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El niño con alteraciones genitourinarias

Infecciones urinarias
La infección urinaria ocurre por la existencia de gérmenes patógenos en la orina por infección
de la uretra, la vejiga, el riñón o la próstata. Cabe decir que son más frecuentes en niñas que
en niños, sobre todo, alrededor de los tres años de edad. En el caso de los niños, el riesgo de
una infección urinaria es un poco más alto antes del primer año.

Etiología:
Las infecciones urinarias pueden aparecer porque las bacterias que normalmente están en la
piel de alrededor del ano o de la vagina llegan a la vejiga o los riñones.

Existen diversos motivos por los que pueden aparecer en esta zona y provocar una infección:

 Reflujo vesicoureteral: una afección por la que la orina fluye de nuevo hacia uréteres y
riñones. Normalmente se presenta al nacer.
 Enfermedades del sistema nervioso o del cerebro: que dificultan poder vaciar la vejiga.
Algunos ejemplos son la lesión de médula espinal o la hidrocefalia.
 Baños de burbujas, es decir, con espuma y líquidos que les puedan provocar alguna
infección.
 Vestir prendas muy apretadas, sobre todo, en el caso de las niñas.
 No orinar frecuentemente durante el día.
 Limpiarse de atrás hacia delante después de haber ido al baño: sobre todo en el caso de
las niñas, puede provocar que las bacterias lleguen a la apertura por donde sale la orina.

Signos y síntomas:
En los recién nacidos, los signos y síntomas de la infección urinaria son inespecíficos y
consisten en mala actitud alimentaria, diarrea, retraso de crecimiento, vómitos, ictericia
leve (en general por elevación de la bilirrubina directa), letargo, fiebre e hipotermia. Puede
sobrevenir sepsis neonatal.

Asimismo, los lactantes y los niños < 2 años con IU pueden presentar escasos signos de
localización, como fiebre, síntomas digestivos (p. ej., vómitos, diarrea, dolor abdominal) u
orina maloliente. Alrededor de 4 a 10% de los niños febriles sin signos de localización
presenta IU.
En los niños> 2 años, puede observarse el cuadro más clásico de cistitis o pielonefritis. Los
síntomas de cistitis son disuria, frecuencia, hematuria, retención urinaria, dolor
suprapúbico, necesidad imperiosa de orinar, prurito, incontinencia, orina maloliente y
enuresis. Los síntomas de pielonefritis son fiebre alta, escalofríos, y dolor a la palpación
costovertebral.

Los hallazgos físicos que sugieren anomalías asociadas de las vías urinarias son masas
abdominales, aumento de tamaño de los riñones, alteración del orificio uretral y signos de
malformaciones vertebrales inferiores. La disminución de la fuerza del chorro de orina
puede ser el único indicio de obstrucción o vejiga neurogénica.

Pruebas y exámenes:
Se necesita una muestra de orina para diagnosticar una ITU en los niños. La muestra se
examina con un microscopio y se envía a un laboratorio para realizar un urocultivo.

En los niños que no han aprendido ir al baño obtener una muestra de orina puede ser
difícil. El examen no puede hacerse usando un pañal mojado.

Las maneras de recoger una muestra de orina en niños muy pequeños incluyen:

 Bolsa de recolección de orina. Se coloca una bolsa plástica especial sobre el pene del
niño o la vagina de la niña para recoger la orina. Este no es el mejor método debido
ya que la muestra puede contaminarse.
 Urocultivo en muestra por sondaje. Una sonda plástica (catéter) puesta dentro de la
punta del pene en los niños o directamente dentro de la uretra en las niñas, recoge
la orina directamente de la vejiga.
 Recolección de orina suprapúbica. Se coloca una aguja a través de la piel de la parte
baja del abdomen y los músculos hasta llegar a la vejiga. Se utiliza para recoger la
orina.

