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a) Derecho individual del trabajo: Consiste en que una persona física denominada trabajador se
obliga a prestar servicios personales a otra persona denominada empleador, bajo la
dependencia de este último, quién a su vez, se obliga a pagarle al trabajador por los servicios
prestados una remuneración adecuada. En otras palabras, el derecho laboral individual hace las
veces de regulador de las relaciones entre el empleador y uno o varios trabajadores a nivel
individual.
b) Derecho colectivo del trabajo: Regula las relaciones entre el empleador y los trabajadores
reunidos en asociaciones, sean éstas sindicales o no. En la actualidad se consagra una nueva
concepción de derecho laboral que supedita las relaciones individuales de trabajo a las
colectivas en donde el interés general prima sobre el interés particular, con el objeto de
fortalecer las organizaciones laborales (sindicato, empresa, cooperativas).
c) Derecho de la seguridad social: Consiste en los pagos que el empleador hace al trabajador en
dinero, servicios u otros beneficios, con el fin de cubrir los riesgos relacionados con la salud,
accidentes o enfermedades profesionales, la vejez, la invalidez o la muerte de este, los cuales se
originan durante la relación u horas de trabajo o con motivo de la misma. Se diferencian de los
salarios en que no retribuyen directamente los servicios prestados y de las indemnizaciones en
que no reparan perjuicios causados por el empleador.
d) Derecho procesal laboral: Comprende el conjunto de normas que regulan el modo de actuar
en justicia en casos cuyo objeto conflictivo surge de las prestaciones laborales.
e) Derecho laboral administrativo: Se encarga de regular las relaciones del Estado como
empleados con sus servidores.
f) Derecho laboral internacional: Se puede definir como el conjunto de norma que trasciende de
las fronteras de los estados para consagrar aspectos relativos al trabajo humano.
Derecho laboral
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El derecho laboral (también conocido como derecho del trabajo o derecho social1) es una
rama del derecho cuyos principios y normas jurídicas tienen por objeto la tutela
del trabajohumano realizado en forma libre, por cuenta ajena, en relación de dependencia y a
cambio de una contraprestación. Es un sistema normativo heterónomo y autónomo que regula
determinados tipos de trabajo dependiente y de relaciones laborales.
Índice
1Antecedentes
o 1.1La Revolución Industrial y las relaciones laborales
o 1.2Surgimiento del principio tuitivo del Estado
o 1.3El sistema jurídico del trabajo
2Contenido
o 2.1Modalidades en función del plazo
2.1.1Contratos de tiempo determinado
2.1.2Contratos de tiempo indefinido
o 2.2Modalidades especiales del trabajo
2.2.1Trabajo por cuenta propia o autoempleo
2.2.2Trabajo informal en relación de dependencia o trabajo no registrado
2.2.3Trabajo informal de simple supervivencia por cuenta propia
2.2.4Pasantías y becas de investigación
3Fuentes del derecho laboral
o 3.1Constitución
o 3.2Tratados internacionales
o 3.3Ley
3.3.1Códigos laborales
3.3.2Leyes especiales
3.3.3Leyes no laborales de aplicación supletoria
o 3.4Reglamentos
o 3.5Contratos de trabajo
3.5.1Definición
3.5.2Contrato individual de trabajo
3.5.3Contrato individual de trabajo en México
3.5.4Contratos colectivos de trabajo
3.5.5Contratos colectivos de trabajo en México
o 3.6Reglamento interior de trabajo
4Principios generales del derecho laboral
o 4.1Principio protector
o 4.2Principio de irrenunciabilidad de derechos
o 4.3Principio de supremacía de la realidad
o 4.4Principio de razonabilidad
o 4.5Principio de buena fe
5Materias de derecho laboral individual
o 5.1Contrato individual de trabajo
o 5.2Poderes del empleador
o 5.3Remuneración
o 5.4Jornada de trabajo
o 5.5Vacaciones y feriados
o 5.6Seguridad laboral
6Materias de derecho laboral colectivo
o 6.1Negociación colectiva
o 6.2Organizaciones sindicales
7El derecho laboral por países
8Véase también
9Notas
10Referencias
11Bibliografía
12Enlaces externos
Antecedentes[editar]
La Revolución Industrial y las relaciones laborales [editar]
La Revolución Industrial dio origen a nuevas relaciones de trabajo, pues los trabajadores
pasaron a desempeñarse, en los establecimientos de propiedad de sus empleadores en lugar
de hacerlo en sus domicilios, sometidos a exigencias de orden y coordinación con las
máquinas y con sus compañeros de labor hasta el momento desconocidas. A esto se
agregaba que la introducción de la máquina hacía posible el trabajo de niños y mujeres que
ingresaban al mercado de trabajo en competencia con los adultos varones, lo que sumado a la
mayor productividad alcanzada por las máquinas ocasionaba la existencia de enormes
contingentes de trabajadores desocupados cuya condición era aún más mísera, y que podían
sustituir a cualquier asalariado que protestara por sus condiciones de trabajo. Esta nueva
organización del trabajo los sometía a condiciones de esfuerzo, horario, riesgos de accidentes,
enfermedades profesionales, falta de descanso y remuneración ínfima.
