendizaje, el
cual es todo lo contrario de la apatía que se refugia a veces en la rutina de la
enseñanza y que es lo más opuesto a la cultura.

Cualquier educación de tipo humanista debe enseñar a discutir, a refutar y a


justificar lo que se piensa. Fomentar la sensibilidad narrativa y literaria. Leer es
siempre una actividad en si misma intelectual, una idea de pensamiento después
de la palabra oral, la voz escrita es la más indicada para el crecimiento intelectual.
El disfrute de la lectura y la práctica de la narración oral bajo fórmulas imaginativas
que nada tengan que ver con la pedantería cuyos males son incontables
EDUCAR ES UNIVERSALIZAR

Un proceso de enseñanza no solo es una transmisión de conocimientos o de


destrezas, sino que se acompaña de un ideal de vida y de un proyecto de
sociedad, cada uno de nosotros como participes del proceso de esa educación,
tenemos en nuestro cargo el ideal de vida y el proyecto de sociedad que
queremos.

No sólo pensando en el futuro, sino en el presente, gran parte de los problemas


que existen en la sociedad es por culpa de la escuela, e irónicamente, gran parte
de las problemáticas de la escuela, es por culpa de la sociedad en la que vivimos,
nuestro granito de arena como maestros no es sólo en la escuela, sino que
también deberá de ser un ejemplo en la sociedad.

La educación tiene el objetivo de completar la humanidad del inexperto mediante


una precisa orientación social. Los que recibieron educación son los que la dan.
La sociedad prepara a sus nuevos miembros del modo conveniente para su
conservación. El hombre que la educación debe plasmar dentro de nosotros no es
el hombre tal como la naturaleza lo ha creado sino tal como la sociedad quiere que
sea. El educador se convierte en responsable del mundo ante el inexperto, si no le
gusta esa idea de cargar con esta responsabilidad más vale que se dedique a otra
cosa. La educación transmite porque quiere conservar. Nunca es neutral: elige,
verifica, supone, convence, elogia y descarta. Intenta favorecer un tipo de hombre
frente a otros, un modelo de ciudadanía. El ideal básico de la educación actual
debe ser conservar y promocionar la universalidad democrática: eliminar
prejuicios, desigualdades sociales entre otras cosas relacionadas a acabar con los
manejos discriminatorios. Rebelión contra el destino: la educación es anti
fatalidad.

Los padres con su presencia, su cultura y su ejemplo dejan un legado educativo


importante mucho más influyente que los propios genes. La pretensión
universalizadora de la educación democrática intenta auxiliar las deficiencias del
medio familiar y social. Otra pretensión universalizadora de la educación es ayudar
que cada persona vuelva a sus raíces.

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