Si esta es la primera ITU de su hijo, se pueden llevar a cabo exámenes imagenológicos para
averiguar la causa de la infección o para ver si hay algún daño al riñón. Los exámenes
pueden incluir:

Ecografía del riñón

Radiografía tomada mientras el niño está orinando (cistouretrograma miccional)

Estos estudios se pueden efectuar mientras el niño tiene una infección. La mayoría de las
veces, se hacen en un período que va de semanas hasta varios meses después.
Su proveedor de atención médica considerará muchos factores al decidir si se necesita un
estudio especial y cuándo, los cuales incluyen:

La edad del niño y su historial de otras ITU (los lactantes y niños pequeños generalmente
necesitan exámenes de control)

La gravedad de la infección y qué tan bien responde al tratamiento

Otras afecciones o defectos físicos que el niño pueda tener

Tratamiento:
En los niños, las Infecciones Urinarias deben tratarse rápidamente con antibióticos para
proteger los riñones. Cualquier niño de menos de 6 meses o que tenga otras complicaciones
debe ser visto por una especialista inmediatamente.

En la mayoría de los casos será necesario que los bebés más pequeños permanezcan
hospitalizados y se les administrarán antibióticos a través de una vena. Los bebés mayores y
los niños se tratan con antibióticos por vía oral. Si esto no es posible, podrían necesitar recibir
tratamiento en el hospital.

Su hijo debe tomar mucho líquido cuando le estén tratando una Infección Urinaria.

Algunos niños se pueden tratar con antibióticos por períodos de hasta 6 meses a 2 años. Este
tratamiento es más probable cuando el niño ha tenido infecciones repetitivas o reflujo
vesicoureteral.

Después de terminar los antibióticos, el proveedor de atención de su hijo puede pedirle que
vuelva a llevarlo para hacerle otro examen de orina. Este puede ser necesario para comprobar
que ya no haya bacterias en la vejiga.

Síndrome nefrótico
Los niños con demasiada proteína en la orina (pis), aumento repentino de peso e hinchazón
en varias partes del cuerpo pueden tener algo que se conoce con el nombre de síndrome
nefrótico.

El síndrome nefrótico ocurre cuando pequeñas estructuras en los riñones llamadas glomérulos
dejan de funcionar de manera adecuada y dejan pasar demasiada proteína a los riñones. En los
niños, esto es habitual debido a una afección renal llamada enfermedad con cambios mínimos
que afecta los glomérulos. El síndrome nefrótico es más común en los niños que en las niñas,
especialmente en los menores de 5 años.

– El síndrome nefrótico (SN) se caracteriza por la presencia de edema, proteinuria masiva,


hipoalbuminemia e hiperlipidemia.

– El SN primario o idiopático es la forma más frecuente de SN en los niños de un a 10 años.


Habitualmente responde a los corticoides.

– El SN secundario está relacionado con enfermedades infecciosas (p.ej. glomerulonefritis


postinfecciosa, endocarditis, hepatitis B y C, infección por VIH, paludismo, esquistosomiasis).
Puede responder al tratamiento de la patología subyacente.

– Los niños afectos de SN tienen riesgo de trombosis, infecciones bacterianas graves (por S.
pneumoniae en particular) y de malnutrición. En ausencia de tratamiento, un SN puede
evolucionar a una insuficiencia renal.

Funcionamiento de los riñones:


Los riñones son dos órganos con forma de frijol que se encuentran en lo profundo de la
cavidad abdominal, justo encima de la cadera. Los riñones eliminan los desechos y el
excedente de agua de los alimentos que comemos, y devuelven los químicos que el cuerpo
necesita (como sodio, fósforo y potasio) al flujo sanguíneo. El excedente de agua se combina
con otros desechos para convertirse en orina (pis).

Las unidades funcionales principales de los riñones, donde se filtra la sangre, son pequeños
órganos llamados nefronas. Cada riñón tiene aproximadamente un millón de nefronas y cada
nefrona tiene un glomérulo (una bola de pequeños capilares o vasos sanguíneos). El glomérulo
es el filtro de la nefrona. Aquí es donde comienza el proceso de eliminación de desechos y
fluidos de la sangre.

Cuando los glomérulos no realizan el filtrado de manera adecuada, dejan que salga demasiada
proteína de la sangre. Las proteínas ayudan a retener los fluidos dentro de la sangre; por lo
tanto, cuando disminuye la cantidad de proteínas en la sangre, los fluidos pueden escaparse
de los vasos sanguíneos a otras partes del cuerpo y provocar un tipo de hinchazón (edema) en
la cara, la panza, las manos, los brazos o extremidades inferiores. Cuando esto sucede, se
denomina síndrome nefrótico.