Fueron surgiendo en forma espontánea y esporádica diversos tipos de protestas, como las
manifestaciones, la huelga, la ocupación de fábricas y el sabotaje, que precedieron a la
formación de organizaciones de trabajadores (los sindicatos).
El ejercicio del poder político por representantes de los sectores sociales beneficiarios de esta
situación aseguraba su mantenimiento. En nombre de la libertad individual se sostenía que los
Estados no debían legislar interfiriendo en la "libre contratación" entre empleadores y
trabajadores. La intervención del Estado en los conflictos laborales se limitó durante mucho
tiempo a la represión de las protestas, consideradas ilícitas, mediante la acción policial o
militar.
Surgimiento del principio tuitivo del Estado[editar]
Durante el siglo XIX fueron naciendo diversas corrientes que desde ángulos distintos exigieron
la intervención del Estado en defensa de los trabajadores, como las escuelas intervencionistas
y las escuelas socialistas.
Las escuelas intervencionistas quieren que el Estado proteja, por medio de una política
adecuada, a las clases sociales y culturales perjudicadas con la libre distribución de la riqueza.
El socialismo, particularmente en su desarrollo formulado por Karl Marx, procuraba sustituir la
estructura capitalista por un régimen en que no existiera la propiedad privada de los medios de
producción ni la explotación por unos seres humanos de la fuerza de trabajo de otros. El
objeto del socialismo es la emancipación de los proletarios por obra revolucionaria de los
mismos proletarios.
La Iglesia católica adoptó inicialmente, durante mucho tiempo, una actitud de condena
sistemática de todas las tendencias que pretendían imponer límites a la libre explotación del
trabajo. Su evolución solo comenzó a fines del siglo XIX. Lo que hoy se conoce como
"doctrina social de la Iglesia" tuvo sus principales jalones son las Encíclicas Rerum
Novarum (1891), Quadragesimo Anno (1931), Mater et Magistra (1961) y Laborem
exercens (1981). La Rerum Novarum abogó por la reglamentación de las horas de trabajo, del
trabajo femenino y de menores. Asimismo condenó la fijación de un salario insuficiente,
declarando un deber de estricta justicia del patrón pagar al asalariado una remuneración que
le permita vivir en condiciones humanas. Las otras encíclicas complementaron y ampliaron la
primera.
El sistema jurídico del trabajo[editar]
El trabajador que presta sus servicios subordinadamente ha pasado de ser un esclavo en la
Edad antigua, un siervo de la Edad Media (conocido también como el siervo de la gleba), a un
sujeto con derechos y libertades en la actualidad. El derecho ha venido a regular condiciones
mínimas necesarias para una estabilidad social.
El surgimiento de las primeras leyes laborales data desde la segunda mitad del siglo XIX, y
más tardíamente en unos países que en otros. En 1919, con el Tratado de Versalles que puso
fin a la primera guerra mundial, el derecho del trabajo adquiere respaldo internacional
plasmado en la creación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Hay definiciones filosóficas, económicas y físicas del trabajo. No obstante, para el derecho
laboral lo que importa es que rige el trabajo subordinado. La actividad
del médico independiente o del artista, u otros profesionales independientes, están fuera del
interés del derecho laboral. Donde cese la subordinación, cesa la aplicación del derecho
laboral.2
Actualmente se han excluido de su empleo en el léxico jurídico-laboral términos anacrónicos
referidos a "obreros" o "patrones", que marcan líneas ideológicas. Por otro lado, no resulta del
todo adecuado denominar empresario al empleador. Se reserva esta última expresión a
quienes han montado una empresa, y que puede tener o no trabajadores en relación de
dependencia, por lo que resulta equívoca para hacerla un elemento determinante de la
relación de trabajo.