Etiología:
Varias son las afecciones que pueden dañar los glomérulos y causar síndrome nefrótico. Pero
en los niños, habitualmente, es debido a la enfermedad con cambios mínimos. Al padecer
enfermedad con cambios mínimos, los glomérulos no parecen estar afectados cuando se los
observa con un microscopio regular. Por tal motivo, la afección se llama "con cambios
mínimos". Los cambios en los glomérulos solo se pueden ver con un microscopio electrónico.

Se desconoce la causa de la enfermedad con cambios mínimos, pero esta se puede relacionar
con infecciones, tumores, reacciones alérgicas y uso excesivo de medicamentos sin receta
como el ibuprofeno y acetaminofén. Afortunadamente, la mayoría de los niños se curan de la
enfermedad con cambios mínimos cuando llegan a los diez años.

Otras afecciones pueden dañar los glomérulos, lo que incluye otras enfermedades renales,
problemas en el sistema inmunitario, infecciones o enfermedades como cáncer y diabetes. En
determinados casos, una reacción alérgica a la comida o una picadura de abeja, el uso de
ciertas drogas legales e ilegales, o la obesidad mórbida pueden provocar síndrome nefrótico.

Signos y síntomas:
Algunos niños no manifiestan síntomas obvios de síndrome nefrótico y no saben que padecen
de esta afección hasta que se diagnostica por una prueba de orina.

Cuando los síntomas sí se manifiestan, la hinchazón y el aumento de peso suelen ser los más
comunes. La hinchazón es provocada por la acumulación de fluidos y sal en el cuerpo.
Generalmente, esto puede ser suficiente para causar un incremento rápido e involuntario de
peso.

La hinchazón aparece comúnmente en:

 la cara, especialmente alrededor de los ojos


 el abdomen (la panza)
 los brazos y las piernas, particularmente alrededor de los tobillos y los dedos de los pies

Algunos niños con síndrome nefrótico notan hinchazón en los tobillos después de estar un
tiempo prolongado parados o sentados. Otros pueden notar más hinchazón alrededor de los
ojos en cuanto se levantan por la mañana. Otros signos comunes son: falta de apetito, diarrea,
ganas de hacer pis menos frecuente y orina con una apariencia oscura y espumosa.

En casos aislados, la afección que causa el síndrome nefrótico puede provocar otros síntomas
y complicaciones, como daño renal con insuficiencia renal, trombosis (coágulos de sangre en
los vasos sanguíneos) o infección causada por la pérdida de proteínas, las cuales ayudan a
combatir las infecciones.

Pruebas y exámenes:
El proveedor de atención médica llevará a cabo un examen físico. Asimismo, se harán pruebas de laboratorio
para ver qué tan bien están funcionado los riñones. Entre ellas están:

 Examen de albúmina en la sangre


 Exámenes de química sanguínea tales como grupo de pruebas metabólicas básicas y el grupo de
pruebas metabólicas completas
 Nitrógeno ureico en sangre (BUN)
 Examen de creatinina en la sangre
 Depuración de creatinina, examen de orina
 Análisis de orina

Con frecuencia, también hay presencia de grasas en la orina. Los niveles de colesterol y triglicéridos en la
sangre se pueden incrementar.

Se puede necesitar una biopsia del riñón para encontrar la causa del trastorno.

Los exámenes para descartar diversas causas pueden abarcar los siguientes:

 Anticuerpo antinuclear
 Crioglobulinas
 Niveles del complemento
 Examen de tolerancia a la glucosa
 Anticuerpos para hepatitis B y C
 Prueba de VIH
 Factor reumatoideo
 Electroforesis de proteínas séricas (EPS)
 Serología para sífilis
 Electroforesis de proteínas urinarias (EPU)

Esta enfermedad también puede alterar los resultados de los siguientes exámenes:

 Nivel de vitamina D
 Hierro sérico
 Cilindros urinarios

Tratamiento:
El síndrome nefrótico es, casi siempre, tratable pero el tratamiento depende de la causa. Para tratar la
enfermedad con cambios mínimos, los médicos habitualmente recetan un medicamento llamado prednisona.
Una de las funciones de la prednisona es modular el sistema inmunitario, lo que puede ayudar a que los
glomérulos funcionen de la manera esperada.

La prednisona es muy efectiva en el tratamiento del síndrome nefrótico, aunque, en ocasiones, puede tener
efectos adversos. Habitualmente, los médicos recetan otros medicamentos para atenuar o suprimir los efectos
adversos cuando una persona toma prednisona.

En algunos casos, el síndrome nefrótico no responde a la prednisona. Cuando esto sucede, es posible que el
médico quiera realizar una biopsia renal para determinar la causa. Otras causas del síndrome nefrótico se
pueden tratar con otros medicamentos o terapias.

Cuando los niños tienen síndrome nefrótico, es probable que los médicos prescriban medicamentos llamados
diuréticos para ayudarlos a orinar con más frecuencia. Esto puede ayudar a controlar la hinchazón en el
cuerpo hasta que los niveles de proteína en sangre vuelvan a la normalidad.

En casa, los niños deben llevar una dieta baja en sodio para ayudar a reducir la hinchazón. No es necesario
reducir la cantidad de proteínas en la dieta del niño. Para conocer otras sugerencias sobre la dieta, consulte
con un médico o nutricionista.

Síndrome Nefrítico
El síndrome nefrítico es un conjunto de signos y síntomas que se caracterizan por inflamación de los
glomérulos renales con el consecuente deterioro de su función. La inflamación es por lo general autoinmune,
aunque puede resultar ser de origen infeccioso. Como resultado aparece un aumento de sangre y proteínas en
la orina por mal filtrado glomerular, además de una caída rápida del índice de filtrado glomerular (IFG o GFR).
El síndrome nefrótico, por su parte, se caracteriza por una degeneración no inflamatoria del glomérulo.

Clínicamente se caracteriza por la tríada de hipertensión arterial, edema y hematuria con o sin trastornos de
los glóbulos rojos. Si la glomerulonefritis, o sea, la inflamación del glómerulo y su membrana basal son
suficientemente extensas, puede cursar con una pérdida mayor del 50 % de la función de la nefrona al cabo de
semanas o meses. En algunos casos, especialmente con afectación de la membrana basal, es posible que
aparezca un síndrome mixto nefrítico/nefrótico.

Es de variado pronóstico, pudiendo tanto resultar en una curación total como derivar en trastornos renales
crónicos.

La glomerulonefritis puede evolucionar en forma aguda o crónica.

GLOMERULONEFRITIS AGUDA
En pediatría, la glomerulonefritis aguda se caracteriza por ser un síndrome de comienzo brusco con edema,
oliguria, hipertensión arterial y alteraciones del sedimento urinario (proteinuria. hematuria y cilindruria).

La forma más frecuente y mejor conocida de glomerulopatía aguda es la glomerulonefritis aguda


posestreptocócica (GNAPE).
Es una enfermedad específica que, con pocas excepciones. Tiene una etiología bien definida: infección
estreptocócica, especialmente por el estreptococo 13-hemolítico del grupo A, y con rasgos clínicos
característicos: edema, hipertensión, oliguria, alteración del sedimento urinario, hipocomplementemia,
regresión espontánea y pronóstico benigno.

Etiología:
Es conocido el hecho de que una infección estreptocócica faríngea o cutánea precede en 1 a 2 semanas
(promedio 12 días) el inicio de la glomerulonefritis. Los estreptococos nefritógenos son los estreptococos (3-
hemolítiCos del grupo A (EBHA).

No ha llegado a aclararse en que consiste la propiedad nefritógena. Sólo una pequeña pro porción de los niños
infectados con cepas nefritógenas desarrolla la enfermedad clínica (1 de cada 100).

Se ha encontrado con frecuencia la asociación de la glomerulonefritis con los EBHA del tipo Ti-Ml y el Tl4-M0
en los cultivos faríngeos y el Imp 19 en los cultivos cutáneos, pero también se han identificado como agentes
etiológicos principales el tipo 12, 4.25, 49, 53, 55, 56 y 60.

La existencia de cepas nefritógenas explica la escasa presentación de recurrencias de la nefritis ya que, en


respuesta a la infección, se establece una inmunidad que protege al individuo de un segundo ataque,
mediante la producción de anticuerpos de tipo específico, siendo baja la probabilidad de una nueva infección
con una cepa distinta, también nefritógena. El estreptococo tiene escasa difusibilidad. Por ello debe buscarse
en el grupo familiar del paciente afectado.