Contenido[editar]
Conjunto de normas y principios teóricos que regulan las relaciones jurídicas entre
empleadores y trabajadores y de ambos con el estado, originado por una prestación
voluntaria, subordinada, retribuida de la actividad humana, para la producción de bienes y
servicios.
Tradicionalmente la disciplina del derecho del trabajo se entiende formada por las siguientes
partes:
derecho individual del trabajo: trata de las relaciones que emanan del contrato individual
de trabajo entre un trabajador y su empleador.
derecho colectivo del trabajo: se refiere a las regulaciones de las relaciones entre grupos
de sujetos en su consideración colectiva, del derecho del trabajo (sindicatos,
organizaciones de empleadores, coaliciones,n 1 negociación colectiva, participación del
Estado con fines de tutela).
derecho de seguridad social: se refiere a la protección de los trabajadores, principal (pero
no exclusivamente) económica, ante los riesgos de enfermedad, accidentes, vejez,
cesantía, etcétera.
derecho procesal laboral.
Modalidades en función del plazo[editar]
Contratos de tiempo determinado[editar]
Son contratos laborales de plazo fijo o de obra determinada. Un contrato de plazo fijo sería
aquel que requiere los servicios de un trabajador por un determinado período, terminado el
cual, se considera extinto el contrato. Un contrato de obra determinada es aquel en que se
solicitan los servicios de un trabajador para la ejecución de la obra. Finalizada la obra, el
contrato se considera extinto. La extinción del contrato laboral por tiempo o por obra terminada
no suponen responsabilidad para ninguno de las dos partes.
Es importante mencionar que un contrato de plazo fijo que sea prorrogado constantemente
pasa a ser considerado un contrato de tiempo indefinido, porque aplica el principio de primacía
de la realidad.
Contratos de tiempo indefinido[editar]
Son aquellos contratos que no estipulan una fecha o suceso que de finalización al contrato de
trabajo. Ciertamente, son los contratos que permiten a los trabajadores lograr la estabilidad
laboral con el tiempo de prestación de sus servicios.
Modalidades especiales del trabajo[editar]
Trabajo por cuenta propia o autoempleo[editar]
El trabajo por cuenta propia o autoempleo, es aquel en el que el propio trabajador es el que
dirige y organiza su actividad corriendo a su cargo el riesgo económico, y que puede adoptar
dos formas básicas:
derecho al trabajo.
derecho al salario mínimo.
Indemnización por despido.
Jornada de trabajo, descanso semanal y vacaciones anuales.
Seguridad social.
Estabilidad de los funcionarios públicos.
Seguridad e higiene en el trabajo. La materia contempla dos temas específicos:
los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales.
derecho de sindicación.
derecho de huelga y de cierre patronal.
derecho a negociar colectivamente.
Tratados internacionales[editar]
Los tratados internacionales constituyen una fuente directa de regulación de derechos
laborales, garantizando a los trabajadores de los países signatarios derechos mínimos que los
Estados firmantes se obligan a respetar. Según los distintos regímenes jurídicos, los tratados
pueden ser directamente aplicables en el derecho interno o puede requerirse para ello su
incorporación en la legislación nacional.
En países de integración regional o comunitaria, como la Unión Europea, los tratados de
integración constituyen fuentes directas y cada país integrante de la comunidad debe adecuar
su ordenamiento jurídico, operando de esa forma en un sistema integrado e igualitario de
protección a todos los trabajadores de la región.
La principal fuente de tratados multilaterales es la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), que aprueba convenios y recomendaciones sobre todos los temas de derecho
laboral individual y colectivo.122
Ley[editar]
Las leyes son la principal fuente del Derecho laboral, y la directa expresión de la intervención
del Estado en esta materia. En los Estados con estructura federal toda esta materia puede ser
de competencia del gobierno central o de las entidades federadas.
Códigos laborales[editar]
Muchos ordenamientos jurídicos, especialmente en Latinoamérica, iniciaron la tendencia de
separar la legislación laboral de la civil, y elaborar códigos especializados sobre la
materia.[cita requerida]
Leyes especiales[editar]
En algunos ordenamientos existen leyes ordinarias especiales que rigen la materia laboral,
como una ampliación de la normativa general encontrada en los códigos civiles o los códigos
de trabajo.
También existen leyes que por su naturaleza se añaden a la legislación laboral en temas
particulares y específicos.