En el grupo familiar se encuentran alteraciones en la orina en el 6% de los adultos y en el 33% de los niños.
Esta diferente susceptibilidad explicaría la mayor incidencia de la enfermedad en estos últimos.

Se ha demostrado glomerulonefritis aguda también después de infecciones por estafilococos, neumococos y


algunos virus. Hay poca información disponible; sin embargo, su aspecto parece semejar al de la GNAPE.

Patogenia:
El elemento común en el síndrome nefrítico son lesiones en el glomérulo caracterizado por infiltración de
células inmunitarias, fundamentalmente leucocitos en el interior de éste. Esta reacción inflamatoria daña las
paredes de los capilares, permitiendo que los eritrocitos escapen hacia la orina, conllevando a alteraciones
hemodinámicas que afectan la tasa de filtración glomerular. La consecuente caída del IFG se manifiesta
clínicamente por un volumen bajo de orina, retención de agua en el cuerpo con recíproca elevación de la
tensión arterial y azoemia. La hipertensión arterial produce riñones isquémicos los cuales secretan renina y
éste a su vez empeora la hipertensión arterial.

Signos y Síntomas:
El motivo de consulta de un paciente con síndrome nefrítico, por lo general, es referir edema,
orinas oscuras, micciones de bajo volumen y poco frecuentes y, tardíamente, aparecen dolor
lumbar, dificultad respiratoria y convulsiones. El examen físico puede mostrar signos de
retención nitrogenada e hipertensión arterial.

Hematuria

Hematuria microscópica, glóbulos rojos en una muestra de orina vista bajo el microscopio.

En el 75% de los pacientes con un síndrome nefrítico se presenta una hematuria macroscópica
y es uno de los sellos clínicos de los pacientes con este síndrome.

Características de la hematuria de origen glomerular:

 Color oscuro
 Total (presente en el primer, segundo y tercer chorro miccional)
 Indolora
 Sin coágulos
 Al examen microscópico, los hematíes no se observan frescos.
 Presencia de cilindros hemáticos, lo cual es casi patognomónico de la hematuria
glomerular.

Estos datos son característicos de la hematuria glomerular a la vez que la hematuria


glomerular es característica del síndrome nefrítico.

Edema

El 90% de los pacientes presenta edema, inicialmente facial, de predominio matutino y


posteriormente en los miembros inferiores, en los niños se aprecia borramiento del ombligo,
hepatomegalia generalmente dolorosa (hepatalgia), ingurgitación yugular y puño-percusión
dolorosa. El edema puede llegar incluso a niveles de congestión severa con síntomas de
edema pulmonar agudo.

La aparición del edema se debe a un aumento en la carga venosa por un aumento de la


volemia.

Hipertensión arterial

La presión arterial en estos pacientes se ve aumentada debido a la imposibilidad del riñón de


mantener una filtración adecuada y por aumento de la reabsorción tubular. La HTA se
normaliza una vez que comienza la regresión del proceso inflamatorio, acción que le permite
eliminar el exceso del volumen extracelular (VEC).

Oliguria
Se define como micciones de poco volumen y se debe a la disminución del filtrado glomerular
propia del síndrome nefrítico y no implica necesariamente mal pronóstico.

Retención nitrogenada

Es otra consecuencia de la disminución en el índice de filtrado glomerular, lo que


transitoriamente eleva la creatinina en sangre a valores de 1.5 a 2.0 mg/dL. Estarán
aumentados en sangre los niveles de BUN en sangre y los niveles de ácido úrico
(hiperuricemia).

Síntomas

 Malestar general (indisposición)


 Visión borrosa
 Dolor de cabeza (cefalea)
 Movimiento lento, despacioso, letárgico
 Dolencias generalizadas (dolor articular, dolores musculares)
 Síntomas de aparición tardía:
 Convulsiones
 Náusea y vómitos
 Disminución de la agudeza mental, somnolencia, confusión
 Tendencia a formar hematomas o sangrado
 Dolor en el flanco abdominal
 Tos que contiene moco (esputo mucoide) o rosado, tos con material espumoso
 Dificultad respiratoria especialmente en la noche, mientras la persona está acostada y
agravada por el ejercicio