Leyes no laborales de aplicación supletoria[editar]
Un último eslabón de la legislación laboral se encuentra en normas que pertenecen a otras
disciplinas, como por ejemplo al derecho comercial o al derecho civil, que se aplican en forma
subsidiaria para suplir las cuestiones no previstas en aquella.
Reglamentos[editar]
Por lo general, los reglamentos de ejecución de las leyes laborales, dictados por el poder
ejecutivo, dentro de los límites permitidos por la Constitución y las mismas leyes,
complementan esas leyes en aspectos de detalle.
Contratos de trabajo[editar]
Definición[editar]
Es un acuerdo por el cual una parte (trabajador) se obliga a prestar una actividad o servicio y
la otra parte (empleador) se compromete a retribuirlo mediante un salario.
Contrato individual de trabajo[editar]
El contrato individual de trabajo sienta las bases de la relación trabajador-empleador. Este
contrato es especialísimo, propio de su especie, y contiene cuatro elementos principales:
Tiempo indeterminado
Tiempo determinado
Obra determinada
Temporada
Prueba
Capacitación inicial
Contratos colectivos de trabajo[editar]
Artículo principal: Contrato colectivo de trabajo
Fuente supletoria: cuando la ley deja vacíos o lagunas, y no existe jurisprudencia, uso o
costumbre aplicable, los principios de derecho del trabajo entran como suplemento.
Fuente interpretadora: sirven también para interpretar la normativa vigente, cuando esta
sea confusa o haya diversas interpretaciones posibles.
A continuación se señalan algunos principios básicos del derecho laboral:5
Principio protector[editar]
Artículo principal: Principio protector (derecho laboral)
El principio protector es el principio más importante del derecho laboral. Es el que lo diferencia
del derecho civil. Parte de una desigualdad, por lo que el derecho laboral trata de proteger a
una de las partes del contrato de trabajo para equipararla con la otra, a diferencia del principio
de igualdad jurídica del derecho privado.
El principio protector contiene tres reglas:
Regla más favorable: cuando existe concurrencia de normas, debe aplicarse aquella que
es más favorable para el trabajador.
Regla de la condición más beneficiosa: una nueva norma no puede desmejorar las
condiciones que ya tiene un trabajador.
Regla in dubio pro operarium: entre interpretaciones que puede tener una norma, se
debe seleccionar la que más favorezca al trabajador.
Principio de irrenunciabilidad de derechos[editar]
Artículo principal: Principio de irrenunciabilidad de derechos
Tanto el trabajador como el empleador deben ejercer sus derechos y obligaciones de acuerdo
a razonamientos lógicos de sentido común, sin incurrir en conductas abusivas del derecho de
cada uno. No es razonable que un trabajador reclame el pago de 4 horas extras diarias que no
le fueron abonadas cuando su jornada habitual son 8 horas y además tiene otro empleo de 4
horas por día.
Principio de buena fe[editar]
Artículo principal: Principio de buena fe
Jornada de trabajo[editar]
Artículo principal: Jornada de trabajo
Negociación colectiva[editar]
Artículo principal: Negociación colectiva
La negociación colectiva es aquella que se realiza entre los trabajadores de una empresa o
sector, normalmente (aunque no siempre) reunidos a través de un sindicato o grupo de
sindicatos y la empresa o representantes de empresas del sector. La finalidad de la
negociación es llegar a un acuerdo en cuanto a las condiciones laborales aplicables a la
generalidad de los trabajadores del ámbito en el que se circunscribe la negociación (contrato o
convenio colectivo de trabajo).
En ocasiones, como medida de presión para la negociación y para hacer cumplir los acuerdos
cuando consideran que no han sido cumplidos, los trabajadores pueden acudir a la huelga.
La negociación colectiva es una manifestación particular del diálogo social, y está considerado
como un derecho fundamental básico integrante de la libertad sindical. Mundialmente se
encuentra garantizado en los Convenios 98 y 154 de la OIT.
Organizaciones sindicales[editar]
Artículo principal: Sindicato
Cabe resaltar que las relaciones laborales están regidas por una ley de
contrato de trabajo y diversas normas complementarias. De todas formas,
cada sector productivo cuenta con sus propias normas para regular las
relaciones o ciertos aspectos de ellas, sin que estas normas impliquen una
violación a la mencionada ley de contrato de trabajo.
Por otra parte, existen convenios colectivos de trabajo que se aplican a
distintos grupos profesionales. Estos convenios colectivos son acuerdos que
se negocian entre los empleadores y los empleados y que deben ser
aprobados por el Estado.
Convenios estos que se deben caracterizar porque tienen que respetar en
todo momento la legislación laboral existente. En concreto, se pueden
establecer dos tipos: los convenios de empresa, en los que ejercen de
interlocutores los delegados sindicales o los comités de empresa, y los
convenios de rango superior donde son los sindicatos los encargados de
tener la representatividad.
Derecho laboral: derecho privado o derecho
público. Análisis en el contexto del derecho
laboral colectivo y de la naturaleza del
contrato laboral
Por Janusz Żołyński*
1. Observaciones preliminares[1]
1. deberán ser dirimidos por los órganos jurisdiccionales sociales, especialmente designados
para ello (juzgados y tribunales de lo social), o bien
2. deberán someterse a la jurisdicción de los juzgados y tribunales de lo civil, por tratarse de
asuntos civiles, y, asimismo,
3. si algunas clases de asuntos deberán ser atribuidas al orden jurisdiccional administrativo
(por ejemplo, procesos sobre la posibilidad de considerar un suceso un accidente de
trabajo, casos referentes a una enfermedad laboral o todos los asuntos relativos a la
seguridad social en relación con una enfermedad o la jubilación).
Las reflexiones expuestas en el presente artículo deben considerarse únicamente
como una primera contribución para un debate doctrinal amplio y profundo sobre
la naturaleza del derecho laboral, si bien algunas de las opiniones presentadas
pueden considerarse dudosas. No obstante, una opinión errónea, pero
debidamente fundada, tendrá más repercusión en el desarrollo de la ciencia que
decenas de compilaciones claudicantes. En el presente estudio nos centraremos
en el análisis del derecho laboral en lo que respecta a las relaciones contractuales,
puesto que la importancia de la contratación laboral con base en un acto que no
sea un contrato es notablemente menor y, asimismo, presentaremos varios
aspectos relacionados con el derecho laboral colectivo.
1. Definición de conceptos.
Por otra parte, deben considerarse propias del derecho privado aquellas normas
jurídicas que regulan las relaciones jurídicas existentes entre particulares, con el
reconocimiento de que estas personas se encuentran en situación de igualdad.
Las disposiciones del derecho privado regulan las relaciones jurídicas entre
sujetos autónomos que tienen sus propios intereses, amparados por la ley, tanto
de tipo patrimonial como no patrimonial (intereses personales). Esta autonomía se
traduce, sobre todo, en la inexistencia de una relación de poder o subordinación
de un sujeto con respecto al otro. Precisando lo anteriormente dicho, podemos
sostener que lo que caracteriza una relación jurídica privada reside en que el
sujeto carece de facultades jurídicas para poder modelar la situación jurídica de
otro sujeto de manera unilateral y, por consiguiente, no puede interferirse en su
vida privada. El método de regulación aplicado consiste, sobre todo, en aceptar el
estatus autónomo de los sujetos de una relación jurídica, por consiguiente,
ninguna parte de esta relación está capacitada para crear de forma soberana la
situación jurídica de la otra parte. Este atributo permite distinguir el derecho civil de
las distintas ramas del derecho público, tales como el derecho administrativo y el
penal, citados con anterioridad, o el derecho financiero (tributario) y el
constitucional. En sus principios, el derecho privado se basa en la libertad
contractual que permite a los particulares en posición de igualdad estipular el
contenido de un contrato de manera libre. El principio fundamental del derecho
privado será la autonomía de la voluntad de los sujetos quienes crean
individualmente las regulaciones existentes entre ellos. De lo anteriormente
expuesto dimana el hecho de que el derecho privado se base, generalmente, en
normas dispositivas (ius dispositivum). Un ejemplo clásico del derecho privado es
el derecho civil (Código Civil) o el derecho privado internacional que en su sentido
estricto constituye un conjunto de normas jurídicas cuya única finalidad reside en
delimitar las zonas de actuación de distintos sistemas jurídicos de los distintos
países si bien, no obstante, el ámbito de su aplicación se limitará solamente al
derecho privado.
En este punto cabe destacar otro argumento al que se suele aludir para
fundamentar la opinión de que el derecho laboral es un derecho privado: por esta
afirmación aboga también el derecho consuetudinario, obviamente no en el
sentido del sistema common law anglosajón. En el presente estudio entendemos
por derecho consuetudinario, en general, un uso al que podemos denominar “una
costumbre profesional”. Se trata, por ende, de una solución que funciona en la
dimensión paralela (que podemos denominar horizontal), puesto que afecta al
nivel empresario – trabajadores. Por consiguiente, no se trata de un nivel cuya
dimensión sea vertical, debido a que no alude a la relación entre el empresario y
las autoridades estatales o locales.