Pruebas Y Exámenes:
Durante un examen, el proveedor de atención médica puede encontrar los siguientes signos:

 Hipertensión arterial
 Ruidos cardíacos y pulmonares anormales
 Signos de exceso de líquido (edema) como hinchazón en las piernas, los brazos, la cara y el abdomen
 Hepatomegalia (hígado agrandado)
 Venas dilatadas en el cuello

Los exámenes que se pueden hacer incluyen:

 Electrólitos en sangre
 Nitrógeno ureico en sangre (BUN)
 Creatinina
 Depuración de la creatinina
 Examen de potasio
 Proteína en orina
 Análisis de orina

Una biopsia renal revelará inflamación de los glomérulos, lo cual podría indicar la causa del trastorno.

Los exámenes para encontrar la causa del síndrome nefrítico agudo pueden incluir:

 Título de AAN (lupus)


 Anticuerpo antimembrana basal glomerular
 Anticuerpos anticitoplásmicos de neutrófilos para vasculitis (AACN)
 Hemocultivo
 Cultivo de la garganta o de la piel
 Complemento sérico (C3 y C4)

Tratamiento:
No hay tratamiento específico, pero en casi todos los casos se produce la evolución hacia la curación
espontánea, si se maneja correctamente la fase hipovolémica edematosa.

La restricción en la dieta de líquidos, junto con la utilización de fármacos para prevenir y tratar las
complicaciones, ha reducido de modo considerable el número de muertes que se producía anteriormente en
las fases iniciales de la enfermedad.

Medidas Generales:
* Reposo en cama: El grado de restricción de la actividad debe variar con la gravedad de las
manifestaciones clínicas.

En casos con hipertensión y congestión circulatoria el reposo en cama es estricto por el peligro de insuficiencia
cardiaca. El reposo en cama se mantiene hasta que el edema desaparezca y se estabilice el peso y la presión
arterial en sus niveles se normalicen.

* Balance hídrico: La ingestión de agua no debe exceder la capacidad excretora del riñón. El mejor índice
control del balance hídrico es el peso diario durante la fase aguda edematosa, hasta que el peso se estabilice
las cifras previas a la enfermedad.

* Dieta: Durante la fase edematosa puede ser necesaria la restricción en el contenido de sodio, potasio y
proteínas de la dieta. El sodio debe reducirse en todos los niños con edema e hipertensión. El potasio debe ser
sistemáticamente reducido en la dieta en los primeros días hasta que se compruebe que no hay oliguria
extrema o anuria. Las proteínas se eliminan a 0.5 g/kg/día cuando hay uremia. Cuando la diuresis y la uremia
llegan a lo normal, deben suspendérselas medidas restrictivas.

Tratamiento específico:
* Infección Estreptocócica: se Trata en forma temprana las infecciones con penicilina. Sin embargo,
muchas veces las infecciones son tan leves o de tan corta duración que los padres no recurren al medico. No
obstante conviene tratar todos los casos con infecciones de faringe de piel producida por estreptococos beta
hemolítico para evitar el contagio de infección a otros miembros de la familia.

Debe tratarse en forma profiláctica con penicilina todos los miembros de la familia donde puede estar el
microorganismo involucrado. Este manejo profiláctico es menor en niños de 15 años por ser el grupo más
proclive a la enfermedad.

* Hipertensión Arterial: Si la hipertensión es importante y no cedo con las medidas generales se indicaran
diuréticos de acción rápida (Flurosemida, 5 mg/kg por dosis). Lo habitual es que la acción diurética sea efectiva
a los 20 minutos.

* Insuficiencia Cardiaca: Por ser secundaria a la hipovolemia responde al tratamiento con diuréticos.

* Insuficiencia Renal Aguda: Suele ser de corta duración, se trata con intercambio iónico y la diálisis
peritoneal.

Evolución y Pronóstico: El alta está condicionada por la caída de la presión arterial a los límites normales,
la fusión de los edemas, comprobada por la estabilización del peso durante más de 3 días y la desaparición de
la hematuria macroscópica.

La hematuria y la proteinuria sirve para indicar la gravedad, ya que la presencia de proteinuria durante más de
6 meses o de una hematuria más allá de del año no significa que paso la enfermedad a cronicidad.

SOFIA

DALY

DAYANA

GENESIS

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