Argumentación axiológica:
– los vínculos del derecho laboral con el derecho civil se manifiestan, asimismo, en
conceptos tales como la responsabilidad laboral material o los plazos de
prescripción de las reclamaciones.
Fundamentos jurídicos:
1. El carácter jurídico del contrato laboral, que cuenta –en nuestra opinión– con rasgos del
contrato administrativo (sin embargo, no es un contrato administrativo sensu stricto), es
decir, carácter de naturaleza pública[7]. En este punto cabe señalar que el contrato
administrativo no es objeto de la normativa polaca y, por lo tanto, debemos referirnos a
las doctrinas de otros países. Por ejemplo, en lo que respecta a la legislación alemana, el
contrato administrativo es una forma de actuación que ocasiona el nacimiento,
modificación o supresión de una relación jurídica incluida en el derecho público. Sirve
para ejecutar normas jurídicas englobadas en el derecho público o determina una facultad
público-jurídica o una obligación del ciudadano (o bien le exime de la misma). Este
contrato surge como consecuencia de un acuerdo entre un órgano y un ciudadano, por lo
tanto, no es un acto jurídico unilateral. Goza de protección, porque está sometido a la
jurisdicción de los tribunales de lo administrativo. En Francia, por su parte, el contrato
administrativo es un contrato formalizado entre el Estado u otras personas jurídicas
siempre con un sujeto privado con el fin de obtener bienes y servicios que tengan utilidad
pública gracias a este acto jurídico. Se supone que estos contratos tienen por objeto
organizar los servicios públicos o garantizar su funcionamiento mediante el empleo de
medidas jurídicas bilaterales. En el momento de formalizar un contrato de este tipo, el
órgano y la persona privada manifiestan su voluntad de forma expresa y unánime, y se
someten al derecho administrativo pudiendo gozar de las medidas jurisdiccionales de lo
contencioso-administrativo.
2. Asimismo, puede interpretarse como rasgo del derecho público la obligación de consultar,
por parte del empresario, determinadas decisiones con las representaciones laborales
(por ejemplo, las relacionadas con la rescisión del contrato laboral) o la necesidad de
obtener su consentimiento con respecto a ciertas actuaciones (por ejemplo, la suspensión
temporal de las disposiciones laborales).
3. El derecho laboral incluye varias instituciones de carácter social en sentido amplio. Como
tales deben entenderse no solo las prestaciones del Fondo de Prestaciones Sociales de la
Empresa, sino también, entre otros: subsidios de enfermedad, otras prestaciones en caso
de enfermedad, prestaciones por accidentes, prestaciones por maternidad y paternidad,
abono de un salario extraordinario en el período vacacional, etc. En cuanto a este
aspecto, el carácter público del derecho laboral se manifiesta en el hecho de que el
trabajador tiene derecho a recibir dichas prestaciones no porque sean obligaciones
mutuas (no hay mutualidad debido a la relación laboral que une a las partes), sino porque
hay una exigencia de satisfacer las necesidades del trabajador que son de naturaleza
pública (el Estado, de hecho, impone que deban abonarse las prestaciones financieras
complementarias a la persona que realiza un trabajo o a sus familiares). Esta cualidad,
por su parte, va más allá de los estándares del derecho privado. Asimismo, el empresario
en el momento de emitir una “decisión”, por ejemplo, cuando reconoce que un suceso ha
sido un accidente laboral, de facto y de iure, dispone de fondos públicos (las asignaciones
de la seguridad social deben considerarse fondos públicos), ya que decide si estos
subsidios serán abonados por su importe máximo o sólo en una cantidad reducida.
4. La entidad que contrata a un trabajador tiene ciertas limitaciones si se plantea la
necesidad de despedirlo. En relación con este aspecto, se han instaurado criterios
restrictivos, tales como la necesidad de fundamentar la rescisión del contrato laboral por
tiempo indefinido, el período legal de preaviso, el régimen para llevar a cabo consultas o,
incluso, la necesidad de obtener un consentimiento de ciertos órganos para la finalización
del vínculo laboral. Asimismo, el empresario no puede rescindir el contrato laboral en
determinadas situaciones de la vida del trabajador (durante una enfermedad o cuando
esté de vacaciones). Entre ellas destaca la denominada edad de prejubilación, puesto que
cuenta con una protección especial. Esta garantía tiene un carácter eminentemente
público, puesto que adopta la forma de cláusula de naturaleza social. Tiene por objeto
otorgar un amparo social a las personas de edad avanzada que tendrían problemas no
solo para encontrar un nuevo trabajo, sino también para recibir una remuneración
adecuada. El Estado incluso obliga al empresario a que siga contratando y amparando a
este grupo de trabajadores. Estas actuaciones no tienen nada que ver, por ende, con el
principio de igualdad en la relación laboral, máxime si se tiene en cuenta que es posible
que estas personas cumplan sus obligaciones laborales de forma menos adecuada o
eficaz que los trabajadores de otras edades. En este contexto, la normativa obliga al
empresario que haya rescindido un contrato laboral, contrariamente a lo dispuesto en la
ley, a reestablecer una relación laboral, siempre y cuando se haya dictado una resolución
judicial en esta materia. Es una medida coercitiva en el marco del procedimiento de
ejecución judicial.
5. El legislador impone al empresario un régimen de responsabilidades de naturaleza
administrativa con respecto a acciones contra el acoso moral y le obliga a mantener la
igualdad de género en el trabajo. El incumplimiento de este régimen será castigado con
sanciones, incluidas sanciones administrativo-penales.
6. Asimismo, impone al empresario obligaciones de restitución relacionadas con la
finalización del vínculo laboral: por ejemplo, la obligación de restablecimiento de la
relación laboral en caso de despidos por causas no imputables al empresario o una vez
finalizado el plazo de incapacidad laboral.
7. El Estado introduce limitaciones estrictas en cuanto a la celebración de las diferentes
clases de contratos laborales, estableciendo de forma restrictiva los criterios de las
distintas modalidades de contratos temporales e indefinidos. Por consiguiente, las partes
de la relación laboral carecen de libertad a la hora de elegir el tipo de contrato: su elección
se limita, por regla general, a los géneros establecidos en el Código del Trabajo. Esta
cuestión es particularmente evidente en lo que respecta a la posibilidad de celebración y
modificación de contratos temporales (contratos por período de prueba o por tiempo
determinado). Estas regulaciones constituyen, de hecho, una coercitividad que
determina la elección del tipo de contrato laboral. Por consiguiente, se priva a las partes
de la relación laboral de la libertad contractual civilista y, al mismo tiempo, de la
posibilidad civilista de celebrar aquellos contratos que en el derecho civil suelen llamarse
contratos innominados (los cuales, en el derecho laboral, podríamos llamar contratos
innominados laborales).
8. La fijación de las condiciones laborales, una de las funciones básicas del Estado, es
también un elemento público-jurídico en el derecho laboral. Lo dispuesto en las leyes
escritas otorga a ciertas instituciones permiso para llevar a cabo una supervisión amplia
en el trabajo objeto de prestación y para intervenir en él. Esta particularidad es una
manifestación de la protección público-jurídica de los intereses del trabajador frente al
empresario. Desde el punto de vista axiológico, el valor defendido, en el contexto de la
protección y la seguridad laboral en sentido amplio, es la posibilidad de conservar la
capacidad de realizar el trabajo, lo cual se traduce, entre otros, en lo que sigue:
9. de conformidad con la legislación aplicable relativa al funcionamiento de la Inspección
Nacional del Trabajo, entre las funciones de esta institución figura la supervisión y el
control relativos al cumplimiento de las disposiciones en materia laboral. Por consiguiente,
debemos considerar que lo anteriormente expuesto se refiere a todas las disposiciones
laborales, es decir, tanto a las normas impuestas por el Estado como a los preceptos
establecidos por los empresarios de forma individual y en cooperación con las
representaciones del personal (pactos, convenios colectivos, reglamentos, estatutos, etc.).
El conjunto de estos últimos suele denominarse derecho laboral autónomo y, junto con las
leyes promulgadas por los órganos nacionales pertinentes, constituye la fuente del
derecho laboral. Debido a ello, entre otros, el inspector de esta institución está facultado
para:
– instar a que los empleados realicen otros trabajos; el inspector podrá dar esta
orden a trabajadores, o a otras personas que hayan sido admitidas al trabajo, que
hayan sido contratados contrariamente a las disposiciones relativas a los trabajos
prohibidos, nocivos o peligrosos, o cuando los trabajadores, u otras personas que
hayan sido admitidas al trabajo, realicen trabajos peligrosos sin contar con un
permiso de cualificación especial; las órdenes en esta materia son de obligado e
inmediato cumplimiento.
Por otro lado, en caso de que se produzca un conflicto colectivo, es evidente que
esta confrontación y, una huelga posterior, constituye un conflicto de valores en
la economía de mercado. Se trata de un conflicto en el cual, por un lado, se
ampara el valor de la libertad de la empresa cuya finalidad es generar beneficios y
el derecho a la propiedad y, por otro lado, se protege el derecho de los
trabajadores a recibir una remuneración digna por el trabajo realizado y se les
intenta garantizar que las condiciones de salud y seguridad laborales sean
adecuadas. Lo que emana de la actividad empresarial es el nacimiento del
derecho a la propiedad, por parte del empresario, y otros derechos patrimoniales.
Debido a ello, el conflicto colectivo, que puede transformarse en su última etapa
en una huelga, no es un derecho absoluto ni superior a los valores que acabamos
de mencionar. El legislador está obligado a analizar minuciosamente los intereses
de los trabajadores y del empresario, así como garantizar que se mantenga un
equilibrio entre sus derechos. Los intereses de los sujetos que intervienen en el
proceso laboral deben guardar unas proporciones adecuadas.
El ejercicio del derecho de resistencia por parte del personal de una empresa debe
tener en cuenta tanto el interés del empresario y del conjunto de la sociedad,
como el interés de aquellos trabajadores que estén en contra de la huelga. En este
sentido, la restricción de la libertad de acceder al trabajo desempeñado, como
consecuencia de la huelga, se encuentra en conflicto con el derecho a realizar el
trabajo con fines lucrativos. La decisión de los empleados interesados en la huelga
se convierte en un tipo particular de solidaridad laboral, expresada de forma
democrática mediante un referéndum relativo a la huelga. Las leyes escritas en su
parte dispositiva deben fijar, por lo tanto, el objetivo o la función para el que se
establecen, es decir, deben describir los bienes (los valores) amparados mediante
dichas disposiciones. En este contexto, el ejercicio del derecho de huelga es de
carácter administrativo y debemos buscar su axiología en el derecho
público[15]. Son las normas de competencia las que atribuyen a los sindicatos la
facultad de iniciar una huelga. No obstante, esta competencia queda delimitada
por unas restricciones y la ley señala expresamente, entre otros, qué materias
pueden ser objeto de un conflicto colectivo. Asimismo, existe un imperativo de
aplicación común que impone la necesidad de observar el principio de paz social o
la necesidad de llevar a cabo una serie de consultas previas a la declaración de la
huelga. Ello implica que el derecho de huelga en términos del derecho positivo sea
una categoría del derecho público. Del análisis de las disposiciones pertinentes se
desprende que estos actos, establecidos por el Estado, regulan las facultades y
los procedimientos que permiten eximir, de conformidad con la ley, a los
empleados que hayan participado en la huelga de su obligación de realizar su
trabajo. Resulta importante destacar que se conserva su seguridad social en lo
que respecta al empleo[16], así como que se aplican sanciones legales
introducidas “desde arriba” por su infracción. Las partes del conflicto colectivo no
pueden modificarlas a su discreción y siguiendo el principio de la autonomía, lo
cual es propio del derecho privado. El derecho de huelga debe ser regulado por el
derecho positivo (ius positium).
Para concluir esta parte de nuestro estudio, debemos destacar que otro reflejo de
las normas de naturaleza pública son las disposiciones relativas al funcionamiento
de sindicatos concernientes, entre otros, a la exigencia de facilitar información.
Esta orden engloba también la información no divulgable, lo cual es sumamente
importante en relación con el creciente papel que desempeña la información en las
relaciones sociales. Ahora bien, el empresario puede negarse a facilitar
información al sindicato aludiendo a la protección de algunos datos de
conformidad con la ley sobre la protección de la información[17]. A este respecto,
la jurisprudencia de los juzgados de lo contencioso-administrativo aplica un
régimen de sometimiento de tal decisión al “control” judicial y, asimismo, puede
implicar que se presione al empresario a revelar la información “contenciosa”. En
el mismo sentido, debemos destacar que no es posible ampliar el alcance de la
información como consecuencia de la formalización de un contrato entre el
empresario y el sindicato, de manera que queden infringidos los derechos de
terceros (por ejemplo, una ampliación que permita conseguir información sobre los
trabajadores miembros del sindicato o sobre los que no lo sean).
1. Observaciones finales.